CUADERNO CAPEL N°49 - Instituto Interamericano de Derechos

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CUADERNO CAPEL Nº 49
ABSTENCIONISMO Y PARTICIPACIÓN ELECTORAL
INTRODUCCIÓN
El Centro de Asesoría y Promoción Electoral -CAPEL-, presenta con el número 49 de su
Serie Cuadernos de CAPEL, en versión de disco compacto, una compilación de trabajos y
documentos que se relacionan con el tema del abstencionismo y la participación política,
todos éstos analizados desde diversas perspectivas por los autores y presentados en cuatro
partes, tal como se describe a continuación.
En la Parte I del volumen se han incluido las ponencias presentadas en el marco de la XVII
Conferencia del Protocolo de Tikal, que tuvo lugar del 24 y 26 de septiembre de 2003 en
San José, Costa Rica. La Parte II incluye los informes y diagnósticos sobre el fenómeno
del abstencionismo y la participación política realizados en 9 países de América Latina y el
Caribe. En la Parte III se han incluido las reflexiones –textos base- de académicos y
pensadores, que se inscribieron como lecturas en el contexto del foro electrónico
“Participación y Abstención Electoral” puesto en red por CAPEL en su página web
www.iidh.ed.cr/comunidades/redelectoral/, durante los meses de agosto a diciembre de
2003. Y finalmente, en la Parte IV se transcriben los comentarios que suscitó este medio
electrónico de discusión en torno a los temas, entre los diferentes visitantes a este medio de
divulgación.
Cabe a este respecto anotar que, dadas las múltiples peticiones para la apertura de un
espacio de discusión sobre la participación y abstención electoral, el Centro de Asesoría y
Promoción Electoral –CAPEL- generó el citado foro electrónico sobre el tema, con el fin de
contribuir con el desarrollo de su estudio. Es esta materia de actualidad en las agendas de
los países de la región, que en mayor o menor medida los involucra.
Las reacciones que despierta la abstención dependen del concepto del voto que manejemos.
Son varios y distintos estos conceptos: sufragar es elegir efectivamente, o constituirse en
gestor de una función pública, si es el ejercicio de un derecho que corresponde al ciudadano
como un titular más de la soberanía o es el cumplimiento voluntario con la obligación
emanada de la propia condición ciudadana Para cada una de estas posiciones, el ejercicio
del voto o la abstención implicarán consecuencias distintas.
Pero el sufragio no se percibe como una institución aislada, es por su intermedio que la
participación ciudadana se traduce en mecanismo de legitimación para los gobernantes,
tanto en su designación como en su desempeño. Y desde esta perspectiva, el crecimiento o
una tendencia persistente de la abstención puede significar mucho más que el no ejercicio
de un derecho.
El abstencionismo electoral es una actitud o comportamiento del elector que no ejerce su
derecho al sufragio. Es importante esta precisión puesto que un elector puede ser un
activista político contrario al voto desarrollando así una participación política y no votar. El
1
que se abstiene no ejerce un derecho -el de votar-, pese a estar habilitado o calificado para
hacerlo, pero abstencionismo no significa abstenerse de la participación política sino de
votar. Al analizar la abstención, es importante tener presente que la gente no vota por
motivos bastante diversos, motivos que a su vez, pueden variar de una elección a otra.
Así como pueden variar las perspectivas acerca de su incidencia, varían también los grados
de participación electoral y abstencionismo según el tipo y naturaleza de las elecciones. El
elector es estimulado por esta variable. Las elecciones que forman parte de las transiciones
a la democracia suelen ser más participativas que otras en el tiempo. Igual ocurre con las
elecciones que son altamente competitivas. De la misma manera, es frecuente observar una
mayor participación electoral allí donde se presenta una simultaneidad perfecta entre
elecciones presidenciales y parlamentarias. Por lo general, cuando están separadas, las
parlamentarias son menos concurridas que las presidenciales. Lo mismo ocurre entre las
elecciones subnacionales (municipales, regionales, estatales, etc.), en relación también con
las presidenciales.
La incidencia de la abstención en la vida política y electoral varía considerablemente de un
país al otro. Por ello, los informes que se incluyen en este Cuaderno son indicación de una
realidad disímil. Se han incorporado los diagnósticos elaborados por los Organismos
Electorales de Santa Lucía, República Dominicana, Panamá, Nicaragua, Jamaica,
Honduras, Guatemala, El Salvador y Costa Rica.
Para cerrar este número 49 de la Serie Cuadernos de Capel, el incluir los comentarios
emanados del foro electrónico tuvo el objetivo, primeramente, de motivar mediante las
lecturas – textos base - a los visitantes que se inscribieron en el marco de este foro de
discusión. A manera de conclusión se pueden inferir tendencias después de sus lecturas
que resultan un aporte para los temas.
Capel agradece tanto a los autores de las ponencias presentadas en la XVII Conferencia del
Protocolo de Tikal, con los cuales da inicio el volumen, como a los investigadores de los
Organismos Electorales que realizaron los informes y diagnósticos de los países.
Asimismo, a los distintos autores de los textos base que sirvieron de lectura en el marco del
foro electrónico y a los comentaristas con cuyos aportes finaliza este número.
José Thompson,
Director de CAPEL
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Nombre del autor: Dieter Nohlen
Título: Ampliación de la participación política y reducción del
abstencionismo:
ejes de una cultura democrática y una nueva ciudadanía para el siglo XXI
Conferencia: XVII Conferencia Protocolo de Tikal
Sede: San José, Costa Rica
Fecha: 24 de septiembre del 2003
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Contenido
Introducción........................................................................................................................ 3
Contenido de la conferencia ............................................................................................... 4
1. Tres distinciones dicotómicas..................................................................................... 4
2. Razones del abstencionismo....................................................................................... 6
3. El enfoque teórico y el contexto ................................................................................. 7
4. Los organismos electorales y la participación electoral ............................................. 8
5. Los organismos electorales y la cultura democrática ............................................... 10
6. Teoría de la participación ......................................................................................... 10
7. Los organismos electorales y la cultura política....................................................... 12
8. El abstencionismo en América Latina ...................................................................... 12
9. Comprender el abstencionismo ................................................................................ 13
10. Síntesis en diez tesis ............................................................................................... 14
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Introducción
La democracia en América Latina se ve confrontada con varios retos. Entre ellos, se
encuentran las enormes expectativas que la ciudadanía asocia a este régimen político,
renovadas con cada elección, con cada candidato que es capaz de ganar el voto del
electorado con sus promesas de un mañana mejor. Frente a las expectativas creadas, el
desempeño de la democracia, es decir de la élite política gobernante, queda muy por detrás,
fenómeno que deriva -en el ámbito de las reacciones de los ciudadanos- en frustración y
desafección.
El tema que los organizadores de la Conferencia me han propuesto para tratar genera
también muchas expectativas y temo que -si no logro moderarlas desde un principioconduzcan a sentimientos similares de desencanto respecto a mi desempeño. Demás está
decir que CAPEL y la Asociación de Organismos Electorales hacen hincapié en la
importancia de sus funciones. Sociológicamente hablando, toda institución tiende a la
autoestima, si se autoconsiderara superflua poco tardaría en dejar de existir. Pero más allá
de este requisito funcional, no cabe duda -visto ahora desde fuera- que su ámbito de acción
y los fenómenos en los que puede influir, en una palabra: la participación política y en
especial la electoral, juegan un rol fundamental en el desarrollo de la democracia en
América Latina.
Sin embargo, permítaseme colocar entre tímidos signos de interrogación la afirmación
contenida en el tema de mi conferencia: ¿Ampliación de la participación política y
reducción del abstencionismo? ¿Ejes de una cultura democrática y una nueva ciudadanía
para el siglo XXI?
¿Y a qué se debe mi sugerencia? Tengo varias razones para hacerla. Permítaseme señalar
por el momento solo tres.
1. La cultura democrática como característica de una cultura política es un concepto mucho
más amplio que el que parece suponerse en el título; la participación política, y en especial
la electoral, constituye solo uno de los elementos constitutivos, relativizado a su vez por
otros aspectos que forman parte de un concepto más integral.
2. Vale cuestionar la relación entre participación y cultura política y preguntarse, si una
nueva cultura política es o no precondición necesaria para la ampliación de la participación
política y electoral. La relación es más bien inversa a la supuesta.
3. La aspiración a una nueva ciudadanía me parece muy ambiciosa. Proponerla como meta
me parece muy por encima del discurso de un cientista social como el que les habla.
3
Estas reflexiones acompañan mi convicción de que la participación política es un fenómeno
extremadamente complejo, y como tema, abarca aspectos conceptuales, normativos y
empíricos entrelazados que no pocas veces originan confusiones.
Contenido de la conferencia
Considero necesario, en primer lugar, introducir algunas distinciones que posibiliten una
mejor comprensión del fenómeno. Luego quisiera precisar la relación entre los organismos
electorales y la participación electoral, haciendo hincapié en su doble función principal, la
de organizar las elecciones y de velar por la honestidad y credibilidad de sus resultados por
un lado y de la capacitación electoral, es decir el reclutamiento y la formación de su
personal en función de un pleno desempeño profesional por el otro. Trataré el tema del
abstencionismo y su importancia en América Latina desde una perspectiva teórica y
empírica. Proseguiré tematizando las funciones adicionales que se adjudican a los
organismos electorales como es su contribución -mediante campañas de educación cívicaal desarrollo de una cultura democrática. Este objetivo será evaluado desde diferentes
teorías de la participación política, destacando que su correspondencia con la teoría de la
democracia republicana es bien cuestionable como parámetro teórico para evaluar la
participación política en América Latina, dadas las circunstancias de desarrollo socioeconómico y político en que se encuentran los países de la región y dado el reto subsistente
de la consolidación de la democracia. Finalmente resumiré lo dicho en diez puntos
permitiéndome algunas sugerencias.
1. Tres distinciones dicotómicas
En primer lugar, el fenómeno de la participación puede ser considerado desde dos
perspectivas: una intrínseca y otra extrínseca. Ambas dimensiones encuentran a su vez
correspondencia a nivel teórico-conceptual.
Desde una perspectiva intrínseca, la participación es por sí misma un valor. La palabra
"valor" explicita la normatividad de este concepto, mientras el carácter autorreferencial del
"por sí misma" indica que no se trata de un "medio para" sino de un propio fin. Este fin
consiste en la autorrealización en el proceso de la acción conjunta democrática y en ese
‘formar parte' de la mayor cantidad posible de esferas políticas y sociales. Desde este
ángulo, se prioriza la acción (participativa) misma por sobre sus motivaciones y metas, la
expresión misma por sobre lo expresado, el movimiento mismo por sobre el canal en el que
se desarrolla y el fin en que desembocará.
Tomando como ejemplo las elecciones para concretizar esta dimensión de la participación,
podría decirse que más allá del resultado electoral, más allá de la calidad moral, intelectual
y política de los candidatos, más allá de la capacidad existente o no por parte del electorado
de influir en el desarrollo político de su país mediante el ejercicio del voto (aspectos de por
sí muy cuestionados por la ciudadanía), la participación en ellas es un hecho positivo en sí
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mismo, cuyo efecto inmediato (muy antes que sus implicaciones instrumentales mediatas)
beneficia al sistema político. En este sentido, el concepto participación hace honor a su
etimología, a la noción de 'formar parte', 'ser parte de’. De aquí que este entendimiento
corresponda a un concepto más bien comunitarista y de orientación consensual.
A través de su dimensión intrínseca, la participación entra en el campo simbólico de lo
político, en el cual determinados fenómenos se encuentran cargados de normatividad y
emotividad contribuyendo así a la cohesión de la sociedad (política). Como es sabido, toda
simbología pierde su sentido cuando atraviesa las fronteras culturales, toda simbología es
contextual. Por eso es importante tomar clara conciencia de la topología de este símbolo
positivo que es para nosotros la participación, ella parece ser más bien un valor dentro de la
cultura occidental. Además cabría preguntarse por la bidireccionalidad de la participación
en su carácter integrativo. Ella, como acción expresiva, proporciona un aporte a la
integración del sistema político, pero a su vez es expresión del grado de integración
existente en el sistema. Este aspecto no es de menor importancia para el caso
latinoamericano dada la heterogeneidad étnica que caracteriza a muchos de sus países.
Desde una perspectiva extrínseca, la participación adquiere un sentido instrumental,
convirtiéndose en medio para un fin. Ella cumple con objetivos fundamentales dentro de la
democracia representativa. Como decía Mariano Fiallos (1999: 25): "por una parte, la
determinación cualitativa y la medición cuantitativa de la voluntad del pueblo en cuanto a
la selección de funcionarios y programas y, por otra, la de conferir legitimidad a los
gobernantes y a sus programas y así facilitar la gobernabilidad y la paz social sostenible''.
El régimen democrático, como red compleja de estructuras y procesos, está construido
sobre la premisa de una participación existente, independientemente de su grado o
intensidad. Se prevé la existencia de intereses variados y la voluntad de articularlos,
tratando de influir en su dirección dentro del sistema político.
En este sentido se subraya la diversidad de los intereses que fundamentan la participación
tanto genética como teleológicamente. Los intereses (en conflicto) y su realización
fundamentan como motivación y como fin la acción participativa libre y voluntaria,
individual o colectiva. Aquí se trata de un concepto liberal de participación más orientado
al modelo de mercado.
Una segunda distinción dicotómica implica el entendimiento de participación como derecho
y como función. En el primer caso, la participación como derecho se abre como
'posibilidad' ante la ciudadana/el ciudadano. La libertad de ejercicio inherente a todo
derecho incluye automáticamente la posibilidad de su "no ejercicio". La participación como
derecho, en sus dos variantes de realización y no realización, se diferencia de la
participación como uno de los requisitos funcionales de la democracia. A través del
ejercicio del voto, la ciudadana/el ciudadano cumple con una función constitutiva del
sistema democrático. En su sentido funcional, el carácter voluntario del voto como derecho
pasa a un segundo plano para imponerse su carácter de compromiso, de deber ciudadano.
En tercer lugar, puede distinguirse entre participación electoral y participación política.
Resulta evidente, sin embargo cabe recordarlo, que la participación electoral constituye un
aspecto parcial, una de las muchas dimensiones de la participación política, fenómeno
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mucho más abarcativo y complejo. Así, el voto, el voters turnout es solo una forma de
participación política. En este contexto llama la atención que International IDEA presente
sus voters turnout como un Global report on political participation. Se nota la tendencia de
utilizar un concepto más estrecho para designar un fenómeno más amplio: pars pro toto.
Concentrándonos en las implicaciones de las distinciones conceptuales para el análisis del
fenómeno de la participación, se podría afirmar lo siguiente: Mediante la utilización de un
concepto de participación como valor en sí, como requisito funcional y tomando la
participación en elecciones como indicador para la participación política general, se llega a
un diagnóstico mucho más critico de la situación en Latinoamérica. Menos grave y
problemática será considerada la misma situación si se trabaja con un concepto liberal de
participación, vista además más bien como un derecho, de la que el abstencionismo es solo
un aspecto parcial.
2. Razones del abstencionismo
Manteniendo la precisión de los términos, abstencionismo no significa abstenerse de la
participación política sino de votar. La participación política puede bien concretarse por
otros medios. A este punto volveré más adelante.
En lo que a su motivación concierne, el abstencionismo puede expresar una voluntad de
disidencia o de protesta, con el sistema político o con algún aspecto del mismo. Es pensable
también como síntoma de apatía, ocasionada por un desinterés 'desesperanzado’ o
‘satisfecho'. El abstencionismo puede también ser el resultado de un cálculo racional, o sea
resultado de una participación en la modalidad concebida por el enfoque neoliberal de un
cálculo egoísta de costos y beneficios que realiza cada ciudadano.
Las más de las veces, el abstencionismo es interpretado más bien como una forma de
expresar el malestar con la política en general, ganando así significado político en sentido
estricto. El análisis que se queda en esta exégesis del 'reproche' peca sin embargo por
unidimensional. Tal automatismo interpretativo se hace ostensible por sobre todo en los
medios masivos de comunicación, donde suele utilizarse el abstencionismo como indicador
de la insatisfacción con y la deslegitimación del sistema político. Mientras en las ciencias
sociales se pone mucho cuidado a la hora de deducir motivaciones (ocultas) de
comportamientos (visibles), el periodismo muestra en este punto -no pocas veces- el coraje
propio de los ingenuos.
Teniendo en cuenta la complejidad característica de todo fenómeno social, resulta más
plausible -y a mi parecer más razonable- partir de una multiplicidad de factores de los que
depende el abstencionismo, entre los cuales pueden distinguirse los siguientes tipos y
ejemplos:
Factores estructurales:
-la composición del electorado teniendo en cuenta la existencia de culturas étnicas
-el nivel de educación del electorado
-las características de la cultura política en general
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-la concepción del voto por parte del electorado, por ejemplo como un derecho o como un
deber
Factores contingentes:
-imposibilidad del elector/la electora de asistir al lugar de votación (por enfermedad o
debido a cuestiones de distancia)
-criterios de la elección racional (rational choice)
-tipo de elección
-fecha de la elección
-cantidad de órganos a ocupar
Factores intrínsecos al derecho electoral:
-modo de registro de los electores (automático o especial)
-características del sistema electoral (magnitud de las barreras naturales y artificiales que
contiene, la sencillez de la boleta electoral)
Factores relativos al sistema político:
-el tipo de competencia entre los partidos
-el grado de movilización del electorado a través de los programas (de mayor o menor
polarización entre ellos)
-el desempeño del gobierno saliente
-las expectativas vinculadas a los candidatos que se presentan
Esta lista de factores que no pretende ser completa, deja en claro que es riesgoso
aventurarse a la determinación de las causas de la conducta abstencionista. Ésta, reducida a
una expresión numérica al final de la jornada electoral y puesta en perspectiva temporal o
geográfica, es decir comparada histórica o internacionalmente, corre el riesgo de quedar
analíticamente desconectada de su verdadera génesis.
Creo que esta afirmación es especialmente importante en este lugar, ante este foro de
expertos y profesionales en materia electoral. La convicción de que detrás del
abstencionismo se esconde una serie de causas varias libera a los organismos electorales de
su responsabilidad exclusiva para modificar este estado de cosas. El abstencionismo no
depende únicamente de la eficiencia de los organismos electorales.
3. El enfoque teórico y el contexto
Retomando el ejercicio de las diferenciaciones, vale aplicarlo ahora a los enfoques que nos
ofrece la teoría democrática para estimar el fenómeno de la participación electoral a través
del tiempo. En este ámbito, se puede distinguir entre una posición liberal, abierta, que no
impone mayores requisitos a los ciudadanos, y otra republicana que ve en la ciudadanía el
eje de una sociedad republicana y se fundamenta en su participación activa en la política.
A esta distinción regresaré más tarde. Por el momento me gustaría llamar la atención a un
fenómeno que pude observar ya bastantes veces: América Latina se muestra -para el
diagnóstico y análisis de su realidad- con frecuencia muy permeable a teorías que no
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corresponden al desarrollo sociopolítico de sus países. De este modo se abre una enorme
brecha entre lo que encontramos en la empiria, los supuestos de la teoría escogida y las
metas que ella marca para alcanzar.
Especial predilección se nota por el enfoque republicano, el cual no es compatible con la
realidad existente o no existente, en este caso la ciudadanía republicana. Más allá de su
calidad de fin mediato deseable, temo que el mensaje participativo entusiasta más explícito
que implícito en el título de mi conferencia se contrapone a las condiciones reinantes en el
ambiente real. Las condiciones socioeconómicas en los países de la región, el nivel de
educación, la heterogeneidad social y cultural de las sociedades, las tradiciones y creencias,
el concepto de poder y la actitud frente al mismo, el hábito de consenso/conflicto, etc.,
parecen poner obstáculos importantísimos en el camino a la meta, esta otra modalidad de
participación que se tiene en vista. Más que cuestionar la meta en sí misma y más que
criticar la realidad observable, pretendo señalar la magnitud del paso que se pretende dar
hacia la ciudadanía extendida. Más que un paso parece un salto y sabemos, sin tener que ser
para esto grandes deportistas, que más el salto que el paso se ve amenazado por la caída.
Solo la consideración de las secuencias factibles, de los pasos inmediatos practicables,
puede protegernos.
Es en los países de larga tradición democrática, con una cultura democrática no
cuestionada, donde la representación política se declara incluso en crisis. Es cierto, no
faltan indicadores de la crisis de confianza en las instituciones de la democracia
representativa, etc. Sin embargo, en ningún lado se ha llegado hasta ahora ni a diseñar ni a
crear una nueva institucionalidad participativa que dé una respuesta adecuada a esta
creciente inquietud o a esta demanda por una nueva ciudadanía apropiada para el nuevo
siglo. Sería bueno que América Latina sea permeable también a esta observación.
Instructivo puede ser no solo tomar en cuenta lo que se discute en otras regiones, sino
también lo que se hace y no se hace en sentido de lo discutido.
En el contexto de un sistema democrático que lleva en sí el germen de su propia
readaptación y perfeccionamiento, el continuo reto de la utopía como norte de acción y
discusión adquiere un valor incalculable. Por eso, la aspiración vale. Pero en el campo de lo
político vale tanto o aún más la (ética de la) responsabilidad y ella implica el
reconocimiento de los condicionamientos existentes y las metas realizables y no realizables
y, lo que tampoco hay que olvidar, de las prioridades.
4. Los organismos electorales y la participación electoral
Dado que las elecciones son el principal medio de participación política, y dado que la
organización de las elecciones es responsabilidad de los organismos electorales, se supone
legítimamente una relación entre organismos electorales y participación política,
especialmente la electoral.
Sin afectar por ello su valor, vale aclarar que esta relación es en primer lugar de carácter
técnico. La razón de ser de los organismos electorales se ve cumplida mediante la
posibilitación técnica eficiente de la participación electoral. Por ende, poco dice el grado de
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participación efectiva determinable ex post sobre la calidad y el profesionalismo, sobre lo
capacidad técnica de la organización electoral. Los organismos electorales son responsables
de asegurar las condiciones del contexto en el que se desarrolla, en el que tiene lugar la
participación.
A través de su función técnica, los organismos electorales pueden influir indirectamente en
la participación electoral. En este ámbito acotado de la relación puede determinarse y
pronosticarse con precisión la dirección de la influencia.
¿Con qué medios técnicos cuentan hoy organismos electorales para influir (indirectamente)
en la participación electoral?
-el grado de modernización de la administración electoral
-la capacitación del personal electoral: el mejoramiento constante y sistemático de su
personal en términos profesionales, técnicos y éticos
-el registro electoral, por ejemplo la depuración del registro o su cambio por uno
automático
-espacio electoral: la distribución apropiada de los centros de votación, cercanos a la
residencia de los electores
-la sencillez de la boleta electoral, lo cual influye en la facilidad del voto así como en su
efectividad dado que el/la votante puede expresar su preferencia política en términos
estratégicos
-voto postal (por correo)
-adecuada convocatoria a votar
-incentivada por una imagen positiva de los organismos electorales en cuanto a su
profesionalismo, imparcialidad y eficiencia (= credibilidad)
La experiencia histórica y comparativa muestra que el nivel técnico, educativo y
comunicacional de los organismos electorales no basta para generar un aumento de la
participación electoral. Existen numerosos casos en los que esta correlación no se muestra.
Por un lado, muchos países ostentan un alto grado de desarrollo de esas funciones pero a su
vez baja participación. Por el otro sabemos de países que han mejorado enormemente las
capacidades de los organismos electorales y que sin embargo han sufrido una baja en la
participación electoral.
Así, en un marco multicausal resulta no solo inadecuado referir un fenómeno a un único
factor causante, sino también muy difícil ponderar desde un efecto el rol de una de las
variadas causas implicadas. En este sentido, la participación electoral no constituye un
criterio válido para evaluar la calidad de los organismos electorales.
En vistas a su perfeccionamiento funcional, los organismos electorales deberían desarrollar
sus estándares considerando otros parámetros. Válida es la pretensión de contribuir al
máximo a la participación electoral desde los organismos electorales. Esta relación, sin
embargo, no puede invertirse sin más. Sería miope creer que mirando a la participación
electoral se le está haciendo un fondo de ojo al funcionamiento de los organismos
electorales. Se recomienda que los criterios de evaluación permanezcan dentro del ámbito
de competencia de los organismos en cuestión, puestos en comparación con los de otros
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países. La búsqueda del perfeccionamiento, de la excelencia en este sentido es positiva,
mantenerla es la tarea.
5. Los organismos electorales y la cultura democrática
Estoy dando énfasis en la específica relación de los organismos electorales con la cultura
democrática a través de las funciones que constituyen su razón de ser. Sin embargo, se
observa toda una corriente de pensamiento que basándose en la correcta idea de que “la
democracia es algo mucho más orgánico y abarcador que un mero mecanismo, la
democracia es más bien una cultura” (IIDH/CAPEL: Capacitación cívica y electoral. Varios
autores; 1999: 76), pide funciones más amplias. Esta corriente pide que “los organismos
electorales asumen como responsabilidades propias las de contribuir a la modernización y
democratización de los partidos políticos y preocuparse por el mejoramiento de las
condiciones efectivas de participación política de la ciudadanía” (IIDH/CAPEL 1999: 171)
a través de campañas de educación cívica y de influir activamente en el desarrollo de la
cultura política. Se habla de "la construcción de una efectiva cultura democrática,
sustentada en valores y prácticas concretas" (Presentación IIDH/CAPEL), además de la
tarea de formar y capacitar al personal que participa en los procesos electorales, también la
de educar a la ciudadanía, de forma permanente” (IIDH/CAPEL 1999: 75), de “promover
una verdadera cultura democrática a través de la participación de todos los ciudadanos en la
vida política del país como tarea de los programas de educación cívica de los organismos
electorales”. Se entiende como central que los organismos electorales se definen a sí
mismos como instituciones educativas… para actuar como facilitadores de procesos de
creación de cultura política, de valores y prácticas que trascienden lo específicamente
electoral” (IIDH/CAPEL 1999: 172). ¿Cuál es el trasfondo teórico de estas posturas
participativas?
6. Teoría de la participación
En el marco del tratamiento teórico-conceptual de la participación, ya he hecho referencia
en la diferenciación entre la teoría liberal y la teoría republicana de la democracia.
La concepción liberal de la participación hace hincapié en la diferenciación entre
participación activa y participación pasiva o latente. Parte de la premisa realista de que
probablemente siempre y en toda circunstancia se da esta variación empírica, de modo que
es imposible convertir a todos los ciudadanos en ciudadanos políticamente activos. La
concepción liberal no solo sostiene que siempre existirá un segmento de ciudadanos más
activo que otro, sino que defiende esta experiencia histórica mediante argumentos teóricos,
interpretando las diferencias en la participación política como expresión de la libertad que
reina en la sociedad. Esta concepción de participación política no solo afirma que una
participación política cualitativamente limitada sea compatible con un sistema democrático,
sino que además sostiene que las características del mismo proceso político generan que
solo una porción de la ciudadanía sea políticamente activa. Además del número limitado de
ciudadanos activos políticamente, es la intensidad variable de su participación la que
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permite que el proceso político tenga su dinamismo y la racionalidad propia del mercado.
Fundamental es, dentro de la teoría liberal, que no existan fronteras entre los segmentos,
que el acceso a la participación activa sea libre. Dentro de esta libertad, el fomento a la
participación vale como medida apropiada para aumentarla y así contribuir a la dinámica
del proceso político.
La concepción liberal de la participación política relativiza asimismo la cuestión del
abstencionismo. Con base en estudios comparativos ve en muy altos niveles de
participación una expresión del estrés que vive un sistema político, o de compulsión. En
niveles de participación altos o moderados, ve la expresión de un grado de satisfacción con
la democracia y su funcionamiento de modo que no sería necesario un mayor compromiso a
través de una participación más activa.
Así, en la concepción liberal, el abstencionismo y ausentismo no son un serio problema.
Dada la información que tenemos sobre el descontento de la ciudadanía con el
funcionamiento, mejor dicho con el desempeño de la democracia en América Latina, sería
ingenuo interpretar la tendencia a la baja en la participación electoral en la región como el
resultado de la apatía propia del desinterés del satisfecho. Creo compartimos la hipótesis de
que es la insatisfacción la que se esconde detrás del abstencionismo. Sin embargo,
pensando ahora de las causas a las implicaciones, es a su vez poco probable que el
abstencionismo haga peligrar la consolidación democrática. En este sentido, considero que
valdría la pena más bien indagar en las razones de esa insatisfacción buscando formas de
evitarla. El abstencionismo es solo una de sus expresiones, el cual por su parte, depende de
muchos otros factores adicionales.
Pasando a la concepción republicana de la participación, esta percibe la participación
política activa como precondición de una democracia cualitativamente mejor que a su vez
aparece como estrategia para conseguir su consolidación. En estos términos, el
abstencionismo y el ausentismo son problemas y siguen vigentes. Son objeto de críticas y
lamentos, convertidos en el dilema esencial de la democracia contemporánea. De allí el
propósito de revertir la participación ciudadana en términos o de “satisfacer las demandas
ciudadanas de participación”, suponiendo una demanda subjetiva, o de mejorar
“cualitativamente la participación ciudadana en los procesos de toma de decisiones”,
enfatizando el propósito pedagógico de instituciones que consideran a la ciudadana/al
ciudadano como objeto de una educación cívica para convertirlo en sujeto republicano.
Me parece que en América Latina, e incluso en el mundo de los organismos electorales, la
concepción republicana ha logrado copar el discurso político y profesional. Salta a la vista
en las definiciones de los fenómenos en discusión. De la cultura democrática, por ejemplo,
se dice que "implica que los individuos conozcan el sistema y funcionamiento
democráticos, se interesen en la participación activa en todos los niveles de gobierno,
intervengan en los mecanismos de toma de decisiones y estén concientes de los medios de
acción” (IIDH/CAPEL 1999: 95). De la ciudadanía se afirma que "no consiste en la simple
adquisición de un status legal, sino que la práctica comprometida de la participación en el
ámbito de lo público o político. En este sentido, no es algo dado, sino algo que se adopta, se
conquista, se adquiere; es decir que la ciudadanía implica una decisión del individuo para
ejercer la participación en un sistema político y en una sociedad específica" (IIDH/CAPEL
11
1999: 182). No se contempla la posibilidad de una decisión consciente o espontánea,
racional o circunstancial del ciudadano de no participar. Se profesa una utopía democrática,
la de una ciudadanía totalmente activada. De ahí se deriva el Ilamamiento a los organismos
electorales a “dirigir esfuerzos a obtener avances significativos en los temas de
abstencionismo y ausentismo electoral” (IIDH/CAPEL 1999: 79).
Sin embargo, la concepción republicana de la participación parece requerir para su
'construcción' fundamentos que faltan en el contexto latinoamericano. Cuanto mayor sea el
grado de republicanismo insuflado en el concepto de participación más insuficientes
resultarán las condiciones y los medios reales disponibles para realizarlo. Las bases son
muy débiles para el pesado edificio que se pretende erigir: existe el riesgo de un derrumbe.
7. Los organismos electorales y la cultura política
Ante este reto, vale destacar que la mayor responsabilidad de los organismos electorales
para, y el mayor impacto en el desarrollo de la cultura política democrática reside en su
imagen y proyección como institución imparcial, honesta y eficiente con base en sus
propias acciones en el ámbito de su exclusiva y específica competencia.
Así determinado el posible aporte de los organismos electorales al desarrollo de la cultura
política, es importante señalar que la imagen de imparcialidad, honestidad y eficiencia no
se logra a través de una sola elección. Es el resultado de un desempeño constante. Implica
la mantención de la independencia frente a la contaminación partidista y del
profesionalismo.
Desde una perspectiva más global, conviene destacar que la coherencia entre los factores de
contexto es la mejor forma de asegurar el desarrollo de la cultura ciudadana. Es importante
que estén reducidas al mínimo las circunstancias contradictorias. En este sentido, es vital
que estén dados factores como:
-la credibilidad en el sistema democrático y en la clase política
-una tradición democrática: centralidad del sistema representativo por un lado, o sea el
rechazo de la violencia, y tolerancia con la disidencia y respeto por las personas con
opiniones contrarias
8. El abstencionismo en América Latina
Antes de seguir reflexionando sobre el alcance del abstencionismo, vale la pena echar una
mirada sobre el fenómeno empírico en los decenios a partir de la democratización. Existe
un solo país en América Latina, en el cual la participación electoral es tradicionalmente
baja: Colombia. Allí, la participación oscila entre 55 y 32 por ciento, y alcanzó su máximo
por encima del cincuenta por ciento a principios de los años 90, cuando con la nueva
Constitución de 1991 fue posible integrar a un sector de la guerrilla. En el transcurso de los
últimos años, la participación electoral estuvo bajando continuamente en Ecuador, El
12
Salvador, Guatemala y la República Dominicana tocando el 50% o manteniéndose por
debajo. Venezuela perdió vertiginosamente en participación electoral durante los años
1990, pero recuperó un poco últimamente, alcanzando en el año 2000 56,5%. La
participación sigue siendo alta, por encima del 70%, aunque con ligera tendencia a la baja,
en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, Nicaragua y Panamá. Es tradicionalmente
alta también en Uruguay, donde subió incluso desde la redemocratización en cuatro puntos
porcentuales por encima del 90%. Subió también en Perú, en Paraguay (del 54% en 1989 al
80% en 1998) y en México durante los años 1990, llegando allí a 63%.
De estos datos se desprende que solo en términos generales existe la tendencia hacia un
aumento del abstencionismo. Dentro de esta tendencia, algunos países siguen con una
participación electoral alta, otros se escapan de la tendencia o han sido capaces de revertir
la tendencia hacia la baja, aunque no para alcanzar altos grados de participación electoral.
Esta situación empírica algo distinta del discurso sobre el abstencionismo no debe llevar
solo a tranquilizar los ánimos (esta conclusión seguramente no sería la adecuada) sino
llamar a estudiar los casos individuales.
9. Comprender el abstencionismo
Para entender el abstencionismo o los factores que lo generan es recomendable fijarse no
solo en su magnitud sino también en su composición. En este sentido es importante analizar
en el marco del abstencionismo -entre muchos otros- los siguientes aspectos:
a) El grado de desigualdad social. Independientemente del tamaño de la participación
electoral, la desigualdad social tiende a expresarse en ella a través de un mayor
desequilibrio (bias) de la participación en detrimento de las clases bajas. Por otra parte, en
situaciones de alta pobreza y desigualdad, gran parte del electorado percibe las elecciones
no tanto como un acto a través del cual se transmite un mandato político, sino como un
intercambio de productos y/o favores, un fenómeno que se conceptualiza con el término
clientelismo. Así, por más alto que pueda ser el grado de participación, tras ella se oculta un
electorado con expectativas muy diferentes asociadas al voto según el grado de desigualdad
social que rige en el país en vías de desarrollo.
b) La cultura política participativa y su orientación en la disyuntiva Estado y sociedad.
Aunque esta variable se refiere especialmente a la magnitud de la participación electoral,
ella dirige la mirada a un fenómeno compensatorio. Ejemplificador en este sentido es el
caso de EE.UU. Allí, los bajos índices de participación electoral van acompañados de un
alto grado de participación societal, fenómeno que ya destacó Alexis de Tocqueville. Una
alta participación orientada a la sociedad parece compensar una baja participación orientada
al sistema político o al Estado, en términos de la participación ciudadana necesaria para una
democracia 'de calidad'. Así, cuando se compara el grado de participación electoral entre
países, vale considerar también el tipo de orientación de su cultura participativa.
c) La centralidad del sistema representativo en el Estado frente a otras arenas de toma de
decisiones, o sea frente a los poderes fácticos. Para la evaluación de la magnitud de la
participación electoral es importante saber si una sociedad por tradición cuenta con otros
13
mecanismos de poder, por ejemplo, métodos violentos o no consensuados pero eficientes de
modo que actores sociales tiendan a utilizar estos métodos como instrumentos de
participación en el conflicto de intereses para conseguir "lo suyo”. Esta situación relativiza
la importancia de la participación electoral y a su vez aumenta psicológicamente el costo en
el cálculo racional de la participación electoral.
d) Considerando la participación política como forma de expresión, de articulación, en
síntesis: como una forma de comunicación política, ésta debería ser considerada en
perspectiva junto a otros canales comunicativos de la sociedad. En el contexto de la
sociedad moderna informatizada, en la que los medios masivos de comunicación -incluidas
las diversas variantes demoscópicas-, deben contemplarse la existencia de formas de
comunicación entre gobernantes y gobernados alternativas a las elecciones. En los últimos
años se ha vuelto notable la responsividad de la élite política a los leves desplazamientos en
las encuestas. Una baja participación política en su forma tradicional puede ser compensada
en su función comunicativa por los estudios de opinión.
10. Síntesis en diez tesis
Por último, quisiera en este décimo punto de mi paper resumir lo dicho en diez tesis,
añadiendo dos o tres consideraciones de índole general:
1. La participación electoral sigue siendo un importante elemento de la participación
política lo que justifica enfocarse en ella y fomentar su nivel y alcance.
Es cierto, la participación política se ha extendido a nuevas formas, cuya valoración
democrática por parte de quienes la practican va en aumento. El concepto incluye no
solamente la participación convencional, o sea la correspondiente a la arquitectura
institucional, sino también la no-convencional, que se ejerce fuera de las instituciones
políticas establecidas. Y estas nuevas formas de participación están en la mira de los que
preconizan aumentar la participación política. Sin embargo, la participación electoral sigue
siendo, por varias razones, la más importante. La primera razón es de tipo sociológico: la
participación electoral es la más democrática e igualitaria. Incluye el monto más alto de
gente y al mismo tiempo, garantiza la participación más igualitaria de los miembros de la
sociedad. La segunda razón es de índole política. La participación electoral es el más
central de los canales de vinculación del electorado y sus preferencias políticas con el poder
que se manifiesta en su elección de los representantes y mandatarios ejecutivos. La tercera
razón es que a través de esa vinculación de tipo input, toda la sociedad se vincula, o está
afectada de forma vinculante, por el output, es decir la legislación por un lado y el
desarrollo económico y social por el otro como resultado en parte de las políticas llevadas a
cabo por los gobernantes. Así, pues, en el mar de consideraciones sobre la ampliación de la
participación política, no vale olvidar o menospreciar la participación electoral. Debido a
las características señaladas, es muy importante pensar -a la hora de meditar sobre el
aumento de la participación política- en la ampliación de la participación electoral, sea
cuantitativa o cualitativa.
14
2. Los factores que determinan el grado de participación electoral o el abstencionismo son
múltiples. No existe una relación causal unilineal entre un único factor y el nivel de la
participación electoral.
3. La relación de la participación electoral con la cultura política es una relación de
bidireccional. El nivel de la participación electoral es un indicador para evaluar la cultura
política. Al mismo tiempo, la cultura política es un factor co-determinante de la
participación electoral.
4. La evaluación del nivel de la participación política depende de los conceptos y criterios
relacionados con la teoría de la democracia que se profesa.
En este sentido, ya distinciones entre por ejemplo la participación electoral como derecho o
función, hacen una diferencia.
