hora de la familia - Universidad Católica Argentina

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HORA DE LA FAMILIA
Tema Central de la Semana de la Familia:
“Elige, pues, la vida” (Dt 30,19)
Publicación de:
COMISIÓN EPISCOPAL PASTORAL PARA LA VIDA Y LA FAMILIA (CNBB) - Brasil
COMISIÓN NACIONAL DE PASTORAL FAMILIA (CNPF) - Brasil
SUMARIO
Presentación……………………………………………2
Parte I
Encuentros
1º Tema:
2º Tema:
3º Tema:
4º Tema:
5º Tema:
6º Tema:
7º Tema:
8º Tema:
Vida: Don de Dios………………………………………3
El valor inalienable de la vida humana…………….…..5
Familia: Santuario de la vida………………………..…7
La transmisión de la vida……………………………….9
El amanecer de la vida………………………………...11
La educación para la vida……………………………..13
El atardecer de la vida…………………………….…...15
Jesucristo: principio y fin de vida……………….….....17
Parte II
Celebraciones diversas
Celebración para el Día de la Madre……………...…..19
Celebración para el Día de los Abuelos….…….….…..22
Celebración para el Día del Padre……….….…….…..25
Celebración para el Día del Nascituro…….………......28
Celebración para el Día de Todos los Santos…..….….30
Celebración para el Día de la Sagrada Familia…...….33
Oración Final…………………………………………..36
1
PRESENTACIÓN
Está en nuestras manos un volumen más de “Hora de la Familia”. Que esta obra pueda circular verdaderamente de
mano en mano, de familia en familia, de comunidad en comunidad. Que sea como nuestro compañero, nuestro
buen amigo en la defensa de la vida y de la familia.
Gracias a Dios y a nuestros colaboradores y colaboradoras, la Hora de la Familia ya forma parte de nuestra
historia, de nuestra Pastoral Familiar, principalmente en lo que se refiere a la Semana Nacional de la Familia.
La temática central es la “Defensa de la Vida”. Vida y Familia son inseparables. Nuestros hogares deben ser nidos
de la vida, “cuna de la vida y de vocaciones”, tema que profundizaremos en el XII Congreso Nacional de Pastoral
Familiar en Río de Janeiro.
El papa Benedicto XVI en el Discurso Inaugural de la Conferencia de Aparecida señaló que la Pastoral Familiar
debe ser “intensa y vigorosa” en toda América Latina. Precisamos ser fieles a esta determinación del Santo Padre.
Invito, pues, a todos nuestros asesores, agentes de la Pastoral Familiar, obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas,
laicos y laicas a que se dediquen en cuerpo y alma, en la defensa de la Vida y de la Familia y al compromiso por
la Pastoral Familiar.
Dom Orlando Brandes
Arzobispo de Londrina-PR
Presidente de la Comisión Episcopal
para la Vida y la Familia (CNBB)
2
1er. TEMA
VIDA: DON DE DIOS
Bienvenida
D- Con alegría, iniciamos la Semana Nacional de la Familia. Dios es la fuente de la vida. La Sagrada Escritura
nos demuestra: “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios. En el principio, él
estaba con Dios. Todo fue hecho por medio de él y sin él nada fue hecho” (Jn 1,1-3). Todo pasó a existir por
designio benevolente de Dios. Él creó todo libremente y por amor. De Él, todos dependemos, tanto los seres
celestiales como los terrestres. Afirmamos, principalmente, que el hombre y la mujer no son autores de su propia
vida. Por eso, ellos no pueden sentirse sus propietarios. Nuestra vida pertenece a Dios. Ella nos fue dada como
don y debe ser bien administrada por cada uno. Escoger la vida es cuidar de todas las criaturas, especialmente de
nosotros mismos. Agradecidos al Señor, iniciemos nuestra celebración.
Canto de Apertura (a elección)
Señal de la Cruz
D- En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
T- Amén.
D- ¡Sean todos bienvenidos! ¡Que la gracia de Dios, nuestro Padre, el amor de Jesucristo, nuestro Señor, y la
comunión del Espíritu Santo estén con vosotros!
T- ¡Bendito sea Dios que nos reunió en el amor de Cristo!
Momento penitencial
D- Humildemente, reconozcamos nuestros pecados contra la vida y pidamos perdón de Dios: Señor, por las veces
que no promovemos y defendemos la vida, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Señor, ten piedad de nosotros!
D- Cristo, por las veces que nuestra soberbia nos cerró a la gratuidad divina y nos tornamos indiferentes con el
prójimo, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Cristo, ten piedad de nosotros!
D- Señor, por las veces que usamos de modo desordenado los bienes de la creación, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Señor, ten piedad de nosotros!
D- Dios, fuente de vida, tenga compasión de nosotros, perdone nuestros pecados y nos conduzca a la vida eterna.
T- Amén.
Oremos
D- Dios, autor y fuente de toda vida, acompaña con tu providencia a todas las criaturas, y ayúdanos a proclamar
con alegría las maravillas de tu amor. Por Cristo, nuestro Señor.
T- Amén.
Proclamación de la Palabra de Dios (Gn 1,1-27)
Lectura del Libro del Génesis, capítulo 1, versículos 1 a 27.
Reflexionando sobre la Palabra de Dios
L2- Contemplamos en el texto proclamado un acto libre y de amor de Dios por todos nosotros. Se trata de la
Creación. Todo pasó de la no-existencia a la vida.
L1- La vida de todas las criaturas tienen su fuente en el Señor.
L2- La fe cristiana nos enseña que el Padre creó todo por el Hijo y en el Espíritu Santo. La creación es obra de la
Santísima Trinidad.
L1- Todo fue hecho en plena armonía. Cada ser posee su importancia y función en el universo Y todos pertenecen
a Dios; el día, la noche, el cielo, la tierra, los mares, las semillas, el sol, la luna, las aves, los peces, los animales
domésticos, las bestias de los campos y, por fin, el hombre y la mujer.
L2- ¡Que alegría! Y el propio Dios vio que todo era muy bueno. Gran regalo divino para nosotros.
L1- La bondad de toda criatura nace de Dios, se sustenta en Él y tiende a Él.
L2- De entre todas las criaturas, destacamos la belleza del hombre y de la mujer. Así nos sentimos en comunión
con la Iglesia.
3
L1- La vida humana es don divino, no propiedad nuestra. Debemos administrarla bien, con compromiso y
responsabilidad. Nadie está exento de este empeño.
L2- Además de velar por la propia vida, el ser humano posee responsabilidad primordial por la defensa y
promoción de la vida de todos los demás seres. He aquí la cuestión ecológica, tan urgente de ser asumida por
todos nosotros. Y tal meta no puede ser alcanzada, a no ser por un retorno a la fuente originaria de cada uno de
nosotros.
L1- ¡Cuidemos juntos de la obra de las manos de Dios!
Preguntas para reflexión
1) ¿Qué significa creer que la Creación es obra de Dios?
2) ¿Estamos comprometidos en la promoción y la defensa de la vida de las criaturas?
3) ¿Qué podemos todavía hacer para mostrar que todo lo que fue creado por Dios es muy bueno?
Plegarias de la Comunidad
A cada invocación, respondemos: ¡Señor escucha nuestra oración!
1) Para que contemplemos en la Creación, la belleza del Creador, recemos:
2) Para que la vida de cada criatura sea amada y respetada por todos nosotros, recemos:
3) Para que la persona humana, imagen y semejanza de Dios, sea valorada en su dignidad, recemos:
4) Para que, en medio de esta vida pasajera, descubramos que nuestra Patria es el Cielo, recemos:
(Plegarias espontáneas)
D- Todo eso te pedimos, Padre, por Jesucristo, tu Hijo, en la unidad del Espíritu Santo.
T- Amén.
Padrenuestro y saludo a Nuestra Señora.
D- Padre nuestro que estás en el Cielo…
Oración final para todos los días
D- Dios de amor eterno, tú que todo lo creaste libremente, no dejes de guardarnos en esta historia, a fin de que
manifestemos a todos tu bondad expresa en la criaturas. Por Cristo nuestro Señor.
T- Amén.
Bendición del día: para los padres y las madres.
D- Dios de bondad y de poder, de quien toda paternidad procede, derrama tu bendición sobre todos los padres y
las madres, a fin de que, colaborando contigo en la transmisión de la vida, reciban la justa recompensa. Por Cristo
nuestro Señor.
T- Amén.
Canto de Despedida (a elección)
Avisos
Saludo Final
Todos se saludan con un abrazo de paz y se despiden.
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2do. TEMA
EL VALOR INALIENABLE DE LA VIDA HUMANA
Bienvenida
D- Que Dios es la fuente y el Autor de la vida, ya lo afirmamos. Todo a Él pertenece, especialmente la vida del
hombre y de la mujer. La vida humana posee un valor sagrado. Ella es anterior a todos los valores humanos. Es
como el fundamento donde todo se apoya. Recordemos que ella es don divino y requiere empeño de todos
nosotros en su edificación. Promover y defender la vida humana desde su inicio hasta su fin natural, es un grave
deber de conciencia de cada persona. Con la ayuda de la gracia de Dios, y nuestro esfuerzo, seamos fieles a esa
misión confiada por el Creador. Colaboremos con él para que, tanto la vida humana, como la vida en todas sus
dimensiones prevalezca sobre la muerte. Elegir la vida es considerarla valor primordial entre todos los demás.
Alegremente, iniciemos nuestra celebración.
Canto de Apertura (a elección)
Señal de la Cruz
D- En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo
T- Amén
D- ¡Sean bienvenidos! ¡Que la gracia de Dios, nuestro Padre, el amor de Jesucristo, nuestro Señor, y la comunión
del Espíritu Santo estén con vosotros!
T- ¡Bendito sea Dios que nos reunió en el amor de Cristo!
Momento penitencial
D- De corazón contrito y humilde, reconozcamos nuestras culpas y pidamos perdón a Dios.
D- Señor, por las veces que no reconocemos el valor inviolable de la vida humana, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Señor, ten piedad de nosotros!
D- Cristo, por las veces que ofendemos a nuestro prójimo, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Cristo, ten piedad de nosotros!
D- Señor, por las veces que perdemos la alegría de vivir, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Señor, ten piedad de nosotros!
D- Dios, lleno de amor y misericordia, ten compasión de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida
eterna.
T- Amén.
Oremos
D- Dios de amor eterno, mira la fragilidad de nuestra existencia y socorremos con tu gracia, para que la vida que
de Ti recibimos sea valorizada por todos. Por Cristo, nuestro Señor.
T- Amén.
Proclamación de la Palabra de Dios: Jn 2, 1-7
L1- Lectura del libro de Juan, cap. 2, vers. 1 a 7.
Reflexionando sobre la Palabra de Dios
L1- Encontramos en ese texto un gesto sobresaliente. Tenemos a Juan, siervo íntegro de Dios. Incluso delante de
las pruebas (Jn 1,3-22) permitidas por Dios (Jn 1,11) y provocadas por Satanás, Juan no comete pecado y no
imputa nada de indigno contra Dios (Jn 1,22). Incluso herido en la propia carne, con la lepra tornándolo impuro
(Jn 2,8), él permanecerá fiel al Señor.
L1- Es de destacarse que Yahvé permite a Satanás hacer tantos males a Juan, menos quitarle su vida (Jn 2,6).
L2- La vida humana es valor bien exclusivo de Dios. Nadie puede quitarla de sus manos. Él es su autor. Él la
sustenta. A Él nuestra vida tiende.
L1- Por ello, la vida humana es una realidad sagrada. Ella nos es confiada por el Señor, para que la guardemos
con responsabilidad y llevarla a la perfección, en el amor de nosotros mismos hacia Él y a los hermanos.
L2- Impidiéndole a Satanás tocar la vida de Juan, Dios nos revela el valor inalienable de ésta.
L1- La vida humana no tiene precio. Nadie consigue comprar siquiera un día de ella.
L2- Todos los demás valores que direccionan nuestra existencia dependen y se apoyan en la vida.
L1- Así, nadie debe, de modo arbitrario, reivindicar el derecho de decidir sobre quitar o no su propia vida y la de
los otros, independientemente del estadio en que ella se encuentre.
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L2- Defendamos y promovamos la vida humana, don sagrado de Dios confiado a nosotros, y así estaremos
colaborando con Él.
Preguntas para reflexión
1. ¿Reconocemos el valor sagrado de la vida humana?
2. ¿Creemos que la vida humana es don de Dios confiado a nosotros?
3. ¿Qué hacemos de concreto para valorizar la vida humana?
Plegarias de la Comunidad
D- A cada invocación, respondemos: ¡Señor, óyenos!
1. Para que la Iglesia, Madre y Maestra, proclame siempre con más coraje, el valor sagrado de la vida huata,
recemos:
2. Para que los gobernantes promuevan, sin miedo, la cultura de la vida, recemos:
3. Para que la fuerza de vida venza las tantas amenazas que nos circundan en nuestra sociedad, recemos:
4. Para que la vida humana, don de Dios, sea acogida con amor y responsabilidad por todos nosotros, recemos:
(Plegarias espontáneas)
D- Recibe, Padre, nuestros pedidos, por Cristo, nuestro Señor.
