2º CONGRESO MUNDIAL DE PÁRAMOS, PARAMUNDI

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2º CONGRESO MUNDIAL DE PÁRAMOS, PARAMUNDI
DECLARACIÓN DEL FORO COMUNITARIO
25 DE JUNIO DE 2009
En la ciudad de Loja, entre los días 22 al 25 de junio de 2009, nos reunimos ochenta y
cinco representantes de las comunidades de páramo de Venezuela, Colombia, Ecuador
y Perú en el marco del 2º Congreso Mundial de Páramos.
Luego de tres días de reflexión y análisis sobre el uso y manejo de los páramos; sus
actores, propiedad y conflictos; las relaciones con las comunidades; y la incidencia de
las organizaciones sociales en legislación y políticas, declaramos y recomendamos:
Sobre la concepción comunitaria de los páramos:
Las comunidades de los páramos tenemos una visión integral de los territorios
andinos. Los páramos no son solo un ecosistema en el que conviven plantas y animales
únicos; son territorios amplios y complejos en los que habitan seres humanos, en su
gran mayoría con carencias económicas. Convivimos con los páramos construyendo
nuestras propias culturas y establecemos con ellos relaciones de complementariedad y
reciprocidad. Además, los páramos están profundamente relacionados con otros
espacios de vida como los bosques. Por eso, cuando se habla de cuidarlos, se debe
incluir a todos los espacios de vida en las alturas que son nuestra casa ancestral y
actual que queremos defender y proteger.
Los páramos son, para muchas culturas, parte fundamental de la Pacha Mama. Son un
bien común prestado para las futuras generaciones, punto crucial de un ciclo que
genera vida permanentemente.
La implementación de procesos de zonificación y ordenamiento territorial, manejados
verticalmente desde el Estado y desde las instituciones de cooperación, fragmenta
nuestra cosmovisión ancestral del territorio como un “todo” y a nuestras
organizaciones.
Recomendamos:
Cualquier proceso de investigación y cualquier política respecto a los páramos debe
contar con la participación activa y real de nuestras comunidades, organizaciones y
representantes. Los páramos y sus habitantes no podemos continuar siendo un objeto
paisajístico, de estudio, investigaciones y políticas, sino constituirnos en sujetos activos
de ellas.
Sobre la normatividad de los páramos:
En general son pocas las normas legales específicas sobre los páramos y las que existen
no han sido elaboradas con participación de nuestras comunidades, ignoran nuestras
concepciones ancestrales ni toman en cuenta los avances sobre normativas indígenas y
el derecho consuetudinario (OIT, ONU).
Recomendamos:
Las leyes ambientales de los países deben legitimar a nuestras comunidades como
autoridades ambientales en nuestros territorios y aportar medios y recursos para que
cumplamos con este rol. Las normativas estatales deben incluir y respetar los derechos
consuetudinarios y colectivos y nuestras concepciones y prácticas ancestrales. La
organización comunitaria fortalecida es la mejor garantía para los procesos de
conservación.
Además, exigimos que todas las iniciativas externas a realizarse en los páramos, tales
como los proyectos de investigación, desarrollo, actividades productivas u otras, deben
ser consultados previamente con nuestras comunidades y contar con nuestra
aprobación y nuestra participación.
Sobre las actividades productivas en los páramos:
Los páramos son fuentes de agua y vida para las comunidades de altura y de las zonas
bajas. Muchos de ellos ahora están siendo destruidos o amenazados por actividades
como la minería, la deforestación, las plantaciones forestales con especies exóticas, el
turismo masivo no controlado y algunos proyectos hidroeléctricos que los afectan
profundamente. La minería, en todas sus modalidades, es absolutamente incompatible
con la vida en los páramos.