5. La dicotomía más importante y de mayor impacto a nivel teórico para la evaluación de la
participación electoral es la existente entre la teoría liberal y la teoría republicana de la
participación. En términos generales, la teoría liberal tiene una posición más realista, más
pragmática, menos exigente frente a la participación electoral, mientras que la teoría
republicana defiende una postura más utópica, más programático-educativa y más exigente.
6. En América Latina, en los últimos tiempos, en el discurso político y politológico se ha
priorizado la teoría republicana de la participación, lo que ha implicado -por un ladocriticar el nivel de participación electoral, problematizándolo y generalizándolo hasta
denunciar la baja calidad de la democracia en la región, y -por el otro- llamar a tomar
medidas en función de combatir el abstencionismo, aumentar la participación política y
crear una nueva cultura democrática. En esta tendencia se inscribe el tema propuesto para
mi conferencia.
7. Sin embargo, vale considerar que América Latina presenta en la actualidad varios
obstáculos para la feliz realización de un proyecto de tal envergadura:
a) el nivel de heterogeneidad social y étnica
b) el nivel de educación
c) el desempeño gubernamental en función de las demandas sociales
Así, el objetivo de crear una nueva cultura democrática -fundamentado por la teoría más
ambiciosa dentro del pensamiento socialfilosófico actual, que ni en los países
industrializados ha tenido hasta ahora ninguna correspondencia empírica- se ve enfrentado
en la región con una realidad socio-política que lo convierte más bien en inalcanzable.
8. La relación de los organismos electorales con la participación electoral es importante
aunque de ninguna forma determinante. En este contexto, los organismos electorales
pueden ofrecer el marco organizativo para facilitar la inscripción y el voto de los
ciudadanos al igual que los arreglos administrativos y judiciales para la celebración de
elecciones libres y honestas, condición sine qua non para una democracia representativa.
15
9. La relación de los organismos electorales con la cultura política se funda
primordialmente en su imagen de imparcialidad, honestidad y eficiencia. Es importante que
los mismos organismos tomen conciencia de ello, que desarrollen aún más sus capacidades
para un buen desempeño de sus funciones y que mantengan su calidad. Dentro de estas
funciones de institución moderna se encuentra el reclutamiento de su personal y de velar
por su capacitación y especialización continua. Es importante también que se cree, dentro y
fuera de los organismos electorales, la convicción de haber cumplido con la tarea.
10. A los organismos electorales se les adjudican adicionalmente funciones de enseñanza
cívica en el desarrollo de una cultura democrática, función que tiene que encarar con mucha
precaución.
Aunque el objetivo es honesto y el entusiasmo simpático y hasta contagioso, vale
considerar todo lo expuesto en los puntos anteriores para no caer en una trampa. El cuidado
se recomienda sobre todo ante el hecho de que el maximalismo de los objetivos nutrido por
la utopía de la teoría participativa escogida, contrasta con condiciones de éxito dadas en
grado precario hasta mínimo.
(Mi sugerencia es diferenciar bien entre la teoría normativa con todo su encanto y
entusiasmo que sabe generar por un lado y la empiria con todas sus limitaciones y
contradicciones que no podemos subestimar por el otro. Vale pensar la participación con
criterios más realistas, con base en enfoques más apropiados para la región y para el
momento que vive la democracia en América Latina. Es importante profundizar la
democracia en América Latina por cambios en la cultura política. Temo que la imagen de
los organismos electorales como institución eficiente, conseguida en los últimos decenios,
pueda dañarse cuando las tareas adicionales de educación cívica se definen de tal manera
que se hace difícil su cumplimiento. Habría que definir de forma más realista el objetivo del
compromiso de los organismos electorales con la cultura democrática a través de la
educación cívica. Con estas reflexiones regresamos al inicio de mi conferencia: Uno de los
desafíos de la democracia en América Latina existe en el abismo entre las enormes
expectativas que se han creado y que siguen creándose y las grandes dificultades para poder
satisfacerlas, situación que genera la deslegitimación de la propia democracia. Mi
sugerencia es, no reproducir tal abismo entre el pensamiento socialfilosófico de la
participación extremamente exigente como supuesto norte de la acción de los organismos
electorales en el campo de la educación cívica, y sus posibles logros extremadamente
limitados por las condiciones circunstanciales existentes.)
¡Muchas gracias!
16
Nombre de la autora: Ciska Raventós
Título: Abstención: conceptos y alcances, problemas asociados
y posibilidades de superación. Perspectiva política
Conferencia: XVII Conferencia Protocolo de Tikal
Sede: San José, Costa Rica
Fecha: 25 de septiembre del 2003
1
Contenido
I. Introducción ........................................................................................................ 3
Tabla 1: Porcentaje de población en edad de votar* y de la población
registrada** que votó. Países del Protocolo Tikal.............................................. 4
II. ¿Qué es la abstención?, y ¿cómo se tipifica? .................................................... 5
III. ¿Qué se puede hacer respecto del abstencionismo político o de protesta?.... 8
IV. Bibliografía.......................................................................................................... 9
2
I. Introducción
Los organizadores de la XVII Conferencia del Protocolo de Tikal nos han pedido, a los
miembros de este panel, referirnos a tres grandes bloques de preguntas respecto de la
abstención electoral:
1. Reflexionar sobre los elementos que debería incluir la noción de
“abstencionismo”, y cómo, a partir de estos elementos, se puede pasar de la
teoría a la práctica en la superación del problema.
2. ¿Cuáles son los alcances de estas nociones para nuestra realidad política?
3. ¿Qué efectos implica la noción de “abstencionismo” para la participación de
nuevos actores sociales en el proceso político de la región (mujeres, jóvenes,
personas con discapacidad y grupos étnicos)?
Después de la conferencia del profesor Nohlen de anoche, se suman dos preguntas
adicionales:
1. ¿Es problemática la abstención electoral? y ¿por qué?
2. En caso de serlo: ¿tiene solución? Y, en caso de tenerla, ¿quién puede y debe
tomar la iniciativa y participar en la solución del abstencionismo?
La pregunta de si es o no problemática la abstención electoral, es previa a las preguntas que
organizan el panel, dado que éstas presuponen que el abstencionismo es un problema.
Pareciera importante, por lo tanto, situarnos, en primer lugar, en la calificación normativa
del fenómeno. ¿Es o no problemática la abstención electoral? De ello depende que tenga
sentido pensar en medidas e intervenciones institucionales para combatirla. Como señaló el
Profesor Nohlen anoche, esta pregunta recibe respuestas diferentes dependiendo de la
tradición de pensamiento desde la cual se responda. Dentro de la tradición liberal, algunos
han sostenido que la ausencia de una proporción importante del electorado de las urnas no
es problema, siempre y cuando quienes no votan, acepten los resultados de los comicios.
No obstante, a pesar de que en términos prácticos, los niveles altos de abstención
electoral en muchos países, no han afectado la función de las elecciones de designar
gobernantes; como señalaba la Dra. Bareiro en su conferencia, la democracia –
relativamente nueva en la mayor parte de los países de nuestra región- está asociada a
demandas ciudadanas insatisfechas de inclusión política y social. Estas demandas de
inclusión apelan al valor intrínseco de los mecanismos de participación ciudadana en
general, y electoral en particular. En este sentido, normativamente, podemos postular
que las elecciones son un espacio en el que es deseable la mayor participación posible
por su aporte –simbólico y práctico- a la constitución de comunidades nacionales
incluyentes. Obviamente, la participación en elecciones dista mucho de ser criterio
suficiente de inclusión, pero es importante en términos de la construcción de una
ciudadanía democrática, particularmente en nuestros países de matriz estado céntrica y
de la presencia de altos niveles de desigualdad social y de importantes dificultades para
la integración social.
A pesar de que es deseable, entonces, la alta participación electoral, existen tasas de
abstención electoral extremadamente altas (entre la mitad, y dos tercios de la población en
3
edad de votar) en algunos países de nuestra región, en particular en Guatemala y El
Salvador. La baja participación en estos países, es motivo de mayor preocupación por
tratarse de países que recientemente están saliendo de guerras civiles, donde aún pueden
existir actores políticos cuyo compromiso con la democracia sea limitado.
Algunos países de la región siguen teniendo problemas con la constitución del padrón
electoral, que en algunos casos llega a excluir hasta el 30% de la población en edad de
votar (IDEA, 2002, p. 38). En los datos de la Tabla 11, la diferencia entre la población en
edad de votar y la población registrada, evidencia los problemas de universalidad del
padrón en cada país.
En otros casos, como el costarricense, el fenómeno de la abstención tiene carácter
diferente, reside en que ha caído la tasa de participación electoral de los niveles que tuvo
históricamente, fenómeno que es necesario explicar, así como los eventuales efectos que
pueda tener sobre la legitimidad de los gobiernos electos con mayorías precarias.
El aumento de la abstención, no es, sin embargo, generalizado. Otros países del Protocolo
TIKAL, por el contrario han avanzado de forma importante en aumentar la participación
electoral (Panamá y Puerto Rico).
Tabla 1: Porcentaje de población en edad de votar* y de la población registrada**
que votó. Países del Protocolo Tikal.
País
Guatemala (91,95,99)
El Salvador (89,94,99)
Honduras (93,97,01)
Nicaragua (84, 90,96)
Costa Rica (94,98,02)
Panamá (89,94,99)
Antigua y Barbuda (89,94,99)
Jamaica (93,97,02)
República Dominicana(94,96,00)
Santa Lucía (92,97,01)
Antepenúltima
elección
V/PEV V/PR
31.9
45.3
39.4
54.7
63.5
65.0
74.0
75.4
84.2
81.1
55.6
64.0
72.5
60.7
44.7
67.7
48.8
59.8
62.8
Penúltima
elección
V/PEV V/PR
26.3 36.9
42.3 46.2
68.2 72.1
78.1 86.2
73.7 70.0
70.2 73.7
85.6 62.3
48.7 65.4
60.5 76.6
66.0
Última elecció
V/PEVV/PR
31.1 40.4
38.1 38.6
66.3
75.6 76.4
69.0
76.3 76.2
72.3 63.6
56.8
65.3 76.1
53.7
*Población en edad de votar (PEV): constituida por una estimación de los ciudadanos en
edad de votar.
**Población registrada (PR): población que forma parte del padrón electoral, por lo que
está habilitada para votar.
Fuente: IDEA (2002) Estadísticas de participación electoral. www.idea.int.turnout
Esta diversidad de situaciones evidencia la necesidad de estudiar el fenómeno y sus causas,
a la vez que pensar en (1) ¿cuándo? y ¿por qué? es problemático, (2) si es susceptible de
1
Es importante destacar que estos datos no coinciden con los que dieron en la conferencia muchos de los magistrados de los organismos electorales nacionales. Sin embargo, fue la única
fuente general con la que se contó para estos datos, por lo que se optó por mantener una fuente homogénea para todos los países.
4
solución, y, en caso de serlo, (3) ¿quién o quiénes pueden y/o deben participar en
resolverlo?
Como directriz metodológica, es importante tener presente que la participación y
abstención electoral deben explicarse en relación con la historia y significación que tienen
las elecciones y la participación política en cada país (Nohlen, 2002, p. 15). Desde esta
perspectiva, tienen poco sentido las comparaciones de tasas de participación electoral,
descontextualizadas de la historia y cultura política nacionales.
II. ¿Qué es la abstención?, y ¿cómo se tipifica?
Abstención: - La abstención, es “la no participación en el acto de votar de quienes tienen
derecho a ello...” (Diccionario Electoral, CAPEL).
Al analizar la abstención, es importante tener presente que la gente no vota por motivos
extremadamente diversos, motivos que a su vez pueden variar de una elección a otra. En
una investigación que estamos realizando sobre el abstencionismo en Costa Rica, hemos
encontrado que, además, tiene una enorme volatilidad. No son las mismas personas quienes
se abstienen en todos los momentos, ni son las mismas razones las que privan de una
elección a otra. Sería interesante saber si este es el caso de los otros países.
Dentro de esta variabilidad, se puede pensar en tres grandes tipos de causas, que surgen de
la investigación empírica. Pueden además ser de utilidad para pensar en sus implicaciones
y las fuentes de su eventual solución:
1. Motivos técnicos: la persona se ve impedida de votar contra su voluntad: puede ser
que no esté empadronada, puede estar enferma, en la cárcel o fuera del país.
2. Desinterés, apatía: la persona no se siente convocada a votar. Puede votar, pero no
le interesa.
3. Motivos políticos: por malestar o decepción en la política o los políticos. Puede
votar, pero no quiere, como forma de protestar con algún aspecto de la política.
El abstencionismo, como tendencia sistemática de la abstención, es problemático cuando:
1. la abstención tiende a concentrarse en sectores específicos de la población (la
personas más pobres, de menor nivel educativo, personas que viven en regiones
más remotas, etnias indígenas, mujeres), lo cual lleva a la combinación de exclusión
social y política (Lijphart, 1997). La investigación sociológica y psico-social de más
de medio siglo ha tendido a encontrar, mayoritariamente, que quienes se ausentan
de las urnas son en general personas de menor nivel educativo y socioeconómico
que quienes votan (Smith, 2001; Lijphart, 1997).
El riesgo que conlleva este tipo de abstencionismo, es que imperceptiblemente puede llegar
a definir o redefinir los perfiles de quienes determinan los resultados electorales hacia
formas crecientemente elitistas; lo cual se puede dar a través de dos procesos
complementarios:
5
1) las personas pobres, de lugares remotos y de bajo nivel educativo van perdiendo
el interés por votar, en tanto que
2) los partidos políticos tácitamente aceptan que estos electores no voten, lo cual
puede resultar conveniente, en la medida en que se vuelve innecesario hacer
esfuerzos para captar el interés e incluir a estos electores.
2. la abstención es un indicio de malestar con la política y la conducción de los
asuntos públicos. En este caso, se trata de una expresión de crítica o insatisfacción
de los ciudadanos con el funcionamiento de la democracia.
En el primer caso, cuando la abstención se asocia sistemáticamente a características
estructurales de desigualdad social, pienso que los organismos electorales pueden y deben
actuar, en la medida en que los motivos definidos arriba como “motivos técnicos”: el
empadronamiento y acceso a las urnas tienden a afectar de forma sistemática a los sectores
más desfavorecidos de las sociedades. A partir de sus competencias técnicas específicas,
los organismos electorales pueden atacar directamente los problemas técnicos que
enfrentan los ciudadanos para poder votar: pueden lograr que el padrón electoral
comprenda a la (casi) totalidad de la población en edad de votar, pueden eliminar las
barreras de registro2, crear registros automáticos en que el registro electoral coincida con el
registro civil y favorecer la votación al facilitar el proceso mismo (cercanía de los votantes,
desconcentración de mesas, mesas pequeñas, papeletas sencillas).
En este sentido, son claros los objetivos y metas para combatir la abstención técnica:
1) adecuar las leyes y los mecanismos de registro electoral para facilitar que la
totalidad de la población en edad de votar esté registrada para votar. Para
ello, resultan más eficaces los mecanismos de inscripción automática que
aquellos que dependen de trámites específicos, a veces engorrosos, para los
ciudadanos.
2) Incrementar las facilidades para ejercer el sufragio.
No obstante, a pesar de la claridad y aparente simpleza de estas medidas, no depende
exclusivamente de la voluntad y la capacidad técnica de los organismos electorales lograr
estos objetivos, sino que también requiere del apoyo político y financiero de otros sectores,
como los congresos, los partidos políticos y, eventualmente, incluso de la cooperación
internacional. En un estudio empírico en que trata de explicar las diferencias en la
participación electoral en Nicaragua y El Salvador en las elecciones de 1990 y 1994
respectivamente, William Barnes (1998), concede gran importancia al interés que puedan
tener las élites políticas en la mayor o menor participación del electorado como explicación
de su aporte a la solución de los problemas técnicos. Argumenta que la extensión del
padrón electoral para las elecciones de 1990 en Nicaragua, así como el desarrollo de
condiciones favorables para que los ciudadanos ejercieran el sufragio, se explica en parte,
porque tanto el gobierno sandinista, como la oposición, y los Estados Unidos, percibían que
les favorecería una alta participación electoral, de tal forma que todos contribuyeron y
colaboraron con la resolución de los problemas técnicos del padrón. En ese caso en
particular, lo técnico aparece impulsado por el interés de los actores políticos. A la inversa,
puede ser del interés de determinados actores mantener a importantes sectores de la
población lejos de las urnas. En este caso, los Tribunales Electorales pueden verse
limitados en el presupuesto que requieren, pueden enfrentar dificultades para que se
2
Los procesos de registro electoral siguen siendo engorrosos en algunos lugares, y contribuyen a disuadir la participación electoral.
6
aprueben las leyes que se requieren para simplificar el empadronamiento, etc. En este
sentido, incluso lo que en apariencia es un problema estrictamente técnico, tiene una
importante componente política.
Frente al desinterés, cuando este limita la participación de grupos específicos de población,
los organismos electorales pueden hacer campañas específicas para motivar a sectores
donde este tipo de abstención tiene mayor incidencia. En algunos casos pueden ser los
jóvenes, o las mujeres, o determinadas etnias indígenas. En estos casos, el fundamento de
la intervención está dado porque determinadas identidades sociales tengan, por motivos
políticos e históricos, una auto percepción de exclusión del sistema. Las campañas se
justifican para mostrar la importancia que puede tener la participación como factor de
inclusión y medio para colocar en la agenda de los políticos también los problemas que
enfrenta el grupo excluido.
La abstención por motivos políticos es diferente, y, en relación con los tipos anteriores,
estará conformado por personas que, pudiendo votar, y teniendo interés en la política, no
votan como protesta o molestia frente a algún aspecto de la política y las elecciones. El
“malestar con la política”, es un término que incluye muchos procesos diferentes, con
implicaciones diferentes respecto de la legitimidad del sistema político, a lo que se agrega
que su vínculo con la abstención electoral tendría que ser estudiada en cada caso concreto.
En nuestros países en la actualidad, lo que se ha llamado el “malestar con la política” está
referido a:
1) La limitada eficacia del Estado en el enfrentamiento de algunos de los
problemas más álgidos que afectan a amplios sectores sociales de las
sociedades, la pobreza, el debilitamiento o escaso desarrollo de las políticas
sociales de salud y educación.
2) Vinculado con lo anterior, está la discrepancia entre las promesas de
campaña y los logros de los gobiernos.
Estos límites en la acción estatal, crean una presión sobre la política, sobre los partidos, en
términos de la relación entre lo deseable y lo posible, entre lo que se postula en campaña y
lo que se hace estando en el gobierno.
Hay, por otra parte, procesos vinculados con los partidos que inciden en el malestar con la
política y que podrían estar afectando la abstención electoral.
3) Los límites en la democratización interna en los partidos y la renovación de
élites.
4) Los escándalos de corrupción que han afectado a la mayor parte de los
partidos políticos y que han creado la imagen que las personas se incorporan
a la política para enriquecerse.
5) La existencia de barreras de ingreso –legales y financieras- fuertes para el
ingreso de nuevos contendientes a la competencia política, que limita la
escogencia para los ciudadanos.
Y, finalmente, hay procesos de transformación de las formas de hacer política que pueden
estar afectando la incorporación de los ciudadanos en las elecciones:
7
6) El desplazamiento del locus de las campañas electorales hacia los medios de
comunicación colectiva, en particular la televisión, ha tenido varios efectos
importantes:
7) El encarecimiento de las campañas, lo que incide sobre la dependencia de
los políticos de los sectores adinerados de las sociedades (y de fuera de
ellas) que con ello adquieren un peso muy importante, y limitan la
emergencia de nuevas fuerzas, más independientes de esos sectores.
8) Las campañas televisivas, tienen como correlato el debilitamiento de la
organización partidaria a nivel local, y las redes políticas que favorecen o
favorecían la participación electoral. En este sentido, se pierden elementos
de sociabilidad y la comunicación directa entre políticos y comunidades.
III. ¿Qué se puede hacer respecto del abstencionismo político o de protesta?
En este caso, en primer lugar, surge la duda sobre la conveniencia de combatir esta forma
de abstencionismo, en la medida en que es una expresión política de la ciudadanía y un
medio por el que los ciudadanos expresan su malestar con la política y los políticos. Este es
el argumento más fuerte para tener cautela frente a las propuestas de que el voto sea
obligatorio y que su incumplimiento se penalice. Si bien, como sostiene Lijphart (1997), el
voto obligatorio es el mecanismo más eficaz para lograr la alta participación electoral, sería
violatorio para quienes no se encuentran satisfechos con las opciones electorales que se le
presentan, no tener una opción para expresar su disenso. Una alternativa sería un diseño
electoral con la opción de disenso como un voto válidamente emitido.
En segundo lugar, y de forma más sustantiva, surgen dudas sobre la posibilidad de
combatirlo, en la medida en que no es algo que se circunscriba a lo electoral, sino que
compromete la política en un sentido muy amplio. Está asociado al cumplimiento de las
promesas de campaña, la democratización de los partidos, las regulaciones del
financiamiento político, el combate a la corrupción.
En este terreno, podría haber mayor diferencia de opiniones sobre el papel de los
organismos electorales en la medida en que las soluciones tendrían que darse en asocio con
las otras instituciones del sistema político. Compete en mayor medida a los partidos
políticos, los organismos legislativos, los gobiernos y las organizaciones de la sociedad
civil. Se trata de medidas que tienen que ver en general con la política y sus instituciones,
mucho más allá de los procesos electorales.
Finalmente, el cambio de los rituales de las campañas electorales es más complejo, en la
medida en que el desplazamiento hacia medios de comunicación colectiva, así como la
desaparición de las formas tradicionales de gestión de las campañas a nivel local es visto
por muchos como parte ineludible, y en algunos casos deseable, de modernización
electoral. En este caso podría pensarse más bien en la intervención de distintos agentes,
entre los cuales se incluyen los organismos electorales, para evitar que las campañas se
concentren en los aspectos publicitarios, y concentrarse en que partidos, candidatos y
medios de comunicación colectiva se concentren en la discusión de las diferentes
posiciones de los candidatos respecto de los temas de campaña.
8
IV. Bibliografía
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existencia para el derecho y la administración electoral. CAPEL. http://www.iidh.ed.cr
9
Nombre del autor: Rafael Dendia
Título: Abstención: Concepto y alcances.
Problemas asociados y posibilidades de su superación.
Conferencia: XVII Conferencia Protocolo de Tikal
Sede: San José, Costa Rica
Fecha: 25 de septiembre del 2003
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Contenido
I. Generalidades .............................................................................................. 3
II. Conceptos .................................................................................................... 3
III. Participación-abstención.............................................................................. 3
IV. Aspectos político-culturales ........................................................................ 4
V. Conclusión:.................................................................................................. 4
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I. Generalidades
La antinomia “participación-abstención electoral” no constituía un problema en nuestros
países hasta bien avanzada la década del 80, donde regímenes autocráticos de variadas
modalidades amparados por la doctrina de la seguridad nacional se encargaban de
celebrar regularmente elecciones formales con una declamada “muy alta participación”;
nadie podía cuestionar ni la legalidad ni la legitimidad del poder alcanzado con sus
guarismos. Los cuestionamientos sobre manipulaciones o tergiversaciones electorales
no tenían acceso en la agenda oficial.
Los cambios políticos en la región restauraron la confianza en el ejercicio real de la
soberanía aunque siempre quedan huellas reñidas con las prácticas pluralistas. Mediante
el sufragio democrático se construyeron los nuevos gobiernos y éstos ya tuvieron interés
en sincerar la medición de la voluntad popular volcada en las urnas como indicador de
su legitimidad.
II. Conceptos
Sufragar ya no es solo un acto físico de depositar boleta electoral sino elegir
efectivamente, constituirse en gestor de una función pública, tener conciencia de
conformar la autoridad electiva del país de que se trata, ejercer un derecho que
corresponde al ciudadano como un titular más de la soberanía, pero también cumplir
voluntariamente con una obligación emanada de la propia condición ciudadana. Sí, el
sufragio es función pública, es derecho y es deber; tres aristas de una misma institución
jurídico-política, pilar del sistema democrático de gobierno. Es también el modo como
se realiza la igualdad republicana, en dignidad y en derechos. El ciudadano tiene
derecho al sufragio activo y el pasivo; además el sufragio exige no solo que todos
puedan votar sino que todos los votos tengan el mismo valor, igualdad.
Desde otra óptica, mediante el sufragio se produce la participación ciudadana amplia
para la formación de la política estatal. La participación de efecto decisivo o consultivo
otorgará la legitimación a los gobernantes, tanto en su designación como en su
desempeño.
Contrariamente resulta claro que en regímenes autoritarios el índice de participación
declarado es irrelevante porque: a) generalmente los datos están manipulados, no son
confiables, b) porque la participación, cualquiera sea el porcentaje se conforma sobre
vicios de la voluntad y c) porque cualquier intento de participación política autónoma se
frustra por la fuerza o se la diluye por la distorsión de los resultados.
La abstención electoral se constituye en estas condiciones en un factor enervante de la
excelencia de la democracia.
III. Participación-abstención
El Diccionario Electoral de CAPEL en su segunda edición afirma que el abstencionismo
electoral “consiste simplemente en la no participación en el acto de votar de quienes
tienen derecho a ello. ... se enmarca en el fenómeno más amplio de la apatía
participativa...”. Luego trae datos estadísticos de Europa y América Latina: En
Inglaterra por los años 50 la abstención oscilaba entre el 16 y 25%, con tendencia
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ascendente hacia la década del 80, en Francia por las décadas del 70 y el 80 los
porcentajes oscilaban entre el 18 y 33%. En la península ibérica, luego de las dictaduras
de Franco y Salazar el nivel de abstención fue mínimo, 8,3% en Portugal en 1975, luego
de la Revolución de los Claveles, pero para el 95 la abstención ya había trepado al 33%.
En nuestra región la abstención también ha tenido un comportamiento oscilante: en Perú
en el 95 fue del 27% y en el mismo año en Argentina del 21%, bajando al 19% en 1999.
Países con voto obligatorio como Costa Rica y Uruguay se ubicaron en 1994 en 19% de
abstencionismo frente a Chile con un 9% apenas, en la misma época. Países
centroamericanos como El Salvador, Guatemala, se ubican mucho más allá del 50%,
privilegio que disputaron con EEUU, Suiza o Japón por los años 80 y 90. Lógicamente
los elementos de análisis serán muy variados para interpretar estos fenómenos que
ponen en pie de igualdad a realidades políticas tan dispares.
Creo que un factor indicador de orientación global es el nivel de credibilidad en nuestro
modelo de democracia, tal y como lo practicamos en la región. En la Revista Paraguaya
de Sociología, Nº 100 del año 1997 afirma Manuel Antonio Garretón que las
transiciones hacia la democracia en Latinoamérica (cito) “van acompañadas
subterráneamente de un cambio cultural de gran envergadura que se refiere a la
transformación ya no sólo del régimen sino de la matriz de la acción política y colectiva
de la sociedad, de la política misma. La tradicional relación de imbricación o fusión
entre Estado, partidos o actores políticos y actores sociales o sociedad civil, cede paso a
la relación de mutua tensión que busca el fortalecimiento de cada uno de estos tres
elementos.” (fin de la cita)
Pero este proceso cultural aún no está finiquitado; en la misma Revista se publican datos
del estudio de opinión pública realizado en Latinoamérica y España en 1996 por la
Corporación Latinobarómetro, sobre una muestra en 17 países, con un nivel de
confianza del 95 %. Según la misma, el 70% de la población entrevistada está dispuesta
a defender la democracia frente a una amenaza, entre el 80 y el 50% consideran la
democracia preferible a cualquier otro sistema de Gobierno. Están insatisfechos con el
sistema democrático practicado en el país en que viven: en el Paraguay el 78%, en
México y Colombia arriba del 80% y en Brasil y Bolivia 76 y 75% respectivamente, lo
que denota una crisis de credibilidad en las instituciones de la democracia global, es
decir el ciudadano aspira a más democracia, no solo la democracia política formal sino
la real que permea la sociedad.
De acuerdo con los últimos estudios difundidos por el Instituto Internacional de
Gobernabilidad, la situación de la democracia en el Paraguay es la siguiente: sólo el 7%
se siente muy satisfecho con el funcionamiento actual de la democracia, el 15 %
satisfecho, el 59% no muy satisfecho, el 19% nada satisfecho lo cual supone que el 78%
se siente en general insatisfecho. Acorde con ello sólo el 59% considera preferible la
democracia a cualquier otro sistema de gobierno y un alarmante 39% considera
preferible un gobierno autoritario. La percepción de los organismos especializados no
difiere mucho. La organización independiente FREEDOM HOUSE ubica a Paraguay
actualmente entre los países medianamente democráticos entre 1990-2000, en una
escala de 1 a 7 Paraguay se ubica para los derechos políticos en 4 y para las libertades
civiles en 3.
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IV. Aspectos político-culturales
El Profesor Giorgio Alberti, de la Universidad de Bologna, asegura –en un artículo
publicado por IUPERS, Río de Janeiro en 1997, que se ha producido un error común en
todos los análisis de la realidad política consistente “el descuido de la perspectiva de la
cultura política”. Él estudia “el nuevo autoritarismo” basado en el determinismo
estructural, “las transiciones” basadas en estrategias de los diferentes autores y sus
calculadas interacciones y más recientemente “las interdependencias” entre la liberación
económica y la consolidación democrática. (cito) ”En fin, ha habido un descuido del rol
jugado por la cultura política en la formación de la naturaleza de la política en la nueva
democracia de Latinoamérica. Esa perspectiva nos permite entender lo que los analistas
llaman el regreso del populismo: las democracias que están caracterizadas por la baja
institucionalización y una alta personalización de la política. La cultura política como
un modo conductual, una forma de actuar predominante de los diferentes actores. Esto
engloba valores, normas y orientaciones a la acción que son históricamente aprendidos
junto con contextos estructurales bien definidos. Como cualquier otra forma de cultura,
la cultura política tiende a trascender sus determinantes estructurales, continuar su
manifestación y durar aún cuando las condiciones que le dieron nacimiento ya no
existan”.
Acorde con estas observaciones, la “Auditoria ciudadana sobre la calidad de la
democracia” del Proyecto Estado de la Nación publicado en San José, Costa Rica en el
año 2001 constata un creciente descontento ciudadano; cito: “Si bien el sistema político
costarricense cumple de manera razonable con los requisitos mínimos
internacionalmente aceptados para una democracia, en los años recientes se ha
extendido un creciente descontento ciudadano con la clase política en su conjunto.”
Sigue diciendo el documento que según una encuesta de 1998, realizada por la
Universidad de Costa Rica el 78 % de las personas cree que los gobernantes no están
preocupados por lo que le ocurre a la gente. Los partidos políticos y las cámaras del
Congreso, dice el informe, son las dos instituciones peor calificadas por la población.
Así comprendemos cómo la tradicional alta participación costarricense en los comicios
se ha visto tan drásticamente disminuida en los últimos años; en 1998 la abstención
electoral llegó al 30% frente al histórico 19%.
En el volumen “Democracia política y electoral en América Latina” compilado por
Pretelet-Chaljub y Ramírez-Pérez y publicado por la Universidad Sergio Arboleda y la
OEA, afirma el politólogo argentino Daniel Sabsay que lo electoral se debe ubicar
necesariamente dentro del marco del sistema político global y en esa perspectiva el
abstencionismo electoral es revelador de un estado de cosas preocupante al generar un
serio riesgo de deslegitimación de las autoridades electas, hecho que puede contaminar
y debilitar las propias instituciones y provocar el derrumbe del sistema.
Los partidos políticos son los orientadores, organizadores y directores de la democracia
moderna, instituciones a que apuesta el constitucionalismo para revitalizar la
democracia como único régimen viable y con ellos se discutan los modos de fortalecer
el Estado de Derecho y la consolidación de las instituciones constitucionales.
La función orientadora de los partidos políticos debe ser reconocible por los ciudadanos
y si ella no resulta clara, generalmente el partido se debilita y hasta desaparece al ser
abandonado por su militancia. El militante exige una orientación ideológica clara,
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programas políticos realistas, participación en los procesos de formación de opiniones,
renovación permanente de la dirigencia política para el ejercicio del poder y la función
pública y en general la articulación de sus intereses sociales.
Nuestros partidos políticos son de militancia muy sensible auque masiva. El afiliado
cuando ya no se siente representado por su partido se retira de la militancia, no genera
nuevas afiliaciones, regatea su participación electoral tanto internamente como en la
selección de autoridades para poder público, genera movimentismos internos
fragmentando al partido. Esta serie trae como consecuencia la deslegitimación de las
instituciones públicas a quienes los ciudadanos retiran su confianza. Disminuye en
general la confianza en la política y surgen las esperanzas en mesianismos de alta
peligrosidad, listos para asaltar el poder y ajenos de mandantes a quienes reportarse.
Hay, naturalmente otros factores objetivos no menos importantes a considerar como
generadores del abstencionismo. En países como el mío, donde la inscripción en el
Registro Cívico no se produce automáticamente por efectos de una operación de
registración civil sino como un acto de ejecución voluntaria y a veces incluso periódica
cuando hay que hacer renovación de documentos, actualización de datos del padrón, del
domicilio, etc. es preciso la permanente vocación electoral, la motivación cívica. A
veces incluso se necesita de más incentivos para que el habitante rural pueda superar las
dificultades que le impone el traslado a los centros de inscripción: a veces largos y
tortuosos caminos sin transporte público, además de gastos que no siempre resulta
posible o agradable realizar.
La abstención puede producirse una vez cumplidas las condiciones formales para el
ejercicio del sufragio como acción racional o en ausencia de legitimación activa.
Nosotros hemos detectado que un porcentaje importante de la ciudadanía no acudía al
sufragio por carecer de documentos de identidad y naturalmente, como consecuencia,
carencia de inscripción en el registro Cívico. Como respuesta al hecho iniciamos una
campaña masiva de documentación e inscripción para la cual el Congreso Nacional
proveyó una ley especial por la que todo ciudadano tiene derecho a obtener
gratuitamente su documento de identidad. Movilizando inscriptores en todo el territorio
de la República logramos aumentar de un 2% a un 15% la progresión del contenido del
padrón para cada período electoral.
Inmediatamente al advenimiento de la democracia el nivel de participación electoral
real en Paraguay fue ganando terreno llegando a ubicarse en 1996 en un 83%, en 1998
bajo al 80%. Introdujimos entonces ajustes para mejorar la confianza en la
administración del proceso electoral, optimizamos el sistema de transmisión de
resultados, barras de seguridad en la documentación y propusimos un mecanismo
novedoso: la urna electrónica, primero como plan piloto en 2001, con un 1,4% y luego
en 2003 implementamos hasta en un 46%. Constatamos en la ocasión que la ciudadanía
–rural y citadina- concurrió a locales con urna electrónica en un 61 % frente a 54 % con
las tradicionales en 2001 y ratificando la aceptación en 2003 la participación con urnas
electrónicas fue del 68% contra 61% con urnas tradicionales. Ello puede acreditarse a
por lo menos tres factores: rapidez, confiabilidad y novedad. De ahí que toda
renovación trae aparejada participación.
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V. Conclusión:
Las causas de la abstención parece así ser de origen endógeno y no como vimos en el
diccionario una cuestión de “apatía participativa”.
Una solución exógena al problema como la amenaza de multas o penas más sofisticadas
para quienes no ejercen el sufragio podrán tal vez conminar a algunos pero no será
eficiente para la mayoría de los abstencionistas. Además, muchos no son siquiera
consumidores de los valores de que se les priva como pena como por ejemplo: gestiones
bancarias, comerciales, notariales, estudiantiles, etc.
Creo que un intento de respuesta al problema de la abstención creciente pasa por varios
ejes, algunos de los cuales están en el ámbito electoral y los más en el campo político y
en consecuencia en el ámbito de los partidos. La crisis de los partidos políticos trae
como consecuencia la abstención. Los institutos políticos tienen que realizar una
evaluación interior primero y revisar su estrategia, organización y programa y una
externa en cuanto a su relación con la sociedad para revitalizar el sistema y lograr
nuevamente su vigencia plena.
En el ámbito electoral habrá que facilitar el voto minimizando la complejidad de las
papelerías, facilitar la llegada a las mesas electorales y potenciar la confianza en la
administración electoral.
En la Justicia Electoral paraguaya tuvimos una experiencia muy positiva con el
desarrollo de planes de educación y capacitación en el campo del civismo en general y
en el de la materia electoral en particular. Desarrollamos en este año el programa cívicoelectoral, destinado a jóvenes rurales en edad escolar, juntamente con el Ministerio de
Educación y Cultura y ahora en el mes de octubre vamos a ensayar elecciones infantiles
con unos cien mil niños de entre 6 y 12 años, en que los mismos diseñaran por medio
del sufragio los perfiles de políticos y la acción cívica esperada de ellos. Complementa
el programa una biblioteca cívico-electoral inaugurada en la Justicia Electoral al
servicio fundamentalmente de políticos, estudiantes e investigadores. En resumen, el
organismo electoral debe, según esta concepción, convertirse en un centro de
capacitación, reflexión y elaboración dinámico en materia de civismo como aporte
genuino para superar el abstencionismo electoral
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Nombre del autor: Fernando Tuesta
Título: Abstencionismo y ausentismo, ¿son iguales?
Conferencia: XVII Conferencia Protocolo de Tikal
Sede: San José, Costa Rica
Fecha: 25 de septiembre del 2003
LA DEMOCRACIA ES EL SISTEMA que tiene como uno de sus fundamentos principales la
participación política. La participación es tan vital para la democracia como la sangre
para el cuerpo, por lo que una mayor participación impacta en su buena salud; lo
contrario también es cierto. Lo opuesto, la antípoda, lo que niega la participación, es lo
que se denomina abstencionismo.
Si bien es frecuente encontrar que el término abstencionismo se emplea de manera
alternativa como sinónimo de ausentismo, en realidad no son iguales. Este artículo
tratará de mostrar estas diferencias, y comprender sus orígenes, impactos y las probables
respuestas frente a los problemas que plantean.
1.
La participación política constituye el conjunto de acciones que están dirigidas a
provocar decisiones y resultados en relación a los asuntos del poder en sus
diversos niveles. El resultado de esta búsqueda puede crear satisfacción o
insatisfacción de quienes participan de ellas. Pero, en principio, el solo hecho de
participar contiene una conducta activa. Quienes no se involucran de estas
actividades, se abstienen de participar. Es, por lo tanto, difícil, por no decir
imposible, que todos los ciudadanos o miembros de un grupo, asociación,
partido o gremio participen en las actividades constitutivas de un determinado
tipo de participación política. No todos los ciudadanos participan en los partidos
políticos ni todos los militantes de un partido político integran sus asambleas; no
todos los trabajadores se involucran activamente en una huelga con toma de
local; no todas las mujeres (y hombres) realizan manifestaciones para que se
incluyan cuotas femeninas en las listas de los partidos políticos; o no todos los
que manifiestan ser contrarios a la globalización están dispuestos a intervenir en
manifestaciones violentas. De lo anterior se desprende, por un lado, que la
participación política y la abstención son caras opuestas de la misma realidad y,
por otro, que participación y abstencionismo político incluyen participación y
abstencionismo electoral.
2.
