SÍNDROME DE DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD EL SÍNDROME DE DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD COMO EXPRESIÓN DE UN TRASTORNO FUNCIONAL ORGÁNICO Resumen. Introducción. El diagnóstico de SDAHA se determina de acuerdo con la historia clínica; sin embargo, las causas y la fisiopatología del trastorno en sí permanecen aún sin clarificar. Conclusiones. Estudios recientes usando imágenes de resonancia magnética, estudios de PET y SPECT, así como estudios que evalúan el funcionamiento cerebral y la estimulación magnética transcraneal, sugieren que alteraciones en los circuitos neurales que unen la corteza prefrontal, el estriado y el cerebelo se implicarían en las manifestaciones clínicas de pacientes con SDAHA. [REV NEUROL 2002; 35: 1-11] Palabras clave. Dopamina. Ganglios basales. Neuroanatomía. PET. Potenciales evocados. Resonancia magnética. RMf. Síndrome de déficit de atención con hiperactividad. SPECT. A SÍNDROMA DE DÉFICE DE ATENÇÃO COM HIPERACTIVIDADE COMO EXPRESSÃO DE UMA PERTURBAÇÃO ORGÂNICA FUNCIONAL Resumo. Introdução. O diagnóstico da SDAHA é determinado de acordo com a história clínica; contudo, as causas e fisiopatologia da perturbação em si, continuam ainda por esclarecer. Conclusões. Estudos recentes, em que foram utilizadas imagens de ressonância magnética, estudos de PET e SPECT, assim como estudos que avaliam o funcionamento cerebral e a estimulação magnética transcraniana, sugerem que alterações dos circuitos neuronais que ligam o córtex pré-frontal, o estriado e o cerebelo estariam envolvidas nas manifestações clínicas dos doentes com SDAHA. [REV NEUROL 2002; 35: 1-11] Palavras chave. Dopamina. Gânglios da base. Neuroanatomia PET. Potenciais evocados. Ressonância magnética. RMf. Síndroma de défice de atenção com hiperactividade. SPECT. Enfermedad comórbida del síndrome de déficit de atención con hiperactividad I. Pascual-Castroviejo COMORBID DISORDERS OF THE ATTENTION DEFICIT WITH HYPERACTIVITY DISORDER Summary. Objective. To show the comorbid pathology associated with the attention deficit/hyperactivity disorder (ADHD) during the pediatric and adult ages. Patients and methods. We use the disorders included by the international literature as the most frequents. There are included as main disorders: problems of affectivity, learning disabilities, dyslexia, vehicle driving problems, anxiety, bipolar disorder, motor coordination problems, tics and Tourette syndrome, oppositional defiant disorder, impulsive-aggressive, antisocial behavior , and predisposition to delinquency, and to be alcohol and drugs abusers. Conclusion. The presence of comorbid disorders in the ADHD may show a higher severity of the disorder which makes that many of these subjects to be predisposed to be in contact with psychiatrics, policemen and justice during the entire life. [REV NEUROL 2002; 35: 11-7] Key words. Alcohol and drugs abusers. Antisocial behavior. Attention deficit/hyperactivity disorder (ADHD). Bipolar disorder. Comorbidity. Learning disabilities. Motor coordination disease. Oppositional defiant disorder. Tics. INTRODUCCIÓN El síndrome de déficit de atención con hiperactividad (SDAHA) es el trastorno más frecuente de los que pueden verse actualmente en un servicio de neurología pediátrica. Sin embargo, este cuadro es bastante ignorado por médicos, psicólogos, profesores y padres, que se ven desbordados por el comportamiento inexplicable de un hijo –menos frecuentemente de una hija– que, a pesar de recibir un trato similar al resto de los hermanos, va ‘a su aire’, independientemente de la influencia externa. No obstante, pocos niños son remitidos al hospital para estudio con el diagnóstico de presunción de SDAHA. La mayoría de los niños consultan por cefaleas o por bajo rendimiento escolar, y sólo el interrogatorio bien realizado lleva a los padres a manifestar la sintomatología en toda su magnitud. El diagnóstico del SDAHA se sustenta en la presencia de alguno o de todos los síntomas fundamentales, que son tres: déficit de atención, impulsividad e hiperactividad. Estas alteraciones clíni- cas suelen detectarse en la infancia y resultan fáciles de identificar y objetivar, si nos atenemos a los criterios diagnósticos unánimemente admitidos [1]. Algunos de los trastornos comórbidos son conocidos tradicionalmente entre los psiquiatras, que asignaban en tiempos pasados la denominación de ‘psicópatas inestables’ a muchos adultos con serios trastornos