Autonomía de la banca central y control de la inflación

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Autonomía de la banca central
y control de la inflación
ALEJANDRO DÍAZ-BAUTISTA*
Introducción
L
a reforma del Estado en México y en
América Latina ha fomentado la creación
o modificación de instituciones federales y
estatales que ahora tienen nuevos mandatos y
funciones, estructuras, al igual que nuevos mecanismos de responsabilidad y autonomía. En
el caso de la economía, los bancos centrales con
autonomía administrativa promueven la credibilidad de decisiones públicas concediendo
fuerza en la toma de sus decisiones. La autonomía institucional del banco central es el medio
de resolver las inconsistencias políticas y del
tiempo que se presentan por parte de las presiones ejecutivas, legislativas, y políticas de los
partidos en el poder, y un ingrediente esencial
para tener una política económica encaminada
al control de la inflación. El presente estudio
tiene como objetivo la relación de la autonomía de los bancos centrales y la inflación en el
mundo. Para evaluar las dimensiones distintas
de la relación de la autonomía de bancos centrales y la inflación, se han diseñado índices de
autonomía para una muestra de 99 países en
el mundo. Los resultados muestran que la es-
tabilidad del nivel de precios y el control de la
inflación presentan cierta relación negativa con
el nivel de autonomía que presenta el banco
central del país. Los resultados son importantes en el sentido que el control de la inflación y
la autonomía de la banca central son requisitos
para un crecimiento sostenido de largo plazo
de la mayoría de los países en el mundo.
La autonomía del banco central y el control
de la inflación
En la búsqueda de fórmulas que llevan a un
país a controlar su nivel de inflación se encuentra el cederle la responsabilidad de la política
monetaria a un banco central independiente y autónomo, asignándole como objetivo
primordial preservar la estabilidad del nivel
de precios. Los gobiernos auto limitan su capacidad de utilizar medidas monetarias para
alcanzar ciertos objetivos económicos debido a
que puedan generar distorsiones inflacionarias.
En los últimos años se ha demostrado que la
inflación provoca costos económicos y sociales
muy onerosos, por lo que existe una tendencia en la mayor parte de los bancos centrales y
Alejandro Díaz-Bautista es doctor en Economía por la Universidad de California, Irvine. Profesor-investigador de Economía,
Departamento de Estudios Económicos, COLEF. Dirección en México: Blvd. Abelardo L. Rodríguez 2925, Zona del Río, BC,
22320, México. Dirección en Estados Unidos: P.O. Box “L”, Chula Vista, CA, 91912-1257, USA. Email: [email protected]
[email protected], agradezco los comentarios de Luis Treviño Garza del Banco de México.
*
22
23
Los principales mecanismos institucionales
que los bancos centrales utilizan para mantener
la estabilidad de precios en la economía son: la
autonomía con respecto al gobierno, la rendición de cuentas y la trasparencia. El estudio
se centra en elaborar un modelo para estimar
la relación empírica y la teoría de acuerdo al
grado de autonomía del banco central y la correspondiente estabilidad de precios, dado que
la influencia de un banco central autónomo en
la política económica, especialmente en la política monetaria, determina el desempeño de la
economía nacional. La estabilidad de precios
puede lograrse mejor con un mayor grado de
independencia del banco central y la reputación de un banco central puede interpretarse
como una función del grado de autonomía.
La inflación en México y comparaciones internacionales
Una preocupación constante de los gobiernos
y de la sociedad en general ha sido el control
de la inflación. La inflación se puede entender
como el incremento generalizado de los precios. Dado que todos somos consumidores,
la inflación es un fenómeno que nos atañe a
todos. Hablamos aquí de aumentos sostenidos
de precios y no de incrementos eventuales, es
decir, cuando hay inflación los precios suben
día con día, los precios de hoy son inferiores a
los de mañana y así continuamente; y no una
única vez y se detienen ahí por mucho tiempo.
Además, se trata de un incremento en el nivel
general de precios, tomando una canasta de
productos y no de algunos precios; por ejemplo, una sequía que provoque una mala cosecha, y que a su vez, estos productos no puedan
ser remplazados con importaciones, sus precios
NÚM. 326 MAYO DE 2004
gobiernos del mundo a procurar la estabilidad
de precios dentro de sus economías, a pesar
de que en ocasiones aparentemente esto vaya
en contra de otros objetivos que también son
importantes como el control del desempleo o
la inestabilidad financiera. De acuerdo con el
estudio de Treviño (2000), se sostiene la tesis
de que un banco central mexicano autónomo
mejora el desempeño de su política monetaria al preservar la estabilidad de precios en la
economía. Así resulta útil mantener mecanismos institucionales que creen los incentivos
necesarios entre las autoridades y los agentes
económicos para que se incremente el nivel de
confianza en las políticas del banco central y se
genere una dinámica de estabilidad.
La hipótesis del presente estudio es demostrar que la transparencia de los bancos centrales y de las entidades públicas en general, es
una estrategia que forma parte de la autonomía
de éstos, para alcanzar y mantener el objetivo
de estabilidad de precios y crecimiento en la
economía. Durante las últimas décadas, las
economías subdesarrolladas como Argentina,
Bolivia, Brasil y México enfrentaron duras crisis producto de una inflación creciente, lo que
motivo a sus gobiernos a la implementación de
nuevos programas para su combate. Estos programas están basados en teorías heterodoxas,
es decir, no sólo atacan la demanda agregada
para la reducción de la inflación, sino también
buscan aplicar políticas de control de precios
para evitar los efectos inerciales que magnifican el proceso; ello, como consecuencia de que
las teorías ortodoxas ya no son suficientes para
su control y reducción. Por tanto, los mecanismos de autonomía de los bancos centrales para
combate a la inflación son una de las nuevas
formas de tratar de controlar la inflación.
se elevarán, pero no quiere decir que haya inflación, sino que hubo un cambio en los precios
relativos producto de una caída en la oferta de
los mismos. Esto es, aquí aumentan unos cuantos precios y no todos.
En el México reciente de 1980 a 2000 se vivieron etapas de elevada inflación y con ella los
mexicanos vieron cómo su poder adquisitivo se
perdía con el paso del tiempo.
