nota de prensa pintor Emilio Pérez

EMILIO PÉREZ PÉREZ
La sala de Exposiciones de la Casa de Cultura de Ribadesella lleva a cabo desde el día 1 al
13 de Julio una Exposición Antológica del pintor local Emilio Pérez, con más de sesenta óleos y
bocetos pertenecientes a coleccionistas privados y también al propio pintor. La inauguración oficial,
a cargo de la Asociación Cultural Amigos de Ribadesella, tendrá lugar el sábado día 2 a las 20,30h
y contará con la presencia de las autoridades locales y numerosos amigos que arroparán al pintor
riosellano.
Emilio Pérez colgó los pinceles hace más de veinte años. Siempre se podrá soñar hasta
dónde podría haber llegado Emilio en el mundo del arte, si su dedicación en cuerpo y alma a su
profesión de esteticista-peluquero le hubiera permitido compaginar su trabajo de cada día y la
carrera de artista-pintor más prometedora que se vislumbraba en las décadas de los años 60 y 70
del pasado siglo.
Emilio Pérez nació en una casa que tiene duende. Poco más de ochenta años antes, en
1857, y en esa misma casa, había nacido el más ilustre e internacional de nuestros artistas, el
pintor impresionista Darío de Regoyos. No conforme con tal honor, la vivienda vio nacer en los
años 1892, 1902 y 1904 a Bernardo, Antonio y Tyno, los hermanos Uría Aza. Aquellas paredes
completaron su orgulloso curriculum, de ser cuna de artistas, con el nacimiento, en 1940, del pintor
Emilio Pérez Pérez, en una coincidencia curiosa de reseñar. “Ese caserón, comenta el pintor
Emilio, fue mi morada más de veinticinco años. Desde niño comencé a sentir interés por la pintura.
Un ansioso deseo de observar y analizar cuanto me rodeaba me hacía comprender que mi gran
maestro era la naturaleza, un maestro generoso, sincero, el único de que yo podía disponer, ya que
mis padres no podían costearme los gastos de un profesor o de una escuela de arte”
Emilio es el pintor impresionista que muchos de los que cogen los pinceles hubiesen querido
imitar. Emilio, autodidacta, siempre fue generoso, y lo es a la hora de desparramar los óleos sobre
la paleta, y lo es a la hora de trasladar sus colores sobre el lienzo. Emilio pasa del
convencionalismo al preciosismo con suma facilidad; recuerda en unos casos paletas influyentes
en él y en otros se advierte el personal intento lumínico.
Las exposiciones de Emilio, a finales de los años cincuenta del pasado siglo, se convirtieron en
auténticos acontecimientos culturales. En 1963 aporta una serie de trabajos a la Exposición
Provincial de Arte, en Oviedo, donde recibe el Diploma de Mérito. Un año más tarde Emilio se ve
recompensado con el primer premio de pintura en la XXVI Exposición Provincial de Arte Juvenil.
Fueron años de elevada producción artística, así, una de sus obras es seleccionada en el año 1965
para figurar en la XXII Exposición Nacional de Arte de Valencia. En el año 1969 Emilio recibe de
nuevo la medalla de Mérito en la XXX Exposición Provincial de Arte de Asturias, finalizando una
década que dio paso a los años 70 en los que compaginó sus dos profesiones que también fueron
su vocación: la pintura y la peluquería.
Hoy ya sabemos que Emilio volvió al lugar donde dejó los óleos hace décadas. Los colores le están
esperando para saltar al lienzo y los paisajes siguen en su lugar. Emilio, treinta años después,
animado por su esposa Carmen, siente que las tijeras se le acaban de convertir en pinceles.
Carlos Tejo