La Confederación Nacional del Trabajo (CNT) es una unión

Anuncio
La Confederación Nacional del Trabajo (CNT) es una unión confederal de sindicatos autónomos
de ideología anarcosindicalista de España que está adherida a la organización de carácter
transnacional Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT). Se la conoce por este motivo
también con el nombre de CNT-AIT. Es una organización que ha jugado un papel muy significativo
dentro de los movimientos sociales relacionados con el anarquismo.
Fundada en 1910 en Barcelona a partir de grupos organizados en torno al sindicato Solidaridad
Obrera, recogió el testigo del espíritu del movimiento anarquista español que se traza desde la
creación de la Federación de Trabajadores de la Región Española, organización que sucedió a la
sección española de la Primera Internacional.
Con un significativo legado histórico y cultural, la CNT continúa hoy participando en el movimiento
obrero español basándose en los principios de la autogestión, el federalismo y la ayuda mutua.
Los primeros años
El movimiento anarquista español carecía de una organización nacional estable en sus primeros
años. El anarquista Juan Gómez Casas discutió la evolución de la organización anarquista antes
de la creación de la CNT:
Después de un periodo de dispersión, la Federación de Trabajadores de la Región Española
desapareció, para ser reemplazada por la Organización Anarquista de la Región Española... Esta
organización entonces cambió, en 1890, al Pacto de Ayuda y Solidaridad, el cual fue por sí mismo
disuelto en 1896 debido a la represiva legislación en contra del anarquismo separandose en varios
núcleos y sociedades de trabajadores autónomas... Los restos que quedaron del FRE dieron
origen a la Solidaridad Obrera en 1907, la antecesora directa de la CNT.
Existió un consenso general entre los anarquistas a principios del siglo XX de que una nueva
organización laboral nacional se necesitaba para traer coherencia y fuerza al movimiento. Esta
situación se enmarcaba dentro del proceso natural de la revolución industrial. Durante la
restauración borbónica, a los partidos tradicionales y dinásticos representados por Cánovas del
Castillo y Práxedes Mateo Sagasta, el movimiento obrero emergente se unió alrededor del PSOE
como fuerza política y de la UGT como sindicato obrero. No faltaban tampoco los movimientos
republicanos y con más acento demócrata que parte de la nueva burguesía apoyaba.
El peso del sindicalismo revolucionario de los primeros años procedía de las tesis de los
redactores de Solidaridad Obrera José Prat y Ricardo Mella, procedentes del anarcosindicalismo,
pero que creían en los preceptos básicos de la lucha sindicalista revolucionaria.
Así, la CNT nació hacia el año 1910 en Barcelona en un congreso del sindicato catalán Solidaridad
Obrera con el objetivo de constituir una fuerza relevante opositora al sindicato mayoritario por
entonces, la socialista UGT y "apresurar la emancipación económica de la clase trabajadora a
través de la expropiación revolucionaria de la burguesía...". La CNT comenzó siendo pequeña, con
alrededor de 30.000 miembros a través de varios sindicatos y otras confederaciones.
En 1911 con ocasión de su primer congreso se convocó una huelga general lo que provocó que el
sindicato fuese ilegalizado hasta 1914. En ese mismo año de 1911, el sindicato recibió oficialmente
su nombre.
A partir de 1916 la CNT cambió de estrategia con respecto a la UGT estableciendo relaciones con
este sindicato, lo que hizo que ambas organizaciones convocaran conjuntamente la huelga general
de 1917. En el segundo congreso de la CNT en 1919 se estudió la posibilidad de la fusión de las
organizaciones para contribuir a una mayor unidad del movimiento obrero español. En el mismo
congreso se aprobó la vinculación provisional de la CNT a la Tercera Internacional, pero tras la
visita de Ángel Pestaña a la URSS y por consejo de éste, la CNT se apartará de ella
definitivamente en 1922.