Gráfica de Inflación en México
La inflación en México observada con el nivel del índice general de precios (IGP) desde 1981
ha tenido un comportamiento
variado, presentándose los más
altos niveles en 1982 y en 1987,
con una tendencia a la baja en
los últimos años. En 1987, la
inflación llegó a más de los 144
puntos porcentuales. Sin embargo, México redujo la inflación a
un poco más de 9% para el año
2000. La inflación no ha sido
exclusiva de nuestro país, ya que
en América Latina varios países
entre los que figuran Brasil en
1990 alcanzó una inflación de 2
599% y Perú para ese mismo año alcanzó una
cifra récord de 6 134% según datos del Banco
Mundial. Esta situación tampoco ha sido exclusiva de los países de América Latina, la gran
mayoría de los países del mundo han sufrido
de las consecuencias de la inflación, sólo que
algunos la han sufrido a niveles estratosféricos,
tal es el caso de Hungría, que en 1945 registró índices inflacionarios de hasta 19 800%
mensual, y Alemania en 1922 registró una
tasa de 314% mensual. Estos casos son definitivamente situaciones extremas
derivados de grandes alteraciones
en la vida económica de los países.
Por otro lado, los países industrializados como Estados Unidos han
podido controlar la inflación, como
lo muestra el siguiente cuadro. Para
2000, Estados Unidos presenta una
inflación de 3.7%, mientras que
México tuvo una inflación un poco
mayor a 9%, y Ecuador presenta
una inflación extrema de más de
100 por ciento.
CUADRO 1.
Inflación en América Latina y Estados Unidos, 1998-2000
(en porcentajes)
País
Ene-Jun 2000
Anualizada 2000
Argentina
- 0.40
- 1.10
Brasil
3.16
14.09
Chile
2.40
3.70
Colombia
6.98
9.68
Costa Rica
4.91
10.50
Ecuador
65.10
103.70
El Salvador
3.60
3.10
Estados Unidos
2.42
3.70
Guatemala
2.98
7.23
México
4.39
9.41
Paraguay
5.50
10.30
Perú
1.69
3.21
Uruguay
2.74
4.79
Venezuela
6.80
16.40
24
1999
- 1.80
19.98
2.30
9.23
10.11
60.7
- 1.00
2.70
4.92
12.32
5.40
3.73
4.17
20.0
1998
0.70
1.70
4.70
16.70
12.36
43.40
4.20
1.60
7.48
18.61
14.6
6.01
8.63
29.90
1
donde M expresa la masa monetaria en circulación, V es la velocidad de circulación del
dinero, P es el nivel de precios y Y es el nivel de
producción. Considerando que V es constante
por cuestiones institucionales en el corto plazo
(ya sea, por ejemplo, que los salarios se paguen
quincenal o mensualmente, esta estructura no
cambia en el corto plazo); que el nivel de producción es fijo en el corto plazo (la economía
se encuentra en pleno empleo y no hay cambio
tecnológico en el corto plazo); y, que el volumen de masa monetaria es exógeno (ya que es
determinado por las autoridades monetarias);
entonces, el nivel de precios se convierte en la
variable dependiente de la ecuación. Por tanto,
el nivel de precios está determinado por la cantidad de dinero en circulación. Como mencionan Dornbusch y Fischer (1990), en la teoría
clásica el nivel de precios es proporcional a la
cantidad de dinero. En suma, para los clásicos,
todo incremento en la oferta de dinero provoca el alza en los precios.
A diferencia de los clásicos, Keynes argumenta en la teoría general que “la posibilidad
de alcanzar el equilibrio entre oferta y demanda agregada aún con desempleo, es decir,
equilibrio sin pleno empleo en condiciones
normales”. Pero, ¿cuál es la relación de esto
con la inflación?. Para contestar a esto es necesario introducir algunos conceptos como el
de capacidad instalada empleada y capacidad
instalada ociosa. La primera representa la producción real de la economía o la oferta total
de bienes y servicios; mientras que la segunda,
por su parte, refleja la producción potencial, o
lo que es lo mismo, la capacidad de respuesta
de la economía para incrementar su oferta ante
un crecimiento repentino de la demanda. Independientemente de lo que ocurra con un in-
Definición presentada Ángeles (1990).
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A lo largo de la historia, la inflación ha presentado diversos comportamientos, esto con
relación con la magnitud que han alcanzado
las alzas en los precios. Es posible clasificar a
la inflación en latente, si su tasa anual de crecimiento no es mayor al 4%. La inflación es
seria, si crece año con año a un ritmo inferior
a 10 por ciento.
Una hiperinflación se da cuando los precios crecen rápidamente en el año, por varios
años, sin pasar el 100% anual. La mega inflación es cuando el crecimiento anualizado de
los precios rebasa el 100% anual, por varios
años.1 De acuerdo con estas clasificaciones
podemos argumentar que México pasó de
ser un país hiperinflacionario en 1987 (159%
crecimiento de la inflación de diciembre a diciembre), a un país con inflación seria en 1994
(7% crecimiento de diciembre a diciembre).
En la actualidad no existe una teoría completa
y bien formada sobre la inflación, de ahí que
para explicar las causas que dan origen a la inflación, se intentará mostrar las justificaciones
que sustentan la teoría clásica, keynesiana y
moderna de la inflación. Estas teorías son las
aceptadas y reconocidas en el ámbito mundial
como explicativas del fenómeno inflacionario;
además, por ser aquellas que, de alguna u otra
forma, identifican nuestra realidad económica. Para los clásicos el papel del dinero en la
economía es únicamente el de servir como
medio de cambio, y nada más. La economía
funciona con empleo pleno de recursos y existe una flexibilidad de los salarios monetarios
con un nivel dado de precios.
Dentro del mercado de dinero se determina el nivel de precios, para lo cual hay que
hacer uso de la ecuación de intercambio de
la teoría cuantitativa del dinero (MV = PY)
cremento de la masa monetaria, según esta teoría, los precios no subirán. En la economía (al
no encontrarse en pleno empleo de recursos)
existe capacidad instalada ociosa que puede
contener el incremento de la demanda. A no
ser que, “de manera excepcional” la economía
se encuentre el pleno empleo, solamente así,
ocurrirá un incremento en el nivel de precios.
Por lo tanto, para esta teoría habrá incrementos en precios en tanto no exista producción
potencial o capacidad instalada ociosa.
Jarque y Téllez (1993) mencionan que en
la teoría moderna la inflación se atribuye a tres
causas principales, las cuales pueden actuar
aislada o conjuntamente: exceso de demanda,
impactos en la oferta y componentes inerciales. El exceso de demanda ocurre debido a
un desajuste entre oferta y demanda agregada
por un exceso de la segunda y ante una nula
posibilidad de crecimiento de la primera para
compensar el desequilibrio. El exceso de demanda ocasiona un alza en el nivel de precios.