del comportamiento. El SDAHA se diagnostica en mayor número a medida que los padres, los profesores y los pediatras van conociendo más este trastorno. En países pioneros en el estudio de esta patología se ha objetivado mejor esta afirmación, como por ejemplo en Estados Unidos, país en donde se ha pasado de un censo de menos de un millón en 1990, a más de dos millones en 1993 [2]. Sólo algunos trastornos comórbidos se ven durante la infancia. Éstos pueden ser los de menos repercusión sobre la vida del propio paciente, sobre la familia y sobre la sociedad. La comorbididad más trascendente y de efectos más dañinos, tanto para los pacientes como para el entorno, son los que tienen lugar o los que persisten en la adolescencia y en la edad adulta. Recibido: 11.03.02. Aceptado tras revisión externa sin modificaciones: 14.03.02. Servicio de Neurología Pediátrica. Hospital Universitario La Paz. Madrid, España. Correspondencia: Dr. Ignacio Pascual-Castroviejo. Hospital Universitario La Paz. Paseo de la Castellana, 261. E-28046 Madrid. E-mail: ipascual@hulp. insalud.es 2002, REVISTA DE NEUROLOGÍA REV NEUROL 2002; 35 (1): 11-17 TRASTORNOS COMÓRBIDOS Sólo en los últimos años están siendo aceptados como trastornos comórbidos algunos de los síntomas, generalmente importantes, que presentan los sujetos con SDAHA. No obstante, hay que 11 I. PASCUAL-CASTROVIEJO consignar que muchos de los problemas que estos sujetos presentan en la infancia –fracaso escolar, mayor número de accidentes en la conducción de vehículos, trastornos afectivos, cambios fáciles de humor– se han considerado tradicionalmente como alteraciones consustanciales con el SDAHA. Aunque no existe un acuerdo unánime respecto a los cuadros que deben considerarse como trastornos comórbidos, los más admitidos se exponen en la tabla [3]. Problemas de afectividad Una característica común a los sujetos con SDAHA es su amor por ellos mismos. Ello queda expresado desde las primeras edades hasta los últimos años de vida. Este sentimiento no nace de una autoestima alta, ya que generalmente los pacientes la tienen baja, sino de una personalidad muy egoísta y egocentrista (su círculo afectivo está bloqueado hacia el medio externo por una barrera impermeable que los aísla del exterior). Desde los primeros años de vida, estos niños comienzan a manifestar su egocentrismo y sus deseos de tener a todo el mundo a su servicio y a sus órdenes. Es muy típico de estos niños el tener a los dos padres pendientes de él cuando le dan la comida con frases que se repiten alternativamente en forma de ‘ahora quiero que me lo dé mamá’ para pasar a decir, al instante, ‘ahora quiero que me lo dé papá’. Desde los primeros años muestran indiferencia o grandes celos hacia sus hermanos, sin asumir ninguna responsabilidad en los cuidados de los más pequeños –ellos siempre asumen el papel del más pequeño y reclaman todos los mimos y atenciones–. Cuando no tienen hermanos, su comportamiento es interpretado como ‘síndrome del hijo único’. El hecho real es que se comportan igual cuando son dos, tres o más hermanos: ellos precisan todas las atenciones y los demás ‘no existen’. Siempre intentan sacar el mayor provecho y poner el menor esfuerzo en cualquier faceta que emprendan o en el entorno familiar; casi siempre lo consiguen, y nunca están contentos porque estiman que deberían haber obtenido más, es decir, todo el afecto, atenciones, obsequios, beneficios económicos, etc. Dado que el problema fundamental de estas personas –no importa la edad que tengan– radica en su insensibilidad afectiva, incluso cuando obtienen todo para sí y dejan sin nada a los demás (sean hermanos, compañeros, etc.) todavía siguen considerándose perjudicados porque piensan que debe haber quedado algo –la mayoría de las veces ni ellos saben qué– que no ha ido a su poder. Por ello, siempre se quejan de todo y se consideran perjudicados e infravalorados. Naturalmente, su destino final es el de perdedores porque no cuentan con ningún amigo y, en la edad adulta, sus parejas, que los conocen bien porque los sufren a diario, aguantan como pueden la relación, que suele ser más convencional que amorosa. Pese a que se enfatice poco habitualmente sobre el problema de la afectividad en las personas con SDAHA, nosotros lo consideramos como la faceta más consustancial con la personalidad de estos sujetos y la que los condena a una vida en la que tienden a rodearse de mucha gente, pero a ‘encontrarse siempre solos’. Trastornos