T- Amén.
Padrenuestro y saludo a Nuestra Señora
D- Padre nuestro que estás en el Cielo… Ave María, llena de gracia…
Oración final para todos los días
D- Dios, nuestro Padre, te agradecemos por la vida que nos diste. Humildemente, te pedimos: ayúdanos a
valorizar concretamente este magnífico don en el cotidiano de nuestra historia. Por Cristo, nuestro Señor.
T- Amén.
Bendición del día: para los niños
D- Dios de infinita bondad, que amas cariñosamente a todos nosotros y nos llamas a convertirnos en niños,
bendice la vida de todos ellos, para que, en la fragilidad presente, manifiesten la grandeza de tu poder. Por Cristo,
nuestro Señor.
T- Amén.
Canto de Despedida (a elección)
Avisos
Saludo final
Todos se saludan con un abrazo de paz y se despiden
6
3er. TEMA
FAMILIA: SANTUARIO DE VIDA
Bienvenida
D- La vida es don de Dios. Y como el Señor predispuso, la vida de todas las criaturas fue colocada al servicio del
hombre y de la mujer. Eso colabora para que afirmemos el valor sagrado y fundamental de la vida humana.
Además, somos los únicos llamados por vocación participar de la vida divina. El lugar privilegiado para el cultivo
de la vida humana es la familia, institución constituida por el mismo Señor. La familia es el Santuario de la Vida.
Así nos recuerda el papa Juan Pablo II. Ella es el lugar sagrado de nacer, vivir y morir dignamente. No hay otro
lugar más noble para que el ser humano se desenvuelva integralmente.
Contemplemos la Familia de Nazareth y cuidemos con cariño de la familia que el Señor nos dio. ¡Que en ella, la
vida sea amada y respetada por todos! Elegir la vida es hacer de la familia su santuario. Felices, iniciemos nuestra
celebración.
Canto de Apertura (a elección)
Señal de la Cruz
D- En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo
T- Amén
D- ¡Sean todos bienvenidos! ¡Que la gracia de Dios, nuestro Padre, el amor de Jesucristo, nuestro Señor, y la
comunión del Espíritu Santo estén con vosotros!
T- ¡Bendito sea Dios que nos reunió en el amor de Cristo!
Momento penitencial
D- De corazón contrito y humilde, reconozcamos nuestras culpas y pidamos perdón a Dios:
Señor, por las veces en que no vivimos el mandamiento del amor en nuestra familia, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Señor, ten piedad de nosotros!
D- Cristo, por las veces que no valorizamos nuestra familia como lugar sagrado de vivir, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Cristo, ten piedad de nosotros!
D- Señor, por las veces que no fuimos hospitalarios en nuestra familia, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Señor, ten piedad de nosotros!
D- Dios, lleno de amor y misericordia, ten compasión de nosotros, perdone nuestros pecados y nos conduzca a la
vida eterna.
T- Amén.
Oremos
D- Señor, tú que quisiste nacer en la Familia de Nazareth, mira compasivo y bendice nuestras familias, para que
ellas sean, siempre más, santuarios de vida. Tú que vives y reinas con el Padre, en la unidad del Espíritu Santo.
T- Amén.
Proclamación de la Palabra de Dios: Lc 2,1-7
L1- Proclamación del Evangelio según san Lucas, cap. 2, vers. 1 a 7.
Reflexionando sobre la Palabra de Dios
L2- El texto nos relata un hecho fundamental, esto es, el nacimiento de Jesucristo.
L1- Es el Hijo de Dios que se hace también Hijo del Hombre. Es la manifestación del rostro divino del hombre y
del rostro humano de Dios.
L2- Y todo ocurre en una historia concreta. Lucas insiste en situar el hecho cronológicamente (Lc 2,1-2). Dios
entra de modo simple, más sublime, en definitivo, en la historia humana. Es el cumplimiento de las promesas
hechas a nuestros antepasados.
L1- Jesús nace en el seno de una familia. Y esto es revelador. Es la santificación de esa institución. Ella es el
santuario de la vida.
L2- Pero, la fuente de la familia se remonta a un horizonte más amplio todavía. Creemos que la familia es la
imagen de Dios, que en su misterio más íntimo no es una soledad, sino una familia. En la Comunión de amor de
las tres Personas Divinas, nuestras familias tienen su origen, su modelo perfecto, su motivación más bella y su
destino último (Documento de Aparecida, n. 434).
L1- El ambiente familiar es lugar privilegiado para el desarrollo integral de la persona humana. Es el granero
donde la vida debe ser cultivada.
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L1- La familia es la escuela del amor.
L1- La familia cristiana está fundada en el sacramento del matrimonio entre un hombre y una mujer, señal del
amor de Dios por la humanidad y de la entrega de Cristo por su esposa, la Iglesia. A partir de esta alianza se
manifiestan la paternidad y la maternidad, la filiación y la fraternidad y el compromiso de los dos por una
sociedad mejor (Doc. de Aparecida, n. 433).
L2- Para que la familia sea, de hecho, santuario de vida, nos resta elegir y experimentar los valores fundamentales
que la sustentan, como, por ejemplo, amor, fidelidad, respeto, entre otros.
L1- Que en nuestras familias la vida reine sobre todo.
Preguntas para reflexión
1. ¿Asumimos el modelo de familia querido por Dios y enseñado por la Iglesia?
2. ¿Cómo se encuentra nuestra familia hoy?
3. ¿Cómo podemos fortalecer nuestra pertenencia a Jesucristo como discípulos y misioneros suyos, al
servicio de la vida?
Plegarias de la Comunidad:
D- A cada invocación, respondemos: Señor, atiende nuestra plegaria.
1. Para que la Iglesia , familia de Dios, promueva y defienda la sagrada institución de la familia humana
siempre con más amor, recemos:
2. Para que los gobernantes, velando por el bien común, descubran la riqueza contenida en la familia y
colaboren para su estabilidad, recemos:
3. Para que nuestras familias reciban con alegría la vida de cada miembro suyo, recemos:
4. Por las familias que pasan por dificultades, para que descubran en el Dios de la vida y en nuestro amor
fraterno el apoyo para seguir adelante, recemos:
(Plegarias espontáneas)
D- Todo eso te pedimos, oh Padre, por Jesucristo tu Hijo, en la unidad del Espíritu Santo.
T- Amén.
Padrenuestro y saludo a Nuestra Señora
D- Padre nuestro que estás en el Cielo… Ave María, llena de gracia…
Oración final para todos los días
D- Oh Dios de infinita bondad, te agradecemos por la familia que nos diste. Hacenos promotores de la cultura de
la vida en este ambiente sagrado. Por Cristo, nuestro Señor.
T- Amén.
Bendición del día: para la familia
D- Dios nuestro Padre, dígnate bendecirnos y santificar nuestra familia, para que en ella la vida amanezca y
crezca, hasta el día del feliz y definitivo encuentro contigo. Por Cristo, nuestro Señor.
T- Amén.
Canto de Despedida (a elección)
Avisos
Saludo Final
Todos se saludan con un abrazo de paz y se despiden.
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4to. TEMA
LA TRANSMISIÓN DE LA VIDA
Bienvenida
D- Ya afirmamos en los encuentros anteriores que Dios es el Autor de toda vida, que la vida humana posee un
valor sagrado, no tiene precio que la pueda comprar, y que la familia es el santuario de la vida. Sin embargo,
mismo Dios siendo el Autor de la vida, Él quiso contar con el hombre y la mujer en la transmisión de la vida
humana. Así, ellos se convirtieron en colaboradores del Señor. Hombre y mujer fueron llamados por el Creador a
que manifiesten en la historia la bondad y la belleza de Dios. Por tanto, el acto de generar una nueva vida no hace
de los padres los propietarios de ella. Ellos son colaboradores de Dios y no autores de la vida. Ellos no poseen el
derecho de impedir voluntariamente el inicio de la vida, ni de interrumpir (del mismo modo) su ciclo natural.
Trabajemos para el fortalecimiento de una cultura a favor de la vida. Escoger la vida es transmitirla con amor y
responsabilidad. Con esperanza, iniciemos nuestra celebración.
Canto de Apertura (a elección)
Señal de la Cruz
D- En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
T- Amén.
D- ¡Sean bienvenidos! ¡Que la gracia de Dios, nuestro Padre, el amor de Jesucristo, nuestro Señor, y la comunión
del Espíritu Santo estén con vosotros!
T- ¡Bendito sea Dios que nos reunió en el amor de Cristo!
Momento penitencial
D- Delante del Dios de la vida, reconozcamos nuestros pecados y pidamos su perdón: Señor, por las veces en que
no colaboramos en la transmisión de la vida, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Señor ten piedad de nosotros!
D- Cristo, por las veces que omitimos de propagar los valores que edifican la vida, ¡ten piedad de nosotros!
T - ¡Cristo, ten piedad de nosotros!
D- Señor, por las veces en que intervinimos arbitrariamente en la naturaleza humana, creada por tus manos, ¡ten
piedad de nosotros!
T- ¡Señor ten piedad de nosotros!
D- Dios de infinita misericordia tenga compasión de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida
eterna.
T- Amén.
Oremos
D- Oh Dios, que en tu inmensa sabiduría diste al hombre y a la mujer la gracia de colaborar contigo en la
transmisión de la vida, socorre cada uno de ellos para que sean fieles a la vocación recibida. Por Cristo, nuestro
Señor.
T- Amén.
Proclamación de la Palabra de Dios: Gn 1,28-31
L1- Lectura del libro del Génesis, capítulo 1, vers. 28-31.
Reflexionando sobre la Palabra de Dios
L2- Después de crear al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza (Gn 1,27), Dios los bendijo y les dijo: Sed
fecundos y multiplicaos! (Gn,1,28).
L1- Es siempre Dios el Autor de la vida. Él es quien nos creó.
L2- Nuestra creación es seguida de la bendición divina. Dios nos creó para que vivamos en comunión con Él.
L1- Y la bendición divina se manifiesta en la fecundidad humana. ¡Es el milagro de la vida!
L2- El gravísimo deber de transmitir la vida humana, por el cual los esposos son colaboradores libres y
responsables de Dios creador, fue siempre para ellos fuente de grandes alegrías, si bien algunas veces
acompañado de no pocas dificultades y angustias. (Humanae vitae, n. 1).
L1- La familia es el santuario de la vida. En ella, marido y mujer, unidos por el vínculo del matrimonio, poseen el
gravísimo deber de transmitir la vida humana.
L2- Ese deber no les da derecho a tornarse propietarios de la vida humana. Esta es, ante todo, don de Dios.
L1- Los esposos, como colaboradores de Dios-Creador, estrechan su intimidad con Él.
L2- Aquél que es fuente de toda vida quiso contar con nosotros en la transmisión de ella.
9
L1- Cabe a los esposos asumir tal compromiso con libertad y responsabilidad.
L2- Ese es el modo más sublime de tornarse discípulos y misioneros de Jesucristo, principio y fin de la vida, de la
vida en abundancia (Jn 10,10).
Preguntas para reflexión
1. ¿Cómo los esposos asumen hoy la misión de transmitir la vida humana?
2. ¿Tenemos conciencia del sentido más profundo de esa colaboración con Dios?
3. ¿Cómo propagar más eficazmente esa grave misión de los esposos de transmitir la vida humana
colaborando con Dios?
Plegarias de la Comunidad
D- A cada invocación, respondamos: ¡Ayúdanos Señor!
1. Por la Iglesia, para que enseñe siempre con mayor osadía el mensaje integral del Evangelio de la Vida,
recemos:
2. Por los gobernantes, para que promuevan políticas públicas que edifiquen la vida humana como valor
primordial, recemos:
3. Por los esposos, para que, con libertad y responsabilidad, continúen colaborando con Dios en la transmisión de
la vida humana, recemos:
4. Por todos nosotros, para que, como discípulos y misioneros de Jesucristo, vivamos alegremente nuestra
vocación de hijos e hijas de Dios, recemos:
(Plegarias espontáneas)
D- Padre de bondad, recibe nuestros pedidos, por Jesucristo nuestro señor, tu Hijo, en la unidad del Espíritu
Santo.
T- Amén.
Padrenuestro y saludo a Nuestra Señora
D- Padre nuestro que estás en el Cielo… Ave María, llena de gracia…
Oración final para todos los días
D- Dios, que todo creaste y a quien todo pertenece, ayuda a los esposos a transmitir la vida humana con libertad y
responsabilidad, como colaboradores de tu proyecto de amor. Por Cristo, nuestro Señor.
T- Amén.
Bendición del día: para los esposos
D- Dios de infinita bondad, que quisiste contar con la colaboración humana en la transmisión de la vida, bendice
estos esposos, para que cumplan con fidelidad la misión recibida. Por Cristo, nuestro Señor.
T- Amén.
Canto de Despedida (a elección)
Avisos
Saludo Final
Todos se saludan con un abrazo de paz y se despiden.