Pero, ¿cómo es que existe sobredemanda?, la
explicación viene dada así, “el déficit del sector
público es el componente de la demanda agregada que hace que ésta supere las posibilidades
de producción de la economía y que ejerza
presión sobre los precios”. Esto es debido a
que el gobierno puede financiar su gasto por
medio de la creación de dinero, lanzando más
dinero a la circulación y creando presiones
inflacionarias. El brote inflacionario se debe
a un incremento en los costos de producción,
como lo mencionan Jarque y Téllez (1993), los
cuales son ocasionados por dos razones: la devaluación. Cualquier desequilibrio en balanza
comercial que produzca una devaluación del
tipo de cambio, ocasionará un incremento
26
de los precios de bienes de importación, lo
que elevará costos productivos y, por tanto, el
nivel de precios al trasladarse los primeros a
los últimos. Este efecto es de gran relevancia,
sobre todo en economías como la mexicana,
en donde los bienes intermedios y de capital
representaron en 1993, 1994 y 1995, el 88,
88 y 92.3%, respectivamente, del total de las
importaciones del país. La otra razón es por
incrementos salariales. Si se tienen incrementos salariales por encima del crecimiento de
la productividad, implica un incremento en
costos, pues la relación producto-trabajo ha
disminuido, y para mantenerla en el nivel anterior hay que elevar los precios, creándose así
presiones inflacionarias.
Dentro de los componentes inerciales se
tienen los mecanismos de propagación según
lo muestran Jarque y Téllez (1993). Estos mecanismos son fundamentalmente tres. Uno de
ellos es la existencia de mecanismos formales
e informales de indización (ex-post). Estos
representan aquellos mecanismos que reproducirán en la inflación futura la presente, es
decir, empresarios, trabajadores y gobierno
indexan precios, salarios y tarifas en función
de la inflación pasada, lo cual hace que la inflación futura sea igual o incluso hasta mayor
que la pasada. Un segundo mecanismo son
los ajustes desfasados de precios. En una economía los ajustes de precios no se dan en un
mismo tiempo, lo que ocasiona presiones en el
alza de precios. Un tercer mecanismo son las
expectativas de los distintos agentes económicos. La toma de decisiones para la fijación de
precios con base en que la inflación esperada
será aproximadamente igual a la anterior, confirma las expectativas de un crecimiento en los
Se clasifican en dos los tipos de políticas económicas de combate a la inflación, esto de
acuerdo a los esquemas teóricos antes mencionados. Por un lado, tenemos las políticas
ortodoxas, las cuales hacen hincapié en el uso
de políticas de demanda agregada; es decir,
basan su programa de control y combate a la
inflación en políticas monetarias y fiscales restrictivas, ya que para estas políticas tradicionales, la inflación es esencialmente un fenómeno
monetario. Por el otro lado, están las políticas
heterodoxas que consideran que la inflación
tiene un importante componente inercial y
puede ser causado tanto por desequilibrios en
el sector real como por desajustes en la política
monetaria. Este componente inercial se manifiesta por la forma en como está estructurado
el mercado, desde la vía en como se reparte la
riqueza, hasta la forma en como se pacta la
indexación de los contratos salariales. Estas
políticas basan su estrategia antinflacionaria
en un ataque directo a los (aumentos de los)
precios; ya sea, por la vía de la concertación
o a través de mecanismos impuestos por el
gobierno, como el congelamiento o control
generalizado de los precios (de los bienes, del
tipo de cambio, de los salarios nominales y de
las tarifas públicas).
Las políticas ortodoxas son las políticas económicas que centran su estrategia en el control
monetario para reducir la demanda agregada
vía políticas fiscales y monetarias restrictivas.
La política fiscal es la que comprende ingresos, gastos y deuda públicas. Para este caso en
especial (de acabar con la inflación), expresa el
eliminar el déficit fiscal, es decir, contar con
finanzas públicas sanas, para lo cual recomien-
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NÚM. 326 MAYO DE 2004
Las políticas de abatimiento de la inflación
precios. Por lo que la teoría moderna de la inflación puede ser representada en la siguiente
ecuación: Pe = a1w + a2e + a3z
Donde: Pe es la inflación esperada, w es
el salario, e es la depreciación del tipo de cambio, z son los precios del sector público y a1,
a2 y a3 son coeficientes que varían de acuerdo
al peso de la variable en la economía y que al
sumarse son igual a la unidad.
La ecuación señala los principales costos
de producción que provocan la inflación, y
dice que para que la inflación esperada (Pe)
sea menor a la inflación en el periodo anterior
(P-1), es necesario que por lo menos uno de los
costos sea menor, en tanto que los otros dos, a
lo más, deberán ser iguales que en el periodo
anterior. Por ejemplo, si P = 4.5% y se busca
que (P-1)> Pe, es preciso que w, e o z < 4.5% (al
decir esto queremos decir que deben indexarse
a un valor menor al señalado), eso dependerá
de en que quiera anclarse el programa de combate a la inflación.
En el caso mexicano de combate a la inflación, apoyándonos en esta ecuación, se decidió anclar el tipo de cambio (e en la ecuación),
es decir, tanto w como z se indexaron al valor
de la inflación, lográndose grandes resultados.
Según Lustig (1995), la inflación pasó de
157.9 % en 1988 a 7.1 % en 1994.
Según Jarque y Téllez (1993) la inflación
causa diversos efectos sobre la economía, dentro de los cuales podemos señalar las distorsiones administrativas, las distorsiones fiscales
y las distorsiones a la asignación de recursos.
Aunado a estas distorsiones, podemos agregar
el acortamiento en el horizonte de toma de decisiones, pues resulta casi imposible el elaborar
proyectos de inversión con gran certidumbre
en economías con alta inflación.
da reducir el gasto público, incrementar los
ingresos públicos mediante impuestos directos
o indirectos o incrementos en precios y tarifas
del sector público, y planes de financiamiento
de la deuda pública de largo plazo.
