Autor: Jorge Derio Camacho Zapiain Institución de procedencia: Poder Judicial del Estado de Michoacán Título La sucesividad en el compurgamiento de las penas en el ordenamiento jurídico local Planteamiento del problema En motivo de la entrada en funciones de los jueces de ejecución de sanciones penales en el estado de Michoacán, los sentenciados han solicitado ante estas autoridades jurisdiccionales, se compurguen sus penas de prisión en forma sucesiva, aún cuando éstas son impuestas por diversos delitos en diferentes causas penales en las cuales los hechos no son conexos, similares o derivados unos de otros. La ley de ejecución de sanciones penales del estado, ni su reglamento, regulan la forma en que deben de compurgarse las penas privativas de la libertad, sobre todo en esos supuestos. Ello, no puede ser impedimento para que los juzgadores se abstengan de resolver al respecto, pues incluso, el artículo 185 del Código Penal del estado señala que “comete el delito de abuso de autoridad todo servidor público o comisionado, sea cual fuere su categoría cuando: …XI. Como encargados de administrar justicia bajo cualquier pretexto, aunque sea el de obscuridad o silencio de la ley, se nieguen a despachar o dar trámite a un negocio pendiente ante ellos;…”. Luego, resulta de suma importancia resolver sobre las peticiones de esa naturaleza, y hacerlo con argumentos sólidos, a fin de brindar una mayor seguridad al gobernado. Planteamiento y formulación de hipótesis Tendrá como finalidad la presente investigación (si bien no con la profundidad que se requiere), realizar un análisis sobre la forma en que puede solucionarse la laguna jurídica respecto a la falta de regulación en relación al compurgamiento de las penas privativas de la libertad. En ese sentido, se determinará la viabilidad de resolverlo de la misma forma que se contempla en el orden federal. El orden jurídico estatal como parte del sistema jurídico mexicano De acuerdo con Eduardo García Máynez, “todo precepto de derecho pertenece a un sistema normativo. Tal pertenencia depende de la posibilidad de referir directa o indirectamente la norma en cuestión a otra u otras de superior jerarquía y, en última instancia, a una norma suprema, llamada constitución o ley fundamental. Todos los preceptos que se hallan mediata o inmediatamente subordinados a la Constitución Mexicana, por ejemplo, forman parte del sistema jurídico de nuestro país.”1 Así, el ilustre maestro señala que desde el punto de vista de la pertenencia o no pertenencia a un ordenamiento cualquiera, los preceptos del derecho se dividen en nacionales y extranjeros. Por otra parte, en relación a la clasificación de las normas jurídicas desde el punto de vista de su jerarquía, el destacado jurista refiere que los preceptos que pertenecen a un sistema jurídico pueden ser del mismo o de diverso rango. En la1a primera hipótesis hay entre ellos una relación de coordinación; en la segunda, un nexo de supra o subordinación. La existencia de relaciones de este último tipo permite la ordenación escalonada de aquellos preceptos y revela, al propio tiempo, el fundamento de su validez. El orden jerárquico normativo de cada sistema de derecho se compone de los siguientes grados: 1. Normas constitucionales. 2. Normas ordinarias (de organización y de comportamiento). 1 García Máynez, Eduardo. Introducción al estudio del derecho. Editorial Porrúa. 62ª edición reimpresión. México 2010. Pág. 79 2 3. Normas reglamentarias. 4. Normas individualizadas. Respecto a la jerarquía de normas en nuestro derecho, la Corte ha sostenido que la Constitución Federal y las leyes que de ella emanen, así como los tratados celebrados con potencias extranjeras, hechos por el presidente de la República con aprobación del Senado, constituyen la Ley Suprema de toda la Unión, debiendo los jueces de cada Estado arreglarse a dichos ordenamientos, a pesar de las disposiciones en contrario que pudiera haber en las Constituciones o en las leyes locales.2 Ahora bien, de lo anterior se colige en primer término, que el orden jurídico local forma parte del sistema jurídico mexicano, en el que aquél se encuentra en un segundo plano respecto de la Constitución Federal, de las leyes que de ella emanan y de los tratados internacionales. La compurgación de las penas en el orden federal El artículo 25 del Código Penal Federal establece: “La prisión consiste en la privación de la libertad corporal. Su duración será de tres días a sesenta años, y sólo podrá imponerse una pena adicional al límite máximo cuando se cometa un nuevo delito en reclusión. Se extinguirá en las colonias penitenciarias, establecimientos o lugares que al efecto señalen las leyes o la autoridad ejecutora de las penas, ajustándose a la resolución judicial respectiva. La privación de libertad preventiva se computará para el cumplimiento de la pena impuesta así como de las que pudieran imponerse en otras cusas, aunque hayan tenido por objeto hechos anteriores al ingreso a prisión. En este caso, las penas se compurgarán en forma simultánea.” 