La diferencia entre participación y abstencionismo político y electoral radica en
que el efecto que ambos produce se pone de manifiesto por elementos en calidad
y cantidad distintos. La participación y la abstención política es, básicamente,
cualitativa y no oficial. En algunos casos, puede provocar resultados cuando su
grupo más activo desarrolla actividades contundentes —muchas veces de
alcance y repercusión mediática- sin importar el número de involucrados. El
impacto de la importancia de la participación, por lo demás, no es igual entre
todos los integrantes de un grupo. Un líder sindical tendrá un impacto
participativo de mayor alcance que un trabajador promedio. Este tipo de
participación suele ser difícil medir y, por lo general, no se mide; lo que no
quiere decir que una participación significativa no sea importante. Incluso en
una huelga, los datos de los oponentes (gobierno / empresarios vs. trabajadores)
normalmente no coinciden y nadie se preocupa de exigir que lo sean.
En cambio, la participación y el abstencionismo electoral es básicamente
cuantitativo y oficial. Es necesario recordar que estamos delante del tipo de
participación política más numerosa; pues no existe otra que involucre a tanta
gente. Para muchos ciudadanos, inclusive, puede ser la única forma de
participación política. Es así que todos los electores se convierten en votantes,
en un acto que es igual para todos (votar), y el resultado de cada una de estas
decisiones tiene el mismo valor. La ecuación de las elecciones democráticas: un
hombre / una mujer = un voto, lo encamina hacia la aritmética: agregar, sumar.
Los resultados electorales son números, cifras, porcentajes. Y, el conjunto de los
mismos, finalizado el proceso electoral, debe reflejarse en un resultado definitivo
y oficial, que es proclamado por el organismo electoral.
3.
Por lo general, la valoración de la participación y abstención electoral no es
positiva y negativa, respectivamente. Una variable a considerar es el régimen
político. Si las elecciones tienen, entre otras, una función legitimadora, su
realización ocurre en regímenes diferentes, por lo que la valoración de las
mismas variará dependiendo del punto de mira del observador. En general, se
valora la participación y se rechaza el abstencionismo; puesto que, en
democracia, las elecciones, al contener elementos de libertad, igualdad y
transparencia, ofrecen garantías de un resultado ajustado a la voluntad popular.
En cambio, en regímenes autoritarios o dictatoriales estas garantías están
ausentes; así, quienes en éstos buscarán erosionarlos, por lo que el
abstencionismo será valorado como positivo en la búsqueda de un tránsito a la
democracia. De igual manera, si se presenta bajo un régimen democrático, los
que lo recusan también valorarán el abstencionismo como positivo.
4.
Con frecuencia, la participación electoral y el abstencionismo están asociados al
tipo y naturaleza de las elecciones. El elector es estimulado por esta variable. Es
así que las elecciones que forman parte de las transiciones a la democracia
suelen tener más participación que las que se se convocan en otras etapas; en
consecuencia, el abstencionismo es menor en éstas. Lo mismo ocurre con las
elecciones que son altamente competitivas. También es frecuente observar una
mayor participación electoral allí donde se presenta una simultaneidad perfecta
entre elecciones presidenciales y parlamentarias. Por el contrario, cuando están
separadas, las elecciones parlamentarias son menos concurridas que las
presidenciales. Lo mismo ocurre entre las elecciones subnacionales
(municipales, regionales, estatales, etc.), en relación a las presidenciales.
5.
El abstencionismo electoral es una actitud o comportamiento voluntario del
elector que no desea, por diversas razones, sufragar. Es importante esta precisión
puesto que un elector puede ser un activista político contrario al voto que
desarrolla una participación política y no vota. El abstencionismo construye una
distancia de las urnas de manera voluntaria y, en ese sentido, quien lo practica lo
hace de manera consciente. El abstencionista no ejerce un derecho -el de votarpese a estar habilitado o calificado para hacerlo. Esta conducta se puede deber a:
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rechazo al sistema democrático porque se procura otro. Una de las causas
puede ser al desencanto motivado por la inexistencia de resultados
esperados que, en principio, debe producir el sistema;
apatía en relación a los efectos que pueda producir el voto;
rechazo al mal desempeño del gobierno, particularmente cuando los
candidatos oficialistas tienen grandes posibilidades de ganar;
rechazo a la oferta de las candidaturas en competencia;.
percepción de fraude en el proceso electoral derivada de las acciones sea
de los organismos electorales, de los partidos políticos, del gobierno o de
las fuerzas armadas;
molestia para desplazarse a los locales de votación, sobre todo cuando no
existen facilidades como la prohibición de circulación del transporte
público; y,
rechazo y desacuerdo con el cambio de los locales de votación que los
aleja de los lugares de residencia.
6. Sin embargo, existe un conjunto de ciudadanos que no se encuentra incorporado
en ninguna de estas causales y desea ejercer su derecho a votar y, sin embargo,
no puede hacerlo. Por lo tanto, su comportamiento es involuntario. En general,
la literatura lo coloca en el terreno de la abstención, lo que no es preciso pues lo
involuntario puede ser tomado como un componente de la abstención; por ello
sería más preciso llamarlo ausentismo. Es decir, el ciudadano estuvo ausente y
no ejerció su derecho al voto, pero no por las razones atribuidas al
abstencionismo. En consecuencia, el ausentismo es un universo que contiene a
los abstencionistas y a los que no lo son.
Las razones por las que los ciudadanos no van a votar sin ser parte de los
abstencionistas pueden ser las siguientes:
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dificultades y costos de inscripción en el registro civil y/o electoral;
desconocimiento o dificultad en la distribución territorial de los locales
de votación;
cambio domiciliario que no es reportado al registro y que aleja su
residencia del local de votación;
lejanía y costo del desplazamiento a los locales de votación,
particularmente en zonas rurales y de selva;
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ausencia del voto en el extranjero. Cuando lo hay, la lejanía y el costo
del desplazamiento del lugar de residencia a los consultados o embajadas
suele ser un factor importante;
problemas ocasionados por desastres naturales;
intimidación de grupos armados;
mal estado de salud y/o hospitalización;
falta de mesas de votación en los centros penitenciarios;
falta de facilidades para la votación de los ciudadanos con discapacidad y
de los adultos mayores; y,
día laborable que coincide con el día de la jornada electoral, así sea
domingo.
Es obvio que estos ciudadanos no pueden ser ubicados, ni por el origen de su
ausencia ni por sus intenciones, en el mismo grupo de quienes practiquen el
abstencionismo. Pero, en la medida en que se cuenta a todos los que no
asistieron a votar, aparecen incluidos en el mismo rubro los voluntarios y los
involuntarios. En consecuencia, lo más preciso es denominar ausentismo al
resultado cuantitativo y oficial de todos aquellos que, por una u otra razón, no
asisten a votar. Esta situación es parecida al voto nulo y viciado. El primero es
involuntario, el segundo, no; pero ambos forman parte de una suma total, que
suele llamarse, oficialmente, voto nulo. No suele hacerse una distinción, como
no se hace en el caso que nos ocupa, entre uno y otro grupo.
7.
Al existir estas dos esferas que cuantitativamente son indistinguibles, pues
conforman un universo único, es probable que los porcentajes internos serán
distintos cuando el voto es obligatorio y cuando es facultativo. En el primer
caso, probablemente, en los términos aquí tratados, el abstencionismo será
menor que el ausentismo que, por lo demás, constituye una variable
independiente. En este caso, el abstencionista participativo dirige su voluntad
hacia el voto viciado (no nulo) o blanco. Por el contrario, cuando el voto es
facultativo el abstencionismo electoral, probablemente, sea mayor en el conjunto
que el ausentismo.
8.
Lo anterior lleva al problema de la medición. ¿Cómo medir y no cometer errores
al comparar entre distintas elecciones y entre diferentes países? Es necesario
tener en cuenta que, en general, existe el universo de los ciudadanos mayores de
18 años como potenciales electores y un buen padrón electoral es aquel que
incorpora a todo este universo. Sin embargo, aquí es necesario separar aquellos
países en los que el Registro de Identificación Ciudadana es equivalente al
Registro Electoral en los que el ciudadano que se inscribe en uno está
incorporado en el otro. En otros países, ambos registros no son iguales e,
incluso, los manejan organismos distintos; en consecuencia, en los mismos el
Registro Electoral suele contener un número menor de ciudadanos pues no todos
se inscriben. En el primer caso el ausentismo suele aparecer como más alto, aun
cuando en la realidad esto no sea necesariamente cierto.
También es importante el tema de la depuración del padrón electoral pues se
debe de dar de baja la inscripción de las personas, de acuerdo a lo que señalan
las diversas normas, como fallecidos, miembros de los institutos armados y
fuerzas policiales (si así lo señala la ley), sentenciados, etc. Un padrón bien
depurado reducirá el total de los considerados ausentes, no así uno mal
depurado. Por lo tanto, existe un error cuantitativo que está en relación directa
de la calidad técnica de la depuración del padrón electoral por parte del órgano
competente.
Finalmente, y no menos importante, está el impacto del voto obligatorio. En los
países en los que el voto es obligatorio y las penalidades efectivas, el ausentismo
total disminuye y, probablemente, los abstencionistas activos se agrupen
alrededor del voto nulo o blanco. En aquellos países en los que el voto es
facultativo, el ausentismo se incrementa y, probablemente, los votos nulos y
blancos disminuyan. El abstencionismo en este caso probablemente se exprese a
través del ausentismo.
Por lo tanto, para medir el ausentismo es necesario tener en cuenta este conjunto
de factores, particularmente si se desea hacer una comparación que incluya
países con contextos institucionales, normativos y políticos que expliquen las
cifras de manera distinta.
9.
Siendo diferentes las razones que explican el abstencionismo y el ausentismo,
quienes deben enfrentar esta situación son también agentes distintos. En el caso
del abstencionismo, por tratarse de razones de naturaleza política —salvo en
cuanto a los locales de votación- la respuesta no está en los órganos electorales
sino en el desempeño del sistema democrático cuyos componentes más claros
son el gobierno y los partidos políticos. En el plano normativo, podría
considerarse establecer el voto obligatorio como una respuesta efectiva. Sin
embargo, esto es muy difícil, como lo ha mostrado el caso colombiano.
En cambio, en el caso del ausentismo sí tienen competencia los organismos
electorales. Lo primero es conocer los alcances y naturaleza del ausentismo
sobre la base de estudios e investigación cuyos resultados permitirán planear y
ejecutar campañas de capacitación y educación electoral. También debe
desarrollarse y mejorarse la calidad del padrón electoral y su depuración.
Asimismo, facilitar a los electores un adecuado acceso a sus centros de votación
y políticas especiales para aquellos grupos poblacionales vulnerables
(discapacitados, analfabetos, adultos mayores, etc.).
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CAPEL, 2002.
Nombre de los exponentes: Luis A. Sobrado y Olga N. Fallas
Título: Informe y diagnóstico sobre abstencionismo y participación.
El caso de Costa Rica
Conferencia: XVII Conferencia Protocolo de Tikal
Sede: San José, Costa Rica
Fecha: 25 y 26 de septiembre del 2003
INFORME NACIONAL
1. País informante: Costa Rica. Magistrado ponente: Dr. Luis Antonio Sobrado.
2. Cobertura del informe: agosto 2002-agosto 2003
3. Prioridades actuales
ƒ
Proceso Electoral en marcha: SI ( )
NO ( X )
En caso afirmativo: etapa del proceso y características del mismo.
Observación: si bien en la actualidad no tenemos en marcha un proceso electoral, la
institución desde ahora se prepara para los comicios del 2006, tanto nacionales como
municipales. En tal sentido, el Padrón Electoral, por ser permanente se actualiza en
forma constante, durante este año se han hecho varios estudios a la División Territorial
Electoral, se han fiscalizado las asambleas que han efectuado los partidos políticos, se
han continuado los análisis referentes al voto electrónico y se han realizado los estudios
necesarios para renovar, el próximo año, la plataforma tecnológica de la institución de
manera que podamos afrontar con mayor seguridad el proceso electoral.
ƒ
Reforma electoral en marcha: SI ( X )
NO ( )
En caso de respuesta afirmativa: estado de la reforma.
A inicios del año 2001 se presentó a consideración de la Asamblea Legislativa un
proyecto de un nuevo Código Electoral, expediente que se encuentra en dicho Poder sin
que a fecha se haya pronunciado sobre el mismo. Asimismo, existen en la corriente
legislativa iniciativas más puntuales, sobre las que se ha dado audiencia al Tribunal,
dentro de las que destaca un proyecto de ley de partidos políticos.
1
Por su parte, en el mes de junio de este año, se entregó a los señores Diputados otro
proyecto específicamente para regular lo concerniente al financiamiento privado y
estatal a los partidos políticos, al que aún no se le ha dado trámite.
ƒ
Prioridades institucionales actuales en materia técnica o de cooperación
horizontal:
Como ya fue mencionado, la institución inició un proceso de renovación de la
plataforma tecnológica, rediseño de los sistemas y migración de los datos a lenguajes
abiertos, lo cual es a su vez producto del Plan Estratégico Institucional. En este año
2003 se han elaborado los borradores de varios carteles de licitación que permitirán el
análisis de la red institucional, fortalecer la seguridad de nuestros sistemas, capacitar al
personal en las nuevas herramientas a aplicar y ampliar o renovar tanto los equipos de
desarrollo como los que contienen la base de datos. También como parte del Plan
Estratégico y dentro de su área de "desarrollo tecnológico", se contempla lo
concerniente al voto electrónico, proyecto en el que se deben profundizar los estudios de
factibilidad con miras al 2006. En estos dos aspectos podría considerarse alguna
cooperación, específicamente en el segundo punto dado que algunos países del área
tienen proyectada la aplicación de medios electrónicos para la emisión del sufragio, por
lo que sería positivo compartir información y procurar financiamiento para el proyecto.
4. Perspectivas y expectativas para el próximo año
En el presupuesto del TSE para el 2004 se han incluido los montos necesarios para
avanzar en los dos proyectos mencionados anteriormente, a saber: renovación de la
plataforma tecnológica y voto electrónico. En relación con este último, habida cuenta de
que la suma programada resultará insuficiente, se procurará gestionar con alguna
entidad financiera los recursos necesarios para ampliar su cobertura. Además, también
con miras a las elecciones del 2006, se iniciarán los programas de cedulación ambulante
con el propósito de facilitarle a los ciudadanos la actualización de su documento de
Identidad y por ende la de su inscripción electoral, se continuará con los estudios
relativos a la División Territorial Electoral y la fiscalización de las asambleas de los
partidos políticos, se hará la planificación de los programas electorales que se pondrán
en marcha ese mismo año o a inicios del siguiente y se comprarán algunos materiales
para dichos comicios, tales como mamparas para los recintos secretos, urnas, sobres,
sacos y bolsas plásticas para la documentación electoral, así como las fórmulas
continuas para el tiraje de los listados provisionales del Padrón Electoral a exhibir en
todo el país, entre otros. Además, la institución está siempre preparada para asesorar y
supervisar las consultas populares que se lleven a cabo y fiscalizar las asambleas
internas de los partidos políticos, que naturalmente se intensificarán de cara a la
renovación periódica de sus autoridades que, conforme a la jurisprudencia electoral,
constituye un imperativo constitucional que garantiza su funcionamiento democrático.
Por su parte, tal como ya se indicó, el Tribunal ha presentado a la Asamblea Legislativa
dos proyectos de ley. En la actualidad se está dando en los medios de información y en
el seno del Congreso un amplio debate sobre esos temas, centrado con mayor intensidad
en lo relativo al financiamiento de los partidos políticos, razón por la cual se espera que
se produzca nueva legislación.
2
5- Principales fortalezas institucionales y áreas por reforzar
Identificación de áreas
Capacitación Electoral
Educación Cívica
Fortalezas
Experiencia de los
funcionarios que brindan
asesoría a las juntas
electorales.
Planes establecidos y
continuos dirigidos a
estudiantes de educación
primaria y secundaria.
Reforma electoral para el
fortalecimiento
institucional
Propuestas de reforma
presentadas a la Asamblea
Legislativa.
Observación
internacional de
elecciones
Funcionarios con mucha
experiencia en el campo
electoral y en la
observación internacional
de elecciones.
Coordinación con la
observación nacional de
elecciones
Innovación o desarrollo
en aplicaciones
tecnológicas
Asistencia técnica
(especificar)
Otras formas de
cooperación internacional
(especificar)
Áreas por reforzar
Capacitación de los miembros de
mesa y fiscales de los partidos
políticos.
Producción de folletos e
instructivos para esos grupos y
campaña de divulgación a nivel
nacional sobre temas electorales.
Redacción de una nueva Ley
Orgánica según está previsto en
uno de los proyectos del Plan
Estratégico Institucional.
No aplica.
Actualmente se está
desarrollando el Plan
Estratégico de Tecnologías
Informáticas, como parte
del Plan Estratégico
Institucional, el cual
incluye la modernización
de la plataforma
tecnológica y el desarrollo
de software de voto
electrónico.
Logística electoral.
Transmisión de resultados.
Padrón Electoral
Permanente y con
Fotografía.
Programas de cedulación.
Registro Civil e
Identificación ciudadana y
de menores.
Cobertura del voto electrónico para
el 2006 para lo cual se requieren
recursos económicos.
Digitalización de la cartografía
electoral.
Conexión en línea al computador
central de todas las Oficinas
Regionales, para mejorar los
servicios civiles y electorales
(expedición de la cédula).
Otras áreas (identificar)
3
6. Iniciativas para el mejor apoyo institucional y la mayor ventaja que puede tener
la acción del Protocolo de Tikal o de algunos de sus organismos miembros:
Sería de mucha importancia el establecimiento de mejores canales de comunicación
electrónica para divulgar los avances o proyectos que en todos los ámbitos del tema
electoral estén desarrollando los diversos organismos electorales que conforman el
Protocolo de Tikal y la UNIORE.
4
DIAGNOSTICO NACIONAL
SOBRE ABSTENCIONISMO Y PARTICIPACIÓN
1. Pais informante: Costa Rica. Magistrada ponente: Dra. Olga Nidia Fallas
2. Cobertura del informe: nacional
Fechas de las dos últimas elecciones presidenciales
a) 1de Febrero de 1998
b) 3 de Febrero del 2002
Fechas de las dos últimas elecciones legislativas o municipales
a) 1 de Febrero de 1998
b) 3 de Febrero del 2002
c) 1 de Diciembre del 2002
Elecciones para Alcaldes por primera vez
3. Referencia normativa sobre el voto
El sistema electoral funciona con:
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
INSCRIPCIÓN AUTOMÁTICA
INSCRIPCIÓN VOLUNTARIA
VOTO VOLUNTARIO
VOTO OBLIGATORIO
(X)
( )
( )
(X)
Si se ha escogido esta última opción
ƒ
ƒ
LA NO CONCURRENCIA A VOTAR IMPLICA SANCIONES
LA NO CONCURRENCIA A VOTAR NO IMPLICA SANCIONES
(
)
(X)
Especifique:
El artículo 93 de la Constitución Política define el sufragio como función cívica primordial y
obligatoria pero no prevé sanción alguna si éste no se ejerce.
5
4. Cuadro diagnostico sobre abstencionismo y participación
Identificación de áreas/temas
Inscritos
Inscripción electoral
Cantidad de Inscritos en las
últimas elecciones
presidenciales
Ver anexo 1
Cantidad general
Hombres
Mujeres
Nuevos inscritos
Cantidad de nuevos Inscritos
Se abstuvieron de participar en
las últimas dos elecciones
Cantidad de inscritos en las
Últimas elecciones
Legislativas/municipales
Cantidad de nuevos inscritos
Se abstuvieron de participar en
las últimas dos elecciones
Legislativas/municipales
Cantidad general
Hombres
Mujeres
Identificación de áreas/temas Subrregistro estimado (no
inscritos, con edad para estar
inscritos)
Subrregistro y depurados
Subrregistro estimado para las
últimas elecciones (de cualquier
Inscripción automática
tipo).
al cumplir 18 años de edad y
solicitar cédula de identidad.
Cantidad general
No se llevan registros de
Hombres
cuántas personas mayores de Mujeres
18 años no han solicitado
cédula o que habiendo vencido
la vigencia de ese documento
no han solicitado su
renovación, pues en ambos
casos no estarían en el padrón.
Cantidad general
Hombres
Mujeres
Cantidad general
Hombres
Mujeres
Depurados
Depurados de la penúltima a la
última elección presidencial
Cantidad General
Hombres
Mujeres
Depurados de la penúltima a la
última elección
Legislativa/municipal
Cantidad General
Hombres
Mujeres
6
ANEXO 1
CANTIDAD DE ELECTORES INSCRITOS EN LAS DOS ÚLTIMAS
ELECCIONES PRESIDENCIALES
Electores Inscritos
Hombres
Mujeres
Total Electores Inscritos
Febrero 1998
1.027.444
1.018.536
2.045.980
Febrero 2002
1.141.695
1.138.156
2.279.851
CANTIDAD DE ELECTORES INSCRITOS EN LAS DOS ÚLTIMAS
ELECCIONES LEGISLATIVAS Y MUNICIPALES
Descripción
Hombres
Mujeres
Total Electores Inscritos
Descripción
Febrero 1998
Legislativas
1.027.444
1.018.536
2.045.980
Febrero 2002
Legislativas
Hombres
Mujeres
Total Electores Inscritos
1.141.695
1.138.156
2.279.851
Febrero 1998
Municipales
1.027.444
1.018.536
2.045.980
Febrero 2002
Diciembre 2002
Municipales
Por primera vez
(Regidores) Elecciones Alcaldes
1.141.695
1.166.216
1.138.156
1.165.243
2.279.851
2.331.459
7
Identificación de
Participación
áreas/temas
Cantidad y porcentaje de votantes: Votos emitidos en las dos
últimas elecciones
Ver anexo 2
presidenciales
Cantidad y porcentajes de los
inscritos
Válidos
Nulos
Blancos
Votos emitidos en las dos
últimas elecciones
Legistativas/municipales
Cantidad y porcentaje de los
inscritos
Válidos
Nulos
Blancos
Abstencionismo
Abstencionismo en las dos
últimas elecciones
presidenciales
Cantidad general
Hombres
Mujeres
Porcentaje de los inscritos
General
Hombres
Mujeres
Abstencionismo en las dos
últimas elecciones
Legislativas/municipales
Cantidad general
Hombres
Mujeres
Porcentaje de los inscritos
General
Hombres
Mujeres
Valoraciones Institucionales
Diferencias por tipo de elección:
Sobre participación electoral
¿La ciudadanía participa más,
menos o igual según sea el tipo
de elección?
Hasta las elecciones de 1998, las
tres elecciones (Presidenciales,
Legislativas y Municipales) se
realizaban el mismo día, por lo que Causas:
no hay diferencias en los índices de
participación electoral y
abstencionismo.
En el 2002 por primera vez se
hicieron elecciones municipales
separadas, concretamente para los
cargos de Alcalde, Síndicos y
Concejales de Distrito, dándose un
fuerte incremento del
abstencionismo que llegó a un
promedio del 77.2%
Sobre abstencionismo
¿La ciudadanía se abstiene de
participar más, menos o igual
según sea el tipo de elección?
Causas:
Causas posibles:
-Era el tercer proceso electoral del
8
año, pues antes hubo necesidad de
ir a una segunda ronda para elegir
Presidente de la República, lo cual
desmotivó la participación
ciudadana.
-Los partidos políticos no
realizaron mucha propaganda
política, siendo de resaltar el que
no contaban con financiamiento
estatal para difundir publicidad
relacionada con las elecciones
municipales.
-Desconocimiento del proceso
electoral para elegir las autoridades
locales (Alcaldes, Síndicos y
Concejales de Distrito) en un alto
porcentaje del electorado.
-Desinterés de la ciudadanía en esa
elección.
9
ANEXO 2 – A
VOTOS EMITIDOS EN LAS DOS ÚLTIMAS
ELECCIONES PRESIDENCIALES
Descripción
Electores Inscritos
Votos Válidos
Votos Nulos
Votos en Blancos
TOTAL VOTOS
EMITIDOS
Abstencionismo
Febrero 1998
Febrero 2002
2.045.980
1.388.698
36.318
6.897
2.279.851
1.529.845
32.332
7.241
Abril 2002
(Segunda Ronda)
2.279.851
1.339.480
27.457
6.006
1.431.913
1.569.418
1.372.943
30.1%
31.16%
39.8%
VOTOS EMITIDOS EN LAS DOS ÚLTIMAS
ELECCIONES LEGISLATIVAS Y MUNICIPALES
Descripción
Electores Inscritos
Votos válidos
Votos nulos
Votos en Blanco
TOTAL VOTOS
EMITIDOS
Abstencionismo
Descripción
Febrero 1998
Legislativas
2.045.980
1.383.527
32.709
14.343
Febrero 1998
Municipales
2.045.980
1.381.640
35.601
13.740
1.430.579
1.430.981
30%
30%
Febrero 2002
2.279.851
1.521.854
28.461
19.023
Febrero 2002
Municipales
(Regidores)
2.279.851
1.517.848
26.934
24.694
Diciembre 2002
Por primera vez
Elecciones Alcaldes
2.331.459
513.691
12.940
5.028
1.569.338
1.569.476
531.659
31.16%
31.16%
77.2%
Legislativas
Electores Inscritos
Votos válidos
Votos nulos
Votos en Blanco
TOTAL VOTOS
EMITIDOS
Abstencionismo
10
ANEXO 2 - B
ABSTENCIONISMO EN LAS DOS ÚLTIMAS ELECCIONES
PRESIDENCIALES*
1998
614.067
2002
710.433
CANTIDAD GENERAL
GENERO
Hombres
Mujeres
1998
327.464
286.603
2002
385.583
324.850
PORCENTAJE DE LOS INSCRITOS
GENERO
General
Hombres
Mujeres
1998
100%
50.22%
49.78%
2002
100%
50.08%
49.92%
* El abstencionismo se desglosa sólo para la elección presidencial.
11
Efecto o impacto en la
Ciudadanía:
En general entre la opinión
pública y la ciudadanía hay
alarma y genuina
preocupación por el
creciente incremento del
índice de abstencionismo a
partir de 1998.
Posibilidades y Causas
Las causas pueden ser muy
variadas y diversas,
agravándose el enfoque del
problema por la ausencia de
un abordaje científico del
fenómeno. De ahí que el
Tribunal haya invertido
recursos públicos para tratar
de determinar las causas del
abstencionismo y el perfil
del elector abstencionista.
Hecha esta aclaración
necesaria, importa indicar
que la información que
figura en este formulario
está afectada por una serie
de factores de la realidad
social que condicionan el
conocimiento del problema,
así como por las
impresiones que esa misma
realidad social genera.
Valoración pública
(ciudadanía opinión
pública) sobre la
participación electoral en:
Las dos últimas elecciones
Presidenciales
Las dos últimas elecciones
Legislativas/municipales
Valoración pública (ciudadanía,
opinión pública) sobre la
participación electoral en:
Las dos últimas elecciones
Presidenciales
Las dos últimas elecciones
Legislativas/municipales
Posibles causas para la persistencia
o el incremento del abstencionismo:
Enumeradas también a título de
ensayo, podrían citarse el desinterés
en la política por aparente falta de
Dependiendo de la
conexión entre la acción política
determinación justa de las
concreta y las promesas electorales
causas reales del
abstencionismo, se podrán de campaña.
enumerar las acciones que La sensación aparente por parte de
los electores de no estar
deben adoptarse para
adecuadamente representados ni en
incrementar la acción
ciudadana y el modo cómo el Parlamento, ni en el gobierno
local (municipios) ni en el Poder
deben combinarse. No
Ejecutivo.
obstante lo anterior, y a
El automatismo del sistema
título de ensayo, pueden
señalarse como factores que político-electoral, el cual se renueva
con la intervención del elector o sin
incrementarían la
participación ciudadana, la ella.
Las opciones electorales
acción conjunta del
inadecuadas para ciertos sectores de
Organismo Electoral y la
intereses.
sociedad civil mediante
El desencanto con los partidos
capacitación de dirigentes
políticos y bases partidarias, políticos y su accionar.
La corrupción política y
introducción en los
gubernamental.
curricula escolares,
Las necesidades sociales básicas
colegiales y universitarios
insatisfechas.
de aspectos relacionados
con el concreto ejercicio del
voto y distintas formas de
participación ciudadana, lo
cual involucraría a partidos
políticos, Ministerio de
Educación Pública, Instituto
de Fomento y Asesoría
Municipal y distintas ONG.
Posibilidades para el
incremento de la
participación ciudadana:
12
Acciones desarrolladas por
el Organismo Electoral:
Presentación de Proyecto de
reforma del Código
Electoral al Parlamento.
Presentación del Proyecto
sobre control del
financiamiento a los
partidos en el Parlamento.
Administración y
reorganización del Cuerpo
de Delegados del TSE adhonorem
-Integración de jóvenes de
Tribunales Electorales
Estudiantiles al proyecto de
Guías Electorales.
-Educación ciudadana:
Creación de la Oficina de
Comunicación y Relaciones
Públicas del TSE.
Acciones desarrolladas por el
Organismo Electoral para
incrementar la participación:
Acciones específicas concebidas y
ejecutadas por el Organismo
Electoral para reducir el
abstencionismo:
Ámbito normativo: sistema de
voto preferente, sistema de voto Ámbito normativo:
en el extranjero, inscripción de
Ámbito administrativo:
grupos independientes para el
gobierno local (municipios),
Educación ciudadana:
presentado mediante formal
proyecto de ley al Parlamento.
Innovaciones técnicas:
Ámbito administrativo:
Investigaciones o estudios:
Educación ciudadana:
campañas publicitarias
Divulgación de los resultados del
incitando al voto y a la
diagnostico sobre causas y
actualización del domicilio
comportamiento del
electoral por parte de los
abstencionismo, promovido por la
votantes, con objeto de crear
juntas receptoras de votos según Universidad de Costa Rica y el
las necesidades de los electores. TSE, mediante la publicación de un
libro y de discos compactos así
como la puesta en línea de estos
Innovaciones técnicas: Voto
resultados.
Electrónico.
Otros:
Investigaciones o estudios:
Convenio con la Universidad de
Costa Rica para determinar las
causas del abstencionismo.
Otros:
Acciones que hubiera
querido desarrollar el
Organismo Electoral pero
que no ha podido:
Para incrementar la
participación ciudadana:
(especificar)
Para diagnosticar y precisar las
causas del abstencionismo y tender
a su reducción, (especificar):
Mejor desarrollo del Plan
de Voto Electrónico que a
la fecha se ha mantenido
como plan piloto de muy
modesto alcance.
Adopción de medidas más
agresivas para que una
mayor cantidad de
ciudadanos actualicen su
domicilio electoral.
Implementación de
13
campañas más intensivas
que fomenten la
participación ciudadana.
Concretar la institución del
referendo cuya aplicación
está supeditada a la
promulgación de una Ley
que no ha emitido la
Asamblea Legislativa
Concretar la reforma
electoral, que por falta de
voluntad política en el
Parlamento, no se ha
discutido a fondo, lo que a
impedido remozar y
actualizar el sistema
electoral costarricense.
Asistencia Técnica:
¿Requeriría el Organismo
Electoral de asistencia técnica
Inversión para el adecuado para incidir sobre el incremento
y completo desarrollo del
a la participación ciudadana?
Programa Voto Electrónico. (especificar): Sí mediante
Proyecto de Fortalecimiento
Institucional del TSE, con
cooperación del B.I.D.
Otras formas de
¿Requeriría el Organismo
cooperación horizontal:
Electoral de otras formas de
cooperación horizontal para
Asesoría para el
incidir sobre el incremento a la
fortalecimiento para las
participación ciudadana?
tareas de capacitación,
(especificar):
aprovechando el desarrollo Hacer convenios de
que otros organismos
concientización ciudadana con
electorales como el
otras instituciones públicas
panameño han tenido en este (Ministerio de Educación
campo.
Pública,
Ministerio de Seguridad
Pública, Municipalidades,
Instituto de Fomento y Asesoría
Municipal).
Observaciones Adicionales
¿Requeriría el Organismo Electoral
de asistencia técnica para incidir
sobre la reducción del
abstencionismo? (especificar): Sí
Proyecto Fortalecimiento
Institucional del TSE, con
cooperación del B.I.D.
¿Requeriría el Organismo
Electoral de otras formas de
cooperación horizontal para incidir
sobre la reducción del
abstencionismo?
(especificar):
Sí, realizar estrategias coordinadas
con Partidos Políticos y ONG para
enfrentar este fenómeno.
14
5. Iniciativas para el mejor apoyo institucional y la mayor ventaja que puede tener la
acción del Protocolo de Tikal o de algunos de sus organismos miembros, en materia de
abstencionismo y participación electoral.
El intercambio de información, entre los diferentes organismos electorales miembros del
Protocolo, es básico en este punto, toda vez que el mismo podría generar un enfoque regional
del fenómeno, así como una más amplia visión de este problema en la gran área de influencia
del Protocolo mismo, permitiendo también enfatizar los rasgos comunes que esta patología
social tiene para las democracias de la zona.
Lo anterior supone que con el suministro recíproco de información relacionada con el
abstencionismo, se podría establecer – entre otras posibilidades – enfoques comparativos que
mejoren la comprensión y el tratamiento del problema, se podría determinar la idoneidad – o
la ineficacia – de ciertas herramientas conceptuales, de acciones prácticas, así como la de
políticas y campañas tendientes a incentivar la participación ciudadana.
Una forma de propiciar este intercambio de información y de experiencias, podría serlo –
para empezar – la realización de foros virtuales debidamente oficializados dentro del marco
del Protocolo, adecuadamente estructurados (planteamiento del problema, hipótesis de
trabajo, resultados de investigaciones estadísticas y sociológicas, etc.), a cargo de las
instancias, unidades o funcionarios que cada organismo electoral encargue de este menester,
para evolucionar posteriormente hacia la celebración de “encuentros”, “conferencias”,
seminarios o foros de análisis regionales que formulen soluciones al problema del
abstencionismo.
En todas las actividades supra mencionadas conviene integrar a las agrupaciones políticas,
con objeto de que éstas hagan los aportes que estimen a bien y enriquezcan el enfoque y las
soluciones a este problema.
15
Nombre del ponente: Ramiro Peña
Título: Informe y diagnóstico sobre abstencionismo y participación.
El caso de El Salvador.
Conferencia: XVII Conferencia Protocolo de Tikal
Sede: San José, Costa Rica
Fecha: 25 y 26 de septiembre del 2003
INFORME NACIONAL
País informante:
El Salvador
Cobertura del informe:
agosto 2002 – agosto 2003
Prioridades actuales:
• Proceso electoral en marcha
SÍ
(Etapa del proceso y características del mismo)
El Tribunal Supremo Electoral de El Salvador inició desde hace varios meses un nuevo
proceso electoral para los comicios Presidenciales que se realizarán el 21 de marzo de
2004. Varias actividades han sido ejecutadas desde que en junio pasado se presentó ante
el Ministerio de Hacienda el presupuesto Extraordinario de Elecciones y un conjunto de
reformas puntuales al Código Electoral, que fueron presentadas ante la Asamblea
Legislativa.
Uno de los pasos, importantes en los preparativos de las elecciones, fue la aprobación de
algunas de las reformas por parte de la Asamblea Legislativa, en las cuales se determina
el uso electoral del Documento Único de Identidad (DUI) en sustitución del carnet
electoral que caducó por decreto el 31 de mayo de este año.
Lo anterior también implica, la creación de un nuevo Registro Electoral con la
información del ciudadano contenida en el DUI y la creación del Padrón Electoral
fotográfico, como dos de las innovaciones más importantes del próximo evento
electoral, que se realizará con el mismo sistema de voto domiciliar.
1
La utilización del Documento Único de Identidad a partir de la base de datos del
Registro Nacional de las Personas Naturales permitirá tener un padrón depurado y
actualizado, ya que dicha institución está obligada a informar al Tribunal sobre los
fallecimientos de los ciudadanos. Igualmente se contará con información secundaria del
Órgano Judicial sobre los ciudadanos que hayan perdido sus derechos de votar.
La información entregada por el RNPN incluye, todos los datos de los ciudadanos, las
imágenes como la fotografía, las huellas, la firma y la partida de nacimiento.
Más de un millón de registros, ya fueron proporcionados al TSE y están siendo
procesados e incorporados en la base de datos del nuevo Registro Electoral. Este
proceso de transferencia de la información estará concluido a más tardar el próximo 15
de octubre.
Hasta el lunes 22 de septiembre, el RNPN había emitido un total de tres millones 274
mil 815 documentos a los ciudadanos, lo que significa un número mayor a la cantidad
de personas que estaban carnetizadas para las pasadas elecciones.
El envío de información por parte del RNPN se hará por medio de un sistema
informático moderno, a través de interfase que permite estar en línea con el RNPN para
obtener toda la información de los ciudadanos que han obtenido el Documento. En la
actualidad el proceso se está realizando a través de medio magnético, lo cual será
superado a partir de la adquisición de un nuevo equipo cuando sea efectivo el
presupuesto extraordinario de elecciones.
El uso del Documento Único, permitirá a través de un código de zona asignado,
distribuir a los ciudadanos en forma alfabética en el municipio de residencia y el Centro
de Votación en que le corresponde votar.
Otro de los componentes importantes también es el plan de consulta e información
ciudadana, que está contemplado por medio de teléfono, instalación de kioscos
automáticos a través de computadoras ubicadas en lugares públicos de mayor afluencia
y la consulta a través de internet.
• Reforma electoral en marcha Sí (estado de la reforma)
Nuestra institución viene trabajando desde hace varios meses en la modernización del
sistema electoral salvadoreño. El mes de junio pasado, fueron presentadas ante la
Asamblea Legislativa un conjunto de 50 reformas puntuales al Código Electoral.
Luego de un amplio debate y consulta con los Magistrados de nuestra institución, los
señores diputados de la Asamblea Legislativa aprobaron el pasado 18 de septiembre, las
reformas que tienen que ver con el uso del Documento Único de Identidad para emitir el
sufragio y la creación del nuevo Registro Electoral basado en la información contenida
en dicho documento.
Una de las reformas aprobadas es sobre el uso electoral del Documento Único de
Identidad (DUI) en sustitución del carnet electoral el cual perdió vigencia el pasado 31
de mayo de 2003 por decreto legislativo.
2
En ese sentido la reforma contempla que es deber del ciudadano obtener el Documento
Único de Identidad para ejercer el sufragio. Este documento es entregado al ciudadano
por el Registro Nacional de las Personas Naturales (RNPN), quien además está en la
obligación de proporcionar al Tribunal Supremo Electoral toda la información para la
inscripción en el Registro Electoral.
Otras reformas también fueron hechas en cuanto a la implementación del voto
residencial a partir de las elecciones de Concejos Municipales y Diputados a la
Asamblea Legislativa en Marzo de 2006.
• Prioridades institucionales actuales en materia técnica o de cooperación
horizontal
Una de las prioridades más importantes en este proceso, son las innovaciones
tecnológicas, lo cual está vinculado con la creación del nuevo Registro Electoral y al
uso del Documento Único de Identidad y la creación por primera vez del padrón
fotográfico.
Otra de las prioridades de la institución es la modernización del sistema, la cual pasa por
la reestructuración administrativa, a partir de la caducidad del carnet electoral que era
emitido por nuestra institución.