La política monetaria para el control de la
inflación cubre todo lo referente al dinero: su
emisión, costo, destino, y demás. Como el fin
es reducir la masa monetaria en circulación,
esta política señala lo siguiente: Restringir
la emisión de circulante por parte del banco
central, ya que al estar financiando el gobierno
su déficit con dinero nuevo (sin contraparte
en producción), se estarán creando mayores
presiones inflacionarias y lo que se busca es
reducirlas. Emitir bonos y certificados gubernamentales mediante operaciones de mercado
abierto, es decir, el proceso consiste en que el
gobierno ofrezca los bonos en el mercado de
valores para que sean adquiridos por los inversionistas y sacar así dinero de la circulación,
reduciendo o en su caso, eliminando presiones
en el alza de precios. Incrementar el encaje legal que consiste en que el gobierno solicite a
las instituciones de crédito (los bancos), mantengan una reserva líquida de dinero a manera
de protección, evitando así un mayor volumen
de dinero en circulación y con ello disminuir la
demanda agregada. De igual manera se pueden
restringir los créditos mediante dos vías. Una
de ellas consiste en incrementar la tasa de interés, lo cual eleva el costo del dinero y reduce
su demanda; la otra, mediante restricciones de
tipo administrativo, como son la nula aprobación de créditos y la exigencia de garantías
elevadas. La aplicación de estas políticas económicas llega a tener resultados satisfactorios
para el control inflacionario; sin embargo, son
altamente recesivas, por lo que su costo de
28
aplicación es elevado, pues crean desempleo,
desalientan la inversión, el crecimiento es nulo
o negativo.
El enfoque heterodoxo centra su estrategia
en el control de precios, tipo de cambio y salarios al considerar la existencia de mecanismos
de propagación (componentes inerciales) que
validan y magnifican la inflación. Antes de la
puesta en marcha de un programa que emplee
políticas de este tipo es necesario que el país
cuente con unas finanzas públicas sanas, un
tipo de cambio real y reservas internacionales
compatibles con las metas de estabilidad de
precios. Una vez logradas estas precondiciones, se sugiere la aplicación de una política de
precios, una política cambiaria, una política
salarial y una política comercial.
En la política de precios se puede aplicar un
congelamiento o control generalizado de los
precios, posterior a la realineación de los precios relativos. Para que una política de este tipo
tenga éxito, es importante equilibrar los precios de unos bienes en relación con los precios
de otros, para establecer un control de precios
más justo. En el caso mexicano, por ejemplo,
realinearon precios y tarifas del sector público,
que al estar tan subsidiados habían quedado
rezagados en relación con los precios de otros
bienes del sector privado. Además, el control
de precios no se realizó solo en los bienes de
consumo, sino también en bienes intermedios,
procurando así reducir costos productivos. En
el caso de México, esto se llevo en un marco de
concertación y acuerdo mediante la firma de
pactos económicos.
Dentro de los costos productivos señalados
por la teoría moderna de la inflación se incluye
el tipo de cambio; como tal, esta política señala
su congelamiento, es decir, mantener un tipo
Metas de inflación y la política monetaria
En la última década, un gran número de países industrializados adoptó un marco para la
política monetaria de sus países que se conoce
como metas de inflación (inflation targets).
Este marco se adopta como una respuesta a
las dificultades que se presentan en conducir
la política monetaria al utilizar instrumentos
de cambio u otros agregados monetarios como
el objetivo intermedio principal. Al mismo
tiempo observaron al tener un expediente de
la inflación y al realizar políticas monetarias
más transparentes y responsables, se mejora
la credibilidad de la política monetaria. En la
práctica, el poder establecer metas de inflación
también ha servido como un medio para expli-
29
car al público los costos de una política monetaria expansiva y de la necesidad de comprar
con derecho preferente cualquier presión inflacionaria. Hasta ahora solamente algunos países
industrializados han instaurado las metas de
inflación. Los siete primeros países fueron
Nueva Zelanda, Canadá, Inglaterra, Suecia,
Finlandia, Australia, y España. Es posible que
se puedan establecer metas de inflación en los
países en vías de desarrollo. Para poder reducir
la inflación, se necesita tener la premisa de que
la meta principal de la política monetaria del
país debe ser lograr y preservar una tasa de inflación baja y estable.
La política monetaria afecta la tasa de inflación con los retrasos de la duración incierta y de
la fuerza que varía. Estos retrasos la hacen difícil, si no imposible, para que el banco central
controle la inflación sobre una base de período
a período. Considerando lo anterior, el primer
requisito para que cualquier país considere la
adopción de tener metas de inflación es que el
banco central debe tener un grado considerable de autonomía e independencia. Aunque no
es necesario que el banco central tenga autonomía legal completa, las autoridades monetarias
deben tener la libertad para manejar los instrumentos de la política monetaria hacia cierto
objetivo nominal. Para resolver este requisito,
un país no debe demostrar los síntomas de la
dominación fiscal, es decir la conducta de la
política monetaria no se debe dictar por consideraciones puramente fiscales. Esto implica
que el préstamo al sector público por el banco
central y el sistema de actividades bancarias
debe ser reducido o no existente; el gobierno
debe tener una amplia base del crédito y no
debe confiar en el señoreaje generado por la
emisión excesiva. El señoreaje se refiere al in-
NÚM. 326 MAYO DE 2004
de cambio fijo como anclaje a las presiones
inflacionarias, evitando toda devaluación de la
moneda, ya que esto acarrearía de nuevo una
espiral inflacionaria.
La política comercial para abatir la inflación
consiste en la eliminación de trabas al comercio exterior, o sea, procurar un mercado librecambista, sin restricciones fuertes al comercio.
Para ello, se recomienda eliminar permisos a la
importación, reducir aranceles y quitar cuotas
de importación. Con ello, la oferta de bienes y
servicios se incrementa por lo que los precios
tenderán a caer además de entrar en competencia los productores nacionales y extranjeros,
lo cual obligará al primero a equiparar y equilibrar costos de producción, calidad y precios.
Es preciso señalar que dependerá de la magnitud de la inflación y la rapidez con la cual se
desee combatir la misma, el grado con el cual
se apliquen las políticas de corte tradicional o
heterodoxas para abatir la inflación.
greso del gobierno por creación de dinero. Los
mercados financieros domésticos deben poder
absorber la colocación de los instrumentos de
deuda pública y privada; y la acumulación de
la deuda pública debe ser sostenible. Si estas
condiciones no se resuelven, los desequilibrios
fiscales grandes o prolongados darán lugar a las
presiones inflacionistas que reducen la eficacia
de la política monetaria en la obtención de
cualquier meta nominal y forzarán al banco
central a seguir una política monetaria con
altas tasas de inflación.
En los estudios sobre la autonomía y independencia del banco central en los países en
vías de desarrollo se puede observar que las
autoridades monetarias tienen que considerar
varios aspectos.
En particular, en los países en vías de desarrollo, la conducción de una política monetaria autónoma e independiente debe considerar
tres factores. Los factores son el señoreaje, los
mercados financieros y el gobierno (cuando el
gobierno trata de extraer ingresos mediante represiones financieras mediante tasas de interés,
además de requerimientos en las reservas internacionales, las políticas de crédito sectorial,
y la emisión de deuda pública con sistemas
bancarios frágiles. Al observar los datos sobre
ingresos por señoreaje, la inflación y el déficit
fiscal del gobierno podemos obtener ciertos
Cuadro 2.