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5to. TEMA
EL AMANECER DE LA VIDA
Bienvenida
D- En el seno de la familia - santuario de la vida- hombre y mujer recibieron de Dios, el Autor de la Vida, la
misión de colaborar con Él, en su transmisión. El valor de la vida humana es algo fundamental para nosotros.
Teniendo su principio en Dios, la vida humana sigue un ciclo natural, querido por el Creador.
Ese proceso ininterrumpido comienza en el momento de la fecundación. En ese momento tiene inicio la vida de
un nuevo ser humano, tan humano como usted y yo. Se trata de la persona en su fase de embrión, que sigue
después de nueve semanas de gestación en su fase de feto y será el bebé que nacerá en el final de los nueve meses
de gestación. Es el milagro de la vida. Es nuestro deber defender y promover la vida humana desde su amanecer.
Desde su inicio, ésta ya es don de Dios, confiado a nosotros. Luchemos para que esa maravilla divina
resplandezca en cada uno de nosotros y, así, manifieste el amor, la belleza y la bondad del Creador. Elegir la vida
es valorizar el ser humano desde la fecundación. Seguros de que al Señor pertenecemos, iniciemos nuestra
celebración.
Canto de Apertura (a elección)
Señal de la Cruz
D- En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
T- Amén.
D- ¡Sean todos bienvenidos! ¡Que la gracia de Dios, nuestro Padre, el amor de Jesucristo, nuestro Señor, y la
comunión del Espíritu Santo estén con vosotros!
T- ¡Bendito sea Dios que nos reunió en el amor de Cristo.
Momento penitencial
D- Con humildad, reconozcamos nuestras culpas y pidamos perdón a Dios: Señor, por las veces que no
practicamos los valores que construyen la vida desde su amanecer, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Señor, ten piedad de nosotros!
D- Cristo, por las veces que buscamos el placer por el placer, desvinculado de la procreación y de la íntima
comunión con el cónyuge, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Cristo, ten piedad de nosotros!
D- Señor, por las veces que no tenemos misericordia para con las personas que practicaron aborto, ¡ten piedad de
nosotros!
D- ¡Dios, nuestro Padre, rico en misericordia, tenga compasión de nosotros, perdone nuestros pecados y nos
conduzca a la vida eterna.
T- Amén.
Oremos
D- Dios, fuente de toda vida, haznos colaborar siempre más en la promoción y defensa de la vida humana, desde
su amanecer hasta su fin natural, para que todo en tu nombre sea glorificado. ¡Por Cristo, nuestro Señor!
T- Amén.
Proclamación de la Palabra de Dios: Sl 139 (138), 1-16.
L1- Meditemos las palabras del Salmo 139, versículos 1 al 16.
Reflexionando sobre la Palabra de Dios
L2- En este bello texto, el salmista hace homenaje a la omnisciencia de Dios, es decir, que él reconoce que para
Yahvé todo es conocido.
L1- Dios nos conoce. ¡Qué feliz verdad! ¡Qué realidad consoladora! No estamos solos. Dios nos acompaña donde
estemos.
L2- ¡Y no solamente ayer, hoy o mañana, sino desde siempre!, Dios nos conoce y nos ama.
L1- Incluso antes de ser creados, ya éramos conocidos y amados por Él, en la eternidad. Allá, el corazón de Dios
siempre fue nuestra casa.
L2- Y por designio libre de su amor, fuimos creados. Es el milagro de la generación de la vida. ¡Fuimos
generados de la Fuente de la Vida!
L1- En el momento en que Dios quiso, fuimos concebidos en el útero materno, como fruto del amor de nuestros
padres.
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L2- Nuestra vida vino de Dios. Nuestros padres colaboraron con Él en su transmisión.
L1- ¡Qué alegría! Señor, conoces hasta el fondo de mi ser; mis huesos no te fueron escondidos, cuando yo era
modelado en secreto…Tus ojos ya veían mis acciones… (Salmo 139 (138), 14-16). Era una nueva vida humana
que surgía.
L2- Reafirmamos el valor primordial de la vida humana. Ésta es un proceso ininterrumpido. Somos seres
humanos desde nuestra concepción.
L1- Escuchemos lo que nos dice el Texto-Base de la Campaña de la Fraternidad de 2008, en el n. 70: una nueva
vida humana, a partir de la Biología y de la Genética, comienza en el exacto momento de la fecundación, que es la
penetración del espermatozoide en el óvulo. Cuando las dos gametas se unen, acontece el milagro de la vida: se
forma una identidad genética única, diferente de la simple suma de las características de los padres, portadora en
sí misma de una programación propia de desarrollo. Sus características constitucionales ya están definidas: color
de la piel y de los ojos, estructura, tipo sanguíneo, temperamento, etc. Ni su madre podrá cambiar su “ser
persona”. Necesita apenas de oxígeno, de alimento y de protección para continuar su camino, como cualquier otro
ser vivo precisa. Aunque esté en la madre, no es la madre.
L2- En síntesis, esta es la verdad que la Iglesia defiende: la vida humana es don de Dios confiado a nosotros, y su
inicio comienza en la fecundación.
Preguntas para reflexión
1. ¿Tenemos conciencia del misterio profundo de la vida humana?
2. ¿Somos sus defensores desde la fecundación?
3. ¿Qué hacer para que esa verdad sobre la vida humana sea acogida y practicada por todos?
Plegarias de la Comunidad
D- A cada invocación, respondamos: ¡Dios de la vida, atiéndenos!
1. Por la Iglesia, para que sea fiel servidora de los valores que edifican la vida humana, recemos:
2. Por los gobernantes, para que defiendan la vida humana en su totalidad y no se dejen llevar por intereses
superfluos, provocadores de daños a la persona humana, recemos:
3. Por las familias, para que cultiven la vida humana con cariño, manifestando la bondad divina, recemos:
4. Por todos nosotros, para que nos empeñemos concretamente en la promoción y defensa de la vida humana,
desde su amanecer hasta su fin natural, recemos:
(Plegarias espontáneas)
D- Todo eso te pedimos, Padre, por Jesucristo, tu Hijo, en la unidad del Espíritu Santo.
T- Amén.
Padrenuestro y saludo a Nuestra Señora
D- Padre nuestro que estás en el Cielo…Ave María, llena de gracia…
Oración final para todos los días
D- Dios de amor y de poder, te agradecemos por habernos creado y adoptado como hijos e hijas tuyos. Ayúdanos
a promover y defender la vida humana integralmente, hasta el día en que vayamos a participar definitivamente de
tu Vida, en el Paraíso. Por Cristo, nuestro Señor.
T- Amén.
Bendición del día: para las embarazadas
D- Dios de infinita bondad, que a todos amas y que todo conoces, bendice a las embarazadas, para que con cariño
vivan alegres ese período de gracia, cuidando con amor de ese nuevo ser humano que se forma. Por Cristo,
nuestro Señor.
T- Amén.
Canto de Despedida (a elección)
Avisos
Saludo Final
Todos se saludan con un abrazo de paz y se despiden.
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6to. TEMA
LA EDUCACIÓN PARA LA VIDA
Bienvenida
D- Dios es el autor de la vida humana. De Él nacemos, por Él nos movemos y hacia Él tendemos. La vida humana
es sagrada, valor primordial. Y la familia es el lugar privilegiado para el cultivo de ella. Padres, madres, hijos e
hijas, todos son responsables por la vida. Los padres poseen el grave deber de conciencia de colaborar con el
Creador en la transmisión de la vida. Pero, además de transmitir la vida, papá y mamá deben, incluso, cuidar por
la educación de hijos e hijas. Educar es transmitir los valores humanos y cristianos que edifican integralmente la
persona: si queremos educar nuestros/as hijos/as para la vida, es urgente, antes de todo, valorizarla con todas las
fuerzas. Es, incluso, imprescindible la formación de una sólida escala de valores. Cada familia siéntase llamada a
tornarse aquello que es, o sea, una comunidad de amor, que hace brotar la vida; vida que tiende a encontrarse con
su Autor, para siempre. Elegir la vida es educar a la persona en los principios humanos y evangélicos. Movidos
por el Espíritu de la vida, iniciemos nuestra celebración.
Canto de Apertura (a elección)
Señal de la Cruz
D- En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
T- Amén.
D- ¡Sean todos bienvenidos! ¡Que la gracia de Dios, nuestro Padre, el amor de Jesucristo, nuestro Señor, y la
comunión del Espíritu Santo estén con vosotros!
T- ¡Bendito sea Dios que nos reunió en el amor de Cristo!
Momento Penitencial
D- Humildemente, reconozcamos nuestras culpas y pidamos perdón a Dios: Señor, por las veces en que no
vivimos en la verdad y en el amor, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Señor, ten piedad de nosotros!
D- Cristo, por las veces en que no compartimos aquello que somos con los otros, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Cristo, ten piedad de nosotros!
D- Señor, por las veces en que en la familia no cultivamos la cultura de la Vida, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Señor, ten piedad de nosotros!
D- Dios, todopoderoso, tenga compasión de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
T- Amén.
Oremos
D- Oh Dios, tu que nos enseñaste el camino para la vida, ayúdanos a educar nuestra familia en la verdad y en el
amor, a fin de que vivamos en profunda comunión contigo y con nuestros hermanos y hermanas. Por Cristo,
nuestro Señor.
T- Amén.
Proclamación de la Palabra de Dios: Ef 6,1-4.
L1- Lectura de la Carta de san Pablo a los Efesios, cap. 6, vers. 1 a 4.
Reflexionando sobre la Palabra de Dios
L2- El texto que proclamamos se encuentra en el discurso de san Pablo referente a la moral doméstica (Ef 5,2 6,9)
L1- El apóstol enseña cómo debe ser la relación familiar en sus diversas dimensiones, esto es, entre marido y
mujer, padres e hijos, empleados y patrones.
L2- Es de notarse que todos deben vivir en el Señor. El amor-donación de Jesucristo a la Iglesia es la referencia
fundamental.
L1- Los versículos que leemos nos muestran las maneras de proceder de los hijos con los padres y viceversa.
L2- Primeramente, la exhortación es dirigida a los hijos. El apóstol afirma la necesidad de que ellos obedezcan a
sus padres, recordando que el cuarto Mandamiento -honrar padre y madre-, es seguido de la promesa de Dios:
aquél que así viva será feliz y tendrá larga vida sobre la tierra.
L1- La obediencia a los padres sólo trae felicidad y prosperidad para los hijos. Eso es una inmensa dádiva. ¡Ojalá
todos descubriesen ese tesoro! A veces, no faltan ocasiones de contrariedades en el seno de la familia…
L2- Ya a los padres se les da la misión de educar a los hijos, y no ser para ellos motivo de escándalo.
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L1- Es urgente educar a los hijos para la vida. Así, desde la fecundación, el nuevo hijo debe ser tratado con cariño
por los padres. La alegría de haber generado un nuevo ser humano debe permanecer en toda la familia.
L2- Después del nacimiento, la transmisión de los valores humanos y cristianos debe ser permanente. ¡He aquí la
belleza de la educación!
L1- Escuchemos las palabras de Juan Pablo II, en la Carta a las Familias, n. 16, sobre la educación:
L2- ¿En qué consiste la educación? Para responder a esta cuestión, hay que recordar dos verdades fundamentales:
la primera, es que el hombre es llamado a vivir en la verdad y en el amor; la segunda, es que cada hombre se
realiza a través de la donación sincera de sí. Esto vale tanto para quien educa, como para quien es educado. Así, la
educación constituye un proceso singular, en el cual la recíproca comunión de las personas aparece impregnada de
gran significado. El educador es una persona que “genera” en sentido espiritual. En esta perspectiva, la educación
puede ser considerada un verdadero y propio apostolado. Es una comunicación vital, que no sólo construye una
relación profunda entre educador y educando, sino que hace que ambos participen en la verdad y en el amor, meta
final a la cual cada hombre es llamado por Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.
L1- Que Dios nos ayude a cumplir con fidelidad esta nuestra misión.
Preguntas para reflexión
1. ¿Conseguimos educar nuestros hijos en el amor y en la verdad?
2. ¿En el acto de educar, procuramos compartir de nosotros mismos con ellos?
3. ¿Cuáles son los desafíos de la educación hoy? ¿Cómo superarlos?
Plegarias de la Comunidad
D- A cada invocación, respondamos: ¡Señor, escucha nuestra plegaria!
1. Por la Iglesia, para que, como Madre y Maestra, eduque sus hijos e hijas en el amor y la verdad, recemos:
2. Por los gobernantes, para que, en la promoción del bien común, ofrezcan medio eficaces en la formación
integral de la persona, recemos:
3. Por nuestras familias, para que sean granero de educación para el amor y la vida, en íntima comunión con el
Señor, recemos:
4. Por todos nosotros, para que, siguiendo los pasos de Jesucristo, como sus discípulos y misioneros,
proclamemos con coraje los valores del Evangelio de la Vida, recemos:
(Plegarias espontáneas)
D- Atiende, Padre, nuestras plegarias, por Jesucristo, tu Hijo, en la unidad del Espíritu Santo.
T- ¡Amén!
