Empresarios: autocritica y balance

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Otro año que comienza…
Empresarios:
Autocrítica y balance
Fin de año es momento para balances y evaluaciones. Los empresarios tenemos motivos
para estar satisfechos, pero también tenemos pendientes en la lista de nuestras tareas y
responsabilidades impostergables.
Visión global. Hay una nueva
generación de empresarios con ambiciones
globales, que no están enfocados en pedirle al
Estado protección o “tiempo para reconvertirse”. Profesionales formados, que recorren
el mundo, y que concentran sus energías en
buscar desaf íos que valgan la pena ser acometidos. Algunos, exitosos, venden sus empresas
y acto seguido abren otras nuevas, con mejor
respaldo y capitalizando aprendizajes. Surge
una generación de “empresarios seriales” que
crea valor, genera trabajo, paga impuestos y
se convierte en modelo para uruguayos que
rechazan la seguridad del empleo como plan
de vida. Miran al mundo sin inocencia, pero
ven en él, cada día, más y mayores oportunidades. Piensan en grande y son la esperanza
de un futuro mejor para todos.
Regulación laboral. La regulación laboral sigue rigidizándose. Cada
día es más incompatible con empresas innovadoras y ágiles. El Estado nos dice a los
empresarios cuándo, cuánto, cómo y para
quiénes deben ser los aumentos. En algunos
casos hasta cuales son las categorías, los horarios y los beneficios. Cada día es más dif ícil
premiar productividad, incentivar conductas
innovadoras, reconocer el compromiso o fomentar el valor agregado. Frente a esta realidad irracional, los empresarios oscilamos
entre la resignación y la protesta primaria,
dos opciones igualmente improductivas.
Estamos en falta al no pensar con rigor y
profundidad una alternativa al actual modelo
perverso, debemos proponer una visión ética
eficiente para el conjunto de la sociedad, y
comunicarla efectivamente.
Liderazgo social. Muchas de las
instituciones e infraestructuras que requieren
una actividad empresarial moderna no se resuelven en un día o un año. Los empresarios,
como colectivo, no hemos sabido reunirnos a
pensar, planificar e invertir en la construcción
de una visión diferente y más ambiciosa de
la que heredamos. Empresarios de otros países tienen centros de estudio que proponen
cambios, critican lo equivocado y reconocen
lo acertado. No tenemos ni esos centros ni
líderes empresariales que sean voceros de una
visión alternativa. La idea de que lo mejor
que un empresario exitoso puede hacer es
pasar desapercibido abdica de nuestra responsabilidad social y nos expone a que siga
creciendo la incomprensión de nuestro papel
en la comunidad. Si creemos que la empresa
privada es el pilar de la economía y la sociedad,
debemos difundir esa visión. Y los empresarios exitosos deben convertirse en ejemplos y
mentores de los uruguayos con sueños.
Educación. Nuestra actual prosperidad será prisionera de la coyuntura internacional si no podemos influir en lo que, para
destacar sus diferencias esenciales respecto de
“distribuir la riqueza”, el Ministro de Economía llamó en 2010 la “distribución del capital
humano”. Uruguay viene dilapidando fortunas
en presupuestos de educación que financian
burocracias incompetentes. Los empresarios
debemos denunciar el despilfarro de los impuestos que pagamos. Y no lo hacemos con
suficiente énfasis, frecuencia y profundidad.
Pero no alcanza con quejarse, se requiere
aportar reflexiva y constructivamente a la
solución. Debemos también asegurarnos
que surja un modelo que produzca educación
y valores sociales de calidad. Sin ejecutivos
y empleados educados, con valores sociales
sólidos, con cabeza abierta, con ambición de
ir a más, seremos en el mejor de los casos el
furgón de cola de las economías dinámicas.
Asistencialismo y adormecimiento. Los empresarios protestamos
en privado por el asistencialismo primario,
pero no generamos una alternativa éticamente
superior. Sabemos que el asistencialismo solamente reproduce las condiciones y los valores
sociales que mantienen sectores enteros en la
marginalidad, pero no estamos haciendo suficiente para que se construya un puente sobre
la fosa que separa el país de los que tenemos
oportunidades del país de los que subsisten sin
posibilidades ni esperanza. Estamos en falta y
Andrés Cerisola
[email protected]
asumimos un gran riesgo porque, en un país
socialmente fracturado, somos candidatos de
alto perfil a chivos expiatorios del prejuicio
irracional o del populismo oportunista.
Seguridad. La seguridad f ísica es
un componente del ambiente de negocios
que promueve la inversión. Nuestra reacción
hoy es la queja. Debemos actuar como colectivo para proponer soluciones constructivas
antes de que las personas empiecen a llevar
sus familias a países que hicieron en esta
materia lo que hoy se sabe que funciona.
Los empresarios uruguayos, por cultura y
valores, no servimos para casas enrejadas,
autos blindados y guardaespaldas. Tenemos
que asumir el compromiso de una solución
para todos los uruguayos. Porque es lo moralmente correcto y porque es mucho más
barato solucionar la seguridad como bien
público, que invertir en un esfuerzo individualista y estéril por aislar a nuestras familias
de una realidad aterradora.
Filantropía y Responsabilidad Social Empresaria. Más
allá de los eslóganes y, probablemente por
nuestros reflejos estatistas, la sociedad uruguaya no termina de incorporar un verdadero
sentido comunitario y de sociedad civil. Por
iniciativa del vicepresidente Astori cuando
era ministro, Uruguay dio un paso para incentivar donaciones empresariales a las universidades. La reacción de los empresarios fue
tímida, por decirlo de un modo generoso con
nosotros mismos. Es solo un ejemplo, pero
si como colectivo no abrazamos una actitud
de espíritu pro bono, no nos podemos quejar
cuando somos víctimas de los estereotipos.
Un año nuevo comienza y no empieza aún
bajo el signo de una crisis económica severa.
Es el momento ideal para que los empresarios, luego de levantar la copa junto a todos
los uruguayos para brindar por el año 2013,
tomemos el lápiz y la billetera para, colectivamente, asumir ahora más responsabilidades
y profundizar la acción social constructiva.
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