TEMA 11 TRASTORNOS RELACIONADOS CON SUSTANCIAS (II) TRASTORNOS RELACIONADOS CON OPIÁCEOS Existen opiáceos naturales (p. ej., la morfina), semisintéticos (p. ej., heroína) y sintéticos (p. ej., metadona). Destaca por su importancia la morfina, de la que se sintetiza la (diacetilmorfina), siendo ésta el opiáceo más potente que existe. heroína Los efectos de esta sustancia duran entre 6 y 12 horas (en función de la dosis) y consisten en una sensación de bienestar y relajación muy intensas que literalmente se han definido, un tanto exageradamente, como “un orgasmo en cada célula del sujeto”, desencadenando por ello una gran dependencia psíquica en el sujeto. También produce un marcado empobrecimiento emocional, alteraciones en la concentración, atención, memoria y tendencia a la marginación con deterioro de las relaciones interpersonales. Los primeros síntomas tras la administración de un opiáceo por vía intravenosa comienzan a los 2-5 minutos, dando lugar a un cuadro clínico caracterizado por sedación, habla farfullante, deterioro de la capacidad de atención o de la memoria, constricción pupilar y disminución de la motilidad intestinal. Dicho cuadro clínico dependerá de la dosis, pureza, vía de administración, tipo de opiáceo y tolerancia del sujeto hacia el mismo. Si un individuo consume una cantidad de opiáceos superior a la que puede tolerar, se produce una sobredosis, caracterizada por coma, con miosis puntiforme y depresión respiratoria, pudiendo llevar a la muerte del paciente. En este caso, el tratamiento consistirá en la aplicación de un antagonista específico; como es la Naloxona. Una vez instaurada la dependencia (no tarda más de 20 días en producirse), la ausencia de la dosis diaria produce el llamado síndrome de abstinencia o “mono” en el argot. Suele aparecer entre las 6 y 24 horas después de la última dosis y durar entre 3 y 7 días, dando lugar a un cuadro clínico que, aunque muy llamativo, raramente compromete la vida del sujeto, y sitúa al mismo con frecuencia en infracciones de la ley (asaltos a mano armada, agresiones, robos, etc.) Tabla 11.1. Criterios DSM-IV-TR para el diagnóstico de intoxicación por opiáceos Consumo reciente de un opiáceo. Cambios psicológicos o comportamentales desadaptativos (p. ej., euforia inicial seguida de apatía, disforia, agitación o inhibición psicomotoras, alteración de la capacidad de juicio, o deterioro social o laboral). 1 Miosis (o midriasis por anoxia en la intoxicación grave) y uno (o más) de los siguientes signos, que aparecen durante o poco tiempo después del consumo de opiáceos: o Somnolencia o coma o Lenguaje farfullante o Deterioro de la atención o de la memoria Los síntomas no son debidos a una enfermedad médica ni se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental. Tabla 11.2. Criterios DSM-IV-TR para el diagnóstico de abstinencia a opiáceos Alguna de las siguientes posibilidades: o Interrupción (o disminución) de un consumo abundante y prolongado (varias semanas o más) de opiáceos o Administración de un antagonista opiáceo después de un periodo de consumo de opiáceos Tres o más de los siguientes signos y síntomas, que aparecen de pocos minutos a varios días después del Criterio Anterior: o Humor disfórico o Náuseas o vómitos o Dolores musculares o Lagrimeo o rinorrea o Dilatación pupilar, piloerección o sudoración o Diarrea o Bostezos o Fiebre o Insomnio Los síntomas segundo criterio provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. o Somnolencia o coma o Lenguaje farfullante o Deterioro de la atención o de la memoria Los síntomas no son debidos a enfermedad médica ni se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental. SEDANTES, HIPNÓTICOS O ANSIOLÍTICOS Este grupo abarca fundamentalmente las benzodiacepinas, los barbitúricos y sustancias afines a estos últimos. Se trata de fármacos con efectos sedantes, llegando a la anestesia y a estados hipnóticos con dosis altas. Cuentan con un amplio abanico de indicaciones, entre las que se encuentran la ansiedad y el insomnio, actuando también como antiepilépticos, relajantes musculares y anestésicos. 