339 Reseñas de libros tos últimos apartados resultan especialmente útiles para tener una guía de publicaciones recientes en el panorama contemporaneísta español. Es una tarea útil en medio del desbordante crecimiento de las publicaciones historiográficas y que supone un considerable esfuerzo por parte de varios profesores que integran el área de conocimiento de Historia Contemporánea de la Cniversidad de Murcia. En fin, lo importante es que este volumen aporta una serie de estudios muy concienzudos para entender de forma globalizadora uno de los asuntos que más nos ocupa como ciudadanos y como historiadores: y que previsiblemente también nos ocupará en el futuro. Juan Gracia Cúru/1IlIJ VILAR, María José, Territorio y ordenación administrativa en la Espa¡la contemporánea. Los orígenes de la~ actual Región uniprovincial de Murcia, Coedición de la Asamblea Regional y la Real Academia Alfonso X el Sabio, Murcia, 2004, 377 páginas. Este libro analiza, según indica apropiadamente el título. un doble problema. De un lado, se estudia, tal y cómo se refleja en el subtítulo, un caso de historia regional. Pero, por otro lado, se inserta este análisis dentro del seguimiento de un panorama general como es la organización espacial y administrativa de España en los orígenes de la era contemporánea. de modo que este asunto se estudia con profundidad, por no decir que de modo exhaustivo. No se va a hacer aquí una enumeración detallada de los seis capítulos que integran el libro, pero sí hay que resaltar la claridad, la precisión, el rigor y el orden que caracteriza a esra investigación. Esto se advierte desde el primer capítulo en que, siguiendo un criterio propio de la historia estructural. se estudian las bases espaciales y socioeconómicas de Murcia durante la crisis del Antiguo Régimen hasta el último que analiza la configuración del territorio murciano en el ámbito judicial. eclesiástico, militar. .. En el prólogo y presentación de este libro se hace mucho hincapié en la madurez de este trabajo que resulta poco habitual dada la juventud de su autora. No es extraño que se incida en ello, porque destaca sobremanera. Tampoco que se aluda a cómo este volumen está particularmente bien escrito. Acaso pudiera pensarse que esto último debería darse por de contado, pero dista mucho de ser así. y por razones varias, cada vez es menos frecuente en la historiografía publicada tanto por autores noveles como consagrados. Podría pensarse que esto último -escribir bien- es secundario, en un momento donde la inflación de publicaciones se traduce en un descuido acentuado de la forma para centrarse sólo en el contenido. Pero la escritura de la Historia exige saber comunicar a los lectores de forma adecuada. Yendo ya a las tesis que en este volumen se sustentan, hay que resaltar que se corresponden con lo que se defiende por la más reciente historiografía española 340 Reseñas de libros en tomo a muchos aspectos relativos al final del Antiguo Régimen. No es esto nada casual, dada la abrumadora bibliografía consultada en este trabajo. Bibliografía que, lejos de ser instrumento complementario de la investigación en fuentes impresas o archivísticas, resulta en esta monografía una fuente fundamental de información. No es raro por cierto que se insista aquí en la conceptualización de «reforma liberal» en la medida que se mantiene cómo la ordenación administrativa en la España de la antaño llamada en cierta historiografía «revolución burguesa», en realidad tuvo un fuerte componente historicista. Y ello a partir de la conocida reforma administrativa de larga duración diseñada por un recalcitrante reformista por excelencia, el inevitable Javier de Burgos. Esto no es nada nuevo, claro está. Pero sí que se incardine en una trayectoria donde se recogen los proyectos de las épocas liberales (la gaditana y del trienio) y las realidades del decenio absolutista. En realidad, María José Vilar señala alguna de las líneas de continuidad en el largo periodo transcurrido entre 1789 y 1837 que no dejan de tener un gran fundamento ,a partir del triunfo de las ideas de antiguos afrancesados en el decenio absolutista y luego relevantes moderados en la época isabelina. Se estudia aquí la genealogía de los proyectos reformistas en el campo de la administración territorial que pasan por un largo hilo conductor que va desde la postrera Ilustración templada hasta el moderantismo más conspicuo, dentro de una argumentación que debe mucho a la doble licenciatura en geografía e historia de la autora, pero también a un notable conocimiento de la historia del derecho. El libro aporta un análisis muy interesante de una región como es la de Murcia que vivió lo que podríamos llamar una peculiar transición, si todos los cambios no fueran peculiares, desde la fosilizada estructura de reino en el antiguo régimen a provincia contemporánea. Lo que está claro es que, al margen de conocidos problemas más o menos coyunturales como los de Cartagena y Albacete, esa estructura provincial conformada en la crisis del Antiguo Régimen se ha mantenido estable a lo largo de los dos últimos siglos. En fin, por falta de espacio no se hablará en esta breve reseña sobre asuntos concretos que ha estudiado de manera pormenorizada la intensa investigación empírica de la autora y que se avanzaban en estudios anteriores más breves. Debe destacarse en todo caso, el esfuerzo documental que ha pasado no sólo por consultar archivos regionales y locales, sino algunos estatales y extranjeros. También debe reseñarse la oportuna incorporación de cartografía. Habría que decir, aunque suene a tópico, que no sólo hay aquí un estudio de historia local en el mejor sentido de la palabra, que la sitúa en las antípodas del localismo, sino un auténtico análisis de historia administrativa de España que será de necesaria consulta para los que estudien la vertebración del territorio en los inicios de la contemporaneidad. En fin, hay que esperar que este libro, surgido como el fruto de una excelente tesis doctoral, se complete con otras publicaciones que María José Vilar ya indica que están pendientes de ser editadas. Juan Gracia Cárcamo