QUÉ ES UN ÁRBITRO Y QUÉ ASPECTOS DEBE

COMITÉ DE ÁRBITROS Y OFICIALES DE MESA
QUÉ ES UN ÁRBITRO Y QUÉ ASPECTOS DEBE TRABAJAR
La mayoría de personas que se inician en el mundo del arbitraje lo suelen hacer por motivos
como los siguientes: por tener amigos que eran ya árbitros u oficiales de mesa, por amor al baloncesto,
por realizar una actividad deportiva remunerada, como ocupación de su tiempo de ocio. En ese inicio, es
difícil imaginar la complejidad de factores que hay que dominar para ser un buen árbitro. Creo que todo
árbitro debe reflexionar sobre el árbitro que quiere llegar a ser, así como el trabajo que debe realizar para
llegar a ello, y el tipo de relaciones que deberá tener con el resto de personas involucradas en este
deporte. Sin una reflexión consciente de todos estos factores y sin un trabajo planificado de los aspectos
que debe mejorar y trabajar periódicamente, es difícil que cualquier persona pueda llegar a ser un buen
árbitro.
En las pistas nos encontramos con jugadores y entrenadores que se ejercitan varias veces a la
semana para jugar sus partidos el sábado o el domingo con las mayores garantías, me parece justo que
nosotros, como árbitros, dediquemos un tiempo semanalmente para mejorar los aspectos que nos
permitirán realizar de una forma más adecuada nuestra función dentro de las pistas de juego.
Considero un árbitro a una persona que se encarga de juzgar o dirigir, interviniendo o no, las
acciones de juego de un deporte para que éste transcurra de acuerdo a su filosofía de juego. No se trata
pues de sancionar todas las infracciones del juego, sino aquellas que tienen relevancia en el mismo. En el
caso del baloncesto, podemos considerar al árbitro como deportista al necesitar de un cierto esfuerzo
físico para seguir las evoluciones de los jugadores.
Según lo dicho en el párrafo anterior, podemos considerar tres dimensiones fundamentales:
- El árbitro como persona. Y dentro de ésta podemos diferenciar entre aspectos
intrapersonales (mentales, emocionales) y aspectos interpersonales (sociales).
- El árbitro como deportista. Al tratarse nuestro deporte de un juego que implica situaciones
de gran rapidez, debemos estar preparados físicamente para seguir esas acciones.
Deberemos tener velocidad para seguir acciones rápidas, en los contraataques, pero
deberemos tener también resistencia, para poder soportar la acumulación de esfuerzos
durante el partido.
- El árbitro como juez, o director de un juego o deporte. Bajo esta dimensión deberemos
conocer todas las leyes que rigen nuestro deporte: aspectos reglamentarios, no solo del
reglamento general, también las reglas de cada categoría en concreto, aspectos
administrativos, criterios e interpretaciones, manuales de mecánica, señalización, etc.
Según lo escrito anteriormente, la formación o entrenamiento del árbitro debe centrarse sobre
esa triple dimensión:
- Personal: mental o psicológica y social. Deberá trabajar el autocontrol, la empatía, la
asertividad. Un buen árbitro debe ser capaz de reconocer y controlar sus emociones para
evitar situaciones de tensión y mantener una actitud correcta y concentrada en todo
momento. Reconocerá las emociones de los participantes en el juego para valorarlas en su
justa medida, tratando de entender sus reacciones. Dentro de esta dimensión deberemos
profundizar y trabajar sobre las habilidades personales o emocionales y sobre las
habilidades sociales.
- Física: el árbitro de baloncesto debe trabajar semanalmente su condición física: velocidad,
resistencia, fuerza y flexibilidad para estar en condiciones óptimas para soportar el esfuerzo
físico requerido.
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-
Técnica: deberá conocer todos los aspectos reglamentarios y normas vigentes para los
partidos a los que está designado.