2 Las benzodiacepinas son fáciles de conseguir, baratas, legales y muy demandadas y consumidas por la mayoría de los pacientes psiquiátricos. Sin embargo, el uso de barbitúricos y sustancias afines está poco extendido, ya que su consumo produce una fuerte dependencia física y, dado que no hay apenas tolerancia, con frecuencia pueden originar la muerte. La intoxicación aguda de estas sustancias suele conllevar a una desinhibición conductual, pudiendo desembocar en la agresión a otras personas, sobre todo cuando se asocia al consumo de otras sustancias como alcohol o cocaína. Los síntomas presentes en el cuadro clínico de la abstinencia de estas sustancias incluyen ansiedad, disforia, náuseas, fotofobia, sudores y en casos graves crisis convulsivas o delirium. Suelen aparecer a los dos o tres días después del cese del consumo y pueden durar semanas. Para disminuir lo más posible dicho síndrome de abstinencia es recomendable disminuir paulatinamente la dosis. (Vasallo, Jáimez y Rubio, 2002). Criterios DSM-IV-TR para el diagnóstico de intoxicación por sedantes, hipnóticos o ansiolíticos Consumo reciente de sedante, hipnóticos o ansiolíticos Cambios psicológicos o comportamentales desadaptativos clínicamente significativos (p. ej., comportamiento sexual inapropiado o comportamiento agresivo, labilidad del estado de ánimo, deterioro de la capacidad de juicio, deterioro de la actividad laboral o social) que aparecen durante o poco tiempo después del consumo de sedantes, hipnóticos o ansiolíticos. Uno o más de los siguientes signos, que aparecen durante o poco tiempo después del consumo de sedantes, hipnóticos o ansiolíticos: o Lenguaje farfullante o Incoordinación o Marcha inestable o Nistagmo o Deterioro de la atención o de la memoria o Estupor o coma Los síntomas no se deben a enfermedad médica ni se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental. Criterios DSM-IV-TR para el diagnóstico de abstinencia de sedantes, hipnóticos o ansiolíticos Interrupción (o disminución) de un consumo abundante y prolongado de sedantes, hipnóticos o ansiolíticos. Dos o más de los siguientes signos, que aparecen entre algunas horas o días después del anterior criterio: o Hiperactividad autonómica (p. ej., sudoración o más de 100 pulsaciones) o Aumento del temblor de manos 3 o o o o o o Insomnio Náuseas o vómitos Alucinaciones visuales, táctiles o auditivas transitorias, o ilusiones Agitación psicomotora Ansiedad Crisis comiciales de gran mal (crisis epilépticas) Los síntomas del segundo criterio provocan un malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. Los síntomas no son debidos a enfermedad médica ni se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental. TRASTORNOS RELACIONADOS CON COCAÍNA La cocaína procede de la planta Eritroxilon Coca, cultivada fundamentalmente en las altiplanicies andinas. Su vía más frecuente de consumo es por inhalación, comenzando a hacer efecto entre los 3-5 minutos, alcanza su máximo a los 30 minutos y deja de hacer efecto a la hora. Todo esto depende de la dosis, pureza y tolerancia en el consumo. Destacan principalmente sus efectos estimulantes, anestésicos locales y vasoconstrictores. Las hojas de coca, sometidas a diversos procesos de elaboración química, dan lugar a distintos derivados: Cocaína (clorhidrato de cocaína): forma principal de consumo en Europa Sulfato de cocaína (pasta de coca o basuko) Cocaína base (crack), más potente y rápida, comienza a hacer efecto a los 8-10 segundos tras fumarla o al aspirar el aire, siendo muy poco extendido su consumo entre la población. La ingesta de cocaína desencadena euforia, aumento de la actividad psicomotora, sociabilidad, deseo sexual, locuacidad, aceleración mental, disminución de la fatiga, el sueño, el apetito y aumento de la presión arterial. En casos graves puede haber confusión, lenguaje incoherente y ansiedad, e incluso llegar a la ideación paranoide y sensación de ver o sentir insectos sobre la piel (formicación). Entre las 9 y 18 horas tras el consumo aparece el crash o depresión postintoxicación, caracterizado por: anhedonia, ansiedad, agitación, depresión, anorexia y deseo de droga. Después se observa fatiga, somnolencia y finalmente aparece agotamiento, hipersomnia, hiperfagia y ausencia de deseo de droga. También se puede asociar a ideación autolítica, lo cual ha de ser tenido muy en cuenta en un recién ingresado en prisión y que refiera ser gran consumidor de cocaína. 