Padrenuestro y saludo a Nuestra Señora.
D- Padre nuestro que estás en el Cielo…Ave María, llena de gracia…
Oración final para todos los días
D- Dios de amor y de bondad, tú que nos educas, desde el principio, en el amor y la verdad, acepta nuestra
gratitud por tan grande dádiva, y jamás nos dejes abandonar tu camino. Por Cristo, nuestro Señor.
T- ¡Amén!
Bendición del Día: para los educadores (padres, catequistas y profesores, entre otros)
D- Oh, Dios, nuestro Señor y Maestro, de ti toda sabiduría procede; bendice todos estos hermanos y hermanas, a
fin de que, ejerciendo con fidelidad su vocación, colaboren en la educación de todos para la vida. Por Cristo,
nuestro Señor.
T- ¡Amén!
Canto de Despedida (a elección)
Avisos
Saludo Final
Todos se saludan con un abrazo de paz y se despiden
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7mo. TEMA
EL ATARDECER DE LA VIDA
Bienvenida
D- Brotando de Dios, la vida encuentra en la familia un lugar privilegiado para el desenvolvimiento de su ciclo
natural. La experiencia nos muestra que ninguna persona consiguió ser plenamente realizada y feliz viviendo
aisladamente. Desde la fecundación, el ser humano ya posee un valor, su dignidad, que es inviolable. Ninguna
circunstancia lo disminuye o aumenta. La dignidad de la vida humana es siempre la misma. Nadie se torna más
humano o menos humano con el correr del tiempo. Así que seamos un embrión o un mayor de edad avanzada,
nadie tiene derecho de violar nuestro derecho de vivir. Somos amados con la misma intensidad por Dios y
merecemos el mismo amor del prójimo, como somos llamados a amar. La persona no vale por su utilidad, sino
por lo que ella es. Por eso, respetemos y defendamos a los mayores, por a veces ser tenidos como un obstáculo en
el seno de la familia y, en algunos casos, hasta abandonados por aquellos con cuya crianza colaboraron. ¡Elegir la
vida es velar por el bien del mayor en cualquier circunstancia! Con fe, iniciemos nuestra celebración.
Canto de Apertura (a elección)
Señal de la Cruz
D- En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo
T- Amén.
D- ¡Sean bienvenidos! ¡Que la gracia de Dios, nuestro Padre, el amor de Jesucristo, nuestro Señor, y la comunión
del Espíritu Santo estén con vosotros!
T- ¡Bendito sea Dios que nos reunió en el amor de Cristo.
Momento penitencial
D- De corazón contrito y humilde, reconozcamos nuestras culpas y pidamos perdón a Dios: Señor, por las veces
en que no tuvimos paciencia con los mayores, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Señor, ten piedad de nosotros!
D- Cristo, por las veces en que no valorizamos la vida de los mayores, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Cristo, ten piedad de nosotros!
D- Señor, por las veces en que tratamos con indiferencia a los mayores, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Señor, ten piedad de nosotros!
D- Dios, lleno de misericordia, tenga compasión de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida
eterna.
T- Amén.
Oremos
D- Oh Dios, Autor y fuente de la vida, acepta nuestra gratitud por todos aquellos a quienes concediste largos días
y acompañalos con solicitud, a fin de que, amparados por tí, se sientan animados a seguir adelante. Por Cristo
nuestro Señor.
T- Amén.
Proclamación de la Palabra de Dios: Eclo 3,12-16.
L1- Lectura del Libro del Eclesiástico, cap. 3, vers. 12 a 16.
Reflexionando sobre la Palabra de Dios
L2- La Palabra de Dios que hoy celebramos es muy clara: cuidar del padre y de la madre en la vejez es fuente de
bendición para los hijos.
L1- La vida humana es don de Dios. Su valor es sagrado. En toda y cualquier circunstancia, tenemos la misma
dignidad. La edad avanzada no disminuye el valor de la vida de una persona.
L2- Ya reflexionamos sobre el amanecer de la vida. Afirmamos que ella es un proceso ininterrumpido. Desde la
fecundación hasta su término natural es siempre la misma persona humana que está allí.
L1- Hoy volvemos nuestra atención para el atardecer de la vida humana. Se trata de contemplarla con alegría.
Vivir es una experiencia magnífica.
L2- La vida de un mayor es preciosa a los ojos de Dios y a los nuestros. Nadie tiene derecho a quitarla.
L1- Ser mayor no es caminar hacia la desventura, sino es experimentar con amplitud esta realidad penúltima de
nuestras existencia, esta vida transitoria. Esta nuestra vida es la realidad penúltima, pues, somos llamados por
vocación a la eternidad.
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L2- El mayor, normalmente, es alguien que observa, con el tiempo, el desgaste en su propia existencia. Las
fuerzas van disminuyendo. Ellos esperan un cariño especial. Tratarlos así es acumular gran riqueza ante Dios para
siempre.
L1- Escuchemos lo que los Obispos latinoamericanos y caribeños nos dicen en el Doc. de Aparecida, n. 449:
L2- Muchos de nuestros mayores gastaron la vida por el bien de su familia y de la Comunidad, a partir de su lugar
y vocación. Muchos, por su testimonio y obras, son verdaderos discípulos y misioneros de Jesús. Merecen ser
reconocidos como hijos e hijas de Dios, llamados a compartir la plenitud del amor y a ser queridos en particular
por la cruz de sus dolencias, de la capacidad disminuida y de la soledad. La familia no debe ver sólo las
dificultades que trae la convivencia con ellos o el tener que atenderlos. La sociedad no puede considerarlos como
un peso o una carga. Es lamentable que en algunos países no haya políticas sociales que se ocupen
suficientemente de los mayores ya jubilados, pensionados, enfermos o abandonados. Por tanto, exhortamos a la
creación de políticas sociales justas y solidarias que atiendan estas necesidades.
L1- Pidamos a Dios que nos ayude a ser más solidarios con nuestros mayores.
Preguntas para reflexión
1. ¿Cómo los mayores son acogidos en nuestras familias?
2. ¿Somos agradecidos con ellos por lo que hicieron por nosotros?
3. ¿Cómo socorrer con caridad a los mayores abandonados en nuestra sociedad de hoy?
Plegarias de la Comunidad
D- A cada invocación, respondamos: ¡Señor, óyenos!
1. Por la Iglesia, para que, en su acción evangelizadora, tenga siempre más solicitud para con las personas
mayores, recemos:
2. Por los gobernantes, para que jamás traten a las personas por su utilidad, no promuevan políticas públicas
capaces de satisfacer sus necesidades integralmente, recemos:
3. Por nuestras familias, para que se tornen con más intensidad espacio de amor, paciencia y respeto a los
mayores, recemos:
(Plegarias espontáneas)
D- Recibe, Padre, nuestras plegarias, por Jesucristo tu Hijo, en la unidad del Espíritu Santo.
T- Amén.
Padrenuestro y saludo a Nuestra Señora
D- Padre nuestro que estás en el Cielo…Ave María, llena de gracia…
Oración Final para todos los días
D- Oh Dios, tú que eres la fuente de Vida, gracias por los largos días de nuestros ancianos y acompaña todos sus
pasos, para que, confortados por tu amor, se alegren hoy y siempre. Por Cristo, nuestro Señor.
T- Amén.
Bendición del Día: para los mayores
D- Dios, Padre de infinita bondad, tú que prometiste colmar de bendiciones a aquellos que cuidasen con amor a
los ancianos, bendice a estos nuestros hermanos agraciados con largos días y ayudalos a llegar con fe al encuentro
definitivo contigo.
T- Por Cristo, nuestro Señor. Amén.
Canto de Despedida (a elección)
Avisos
Saludo Final
Todos se saludan con un abrazo de paz y se despiden.
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8vo. TEMA
JESUCRISTO: PRINCIPIO Y FIN DE VIDA
Bienvenida
D- Dios es la fuente de la vida. Libremente y por amor Él nos creó. Confió al hombre y a la mujer la misión de
transmitir la vida, como colaboradores de Él. Constituyó entre ellos la familia, lugar sagrado para cultivar el amor,
el espacio vital privilegiado para el desarrollo integral de la persona, desde la fecundación hasta su muerte natural.
Sin embargo, Dios no nos creó solamente para esta experiencia de vida transitoria. Estamos orientados para la
eternidad, esto es, a participar de la propia vida divina. Tal realidad se nos revela en Jesucristo. En Él, el horizonte
de nuestra existencia se ensancha, el sentido de la vida es enriquecido, la verdadera felicidad nos es dada. Sólo
nos resta adherir a Él. Tenemos que anunciar esta buena noticia al mundo: “Jesucristo, verdadero Dios y
verdadero Hombre” (Concilio de Calcedonia - 415 d.C.) vino a nuestro encuentro. Mismo cuando éramos
pecadores y no teníamos mérito alguno, Él nos amó incondicionalmente, dándonos su vida, pagando nuestra
deuda y haciéndonos hijos e hijas del Padre, por el Espíritu. ¡Escoger la vida es tornarse discípulo y misionero de
Jesucristo! Llenos de alegría, iniciemos nuestra celebración.
Canto de Apertura (a elección)
Señal de la Cruz
D- En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo
T- Amén.
D- ¡Sean todos bienvenidos! ¡Que la gracia de Dios, nuestro Padre, el amor de Jesucristo, nuestro Señor, y la
comunión del Espíritu Santo estén con vosotros!
T- ¡Bendito sea Dios que nos reunió en el amor de Cristo!
Momento penitencial
D- Confiados, aproximémonos al Dios de la Vida, reconozcamos nuestras culpas y pidamos su perdón: ¡Señor, tú
que eres el principio y el fin de la vida, perdona nuestra insensibilidad para con el prójimo, y ten piedad de
nosotros!
T- ¡Señor, ten piedad de nosotros!
D- Cristo, tú que eres la resurrección y la vida, perdona nuestra falta de fe, y ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Cristo, ten piedad de nosotros!
D- Señor, tú que prometiste el paraíso al ladrón arrepentido, mira nuestra dureza de corazón y ¡ten piedad de
nosotros!
T- ¡Señor, ten piedad de nosotros!
D- Dios, nuestro Padre, tenga compasión de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
T- Amén.
Oremos
D- Oh Dios, principio y fin de todas las cosas, tú que nos llamaste a participar de tu propia vida, mira la franqueza
del pueblo y socórrenos en esta historia, a fin de que lleguemos un día a estar contigo en el Cielo. Por Cristo,
nuestro Señor.
T- Amén.
Proclamación de la Palabra de Dios: Ap 22, 10-15
L1- Lectura del libro del Apocalipsis de san Juan, cap. 22, vers. 10 a 15.
Reflexionando sobre la Palabra de Dios
L2- La existencia de todas las cosas tienen sentido pleno en Dios. Ya antes de la creación, nuestra casa era el
corazón de Dios. Siguiendo su designio de amor y libertad, Él nos creó.
L1- El Padre creó todo por el Hijo y en el Espíritu Santo. Somos obra de las manos de Dios. A Él pertenecemos, a
Él tendemos.
L2- Es en esa perspectiva que debemos vivir esta historia presente. Todo está seguro en las manos de nuestro
Señor.
L1- Incluso que el transcurrir de los actos sean contrarios a los designios divinos, su plan se cumplirá (Ap 22, 1112).
L2- Como discípulos y misioneros de Jesucristo, asumamos nuestra misión de anunciadores del Evangelio de la
Vida. Colaboremos con Dios en la propagación de su Reino en este mundo.
L1- Viviendo así, daremos un sentido más amplio a esta existencia transitoria.
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L2- Es urgente que descubramos que nuestra vida presente no es totalidad. Somos más grandes de lo que
percibimos.
L1- El misterio de la vida cristiana nos hace esperanzar por la eternidad. Esta es una riqueza insondable.
L2- Repetimos: Jesucristo es el Principio y el Fin de nuestra vida (Ap 22,13). Felices seremos, si así creemos y
vivimos.
L1- Escuchemos las palabras del papa Juan Pablo II, en la Carta Encíclica Evangelium vitae n. 29:
L2- Este es el momento en que el Pueblo de Dios, y en él cada uno de los creyentes, es llamado a profesar, con
humildad y coraje, la propia fe en Jesucristo, “el verbo de la vida” (1 Jn 1,1). El Evangelio de la Vida no es una
simple reflexión, aunque original y profunda, sobre la vida humana; ni es apenas un precepto destinado a
sensibilizar la conciencia y provocar cambios significativos en la sociedad; tampoco es la ilusoria promesa de un
futuro mejor. El Evangelio de la Vida es una realidad concreta y personal, porque consiste en el anuncio de la
propia persona de Jesús. Al apóstol Tomás, y en él, a cada hombre, Jesús se presenta con estas palabras: “Yo soy
el camino, la verdad y la vida” (Jn 14,6), La misma identidad fue referida a Marta, hermana de Lázaro: “Yo soy la
Resurrección y la vida; quien cree en mí, aunque muera vivirá; y todo aquel que cree en mí, no morirá jamás” (Jn
11,25-26). Jesús es el Hijo que, desde toda la eternidad, recibe la vida del Padre (cf. Jn 5,26) y vino a estar con los
hombres, para tornarlos participantes de este don: “Yo vine para que todos tenga vida, y la tengan en abundancia”
(Jn 10,10).