Señoreaje, Inflación y Balance Fiscal del Gobierno
Señoraje 2
Economías Avanzadas4
Estados Unidos
Alemania
Japón
Países con metas
de Inflación (7)
África (19)
Asia (13)
China
Asia sin China (12)
Corea
Malasia
Singapur
Europa del Este
Hungría
Polonia
América Latina
y el Caribe(15)
Argentina
Brasil
Chile
México
Medio Oriente (9)
Inflación IPC
Balance Fiscal del Gobierno 3
1980
1992
1980
1980
1992
1980
1980
1992 1980
1991
1995
1995
1991
1995
1995
1991
1995 1995
0.75
0.32
0.64
7.2
3.3
6.2
-3.8
-4.7 -4.0
0.35
0.44
0.37
5.4
2.8
4.8
-3.5
-3.3 -3.4
0.48
0.30
0.44
2.9
3.5
3.1
-2.4
-1.6 -2.2
0.63
0.32
0.55
2.6
0.9
2.2
-3.1
-3.0 -3.1
0.59
1.42
1.53
3.54
1.34
0.79
1.42
1.57
0.54
1.31
2.04
7.75
1.57
1.12
3.63
1.22
0.58
1.41
1.79
6.52
1.39
0.87
1.97
1.48
8.0
19.6
7.6
6.5
7.8
8.5
3.5
2.9
2.7
22.2
7.1
16.1
6.5
5.4
3.9
2.3
6.7
20.2
7.5
8.9
7.5
7.7
3.6
2.8
-2.4
-5.2
-3.2
-1.8
-3.3
-1.2
-6.3
5.2
-5.7
-4.7
-1.3
-1.9
-1.2
0.1
0.8
13.1
-3.2
-5.1
-2.7
1.8
-2.8
-0.9
-4.5
7.2
0.42
7.01
4.12
2.23
2.52
5.81
12.7
99.5
23.1
34.6
15.3
83.3
-1.3
-2.3
-6.1
-3.9
-2.5
-2.7
3.22
4.58
4.35
1.70
3.72
2.37
2.37
0.91
7.46
1.53
0.69
1.60
3.00 251.4 110.1
3.66 678.5
10.8
5.13 535.9 1319.6
1.66 21.8
11.9
2.96 61.7
16.8
2.18 22.9
13.8
216.1
511.6
731.8
19.3
50.5
20.6
-3.3
-5.2
-0.7
0.9
-6.8
-7.2
-0.8
0.1
-0.3
2.8
0.1
-4.3
-2.6
-3.9
-0.6
1.4
-5.1
-6.4
Fuentes: datos del International Financial Statistics y World Economic Outlook.
1 Promedio del periodo en porcentajes. 2. Se define como el cambio anual en la base monetaria dividido por el PIB Nominal. 3
Balance del gobierno federal dividido por el PIB nominal.
Nota: número de países en paréntesis.
30
Marco teórico de la política monetaria y la
autonomía del banco central
Para hablar de los alcances en política monetaria de los bancos centrales es necesario detenerse por un momento a pensar sobre el uso
mismo del dinero. Son innegables las contribuciones de autores tales como David Hume
quien propuso por primera vez hace casi 250
años el principio de neutralidad de la política
monetaria, según la cual los cambios en la cantidad de dinero tiene una limitada capacidad
para influir sobre las decisiones de asignación
de recursos de los agentes económicos, de tal
suerte que dichos cambios acaban por causar variaciones en el nivel general de precios.
Samuelson (1958), en uno de los estudios
más importantes de teoría monetaria que se
hayan escrito, describe el carácter de los siste-
31
mas financieros como vehículos para permitir
a las personas la realización de transacciones
intertemporales. Utilizando una metodología
de generaciones traslapadas, demuestra que la
existencia del dinero puede contribuir a elevar
significativamente el nivel de bienestar social.
Sin embargo, Samuelson es sumamente cuidadoso al distinguir entre el surgimiento del
dinero y la subsecuente expansión del medio
circulante. Concretamente, el dinero en sentido estricto, o el sistema financiero visto desde
una perspectiva más amplia, son las instituciones a través de las cuales las personas pueden
ahorrar, lo cual puede facilitar las transferencias intertemporales que constituyen una mejora respecto al status quo en situaciones en las
cuales tales transferencias fueran imposibles.
En este sentido, se afirma que la existencia
de dinero es mejor que la falta del mismo, lo
cual no significa que una vez que éste exista,
mayores cantidades de dinero mejoran el bienestar. Es aquí a donde se regresa a la noción de
neutralidad de dinero, según la cual, cambios
en la cantidad nominal de dinero se traducen
en incrementos en el nivel de precios, ello sin
mayor beneficio para la sociedad.
Contemporáneo a las ideas de Samuelson,
Phillips (1958) elaboró un artículo con la
propuesta que aunque teóricamente el dinero
fuera neutral, en la práctica el responsable de
la política económica podían utilizar herramientas del lado de la demanda agregada para
inducir incrementos en el nivel de actividad y
empleo. Phillips presenta evidencia que condujo a pensar que existió una relación inversa
relativamente estable entre el nivel de desempleo y la tasa de crecimiento de los salarios en
el Reino Unido durante el período 1861-1957.
NÚM. 326 MAYO DE 2004
resultados. Como es de esperarse, el señoreaje
es considerablemente mayor en los países en
vías de desarrollo que en los industrializados.
La relación entre déficit fiscal, inflación y señoreaje varía considerablemente entre regiones
y grupo de países. Los países industrializados
que adoptan metas de inflación presentan una
inflación mucho menor. Es evidente que para
los países en vías de desarrollo, no se cumplen
todavía los requerimientos fiscales para tener
un impacto real de implantar una política monetaria autónoma e independiente. Un banco
central independiente y autónomo tiene mayor
efectividad cuando se requiere en menor grado
el señoreaje. Se muestra en el cuadro, que en
algunos países de medianos ingresos, no se tienen todavía las condiciones para adoptar una
política monetaria con metas de inflación.
Diversas investigaciones posteriores encontraron una relación similar entre la tasa de desempleo y la de inflación, por lo que esta relación
terminó por denominarse la curva de Phillips.
