La riqueza forestal de nuestro país es extraordinaria. Son inmejorables, especialmente, las plantas cuya madera es utilizable para las construcciones y para otros fines económicos. Mu­ chas de estas maderas son de gran valor por su dureza, peso y belleza. Nos limitaremos en este trabajo a mencionar las especies más útiles o más abundantemente repartidas por todo el terri­ torio de la República. Por otra parte, existe tal confusión en algunas especies, debido a la diversidad de nombres vulgares, que preferimos no mencionarlas a incurrir en errores graves de clasificación. De los trabajos publicados sobre maderas cubanas conside­ ramos como el más importante la Arboricultura cubana, de José María Fernández y Jiménez. Esta obra, bastante extensa, es muy deficiente en lo que se refiere a la parte botánica, consig­ nándose en ella un gran número de plantas conocidas única­ mente por sus nombres vulgares y cuya especie botánica corres­ pondiente no ha sido posible fijar; y además se dan como es­ pecies distintas plantas idénticas, pero con' diferentes nombres vulgares. El Sr. A. Sandoval, Catedrático de la Universidad Nacional, ha publicado un cuadro sobre Resistencia, elasticidad y densidad de las principales maderas de Cuba y de las impor­ tadas de los Estados Unidos (Habana 1903), y también da datos análogos en su Curso de resistencia de materiales, V I I I (Revista de la Facultad de Letras y Ciencias, de la Universidad de la Habana, ÍV„ 86. Habana 1907). Dicho profesor solo consigna nombres vulgares, algunos de los cuales omitimos por no poder­ los identificar científicamente, pero utilizamos muchos datos nu­ méricos de tan apreciables trabajos. El estudio concienzudo y metódico de nuestra riqueza fores­ tal, desde el punto de vista botánico, agrícola, industrial y mé­ dico será de gran importancia para el país; y confiamos en que algún día la Secretaría de Agricultura habrá de dedicarle a es­ tos asuntos la ateción que tanto merecen. Las plantas maderables de Cuba pertenecen casi en su tota­ lidad al subtipo de las Angiospérmeas. Como representantes de las Gimnospérmeas tenemos, en las Pináceas, solamente los pinos, Pinus cubensis, Criseb. (Lám. X ) , limitado a la provincia de Pinar del Río, y Pinus caribaea, de la Isla de Pinos (Mad. Q. de los M . ) . También es una pinácea la sabina de costa o enebro criollo (Juníperas virginiana, Lin.) (Mad. Q. de los M.) Ade­ más, debemos mencionar, en las Taxáceas, la sabina cimarrona