4 El uso prolongado puede producir hemorragias y perforación del tabique nasal, pérdida del apetito, insomnio, patología respiratoria (sinusitis e irritación de la mucosa nasal), riesgo de infartos/hemorragias cerebrales, cardiopatía isquémica y arritmias cardíacas. Además de importantes trastornos psíquicos, tales como ideas paranoides, depresión, etc. Criterios DSM-IV-TR para el diagnóstico de intoxicación por cocaína Consumo reciente de cocaína. Cambios psicológicos o comportamentales desadaptativos: o Euforia o afectividad embotada o Aumento de la sociabilidad o Hipervigilancia, hipersensibilidad personal o Ansiedad, tensión, cólera o Comportamientos estereotipados o Deterioro de la capacidad de juicio, o deterioro de la actividad laboral o social Dos o más de los siguientes signos: o Taquicardia o bradicardia o Dilatación pupilar o Aumento o disminución de la tensión arterial o Sudoración o escalofríos o Náuseas o vómitos o Pérdida de peso demostrable o Agitación o retraso psicomotores o Debilidad muscular, depresión respiratoria, dolor en el pecho o arritmias cardíacas o Confusión, crisis comiciales, discinesias, distonías o coma Los síntomas no se deben a enfermedad médica ni se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental. Criterios DSM-IV-TR para el diagnóstico de abstinencia a cocaína Interrupción (o disminución) del consumo prolongado de abundantes cantidades de cocaína. Estado de ánimo disfórico con dos (o más) de los siguientes cambios que causan malestar y deterioro sociolaboral: o Fatiga o Sueños vívidos y desagradables o Insomnio o hipersomnia o Aumento del apetito o Retraso o agitación psicomotores Los síntomas no son debidos a enfermedad médica ni se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental. 5 TRASTORNOS RELACIONADOS CON ANFETAMINAS O SUSTANCIAS DE ACCIÓN SIMILAR Las anfetaminas son derivados de la efedrina, que se utilizaba en la medicina tradicional china como broncodilatador para tratar el asma y como estimulante. Estas sustancias aumentan la vigilancia de la conciencia, generando un estado de euforia y bienestar de mayor duración que el que produce la cocaína, aunque de menor intensidad. Las anfetaminas han sido ampliamente utilizadas, bien como anorexígenos, estimulantes para el estudio y para el deporte, así como para aumentar la agresividad en las contiendas bélicas. Hoy en día su prescripción médica ha quedado limitada a la Hiperactividad infantil, respecto a la que actúa con un efecto paradójico y a la Narcolepsia o forma severa de somnolencia diurna. Los efectos producidos por el consumo de anfetaminas recuerdan en gran medida a los producidos por la cocaína. Los más frecuentes: agitación, euforia, sensación de autoestima aumentada, verborrea, alerta y vigilancia constantes y agresividad. Son numerosos los efectos sobre el organismo, como la falta de apetito, taquicardia, insomnio, sequedad de boca, sudoración, incremento de la tensión arterial y contracción de la mandíbula. El consumo crónico genera una gran dependencia, pudiendo dar lugar a cuadros psicóticos similares a la esquizofrenia, con delirios persecutorios y alucinaciones, o síndromes depresivos reactivos con intentos de suicidio. El Síndrome de Abstinencia surge durante las 24 primeras horas tras la última ingesta, presentando un cuadro clínico con estado de ánimo disfórico, depresión, irritabilidad, ansiedad, fatiga, trastornos del sueño, agitación psicomotriz, cefalea, sudoración, etc. A veces pueden presentarse ideas paranoides y de suicidio. Generalmente los síntomas duran de 2 a 4 días, aunque la depresión y la irritabilidad pueden durar varios meses. Criterios DSM-IV-TR para el diagnóstico de intoxicación por anfetaminas Consumo reciente de anfetamina o sustancias afines (p. ej., metilfenidato). Cambios psicológicos o comportamentales desadaptativos: o Euforia o embotamiento afectivo, cambios en la sociabilidad o Hipervigilancia, ansiedad, tensión o cólera o Comportamiento estereotipado, deterioro de la capacidad de juicio o de la actividad social o laboral Dos o más de los siguientes signos y síntomas, que aparecen durante o poco tiempo después del consumo de anfetaminas o sustancias afines: o Taquicardia o bradicardia o Dilatación pupilar o Tensión arterial aumentada o disminuida 6 o o o o o