La respuesta a este artículo fue muy entusiasta por parte de los responsables de la política
económica en el mundo industrializado. Sin
embargo, la experiencia pronto sugirió que
la capacidad de la política monetaria y fiscal
para reducir permanentemente el desempleo
era menor de lo inicialmente previsto. Poco
pasó para que tal situación fuese reconocida
en la literatura, destacando particularmente
los artículos de Friedman (1968) y Phelps
(1968). Ambos autores plantearon que cada
economía tenía un nivel natural de desempleo,
y por extensión un nivel natural para las demás
variables reales. Estos niveles correspondían a
sus respectivas tendencias de largo plazo, las
cuales estaban determinadas por condiciones
estructurales como pueden ser la tecnología,
los costos de transacción, eventuales rigideces,
fricciones en los mercados y demás arreglos
instituciones. Por consiguiente, la política monetaria sólo podría promover transitoriamente
la actividad económica, regresando en el largo
plazo a la neutralidad ya planteada por Hume
desde siglos atrás.
Durante los años setenta, los investigadores y los funcionarios públicos parecieron caminar por sendas distintas. Los investigadores,
partiendo de la convicción de que la política
contra cíclica tenía alcances muy limitados,
trataron de entender las posibles causas de
una curva de Phillips en el corto plazo, y con
ello, establecer con más precisión los límites,
en magnitud y tiempo, dentro de los cuales el
activismo monetario y fiscal pudiera justificar-
32
se. Por su parte, los responsables de la política
económica continuaron instrumentando sus
acciones como si la crítica a la curva de Phillips
nunca se hubiera presentado.
Por el lado de la teoría, se plantearon numerosas explicaciones para la no-neutralidad
transitoria de la política de demanda agregada.
Entre todas, la más destacada es la propuesta
de Lucas (1972, 1996). El autor señaló que
partiendo de los fundamentos de la economía
neoclásica, debería esperarse que individuos
racionales asignaran sus recursos de manera
distinta a la que correspondería al equilibrio
con perfecta información sólo si éstos careciesen de información completa y precisa sobre
las decisiones de las autoridades. Es así que si
el público anticipa perfectamente cambios en
el nivel del dinero en circulación, y la política
monetaria es neutral, las variaciones únicamente ocasionan cambios en el nivel general de precios. La brecha que existía entre las opiniones
de los investigadores y el punto de vista de los
funcionarios a cargo de la política monetaria
y fiscal durante los años setenta provenía, en
buena medida, del hecho de que por un lado
Phillips había presentado evidencia a favor de
la capacidad de la política activista para reducir eficazmente el desempleo, mientras sólo se
tenían una serie de argumentos relativamente
abstractos que no se apoyan en evidencia contundente como para descalificar a la primera.
Es por eso que los trabajos seminales de Friedman, Phelps y Lucas provocaron un intenso
trabajo econométrico. El renovado interés por
el tema de la independencia del banco central,
de acuerdo con Goodhart (1994), descansa
sobre la aceptación creciente de una curva de
Phillips vertical en el largo plazo, por lo que
33
reduce el riesgo de variaciones sobre las tasas
de interés reales. En suma, niveles de inflación
bajos y la mayor disciplina fiscal son más probables de encontrarse en aquellos países que
cuentan con bancos centrales más independientes y autónomos.
Cukierman, Webb y Neyapti (1992) desarrollan cuatro medidas de independencia del
banco central y exploran su relación con la
inflación. Uno es un índice legal agregado de
cuatro décadas en 72 países. Los índices son
indicadores de la independencia como el índice del volumen de ventas del banco central, un
índice basado en un cuestionario a especialistas
en 23 países, y una agregación del índice legal
y del índice del volumen de ventas. Los resultados principales son que cuanto más independiente es el banco central, se tiene una menor
inflación en los países industrializados, pero
la relación no se aplica para países en vías de
desarrollo. Masciandaro y Spinelly (1994) han
realizado un esfuerzo por sintetizar los determinantes institucionales para la independencia
y autonomía del banco central. Algunos de los
exponentes recientes del modelo de índices de
autonomía de los bancos centrales son autores
como Goodman (1992) y Treviño (2000) con
un análisis mediante las leyes o estatutos que
gobiernan a las instituciones. En diversos estudios que se han realizado sobre el grado de
autonomía de los bancos centrales se toman
diferentes criterios, por ende, el grado de autonomía es una característica cualitativa y depende en cierto sentido en un grado subjetivo
del autor. En la literatura pertinente, diversos
criterios se han aplicado para analizar el grado
de autonomía del banco central, considerando
las características estatutarias de las provisiones
NÚM. 326 MAYO DE 2004
no existe un trade off entre inflación y empleo
que pueda ser utilizado con fines de fomentar
la ocupación.
De las diferentes perspectivas de trabajo
habría que destacar la de Fisher (1995), quien
establece la distinción entre independencia de
objetivos y de instrumentos. Resulta pertinente esta diferenciación para entender la relación
entre el gobierno y el propio banco central
y, por tanto, hablar del grado de autonomía.
Un banco central que establezca sus propios
objetivos de política tiene una independencia
de objetivos. Mientras que un banco central al
que el gobierno le defina unos objetivos a cumplir y se le otorgue autonomía para elegir los
instrumentos necesarios en la consecución de
las metas tiene independencia de instrumentos. Walsh (1995) utiliza el enfoque de principal-agente para explicar la relación entre el gobierno y el banco central. El estudio establece
contratos entre ambos e incorpora un sistema
de estímulos. El objetivo del banco central es
mantenerse sobre un nivel de inflación óptimo,
así, el banco sería penalizado cuando se aleje de
los niveles establecidos, ya que se hace responsable de los resultados de la política monetaria.
La teoría positivista de la conducta del banco
central lo trata como un agente económico que
debe resolver un problema de maximización
del bienestar social, utilizando para el análisis
el instrumental teórico de las expectativas racionales. La maximización del bienestar social
se obtiene cuando la inflación presente es cero
y el empleo se encuentra en su tasa natural.
Alesina (1993) muestra que la independencia
del banco central puede tener efectos positivos
sobre las variables macroeconómicas en la medida en que se logra estabilidad económica y se
institucionales y políticas de los bancos centrales, de igual forma que el alcance real de la
credibilidad del banco para mantener la estabilidad del precio.
En este contexto, la reputación de un banco central se puede interpretar en función del
grado de autonomía. Sin embargo, en estos
estudios ha llegado a ser evidente que el orden de los bancos centrales en términos de su
grado respectivo de autonomía no es único.
Hay diversos estudios que tratan de medir la
autonomía de manera empírica como Parkin
y Bade (1988); Alesina (1989); Alesina y Grilli
(1991), Grilli/Masciandaro/Tabellini (1991),
Alesina/Summers (1991/1993), y Kronberger
Kreis (1990). La siguiente tabla muestra una
categorización de la autonomía del banco central mediante por países.
