El Misterio de El Mesías

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El
Misterio
de El
Mesías
Jorge Eliécer Navarrete G.
Seminario Evangélico de
Caracas
Editor: Eleazar Antonio Loreto A.
Miembro de Sociedad Bíblica Iberoamericana
Jorge Eliécer Navarrete G.
Revelación e Implicaciones
históricas de “El Misterio de El
Mesías” para la misión de la Iglesia,
responsable de la Kerigma del reino
de Dios. Efesios 3:1-13.
El Misterio de El Mesías
EL MISTERIO DE EL MESÍAS:
REVELACIÓN E IMPLICACIONES HISTÓRICAS PARA LA
MISIÓN DEL REINO DE LA IGLESIA, Efesios 3:1-13
Desde hace algunos años atrás y, con mayor fuerza en los años recientes, la adoración a
Dios ha ido tornándose hacia expresiones propias de la liturgia judía en contextos
culturales ajenos a la nación Hebrea.
Fundamentalmente, esta tendencia se debe a que algunos intérpretes de las Escrituras
afirman que “el mover del Espíritu en nuestros días está dirigido a la Restauración del
Tabernáculo de David que estaba caído” (Amós 9:11, 12). Por lo tanto, dicen estos
intérpretes, que la adoración a Dios debe “necesariamente” tener expresiones del
judaísmo en el tiempo cuando David construyó un Tabernáculo para colocar en el mismo,
el Arca del Pacto que, por veinte (20) años, no había estado en su lugar: el Tabernáculo
que Dios ordenó a Moisés construir (1 Samuel 7:2).
Esta posición teológica supone, entonces, que aún las fiestas de los judíos, siete (7) en
total, ordenadas por Jehová, Dios de Israel (Levítico 23), deben celebrarse incluyendo el
Shabbat cada semana, como lo es el caso de los judíos mesiánicos, por ejemplo.
Ahora bien, creo que es oportuno hacer una revisión del tema desde una perspectiva
Histórico-Teológica teniendo como centro y, punto de partida a la vez, lo que el Apóstol
Pablo denomina “El Misterio de El Mesías” en la Epístola que le escribió a la comunidad
de fieles de Éfeso.
ENTENDIENDO EL MISTERIO DE EL MESÍAS
I. ANTECEDENTES EN LA HISTORIA DE LA REVELACION DE DIOS
La palabra “Misterio” se empleó por primera vez en la historia de la teología bíblica para
referirse al reino de Dios y a El Mesías estando el pueblo judío bajo cautiverio en
Babilonia. Recordemos en la Profecía que registró el Profeta Daniel cuando el rey
Nabucodonosor tuvo un sueño, el cual al despertar, no pudo recordar y sólo el profeta
Daniel pudo declararle el sueño y su respectiva interpretación (Daniel 2). Este sueño se
refirió a los gobiernos humanos, comenzando por el imperio Babilonio, imperio éste del
momento cuando se le dio el sueño al rey, hasta el imperio Romano y sus alianzas, así
como también la interrupción de éstos por la venida del reino de Dios (Daniel 2:44, 45),
en el cual, la figura de El Mesías aparece registrada en Daniel 9: 25, 26 en el contexto de la
semana 69 la cual coincide con el último de los gobiernos humanos de Daniel 2. Luego, el
rey Nabucodonosor, conmovido por el sueño y su fiel interpretación, le dijo a Daniel:
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El Misterio de El Mesías
“Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses, y Señor de los reyes, y el que revela los
misterios, pues pudiste revelar este misterio”1.
La segunda vez que se registra la palabra “Misterio” en la historia de la teología bíblica es,
precisamente, en la Epístola de Pablo a los Efesios. En ambas composiciones literarias el
trasfondo histórico era similar. Babilonia, para ese momento histórico, 606 a 536 a.C. era
el centro mundial del esoterismo/ocultismo de la humanidad. En el devenir de los años,
este centro mundial del esoterismo/ocultismo se trasladó a la ciudad de Éfeso en el siglo I
de la Era cristiana (Hechos 19:27). Por esta razón socio-cultural, ambos autores, el Profeta
Daniel y el Apóstol Pablo, inspirados por el Espíritu Santo, utilizan este vocablo propio de
este contexto histórico esotérico para referirse al reino de Dios y a El Mesías.
Al Apóstol Pablo le fue conferido por parte de El Mesías la gracia de “aclarar a todos cual
sea la dispensación del Misterio escondido desde los siglos en Dios, el cual creó todas las
cosas” (Efesios 3:9). Así que, si alguien sabe acerca de este Misterio de El Mesías, es
justamente, Pablo.
Así que, veamos lo que el Apóstol Pablo plantea e interpretemos, asunto éste que es
imposible de evitar.
II. EL MISTERIO DE EL MESÍAS EN LA ADMINISTRACIÓN DE PABLO
En este capítulo 3: 1-13 de la Epístola a los Efesios, el Apóstol Pablo comienza en el verso 1
con la intención de hacer una oración a favor de los seguidores de El Mesías de la ciudad
de Éfeso. No obstante, al mencionar que él era un prisionero de El Mesías por causa de los
“gentiles”, decide abrir un amplio y necesario paréntesis que prolonga desde el verso dos
(2) hasta el verso trece (13) de este capítulo. Este extenso paréntesis lo emplea,
justamente, para explicar “El misterio de El Mesías” que, a todas luces, tiene que ver con
los “gentiles”. Luego de terminar su explicación acerca de El Misterio de El Mesías, Pablo
concreta la oración que tenía en su corazón hacer por los fieles de Éfeso (Efesios 3:14-21).
Dejemos la oración aquí por el momento, pero, no la perdamos de vista.
Al comenzar su paréntesis, Pablo, lo primero que expone es la certeza de que los Efesios
ya tenían conocimiento acerca de la “administración” de la Gracia de Dios que le había
1
Cf. Dan. 2:17-19; 27, 28, 29, 30. Daniel mismo le atribuye esta palabra ‫( רז‬r z) de una raíz que no se usa
prob. sign. atenuar, i.e. (fig.) esconder, ocultar; misterio:-misterio, secreto. H7328, Strong.
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El Misterio de El Mesías
sido dada al Apóstol para con los gentiles 2 (v.2). Adicionalmente, les declara que por
revelación le fue declarado “El Misterio de El Mesías” como antes se los había declarado
mediante comentarios previos en esta misma Epístola (Efesios 2:11-22), cuyo contenido,
dice Pablo, les puede dar a los Efesios una idea clara acerca del nivel de conocimiento que
él tenía acerca de “El Misterio de El Mesías” (v.3, 4).
Cuando llega al verso cinco (5), comienza a escribir algunos aspectos específicos acerca de
“El Misterio de El Mesías”. Afirma dos aspectos interesantes. El primero, la fase oculta
de “El Misterio de El Mesías”, cuya relevación en “las generaciones” anteriores fue
incompleta o progresiva (v.5a). Lo segundo, la fase revelada en pleno de “El Misterio de El
Mesías” a los Apóstoles y Profetas de la Era Cristiana por el Espíritu Santo (v.5b).
2.1. LA FASE OCULTA DE EL MISTERIO DE EL MESÍAS.
En la fase oculta de El Misterio de El Mesías, el Apóstol Pablo hace mención que en
“otras generaciones” no se dio a conocer a los hombres… A veces las genealogías nos
causan tedio al leerlas. No obstante, en ellas encontramos riquezas formidables.
En la genealogía que el Evangelista Mateo redacta acerca de El Mesías (Mateo 1: 1-17),
cuando el autor resume la misma dice: “De manera que todas las generaciones desde
Abraham hasta David son catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia,
catorce; desde la deportación a Babilonia hasta el Mesías, catorce”.
Tal vez para muchos intérpretes del texto bíblico esto sea un detalle insignificante. Sin
embargo, para el Espíritu Santo quien inspiró a Mateo, no lo es.
Si somos acuciosos con el desarrollo de la historia de la revelación de Dios, podemos
percatarnos que cada catorce generaciones, comenzando desde Abraham hasta el
Mesías3, Dios reveló aspectos trascendentales acerca de El Mesías y su Reino.
Primeras
Catorce
Generaciones
Cuando Dios llamó a Abraham para constituir una nación a partir de él, le hace sendas
promesas en las primeras de cambio. Entre las siete (7) promesas que Dios le hace a
Abraham, la última resalta de manera especial: “En tu simiente serán benditas todas
Desde Abraham
hasta David
2
La conjunción condicional εἴ del griego koiné (si) en combinación con el aoristo en modo indicativo
ἠκούσατε (escucharon), introduce una oración condicional de primera clase , la cual implica que lo que se
plantea en la prótasis es verdadero; y su sentido sintáctico es causal (ya que, puesto que). Por lo cual, la
traducción debería ser “Ya que, ciertamente, ustedes escucharon acerca de la administración de la Gracia de
Dios que me fue dada para con ustedes… pueden entender…” (siendo ésta última parte, la apódosis, la
oración principal de esta cláusula condicional que inicia en el verso 2). Tal cual como se lee en el castellano
de la versión Reina-Valera 1.960, da la impresión que existe la duda en cuanto a que los Efesios hubieran
escuchado acerca de la Administración de la Gracia dada al Apóstol Pablo. Pero, en realidad, es todo lo
contrario. Pablo da por un hecho real que los Efesios estaban en pleno conocimiento del asunto planteado.
3
Un total de 42 generaciones ricas en revelación acerca de El Misterio de El Mesías.
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3
El Misterio de El Mesías
las familias de la tierra” (Génesis 12:34). Dios, en esta promesa la cual, por cierto,
reitera en la historia patriarcal a Jacob (Génesis 28:14), le está mostrando tanto a
Abraham como a Jacob el final de la película, la cual, en su momento, desarrollaré en
detalle.
Lo importante en este inicio de catorce generaciones hasta la aparición en escena del
rey David, es que Dios comienza a develar El Misterio de El Mesías, al mejor estilo de
algunas películas de Hollywood que comienzan por el final, identificándolo como la
simiente de Abraham, Isaac y Jacob. El Apóstol Pablo nos ayuda de manera
significativa en nuestros días a identificar con claridad que Jesús, El Mesías, es esta
simiente en la cual todas las familias de la tierra recibirían bendición. 5
Pasaron estas primeras catorce generaciones con el concepto de El Mesías bajo la
denominación de “La simiente de Abraham”. Llegado el momento histórico de la
monarquía en Israel, período histórico éste cargado de incidentes relacionados con El
Mesías y su reino, Dios, tras haber desechado a Saúl 6 como monarca en Israel (1
Samuel 15; 16:1), le da instrucciones a Samuel para que unja a un nuevo rey que sería
miembro de la familia de Isaí (1 Samuel 16). Allí aparece David en la escena de la
historia profética de “El Misterio de El Mesías”.
4
H4940, Strong. La palabra ‫ש ָּפחָּה‬
ְׁ ‫ ִמ‬mishpakjá en Gen. 12:3 significa: familia, i.e. círculo de parientes; fig. a
clase (de personas), especie (de animales) o suerte (de cosas); por extens. tribu o pueblo:-clase,
descendiente, especie, familia, generación, género, linaje, parentela, parte, porción, pariente. Esta es la
misma palabra que se utiliza en Gen. 28:14 a diferencia de la palabra que se utiliza en Gen. 22:18, ‫( ּגוי‬g y)
nación extranjera. H1471, Strong. Cuando dicha promesa se cita en el NT el autor Lucas utiliza la palabra
πατριά (patriá) (Hch. 3:25), descendencia paternal, i.e. (concr.) grupo de familias o una raza (nación)
entera:-familia. A diferencia de Lucas, Pablo, en Gal. 3:8, utiliza la palabra griega ἔθνος (édsnos) cuyo
significado se asemeja más a la palabra hebrea ‫( ּגוי‬g y): raza (como del mismo hábito), i.e. tribu; espec.
alguien foráneo (no judío) (usualmente por impl. pagano):-gente, gentil, linaje, nación, pueblo, G1484,
Strong. Lo interesante de esta diferencia de palabras tanto en el en el AT como en el NT es que desde esta
mención primigenia de Dios a Abraham ya El Señor contemplaba a las naciones extranjeras en su plan de
salvación y el Apóstol Pedro lo trae a colación en su segundo discurso referente a la fe en El Mesías (Hch.