del lenguaje y de la comunicación. Problemas para el aprendizaje: fracaso escolar El conjunto de estos problemas es, junto con las cefaleas, la causa más frecuente que lleva a estos sujetos a la consulta de neurología pediátrica. Los problemas del aprendizaje, que puede constituir el cuadro conocido como fracaso escolar, se pueden constatar en un 2040% de los niños con SDAHA [4]. Previamente, en los años que preceden a la escolaridad, ya se han observado problemas en la comprensión o en la emisión del lenguaje. En muchos de los niños ha sido 12 Tabla I. Trastornos comórbidos del síndrome de déficit de atención con hiperactividad. Problemas de afectividad Trastornos del lenguaje y de la comunicación Fracaso escolar Trastornos de la coordinación Problemas en la conducción de vehículos Tics crónicos o síndrome de Gilles de la Tourette Actitud oposicional desafiante Comportamiento impulsivo-agresivo Ansiedad Cambios de humor: síndrome bipolar Comportamiento antisocial preciso un tratamiento logopédico. Una vez iniciada la escolaridad se aprecian las dificultades para la lectura y la escritura, con el cambio de letras e incluso en el orden de las sílabas, problemas conocidos como dislexia y disgrafía, aunque se tiende a incluir ambos trastornos en el concepto de dislexia. Hay una dislexia no relacionada con el SDAHA, sino con trastornos transmitidos por vía dominante a través de alteración en algún cromosoma, que se han relacionado con alteraciones en el cromosoma 15 [5], en el brazo corto del cromosoma 6 [6-9], cromosoma 1 [10] y cromosoma 3 [11]. En cualquier caso, las dificultades para la lectura en los sujetos con SDAHA son muy superiores a las mostradas por los niños que no padecen este trastorno [12]. Parece que dichas dificultades se derivan de problemas para mantener una atención selectiva [13], diferentes de la incapacidad para mantener una atención global de forma sostenida, cuyo origen parece estar en una disfunción frontal [14] y posiblemente también límbica. Sin embargo, en los últimos años se están aportando datos objetivos de imagen que demuestran de forma cada vez más evidente la importancia del cerebelo en el proceso integral de la lectura [15]. Cuando se han llevado a cabo estudios en sentido inverso, es decir, cuando se han investigado los signos de SDAHA en sujetos con dificultades para el aprendizaje, se ha visto que entre el 41 y el 80 % presentaban comportamiento hiperactivo [16,17]. También se ha observado que, de los niños con SDAHA que presentaban otro trastorno comórbido, como dificultades para la coordinación motriz, hasta un 65% manifestaban también problemas del lenguaje [18,19]. Algunos autores, sin embargo, han estudiado el problema del aprendizaje en niñas y consideran que éste no tiene relación directa con el SDAHA, sino que está más ligado a las dificultades que han presentado los progenitores y otros familiares para aprender ciertas materias que con la presencia de SDAHA [20]. Las principales dificultades para el aprendizaje de los sujetos con SDAHA se dan principalmente en matemáticas, y a continuación en lengua, inglés y ciencias. Ello tiene su traducción en la edad adulta: son muy pocos los científicos que presentaron este cuadro en las edades infantil y juvenil y, en mayor o menor grado, siguen mostrando algunos signos en la edad adulta, mientras que abundan los literatos y artistas de todo tipo (los integrantes del considerado ‘mundo de la cultura’), creadores de moda, abogados, etc.; es decir, los que se mueven fundamentalmente a golpe de inspiración y de ingenio, pero cuyas obras no requieren de una elaboración exacta ni de un esfuerzo continuo. Es muy difícil que un sujeto con SDA- REV NEUROL 2002; 35 (1): 11-17 SÍNDROME DE DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD HA lleve a cabo una labor de investigación científica y escriba trabajos bien razonados, pero en cambio es capaz de pintar una magnífica obra o de escribir una novela muy ingeniosa. Las dificultades para el aprendizaje de las matemáticas se han relacionado con una menor comprensión de la lectura [21] que puede derivarse de la incapacidad para mantener la atención y, por ello, de la facilidad para ‘perderse’ mientras se está leyendo o escuchando el enunciado [22,23]. No cabe duda de que una buena parte de los niños con SDAHA precisan ayuda extra por parte de profesores en la materia para sacar adelante las matemáticas. Trastornos de la comunicación Todos cuantos profundizan