CONTRATOS ADMINISTRATIVOS Resolución de contratos Mecanismo para dejar sin efecto la adjudicación de un contrato cuya formalización resulta inviable por inexistencia de crédito sobrevenida. Informe 1/2013 de 31 de enero de 2013 de la Junta Consultiva de Contratación Administrativa de Canarias. Antecedente normativo Cita: -Real Decreto Legislativo 3/2011, de 14 de noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Contratos del Sector público. 1. Planteamiento Se plantea ante la Junta Consultiva de Contratación Administrativa de Canarias sobre la posibilidad de dejar sin efecto una adjudicación de determinados contratos plurianuales, habida cuenta que en la fecha de su formalización, no existe crédito suficiente para afrontar el gasto de ejercicios futuros. Al parecer, una vez adjudicado el contrato y antes de su formalización, se aprueba la Ley de Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma de Canarias para 2013, cuyas medidas de restricción del gasto público, provocan una insuficiencia de crédito sobrevenida, que impiden la formalización del contrato. Sucede que con la vigente regulación de los contratos del sector público no se puede desistir del contrato al amparo del artículo 155 del texto refundido de la Ley de Contratos del Sector Público puesto que ya ha sido adjudicado y, por otra parte, no se puede acudir a la resolución del contrato en base a la falta de formalización, pues esta circunstancia no es una de las causas recogidas en la Ley. El contrato no se ha perfeccionado porque aún no se ha formalizado. 2. Consideraciones de la Junta Consultiva de Contratación Administrativa de Canarias En su informe la Junta Consultiva recuerda el régimen de perfección de los contratos de las Administraciones Públicas establecido en la Ley de Contratos del Sector Público antes y después de su modificación en virtud de la Ley 34/2010, de 5 de agosto. Así recuerda cómo la Ley, en su inicial redacción, en el procedimiento de adjudicación introdujo un acto de adjudicación provisional, previo a la adjudicación definitiva; una de las consecuencias derivadas fue que la perfección se producía en el momento de la adjudicación definitiva, mientras que en la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas, la perfección se ligaba al acto de la adjudicación. En ambas regulaciones, el acto de formalización se configuraba como requisito de inicio de la ejecución del contrato, de forma que su incumplimiento comportaba la resolución del contrato, con las consecuencias previstas tanto para la Administración como para el contratista según quien fuera el responsable del 1 incumplimiento. Se puede concluir que en esta regulación la ausencia de formalización no afectaba a la perfección del contrato sino que actuaba como condición resolutoria. La modificación que introdujo la Ley 34/2010, de 5 de agosto, en la Ley de Contratos del Sector Público, refunde en un único acto la adjudicación provisional y la adjudicación definitiva con un único régimen de recursos; la perfección se hace coincidir con la formalización en la que no se incorpora un nuevo acto o trámite susceptible de recurso. En coherencia, la Ley suprime de entre las causas de resolución de los contratos, la falta de formalización. Esta supresión junto con el nuevo régimen de perfección del contrato que se vincula al acto de formalización, incide necesariamente en el régimen jurídico de los efectos de la falta de formalización que ya no se recogen en el artículo 225 del texto refundido de la Ley de Contratos del Sector público, sino que se contemplan en el artículo 156 del mismo texto legal. Este artículo, relativo a la formalización de los contratos, en su apartado cuarto, recoge los efectos de la falta de formalización por causa imputable al contratista o a la Administración. Así dice: “4. Cuando por causas imputables al adjudicatario no se hubiese formalizado el contrato dentro del plazo indicado, la Administración podrá acordar la incautación sobre la garantía definitiva del importe de la garantía provisional que, en su caso hubiese exigido. Si las causas de la no formalización fueren imputables a la Administración, se indemnizará al contratista de los daños y perjuicios que la demora le pudiera ocasionar.” Como se ve, entre las causas de la falta de formalización, se prevé la demora de la formalización pero no la ausencia definitiva de formalización; es sobre los efectos de esta circunstancia donde se produce una laguna normativa. En el caso planteado, la Administración no puede formalizar un contrato adjudicado por insuficiencia de crédito sobrevenida con posterioridad a la adjudicación. A juicio de la Junta, la situación creada impide que se pueda considerar una nulidad del acto de adjudicación pues cuando se dictó contaba con la adecuada consignación presupuestaria; tampoco se puede aplicar la renuncia a celebrar el contrato prevista en el artículo 155 del texto refundido pues esta posibilidad está limitada a supuestos en los que aún no se ha adjudicado el contrato. Tampoco puede aplicarse la revocación del acto de adjudicación en base al artículo 105 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen jurídico y del procedimiento administrativo común, pues esta figura está limitada a actos de gravamen o desfavorables. La Junta Consultiva considera que dado que la ejecución del contrato no podrá iniciarse por falta de formalización y que, por tanto, el procedimiento de contratación no podrá nunca culminarse, debería aplicarse, en analogía, el criterio previsto en el citado artículo 155 del texto refundido de la Ley de Contratos del Sector Público para los supuestos en que no se concluyen los procedimientos de contratación por causa imputable a la Administración y compensar al interesado con el abono de los gastos de participación en el procedimiento, de acuerdo con 2 los principios generales que rigen la responsabilidad de la Administración. La Junta añade que el traslado del momento de la perfección de los contratos al de su formalización se debe a las peculiaridades del procedimiento administrativo, es decir, al hecho de que la voluntad de la Administración manifestada en el momento de la adjudicación puede ser modificada por el resultado de los eventuales recursos que se pudieran interponer, “lo que equivale a decir que, en los procedimientos de contratación pública, el consentimiento inicialmente manifestado por la Administración en el acto de adjudicación, no puede surtir efecto hasta que el acto sea firme”. Según la Junta “el régimen de perfección de los contratos administrativos ligado al acto de formalización, incorpora una condición suspensiva, y en su caso resolutoria, a la inicial manifestación del consentimiento de la Administración, cuya efectividad queda supeditada a un doble requerimiento: que el acto de adjudicación sea firme, y que, adquirida esa firmeza, ambas partes ratifiquen su voluntad de contratar formalizando el contrato, momento en el que éste se perfecciona y concluye el procedimiento de contratación”. En consecuencia, concluye, “cualquier incidencia que se pudiera producir con posterioridad al acto de adjudicación y antes de la formalización, y que impida que ésta se pueda llevar a cabo, no podría estar ligada en sus efectos a un contrato que aún no existe, sino exclusivamente al propio procedimiento de contratación”. 3. Conclusiones de la Junta Consultiva de Contratación Administrativa de Canarias En los supuestos como el planteado, en los que la Administración no puede formalizar un contrato plurianual ya adjudicado por insuficiencia de crédito sobrevenida con posterioridad a la adjudicación, se impide que el procedimiento de contratación pueda culminar. Los efectos de esta situación se determinarán con la aplicación analógica del criterio que establece el artículo 155 del texto refundido de la Ley de Contratos del Sector Público, para los supuestos en que no se concluyen los procedimientos de contratación por causa imputable a la Administración, con la compensación al interesado de los gastos que su participación en el procedimiento le hubiese ocasionado. 3