PERSPECTIVAS Y EXPECTATIVAS PARA EL PRÓXIMO AÑO
Varias de las perspectivas y expectativas del Tribunal tienen que ver con lograr la
regulación en cuanto a la recopilación de los resultados el día de las elecciones. En ese
sentido se prende recibir la mayor parte de las actas a través de faxes que ingresarán
directamente a los servidores sin que sean trasladadas y procesadas manualmente; esto
permitirá mayor seguridad y agilidad en el procesamiento.
También se pretende trabajar el escrutinio preliminar solamente con la cantidad de votos
válidos contabilizados, dejando para el escrutinio final, el procesamiento de la totalidad
los diferentes tipos de votos.
Otra de las innovaciones que se pretende regular, es la obligatoriedad de los miembros
de las Juntas Receptoras de Votos de entregar los datos en el menor tiempo posible para
agilizar el procesamiento de resultados. En caso contrario se establecerían sanciones
para los miembros de las JRV.
En cuanto a lo que está regulado; las más importantes son la realización de las próximas
elecciones con el Documento Único de Identidad (DUI), con un nuevo Registro
Electoral fotográfico, depurado y actualizado, ya que el RNPN informará al TSE sobre
las defunciones de los ciudadanos.
Las innovaciones tecnológicas permitirán a la institución mejorar los procesos de
recepción y procesamiento de información proveniente del RNPN. Igualmente permitirá
3
mejorar los procesos de transmisión de resultados y escrutinio preliminar y final,
reduciendo el tiempo requerido para la transmisión de los resultados.
Con la aprobación de las reformas y el presupuesto extraordinario de elecciones el TSE
estaría convocando a elecciones en el mes de noviembre, a partir de entonces los
partidos políticos solicitarán ante el TSE la inscripción de sus candidatos.
INNOVACIONES TECNOLÓGICAS
El Tribunal Supremo Electoral ha trabajado en varias aplicaciones necesarias para el
proceso y evento electoral del 21 de marzo de 2004. Entre los aplicativos está el sistema
del Registro Electoral; de procesos electorales, sistema de escrutinio preliminar y
escrutinio final, transmisión de resultados y otros.
Algunos de estos sistemas que ya están funcionando, han permitido realizar en forma
eficiente la recepción y procesamiento de toda la información entrega por el Registro
Nacional de las Personas Naturales y posteriormente la impresión de los padrones
fotográficos.
Otro avance importante es el diseño del sitio web, incluyendo nuevos contenidos y se
estableció un enlace entre las oficinas del TSE lo que permite manejar los procesos
centralizados para el acceso a internet por medio de un punto central.
PRINCIPALES
REFORZAR
Identificación
de áreas
Capacitación
Electoral
FORTALEZAS
INSTITUCIONALES
Fortalezas
Capacitación a los Organismo
Electorales Temporales (Juntas
Electorales Departamentales, Juntas
Electorales Municipales, Juntas
Receptoras de Votos).
Y
ÁREAS
POR
Áreas por reforzar
Necesidad de reforzar la capacitación
en cuanto al llenado de actas de cierre
y escrutinio a fin de evitar problemas
aritméticos en el procesamiento de
los resultados.
Capacitación y coordinación con las
instituciones de apoyo al proceso
electoral.
Educación
Cívica
Reforma
Electoral para
el
Apoyo logístico y asesoría en la
realización de elecciones estudiantiles
Charlas en centros escolares sobre temas
cívico-democráticos.
La Asamblea Legislativa aprobó el 18
de septiembre varias reformas en
función del uso del Documento Único
de Identidad para emitir el sufragio.
Transmisión de Resultados
Impulsando reforma que obligue a
miembros de las JRV remitir las actas
en forma inmediata al Centro
4
fortalecimiento
institucional
Asimismo, se establece la obligatoriedad
del Registro Nacional de las Personas
Naturales de proporcionar toda la
información al TSE para la creación del
Registro Electoral.
También se hizo una reforma en el
sentido de que a partir del 2006 se
implementará el Voto Residencial.
Observación
internacional
de elecciones
Nacional de Procesamiento.
Para efectos de procesamiento de
resultados preliminares solamente
haría con votos válidos.
Envío actas a través de faxes,
directamente hacia los servidores
Se necesitan reformas sobre la
transmisión de resultados.
Lograr que el 100% de los
El plan de atención a observadores
internacionales en las elecciones del 16
observadores hagan sus
de marzo de 2003, permitió la atención a recomendaciones sobre el proceso
27 observadores invitados por el TSE
observado.
Siendo esta cantidad, mayor a la
Participación de la unidad de
asistencia en las elecciones del año
atención a observadores en
2000.
observación electoral en otros países.
Los observadores constataron los
En la institución, agilizar los
avances en la modernización
procesos de adquisición de bienes y
institucional y la consolidación de la
servicios.
democracia en nuestro país.
Pronta aprobación del plan de
Se brindó asistencia de calidad, como
observadores y facilitar los recursos
parte del compromiso de cooperación
necesarios para la ejecución del plan.
con los organismos electorales de la
UNIORE
El 50 por ciento de los observadores
dieron su informe de lo observado.
Se reafirmaron los vínculos de
cooperación internacional.
Se recibió reconocimiento por parte de
los observadores.
INICIATIVAS PARA EL MEJOR APOYO INSTITUCIONAL Y LA MAYOR
VENTAJA QUE PUEDE TENER LA ACCIÓN DEL PROTOCOLO DE TIKAL
O DE ALGUNOS DE SUS ORGANISMOS MIEMBROS:
Existen altos niveles de cooperación alcanzados en cuanto a la modernización del
sistema electoral, en ese sentido se ha obtenido el apoyo del Tribunal Electoral de
Panamá y del Instituto Federal Electoral (IFE) DE MÉXICO.
La cooperación ha consistido en proporcionarnos documentación técnica, asesoría
directa de personal técnico, charlas especializadas, recomendaciones técnicas sobre la
modernización.
5
También en el marco del Protocolo de Tikal, la comisión de Seguimiento del Calendario
Electoral del TSE hizo una visita al Tribunal Electoral de Panamá para conocer de cerca
el proceso electoral de ese país.
6
DIAGNÓSTICO NACIONAL SOBRE ABSTENCIONISMO Y
PARTICIPACIÓN
País informante:
El Salvador
Ponente:
Dr. Ramiro Peña Marín
Magistrado
Tribunal Supremo Electoral
Antes de iniciar mi intervención, necesito aclarar que en El Salvador, el
abstencionismo, es llegar a la urna y no emitir el sufragio a favor de algún partido
político y depositar la papeleta en blanco. Por lo que, el no participar en un evento
electoral o no asistir a votar, le denominamos ausentismo.
Estimado José Thompson,
Director de CAPEL
Estimado Roberto Cuellar,
Director Ejecutivo del Instituto Interamericano de Derechos Humanos
Estimados Miembros de organismos electorales de Centroamérica y el Caribe
Señoras y señores presentes a esta XVII Conferencia, reciban un fraternal saludo del
pueblo salvadoreño.
“Un país es democrático, si es capaz de garantizar a su pueblo el derecho de escoger
su propio gobierno a través de elecciones periódicas, multipartidista y mediante el voto
secreto; todo ello sobre la base del sufragio universal de sus ciudadanos” F.
Fukuyama.
El Sistema electoral de El Salvador esta caminando hacia la concreción de esa utopía
expresada por Fukuyama y es que, le estamos ganando la guerra al ausentismo, de
54.48% alcanzado en marzo de 1994 en las primeras elecciones celebradas por el
naciente Tribunal Supremo Electoral cuando por primera vez un movimiento armado se
convierte en partido político y participa en elecciones.
Así, El Salvador elige por primera vez a un Presidente pos guerra civil y se desarrolla el
sistema electoral al entrar en contienda todas las fuerzas políticas, el sistema continúa su
avance, si bien en las elecciones legislativas y municipales de 1997 el ausentismo
aumentó a un 60.82, creció la credibilidad del TSE al ganar partidos de la oposición,
importantes cabeceras departamentales del país.
Los procesos electorales de 1999 y 2000 nos han dejado con un ausentismo del 61.43%
y 61.52% sin embargo queremos señalar que estas elecciones han sido realizadas con un
7
padrón electoral no depurado, es decir, que se ha venido alimentando con nuevos
electores pero su depuración ha sido bien mínima, producto de una serie de problemas
administrativos y legales que existen y que dificultan sacar a un ciudadano o difunto del
padrón.
Es hasta las elecciones de marzo de 2003 que se depura el padrón con un aproximado de
50 mil electores, entre ellos casos de defunción, doble nombre, perdida de sus derechos
por problemas penales y pocos caso de emigración hacia terceros países.
Bajo este contexto en las elecciones legislativas y municipales del pasado 16 de marzo
de 2003 teníamos un padrón con 3 millones 537 mil 091 electores y llegamos a una
votación de 1 millón 451 mil 167 ciudadanos, es decir, que ejercieron su derecho el
62% de los salvadoreños, por lo tanto reducimos el ausentismo a un 58%.
Pero este 3% que hemos logrado reducir, no es el que nos alegra pues aún continuamos
con el mismo padrón aún que avanzado en su depuración; sino que los nuevos inscritos
en el registro electoral están confiando en la institución que les organiza las elecciones.
Para las pasadas elecciones tuvimos 274 mil 367 nuevos ciudadanos inscritos para votar
el 16 de marzo y ejercieron su derecho 238 mil 454 nuevos votantes, es decir, 35 mil
913 (13.08%) no asistieron a votar.
Otro logro significativo fue la reducción del abstencionismo, de 3,65 que en 1994
llegaron a las urnas y no le dieron el voto a ningún partido, lo reducimos a un 0.69% en
marzo de 2003; por lo tanto, más salvadoreños jóvenes están llegando a las urnas y
completamente decididos e dar su voto por un partido.
Es necesario agregar un éxito más en el desarrollo del sistema electoral salvadoreño, y
es que por primera vez, las mujeres votaron más que los hombres, según nuestros
registros 694,344 mujeres votaron (51.62%) contra 650,850 (49.38%) votos masculinos.
El organismo Colegido el cual integro ha realizado dos eventos electorales y vamos
hacia nuestro tercero y último, en el cual lastimosamente no vamos a desarrollar el Voto
Residencial, es decir, de 362 Centros de Votación que tuvimos este año, en el 2004
tendríamos 1,630 Centros de votación en todo el país, donde los que viven en zonas
urbanas tendrán su Centro de Votación a un kilómetro de distancia de su casa y en el
caso de las zonas rurales, a tres kilómetros el centro más lejano.
Sin embargo, el pasado 18 de septiembre la Asamblea Legislativa emitió un decreto en
el cual el Voto Residencial se efectuará hasta las elecciones legislativas y municipales
de 2006, por lo tanto, la elección presidencial de marzo de 2004 se realizarán con el
Voto Domiciliar, que consiste en Centros de Votación donde los ciudadanos asisten por
orden alfabético.
Pero tendremos como novedad, un nuevo documento de votación llamado DUI, el cual
posee un chip donde esta la información domiciliar y demás datos de los ciudadanos,
éste nos servirá para asignarle su centro de votación, a la vez, nos proporciona su
fotografía, huella dactilar y toda la información familiar para evitar homónimos,
falsificación y duplicidad de documentos.
8
El DUI nos brindará un padrón digital donde el elector podrá ver la exactitud de su
nombre y su fotografía, lo cual facilita la votación a las personas analfabetas y evita la
suplantación de los votantes.
Otro factor importante es que tendremos un nuevo Registro Electoral Digital, que
superará al actual que posee 3 millones 537 mil 091 inscritos, el padrón que estamos
trabajando tiene hasta la fecha 3 millones 274 mil 815 y esperamos que hasta noviembre
se llegue a 3.6 millones con los jóvenes que cumplirán años el 16 de marzo de 2004.
Si bien no pudimos realizar elecciones con el Voto residencial, en marzo de 2004
entregaremos un Registro Electoral moderno y confiable, aunado a todo nuestro mayor
esfuerzo para garantizarle a la sociedad la administración eficiente de unos procesos
electorales libres y transparentes; el ejercicio de una pronta y cumplida justicia
electoral, así, estamos trabajando para poderle decir a cada salvadoreño “Tu voluntad se
cumple”.
Muchas gracias.
COBERTURA DEL INFORME.
Fechas de las últimas elecciones presidenciales
• Primera vuelta 20 de marzo 1994
1994 1era Vuelta
Electores
2,717,969
Votantes
1,331,719
49,00
Abstencionismo
99,316
3.65
Ausentismo
1,286,934
47.35
• Segunda vuelta 24 de abril de 1994
1994 2a Vuelta
Electores
2,737,745
Votantes
1,200,711
43.86
Abstencionismo
45,509
1.66
Ausentismo
1,491,525
54.48
9
•
7 de marzo de 1999
1999
Electores
3.171,224
Votantes
1,185,327
37.38
Abstencionismo
37,888
1.19
Ausentismo
1,948,009
61.43
Fechas de las últimas elecciones legislativas o municipales
• 12 de marzo de 2000
2000
Electores
3,262,724
Votantes
1,212,713
37.15
Abstencionismo
43,629
1.34
Ausentismo
2,008,382
61.52
• 16 de marzo de 2003
2003
Electores
3,537,091
Votantes
1,451,167
37.15
Abstencionismo
24,374
Ausentismo
2,085,924
0.58%*
REFERENCIA NORMATIVA SOBRE EL VOTO
El sistema electoral funciona con:
• VOTO OBLIGATORIO
Nuestro sistema electoral no establece una obligatoriedad sino un deber de todo
ciudadano el ejercer el sufragio, el derecho de votar en la consulta popular directa, a
través del voto, el cual será libre, directo, igualitario y secreto; como lo estipulan los
Art. 72, 73 y 78 de la Constitución de la República.
Por su parte el Código Electoral, que rige nuestra labor en el TSE en los Art. 3 y 4 expone
que El sufragio es un derecho y un deber de los ciudadanos, su ejercicio es indelegable e
irrenunciable, el voto es libre, directo, igualitario y secreto. Y nadie podrá impedir, coartar
o perturbar el ejercicio del sufragio.
10
Pese a establecer un deber ciudadano, no es obligatorio y no esta sujeto a sanción el no
ejercer dicho derecho.
11
CUADRO DIAGNÓSTICO SOBRE ABSTENCIONISMO Y PARTICIPACIÓN
Identificación de
áreas/temas
Inscripción electoral
INSCRITOS
Cantidad de inscritos en las últimas
elecciones presidenciales.
Elecciones 94
Cantidad general 2,737,745
Hombres
Mujeres
NUEVOS INSCRITOS
Cantidad de nuevos inscritos se
abstuvieron de participar en las
últimas dos elecciones presidenciales
Elecciones 94
Cantidad general
Hombres
Mujeres
Elecciones 99
Elecciones 99
Cantidad general
Cantidad general 3,171,224 Hombres
Hombres
603,210
Mujeres
Mujeres 579,925
Cantidad de Inscritos en las últimas
elecciones legislativas/municipales
Elecciones 2000
Cantidad general 3,262,724
Hombres 1467,550
Mujeres
Elecciones 2003
Cantidad general 3,537,091
Hombres
Mujeres
Identificación de
áreas/temas
Subrregistro y
depurados
Cantidad de nuevos inscritos se
abstuvieron de participar en las
últimas dos elecciones
legislativas/municipales
Elecciones 2000
Cantidad general 106,824
Hombres
Mujeres
Elecciones 2003
Cantidad general 272,367
Hombres
Mujeres
SUB REGISTRO ESTIMADO
DEPURADOS
(NO INSCRITOS CON EDAD
PARA ESTAR INSCRITOS)
Subrregistro estimado para las
Depurados de la penúltima a la
últimas elecciones (de cualquier tipo) última elección presidencial
Elecciones 2004
Cantidad general 3,274,815
Hombres
Mujeres
Elecciones 1994-1999
Cantidad general
Hombres
Mujeres
12
Depurados de la penúltima a la
última elección legislativa/municipal
Elecciones 2000-2003
Cantidad general 90,557
Hombres
Mujeres
Identificación de
PARTICIPACIÓN
áreas/temas
Cantidad y porcentaje Votos emitidos en las dos últimas
de votantes
elecciones presidenciales
Elecciones 1994
Cantidades y porcentajes de los
inscritos
Válidos
Nulos
Blancos
Elecciones 1999
Cantidades y porcentajes de los
inscritos
Válidos 1,182,248
Nulos 34,294
Blancos 3,594
ABSTENCIONISMO
Abstencionismo en las dos últimas
elecciones presidenciales
Elecciones 1994
Cantidad general 45,509
Hombres
Mujeres
Porcentaje de los inscritos
General
Hombres
Mujeres
Elecciones 1999
Cantidad general 37,888
Hombres
Mujeres
Porcentaje de los inscritos
General
Hombres
Mujeres
Elecciones 2000
Votos emitidos en las dos últimas
elecciones legislativas/municipales
Elecciones 2000
Abstencionismo en las dos últimas
elecciones legislativas/municipales
Cantidades y porcentajes de los
inscritos
Cantidad general 43,629
Hombres
Mujeres
Válidos 1,217,996
Nulos 28,399
Blancos 14,247
Elecciones 2003
Votos emitidos en las dos últimas
elecciones legislativas/municipales
Porcentaje de inscritos
General 1,34
Hombres
Mujeres
Elecciones 2003
Abstencionismo en las dos últimas
elecciones legislativas/municipales
13
Cantidades y porcentajes de los
inscritos
Válidos 1,402,925
Nulos 34,549
Blancos 13,941
Valoraciones
Sobre participación electoral
institucionales
Diferencias por tipo ¿La ciudadanía participa más, menos o
de elección
igual según sea el tipo de elección?
Los ciudadanos votan más para
Presidente y Municipales.
Causas: Conocen más al candidato y
es una campaña más directa.
Efecto o impacto en Valoración pública (ciudadanía,
la ciudadanía
opinión pública) sobre la participación
electoral en:
Las dos últimas elecciones
presidenciales. “Deciden su futuro”
Las dos últimas elecciones
legislativas/municipales
“Mejorar su municipio”
Posibilidades y
Causas
Posibilidades para el incremento de la
participación ciudadana:
• Acercamiento de urnas.
• Mejorar la imagen de los
funcionarios públicos y
políticos.
Acciones
Acciones desarrolladas por el
desarrolladas por el Organismo Electoral para incrementar
Organismo
la participación
Electoral
Ámbito normativo:
• 50 Reformas a ley electoral.
Cantidad general 24,374
Hombres
Mujeres
Porcentaje de inscritos
General 0,69
Hombres
Mujeres
Sobre abstencionismo
¿La ciudadanía se abstiene de
participar más, menos o igual según
sea el tipo de elección?
Votan menos para Legislativas.
Causas: Este tipo de funcionarios
tienen menos contacto con la
población.
Valoración pública (ciudadanía,
opinión pública) sobre la
participación electoral en:
Las dos últimas elecciones
presidenciales. “Siempre quedan los
mismos”, “Siempre ofrecen y no
cumplen”, “Si no trabajo, no
como”, etc.
Las dos últimas elecciones
legislativas/municipales.
“Ni lo conozco”, “Sólo a robar
llegan”.
Posibles causas para la persistencia o
el incremento del abstencionismo:
• Mala imagen de los políticos.
• Corrupción en la gestión
pública, etc.
Acciones específicas concebidas y
ejecutadas por el Organismo
Electoral para reducir el
abstencionismo
Ámbito normativo:
14
Ámbito administrativo:
• Modernización del TSE.
Ámbito administrativo:
• Facilidad para votar.
Educación ciudadana:
• Sistemática campaña de
educación cívica.
Educación ciudadana:
• Educar al joven a emitir el
sufragio.
Innovaciones técnicas:
• Votación con DUI.
• Padrón Digital.
Innovaciones técnicas:
• Garantiza credibilidad y
eficiencia.
Investigaciones o estudios:
• Cartografía Electoral a nivel
nacional.
Investigaciones o estudios:
• Registro electoral de todas las
concentraciones humanas.
Otros:
Otros:
• Acercamiento de urnas.
• Aplicación de Voto Residencial
en 2006.
Acciones que
hubiera querido
desarrollar el
Organismo
Electoral pero que
no ha podido
Para incrementar la participación
ciudadana:
• Voto Residencial en marzo de
2004.
• Modernización del TSE.
• Despartidización del TSE.
Para diagnosticar y precisar las
causas del abstencionismo y tender a
su reducción:
• Normar las campañas
electorales.
Asistencia Técnica
¿Requeriría el Organismo Electoral de
asistencia técnica para incidir sobre el
incremento a la participación
ciudadana?
(especificar)
¿Requeriría el Organismo Electoral
de asistencia técnica para incidir
sobre la reducción del
abstencionismo’
(especificar)
Otras formas de
cooperación
horizontal
¿Requeriría el Organismo Electoral de
otras formas de cooperación horizontal
para incidir sobre el incremento a la
participación ciudadana?
(especificar)
¿Requeriría el Organismo Electoral
de otras formas de cooperación
horizontal para incidir sobre la
reducción del abstencionismo?
(especificar)
Observaciones
adicionales
INICIATIVAS PARA EL MEJOR APOYO INSTITUCIONAL Y LA MAYOR
VENTAJA QUE PUEDE TENER LA ACCIÓN DEL PROTOCOLO DE TIKAL
O DE ALGUNOS DE SUS ORGANISMOS MIEMBROS, EN MATERIA DE
ABSTENCIONISMO Y PARTICIPACIÓN ELECTORAL:
15
16
Nombre de los ponentes: Óscar E. Bolaños y Raymundo Caz
Título: Informe y diagnóstico sobre abstencionismo y participación.
El caso de Guatemala.
Conferencia: XVII Conferencia Protocolo de Tikal
Sede: San José, Costa Rica
Fecha: 25 y 26 de septiembre del 2003
INFORME NACIONAL
Avances entre agosto 2002 a 2003,
en cuanto a los temas relevantes del Protocolo de Tikal
Para desarrollar los principales temas planteados en el informe de Guatemala, debemos
iniciar por reconocer que falta mucho por avanzar, pero que el inicio firme y constante nos
llevará a la obtención del éxito y de un régimen electoral innovador.
Y por ello desarrollamos los principales avances del último año en los siguientes ámbitos:
ƒ
Capacitación
Tanto durante los procesos electorales como fuera de ellos, la capacitación que se brinda es
sobre temas electorales. Sin embargo, durante la celebración de los procesos electorales, la
capacitación se enfoca hacia las autoridades temporales que ejecutan el proceso. Así, para
las elecciones generales se capacita en temas electorales a:
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
Delegados y Sub-delegados del Registro de Ciudadanos
Juntas Electorales
Junta Electoral del Distrito Central
Juntas Electorales Departamentales
Juntas Electorales Municipales
Juntas Receptoras de Votos
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
Secretarios contadores de Juntas Electorales
Fiscales de Organizaciones Políticas
Observadores Nacionales e Internacionales
Observadores de la Procuraduría de los Derechos Humanos
El radio de acción cubre todo el territorio del país, apoyándose con el trabajo con
Delegados y Auxiliares Departamentales (42) y Subdelegados Municipales (334) del
Registro de Ciudadanos.
Divulgación
Durante los procesos electorales, el TSE tiene como tarea informar, motivar y orientar al
ciudadano a participar en los procesos de elecciones generales. En un momento previo, se
invita a que el ciudadano participe como integrante de una Junta Receptora de Votos, o
participar en organizaciones políticas.
En un segundo momento la comunicación se centra en llamarlo a emitir su voto libremente,
como un derecho y un deber. Además, se informa sobre las papeletas electorales, ubicación
de mesas y lugares de votación, documentación electoral y la mecánica a seguir en el
momento de emitir el sufragio.
Fuera del proceso electoral, las campañas del TSE buscan afianzar la imagen de la
Institución; mostrar que la política democrática es el mejor medio para cubrir espacios de la
participación ciudadana, en la solución de los problemas de la comunidad y difundir el
hecho de que se cuenta con un marco institucional y jurídico, para garantizar el carácter
libre y secreto del voto.
Actualmente, con el objetivo de fortalecer la confianza de la Ciudadanía en el TSE como
organismo estatal independiente y autónomo, se está desarrollando la campaña basada en
los principios del TSE. Estos son: Objetividad, Independencia, Legalidad, Imparcialidad y
Certeza.
Comunicación Alternativa
Como parte de la Comunicación alternativa, se ha implementado la realización de la obra
de teatro “La Democracia Responsable comienza en casa”. Esta obra de teatro,
conceptualizada como teatro popular, ha permitido interactuar con la audiencia en los más
de 60 municipios en los que se han hecho presentaciones
También se han desarrollado las siguientes actividades: Ferias Cívicas con temas de
participación ciudadana y democracia, además de la campaña de participación en idiomas
mayas, entre otros.
Además fueron desarrollados dos estudios que sirven para el diagnóstico y las líneas de
acción titulados: “Por qué no votan los Guatemaltecos” y “Percepciones de las mujeres
guatemaltecas sobre su participación política”
2
ƒ
Educación Cívica
Debido a la diversidad que presenta el territorio Nacional, tanto en torno a su geografía
como a la población asentada en todo el territorio, apoyándose en el proyecto de
actualización de datos se podrán diseñar campañas de educación cívica atendiendo a la
dinámica propia cada una de las regiones del país. En la cual se han considerado entre otros
factores; la cantidad de población, la división etárea, género, analfabetismo, escolaridad,
grupo étnico, los medios de telecomunicación (radios locales, televisión local o cable,
periódicos, etc.) y la cobertura de los mismos.
Habría que resaltar el hecho que alrededor de dos millones de ciudadanos se encuentran
actualmente geo-codificados lo permitirá crear una plataforma para la implementación de
las nuevas campañas, ya que con este estudio se facilita tanto la ubicación y agrupación de
todos los centros poblados del país atendiendo tanto a las vías de comunicación (red vial)
entre ellos y las cabeceras Municipales, como a todos los factores exógenos mencionados
anteriormente.
ƒ
Reforma Electoral
En el año de 1998 la Comisión de Reforma Electoral presidida por el Tribunal Supremo
Electoral elaboró el proyecto de Reforma Electoral en el se planteó la necesidad de dar
cumplimiento –en el marco de los Acuerdos de Paz- al acuerdo sobre Reformas
Constitucionales y Régimen Electoral, firmado en Estocolmo el año de 1996.
Dicho acuerdo contempla la necesidad de elevar la participación ciudadana en los procesos
electorales, facilitar el acceso de la población al Registro de Ciudadanos y superar las
deficiencias que obstaculizan el goce efectivo del derecho al voto y en función de lo
anterior el acuerdo especifica que: “es necesario facilitar el acceso de los ciudadanos a
los centros de votacion”, y para tal efecto el TSE debe definir “los lugares en que se
instalarán los centros de votaciones en el interior de los municipios donde existan
importantes núcleos de población distantes de la cabecera municipal y que resulten
asimismo accesibles a los fiscales de los partidos y observadores electorales”.
Siendo consecuentes con el trabajo que en su momento desarrolló la Comisión de Reforma
Electoral, y conforme la iniciativa de ley que fue remitida oportunamente al Congreso de la
República, el Tribunal Supremo Electoral resolvió llevar a cabo un estudio que permitiera
la reubicación de los centros de votación en torno a las áreas urbanas de principales
ciudades de la República.
El estudio para la reubicación plantea llevar a cabo en el marco de la modernización del
Régimen Electoral en 21 cabeceras municipales acercando al ciudadano al voto domiciliar.
3
ƒ
Observación internacional de las elecciones
Se han acreditados seis misiones de observación internacional, que son: la Organización de
Estados Americanos – OEA-, la Embajada de Panamá, la Embajada Británica, el Instituto
Nacional Democrático de Estados Unidos –NDI-, La Red de solidaridad con el pueblo de
Guatemala -NISGUA-.
ƒ
Observación nacional de las elecciones
Como observadores nacionales se han acreditado nueve organizaciones y son las siguientes:
La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales –FLACSO-, Comité Coordinador de
Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras –CACIF-, Centro de
Acción Legal en Derechos Humanos –CALDH-, Centro Educativo Rosell, Fundación
Centroamericana de Estudios Políticos –FUNCEP-, Acción Ciudadana ACC, CEDECAP,
La Procuraduría de Derechos Humanos –PDH-, El Consejo Superior de Universidades de
Centroamérica –CSUCA- .
ƒ
Asistencia técnica y otras formas de cooperación horizontal
La asistencia técnica al Tribunal Supremo Electoral es desarrollada por la Organización de
Estados Americanos, que ha apoyado en el proyecto de rezonificación que surge de la
Comisión de Reforma Electoral, presidida por el TSE, en el marco de los Acuerdos de Paz.
Conforme la iniciativa de ley que fue remitida oportunamente al Congreso de la República,
el Tribunal Supremo Electoral resolvió llevar a cabo un estudio que permitiera la
reubicación de los centros de votación en torno a las áreas urbanas de principales ciudades
de la República, en la cual ha apoyado la Organización de Estados Americanos - OEA-.
Dicho Organismo también ha apoyado de manera directa al Departamento de Cartografía
Electoral, a la Unidad de Capacitación y Divulgación Electoral –UCADE- y a la Dirección
Electoral.
Entre los países que ayudan al financiamiento al TSE, mismo que la OEA administra,
se encuentran: Japón, Suecia, Noruega, Canadá, Países Bajos y Estados Unidos de
Norte América.
ƒ
Innovación o desarrollo en aplicaciones tecnológicas
Dentro de la innovación tecnológica utilizada en Guatemala por el Tribunal Supremo
electoral encontramos el empadronamiento mecanizado, en el cual se introduce la
utilización de equipo de cómputo que permitió un vaciado de números que permiten ubicar
el lugar de residencia reportado, necesario para asignar a los ciudadanos inscritos en 21
cabeceras municipales de la República.
4
Además se implementa un sistema de información geo-electoral, que permite la generación
de análisis de carácter electoral que coadyuva a la implementación de las campañas de
divulgación y educación cívico electoral.
Otro avance que podemos mencionar es la consulta e información al ciudadano del centro
de votación al cual le corresponde acudir por medio de la página web del Tribunal Supremo
Electoral y un centro de información vía telefónica
INFORME NACIONAL
1. PAÍS INFORMANTE: Guatemala
2. COBERTURA DEL INFORME:
Agosto 2002 – Agosto 2003
3. PRIORIDADES ACTUALES
ƒ
Proceso Electoral en Marcha
Sí ( X )
No ( )
Etapa del Proceso:
45 días de la elección
Características del mismo:
Elecciones Generales
ƒ
Reforma Electoral en Marcha
ƒ
Prioridades institucionales actuales en materia técnica o de cooperación horizontal
Sí ( ) No ( X )
4. PERSPECTIVA Y EXPECTATIVAS PARA EL PRÓXIMO AÑO
Identificación de áreas
Capacitación Electoral
FORTALEZAS
Cobertura a las cabeceras
municipales del territorio
nacional.
Educación Cívica
Consideración de las
características integrales de
la población meta,
dependiendo del área
geográfica atendida.
Reforma Electoral para el
Inicio de la aplicación de
fortalecimiento institucional reformas en beneficio
ÁREAS POR REFORZAR
Extensión de la capacitación en
forma permanente en áreas rurales.
Programas de capacitación
permanente en el interior de la
República.
Ampliación del proyecto de voto
residencial al área rural.
5
Observación Internacional
de elecciones
Coordinación con la
Observación Nacional de
las elecciones
Innovación o desarrollo en
aplicaciones tecnológicas
Asistencia técnica
(especificar)
directo de los ciudadanos.
Interés y aumento de las
misiones de observación a
nivel internacional.
Interés y aumento de las
misiones de observación a
nivel nacional.
Ampliación de servicios y
tecnología.
Capacidad Instalada
Coordinación Interinstitucional
Coordinación Interinstitucional
Información y establecimiento de
centros de información constante.
Asesoría y apoyo a los proyectos del
TSE, específicamente a Cartografía,
UCADE y Dirección Electoral
5. Iniciativas para el mejor apoyo institucional y la mayor ventaja que puede tener la
acción del Protocolo de Tikal o de algunos de sus organismos miembros.
Reconocemos, tal y como lo expresa el Protocolo de Tikal, que la observación electoral es
importante, ya que la misma. contribuye a fortalecer la confianza en el proceso, a demostrar
que éste ha sido estructurado, que esta abierto a la participación de todos los sectores y que
cumple con las leyes del país.
Como es de su conocimiento, para poder desarrollar un evento de esta magnitud, se
requiere de gran cantidad de recursos materiales e invaluables recursos humanos, que
atiendan de mejor forma las necesidades de la población. Afirmamos que las experiencias y
conocimientos de los demás entes electorales aquí representados, nos son de mucha utilidad
ya que enriquecen la visión y ayudan consolidar la democracia y la participación ciudadana
Además, como máximo ente electoral, buscamos, promovemos y fortalecemos la
cooperación horizontal que se ve enriquecida en beneficio de la población.
6
DIAGNÓSTICO NACIONAL
SOBRE ABSTENCIONISMO Y PARTICIPACIÓN
Guatemala
1.
País:
2.
Cobertura del informe:
Fechas de las dos últimas elecciones presidenciales
a) Primera ronda eleccionaria, 7 de noviembre de 1999
Segunda ronda de eleccionaria 26 de diciembre de 1999
b) Primera ronda eleccionaria, 12 de noviembre de 1995
Segunda ronda de eleccionaria 7 de enero de 1996
Las fechas de las dos últimas elecciones legislativas o municipales es la misma de la
primera ronda eleccionaria de 1999 y 1994 respectivamente.
3.
Referencia Normativa sobre el Voto
El sistema funciona con:
Inscripción voluntaria y voto voluntario
7
4.
Cuadro de diagnóstico sobre abstencionismo y participación
Identificación de Inscritos
áreas / temas
Inscripción
Cantidad de Inscritos
electoral
en las últimas elecciones
presidenciales, legislativas y
municipales
Nuevos inscritos
Cantidad de nuevos inscritos que se
abstuvieron de participar en las dos
últimas elecciones presidenciales,
legislativas y municipales
1999
4,458,744 ciudadanos inscritos
1995
Nuevos inscritos a partir de la
campaña nacional de actualización de
datos, que finalizó el 9 de agosto del
2003 aproximado 500,000
Cantidad general de:
Hombres
2,558,126 - 57.37 %
Mujeres
1,900,618 - 42.63%
1995
3,711,589 ciudadanos inscritos
Hombres
2,201,469 - 59.31 %
Mujeres
1,510,120 - 40.69%
8
Identificación de Participación
áreas / temas
Abstencionismo
Cantidad y
Porcentaje de
votantes
Votos emitidos en las dos últimas
elecciones presidenciales, primera
ronda eleccionaria.
Abstencionismo en las dos últimas
elecciones presidenciales, legislativas y
municipales
Cantidades y porcentajes de los
inscritos
Cantidad General de abstencionismo
Total de inscritos
1995 - 3,711,589
1999 - 4,458,744
Válidos
1995 - 1,548,864
1999 - 2,191,512
Nulos
1995 - 111,074
1999- 119,788
1995
3,711,589 ciudadanos inscritos
Se abstuvieron de votar
1,974,556 ciudadanos inscritos que
representan el 53 %
1999
4,458,744 ciudadanos inscritos
Se abstuvieron de votar
2,061,532 ciudadanos inscritos que
representan el 46 %
Blancos
1995 - 77,095
1999 – 85,912
Identificación de Participación
áreas / temas
Votos emitidos en las dos últimas
Cantidad y
elecciones presidenciales, primera
Porcentaje de
ronda eleccionaria.
votantes
Cantidades y porcentajes de los
inscritos
Abstencionismo
Abstencionismo en las dos últimas
elecciones presidenciales, legislativas y
municipales
Cantidad General de abstencionismo
Elecciones 1995
Total de inscritos
3,711,589
Los votos emitidos con respecto al
total de inscritos son el 47%
Emitidos
1,737,033 - 100%
1995
3,711,589 ciudadanos inscritos
Se abstuvieron de votar
1,974,556 ciudadanos inscritos que
representan el 53 %
1999
4,458,744 ciudadanos inscritos
Se abstuvieron de votar
9
Válidos
1,548,864 - 89.17%
2,061,532 ciudadanos inscritos que
representan el 46 %
Nulos
111,074 - 6.39%
Blancos
77,095 - 4.44%
Elecciones 1999
Total de inscritos
4,458,744
Los votos emitidos con respecto al
total de inscritos son el 54%
Emitidos
2,397,212 - 100%
Válidos
2,191,512 - 91.42%
Nulos
119,788 - 5.00%
Blancos
85,912 - 3.58%
Valoraciones
institucionales
Sobre participación electoral
Diferencias por
tipo de elección
¿La ciudadanía participa más, menos ¿La ciudadanía se abstiene de participar
o igual según sea el tipo de elección? más, menos o igual según sea el tipo de
elección?
Sí
Sí
Causas:
Es un único día de elección para
los siguientes cargos:
Presidente y Vicepresidente
Diputados por Lista Nacional
Diputados por Lista Distrital
Corporaciones Municipales
Diputados al Parlacen
Sobre abstencionismo
Causas:
Es un único día de elección para los
siguientes cargos:
Presidente y Vicepresidente
Diputados por Lista Nacional
Diputados por Lista Distrital
Corporaciones Municipales
Diputados al Parlacen
10
Excepto el abstencionismo secundario
(en la segunda ronda eleccionaria) en la
elección del cargo de Presidente y
Vicepresidente
(en caso de no obtener mayoría en la
primera ronda)
que en las últimas dos elecciones fue de
63 % en 1995 y 61 % en 1999
Efecto o impacto Valoración pública (ciudadanía
en la ciudadanía opinión pública) sobre la
participación electoral en:
Posibilidades y
causas
Valoración pública (ciudadanía, opinión
pública) sobre la participación electoral
en:
Las dos últimas elecciones
presidenciales, legislativas,
municipales
Las dos últimas elecciones
presidenciales, legislativas, municipales
Posibilidades para el incremento de
la participación ciudadana
Posibles causas para la persistencia o el
incremento del abstencionismo
Acciones
Acciones desarrolladas por el
desarrollados por Organismo Electoral para
el Organismos
incrementar la participación
Electorales
Ámbito normativo
Voto residencial
Acciones específicas concebidas y
ejecutadas por el Organismo Electoral
para reducir el abstencionismo y tender
a su reducción (especificar)
Ámbito administrativo
Campaña de Actualización de
11
datos y empadronamiento, con
brigadas itinerantes en el área
rural. En las áreas urbanas
colocándose en Centros
Comerciales y lugares estratégicos.
