11.088 14/05/2010, "CABALEIRO, LUIS FERNANDO C/ ... S/AMPARO". Mercedes, 14 de mayo de 2010.

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11.088
14/05/2010, "CABALEIRO, LUIS FERNANDO C/ MUNICIPALIDAD DE ALBERTI
S/AMPARO".
Mercedes, 14 de mayo de 2010.
VISTOS:
Estos
autos
caratulados
“CABALEIRO
LUIS
FERNANDO
C/
MUNICIPALIDAD DE ALBERTI S/AMPARO", expediente Nº 11.088, que tramitan por
ante este Juzgado de Primera Instancia en lo Contencioso Administrativo Nº 1 del
Departamento Judicial de Mercedes, a mi cargo, que se encuentran en estado de dictar
resolución definitiva y de los que,
RESULTA:
I.- 1) Que a fs. 15/20 se presenta el Dr. Luis Fernando Cabaleiro iniciando
acción de amparo contra la Municipalidad de Alberti, con el objeto de solicitar el
cumplimiento de la Ordenanza nº 1477/05 de dicha comuna.
2) Relata los antecedentes fácticos y jurídicos que dan sustento, según su
parecer, al planteo que efectúa.Manifiesta que con la sanción de la Ordenanza nº 1477/05, se dispone la
obligatoriedad a partir del año 2006 de la publicación periódica en un Boletín Oficial de
todas las resoluciones que emanen de los poderes públicos del Municipio de Alberti; y
que hasta la fecha de interposición de la acción se ha omitido realizar la publicación
periódica en el mismo .
Incluso refiere, que las ordenanzas y resoluciones del Concejo Deliberante
como los Decretos del Departamento Ejecutivo del Municipio de Alberti no son publicados
ni siquiera en
los medios privados y página oficial de internet del municipio
(www.alberti.gov.ar), situación que
genera una
anarquía, gravedad institucional y
violación manifiesta del principio republicano consagrado en la Constitución Provincial
Nacional.
Refiere asimismo que es un derecho y una garantía constitucional de todos
los ciudadanos conocer las leyes que los rigen, siendo ello un principio esencial de la
república; asimismo que ello atenta contra el derecho de defensa (violándose así una de
las máximas garantias previstas en el art. 18 de la Constitución Nacional).Que la omision de la Municipalidad es abiertamente manifiesta y arbitraria, y
cercena derechos inherentes a la actora como lo es el derecho a la defensa art 18 CN,
garantía del principio de legalidad art 19 CN, y garantía del
principio de legalidad
tributaria (art 17 CN).Que el Poder Ejecutivo hasta la fecha no ha dado cumplimiento con dicha
ordenanza, la cual como bien rezaba en sus fundamentos, venia a subsanar una
gravísima situación, dado que consolida el principio de seguridad jurídica y evita
el
desconocimiento de las normas que surgen de sus instituciones.
Que así se altera el principio republicano de gobierno (art. 1º C.N. art. 1º
C.P.).
Que la publicidad de los actos de gobierno es una nota distintiva del régimen
republicano. Publicidad en este contexto significa que tales actos deben ser comunicados
a los ciudadanos de modo que estos tengan la posibilidad de tener conocimientos
precisos de ellos, de su contenido, su motivación, gestación y de su concreción; solo así
podrán ejercer un control del poder que le compete. El acto que no ha sido dado a
publicidad, no puede generar derechos y obligaciones.3) Finalmente invoca el cumplimiento de los requisitos de legitimación y
admisibilidad de la acción que interpone.
II) Que a fs. 21 se requiere a la autoridad administrativa accionada el informe
sobre los antecedentes y fundamentos de la medida impugnada en los términos previstos
por el art.10º y ccts. de la ley 13.928; como así también los expedientes administrativos
relacionados con las pretensiones deducidas.
III) Que a fs. 81/89 vta., se recibe el informe sustanciado por el Municipio
demandado.
En principio sostiene que la acción deviene extemporánea, ya que habría
vencido el plazo fijado por el art. 6º de la Ley 13.928 , pues la supuesta omisión habría
ocurrido en el año 2006, no tratándose este caso de actos u omisiones lesivas periódicas.
Por otra parte, se indica que la Municipalidad ha cumplido con la normativa
vigente en la materia, y ha tenido un apego a los procedimientos legales
correspondientes.
Que el amparista mal interpreta lo establecido por la Ordenanza nº 1477/05,
en cuanto pretende que se trate del único medio de publicación de normas Municipales
para su validez y obligatoriedad.
Que el dictado de dicha ordenanza, en modo alguno puede considerarse
derogatoria de la restante normativa aplicable en la materia.
En este sentido, la Ley Orgánica de las Municipalidades de la Provincia de
Buenos Aires en su art. 108 inc. 2, faculta a los Departamentos Ejecutivos Municipales a
promulgar y publicar las Ordenanzas que dicte el Departamento Deliberativo. Dicha
facultad debe complementarse con el art. 125 de la Ord. General 267, el cual expresa
que: "Los reglamentos administrativos producirán efectos jurídicos a partir del día
siguiente al de su publicación por el medio que determine el Departamento Ejecutivo ".
Cita jurisprudencia de la Suprema Corte Provincial que pone de relieve la
facultad de publicación aún en cartelera en el hall central.
Refiere que en modo alguno podría sostenerse que la Ordenanza nº 1477/05
ha derogado la Ley Orgánica de las Municipalidades o la Ordenanza General 267.
Que el amparista ni siquiera se ha molestado en denunciar -mucho menos
intentado probar-, que el medio utilizado por el Departamento Ejecutivo para la
publicación de la normativa municipal de alcance general, cercene y vulnere los derechos
y garantías constitucionales que mencionara al promover la acción.
Que no se ajusta a derecho afirmar que la ausencia de publicación de las
normas en el Boletín Oficial previsto en la Ordenanza nº1477/05, obsta a la validez y
obligatoriedad de las mismas.
Que el análisis de la cuestión lo realiza en abstracto, sin la invocación de un
perjuicio claro y concreto de aquél que ocurre en busca de la tutela jurisdiccional. Así, el
actor debió invocar y luego probar, por qué razón la forma de publicación determinada por
el Departamento Ejecutivo, en uso de sus atribuciones, cercenarían los derechos y
garantías que la constitución nacional y provincial le aseguran.
Que la forma de publicación determinada por el Departamento Ejecutivo,
cumple acabadamente con la publicidad necesaria para la obligatoriedad de las normas,
sin que pueda alegarse su desconocimiento, ello independientemente de la puesta en
marcha o no del Boletín Municipal, que sería un medio más a través del cual se
publicarían las normas.