Sudoración o escalofríos Náuseas o vómitos Pérdida de peso demostrable Agitación o retraso psicomotores Debilidad muscular, depresión respiratoria, dolor en el pecho o arritmias cardíacas o Confusión, crisis comiciales, discinesias, distonías o coma Los síntomas no se deben a una enfermedad médica y no se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental. Criterios DSM-IV-TR para el diagnóstico de abstinencia a anfetaminas Interrupción (o disminución) del consumo de anfetamina (o sustancias afines) después de su consumo prolongado y en grandes cantidades. Estado de ánimo disfórico y dos o más de los siguientes cambios fisiológicos, que aparecen horas o días después del Criterio anterior: o Fatiga o Sueños vívidos, desagradables o Insomnio o hipersomnia o Aumento del apetito o Retraso o agitación psicomotores Los síntomas del criterio anterior causan un malestar clínicamente significativo o un deterioro laboral o social, o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. Los síntomas no son debidos a enfermedad médica ni se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental. TRASTORNOS RELACIONADOS CON DROGAS DE SÍNTESIS Se trata de compuestos anfetamínicos a los que se añade algún componente de efectos más o menos alucinógenos. La sustancia más conocida es el éxtasis o MDMA, que abrió posteriormente camino a otras sustancias: ketamina, GHB, etc. Estas drogas dan lugar a una experiencia mixta entre la estimulación y la percepción alterada, produciendo una sensación de intimidad con los demás y un estado de bienestar, acompañada de sensación de elevada autoestima, desinhibición, deseo sexual aumentado, inquietud, confusión y agobio. Al mismo tiempo, a nivel fisiológico, los efectos más frecuentes son taquicardias, sequedad de boca, sudoración, contracción de la mandíbula, temblores, deshidratación e hipertermia. La ketamina se emplea como anestésico veterinario y en humanos se usa en algunos casos como anestésico y analgésico. Se emplea como alucinógeno y para producir sensaciones de separación cuerpo-mente y cuadros de experiencias cercanas a la muerte. El uso ilegal ha aumentado en los últimos años y forma parte del denominado club drug, son drogas que se utilizan en fiestas de música electrónica. 7 Se administra por vía inyectable, oral, fumada e inhalada. Los efectos son rápidos, poco duraderos y dependientes de la dosis. Las manifestaciones clínicas son: taquicardia, alteración de la conciencia, discurso desorganizado, nistagmo y sensación de disociación del organismo. TRASTORNOS RELACIONADOS CON ALUCINÓGENOS Los alucinógenos, también llamados sustancias psicodislépticas o psicodélicas, integran lo que hemos llamado sustancias perturbadoras del sistema nervioso central, siendo capaces de producir alucinaciones y una sensación de expansión de la mente. La mayoría de las drogas de esta familia proceden de hongos cultivados en países latinoamericanos y africanos, como es el caso del Peyote mexicano, del que se extrae la mescalina, del colombiano Yagé, o de la planta procedente de Gabón conocida como Tabernanthe iboga, de la que se obtiene la ibogaína. En Europa, es clásica la utilización de la Amanita Muscaria. A nivel sintético, el alucinógeno más utilizado es la dietilamida del ácido lisérgico (LSD; ácido o tripi), que se consume por vía oral de diversas formas: micropuntos, hojas de papel absorbente con diversos motivos gráficos, terrones de azúcar impregnados, etc. Esta sustancia destaca por su potente efecto a dosis mínimas. Así, a la media hora de su consumo, comienzan sus efectos que duran alrededor de ocho horas. Tras la ingestión se produce una hiperactividad autonómica, con taquicardia, hipertensión arterial, hipertermia, sudoración, midriasis y descoordinación motora, junto con cambios en la sensopercepción, dando lugar a alucinaciones, deformación de la percepción del tiempo y el espacio, alteraciones del pensamiento con ideas delirantes, y cambios del estado de ánimo, destacando la euforia acompañada de verborrea e hiperactividad. Sin embargo, la orientación y el sentido de la realidad no se pierden. Tras el cese del consumo de alucinógenos se pueden volver a experimentar uno o más de los síntomas perceptivos que se experimentaron durante la intoxicación, dando así lugar a los