El hada azul y el hado amarillo

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El hada azul y el hado amarillo
Había una vez un hada de alas azules que se sentía muy sola, rodeada siempre de bosques de color gris.
Se pasaba los días pensando cómo podría hacer para llenar de color aquellos árboles tan grises, como conseguir
que las hojas fueran de colores y llenar todo de felicidad.
Tocaba con sus alas los troncos, las hojas, las ramas…. Pero nunca cambiaban de color, a veces parecía que se
volvían un poquito azules, pero al día siguiente estaban grises otra vez.
Pero un día, entre los árboles grises vio algo amarillo, era como el sol y brillaba muy cerca. La hada de alas azules
voló hacia aquel brillo amarillo y descubrió que no era el sol sino unas alas iguales a las suyas pero de color
amarillo.
Al principio se quedó escondida, su madre siempre le decía que no podía hablar con desconocidos.
De repente las alas amarillas desaparecieron y otra vez el bosque se volvió gris.
Al día siguiente, volvió a ver esas alas amarillas, voló despacito y se quedó escondida cuando algo le tocó la
espalda.
-Ahhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!!!
Dio un grito tan alto, tan alto, tan alto que todo el bosque se asustó.
Pero pronto le pasó el miedo a la hada de alas azules cuando descubrió que era un hado de alas amarillas. Su
madre le dijo que un día lo encontraría y podría dar color a los bosques.
El hado de alas amarillas también sabía quién era ella, su padre le dijo que tenía que buscar a la hada de alas
azules.
Los dos empezaron a hablar y volaron juntos durante minutos, horas y días. Volaron el lunes, el martes, el
miércoles, el jueves, el viernes, el sábado y… el domingo decidieron probar una cosa.
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Juntaron sus alas con una hoja de un
árbol y de repente se volvió verde! Fue
tan divertido que empezaron a volar y a
tocar todo el bosque con sus alas y
todo el bosque se volvió verde, un
verde más azul si ella tocaba más con
sus alas y un verde más amarillo si era
él quién más tocaba.
¡Al día siguiente el bosque seguía
verde! ¡Todo era alegre y ellos eran
muy felices! Así que extendieron su
magia a todos los amarillos y azules
para que, cuando se tocaran, crearan el
color verde.
Esta historia fue verdad, ¿Quieres
comprobarla? Corre al estuche, coge el
color azul y el amarillo y pinta uno
sobre otro en un papel. Tú mismo
descubrirás si es verdad o no. Y cuando
veas un árbol verde, solo tú sabrás
porque es verde y no azul o amarillo.
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