Los verbos defectivos

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Los verbos defectivos
Para el desarrollo de la primera parte de este informe, hemos seguido, en líneas
generales, la explicación de la Gramática Descriptiva de la Lengua Española de la Real
Academia. No obstante, dado que el Diccionario Panhispánico de Dudas registra otros
empleos de algunos de los verbos tradicionalmente considerados como defectivos, nos ha
parecido interesante plantear esas consideraciones -así como otras vinculadas con la
conjugación, significado y usos de esos verbos- en la segunda parte.
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Los verbos defectivos son aquellos que, por diferentes razones, tienen una
conjugación incompleta, es decir, que sólo se usan en determinadas formas.
Por motivos sintácticos y semánticos, los verbos atañer, acaecer, acontecer,
suceder, ocurrir, etc., que se predican de sujetos inanimados o abstractos, de temas pero
no de agentes, sólo se usan en las terceras personas (esta situación no me atañe, la
decisión concierne al magistrado, algo le aconteció, el hecho acaeció el año pasado, esos
episodios ocurrían con frecuencia, etc.) y en las formas no conjugadas (infinitivo,
participio y gerundio: acontecer, acontecido, aconteciendo; atañer, atañido, atañendo,
etc..).
Algo parecido, pero por un motivo diferente, ocurre con los verbos llover, tronar,
nevar, amanecer, anochecer, etc., que se refieren a fenómenos atmosféricos o naturales y
que, salvo usos figurados o literarios (“Le llovieron acusaciones injustas”), sólo se
emplean en 3° persona del singular, sin sujeto gramatical. Se los denomina también
verbos unipersonales.
El verbo soler se emplea como auxiliar en frases verbales con infinitivo, con
sentido durativo e imperfectivo, pues denota el carácter habitual de la acción que expresa
el infinitivo con el que forma perífrasis. No se usa en todos los tiempos de la conjugación,
como en el futuro imperfecto de indicativo (*soleré) o el condicional simple (*solería). Por
eso, sólo se encuentra en los presentes de indicativo y de subjuntivo (suelo, sueles, suela,
solemos, solamos, etc.) en el pretérito imperfecto (solía, solíamos), en el pretérito
perfecto compuesto (he solido) de sentido durativo desde el pasado aunque con término
reciente.
En algunos verbos de la tercera conjugación, como abolir, agredir, transgredir y
compungir, se observa un uso restringido, por motivos aparentemente fonológicos, a las
formas cuya desinencia empieza por- i: 1° y 2° personas del plural del presente de
indicativo (abolimos, abolís), plural del imperativo (abolid) y las formas del pretérito
perfecto simple (aboliste, abolió, abolimos) – y por consiguiente del imperfecto de
subjuntivo (aboliera, aboliéramos, etc.) y del futuro de subjuntivo (aboliere, abolieres,
etc.)- y del futuro de indicativo (abolirá, aboliremos, etc.) – y, por consiguiente del
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condicional simple (aboliría, aboliríamos, etc). (Ver en este mismo informe “Otras
consideraciones sobre los verbos defectivos”)
Existen algunos verbos que sólo se emplean en infinitivo: adir (“aceptar la herencia
tácita o expresamente”) y usucapir (Der. “adquirir una cosa por usucapión”; “usucapión”:
“adquisición de una propiedad o de un derecho real mediante su ejercicio en las
condiciones y durante el tiempo previsto por la ley”).
Otros se usan solamente en el participio, con función adjetiva: aguerrido,
desolado, despavorido, fallido (del antiguo fallir: “errar, fallar”), manido, desvaído,
aterido, preterido, descolorido, etc. (Ver en este mismo informe “Otras consideraciones
sobre los verbos defectivos”)
En cuanto al verbo balbucir, usado en las mismas formas que abolir, suele ser
sustituido por balbucear, y en vez de garantir, empleado todavía en el español de América
(garanto, garantes, etc), se prefiere en el español peninsular, garantizar.
Otras consideraciones sobre los verbos defectivos
Como hemos visto, acaecer y acontecer son considerados como defectivos por la
Gramática Descriptiva de la Lengua Española. Conviene recordar que se conjugan como
agradecer (acaezca, acontezca).
Atañer, cuyo significado es “afectar o concernir a alguien o algo”, se conjuga como
tañer (atañe, atañían, atañó). Es intransitivo y se construye siempre con un objeto
indirecto: “Esto no le atañía a él directamente”.
Concernir (“afectar o interesar a alguien”; “tener que ver con algo”) se conjuga
como discernir (concierne, conciernan). Normalmente se usa como intransitivo, caso en el
que lleva siempre un objeto indirecto: “La preservación de la democracia les concierne a
todos por igual”.En los últimos tiempos, señala el Diccionario Panhispánico de Dudas,
probablemente por influjo de otros verbos de significado similar como afectar, se
documenta en algunas zonas un uso transitivo de concernir, especialmente en la forma de
participio: concernido: “Los magistrados escucharon las alegaciones de las tres partes
concernidas”. En estos casos, es más habitual y recomendable usar otros participios, como
afectado o interesado, según los casos.
