alimentación Más allá de las declaraciones nutricionales DECLARACIONES NUTRICIONALES* TIPOS DE DECLARACIONES REQUISITOS CALORÍAS O ENERGÍA Para que un alimento pueda promocionarse con frases como “rico en calcio” o “fuente de fibra” debe cumplir unos requisitos muy concretos estipulados por ley “Versión ligera” , “Light”, “Con valor energético reducido” Mín. 30% menos de la energía que contiene el producto de referencia “Bajo en calorías” Alimentos sólidos: <40 kcal/100 g. Bebidas: <20 kcal/100 g “Sin aporte energético” <4 kcal o ml/100 g o ml CALORÍAS O ENERGÍA GRASAS “Bajo en grasa” <3 g/100 g “Sin grasa” <0,5 g/100 g PROTEÍNA “Fuente de proteína” Proporciona al menos un 12% de su energía a través de las proteínas “Alto contenido de proteína” Proporciona al menos un 20% de su energía a través de las proteínas AZÚCAR “Bajo en azúcar” Alimentos sólidos: <5 g/100 g. Bebida: <2,5 g/100 g “Sin azúcares” <0,5 g/100 g “Sin azúcares añadidos” Significado: no le han añadido azúcar extra Obligatorio: “contiene azúcares naturalmente presentes”, si procede MICRONUTRIENTES (vitaminas y minerales) “Fuente de” Debe cubrir el 15% de su IR* “Alto contenido en” Debe cubrir el 30% de su IR* OTROS COMPUESTOS SAL “Bajo contenido en sal” <0,12 g / 100 g “Muy bajo contenido en sal” <0,04 g/100 g “Sin sal” <0,005 g/100 g FIBRA “Fuente de fibra” Mín. 3 g/100 g “Alto contenido en fibra” Mín. 6 g/100 g FUENTE: Reglamentos 1924/2006 y 116/2010 de la Comunidad Europea (CE). *IR: Ingesta de Referencia L as declaraciones nutricionales que aparecen habitualmente en las etiquetas y envases de algunos productos alimenticios (“fuente de calcio”, “sin calorías”, “bajo en azúcar”, etc.) son frases reguladas por ley en los reglamentos 1924/2006 y 116/2010 de la Comunidad Europea (CE). A continuación, se exponen los requisitos que debe cumplir el alimento para poder plasmarlas en su etiquetado o en el envase. Calorías o energía No es lo mismo decir “versión ligera” o “light”, que “bajo en calorías”. Los requisitos para las dos primeras declaraciones y la tercera son diferentes: Para afirmar que un alimento es una versión “ligera”, “light” o “con valor energético reducido”, debe contener como mínimo un 30% menos de la energía que tiene el producto de referencia. · 22 Si lo que se quiere decir es que ·ese producto es “bajo en kiloca- lorías”, hay dos posibilidades: Cuando se trata de alimentos sólidos, deben contener menos de 40 kcal por cada 100 g de producto. En el caso de las bebidas, han de tener menos de 20 kcal por cada 100 ml. Por su parte, el escenario más exigente sería para la frase “sin aporte energético”, cuyo requisito es que aporte menos de 4 kcal por cada 100 g o ml de producto. Macronutrientes Grasas. Para poder reflejar que un alimento es “bajo en grasa”, debe tener menos de 3 g por cada 100 g de alimento. Si se quiere ir más allá y decir “sin grasa”, el nivel máximo permitido es de 0,5 g por cada 100 g de alimento. Si lo que se quiere es mencionar las grasas saturadas de manera específica, los niveles son más bajos: menos de 0,75 g por cada 100 g y menos de 0,1 g por cada 100 g de alimento, respectivamente. Proteínas. Si un alimento es “fuente de proteínas”, quiere decir que proporcionará al menos un 12% de su energía a través de las proteínas. En el caso de tratarse de un “alto contenido de proteínas”, esta cantidad aumenta hasta el 20%. Azúcar. Se puede decir que un alimento es “bajo en azúcar” si posee menos de 5 g de azúcar por cada 100 g. Si se trata de una bebida, esta cantidad se reduce a la mitad (2,5 g) y, si un alimento reza en su etiquetado “sin azúcares”, la cifra será siempre menor a 0,5 g por cada 100 g producto. Otra declaración muy controvertida y confusa es la de “sin azúcares añadidos”. Esta frase no quiere de- cir que ese alimento no contenga azúcar, sino que no le han añadido azúcar extra. Para evitar caer en este error, debe figurar también en el etiquetado la mención “contiene azúcares naturalmente presentes”, si procede. Este tipo de declaración está muy extendida en zumos o mermeladas. Micronutrientes Existen dos posibilidades: que el producto se pueda declarar “fuente de” o que diga poseer un “alto contenido en”. Esta particularidad es compartida con la fibra y la proteína. Sin embargo, en lugar de ser una cantidad fija, como en estos dos casos, en las vitaminas y los minerales se requiere que el alimento cubra una cantidad concreta de las ingestas de referencia (IR). Estos valores son orientativos y pretenden ser una guía sobre la cantidad que se debe ingerir a través de la dieta para cubrir nuestros requerimientos. En el anexo del reglamento, se puede observar que las cantidades son muy diferentes para cada vitamina y mineral. Por poner algún ejemplo, pueden ir desde los 800 microgramos para la vitamina A o los 14 miligramos para el hierro, hasta los 2.000 miligramos para el potasio. Si un alimento dice ser “fuente de” una vitamina o mineral, debe cubrir el 15% de su IR. Si esta cantidad superase el 30%, entonces podría declararse “alto contenido en”. Estas frases se utilizan habitualmente con el calcio, el hierro o el magnesio. Otros compuestos Sal. En este caso, hay más declaraciones disponibles, todas ellas orientadas a limitar su aparición acorde con estas condiciones: Bajo contenido en sal: menos de ·0,12 g por cada 100 g de alimento. Muy bajo contenido en sal: me·nos de 0,04 g por cada 100 g de alimento. Sin sal: menos de 0,005 g por cada 100 g de alimento. Fibra. Al igual que pasaba en el caso de la proteína, se requiere una cantidad mínima para poder decir que es “fuente de” o que el producto tiene un “alto contenido”. Ese contenido mínimo es 3 g y 6 g, respectivamente, por cada 100 g de producto. No obstante, hay que observar bien estas menciones, ya que no son sinónimo de pan integral necesariamente. · www.consumer.es 23