3:25). Posteriormente, el Apóstol Pablo lo expone de igual forma (Ef.3:15).
5
En la carta a los Gálatas el Apóstol Pablo nos aclara que la promesa hecha a Abraham se refería a una sola
simiente, en singular, no en plural, como si se tratase de muchas simientes. Dicha simiente, define Pablo, es
el Mesías, mediante el cual los gentiles alcanzarían la bendición dada a Abraham y recibiesen la promesa del
Espíritu, Gal. 3:14-18.
6
Es importante destacar que Dios nunca quiso el modelo de la monarquía para Israel. Dios siempre prefirió
ser Él, directamente, quien reinara sobre Israel. El modelo de la monarquía era un modelo pagano. Cuando
el pueblo le hace la solicitud de un rey a Samuel, es muy obvio que el modelo que habían tomado era el de
las naciones paganas vecinas, 1 Sam. 8: 4, 5. Samuel entendió que lo estaban desechando a él como Juez,
pero, Dios le hizo entender que era a Él, a Dios mismo, a quien el pueblo había desechado para que no
reinara sobre ellos, 1 Sam. 8:7. Sin embargo, Dios le giró directrices a Samuel para que les ungiera a un rey al
estilo de las naciones paganas vecinas y, este rey, fue Saúl, 1 Sam. 9.
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El Misterio de El Mesías
Después de estas primeras catorce generaciones, Dios toma a David y le hace llegar a
ser un gran rey sobre Israel con todas sus victorias y fracasos en su vida personal 7.
David era un hombre que amaba la presencia de Dios. Por tal motivo, él tuvo en su
corazón rescatar el Arca del Pacto que, por veinte (20) años, no había estado en su
lugar después de haber sido capturada por los filisteos (1 Samuel 4:1-7:2; cf. 2 Samuel
6). Para tal efecto, el rey David edificó una tienda 8 donde colocaría el Arca del Pacto
de Jehová (1 Samuel 6:17; 1 Crónicas 16:1).
Segundas
Catorce
Generaciones
Desde David
hasta la
Deportación a
Babilonia
Ese momento histórico en la vida de Israel y, en la propia vida del rey David, significó
un extraordinario avance en la vida de adoración y alabanza. Podemos decir que
durante el reinado de David, la adoración cobró vida de manera institucional. Fue la
época de oro en la adoración en Israel. David llevó el Arca de Dios a la tienda que le
había preparado en Jerusalén acompañado de un gran jolgorio caracterizado por la
presencia de diversos instrumentos musicales, cantos de alabanza y la expresiva danza
y saltos de David (2 Samuel 6:12-23).
Justo, después que David llevó el Arca de Dios a la tienda que él le había construido en
Jerusalén, en su composición literaria, Samuel, registra el Pacto de Dios con David, en
el cual Dios revela en este contexto nuevos elementos acerca de “El Misterio de El
Mesías”. En la escena de 2 Samuel 7, David le expresa al profeta Natán su deseo de
construir casa para el Arca de Dios, bajo la reflexión de que él habitaba en casa de
cedro y el Arca de Dios entre cortinas (v.2), ante lo cual el profeta Natán le anima a
llevar a cabo lo que está en su corazón (v.3). Sin embargo, Dios le habla al profeta
Natán y le muestra que no es su deseo que David le construya casa de cedro sino un
hijo de David lo haría. En esta escena es, precisamente, donde salen nuevos elementos
acerca de El Misterio de El Mesías. Dios le hace saber a David que de su linaje Él
levantaría a “uno” que saldría de sus entrañas cuyo reino Dios afirmaría, en primer
lugar, luego le declara que el trono del reino de este “uno” Dios lo afirmaría para
siempre y, por último, Dios le hace saber a David que su casa (linaje) y su reino serían
estables eternamente (2 Samuel 7:12-16).
Dos elementos son fundamentalmente revelados en este Pacto de Dios con David:
Uno, la promesa del advenimiento de un Ungido (Mesías) el cual saldría de su linaje.
Dos, que el reino de este Mesías sería para siempre y eternamente9.
7
El caso de David con Betsabé y el asesinato de su esposo Urías, junto con la insurrección de su hijo Absalón,
son parte de los momentos críticos de David, de los cuales Dios lo levantó para continuar con su plan eterno
de salvación en El Mesías (2 Samuel 11: 15).
8
El Tabernáculo de David, este fue el nombre histórico de trascendencia profética que recibió esta tienda
construida por David para colocar el Arca del Pacto de Jehová (Amos 9:11; Hechos 15:16).
9
A pesar de que Dios nunca estuvo de acuerdo con el modelo de la monarquía, pues, su deseo era reinar
directamente sobre Israel (1 Samuel 8:7), Dios se monta sobre este modelo pagano como un accidente en la
historia entre el pueblo de Israel y Él, y desde este modelo establece la figura de El Mesías y su reino eterno.
Lo interesante que hizo David y, que sin duda, conquistó el corazón de Dios de manera especial, fue que
David posicionó a Dios como el Rey soberano. En el Salmo 24, David hace un magistral posicionamiento de
Dios como el Rey de Israel y de toda la tierra a modo de una “vindicación” a Dios en su deseo manifiesto de
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El Misterio de El Mesías
Es obvio que no se estaba refiriendo a Salomón, aunque, de acuerdo al estilo de la
profecía bíblica, por lo general se daba un cumplimiento histórico y, luego, un
cumplimiento en el futuro, como es el caso en cuestión. El hecho es que Dios reveló a
David estos dos (2) elementos que se sumaban a la revelación dada por Dios a
Abraham catorce generaciones atrás.
Adicionalmente a estos dos elementos nuevos, David tuvo un entendimiento respecto
a Dios diferente a cualquier otro personaje en la historia del pueblo de Israel,
incluyendo a Abraham, Isaac y a Jacob. Me refiero al hecho de ser Dios un Dios, no
sólo para Israel, sino para todas las naciones.
Cuando David llevó el Arca de Dios a la tienda que le había construido en Jerusalén, él
cantó dos salmos que son trascendentales en la historia de la interpretación de “El
Misterio de El Mesías”. El primero, Salmo 105:1-5, reseñado por el cronista en 1
Crónicas 16:8-22 y luego, Salmo 96:1-13, insertado por el cronista en 1 Crónicas 16:2333. En el primer salmo, David hace referencia al Pacto de Dios con Abraham ratificado
a Isaac y a Jacob (1 Crónicas 16:16-18), a modo de encabezado a lo que, de manera
expresa, dirá David en el segundo salmo:
“Cantad a Jehová toda la tierra, proclamad de día en día su
salvación. Cantad entre las gentes su gloria, y en todos los pueblos
sus maravillas… Tributad a Jehová, oh familias de los pueblos, dad a
Jehová gloria y poder. Dad a Jehová la honra debida a su
nombre; traed ofrenda, y venid delante de él; postraos delante de
Jehová en la hermosura de la santidad. Temed en su presencia, toda
la tierra; el mundo será aún establecido, para que no se conmueva.
Alégrense los cielos, y gócese la tierra, y digan en las naciones:
Jehová reina”.
Este salmo 96:1-13 en el contexto del Arca de Dios llevada por David a la tienda que él
le preparó en Jerusalén, precedido por Salmo 105:1-15 en 1 Crónicas 16, es una clara
interpretación histórica por parte de David al pacto de Dios con Abraham, Isaac y Jacob
en cuanto a que las naciones ajenas a la familia de Israel serían bendecidas por Jehová
y éstas también le alabarían.
Con este elemento de carácter histórico hermenéutico de David, suman tres (3)
elementos nuevos que Dios reveló a David relacionado con “El Misterio de El Mesías”.
gobernar sobre Israel. Primero plantea que “De Jehová es la tierra y su plenitud, el mundo y los que el
habitan” (v.1). Con esto establece desde ese instante la soberanía absoluta de Dios sobre la tierra. Luego, de
la mitad de Salmo 24 en adelante, David, de manera certera hace una pregunta que movió, sin duda, el
Corazón de Dios: “Alzad, Oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas y entrará el Rey de
Gloria. ¿Quién es este Rey de Gloria?” Y la repuesta no se deja esperar: “Jehová de los Ejércitos, ¡Él es el Rey
de Gloria!“ (v.7-10). Hasta este momento histórico, Jehová, Dios de Israel, no había sido identificado como
Rey sobre Israel. Ahora, Dios es conocido en todo el mundo como el auténtico Rey sobre Israel y el resto del
mundo.
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El Misterio de El Mesías
A modo de sumario podemos decir, entonces, que Dios le reveló a David: Uno, La
venida de un Mesías que saldría de su linaje. Dos, el reino de este Mesías sería
afirmado para siempre y eternamente. Y Tres, que Jehová Dios, es un Dios para toda la
humanidad. Todo esto se suma a que en la simiente de Abraham serían benditas todas
las familias de la tierra10.
Luego pasan catorce generaciones más, desde David hasta la deportación a Babilonia.
Llegado este evento histórico de carácter disciplinario para la casa de David, Dios
revela nuevos elementos acerca de “El Misterio de El Mesías y su reino”. Ya había
adelantado algo al respecto cuando al principio de este documento escribí acerca de la
primera mención de la palabra misterio en el contexto histórico de esoterismo en
Babilonia.
Como bien sabemos todos, este periodo de cautiverio en Babilonia durante 70 años,
no estuvo desprovisto de Palabra de Jehová para su pueblo. Por lo menos los profetas
Jeremías, Ezequiel y Daniel, vieron actividad profética durante este periodo. De éstos,
el profeta Daniel, es el que registra revelaciones concernientes al Mesías y su reino.
Terceras
Catorce
Generaciones
Desde la
Deportación a
Babilonia hasta
El Mesías
Para este momento histórico Dios se ocupa de revelar a Nabucodonosor, un rey
pagano y, además, cruel y despiadado con la casa de David, sitiada y llevada en
cautiverio a Babilonia11, mediante un sueño, el cual no pudo recordar y, mucho
menos, interpretarlo, elementos trascendentales de “El Misterio de El Mesías y su
reino”, por medio de la intervención del profeta Daniel quien le declaró e interpretó el
sueño tenido12, cuyo contenido tenía que ver con los “postreros días” (Daniel 2:28).
Lo primero que Dios reveló era que la humanidad de entonces se vería gobernada por
varios gobiernos13 de su misma naturaleza, comenzando por el imperio Babilonio: la
cabeza de oro fino; seguido por el imperio Medo-Persa: pecho y brazos de plata; luego,
por el imperio Greco-Macedonio: vientre y muslos de bronce; y, finalmente, por el
imperio Romano, representado por las piernas de hierro, sus pies en parte hierro, y en
parte, de barro cocido. Pero estos gobiernos humanos serían interrumpidos, más bien,
sacados de escena por el advenimiento del reino de Dios representado en el sueño de
Nabucodonosor por una piedra cortada, no con mano humana14, que hirió a la Imagen
en sus pies de hierro y barro cocido y los desmenuzó y, no sólo los pies, sino también
10
Génesis 12:3; 28:14; Hechos 3:25; Gálatas 3:8, 14-16.
2 Cronicas 36:17-21; cf. Jeremías 52:12-30
12
Previa declaración del sueño y su interpretación, Daniel alaba a Dios en una oración en la que afirma que
Dios es soberano para revelar lo profundo, lo escondido, que es el Dios que conoce lo que está en tinieblas, y
con él mora la luz (Daniel 2:20-23). Ciertamente, Dios es el único capaz de hacer entender a los seres
humanos lo relacionado a El Misterio de El Mesías.
13
Estos gobiernos humanos estaban representados en el sueño a través de una Imagen con figura humana,
muy grande, cuya gloria era muy sublime que estaba de pie delante del rey Nabucodonosor y su aspecto era
terrible (Daniel 2:31).
14
Esta referencia hace una clara alusión a la nueva naturaleza del reino que interrumpiría de manera
escandalosa a los gobiernos humanos que le preceden. Esa naturaleza es divina y eterna.
