la vanguardia - Universidad Complutense de Madrid

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Área:
180261
690000
34020 €
1587 cm2 - 140%
Tendencias
Fecha: 27/07/2014
Sección: TENDENCIAS
Páginas: 38-39
Salud infantil y juvenil
Ojos con protección solar
Los expertos piden que se generalice el uso de gafas de sol entre los niños
ALICIA RODRÍGUEZ DE PAZ
Madrid
C
uando los pequeños
se preparan para
una excursión o simplemente para pasar
un buen rato en el
parque, no suele faltar en su rutina ponerse crema solar y calarse
una gorra. No digamos ya si el
destino es pasar un día en la playa o en la piscina. A pesar de que
la labor de concienciación no ha
acabado ni mucho menos, se ha
ido generalizando la necesidad
imperiosa de proteger la piel de
los pequeños contra los peligros
de los rayos solares. Sin embargo,
este mayor cuidado de la piel infantil no se ha trasladado aún a
otra parte del cuerpo muy expuesta también a sol: los ojos.
Como el resto de los expertos
consultados, el catedrático de Oftalmología de la Universidad Miguel Hernández de Alicante Jorge Alió destaca que “existe una inmensa tarea de medicina preventiva para evitar los daños de la
luz en la retina, el cristalino y la
superficie ocular, muy dañada en
las zonas mediterráneas debido a
la acción de la exposición solar y
la intemperie”.
ESTRUCTURAS EN FORMACIÓN
Los pequeños son
más sensibles, desde
la piel del párpado
hasta el propio ojo
MEMORIA
El ojo acumula los
daños sufridos por el
sol, sobre todo en los
primeros años de vida
La doctora Marta Pazos, del
Institut de la Màcula i de la Retina de Barcelona, recuerda que
“todas las estructuras de los niños están en formación y, por tanto, son más sensibles a la luz: desde la piel del párpado hasta el ojo
propiamente dicho, puesto que,
al tratarse de una estructura
transparente, carece de protección”. “Al no existir un filtro, como con la piel, –prosigue– la luz
llega directamente y puede alcanzar cualquier parte del ojo, desde
la córnea a partes más profundas
como la retina”.
Los oftalmólogos alertan de
que la luz solar puede provocar
quemaduras superficiales en el
párpado o en la propia piel del
ojo, con una afección similar a
una conjuntivis. Cuando las exposiciones a las radiaciones solares
son prolongadas, es posible que
se produzcan lesiones mucho
más graves y muchas irreversibles, como daños en la retina o heridas en la córnea.
Además, como ocurre con la
piel, el ojo recuerda y acumula a
lo largo de la vida las agresiones
que recibe, en especial aquellas
experimentadas en los primeros
años. “El exceso de rayos ultravioletas durante las edades más
tempranas se relaciona con una
mayor incidencia, en adultos, de
cataratas, degeneración macular
asociada a la edad, pterigión (crecimiento anormal de la conjuntiva sobre la córnea) y varios tipos
de cáncer. En el caso de patologías como la catarata contribuye
a que se adelante su aparición
hasta en diez años”, explica José
Manuel Benítez del Castillo, secretario general de la Sociedad
Española de Oftalmología (SEO).
No son precisamente afecciones poco habituales. Las cataratas afectan a la mayoría de las per-
sonas que tienen más de 70 u 80
años, mientras que la degeneración macular se ha convertido en
la primera causa de ceguera en
los países desarrollados.
A la falta de concienciación sobre el peligro de la radiación solar en los ojos, se une la dificultad
para que los niños más pequeños
lleven puestas durante largo tiempo las gafas de sol y su incapacidad para evitar comportamientos peligrosos como mirar directamente al sol.