flashbacks. Criterios DSM-IV-TR para el diagnóstico de intoxicación por alucinógenos Consumo reciente de un alucinógeno. Cambios psicológicos y comportamentales desadaptativos (p. ej., ansiedad o depresión marcadas, ideas de referencia, miedo a perder el control, ideaciones paranoides, deterioro del juicio o de la actividad social o laboral). Cambios perceptivos que tienen lugar en un estado de alerta y vigilia totales (p. ej., intensificación subjetiva de las percepciones, despersonalización, desrealización, ilusiones, alucinaciones, sinestesias) que aparecen durante o poco tiempo después del consumo de alucinógenos. Dos o más de los siguientes signos que aparecen durante o poco tiempo después del consumo: 8 o Dilatación pupilar o Taquicardia o Sudoración o Palpitaciones o Visión borrosa o Temblores o Incoordinación Los síntomas no son debidos a enfermedad médica ni se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental. TRASTORNOS RELACIONADOS CON FENCICLIDINA La fenciclidina fue investigada en un primer momento como anestésico quirúrgico, pero en la actualidad sólo se comercializa para uso veterinario. Esta sustancia, conocida como PCP, píldora de la paz, polvo de ángel, cristal, etc., se puede consumir de diferentes formas (oral, nasal, intravenosa), pero su forma más habitual es fumada espolvoreada en cigarrillos. Es una sustancia muy tóxica con efectos impredecibles, y que se retiró del mercado farmacéutico y permanece como droga ilegal. Criterios DSM-IV-TR para el diagnóstico de intoxicación por fenciclidina Consumo reciente de fenciclidina (o una sustancia de acción similar). Cambios psicológicos o comportamentales desadaptativos (p. ej., beligerancia, heteroagresividad, impulsividad, comportamiento imprevisible, agitación psicomotora, deterioro de la capacidad de juicio o del rendimiento laboral o social). Dos (o más) de los siguientes signos que aparecen en la primera hora después del consumo de la sustancia (o antes si es fumada, aspirada o inyectada por vía intravenosa): o Nistagmo horizontal o vertical o Hipertensión o taquicardia o Obnubilación o disminución de la sensibilidad al dolor o Ataxia o Disartria o Rigidez muscular o Crisis convulsivas o coma o Hiperacusia. Los síntomas no se deben a enfermedad médica ni se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental. TRASTORNOS RELACIONADOS CON CANNABIS El cannabis es una planta denominada Cannabis Sativa, originaria de las tierras que circundan los mares Caspio y Negro. Esta sustancia tiene tres tipos de presentación: Marihuana (preparación triturada y seca de las flores, hojas y tallo); Hachís (prensado 9 del polvo o polen de la planta, o resinas concentradas del cannabis); y Aceite de hachís (extracto de la planta liposoluble). Al consumirse por vía inhalatoria u oral, es fácilmente absorbido, por lo que llega al cerebro con rapidez. Así, a los 3-7 minutos comienzan a manifestarse sus efectos con una duración de entre dos y cuatro horas. Dichos efectos psicoactivos son debidos a uno de sus principios activos: el delta-9tetrahidrocanabinol (THC), desencadenando principalmente síntomas como irritación conjuntival, sequedad de boca, taquicardia, aumento de apetito, sudoración, somnolencia y descoordinación de los movimientos, que se acompañan normalmente de una percepción subjetiva de relajación, desinhibición, euforia suave, sensación de lentitud del paso del tiempo, alteraciones sensoriales y dificultades en el ejercicio de diversas funciones: como expresarse con claridad, en la memoria inmediata, menor capacidad de concentración y procesos de aprendizaje. La intoxicación aguda a grandes dosis no parece que pueda producir la muerte, siendo frecuente la aparición de trastornos de ansiedad e ideación paranoide. Por otra parte, asociado al consumo crónico surge el síndrome amotivacional, caracterizado por pasividad, disminución de la actividad dirigida a un fin, disminución de memoria, anergia, apatía, pereza y ganancia de peso. Muchos autores se cuestionan hoy día que el cannabis produzca dependencia física y por tanto no se define un síndrome de abstinencia para dicha sustancia. Criterios DSM-IV-TR para el diagnóstico de intoxicación por cannabis Consumo reciente de Cannabis. Cambios psicológicos o comportamentales desadaptativos (p. ej., deterioro de la coordinación motora, euforia, ansiedad, sensación de que el tiempo transcurre lentamente, deterioro de la capacidad de juicio, retraimiento social). Dos (o más) de los siguientes síntomas que aparecen a las 2 horas del consumo de Cannabis: o Inyección conjuntival o Aumento de apetito o Sequedad de boca o Taquicardia Los síntomas no son debidos a enfermedad médica ni se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental. TRASTORNOS RELACIONADOS CON INHALANTES Los inhalantes o disolventes volátiles son un grupo de sustancias químicamente muy heterogéneo como pegamentos, gasolinas y derivados de hidrocarburos, que se consumen por inhalación (generalmente dentro de una bolsa de plástico), principalmente por gente muy jóven y niños de clases sociales deprimidas, dando lugar a unos síntomas muy parecidos a la intoxicación etílica pero con alucinaciones y alteraciones cardiorespiratorias. Su característica común es que se volatilizan a temperatura ambiente. 10 Estas sustancias generan intoxicaciones y cuadros de abstinencia muy severos, junto con diversos trastornos psiquiátricos y psicopatológicos de secuelas permanentes, como las encefalopatías irreversibles derivadas de su elevada neurotoxidad. Criterios DSM-IV-TR para el diagnóstico de intoxicación por inhalantes Consumo reciente intencionado o breve exposición a dosis altas de inhalantes volátiles (excluyendo los gases anestésicos y los vasodilatadores de acción corta). Cambios psicológicos o comportamentales desadaptativos (beligerancia, violencia, apatía, deterioro del juicio, deterioro de las actividades social o laboral). Dos o más de los siguientes signos, que aparecen durante o poco tiempo después del consumo o exposición a inhalantes: o Mareo o Nistagmo o Incoordinación o Lenguaje farfullante o Marcha inestable o Letargia o Disminución de los reflejos o Retraso psicomotor o Temblores o Debilidad muscular generalizada o Visión borrosa o diplopía o Estupor o coma o Euforia Estos síntomas no son debidos a enfermedad médica ni se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental. TRASTORNOS RELACIONADOS CON NICOTINA La Nicotina Tabacum es una planta de cuyas hojas se extraen distintos productos: cigarrillos, picadura de pipa, tabaco de mascar, etc. La sustancia que crea la adicción al tabaco es la nicotina, que es un compuesto psicoactivo con propiedades reforzantes, que produce tolerancia y su deprivación un síndrome de abstinencia. La nicotina produce un efecto estimulante, ya que mejora la atención, dando la sensación de mayor concentración, aprendizaje, el tiempo de reacción y la capacidad para resolver problemas. Además, al principio aumenta el flujo sanguíneo cerebral, sin embargo, una exposición a largo plazo disminuye este flujo. El tabaco es, tras el alcohol, la sustancia tóxica más consumida por los españoles. Su venta es legal en nuestro país, existiendo límites relacionados con la edad 16-18 años dependiendo de la Comunidad Autonoma. 11 La ley prohíbe fumar en: Transportes públicos de escolares y de enfermos. Áreas de trabajo donde existan mujeres embarazadas. Centros docentes, de salud y de servicios sociales. Jardines de infancia y centros de atención social a menores. Locales de elaboración, manipulación y venta de alimentos. Salas de uso público general y locales comerciales cerrados. Salas de teatro y cine. Espectáculos públicos y deportivos en locales cerrados. Ascensores. Criterios DSM-IV-TR para el diagnóstico de abstinencia a nicotina Consumo de nicotina durante al menos algunas semanas. Interrupción brusca o disminución de la cantidad de nicotina consumida, seguida a las 24 horas por cuatro (o más) de los siguientes signos: o Estado de ánimo disfórico o depresivo o Insomnio o Irritabilidad, frustración o ira o Ansiedad o Dificultades de concentración o Inquietud o Disminución de la frecuencia cardíaca o Aumento del apetito o del peso Los síntomas del criterio anterior provocan un malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. Los síntomas no se deben a enfermedad médica ni se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental. TRASTORNOS RELACIONADOS CON CAFEÍNA La cafeína está presente de forma masiva en nuestras vidas, en el café, refrescos, medicamentos, etc. Esta