2 Ver Tesis 1a./J. 80/2004, emitida por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y publicada en la página 264, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XX, Octubre de 2004. 3 En tanto que el diverso numeral 64, del mismo ordenamiento legal, señala: “En caso de concurso ideal, se aplicará la pena correspondiente al delito que merezca la mayor, que se aumentará hasta una mitad del máximo de su duración, sin que pueda exceder de las máximas señaladas en el Título Segundo del Libro Primero, con excepción de los casos en que uno de los delitos por los que exista concurso ideal sea de los contemplados en la Ley General para Prevenir y Sancionar los Delitos en Materia de Secuestro, Reglamentaria de la fracción XXI del artículo 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, supuesto en el cual se aplicarán las reglas de concurso real. En caso de concurso real, se impondrán las penas previstas para cada uno de los delitos cometidos, sin que exceda de las máximas señaladas en el Título Segundo del Libro Primero. Si las penas se impusieran en el mismo proceso o en distintos, pero si los hechos resultan conexos, o similares, o derivado uno del otro, en todo caso las penas deberán contarse desde el momento en que se privó de libertad por el primer delito. En caso de delito continuado, se aumentará de una mitad hasta las dos terceras partes de la pena que la ley prevea para el delito cometido, sin que exceda del máximo señalado en el Título Segundo del Libro Primero.” Ahora bien, de lo anterior se colige, como lo ha referido la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación3, que en caso de que se impongan penas privativas de la libertad por diversos delitos en diferentes causas penales en las cuales los hechos no son conexos, similares o derivados unos de otros, aquéllas deben compurgarse sucesivamente. Por tanto, tal situación jurídica se encuentra prevista y resuelta por el ordenamiento federal. Las lagunas del derecho y su solución 3 Tesis 1a./J. 8/2007, emitida por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y consultable en la página 192, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXVIII, Septiembre de 2008. 4 La ley de ejecución de sanciones penales del estado de Michoacán, ni su reglamento, hacen referencia a la forma en la que deben de compurgarse las penas privativas de la libertad, lo que implica, sin duda, una laguna jurídica o del derecho.4 Sobre las formas de resolver las lagunas, señala García Máynez que “lo primero que el intérprete ha de investigar es si en el ordenamiento legal a que se halla sometido existen o no reglas generales de integración. Si existen, deberá sujetarse a ellas; en el caso opuesto, habrá de aplicar los procedimientos que la ciencia jurídica le brinda. Lo dicho demuestra que no es indispensable que en un ordenamiento legal figuren aquellas reglas, para que la tarea jurisdiccional pueda cumplirse. Como el juez tiene en todo caso el deber de resolver las contiendas, dentro del ámbito de sus atribuciones, la insuficiencia de la ley no puede relevarlo de tal obligación”5. Y refiere como los métodos de integración más importantes, en primer lugar, la analogía, para tratar enseguida de la equidad y los principios generales del derecho. Por su parte, Recasens Siches dice que “en primer lugar, el juez debe tratar de extraer de los principios generales formulados en el ordenamiento positivo los criterios que sean aplicables al caso sobre el que tiene que decidir y que parecía no estar especialmente previsto. Y si esto no fuese posible, si el juez no lograse un resultado mediante tal procedimiento, entonces el juez deberá intentar obtener una decisión mediante el método de analogía…”6. Y más adelante