11
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7
El Misterio de El Mesías
a toda la imagen, desde la cabeza de oro fino hasta los pies de hierro y barro cocido
(Daniel 2:29-35), y esta piedra fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra.
Se puede apreciar en este sueño dado a Nabucodonosor, claramente, los aportes a El
Misterio de El Mesías y su reino, hasta este memento de la profecía de Daniel.
Básicamente, son los siguientes: Uno, el reino de Dios vendría para poner fin a los
gobiernos humanos. Dos, el reino de Dios vendría en el tiempo del cuarto imperio 15.
Tres, el reino de Dios cubriría a toda la tierra. Y Cuatro, el reino de Dios es un misterio
en progreso.
8
Más adelante, en el capítulo 9 de la profecía de Daniel, Dios revela en este mismo
periodo de la deportación a Babilonia y sus adyacencias, ya finalizado éste 16, la
aparición en escena de El Mesías. El profeta Daniel mientras oraba por sus pecados y
los de su pueblo (9:1-21), recibe una visión de manos del varón Gabriel acerca de las
Setenta (70) Semanas que están determinadas sobre el pueblo judío y sobre la santa
ciudad, Jerusalén. Estas semanas son semanas de siete años17 cada una para
15
Se refiere al imperio Romano, lo cual, en efecto, así ocurrió. La referencia del nacimiento de El Mesías
durante los días del censo ordenado por Augusto César, en Lucas 2:1-7, lo confirman. Por esta razón cuando
Jesús inició su ministerio público, las primeras palabras que registra el Evangelista Mateo: “Arrepiéntanse,
porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 4:17), impactaron a la sociedad judía del momento
porque esas palabras hacían clara referencia a la profecía de Daniel 2. ¡La Piedra, había sido cortada! ¡El
reino de Dios era una realidad tangible en ese momento!
16
Daniel se encontraba en Babilonia y Darío, el hijo del rey Asuero, de los Medos, ya era rey sobre el reino
de los caldeos. En su primer año de reinado (aprox. 523 a.C.), Daniel se propuso ver atentamente en la
profecía de Jeremías cuántos eran los años de desolación para los judíos y entendió que eran setenta (70)
años (Daniel 9:1,2; Cf. Jeremías 25:11). Quiere decir que, para el momento cuando recibe la visión de las
Setentas Semanas, el fin de la deportación a Babilonia había llegado (cf. 2 Crónicas 36:21). ¡No sólo había
terminado, sino que ya habían transcurrido, por lo menos, unos 13 años de su finalización para el primer año
de gobierno de Darío en el 523 a.C!
17
Los judíos, de acuerdo al texto de la Torá, tienen un concepto triple acerca de la palabra “Semana” ַ‫שָּבּוע‬
(shabúa). En primer lugar, manejan el concepto de semana de siete (7) días como se puede leer en Éxodo
20:9, 10: “Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios.” En
segundo lugar, manejan el concepto de semana de siete (7) años conforme se puede leer en Levítico 25:113. En este texto, se establece, en primer lugar, la semana de siete (7) años, en la cual seis (6) años se
trabajaría la tierra y, el séptimo año, la tierra reposaría para Jehová (v.2). Esta semana de siete (7) años, se
aprecia también en Génesis 29 cuando Jacob debió trabajar siete (7) años para obtener a Raquel por esposa.
No obstante, por causa de la cultura propia en las tierras de Labán, se le dio primero a Lea, la hermana
mayor. Cuando Jacob le reclama a Labán el asunto, éste le dice que cumpla la “semana” correspondiente a
Lea (porque él ya había cumplido la semana de siete años de trabajo por Raquel) y, luego de esta nueva
semana de siete años, se la daría a Raquel también (v.27, 28). Queda claro que un segundo concepto de los
judíos acerca de la palabra “semana” se extiende a siete (7) años. Para reafirmar este concepto de semana
de siete (7) años, los versículos del 8-13 establecen con mayor claridad lo que Dios denominó “siete reposos
de años” (La palabra
, shabbatot en Levítico 25:8, es traducida en Reina-Valera 1.960 como semanas.
No obstante, la palabra
se refiere al séptimo año que sería de reposo para la tierra mencionado en los
versos 2 y 4. De allí que Dios se explica y dice: es decir, “siete veces siete años”, dando a entender la
“semana de siete años” que completarían 49 años para la llegada del Año del Jubileo, v. 9, 10. Este es el
tercer concepto de la palabra semana que los judíos manejan. Ahora bien, el concepto de “semanas”
‫ים‬
(Shabuim, plural de ַ‫ )שָּבּוע‬en Daniel 9:24 se refiere, específicamente, a semanas de siete años igual que
Jorge Eliécer Navarrete G.
El Misterio de El Mesías
completar 490 años de periodo histórico cuyo propósito lo expone Gabriel de manera
clara al decir: “Setenta Semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa
ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad,
para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los
santos.” El profeta Daniel, al percatarse que el tiempo de las desolaciones de su
pueblo había culminado de acuerdo a la profecía de Jeremías, se dispone a confesar el
pecado de su pueblo y lo asume como propio dicho pecado. En su confesión él
reconoce, en primer lugar, que, ciertamente, habían pecado (v.5-11a); en segundo
lugar admite que se merecían la disciplina de Dios de acuerdo a su justicia (v.11b-15);
y, en tercer lugar, pide restitución a Dios para el pueblo judío (v.16-19).
Mientras Daniel aun hablaba, el varón Gabriel le habló acerca de la respuesta a la
oración que él estaba haciendo en favor de su pueblo y Jerusalén. Esta respuesta es,
precisamente, la visión acerca de las Setenta Semanas. Le explica que, a partir de
cuando salga la orden18 para la restauración y edificación de Jerusalén, hasta la
manifestación de El Mesías Príncipe, habrá Siete Semanas, y Sesenta y dos Semanas. A
modo explicativo, Gabriel le dice a Daniel que a Jerusalén le será edificada su plaza y el
muro en tiempos angustiosos, como en efecto ocurrió a partir del 447 bajo la figura de
Nehemías por orden expresa de Artajerjes (Nehemías 2:8-15; 6:15). Adicionalmente, le
dice que después de las Sesenta y dos Semanas, se le dará muerte a El Mesías. Esta es
una revelación interesante: la muerte del Mesías. Cien años antes, aproximadamente,
de la deportación a Babilonia, en el año 700 a.C., el profeta Isaías había hablado acerca
de la muerte de El Mesías (Isaías 53). De igual forma, en las cercanías de la
deportación a Babilonia, en el año 710 a.C. aproximadamente, el profeta Miqueas
anunció el lugar donde nacería el Mesías prometido, en la pequeña ciudad de Belén
(Miqueas 5:2).
Génesis 29:27,28 (H7620, Strong), lo cual se comprende como setenta periodos de siete años (Setenta
Semanas).
18
Es interesante definir la fecha de la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén, ya que este
dato histórico nos ubica en el momento probable de la manifestación del Mesías Príncipe. Existen tres (3)
fechas importantes en este período post-exílico, las cuales tienen que ver con órdenes dadas relacionadas a
Jerusalén y, una de éstas, corresponde a la fecha a la que el varón Gabriel hace referencia. La primera de
estas fechas fue en el año 538- 536 a. C., cuando el rey Ciro, rey de Persia, durante su primer año de
reinado, ordenó, conforme a la profecía de Jeremías (25:11; 29:10), que el pueblo judío regresara a
Jerusalén para reconstruir el Templo (Esdras 1:1-4; cf. 2 Crónicas 36:23-23). Esta orden queda descartada ya
que iba dirigida a la reconstrucción de la Casa de Dios que estaba en Jerusalén y no a la restauración y
edificación de Jerusalén como ciudad. Le segunda fecha es en el 522 a.C., cuando el rey Darío, rey de Media,
durante su segundo año de reinado, ordena que se reanude la reconstrucción de la Casa de Dios (Esdras 6:115; cf. Hageo 1, 2; Zacarías 1:1; Esdras 5:1). Como se puede observar, esta orden queda descartada como
inicio de las Setenta Semanas porque hace alusión nuevamente a la reconstrucción de la Casa de Dios. Hay
una fecha intermedia entre esta última y la tercera fecha, la cual es importante mencionar; no obstante, no
tiene ningún vínculo con alguna orden dada durante este período post-exílico. Me refiero al regreso de
Esdras a Jerusalén en el año 457 a.C. Ahora bien la tercera fecha propiamente dicha, es en el 447 cuando el
rey Artajerjes ordenó a Nehemías ir a Jerusalén para su reconstrucción y reedificación (Nehemías 2). Esta es
la fecha a la cual el ángel Gabriel hace referencia a Daniel.
Jorge Eliécer Navarrete G.
9
El Misterio de El Mesías
Asimismo, en estas mismas cercanías a la deportación a Babilonia, próximo al
cumplimiento de las catorce generaciones entre el tiempo de David y este evento
trascendental en la historia de los judíos, hubo otra revelación de carácter
trascendental cuando el profeta Amós hizo el anuncio respecto a la restauración del
Tabernáculo de David19 (Amós 9:11, 12). Este anuncio profético es de trascendental
importancia ya que su cumplimiento está directa y estrictamente vinculado al anuncio
del evangelio entre los gentiles, como se verá más adelante.
Como se puede observar, este período de la deportación a Babilonia y sus adyacencias
es muy prolífero en aportes relacionados a El Misterio de El Mesías y su reino.
10
A modo de sumario, podríamos hacer una lista de estos aportes:
Uno, el reino de Dios vendría para poner fin a los gobiernos humanos.
Dos, el reino de Dios vendría en el tiempo del cuarto imperio.
Tres, el reino de Dios cubriría a toda la tierra.
Cuatro, el reino de Dios es un misterio en progreso.
Quinto, El Mesías aparecería en el escenario de la humanidad luego de transcurrir
siete y sesenta y dos periodos de siete años cada uno 20 para un total de 483 años a
partir del año 447 a.C. cuando fue dada la orden para la reconstrucción y reedificación
de Jerusalén.
Sexto, a El Mesías se le daría muerte después del segundo periodo de sesenta y dos
semanas de siete años cada una.
Séptimo, El Mesías nacería en la pequeña ciudad de Belén de Judá.
Octavo, el anuncio profético de la restauración de El Tabernáculo caído de David.
Luego de estos aportes durante el periodo de la deportación a Babilonia y sus
adyacencias, transcurren catorce generaciones más y, entonces, finalmente, nace El
Mesías quien hace su manifestación pública cerca del año 27 al 30 d.C 21
aproximadamente.
El Evangelista Mateo se ocupa en su composición literaria de demostrar que Jesús era
El Mesías anunciado en las cuarenta y dos (42) generaciones anteriores, empezando
desde su Genealogía22. Si Jesús de Nazaret no es El Mesías esperado, entonces, ¡El
19
Consulte la nota número 8.
Se refiere a las siete semanas y sesenta y dos semanas de siete años cada una indicadas en Daniel 9:24,25.
21
Las primeras palabras que registra el Evangelista Mateo de los labios de El Mesías son: “Arrepiéntanse,
porque el reino de los cielos se ha acercado.” Definitivamente, para un judío de la época que tenía
conocimiento de todo lo que en las cuarenta y dos (42) generaciones anteriores se había anunciado acerca
de El Mesías y su reino, al oír a El Mesías pronunciar estas palabras, se le prendió el deseo de comenzar a
seguirlo y oír más de las cosas que este carpintero de Nazaret empezó a decir.
22
Cada detalle en el Evangelio según Mateo, apunta a la demostración de que Jesús de Nazaret es El Mesías
esperado desde la antigüedad: Su Genealogía (1:1-17); el relato de su nacimiento (1:18-2:12); el infanticidio
perpetrado por Herodes el Grande (2:13-23); el ministerio de Juan El Bautista a quien Jesús, El Mesías,
identifica como aquel Elías quien había de venir (3:1-17; cf. 11:11-15; Malaquías 4:5,6); el bautismo de El
Mesías, momento éste cuando el Padre lo unge y lo presenta como su Hijo Amado en correspondencia al
20
Jorge Eliécer Navarrete G.