Se muestra la diversidad de los valores en los
índices de autonomía del banco central en
países industrializados. A pesar de la diferencia
en los valores para evaluar la autonomía de los
Bancos Centrales, en algunos se mantiene el
mismo lugar en su nivel de autonomía. Treviño (2000) realiza una comparación del índice
de Cukierman, Webb y Neyapti (1992) con su
índice y observa cómo los bancos centrales de
los países del sudeste asiático se mantiene en
los mismos lugares. En el siguiente cuadro se
muestra un índice de autonomía construido
por Treviño (2000) para economías desarrolladas y economías emergentes. Como menciona
Treviño (2000) se puede observar una clara
diferencia entre los bancos centrales de las economías desarrolladas con los de las economías
en desarrollo.
CUADRO 3.
Comparación de la autonomía del banco central
para países industrializados en estudios internacionales
País/Autonomía
Alemania
Suiza
Japón
Estados Unidos
Holanda
Bélgica
Canadá
Suecia
Dinamarca
Francia
Inglaterra
Italia
España
Bade y Parkin
(1988)
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
Alesina
(1989)
1
1
2
2
3
3
3
3
3
3
3
3.5
4
Grilli/Masciandaro/ Alesina/Summers
Tabellini (1991)(1991/1993)
1
2
8
2
4
7
3
3
6
7
8
9
9
34
1
1
2.5
1.5
2.5
3
2.5
3
2.5
3
3
3.25
3.5
Economías
Desarrolladas
Índice
de autonomía
Economías
Emergentes
Índice
de autonomía
BCE
Suecia
Alemania
Estados Unidos
Noruega
Suiza
Francia
Grecia
Canadá
Australia
Austria
Finlandia
Dinamarca
Irlanda
Bélgica
España
Japón
Reino Unido
0.88
0.89
0.82
0.81
0.80
0.79
0.75
0.79
0.69
0.64
0.64
0.63
0.61
0.59
0.56
0.52
0.48
0.42
Chile
México
Brasil
Argentina
Uruguay
Perú
Bolivia
Venezuela
Indonesia
Tailandia
Corea
Malasia
Singapur
Colombia
0.69
0.67
0.55
0.52
0.51
0.49
0.45
0.43
0.36
0.36
0.34
0.34
0.27
0.19
Treviño (2000) menciona que dentro de los
criterios para construir y evaluar el índice de
autonomía de los bancos centrales se toma en
cuenta si la institución nombra al Gobernador del banco central, la duración del cargo
del Gobernador o cabeza del banco central,
la duración de la junta de gobierno del banco
central, la existencia de renovación del Gobernador del banco central, el desfase entre
el periodo del Gobernador y el del gobierno,
el crédito directo al gobierno federal, el grado
de intervención del gobierno en asuntos de
política monetaria, el grado de intervención
del gobierno en la determinación de la política
cambiaria y la determinación de metas u objetivos concretos de la política monetaria. La
unión monetaria europea y el tratado de Maastricht, pone recientemente en relieve la importancia de la reputación y el grado de autono-
35
mía de los bancos centrales a nivel
mundial. En particular, como la
influencia de la autonomía del
banco central en la política económica, especialmente en la política
monetaria, puede determinar el
funcionamiento de la economía
nacional en su totalidad al poderse
lograr los objetivos de abatimiento
de la inflación. La opinión que
prevalece en la discusión políticoeconómica sobre la autonomía del
banco central es doble. Primero,
se piensa que la estabilidad de
precios se puede asegurar de mejor
manera al contar con un banco
central autónomo e independiente de otros entes políticos y burocráticos. En segundo lugar,
se piensa que una política monetaria orientada
a la estabilidad por parte de un banco central,
de ninguna manera se encuentra en contradicción con la meta de alcanzar el pleno empleo y
el control a la inflación. Podemos pensar que
hay una relación positiva significativa entre la
estabilidad relativa del precio y el grado relativo de autonomía de sus bancos centrales. De
igual forma, se puede pensar que otros agregados macroeconómicos importantes como (la
cantidad de dinero, las tasas de interés, el PIB
y el índice de desempleo se correlaciona con el
grado de autonomía del banco central), y en el
caso de una política monetaria orientada a la
estabilidad económica, los países con un alto
grado de autonomía del banco central tienden
a cumplir las metas de pleno empleo.
NÚM. 326 MAYO DE 2004
CUADRO 4.
Índice de Autonomía de Bancos Centrales
Análisis empírico de la autonomía del banco
central y el control de la inflación
El análisis empírico considera una comparación internacional entre la relación cercana
que hay entre el grado de autonomía del banco
central y la estabilidad de precios, en términos
de la inflación. El siguiente cuadro ilustra esta
relación para diversos países basados en la
graduación de la autonomía del banco central
elaborada por Treviño (2000) y ampliada para
el presente estudio a 99 países. Los datos presentan una relación cercana entre la autonomía
del banco central de un país y la estabilidad
relativa de precios. El conflicto de la meta de
la estabilidad de los precios y de pleno empleo,
ejerce una influencia sobre el grado de autonomía del banco central en la resolución de
problemas macroeconómicos. El resultado empírico muestra que la inflación y el índice de
autonomía para 99 países tiene una correlación
de –0.188. Por lo que se pueden considerar a
países con épocas de tensión económica después de choques de precio, como países donde
se tiene poca efectividad de parte de los bancos
centrales.
CUADRO 5.
Índice de autonomía (I.A.) e Inflación por país.
País
(%)
Argentina
Armenia
Aruba
Australia
Austria
Azerbaijan
Bahrain
Bangladesh
Barbados
Belarusia
Bélgica
Belice
Benin
Bolivia
Bosnia
Herzegovina
Botswana
Brasil
Bulgaria
Burma
Burundi
Camboya
Camerún
Canadá
Cabo Verde
Central African
Republic
Chad
Chile
China
Inflación
. ( de 0 a 1)
4% (2001 )
3.1% (2000 )
4% (2000)
2.8% (2002 )
1.8% (2002 )
2.6% (2002 )
1.5% (2001 )
5.8% (2000 )
3.5% (2001 )
46.1% (2001 )
1.7% (2002 )
1.7% (2001 )
3% (2001 )
2% (2001 )
I.A
Inflación
. (0 a 1)
1.3% (2002 )
25% (2001 )
3.6% (2002)
7.6% (2001)
14% (2001 )
9.7% (2001)
-1.6% (2001 )
5.3% (2002 )
5.4% (2002 )
11.5% (2001)
17.3% (2002 )
60% (2001 )
2.4% (2002)
6.9% (2001)
I.A
0.52
0.1
0.1
0.6
0.88
0.1
0.1
0.1
0.1
0.1
0.88
0.1
0.1
0.1
País
(%)
Germanía (Alemania)
Ghana
Grecia
Guatemala
Haití
Honduras
Hong Kong
Hungría
India
Indonesia
Iran
Irak
Italia
Jamaica
5% (2001 )
6.6% (2001)
7.7% (2001)
5.9% (2002.)