Que a través de la certificación emitida por el Departamento Ejecutivo, se
expone la forma que las Ordenanzas son publicadas en el Partido de Alberti. Allí consta
su exhibición en la cartelera del hall central del Palacio Municipal, poniéndose a
disposición de los ciudadanos en las respectivas oficinas municipales; además se
publican en la página web "www.infopublicaalberti.com.ar", la cual ha sido abierta por la
administración municipal y cuenta con suficiente difusión en los medios locales.
Que
el
hecho
que
no
se
encuentre
actualizada
la
página
"www.alberti.gov.ar", en modo alguno modifica o altera la posibilidad de acceso y
conocimiento de la información.
Señala también que, por obligación legal, el Honorable Concejo Deliberante
lleva un Libro de Sesiones en el que constan íntegramente los debates y ordenanzas
dictados por dicho cuerpo. Asimismo refiere que las sesiones de ese Honorable Cuerpo
son integramente difundidas a través de la FM 94,1, de gran inserción en esa ciudad, en
la cual también tendría una participación en un programa el propio amparista.
También argumenta que la Ordenanza no es operativa, pues el
departamento Ejecutivo no ha reglamentado la forma en que se concretaría. Al mismo
tiempo refiere que en las sucesivas sesiones donde se discutió el presupuesto, no se
asignó ninguna partida con fondos disponibles para su implementación.
Refiere asimismo que no existió arbitrariedad, irrazonabilidad ni afectación
de derechos constitucionales, como presupuestos que habiliten la vía intentada.
CONSIDERANDO:
1.) La acción de amparo, gestada por medio de la luminosa creación
pretoriana de nuestra Corte Suprema, ha recibido, a partir de la reforma de 1994
consagración constitucional, tanto a nivel Federal como de la Provincia de Buenos Aires.
Las nuevas orientaciones constitucionales, sin quitarle a la acción de
amparo su carácter excepcional, la regulan en sentido menos restrictivo, para que la
misma pueda cumplir sus altos objetivos en forma rápida y eficaz; por encima de
cualquier ritualismo (arts. 20-2, Constitución Provincial; y 43 Constitución Nacional).
Resulta adecuado resaltar, mi postura coincidente con
los lineamientos
provenientes de aquella parte de la doctrina (Morello, Palacio, Rojas ..."Revista de
derecho procesal- nº 5 Ed. Rubinzal-Culzoni) que se inclina por la habilitación de las vías
del contradictorio , a partir de la previa igualdad de las partes frente a la ley, que hacer
frente a la limitación por caso de las vías mas idóneas, ello sin desvirtuar el amparo.
Por ello considero importante recrear las fuentes que dieron origen al
amparo, para advertir que no se lo constituyó como proceso dirimente de los derechos en
disputa sino, por el contrario, como un proceso protectorio, pues precisamente si algo
debe aparecer con certeza y nitidez son los derechos que fueron vulnerados para
brindarles la protección adecuada.
2) Cuestión liminar a resolver, porque así lo ha peticionado la demandada,
resulta el tema de la temporaneidad del inicio de la acción.
Es tan cierto que la Ley 13928, en su art. 6º fija un plazo de treinta días
para intentar la misma, desde el conocimiento del hecho u omisión lesivo; como que el
comienzo de dicho plazo, trae problemas de interpretación, precisamente porque lo que
constituye la pretensión es la falta de adecuada publicación de las normas. Como infra se
tratará.
En tal contexto, además de vislumbrar que contrariamente a lo sostenido
por el demandado, podríamos estar presente a actos u omisiones lesivas que se
mantienen en el tiempo, el tema también está relacionado con la vigencia de la norma; ya
que por ser de carácter general, los presuntos perjuicios los causa, o al tomarse
conocimiento, o al pretender ejercerse derechos o cumplirse obligaciones relacionados
con dicha norma.
Es por ello, que el tema de la temporaneidad del inicio de la acción, debe tomarse
en este caso, con un criterio amplio a los fines de no cercenar "ab initio" el derecho a
concurrir a los estrados judiciales en busca de ejercer sus derechos.
3) Superado este primer valladar, y antes de continuar con el análisis de la
cuestión en debate, debo señalar que no resulta ajeno lo expuesto por el actor respecto a
su legitimación para accionar, ante el rechazo solicitado por el Municipio demandado, en
cuanto a lo que califica como ausencia o insuficiencia de prueba del perjuicio que alega
como sustento de la presente.
Y es que en tal caso, que no pasa desapercibido para el suscripto, entiendo
debe circunscribirse en definitiva a la legitimación para intentar la acción; ya que está
mencionando
de manera genérica
la vulneración
de derechos de
raigambre
constitucional, que le son propios -derechos subjetivos-, situación que puede incluso ser
extensiva
también a aquellos demás miembros de la comunidad local -derechos de
incidencia colectiva-.
En tal sentido, debe resaltarse, que cada vez con más énfasis, la doctrina y
jurisprudencia reconocen mayor amplitud de criterio respecto de la legitimación de la
persona, en su rol de vecino o ciudadano.
La vigencia del principio de legalidad, supone para la administración, el
apego y sometimiento incondicional al ordenamiento jurídico.
Y para permitir el control judicial de la actividad administrativa, no puede
excluirse al ciudadano o vecino que no participa directamente en una relación jurídica
concreta.
A partir de la introducción en el art. 43 de la C.N. de la noción de "afectado" ,
deben avizorarse nuevos horizontes para dar espacio a la protección jurisdiccional de
ciertas situaciones jurídicas, sin que ello desvirtúe esta expedita acción.
Tan es así, que se ha dicho que la legitimación, es una cuestión más ligada
al derecho de fondo, que a un problema meramente procesal.
Y mas cuando aparece, como en el caso de marras, un ciudadano que
estima que el comportamiento de la administración es manifiestamente ilegal o arbitrario;
y que de mantenerse, se perjudica por estar afectado el interés público.
Ese interés público que está íntimamente ligado a la función administrativa
(Cassagne, Juan Carlos, Derecho Administrativo, T. I, año 2002, Ed. Abeledo Perrot) ; y al
que se lo ha concebido, como la obligación de los gobernantes de cumplir del modo mas
eficiente con los mandatos que reciben de la comunidad, para que dirijan y administren
con el mayor esfuerzo hacia la consecución del bien común y bienestar de la población.