en el estudio de la ‘patología completa’ del SDAHA pueden percatarse pronto de la falta de coordinación motriz de estos sujetos, especialmente para los ejercicios de habilidad tanto con las manos como con los pies. La práctica totalidad de los estudios comparativos han mostrado, mediante pruebas realizadas en niños con SDAHA y sujetos sanos con edades inferiores y superiores a los 10 años, que un elevado porcentaje de niños con SDAHA son más lentos en la motricidad fina de los dedos de las manos y de los pies [24-26]. Hay trabajos en los que incluso se encuentran dificultades diferentes en la motricidad según del subtipo de SDAHA. Así, los sujetos en los que predomina el déficit de atención presentan mayores dificultades en la habilidad manual, mientras que los niños con trastorno combinado fallan más en la coordinación de los movimientos [27]. Esta falta de habilidad y de coordinación motriz la observamos en la práctica diaria, no sólo en la motricidad de los dedos sino también en el lenguaje, traducida en una mala pronunciación y vocalización, en precipitación –incluso con la supresión de algunas sílabas y con incoherencias del lenguaje– y en la sensación de que el centro emisor cerebral del lenguaje y el ejecutor bucal, con todas las partes participantes, funcionan descoordinadamente. No existen problemas de fuerza muscular ni de agilidad. Hay problemas de coordinación y, por ello, de habilidad. Pueden golpear con fuerza el balón, pero regatean con él muy torpemente y, por ello, hay muchos más porteros y defensas que delanteros con SDAHA. Ello no quiere decir que no haya deportistas buenos con SDAHA. Puede haber muchos que practiquen deportes que requieran más fuerza que habilidad, como esquí, natación, balonmano, baloncesto, judo, karate, balonvolea, boxeo, etc., es decir, en aquellos en los que se mueven grupos musculares globalmente y no unos pocos músculos con acción muy selectiva. No obstante se dan casos muy excepcionales que, mostrando todos los signos de SDAHA en su máxima expresión, no presentan trastornos de coordinación y son o han sido buenos delanteros de fútbol, con un regateo habilidoso. Igualmente se da mucho mayor número de músicos de rock (especialmente duro) que de concertistas de violín, guitarra o piano, o bien muchas más bailarinas de jazz que de ballet. Cualquier estudioso del SDAHA sabe de la mala caligrafía de los sujetos con este trastorno, circunstancia que debe achacarse a problemas de coordinación (si nos atenemos al defecto o cualidad negativa por la que siempre han sido famosos los médicos, que es su ininteligible letra, podría pensarse, en deducción lógica, que en nuestra profesión deben abundar también muchos profesionales con SDAHA). Todos los fenómenos físicos e intelectuales de las personas tienen o deben tener una explicación anatomofisiológica. Es indudable que una buena parte de los sujetos con SDAHA muestran hipotonía generalizada [28], con pies planovalgos no constitucionales, sino secundarios a la hipotonía. Ello es lo que da origen a su falta de habilidad con los pies, no sólo para driblar al contrario jugando al REV NEUROL 2002; 35 (1): 11-17 fútbol, sino también para bailar e incluso para conducir vehículos. Pese a la aparentemente poca importancia que parece tener para algunos la coordinación motriz a la vista de las pocas referencias que existen en los trabajos tradicionales, algunos estudios longitudinales recientes, con muchos años de seguimiento, han encontrado que hasta un 58% de los sujetos con SDAHA y trastornos de la coordinación mostraban evolución pobre, contra sólo el 13% de los casos con SDAHA sin importantes trastornos de la coordinación [29]. Entre las alteraciones observadas en el primer grupo, se encontraban la personalidad antisocial, el abuso de alcohol, la personalidad criminal, las dificultades para la lectura y los bajos niveles de educación. No existe un tratamiento eficaz para corregir este problema y, pese a las terapias de tipo ocupacional y a la obsesión por mejorar la coordinación motriz, los resultados son siempre modestos [30]. Problemas en la conducción de vehículos Aparte de la impulsividad y el deseo de ‘borrachera de velocidad’ que demanda toda persona joven cuando se encuentra con un volante en la mano y con un vehículo que responda brioso a poco que se toque el acelerador, hay otros factores que hacen que los jóvenes con SDAHA estén fuera de los estándares máximos de infracción de las reglas de