Descargar PDF"El no sabe lo que quiere"

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TODO UN TEMA…
“él no sabe
lo que quiere”
SI TU PAREJA ESTÁ EN CRISIS CON LA VIDA –Y ESO TE INCLUYE–,
¿QUÉ HACER?, ¿SE PUEDE REMONTAR?
P or Flor Faragó. ilus trac ió n d e maite oz.
De pronto, notás que él entra en una crisis circular, que puede incluir una o varias aristas de su
vida. No le gusta su laburo, se siente frustrado, no
sabe por qué eligió la carrera de contador si en realidad lo de
él siempre fue la música. Y te anuncia un día que se anotó
en un curso de DJ, al que va a ir todas las noches. Te quedás
helada y no entendés. Todo muy lindo, pero ¿vos en dónde
quedás parada? Intentás comprenderlo por toda su historia
y por la vida que tienen juntos –y más aún si hay hijos de por
medio–, pero te sobrevienen preguntas: “La cena familiar,
¿dónde quedó?, ¿de verdad estás pensando en dejar el laburo
190 • sexo y pareja
para dedicarte a pasar música en un boliche?”. Y cuando
empezás a reclamar, él alega que se siente asfixiado en casa
y abrumado por las múltiples responsabilidades. Te dice
que “no sabe” si puede hacerse cargo de los chicos en este
momento –y de todo lo que implica ser una familia, convengamos–, te pide tiempo, empieza a salir más porque “necesita
espacios” –¿y quién no necesita espacios?–. Vos estás en el
medio, en estado de desesperación, tratando de bancarlo
–¿cómo no?, ¡es tu pareja!– e intentando que la relación que
tanto les costó construir no se desmorone de la noche a la
mañana. Pero, y ahí está el tema, ¿cómo se sale de esto?
Tipos de crisis
Algunos salvavidas
Cuando es una excepción. Comparten una vida, ya
pasaron por otras crisis, se aman de manera genuina,
entonces podés acompañar a tu hombre en sus replanteos
o ver de qué manera ayudarlo a encarar lo nuevo que quiere.
Y más allá de eso, se trata de aceptar ese cambio (como él
en un futuro podría acompañar el tuyo), de entender que
él ya no es como era, ¡y eso nos pone en situación de elegir
a nosotras también! Los movimientos no se pueden evitar
y tampoco nos sirve quedarnos con un hombre infeliz
que reprime sus deseos. Quizá su cambio implique una
modificación de rutinas y de nuestra forma de vida, pero
nos podemos reorganizar de manera amorosa y saludable.
O puede que nos lleve a límites que no estamos dispuestas
a atravesar.
Cuando es la regla. Entran aquí los inmaduros, los
eternos adolescentes que suelen poner la “crisis” más
bien como una excusa para no hacerse cargo de las cosas
que les incomodan. Quizás al principio de la relación
no notamos o no nos molesta su “costado infantil”, pero,
cuando buscamos más compromiso o hijos –si es que no los
tenemos ya–, comienzan los problemas. Y cuando exigimos
un cambio o que tome mayores responsabilidades, resulta
que él demuestra ser “impotente” en este sentido y es como
estar con un chico. En esta situación, por desgracia, no hay
mucha salida. Es más bien un “tómalo o déjalo”, con todo lo
que eso implica. Porque hay que avisarle al “Sr. Inmaduro”
que para cada cosa existe un tiempo y que la actual
estructura no puede soportar los valores de su anterior
etapa evolutiva. Sobre las etapas “no vividas”, él tiene que
hacer un duelo y salir adelante. Y si esto no sucede, es puro
infantilismo y no hay mucho de qué hablar.
Esperamos que vuelva a elegir la vida que compartíamos
juntos o que proponga alguna otra variante para salir
adelante. Pero ¿cuánto tiempo lleva eso? ¿Mucho, poco?