sustancia es la metilxantina más potente, con presencia de otro trastorno mental (p. ej., un trastorno de ansiedad) con una vida media de 3 a 10 horas, presentando un pico a los 30 a 60 minutos después de su ingesta. La intoxicación por cafeína puede llegar a tener significación clínica, habiéndose descrito aspectos de dependencia, tolerancia y, en algunos casos de abstinencia, aunque el DSM-IV-TR no contempla este último por considerar que no requiere asistencia médica (Vasallo, Jáimez y Rubio, 2002). La intoxicación por cafeína cursa con intranquilidad, nerviosismo, insomnio, congestión facial, diuresis, molestias gastrointestinales, arritmias cardíacas y pensamiento y lenguaje inconexos. 12 Criterios DSM-IV-TR para el diagnóstico de intoxicación por cafeína Consumo reciente de cafeína, normalmente más de 250 mg. (p. ej., más de 2-3 tazas/día). Cinco (o más) de los siguientes signos, que aparecen durante o poco tiempo después del consumo de cafeína: o Inquietud o Nerviosismo o Excitación o Insomnio o Rubefacción facial o Diuresis o Alteraciones digestivas o Contracciones musculares o Logorrea y pensamiento acelerado o Taquicardia o arritmia cardiaca o Sensación de infatigabilidad o Agitación psicomotora Los síntomas del criterio anterior causan un malestar clínicamente significativo o un deterioro laboral o social, o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. Los síntomas no son debidos a enfermedad médica ni se explican mejor por la ASPECTOS PSIQUIÁTRICOS FORENSES La adicción a las sustancias químicas es el único caso explicitado en el CP, que de forma “vinculante” obliga al juez, ya sea a modificar las penas, ya sea a sustituirlas Criminalidad No se sabe si el consumo de sustancias psicoactivas conduce al delito o viceversa. El abuso de drogas es endémico en zonas con privaciones y delictivas. La elevada delincuencia en torno a la drogadicción depende de diversos factores: De la obtención de la droga que, dado su elevado valor en el mercado clandestino, obliga al sujeto a robar, prostituirse, estafar, etc., para obtener la sustancia. De los efectos directos de la droga en el sujeto, pudiendo dar lugar a Trastornos y estados en los que el drogodependiente puede cometer delitos (lesiones, atentados sexuales, homicidios…). De la personalidad previa del toxicómano como fuente “per se” de delitos. Hay que tener presente que muchos Trastornos de Personalidad tratan de compensar sus insuficiencias con el consumo de tóxicos. En otras ocasiones, estados morbosos latentes (como esquizofrenias) afloran por el consumo de tóxicos y, finalmente, personalidades con rasgos de inestabilidad, impulsividad 13 y escasa tolerancia a la frustración se descompensan con la ingesta de determinadas drogas. El abuso de sustancias es un potente indicador de una mayor probabilidad de violencia y delincuencia en las personas con trastornos mentales. La coexistencia del abuso de sustancias con estos trastornos incrementa significativamente los riesgos de comportamiento violento. Los efectos desinhibidores de las benzodiacepinas son bien conocidos, menos conocido es el potencial de la inquietud y la agitación intensa de la acatisia para provocar violencia. El alcohol y el cannabis son las sustancias embriagadoras consumidas con más frecuencia y son los contribuyentes más comunes a la violencia en las personas con trastornos mentales. La intoxicación simple por alcohol u otros sedantes como las benzodiacepinas o los barbitúricos, inicialmente producen un comportamiento aparentemente excitado. Los estimulantes, como la cocaína o la anfetamina pueden producir excitación e irritabilidad. La mayor parte de las intoxicaciones también se asocian a juicio, percepción o control de impulsos deficiente. La intoxicación aguda por alcohol, cannabis, sedantes o estimulantes puede producir una psicosis tóxica y provocar un comportamiento acusadamente alterado. Incluso con niveles de consumo insuficientes para una intoxicación, la desinhibición y la excitación pueden predisponer a la imprudencia y la agresión. Es más, el consumo de esteroides andrógenos anabolizantes por parte de los deportistas para incrementar su rendimiento y aumentar su masa muscular, puede asociarse con impulsos violentos. La relación entre el síndrome de abstinencia y