dice: “pero cuando el juez fracasa en su búsqueda de algún criterio que figure ya como perteneciente al orden jurídico positivo formalmente válido, 4 Para Ricardo Guastini “se define una laguna en uno u otro de los modos siguientes: a) en un sistema jurídico existe una laguna siempre que un determinado comportamiento no esté deónticamente calificado en modo alguno por una norma jurídica perteneciente al sistema; o bien b) en un sistema jurídico existe una laguna siempre que para un determinado supuesto de hecho no esté prevista alguna consecuencia jurídica por una norma perteneciente al sistema.” Ver Guastini Ricardo. Antinomias y Lagunas. http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/jurid/cont/29/cnt/cnt22.pdf Pág. 446 “Rolando Tamayo y Salmorán explica que en literatura jurídica por laguna del derecho se entiende la circunstancia en que en un orden jurídico determinado no existe disposición aplicable a una cuestión jurídica (caso, controversia). Para Carlos Santiago Nino hay una laguna del derecho cuando el sistema jurídico carece respecto de cierto caso de toda solución normativa. El propio autor, citando a Alchourrón y Bulygin, agrega que no tiene sentido hablar de lagunas del derecho si no se hace referencia a un cierto sistema jurídico y a un caso determinado. Imerio Jorge Catenacci dice que hay laguna cuando un caso no ha sido previsto por el legislador. La laguna normativa es aquella en que el caso no se haya previsto ni resuelto por las normas vigentes.” Castillo Garrido, Salvador. Lagunas del derecho y el dogma de la plenitud del sistema jurídico. Revista del Instituto de la Judicatura Federal. http://www.ijf.cjf.gob.mx/publicaciones/revista/27/3%20Lagunas%20del%20derecho_Revista%20Judicatura .pdf Págs. 38 y 39 5 Ob. Cit. García Máynez, Eduardo. Pág. 366 6 Recasens Siches, Luis. Introducción al estudio del derecho. Editorial Porrúa. Décimo sexta edición. México, 2009. Pág. 206 5 entonces el juez, quiéralo o no, gústele o no, deberá acudir a una operación de estimativa ideal, de axiología, de valoración; es decir, deberá acudir a lo que considere como principios ideales del Derecho, compatibles con los principios que inspiran al orden jurídico-positivo en cuestión.”7 Cabe resaltar que no pasa por desapercibido el contenido del párrafo tercero del artículo 14 Constitucional que dice: “…en los juicios del orden criminal queda prohibido imponer, por simple analogía, y aún por mayoría de razón, pena alguna que no esté decretada por una ley exactamente aplicable al delito de que se trata.”; sin embargo tal disposición, lo que prohíbe no es la interpretación, sino la aplicación analógica de penas. Bobbio –citado por el magistrado Castillo Garrido8- explica que se utilizan los procedimientos de heterointegración y autointegración. El primero se realiza recurriendo a ordenamientos diversos o a fuentes distintas, como la costumbre o el denominado derecho judicial en el sistema anglosajón. En tanto, que el segundo se hace acudiendo al mismo ordenamiento o a otros pero en grado menor. La autointegración se vale de la analogía y de los principios generales del derecho. La analogía como método de solución de las lagunas jurídicas Ahora bien, como vimos anteriormente, en el orden federal, se regula lo relativo al compurgamiento de las penas, precisamente en los artículos 25 y 64 del Código Penal Federal, en los que, como lo dijo la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de una interpretación sistemática de los artículos en referencia, se obtiene que en caso de que se impongan penas privativas de la libertad por diversos delitos en diferentes causas penales en las cuales los hechos no son conexos, similares o derivados unos de otros, aquéllas deben compurgarse sucesivamente, por lo que en la imposición de las penas opera la sucesividad de las mismas. Entre los argumentos esgrimidos por el máximo tribunal se sostiene que con ello se atiende al objetivo de la pena, como medida aflictiva para quien realiza una conducta delictuosa, la cual también debe ser preventiva e inhibir las conductas antisociales, pues estimar lo contrario, es decir, que la compurgación simultánea de las penas se refiere a las que son impuestas como sanción, las haría nugatorias en tanto que de manera indebida se reduciría considerablemente el tiempo de reclusión.9 7 Ibid. Pág. 207 Ver ob cit. Castillo Garrido, Salvador. Pág. 