Es por ello que entiendo que en este caso, estamos frente a un legitimado
activo -vecino o ciudadano- que resulta ser "afectado" conforme el art. 43 CN, donde su
actuar puede tener un doble carácter, es decir defendiendo su derecho propio subjetivo y
un derecho de incidencia colectiva (Agustín Gordillo, Tratado de Derecho Administrativo,
T.2, pág. II-16); por lo cual, el análisis del perjuicio debe transitar por un andarivel mas
amplio -y a la vez menos estricto- que de tratarse solo de un caso particular.
Como bien señala el tratadista citado,
tanto la doctrina como la
jurisprudencia han sido amplios en su evolución progresiva respecto a la legitimación,
pues se remite a un punto de derecho sustancial , ya que negándola equivale a negar el
derecho ( in re "Youssefian", LL,1997-F,270). Ihering, definió al derecho subjetivo como
un interés jurídicamente protegido. Y esa protección del interés, existe tanto en el derecho
subjetivo como del interés legítimo, e incluso del derecho de incidencia colectiva. Es hacia
allí donde van los nuevos Códigos en materia contenciosa (Gordillo, ob. cit.,III-2).
Por ello, es que de alguna manera las nociones clásicas de derechos
subjetivos o intereses legítimos quedan superadas con la de la nueva categoría
constitucional de derechos de incidencia colectiva, que los ejercen tanto los afectados
(usuarios, vecinos,ciudadanos), como las asociaciones. Ante ello se entiende que la
defensa de estos derechos admite la persecución de la cesación de conductas lesivas,
como la adopción de medidas concretas, como de medidas genéricas a pedido de una
persona individual, usuario, vecino, afectado, etc.
Sirven, en su caso, para anular, hacer cesar, u ordenar conductas positivas
con carácter erga omnes. De darse
tal supuesto, la misma conducta administrativa
satisface, tanto el derecho de incidencia colectiva como el derecho subjetivo e intereses
legítimos que puedan estar en juego.
Ante este devenir doctrinario,
sumado a los principios de tutela judicial
efectiva, me convencen de que el caso debe ser tratado, por cuanto de una forma u otra
existe un derecho del accionante que cualquiera sea su invocación, merece una
respuesta de este órgano jurisdiccional.
Y la jurisprudencia también transita por la misma vía. Así,
se pueden
mencionar los casos "Labatón", LL,1998-F,345; "Viceconte", LL,1998-F, 355; como
también en los dos fallos del caso "Gambier", del 18/6/98 CNFCA, Sala II (llamado
Gambier I) y "Gambier II", Sala II, LL 1999-E, 623.
Cabe señalar que la Suprema Corte Nacional, al referirse al art. 43 C.N. dijo:
"... la referida disposición constitucional es claramente operativa y es obligación de los
jueces darle eficacia, cuando se aporta nítida evidencia sobre la afectación de un derecho
fundamental y del acceso a la justicia de su titular. Esta Corte ha dicho que donde hay un
derecho hay un remedio legal para hacerlo valer toda vez que sea desconocido; principio
del que ha nacido la acción de amparo, pues las garantías constitucionales existen y
protegen a los individuos por el solo hecho de estar en la
Constitución e
independientemente de sus leyes reglamentarias, cuyas limitaciones no pueden constituir
obstáculo para la vigencia efectiva de dichas garantías (Fallos: 239:459; 241:291 y
315:1492)..." (CSJN, Halabi Ernesto c/ P.E.N. - ley 25.873 dto. 1563/04 s/ amparo ley
16.986.H. 270. XLII, 25/8/09).
Es así, que el caso en análisis guarda bastante relación con este último
citado. En efecto, existe un hecho único, la omisión respecto a la puesta en
funcionamiento del Boletín Oficial,
que causa una lesión tanto al actor como puede
causarla respecto a una pluralidad relevante de derechos individuales.
Por ello me permito citar algunas frases de este importante precedente que, si
bien enfocado en una "class actions", en lo pertinente puede aplicarse al que me ocupa,
ya que en definitiva se trata de poner en funcionamiento las cláusulas operativas
constitucionales - art 43 C.N.-; y así menciono lo que el Superior Tribunal Nacional dijo en
cuanto a que : "... la procedencia de este tipo de acciones requiere la verificación de una
causa fáctica común, una pretensión procesal enfocada en el aspecto colectivo de los
efectos de ese hecho y la constatación de que el ejercicio individual no aparece
plenamente justificado. Sin perjuicio de lo cual, también procederá cuando, pese a
tratarse de derechos individuales, exista un fuerte interés estatal en su protección, sea por
su trascendencia social o en virtud de las particulares características de los sectores
afectados.... El primer elemento es la existencia de un hecho único o complejo que causa
una lesión a una pluralidad relevante de derechos individuales (aquí, la falta de
publicación de las normas en el Boletín Oficial). El segundo elemento consiste en que la
pretensión debe estar concentrada en los efectos comunes .... De tal manera, la
existencia de causa o controversia, en estos supuestos, no se relaciona con el daño
diferenciado que cada sujeto sufra en su esfera, sino con los elementos homogéneos que
tiene esa pluralidad de sujetos al estar afectados por un mismo hecho...Como tercer
elemento es exigible que el interés individual considerado aisladamente, no justifique la
promoción de una demanda, con lo cual podría verse afectado el acceso a la justicia. Sin
perjuicio de ello, como se anticipó, la acción resultará de todos modos procedente en
aquellos supuestos en los que cobran preeminencia otros aspectos referidos a materias
tales como el ambiente, el consumo o la salud o afectan a grupos que tradicionalmente
han sido postergados, o en su caso, débilmente protegidos. En esas circunstancias, la
naturaleza de esos derechos excede el interés de cada parte, y al mismo tiempo, pone en
evidencia la presencia de un fuerte interés estatal para su protección, entendido como el
de la sociedad en su conjunto...(CSJN, in re "Halabi")".
Los preceptos constitucionales tanto como la experiencia institucional del
país, reclaman de consuno el goce y ejercicio pleno de las garantías individuales para la
efectiva vigencia del Estado de derecho, e imponen a los jueces el deber de asegurarlas
(confr. causa "Siri", Fallos: 239:459).
Véase su importancia, que la CSJN en el fallo "Halabi", menciona que "...Es
menester, por lo demás, que se implementen adecuadas medidas de publicidad
orientadas a evitar la multiplicación o superposición de procesos colectivos con un mismo
objeto a fin de aventar el peligro de que se dicten sentencias disímiles o contradictorias
sobre idénticos puntos...".