Auge de la CNT
Evolución del número de afiliados a la CNT entre 1911 y 1937
A partir de 1918 la CNT se fortaleció por una crisis
en la industria catalana, lo que llevó a muchos
obreros a afiliarse al sindicato. El sindicato tuvo un
papel destacado en el desarrollo de la huelga de La Canadiense. Entonces empezó a cundir el
pánico entre los patrones, siendo el origen del pistolerismo que propició un auge de la violencia y
afectó significativamente al sindicato.
En 1922 se forma en Berlín la Asociación Internacional de los Trabajadores, organización a la que
se adhiere la CNT. En 1923, con el advenimiento de la dictadura de Miguel Primo de Rivera, el
sindicato es ilegalizado.
Bandera de la CNT-FAI
En 1927 y ante el posicionamiento "moderado" de algunos
cenetistas, se crea en Valencia la Federación Anarquista Ibérica
(FAI), una asociación de grupos de afinidad anarquistas, que
desempeñará un papel importante en los siguientes años a través de
la denominada trabazón con la CNT, es decir la presencia de elementos faístas en la
anarcosindical. La intención era que el sindicato no se alejase de los postulados ácratas.
La Segunda República
Tras la caída del antiguo régimen hay un inicial apoyo a la Segunda República que irá
disminuyendo durante el período del 1931-1933 por los constantes enfrentamientos con las
autoridades republicanas en las sucesivas huelgas sectoriales y generales, al final del cual incluso
se llevarán a cabo las llamadas revoluciones de Enero y de Diciembre, ambas rápidamente
controladas por el Estado, y a los sucesos de Casas Viejas. En aquel entonces, el núcleo principal
de la CNT estaba en Cataluña, pero en otras regiones ganaba importancia como en Aragón (donde
era mayoritario frente a UGT) o Andalucía.
Las tensiones entre el "ala moderada" (no faístas) y el "ala radical" (faístas) son constantes y
complejas de analizar dado el carácter descentralizado y sectorial de la organización. Finalmente
en 1931 un grupo de no faístas publica el Manifiesto de los Treinta que dará lugar al treintismo y en
1932 Ángel Pestaña crea el Partido Sindicalista.
El bienio radical-cedista supuso una etapa de clandestinidad que atacó profundamente las bases
del anarcosindicalismo a nivel nacional, durante el que la CNT participaría en un plano secundario
frente a la iniciativa socialista en la llamada Revolución de Octubre de 1934. En Asturias, sin
embargo, la Confederación Regional del Trabajo de Asturias, León y Palencia de la CNT
participará activamente en la revolución como consecuencia de su postura más proclive a la
alianza obrera formalizada a través de la UHP con el pacto con la UGT y la FSA. De esta manera,
en La Felguera, y en el barrio de El Llano de Gijón se llegaron a dar breves experiencias de
comunismo libertario:
En la barriada de El Llano se procedió a regularizar la vida de acuerdo con los postulados de la
CNT: socialización de la riqueza, abolición de la autoridad y el capitalismo. Fue una breve
experiencia llena de interés, ya que los revolucionarios no dominaron la ciudad. [...] Se siguió un
procedimiento parecido al de La Felguera. Para la organización del consumo se creó un Comité de
Abastos, con delegados por calles, establecidos en las tiendas de comestibles, que controlaban el
número de vecinos de cada calle y procedían a la distribución de los alimentos. Este control por
calle permitía establecer con facilidad la cantidad de pan y de otros productos que se necesitaban.
El Comité de Abastos llevaba el control general de las existencias disponibles, particularmente de
la harina.
Se considera que hubo hasta 30.000 encarcelados durante este periodo. La exitosa huelga de
transportes en Zaragoza, continuada por huelga general, que duró más de dos semanas, se
convocó en unidad con la UGT en 1935. Sin embargo, la colaboración no cuajó en siguientes
acciones.