El Misterio de El Mesías
Mesías Jamás vendrá! Porque todo lo anunciado en las cuarenta y dos (42)
generaciones anteriores coinciden, al pie de la letra, con la persona de Jesús de
Nazaret, en especial, las siete y sesenta y dos semanas de siete años cada una, período
éste de 483 años desde el momento cuando fue dada la orden para la salida de la
reconstrucción y reedificación de Jerusalén en el año 447 a.C. hasta la manifestación
de El Mesías Príncipe. Dichas semanas de siete años cada una, coinciden con las
últimas catorce generaciones planteadas por el Evangelista Mateo desde la
deportación a Babilonia hasta la manifestación de El Mesías en el escenario de la
humanidad.
11
El momento de la manifestación de El Mesías abarca desde su nacimiento hasta su
muerte, resurrección y ascensión a los cielos en una nube. A partir de este momento,
la comunidad de El Mesías que éste estableció quedó comisionada por Él para
anunciar su reino y obra en favor de la humanidad.
Durante el inicio de esta misión de los seguidores de El Mesías en el siglo I, entró en
escena la última parte de El Misterio de El Mesías: misterio oculto desde los siglos en
Dios (Efesios 3:9).
He aquí, entonces, la fase revelada de El Misterio de El Mesías.
anuncio hecho por el profeta Daniel (9:24) cuando Gabriel le declaró los propósitos de las setenta semanas.
El último propósito era “ungir al Santo de los santos”; el mismo relato de la tentación de satanás a El Mesías
evidencia que Jesús era El Mesías. Cuando satanás le dice que convierta las piedras en pan, lo hace en una
oración condicional del primera clase, Εἰ Υἱὸς εἶ τοῦ Θεοῦ, “Ya que eres el Hijo de Dios”, (ver nota N°2) en
la cual satanás afirma que Jesús, El Mesías, es el Hijo de Dios. No lo pone en duda de acuerdo a la
construcción gramatical que emplea el Evangelista Mateo. En el mismo relato de la tentación, satanás ofrece
los reinos de este mundo ya que El Mesías vendría por ellos. Satanás le ofrece un atajo a El Mesías, el cual
éste rechaza categóricamente. Jesús necesitaba legitimar su condición de Mesías mediante su muerte
anunciada (Daniel 9:26; Isaías 53), de tal manera que recuperara los reinos del mundo que Adán había
puesto en las manos de satanás cuando incurrió en desobediencia (Génesis 3). De allí que cuando El Mesías
muere y resucita pudo decir: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra” (Mateo 28:18). Satanás
quiso evitar a toda costa el ascenso de El Mesías a la Cruz del Calvario. Pero, El Mesías, venció la tentación
(4:1-11); sus primeras palabras acerca del reino de los cielos (reino de Dios) y su conjunto de enseñanzas al
respecto (4:17; 5-7; 13; 10:5-33; 24-25); la demostración de los poderes del reino y de El Mesías al sanar y
expulsar espíritus inmundos en las personas del momento histórico (8:1-9:34; 15:21-28; 17:14-21); los
milagros llevados a cabo por El Mesías (8:23-27; 14: 22-33; 15:32-39); el uso de Mateo de la expresión
“Señor, hijo de David”, expresión ésta que identificaba claramente a El Mesías (2 Samuel 7:12; Mateo 15:22);
las controversias de El Mesías con los líderes religiosos de la época quienes rechazaban a Jesús de Nazaret
como el Mesías esperado (12:1-45; 15:1-20; 23); la confesión de Pedro (16:13-20); el anuncio de la muerte y
resurrección de El Mesías y posterior transfiguración con Elías y Moisés (16:21-17:13); la entrada triunfal a
Jerusalén, lugar éste donde moriría El Mesías (Daniel 9:24-27; Mateo 21:1-11); el anuncio y relato de la
muerte de El Mesías en el contexto de la celebración de la Pascua (26:2; 27:32-66); el relato de la
resurrección de El Mesías (28:1-15). Cada uno de estos relatos en el Evangelio de Mateo apuntan a
demostrar que Jesús de Nazaret es el Mesías esperado por el pueblo judío.
Jorge Eliécer Navarrete G.
El Misterio de El Mesías
2.2. LA FASE REVELADA DE EL MISTERIO DE EL MESÍAS
El apóstol Pablo hace una diferencia notable entre la fase oculta de El Misterio de El
Mesías y la fase revelada del mismo (Efesios 3:5). Él afirma que en las generaciones
pasadas El Misterio de El Mesías se había dado a conocer pero no con la claridad con
la que fue revelado en los días de los apóstoles y profetas del siglo I.
Hasta este momento histórico se conocían aspectos trascendentales acerca de El
Misterio de El Mesías y su reino en el devenir de las cuarenta y dos generaciones,
desde Abraham hasta la manifestación de El Mesías. No obstante, no existía diáfana
claridad al respecto, sobre todo, en un aspecto crucial como lo es: ¿quiénes serían los
beneficiarios de El Mesías y su reino?
Hasta la manifestación de El Mesías, se creía que éste solo sería objeto de culto y
seguimiento por parte de la nación Hebrea. En este sentido, aun el Mesías mismo, en
su explicación acerca del propósito de su ministerio mesiánico había expuesto que Él
había venido a buscar a las ovejas perdidas de la casa de Israel (Mateo 15:24). Por otra
parte, cuando el Mesías constituyó a los doce Apóstoles y los envió empoderados a la
misión de proclamación del reino de Dios, una de las instrucciones que les dio fue que
se concentraran en exponer el contenido de la predicación del reino de Dios sólo, y
exclusivamente sólo, en los judíos. De manera expresa indicó que no fueran por
caminos de los gentiles, sino que fueran a las ovejas perdidas de la casa de Israel
(Mateo 10:5, 6).
Por su parte, los Apóstoles que fueron establecidos por el Mesías y otras decenas de
discípulos, quienes esperaban unánimes en oración la Promesa del Espíritu hecha por
el Mesías, al recibir el Espíritu Santo el día de la celebración de la fiesta de Pentecostés,
iniciaron la proclamación del Evangelio del Reino teniendo como target a los judíos. De
esta forma transcurrió la misión por espacio de un tiempo y lo encontramos registrado
en el libro de los Hechos de los Apóstoles en los capítulos 2 al 8.
Previamente a este momento de la manifestación del Espíritu Santo, El Mesías en el
contexto del anuncio de la impartición del mismo, les había indicado la ruta a seguir en
la proclamación del Evangelio del Reino. Él les dijo: “Y recibirán poder cuando haya
venido sobre ustedes el Espíritu Santo; y me serán testigos en Jerusalén, en Judea, en
Samaria y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8).
En esta declaración de “Ruta de la Misión” implicaba un grupo target de la misión el
cual no había sido considerado anteriormente, ni siquiera por El Mesías: ¡Los Gentiles!
Muy probablemente, esta Ruta de la Misión en las primeras de cambio sorprendió a los
Apóstoles: ¿Samaria?, ¿hasta lo último de la tierra? No era algo que estuviera
contemplado en su conciencia como Apóstoles de origen judío.
Jorge Eliécer Navarrete G.
12
El Misterio de El Mesías
Un evento curioso explica mejor la situación. En Hechos 10 se narra el llamado que El
Mesías le hace al Apóstol Pedro para predicar en la casa de Cornelio, un centurión de la
compañía llamada la Italiana, cuya residencia estaba en Cesarea23, una ciudad de
civilización grecoromana para el tiempo del Nuevo Testamento.
El episodio pasa por una visión que tuvo Cornelio respecto a un ángel que le dio
instrucciones de buscar al Apóstol Pedro, quien le diría lo que debía hacer (Hechos
10:1-8). En otro escenario, en Jope, el Apóstol Pedro experimenta un éxtasis en el cual
El Mesías le muestra a Pedro que los gentiles no deben ser excluidos de la misión y, por
lo tanto, el Apóstol Pedro debe acompañar a los emisarios de Cornelio quienes lo
buscarían para ir hasta su casa y predicar el Evangelio del Reino allá (Hechos 10: 9-16).
Ante este éxtasis, el Apóstol Pedro muestra cierta aversión al llamado que El Mesías le
hacía. No obstante, al llegar los emisarios de Cornelio para llevarlo con ellos, Pedro no
se resistió, y les acompañó.
Este escenario antes expuesto, nos muestra que aun para el cuerpo apostólico
establecido por El Mesías, la idea de proclamar el evangelio del reino a los gentiles no
les era familiar, por no decir, que la consideraban errada y fuera de tino.
Luego encontramos otro escenario, esta vez, en la iglesia que estaba en Antioquía
(Hechos 13). Se encontraban reunidos un grupo de líderes cristianos, profetas y
maestros, los cuales, ministrando al Señor con oraciones y ayuno, el Espíritu Santo hace
el llamado a Bernabé y a Saulo para enviarlos a proclamar el Evangelio del Reino a los
gentiles. Ya con anterioridad, El Mesías había aparecido a Saulo cuando iba camino a
Damasco para confrontarlo con su pecado de persecución a la iglesia y, adicionalmente,
para hacerle el llamado apostólico de predicar el Evangelio del Reino a los gentiles
(Hechos 9:1-16).
Saulo, ya convertido en el Apóstol Pablo, inicia entonces, su peregrinaje apostólico
entre los gentiles con el éxito esperado para tal misión (Hechos 13:1-14:28).
Estos escenarios eran ajenos a la mentalidad de la iglesia en sus inicios cuyos primeros
miembros fueron los judíos convertidos a la fe de El Mesías.
23
CESAREA DE FILIPO. Ciudad conocida por ser el escenario de la confesión cristológica de Pedro (Mateo
16.13ss), situada al extremo sur del monte Hermón, donde nace la fuente principal del río Jordán. En la
antigüedad fue lugar de culto al dios Pan; de allí el nombre de Paneas para la ciudad y toda la región vecina.
Paneas llegó a formar parte de la tetrarquía de Felipe luego de la muerte de su padre Herodes el Grande (4
d.C.). Aquél remodeló y embelleció la ciudad, y la llamó Cesarea de Filipo, en honor de Tiberio César y de sí
mismo. En tiempos del Nuevo Testamento, Cesarea de Filipo era un importante centro de civilización
grecorromana. Su influencia fue amplia según se desprende de las frases "la región de Cesarea de Filipo"
(Mateo 16.13) y "las aldeas de Cesarea de Filipo" (Marcos 8.27). Hoy se conoce con el nombre árabe de
Banias, corrupción del nombre griego.
Jorge Eliécer Navarrete G.
13
El Misterio de El Mesías
Ahora bien, ¿estaban equivocados los líderes de la iglesia del siglo I en sus incursiones
temerarias con el Evangelio del Reino entre los gentiles? ¿Se podía considerar en aquel
contexto histórico un exabrupto teológico la predicación del Apóstol Pedro en la casa
de Cornelio y los viajes apostólicos de Pablo hacia comunidades gentiles?
La evidencia bíblica nos orienta a pensar que, ciertamente, tales escenarios apostólicos,
representaron que los líderes de la iglesia del siglo I se detuvieran a considerar qué
estaba pasando y entender el fenómeno misional de aquel momento. Por esta razón,
tuvo lugar el Primer Concilio de la iglesia que fue llevado a cabo en Jerusalén. En
Hechos 15 encontramos el momento crucial de deliberación respecto al tema de la
incursión apostólica en el escenario de los gentiles. En esta reunión de valoración
teológica, unos de la secta de los Fariseos que se habían convertido, propusieron que
los gentiles convertidos por la ministración de Pablo y Bernabé fuesen circuncidados y
obligados a guardar la Ley de Moisés. Ante tal propuesta, los Apóstoles y los Ancianos
de la iglesia de Jerusalén, y tras una ardua discusión, el Apóstol Pedro intervino
recordando cómo Dios había sido propicio a los gentiles a través de su predicación al
concederles el Espíritu Santo al igual que a ellos los judíos, purificando por la fe sus
corazones. Luego Pablo y Bernabé expusieron las grandes señales y maravillas que Dios
había hecho entre los gentiles.