Preguntas para reflexión
1. ¿Cómo comprendemos esta vida presente?
2. ¿La fe en Jesucristo -Principio y Fin de nuestra Vida- nos estimula a vivir hoy?
3. ¿Cómo colaborar con Dios en la construcción de una cultura de la vida en nuestros días?
Plegarias de la Comunidad
D- A cada invocación, respondamos: ¡Señor, escucha nuestra plegaria!
1. Por la Iglesia, para que, siguiendo, los pasos de Jesucristo, lo proclame como Principio y Fin de toda la
creación, recemos:
2. Por los gobernantes, para que sean fieles constructores de una sociedad justa y fraterna, recemos:
3. Por las familias, para que, acogiendo con fe la Buena Nueva del Evangelio de la Vida, cultiven con cariño ese
precioso don, recemos:
4. Por todos nosotros, para que jamás nos desanimemos de promover y defender la vida humana, por amor a
Jesucristo, recemos:
(Plegarias espontáneas)
D- Todo eso te pedimos, Oh Padre, por Jesucristo, tu Hijo, en la unidad del Espíritu Santo.
T- Amén.
Padrenuestro y saludo a Nuestra Señora.
D- Padre nuestro que estás en el Cielo…Ave María, llena de gracia…
Oración Final para todos los días
D- Dios de bondad y de ternura, de ti nacemos, en ti somos, hacia ti nosotros tendemos; no ceses de acompañar a
tu pueblo, para que te sirvamos con alegría en la Tierra, hasta el día en que lleguemos contigo al Cielo. Por Cristo,
nuestro Señor.
T- Amén.
Bendición del Día: crucifijos
D- Oh Dios, que por amor y libre decisión de tu voluntad quisiste redimir todo el género humano por la muerte y
resurrección de tu Hijo, bendice estos crucifijos. Que ellos sean para nosotros señales de nuestra salvación en cada
día de esta vida. Por Cristo, nuestro Señor.
T- Amén.
Canto de Despedida (a elección)
Avisos
Saludo Final
Todos se saludan con abrazo de paz y se despiden.
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Parte II - Celebraciones diversas
CELEBRACIÓN PARA EL DÍA DE LA MADRE
Organización previa
Elaborar carteles con frases significativas que resalten la belleza de la maternidad y el valor de la vida humana.
Preparar un pequeño altar con mantel blanco, una imagen de Nuestra Señora, fotos diversas de madres, familias,
flores, música apropiada, etc. Que las madres se reúnan en un el lugar apropiado y acompañen la procesión de
entrada.
Bienvenida
D- Queridos hermanos y hermanas: todavía resuena en nuestros corazones el grito de la Campaña de la
Fraternidad de 2008, a favor de la Vida Humana. Somos conscientes de nuestro deber permanente de velar por
ella. Así, es con mucha alegría que nos reunimos para celebrar el Día de la Madre. En la vida familiar, la madre es
alguien que nos hace experimentar lo bueno que es Dios. Ella nos hace sentir seguros siempre. Su amor supera
cualquier obstáculo. Ser madre es don de Dios, que se une a la colaboración humana. La maternidad es fuente de
vida en el seno de la familia. Es forma directa de colaborar con el proyecto de Creación de Dios. Que el corazón
de todas las madres y los nuestros sean tierra buena que produzca muchos y buenos frutos. Unámonos todos en el
servicio desinteresado y gratuito de la promoción y defensa de la vida humana. Sea éste uno de los frutos que
produzcamos hoy y siempre. ¡Escoger la vida es valorizar la maternidad en el seno de la familia! ¡Agradezcamos
al Señor por habernos dado una madre en esta tierra, y la Virgen Maria, su Madre, como Madre de todos nosotros!
Con alegría, iniciemos nuestra celebración.
Canto de Apertura (a elección)
Señal de la Cruz
D- En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
T- Amén.
D- ¡Que la gracia de Dios, nuestro Padre, el amor de Jesucristo, nuestro Señor, y la comunión del Espíritu Santo
estén con nosotros!
T- ¡Bendito sea Dios que nos reunió en el amor de Cristo!
Recuerdo de los hechos de la vida
D- En este momento, recordemos nuestras madres y atestigüemos a todo algún hecho que marcó la historia de
nuestra comunidad o de nuestra familia.
Momento penitencial
D- De corazón contrito y humilde, reconozcamos ser pecadores e imploremos el perdón de nuestro Dios: Señor,
por las veces en que no respetamos nuestra madre, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Señor, ten piedad de nosotros!
D- Cristo, por las veces en que no comprendemos nuestra madre, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Cristo, ten piedad de nosotros!
D- Señor, por las veces en que no honramos a nuestra madre, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Señor, ten piedad de nosotros!
D- Dios, que es nuestro Padre, tenga compasión de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la Vida
Eterna.
T- Amén.
Oración
D- Oh Dios de amor y fuente de toda vida, mira tu familia aquí reunida y derrama tu bendición sobre todos
nosotros. Ayuda nuestras madres a que ejerzan con amor la vocación para la cual las llamaste. Por Cristo, nuestro
Señor.
T- Amén.
Proclamación de la Palabra de Dios: Mc 4,1-9
L1- Proclamación del Evangelio según San Marcos, capítulo 4, versículos 1 a 9
Reflexionando sobre la Palabra de Dios
L1- El texto del Evangelio que acabamos de oír nos narra la historia del sembrador, que lanza las semillas en
diversos terrenos.
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L2- El sembrador es el propio Jesús.
L1- Y la semilla es la propia Palabra anunciada por Él.
L2- Los diversos terrenos son los diversos tipos de corazones de sus oyentes.
L1- Los frutos son las obras que realizamos.
L2- Todo eso tiene relación con nosotros. Y esta es una ocasión bien oportuna para comparar nuestra vida con
aquello que Jesús nos acaba de decir.
L1- ¿Somos simplemente oyentes de la Palabra de Dios, y no la ponemos en práctica? ¿Somos entusiastas al oírla,
pero después nos desanimamos frente a la primera dificultad de la vida?
L2- El tema de la Semana Nacional de la Familia de este año es: “Escoge, pues, la vida (Dt 30,19)”. La familia es
el granero de la vida. En ella, la madre es como una vid fecunda, que produce muchos frutos. Ejercer con
responsabilidad esa vocación es deber de todas aquellas que fueron llamadas por el Señor. Madre, padre, hijos e
hijas, todos debe fructificar en el seno de la familia. Nadie puede esquivar ese compromiso.
L1- Para que alcancemos tal fin, es urgente que la fe sea transmitida en nuestros hogares, de padres a hijos.
L2- La oración sincera y diaria es un ejercicio necesario y eficaz, capaz de auxiliarnos en esta misión. A los pies
de Jesucristo, debemos aprender, continuamente, cómo convertirnos en sus discípulos y misioneros al servicio de
la vida, y vida en plenitud.
L1- Ser madre es ser tierra buena, lugar principal donde los frutos, o sea, los hijos, son generados. Ese es un
hecho lindo, que merece toda nuestra atención. La madre dona de sí misma para que el hijo venga al mundo.
Generalmente, ella cambia todos sus proyectos, a fin de hacer todo lo que es necesario para el bien del niño.
L2- Además de eso, el amor materno nos recuerda el amor del propio Dios. ¡Qué regalo! ¡Qué bueno es tener una
madre!
L1- ¡Que el corazón de todos nosotros sea tierra fértil, donde la Palabra de Dios sea acogida y produzca muchos
frutos!
L2- ¡Felicitaciones a todas nuestras madres!
Preguntas para reflexión en grupo
1. ¿Qué hacemos para, sinceramente, valorizar la madre que tenemos?
2. ¿Cuáles son las alegrías y dificultades de ser madre hoy?
3. ¿Qué entendemos por la expresión “maternidad responsable”?
Plegarias
D- Con mucha fe, elevemos a Dios nuestras súplicas. A cada invocación, respondemos: ¡Señor, escucha nuestra
plegaria!
L1- Por la Iglesia, para que, como Madre y Maestra, nos ayude a oír, acoger y seguir la Palabra de Dios, recemos:
L2- Por nuestras madres, para que se sientan siempre amadas por Dios y por nosotros, y sean fuentes de amor en
todas las situaciones, recemos:
L1- Por las madres enfermas, para que sean consoladas por el amor divino y por el cariño de los hijos y
familiares, recemos:
L2- Por todos los hijos, para que amen a sus madres de todo corazón, recemos:
L1- Por los maridos, para que sean fieles a sus esposas, como Jesucristo es fiel a la Iglesia, recemos:
(Plegarias espontáneas)
D- Todo eso te pedimos, oh Padre, por Jesucristo, tu Hijo, en la unidad del Espíritu Santo.
T- Amén.
Padrenuestro
D- De las manos, recemos unidos y confiados la oración que el mismo Jesús nos enseñó. Padre nuestro que estás
en el Cielo…
Abrazo de Paz
D- ¡Como hijos e hijas del Dios de la Paz, saludémonos unos a otros en Cristo!
Consagración a Nuestra Señora (puede ser cantada)
D- Las madres aquí presentes quédense en el centro del grupo. Hagamos todos, con fe y gratitud, nuestra
consagración a nuestra Santísima Madre:
T- Oh mi Señora, y también mi Madre, yo me ofrezco, enteramente, todo/a a vos. Y en prueba de mi devoción,
hoy te doy mi corazón. Consagro a ti mis ojos, mis oídos, mi boca. Todo lo que soy deseo que a ti pertenezca.
Incomparable Madre, guardame, defendeme, como hijo/a y propiedad tuya. Amén.
20
Canto (si la Consagración no fuese cantada, escoger un canto en homenaje a María y a las madres)
Bendición Final
D- El Señor nos bendiga, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
T- Amén.
Confraternización
(Si fuese posible, hacer una confraternización con las madres y los demás presentes)
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Parte II - Celebraciones diversas
CELEBRACIÓN PARA EL DÍA DE LOS ABUELOS
Organización previa
Elaborar carteles con frases significativas que resalten la belleza de una vida larga. Preparar un pequeño altar con
mantel blanco, la imagen de san Joaquín y santa Ana (si fuera posible), fotos diversas de abuelos, familias, flores,
música apropiada, etc.
Bienvenida
D- Queridos hermanos y hermanas: hoy es un día de gracia para todos nosotros. Celebramos el Día de los
Abuelos. Ellos deben representar mucho para nosotros. ¡Qué bello es contemplar en su rostro la alegría de haber
vivido muchos años en este mundo! La vida es don de Dios. Y, con certeza, los abuelos son personas que gozan
largamente de este regalo. En ellos descubrimos que Dios es bondadoso. De ellos, también, aprendemos los
caminos misteriosos de la vida, la manera más simple de ser feliz. En ellos percibimos lo que significa la fidelidad
a Dios. A veces, a pesar de la vejez, ellos demuestran que vale la pena continuar para adelante. Difícilmente
pierden la esperanza. Recordemos que la edad avanzada no disminuye en nada la dignidad de la persona humana.
El valor de la vida es inmutable. En este año que se nos convoca a que defendamos la vida humana, alcemos
nuestra voz y afirmemos su carácter sagrado. ¡Elegir la vida es acoger con paciencia nuestros abuelos! ¡Que Dios
se digne bendecir a todos ellos! Con alegría, iniciemos nuestra celebración.
Canto de Apertura (a elección)
Señal de la Cruz
D- En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
T- Amén.
Recuerdo de los hechos de la vida
D- En este momento, vamos a recordar hechos que marcaron la historia de nuestra comunidad o de nuestra familia
en relación a nuestros abuelos.
Momento penitencial
D- Humildemente, reconozcamos delante de Dios, nuestros pecados: Señor, por las veces en que no respetamos
nuestros abuelos, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Señor, ten piedad de nosotros!
D- Cristo, por las veces en que no valorizamos debidamente nuestros abuelos, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Cristo, ten piedad de nosotros!
D- Señor, por las veces en que no tuvimos paciencia con nuestros abuelos, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Señor, ten piedad de nosotros!
D- Dios, lleno de amor y fuente de vida plena, tenga compasión de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve
a la vida eterna
T- Amén.
Oración
D- Dios de poder y misericordia, recibe bondadosamente nuestra oración por nuestros abuelos. Dales la gracia de
una vida llena de bendiciones, salud y felicidad. Por Cristo, nuestro Señor.
T- Amén
Proclamación de la Palabra de Dios: Eclo 25,5-8
L1- Lectura del Libro del Eclesiástico, capítulo 25, versículo 5 a 8.
Reflexionando sobre la Palabra de Dios
L1- Dios es amor. Libremente y por amor Él nos creó.
L2- La vida es don de Dios. Él la concede a quien quiere, en el momento en que desea. Feliz de aquél que es
agraciado por el Señor con ese regalo! Defenderla en todos sus estadios, o sea, desde la fecundación hasta la
muerte natural, es deber de todos nosotros.