Las elecciones de 1936 tras el desmoronamiento del gobierno de Lerroux colocaron en una
compleja tesitura a la CNT. Las opiniones dentro de la organización se repartían entre el tradicional
abstencionismo, el dejar vía libre a los obreros para votar, o directamente a pedir el voto para el
Frente Popular. Éste tenía entre sus promesas electorales la amnistía para los presos.
Se considera que una parte del crecimiento del Frente Popular sobrevino precisamente por el voto
libertario.
La Guerra Civil
En 1936, la CNT sería finalmente legalizada, tras períodos de clandestinidad seguidos de otros
más cortos de legalización, hasta su aplastamiento al final de la Guerra Civil, donde el sindicato
colaboró con otras fuerzas del llamado Bando republicano para oponerse al Bando nacional,
llegando incluso durante el desarrollo de la contienda a formar parte del gobierno de la República
con varios ministerios y altos cargos de la administración.
En Barcelona los anarquistas se hicieron con el control, colectivizando gran parte de las
actividades, hecho del que fue testigo George Orwell:
Por primera vez en mi vida, me encontraba en una ciudad donde la clase trabajadora llevaba las
riendas. Casi todos los edificios, cualquiera que fuera su tamaño, estaban en manos de los
trabajadores y cubiertos con banderas rojas o con la bandera roja y negra de los anarquistas; las
paredes ostentaban la hoz y el martillo y las iniciales de los partidos revolucionarios; casi todos los
templos habían sido destruidos y sus imágenes, quemadas. Por todas partes, cuadrillas de obreros
se dedicaban sistemáticamente a demoler iglesias. En toda tienda y en todo café se veían letreros
que proclamaban su nueva condición de servicios socializados; hasta los limpiabotas habían sido
colectivizados y sus cajas estaban pintadas de rojo y negro. Camareros y dependientes miraban al
cliente cara a cara y lo trataban como a un igual. Las formas serviles e incluso ceremoniosas del
lenguaje habían desaparecido. Nadie decía señor, o don y tampoco usted; todos se trataban de
«camarada» y «tú», y decían ¡salud! en lugar de buenos días.
George Orwell, Homenaje a Cataluña
En agosto de 1936 cuando el frente en Aragón comenzó a estabilizarse, dos quintos de la región
estaban bajo control de los rebeldes, aunque comprendiendo a la mitad de la población puesto que
controlaban las tres capitales de provincia y Calatayud. A pesar de la importancia de la CNT en
esta región no fue capaz de responder y la represión pronto fue acabando con la organización en
las zonas controladas por el bando nacional.
En la otra parte del Aragón dividido, el Estado republicano quedó igualmente anulado. Las milicias
de la CNT que ocuparon el Bajo Teruel y Huesca, establecieron comités de defensa que sustituían
a los antiguos ayuntamientos. En las zonas con mayor presencia anarquista previa a la guerra
comenzó con fuerza el proceso de colectivización de la tierra. Estas primeras colectivizaciones
eran voluntarias y se establecían a partir de las tierras propiedad de los miembros y las requisadas
a los huidos o desaparecidos. Aquellos que quisieran mantener la propiedad de la tierra no podían
contratar a terceras personas, que no fueran de su familia, y las tierras que no labraran pasaban a
control de la colectividad.
George Orwell comentó acerca de las características de la nueva sociedad que se creó en las
colectividades:
Yo estaba integrando, más o menos por azar, la única comunidad de Europa occidental donde la
conciencia revolucionaria y el rechazo del capitalismo eran más normales que su contrario. En
Aragón se estaba entre decenas de miles de personas de origen proletario en su mayoría, todas
ellas vivían y se trataban en términos de igualdad. En teoría, era una igualdad perfecta, y en la
práctica no estaba muy lejos de serlo. En algunos aspectos, se experimentaba un pregusto de
socialismo, por lo cual entiendo que la actitud mental prevaleciente fuera de índole socialista.
Muchas de las motivaciones corrientes en la vida civilizada —ostentación, afán de lucro, temor a
los patrones, etcétera— simplemente habían dejado de existir. La división de clases desapareció
hasta un punto que resulta casi inconcebible en la atmósfera mercantil de Inglaterra; allí sólo
estábamos los campesinos y nosotros, y nadie era amo de nadie.