39 9 Ver. Ob cit. Tesis de jurisprudencia 1a./J. 8/2007 8 6 Por otra parte, como también antes se hizo ver, el ordenamiento jurídico local no regula lo concerniente al compurgamiento de las penas privativas de la libertad. Por lo que en este apartado se analizará si es viable utilizar el método analógico para resolver tal falta de regulación jurídica. En ese contexto, para García Máynez10, la analogía consistente en aplicar a un caso no previsto la disposición concerniente a una situación prevista, cuando entre ésta y aquél hay semejanza y existe la misma razón jurídica para resolverlos de igual manera, tal procedimiento queda fuera del ámbito de la labor interpretativa, ya que sólo hay interpretación cuando existe un precepto al cual dicha tarea pueda referirse. Recasens Siches refiere por su parte, que el método de analogía consiste “…en trasladar a una situación de hecho a un regla b, que no le es directamente referible, pero que se relaciona con una análoga situación de hecho. Es decir, la analogía se funda no sobre la identidad de los hechos jurídicos sino sobre la identidad del motivo de la norma; esto es, descubre que dos casos suscitan análoga valoración y, entonces, emplea en uno de ellos (al no previsto explícitamente) la ley dictada para otro; pues la comparación entre los dos muestra que debe haber un mismo criterio de valoración.”11 Ahora bien, en primer término, atendiendo al mecanismo lógico del razonamiento de analogía expuesto por García Máynez12, tenemos que entre los supuestos de hecho debe haber semejanza. Como supuesto de hecho tenemos la regulación o falta de regulación respecto al caso de que se impongan penas privativas de la libertad por diversos delitos en diferentes causas penales en las cuales los hechos no son conexos, similares o derivados unos de otros. En este punto debemos advertir que los supuestos de hecho que se presentan en el orden federal y en el orden local son semejantes, es decir, coinciden en ciertos aspectos que son comunes a ambos, ya que lo mismo puede ocurrir que se impongan dos penas privativas de la libertad por delitos –ambos del orden federal- en diferentes causas penales en las cuales los hechos no son conexos, similares o derivados unos de otros. Como también puede ocurrir que se impongan dos penas privativas de la libertad por delitos –ambos del orden local- en diferentes causas penales en las cuales los hechos no son conexos, similares o derivados unos de otros. Tales supuestos de hecho, sin embargo, no son idénticos, pues en el primer caso son del orden federal y por tanto, la ley aplicable es el Código Penal Federal. En el segundo caso, 10 Ver ob. cit. García Máynez, Eduardo. Pág. 367. Ob. cit. Recasens Siches, Luis. Págs. 206 y 207 12 Cfr. ob. cit. García Máynez, Eduardo. Págs. 367, 368, 369 y 370. 11 7 toda vez que se trata de penas privativas de la libertad del orden local, la ley que aplica es el Código Penal del estado. En segundo término, tenemos que uno de los supuestos de hecho se encuentra previsto en la ley, el otro no. Lo cual ocurre en el caso que nos ocupa, pues, mientras que en el orden federal queda claro que en caso de que se impongan penas privativas de la libertad por diversos delitos en diferentes causas penales en las cuales los hechos no con conexos, similares o derivados unos de otros, aquéllas deben compurgarse sucesivamente. En tanto, en el orden local tal situación no se encuentra regulada.Enseguida, tenemos que debe existir la misma razón jurídica para resolver tales supuestos de hecho de igual manera. En este sentido, tenemos que entre las razones que tuvo la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para interpretar los referidos artículos 25 y 64 del Código Penal Federal, en la forma en que lo hizo, fue “porque con ello se atiende al objetivo de la pena, como medida aflictiva para quien realiza una conducta delictuosa, la cual también deben ser preventiva e inhibir las conductas antisociales, pues estimar lo contrario, es decir, que la compurgación simultánea de las penas se refiere a las que son impuestas como sanción, las haría nugatorias en tanto que de manera indebida se reduciría considerablemente el tiempo de reclusión. Razón la cual se justifica en la teoría de la pena, la cual, si es aplicable cuando se cometen dos o más delitos del orden federal, también lo debe ser cuando se cometen dos o más delitos del