la violencia potencial frecuentemente se subestima. El abandono del alcohol y la mayor parte de las drogas que producen dependencia supone un estado acusado de aversión con irritabilidad y agresividad. De esta manera, la duración relativamente transitoria de los efectos de la cocaína y del crack a menudo va seguida de disforia aguda, excitación elevada y ansiedad, factores que pueden provocar que se cometan delitos impulsivos y violentos. Dejar de tomar alcohol y sedantes pueden comportar síndromes de abstinencia más graves, como el delirium tremens, que se asocia a deficiente percepción, afectividad, juicio y control de impulsos. Se han previsto una serie de medidas de seguridad que sustituyen a la prisión (Art. 96 y 102 del Código Penal), quedando a criterio del Tribunal sustituir las penas privativas de libertad por internamientos en centros de deshabituación cuya estancia no podrá exceder en ningún caso al tiempo de condena que le hubiera correspondido. Los tribunales de justicia consideran la cocaína, los opiáceos, las anfetaminas, los alucinógenos y las drogas de síntesis, entre las “drogas que causan grave daño a la salud”. Por ello, las conductas destinadas al cultivo, elaboración, tráfico, o que promuevan, favorezcan o faciliten su consumo o lo posean con tales fines, están penalizadas con un mínimo de 3 a 9 años de prisión y multa “del tanto al triplo” del valor de las drogas. 14 En el caso del cannabis, al no ser considerada entre las “drogas que causan grave daño a la salud” este tipo de conductas serán castigadas por 1 a 3 años de prisión y la multa “del tanto al duplo” del valor de la droga. Imputabilidad Los drogodependientes son imputables, salvo en aquellas circunstancias en las que el nivel de la conciencia y de la voluntad estén gravemente afectadas, es decir, cuando se encuentren bajo los efectos del “síndrome de abstinencia” y “la intoxicación plena” (salvo que haya sido buscada a propósito para cometer el delito), ya que en ambos casos hay una perturbación grave de la conciencia y, por tanto, de la libertad de acción. También estarían exceptuados de responsabilidad criminal los Trastornos Psicóticos inducidos por sustancias y los cuadros de Delirium por intoxicación de sustancias, situaciones en las que hay una total abolición de la capacidad para comprender la ilicitud del hecho y de actuar conforme a dicha comprensión. A la hora de realizar el informe pericial para determinar la imputabilidad del drogodependiente, se deberán de valorar los siguientes aspectos: Intensidad del síndrome de abstinencia: a más intensidad menor imputabilidad. Clase de droga consumida: hay drogas que generan mayor dependencia que otras. Tiempo de adicción: a más tiempo de adicción mayor degradación del sujeto. Tiempo de conducta delictiva desarrollada: la acción delictiva debe estar encaminada a conseguir la sustancia y guardar relación con el consumo de tóxicos. Personalidad anómala previa del sujeto: muy importante cuando son personalidades impulsivas y con grave inestabilidad emocional. Presencia de embriaguez concomitante o mezcla de diversas sustancias: ya que se potencian los efectos de una sustancia concreta dando lugar a reacciones paradójicas. Capacidad civil y de obrar El Código Civil en materia de tutela establece, como “causas de incapacitación las enfermedades o deficiencias persistentes de carácter físico o psíquico que impidan a la persona gobernarse por sí misma”. También se pueden dar casos de prodigalidad sintomática a una drogadicción (derroche de la hacienda para adquirir droga) que puede verse a la luz de la curatela. La drogodependencia también puede ser invocada como una causa de separación matrimonial e incluso a la hora de otorgar la custodia de los menores e incluso limitar las visitas, no siendo motivo suficiente para privar de la patria potestad. 15 Derecho laboral La complicación laboral más importante es el absentismo. El consumo de sustancias tóxicas puede ser causa de despido de un trabajo. Este aspecto alcanza especial relevancia en aquellas profesiones que requieren unas habilidades especiales, o en las que está en juego la vida de personas, como por ejemplo conductores de servicios públicos, pilotos, bomberos, cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, etc. 16