Y en este estado, traigo a colación que, lo que resultó ser el objeto principal
en materia de discusión en autos "Municipalidad de Alberti c/ Unilever de Argentina S.A. s/
Apremio", sentencia
de la Excma. Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial
Departamental, Sala I, del 17/09/2009, fue una cuestión directamente relacionada con la
falta de publicación de las Ordenanzas, como en el caso de marras, lo que ampliaré infra.
Es por ello que se ha dicho, en afán de superar el tema de legitimación, que
la solución en definitiva radica en el art. 43 de la C.N..
Así, para concluir esta cuestión referida a la legitimación y al agravio sufrido,
me permito mencionar que: "El significado del término afectado es importante para
determinar la legitimación activa del amparista....Dado que quien sufre alguna lesión en
sus derechos subjetivos está legitimado, como persona, para interponer un amparo
individual, es obvio que el afectado en alguno de los derechos de incidencia colectiva esta
legitimado en otra hipótesis. En efecto, ello ocurriría cuando, aún sin padecer daño
concreto es tocado, interesado, concernido, vinculado, por los efectos del acto u
omisiones lesivas. En esa situación esta legitimado también, a titulo individual, pero con
muchos otros afectados en similar situación... (María Angélica Gelli, "Constitución de la
Nación Argentina", 4ta. Ed. , T. I, pág. 621)".
No encuentro por ello, un obstáculo respecto a la legitimación activa para
continuar con la resolución del conflicto traído a sentencia.
4) En tal sentido, debo propiciar la solución al caso planteado, recordando
que en el caso Siri, la Corte señaló entre otras cosas: que basta esta comprobación - la
vulneración de los derechos o garantías-
para que inmediatamente la garantía
constitucional invocada sea restablecida por los jueces en su integridad, sin que pueda
alegarse en contrario la inexistencia de una ley que la reglamente.
Así, para la solución al caso, desde esta construcción pretoriana a partir del
caso Siri, y la reforma constitucional mencionada, debe armonizarse a partir de lo que
surge del propio texto constitucional , al poner el marco de actuación centrado en
"...
todo acto u omisión ... que en forma actual o inminente lesione, restrinja, altere o
amenace, con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, derechos y garantías reconocidos por
esta Constitución, un tratado o una ley...".(art. 43 C.N.)
Sin lugar a dudas, la procedencia del amparo está condicionada a que el
acto u omisión impugnado, contenga esa nota de arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, la
que debe aparecer o presentarse como algo patente, claro, notorio, manifiesto, ostensible
; es decir, visible al examen jurídico más superficial (Palacio, Lino E., "La pretensión de
amparo en la reforma constitucional de 1994").
El acto lesivo, expresa Bidart Campos, "...debe mostrar fehacientemente en
su primera apariencia la violación grosera y ostensiblemente visible del derecho subjetivo
de quien promueve el amparo" ("El control de constitucionalidad en el juicio de amparoay
la ilegalidad del acto lesivo", JA, 1969-II-169).
María Angélica Gelli ( Constitución de la Nación Argentina, ob.cit.,T.I, pág.
610, 4ta Ed., Ed. L.L.), expone en sentido concordante en su comentario al art. 43 que:
"...esa caracterización del amparo que efectuaron los convencionales partió del supuesto
de la eficiencia de todo el orden jurídico en la protección de los derechos ...puede
sostenerse, razonablemente y sin querer alterar la voluntad constituyente, que en la
medida que el orden jurídico no provea el remedio eficiente y pronto, para proveer la
tutela judicial efectiva, la vía del amparo resulta admisible...".
5) Siguiendo a Palacio ( obra citada supra), podemos decir que la
arbitrariedad se presenta cuando el acto o la omisión aparecen formalmente fundados en
ley pero ésta es aplicada con error inexcusable, exceso ritual o autocontradicción, o bien
las conductas cuestionadas derivan de la transgresión de las reglas del debido proceso. Y
la ilegalidad se configura cuando el acto u omisión se hallan desprovistos de todo
sustento normativo, es decir, cuando entrañan la prescindencia lisa y llana de la ley.
Por ello cabe analizar, si el acto que la actora cuestiona como lesivo o
restrictivo contiene los visus de arbitrariedad o ilegalidad manifiesta que conlleven a la
vulneración del derecho constitucional que invoca.
6) Y en mérito de los elementos obrantes y las pruebas aportadas, entiendo
que la omisión de poner en funcionamiento el Boletín Oficial dispuesto por Ordenanza nº
1477/05, constituye una arbitrariedad, que permite la apertura de esta vía excepcional,
como disparador del mecanismo de máxima eficacia tuteladora de manera directa y
principal intentado.
En este orden de ideas, la interpretación de la ley -léase Ordenanza en este
caso- debe comenzar por la ley misma, y en el sublite por la Interpretación de la norma
que se invoca, es decir los arts. 4º y 9º de la Ord. nº 1477/05 que impone ese deber de
publicar.
Al respecto, vale recordar que la Suprema Corte Nacional ha declarado,
reiteradamente, que la acción de amparo constituye un remedio de excepción y es
inadmisible cuando no media arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, así como cuando la
determinación de la eventual invalidez del acto o conducta que se impugna requiere
amplitud de debate y de prueba (CSJN, doctrina de Fallos: 319:2955 -con sus citas-;
321:1252 y 323:1825, entre otros). En este caso, vislumbro arbitrariedad en la conducta
omisiva del Municipio, y no exige mayor debate y prueba que la que obra en autos.
En igual sentido nuestro máximo Tribunal Provincial tiene decidido que, a
los fines de la acción de amparo, tanto la ilegalidad como la arbitrariedad deben ser
manifiestas, lo cual implica que aquellos vicios tienen que aparecer visibles al examen
jurídico más superficial de modo que la nota fundamental de este instituto no está dada
propiamente por la inexistencia de discusión en torno al derecho invocado por el
impetrante, sino por la indiscutibilidad de la pretensión enjuiciada. En síntesis, la
"arbitrariedad" e "ilegalidad" tiene que resultar de manera visible, manifiesta; es decir, en
forma clara, patente, indudable, inequívoca, notoria, ostensible, ...(SCBA, B. 58.002, sent.
del 6-X-1998, Ac. 88.573, sent. del 2I-II-2005, Ac. 75.817, sent. del 11-IX-2002; B. 64.981,
sent. del 23-II-2005).