Ante tales declaraciones por parte de Pedro y, luego, por parte de Pablo y Bernabé,
vino el momento crucial de dicha reunión de valoración teológica. El Espíritu de Dios
(cf. 15:28; Efesios 3:5) dio a Jacobo la revelación de El Misterio de El Mesías cuando
trajo a colación las palabras del Profeta Amós:
“Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito:
Después de esto volveré
Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído;
Y repararé sus ruinas,
Y lo volveré a levantar,
Para que el resto de los hombres busque al Señor,
Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre,
Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos.”
Elementos
trascendentales
del
cumplimiento
profético de
Amós
relacionados a
El Misterio de El
Mesías
Justo, en este momento histórico, se estaba dando cumplimiento a la profecía de Amós
9:11, 12. Ya con el cumplimiento histórico de esta profecía se completaba, de manera
expresa, y quedaba revelado al 100% El Misterio de El Mesías: “Los Beneficiarios de El
Mesías y su Reino”. Los gentiles, de acuerdo a esta profecía serían también los
beneficiarios de El Mesías y su Reino.
Ahora bien, es necesario puntualizar algunos elementos de este cumplimiento
profético. En primer lugar, cuando el Apóstol Pablo les está escribiendo a los Efesios
acerca de El Misterio de El Mesías (Efesios 3:2-13), afirma que éste había sido revelado
Jorge Eliécer Navarrete G.
14
El Misterio de El Mesías
a los Apóstoles y Profetas por el Espíritu 24. Asunto éste que ocurrió en esta reunión de
valoración teológica en Jerusalén.
En segundo lugar, es de suma importancia entender que justo, en ese momento
histórico, tuvo cumplimiento la profecía de Amós y no en otro momento de la historia
como se ha querido hacer ver. Esto es trascendental ya que, lamentablemente en el día
de hoy, encontramos líderes de la fe evangélica afirmando a ultranza que en estos
tiempos Dios está restaurando el Tabernáculo caído de David. Esta afirmación
irresponsable trae consigo una distorsión aun peor que luego comentaré. Pero, lo
cierto del caso, es que en la historia de El Misterio de El Mesías, la revelación final de
este misterio tuvo lugar en el contexto del Primer Concilio de Jerusalén registrado en
Hechos 15.
En tercer lugar, es aún más imprescindible comprender el punto clave de este
cumplimiento profético. ¡Esto es crucial para el ministerio del reino! Lo que estaba
siendo cumplido en esa profecía de Amós en el contexto del Primer Concilio de la
iglesia era “el alcance de los gentiles como grupo étnico con el mensaje del reino de
Dios para ser incorporados al Cuerpo de Cristo y llegar a ser coherederos y
copartícipes de la promesa en El Mesías por medio del Evangelio” (Efesios 3:6).
La restauración del Tabernáculo caído de David estriba, única y exclusivamente, en el
hecho de que los gentiles no son un accidente en la historia de El Misterio de El Mesías
y su Reino, sino que Dios siempre los contempló en su eterno plan de salvación a la
humanidad. Muchos han propuesto que los gentiles entran en el escenario de la
salvación porque el pueblo judío rechazó a El Mesías. Esto es un grave error
hermenéutico. Los gentiles aparecieron en el escenario de la salvación desde el mismo
momento cuando Dios llamó a Abraham en Mesopotamia y en el momento cuando
Dios ve su obediencia incondicional al no negarse a sacrificar a su único hijo Isaac
Génesis 12:3; 22:18; cf. Hch. 3:25). Igual se lo ratificó a Jacob en el sueño que tuvo en la
ciudad de Luz, luego llamada Bet’El (Génesis 28:14).
Lo mencioné al principio de la explicación de El Misterio de El Mesías en su Fase
Oculta. Dios le mostró a Abraham el final de la película 25: ¡Los gentiles serían benditos
24
En la primera carta a los Corintios, capítulo 12, el Apóstol Pablo habla acerca de los dones que el Espíritu
Santo ha repartido a los creyentes que formamos parte del Cuerpo de Cristo. Uno de estos karismas del
Espíritu es la Palabra de Ciencia (1 Corintios 12: 8). Este karisma del Espíritu, precisamente, está vinculado a
la capacidad excepcional de entender y conocer los misterios y toda ciencia de acuerdo a lo que el mismo
Apóstol Pablo platea en 1 Corintios 13:2. De allí que en el momento cuando Dios revela a los Apóstoles y
Profetas que estaban presente en el Primer Concilio de Jerusalén haciendo una valoración teológica de la
Palabra en medio de los gentiles, se dio la manifestación del Espíritu para provecho al Cuerpo de Cristo
presente en dicha reunión trascendental y arrojó la luz necesaria en medio del conflicto teológico
presentado.
25
Ver la referencia N°4.
Jorge Eliécer Navarrete G.
15
El Misterio de El Mesías
en la simiente de Abraham que es El Mesías! ¡No solamente los judíos!26 Esto es la
médula espinal del cumplimiento de la profecía de Amós. De hecho, la construcción
gramatical en el texto griego así lo hace entender con diáfana claridad 27. De allí que es
imposible vincular la restauración del Tabernáculo de David con otro aspecto diferente
a este hecho medular como lo es el alcance de los gentiles con el evangelio del reino de
Dios.
Por esta razón, mediante una hermenéutica sana, nos deslindamos de manera absoluta
de creer que la restauración del Tabernáculo caído de David tenga que ver con otro
aspecto, como por ejemplo, la adoración a Dios con formas de la liturgia judía, como
algunos intérpretes hoy día están afirmando. Esta distorsión hermenéutica conduce a
ver verdades inexistentes en el texto bíblico.
No es cierto, bajo ningún concepto, que los gentiles debemos abrazar las formas
litúrgicas de los judíos para adorar a Dios. Igualmente, debemos precisar que es
absolutamente distorsionado afirmar que los gentiles debemos celebrar las Fiestas
Solemnes que Dios estableció para el pueblo judío registradas en Levítico 23. La cultura
de cada nación gentil tiene sus propias formas de expresión, lo cual Dios respeta.
Eventualmente, cualquier iglesia en una nación gentil puede incorporar formas
provenientes de la liturgia del judaísmo en su adoración a Dios como una inserción
normal y natural, comprendiendo, de manera indefectible, que somos un solo Cuerpo
en Cristo, donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión (Colosenses 3:11).
No obstante, de allí a aseverar que las formas judías y la celebración de las Fiestas
26
El Apóstol Pablo hace explicaciones magistrales de este tema en Efesios 2:11-22 y Romanos 10 y 11. Pablo
entendía perfectamente la Multiforme Sabiduría de Dios (Efesios 3:10) como lo entendió el rey David en su
momento histórico (ver página 6, párrafo 3 en adelante). Dios nunca exceptuó a los gentiles del plan de
salvación. Los gentiles siempre estuvieron en el corazón de Dios. Ahora, de acuerdo al Apóstol Pablo, tanto
judíos como gentiles conforman una Nueva Creación llamada Cuerpo de Cristo, la Iglesia, esfera ésta donde
se pierde, definitivamente, el origen étnico de ambos grupos para dar lugar a una sola clase de seres
humanos llamados “la familia de Dios” (Efesios 2:19). En esta Familia de Dios, todos, absolutamente todos
sus integrantes, somos hijos de Abraham, por ende, hijos de Dios, gracias a la Promesa, la Simiente de
Abraham que es Jesús, El Mesías, de quien toma nombre toda familia en los cielos y la tierra (Efesios 3:15).
Esta realidad no convierte a los gentiles en judíos bajo ningún concepto. Uno de los errores hermenéuticos
de algunos intérpretes de las Sagradas Escrituras es confundir a la Iglesia con Israel como nación. El hecho
de ser hijos de Abraham por compartir la Promesa de ser benditas las naciones gentiles en El Mesías, no nos
convierte en judíos ni tampoco nos obliga a los gentiles a cumplir la Ley de Moisés como pretendían los
Fariseos convertidos a El Mesías en la iglesia del siglo I (Hechos 15:1, 5).
27
La conjunción en griego ὅπως (jópos) asociada a los verbos ἀναστρέψω (reedificaré), ἀνοικοδομήσω
(repararé) y ἀνορθώσω (levantaré) que le anteceden en el verso 16 de Hechos 15, al estar en combinación
con un verbo en modo subjuntivo (ἐκζητήσωσιν, Aoristo, Subjuntivo, Activo, 3P), indica propósito. Lo que
Dios está diciendo es que el propósito de las tres acciones que él llevaría a cabo con el Tabernáculo de
David, es decir, reedificarlo, repararlo y levantarlo nuevamente, es que el resto de los hombres busquen al
Señor e incluye a los gentiles (ἔθνη) de manera expresa. Cuando se realiza la revisión en la mención original
en el texto en hebreo de Amós 9:12, la estructura e intención es exactamente la misma ( ‫יי‬
para que
posean…). Esto nos indica de manera inequívoca que, única y exclusivamente, la restauración del
Tabernáculo de David está relacionada con el alcance de los gentiles con el evangelio del reino de Dios.
Jorge Eliécer Navarrete G.
16
El Misterio de El Mesías
Solemnes deben ser adoptadas por los gentiles en su expresión de adoración a Dios, es,
simplemente, una seria distorsión hermenéutica28.
28
Es muy cierto que los cristianos necesitamos poner suma atención a la forma cómo Dios y las Sagradas
Escrituras se conducen con relación al tiempo. Por muchos siglos, la iglesia de El Mesías ha seguido el
Calendario Gregoriano sin poner atención al Calendario Lunar establecido por Dios en su Palabra (Ex. 12:2;
Consulte el Apéndice A al final del presente documento). El Calendario Judío contempla dos meses de suma
importancia: El mes de Nisán o Abid, es el mes que da inicio al Año Religioso de los judíos para la celebración
de las fiestas solemnes comenzando por la celebración de La Pascua, esto, durante la primavera; luego,
tienen el mes de Tishri el cual indica el inicio del Año Civil con la Fiesta de Las Trompetas (Shofarim/ Rosh
Hashana), esto, en el otoño. Existe una vinculación importante entre el Calendario judío y la celebración de
las Fiestas Solemnes a la que los cristianos de todos los tiempos hemos debido prestarle atención y no lo
hemos hecho, porque las Fiestas Solemnes tienen una relación profética con el Mesías y su reino (Lv. 23). ¡Es
cierto que Dios es un Dios de fechas! Por ejemplo, El nacimiento de El Mesías ocurrió durante la Fiesta de
Sukkot, la cual inicia el 15 del mes de Tishri; la muerte de El Mesías tuvo lugar durante la celebración de la
Pascua el 14 de Nisán; la Fiesta de los Panes sin Levadura está asociada a la sepultura de El Mesías; la Fiesta
de las Primicias está relacionada con la resurrección de El Mesías; la Fiesta de Pentecostés está asociada al
advenimiento del Espíritu Santo; el Día de la Expiación está vinculado a la esencia de Jesús como el Cordero
de Dios que quita el pecado del mundo. Desde esta perspectiva, se esperaría que la Segunda Venida de El
Mesías se lleve a cabo durante una fiesta y, no es otra, que la Fiesta de las Trompetas o Shofarim. De hecho,
el mismo Mesías enseñó que cuando su señal aparezca en el cielo en la ocasión de su Segunda Venida
“enviará a sus ángeles con gran voz de trompeta” y ocurrirá el evento que conocemos como el
arrebatamiento de su pueblo, la Iglesia, justo en la ocasión y sólo en la ocasión de su Segunda Venida (Mt.