Si consideramos las acciones de juego el árbitro debe de tener en cuenta una serie de aspectos:
- En primer lugar, la percepción de la acción. Debe colocarse adecuadamente para ver la
acción y centrar su atención en los aspectos relevantes. A esta fase la llamaremos
mecanismo de percepción. Se hace necesario un conocimiento del juego, tanto técnico
como táctico, así como de las características de los jugadores para priorizar la atención
sobre aquellos lances del juego con más posibilidades de que ocurran acciones
sancionables, y movernos de acuerdo a los principios del manual de máquina, que nos
permite un mayor control de todos los jugadores. Es necesario el trabajo de la visión
periférica, no para sancionar acciones, sino para poder percibir, aunque de forma más
superficial, dónde está nuestro compañero y qué acciones está siguiendo, dónde se
encuentra el balón, posibles emparejamientos en los que pueda haber acciones
sancionables. El trabajo de la visión periférica nos permitirá centrar la visión con mayor
rapidez cuando haya cambios de responsabilidad en las acciones, así como para seguir de
una forma más acertada el juego sin balón.
- Una vez percibida la acción, es necesario que el árbitro decida, de acuerdo al reglamento, al
criterio ventaja o desventaja y a las características del juego, si es necesaria su intervención
o no, sancionando si es preciso. Esta fase la llamaremos mecanismo de decisión. En esta
fase pondremos en práctica nuestros conocimientos teóricos y tendremos que establecer un
baremo o criterio a seguir durante el resto del partido en función de la categoría y las
características de los jugadores, un criterio que debe ser consistente durante todo el partido.
- Si decidimos intervenir, sancionando la acción, deberemos realizar la señal correspondiente,
deteniendo el tiempo de juego con puño o mano alzada y realizando la señalización
correspondiente. A esta fase la llamaremos mecanismo de ejecución. Deberemos hacer
las señales oficiales, pero éstas podemos adaptarlas ligeramente para darles un toque
personal y personalidad propia, para que resulten naturales y coordinadas.
- Una vez acabada la acción y, sancionada o no, se hace necesario un análisis de todo el
proceso, para valorar si hemos actuado correctamente o no. A esta fase la llamaremos
mecanismo de control. En esta fase debemos hacer autocrítica de nuestra actuación, en
primer lugar de las acciones individuales y en segundo lugar del partido en general. Durante
el partido, en los descansos o tiempos muertos, es importante que los árbitros, y también los
oficiales de mesa si es necesario, hablen de aquellos aspectos que se pueden mejorar:
criterio de faltas o violaciones, cambio de responsabilidad del juego con balón,
emparejamientos de jugadores que haya que controlar con mayor atención, etc. En
ocasiones, se hace necesaria la ayuda externa en esta fase ya que por falta de experiencia,
por falta de conocimiento, por falta de una buena colocación o por falta de concentración u
otros factores, no podremos valorar adecuadamente. Es importante, por tanto, tener una
actitud receptiva a las críticas constructivas de los jugadores, entrenadores, compañeros,
formadores e informadores, para intentar mejorar.
Como podéis observar son muchos los aspectos que un árbitro debe tener en cuenta para su
entrenamiento y mejora. El teórico es fundamental para actuar de acuerdo al reglamento, el aspecto físico
para soportar la fatiga, mantener la concentración y estar bien colocado y el aspecto mental, el más
importante de todos, el que coordina los conocimientos teóricos con el sentido común y la filosofía del
juego, el que mantiene al árbitro concentrado en lo que debe y el que permite establecer relaciones
equilibradas con el resto de componentes de este deporte.
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Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy
sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el
grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito
justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta
sencillo.
Aristóteles, Ética a Nicómano
Sólo se puede ver correctamente con el corazón;
lo esencial permanece invisible para el ojo.
Antoine de Saint-Exupéry, El principito
La vida es una comedia para los que piensan y
una tragedia para los que sienten.
Horace Walpole
Eduardo Escobar Cabo
Director Técnico CTA
Licenciado en C.C. de la Actividad Física y el Deporte
Federación de
Baloncesto del Principado de Asturias
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