Educación ciudadana
Feria Cívica
Teatro callejero con temas de
participación
Campaña en idiomas mayas
Capacitación en los temas Ley
Electoral y de Partidos Políticos,
organización interna, atribuciones
de los órganos electorales
temporales, entre otros a los
siguientes grupos :
ƒ Delegados y Sub-delegados del
Registro de Ciudadanos
ƒ Juntas Electorales
ƒ Junta Electoral del Distrito
Central
ƒ Juntas Electorales
Departamentales
ƒ Juntas Electorales Municipales
ƒ Juntas Receptoras de Votos
ƒ Secretarios contadores de Juntas
Electorales
ƒ Fiscales de Organizaciones
Políticas
ƒ Observadores Nacionales e
Internacionales
ƒ Observadores de la Procuraduría
de los Derechos Humanos
ƒ Capacitación para apoyo de
Comisarios de la Policía
Nacional Civil
Innovaciones técnicas
Empadronamiento mecanizado,
adjudicando una serie de números
que indica el departamento,
municipio y lugar de residencia,
llamado código geo - electoral, útil
para asignar a las personas al
centro de votación más cercano a
12
su residencia.
Consulta e información al
ciudadano del centro de votación
al cual le corresponde acudir por
medio de:
- Página web del Tribunal
Supremo Electoral
- Divulgación en periódicos
- Centros de información en
lugares estratégicos y en
centros comerciales.
Investigaciones o estudios
Fueron desarrollados varios estudios
que sirven para el diagnóstico y las
líneas de acción:
Por qué no votan los
Guatemaltecos 2001
Percepciones de las mujeres
guatemaltecas sobre su
participación política 2002
Guía de Participación Electoral.
Tribunal Supremo Electoral. 2002
Cívico colecciones. 8 fascículos de
colección. 2002
Cooperación con otras
organizaciones
CONADI – Consejo Nacional para la
atención a las personas con
Discapacidad – Promoción y
participación al voto.
Para diagnosticar y precisar las causas
Para incrementar la participación
Acciones que
del abstencionismo y tender a su
hubiera querido ciudadana (especificar)
reducción
desarrollar el
- Ampliación de plazos en todos
Organismo
los lugares designados como
Electoral pero
centros de empadronamiento – no
que no ha podido
únicamente en las 16 ciudades
desarrollar
más importantes del país - y el
13
tiempo de trabajo en el área rural.
Un condicionante en este aspecto
es el presupuesto necesario para
tal efecto.
Asistencia
Técnica
Otras formas de
Cooperación
Horizontal
Observaciones
adicionales
¿Requeriría el Organismo Electoral
de otras formas de asistencia técnica
para incidir sobre el incremento a la
participación ciudadana?
(especificar)
¿Requeriría el Organismo Electoral
de otras formas de cooperación
horizontal para incidir sobre el
incremento a la participación
ciudadana? (especificar)
Existe una gran cantidad de
proyectos de ONG’s de la sociedad
civil que tienen proyectos de
información del voto y que pueden o
no tener relación directa con el TSE.
Algunas de estas organizaciones
complementan sus campañas de
información cívica con observación
nacional.
Entre los proyectos en materia
electoral de las instituciones ajenas
al TSE de Guatemala se encuentran:
¿Requeriría el Organismo Electoral de
asistencia técnica para incidir sobre la
reducción del abstencionismo?
(especificar)
¿Requeriría el Organismo Electoral de
otras formas de cooperación horizontal
para incidir sobre la reducción del
abstencionismo? (especificar)
Mirador Electoral formado por las
siguientes instituciones
Proyecto de Análisis Electoral
Voto Consciente
Voto Consciente – Canales 3 y 7
Movimiento de Jóvenes por el Voto
Consciente
5. INICIATIVAS PARA EL MEJOR APOYO INSTITUCIONAL Y LA MAYOR
VENTAJA QUE PUEDE TENER LA ACCIÓN DEL PROTOCOLO DE TIKAL O
14
DE ALGUNOS DE SUS ORGANISMOS MIEMBROS, EN MATERIA DE
ABSTENCIONISMO Y PARTICIPACIÓN ELECTORAL.
15
Nombre de los ponentes: Manuel E. Alvarado y Carlos Áfrico
Madrid
Título: Informe y diagnóstico sobre abstencionismo y
participación.
El caso de Honduras.
Conferencia: XVII Conferencia Protocolo de Tikal
Sede: San José, Costa Rica
Fecha: 25 y 26 de septiembre del 2003
INFORME NACIONAL
1. Pais informante: Honduras
2. Cobertura: Agosto 2002 - Agosto 2003
3. Prioridades actuales:
•
Proceso Electoral en marcha:
SI, se encuentra en la etapa de revisión, análisis y actualización de la División Política
Geográfica Electoral para elecciones internas con miras a Elecciones Generales 2005.
•
Reforma electoral en marcha:
SI, está pendiente la ratificación ante el Congreso Nacional las Reformas
Constitucionales y la Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas.
•
Prioridades institucionales actuales en materia técnica o de cooperación
horizontal:
1. Ampliar convenio inter-institucional entre la Secretaría de Educación y
el T.N.E. para integrar planes de estudio en materia electoral a nivel
Primaria, Medio, y Superior (como orientación).
2. Digitalización y actualización de la Cartografía electoral y adquisición de
equipo especializado para el manejo de la información.
1
3. Modernización y adquisición de equipo para el área de informática, en
función de la recepción y transmisión de resultados electorales, así como
para la emisión de los listados electorales.
4. Capacitación técnica para el personal del T.N.E.
2
4. Perspectivas y expectativas para el próximo año:
Fortalecer el ejercicio del sufragio, eliminando el Abstencionismo Técnico o estructural;
incentivando la participación de los electores mediante campañas institucionales y
aplicando controles de calidad en el Censo Nacional Electoral.
5. Principales fortalezas institucionales y áreas por reforzar:
Identificación de Áreas
Capacitación Electoral
Fortalezas
Áreas de Reforzar
Creación de un Departamento de
Capacitación electoral
Educación Cívica
A nivel escolar,
proporcionando apoyo en la
elección de Gobiernos
Escolares
Estableciendo mecanismos
eficientes de comunicación entre
el T.N.E. y la Secretaría de
Educación Pública.
Reforma electoral para el
fortalecimiento
institucional
Transformación del TNE en el
Tribunal Supremo Electoral, y
la despolitización, así como
reformas administrativas
Que se incorporen las figuras del
Plebiscito y Referéndum en las
reformas constitucionales
Observación
internacional de
elecciones
Coordinación con
observación nacional de
elecciones
Ninguna
Intercambio de conocimientos y
experiencias y aportación de
informes sobre lo observado
Todas
Innovación o desarrollo
en aplicaciones
tecnológicas
Mecanización de 38 Registros
Civiles Municipales
Registro Nacional de las Personas
-ampliando la estructura
mecanizada
Asistencia Técnica
Existencia de la Comisión
Técnica Electoral (CTE) en
coordinación con las áreas de
Informática y Cartografía
Las tres, mediante la adquisición
de equipos y materiales para un
mejor desarrollo
Otras reformas de
cooperación horizontal
Relaciones inter-institucionales
con todas las secretarías de
estado.
Otras áreas
6. Iniciativas para el mejor apoyo institucional y la mayor ventaja que puede tener
la acción del protocolo de Tikal o de algunos de sus organismos miembros:
Proporcionando capacitación, tanto teórica como práctica, dentro del área electoral para
conocer los diferentes sistemas electorales con el fin de mejorar el nuestro.
3
DIAGNÓSTICO NACIONAL SOBRE ABSTENCIONISMO Y
PARTICIPACIÓN
1 - País informante: República de Honduras
2 - Cobertura del informe: universal
Fechas de las dos últimas elecciones presidenciales
a)
b)
AÑO 1997
AÑO 2001
Fechas de las dos últimas elecciones legislativas o municipales
a)
b)
AÑO 1997
AÑO 2001
3 – Referencia normativa sobre el voto
El sistema electoral funciona con:
•
•
•
•
INSCRIPCIÓN AUTOMÁTICA
*
INSCRIPCIÓN VOLUNTARIA
VOTO VOLUNTARIO
VOTO OBLIGATORIO
( X )
( )
(
)
( X ) **
Si se ha escogido esta última opción
•
•
LA NO CONCURRENCIA A VOTAR IMPLICA SANCIONES
( X )
**
LA NO CONCURRENCIA A VOTAR NO IMPLICA SANCIONES
( )
Especifique:
* Obtenida la Tarjeta de Identidad por el ciudadano, automáticamente se incluye en el
Censo Nacional Electoral.
** La Sanción correspondiente está contemplada en el Artículo 224 de la Ley Electoral
y de las Organizaciones Políticas.
4
4 – Cuadro diagnóstico sobre abstencionismo y participación
Identificación de
áreas/temas
Inscripción electoral
AÑO 1997
2,895,285
Inscritos
Nuevos inscritos
Cantidad de inscritos en las
últimas elecciones
presidenciales.
Cantidad de nuevos inscritos se
abstuvieron de participar en las
últimas dos elecciones presidenciales
AÑ0 2001
Cantidad general
Hombres
Mujeres
Cantidad general 3,448.280
Hombres -.Mujeres -.-
AÑO 1997
2.895,285
Cantidad de inscritos en las
últimas elecciones
legislativas/municipales
AÑO 2001
Cantidad de nuevos inscritos se
abstuvieron de participar en las
últimas dos elecciones
legislativas/municipales
Cantidad general
Hombres
Mujeres
Cantidad general 3,448.280
Hombres -.Mujeres -.-
Identificación de
áreas/temas
Subrregistro estimado (no
inscritos, con edad para estar
inscritos)
Depurados
Subrregistro y depurados
Subrregistro estimado para las
últimas elecciones (de cualquier
tipo).
Depurados de la penúltima a la
última elección presidencial
2001
AÑO 1997
Cantidad general 161.169
Hombres
Mujeres
Cantidad general 19,973
Hombres
Mujeres
Depurados de la penúltima a la
última elección
legislativa/municipal
AÑO 2001
CANTIDAD GENERAL
Cantidad general
Hombres
Mujeres
122,579
5
Identificación de
áreas/temas
Cantidad y porcentaje de
votantes
AÑO 1997
2,895.285
1.975,973
86,617
34,056
ABSTENCIONISMO:
798,639
28%
2.895,225
1.961,059
76,138
53,011
ABSTENCIONISMO:
805,077
28%
Valoraciones
institucionales
Diferencias por tipo de
elección
Efecto o impacto en la
ciudadanía
Participación
Abstencionismo
Abstencionismo en las dos últimas
Votos emitidos en las dos
últimas elecciones presidenciales elecciones presidenciales
AÑO 2001
Cantidades y porcentajes de los
inscritos 3.437,454
Válidos 2.174,703
Nulos 81,907
Blancos 23,916
Votos emitidos en las dos
últimas elecciones
legislativas/municipales
Cantidades y porcentajes de los
inscritos 3.437,454
Válidos 2.159,655
Nulos 75,903
Blancos 40,814
AÑO 2001
Cantidad general 1.156,928
Hombres
Mujeres
Porcentaje de los inscritos
General 34%
Hombres
Mujeres
Abstencionismo en las dos últimas
elecciones legislativas/municipales
Cantidad general 1.156,482
Hombres
Mujeres
Porcentaje de los inscritos
General 34%
Hombres
Mujeres
Sobre participación electoral
Sobre abstencionismo
¿La ciudadanía participa más,
menos o igual según sea el tipo
de elección?
IGUAL
¿La ciudadanía se abstiene de
participar más, menos o igual según
sea el tipo de elección?
IGUAL
Causas: VOTO
TRADICIONAL
Valoración pública (ciudadanía,
opinión pública) sobre la
participación electoral en:
Causas: NO HAY INCENTIVOS
Las dos últimas elecciones
presidenciales
Las dos últimas elecciones
presidenciales
Las dos últimas elecciones
legislativas/municipales
Las dos últimas elecciones
legislativas/municipales
Valoración pública (ciudadanía,
opinión pública) sobre la
participación electoral en:
6
Posibilidades y Causas
Posibilidades para el incremento
de la participación ciudadana: A
PARTIR DEL
CRECIMIENTO
VEGETATIVO QUE NOS
AYUDE A BAJAR EL % DE
ABSTENCIONISMO
Acciones desarrolladas por el Acciones desarrolladas por el
Organismo Electoral
Organismo Electoral para
incrementar la participación
Ámbito normativo:
Ámbito administrativo:
Educación ciudadana:
Innovaciones técnicas:
Investigaciones o estudios:
Posibles causas para la persistencia o
el incremento del abstencionismo
FALTA DE LIDERAZGO Y
PROGRAMAS DE GOBIERNO
QUE NUNCA SE CUMPLEN
Acciones específicas concebidas y
ejecutadas por el Organismo
Electoral para reducir el
abstencionismo
Ámbito normativo:
Ámbito administrativo:
Educación ciudadana:
Innovaciones técnicas:
Investigaciones o estudios:
Otros:
Acciones que hubiera
querido desarrollar el
Organismo Electoral pero
que no ha podido
Para incrementar la participación
ciudadana:
(especificar) CAPACITACIÓN
Asistencia Técnica
¿Requeriría el Organismo
Electoral de asistencia técnica
para incidir sobre el incremento a
la participación ciudadana?:
(especificar) No creemos que la
mayor participación del
electorado, sea producto de
una mayor asistencia técnica
Otras formas de cooperación ¿Requeriría el Organismo
horizontal
Electoral de otras formas de
cooperación horizontal para
incidir sobre el incremento a la
participación ciudadana?:
(especificar)
Capacitación a todos los niveles
cívicos electorales
Otros:
Para diagnosticar y precisar las
causas del abstencionismo y tender a
su reducción:
(especificar) Capacitación y
cumplimiento de las promesas
ofrecidas durante la campaña
electoral
¿Requeriría el Organismo Electoral
de asistencia técnica para incidir
sobre la reducción del
abstencionismo?:
(especificar) No creemos que el
abstencionismo obedece a causas
ajenas a una falta de asistencia
técnica.
¿Requeriría el Organismo Electoral
de otras formas de cooperación
horizontal para incidir sobre la
reducción del abstencionismo?:
(especificar)
Aunque se logre mayor
participación de la ciudadanía en
los procesos electorales con
medidas coercitivas, lo que
obtendremos será un
abstencionismo cívico más elevado.
Observaciones adicionales
7
Nombre de los exponentes: Earl Simpson y Lindon Walters
Título: Informe y diagnóstico sobre abstencionismo y participación.
El caso de Jamaica
Conferencia: XVII Conferencia Protocolo de Tikal
Sede: San José, Costa Rica
Fecha: 25 y 26 de septiembre del 2003
INFORME NACIONAL
1. Pais informante: Jamaica
2. Cobertura del informe: Agosto 2002 - Agosto 2003
3. Prioridades actuales
•
Proceso Electoral en marcha: SÍ ( X )
NO ( )
En caso afirmativo: etapa del proceso y características
Implementación completa del sistema del registro electoral, reforma legal.
•
Reforma electoral en marcha: SÍ ( X )
NO ( )
En caso afirmativo: estado de la reforma
•
Prioridades institucionales actuales en materia técnica o de cooperación
horizontal: reformulación del sistema de registro electoral para su actualización
y aprovechamiento de los avances de la tecnología de la información.
3. Perspectivas y expectativas para el próximo año
La renovación completa del software del sistema de registro electoral, una reforma legal
para establecer la uniformidad de las leyes electorales, el afianzamiento de la Comisión
Electoral en la Constitución.
1
4. Principales fortalezas institucionales y áreas por reforzar
Identificación de Áreas
Capacitación Electoral
Fortalezas
Se ha llevado a cabo un extenso
entrenamiento y se han
seleccionado y evaluado a los
funcionarios antes de las
elecciones. Todavía en proceso de
mejoramiento.
Necesita ser reforzada a fin de
mantener al público al tanto de
las áreas de la reforma electoral
y para dar mayor fluidez a los
procedimientos del día
electoral.
Educación Cívica
Reforma electoral para
el fortalecimiento
institucional
Observación
internacional de
elecciones
Coordinación con
observación nacional de
elecciones
Innovación o desarrollo
en aplicaciones
tecnológicas
Áreas de Reforzar
Esta es un área de mucha fortaleza
dado que el Electoral Advisory
Committee y la Electoral Office
han corregido y mejorado muchas
de las leyes que tienen que ver con
el fortalecimiento del sistema, y
sigue trabajando arduamente para,
en un futuro, mejorar y fortalecer
las leyes relacionadas a las
prácticas electorales y
procedimientos.
Siempre hemos contado con un
excelente apoyo internacional por
parte del Centro Carter que ha
estado a la cabeza de la misión
internacional de observación en las
últimas elecciones generales, que
también recibió el apoyo de la
observación realizada por otras
reconocidas instituciones como la
Secretaría de la Commonwealth.
Las misiones de observación
locales han dado un excelente
apoyo, específicamente Citizens of
Free and Fair Elections (CAFFE).
Área de mucha fortaleza. Jamaica
es el primer país caribeño que ha
introducido los más altos niveles
de tecnología de la información en
los procesos electorales;
específicamente en las áreas de la
identificación electrónica del
votante y la comparación entre las
huellas digitales y la lista de
votantes y ha recibido peticiones
2
para asistir a otros países
caribeños. También debe
destacarse que el proceso electoral
en Jamaica sigue trabajando
arduamente para alcanzar futuros
progresos en esta área.
Asistencia Técnica
Otras reformas de
cooperación horizontal
Otras áreas
La investigación hecha por
terceros partidos en casos de
malas prácticas y fraude
electorales.
5. Iniciativas para el mejor apoyo institucional y la mayor ventaja que puede tener
la acción del Protocolo de Tikal o de algunos de sus organismos miembros:
Intercambiar información sobre las acciones que han tomado los miembros para mejorar
los procesos electorales con el fin de que otros miembros puedan beneficiarse o tomar
ideas para el fortalecimiento de sus propios sistemas.
3
DIAGNÓSTICO NACIONAL SOBRE ABSTENCIONISMO Y PARTICIPACIÓN
1 - País informante: Jamaica
2 - Cobertura del informe:
Fechas de las dos últimas elecciones presidenciales
a)
b)
16 de octubre de 2002
18 de diciembre de 1997
Fechas de las dos últimas elecciones legislativas o municipales
a)
b)
19 de junio de 2003
17 de septiembre de 1998
3 – Referencia normativa sobre el voto
El sistema electoral funciona con:
•
•
•
•
INSCRIPCIÓN AUTOMÁTICA
INSCRIPCIÓN VOLUNTARIA
VOTO VOLUNTARIO
VOTO OBLIGATORIO
( )
(X)
(X)
( )
Si ha escogido esta última opción
•
•
LA NO CONCURRENCIA A VOTAR IMPLICA SANCIONES
LA NO CONCURRENCIA A VOTAR NO IMPLICA SANCIONES
( )
( )
Especifique:
4
4 – Cuadro diagnóstico sobre abstencionismo y participación
Identificación de
áreas/temas
Inscripción electoral
Inscritos
Nuevos inscritos
Cantidad de inscritos en las últimas Cantidad de nuevos inscritos se
elecciones presidenciales
abstuvieron de participar en las
últimas dos elecciones presidenciales
Cantidad general: 1 301 638
Hombres: 638 499
Mujeres: 663 139
Cantidad general
Hombres
Mujeres
Cantidad de inscritos en las últimas Cantidad de nuevos inscritos se
elecciones legislativas/municipales abstuvieron de participar en las
últimas dos elecciones
legislativas/municipales
Cantidad general: 1 340 059
Hombres: 657 343
Cantidad general
Mujeres: 682 716
Hombres
Mujeres
Identificación de
áreas/temas
Subrregistro estimado (no
inscritos, con edad para estar
inscritos)
Depurados
Subrregistro y depurados
Subrregistro estimado para las
últimas elecciones (de cualquier
tipo)
Depurados de la penúltima a la
última elección presidencial
Cantidad general: 220 000
Hombres: 115 000
Mujeres: 105 000
Cantidad general: 27 048
Hombres
Mujeres
Depurados de la penúltima a la
última elección
legislativa/municipal
Cantidad general: 31 143
Hombres
Mujeres
5
Identificación de
áreas/temas
Cantidad y
porcentaje de
votantes
Participación
Abstencionismo
Votos emitidos en las dos últimas
elecciones presidenciales
Abstencionismo en las dos últimas
elecciones presidenciales
Cantidades y porcentajes de los inscritos
Cantidad general: 584 018
Hombres
Mujeres
Válidos: 1 545 023 (62.2%)
Nulos: 14 916 (inválidos)
Blancos: computados como inválidos
Votos emitidos en las dos últimas
elecciones legislativas/municipales
Valoraciones
institucionales
Diferencias por
tipo de elección
Efecto o impacto
en la ciudadanía
Porcentaje de los inscritos
General: 37.8%
Hombres
Mujeres
Cantidades y porcentajes de los inscritos
Abstencionismo en las dos últimas
elecciones legislativas/municipales
Válidos: 918 808 (37.18%)
Nulos
Blancos
Cantidad general: 1 552 001
Hombres
Mujeres
Sobre participación electoral
Porcentaje de los inscritos
General: 62.82%
Hombres
Mujeres
Sobre abstencionismo
¿La ciudadanía participa más, menos o
igual según sea el tipo de elección? Sí
¿La ciudadanía se abstiene de
participar más, menos o igual según
sea el tipo de elección? Se abstiene
de participar más
Causas:
Las elecciones generales presentan
Causas:
candidatos con un perfil político más alto y Con el pasar del tiempo el porcentaje
por ello atraen a más votantes.
de participación ha experimentado
un constante declive a cause de la
apatía del elector.
Valoración pública (ciudadanía, opinión
Valoración pública (ciudadanía,
pública) sobre la participación electoral en: opinión pública) sobre la
participación electoral en:
Las últimas elecciones presidenciales
Las últimas elecciones
El electorado sintió que las elecciones
presidenciales
fueron justas y bien dirigidas pero que
había muy poca oferta de contendientes
Se sintió que la participación no
para poder escoger.
marcaría la diferencia.
Las dos últimas elecciones
legislativas/municipales
Las dos últimas elecciones
legislativas/municipales
6
Posibilidades y Causas
Acciones desarrolladas
por el Organismo
Electoral
Posibilidades para el incremento de
la participación ciudadana
Posibles causas para la persistencia o
el incremento del abstencionismo
Mejor educación pública que
enfatice en el carácter falaz del
abstencionismo y en el hecho de que
la participación enriquecerá el
proceso político, produciendo
mejores candidatos.
Acciones desarrolladas por el
Acciones específicas concebidas y
ejecutadas por el Organismo
Organismo Electoral para
Electoral para reducir el
incrementar la participación
abstencionismo
Ámbito normativo:
Ámbito administrativo:
Un nuevo y mejorado equipo de
trabajadores en el día de las
elecciones. Además, hubo una
cooperación más cercana con las
fuerzas de seguridad para elevar el
nivel de confort de los votantes.
Ámbito normativo:
Ámbito administrativo:
Educación ciudadana:
Innovaciones técnicas:
Investigaciones o estudios:
Otros:
Educación ciudadana:
Propaganda a gran escala y estímulo
de la discusión sobre la necesidad de
participar en el proceso electoral.
Innovaciones técnicas:
Investigaciones o estudios:
El asunto de la participación no fue
debatido sino hasta las dos últimas
elecciones generales. Nuestra
preocupación no era la baja
participación. Estábamos más
preocupados por la distorsión de los
resultados a causa del voto múltiple.
Otros:
Acciones que hubiera
Para incrementar la
querido desarrollar el
ciudadana:
Organismo Electoral pero (especificar)
que no ha podido
articipación
Para diagnosticar y precisar las
causas del abstencionismo y tender a
su reducción:
(especificar)
7
Asistencia Técnica
¿Requeriría el Organismo Electoral
de asistencia técnica para incidir
sobre el incremento a la
participación ciudadana?:
(especificar)
¿Requeriría el Organismo Electoral
de asistencia técnica para incidir
sobre la reducción del
abstencionismo?:
(especificar)
Otras formas de
cooperación horizontal
¿Requeriría el Organismo Electoral
de otras formas de cooperación
horizontal para incidir sobre el
incremento a la participación
ciudadana?:
(especificar)
¿Requeriría el Organismo Electoral
de otras formas de cooperación
horizontal para incidir sobre la
reducción del abstencionismo?:
(especificar)
La cooperación sería valiosa en
áreas como el fortalecimiento de
nuestro sistema electoral y la
participación en nuestro programa
de educación pública.
Observaciones
adicionales
5 – Iniciativas para el mejor apoyo institucional y la mayor ventaja que puede
tener la acción del Protocolo de Tikal o de algunos de sus organismos miembros, en
materia de abstencionismo y participación electoral:
Promover la importancia de la participación de los ciudadanos para fortalecer los procesos
democráticos.
8
Nombre de los exponentes: Roberto Rivas y Emmet Lang
Título: Informe y diagnóstico sobre abstencionismo y participación.
El caso de Nicaragua
Conferencia: XVII Conferencia Protocolo de Tikal
Sede: San José, Costa Rica
Fecha: 25 y 26 de septiembre del 2003
INFORME NACIONAL
1 - País informante: Nicaragua
2 - Cobertura del informe: Agosto 2002 – Agosto 2003.
3 - Prioridades actuales
•
Proceso electoral en marcha
SÍ ( )
NO ( X )
En caso afirmativo: etapa del proceso y características del mismo
•
Reforma electoral en marcha
SÍ ( )
NO ( X )
En caso de respuesta afirmativa: estado de la reforma
•
Prioridades institucionales actuales en materia técnica o de cooperación
horizontal:
1. Actualización de la cartografía con sistemas de posicionamiento global
(GPS) y sistemas de información Geográfica (GIS)
2. Depura ración y actualización del Padrón Electoral.
3. En términos de cooperación necesitamos recursos para actualización de
equipos informáticos y preparación de una buena campaña de
publicitaria.
1
3 – Perspectivas y expectativas para el próximo año
1. Realizar con éxito las Elecciones Municipales en noviembre del 2004.
2. Bajar la abstención del 29% en el 2000 al menos del 15% en el 2004.
3. Actualizar el Padrón Electoral y la Cartografía identificando a los muertos y a
los que ya no viven en el país para llegar a un padrón real del orden de los
2,768,391 ciudadanos.
4. Bajar el costo del voto domiciliar.
5. Reponer las cédulas ya vencidas.
6. Actualizar el Registro del Estado Civil de las Personas.
4 - Principales fortalezas institucionales y áreas por reforzar
Identificación de
áreas
Capacitación Electoral
Educación Cívica
Fortalezas
•
•
•
•
Personal especializado.
Voto domiciliar.
Concentración de
actividades.
Alto porcentaje de la
población participa y conoce
como funciona el sistema.
Áreas por reforzar
•
Campaña cívica permanente.
•
•
Campaña cívica permanente.
Buscar mayor participación
del sector educación.
Incrementar número de
votantes por JRV y la
creación de jurisdicciones
electorales permanentes y
adicionar a la ley el concepto
de votación en centros fijos.
Presupuesto asignado
porcentual mente al CSE
sobre los ingresos ordinarios
del país.
Deben hacer mayor cobertura
territorial y ayudar a generar
más confianza.
Debe ser una participación
constructiva y no
interventora.
No intervención en asuntos
internos del CSE.
evitar campañas publicitarias
financiadas por agencias
internacionales.
Deben de contribuir a
generar confianza y no
buscar como afectar los
procesos.
•
•
Reforma Electoral
para el fortalecimiento
institucional
•
Observación
internacional de
elecciones
•
La ley permite la
participación de los partidos
políticos en todas las etapas
de los procesos.
El voto domiciliar permite
mayor participación.
Contribuyen a la
tranquilidad ciudadana en la
transparencia del proceso,
aunque el ciudadano es
consciente de que su proceso
electoral es transparente.
•
•
•
•
Coordinación con la
Observación nacional
de elecciones
•
•
No hay restricciones salvo
un reglamento muy sencillo,
que es muy fácil de cumplir.
•
2
•
Innovación o desarrollo en
aplicaciones tecnológicas
Asistencia Técnica
(especificar)
Otras formas de cooperación
horizontal (especificar)
•
Sistema de
transmisión propio.
Sistema de
procesamiento de
resultados con gran
éxito.
•
•
Sistema domiciliar.
Marco cartográfico.
•
Experiencia en
organización electoral
domiciliar
•
•
Mejorar red
comunicaciones en lugares
remotos del país.
Resolver problema de
traslado de resultados a
centros de comunicación.
•
•
•
Registro.
Cedulación.
Cartografía (GPS, GIS).
•
•
Planificación
Capacitación de partidos
políticos en generar
confianza.
Otras áreas (identificar)
5 – Iniciativas para el mejor apoyo institucional y la mayor ventaja que puede
tener la acción del protocolo de Tikal o de algunos de sus organismos miembros:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
Acuerdos bilaterales fluidos.
Mayor acercamiento en el tiempo y en el espacio.
Intercambio a nivel de técnicos.
Todos hacia un modelo domiciliar con una cartografía fija en unidades de
votación (Sector Electoral JRV).
Permitir una cantidad de partidos que los ingresos nacionales soporten.
Todos a convertirse en un poder del estado con presupuesto establecido por la
Constitución, para mantener autonomía.
Trasmitir experiencias por medio de la cooperación horizontal.
Incrementar significativamente la comunicación y los encuentros.
3
DIAGNÓSTICO NACIONAL SOBRE ABSTENCIONISMO Y PARTICIPACIÓN
1 - País informante: Nicaragua
2 - Cobertura del informe: elecciones presidenciales y municipales.
Fechas de las dos últimas elecciones presidenciales
a) 20 DE OCTUBRE DE 1996
b) 4 DE NOVIEMBRE DEL 2001
Fechas de las dos últimas elecciones legislativas o municipales
a) 20 DE OCTUBRE DE 1996
b) 5 DE NOVIEMBRE DEL 2000
3 – Referencia normativa sobre el voto
El sistema electoral funciona con:
•
•
•
•
INSCRIPCIÓN AUTOMÁTICA
INSCRIPCIÓN VOLUNTARIA
VOTO VOLUNTARIO
VOTO OBLIGATORIO
(
)
( X )
( X )
(
)
Si se ha escogido esta última opción
•
•
LA NO CONCURRENCIA A VOTAR IMPLICA SANCIONES
(
)
LA NO CONCURRENCIA A VOTAR NO IMPLICA SANCIONES
(
)
Especifique:
4
4 – Cuadro diagnóstico sobre abstencionismo y participación
Identificación de
Inscritos
áreas/temas
Inscripción
Cantidad de inscritos en las últimas
electoral
elecciones presidenciales.
Cantidad general 2,584,258 (1)
Hombres 1,266,286
Mujeres 1,317,972
Nuevos inscritos
Cantidad de nuevos inscritos se
abstuvieron de participar en las últimas
dos elecciones presidenciales
Cantidad general 235,949
Hombres 115,615
Mujeres 120,334
Cantidad de inscritos en las últimas
elecciones municipales
Cantidad de nuevos inscritos se
abstuvieron de participar en las últimas
dos elecciones municipales
Cantidad general 2,243,486 (1)
Hombres 1,099,308
Mujeres 1,144,178
Cantidad general 244,136
Hombres 119,627
Mujeres 124,509
(1) Padrón estimado con base a
información obtenida sobre
ciudadanos fuera del país y % anual
de defunciones.
Identificación de
áreas/temas
Subrregistro y
depurados
SUB REGISTRO ESTIMADO
(NO INSCRITOS, CON EDAD
PARA ESTAR INSCRITOS)
Subrregistro estimado para las
últimas elecciones (de cualquier
tipo).
Cantidad general 149,000
Hombres 73,010
Mujeres 75,990
DEPURADOS
Depurados de la penúltima a la
última elección presidencial
Cantidad general
Hombres
Mujeres
Depurados de la penúltima a la
última elección legislativa/municipal
Cantidad general
Hombres
Mujeres
5
Identificación
de
áreas/temas
Cantidad y
porcentaje de
votantes
Participación
Abstencionismo
Votos emitidos en las dos últimas
elecciones presidenciales
Abstencionismo en las dos últimas
elecciones presidenciales
Cantidades y porcentajes de los
inscritos: En 1996 se inscribieron
2,421,067, pero había 338,949 entre
muertos y fuera del país, para quedar:
2,082,118 para participar. De la misma
manera para el 2001 de los 2,997,228,
con el mismo concepto quedaron:
2,584,258.
AÑO
_______________________________
1996
2001
_________________________
Cantidad 232,756:11.2% 289,065:
11.2%
Hombres 114,050: 5.5% 141,642:
5.5%
Nulos 91,587 4.4% 113,675 4.4%
AÑO
______________________________
Blancos -------------------- ---1996
2001
_________________________
Abstencionismo en las dos últimas
Inscritos 2,082,118
2,584,258
elecciones municipales
AÑO
Válidos 1,757,775: 84% 2,181,518:
_______________________________
84%
1996
2000
_________________________
Nulos 91,587 4.4% 113,675 4.4%
Cantidad 247,274:11.2% 640,551:
Blancos -------------------- --- 29%
Hombres 121,164: 5.5% 313,869:
14%
Votos emitidos en las dos últimas
Mujeres 126,110: 6% 326,681:
elecciones municipales
15%
Cantidades y porcentajes de los
-------------- ---inscritos: En 1996 (2)* se inscribieron Blancos ------2,421,067, pero había 338,949 entre
muertos y fuera del país, para quedar:
2,082,118 para participar. De la misma
manera para el 2000 de los 2,478,204, Nota: como puede notarse en el año
con el mismo concepto quedaron:
2000, es la primera vez que se realizan
2,243,486.
separadas del resto de las elecciones,
AÑO
por lo que el abstencionismo se
________________________ incrementa del 11.% en 1996 al 29% en
1996
2000
el 2000..
_________________________
Inscritos 2,082,118
2,243,486
6
Válidos 1,724,143: 83% 1,531,850:
68%
Nulos 110,701: 5.3%
71,082: 3.2%
(2)* Elecciones Municipales =
Presidenc.
7
Valoraciones Sobre participación electoral
institucionales
Diferencias por ¿La ciudadanía participa más, menos o
tipo de elección igual según sea el tipo de elección?
La ciudadanía participa más en las
elecciones Presidenciales-legislativas
(autoridades nacionales).
Causas:
El fenómeno de la centralización de
las autoridades nacionales en relación
con la solución de los problemas
locales, promueve que ciudadano
tenga más interés en la participación
de comicios donde se eligen
autoridades nacionales y no así en
autoridades locales.
Efecto o
impacto en la
ciudadanía
Sobre abstencionismo
¿La ciudadanía se abstiene de participar
más, menos o igual según sea el tipo de
elección?
En Nicaragua el nivel de abstención esta
en función del tipo de elección:
nacionales vs. Municipales
Causas:
A pesar de tener la facilidad del voto
domiciliar, hay menos interés por la
autoridad local cuando esta es electa en
fecha distinta a la autoridad nacional.
Valoración pública (ciudadanía, opinión
Valoración pública (ciudadanía,
opinión pública) sobre la participación pública) sobre la participación electoral
en:
electoral en:
Las dos últimas elecciones
presidenciales:
La ciudadanía nicaragüense y el resto
del mundo han valorado de manera
muy positiva las dos últimas
elecciones. Sobre todo la última en el
2001.
Las dos últimas elecciones
municipales:
La ciudadanía nicaragüense ha
valorado de manera positiva las dos
últimas elecciones. Pero ha sido clara
en expresar que la separación de las
distintas elecciones promueve el
abstencionismo.
Posibilidades y Posibilidades para el incremento de la
Causas
participación ciudadana:
Las elecciones presidenciales 2001
muestran que con una buena
organización, el abstencionismo
disminuye. Esa experiencia nos dice
que podemos mejorar mucho con la
experiencia que este Poder del Estado
ha adquirido.
Las dos últimas elecciones
presidenciales: como puede apreciarse en
los porcentajes la participación ha sido
relativamente constante.
Las dos últimas elecciones municipales:
claramente se ve la diferencia entre las
elecciones municipales del 96 que fueron
en conjunto con las de autoridades
nacionales con las del 2000 que se
realizaron solo de alcaldes y concejales y
se incremento la abstención.
Posibles causas para la persistencia o el
incremento del abstencionismo:
Acabar con el sistema domiciliar del
voto.
Sólo de esa manera, puede permitirse
el incremento o persistencia del
abstencionismo.
8
Acciones
desarrolladas
por el
Organismo
Electoral
Acciones desarrolladas por el
Organismo Electoral para incrementar
la participación
Acciones específicas concebidas y
ejecutadas por el Organismo Electoral
para reducir el abstencionismo
Ámbito normativo: A menos que el
ciudadano lo solicite formalmente,
nadie debe ser movido del centro de
votación donde votó la última vez.
Ámbito normativo: Ningún ciudadano
camina más de 5 Kilómetros para llegar
al centro de votación en lo Rural y lo
más cerca del domicilio en el casco
Urbano.
Este Poder del Estado dispone de un
Instrumento de Verificación que facilita
la inclusión de los ciudadanos en un
centro de votación, el cual puede ser en
oficinas municipales por un largo
periodo de tiempo hasta cierta fecha
antes de las elecciones y adicional en
fines de semanas específicos en los
centros de votación.
Ámbito administrativo: El CSE tiene
cedulado el 98% de la ciudadanía y ha
llevado la Cédula hasta el hogar de las
personas. Ha creado un Modelo de
Ingeniería de Métodos para agilizar el
proceso de cedulación el cual fue
lentamente manejado en el pasado, se
paso de 1,600,000. cedulas entregadas
de 1993 a febrero 4 del 2000 a
2,900,000, en noviembre del 2000
Ámbito administrativo: A todas las
Educación ciudadana: publicidad muy viviendas del país se les pone una
calcomanía indicando el centro donde
al detalle, pero sobre todo dado la
cantidad de JRV’s la movilización para deben ir a votar sus habitantes, hay un
plan de visita casa a casa.
la capacitación es tan grande que el
efecto multiplicador es muy fuerte.
Educación ciudadana:
Innovaciones técnicas:
Innovaciones técnicas:
Investigaciones o estudios: El CSE
posee una propuesta de Reforma
Electoral y un modelo de elección con Investigaciones o estudios:
un Instrumento de cola. La base de esta
Otros:
reforma es fijar el territorio en 3202
Sectores Electorales, esto es mas de
carácter técnico, pero no debe de darse
antes de las elecciones municipales del
2004 para evitar confusiones en el
electorado.
Otros:
Acciones que
hubiera
querido
desarrollar el
Organismo
Electoral pero
que no ha
podido
Para incrementar la participación
ciudadana:
Trabajar más de cerca con los partidos
políticos a fin de que estos motiven a
los ciudadanos.
Diseño publicitario acorde a los
distintos niveles culturales de la
población.
Para diagnosticar y precisar las causas
del abstencionismo y tender a su
reducción:
Demostrar a los partidos políticos
comparativamente como participa la
ciudadanía en el mismo municipio en los
distintos tipos de elección.
9
Asistencia
Técnica
¿Requeriría el Organismo Electoral de ¿Requeriría el Organismo Electoral de
asistencia técnica para incidir sobre el asistencia técnica para incidir sobre la
reducción del abstencionismo?:
incremento a la participación
ciudadana?:
Desarrollo de programas de
cooperación horizontal con la
experiencia de otros países en la que
los partidos políticos conozcan la
experiencia de los otros sistemas.