24:30, 31; cf. 1 Ts. 4:15-18). La mención de “… con gran voz de Trompeta” dicho por El Mesías (Mt. 24:31) y
reiterada por Pablo “… y con trompeta de Dios” (1 Ts. 4:16), no es una “casualidad”. Dios no da “puntada sin
dedal”… De allí la suma importancia que la Iglesia de El Mesías esté atenta al Calendario judío y las fiestas,
tanto de la primavera, como las de otoño, porque la venida de El Mesías y su reino, están vinculadas
proféticamente a éstas. Tal es así, que cuando el Mesías anunció su retorno por segunda vez a la tierra para
establecer su reino, menciona que “inmediatamente después de aquellos días de tribulación” (Mt. 24: 21,
22; cf. Dn. 12:1,2, 11, 12), ocurrirían algunos eventos cósmicos: “el sol se oscurecerá, y la luna no dará su
resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas (Mt. 24:29). Esta
declaración profética de El Mesías hace referencia directa a Joel 2:31 (cf. Hch. 2:19, 20; Ap. 6:12). Resulta
muy interesante estudios astronómicos que ha realizado la NASA respecto a las llamadas “Lunas de Sangre”
a las que hace referencia la profecía de Joel, reiterada ésta por Pedro el día de la Fiesta de Pentecostés, cuya
alusión la registra Mateo de labios de El Mesías. La NASA ha determinado que para el año 2.014 y 2.015 se
llevará a cabo lo que ellos denominan “Las Tétradas” que son, como lo indica su nombre, cuatro Lunas de
Sangre las cuales, de manera sorprendente, coinciden con algunas Fiestas Solemnes. Las fechas en el
calendario Gregoriano de estas Tétradas para este año y el 2.015 son las siguientes:
PASCUA, 15-abril-2014: 1ª LUNA DE SANGRE (Nisan)
TABERNÁCULOS, 8-octubre-2014: 2ª LUNA DE SANGRE (Tishri)
AÑO NUEVO JUDÍO, 20-marzo-2015: ECLIPSE TOTAL SOLAR (Nisan, Nuevo año religioso)
PASCUA, 4-abril-2015: 3ª LUNA DE SANGRE (Nisan)
TROMPETAS, 13-septiembre-2015: ECLIPSE SOLAR PARCIAL (Tishri)
JUBILEO-YOM KIPPUR, 23-septiembre-2015 (Tishri)
TABERNÁCULOS, 28-septiembre-2015: 4ª LUNA DE SANGRE (Tishri)
Todas la Tétradas caerán en los dos meses más importantes del Calendario Lunar establecido por Dios, Nisan
y Tishri. Lo curioso del caso es que las próximas Tétradas, según los estudios de la NASA, ocurrirán dentro de
500 años, es decir, en el 2.514 y 2.515. Esto, sin duda, es de especial interés profético aunque suene a
“Ciencia Ficción y a Steven Spielberg”. El anuncio profético de Joel, la mención hecha por El Mesías y por el
Apóstol Pedro, sin duda, tiene que ver con este fenómeno cósmico que nuestro Mesías, Jesús de Nazaret,
planteó como “la señal inmediatamente anterior a la aparición de su señal en el cielo en la ocasión de su
Segunda Venida” (Mt. 24:29). Esta es otra razón para ponerle atención al Calendario Lunar que Dios
Jorge Eliécer Navarrete G.
17
El Misterio de El Mesías
De modo que la profecía de Amós 9:11,12 tuvo su cumplimiento histórico en la ocasión
del Concilio de Jerusalén y su tema central es el alcance de los gentiles con el Evangelio
del Reino. Por lo tanto, la Iglesia de El Mesías está llamada a considerar el correcto
enfoque del cumplimiento de esta profecía vinculada a El Misterio de El Mesías y
cumplir de manera cabal con la proclamación del Evangelio del Reino a todos los
grupos étnicos sobre la faz de la tierra.
El Apóstol Pablo continúa explicándoles a los efesios acerca de El Misterio de El Mesías
y, de manera expresa, precisa que dicho misterio tiene que ver con el hecho de que
18
estableció con las respectivas fiestas para el pueblo judío. Para mayor información acerca de este tema
consulte el siguiente link http://www.youtube.com/watch?v=QL_h1oBCcYc el cual contiene información
interesantísima acerca de las Tétradas y la historia del pueblo judío y la celebración de las Fiestas Solemnes.
También consulte el Apéndice B. Ahora bien, esto en ningún momento obliga a los gentiles a celebrar las
Fiestas Solemnes que Dios estableció para los judíos. La razón por la cual los judíos aun celebran las fiestas,
por ejemplo, la Fiesta de la Pascua, es porque ellos aún esperan la venida de El Mesías por primera vez. Por
lo tanto, cualquier persona que se diga seguidora de El Mesías y celebra la las Fiestas Solemnes, como la
Pascua, por ejemplo, simplemente está alineándose a la creencia hebrea de afirmar que Jesús, no es El
Mesías anunciado desde el Antiguo Pacto. Otro caso serían las personas que dicen creer que Jesús es El
Mesías pero celebran la fiesta de Sukkot, la de los Tabernáculos. La fiesta de Sukkot celebraba la presencia
de Dios con el pueblo hebreo durante su peregrinaje en el desierto por extensión de 40 años después del
éxodo. Dios durante este peregrinaje los acompañaba, de día, con una Nube y, de noche, con una Columna
de fuego. De esta manera, Dios estaba entre ellos haciéndoles compañía. No obstante, en el contexto del
anuncio del nacimiento de El Mesías Salvador, el Ángel del Señor le dijo en sueños a José que el nombre que
le colocaría al niño que María llevaba en su vientre, sería Jesús, porque él salvaría a su pueblo de su pecado.
Ante este anuncio, la nota editorial del Evangelista Mateo es clave. Mateo comenta que todo esto sucedió
para que se cumpliese lo dicho por el Señor en la profecía dada a través de Isaías cuando dijo: “He aquí la
virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros”
(Mt. 1:18-23; cf. Is. 7:14). Este anuncio profético ponía un acento exclusivo con respecto a la fiesta de
Sukkot, ya que durante su celebración El Mesías nacería para dar cumplimiento a “Emanuel”, Dios con
nosotros. Tal es así, que en el relato del Evangelista Juan acerca de la encarnación de El Mesías (Λόγος,
Logos) él dice que “el Logos se hizo carne y habitó entre nosotros…” (Jn. 1:14). El verbo que traduce habitó,
en el griego es ἐσκήνωσεν (σκηνόω, en su forma original), el cual significa, literalmente, plantar una tienda
(skene), morar en un tabernáculo o en tiendas. Strong G4637, σκηνόω es la palabra equivalente en el
hebreo a
(
, los tabernáculos, Lv. 23:34), la cual tiene el mismo significado en su forma como
sustantivo: choza o guarida:-cabaña, cortina, enramada, escondedero, morada, abrigo, tabernáculo,
tienda, Strong H5521. Jesús, El Mesías, se “tabernaculizó” y esto sólo pudo ocurrir durante la Fiesta de
Sukkot, los Tabernáculos, que inicia el 15 de Tishri (Lv. 23:34). Esta evidencia bíblica nos hace entender que
las personas que celebran la Fiesta de Sukkot, sencillamente, están negando que Jesús es Emanuel, que aun
esta profecía no se ha cumplido. Por lo tanto, ¡El Mesías no ha nacido! Todo lo expuesto en esta nota N°28,
lo he mencionado porque es importante que los cristianos gentiles entendamos la mayúscula importancia
que representa para el Evangelio del Reino entender que Dios tiene su manera de medir el Tiempo a través
del Calendario Lunar que Él mismo estableció el cual tiene una relación estrecha con las Fiestas Solemnes.
No obstante, en ningún momento, estas fiestas deben ser observadas por los gentiles tomando en cuenta la
explicación dada (cf. la epístola a los Gálatas y Colosenses 2:16ss). Para mayor información acerca del
Nacimiento de El Mesías, le sugiero que consulte La Biblia Textual (BTX), Sociedad Bíblica Iberoamericana,
Nota exegética N°60.
Jorge Eliécer Navarrete G.
El Misterio de El Mesías
“los gentiles son29 coherederos y miembros del mismo Cuerpo, y copartícipes de la
promesa en El Mesías, Jesús, por medio del evangelio” (Efesios 3:6; cf. Col. 1:26, 27).
Seguidamente, el Apóstol Pablo afirma en el texto a los efesios que él, siendo el más
pequeño de los santos, le fue dada cierta y particular “gracia”. Esta “gracia” que le fue
dada al Apóstol Pablo consiste en dos acciones trascendentales dentro de su
ministerio30. La primera gracia es anunciar a los gentiles las inescrutables riquezas de El
Mesías, lo cual históricamente, ocurrió en su conversión a El Mesías durante su viaje a
Damasco con fines de persecución a los seguidores de El Mesías (Hechos 9:1-19; 22:621; 26:12-1831). La segunda “gracia” tiene que ver la acción de aclarar a todos los seres
29
La construcción gramatical en griego es muy interesante aquí con el uso sintáctico de εἶναι τὰ ἔθνη (que
los gentiles son…), como infinitivo presente activo (IPA), el cual demanda un sujeto en caso acusativo como
lo es τὰ ἔθνη (acusativo, neutro, plural). El Apóstol Pablo viene hablando acerca de El Misterio de El Mesías
(ἐν τῷ μυστηρίῳ τοῦ Χριστοῦ) en Efesios 3:4. A estas alturas aún no ha definido el contenido o en qué
consiste El Misterio de El Mesías. Para el lograr su propósito de dar a conocer el contenido de ἐν τῷ
μυστηρίῳ τοῦ Χριστοῦ (v.4), él utiliza la estructura gramatical de un infinitivo cuyo uso sintáctico es de
contenido como lo es εἶναι (v.6). Este recurso gramatical y sintáctico en el griego empleado por Pablo afirma
categóricamente la certeza de que los gentiles habiendo sido alcanzados por el Evangelio del Reino, no son
una accidente en la historia de la Salvación, sino que Dios siempre los contempló en la misma. Pablo pudo
haber utilizado otra construcción gramatical sintáctica que cabría en este texto, como por ejemplo, el
tiempo presente subjuntivo. No obstante, el modo subjuntivo es el modo que en el griego expresa duda en la
realización de la acción, y lo menos que Pablo deseaba expresar era, precisamente, duda en la afirmación
categórica de que los gentiles son coherederos…, es decir, que los gentiles representan el final de la Película
anunciado por Dios a Abraham: ¡Los gentiles somos los beneficiarios de El Misterio de El Mesías!
30
De nuevo, el Apóstol Pablo se adorna gramaticalmente con el uso de dos infinitivos (εὐαγγελίσασθαι, Aor.
Inf. Med. y φωτίσαι, Aor. Inf. Act.), cuyos usos sintácticos son de contenido (ver la nota N°29).
31
La declaración de propósito ministerial que el Apóstol Pablo recibió por parte de El Mesías en la ocasión
de su conversión, es trascendental en sus implicaciones relacionadas con El Misterio de El Mesías y su
anuncio en el contexto de la misión del reino. Desde el primer relato que inserta el historiador Lucas en su
composición literaria del Libro de los Hechos (9:1-19), hasta el último (26:12-18), se puede apreciar una
ampliación de sumo interés para la Iglesia de El Mesías y su misión del reino en el mundo. En los tres relatos
insertados por Lucas, se encuentra el hecho que El Mesías lo enviaba a los gentiles para proclamarles el
Evangelio del Reino. No obstante, en el último relato, 26:12-18, existe una declaración detallada del
propósito ministerial de Pablo entre los gentiles que revela su dramática condición espiritual y que debe
llamarnos la atención de manera superlativa a efectos de la misión nuestra como seguidores de El Mesías.
En este relato, Pablo dice que El Mesías lo envía a los gentiles “para que abras sus ojos, para que se
conviertan de las tinieblas a la luz; y de la potestad de satanás a Dios; para que reciban por la fe que es en
mí (El Mesías), perdón de pecados y herencia entre los santificados”. Un total de cinco propósitos
expresados con 3 verbos en Aoristo infinitivo cuyos usos sintácticos son de propósito (ἀνοῖξαι, abrir,
ἐπιστρέψαι, convertir, que aplica por elipsis a dos propósitos y λαβεῖν, recibir, que, igual al infinitivo
anterior, por elipsis aplica para dos propósitos). Estos cinco propósitos deben ser bien comprendidos porque
representan los propósitos que a su vez la Iglesia de El Mesías debe perseguir en su misión del reino de Dios.