L1- Cada día de nuestra existencia no tiene precio. Debemos aprovechar bien cada instante, ya que el tiempo no
vuelve atrás.
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L2- El texto que oímos nos revela la belleza de una vida bien vivida. La sabiduría de un anciano no puede ser
adquirida en una simple aula. No hay diploma que la represente, pues ella es construida en el transcurso de la
historia del ser humano con Dios.
L1- Qué agradable es sentarse y oír los consejos de alguien que saber ver la vida en un horizonte más amplio que
un joven…
L2- La experiencia de un anciano es un bien inestimable, un verdadero tesoro.
L1- La palabra dada por un anciano tiene más valor que cualquier documento escrito y firmado. ¡Su palabra está
ligada a su honra: el compromiso asumido es para ser cumplido!
L2- ¡Qué lindo contemplar el rostro de una persona que alcanzó una edad avanzada! Sus cabellos blancos
simbolizan la rectitud en sus juicios.
L1- Esas y tantas otras características sólo podemos encontrarlas en un anciano.
L2- Celebrando hoy el Día de los Abuelos, nos alegramos inmensamente. La presencia de ellos en nuestro medio
es señal viva de la bendición de Dios, bendición que se manifiesta en los largos años de existencia.
L1- Sentémonos con paciencia y escuchemos lo que nuestros abuelos tienen para decirnos. Dejémonos instruir
por ellos. La herencia que ellos cargan en el corazón, fruto de una historia construida con Dios, precisa ser llevada
adelante por todos nosotros.
L2- Qué pena que hoy en día muchos no san valor a las personas mayores! Cuántos viven abandonados dentro de
sus propias casas o en asilos… Después de haber dado la vida para crear a la familia, ahora son vistos como seres
que estorban. Se tornan inútiles.
L1- Agradezcamos a Dios por la gracia de habernos dado nuestros abuelos. Y que Él mismo nos bendiga en este
día y siempre!
Preguntas para reflexión en grupo
1. ¿Cómo es (o fue) nuestra convivencia con nuestros abuelos?
2. ¿Tenemos paciencia y comprendemos a las personas de edad avanzada?
3. ¿Qué debemos hacer, actualmente, para defender la vida, don de Dios?
Plegarias
D- Agradecidos por la vida de nuestros abuelos, elevemos al Señor nuestras súplicas. A cada invocación,
respondamos: ¡Señor, escucha nuestra plegaria!
L1- Para que la Iglesia colabore siempre más en la promoción y defensa de la vida humana, en todas sus fases,
recemos:
L2- Para que las familias sean graneros de la vida desde la concepción hasta la muerte natural, recemos:
L1- Para que los abuelos sean valorizados, respetados y amparados siempre, recemos:
L2- Para que todos los enfermos, sobre todo los mayores y desahuciados, sean tratados dignamente recemos:
(Plegarias espontáneas)
D- Todo eso te pedimos, oh Padre, por Jesucristo, tu Hijo, en la unidad del Espíritu Santo.
T- Amén.
Padrenuestro
D- De las manos, recemos con amor y confianza, la oración que el mismo Jesús nos enseñó. Padre nuestro…
Abrazo de Paz
D- ¡Como hijos e hijas del Dios de la Paz, saludémonos unos a otros en Cristo!
Bendición de los Abuelos
D- Pedimos a los abuelos que permanezcan en el centro del grupo. Vamos a extender nuestras manos sobre ellos y
suplicar al Padre su bendición. Recemos todos juntos:
T- Dios, todopoderoso, mira compasivo tu familia aquí reunida y dígnate bendecir a nuestros abuelos. Te
agradecemos por sus vidas. Y te pedimos que su ejemplo nos ayude a ser más fieles a tus mandamientos. Por
Cristo, nuestro Señor. Amén.
Consagración a Nuestra Señora (cantada o rezada)
D- Hagamos, con mucha fe y amor, nuestra consagración a María, nuestra Santa Mamá:
T- Oh mi Señora y, también, mi Madre, yo me ofrezco, enteramente, todo/a a vos. Y en prueba de mi devoción,
yo hoy te doy mi corazón. Consagro a ti mis ojos, mis oídos, mi boca. Todo lo que soy deseo que a vos
pertenezca. Incomparable Madre, guardame, defendeme, como hijo/a y propiedad tuya. Amén.
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Canto (si la Consagración no fue cantada, se puede elegir y cantar una canción en homenaje a María o a los
abuelos).
Bendición final
D- El Señor nos bendiga, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
T- Amén.
Confraternización
(Si fuera posible, hacer una confraternización con los abuelos y familias presentes)
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Parte II - Celebraciones diversas
CELEBRACIÓN PARA EL DÍA DEL PADRE
Organización previa
Que el ambiente sea organizado de manera simple, pero acogedora, con fotos o reportajes sobre padres, familias
en diversas circunstancias y situaciones, frases alusivas a la persona del padre, estampa o imagen de San José o de
la Sagrada familia, música, flores, Biblia, etc.
Bienvenida
D- ¡Queridos hermanos y hermanas aquí reunidos: sean muy bienvenidos! Estamos felices por este día.
Celebramos el Día del Padre. Ser Padre es una gracia inmensa de Dios a un hombre. Dios es el Padre por
excelencia: de Él procede toda paternidad. La vocación paterna debe estar profundamente ligada al modo de ser
Padre de nuestro Dios. El padre debe amar y cuidar de la familia que constituyó. Debe ser responsable, rezar
siempre y estimular a que todos hagan lo mismo. Debe ser el guardián del hogar, esto es, velar por el bien de
todos, en comunión con todos en la familia. ¡Que Dios bendiga a nuestros padres! Ellos son personas
inmensamente importantes para nosotros. Y debemos amarlos mucho. Ser padre es colaborar con Dios Creador en
la transmisión de la vida humana. La familia, constituida naturalmente entre hombre y mujer y fundada en el
Sacramento del Matrimonio, es el lugar privilegiado para eso. En ella, la promoción y defensa de la vida es deber
permanente de todos. Empeñémonos siempre más en cumplir nuestra misión. Elegir la vida es ejercer con
responsabilidad y amor la paternidad! Con sincera alegría y gratitud al Padre, iniciemos nuestra celebración.
Canto de Apertura (a elección)
Señal de la Cruz
D- En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo
T- Amén
Recuerdo de los hechos de la vida
D- En este momento, vamos a recordar algún hecho que marcó la historia de nuestra familia en relación a nuestro
padre.
Momento penitencial
D- De corazón contrito y humilde, reconozcamos delante de Dios, nuestros pecados: Señor, por las veces en que
no amamos a nuestro padre, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Señor, ten piedad de nosotros!
D- Cristo, por las veces en que no valorizamos debidamente a nuestro padre, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Cristo, ten piedad de nosotros!
D- Señor, por las veces en que no respetamos y honramos a nuestro padre, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Señor, ten piedad de nosotros!
D- Dios, lleno de misericordia, tenga compasión de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida
eterna.
T- Amén.
Oración
D- Oh Dios, Padre de misericordia, mira tu familia aquí reunida y derrama tus bendiciones sobre nosotros. Ayuda
a todos los padres a ser fieles a su misión, auxiliándolos en sus debilidades. Por Cristo, nuestro Señor.
T- Amén.
Proclamación de la Palabra de Dios: Mt 1,18-25
L1- Proclamación del Evangelio según san Mateo, cap. 1, versículos 18 a 25.
Reflexionando sobre la Palabra de Dios
L1- La Palabra que acabamos de oír nos coloca en una situación dramática.
L2- José y María habían hecho sus planos para la vida normal de una pareja prometida en matrimonio.
L1- Ciertamente ellos se preparaban, como cualquier otra pareja de su tiempo, para constituir una familia.
L2- Pero le sucedió algo inesperado a María: Ella es elegida por Dios para ser la Madre de su Hijo, Jesús. Ella no
duda y acepta la propuesta divina. Con eso, cede sus proyectos humanos, para abrazar la voluntad de Dios.
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L1- José entra en escena. Al principio, no comprende lo que había sucedido. Pero como hombre justo, íntegro, no
quería difamar a María, que estaba prometida a él en matrimonio. Resuelve entonces, en secreto, abandonarla.
L2- Pero Dios interviene nuevamente en la historia. Ahora, a través de un Ángel, se aparece a José en un sueño. Y
José no duda.
L1- Él tiene una experiencia tan profunda de Dios que es capaz de cambiar el rumbo de sus decisiones, de su vida.
Con la proximidad del Señor y sintiendo su infinito amor, José también abraza el proyecto divino para sí. El
sentido de su existencia se ensancha. La vida humana encuentra su plenitud en nuestra adhesión al Señor. ¡Esto es
maravilloso!
L2- Al despertar, José se levanta y hace como el Ángel del Señor le había dicho.
L1- ¡Qué bello ejemplo a seguir! María y José renuncian a sus sueños y colocan en el centro de su existencia el
deseo de Dios. Y hacen todo conforme el Señor les ordenó. Colaboran con Dios, para nuestra salvación.
L2. Dios es bondadoso, es amoroso. Quien lo experimenta en la vida, se abre para los otros, Eso debe hacer todo
padre en la familia.
L1- Los actos de María y José sirvieron para la redención de todo el género humano.
L2- Aprendamos como san José a ser justos, a obedecer a Dios, a ceder a nuestros proyectos, para hacer de la
voluntad de Dios el proyecto de nuestra vida.
L1- San José es más que un ejemplo de padre. De hecho, es el padre adoptivo de Jesús. Es responsable por su
familia. Él es ejemplo de defensor de la vida. Él guarda con cariño la vida de aquél que es el Autor de toda la
Vida, Jesucristo.
L2- ¡Que todos los padres sigan el ejemplo de san José, en la fidelidad a Dios y a su familia!
Preguntas para reflexión en grupo
1. ¿Qué debe significar, para cada padre, la expresión “Paternidad Responsable”?
2. ¿Cuáles son las alegrías y dificultades de ser padre hoy?
3. ¿Qué hemos hecho para demostrar, al padre que tenemos, que lo valoramos?
Plegarias
D- Con confianza elevemos a Dios nuestras súplicas. A cada invocación, respondamos: ¡Señor, escucha nuestra
plegaria!
L1- Para que vivamos en armonía con nuestra familia, honrando a nuestro padre en todas las ocasiones, recemos:
L2- Para que valoricemos a nuestro padre, que tanto se sacrifica para que seamos lo que somos, recemos:
L1- Por todos los padres olvidados por sus familiares, para que Dios manifieste en ellos su consuelo y cariño,
recemos:
L2- Por los padres enfermos y desahuciados, para que sientan la fuerza divina y el amparo humano en sus
dificultades, recemos:
L1- Por todos los padres ya fallecidos, para que Dios Padre los acoja en su morada en el Cielo y los recompense
por todo el bien y el amor dedicados a su familia, recemos:
(Plegarias espontáneas)
D- Todo eso te pedimos, Padre, por Jesucristo, tu Hijo, en la unidad del Espíritu Santo.
T- Amén.
Padrenuestro
D- Vamos a darnos las manos y rezar a nuestro Padre, como Jesús nos enseñó: Padre nuestro…
Abrazo de Paz
D- Nuestro abrazo es señal de nuestra comunión de hijos de Dios. ¡Saludémonos unos a otros en Cristo!
Consagración de Nuestra Señora (puede ser cantada)
D- Pedimos a los padres que se queden en el centro del grupo. Hagamos con ellos nuestra Consagración a María,
nuestra Madre.
T- Oh mi Señora y, también, mi Madre, yo me ofrezco, enteramente, todo/a a vos. Y en prueba de mi devoción,
yo hoy te doy mi corazón. Consagro a ti mis ojos, mis oídos, mi boca. Todo lo que soy deseo que a vos
pertenezca. Incomparable Madre, guardame, defendeme, como hijo/a y propiedad tuya. Amén.
(Si la Consagración no fue cantada, elegir un canto en homenaje a Maria o a los padres).
Bendición Final
D- El Señor nos bendiga, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
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T- Amén.
Confraternización
(Si fuese posible, hacer una confraternización con los padres presentes)
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Parte II - Celebraciones diversas
CELEBRACIÓN PARA EL DÍA DEL NASCITURO
Organización previa
Que el ambiente sea organizado de manera simple, más acogedora, con fotos o reportajes de embarazadas,
recordando así a los nascituros. También pueden ser utilizadas música, flores, Biblia, etc.
Bienvenida
D- Queridos hermanos y hermanas: “¡Elige, pues, la vida!” (Dt 30,19). La invitación de la Iglesia para que
defendamos y promovamos la vida humana continúa resonando en nuestros corazones. Celebramos hoy en el
ámbito nacional, el Día del Nascituro, vértice de la Semana Nacional de la Vida. Nascituro es el ser humano en el
período de gestación en el útero materno. Dios es la fuente de la Vida. Por ende, es en Él que nacemos, existimos
y nos movemos, hasta que alcancemos nuestra meta definitiva, o sea, contemplar su rostro para siempre. Mientras
estamos en este mundo, somos llamados a ser promotores de la vida y sus guardianes. No podemos despreciarla
desde el momento de la concepción hasta su muerte natural. La vida humana es un valor inviolable. Todos
merecen el mismo respeto, por el simple hecho de ser personas. Recordemos, de modo especial, a quienes todavía
se encuentran en el vientre materno: los nascituros. Que ellos sean protegidos y amados desde entonces. ¡Elegir la
vida es defender con celo a los nascituros! Imploremos la bendición de Dios para todos nosotros y vamos a dar
inicio a nuestra celebración.