orden local; al menos, por ahora, no encuentro justificación para tratar, en este aspecto, diferente la situación cuando los activos cometen dos delitos del orden federal, que cuando cometen dos delitos del orden local. Por tanto, se estima que es viable aplicar el método analógico para resolver el vacío de ley que existe en el ordenamiento jurídico local, respecto al tema que nos ocupa. Los principios generales del derecho como medio de solución de lagunas jurídicas y el principio pro persona En relación a los principios generales del derecho como solución de las lagunas jurídicas, el suscrito se adhiere a lo señalado por el Magistrado Salvador Castillo Garrido13, en el sentido de que no hay opinión unánime ni en el foro ni en los tribunales acerca de la identificación o reconocimiento de esos principios generales de derecho, por lo que se abre a cierto margen de arbitrariedad para que cada cual haga esa identificación o determinación, para proponer o para dar solución a un caso concreto. Lo que demuestra –señala- la 13 Cfr. Ob cit. Castillo Garrido, Salvador. Pág. 45. 8 necesidad de que en el caso de que se utilice un principio general del derecho para dirimir una controversia que el juzgador explique porqué recurre a tal principio y porqué descarta otros; asimismo que demuestre la pertinencia de la aplicación del principio invocado al caso concreto, con cierta garantía de que si sobreviene un caso similar habrá que adoptarse el mismo criterio por ese juez o tribunal.La Corte14 se ha pronunciado sobre el tema en el sentido de que el problema de determinar lo que debe entenderse por “principios generales del derecho” siempre ha presentado serios escollos y dificultades, puesto que se trata de una expresión de sentido vago e impreciso. En razón de lo anterior, se estima que los principios generales del derecho como medio de solución de lagunas jurídicas, debe emplearse cuando otros medios, no las solucionan, dada la disparidad de criterios con respecto al contenido y alcance de aquellos. Finalmente en relación al principio pro persona, contenido en el artículo 1° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, cabe resaltar que tal principio, de conformidad con la doctrina en general, puede manifestarse en las siguientes tres formas: 1) La aplicación de la norma más favorable. Este supuesto se actualiza cuando a una determinada situación concreta le puede ser aplicable dos o más normas vigentes. En este caso se aplica la norma que resulte más protectora para la persona. 2) La conservación de la norma más favorable. Se refiere a la sucesión de normas. Cuando una norma deja de tener vigencia por la expedición de una nueva norma. Tal norma derogada, aún cuando ya no tiene vigencia, si contiene una protección más amplia, se aplicará. 3) Interpretación con sentido tutelar más favorable cuando existan distintas formas de interpretación para una norma. Advirtiéndose claramente de lo anterior, que tales supuestos no son aplicables en el asunto que nos ocupa. Conclusiones 14 Tesis visible en la página 2642, del Semanario Judicial de la Federación, Tomo LV, emitida por la Tercera Sala, en la Quinta Época. 9 Como hemos visto, la legislación local, a diferencia de la federal, no regula lo concerniente al compurgamiento de las penas, concretamente cuando éstas se imponen por diversos delitos en diferentes causas penales en las cuales los hechos no son conexos, similares o derivados unos de otros. Se pudo conocer también que las lagunas jurídicas pueden resolverse de diferentes formas. Los autores a los que se hicieron referencia coincidieron en señalar como tales medios, entre otros, la analogía y los principios generales del derecho. De un análisis somero, pudimos saber que los supuestos de hecho (sobre el compurgamiento sucesivo de las penas) contenidos en el orden federal y local, son semejantes. Que uno de ellos se encuentra previsto y regulado en la ley, el otro no. Y, que existen razones, se habló de una pero sólida, para resolver tales supuestos de hecho de igual manera. En relación a los principios generales del derecho, se consideró que los mismos, como medio para solucionar lagunas jurídicas, deben emplearse como el último recurso, dada la disparidad de criterios con respecto a su contenido y alcance. Por lo que ve en particular al principio pro persona, este resulta inaplicable en el asunto que nos ocupa. 10