7)
Respecto a la Ley, se ha dicho que el
término utilizado en el art. 1º del Código Civil, lo es en sentido material o sustancial. O
sea como “aquellas disposiciones de la autoridad pública que contengan normas de
cumplimiento general, aunque no sean leyes emanadas del Congreso: decretos del Poder
Ejecutivo, resoluciones ministeriales, ordenanzas municipales, reglamentos de policía,
etc.”, añadiendo la doctrina que el requisito de la publicidad del art. 2 se refiere a la ley en
ese sentido (Belluscio-Zannoni, Código Civil Comentado, T. 1, Astrea, 1993, ps. 6 y 12;
Llambías, Código Civil Anotado, T. I, A. Perrot, 1978, p. 12; Bueres-Highton, Cód. Civil y
Normas Complementarias, T. 1A, Hammurabi, ps. 7 y 62).
Y como es sabido, las ordenanzas a partir de la ley 13.101 serán
consideradas ley en sentido formal y material (art. 77 de LOM).
Son dictadas por el órgano representativo de la voluntad popular dentro del
ámbito de su competencia material y territorial.
Podemos decir en tal
sentido, que tanto las Ordenanzas como los Decretos y Resoluciones de ambos poderes
del estado Municipal, forman parte del concepto de ley.
Aquellos forman parte del sistema normativo que rige las relaciones de
aquellos que viven, transitan o pretenden establecer relaciones jurídicas dentro del ejido
Municipal.
"La calificación jurídica que del régimen municipal argentino hiciera la CSJN
en "Rivademar" (Fallos: 312:326) sigue teniendo vigencia. Y una de las bases de dicho
régimen está dada precisamente por la naturaleza jurídica de las ordenanzas, las que
fueron caratuladas por entonces como "legislación local". El razonamiento sigue siendo
tan simple como entonces, en tanto si el municipio es autónomo, sus disposiciones tienen
la misma entidad que el resto de los niveles del Estado trinitario argentino (Bidart
Campos, 1995)".
En relación a las Ordenanzas, el criterio fue ratificado el mismo año en
"Promenade" (Fallos: 312: 1394), cuando el Superior Tribunal partió de "Rivademar" y
asimismo estableció que "Las ordenanzas emanan de un órgano de gobierno elegido por
el sufragio popular, es como la ley, una expresión 'soberana' de la voluntad popular, de la
voluntad comunitaria organizada [ ... ] son verdaderos actos legislativos de carácter
comunal" (dictamen de la procuradora fiscal Dra. Reiriz al que adhirieron los
ministros).(citados por Enrique J. Marchiaro, en "Función Legislativa Municipal", Revista
de Derecho Público, Ed. Rubinzal-Culzoni, 2005-I).
En el caso "Promenade" la CSJN dejo sentado que "...Conforme al art. 24 de
la L.O.M. la sanción de las ordenanzas y disposiciones del Municipio corresponde con
exclusividad al Concejo Deliberante; las Ordenanzas así sancionadas por el órgano
competente regirán mientras no sean derogadas por otras que expresamente las
mencionen (art. 281)...".
Es por ello, que no puede ser de recibo lo expuesto por la demandada en
cuanto a que, el dictado de la Ordenanza no puede considerarse derogatorio de la
normativa aplicable. La misma , como ya vimos, se impone en el orden local en tanto no
resulte reñida con las normas de mayor jerarquía, teniendo en cuenta su origen, ámbito
de aplicación, y la autonomía de los Municipios.
A todo evento, no puedo sino considerar que la Ordenanza nº 1477/05, ha
sido dictada por el órgano deliberativo local en uso de sus facultades; y que en cuanto a la
disposición que ordena publicar toda la normativa local en un boletín oficial,
guarda
armonía con toda la normativa de mayor jerarquía, desde una mirada que desde la base
de su famosa pirámide ha desarrollado Kelsen.
8) El conocimiento de las normas resulta indispensable y fundamental para
los vecinos y para aquellos que, aunque no lo sean, pretendan establecerse de modo
alguno en la localidad.
El autor supra citado decía: "...causa asombro que...Legislativos locales no
difundan sus Ordenanzas.No se trata...sino de no arrinconar la presunción de
conocimiento de la ley al acto de promulgación, incluso cuando muchas veces esta es
ficta...( Marchiaro,E., ob. cit. pág. 52)".
Veamos
entonces,
porqué
entiendo
que
ese
conocimiento
resulta
fundamental para el ejercicio de los derechos y el cumplimiento de las obligaciones.
Conocimiento que está directamente relacionado con la publicación, y en su
caso, con la publicidad.
Alega el Municipio demandado, que la publicidad está suficientemente
resguardada. Puede que así sea, respecto de algunas normas, ya que ha demostrado que
puso a disposición distintos medios para ello.
Pero el tema central pasa por otro lado, ya que mas que a la publicidad, la
Ordenanza mencionada se refiere a la publicación, tema que hace al efectivo
conocimiento inicial de las normas. Y en tal sentido, ello no ha sido cumplido por el
Departamento Ejecutivo.
El art. 2° del Código Civil, reformado por la Ley 16.504 establece: "Las leyes
no son obligatorias sino después de su publicación, y desde el día que determinen. Si no
designan tiempo, serán obligatorias después de los ocho días siguientes al de su
publicación oficial".
Parten entonces de esta norma, dos cuestiones que no resultan ser de
menor importancia: la obligatoriedad de su publicación -oficial-, y su entrada en vigencia .
Por su parte, la jurisprudencia estableció que: "La publicación de las leyes es lo
que hace posible que el derecho se presuma conocido por todos, y que por ende la
ignorancia de las leyes no sirva de excusa, si la excepción no está expresamente
autorizada por la ley (art. 20 C.C., que guarda coherencia con el art. 923 del mismo
código). Como tantas veces se ha dicho se trata de una ficción legal, una presunción "iuris
et de iure" sin la cual sería imposible reglar la vida en sociedad, ficción que se aplica no
sólo a las leyes. sino también a los decretos. resoluciones u ordenanzas..." (Municipalidad
de Alberti cl Unilever de Argentina S.A. s/ Apremio , CC Mercedes, Sala I, citado supra ).
Por ello, coincido con el criterio expuesto en tal precedente, ya que resulta
arbitraria si no existiera una previa publicación de tales normas, de forma tal que sean
accesibles al conocimiento público desde su vigencia.
Encuentro ante ello, vulnerados los derechos constitucionales que cita el
actor, ya que la necesidad de conocimiento efectivo de las normas lo preveen los art.19
de la C.N. - principio de legalidad- como el art. 17 C.N. -principio de legalidad tributaria
aplicable al ámbito Provincial por art. 5º C.N.-; es decir, exigencias constitucionales para
la plena publicidad de las leyes en sentido material.