Canto de Apertura (a elección)
Señal de la Cruz (puede ser cantada)
D- En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
T- Amén.
Recordatorio de los hechos de la vida
D- En este momento, vamos a recordar algún hecho que marcó la historia de nuestra familia en relación con los
nascituros.
Momento penitencial
D- Humildemente, reconozcamos nuestras culpas y pidamos el perdón de Dios: Señor, por las veces en que no
defendemos y no promovemos la vida humana en todos sus estadios, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Señor, ten piedad de nosotros!
D- Cristo, por las veces en que hacemos caso omiso de los ataques contra la vida humana, ¡ten piedad de
nosotros!
T- ¡Señor, ten piedad de nosotros!
D-Señor, por las veces en que no valorizamos la dignidad de la persona humana, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Señor, ten piedad de nosotros!
D- Dios de misericordia, tenga compasión de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
T- Amén.
Oremos
D- Dios, Autor de la vida y lleno de amor, ayúdanos a seguir los pasos de tu Hijo, para que, pasando con Él por la
cruz, lleguemos a las alegrías de la vida eterna. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.
Proclamación de la Palabra de Dios: Gn 1,1-2,4
L1- Lectura del libro del Génesis, capítulo 1, versículos 1 a 2 y 4
Reflexionando sobre la Palabra de Dios
L2- Acabamos de oír el texto que relata la creación del mundo. Dios es su autor. Él crea todas las cosas. Hace que
todo pase del caos al cosmos. Hace que todo exista en plena armonía.
L1- Cada ser ocupa su espacio y converge para la realización del proyecto divino.
L2- Después de crear todas las cosas, Dios crea al hombre y a la mujer. Ellos son criaturas predilectas del Señor.
L1- Dios organizó todo el universo y lo preparó para ellos. Esto ya es señal de grandeza del amor divino por
nosotros. Toda la vida brota de Él. Nada pasó a existir sin Él.
L2- De modo especial afirmamos que la vida humana es obra de las manos de Dios. Ella nos es dada como don de
su infinita bondad. Así, no somos propietarios de nuestra existencia. Ella brota de Dios, se nutre de Él y tiende
hacia Él.
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L1- No tenemos derecho de interferir en el transcurso de la vida. Desde el momento de la concepción en el útero
materno, hasta la muerte natural de un ser humano, debemos promover la dignidad de la vida y defender su valor
sagrado. No existe una etapa que sea más importante que la otra. Todos los momentos de la vida son preciosos. Es
siempre la misma persona la que está allí. Desde que es concebida, debe ser respetada siempre.
L2- La persona no se hace menos o más humana en ninguno de los estadios de su existencia.
L1- Aquí destacamos el periodo de la vida del nascituro. Ese periodo coincide con la gestación (generalmente
nueve meses) en el útero materno. Es un ser indefenso, frágil. Él merece el mayor cuidado, más aún de nuestra
parte. ¡Alcemos nuestra voz y digamos sí a la vida, y no al aborto! Quien defiende la vida, promueve el proyecto
de Dios. Y toda defensa debe ser acompañada de la luz de nuestra fe y de los principios de la razón natural.
L2- Elegir la vida es defenderla siempre. Especialmente, la vida indefensa del nascituro.
Preguntas para reflexión en grupo
1. ¿Amamos la vida que nos fue dada por Dios?
2. ¿Somos defensores y promotores de la vida humana donde estamos?
3. ¿Cómo podemos valorizar la vida del nascituro?
Plegarias
D- A cada invocación, respondamos: Señor, ¡escucha nuestra plegaria!
L1- Para que la Iglesia, como Madre y Maestra, sea promotora de la vida de todos, siguiendo los pasos de su
Señor, recemos:
L2- Para que reconozcamos toda la Creación como obra del amor divino y la valoricemos siempre, conservándola
y cuidando bien de ella, recemos:
L1- Para que, en nuestra vida, seamos capaces de reconocer a Jesús como el Camino, la Verdad y la Vida, y lo
imitemos con gestos y palabras, recemos:
L2- Para que no dejemos de valorizar la vida de todos los que encontramos en nuestro camino, mirando más allá
de las apariencias y amándolos con sinceridad de corazón, recemos:
L1- Para que promovamos y defendamos la vida en todos sus estadios y, de modo particular, la vida del nascituro,
recemos:
D- Todo eso te pedimos, oh Padre, por Jesucristo, tu Hijo, en la unidad del Espíritu Santo.
T- Amén.
Padre Nuestro
D- Vamos a darnos las manos y rezar a nuestro Padre, como Jesús nos enseñó: Padre nuestro…
Abrazo de Paz
D- Nuestro abrazo es señal de nuestra comunión de hijos de Dios. Saludémonos unos a otros en Cristo!
Bendición de embarazadas y bebés (insertar alguna oración para las embarazadas y bebés)
Consagración a Nuestra Señora (puede ser cantada)
D- Pedimos a las embarazadas que se queden en el centro del grupo. Hagamos, con ellas, nuestra consagración a
María, nuestra Madre:
T- Oh mi Señora, y también mi Madre, yo me ofrezco, enteramente, todo/a a vos. Y en prueba de mi devoción,
hoy te doy mi corazón. Consagro a ti mis ojos, mis oídos, mi boca. Todo lo que soy deseo que a ti pertenezca.
Incomparable Madre, guardame, defendeme, como hijo/a y propiedad tuya. Amén.
Canto (si la Consagración no fuese cantada, escoger un canto en homenaje a María, a las embarazadas y a los
bebés)
Bendición Final
D- El Señor nos bendiga, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
T- Amén.
Confraternización
(Si fuese posible, hacer una confraternización con las embarazadas, los bebés y los presentes)
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Parte II - Celebraciones diversas
CELEBRACIÓN PARA EL DÍA DE TODOS LOS SANTOS
Organización previa
El ambiente debe estar organizado de manera simple, pero acogedora, con imágenes y cuadros que recuerden
nuestra devoción a los santos. También pueden ser utilizadas música, flores, Biblia, etc.
Bienvenida
D- Queridos hermanos y hermanas: con alegría nos reunimos hoy para celebrar la Solemnidad de Todos los
Santos. De una sola vez, la Iglesia recuerda a todos aquellos que se dejaron modelar, de modo especial, por la
gracia divina. Mismo siendo humanos como nosotros, ellos hicieron de sus vidas una donación a Dios y al
prójimo. Recordamos que la vocación a la Santidad se relaciona con todos los bautizados y bautizadas. Debemos
ser santos como Dios es santo. Y para nosotros transformarnos en santos, debemos buscar siempre con más
insistencia adaptar nuestra vida a la de Jesucristo. Como sus discípulos y misioneros, demos testimonio al mundo
de lo bueno que es permanecer en Él y Él en nosotros. Él es la buena noticia que necesitamos anunciar al mundo.
El lugar privilegiado para vivir la santidad es la familia. Ésta debe tornarse una comunidad de amor. Amor que es
el mismo Dios. Así, debemos hacer de nuestro hogar, una habitación divina, un pesebre vivo, un lugar de
intimidad entre nosotros y el Señor. ¡Que nuestra familia sea templo vivo del Salvador de la Humanidad!
Sentimos todavía, un llamado fuerte en el corazón para promover y defender la vida humana. Sabemos que ésta es
don de Dios y debe ser cultivada por un sincero compromiso nuestro. Tenemos conciencia de su carácter
provisorio en esta tierra y creemos firmemente que nuestra meta es la casa del Padre. Así, somos llamados a la
eternidad. ¡Elegir la vida es buscar con constancia la santidad! Confiados, iniciemos nuestra celebración.
Canto de Apertura (a elección)
Señal de la Cruz
D- En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
T- Amén.
Recordación de los hechos de la vida
D- En este momento, vamos a recordar algún hecho que marcó la historia de nuestra familia en relación a algún
santo o santa.
Momento penitencial
D- De corazón contrito y humilde, reconozcamos nuestras culpas y pidamos el perdón de Dios: Señor, por las
veces en que preferimos seguir el camino del pecado y nos alejamos de Ti, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Señor, ten piedad de nosotros!
D- Cristo, por las veces en que desobedecemos a tu mandato a la santidad, ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Cristo, ten piedad de nosotros!
D- Señor, por las veces en que nos cerramos en nuestro egoísmo, olvidándonos de Ti y del prójimo, ¡ten piedad de
nosotros!
T- ¡Señor, ten piedad de nosotros!
D- Dios que es nuestro Padre, tenga compasión de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
T- Amen.
Oremos
D- Dios, fuente de toda Santidad, mira con bondad a tu pueblo, mira nuestra debilidad y ayúdanos a ser Santos,
como Tú eres santo, a fin de que, en la lucha contra el pecado, salgamos victoriosos. Por Cristo, nuestro Señor.
T- Amén.
Proclamación de la Palabra de Dios: Mt 5,1-12
L1- Proclamación del Evangelio según san Mateo, capítulo 5, versículos 1 a 12.
Reflexionando sobre la Palabra de Dios
L2- Celebramos hoy la Solemnidad de Todos los Santos. Es día de que recordemos la vocación última de todos
nosotros bautizados y bautizadas.
L1- El texto de las bienaventuranzas nos revela el proyecto de Dios para nosotros. Jesús, el Nuevo Moisés,
instituye sobre la montaña la Nueva Ley. Ahora, podemos contemplar el rostro de Dios, diferente de lo que
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ocurrió en el Monte Sinai, cuando Moisés recibió las Tablas de la Ley. Lo que antes se veía debajo de un velo,
ahora, en la plenitud de los tiempos, el Señor se nos revela claramente.
L2- Jesucristo se hizo uno de nosotros. Si no podíamos llegar hasta el Cielo por causa de nuestros pecados, Dios
envió su Hijo hasta la Tierra, para revestirnos de su Divinidad, adoptarnos como sus hijos e hijas. Así, nos
tornamos más familiares del Señor.
L1- Delante de la infinita generosidad de Dios, somos llamados a ser sus discípulos y misioneros, llamados a la
Santidad. ¿Cómo puede suceder eso? El punto de partida es que descubramos la necesidad de estar a los pies de
Jesús, oyendo Su palabra, así como hizo María, hermana de Marta (Lc 10,40).
L2- La Santidad no es fruto de un mero esfuerzo humano, sino del estrechamiento de la intimidad con el mismo
Dios, fuente de toda Santidad. Y eso se da por nuestra adhesión a su proyecto de amor. A esto, el esfuerzo
humano se une, como forma de nuestra colaboración. Gracia divina y esfuerzo humano: He aquí los dos
elementos esenciales para asemejarnos al Señor.
L1- Es urgente que descubramos que el sentido más profundo de nuestra existencia solamente lo encontramos en
Jesucristo. Asumir su propuesta de vida no sólo es necesario para nosotros, sino que es la única vía que nos lleva a
una realización plena. Él es el Camino, la Verdad y la Vida (Jn 14,6).
L2- Recordemos: es en la familia que Dios nos llama a la Santidad. Cada uno debe asumir su misión. A los
esposos y a los padres cabe vivir con amor, fidelidad, responsabilidad y alegría la paternidad y maternidad,
transmitiendo la vida a los hijos e hijas, educándolos en los valores humanos y cristianos. A los hijos e hijas cabe
obedecer a los padres y vivir fraternalmente entre sí.
L1- Unidos a la Iglesia, la búsqueda de la santidad se da, también, en la promoción y defensa de la vida humana,
desde su concepción hasta la muerte natural. La vida es don de Dios. Él quiere de nosotros el compromiso sincero
de velar por ella.
L2- ¡Dios nos ayude a ser más santos!
Preguntas para reflexión en grupo
1. ¿Estamos siendo fieles a nuestro llamado a la Santidad?
2. ¿Cómo nos tornamos más santos en la familia de hoy?
3. ¿Cómo conciliar la búsqueda de la Santidad y la defensa de la vida humana?
Plegarias
D- A cada invocación respondamos: ¡Señor, escucha nuestra plegaria!
L1- Por la Iglesia, para que eduque siempre con más celo sus hijos para la Santidad, recemos:
L2- Por los gobernantes, para que, promoviendo el bien común, colaboren en la construcción de una sociedad más
justa y fraterna, recemos:
L1- Por las familias, para que se conviertan con más intensidad comunidades de amor y espacio privilegiado para
vivir la Santidad, recemos:
L2- Por todos nosotros, para que descubramos el verdadero sentido de nuestra vida en el encuentro con Jesucristo,
recemos:
(Plegarias espontáneas)
D- Todo eso te pedimos, oh Padre, por Jesucristo, tu Hijo, en la unidad del Espíritu Santo.