George Orwell, Homenaje a Cataluña
Algunas de las colectividades más importantes fueron las de Alcañiz, Calanda, Alcorisa,
Valderrobres, Fraga o Alcampel. No sólo se colectivizaron las tierras, sino que se empredieron
labores colectivas como la residencia de ancianos de Fraga o la recuperación de hospitales (como
en Barbastro o Binéfar, La Casa de Salud Durruti); así como la fundación de escuelas, entre ellas
la Escuela de Militantes Libertarios. Estas obras serían destruidas durante la guerra por las tropas
nacionales.
Para proteger las nuevas organizaciones rurales el comité organiza un pleno regional
extraordinario de representantes sindicales de los pueblos liderados, respaldado por Buenaventura
Durruti. En contra de la opinión del comité nacional de la CNT, fundamentalmente catalán, se crea
el Consejo Regional de Defensa de Aragón.
El 23 de diciembre de 1936, tras recibir en Madrid una comitiva formada por Joaquín Ascaso,
Miguel Chueca y tres líderes republicanos e independientes, el gobierno de Largo Caballero en el
que se habían integrado como ministros cuatro anarquistas (Joan García Oliver, Juan López,
Federica Montseny y Juan Peiró), reconoce la formación del Consejo Nacional de Defensa, órgano
revolucionario en que estaban representados tanto anarquistas como socialistas y republicanos, en
el que la CNT disponía de dos Consejeros.
A mediados de febrero de 1937 se celebra un congreso en Caspe con el propósito de crear una
federación de colectividades regional al que asisten 500 delegados que representan a 80.000
colectivistas del Aragón libertario.
En un pleno de la CNT de marzo de 1937, el comité nacional pedía un voto de censura para la
supresión del Consejo Regional. La amenaza de dimisión de todo el comité regional aragonés lo
impidió. Las Jornadas de Mayo en Barcelona y la caída del gobierno de Largo Caballero seguida
del gobierno de Juan Negrín precipitaron el derrumbe de la experiencia libertaria.
A principios de julio las organizaciones aragonesas del Frente Popular apoyaron públicamente al
Consejo a su presidente, Joaquín Ascaso. Cuatro semanas después la 11ª División de Enrique
Líster entró en la región. El 10 de agosto de 1937 el gobierno repubicano establecido en Valencia
disolvía el Consejo Regional de Defensa de Aragón. La división de Líster se disponía a una
ofensiva en el frente de Aragón, pero también fueron utilizadas para someter a la organización
anarquista y desmontar las estructuras colectivas creadas en los doce meses anteriores.
Otras figuras clave de la época son Francisco Ascaso y Miguel García Vivancos.
Existió también un espíritu de revolución sexual. La organización Mujeres Libres estableció
liberatorios para la prostitución en donde se daba una alternativa a las mujeres que querían dejar
esa actividad. La mujer adquirió un papel que nunca había tenido en la sociedad española hasta
entonces, combatiendo en el frente y trabajando en los tajos, lugares que hasta entonces les
habían sido vedados. El amor libre se popularizó, aunque las suspicacias de algunos padres
hicieron que se creasen los casamientos revolucionarios, ceremonias informales en las que se
hacía constar los emparejamientos, y que podían ser anulados si las partes afectadas no querían
continuar la relación.
La CNT bajo la dictadura franquista
En 1939 la Ley de responsabilidades políticas ilegalizaba la organización y se expropiaban sus
bienes; inmuebles, material, vehículos, cuentas bancarias, empresas colectivizadas y
documentación. Por aquel entonces la CNT contaba con un millón de afiliados y la infraestructura
que la soportaba era amplia.