Y puede que resulte en que vuelva a elegirnos y acepte la
realidad, o no... También puede pasar que él, a pesar de que
se tome un tiempo, siga empantanado y no sepa si volver o
no. Y mientras tanto, nuestro sufrimiento e incertidumbre
es difícil de tolerar. Además, la vida y las obligaciones siguen
mientras él “piensa”. No hay recetas mágicas ni soluciones
iguales para todos, pero estas ideas podrían ayudar:
Apliquen el “pensamiento ecológico”: tu pareja debería
darse cuenta de que sus cambios y crisis repercuten en
vos y en sus hijos –si los tienen– y debería esforzarse para
“amortiguar” las consecuencias o, caso contrario, intentar
que la transición sea lo menos traumática para todos.
Sacá la mirada de él: el misterio de no entender qué le
pasa, por qué, cómo ayudarlo o ¡hacer que se dé cuenta de
lo que se pierde! a veces nos sumerge en un laberinto de
suposiciones y diagnósticos, y nos perdemos la posibilidad
de ver qué queremos y cómo ayudarnos.
Manejate con la realidad: él te dice: “Ya no te amo”, y vos
pensás: “Seguro que me lo dice para provocarme, tomar
distancia”. Podría ser un límite verbal (que en realidad no
siente) o ser cierto. Construí con la info que tenés, aceptá
que hoy es así y actuá en consecuencia. A veces, por “leer
los subtítulos”, nos convertimos en el felpudo de la relación.
Invertí tiempo en vos: hay que reforzar las herramientas
de salvataje para atravesar el tsunami. A veces, es empezar
yoga; otras, es terapia; o vidas pasadas, o arrancar la dieta
para verte mejor. Toda crisis, aunque sea ajena, es una
oportunidad para crecer, por más doloroso que sea.
contanos , ¿T e pasó ?
VIC KY ROG ERS
33 años , arquitecta.
CAROLINA LUG ONES
39 a ños, docente .
NATALIA RODRÍ G UE Z
3 0 a ños, estudiante de artes .
“Sabía que era inmaduro, pero me hacía
matar de risa. Nos casamos y al toque
quedé embarazada. Él siempre me había
dicho que cuando tuviéramos hijos iba a
cambiar, no iba a salir tanto. No sé si pequé
de ingenua, pero le creí. Fue una pesadilla.
Llegué a un punto en el que no di más y me
fui con mi hijo de tres años”.
“Él comenzó a tocar en una banda y se
armaba viajes con amigos porque los
horarios familiares lo asfixiaban. Sin
pensarlo mucho, llegó nuestro segundo hijo
y todo se potenció. Yo era la ‘hinchapelotas’.
Por suerte, con un año de terapia de pareja
aterrizó y entendió que sus hijos tienen
tiempos propios que hay que respetar”.
“Estuve siete años con una pareja que
nunca supo lo que quería. Todo detonó
cuando me dijo que iba a aprovechar un
viaje de trabajo ¡para tomarse unos días
de vacaciones! Le dije que estaba cansada
de esperar que algo cambiara, porque me
generaba falsas expectativas. Terminamos
ese mismo día, pero aún me duele...”.
192 • sexo y pareja
Poné límites
p o r el Lic. Sebastián
Girona, psic ólo go.
El riesgo es que él se
“acomode” en esta crisis
y no haga nada por salir.
En ese caso, será necesario que te replantees
si querés acompañarlo,
paciencia mediante, o
si preferís esperar sola.
De una manera u otra,
se genera una relación
asimétrica y todo pasa
a depender de él y de
cómo se siente. Cuando
esto ocurre, vos perdés
el control y eso aumenta
tu angustia y disminuye
tus ganas de apoyar y
acompañar. Una forma
de retomar este control
puede ser establecer una
fecha para que él tome
una decisión acerca de
lo que quiere hacer y
para que entienda que su
crisis también te ocurre
indirectamente a vos.
Podés acompañarlo, pero
siempre poniendo límites
y haciendo respetar tu
lugar. La clave pasará
por el equilibrio entre una
posición y otra, o sea,
esperar y acompañar,
pero que también pese lo
que te pasa a vos.
experta
consultada
Lic. Paula Mayorga
Coordinadora del Equipo
de Psicoterapia y
Asistencia en la Crisis.
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