MARX: CONCEPTOS DE TRABAJO NECESARIO Y PLUSVALÍA (tomado de eumed.net) TRABAJO NECESARIO: trabajo que invierte el obrero de la producción material para crear el producto necesario. En el régimen de la comunidad primitiva, con su rendimiento del trabajo extremadamente bajo, toda la jornada de trabajo se consagraba al trabajo necesario, que proporcionaba al hombre los medios de vida indispensables. En el régimen esclavista, en el feudal y en el capitalista, gracias al crecimiento de la productividad del trabajo, el trabajo necesario requiere sólo una parte de la jornada laboral, y la parte restante constituye el plustrabajo, que se utiliza para enriquecer a los explotadores. Estos procuran reducir el trabajo necesario rebajar el nivel de vida de los trabajadores y aumentar el plustrabajo, con lo cual la explotación de los trabajadores se intensifica. En las condiciones del capitalismo moderno la duración del trabajo necesario es sensiblemente menor que la magnitud del plustrabajo. La división del trabajo en necesario y adicional, bajo el capitalismo, se enmascara con la forma del salario, que aparece en la superficie de los fenómenos como remuneración de todo el trabajo del obrero asalariado. En realidad, el salario corresponde tan sólo al valor del producto nuevo creado por el obrero en el transcurso del trabajo necesario, y la magnitud del salario oscila en torno al valor de la fuerza de trabajo. En la sociedad socialista, entre el trabajo necesario y el plustrabajo no existen contradicciones antagónicas. Dado que la división del trabajo en trabajo necesario y plustrabajo, bajo el socialismo, excluye las relaciones de explotación, significa que en una parte se invierte trabajo (necesario) para crear el producto que satisface las necesidades personales del trabajador, y es, el transcurso de la otra parte, se crea el producto para satisfacer las necesidades de toda la sociedad. PLUSVALÍA ABSOLUTA: es la obtenida mediante la prolongación de la jornada de trabajo (ver), uno de los procedimientos de que se valen los capitalistas para intensificar la explotación de los obreros. La producción de plusvalía relativa es otro medio de aumentar el grado de esta explotación. La creación de plusvalía absoluta constituye la base general del sistema de explotación capitalista, dado que es condición ineludible de dicho sistema el prolongar la jornada laboral más allá del tiempo de trabajo necesario. El método de la plusvalía absoluta alcanzó su máxima difusión en los estadios iniciales del capitalismo, cuando en las empresas predominaba aún el trabajo manual. Cuando apareció y se desarrollo la gran industria maquinizada resultó posible aumentar la plusvalía incrementando sobre todo la productividad del trabajo. La clase obrera, con su tenaz lucha por la reducción de la Jornada de trabajo, logró que, por ley, se limitara considerablemente en los países capitalistas avanzados. Hoy, la burguesía monopolista procura obtener plusvalía absoluta recurriendo en gran escala a los trabajos realizados en horas suplementarias, estableciendo una jornada de trabajo extraordinariamente prolongada para gran parte de los obreros, sobre todo en los países coloniales y en los económicamente dependientes, así como elevando en gran medida la intensidad del trabajo. Cuando ésta aumenta, se incrementa el consumo de trabajo por unidad de tiempo; por consiguiente, se eleva de modo absoluto la cantidad de trabajo sin retribuir que el capitalista se apropia. El aumento de la intensidad del trabajo en las empresas, que equivale a la prolongación de la jornada de trabajo, constituye un medio de obtener plusvalía absoluta. PLUSVALÍA RELATIVA: plusvalía que surge a consecuencia de disminuir el tiempo de trabajo necesario, y de aumentar correspondientemente el tiempo de trabajo adicional como resultado del crecimiento de la productividad del trabajo. La obtención de plusvalía relativa constituye uno de los métodos para aumentar el grado de explotación de los obreros (ver Plusvalía absoluta). La plusvalía relativa se obtiene a costa del crecimiento de la productividad del trabajo en las ramas que producen medios de subsistencia para los obreros. El incremento de la productividad del trabajo en estas ramas disminuye el valor de los medios de subsistencia necesarios para reproducir la fuerza de trabajo, lo cual conduce a una reducción del tiempo de trabajo necesario. Con esto, el obrero no gana nada, pues la ganancia, que se eleva a consecuencia del aumento de la productividad del trabajo, pertenece a los capitalistas. Manteniéndose invariable la duración de la jornada de trabajo, la disminución del tiempo de trabajo necesario aumenta el tiempo de trabajo adicional y, en consecuencia, crece el grado de explotación de los obreros. Por ejemplo, si con una jornada de 8 horas de trabajo, el tiempo de trabajo necesario es de 4 horas, el tiempo de trabajo adicional será también de 4 horas, y el grado de explotación será del 100 %. Ahora bien, si suponemos que la productividad del trabajo en las ramas que producen medios de subsistencia de los obreros ha crecido en 2 veces y el valor de los bienes materiales consumidos por el obrero, en consecuencia, se ha reducido en 2 veces, el obrero, para reproducir el valor de su fuerza de trabajo ya no necesita 4 horas de labor, sino 2. Permaneciendo invariable la jornada de 8 horas de trabajo, la reducción del tiempo de trabajo necesario a 2 horas aumenta el tiempo de trabajo adicional a 6 horas y, por ende, aumenta también la masa de plusvalía de que los capitalistas se apropian. De este modo, la producción de plusvalía relativa aumenta la cuota de plusvalía y el grado de explotación de los obreros. En la actualidad, la producción de plusvalía relativa va no sólo unida a la reducción del valor de la fuerza de trabajo, sino, además, a un empeoramiento de la situación de los obreros. Dado el constante paro forzoso masivo éstos se ven obligados a trabajar por un salario sensiblemente inferior al valor de la fuerza de trabajo. En los países capitalistas, los obreros no tienen, más remedio que consumir sucedáneos, más baratos que los otros productos, y, por tanto, alimentos, ropa, etc. de peor calidad. Los capitalistas utilizan todo esto para obtener plusvalía relativa. Constituye una variedad de la plusvalía relativa la plusvalía extraordinaria.