20% (2001)
14% (2001)
1.6% (2000)
2% (2000 )
2.2% (2002)
3% (2001)
0.1
0.1
0.55
0.1
0.1
0.1
0.1
0.1
0.69
0.1
Japón
Jordán
Kazakhstan
Kenya
Kiribati
Corea, Sur
Libia
Liechtenstein
Lituania
Luxemburgo
-0.9% (2002)
3.3% (2002 )
8.5% (2001 )
3.3% (2001 )
2.5% (2001 )
2.8% (2002 )
13.6% (2001 )
1% (2001)
0.8% (2002 )
1.6% (2002 )
0.48
0.1
0.1
0.1
0.1
0.34
0.1
0.8
0.1
0.88
3.6% (2001 )
3% (2000 )
3.5% (2001 )
-0.8% (2002)
0.1
0.1
0.69
0.1
1.5% (2001 )
6.5% (2001 )
11.8% (2000 )
0.34
0.67
0.2
7.6% (2001)
0.19
Malasia
México
Mongolia
Netherlands
(Holanda)
Nueva Zelanda
Colombia
3.4% (2002 )
2.6% (2001 )
0.88
0.7
36
0.82
0.1
0.88
0.1
0.1
0.1
0.75
0.1
0.1
0.36
0.1
0.01
0.88
0.1
3.5% (2001 )
358% (2001)
12.1% (2001)
2.3% (2002 )
0.1
0.01
0.1
0.88
Djibouti
Dominica
Republica Dominicana
Ecuador
Egipto
El Salvador
Ecuatorial Guinea
Eritrea
Estonia
Etiopía
2% (2001 )
1% (2001 )
5% (2001 )
22% (2001 )
2.3% (2001)
3.8% (2001)
6% (2001 )
15% (2001 )
3.7% (2002)
6.8% (2001)
0.1
0.1
0.15
0.1
0.19
0.1
0.1
0.1
0.1
0.1
Faroe Islands
5.1% (1999)
0.1
Fiji
Finlandia
Francia
French Guiana
French Polynesia
Georgia
3% (2000)
1.9% (2002 )
1.8% (2002 )
2.5% (1992)
1.5% (1994)
5.2% (2002 )
0.1
0.88
0.75
0.1
0.1
0.1
Pakistán
Paraguay
Perú
Philippines
(Filipinas)
Rusia
Singapur
Somalia
Sud África
Spain (España)
Sri Lanka
Suecia
Switzerland (Suiza)
Tailandia
United Kingdom
(Inglaterra)
United Status
(Estados Unidos)
Uruguay
Uzbekistán
Venezuela
Vietnam
Zimbabwe
4% (2001 )
7.2% (2001 )
1.5% (2001 )
0.1
0.4
0.49
6% (2001 )
16.2% (2002 )
1.5% (2001 )
100 % (2001)
5.8% (2001 )
3% (2002 )
14.2% (2001 )
2.2% (2002 )
0.5% (2002 )
1.6% (2001)
0.4
0.1
0.27
0.01
0.2
0.52
0.1
0.89
0.79
0.36
2.1% (2002 )
0.42
2.8% (2001)
3.6% (2001)
23% (2001 )
12.3% (2001)
-0.3% (2001 )
100% (2001)
0.81
0.3
0.1
0.43
0.1
0.1
Fuentes: datos del International Financial Statistics y World Economic Outlook.
La inflación para los países desarrollados va
normalmente de 1 a 4%, mientras que para los
países en vías de desarrollo se observa una inflación de 5% a 60% en 2001. Las inflaciones
nacionales varían en casos individuales como el
de Japón, China y Hong Kong donde se ve una
deflación o caída de precios, hasta varios países
del tercer mundo donde se tienen casos de hiperinflaciones con bajos niveles de autonomía
como Zimbabwe y Somalia. Los resultados
nos muestran que la correlación negativa entre
la inflación anual y la autonomía de la banca
central para mas de cien países en el mundo.
Esto comprueba que si el índice de autonomía
es mayor, siendo que un índice mayor significa más autonomía, la inflación será mucho
menor. Se comprueba la hipótesis del presente
estudio que era demostrar que la autonomía
de los bancos centrales es una estrategia para
37
alcanzar y mantener el objetivo de estabilidad
de precios en las economías modernas.
Comentarios finales
El estudio demuestra que las economías que
presentan mayor autonomía de sus bancos centrales presentan inflaciones menores. La teoría
explica que como primer paso para fomentar
el crecimiento económico es el combate a la
inflación, es decir, el aplicar políticas de tipo
contraccionista, para después, una vez alcanzados los niveles deseados de inflación, aplicar
políticas de tipo expansionista que fomenten la
inversión y la creación de empleos y lograr una
economía con crecimiento sostenido. Todo
diseño de política económica, ya sea ortodoxa
o heterodoxa, es el resultado de un análisis
previo y exhaustivo de las condiciones por las
NÚM. 326 MAYO DE 2004
Comoros
Congo
Costa Rica
Dinamarca
cuales atraviesa la economía en cuestión, esto si
se quieren obtener resultados satisfactorios.
México presenta actualmente una clara
desaceleración de la oferta y demanda internas, al mismo que la inflación anualizada se ha
reducido en los últimos años. Esto hace prever
que se pueden alcanzar las metas al tener la
inflación mas baja en los últimos 30 años por
debajo de 3.5% anual. Una de las causas de
la tendencia inflacionaria a la baja, es el sesgo
restrictivo de la política monetaria, la desaceleración, y el tipo de cambio. En respuesta al
descenso de la inflación y la desaceleración, las
tasas de interés reales se han reducido, alcanzando sus niveles más bajos en la historia. Algunos factores sociales que puede determinar
que no se cumplan los objetivos de inflación es
que no se aprueben las reformas estructurales
que requiere el país, como la reforma fiscal y
energética. Finalmente, la mayor autonomía
de los bancos centrales surge como un nuevo
elemento para el control de la inflación.
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