circulación y de siniestralidad, con cifras muy superiores a las que pueden mostrar los sujetos sin SDAHA [31-35]. Las irregularidades se manifiestan en varias facetas: 1. Tendencia a conducir –lógicamente sin carnet– antes de la edad permitida; 2. Utilizan poco las señales de conducción (cesión de paso, stop, respeto del paso de cebra, luz de intermitencia, etc.); 3. Exceso de velocidad; 4. Continuas infracciones al código de circulación y frecuentes multas; 5. Los sujetos con SDAHA cuadriplican el número de accidentes respecto al resto de la población. A ello hay que añadir problemas con otros conductores, como insultos desde el vehículo, falta de reconocimiento de su culpabilidad en las infracciones, ansiedad y cambios de humor, desobediencia a las órdenes de parada, conducción en estado de embriaguez con cifras altas de alcoholemia, conducir pese a la retirada del carnet, etc. Infracciones que no perece que se cometan por falta de conocimientos teóricos ni por bajo nivel intelectual, sino por impulsividad y por disminución de la capacidad de análisis de cada circunstancia respecto a lo que conviene hacer en un momento dado [34]. Los accidentes parecen estar originados por los factores referidos anteriormente y por la facilidad para dispersar su pensamiento, amén de la incapacidad para mantener la atención concentrada durante un tiempo prolongado. Tics crónicos o síndrome de Gilles de la Tourette Existen discrepancias sobre la inclusión de este cuadro, también conocido abreviadamente como ST, del SDAHA o como una entidad que forma parte exclusiva de los trastornos extrapiramidales. Sin embargo, el hecho de que las alteraciones del comportamiento y las características neuropsicológicas –ansiedad, depresión, problemas de concentración– de los sujetos con tics asociados a SDAHA sean considerablemente más patológicos que los que pueden observarse en sujetos con tics aislados, hace pensar en la verdadera comorbilidad de los tics del ST en el SDAHA [35]. Hay estudios, sin embargo, en los que no ha podido constatarse una relación cerrada entre ST con SDAHA, ni entre los sujetos con ST ni entre los familiares [36]. En la vida de quienes padecen ST y SDAHA pueden existir más problemas derivados de los trastornos propios del SDAHA, especialmente durante los primeros años de la escolaridad, que los propios tics [37]. Estudios de imagen por resonancia magnética (RM) han mostrado desproporciones en el desarrollo de ciertas estructuras cerebrales 13 I. PASCUAL-CASTROVIEJO con relación a otras y respecto al tamaño que se encuentra en los sujetos sin ST, en las que se asocia mayor gravedad de los tics con un menor desarrollo de las regiones orbitofrontal, temporal media y parietoccipital [38]. Ciertos estudios anatomofuncionales hacen pensar en que la iniciación y ejecución de diversos comportamientos motores y de vocalización, que caracterizan al ST, así como las manifestaciones impulsivas que frecuentemente les acompañan, pueden estar causados por una actividad aberrante de los circuitos paralímbicos que interaccionan con las actividades sensoriomotoras, de lenguaje y de ejecución de funciones [39]. Algunos entienden que estos trastornos orgánicos se ven favorecidos por la situación mental de los sujetos, cuyos cambios pueden favorecer la presencia de los tics [40]. Esta influencia, sin embargo, también puede apreciarse en casi todas las expresiones funcionales del SNC. Asimismo, se ha sugerido que fallan los sistemas inhibitorios corticales motores en los sujetos con SDAHA y tics tras estimulación magnética transcraneal [41]. Últimamente se están sobrevalorando las cifras de sujetos que pueden padecer ST [42] y también los casos de ST relacionados SDAHA, que algunos sitúan hasta en el 60% [43]; estas cifras podrían ser exageradas, en opinión de algunos, por la inclusión en ellas de niños tratados con psicoestimulantes [44]. Actitud oposicional desafiante Se trata de un trastorno comórbido muy frecuente entre los niños preadolescentes y adolescentes –incluso puede encontrarse en niños más pequeños– especialmente con la madre, y se puede observar no sólo en varones, sino también en mujeres, aunque el predominio en el sexo masculino es evidente. A veces es difícil separar los conceptos de actitud oposicional desafiante y los trastornos de conducta, especialmente cuando se dan fuera de la esfera familiar. Se considera que ambos trastornos representan del 30 al 50% de las alteraciones comórbidas [45]. En