Según los expertos, el uso combinado de unas gafas de sol y un
sombrero de ala ancha o una gorra es la mejor manera de proteger a los más pequeños. “En cuanto lo toleren –señala Benítez del
Castillo– los niños deben llevar
gafas de sol en verano, para ir a la
playa o hacer cualquier actividad
al aire libre”. La doctora María
de la Paz, de la unidad de superficie ocular del Centro de Oftalmo-
Los ojos de los niños, más vulnerables
Luz visible
Llega hasta el
fondo del ojo
Córnea
Radiación
ultravioleta A
(rayos UVA)
Llega hasta la retina
Supone el 95%
de los rayos ultravioleta
que recibe el ojo
Cristalino
Radiación
ultravioleta B
Es absorbida casi
totalmente por la
córnea y el cristalino
Radiación ultravioleta C
No llega a la superficie terrestre porque es absorbida
en la atmósfera por la capa de ozono
FUENTE: Essilor of America, Getty Images
Retina
Nervio
óptico
LA VANGUARDIA
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Sección: TENDENCIAS
Páginas: 38-39
Arena
CONDUCTAS
SALUDABLES
EN VACACIONES
LA VANGUARDIA 39
TENDENCIAS
DOMINGO, 27 JULIO 2014
En la playa, conviene
tener cuidado con el
viento. Si entra arena en
los ojos, evitar frotarse
logía Barraquer, recuerda que no
es aconsejable que al menos los
bebés menores de un año estén
expuestos al sol, sobre todo entre
las 10.00 y las 14.00 horas, e insiste en recurrir a las gafas de sol para evitar en la medida de lo posible la acción sobre los ojos de los
ultravioletas de tipo A y B. “Han
de ser de tamaño grande, que cubran bien la zona lateral de la cara”. Y los pequeños con graduación deben llevar obviamente las
gafas de sol también graduadas.
Tal y como explica la doctora
Pazos, “en general, se trata de indicaciones a tener en cuenta a
cualquier edad, pero con los pequeños se debe ser aún más exigentes”. En todo caso, recalcan
los oftalmólogos, las gafas han de
ser homologadas y comprarse en
comercios acreditados. “Es mejor no llevar gafas de sol que ponerse unas de mercadillo”, afirma el portavoz de la SEO y catedrático de Oftalmología de la Universidad Complutense.
Además, recomiendan prestar
atención a los niveles de protección de las gafas de sol. La doctora De la Paz explica que hay cinco niveles: del 0 al 4, de menor a
mayor protección contra la radiación ultravioleta. Como norma
general, el doctor Alió señala que
deben “usarse gafas de sol con
Confusión. La protección no depende del
color de los cristales
de las gafas
Cloro
En las piscinas con mucha gente
suele aumentar el nivel del cloro. Por
ello, es recomendable usar gafas de
natación
marca CE, con nivel de protección 3, y en áreas con muy alta exposición (como por ejemplo en alta montaña, nieve, deportes náuticos...), de nivel 4”.
¿Es necesario adoptar estas medidas de protección durante todo
el año? Los expertos recuerdan
que en los países mediterráneos,
la exposición al sol es muy alta,
así que se inclinan por protegerse del sol siempre en verano, aunque esté nublado – “las nubes no
filtran los rayos ultravioletas”, advierten– mientras que en invierno, se ha de extremar el cuidado
en las zonas de altura.
Las recomendaciones no acaban aquí. “Resulta fundamental
que las gafas se ajusten a la anatomía del pequeño –recalca la oftalmóloga del Institut de la Màcula
i de la Retina–, que se sujeten
bien atrás, que estén pegadas al
puente de la nariz para que no haya espacios por los que se cuele
la luz. No le podemos poner a un
bebé las gafas de su hermano mayor”. Por todo ello, insiste en
que, a medida que crece el niño
se deben ir cambiando las gafas,
porque, “si no se ajustan, no sirven para mucho”.
En suma, el doctor Alió, de la
clínica Vissum, muestra su preocupación porque, como certifican investigaciones recientes, en
poblaciones mediterráneas “existe una muy baja concienciación
del daño solar y se toman escasas
medidas de protección”. “Prácticamente no se conocen los niveles de protección que tiene una
gafa de sol y hay una gran confusión entre protección de la luz ultravioleta y la tonalidad de los
cristales”. Unas gafas oscuras,
afirman los oftalmólogos consultados, no tiene por qué garantizar una buena protección.
La labor de concienciación por
hacer es por tanto ingente, sobre
COMBINACIÓN
Gafas homologadas
y gorra son buenos
aliados para cuidar
de los ojos en la playa
PEQUEÑOS GESTOS
“Hay que llevar las
gafas de sol siempre
encima, para que se
acostumbre a usarlas”
GETTY IMAGES
todo entre los menores de edad.
“Habría que inculcar en todos los
niños y adolescentes el uso de las
gafas de sol como hábito de protección asociado a la moda”, opina Alió, mientras que Benítez del
Castillo habla de realizar campañas informativas como las que
desde hace tiempo impulsan los
dermatólogos.
