Las actitudes como contenido educativo.

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Las actitudes como contenido educativo.
El proceso de aprendizaje de actitudes tiene naturaleza implícita, rara vez el aprendizaje se
hace explicito y en innumerables ocasiones el docente no toma conciencia de ello. Muchos
de nosotros lamentamos la pasividad de nuestros jugadores en los entrenamientos y la poca
capacidad de esforzarse por aprender, sin darnos cuenta de que esos mismos rasgos
podrían definir también nuestra actitud ante la solución de muchos de los problemas que
aquejan a la realidad de nuestro entrenamiento del cual formamos parte y al cual
contribuimos.
“.....Cuando hay un problema puedes ser parte del mismo o de la solución, tú
eliges.......”
Sii pretendemos modificar las actitudes de nuestros muchachos debemos mirarnos a
nosotros mismos, luego de “vernos”(si nos gusta lo que vemos) hay que llevar adelante un
trabajo continuo, cambiar las actitudes se puede pero no es nada sencillo.
El entrenador debe desarrollar en sus jugadores ciertos valores como objetivo educativo, y
es indispensable efectuar actividades puntuales para "enseñar" ciertas actitudes.
El objetivo de los entrenadores al hablar de educación en actitudes debe ser promover
cambios lo más estables y duraderos posible, como pueden ser promover tolerancia,
cooperación, curiosidad y espíritu de superación, soportar la intensidad del entrenamiento,
etc. Transformando esos valores en normas de conducta, para todos, jugadores y
entrenadores .
En los contenidos actitudinales pueden diferenciarse tres componentes: las actitudes, las
normas y los valores.
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La actitud propiamente dicha o bien la disposición a comportarse de modo
consistente.
El conocimiento de las normas que son las ideas o creencias sobre cómo hay que
comportarse.
Los valores se refieren al grado en que se han interiorizado o asumido los principios
que rigen el funcionamiento de esas normas.
El valor de respeto al entrenamiento lleva a establecer como norma la necesidad de no faltar
al mismo, pero no siempre las conductas de los jugadores (y de los profesores) se atienen o
respetan esas normas.
El objetivo de la educación en actitudes debería ser el lograr cambios y hacer que los
alumnos interioricen como valor importante el asistir al entrenamiento y se comporten en
forma adecuada al valor asumido en forma autónoma y no en forma coercitiva.
La conducta de los jugadores debe atenerse a normas aceptadas, valoradas y compartidas.
Cuando una norma no se comparte, no se convierte en valor, por lo que no se respeta si no
es en presencia de una autoridad , esto es lo que pasa con el estacionamiento de autos en
lugares indebidos, solamente se respeta por disciplina externa, es decir esta norma no está
interiorizada en los conductores.
Que los valores se internalicen no se logra mediante discursos éticos, sino mediante el
trabajo duro a partir del ejemplo (actitudes y conductas concretas). Nadie discute hoy en día
que es necesario prepararse correctamente para poder hacer una actividad deportiva
federada, que es necesario ser solidario para jugar baloncesto, respetuoso de las reglas y
adversarios, etc., el problema es traducir esos valores en normas y patrones de conducta en
los jugadores.
Prof Diaz Velez
www.diazvelez-bojanich.com
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