mayor o menor grado, la actitud negativa y desafiante se presenta hasta en un 60% de los sujetos con SDAHA, mientras que sólo se encuentra en el 11% de la población sana [46,47]. Las características más sobresalientes de la actitud oposicional desafiante son: negativismo, hostilidad y comportamiento desafiante. Existen muchos grados en este cuadro, dentro del cual el problema es más grave cuanto más predomina la actitud desafiante sobre la oposicional, cuanto más acontece esta actitud hacia el padre –normalmente la muestran predominantemente con la madre– y cuanto más se niega el sujeto a admitir los consejos, correcciones y castigos. Se considera que la actitud oposicional desafiante es un trastorno comórbido menos grave que los problemas de conducta, pero todo es cuestión de matices y, en muchos casos, éstos pueden ser precursores de aquéllos [48]. Hay estudios longitudinales en los que ha podido comprobar que los sujetos con SDAHA y comorbilidad de tipo desafiante durante la niñez eran más frecuentemente detenidos por la policía y cometían un mayor número de delitos de tipo felónico que los niños con menores grados de gravedad; estos últimos cometían también más delitos que los controles [49]. La presencia del cuadro durante la infancia en grado grave puede ser la expresión de lo que más tarde, al llegar a la edad puberal y adulta, constituye el cuadro comórbido con trastornos del comportamiento o personalidad psicopática [50], especialmente si el trastorno tiene carácter familiar. Impulsividad/Agresividad Aunque la impulsividad se considera uno de los signos básicos del SDAHA, existen grados muy graves que entran dentro de los trastornos comórbidos y que pueden inscribirse dentro del comportamiento antisocial. Si la impulsividad se acompaña de agresividad, el cuadro puede conllevar una gravedad alta y los sujetos que lo presentan 14 pueden representar un peligro para cualquier persona que convive, trabaja o se relaciona con ellos. Padres, hermanos, esposas, hijos y compañeros de trabajo, que son las personas de su entorno, o bien antiguas novias, antiguos socios de negocios, anteriores esposas, así como cualquier persona con la que contacten ocasional o accidentalmente, pueden pasar malos momentos en su compañía, e incluso en su ausencia, ya que están expuestos a sufrir agresiones con consecuencias a veces irremediables. Los hechos más trágicos pueden ocurrir cuando los afectos se encuentran en estado de embriaguez o bajo el efecto de drogas –sus estados de depresión, dentro del cuadro bipolar tan frecuentemente padecido por estas personas, les hacen recurrir frecuentemente al consumo exagerado de alcohol y de drogas–, o bien por sus reacciones mentales ‘en cortocircuito’, que pueden llevarles a tomar determinaciones y a cometer actos brutales e irracionales, como ilustran las páginas de sucesos de los periódicos. Una persona con estas características en nuestro entorno familiar y social es una ‘bomba de relojería’ que llevamos constantemente con nosotros y cuya explosión puede ocurrir en cualquier momento. Ansiedad Cuatro son las facetas que expresan los trastornos de ansiedad: afectiva, cognitiva, física y de comportamiento [51]. Los problemas de ansiedad son signos desfavorables para el funcionamiento de los sujetos con SDAHA en la edad adulta [52]. La ansiedad parece asociarse más con el déficit de atención que con la hiperactividad. Ello puede concordar con un reconocimiento emocional reducido ante los estímulos auditivos que muestran los pacientes con SDAHA y ansiedad respecto a los que no presentan esta alteración comórbida [53]. Cambios de humor: síndrome bipolar Los cambios de humor forman parte de la personalidad de los sujetos con SDAHA y se aprecian desde los primeros años de vida. Es una de las características que definen mejor a estos niños, especialmente a los que cursan con predominio de la hiperactividad, de los que se puede decir, en lenguaje coloquial, que ‘cambian del beso al sopapo y viceversa antes de que cante un gallo’. Lo mismo ocurre con los adultos, que pasan de ser amigos a ser enemigos y, viceversa, una simple mirada pueden interpretarla como amistosa o de enemistad. La presencia de manía o de síndrome bipolar está bastante condicionada a que el cuadro tenga carácter familiar [54]. Los descendientes de los sujetos con síndrome bipolar tienen altos niveles de psicopatología. La historia de padres con síndrome bipolar de comienzo temprano y de niños con