Asimismo surgiría la violación de principios constitucionales federales y
provinciales (art. 1º y 5º de la Constitución Nacional y art. 1º de la Constitución Provincial),
como es la publicidad de los actos de gobierno; a lo que debo sumar el derecho a la
información, que tiene raigambre constitucional en los arts. 1,14, 33 y 75 inc. 22 de la
Constitución Nacional, y en los arts.13 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, art. 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Político, art. 19 de la
Declaración Universal de Derechos Humanos; asimismo en los arts. 12 inc. 4 de la
Constitución Provincial .
Respecto a ello, he tenido oportunidad de expedirme en otro precedente en
este juzgado: "La reforma de la Constitución Argentina en el año 1994 introdujo avances
significativos en
materia
de
reconocimiento
de
nuevos derechos y garantías
fundamentales, permitiendo un importante giro en la consagración del derecho de acceso
a la información pública como una facultad constitucional. Entre ellos podemos citar: I) los
nuevos derechos y garantías constitucionales y, II) la modificación del artículo 75, inciso
22 de la Constitución Nacional, que otorga jerarquía constitucional a los Tratados
Internacionales sobre Derechos Humanos; que junto a otras normas constituyen el marco
legal que complementa la temática del derecho de acceso a la información pública...Es
por ello, que la información constituye un elemento de poder de suma importancia, ya que
su posesión o conocimiento permite una adecuada toma de decisiones, tanto en el ámbito
público como privado. Además, la información reviste características instrumentales pues,
también implica un medio imprescindible para el ejercicio y goce de otros derechos y
deberes de los individuos...la documentación oficial tiene carácter público cuando es
generada o producida por el propio Estado; y por ello, le cabe la aplicación de la regla de
publicidad para permitir su conocimiento por todos... Esta afirmación se deriva por un
lado, del principio republicano de la publicidad de los actos de gobierno, de los tres
poderes del Estado, como una obligación de comunicar la actividad o gestión
gubernamental a la sociedad y, por el otro, de las siguientes garantías constitucionales: el
derecho a saber y el derecho a la información de las personas. Se torna imposible
concebir un Estado democrático que administre de espaldas a los ciudadanos, ocultando
información... La ley suprema consagra que todas las personas en la Provincia gozan del
derecho a la información y a la comunicación (art. 12 inc. 4); lo cual guarda relación con
las cláusulas de la Constitución Nacional (arts. 18, 43, 75 inc. 22 y concts.).(Bani Alfredo
c/ Municipalidad de Mercedes s/ Amparo, expte. nº 10570, sentencia del 10/12/09).
La Excma.Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo de La
Plata, al confirmar la sentencia de mención, y en lo que aquí guarda relación con el
derecho a la información -y sin entrar a los pormenores del caso-, expuso:"...Bajo esta
óptica, el acceso a la información pública así consagrado, se muestra como un derecho
fundado en una de las características principales del gobierno republicano, que es el de la
publicidad de los actos de gobierno y transparencia de la administración. ...-Voto del Dr.
Spacarotel-";:"...Y no vacilo en afirmar categóricamente que esa publicidad es inherente al
estado republicano y democrático y que constituye una carga política de la función de
gobierno.No obstante, y por ello, sin ribetes justiciables, mientras no se vincule con la
vigencia o la eficacia de prescripciones generales o actos individuales, en cuyo caso la
situación podría adquirir un sesgo de condición jurídica distinta y de otro rigor...-Voto del
Dr. De Santis-"; "...La publicidad de la actividad administrativa es uno de los principios
rectores del Estado republicano, además del carácter esencial que reviste en el ejercicio
de la defensa (arts. 12 inc. 4, 15 y concs., Const. Prov. cfr. mis votos en causas Nº 546
“Gantus”, sent. 9-8-05; Nº 2352, "Di Pietro", sent. 20-4-06)...-Voto de la Dra. Milanta".(Causa nº 10542-M CCALP “Bani Hector Alfredo c/ Muncipalidad de Mercedes y otro/a s/
Amparo”, Sentencia del 4/5/2010).
La
CSJN
ha
afirmado,
en
sentido
coincidente: “...el derecho a la información, de naturaleza individual, adquiere conexión de
sentido con el derecho a la información de naturaleza social, al garantizar a toda persona
el conocimiento y la participación en todo cuanto se relaciona con los procesos políticos,
gubernamentales y administrativos“ (“Fallos” 314:1517 “Vago” y 318:1114 “Rodríguez”).
Ante ello, encuentro el agravio a los derechos constitucionales de suficiente
recibo en esta acción, por lo cual no resulta abstracto, como alega la demandada, la
alegación del perjuicio que esgrime la actora.
9) Ahora bien, en lo atinente al comienzo o extinción de las obligaciones
debemos atenernos al régimen del Código Civil, que no es otra cosa que hacer hincapié
respecto de su nacimiento; y tratándose de aquellas de fuente legal, el mismo no puede
tener lugar sin que la ley haya sido publicada oficialmente (art. 2 del C.C.).
Discutido resulta el tiempo que debe transcurrir desde la publicación al comienzo
de la vigencia, ello en caso que la norma nada diga al respecto, inclinándose muchos
doctrinarios por los 8 días ( art. 2 C.C.) y otros por el día siguiente (art.125 del Reg.
Administrativo que cita el demandado); pero lo que no resiste embates es respecto a la
necesidad de su publicación oficial.
La forma de ésta será determinada por la Constitución Provincial o las
normas locales que rijan el régimen municipal, incluso
hay quienes se inclinan
en
nuestra provincia, por la publicación por la prensa (en base al art. 193 Const. Prov.), aún
cuando no necesariamente sea por un medio público.
Entiendo que ello escapa un poco a lo que resulta materia de litis, ya que
precisamente en tal sentido, no existiendo una norma constitucional que obligue a los
Municipios a realizarlo de determinada forma, debemos atenernos a lo que surge de la
demás normativa Provincial -por caso la L.O.M.- o lo que se disponga expresamente en el
ámbito local.
En tal sentido, el Superior Tribunal Provincial ha dicho: "La Ley Orgánica
Municipal atribuye al Departamento Ejecutivo la promulgación y publicación de
ordenanzas y, consecuentemente, cabe reconocerle atribuciones para determinar
razonablemente el medio de publicidad a utilizar (SCBA, B 50816 S 14-11-1989 ,Santos,
Eladio c/ Municipalidad de Bahía Blanca s/ Demanda contencioso administrativa "; mas
en este caso en particular, amén de ello, existe una norma de cumplimiento obligatorio,
como lo constituye la Ordenanza nº1477/05, ya que es la que fija, en el ámbito local, una
forma diferenciada y excluyente de cumplir con la publicación, y en estricto orden de: "...
las ordenanzas sancionadas por el Concejo Deliberante, como así también decretos y
resoluciones
del poder Ejecutivo Municipal, sentencias del Juez de Faltas, y otras
publicaciones..."(conforme art. 4º de esta Ordenanza citada).