Es evidente por la descripción misma de cada propósito que la condición de los gentiles era y sigue siendo
dramática. Los gentiles se encuentran en total oscuridad espiritual, ciegos en medio de las tinieblas y bajo la
potestad de satanás. Nada fácil para cualquier ser humano. Pablo fue llamado para abrir sus ojos cegados
por las tinieblas, sacarlos de esa lúgubre cárcel y conducirlos a la Luz del reino de Dios y vivir bajo su
autoridad, para experimentar el perdón de pecados y hacerlos partícipes de la herencia espiritual contenidas
en el pacto de Dios con Abraham (cf. Col. 1:14). Igual es nuestra misión hoy día. En la epístola a los Efesios,
el Apóstol Pablo menciona en 2:1-3 esta trágica condición de los gentiles y, particularmente, los mismos
Jorge Eliécer Navarrete G.
19
El Misterio de El Mesías
humanos “la dispensación32 de El Misterio escondido desde los siglos en Dios. El
Apóstol Pablo se da el tupé de afirmar que, un asunto que realmente es complicado de
Efesios: “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales
anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del
aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros
vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los
pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás”. En el texto se evidencia que
los efesios estaban muertos espiritualmente a causa de sus delitos y pecados. No obstante, esos delitos y
pecados no eran cualquiera… Se refería Pablo a una corriente pecaminosa muy particular que era generada
por el príncipe de este mundo, el espíritu que opera en los incrédulos gentiles de la región geográfica según
se explica en el siguiente diagrama:
Pablo está hablando con suma claridad que Diana de los efesios (cf. Hechos 19) en su condición de
principado sobre Éfeso, generaba una corriente particular de pecados. Haciendo una revisión del texto a los
Efesios, podemos constatar esta corriente de pecados con sus expresiones particulares: Inmoralidad (4:1719; 5:3), Avaricia (5:3,5), Idolatría (5:5), Obras de las tinieblas/ocultismo (5:8,11), Robos (4:28), Mentiras
(4:25), Una manera de hablar inadecuada (4:29-31), Borracheras que bien pudieron estar asociadas al culto
a Diana (5:18) y por último, Insubordinación de la mujer a los hombres (al marido, en especial, 5:22-24). De
esta lista destacan la idolatría, avaricia, inmoralidad, consumo de alcohol y ocultismo como pecados
interrelacionados con el culto a Diana de los efesios. Esto es importante destacarlo a causa de cierta acción
que la iglesia de El Mesías debe realizar como parte de la misión del reino. Pero, será comentado en lo
sucesivo.
32
οἰκονομία, (ojikonomiva, Diccionario Vine NT usando Strong 3622), significa primariamente el gobierno
de una familia, o de los asuntos de una familia (oikos, casa; nomos, ley); luego, el gobierno o administración
de la propiedad de otros y se usa por ello de mayordomía (Luc. 16:2-4). Fuera de ahí, se usa solo en las
Epístolas de Pablo, quien lo aplica: (a) a la responsabilidad que le ha sido encomendada de predicar el
evangelio (1Co. 9:17 «comisión»; RV: «dispensación»); (b) de la administración que le fue entregada, para
que anunciara «cumplidamente la palabra de Dios», siendo este anuncio efectuado cumplidamente, la
revelación de la plenitud del ciclo dispuesto e impartido de verdades que son consumadas en la verdad
relacionada con la iglesia como el cuerpo de Cristo (Col. 1:25; RVR: «administración»; «dispensación»);
igualmente en Ef. 3:2, de la administración que le fue dada de la gracia de Dios (RV: «dispensación») con
respecto al mismo «misterio»; (c) en Ef. 1:10 y 3.9 se usa de la disposición o administración de Dios, por la
cual en «el cumplimiento de los tiempos» (o eras) Dios reunirá todas las cosas de los cielos y de la tierra en
Cristo. En Ef. 3:9 algunos mss. tienen koinonia: «comunión», en lugar de oikonomia: «dispensación». En 1Ti.
1:4 oikonomia puede significar una administración en el sentido de (a), o bien una dispensación en el
sentido de (c). No se debe aceptar la lectura oikodomia: «edificación», que consta en algunos mss. Nota:
Jorge Eliécer Navarrete G.
20
El Misterio de El Mesías
entender, le fue confiado para explicarlo a la humanidad. Se trata de un misterio que
estaba, nada más y nada menos, escondido en Dios desde los siglos, entiéndase, desde
cuando Dios llamó a Abraham y de dijo que en su simiente, que es El Mesías, serían
benditas todas las familias de la tierra (Génesis 22:18).
En sus diferentes cartas y discursos, el Apóstol Pablo trata el asunto de El Misterio de El
Mesías33. No obstante, es en la Epístola a los Efesios donde, de manera más detallada,
habla acerca del tema34. Ciertamente, Pablo recibió de parte de Dios la encomiable
tarea de aclarar a toda la humanidad este Misterio de El Mesías que, implicaba de
forma indefectible, la proclamación del Evangelio del Reino a los gentiles y su inserción
al Cuerpo de El Mesías en condición de hijos adoptados (Efesios 1:5), quienes gozamos
de toda la herencia de las inescrutables riquezas de Cristo.
Por último, pero, no menos importante, el Apóstol Pablo nos presenta algo inédito en
la historia de la Salvación que tiene estrecha relación con El Misterio de El Mesías. Me
refiero a las afirmaciones que Pablo hace en 3:10.
El propósito de alcance de la revelación de El Misterio de El Mesías, del cual el Apóstol
Pablo fue comisionado para aclararlo al género humano, no es otro sino “que sea dado
a conocer a los principados y potestades por medio de la Iglesia de El Mesías en los
lugares celestiales”35.
Debo confesar que esto es algo interesante y controversial, pero, es inevitable
considerarlo porque, al final, es el propósito de alcance de El Misterio de El Mesías en
su fase revelada. En esta última afirmación de Pablo acerca de El Misterio de El Mesías
existen cuatro aspectos claramente diferenciados: el primero, un contenido que debe
ser comunicado36: La Multiforme sabiduría de Dios; el segundo, el auditorium: Los
Una dispensación no es un período ni una época (uso común, pero erróneo de la palabra), sino un modo de
tratar, una disposición o administración de los asuntos. Cf. oikonomos, mayordomo; y oikonomeo, ser
mayordomo, administrar. No obstante, sí es cierto que las diversas épocas del pasado han visto diversos
modos de gobierno, y han quedado marcadas en sus características por el modo de administrar Dios sus
tratos con los hombres en el curso del tiempo.
33
Romanos 11:25; 16:25-27; 1 Corintios 2:7; 4:1; Colosenses 1: 12, 24-29; 2:2; Hechos 26:18e.
34
En el capítulo 2:11-22, Pablo plantea la nueva posición de los gentiles en la historia de la Salvación. Ya no
son extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. Luego en
el capítulo 3:2-13, expone de manera magistral todo el contenido que hemos estado desarrollando en esta
investigación bíblica.
35
La conjunción subordinante ἵνα (jína) con el Aor. Subj. Pas. γνωρισθῇ (gnoristhe) indica el propósito del
verbo φωτίσαι (fotisai) en el verso 9 (consulte el Apéndice C al final del presente documento).
36
La expresión ἡ πολυποίκιλος σοφία τοῦ Θεοῦ (Multiforme sabiduría de Dios) se refiere, precisamente, a
El Misterio de El Mesías. El hecho afirmado por Pablo en el verso 9 referido a que El Misterio de El Mesías
estuvo escondido por los siglos en Dios y la manera cómo Él lo fue dando a conocer a través de las 14
generaciones desde Abraham hasta David, las catorce generaciones desde David hasta la Deportación a
Babilonia y las catorce generaciones desde la Deportación a Babilonia hasta la manifestación de El Mesías,
muestra de manera excepcional la Multiforme Sabiduría de Dios. Ya sabemos por todo lo expuesto
anteriormente que esta Multiforme Sabiduría de Dios, incluye que Dios siempre contempló a los gentiles en
su plan de Salvación (Revise la nota N°29).
Jorge Eliécer Navarrete G.
21
El Misterio de El Mesías
principados y potestades37; el tercero, el escenario: los lugares celestiales38; y el cuarto,
el agente responsable de la comunicación del contenido: la Iglesia.
Este cuadro nos ubica en el escenario de La Verdadera Batalla Espiritual de los
Seguidores de El Mesías. A veces leemos u oímos a predicadores decir algunas cosas sin
el debido fundamento bíblico acerca de la Batalla Espiritual de los cristianos. No
obstante, de la manera más sustentada posible como lo estamos viendo, la Verdadera
Batalla Espiritual de los Seguidores de El Mesías consiste en rescatar a los gentiles del
yugo en el cual están sujetos bajo la potestad de las tinieblas y de satanás. Sin
embargo, es imprescindible que entendamos algo sui generis en la misión del reino de
Dios dada a la Iglesia de El Mesías. La misión de la evangelización o la tarea de hacer
discípulos de El Mesías y su reino a la población de los gentiles en cualquier nación del
mundo, pasa en primer lugar, exegéticamente hablando, por el proceso de comunicar
o dar a conocer al mundo de las tinieblas y satanás los cuales han tenido
históricamente la autoridad espiritual sobre los gentiles, El Misterio de El Mesías, es
decir, que los gentiles de cualquier región geográfica, de cualquier etnia, raza o color
están considerados desde los siglos en Dios para ser “coherederos, miembros del
Cuerpo de El Mesías, copartícipes de la promesa39, conciudadanos de los santos y
miembros de la familia de Dios” (Efesios 3:6; 2:19). Luego, es cuando abordamos la
misión de la evangelización con el Evangelio del Reino en el mundo físico a los gentiles.
Esta es una acción que, quizás nos retumbe ahora mismo en nuestras cabezas: “¿qué la
iglesia le hable a satanás y a su estructura de gobierno en las tinieblas como parte del
37
Recordemos el cuadro dramático en el que se encuentran los gentiles sin El Mesías: están bajo la potestad
de las tinieblas y satanás (cf. Hch. 26:18; Ef. 2:1-3; revise nota N° 31).
38
La expresión ἐν τοῖς ἐπουρανίοις (en los lugares celestiales) sólo ocurre cinco veces en la Biblia, y las cinco
veces ocurre en la epístola a los Efesios (1:3; 1:20; 2:6; 3:10; 6:12). Es una expresión que refiere al mundo
espiritual, esfera en la que coexisten tanto los actores del reino de los cielos, como los actores de las
tinieblas (cf. 1:20ss; 3:10; 6:12). No obstante, ambos grupos de actores no se encuentran en el mismo nivel
de autoridad. En 1:20 Pablo dice que El Mesías está sentado a la diestra del Padre en los lugares celestiales
sobre todo principado y potestad… Quiere decir que, aunque coexistan amabas entidades espirituales, los
del reino de los cielos y los de las tinieblas, jamás están en el mismo nivel de autoridad. Recordemos que El
Mesías los exhibió, a los principados y potestades, públicamente triunfando sobre ellos (Col. 2:15). De
acuerdo a la epístola a los Efesios, en los ἐν τοῖς ἐπουρανίοις, ocurren cinco acciones interesantísimas. La
primera, Dios nos bendijo con toda bendición espiritual (1:3). Segundo, la Supereminente Grandeza del
Poder de la Fuerza de Dios, operó en El Mesías resucitándole de los muertos y sentándolo a la diestra del
Padre en los lugares celestiales en una posición de autoridad absoluta (1:20). Tercero, nosotros mismos
estamos sentados con El Mesías a la diestra del Padre en una posición de autoridad sobre el mundo
espiritual de las tinieblas a causa de El Mesías (2:6). Cuarto, la Iglesia de El Mesías debe proclamar El
Misterio de El Mesías al mundo espiritual de las tinieblas (3:10). Y quinto, en los lugares celestiales ocurre la
batalla espiritual de los seguidores de El Mesías contra el sistema de gobierno del mundo espiritual de las
tinieblas (6:12).
39
Esto es, el Espíritu Santo anunciado por El Mesías, cuya primera referencia histórica profética la anunció
Joel (2:28-32; cf. Hch. 1:4,5; 2:14-21; 2:39; 10:44-48; 15:6-9). Es importante diferenciar la Promesa (Ef. 3:6)
de los Pactos de la Promesa (2:12), los cuales se refieren a Abraham, Isaac, Jacob y David (cf. Gal. 3:14, 16).