SDAHA puede incrementar los riesgos de síndrome bipolar en la descendencia. Los síntomas prodrómicos de niños que desarrollarán síndrome bipolar pueden ser sutiles cambios de humor y dificultades para disimularlos y, en menor grado, presencia de los clásicos signos de manía [55]. La comorbilidad del síndrome bipolar con el SDAHA es variable, con cifras muy desiguales según los autores: entre el 9 [56] y el 94% [57], pasando por otras intermedias como el 21,3% [58]. Las alteraciones afectivas en edades tempranas de los sujetos con SDAHA pueden significar la probabilidad de un alto riesgo para la aparición de síndrome bipolar en la edad adulta [59]. Este cuadro bipolar, lógicamente, puede relacionarse frecuentemente con alteraciones de conducta, ansiedad y cuadros psicóticos. Parece que la depresión en los adultos con SDAHA se desarrolla de forma insidiosa [60]. El trastorno bipolar con predominio de manía se observa más frecuentemente en niños y adolescentes con SDAHA en los que predomina la hiperactividad [61]. Hay que recalcar, sin embargo, que no todos los sujetos con síndrome bipolar padecen SDAHA, puesto que hay series en las que se ha podido encontrar SDA- REV NEUROL 2002; 35 (1): 11-17 SÍNDROME DE DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD HA sólo en el 21% de los adolescentes con trastorno bipolar [62]. La presencia de SDAHA asociado a trastorno bipolar suele acarrear también la compañía de otros tipos de enfermedad comórbida como la actitud oposicional desafiante, ansiedad, irritabilidad, trastornos de conducta, depresión mayor, etc. [63]. Cuando esta comorbididad se asocia con bajo rendimiento escolar, baja autoestima y problemas familiares y sociales, puede precipitar o agravar el cuadro depresivo [64]. Se ha observado que hasta un 43% de los prepúberes y adolescentes con síndrome bipolar mostraban signos de hipersexualidad en una manifestación más de las que pueden aparecer en la fase de manía [65]. La depresión parece relacionarse con el déficit cerebral de norepinefrina y dopamina [66], lo cual apoyaría su conexión con el SDAHA. Es relativamente frecuente la asociación de alcoholismo y de intentos de suicidio con el síndrome bipolar. Dicha relación parece tener alto componente genético [67]. Comportamiento antisocial Se estima que entre el 10 y el 15% de los niños y adolescentes con SDAHA presentan en la edad adulta un comportamiento antisocial [68]. No existe uniformidad de criterios en la catalogación de este trastorno. Las deficiencias sociales que muestran estos pacientes van asociadas a una percepción emocional muy baja, mientras que los sujetos con SDAHA sin comportamiento antisocial reaccionan socialmente de forma anormal debido a una deficiencia en los adecuados signos de afecto. Los trastornos de conducta (TC) están considerados entre los más frecuentes de la enfermedad comórbida del SDAHA. Se ha estimado que entre el 30 y el 50% de los delincuentes jóvenes han sido diagnosticados previamente como sujetos que padecen SDAHA [69]. Análogamente, se ha observado que aproximadamente la mitad de los niños con SDAHA muestran signos emergentes de comportamiento antisocial [70,71]. Además, los jóvenes que presentan ambos cuadros, SDAHA y TC, muestran problemas de comportamiento más graves y persistentes que aquellos que padecen sólo SDAHA o TC [72,73]. Si la sola presencia del SDAHA es causa de una mayor tendencia al consumo de drogas y de una mayor dificultad para desintoxicarse [74], la asociación del SDAHA a los TC incrementa considerablemente el problema [75]. Se ha debatido mucho y no existe uniformidad de opinión acerca de la posibilidad de que ambos trastornos, SDAHA y TC, formen parte de una patología común o constituyan dos entidades independientes. La personalidad impulsiva, desinhibida y que busca novedades, a pesar de lo que pueden acarrearles sus palabras y sus acciones poco reflexivas, suele ser una constante en los sujetos en los que se asocian SDAHA y TC. Todo lo que pasa por su pensamiento es digno de ser realizado en un momento dado y, en lo posible, mejor pronto que tarde. Esta forma de actuar puede significar, en opinión de algunos, que estos sujetos tienen muchas dificultades o incluso imposibilidad para la inhibición y control del comportamiento, a pesar de la inconveniencia social y la cascada de consecuencias familiares, educacionales, psicológicas y posiblemente legales [76]. Algunas de las características de los niños con deseos continuos