Otras formas de ¿Requeriría el Organismo Electoral de
cooperación
otras formas de cooperación horizontal
horizontal
para incidir sobre el incremento a la
participación ciudadana?:
Lógicamente sobre todo en materia del
manejo de la formación ciudadana con
base en otras experiencias en las cuales
inclusive se ha logrado aceptación de
métodos de voto electrónico
¿Requeriría el Organismo Electoral de
otras formas de cooperación horizontal
para incidir sobre la reducción del
abstencionismo?:
Observaciones
adicionales
10
Nombre de los ponentes: Dennis Allen y Osman Valdés
Título: Informe y diagnóstico sobre abstencionismo y participación.
El caso de Panamá.
Conferencia: XVII Conferencia Protocolo de Tikal
Sede: San José, Costa Rica
Fecha: 25 y 26 de septiembre del 2003
INFORME
1. País informante: Panamá
2. Cobertura del informe: Agosto 2002 – Agosto 2003
3. Prioridades actuales:
•
Proceso electoral en marcha:
Sí ( xx )
No ( )
En caso afirmativo: etapa del proceso y características del mismo
Organización y ejecución del padrón electoral
•
Reformas electorales en marcha:
•
Prioridades institucionales actuales en materia técnica o de cooperación horizontal
Sí ( )
No ( xx )
a) Actas electrónicas
b) Voto electrónico
4. Perspectivas y expectativas para el próximo año
El desarrollo eficiente y transparente de las elecciones generales del 2004 donde se
elegirán a cargos de Presidente, Legisladores, Alcaldes, Representantes de
Corregimiento y Representantes al PARLACEN.
1
DIAGNÓSTICO
1. País informante: Panamá
2. Cobertura del informe:
Fechas de las dos últimas elecciones presidenciales
a) 2 de mayo de 1999
b) 8 de mayo de 1994
Fechas de las dos últimas elecciones legislativas o municipales
a) 2 de mayo de 1999
b) 8 de mayo de 1994
3. Referencia normativa sobre el voto
El sistema electoral funciona con:
Inscripción automática
Voto voluntario
4. Cuadro diagnóstico sobre abstencionismo y participación
Identificación de
áreas/temas
Inscripción
electoral
Inscritos
Nuevos inscritos
1. Cantidad de inscritos en las últimas 1. Cantidad de nuevos inscritos
elecciones presidenciales:
que se abstuvieron de participar en
las últimas dos elecciones
Cantidad general: 1,746,989
presidenciales
Hombres:
873,167
Mujeres:
873,822
Para 1994 no se tienen los
registros, para 1999 son:
2. Cantidad de inscritos en las últimas Cantidad general: 82,646
elecciones legislativas/municipales:
Hombres:
45,346
Mujeres:
37,300
Cantidad general: 1,746,989
Hombres:
873,167
Mujeres:
873,822
Cantidad de nuevos inscritos que
se abstuvieron de participar en las
últimas dos elecciones
legislativas/municipales:
No se tiene registros.
2
Identificación de
áreas/temas
Subrregistro y
depurados
Subrregistro estimado (no
inscritos, con edad para estar
inscrito)
1. Subrregistro estimado para las
últimas elecciones (de cualquier tipo)
Depurados
1. Depurados de la penúltima a la
última elección presidencial
No existen datos
No existen datos
2. Depurados de la penúltima a la
última elección
legislativa/municipal
No existen datos.
Identificación de
áreas/temas
Cantidad y
porcentaje de
votantes
Participación
Abstencionismo
1. Votos emitidos en las dos últimas
elecciones presidenciales – Cantidad
y porcentajes de inscritos:
1994 – 1,499,451
1999 – 1,746,989
Válidos
1994 – 1,066,844
1999 – 1,278,468
Nulos
1994 – 37,734
1999 – 35,688
100%
100%
96.6%
96.1%
3.4%
2.7%
Blancos
1994 – (incluidos en los nulos)
1999 – 16,574
1.2%
2. Votos emitidos en las dos últimas
elecciones legislativas – Cantidad y
porcentaje de los inscritos:
Válidos
1994 – 1,033,572
1994
Cantidad general – 394,355
Para 1994 no se tiene por género
1999
Cantidad general – 416,259
Hombres:
221,494
Mujeres:
194,765
Porcentaje de inscritos
1994
Cantidad general – 26.3%
1999
Cantidad general – 23%
Hombres:
53.2%
Mujeres:
46.8%
2. Abstencionismo en las dos
últimas elecciones legislativas
1994 – 1,499,451
1999 – 1,746,989
Emitidos
1994 - 1,091,756
1999 – 1,306,390
1. Abstencionismo en las dos
últimas elecciones presidenciales:
72.8%
74.8%
94.7%
Cantidad general
1994 – 407,695
1999 – 440,599
3. Abstencionismo en las dos
últimas elecciones municipales
3
1999 – 1,229,479
Nulos
1994 – 58,184
1999 – 33,427
94.1%
5.3%
2.6%
Blancos
1994 – Incluidos en los nulos
1999 – 43,484
3.3%
3. Votos emitidos en las dos últimas
elecciones municipales – Cantidad y
porcentaje de los inscritos:
Cantidad General
1994 – 426,797
1999 – 428,213
Porcentaje de los inscritos
General
Hombres
Mujeres
Esta información por género no se
tiene computada.
1994 – 1,499,451
1999 – 1,746,989
Valoraciones
institucionales
Diferencias por
tipo de elección
Emitidos
1994 – 1,072,654
1999 – 1,318,776
71.5%
75.5%
Válidos
1994 – 1,003,861
1999 – 1,227,023
93.6%
93.0%
Nulos
1994 – 68,793
1999 – 31.109
6.4%
2.4%
Blanco
1999 – 60,644
4.6%
Sobre participación electoral
¿La ciudadanía participa más, menos
o igual según sea el tipo de elección?
Sobre abstencionismo
¿La ciudadanía se abstiene de
participar más, menos o igual
según sea el tipo de elección?
Dado que hay una
sola elección no
hay diferencia
Causa
N/A
Efecto o impacto
en la ciudadanía
Valoración pública (ciudadanía
opción pública) sobre la participación
electoral en:
Valoración pública (ciudadanía
opción pública) sobre la
participación electoral en:
Las dos últimas elecciones
presidenciales: POSITIVA
Las dos últimas elecciones
presidenciales: POSITIVA
Las dos últimas elecciones
Las dos últimas elecciones
Causa
N/A
4
legislativas/municipales: POSITIVA
Posibilidades y
causas
legislativas/municipales:
POSITIVA
Posibilidades para el incremento de la Posibles causas para la persistencia
participación ciudadana
o el incremento del abstencionismo
Sí las hay
No hay abstencionismo
5
Acciones
desarrolladas por
el Organismo
Electoral
Acciones que
hubiera querido
desarrollar el
organismo
electoral pero que
no ha podido
Asistencia técnica
Acciones desarrolladas por el
Acciones específicas concebidas y
Organismo Electoral para aumentar la ejecutadas por el Organismo
participación.
Electoral para reducir el
abstencionismo.
Reforma ámbito normativo:
-Reforma electoral
Ámbito administrativo:
-PLAGEL 2004
Educación ciudadana:
-Campaña de divulgación
Innovaciones técnicas
-Confección y transmisión de actas
Investigaciones o estudios:
-Estadística electoral
Otros:
Ámbito normativo:
-Reforma Electoral
Ámbito administrativo:
-Mejoras al servicio
Educación ciudadana:
-campañas de motivación
Innovación técnica:
Investigación o estudios:
-Estadística electoral
Otros:
-Campañas de recedulación
Para incrementar la participación
ciudadana (especificar):
Para diagnosticar y precisar las
causas del abstencionismo y tender
a su reducción (especificar):
VOTO ELECTRÓNICO
N/A
¿Requería el Organismo Electoral de
asistencia técnica para incidir sobre el
incremento a la participación
ciudadana?
¿Requería el organismo electoral
de otras formas de cooperación
técnica horizontal para incidir
sobre la reducción del
abstencionismo (especificar)?
NO
N/A
Otras formas de
cooperación
horizontal
¿Requería el organismo electoral de
otras formas de cooperación
horizontal para incidir sobre el
incremento a la participación
ciudadana (especificar)?
¿Requería el organismo electoral
de otras formas de cooperación
técnica horizontal para incidir
sobre la reducción del
abstencionismo (especificar)?
N/A
N/A
Observaciones
adicionales
5. Iniciativas para el mejor apoyo institucional y la mayor ventaja que puede tener
la acción del Protocolo de Tikal o de algunos de sus organismos miembros, en
materia de abstencionismo y participación electoral:
6
Producto que en Panamá no se da la figura del abstencionismo en la participación
electoral, consideramos que seguiremos haciendo los esfuerzos en conjunto con el
Protocolo de Tikal de apoyar a los otros países de la región en cuanto a capacitación
electoral.
7
Título: El caso de Puerto Rico.
Conferencia: XVII Conferencia Protocolo de Tikal
Sede: San José, Costa Rica
Fecha: 25 y 26 de septiembre del 2003
La Comisión Estatal de Elecciones de Puerto Rico se encuentra trabajando en una serie de
proyectos de alta tecnología, así como también en una reorientación en pro del elector con
incapacidades físicas. Todo ello en beneficio de los electores a los que servimos.
Entre dichos proyectos se encuentran los que siguen a continuación:
1- Implantación de una nueva Tarjeta de Identificación Electoral para sustituir el modelo usado
desde el 1980. Proyecto iniciado.
2- Reingeniería de la base de datos. Emigración de un sistema de “main frame” a un sistema
orientado hacia servidores. Se espera lograr mayor funcionalidad y agilidad en los procesos.
(Costo estimado $150.000). Proyecto iniciado.
3- Mecanización del proceso de preparación de los materiales para una elección, para aumentar
la eficiencia en el desempeño y obtener un producto final virtualmente infalible. (Costo
estimado $120.000). Se espera usar el sistema por primera vez para las Primarias de los
Partidos Locales a celebrarse el mes de noviembre de 2003.
4- Énfasis en la accesibilidad y privacidad (se habrá de experimentar por primera vez en las
Primarias de los Partidos Locales a celebrarse el 9 de noviembre de 2003) de los votantes con
impedimentos en ejecución.
a.- Proveer igual oportunidad de acceso y participación, incluyendo privacidad e
independencia.
b.- Adiestramiento a los funcionarios electorales sobre cómo atender electores con
impedimentos.
c.- Proveer a los electores con impedimentos información sobre la accesibilidad de los
Centros de Votación.
d.- Sistema de información electoral activado por voz para accesibilidad de electores con
incapacidades.
e.- Construcción de rampas de acceso temporeras y almacenables.
f.- Plantillas impresas, troqueladas y con impresión “Braille” para los electores ciegos que
sepan leer “Braille”. Para aquellos que no sepan leer “Braille· utilizarán como guía las
perforaciones producto del troquelado.
g.- Instrumentos de lectura para aquellos “legalmente ciegos” que necesitan de ello para
poder leer, por no ser totalmente ciegos.
h.- Papeleta parlante para proveer una grabación para guiar al ciego en la interpretación de la
papeleta.
5- Adquisición de unidades móviles para llevar el proceso de inscripción y otros servicios a
lugares de difícil acceso y atender situaciones especiales. (Costo estimado $160.000). Estas
unidades tienen que ser equipadas con diversos equipos necesarios para el registro de
electores. (Costo estimado $90.000).
6- Proyecto piloto para un nuevo sistema de escrutinio mecanizado. Se contempla incluir los
aspectos contemplados en una elección general, en un precinto en particular. Se probará la
lectura óptica de papeletas y sistemas “touch-screen”. Se contempla llevar a cabo el ensayo
para las Elecciones Generales de 2004. (Costo estimado de $1.000.000). Ya se han realizado
seis (6) ensayos entre primarias y elecciones especiales utilizando el sistema de lectura óptica.
7- Proyecto de Corrección en las Direcciones. Conversión de los formatos de dirección de
manera que se minimice la correspondencia devuelta. (Estimado de costos $125.000).
8- Mapificación: Enlazar la base de datos del registro electoral con los mapas jurisdiccionales
para mejorar el proceso de asignación de electores a unidades electorales y determinar los
límites de las mismas.
9- Transferencias de los archivos en papel a “microfilme”.
Proyecto en ejecución.
(Costo estimado $400.000).
10- Adquisición de equipo multifuncional para sustitución de equipo obsoleto en las oficinas
locales. (Costo estimado $300.000).
11- Reorientación publicitaria dirigida a los grupos abstencionistas jóvenes y edad avanzada.
El domingo 9 de noviembre del presente año se estarán celebrando las primarias de los partidos
locales. En febrero del próximo año se celebrarán las primarias presidenciales y el 2 de
noviembre de 2004 las Elecciones Generales.
En todos estos procesos se estarán haciendo adelantos graduales hacia la consecución de todos
los proyectos mencionados.
Nombre de los ponentes: Nelson Gómez y Luis Arias
Título: Informe y diagnóstico sobre abstencionismo y participación.
El caso de República Dominicana.
Conferencia: XVII Conferencia Protocolo de Tikal
Sede: San José, Costa Rica
Fecha: 25 y 26 de septiembre del 2003
INFORME NACIONAL
País informante: República Dominicana
Cobertura del informe: Agosto 2002 – Agosto 2003
Magistrado Dr. Nelson Gómez Arias – Presidente de la Cámara Administrativa
Antes que todo queremos agradecer esta significativa oportunidad para presentar ante
tan selecta asistencia, un breve informe sobre los aspectos y situaciones en que nos
hemos venido desenvolviendo en la República Dominicana; con relación al tema de
organización electoral.
Auguramos un exitoso intercambio, en el marco de esta nueva reunión de organismos
electorales miembros del Protocolo de Tikal; que de seguro estará lleno de experiencias
positivas de nuestros respectivos países para así fortalecernos mutuamente.
I.- En la actualidad estamos inmersos en la fase de preparación de instructivos que
normarán la elección de nivel Presidencial y Vicepresidencial del 16 de mayo del 2004,
especialmente ante las novedades legales que dicho proceso implicará. Estas novedades
se contraen principalmente a la eliminación de los Colegios Electorales Cerrados y a la
implementación del Sufragio del Dominicano Residente en el Exterior.
En julio del pasado año 2002, la Asamblea Nacional introdujo reformas a la
Constitución dominicana, a los fines de permitir la Reelección Presidencial por dos
períodos consecutivos, únicamente y la eliminación de los Colegios Electorales
Cerrados.
Esta reforma constitucional plantea un gran reto al Organismo Electoral en virtud de
que los últimos procesos electorales se habían desarrollado sobre la base de ese
1
esquema. Para muchos de ustedes no es extraña esta figura de Colegio Electoral
Cerrado.
Sin embargo, valga la explicación respecto en que consistía este mecanismo de votación
y de esa manera, esperamos, puedan comprendernos, cuando señalamos que su
eliminación representa un gran reto para la actual administración electoral.
El Colegio Electoral Cerrado consistía en el “cierre” simultáneo, a una misma hora en
todo el país, de una lista de inscripción de los electores que acudieran ante los centros
de votación y que figuraran debidamente en el Padrón Electoral oficial. Este cierre
mediante el trazado de una línea debajo del nombre del último elector anotado,
planteaba un mecanismo de dificultad al recurrido concepto de “fraude por voto
múltiple” de una misma persona.
De frente a la eliminación de los Colegios Electorales Cerrados, fundamentada,
principalmente en la solidez y seguridad que ha exhibido nuestro Padrón Electoral en
los últimos procesos electorales, se plantea la necesidad de rodear al Sistema Electoral
dominicano, con medidas complementarias que impidan la comisión de acciones
desaprensivas y de irregularidades.
Es por ello que el nuevo reto al que nos abocamos comprende, mas no se limita, a:
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Una revisión del procedimiento general de la votación;
Realizar una selección de personal con alto nivel profesional para integrar los
Colegios Electorales
Capacitación adecuada del personal para afrontar las variaciones surgidas en el
proceso
Establecimiento de medidas de seguridad que impidan la alteración de los
resultados logrados por cada partido. (plastificado del acta de escrutinio).
Sistema digital de lectura de las actas y transmisión de resultados (escáner de las
actas)
Igual reto, lo representa la Implementación del Sufragio del Dominicano Residente en el
Exterior, que la ley electoral vigente dispone para las elecciones del nivel Presidencial
exclusivamente.
Decimos que esta disposición se convierte en el segundo gran reto a acometer, pues
nuestros connacionales se encuentran dispersos en los más lejanos lugares de la
geografía terrestre. Sin embargo, desde el año 2001, la Junta Central Electoral, ha
encaminado pasos firmes a la consecución de este objetivo tan anhelado y reclamado
por nuestra diáspora. Las estrategias primarias apuntaron a iniciar un proceso de
empadronamiento en aquellas ciudades donde existen grupos organizados de
dominicanos que promovieran la integración de la comunidad y reclamaron su derecho
al sufragio.
Las ciudades en que hemos abierto oficinas para este empadronamiento, son las
siguientes:
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New York, Boston, Miami en Estado Unidos;
Montreal en Canadá;
2
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ƒ
Caracas, Venezuela;
Madrid y Barcelona en España; y
San Juan, Puerto Rico.
Además hemos estado realizando operativos móviles itinerantes en otras ciudades
aledañas a donde existen estos centros.
A estos dos grandes retos se suma la aspiración intrínseca a todo Organismo Electoral
de continuar mejorando su Lista de Electores o Padrón Electoral. A estos fines, estamos
en un proceso interno de depuración de toda la información que atañe a dicha lista de
electores, es decir, el Registro Electoral, tanto en la República como en las ciudades del
exterior donde se aplicará el Voto del Dominicano.
II- Nuestras prioridades en términos de cooperación horizontal en materia técnica se
sitúan en el recabo de las experiencias que en las fases de Planeación, Implementación y
Observación del Sufragio de Nacionales en el Exterior, hayan podido materializar
nuestros países.
En momentos que debemos preparar todo lo concerniente al voto del dominicano en el
exterior, es de mucha importancia la colaboración técnica que se pueda brindar a nuestra
institución. En este sentido, la Cámara Administrativa de la Junta Central Electoral
solicitó la cooperación de IFES y de las Naciones Unidas.
Con IFES para que ayudara a este organismo electoral en la identificación, localización
y la obtención de los permisos necesarios para la utilización de los locales que podrían
fungir como centros de votación, en los lugares en que por primera vez, los
dominicanos residentes en el exterior podrán ejercer el sufragio.
En cuanto a las Naciones Unidas, la Cámara Administrativa de la Junta Central
Electoral solicitó a la citada organización internacional su cooperación técnica y apoyo
en la búsqueda y movilización de recursos financieros por parte de donantes, para la
realización del voto en el exterior, así como para la suscripción de un acuerdo ético
electoral entre las principales fuerzas políticas del país; la capacitación de las juntas
electorales, como responsables de organizar el proceso electoral en los municipios; y
por último, la automatización del registro civil.
En otro orden, la Cámara Administrativa de la Junta Central Electoral solicitó al
Tribunal Superior Electoral de Brasil, por intermedio de la UPD-OEA, su cooperación
en el ambicioso proyecto de la automatización del voto, de suerte que si se cuenta con la
anuencia de los partidos políticos, se pueda aplicar esta modalidad del ejercicio del
sufragio, mediante el ensayo de un plan piloto que podría abarcar el cinco por ciento
5% del universo de votantes que tienen derecho ejercer el sufragio en las próximas
elecciones del 16 de mayo del 2004.
Conviene señalar, que una prestante delegación del tribunal electoral brasileño,
encabezada por su Presidente el Dr. José Paulo Sepúlveda Pertence y por el Ministro
Fernado Neves Da Silva y otros altos funcionarios visitaron Santo Domingo,
acompañados por el Asesor Especial de la UPD-OEA señor Santiago Murray, del 29 de
agosto al 3 de septiembre del presente año. Los partidos políticos y la sociedad civil
3
dominicana presenciaron las exposiciones de las personalidades mencionadas y verificó
el funcionamiento de las máquinas de votación electrónica fabricadas en Brasil.
En cuanto a la observación electoral internacional, la Junta Central Electoral propicia
cada dos años, durante nuestros procesos electorales, la afluencia observadores
miembros organismos electorales del Protocolo de Tikal, del Protocolo de Quito, de
UNIORE, ACEO, de la OEA, ONU, IDEA, IFES, NDI, Instituto Carter, y la
participación activa de las misiones diplomáticas acreditadas en Santo Domingo y de las
asociaciones internacionales de partidos políticos; como un medio eficaz para fortalecer
la democracia dominicana y robustecer la transparencia y credibilidad de nuestras
elecciones; y como un modo expedito de intercambiar experiencias válidas y útiles en
materia electoral.
Para las elecciones del 16 de mayo del 2004, la Junta Central Electoral propiciara otra
vez, una observación técnica electoral con el concurso y coordinación de CAPEL, en
sus funciones de Secretaria de la Asociación de Organismos Electorales de
Centroamérica y del Caribe y asimismo, con los auspicios de la sociedad civil,
representada en Participación Ciudadana, Fundación Institucionalidad y Justicia
(FINJUS), los medios de comunicación, la iglesia y otras organizaciones no
gubernamentales.
En el contexto de las próximas elecciones del 16 de mayo del 2004, la Cámara
Administrativa de la Junta Central Electoral se propone proveer de comunicación
inalámbrica a los observadores internacionales invitados; entre ellos y la Junta Central
Electoral, con la finalidad de que puedan reportarle instantáneamente las incidencias del
proceso electoral en los lugares de observación. De igual modo, el 17 de mayo del
2004, propiciaremos una evaluación técnica de las elecciones y la presentación a la
Junta Central Electoral del informe con los señalamientos y recomendaciones que
corresponden.
Asimismo, tendremos que innovar, propiciando la observación electoral en lugares
donde el dominicano votará en el exterior, valiéndonos de la participación de
organizaciones internaciones gubernamentales y no gubernamentales y otras ONG´s con
experiencia en la observación de los procesos electorales.
III.- Perspectivas y expectativas para el próximo año:
Desde que la Junta Central fue objeto de una división en Cámaras, una Administrativa y
una Contenciosa Electoral, se ha dado a la tarea fortalecer los procedimientos
institucionales derivados de la nueva realidad funcional a la que se vio compelida con la
modificación a la Ley Electoral 275-97.
La modificación a la ley planteó el deslinde formal de las funciones administrativas con
respecto a las jurisdiccionales. No obstante, ambas Cámaras se han comprometido ha
realizar una labor abierta, enmarcada en un amplio espectro de colaboración y hasta de
consenso.
El objetivo supremo de todos sus integrantes se resume en la realización del proceso
electoral del año venidero con todas las garantías de imparcialidad y diafanidad.
4
A esto se suma, el desarrollo de una programación cuidadosa de todos los procesos,
apoyada en la implementación de aspectos técnicos innovadores, tanto de la seguridad
de los documentos como de la tecnología a utilizar.
Otras acciones que abonan en este sentido las constituyen las siguientes:
1. Un objetivo permanente en que hemos decidido trabajar con mayor confianza y
credibilidad en el organismo;
2. Mayor integración de los actores protagónicos del proceso electoral, a saber,
Partidos Políticos y Sociedad Civil;
3. Plan de cedulación en todo el territorio nacional y con especial atención a la
solución de debilidades detectadas en los pasados procesos del 1998 al 2002.
4. Presentación de cronograma de trabajo a Partidos Políticos y Sociedad Civil,
incluyendo las fases de organización administrativas para el proceso electoral en
el territorio dominicano así como en las ciudades donde habrá de implementarse
el Voto de los nacionales en el Exterior;
5. Presentación del novedoso Sistema de Cómputo Electoral a ser utilizado en los
Centros de Escrutinio tanto nacionales como en el exterior;
6. Integración del personal que laborará en las elecciones como mayor antelación a
fin de capacitarlos con respecto a las novedades que presenta el proceso electoral
dominicano.
7. Inicio de la ejecución Plan General Elecciones 2004 con mayor tiempo que
experiencias pasadas, con el objetivo de tener todas las acciones principales
organizadas a diciembre del año 2003. A partir de allí, se dispondría de los cinco
meses subsiguientes para los ajustes que sean requeridos, principalmente por los
partidos políticos.
IV.- Ahora pasemos brevemente a la presentación de las principales fortalezas
institucionales y áreas por reforzar:
En materia de Capacitación Electoral, las principales fortalezas exhibidas por nuestro
Organismo se encuentran:
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ƒ
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Una decidida política de Institucionalidad de la función de Capacitación
Electoral;
Invitación a participar a aquellos sectores representativos de la sociedad y de las
universidades, para formar parte de los planes de Educación Electoral que
desarrolla la Institución;
Implementación de programas de concientización de los electores a través de los
programas de capacitación ( televisivos y presenciales);
Cobertura de planes educativos dirigidos específicamente hacia los segmentos
poblacionales que inciden en los procesos electorales:
o Miembros de Juntas Electorales,
o Miembros de Colegios Electorales,
o Miembros de Policía Electoral,
o Delegados de Partidos Políticos, y
o Observadores Electorales de Sociedad Civil
Una de las oportunidades de mejoría permanente en la que hemos solicitado el apoyo de
todos los sectores no partidistas de nuestro país, lo constituye la motivación a personas
5
con mayor perfil profesional, a que se integren como funcionarios de Juntas y
Colegios electorales.
El tema de Educación Cívica permanente hacia todos los sectores de la sociedad ocupa
particular importancia a nuestro Organismo. Se han dado pasos tendentes a formalizar
un programa de alto nivel que pueda ser asumido por los centros docentes de primer
orden.
Asimismo, se están dando pasos a lo interno de la Institución para el diseño de una
estrategia de colaboración con la Secretaría de Educación para fortalecer los programas
de niveles de básica, intermedia y bachillerato en términos de Civismo, Valores
Democráticos, Procesos Electorales y Participación.
En nuestro país se han estado generando acciones concretas hacia la educación de la
gente común, para que asuman sus deberes constitucionales no con emotividades sino
con plena conciencia de las implicaciones para las presentes y futuras generaciones. En
todos estos esfuerzos se nota la incidencia activa de organizaciones civiles no partidistas
así como de la propia Secretaria de Educación.
En consecuencia, el reto más importante para el Organismo Electoral consiste, pues, en
retomar el concepto del tema Educación Cívica y Electoral, en todos los niveles de
educación, a saber, básicos, secundarios, bachillerato y superior.
Reforma Electoral para el fortalecimiento institucional
Hacia julio del año pasado, tal y como indicamos al principio de nuestra ponencia, en
nuestro país se concretó una reforma Constitucional que varió las condiciones del
sistema electoral dominicano. De nuevo, la eliminación de los Colegios Electorales
cerrados.
Más recientemente, en enero de este mismo año 2003, se produjo una modificación a la
Ley Electoral 275-97 que procuró la descentralización de las funciones del tribunal
electoral, dividiendo sus atribuciones entre un Pleno de Jueces y dos Cámaras, una
Administrativa y otra Contenciosa Electoral.
La principal mejoría que nuestro país requiere, al igual que todos los de la región, es la
del fortalecimiento institucional permanente, incluyendo el establecimiento de la
Carrera Civil.
En cuanto a la Observación internacional de las elecciones, la República Dominicana
tiene un saldo favorable, sobre todo en los últimos cuatro procesos electorales del país.
Esto se debe principalmente a las excelentes relaciones con las asociaciones de
organismos electorales de la región y con los propios organismos electorales que
ustedes representan.
Se ha propiciado activamente el intercambio horizontal permanente de informaciones y
experiencias.
Hemos dado una apertura total en cuanto a la observación y los informes respectivos de
las delegaciones.
6
Como oportunidad a mejorar se encuentra la dotación de mecanismos apropiados de
comunicación durante la observación electoral para fines de poder reportar sobre el
desarrollo de las incidencias del proceso electoral.
Por último, pero no por menos importante, se encuentra la Coordinación con la
observación nacional de elecciones, la cual ha rendido sus frutos en los pocos años que
lleva activa en nuestro país.
Se han desarrollado unas excelentes relaciones inter-institucionales con aquellas
entidades que se dedican a la observación nacional, especialmente con Participación
Ciudadana, con la que hemos desarrollado de forma conjunta, Seminarios dirigidos a
tratar las novedades del sistema electoral dominicano.
Para un caso concreto, tenemos el desarrollo de un Seminario Sobre Circunscripciones
Electorales y Voto en el Exterior, con la participación de expertos internacionales
versados en la materia, para ayudarnos a enfocar nuestros planes de trabajo.
De manera casi permanente se producen intercambios formales, tanto en materia
educativo como procedimental donde se escuchan sugerencias y propuestas de estos
grupos dedicados a la observación local.
Donde siempre habrá una tarea permanente a cuidar, será en el grado de
discrecionalidad con que se manejen las informaciones surgidas desde dentro de la
Institución y sobre cómo son manejadas por esas instituciones.
Igualmente siempre habrá que atender la hasta ahora altísima profesionalidad con que
se han manejado las informaciones resultantes de la observación electoral; coordinadas
siempre con la Junta Central Electoral, evitando la emisión de juicios sobre resultados
electorales, que no hayan sido oficializados por el tribunal.
En términos de la Innovación o desarrollo en aplicaciones tecnológicas en nuestra
institución nos hemos ocupado en el diseño de programas y aplicaciones técnicas
elaboradas por los propios técnicos de la Junta Central Electoral. A estas aplicaciones se
les hace una auditoría externa por firmas externas especializadas (en el caso de los
últimos procesos las auditorías han estado a cargo de la empresa
PricewaterhouseCooper)
Se ha mantenido un perfeccionamiento continuo del sistema de Cedulación tanto para
las personas que establece la ley, así como del Programa de Cómputo de Escrutinios de
los Colegios Electorales.
Un área que ha demandado nuestra particular atención, lo constituye la Automatización
de servicios relativos al Estado Civil de las personas.
En este proyecto habrá de invertirse una suma superior a los 4 Millones de Dólares, para
digitalizar unos 20 Millones de folios o actas.
Otro aspecto que ha marcado los esfuerzos de automatización del proceso electoral en
nuestro país, lo constituye el Sistema Informático para el Manejo de la Logística
Electoral, el cual está rodeado de controles seguros para el empaquetado de los
materiales a utilizar en cada elección.
7
Finalmente, en cuanto a la Asistencia técnica, hemos procurado el Intercambio de
colaboración técnica con otros tribunales electorales del área. Para el caso de las
elecciones del año 2002, una comisión panameña de técnicos estuvo en nuestro país
para apoyar los esfuerzos de nuestra institución en materia de capacitación electoral.
Otro aspecto en que hemos considerado el apoyo horizontal, lo constituye la asistencia
en cuanto a la implementación de recursos electrónicos no empleados en el país, a
propósito del voto del dominicano en el exterior que habrá de efectuarse en las
elecciones del nivel Presidencial del próximo año 2004. Allí podrían evaluarse las
experiencias que en esta materia han obtenido algunos de nuestros países y de esta
manera, auxiliarnos a eliminar obstáculos naturales de este tipo de proyectos, novedosos
sí, pero con un alto componente de riesgo por la multiplicidad de aspectos a resolver
que no dependen estrictamente del Organismo electoral, sino de los Estados receptores.
Muchas Gracias
8
DIAGNOSTICO SOBRE ABSTENCIONISMO Y PARTICIPACIÓN
Por: Dr. Luis Arias Núñez
República Dominicana
Permítaseme ante todo expresarles un afectuoso saludo personal y en nombre de mis
compañeros integrantes de la Junta Central Electoral, máximo organismo de elecciones
de la República Dominicana y a la vez felicitar a los que han tenido la feliz iniciativa de
introducir en este evento el tema del abstencionismo en los procesos electorales en
nuestros países.
El tema del abstencionismo electoral, definido en un sentido estricto como la no
participación en la emisión del voto de aquellos ciudadanos titulares de este derecho,
reviste un alto nivel de importancia por sus implicaciones, en unos países más que en
otros, en la valoración de las elecciones como instrumento idóneo para el
funcionamiento de la democracia representativa.
El fenómeno del abstencionismo es enjuiciado en la doctrina de modo desigual. Es
negativo a la democracia vista como un sistema que expresa lo más ampliamente la
posible voluntad concordante de “los más, de todos,” que busca lograr la mayor
participación de los miembros de la comunidad; democracia y participación plena de la
totalidad de los ciudadanos son conceptos concordantes. Partiendo de esa premisa, cabe
la necesidad de encarar dicho fenómeno; de buscarle vías de solución.
Entre tanto la abstención, vista como forma de expresión política es bien admitida o
tolerada en la democracia.
En cuanto a sus efectos sobre la noción de la legitimidad tampoco hay unidad de criterio
en la doctrina. Para unos, una mayor participación política de la ciudadanía sirven de
base a la legitimación de la democracia, en cambio para otros el sistema político
democrático no pierde legitimidad con el descenso del nivel de participación.
Abona a favor de esta última consideración el hecho comprobado de que en países de
elevada tradición democrática, tales como Estados Unidos de Norteamérica y Suiza, los
niveles de abstención son particularmente elevados.
La realidad antes descrita de ningún modo debe traducirse en minimizar las
consecuencias del fenómeno de la abstención; en unos países éste suele ser una alerta
sobre las necesidades de revisar el engranaje del sistema democrático.
Este comentario, desde mi punto de vista, alude a los países de nuestra región.
Está considerado en la doctrina que en el fenómeno de la abstención electoral no hay
una tipología ni una explicación única.
En el caso de la República Dominicana, trataremos aquí de esbozar algunas de los
causales del fenómeno y su posible solución.
9
En primer lugar nos referiremos a la abstención calificada como técnica, es decir,
cuando su motivo no se le puede imputar directamente al ciudadano. Sin entrar en
consideraciones de tipo político-partidista, uno de los primeros escollos que se
presentan en los niveles de abstención mas recientes, lo podemos tomar a partir del
proceso de cedulación masiva que se presentó de cara a las elecciones del 1994, cuando
cambiamos la tradicional “cédula vieja” o “de librito” por un carné nuevo, también
llamado “cédula azul”. Con la emisión de este documento se presentaron algunos
errores que, aunque no significativos, trascendieron a las elecciones del referido año y el
mismo proceso motivó a que los ciudadanos se mostraran con cierto descontento.
Posteriormente, luego de los resultados de las elecciones de 1994, es de todos conocidos
la situación de crisis que generaron los mismos, implicando esto la inserción en la
Constitución de figuras legales como los Colegios Electorales Cerrados, cuya aparición
provocó en el electorado la sensación de que se estaría encerrado dentro del local sin
poder salir del mismo. Eran las elecciones de 1996 cuando se implementarían los
mismos y la cantidad de electores inscritos en ese momento era de 3,750,502,
emitiéndose un total de 2,903,859 votos en la primera elección, lo que implica una
abstención por el orden del 23% y en la segunda, con la misma cantidad de inscritos, un
total de 2,880,425 votos emitidos, rondando los 23 puntos porcentuales la abstención
electoral de ese año.
Esta figura del Colegio Electoral, para la gran mayoría desconocida, consistía en el
cierre del Formulario Especial de Concurrentes y con el mismo se declaraba cerrada la
inscripción de las personas que ya previamente habían estado en una fila, para tales
fines (de inscribirse). Luego de este cierre del formulario, lo mismo que del Colegio, se
procedía entonces a la votación, por sexos, es decir, en la mañana las mujeres y en la
tarde los hombres. El sólo hecho de separar las tandas de votación por sexo, generó un
nivel de discusión y de insatisfacciones, pues algunos consideraban inoportuno que las
mujeres salieran temprano de sus hogares a inscribirse y luego votar.
Cabe aquí destacar que el porcentaje de la población apta para votar y su participación
electoral puede ser engañosa. En el caso de nuestro país hay un universo de
dominicanos que figuran en el padrón electoral, y que sin embargo no han participado
en las elecciones nacionales por residir en el extranjero y no haberse aplicado el sistema
de voto de los dominicanos en el extranjero. La ausencia precisamente entra también en
la llamada abstención técnica.
Existen otras razones de tipo técnico que, explican la abstención en nuestro país, nos
referimos a lo siguiente.
Posteriormente, de cara a las elecciones del 2000, un factor que iba de las manos con la
problemática de la abstención, lo constituía la cantidad de personas cuya cédula de
identidad y electoral no estaba acorde con en el padrón electoral, cifra que ascendía en
ese momento a los trescientos mil (300, 000) ciudadanos. Este proceso es el resultado
de las complicaciones surgidas a causa de la cedulación masiva de ciudadanos
verificada entre las elecciones de 1998 (Congresionales y Municipales) y la elecciones
Presidenciales del 2000.
10
En estas últimas, las elecciones del 2000, la cantidad de inscritos en la Lista de
Electores ascendía a los 4,251,218, registrándose la suma de 3,236,906 votos emitidos,
lo que refiere a una abstención de 24%.
Estas tres razones de tipo técnico que generan la abstención han sido encaradas;
primero: con la eliminación de los Colegios Electorales Cerrados mediante
modificación de la Ley Electoral; segundo: con la implementación del sistema del Voto
de los Dominicanos en el Exterior a partir de las próximas elecciones presidenciales del
año; y tercero: con un amplio operativo que abarcará todo el país de cambio de cédulas
en las que el colegio que figura en la misma se adecue al que figure en el Padrón
Electoral.
A propósito del voto del dominicano en el exterior, la abstención puede tener una
motivación también técnica en el sentido de que la modalidad del registro que se ha
implementado exige como base documental para poder inscribirse la Cédula de
Identidad y Electoral, y existe un alto porcentaje de dominicanos desprovisto de la
misma.
Otro tipo de abstención registrado en el sistema electoral dominicano se puede tipificar
como de apatía o indiferencia relacionado con los diferentes niveles de elección y con
su modalidad. En efecto para muchos de los votantes este es un factor determinante.
Nos referimos al hecho de que no representa el mismo interés para la gran mayoría, la
celebración de unas elecciones en el nivel Presidencial que aquellas celebradas para
escoger los cargos electivos congresionales y municipales, por las aspiraciones
materiales que se pretenden conseguir posteriormente.
Así, por ejemplo, en las elecciones congresionales y municipales de 1998 Refiriéndonos
al último proceso recién transcurrido, es decir, las elecciones congresionales y
municipales del 2002, varias fueron las causas que incidieron en que el número de la
abstención se elevara con respecto a la cantidad que se verificó en el proceso anterior,
tomando en cuenta, además del factor del tipo de elección, los 900,000 casos de
ciudadanos cuyas cédulas de identidad y electoral contenían un número de colegio
diferente a aquél del Padrón en el que estaba, esto sumado a que los Colegios
Electorales tenían una hora de cierre que sólo le era posible votar a aquellos cuyos
colegios no estaban distantes. Aunque esta cifra constituía un porcentaje no muy alto, su
número es significante cuando vamos a considerar el factor abstención.
Ahora bien, a la luz de la incidencia del abstencionismo en el escepticismo respecto de
las “elecciones como forma más importante de la democracia representativa”, lo más
preocupante, lo constituye el motivo de desaliento popular, a causa del comportamiento
nada democrático de algunos actores políticos del sistema (partidos políticos y
gobernantes elegidos), no son todo lo coherentes deseado, como para levantar el
entusiasmo popular, para concurrir con fervor a las urnas. Así también ocurre cuando la
desconfianza cunde en la ciudadanía, al verse defraudada en relación con las promesas
que en campañas políticas se les brindan, pero que con la ascensión al poder, no ven la
cristalización de tales promesas.