“Hay que proteger a los niños,
llevar las gafas de sol siempre encima para que se acostumbren poco a poco. Con pequeños gestos,
debemos conseguir que ponerse
las gafas de sol acabe siendo tan
natural como ponerse crema o llevar casco cuando van en bici”,
sentencia Pazos.c
Gafas de sol
La protección de los ojos depende de
unas gafas de sol homologadas. Se
desaconseja comprarlas en mercadillo
o comercios no especializados
Ríos y pantanos
Hay que ser prudentes en ríos y
pantanos, ya que sus aguas no están
tratadas. Mejor evitar bucear en ellas
GETTY IMAGES
Una madre aplica crema solar en la espalda de su hija
Los adultos han de dar ejemplo a los más pequeños sobre
el cuidado responsable de la piel frente al sol
Papá, bajo la sombrilla
A. RODRÍGUEZ DE PAZ
Madrid
L
as conductas saludables comienzan en casa, dando ejemplo. La
máxima se puede aplicar, en toda su extensión, cuando se plantea el cuidado de la
piel de los más pequeños frente
al sol. “Tenemos que educar a
los niños y para eso es necesario
que vean en los adultos un auténtico modelo. Si los padres perseguimos todo el día a los críos
con la crema solar, pero después
ven que cada años nos acabamos quemando en la playa, cuando sean adolescentes, no querrán oír hablar de protegerse
del sol ni del engorro de ponerse crema”, advierte la doctora
Eulalia Baselga, dermatóloga especializada en pediatría.
Los expertos recuerdan que
es precisamente durante la infancia y la adolescencia cuando
se pasan el mayor número de horas expuestos a las radiaciones
del sol: el recreo, la práctica deportiva, los tres meses de vacaciones escolares... Los dermatólogos calculan que hasta el 70%
del sol que se recibe a lo largo de
la vida se acumula en los 18 primeros años de vida. Y se produce justo en el periodo en el que
la piel cuenta con menos protección natural ante el sol.
En especial, en el caso de los
lactantes, que cuentan con una
piel más delgada y con menos
melanina. De ahí que Baselga, jefa clínica de Dermatología Pediátrica en el hospital de Sant
Pau de Barcelona y coordinadora del grupo español de dermato-
logía pediátrica, recomiende no
exponer al sol a los niños más pequeños, más allá de los pocos minutos diarios necesarios para
que su piel produzca vitamina
D. “Hasta los seis meses hay que
olvidarse de la playa”. Entre los
seis meses y los dos años, los niños deberían recibir el menor
sol posible y usar “filtro solar sólo físico, compuesto por partículas minerales que crean una barrera frente a los rayos solares”.
La exposición solar puede au-
Se dispara el
riesgo de sufrir
cáncer de piel
]Los dermatólogos insis-
ten que, en el cáncer de
piel, la cantidad de veces
que en edades tempranas la piel se quema por
exposiciones prolongadas al sol es un factor de
riesgo muy importante
(sobre todo, porque se
puede evitar). “Por dos
quemaduras infantiles,
se triplica el riesgo de
tener un melanoma; es
como fumar para el cáncer de pulmón”, señala
la doctora Eulalia Baselga. Estas quemaduras
también favorecen otros
tipos de cáncer diferentes del melanoma que,
aunque no comprometen la vida del paciente,
sí le generan numerosos
problemas.
mentar a partir de los dos años,
aunque tratando de evitar las horas centrales del día, siempre
que lleven filtro solar conveniente (con textura de crema, espuma...), y, al igual que con los más
pequeños, mejor si se trata de
fórmulas resistentes al agua.
Cuando la idea es alargar la jornada en la playa o en cualquier
tipo de actividad al aire libre, los
expertos señalan que lo más conveniente es que los niños lleven
ropa puesta (por ejemplo, una
camiseta) y gorra, además del filtro solar.
Baselga advierte de “la falsa
seguridad” que supone para muchos usuarios el factor numérico que acostumbra a acompañar
al filtro solar y propone atender
a la clasificación regulada por la
Unión Europea, que distingue
entre filtros de protección baja
(menos de 15), media (15-30), alta (30-50) y muy alta (más de
50). La dermatóloga se decanta
por los productos que tienen al
menos una protección alta.
Sea cual sea la edad, los médicos ponen el acento en la elección de un filtro solar adecuado
y en una aplicación correcta para garantizar su eficacia. La primera vez, hay que aplicar la crema en casa ya que la capa fotoprotectora debe llevar extendida unos 20 minutos antes de tomar el sol en la playa o salir de
excursión. Además, resulta imprescindible insistir en la aplicación de la crema cada hora u hora y media porque el sudor y el
agua acaban deteriorando dicha
capa protectora. “Hay que insistir: aplicar y volver a aplicar”,
aconseja Baselga.c
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