Jorge Eliécer Navarrete G.
22
El Misterio de El Mesías
proceso de la evangelización a los gentiles?” ¡Pues, sí! Por descabellado que esto
suene, es necesario hacerlo40.
Cuando digo que esta es La Verdadera Batalla Espiritual, es porque, como vimos
anteriormente, los gentiles están bajo la potestad de las tinieblas y satanás. Cada vez
que nos encontramos en la misión de la evangelización con el Evangelio del Reino,
estamos inmersos en la Batalla Espiritual. Recuerde que nuestra misión consiste en:
primero, abrir los ojos a los gentiles quienes están a ciegas en un mundo cuyo régimen
espiritual es ejercido por satanás; segundo, que los gentiles se conviertan de las
tinieblas a la Luz; tercero, que los gentiles se conviertan de la potestad de satanás a la
potestad de Dios; cuarto, que los gentiles encuentren en El Mesías el perdón de sus
pecados; y quinto, que los gentiles reciban en El Mesías la herencia entre los
santificados (Hechos 26:18). Cada vez que presentamos el Evangelio del Reino a un
gentil, estamos haciendo una incursión en el propio terreno de las tinieblas. ¡Esto es la
Verdadera Batalla Espiritual! Pero, primero pasa por el anuncio de El Misterio de El
Mesías en los lugares celestiales a las tinieblas y su estructura de gobierno.
Finalmente, el Apóstol Pablo expresa que todo este anuncio, que este paso previo a la
evangelización en el mundo físico, es conforme al propósito eterno que Dios hizo en El
Mesías, Jesús, nuestro Salvador, 3:11.
CONCLUSIÓN
El Misterio de El Mesías es el centro de la historia de la Salvación. En El Misterio de El
Mesías, tanto en su fase oculta, como en su fase revelada, encontramos aspectos
fascinantes y de trascendental impacto en la historia.
40
Recordemos el interesante caso de la tentación de El Mesías (Mat. 4:1-11; Lc. 4:1-13). Satanás conocía
perfectamente a qué había venido El Mesías. Por lo tanto, una de las tentaciones presentadas fue la de
mostrarle a El Mesías todos los reinos de la tierra, afirmándole que le entregaría toda esa potestad y la
gloria de ellos, argumentando que a él, a satanás, le había sido dada, y a quien él quisiera se la entregaría
(Lc. 4:5, 6). ¿Qué le estaba ofreciendo satanás a El Mesías? ¡Un atajo mesiánico! Lo único que el Mesías
debía hacer era postrarse y adorar a satanás. Los reinos de esta tierra le fueron entregados por el primer
Adam a satanás en la caída del género humano (Gn. 3). Estos reinos eran, precisamente, las naciones
gentiles por la cuales El Mesías venía a este mundo a rescatar en su condición de El Segundo Adam (Rm.
5:12-21). Satanás quería evitar a toda costa que El Mesías llegara a la cruz porque sabía que estaría
derrotado, como en efecto, así ocurrió (Col. 213-15). Lo cierto del caso en cuestión, es que en las tres
tentaciones presentadas por satanás a El Mesías, hubo un diálogo entre satanás y El Mesías, en el cual
siempre El Mesías respondió con la Palabra escrita. La misión de El Mesías consistía en morir en la cruz para
legitimar su condición como tal (Is. 53) a fin de rescatar los reinos de la tierra, es decir, a los gentiles. Y la
misión de la Iglesia es, entre otras cosa muy conocidas por nosotros, “dar a conocer a satanás y a su
estructura de gobierno de las tinieblas, El Misterio de El Mesías”. En otras palabras, la iglesia debe decirle a
las tinieblas y a satanás: “Ya la autoridad de los reinos de los gentiles no te pertenece. ¡Fuiste vencido por El
Mesías en la Cruz! Por lo tanto, nosotros, la Iglesia, les anunciamos que los gentiles de tal o cual región
geográfica son coherederos, miembros del Cuerpo del Mesías, copartícipes de la promesa en El Mesías
conciudadanos con los santos y miembros de la familia de Dios y venimos por ellos para que conviertan a la
Potestad de Dios.”
Jorge Eliécer Navarrete G.
23
El Misterio de El Mesías
Por una parte, el pueblo judío quien rechazó a Jesús de Nazaret como El Mesías anunciado
desde los tiempos antiguos, puede tener la más absoluta certeza al leer este trabajo “El
Misterio de El Mesías” que Jesús es El Mesías a quien deben seguir en plena certidumbre
de fe y obedecerle en todo lo que él anunció respecto a El Evangelio del Reino. Si Jesús,
apreciado lector judío, no es El Mesías anunciado, créame, El Mesías jamás vendrá al
escenario de la humanidad y vana sería la fe, tanto de ustedes los judíos, como la de
nosotros los seguidores gentiles de El Mesías, Jesús de Nazaret. En la explicación de El
Misterio de El Mesías, he presentado evidencias bíblicas que certifican que Jesús de
Nazaret es el Mesías anunciado desde la antigüedad, las cuales merecen ser consideradas
por los judíos y emitir un veredicto tendente a favorecer a Jesús de Nazaret como El
Mesías y seguirle.
Por otra parte, para los gentiles de cualquier región geográfica del mundo, la revelación de
El Misterio de El Mesías, representa la más excelsa bendición de Dios. El Autor de la
Salvación en el Supra Argumento Histórico que se ingenió, como lo es, El Misterio de El
Mesías, nunca nos exceptuó de su eterno Plan de Salvación. Necesitamos estar plena e
infinitamente agradecidos del amor de Dios por nosotros que, estando bajo la potestad de
la tinieblas y satanás, se hizo hombre en la persona del Segundo Adam, Jesús de Nazaret,
para rescatarnos de esta opresión histórica y darnos la libertad sublime en el reino de la
Luz, el reino de su amado Hijo, para gozar del perdón de nuestros pecados y gozar de las
inescrutables riquezas de El Mesías, la Simiente de Abraham, en quien Dios prometió que
todas las familias de la tierra serían benditas. Los gentiles no somos un accidente en la
historia de la Salvación. Dios siempre nos tuvo en su corazón. ¡Bendito sea Dios! Este es el
final de la película el cual Dios mostró a Abraham y que, en el devenir de la historia, sólo el
rey David interpretó de manera adecuada en la ocasión de la tienda, tabernáculo que él
construyó para colocar en Jerusalén el Arca del Pacto de Dios.
Asimismo, necesitamos comprender la dramática situación espiritual de los gentiles sin El
Mesías: están bajo la potestad de las tinieblas y satanás. En consecuencia, la misión de la
comunidad de El Mesías debe centrarse, en primera instancia, en llevarles la libertad que
El Mesías vino a darnos a todo el género humano a través de muerte redentora. De esta
cárcel lúgubre no se puede escapar sin la absolución que El Mesías ofrece a los gentiles y,
su Iglesia, es el agente que debe anunciar el Misterio de El Mesías a la estructura de
gobierno de las tinieblas en los lugares celestiales como paso previo a la incursión en el
mundo físico con el evangelio del reino a los gentiles.
Finalmente, y era el punto teológico de preocupación expresado al principio de este
trabajo, la restauración del Tabernáculo caído de David, nada tiene que ver con que los
gentiles debemos adoptar las formas de adoración de los judíos y, menos aún, celebrar las
Jorge Eliécer Navarrete G.
24
El Misterio de El Mesías
Fiestas Solemnes indicadas a los judíos el Levítico 23. Pensar de esta manera es una seria
distorsión hermenéutica de El Misterio de El Mesías. El enfoque profético de Amós está
dirigido de manera contundente hacia el alcance de los gentiles con el evangelio del
reino. Si me permiten una discreción teológica, La restauración del Tabernáculo caído de
David es un “equivalente dinámico en la historia” de la “Simiente de Abraham”, quien es
Jesús de Nazaret, El Mesías, cuya implicación teológica es la soteriológica y no la litúrgica.
Por lo tanto, es imposible asumir teológicamente y exegéticamente a la restauración del
Tabernáculo caído de David, como la vía divina para retornar al llamado Culto de Jerusalén
versus el Culto de Roma.
La iglesia en cualquier nación gentil puede adoptar de manera eventual las formas de
adoración propias de la liturgia de los judíos como de cualquier otra nación. No obstante,
esto nunca sería bajo el pretexto insano que estas formas de la liturgia judía son las únicas
que Dios recibe como expresión de adoración a Dios “en espíritu y en verdad”. Afirmar
esto último es, simplemente, absurdo desde la perspectiva de la exégesis bíblica.
¡Tenemos libertad para adorar a Dios! Hagámoslo de la forma como nos sintamos más
cómodos y realizados ante Él. Pero jamás pensemos que la restauración del Tabernáculo
caído de David nos obliga a regresar al llamado Culto de Jerusalén. Dios respeta y acepta la
cultura de cada nación gentil. ¡Entendamos esto de una vez por todas! El Apóstol Pablo se
lo dijo a los romanos en su carta. Cito Romanos 15:7-9:
“Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos
recibió, para gloria de Dios. Pues os digo, que Cristo Jesús vino a
ser siervo de la circuncisión para mostrar la verdad de Dios, para
confirmar las promesas hechas a los padres, y para que los
gentiles glorifiquen a Dios por su misericordia, como está escrito:
Por tanto, yo te confesaré entre los gentiles, y cantaré a tu
nombre”.
De la manera como debemos recibirnos los unos a los otros, de esa manera Dios mismo
recibe, tanto a judíos, como a los gentiles tal cual es cada quien.
Si hay algún punto crítico al que la iglesia de El Mesías necesita despertar en el contexto
de la misión del reino es a una adoración a Dios que lo proclame entre los gentiles. Es
decir, nuestra adoración debe estar enfocada, entre otros aspectos, a proclamar a El
Mesías a los gentiles en nuestras celebraciones e invitarlos a adorar y alabar al único Dios
Salvador, Jesús, El Mesías. Esto fue lo que el rey David hizo en su momento histórico como
lo revisamos contextualmente. Esto es absolutamente independiente a las formas de la
liturgia judía. Se trata de anunciar al Salvador, tanto de los judíos como de los gentiles. El
mismo Apóstol Pablo, siendo conocedor de esto como ningún otro personaje de la Biblia,
excepto el rey David, como ya lo hemos dicho, lo reiteró a los lectores de su carta a Los
Romanos cuando dijo:
Jorge Eliécer Navarrete G.
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El Misterio de El Mesías
“Y otra vez dice:
Alegraos, gentiles, con su pueblo.
Y otra vez:
Alabad al Señor todos los gentiles,
Y magnificadle todos los pueblos.
Y otra vez dice Isaías:
Estará la raíz de Isaí,
Y el que se levantará a regir los gentiles;
41
Los gentiles esperarán en él”.
El Misterio de El Mesías es, sencillamente, el gran tema de la Biblia en beneficio de los
gentiles. Alabemos a Dios por su Multiforme Sabiduría demostrada en la historia de la
Salvación.
41
Romanos 15: 10-12 (cf. Salmos 96)
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El Misterio de El Mesías
Apéndice A
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El Misterio de El Mesías
Apéndice B
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El Misterio de El Mesías
Apéndice C
DIAGRAMA EN BLOQUE DE Ef. 3:9,10
…
9
καὶ φωτίσαι /
29
/
τίς ἡ οἰκονομία τοῦ μυστηρίου
τοῦ ἀποκεκρυμμένου
ἀπὸ τῶν αἰώνων
ἐν τῷ Θεῷ
τῷ τὰ πάντα κτίσαντι,
10
/
/
ἵνα γνωρισθῇ νῦν
ἡ πολυποίκιλος σοφία
τοῦ Θεοῦ
ταῖς ἀρχαῖς καὶ ταῖς ἐξουσίαις
Propósito de
Alcance
ἐν τοῖς ἐπουρανίοις
διὰ τῆς ἐκκλησίας,
Jorge Eliécer Navarrete G.
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