La CNT funcionó de forma clandestina dentro de España durante el franquismo, dándose también
actividades de cenetistas en el exilio y siguió la lucha contra el régimen de Francisco Franco hasta
1948 a través de algunos maquis. A partir de entonces, posturas divergentes propiciaron un
debilitamiento de la organización que hizo que ésta perdiese influencia entre la población. En 1961
se revitalizó consolidándose a lo largo de las décadas de 1960 y 1970 gracias a la penetración del
ideario anarcosindicalista en organizaciones obreras católicas antifranquistas como Hermandad
Obrera de Acción Católica (HOAC) y Juventud Obrera Católica (JOC).
Durante la Transición
Tras la muerte de Franco en noviembre de 1975 y el comienzo de la Transición, la CNT celebra su
primer congreso desde 1936 así como diversos mitines multitudinarios, el más destacado en
Montjuïc. De sus conclusiones surgirán algunas de las líneas de actuación que marcan su
actividad en los centros de trabajo. No participación en las elecciones sindicales, no
reconocimiento de los comités de empresa, no aceptación de subvenciones estatales o
empresariales, apoyo a la formación de secciones sindicales.
En este primer congreso, celebrado en 1979 en Madrid, un sector minoritario, partidario de las
elecciones sindicales, se escinde y pasa a llamarse CNT Congreso de Valencia (en referencia al
Congreso alternativo realizado en esa ciudad) y posteriormente, perdidas judicialmente las siglas
en abril de 1989, a CGT. Un año después un grupo de afiliados de la CGT se marcha de este
sindicato por recibir subvenciones, y funda Solidaridad Obrera (SO). La CGT se diferencia de la
CNT por su participación en las elecciones sindicales y los comités de empresa, así como por la
aceptación de la figura del liberado sindical. Por ello, al margen de su participación en programas
de formación, y de acuerdo a la legislación vigente, recibe las oportunas subvenciones económicas
fijadas por el Estado. Más allá de personalismos, todas estas cuestiones son causa de polémica
entre las dos organizaciones y la razón última que impide el entendimiento entre ambas.
La CNT se vio afectada un año antes, en 1978, por el Caso Scala, un incendio provocado en una
sala de fiestas barcelonesa. Los cenetistas han mantenido que se buscó criminalizar a la
organización:
Resultaba evidente que la policía no buscaba nada ni a nadie —ya tenían a los culpables— se
trataba simplemente de amedrentar a los cenetistas y de ahuyentar de la organización a miles de
trabajadores afiliados que, si bien se identificaban con la línea sindical de los anarconsindicalistas,
no estaban dispuestos a llegar demasiado lejos en su adhesión, ni mucho menos a desafiar una
represión policial de aquella envergadura. La cosa no era de broma, las noticias de nuevas
detenciones crearon un ambiente de inseguridad en gran parte de la afiliación. Por otra parte, la
certeza de la implicación de la CNT en el atentado fue afianzándose en la opinión pública, lo que
provocó un serio deterioro en la imagen de la organización y de los anarquistas por extensión. Si a
esto añadimos las noticias de agresiones y asaltos por parte de grupos fascistas, que en aquellos
días se incrementaron de forma muy considerable, podemos hacemos una imagen aproximada de
la situación. Ser libertario en aquellos momentos se convirtió en algo bastante desagradable. Los
medios de comunicación lo hicieron impopular, la policía y los grupos de la ultraderecha lo hicieron
peligroso.
Revista Polémica: El Caso Scala. Un proceso contra el anarcosindicalismo
A partir de su legalización, se inicia un movimiento para la reparación de las expropiaciones de
1939, que se concretará en la ley 4/1986 que obligaba a la devolución de los bienes incautados y
el derecho a la cesión y uso de inmuebles por parte de los sindicatos. Desde entonces, la CNT
viene reclamando la devolución de bienes por parte del Estado.
En la década de 1990 se procedió a la ocupación de las instalaciones del Consejo Económico y
Social, con sede en Madrid, organismo encargado de la repartición del patrimonio sindical
acumulado. En el año 2004 se llegó a un acuerdo entre la fiscalía y la CNT por el cual el centenar
de procesados por dicha ocupación quedaban libres con cargos.