de búsqueda de cosas nuevas, especialmente la curiosidad por las drogas, el alcohol y el tabaco, podrían heredarse por vía autosómica dominante [70,76]. Estos sujetos, en su búsqueda de novedades que les hagan ir por delante de todos –por desgracia lo consiguen más en lo malo que en lo bueno–, curiosean pronto con el alcohol, el tabaco y, más tarde, con las drogas, si bien parece que el riesgo subyacente por fumar y por la dependencia de la nicotina tiene una fuerte carga genética [77-80], al igual que ocurre con la tendencia al consumo de alcohol y de drogas. Estudios llevados a cabo con parejas de gemelos hacen muy sugestiva la posibilidad de que los factores genéticos y ambientales llevan a los sujetos, por igual a mujeres y a varones, al consumo de alcohol y de drogas [81]. En los últimos años se han encontrando alteraciones anatómicas que afectan a la corteza en la zona frontal que condicionarían el comportamiento de los TC [82], y en cuya patología podrían esta involucrado el mal funcionamiento de los circuitos corticales frontosubcorticales (amígdala, algunos núcleos basales, núcleos del tronco cerebral, etc.) [83]. BIBLIOGRAFÍA 1. American Psychiatric Association. Diagnostic and statistical manual of mental disorders. DSM-IV. 4 ed. Washington DC: American Psychiatric Association; 1994. p. 78-85. 2. Swans DIM, Learner M, Williams L. More frequent diagnosis of attention deficit-hyperactivity disorder. N Engl J Med 1995; 33: 944. 3. Pascual-Castroviejo I. Comorbilidad. In Pascual-Castroviejo I, ed. 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REV NEUROL 2002; 35 (1): 11-17 SÍNDROME DE DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD ENFERMEDAD COMÓRBIDA DEL SÍNDROME DE DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD Resumen. Objetivo. Hacer una exposición de la patología comórbida que se asocia al síndrome de déficit de atención con hiperactividad (SDAHA), tanto en la edad infantil como en la adulta. Pacientes y métodos. Se utilizan los cuadros considerados por la literatura internacional como aquellos que se presentan en un mayor o menor porcentaje de sujetos: problemas de afectividad, dificultades en el aprendizaje, dislexia, problemas para conducir vehículos, ansiedad, síndrome bipolar, trastornos de coordinación motora, tics crónicos o síndrome de Gilles de la Tourette, actitud oposicional desafiante, comportamiento impulsivo-agresivo, comportamiento antisocial y tendencia a la delincuencia y al consumo de alcohol y de drogas. Conclusión. La presencia de trastornos comórbidos en el SDAHA suele indicar una mayor gravedad del trastorno que puede provocar que muchos de estos sujetos sean candidatos a permanecer toda su vida en contacto con psiquiatras, la policía y la justicia. [REV NEUROL 2002; 35: 11-7] Palabras clave. Comorbidad. Comportamiento antisocial. Consumidores de alcohol y drogas. Dificultades en el aprendizaje escolar. Síndrome bipolar. Síndrome de déficit de atención con hiperactividad (SDAHA). Síndrome oposicional desafiante. Tics. Trastornos de coordinación motora. REV NEUROL 2002; 35 (1): 11-17 PATOLOGIA COMÓRBIDA DA SÍNDROMA DE DÉFICE DE ATENÇÃO COM HIPERACTIVIDADE Resumo. Objectivo. Fazer uma exposição da patologia comórbida que se associa à síndroma de défice da atenção com hiperactividade (SDAHA), quer na idade infantil quer no adulta. Doentes e métodos. São utilizados os quadros considerados na literatura internacional, como os que se apresentam numa maior ou menor percentagem de indivíduos. São eles os problemas de afectividade, dificuldades de aprendizagem, dislexia, problemas na condução de veículos, ansiedade, síndroma bipolar, perturbações de coordenação motora, tiques crónicos ou síndroma de Gilles de la Tourette, atitude oposicional desafiante, comportamento impulsivo-agressivo, comportamento anti-social, tendência para a delinquência e para o consumo de álcool e drogas. Conclusão. A presença de perturbações comórbidas na SDAHA indica habitualmente, maior gravidade da perturbação, fazendo com que muitos destes indivíduos, sejam candidatos a passar toda a sua vida em contacto com os psiquiatras, os polícias e a justiça. [REV NEUROL 2002; 35: 11-7] Palavras chave. Comorbilidade. Comportamento anti-social. Consumidores de álcool e drogas. Dificuldades na aprendizagem escolar. Perturbações da coordenação motora. Síndroma bipolar. Sindroma de défice de atenção com hiperactividade (SDAHA). Síndroma oposicional desafiante. Tiques. 17