Tema que está emparentado con la transparencia o la probidad de la
administración, por una parte, como por la imposibilidad de hacer valer la ignorancia de la
norma como excusa para su incumplimiento por parte de los administrados. Así, el tema
se centra en la posición que se deja a quienes les será exigido algo que, ni se publica
en debida forma ni se permite conocer.
Dicen algunos autores que 'publicación' es la acción y efecto de publicar,
esto es, el punto de partida. Y colocan luego a la 'publicidad' , de la que dicen es la
cualidad o de público de las cosas o de los hechos o el conjunto de medios que se
emplean para dar o extender la noticia de las cosas o de los hechos.
A partir de estas definiciones, es posible decir que la publicación es un acto
que se agota en sí mismo; mientras que la publicidad, al contrario, aparece identificada
con un estado o con los medios a través de los cuales se mantiene en ese estado.
Pero ese status con el que se identifica la publicidad de determinado hecho
o cosa es altamente dinámico y depende de las herramientas que se usan para mantener
esa publicidad , por caso la iniciativa de mantener las normas expuestas en el sitio web
oficial, conforme lo expone la demandada. Situación que resulta altamente importante en
estos tiempos como medio amplio de difusión y de acceso general a la información; a la
que todos los estados Municipales deberían aspirar a tener como herramienta útil para la
transparencia de gestión y efectivo y masivo conocimiento de la normativa que rigen en
ese ámbito. Permitiría ello un acceso posterior ágil, ilimitado, sin retaceo de información,
gratuito y permanente a lo largo del tiempo.
Ello es,
temporalmente, mucho más que la acción de publicar.
No obstante lo cual, lo obligatorio solo resulta la publicación de las normas, ya que en el
derecho argentino la norma no se encuentra vigente ni es obligatoria para quienes son
destinatarios actuales o futuros hasta tanto ella no sea publicada por primera vez .
En este contexto, la falta de publicación inicial impacta en forma primaria en
la acción de conocimiento de los actos de contenido normativo -vigencia inicial-.
10) Como
señalan algunos autores,
"el derecho a recabar información
sobre asuntos estatales tiene, con relación al tipo de obligación estatal, tres facetas: a) la
obligación por parte del Estado de producir cierta información, b) la obligación de
publicarla a través de medios masivos y c) la obligación de ponerla a disposición de los
particulares" (Nino, Ezequiel, "El derecho a recibir información pública -y su creciente
trascendencia- como derecho individual y de incidencia colectiva," SJA, 21- VI-06 y lA
2006-11-1231). En igual sentido,
Scheibler, "Acceso a la información en manos del
Estado...", nota a fallo en RAP, 325, p. 117.
Otros autores han dicho, refiriéndose al nivel municipal, que "en la medida
en que no existe un acceso rápido del vecino al conocimiento de la legislación comunal
vigente, se afectan postulados democráticos, se atenta contra el conocimiento del
derecho e inclusive contra el control de la actividad de nuestros representantes, se debilita
el vínculo entre el gobierno municipal y la población destinataria de la norma y en
consecuencia, se agrega una causa más que favorece la típica inclinación nacional por el
incumplimiento de la ley," (Pulvirenti, Orlando, "Ordenando ordenanzas: haciendo
nuestros municipios mas democráticos", Poder Local, 14-XIl-06.) .
La publicación en cartelera conforme expone la demandada, no alcanza a
satisfacer -mas allá de que resulta difícil de comprobar en juicio ya sea a favor o en
contra- una eficiente publicación. Como alega esta parte, también se publican en el diario
local y la
radio,
e incluso refiere que se publican en la página web oficial de la
Municipalidad, pero sin que se vislumbre la nota de continuidad necesaria.
Todo ello, sería bueno a los fines de la publicidad de las normas, pero en lo
que al tema en particular se refiere, es decir a la publicación, ese uso dispar de medios no
alcanza, ya que no es adecuado para lo que los concejales han votado como método de
publicación oficial válido y eficaz.
Se ha sostenido que :"...En conclusión, parece razonable sostener que las
normas y los actos de alcance generalizados" a través de carteleras no pueden ser
tenidos por verdaderamente publicados en términos que exigen la Constitución y el
Código Civil, entendidos éstos con una mirada en el Siglo XXI y no ya desde el Siglo XIX.
No pueden serlo para el momento de la publicación inicial y, casi con certeza (aunque
dependiendo de los formatos de sistematización y consulta pública), tampoco para su vida
posterior... Ante altemativas de tan fácil implementación como la publicación y posterior
publicidad de los actos y las normas en sus textos actualizados a través de Intemet (sin
perjuicio de los demás medios que pudieran implementarse en paralelo), aceptar su
vigencia y obligatoriedad en todos aquellos casos en los que han sido mantenidos
convenientemente a resguardo tras el escudo de medios vetustos de consulta no parece
posible...(Agustín García Sanz, "La publicidad de las normas a través de internet como
estándar mínimo para que sean exigibles", Res Pública Argentina, 2008-3, pág. 55 y
sgts).
No deja de ser cierto, ese antagonismo que cita el mencionado García Sanz
("La publicidad....",ob.cit.), entre la obligación de publicación de las normas y los actos ,
con aquellas otras que las presumen conocidas, cuando ni la publicación ni el
conocimiento - menos la publicidad- existen ya sea por voluntad o desidia de quienes
deben publicarlos; o como se desprende del caso de autos, donde cuando se lo hace se
realiza en forma aislada - respecto a los medios utilizados-.
Me permito también mencionar,
que en esta línea argumental,
la
jurisprudencia ha sido restrictiva, frente al deber de dar publicidad a las normas y a los
actos de alcance general como una cuestión de hecho y prueba.
Citando a una Cámara del Fuero, me permito traer a colación que : "...no
podría asignársele el mismo tratamiento al cómputo de plazos de caducidad de la
impugnación de un acto general -cuyo punto de partida radica en un conocimiento ficto,
que al correspondiente a la de un acto particular que en la generalidad de los casos
importa un conocimiento cierto de su destinatario. [ ... ) Dicho de otro modo, ha de estarse
por el derecho de acceso a la justicia de quien sólo se presume que ha tomado
conocimiento del acto cuestionado y no ha manifestado ni una actitud convalidatoria del
mismo, ni negligente en la defensa de sus intereses, frente al valor «seguridad jurídica»
de una norma cuestionada como arbitraria o inconstitucional con entidad vulneratoria
actual o inminente" (CCAyT CABA, Sala 11, Arnaldi Granados, Maximiliano Alberto y otros
v. GCBA s/amparo (arl. 14, CCABA), Exp. 4603/0, 8-VIII-02.).