En la actualidad
La CNT se opone al modelo de las elecciones sindicales y comités de empresa, y es crítica con
los sindicatos mayoritarios UGT y CC.OO. y las reformas laborales, a la vez que mantiene una
plataforma reivindicativa.
En el año 2005, el gobierno de España continuó la devolución del patrimonio sindical incautado
durante y tras la Guerra Civil a los sindicatos UGT y CNT. Desde algunos colectivos sociales y
medios de comunicación, se calificó esta devolución como una muestra de favoritismo hacia la
UGT, pues en 1936 la afiliación en la central anarcosindicalista era superior a la del otro sindicato y
el gobierno devolvió ese año a la CNT cuatro millones de euros mientras que a la UGT devolvía
una cantidad mucho mayor. La CNT sigue reclamando a día de hoy la devolución de su patrimonio
histórico incautado.
En julio de 2006 se celebró el 70 aniversario de la Revolución Española de 1936, motivo por el
cual la CNT y la FAI organizaron unas jornadas conmemorativas con distintos eventos como
ponencias, debates, proyecciones, exposiciones y actuaciones musicales. (10)
Símbolos y cultura
La CNT, como parte de su interés en una transformación radical de la sociedad, ha pretendido que
la cultura y el libre conocimiento fuesen accesibles a los trabajadores, labor que se ha desarollado
a través del apoyo a los ateneos libertarios. La Escuela de Militantes Libertarios fue una institución
que mediante la pedagogía libertaria pretendía que los "grupos de adolescentes pudieran adquirir
los conocimientos y la responsabilidad personal imprescindible para servirlas a las colectividades
como animadores y contables". A través de la Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo
la CNT gestiona su patrimono cultural, edita libros y organiza charlas y coloquios. También desde
algunas secciones de la CNT se ha apoyado y promovido el esperanto.
La bandera de la CNT es la tradicional del anarcosindicalismo que une en diagonal, como
negación del nacionalismo y reafirmación del internacionalismo, el color rojo del movimiento obrero
y el negro del anarquismo.
El himno de la CNT es la célebre canción conocida como A las barricadas, compuesta por el poeta
polaco Wacław Święcicki en 1883 con el nombre de Warschawjanka y cuya letra fue adaptada al
castellano por Valeriano Orobón Fernández, publicándose junto a unos arreglos musicales para
coro mixto de Ángel Miret en 1933.
Los aficionados a la filatelia pueden disfrutar de los sellos con motivos de la CNT que se emitieron
durante la Guerra Civil Española. También existe una amplia variedad de carteles de este periodo,
entradas de cine y otros objetos de coleccionista relacionados con las empresas que fueron
colectivizadas durante la Revolución Española de 1936.
George Orwell, que luchó en la Guerra Civil Española en las milicias del POUM —un partido
marxista revolucionario cuyos militantes fueron aliados de la CNT durante la revolución y al que
pertenecía el que fuera antiguo secretario general del sindicato Andrés Nin— describió en su libro
Homenaje a Cataluña los días de la Barcelona volcada con la CNT y el anarquismo. En el capítulo
noveno del mencionado libro comenta que "De acuerdo con mis preferencias puramente
personales, me hubiera gustado unirme a los anarquistas".
Robert Capa retrató la muerte del miliciano Federico Borrell García durante la Guerra Civil
Española en la instantánea titulada Muerte de un miliciano, fotografía que ha dado la vuelta al
mundo y se ha convertido en una imagen mítica que muestra la fatalidad de la guerra.
En 1936 se colectivizó la industria cinematográfica de tal manera que se produjeron cortometrajes
como En la brecha (1937). La CNT se ha visto reflejada en el cine español reciente a través de la
película Libertarias (1996) de Vicente Aranda en la que se muestra a un grupo de milicianas en el
frente de Aragón durante la Guerra Civil Española.
Descargar