Las actividades ancestrales como la agricultura, caza y pesca, deben ser recuperadas;
pero somos conscientes que el crecimiento de las áreas agrícolas hacia las alturas, las
prácticas agrícolas inadecuadas y la caza ilegal e indiscriminada están alterando
gravemente los páramos. Igual ocurre con los proyectos forestales e hidroeléctricos
que perjudican los páramos y que no se consultan con las comunidades.
Si bien se reconoce que los proyectos hidroeléctricos de pequeña y mediana escala son
una fuente de energía más limpia y de menor costo, debe cuidarse que no afecten los
derechos colectivos ni provoquen impactos ambientales y, sobre todo, que su gestión
y administración estén en manos de las comunidades y los gobiernos locales.
Recomendamos:
Las alternativas deben ser propuestas por y con nuestras comunidades. Los Estados
deben respaldar nuestras propuestas de manera firme y permanente. En varios países
de la región se realizan actividades productivas amigables con los espacios de vida
andinos, como el turismo comunitario, la piscicultura bien manejada, la crianza de
llamas y alpacas, la producción de artesanías o la producción de lácteos en zonas
vecinas a los páramos. Es necesario trabajar en estas y otras alternativas y fomentar
políticas públicas de largo plazo.
En vista de que el agua es indispensable para la vida no puede ser convertida en una
mercancía. Exigimos que no se permita su privatización y que los Estados que aún no la
han incluido como un derecho humano fundamental lo integren en sus normativas.
Sobre los servicios ambientales e incentivos:
En los últimos años se han difundido propuestas de pago por servicios ambientales o
entrega de incentivos económicos supuestamente para favorecer la conservación de
los páramos. Estas propuestas encubren políticas de privatización de los bienes
naturales y los territorios.
Recomendamos:
Las comunidades de los páramos no requerimos dádivas o proyectos de corto plazo;
necesitamos que se establezcan políticas públicas respecto al páramo y propuestas de
desarrollo integral, sostenibles, de largo plazo, planes de vida enmarcados en la
concepción del Buen Vivir y vida digna.
Sobre el distanciamiento entre el conocimiento científico y el
conocimiento ancestral:
En las iniciativas de investigación y proyectos en los páramos, constatamos con
frecuencia la preeminencia de las concepciones académicas frente a las comunitarias.
No se han hecho esfuerzos suficientes por integrar a la comunidad científica con las
comunidades ancestrales para discutir los problemas que enfrentamos y buscar
alternativas.
En el discurso manejado por las instituciones e investigadores prevalece una
terminología que no considera nuestra diversidad cultural. La persistencia del uso de
esta terminología es una muestra de la falta de consideración y respeto por la cultura
ancestral del páramo. Además, se constituye en un signo de la falta de voluntad de
inclusión.
Recomendamos:
Es urgente hacer esfuerzos desde la academia, en alianza con nuestras comunidades,
para integrarnos en los procesos de generación de conocimientos y alternativas, así
como para emprender el fortalecimiento y rescate de saberes comunitarios que
consoliden los procesos de conservación y manejo.
Sobre la necesidad de un trabajo regional andino:
Las comunidades, pueblos y nacionalidades que vivimos en los páramos, la población
que se beneficia de ellos aguas abajo, las autoridades y todas las personas
comprometidas con los espacios de vida en las alturas (investigadores, ONGs,
proyectos, cooperación internacional), debemos estar más unidos. Necesitamos
escucharnos más y aprender más unos de otros.
Recomendamos:
Impulsar procesos de integración entre los países andinos para fomentar la relación
entre las comunidades de altura, profundizar el análisis de los problemas del páramo y
hacer propuestas comunes para su protección. También para buscar alternativas
productivas, realizar programas de capacitación, formular políticas públicas regionales
andinas y una agenda común de investigación a partir de las necesidades sentidas de
nuestras comunidades y con nuestra participación activa. Por lo tanto, recomendamos
hacer esfuerzos conjuntos para conformar un organismo regional andino constituido
por representantes de nuestras comunidades y de otras personas e instituciones
comprometidas con su conservación.
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