Resulta alineado en tal supuesto el Superior Tribunal Provincial, alegando que el principio
según el cual los jueces deben conocer el derecho -iura novit curia- no se extiende a la
totalidad de las reglamentaciones locales que, al igual que el derecho extranjero, les
resulta imposible conocer, por lo cual no tuvo por probada la existencia de una ordenanza
(SCBA, "Saisí, Gríselda c. Municipalidad de General Rodríguez". B 63.590. 5-111-03).
Y en el mismo sentido se ha expresado el Superior Tribunal Nacional, en
"Municipalidad de Santiago de Liniers c/ Irizar José M ( Fallos: 327:4474. con Nota de
Casas José, LL, 10-1l-05) donde los jueces hacen propio el dictamen del Sr. Procurador
Nicolás Becerra que reza en su parte pertinente: "...Contrariamente a lo sostenido, pienso
que -en rigor- la solución definitiva del caso sólo requiere la simple constatación de la
publicación oficial de la mencionada ordenanza, acto requerido para la satisfactoria
divulgación y certeza sobre la autenticidad del texto de aquellas decisiones de contenido
normativo general (Fallos: 293:157, cons. 61)".
Se ha expuesto en alusión al tema, que:"...la mencionada Ordenanza no
habría sido publicada... en franca oposición con el articulado del Decreto Ley 6769/85, art.
112 de la Ordenanza General Nro 267 y el principio de publicidad de los actos estatales,
derivado del principio republicano de gobierno (art. 1ero de la Constitución Nacional y art.
1ero de la Constitución Provincial) ...que representa una garantía para los administrados y
para el propio Estado puesto que de otro modo no podría esgrimirse mínimamente la
existencia de seguridad jurídica, debe primar el resguardo del interés público
comprometido -entendido éste no como el interés de la Administración sino de la
comunidad que conforma el Estado-, hasta poder apreciar la totalidad del accionar
municipal...(Juzg. Cont. Adm. Morón N° l. Elia Alicía G y olros c Municipalidad de La
Matanza s/ proceso sumario de ilegitimidad, nº 8030, 26-XII-06)".
Véase que, en "Centro de lmplementación de Políticas Públicas E. y C. y
otro c/ Cámara de Senadores del Congreso de la Nación", (CNFed. CA, Sala III, 27/5/05)
se ordenó al Senado de la Nación lo necesario para que se cumpla con la publicación de
los decretos administrativos y parlamentarios - en su página de Internet-.
Por ello, es que la falta de publicación o de adecuada publicidad, pone en
peligro el ejercicio de los derechos y de los remedios judiciales.
Agustín Gordillo, también había llamado la atención sobre la falta de
publicación en el Boletín Oficial de los contratos de concesión, ni de los anexos a los
llamados de licitación para las privatizaciones("La promulgación y publicación de las
leyes," Derecho del Trabajo, año XXIX, N° 1O, Buenos Aires, 1969, p. 594). También
advirtió acerca de la ignorancia del derecho respecto de normas reglamentarias
(Introducción al Derecho, cap. II, punto 3, "El conocimiento del derecho," Buenos Aires,
La Ley, 2007, pp. 10-11).
11) Así vista las cosas, la conducta del Departamento Ejecutivo del
Municipio de Alberti cuestionada, confrontada con el bagaje normativo, fáctico, probatorio
y axiológico descrito (Cfr. Vigo, Rodolfo, "Interpretación Judicial") se exhibe como
manifiestamente arbitraria, por lo que debe ser descalificada y merecedora de corrección
por la vía del amparo.La
gravedad
institucional
denunciada,
la
afectación
de
derechos
constitucionales ya descriptos supra en relación al amparista y de los demás vecinos,
habitantes presentes y/o futuros, justifican, antes que el seguimiento de otras vías ante
cada acto u omisión que los afecten, la ocurrencia a esta vía excepcional en busca de la
urgente solución a su caso.
Que
la pretensión peticionada en la demanda
requiere, en consecuencia, de una sentencia que imponga la obligación al Departamento
Ejecutivo para disponga lo necesario para reglamentar y poner en funcionamiento el
Boletín Oficial Municipal.
POR ELLO,
En mérito de las consideraciones precedentemente expuestas, Doctrina y
Jurisprudencia citados, y con fundamento en lo dispuesto por los arts.5, 16,17,18,19,42,
43, 75 inciso 22º C.N.; arts. 12, inciso 4º, 15, 20 inc.2º, 38, 39, 40, 57 y 171 de la
Constitución de la Provincia de Buenos Aires; arts. 1, 2 inc.1º -a contrario sensu-, 4, 5, 7
segundo párrafo, 14, 19, y
conc. de la Ley 13.928;
RESUELVO:
1.- Hacer lugar a la acción de amparo interpuesta por Luis Fernando
Cabaleiro contra la Municipalidad de Alberti, en atención a los fundamentos y normas
expuestos.
2.- Ordenar al Departamento Ejecutivo Municipal de Alberti, que en el plazo
de 90 días disponga lo necesario para que se haga efectiva la Ordenanza nº 1477/05,
poniéndose en funcionamiento el Boletín Oficial en ese Municipio, y se reglamente el
mismo en cuanto fuera materia necesaria para su puesta en marcha (arts. 1, 4, 9 y ccts.
Ord. 1477/05, art. 14 inc. 2º Ley 13.928).
3.- Imponer las costas a la demandada (art. 19 ley 13.928), regulando los
honorarios del Dr. Luis Fernando Cabaleiro en la suma de pesos un mil novecientos
ochenta ($1.980,00) - Arts. 9, 16, 49, 51, 54 y conc. Dec. Ley 8904/77- ; cantidad a las
que se deberá adicionar el 10 % en concepto de aportes previsionales (Ley 6716 y sus
modificatorias) y en su caso el porcentaje correspondiente al I.V.A. conforme sea la
situación del profesional frente al mismo; no correspondiendo regular los honorarios del
letrado apoderado del Municipio demandado, Dr. Daniel Oscar Palazzo conforme al
resultado de esta litis (conf. arts. 203 L.O.M. y Dec. Ley 8838/7).
REGISTRESE, y -por secretaria-, NOTIFIQUESE..Sentencia definitiva registrada bajo nº 108/10.
Honorarios registrados bajo nº 37/10.
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