En el caso de abolir, como hemos visto, parece advertirse un rechazo hacia el uso
de las formas de raíz tónica que acaso tendrían que diptongar [o/ ue] (abuelo?, abueles?,
abuele?) lo que sería el auténtico motivo del desuso de tales formas. Por el momento, más
que una explicación, hay una coincidencia entre la presencia de la vocal de la desinencia -i
y el uso de la forma correspondiente. Sin embargo, según el Diccionario Panhispánico de
Dudas, hoy se documentan, y se consideran válidas, el resto de las formas de la
conjugación: “Se abole la pena de muerte”, “Los nuevos poderes abolen la soledad por
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decreto”. Como se ve en los ejemplos extraídos de este diccionario, su conjugación es
regular: abolo, aboles, etc., y no *abuelo, * abueles, etc.
En cuanto al verbo agredir, el Diccionario Panhispánico de Dudas señala que
aunque tradicionalmente se lo ha considerado como un verbo defectivo, en el español actual
ha extendido su empleo a todos los tiempos y personas de la conjugación. De ese modo, las
formas que carecen de la vocal -i- en su desinencia (agrede, agredamos, agreda, etc.),
consideradas antes incorrectas, son actualmente normales en todo el ámbito
hispanohablante. “Dos asaltantes agreden a una anciana”.
Aunque el verbo compungir(se) (“causar gran pena” y “entristecerse”) a veces se ha
considerado defectivo, suponiendo que sólo se usaba en aquellas formas cuya desinencia
comienza por-i, en realidad se emplea en todas las formas de la conjugación, consigna el
Diccionario Panhispánico de Dudas: “¿Por qué nos compunge tanto esta escena?”
Algo parecido sucede con el verbo transgredir (“violar un precepto o una ley”),
que fue considerado durante mucho tiempo como defectivo. En el español actual, este
verbo ha extendido su empleo a todas las personas y tiempos de la conjugación. De ese
modo, las formas que carecen de la vocal -i- en su desinencia, como transgrede,
transgredamos, transgreda, etc., consideradas antes incorrectas, son hoy normales en todo
el ámbito hispanohablante: “Hay que evitar que se transgreda esta norma”. Corresponde
recordar que es también válida la grafía simplificada trasgredir, aunque en el uso culto se
sigue prefiriendo la forma que conserva el grupo etimológico -ns-.
Arrecir(se) que significa “entumecer(se) por causa del frío” es un verbo defectivo
que solo se emplea en aquellas formas cuya desinencia empieza por -i. Sin embargo, como
ya hemos señalado en la primera parte, se usa especialmente su participio pasado arrecido
con valor de adjetivo: “Los árboles inmóviles como fantasmas arrecidos en medio de la
nieve”.
Preterir (cuyo significado es “postergar” y, en Derecho, “omitir en la institución de
herederos a los que son forzosos, sin desheredarlos expresamente en el testamento”) se
conjuga como pedir. Este verbo defectivo, que sólo se emplea en aquellas formas cuya
desinencia empieza por- i, en realidad, aparece casi exclusivamente en infinitivo y, sobre
todo, en participio, como ya hemos visto. No obstante, el Diccionario Panhispánico de
Dudas cita el siguiente ejemplo: “En España sigue rigiendo la Ley de Propiedad
Intelectual de 10 de enero de 1879, que olvidó o pretirió adrede la especialidad de las
cartas”.
En cuanto al verbo desvaír(se) (“quitar o perder el color, la fuerza o la intensidad”),
el Diccionario Panhispánico de Dudas no lo considera como defectivo aunque admite que
lo normal es que se empleen solo las formas cuya desinencia empieza por-i: “Algo extraño
empañaba y desvaía las imágenes”. Se emplea con frecuencia especialmente su participio
pasado desvaído.
El verbo manir (antiguamente, “permanecer, quedar”; “hacer que las carnes y otros
alimentos se pongan más tiernos y sazonados, dejando pasar el tiempo necesario antes de
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condimentarlos o comerlos”) es un verbo defectivo que se conjuga solamente en las formas
cuya desinencia empieza por -i. No obstante, se emplea fundamentalmente su participio
pasado manido.
El verbo descolorir(se), sinónimo de decolorar(se) –de uso más frecuente- es
defectivo, pues solo se conjuga en las formas cuya desinencia empieza por - i. pero, como
ya se ha señalado, se emplea especialmente su participio pasado del que deriva el adjetivo
descolorido (“de color pálido o poco intenso”): “Una imagen descolorida”.
Bibliografía
García Negroni, María Marta; Pérgola, Laura; Stern, Mirta. El arte de escribir bien
en español. Manual de corrección de estilo. Buenos Aires, Santiago Arcos, 2004.
Real Academia. Española. Gramática descriptiva de la lengua. Dirigida por Ignacio
Bosque, Violeta Demonte. Madrid, Espasa, 1999. p.4968.
Diccionario de la Lengua Española. Real Academia Española, Madrid, EspasaCalpe, 1997
Diccionario Panhispánico de Dudas. Real Academia Española, Madrid, EspasaCalpe, 2005
Seco, Manuel, Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española, Madrid,
Espasa-Calpe, 1986.
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