Varios son los análisis dedicados a presentar causales de la abstención, muchos de los
cuales son comunes a nuestro país; vías de solución a la misma han sido planteadas con
sólidos y contundentes argumentos; de allí que no nos referiremos a los mismos en el
11
breve espacio de tiempo que se nos ha asignado; quisimos solo hacer referencia a casos
concretos de nuestro país.
Sí quisiéramos no pasar por alto la importancia que reviste en el comportamiento
electoral de la ciudadanía, el valor de credibilidad de la que deben estar revestidos los
organismos electorales; credibilidad que se desarrolla y consolida en la medida que
demuestren capacidad de planeación y organización e imparcialidad en la toma de
decisiones. Este tipo de eventos, como el que motiva nuestra presencia aquí debe servir
de estímulo y contribución a ese propósito.
De esta manera termino mi exposición, pero antes deseo expresarle mis
congratulaciones más sentidas, a este distinguido auditorio que busca con su amable
presencia, soluciones favorecedoras del éxito, en la determinación esencial de los
valores electorales, a fin de darle estructura monolítica al sufragio en nuestra región,
conforme el compromiso con que nos une el Protocolo de Tikal.
Fechas
Colegios Inscritos
Votos
Votos
Votos
Emitidos
Nulos
Válidos
Mayo-96
9,946
3,750,502 2,903,859
Junio-96
9,946
3,750,502 2,880,425
Congrecion 10,174
Abstenció
n
%
2,903,859
22.57
19,402
2,861,023
23.20
4,129,554 2,187,086
90,297
2,096,789
47.04
10,174
4,129,554 2,185,805
94,284
2,091,521
47.07
11,422
4,251,218 3,236,906
42,090
3,194,816
23.86
Observació
n
Mayo-98
al
Mayo-98
Municipal
Mayo-00
Mayo-02
No
Congesiona 11,649
4,644,791 2,227,831
2,227,831
52.04
l
Mayo-02
Municipal
publicado
en Gaceta
No
11,649
4,644,791 2,236,156
2,236,156
51.86
publicado
en Gaceta
12
Nombre de los exponentes: Carson Raggie y Gasper Jn Baptiste
Título: Informe y diagnóstico sobre abstencionismo y
participación.
El caso de Santa Lucía
Conferencia: XVII Conferencia Protocolo de Tikal
Sede: San José, Costa Rica
Fecha: 25 y 26 de septiembre del 2003
Informe Nacional
1. País: Santa Lucía
2. Cobertura del informe: agosto 2002 – agosto 2003
3. a) Prioridades actuales
ƒ
ƒ
ƒ
Emprender un ejercicio de enumeración casa por casa y la emisión de nuevas
tarjetas de identificación que incluyan las marcas de seguridad, usando el
moderno equipo para capturar imágenes.
Introducir una tarjeta de identificación ‘nacional’ por persona registrada y dar
tarjetas a personas que hayan alcanzado los dieciséis años de edad.
Mantener un registro ‘nacional’ diferente y separado del registro electoral.
b) Estado y características del proceso
Una propuesta ha sido aprobada por la Comisión Electoral y enviada al Primer Ministro
para su consideración y apoyo financiero.
c) Estado de la reforma electoral
El departamento se encuentra actualmente en el proceso de remitir a la oficina del
Attorney General enmiendas constitucionales y regulaciones electorales e inclusiones,
según sea el caso, para ubicar el esfuerzo del departamento en una administración
electoral más efectiva y eficiente.
1
d) Prioridades institucionales actuales en materia técnica o de cooperación
horizontal
ƒ
ƒ
La prioridad principal del departamento es identificar y asegurar el equipo para
capturar imágenes y otras computadoras necesarias con el fin de facilitar la
emisión de las nuevas tarjetas de identificación.
Entrenamiento técnico del personal para el uso del equipo.
e) Perspectivas y expectativas para el próximo año
El plan estratégico para el año entrante es descentralizar el servicio de registro por
medio del establecimiento de dos oficinas de registro permanentes en las zonas sur y
oeste de la isla.
4. Principales fortalezas institucionales y áreas por reforzar
Identificación de áreas
Capacitación electoral
Fortalezas
Registro de votantes
Educación cívica
Limitada al periodo electoral
Reforma electoral para Establecimiento de pautas en la
Constitución y en el Acta de
el fortalecimiento
Elecciones de Santa Lucía
institucional
Observación
internacional de
elecciones
Experiencia en la observación
electoral internacional a través
de los años
Áreas por reforzar
Enumeración casa por casa
Necesidad de programas de
software y otros materiales
impresos para fortalecer la
Unidad de Investigación dentro
del departamento
Enmiendas e inclusiones en el
Acta de Elecciones No. 8 de
1979 para permitir el ejercicio
casa por casa y la emisión de
nuevas tarjetas de identificación
-----
Coordinación con la
observación nacional
de elecciones
Igual que el anterior
Se necesita la asistencia en la
organización de la observación
de las elecciones generales en
Santa Lucía para el año 2006
Innovación o
desarrollo en
aplicaciones
tecnológicas
La Organización de Estados
Americanos (OEA) ha dado
asistencia técnica en el desarrollo
y mantenimiento del Sistema de
Aplicación del Registro Electoral
(ERAS, siglas en inglés) usando
la Aplicación Microsoft Access.
Asistencia en el desarrollo de
aplicaciones de software para
ayudar a generar reportes de
gerencia relevantes así como
otros registros vitales y
estadísticas electorales
2
Asistencia técnica
Igual que el anterior
Otras formas de
cooperación
internacional
Constante participación en las
actividades relacionadas con el
Protocolo de Tikal.
Asistencia en la obtención de
computadoras y programas de
software sobre gerencia electoral
de las agencias donantes para el
realce del sistema de registro
Entrenar por lo menos a dos
miembros del equipo en las áreas
de diseminación de información
y aplicaciones de software sobre
educción cívica y gerencia
electoral
5. Iniciativas para el mejor apoyo institucional y la mayor ventaja que puede tener
la acción del Protocolo de Tikal o de algunos de sus organismos miembros
Dada la inexistencia de una institución creada deliberadamente para encargarse del
entrenamiento electoral y de la certificación a nivel académico, en Santa Lucía
estaríamos agradecidos si el Protocolo de Tikal pudiera preparar algún tipo de
entrenamiento temporal y/o, observar cada cierto tiempo la administración del proceso
de registro y elecciones en oficinas electorales seleccionadas dentro de Tikal.
3
Diagnóstico nacional sobre abstencionismo y participación
1. COUNTRY: St. Lucia
2. COVERAGE OF REPORT: AUGUST 2002 – AUGUST 2003
Dates of last two legislative elections
a) May 23, 1997
b) December 3, 2001
3. THE VOTING SYSTEM
Under electoral system
ƒ
ƒ
Voter registration ID voluntary
Voting is voluntary
4. TABLE FOR THE ASSESSMENT OF ABSTENTIONISM AND VOTER
TURNOUT
Identification of
area/topic
Voter registration
Registered voters
New voters
Number of registered voters in the
last legislative elections
Number of new voters who
abstained in the two last
legislative
Total: 119,844
Men: N/A
Women: N/A
Non-registered voters
and voters deleted
form lists
Estimated number of eligible
voters not registered
Estimated number of voters not
registered for the last elections (of
any kind)
Number and
percentage of voters
N/A
Deleted from voter list
Deleted from list between the
penultimate and last
Legislative election
Total: 2,100
Men: N/A
Women: N/A
Total: N/A
Men
Women
Voter turnout
Votes cast in last two legislative
elections
Abstentionism
Abstentionism in last two
legislative elections
111,330 (1997)
119,844 (2001)
37,795 (1997)
56,815 (2001)
4
Number and percentage of
registered voters
Percentage of registered
voters
Valid: 73,535 (66.05%) (1997)
62,655 (52.52%) (2001)
33.95% (1997)
47.72% (2001)
Null (rejects) 1,563 (2.13%) (1997)
1,650 (2.63%) (2001)
Your organization’s
take on the situation
Differences stemming
from type of election
Regarding voter turnout
Regarding abstention
Does the voter turnout depend on
type of election?
Does voter abstention
increase, decrease or remain
the same in all type of
elections?
NO
Reason:
No comparison exist as there is
only one type of election i.e
Parliamentary
Effect or impact on the
electorate
Possible solutions and
causes
Actions taken by the
electoral body
The public’s take (electorate,
public opinion) on the turnout in
the last two legislative
Remain the same
Reason:
Same reasons expressed for
voter turnout.
The public’s take (electorate,
public opinion) on the turnout
in the last two legislative
elections
Electorate not sensitized on the
importance of voting or the
Not publicly expressed
consequences of abstentionism
Possible ways of increasing turnout Possible causes of
abstentionism /rise in
With proper Civic Education,
abstentionism
voters will be better informed and
consequently will participate in the In some cases the electorate
voting process
loses confidence in the
political parties.
Political party organizations need
to encourage voter participation by
highlighting the importance of
voting.
Actions taken by the electoral body Specific actions conceived
to increase the voter turnout
and implemented by the
Electoral Body to reduce
Civic Education:
abstentionism
Explained in great detailed a
citizen’s right to vote and the
Civic Education
implications for not expressing that
right through the print and
Some detail
electronic media.
Technical Innovations
Technical Innovations
5
Some detail
The use of videos to highlight
voting procedures and the value of
voting in a society.
Other Comments
As indicated earlier, voter turnout and abstentionism are affected purely by party
politics in terms of how the electorate interpret the issues of the day and to a less
extend, the individuals candidates presented for election, and not by any function or
dysfunction of electoral body.
6
FICHA TÉCNICA
Autor: José Joaquín Brunner. Chileno. Sociólogo. Ex Ministro
Secretario General del Gobierno de Chile.
Título: Comunicación Política en la sociedad democrática
Fuente: http://www.geocities.com/brunner_cl/konrad.html
I
La política gira hoy en torno a las comunicaciones. A tal punto esto es cierto que, en las
sociedades democráticas contemporáneas, ambas --la política y la comunicación-- son la
fuente principal de relación entre gobernantes y gobernados.
Según ha sugerido un renombrado politólogo, para toda democracia la pregunta central
es ésta: ¿cuándo encontramos un pueblo gobernante, el demos en acto o en función de
gobierno? La respuesta elemental es: en las elecciones. Todos sabemos, sin embargo,
que tal respuesta es incompleta, aunque sea de suyo evidente que sin elecciones no hay
democracia sino sólo diversas formas de autoritarismo.
Por de pronto, las elecciones son discontinuas; cada cierto tiempo registran decisiones y
permiten a las personas expresar sus preferencias respecto de candidatos, partidos y
programas. Pero, ¿cómo y dónde se forman esas decisiones? ¿Cuál es el origen de las
preferencias que ellas expresan? ¿Sobre qué telón de fondo se determina el voto que
emiten los ciudadanos?
Y, enseguida, ¿qué ocurre con las necesidades, aspiraciones y opiniones de la gente
durante los períodos entre las elecciones? ¿Cómo se relacionan, cotidianamente,
gobernantes y gobernados? ¿Cómo se evita la discrecionalidad del poder y se otorga a la
gente voz y participación en la configuración de las políticas?
La contestación a cada una de esas interrogantes es conocida: la opinión de los
gobernados es la base real de todo gobierno democrático. Las decisiones de voto, las
preferencias por políticas determinadas y el control continuo de los gobernantes por los
gobernados tienen como telón de fondo y se construyen a partir de lo que llamamos
opinión pública.
Dicho en pocas palabras, la democracia representa, idealmente, un “gobierno de
opinión”. En un régimen tal, la política se funda en las comunicaciones a través de la
intermediación de la opinión pública. Pero esta última, como veremos de inmediato, no
es independiente ni de la forma como se organiza la vida de los ciudadanos ni de la
estructura, orientación y funcionamiento de los medios de comunicación.
1
II
La opinión pública es ante todo, y sobre todo, un concepto político. En su acepción
actual, es una idea que nace con la revolución francesa y la emancipación de la
burguesía. Supone un mundo donde la razón y el conocimiento se separan de las pautas
culturales tradicionales y adquieren autonomía. Como anticipó Hegel a comienzos del
siglo pasado: “el principio del mundo moderno exige que lo que alguien debe reconocer
se le muestre como justo. Pero, además, todos quieren aconsejar y tener voz en el
asunto”.
La opinión pública es justamente el modo más o menos inorgánico pero permanente en
que se expresa lo que un pueblo quiere y opina. Ella representa a una multiplicidad de
públicos cuyos difusos estados de opinión se interrelacionan con corrientes de
información para producir efectos variables sobre la relación entre gobernantes y
gobernados.
Sólo en una democracia, y alcanzado cierto nivel de desarrollo de los medios de
comunicación, puede hablarse con propiedad de una opinión pública. En efecto, sólo
bajo esas condiciones se producen públicos informados, informaciones continuas sobre
hechos de relevancia pública, y una forma de relación entre gobernantes y gobernados
que se halla condicionada por esos movimientos de opinión.
A diferencia de lo que ocurre en cualquier otro régimen de gobierno, en la democracia
el proceso político se basa en una conversación constante, llevada a cabo en público,
con un gran número de personas con derecho a participar en la conversación. Como
proyecto, al menos, una sociedad democrática puede por eso ser definida como una
comunidad basada en la comunicación; esto es, un entramado de instituciones y
costumbres para discutir diferencias y arribar a consensos.
Si aceptamos esta premisa, entonces podemos preguntarnos cuáles son las funciones
esenciales de la comunicación en su relación con la política.
Me referiré a continuación a tres funciones que, creo, son las principales:
• crear una comunidad informada;
• representar a dicha comunidad en la esfera pública, y
• contribuir a la formación de la agenda de asuntos en torno a los cuales debe
organizarse la política.
III
La primera función de la comunicación democrática, por tanto, es la de crear una
comunidad informada.
Insinuaba hace un momento que la opinión pública nace de dos vertientes: por un lado,
de las personas con su potencial de conocer y evaluar, y, por el otro, de los flujos de
información a los que ellas están expuestas.
2
Las personas tienen diferentes deseos, necesidades, creencias y sistemas de
interpretación. En la vida cotidiana actuamos reflexivamente en un doble nivel: dotamos
de sentido la realidad que nos rodea y, además, monitoreamos ese proceso para
adaptarlo a las pautas culturales de nuestro grupo.
Los públicos --trátese de lectores de diarios, participantes en el proceso político o
televidentes-- están formados por esas personas que constituyen, cada una, un centro
potencialmente sofisticado de interpretación e iniciativa y que, además, interactúan en
torno a los estímulos de información que reciben.
En el otro extremo de la ecuación están los medios de comunicación que de manera
continua alimentan la conversación y reflexión de las personas proporcionándoles un
flujo ininterrumpido de información. En una sola jornada, el adulto de hoy recibe
centenares, incluso millones, de palabras e imágenes: está expuesto diariamente a varias
horas de radio y televisión, lee diarios y revistas, ve carteles en el metro y en las calles,
asiste al cine a veces, recibe instrucciones escritas, participa en conversaciones sobre
temas públicos y privados.
En ese contexto, los mensajes transmitidos por los medios ocupan un lugar cada vez
más extenso. Se ha estimado que una persona promedio está expuesta hoy a cinco veces
más palabras/día transmitidas por los diversos medios de comunicación que hace veinte
años; habiéndose establecido que mientras el número de palabras impresas ha
permanecido estable, el componente transmitido electrónicamente, en cambio, se
multiplica por dos cada diez años.
Para que la información política sirva efectivamente de base a una opinión pública
activa y sofisticada, se requiere sin embargo mucho más que un volumen abundante de
mensajes.
Se requiere, en primer lugar, que la información sea producida y transmitida sin
cortapisas de ninguna naturaleza; por lo tanto, sin censura previa de autoridad ni
menoscabo del derecho a informar. Como dijo Milton ya en el siglo XVII: “Dadme,
sobre todas las libertades, la libertad de saber, pronunciar discursos y disentir
libremente de acuerdo a mi conciencia”. Con todo, las barreras que se pueden erigir
para impedir o restringir la comunicación libre son múltiples e insidiosas: la razón de
Estado y sus secretos, el desprestigio sistemático de las opiniones minoritarias, una
excesiva concentración de los medios, ciertas pautas culturales que limitan el campo de
lo decible o informable, intereses corporativos que se protegen tras un muro
inescrutable, etc. Por el contrario, una opinión pública autónoma sólo puede existir allí
donde todos los poderes están sujetos a escrutinio y evaluación y pueden ser criticados
sin temor a represalias.
En segundo lugar, se requiere que exista una infraestructura de medios --de emisión,
transmisión y recepción-- que alcance a todo el territorio nacional y que no excluya a
nadie del ejercicio de su derecho a la información. En tal sentido, llamo la atención
hacia el hecho de que la pobreza es también privación de información y, por esa vía, una
forma de marginalidad en relación con los movimientos de conformación y expresión de
la opinión pública. Lo mismo puede decirse de los desbalances regionales existentes en
la generación y distribución de la información.
3
En tercer lugar, se requiere que exista una diversidad de medios y canales de
transmisión de mensajes, condición imprescindible para que la opinión pública pueda
formarse libremente, esté expuesta a fuentes alternativas de información y no caiga bajo
el cerrojo del adoctrinamiento, de la manipulación sesgada o de una limitada oferta de
parte de monopolios comunicacionales. En particular, cabe decir aquí que no puede
existir una democracia auténtica allí donde la opinión pública “no deriva de, y se apoya
en, una estructura policéntrica de los medios de comunicación y el interjuego
competitivo de éstos”, para decirlo con una frase de Sartori. De hecho, la idea de un
mercado libre como método deseable de organizar la vida intelectual de una comunidad
fue recomendado mucho antes de que fuese apoyado como un método deseable de
organizar la vida económica. Hoy día, por lo menos en el terreno conceptual, nadie
arriesgaría ya oponerse al libre intercambio de ideas e informaciones, a la competencia
entre ofertas diversificadas de mensajes, incluso al tráfico internacional de noticias,
imágenes, textos y de los conocimientos incorporados en las nuevas tecnologías.
En cuarto lugar, se requiere de la existencia de públicos dotados de capacidades cada
vez más elevadas de recepción e interpretación de la información disponible; por tanto,
con niveles educacionales que aumenten progresivamente, de forma tal de mantener un
adecuado equilibrio entre la abundancia de mensajes informacionales y su efectivo
procesamiento y uso por parte de las personas. En consecuencia, no es una mera frase
decir que de aquí en adelante la igualdad política de los ciudadanos depende
críticamente del desarrollo de las capacidades para aprender, seleccionar información y
utilizarla con provecho.
En quinto lugar, se requiere asegurar la calidad de la comunicación política, asunto que
toca directamente a los profesionales que trabajan en los diferentes medios de
información. Una información política de mala calidad --unilateral, sesgada, superficial
o puramente retórica-- crea una opinión pública mal informada y reduce la relación
entre gobernantes y gobernados a un mero juego, sin incidencia en el curso de las
políticas. Nunca antes, por lo mismo, la responsabilidad de los comunicadores ha sido
más formidable y exigente. De ellos depende, en gran medida, que pueda florecer una
opinión pública activa e influyente.
En suma, cabe a la comunicación democrática ayudar a construir una comunidad
nacional informada, para lo cual se requiere ampliar y fortalecer el derecho a informar y
el libre acceso a la información, elevar la calidad de ésta, ensanchar y mejorar la
educación de las personas y asegurar una efectiva competencia en el mercado de la
información.
IV
La segunda función de la comunicación es la de representar a la comunidad en la esfera
pública.
De hecho, la política democrática sólo puede desarrollarse allí donde está garantizado el
carácter público de los actos de gobierno y donde los públicos pueden intervenir en la
conversación sobre los asuntos que interesan a la comunidad, incidiendo por esa vía en
su tratamiento y resolución.
4
La constitución de una esfera pública distinta y separada de los intereses privados
constituyó uno de los grandes avances en el despliegue de la racionalidad democrática.
En efecto, puso fin a la práctica de tratar a la comunidad y el Estado como el asunto
privado de un grupo único de notables.
Desde el momento mismo en que existe una opinión pública, y que los temas políticos
son tratados en un foro abierto donde las decisiones de autoridad necesitan reconocerse
como justas o, por lo menos, aceptarse con arreglo a su legitimidad, desde ese mismo
instante no hay ya espacio para gobiernos puramente cortesanos, patrimonialistas o
autoritarios.
Fundamental es aquí el papel que juegan los públicos. En su acepción moderna, estos
aparecen junto con los medios masivos de información. Recién entonces las personas
pueden formar grupos relativamente amplios y compartir una opinión común, sin estar a
la vista y oído unas de otras.
Para poder expresarse en la esfera pública, los distintos segmentos de un público masivo
necesitan, sin embargo, de los mismos medios que han servido para conformarlos.
Sumidos en el ámbito privado de su vida cotidiana, las personas no logran hacerse
escuchar por los gobernantes. Para tener voz y peso específico en la arena de las
decisiones hace falta que se expresen a través de sus asociaciones, organizaciones,
partidos y, sobre todo, bajo la forma de una opinión pública libre y activa.
Por eso la comunicación democrática conlleva la idea de que los medios deben
representar adecuadamente la diversidad de intereses, símbolos culturales, preferencias
políticas y grupos sociales en la esfera pública.
Por el contrario, cuando determinadas personas o grupos no ven expresados sus
intereses en esa esfera y no tienen acceso a los medios para producir símbolos
culturales, terminan por no ser parte del Estado. La exclusión cultural y comunicativa
suele hoy día ser más insidiosa y desintegradora que otras formas de marginación
social, pues coloca a ciertos grupos en una especie de interdicción, pudiendo provocar
entre sus miembros una profunda frustración y anomia.
Dicho en otras palabras, los medios masivos de comunicación están llamados,
idealmente, a trasladar la política desde el ámbito excluyente de los gobernantes hacia el
estado llano de los gobernados, cuya expresión necesita configurarse, crecientemente,
en la esfera de la opinión pública.
Condición ineludible de lo anterior es que la comunicación represente apropiadamente
el pluralismo de la sociedad y que los flujos de información corran en todos los sentidos
y direcciones, y no sólo de arriba hacia abajo; desde el gobierno hacia la ciudadanía.
El tema del pluralismo es crucial en este punto. En las circunstancias actuales, su
expresión no puede limitarse sólo, ni siquiera principalmente, a la diversidad ideológica
y de partidos. El pluralismo político, siendo esencial, es sólo una manifestación limitada
de la diversidad y complejidad de las sociedades contemporáneas.
La comunicación democrática tiene un ámbito de representación, en cambio, que va más
allá de los grupos que compiten electoralmente por el gobierno. Debe hacerse cargo de
5
los nuevos pluralismos, orientados por la función y la diferenciación y no por el poder o
las ideologías. Los medios de comunicación no cumplirían adecuadamente su rol si no
incluyen en su labor informativa a los grupos y actores que se constituyen de mil
maneras en torno a funciones tales como la creación de riqueza, la educación, la salud,
el manejo del medio ambiente y el desarrollo regional o local; o si dejan de lado a
grupos o actores surgidos de la afirmación cultural de sus diferencias: de sexo, región,
etnia, edad, creencias y estilos de vida.
De hecho, la opinión pública tiende a estructurarse cada día más en relación con esos
ámbitos especializados de funciones y de diferenciación social. Si esto es así, el papel
de los medios de comunicación se vuelve también más complejo e intrincado, pues debe
reflejar ahora, también, la emergencia de esos nuevos grupos que constituyen la base del
pluralismo en la modernidad.
En muchos aspectos el nuevo pluralismo emergente es más flexible, rico y diverso que
su representación en la prensa escrita y la televisión. Lo cual muestra que las inercias de
los medios son poderosas, como lo son también las rutinas de la política, de las
ideologías y de los partidos. En cambio, la mejor prensa, radio y televisión de los países
desarrollados hace rato que viene cumpliendo ese rol, lo que le permite no sólo ampliar
sus públicos sino, además, cumplir una función social y cultural de mayor significación.
Todo esto me lleva al último de los tres aspectos que quería abordar.
V
Cual es la función de los medios de contribuir a la agenda de asuntos que interesan a la
política.
En una formulación que ha llegado a ser clásica, se ha señalado que “los media, al
describir y precisar la realidad externa, presentan al público una lista de todo aquello en
torno a lo que tener una opinión y discutir”. Llamamos asuntos públicos, precisamente,
a esos recortes selectivos de la realidad que ingresan en la esfera de las preocupaciones
compartidas por la gente.
El supuesto subyacente a ese enfoque --proveniente de la teoría y el análisis de las
comunicaciones masivas-- es que los públicos se vuelven conscientes o ignoran, ponen
atención o descuidan, enfatizan o pasan por alto, elementos específicos de la realidad
circundante como resultado de la acción de la prensa, la televisión y los demás medios
de información.
En su versión extrema, que suele ser adoptada por el personal político, llega incluso a
sostenerse que la gente tiende a incluir o a excluir de su propio conocimiento lo que los
medios incluyen o excluyen de su propio contenido. Y que la importancia atribuida por
el público a los diversos tópicos refleja simétricamente el énfasis atribuido por los
medios masivos a los acontecimientos, a los problemas y a las personas.
Bajo ese supuesto no debe sorprendernos que la política y sus actores principales
busquen establecer una relación casi simbiótica con los medios o bien, cuando eso no es
posible, se establezca entre ambos una competencia conflictiva por la determinación de
la agenda pública.
6
En realidad, como mostramos antes, la opinión pública no se rige únicamente, ni de
manera homogénea, por los estímulos provenientes de los medios masivos de
información. Tal visión carece de base empírica y no encuentra respaldo, tampoco, en
las teorías contemporáneas de la comunicación.
Por de pronto, los públicos están compuestos por personas que elaboran e interpretan
activamente las noticias y los mensajes transmitidos por los medios, proceso en el cual
juegan un papel determinante la ubicación de la persona en el espacio social, su
educación, sus creencias, su previa exposición a los medios, las redes de conversación
en que participa, etc.
Enseguida, los medios mismos difieren en cuanto a la naturaleza de la información que
transmiten y a sus efectos. Es sabido, por ejemplo, que la televisión ofrece una
información fragmentaria, muchas veces descontextualizada y, como señala Wolf,
“totalmente inapropiada para formar un marco cognoscitivo adecuado a las opciones
que el elector deberá llevar a cabo”.
Distinto, en cambio, es el papel de la prensa, cuyo efecto es justamente el de ordenar y
contextualizar las noticias dispersas, poniéndolas en un determinado marco de
interpretación.
Adicionalmente, los medios producen efectos de distinto nivel. Así, por ejemplo, hay
estudios que muestran que la televisión --a pesar de su capacidad baja para incidir sobre
la formación de la agenda pública-- sin embargo proporciona globalmente una
representación de la política, pudiendo exhibirla ya bien como una actividad donde sus
participantes no hacen otra cosa que hablar y disputar entre sí, o bien como una función
necesaria de la democracia y para el desarrollo del país.
Por último, resulta evidente que los medios de comunicación no pueden por sí solos
tematizar los asuntos públicos, pues operan en un territorio de significados previamente
demarcado por factores socio-culturales y político-institucionales. De hecho, para
ingresar a la agenda y alcanzar visibilidad y permanencia ante la opinión pública, los
asuntos necesitan adecuarse no sólo a los intereses comunicativos de los medios sino,
además, a criterios de relevancia interna de las personas, a criterios de relevancia
comunitaria y a las propias percepciones que los individuos y grupos tienen sobre el
estado de la opinión pública.
Lo anterior impone a los medios masivos de información la necesidad de sintonizar
finamente con las preocupaciones de la gente, sobre todo si desean influir sobre ella y
cumplir su función representativa de los diversos grupos que aspiran a incorporar sus
intereses y anhelos en la agenda política.
VI
Para concluir, permítanme agregar unas pocas reflexiones sobre la relación entre
políticos y comunicadores en las sociedades democráticas.
7
Se trata, qué duda cabe, de una relación potencialmente conflictiva. Lo anterior tiene su
origen en múltiples factores, que pueden ordenarse esquemáticamente bajo la forma de
cuatro antítesis: entre competencia y monopolio; entre libertad y control; entre mercado
y Estado y, finalmente, entre espectáculo y realidad.
La oposición entre competencia y monopolio deriva del análisis económico de la
política y las comunicaciones, campos de actividad los dos en que la concurrencia
tiende a ser de tipo oligopólica. Es decir, sólo un pequeño número de personas o grupos
compiten en cada caso, en uno por posiciones de autoridad y, en el otro, por recursos de
influencia sobre la conformación de la opinión pública.
Ambos grupos se hallan expuestos, por lo mismo, a una parecida tentación: la de
constituirse en grupos cerrados y centralizar los instrumentos de poder que están a su
alcance. De manera semejante, ambas son vulnerables a una misma línea de ataque: la
de detentar un poder excesivo que es, además, difícil de controlar.
En las sociedades democráticas de mercado, el personal político buscará por eso
contrarrestar la tendencia hacia la oligopolización de los medios sujetándolos a ciertas
restricciones de propiedad. A su vez, los medios de comunicación tenderán a denunciar
las excesivas concentraciones del poder político, en la medida que pudieran estos llegar
a amenazar la libertad de información. Dicho en otras palabras, los políticos necesitan
una estructura policéntrica y competitiva de comunicación; los comunicadores, por su
lado, una política descentralizada y pluralista a nivel del Estado y la sociedad.
Por el contrario, allí donde el autoritarismo concentra el poder político, los
comunicadores no tienen más remedio que volverse “voz oficial”. Algo similar sucede
con los políticos cuando la información es monopolizada por el Estado o por un grupo
privado: en esa situación, la política se reduce a un mero ejercicio de publicidad.
Los conceptos de libertad y control --que forman nuestra segunda antítesis-- provienen
del dominio jurídico y constitucional.
Es cierto que en las sociedades democráticas, tanto los políticos como los
comunicadores proclaman la defensa de la libertad y aborrecen de cualquiera forma de
control sobre las comunicaciones. Es éste uno de los avances más fundamentales en el
desarrollo de la conciencia moderna.
En la práctica sin embargo, como vimos antes, la libertad de información política y su
representatividad y pluralismo se hallan constantemente amenazados por la propia
estructura oligopólica de los medios y por la tendencia, connatural al poder burocrático,
de buscar el control sobre el máximo de esferas de actuación social.
En la medida que el personal político de la sociedad está imbuido de la idea que la
comunicación es la continuación de la política por otros medios, tolera con dificultad la
libertad de los medios masivos de información; igual como los comunicadores
asentados en los grandes medios, en la medida que descubren su creciente poder, están
poco dispuestos a aceptar regulaciones destinadas a garantizar el derecho de la gente a
la información.
8
La tercera antítesis, entre mercado y Estado, resume las dos anteriores en el vocabulario
de la sociología.
Es fácil observar que mientras la actividad de los políticos se orienta hacia el Estado, la
de los comunicadores se orienta por el mercado. Esta situación genera, para ambos
grupos, una ceguera selectiva. Así, mientras unos advierten como único peligro las
tendencias monopolísticas del poder político, sin percatarse que igual peligro conlleva la
concentración de los medios en el mercado, los otros exigen competencia, transparencia
y apertura en la esfera de la comunicación sin promoverla con igual entusiasmo y vigor
en la esfera de la política.
Por último, la cuarta antítesis es la que se produce entre espectáculo y realidad, para
usar esta vez la terminología de la dramaturgia.
Los políticos juegan un rol y están expuestos frente al público en un escenario que
consume su tiempo y pasiones; los comunicadores, a su turno, proporcionan el
escenario y alimentan con sus guiones el espectáculo de la política. Ambos, sin
embargo, reclaman del otro acercarse a la realidad y expresar, en sus respectivas esferas,
al "país real".
En la medida que la comunicación de masas ha penetrado toda la sociedad, hasta sus
más apartados sectores de actividad, el personal político se ve llevado a concebir la
realidad como un juego de signos, mensajes y símbolos. “Estar en escena” se transforma
para el político en una necesaria obsesión. En cambio, “no aparecer en la foto”, según
dicen por ahí, es como estar muerto políticamente.
Los medios, por su lado, terminan hechizados por la realidad imaginaria que ellos
mismos crean con su constante producción de mensajes. Llegan a concebir que sólo
existe lo que se publica o transmite y que en eso, nada más, consiste lo real.
De allí la posibilidad de que se establezca entre ambos grupos --políticos y
comunicadores-- una suerte de “pacto del espectáculo”: para mantener andando la
representación y el interés del público, la realidad se reconstruye continuamente en
términos dramáticos alimentándola cada día con pequeños conflictos, batallas de
palabras y un flujo constante de trascendidos y rumores.
Puede ser, como sostienen algunos, que en la cultura de masas contemporánea todo se
vuelve, inevitablemente, espectáculo; participación por la mirada, proyección e
identificación mistificadoras. Si así fuera, cabe a los políticos y a los comunicadores una
responsabilidad especial, pues para la gente --los públicos de ese espectáculo-- éste no
deja nunca de representar, aunque sea de una manera distorsionada, la relación
fundamental entre gobernantes y gobernados. Construir esa relación como una mera
ceremonia teatral terminaría por restar verosimilitud a la política y convertiría a los
medios de información en un elemento irreflexivo de la sociedad.
Efectivamente, el espectáculo puro es lo opuesto a la participación auténtica, pues hace
desaparecer la realidad tras sus imágenes y cambia la naturaleza de la opinión pública
de un hecho político --esencial para la democracia-- en un hecho meramente ritual y
publicitario.
9
En suma, comunicadores y políticos están colocados en la encrucijada de la sociedad
contemporánea. O construyen en conjunto, cada uno desde su propia esfera de acción,
una democracia que sea algo más que el escenario de un drama artificial o, si fracasan
en esa tarea, terminarán por transformar la vida pública en un mundo separado, alienado
de los intereses reales de la gente, de sus esperanzas y de su esfuerzo por participar
activamente en el desarrollo de la sociedad.
10
FICHA TÉCNICA
Autor: Michel Rowland. Fundación Esquel, Ecuador.
Título: “Visión contemporánea de la corrupción”
Fuente: La hora de la transparencia en América Latina.
El manual de anticorrupción en la función pública.
Buenos Aires, Argentina. Granica/Ciedla, 1998. Págs. 31-42.
Contiene:
1.1. Definición de corrupción aplicada al sector público ................................................. 3
1.2. ¿Cuáles son las causas de la corrupción? .................................................................. 4
1.2.1. Causas formales.................................................................................................. 4
1.2.2. Causas culturales ................................................................................................ 4
1.2.3. Causas materiales ............................................................................................... 5
1.3. ¿Cuál es el impacto de la corrupción? ....................................................................... 5
1.3.1. Impacto económico ............................................................................................ 5
1.3.2. Impacto político.................................................................................................. 6
1.3.3. Impacto social..................................................................................................... 6
1.4. Una tipología de la corrupción .................................................................................. 6
1.4.1. Abuso de funciones ............................................................................................ 7
1.4.2. Comisiones y obsequios ilegales ........................................................................ 7
1.4.3. Contribuciones ilegales ...................................................................................... 7
1.4.4. Evasión o fraude ................................................................................................. 7
1.4.5. Cohecho .............................................................................................................. 7
1.4.6. Nepotismo........................................................................................................... 8
1
"La corrupción es un comportamiento antiguo, hace mucho tiempo
ilegal, pero objeto de una práctica tolerada en las altas esferas y
por la opinión pública. Hemos entrado actualmente en un período
en donde este comportamiento, antes tolerado, ya no lo es más."
Pierre Truche
Procurador General, Francia
Actualmente en muchos países la corrupción es vista como un asunto que merece
urgente atención. Diversos elementos de la realidad latinoamericana y del mundo nos
muestran que el fenómeno ha adquirido dimensiones preocupantes y que a su vez se han
desarrollado múltiples acciones para luchar en contra de ella.
Las altas esferas de la política y los negocios, a lo largo y ancho del mundo, se han visto
afectadas por escándalos muy importantes. Además las recurrentes acusaciones mutuas
de corrupción entre los políticos no han cesado de aumentar, así como su conversión
dudosa en "líderes naturales" de la lucha contra el fenómeno durante las jornadas
electorales.
Nuevas leyes se han puesto en vigencia para castigar severamente las conductas
tipificadas como corruptas. Inclusive se han creado entidades dedicadas exclusivamente
a la lucha anticorrupción.
Los medios de comunicación brindan amplios espacios y un gran despliegue de las
noticias relacionadas con la corrupción administrativa. Esta práctica se ha traducido en
una enorme bibliografía sobre el tema acumulada a lo largo de los últimos años.
Reuniones, foros y conferencias de académicos, funcionarios y hombres de negocios se
han multiplicado para estudiar y combatir el fenómeno. Paralelamente, desde la
sociedad civil se han multiplicado las protestas, denuncias, reclamos. y marchas en
contra de la corrupción. La ética, sin duda alguna, ha cobrado una extraordinaria
importancia como medio para enfrentar la inexistencia de valores comunes y la
expansión de la corrupción administrativa.
Entonces, ¿qué es lo que ha pasado? ¿Por qué razón la corrupción aparece cada vez más
bajo muchas y muy variadas formas? La respuesta radicaría en dos elementos: por un
lado, la falta de transparencia y "accountability" en los sistemas de administración
pública es un hecho evidente y reconocido; y por otro lado, se ha desarrollado una
mayor sensibilidad por parte de la comunidad frente al fenómeno de la corrupción.
En muchos países, hay un amplio sentimiento de que el servicio público ha perdido su
función original, que muchos elementos dentro de él son corruptos, y que también lo
son muchas de las empresas del sector privado que comercian con el Estado. El público
ve a los funcionarios, y éstos a su vez se ven a sí mismos, como un cuerpo no
responsable ante la comunidad a quienes ellos han prometido servir.
2
Este libro trata de la transparencia y la "accountabilily" como "la antítesis de la
corrupción" en el gobierno. Trata de la integridad en la vida política y en la
administración pública, y cómo ella puede ser alcanzada, sustentada y desarrollada,
teniendo como base la experiencia práctica internacional. Constituye un primer intento
de analizar todo el sistema de integridad de un país, es decir, "las leyes y las prácticas
mediante las cuales un gobierno justo y honesto es promovido y desarrollado".
1.1. Definición de corrupción aplicada al sector público
En términos simples, la corrupción es "el abuso de poder público para obtener beneficio
particular"1. Sin embargo, las definiciones de corrupción y su impacto varían. No se
puede suponer que la corrupción siempre signifique la misma cosa o que tenga el
mismo impacto o motivación. Las declaraciones normativas sobre la corrupción
requieren un punto de vista, y un modelo sobre cómo el fenómeno opera en casos
particulares.
Para los fines de este libro "se define como corrupción al fenómeno por medio del cual
un funcionario público es impulsado a actuar de modo distinto a los estándares
normativos del sistema para favorecer intereses particulares a cambio de una
recompensa. Corrupto es, por lo tanto, el comportamiento desviado de aquel que ocupa
un papel en la estructura estatal (...). La corrupción es un modo particular de ejercer
influencia: influencia ilícita, ilegal e ilegítima. Esta se encuadra con referencia al
funcionamiento de un sistema y, en particular, a su modo de tomar decisiones."2
El libro se concentra en la corrupción administrativa, en especial en la actividad de las
personas que, en sus cargos como funcionarios públicos, legisladores o administradores,
controlan actividades o decisiones que afectan de una u otra manera a la comunidad,
aunque la corrupción también existe y, en grado importante, en el sector privado.