T- Amén.
Padrenuestro
D- Vamos a darnos las manos y rezar a nuestro Padre, como Jesús nos enseñó: Padre nuestro…
Abrazo de Paz
D- Nuestro abrazo es señal de nuestra comunión de hijos de Dios. ¡Saludémonos unos a otros en Cristo!
Consagración a Nuestra Señora (puede ser cantada)
D- Hagamos juntos nuestra consagración a Nuestra Señora, pidiéndole que seamos más santos.
T- Oh mi Señora, y también mi Madre, yo me ofrezco, enteramente, todo/a a vos. Y en prueba de mi devoción,
hoy te doy mi corazón. Consagro a ti mis ojos, mis oídos, mi boca. Todo lo que soy deseo que a ti pertenezca.
Incomparable Madre, guardame, defendeme, como hijo/a y propiedad tuya. Amén.
Canto (si la Consagración no fuese cantada, elegir un canto en homenaje a María, la Reina de todos los Santos).
Bendición Final
D- El Señor nos bendiga, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo
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T- Amén.
Confraternización
(Si fuese posible, hacer una confraternización con los presentes)
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Parte II - Celebraciones diversas
CELEBRACIÓN PARA LA SOLEMNIDAD DE LA SAGRADA FAMILIA
Organización previa
Solicitar que los presentes traigan una vela y una flor, simbolizando su familia, para ser ofrecidas a la Sagrada
Familia. Preparar un pequeño altar con mantel blanco, música apropiada, flores, vela, cuadro o imagen de la
Sagrada Familia, Biblia, etc.
Bienvenida
D- Queridos hermanos y hermanas aquí reunidos: ¡sean todos bienvenidos! Es tiempo de gracia para todos
nosotros. ¡El Señor nació y vino a quedarse con nosotros! Con el mismo espíritu de Navidad, celebramos hoy la
Solemnidad de la Sagrada Familia. ¡Agradezcamos a Dios este don tan precioso! El Señor quiso nacer en la
familia de Nazareth. ¡Y así, Él santificó esa institución fundamental para nosotros! Presentemos a Dios nuestra
gratitud por su presente: la gracia de tener una familia. ¡Que Él mismo nos bendiga! Que nuestra familia sea el
lugar donde Jesucristo permanezca. Que ella sea un granero de la vida, de amor y de fraternidad. ¡Digamos sí a
todo lo que promueva y defienda la vida humana y estaremos colaborando con la Iglesia. Elegir la vida es vivir en
la sacralidad de la familia! Alegremente, iniciemos nuestra celebración.
Canto de Apertura (a elección)
D- Durante el canto de apertura, que cada familia encienda su vela y traiga su flor, para ofrecerla delante del
cuadro de la Sagrada Familia. Así queremos simbolizar la entrega total de nuestra familia a Dios. Después de
ofrecer todas las flores, se apagan las velas.
Señal de la Cruz
D-En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
T- Amén.
D- ¡Que la gracia de Dios, nuestro Padre, el amor de Jesucristo, nuestro Hermano, y la comunión del Espíritu
Santo estén con nosotros!
T- ¡Bendito sea Dios que nos reunió en el amor de Cristo!
Recordatorio de los hechos de la vida
D- En este momento, vamos a recordar algún hecho distintivo de nuestra familia que nos motiva a agradecer a
Dios por ella.
Momento penitencial
D- Con el corazón contrito y humilde, reconozcamos, delante de Dios, nuestros pecados: Señor, Tú que nos
amaste hasta el fin, perdona nuestra falta de amor en el seno de nuestra familia, y ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Señor ten piedad de nosotros!
D- Cristo, Tú que quisiste nacer pobre, en la familia de Nazareth, perdona nuestra ambición por los bienes
materiales, y ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Cristo, ten piedad de nosotros!
D- Señor, Tú que creaste la familia como santuario de vida, perdona nuestra indiferencia para con la vida de
nuestro prójimo y ¡ten piedad de nosotros!
T- ¡Señor, ten piedad de nosotros!
D- Dios, que es nuestro Padre, tenga compasión de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida
eterna.
T- Amén.
Proclamación de la Palabra de Dios: Lc 2,41-52.
L1- Proclamación del Evangelio según san Lucas, cap. 2, vers. 41 a 52.
Reflexionando sobre la Palabra de Dios
L1- La familia es un don precioso de Dios. Constituida naturalmente por hombre y mujer, elevada a su plenitud
por el Sacramento del Matrimonio, es lugar privilegiado para la realización humana y cristiana.
L2- Dios quiso que su Hijo, existente desde toda la eternidad, se hiciese Hombre y naciese en una familia,
haciendo de ella el Santuario de vida.
L1- Con ese acontecimiento, Dios santificó la familia, haciendo de ella el Santuario de la vida.
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L2- El Autor de la Vida asumió en todo nuestra condición, menos el pecado. Quiso someterse a la vida familiar
para enseñarnos que toda persona que desea realizarse no puede prescindir de esa realidad primordial. Esa es la
belleza de la Solemnidad que hoy celebramos.
L1- En el tiempo festivo de la Natividad del Señor, la Iglesia insiste en evidenciar que el nacimiento de Jesús, en
la pequeña ciudad de Belén, es una Buena Nueva, que da sentido profundo a toda la humanidad y, de modo
especial, a la familia.
L2- Él se sometió a sus padres y fue, en todo, obediente a ellos. Sin embargo, nunca dejó de ocuparse de las cosas
de su Padre.
L1- De esa manera, nos enseña que la familia es un lugar donde debemos servir a Dios y al prójimo. Jesús no se
olvidaba de las cosas del Padre, pero, al mismo tiempo, era sumiso a sus padres. La familia es el lugar
privilegiado de promoción, defensa y servicio a la vida. Esa misión nos va a acompañar siempre. Seamos fieles a
ella.
L2- En nuestros hogares, también hoy debemos aprender ese ejemplo. Necesitamos siempre de Dios y debemos
servir siempre a Él. Por otro lado, cada uno también precisa someterse al otro. Al final, reinar con Jesús significa
servir al extremo.
L1- La familia deber ser un verdadero pesebre, donde acogemos al Hijo de Dios, donde Él siempre ocupa el
centro. Como María y José recibieron a Jesús, somos llamados a hacer lo mismo.
L2- ¡Que al celebrar la Solemnidad de la Sagrada Familia, Dios bendiga a todas nuestras familias!
Preguntas para la reflexión en grupo
1. ¿Qué virtudes vividas por la Sagrada Familia cultivamos en nuestra familia?
2. ¿Cultivamos el valor sagrado de la vida humana en nuestras familias, hoy?
3. ¿Cuáles son las mayores alegrías y dificultades de la familia hoy?
Plegarias
D- Llenos de alegría en el corazón, elevemos nuestras súplicas a Dios. A cada invocación, respondamos: ¡Señor,
escucha nuestra plegaria!
L1- Para que la Iglesia ilumine a todas las familias con la Luz de Jesucristo, nacido en Belén, recemos:
L2- Para que toda la sociedad se deje guiar por el Hijo de Dios, nacido entre nosotros en la Familia de Nazareth,
recemos:
L1- Para que aprendamos a servir a Dios y al prójimo en nuestra familia, recemos:
L2- Para que los enfermos y las familias sufrientes encuentren en Jesucristo consuelo y fuerza, recemos:
(Plegarias espontáneas)
D- Todo eso te pedimos, Oh Padre, por Jesucristo tu Hijo, en la unidad del Espíritu Santo.
T- Amén.
Padrenuestro
D- Vamos a darnos las manos y rezar, como familia de los hijos e hijas de Dios, a nuestro Padre: Padre nuestro…
Abrazo de Paz
D- Nuestro abrazo es señal de nuestra comunión como familia de Dios. ¡Saludémonos unos a otros en Cristo!
Bendición de la familia
D- Recemos todos juntos:
T- Dios, Padre de bondad eterna, mira a tus hijos e hijas aquí reunidos y derrama tus bendiciones sobre nosotros.
Ayúdanos a imitar el ejemplo de la Sagrada Familia de Nazareth y haz, por Su intercesión, que nuestra familia
viva siempre en paz y alcance, un día, la vida eterna. Por Cristo, nuestro Señor. Amen.
Consagración a Nuestra Señora (puede ser cantada)
D- Hagamos, con gran amor y devoción, nuestra consagración a María, nuestra Madre:
T- Oh mi Señora, y también mi Madre, yo me ofrezco, enteramente, todo/a a vos. Y en prueba de mi devoción,
hoy te doy mi corazón. Consagro a ti mis ojos, mis oídos, mi boca. Todo lo que soy deseo que a ti pertenezca.
Incomparable Madre, guardame, defendeme, como hijo/a y propiedad tuya. Amén.
Canto (si la Consagración no fuese cantada, escoger un canto en homenaje a María o la Oración por la Familia)
Bendición Final
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D- El Señor nos bendiga, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo
T- Amén.
Confraternización
(Si fuese posible, hacer una confraternización con las familias)
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ORACIÓN FINAL
Nosotros te alabamos Señor, Dios de la Vida
Bendito seas, porque nos creaste por amor.
Tus manos nos modelaron desde el vientre materno.
Te agradecemos por nuestros padres, familias y todas las personas
que cuidan de la vida humana desde su inicio hasta su fin.
En Ti somos, vivimos y existimos.
Bendice a todos y todas los que velan por la vida humana y la promueven.
Bendice a las embarazadas y a todos los profesionales de la salud.
Da a las personas y a las familias el pan de cada día, la luz de la fe y el amor fraterno.
Nuestra Señora de Aparecida, intercede por nuestros nascituros, nuestros niños, nuestros jóvenes,
nuestros adultos y nuestros mayores, para que tengan vida plena en Jesús,
que ofreció su vida en favor de todos.
Amén.
D. Orlando Brandes
Arzobispo de Londrina-PR
Presidente de la Comisión Episcopal
para la Vida y la Familia (CNBB)
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Coordinación General
D. Orlando Brandes
Obispo de Londrina (Paraná)
Presidente de la Comisión Episcopal Pastoral para la Vida y la Familia - CNBB
P. Luiz Antonio Bento
Asesor de la Comisión Episcopal Pastoral para la Vida y la Familia - CNBB
Secretario Ejecutivo de la Comisión Nacional de Pastoral Familiar - CNPF
Texto: Padre Cláudio Antonio Delfino
Textos consultados en la elaboración:
Biblia de Jerusalén
Catecismo de la Iglesia Católica
Constitución pastoral Gaudium et spes - Concilio Vaticano II
Encíclica Deus caritas est - Papa Benedicto XVI
Exhortación apostólica Rosarium Virginia Mariae - Papa Juan Pablo II
Directorio de la Pastoral Familiar de Brasil - CNBB
Documento de Aparecida - Texto Conclusivo de la Vº Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del
Caribe
♦ Texto Base de la Campaña de la Fraternidad 2008: “Fraternidad y Defensa de la Vida”
♦
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La traducción al idioma español y la difusión de este texto fueron debidamente autorizadas por Dom João
Carlos Petrini, presidente de la Comisión Episcopal para la Vida y la Familia de la Conferencia Nacional
de los Obispos de Brasil (CNBB)
Buenos Aires, 17 de junio de 2011.Sr. Presidente
Comisión Episcopal Pastoral
para la Vida y la Familia (CNBB)
Dom João Carlos Petrini:
Tengo el agrado de dirigirme a Ud. en referencia a la publicación "Hora da Familia" Tema Central da
Semana Nacional da Familia: "Escolhe, pois, a vida", del año 2008 (guía para celebraciones que tienen como
núcleo central el tema de la vida), con la cual hemos tomado contacto y que encontramos de mucha utilidad
para este año 2011 que la Conferencia Episcopal Argentina ha establecido como "Año de la Vida".
Creemos que esta publicación puede resultar de sumo interés para parroquias, colegios e instituciones
religiosas.
Por esta razón le solicitamos su autorización para poner la versión traducida al español que hemos
realizado (la cual adjuntamos), al alcance de la comunidad católica y de los diversos agentes de pastoral que
puedan estar interesados en ella; por supuesto citaremos sus fuentes y autores.
Aguardando su respuesta, saludo a Ud. muy cordialmente.
Pbro. Lic. Rubén Revello
Coordinador
Instituto de Bioética
Facultad de Ciencias Médicas
Pontificia Universidad Católica Argentina
19/06/2011
Carissimo
Pbro. Lic. Rubén Revello
Coordinador Instituto de Bioética Facultad de Ciencias Médicas Pontificia Universidad Católica Argentina
Venho, por meio deste, em nome de Dom João Carlos Petrini, Presidente da Comissão Episcopal Pastoral para a
Vida e a Família da CNBB, autorizar la publicación en versión traducida al español - "Hora da Familia - da
Semana Nacional da Familia: "Escolhe, pois, a vida", del año 2008 (guía para celebraciones que tienen como
núcleo central el tema de la vida).
Por ser Verdade sou Fé.
Pe. Luiz Antonio Bento
Assessor Nacional da Comissão Vida e Familia - CNBB
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