TEMA 15. LA VERDAD SOBRE EL CASO SAVOLTA

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TEMA 15. LA VERDAD SOBRE EL CASO SAVOLTA
En la Verdad sobre el caso Savolta importa el tratamiento y el argumento, la acción se acumula, los
acontecimientos se suceden. El autor resucita la función narrativa, relegada por quieres propugnaban la
destrucción de la anécdota en la novela.
La obra recoge los recuerdos de Javier Miranda, espectador y protagonista de unos hechos ocurridos en la
Barcelona entre 1917-1919 en un mundo de tensiones sociales, vistos en torno a una importante empresa
industrial y presididos por un aventurero enigmático, Lepprince, que se entretejen con una trama amorosa.
Hay una combinación de peripecias individuales y de acontecimientos colectivos, con ciertos ribetes de
novela histórica. Por debajo de los sucesos, se percibe una reflexión social, polÃ−tica y existencial sobre el
lugar y las actitudes del hombre en el mundo que le rodea.
Por otra parte, la anécdota es sometida a un tratamiento múltiple, variado. Hay dos vertientes: una amplia
y deslumbrante utilización de muchas de las técnicas nuevas y, en contraste, una utilización y pastiche de
elementos y técnicas procedentes de la novela tradicional y marginal. Todo ello supone una considerable
riqueza de escritura y de enfoques, y una notable variedad de niveles de escritura.
En la Verdad sobre el caso Savolta encontramos un panorama muy completo de la Barcelona de la época.
La obra nos sitúa en el fin de la “belle epoqué” de una burguesÃ−a: junto al auge de los negocios durante
la guerra europea, la crisis económica tras la contienda y la crisis social de 1917, con especiales referencias a
los acontecimientos polÃ−ticos y a los conflictos entre las clases sociales.
Hay un penetrante relato de la alta burguesÃ−a catalana: por un lado se pone de manifiesto su superficialidad,
sus intereses, sus prejuicios,… en sus fiestas sociales, por otro, la dureza implacable de los directivos de las
empresas, los métodos expeditivos de los patronos,… La clase obrera aparece explotada, sometida a unas
duras condiciones de trabajo.
La lucha social recorre la novela: mÃ−tines, discursos, huelgas, atentados… Frente a los matones de los
patrones están los militantes anarquistas, idealistas o pistoleros. A la violencia obrera responde la represión
más drástica. Conviene destacar el distanciamiento y la ambigüedad con que aparece tratada la
revolución, con una mezcla de aspectos hermosos con aspectos siniestros o grotescos.
El panorama social se completa con una calas insistentes en los bajos fondos de la ciudad: los cabarets
Ã−nfimos, las tabernas sórdidas, el Barrio Chino…
Entre los personajes, destacan Miranda, Lepprince y Coral, cuyas vidas irán apareciendo progresivamente
entrelazadas. Son figuras perfiladas con singular complejidad y hondura.
• Javier Miranda: es ambiguo y contradictorio. Hay en él nobleza, bondad, sentido de la justicia,
pero es débil y vulnerable, se ve arrastrado por las circunstancias y se deja tentar por el panorama
que ve tras Lepprince. Se siente atraÃ−do por sueños revolucionarios, pero siente que no podÃ−a
pagar el precio de la dignidad. Indignidad y amor se mezclan también en su vida sentimental. Se
define a sÃ− mismo como un naufrago en un mundo vulgar y ajeno, de ahÃ− su soledad agónica, su
hastÃ−o, su malestar existencial. Su trayectoria le conduce inevitablemente al desencanto.
• Lepprince: se define por su ambición, su falta de escrúpulos, su individualismo. Sabe analizar con
lucidez la sociedad que le rodea, en la que se ha propuesto triunfar. Nada le detiene, recurre
frÃ−amente al crimen y la fascinación que crea sobre todos le facilita la tarea. En algún momento,
se adivina su soledad, se ve necesitado de amistad: se confÃ−a a Javier a la vez que lo utiliza sin
reparos. Su doblez desconcierta, y hay algo misterioso en él.
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• MarÃ−a Coral: esa gitanilla de 18 o 19 años, artista de cabaret, es un producto de la miseria, de
ahÃ− sus contradictorios perfiles. Conoce el poder de su belleza y la impresión que produce en los
hombres, con los que juega como si se complaciera en dominarlos. Pero no deja de ser una niña
pobre y asustada que se defiende a su manera, se muestra ora perversa, para delicada, capaz de amar y
engañar. No se resigna a ser un objeto, pero no sabe qué hacer cuando se ve tratada como un ser
humano. En ella conviven el frenesÃ− de vivir y la desconfianza de la vida.
• Pajarito de Soto: noble e iluso, entregado a un ideal.
• Teresa: apasionada y desvalida.
• MarÃ−a Rosa Savolta: delicada, frágil, fruto de la sociedad burguesa.
• Cortabanyes: de apariencia mediocre, pero de oculto poder manipulador.
• Comisario Vázquez: astuto y tenaz.
• Nemesio Cabra: mezcla de pÃ−caro y mÃ−stico ridÃ−culo.
• Doloretas, Serramadriles, Claudedeu, Parells, taberneros, prostitutas, matones, escorias
sociales, pistoleros,…
En conjunto, Eduardo Mendoza demuestra poseer una singular capacidad para crear vidas, dotándolas de
espesor humano. Hay también figuras rápidamente esbozadas, pero siempre tocadas de rasgos
vivÃ−simos.
La Verdad sobre el caso Savolta se estructura en dos partes de 5 y 10 capÃ−tulos. Los capÃ−tulos se
componen de varias secuencias. En la estructura interna se distinguen tres partes o bloques de complejidad
decreciente:
• Parte I (cap. I-V, I parte): presenta la máxima complejidad, encontramos materiales
heterogéneos: fragmentos de un interrogatorio judicial, textos periodÃ−sticos, documentos,
cartas,… entrelazados a los recuerdos del protagonista que van surgiendo de forma muy inconexa. A
ello corresponde el desorden cronológico. La libertad y la audacia constructiva hace que esta parte se
presente como un rompecabezas, que irá encajando lentamente.
• Parte II (cap. I-V, II parte): ofrecen menor complejidad. Se siguen alternando varias lÃ−neas
narrativas y se conserva el desorden cronológico. Por una parte continua el relato en el año
siguiente (1918) y por otra< se retrocede a 1917 para asistir desde el punto de vista de Nemesio a
algunos de los acontecimientos de la primera parte.
• Parte III (cap. VI-X, II parte): el relato se desarrolla con una máxima sencillez: hay un solo hilo
argumental, contado linealmente y de acuerdo con patrones narrativos tradicionales.
En resumen, la estructura supone un gradual deslizamiento desde las formas más complejas de la narrativa
actual hasta las viejas formas de contar, intencionadamente resucitadas.
Se otorga gran importancia a la posición del narrador, al punto de vista y a las personas narrativas. Parte de
la obra aparece escrita en primera persona, junto a pasajes contados en tercera persona. La historia es contada
por el protagonista, pero no todo ha podido ser presenciado por él. De esta forma, aparece el narrador
omnisciente. Además, los materiales de tipo documental introducen otros puntos de vista, como el de
Pajarito de Soto.
Hay que hablar de estilos. El autor parece ocultarse tras los muy diversos niveles de escritura que utiliza a lo
largo de la obra. Los diversos materiales que integran la novela y los múltiples géneros remedados son la
fuente de tal variedad estilÃ−stica. Junto al estilo peculiar de los géneros, encontramos parodias o
imitaciones del lenguaje judicial y administrativo, del informe policial, del lenguaje periodÃ−stico, del
discurso polÃ−tico o del panfleto de la época,… Muchas páginas demuestran el gusto del autor por un
estilo decadentista.
Son diversas las técnicas de narración utilizadas. En la primera parte domina la fragmentación de la
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historia, el montaje caleidoscópico y la presentación abrupta de personajes o hechos. Ello puede alternar
con una larga secuencia en que los hechos se presentan hilvanados. Y en los últimos capÃ−tulos
encontramos un relato ágil y de ritmo rápido.
El retrato no se prodiga en la obra, pero encontramos algunos de personajes secundarios. Paradójicamente,
no encontramos retratos de los personajes principales. Mayor es el lugar otorgado a las descripciones o
pinturas de ambientes. Tanto en retratos como en descripciones se pueden encontrar muestras de una
técnica tradicional, junto con tratamientos irónicos, poéticos, etc.
El diálogo abunda en la novela. Hay secuencias constituidas casi exclusivamente por conversaciones. Junto
con diálogos muy literaturizados, se hallan otros que fluyen con absoluta naturalidad. En ellos encontramos
refinamientos, reflejos del habla soez de los bajos fondos,… Destaca la presencia de catalanismos en el habla
de Doloretas.
El pastiche es un recurso de importancia capital dentro de las técnicas empleadas y en la concepción
general de la novela, lo que no choca con lo que la obra encierra de serio y de profundamente humano. Este
juego literario es una dignificación estética de diferentes tipos de subliteratura.
La Verdad sobre el caso Savolta debe mucho a la novela policiaca: la estructura general, asesinatos, enigmas,
sospechas, falsas pistas, pesquisas de un comisario, interrogatorios y la aclaración del caso al final por medio
de las revelaciones del policÃ−a. Algunos elementos de la novela recuerdan la novela de espionaje, como la
figura de Marx, la novela negra americana, como la persecución de MarÃ−a Coral y Max
El otro gran género del pastiche es la novela folletinesca. Su presencia en la obra es fundamental y se
percibe en la importancia del enredo y las aventuras: misterios, personajes que aparecen y desparecen,
peripecias rocambolescas, lances caballerescos,… Son reconocibles también los elementos folletinescos de
las escenas de los bajos fondos. También destaca la anécdota sentimental: la historia de MarÃ−a, su
origen oscuro, sus amorÃ−os con el hombre rico y su peregrina boda con el hombre humilde, sus misteriosas
enfermedades, su intento de suicidio, sus fugas, sus retornos,… a veces desemboca en la novela rosa, como en
ciertos diálogos con el protagonista.
El humor subyace en muchos de estos aspectos, esto es cuestión de estilo, de actitud, de enfoque.
A través de toda esta variedad, Eduardo Mendoza revela poseer un profundo conocimiento del idioma,
dentro de una extensa gama de matices, pasando con fluidez y agilidad de unos niveles a otros.
El alcance de la novela se sitúa en un triple plano. Su significación existencial se encuentra en el
protagonista, su malestar y su desencanto. En el plano social, se ve un panorama completo y exacto de las
diversas fuerzas que contienden en un momento histórico. En el terreno artÃ−stico, habrán quedado
patentes la fecundidad imaginativa, su virtuosismo técnico y la riqueza de matices en los artificios y en el
lenguaje. Se subraya la combinación de juego y gravedad, la ironÃ−a y el humor son compatibles con una
penetrante tristeza. Es una novela inteligente que este llena de sensibilidad y de hondura humana.
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