Hay dos categorías muy diferentes de corrupción administrativa: la primera acontece
cuando por los actos corruptos se cometen "de acuerdo con las reglas" y la segunda
cuando las operaciones se desarrollan "en contra de las reglas". En el primer caso, un
funcionario está recibiendo un beneficio de parte de un particular por llevar a cabo algo
que debe hacer, según lo dispone la ley. En el segundo caso, se cometen actos de
corrupción para obtener servicios que el funcionario tiene prohibido proporcionar. La
corrupción "de acuerdo con la ley y contra la ley" puede ocurrir a todos los niveles
gubernamentales y oscila desde la "gran corrupción" hasta las más comunes y pequeñas
formas en la escala de la misma.3
En la práctica, los ciudadanos pueden ignorar las definiciones legales de la corrupción
administrativa y la opinión pública puede juzgar al fenómeno desde una perspectiva
distinta a la jurídica. Dicho de otra manera, si la opinión pública y las definiciones
legales divergen de manera muy acentuada, es muy probable que los funcionarios
1
Senturia, JJ. Encyclopedia of Social Sciences, Vol.VI, 1993.
Pasquino. Gianfranco. "Corrupción" en Norberto Bobbio (Coord.) Diccionario de Ciencia Política. México.
Siglo XXI editores, 1988, págs. 438-440.
3
Moody-Stuart, George. The Good Business Guide to bibery, TI, 1994. Para conocer ejemplos de ambas
categorías ver los diversos números de TI Newsletter.
2
3
públicos se sometan a los códigos prácticos de la sociedad y cometan actos de
corrupción sin sentirse culpables.4
Es necesario, por lo tanto, que los funcionarios públicos y los ciudadanos de los países
latinoamericanos conozcan las causas, impactos y dimensión del fenómeno.
1.2. ¿Cuáles son las causas de la corrupción?
Se pueden señalar tres tipos de causas que posibilitan la aparición de la corrupción y
que se pueden dar en mayor o menor medida en cualquier Estado: 5
• Causas formales,
• Causas culturales y
• Causas materiales.
1.2.1. Causas formales
Las causas formales se desprenden de la delimitación técnica del término y son:
• la falta de una clara delimitación entre lo público y lo privado,
• la existencia de un ordenamiento jurídico inadecuado a la realidad nacional y
• la inoperancia práctica de las instituciones públicas.
Juntas o por separado, estas causas están presentes en buena parte de los países
latinoamericanos.
1.2.2. Causas culturales
Antes de presentar estas causas es necesario señalar que el concepto que se maneja hace
referencia a la cultura política de un país, es decir: "el conjunto de actitudes, normas y
creencias compartidas por los ciudadanos y que tienen como objeto un fenómeno
político [en este caso la corrupción]"6.
Las condiciones culturales permiten así delimitar la extensión de las prácticas corruptas,
la probabilidad de su ocurrencia y el grado de tolerancia social con que pueden contar.
Son cuatro condiciones culturales básicas:
• La existencia de una amplia tolerancia social hacia el gozo de privilegios privados
permite que prevalezca una moralidad del lucro privado sobre la moralidad cívica.
• La existencia de una cultura de la ilegalidad generalizada o reducida a grupos sociales
que saben que "la ley no cuenta para ellos" fomenta la corrupción y la tolerancia social
hacia ella.
4
Reisman, W. Michael. ¿Remedios contra la corrupción? (Cohecho, cruzadas y reformas), México. FCE.
1981, págs. 35-35.
5
Para desarrollar esta idea se recurrió a Escalante Gonzalbo, Fernando. "La corrupción política: apuntes
para un modelo teórico" en la revista Foro Internacional. Vol. XXX. N° 2, México. El Colegio de México,
octubre-diciembre de 1989. págs. 328-245.
6
Sani, Giacomo. “Sociedad Civil” en Norberto Bobbio (Coord.) Diccionario de Ciencia Política, op. cit ,
págs. 469-472.
4
• La persistencia de formas de organización y de sistemas normativos tradicionales,
enfrentados a un orden estatal moderno, suele provocar contradicciones que encuentran
salida a través de la corrupción.
• Para algunos casos latinoamericanos, podrían explicarse ciertas manifestaciones
corruptas por la escasa vigencia de la idea de nación y la ausencia de una solidaridad
amplia fundada en el bienestar común.
1.2.3. Causas materiales
Las causas materiales se refieren a situaciones concretas que dan lugar a prácticas
corruptas. Las situaciones concretas de las que se trata en este caso son las distintas
brechas existentes entre el orden jurídico y el orden social vigente.
El sociólogo mexicano Escalante Gonzalbo señala cinco brechas principales:
• La brecha existente entre las necesidades reales de control político y las condiciones
formales de ejercicio del poder. Un ejemplo de lo dicho: el conflicto permanente entre
los aparatos policíacos y los sistemas de garantías jurídicas
• La brecha existente entre la dinámica del mercado y la intervención pública. Por
ejemplo, funcionarios dedicados al cobro de impuestos exigen dinero a una
multinacional para disminuir la cantidad de impuestos que debe pagar la empresa.
• La brecha existente entre el poder social efectivo y el acceso formal a la influencia
política. Un ejemplo sería un gremio de industriales que entrega sobornos a algunos
miembros del Congreso para que aprueben una ley.
• La brecha existente entre los recursos de la administración pública y la dinámica
social. Por ejemplo, un funcionario del Ministerio de la Vivienda que recibe dinero de
una organización para orientar ciertos recursos exclusivamente hacia ella.
• La brecha existente entre la impunidad real y la responsabilidad formal de los
funcionarios públicos. Un ejemplo sería un deficiente sistema de control público que
permite que las medicinas asignadas a un hospital, se vendan fuera de éste.
1.3. ¿Cuál es el impacto de la corrupción?
La corrupción provoca que las decisiones sean tomadas de acuerdo con motivos ajenos
a los legítimos, sin tomar en cuenta las consecuencias que ellas tienen para la
comunidad.
1.3.1. Impacto económico
Dieter Frisch, ex-Director General de Desarrollo de la Comisión Europea, ha observado
que la corrupción aumenta los costos de los bienes y servicios; incrementa la deuda de
un país (y ello conlleva los futuros costos recurrentes); conduce al relajamiento de las
normas de modo que se adquieren bienes que no alcanzan las normas establecidas o
tecnología inapropiada o innecesaria; y puede resultar en la aprobación de proyectos
basados en el valor del capital involucrado en los mismos, más que en la mano de obra
(lo que es más lucrativo para el que comete la corrupción), pero puede ser menos útil
desde el punto de vista del desarrollo. Frisch señala que cuando un país aumenta su
endeudamiento para llevar a cabo provectos que no son económicamente viables, la
5
deuda adicional no sólo incluye un costo extra debido a la corrupción, sino que la
inversión se canaliza hacia proyectos improductivos e innecesarios.
1.3.2. Impacto político
El impacto político puede medirse a través de diversos elementos. La corrupción
reproduce y consolida la desigualdad social y preserva las redes de complicidad entre
las élites políticas y económicas. Respecto a la clase política consolida las clientelas
políticas y mantiene funcionando los instrumentos ilegales de control. Respecto al
aparato administrativo, perpetúa la ineficiencia de la burocracia y genera formas
parasitarias de intermediación. Todo esto conduce a la pérdida de credibilidad en el
Estado y a la erosión de la legitimidad necesaria para su funcionamiento adecuado.
1.3.3. Impacto social
La corrupción acentúa las diferencias sociales al limitar el papel del Estado como
mediador de las demandas de los distintos grupos sociales. Las clases populares o
marginales se ven sometidas a un proceso de exclusión social y político ya que la
corrupción los aleja del sistema formal y los obliga a acceder de manera informal a sus
medios de subsistencia.
Ejemplo: Las consecuencias de la corrupción generalizada:
• Se deslegitima el sistema político. La corrupción de jueces y de legisladores hizo que
los peruanos aprobaran masivamente la decisión de Fujimori de disolver e intervenir los
poderes del Estado.
• Mala asignación de fondos escasos. "El problema de la corrupción en México",
comentó un funcionario público, "es que aquí se derrocha un millón de pesos para robar
mil".
• Se distorsionan los incentivos económicos. Los mejores negocios no dependen de la
competitividad de las empresas sino de su capacidad de influir en los responsables de
tomar las decisiones sobre las contrataciones. Eso afecta la eficacia de la economía de
mercado.
• Se destruye el profesionalismo. En un sistema de corrupción generalizada el interés
por los sobornos reemplaza los criterios profesionales.
• Se segrega y desanima a los honestos.
• Se impide la planificación, pues los datos son falsos. 7
1.4. Una tipología de la corrupción
En 1995, un estudio llevado a cabo por varios capítulos nacionales de TI identificó las
áreas de gobierno más vulnerables a la corrupción, y estableció una tipología básica de
actos corruptos.
Según este estudio las áreas más afectadas por la corrupción son:
• Servicios públicos.
7
Moreno Ocampo, Luis. En defensa propia. Cómo salir de la corrupción. Buenos Aires. Editorial
Sudamericana. 1993. Pág.123.
6
• Licitaciones y adquisiciones públicas.
• Recaudación de ingresos públicos (impuestos, aduanas).
• Nombramientos de funcionarios públicos.
• Administración de gobiernos locales.
Se encontraron muchas similitudes al momento de identificar y clasificar la tipología.
Así se pudo establecer que ocurrían casos de:
1.4.1. Abuso de funciones
• Los funcionarios "venden" sus poderes discrecionales al mejor "postor".
• Los funcionarios asignan los recursos y servicios de acuerdo a las ofertas recibidas.
• Los funcionarios viajan fuera o dentro del país y reclaman viáticos injustificados.
1.4.2. Comisiones y obsequios ilegales
• Los funcionarios cobran un porcentaje sobre los contratos del gobierno para
adjudicarlos al mejor postor.
• Los funcionarios reciben atenciones especiales por parte de las personas interesadas en
ser las adjudicatarias de contratos gubernamentales.
1.4.3. Contribuciones ilegales
• Los partidos políticos utilizan la perspectiva de alcanzar v perpetuarse en el poder para
recaudar partidas importantes de empresas, a cambio de la no obstaculización de sus
actividades o la asignación de contratos gubernamentales.
• Los funcionarios exigen contribuciones para facilitar la marcha de los trámites.
1.4.4. Evasión o fraude
• Evasión total o parcial de los impuestos. Los particulares pagan a los funcionarios para
que estos alteren las declaraciones de impuestos.
• Los particulares pagan a los funcionarios de aduanas para que éstos no revisen las
exportaciones e importaciones efectuadas.
• Los funcionarios de las oficinas de impuestos practican extorsión al amenazar a los
contribuyentes con impuestos adicionales, a menos que les paguen sobornos.
1.4.5. Cohecho
• Soborno, seducción o corrupción de un juez o funcionario público.
• Los proveedores de servicios públicos exigen el pago de una cantidad determinada por
acelerar los servicios o para prevenir demoras.
• Los funcionarios públicos cobran "rentas" a sus subordinados.
• Las autoridades de tránsito encargadas de hacer cumplir la ley, imponen multas a
menos que les paguen sobornos.
7
1.4.6. Nepotismo
• Los funcionarios reparten cargos, prebendas y comisiones entre sus parientes y amigos
cercanos.
• Los funcionarios contratan ellos mismos o con sus allegados, a través de empresas
ficticias, "socios" o "asesores".
Ejemplo: Colombia y su esfuerzo por clasificar la corrupción
Esta es una tipología de las conductas corruptas en Colombia y que puede servir como
ejemplo ilustrativo para identificar y clasificar las acciones u omisiones que los
ciudadanos, como observadores y partícipes de la relación entre sociedad civil y Estado,
consideran corruptas: 8
a) Faltas contra la moralidad y la eficiencia públicas
• El abuso de autoridad, definido como la falta que cometen los servidores públicos que,
investidos de autoridad, la utilizan con propósitos distintos a aquellos para los cuales
está destinada, causando un daño en la persona o en la propiedad de otro.
• La inmoralidad administrativa, que es el comportamiento del servidor público que
denota deshonestidad en el ejercicio o con ocasión de sus funciones.
• Las irregularidades en la contratación administrativa, que son las faltas en la
formación, adjudicación, ejecución y liquidación de los contratos u otros
comportamientos que vayan en detrimento del buen cauce de los mismos.
• Las irregularidades en el manejo del presupuesto público.
• El mal manejo y uso indebido de los bienes públicos, fundamentalmente de aquellos
que han sido puestos a su disposición para que puedan llevar a cabo sus funciones.
• Las irregularidades en la prestación de servicios.
• El enriquecimiento ilícito, que es el incremento patrimonial no justificado mientras el
funcionario está en el ejercicio de su cargo.
b) Indebido ejercicio de las funciones públicas
• La extralimitación en el ejercicio de las funciones.
• La omisión o negligencia en el ejercicio de las funciones.
c) Faltas contra la dignidad y el decoro del cargo
• La intervención en política.
• El irrespeto a la moral, en la que se incurre siempre que el funcionario olvida los
principios éticos y de comportamiento que la investidura de su cargo le impone.
• La violación del régimen de inhabilidades e incompatibilidades.
d) Faltas contra la administración de justicia
Se clasifican dentro de esta tipología todas aquellas conductas que afectan el
desenvolvimiento adecuado del sistema de justicia.
• La toma de decisiones no apegadas a los principios legales.
• La alteración ilegal de decisiones judiciales.
• Extralimitación en el ejercicio de funciones.
• Omisión o negligencia en el ejercicio de funciones.
8
Procuraduría General de la Nación. Informe sobre corrupción. Bogotá. 1994, mimeografiado.
8
FICHA TÉCNICA
Autora: Jacqueline Peschard. Mexicana. Ex - Consejera Electoral del
Consejo General del Instituto Federal Electoral
Título: La cultura política democrática. Cuadernos de Divulgación de la
Cultura Democrática. Instituto Federal Electoral. México (Extracto)
Fuente: http://deceyec.ife.org.mx/la_cultura_politica_democratica.htm#I
Contiene:
V.1. LA SOCIALIZACIÓN POLÍTICA.......................................................................... 2
VI. Para Modificar la Cultura Política.............................................................................. 4
Consideraciones finales ................................................................................................ 4
1
V.1. LA SOCIALIZACIÓN POLÍTICA
La socialización política, que hace referencia al tema de cómo, qué y cuándo aprende la
población acerca de la política, es un proceso de aprendizaje e interiorización de
valores, símbolos y actitudes frente a la política, de larga duración y mucho menos
directo, formal y cognoscitivo que el aprendizaje escolar. Se trata de un proceso
eminentemente cultural en la medida en que intenta insertar al individuo en su sociedad
al hacerlo partícipe del código de valores y actitudes que en ella son dominantes.
La socialización política sirve de lazo de unión entre las orientaciones de una población
hacia los procesos políticos y las normas que el sistema reclama como las guías de su
desempeño. La socialización es la adquisición de una inclinación hacia determinado
comportamiento valorado de manera positiva por un grupo, junto con la eliminación de
disposiciones hacia una conducta valorada negativamente por dicho grupo.
Visto desde el punto de vista del sistema político, la socialización política es la garantía
de la perpetuación de la cultura y las estructuras que lo configuran, pues fomenta su
reconocimiento y aceptación por parte de los ciudadanos, lo que no es sino una manera
de reforzar su legitimidad. En otras palabras, el objetivo de la socialización es conseguir
que los individuos se identifiquen y estén conformes con la estructura normativa y
política de una sociedad.
De acuerdo con el tipo de instituciones que realizan la función socializadora, ésta adopta
dos modalidades: a) la manifiesta o directa, que se refiere a la comunicación expresa de
determinados valores y sentimientos hacia los objetos políticos y que suele estar a cargo
de estructuras secundarias tales como los grupos de interés, los partidos políticos y, de
manera privilegiada, los medios masivos de comunicación; y b) la latente o indirecta,
que se refiere a la transmisión de información no propiamente política, pero que está
cargada de un considerable potencial para afectar no solamente a las orientaciones y
actitudes, sino a las propias conductas políticas de una población. Este tipo de
socialización está en manos de estructuras primarias (familia, escuela, centro de trabajo,
círculo de amistades o grupos de iguales).
De acuerdo con el enfoque conductista en el que se desarrolló la teoría sobre la cultura
política, las creencias y las lealtades políticas básicas se aprenden en la infancia con la
familia, pues es el periodo en el que las personas son más maleables y receptivas. A la
familia se la ha reconocido como la cuna de las identidades clave de una persona, las
cuales, en fases posteriores, como la adolescencia, se van refinando, y llegan a servir de
base para la interpretación que el adulto hace de la información que va recibiendo en el
curso de su desarrollo.
Así, las orientaciones hacia la autoridad social que adquieren los niños durante su
infancia provienen de sus interacciones con los padres, es decir, de relaciones que no
tienen que ver directamente con la política, pero si con la autoridad y que, por ello,
dejan una huella sobre las relaciones que en el futuro sean específicamente políticas.
2
En este sentido, la socialización llamada primaria, temprana o latente, se hace a través
de los patrones que guían las relaciones familiares. Así, por ejemplo, la socialización de
los niños mexicanos se lleva a cabo por la vía de pautas autoritarias como las que privan
en las familias del país, 5 por lo que difícilmente puede pensarse que en el seno familiar
se esté forjando un pensamiento democrático. Desde luego que esto no quiere decir que
las herencias familiares no puedan ser modificadas por influencias sociales posteriores o
por la acción de las instituciones que influyan en el individuo en el curso posterior de su
desarrollo.
Un factor que ha probado ser un agente de socialización específicamente democrático
ha sido la educación. Los análisis empíricos han mostrado reiteradamente que existe una
relación positiva entre niveles altos de educación y pertenencia a asociaciones civiles,
confianza en el mundo que nos rodea, mayor involucramiento con el sistema político y
grados elevados de participación.
Las fuentes de socialización que son relevantes son las que surgen de dos tipos de
relaciones: 1) la relación entre los roles que una persona juega en la sociedad y en la
política; y 2) la relación entre las experiencias que se tienen con la autoridad en la
sociedad y en la política.
El tipo de régimen político en el que se lleva a cabo la socialización política también
imprime en ésta rasgos característicos. Por ello, en sistemas donde la sociedad civil
tiene un margen menor de autonomía frente al Estado, éste suele jugar un papel central
como agente socializador, dando por resultado que la socialización sea más uniforme y
con menos resquicios para el desarrollo de subculturas, lo cual es un indicador de los
niveles de libertad existentes. Así, por ejemplo, en los sistemas comunistas los Estados
tenían por cometido forjar al "hombre nuevo", por lo que todos sus esfuerzos los
dirigían a transmitir los ideales, valores y símbolos de dicho arquetipo a través de sus
redes educativas y culturales, es decir, se respondía a una socialización planeada.
Sin embargo, con la caída del llamado socialismo real se ha visto que junto a los valores
socialistas sobrevivieron en forma latente tradiciones como el regionalismo o el
nacionalismo, que afloraron una vez que se derrumbó la estructura de control
centralizada que caracterizara a dichos regímenes.
El hecho de que la socialización temprana imprima huellas definitivas sobre las
percepciones de los individuos no implica que los códigos valorativos, los esquemas
perceptivos y las actitudes no puedan sufrir modificaciones a raíz de experiencias
posteriores más directamente vinculadas con la arena política.
Aunque son los estudiosos que se inscriben dentro de una tradición marxista quienes
otorgan prioridad a las experiencias adultas frente a las infantiles en la conformación de
la cultura política, hay autores que comulgan con el enfoque culturalista y sostienen que
los patrones de autoridad que se construyen en relación con el campo específico de la
política son los que tienen mayor peso sobre las actitudes políticas de una población.
Los factores que más influyen en los cambios de los valores, símbolos y orientaciones
de una población son:
a) la amplitud con la que se difundan las nuevas ideas;
b) el grado de exposición del individuo a dichas ideas;
3
c) el prestigio de las ideas en cuestión, que depende de los logros que se les atribuyan, y
d) el peso social específico que tenga el propulsor de las ideas, es decir, el agente
socializador, ya que son tan importantes los valores o ideales que se enseñan como
quién los enseña.
Así, por ejemplo, los triunfos que alcanzaron los sistemas de un solo partido durante los
años treinta en Europa aumentaron el prestigio de los regímenes fascistas, mientras que
la intervención norteamericana en Vietnam en la década de los sesenta dañó el prestigio
de la democracia. De la misma manera, el derrumbe del socialismo real a finales de los
años ochenta le dio inmediatamente un buen respaldo al sistema capitalista y a la
democracia liberal.
Para fomentar la cultura cívica es importante preparar a los individuos para su eventual
intervención en el sistema político y crear el entorno político apropiado para que el
ciudadano actúe y participe en los canales institucionales. Para lograr tal propósito es
necesario que haya congruencia entre los valores e ideas que se transmiten y las
estructuras en las que aquéllos se expresan.
Es en este esquema de relaciones de mutua influencia que debe pensarse el problema de
cómo fomentar el cambio de una cultura con elementos tradicionales dominantes hacia
una de carácter democrático.
VI. PARA MODIFICAR LA CULTURA POLÍTICA
Consideraciones finales
La firmeza y profundidad que caracteriza al imaginario colectivo, la imbricación que
existe entre cultura y estructura políticas y la interrelación que guarda la esfera política
con otros planos como el económico y el de la organización social propiamente dicha,
hacen complicada la tarea de intentar plantear propuestas para impulsar orientaciones y
actitudes democráticas en una población, es decir, para construir un tejido cultural que
dé sostén firme a instituciones democráticas.
Si consideramos sociedades que se encuentren todavía transitando por un proceso de
modernización, en las cuales las necesidades básicas o materiales siguen ocupando el
centro de las preocupaciones de sus habitantes, en donde la secularización es
insuficiente porque continúan existiendo esquemas de autoridad política, fincados en las
razones personales y concepciones patrimonialistas del poder más que en la aplicación
de las normas establecidas, y en donde las estructuras políticas definidas formalmente
como democráticas están lejos de cumplir con los principios de pesos y contrapesos, de
pluralidad y competencia, es difícil pensar en una labor de transmisión de valores y
actitudes democráticas con posibilidades reales de caer en terreno fértil.
Por otra parte, uno de los rasgos más destacados de esta época de fin de siglo es el
cambio vertiginoso que están experimentando las diferentes sociedades, no sólo en su
dimensión interna, sino también en el escenario internacional. Un entorno cambiante
como éste trae como resultado cambios culturales que, es cierto, no necesariamente
4
tienen un sentido progresista, puesto que pueden significar el retorno a percepciones
dogmáticas o fundamentalistas, pero que pueden aprovecharse expresamente para
impulsar una cultura más abierta y plural, en una palabra, moderna.
En circunstancias como las descritas, tal parece que lo más pertinente es pensar en una
tarea combinada en la que se vaya transitando hacia la construcción de estructuras que
en la práctica se desempeñen efectivamente como democráticas que se ciñan al derecho,
que fomenten el control de la representación ciudadana sobre los actos
gubernamentales, que alienten la lucha política institucionalizada como fórmula para
dirimir las diferencias y canalizar aspiraciones de poder, a la par que se vayan
inculcando a través de las instituciones socializadoras (familia, escuela, medios de
comunicación) las bondades de la cultura cívica (la confianza interpersonal, el
reconocimiento del derecho del otro a pensar y vivir de forma diferente, las virtudes de
la participación, etcétera).
Esta tarea tiene, en países en los que tradicionalmente el Estado ha jugado un papel
tutelar fundamental, que echar mano de la reserva institucional con la que se cuenta para
que el proceso avance, es decir, debe pensarse como una misión en la que la voluntad
política de la élite gobernante sea explícita y en la que tengan una intervención
destacada las instituciones y los recursos estatales.
Sin embargo, la promoción de una cultura democrática ya no puede pensarse como una
labor que competa exclusivamente al Estado, sino que tiene que ser una empresa en la
que participen instituciones sociales y políticas. Mientras mayor influencia tengan éstas
sobre la sociedad por su prestigio o penetración, mayor será el impacto que causen.
Deberían contribuir a dicha misión, por tanto, las instituciones educativas públicas y
privadas, y los medios de comunicación masiva de manera privilegiada, pero también
los intelectuales y los partidos políticos, así como otras instituciones sociales con gran
presencia, como las iglesias y los nacientes organismos no gubernamentales. Es decir,
se trata de una tarea de conjunto que debe partir de la convicción profunda de los
beneficios que conlleva el desarrollo de una cultura política democrática.
La cultura política democrática cuenta ya con una valoración positiva prácticamente
universal, no solamente porque en el umbral del siglo XXI la democracia como sistema
de gobierno ha sido reivindicada por el fracaso de otros paradigmas, sino porque es un
código valorativo que se acomoda mejor a las sociedades heterogéneas, no únicamente
en términos raciales, étnicos o religiosos, sino de intereses, convicciones y hasta de
preferencias individuales, como lo son hoy la gran mayoría de las sociedades.
La persistencia de culturas autoritarias, cerradas y excluyentes en sociedades marcadas,
por ejemplo, por la diversidad étnica o religiosa, ha demostrado ser un factor proclive a
la confrontación violenta y hasta al estallido de guerras cruentas que parecen negar toda
posibilidad de convivencia pacífica.
Ahí donde la diversidad social no se ha polarizado al punto del enfrentamiento, las
culturas autoritarias alimentan conductas políticas de retraimiento o de apatía entre la
población que no son sino manifestación de una contención, la cual en el momento en
que encuentra un resquicio para expresarse lo hace, y generalmente en forma explosiva,
más allá de los canales institucionales existentes.
5
Una cultura política democrática es el ideal para las sociedades en proceso de cambio,
sobre todo si dicho cambio se quiere en sentido democrático, en la medida que
constituye el mejor respaldo para el desarrollo de instituciones y prácticas democráticas.
Es una barrera de contención frente a las actitudes y comportamientos
anticonstitucionales que violenten la vigencia de un Estado de derecho. Al mismo
tiempo, es un muro en contra de eventuales inclinaciones a la prepotencia o a la
arbitrariedad del poder, ya que se resiste a reconocer autoridades Políticas que no actúen
con responsabilidad, es decir, que no estén expuestas al escrutinio permanente de las
instancias encargadas de hacerlo.
Por otra parte, si convenimos que los valores culturales no solamente dan apoyo y
consistencia a las instituciones de una sociedad, sino que pueden jugar un papel
significativo en el desarrollo económico y político de la misma, comprenderemos que
promover expresamente una cultura política democrática ayuda a la construcción de
instituciones y organizaciones democráticas.
La construcción de una sociedad democrática requiere, entonces, de una estrategia de
varias pistas, ya que hay que promover declaradamente las bondades de los valores
democráticos, a la vez que impulsar la construcción de instituciones que funcionen a
partir de los principios de legalidad, pluralidad, competencia, responsabilidad política,
es decir, a partir de principios democráticos.
5 Véase Rafael Segovia, La politización del niño mexicano, El Colegio de México,
México, 1975
6
FICHA TÉCNICA
Autor: Marcos Roitman Rosenmann. Chileno. Sociólogo
Título: El fraude electoral de las democracias formales
Fuente: Periódico La Jornada
Casi siempre se ha mantenido que la democracia es un régimen político pluripartidista,
competitivo y con alternancia en el poder. El principio cuantitativo de la mayoría y la
minoría debe respetarse. Puede ser un sistema bipartidista donde cada cuatro o seis años los
ciudadanos que acuden a votar decidan mantener el partido en el poder o por el contrario
quitarle la confianza y cambiar de opción política. (Voto útil, por ejemplo). Las
democracias occidentales tienden a este sistema y dan por sentado que es el mejor principio
de todos los posibles.
La existencia de pequeños partidos marginales o bisagras pueden coadyuvar a dar una
fisonomía más variopinta en alguna que otra legislatura. Gobernar con los verdes, por
ejemplo, con los comunistas o radicales, en fin, imprime un sello distintivo a cada mandato.
Obsérvese Bánzer (el dictador) y Paz Zamora (el aliado socialdemócrata) en Bolivia.
Donde existan partidos regionalistas y las leyes primen uno u otro procedimiento para ser
electo, el parlamento tendrá un espectro más o menos amplio. La representación en
cualquier caso, se argumentará, esta garantizada por principio proporcional de votos y por
la implantación real de cada organización política en la vida política del país.
Votar se convierte en un ritual que es necesario practicar para dar legitimidad a este
procedimiento electoral. No resulta extraño que la mayoría de las campañas institucionales
para que los ciudadanos ejerzan su derecho al voto ocupen grandes espacios en los medios
de comunicación social. De lo contrario, ¿qué legitimidad puede tener un partido político
ganador de elecciones con porcentajes de abstencionismo del 40%?
Sin ir muy lejos tenemos dos casos recientes donde los actuales presidentes gobiernan con
un voto real de la población de menos del 25 % del total de electores. En Estados Unidos
durante la última campaña presidencial se abstuvieron más de cien millones de ciudadanos
y se dio como ganador a un candidato cuya legitimidad en votos es cuestionada y los visos
de fraude son plausibles. Bush gobierna a pesar de que una gran mayoría de votantes
decidieron abstenerse y no ejercer su derecho ciudadano. Estamos hablando de 100
millones de personas. Unos cuantos censos electorales completos de la mayoría de los
países latinoamericanos y de parte de Europa occidental. En términos relativos el ganador
fue la abstención. Otro tanto ocurrió en Gran Bretaña donde más del 40% del electorado
decide no manifestarse por ninguna de las opciones existentes. Tony Blair llega al gobierno
con menos de un 25% real de votos totales posibles de ser emitidos. Pero pocos llaman la
1
atención a este proceso creciente de abstencionismo como un límite a la definición de
democracia.
El abstencionismo, para los aduladores de la democracia como un procedimiento electoral,
se analiza como un dato irrelevante. Sólo se valora si las elecciones fueron limpias y
trensparentes. Si todos los que quisieron votar así lo hicieron. Un discurso circular y desde
luego vacío de contenido político. La abstención es un hecho político relevante si se quiere
juzgar el grado de legitimidad y participación ciudadana en el proceso de toma de
decisiones. Es significativa y debe ser explicada. Sin embargo, es más fácil esconder la
cabeza como el avestruz y convertirla en un dato estadístico. Estas democracias están
enfermas y es posible que mueran de abstención.
Otro ejemplo del abstencionismo son los procesos electorales al parlamento europeo. Aquí
las cifras de abstención rondan el 70% en la mayoría de los países. Por consiguiente se
procura hacerlas coincidir con comicios electorales internos. Pero aún así las cifras son de
escándalo.
Es necesario recuperar y considerar como realidad política el abstencionismo en sociedades
dizque democráticas. No es posible avalar procesos y decisiones donde más del 70% de la
población de un país decide voluntariamente enajenar su conciencia política. Tal vez no
toda la abstención pueda ser considerada como un acto de protesta, ¿pero cuánto de ella hay
en esos porcentajes tan elevados? En definitiva, cómo llamar democracias a sistemas
políticos donde la mayoría es ajena y marginal a la acción política de sus gobiernos.
La verdad es que vivimos un mundo de minorías consistentes que se apropian del discurso
público y democrático y se comportan como auténticas oligarquías. El vinculo entre
electores y elegidos es una mera farsa. Existen más puntos en común entre diputados de
diferentes coaliciones o partidos que entre el diputado y su organización política o sus
electores. ¿Democracias sin demócratas? ¿Ciudadanos sin ciudadanía?
Cualquier otra definición de democracia, mandar obedeciendo, por ejemplo, se considera
una alteración del principio de reglas y procedimientos iguales para todos. Pero como bien
dice el dicho: "Al amigo todo, al enemigo nada y al indiferente se le aplica la legislación
vigente".
Aplicar la norma y ceñirse a los procedimientos electorales es la mejor manera de
estrangular la democracia. Sin embargo, para sus defensores las elecciones son el punto de
inflexión entre una dictadura y una democracia. Entre más elecciones mejor. Hay que votar
y hacerlo continuamente, en ello estriba la posibilidad de reproducir el orden social. Los
contenidos sociales, étnicos, económicos, culturales de una opción política quedan fuera de
la democracia. Como ritual es una práctica repetitiva. Así, ser demócrata termina siendo
como formar parte de una gran familia que se reúne para las bodas, los entierros, las
comuniones, los cumpleaños y ahora los comicios electorales.
2
FICHA TÉCNICA
Autor: Rodrigo Carazo Odio. Costarricense. Ex Presidente de la República.
Título: Seminario "Nuevos perfiles y mecanismos de participación
de la sociedad civil en América Latina y el Caribe"
Fuente: Boletín Electoral Latinoamericano XIII. IIDH/CAPEL.
San José, Costa Rica. 1995
La promoción humana y la participación popular contribuyen eficientemente a la creación
de seres humanos integralmente formados y a la organización de una comunidad con
capacidad para emprender la solución de sus problemas.
Los problemas económicos y sociales, así como los de cualquier índole, jamás podrán ser
resueltos por el Estado sin contar con la participación activa de las personas. Un sistema
político paternalista contribuye a fortalecer los sentimientos de dependencia y de vagancia,
en tal forma, que las personas y la comunidad se acostumbran a esperar las soluciones
promovidas por los jerarcas, los miembros de la comunidad se desentienden de los alcances
de los problemas que les afectan y piensan que alguien vendrá a resolver sus dificultades.
Al aumento de dependencia le corresponde una creciente pérdida de libertad y un pueblo
agobiado por el paternalismo deja de ser independiente: las personas cuando adquieren
patrón, las naciones cuando se someten a un amo.
Nuestra época es una en la cual el poder del dinero ha llegado a condicionar a la gente en
forma determinante. Por esto es que resulta importantísimo que las comunidades y los
individuos sepan diferenciar el valor de las cosas, cuáles son las que pueden estar sujetas a
los valores de mercado y las que no pueden cederse por razón alguna, puesto que su entrega
nos compromete de manera inconveniente y para siempre.
Es importante que tengamos muy presente que al elegir a un dirigente, escogemos a un
líder, no a una persona en la cual delegamos todo lo que nos concierne. Al elegir señalamos
quien nos guíe, pero a la vez, debemos estar convencidos de que quien es elegido no hará
nada si no cuenta con la presencia y participación de quienes le eligieron.
La democracia, que es gobierno para el pueblo, no puede funcionar debidamente si no es
gobierno con el pueblo. Mas no me refiero a un pueblo pasivo e incoloro, sino a uno
participativo y organizado. A una sociedad civil capaz de mostrar su personalidad a la vez
que su contenido.
La participación no debe limitarse al interés por opinar. Ella reclama la responsabilidad de
actuar de manera comprometida.
1
Solamente un pueblo consciente y verdaderamente comprometido será capaz de actuar con
dignidad, sin entregar su destino a protagonistas foráneos o ajenos a las verdaderas
necesidades y a la clara esencia de la comunidad.
Es conveniente tener presente, muy presente, que cuando la sociedad civil carece de
iniciativa propia, siempre le será muy fácil acoger lo que le viene de fuera. Se acepta como
amo a quien le vende ideas y soluciones que no reclamen esfuerzo propio. La democracia
desaparece por completo cuando la comunidad está sometida a iniciativas de origen
externo, inspiradas en otras latitudes. Debemos siempre aceptar oír la opinión ajena, sin
embargo, si ella se impone sobre lo nuestro, habremos acabado con el deseo de promover
una sociedad civil con criterio propio, dignidad intrínseca y cultura de vida democrática. Lo
que lograremos será enajenar lo que éramos y pasar a ocupar un lugar más entre las
sociedades vendidas.
En los tiempos de globalización que nos ha tocado vivir, resulta indispensable el saber
conservar lo propio para no verse sometido a la condición de segundones, tratando de
imitar -por lo general siempre mal- lo ajeno. Cada pueblo con sus peculiaridades y
características, valiendo por lo que es y no por lo que imita; todos los pueblos respetándose
recíprocamente, poniendo en práctica lo que Mahatma Gandhi recomendó seguir como
norma para guardar el respeto entre naciones y en consecuencia, lograr la paz: "Unidad con
diversidad"...
Nadie puede ignorar que la civilización contemporánea tiene como uno de sus más sólidos
pilares a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de acuerdo con la cual, en su
artículo 21, nos da a todos los seres humanos el derecho a elegir y ser elegidos.
La Declaración Universal señala que la "voluntad del pueblo es la base de la autoridad del
poder público"... además de que nos dice que esta voluntad se expresará mediante
elecciones auténticas que habrán de celebrarse periódicamente". Todo proceso de sufragio
universal parte del principio de que todos los votos son iguales y secretos.
Pero la Declaración Universal no puede, por sí sola garantizar que las consultas electorales
-todas- sean puras, transparentes, y que reflejen con exactitud la voluntad de los
ciudadanos.
Cada pueblo busca su propia forma de vida y todos los individuos son integrantes de la
sociedad civil. Es a ella a la que le corresponde dar la inspiración que conduzca al sistema
electoral que se aplica a su nación, y por lo tanto, todos los ciudadanos están obligados a
participar en su inspiración.
Cada nación elabora su propio sistema electoral, y éste será limpio y honesto, según lo
garantice la voluntad y la participación de la sociedad civil organizada.
Solamente partiendo de la garantía de que el cuerpo superior electoral sea nombrado con
deseos de que trabaje con limpieza, de que éste cuente con legislación y práctica electoral
2
que abra la posibilidad a una elección pura transparente. Solamente, partiendo de esta base,
se puede lograr que un proceso electoral sea puro, libre y transparente.
Debo decir, sin embargo, que la buena intención de nombrar un cuerpo superior electoral
honesto e imparcial, y la aprobación de legislación electoral eficiente, no producirán de por
sí, elecciones puras. Ningún sistema electoral será capaz de producir una elección
transparente, salvo que a la vez éste se practique con amplia participación ciudadana.
Asimismo, no podrá haber elección totalmente transparente si la participación referida no
es equilibrada, organizada y ética.
Debo llamar la atención sobre una circunstancia fundamental: la pérdida de credibilidad de
los partidos políticos. Una organización partidista, por principio, debe llevar como bandera
el mensaje de los dirigentes respaldado por la voluntad de la base. No hay verdadero
partido cuando existe solamente el grupo dirigente, ni hay partido real si no se toma en
consideración a la comunidad, al pueblo. Los políticos profesionales acaban adueñándose
de los partidos por dos caminos, la acción propia y la omisión de la base.
Un dirigente partidista no puede estar solo, debemos acompañarlo, alentarlo y corregirlo.
Este es un fenómeno político y social que debe partir desde el inicio de la acción política. Si
el dirigente se queda solo -por ausencia de la participación popular- se adueña del partido.
La omisión de la base lo permitió.
Es por lo anterior que nuestra participación cívica no puede ser pasiva ni cómplice,
debemos estar siempre en la lucha mediante la participación popular, y para ello es básico
que logremos organizamos en lo local y más allá. No olvidemos que si estamos ausentes en
la acción política, los candidatos a la presidencia de la República y a los cargos de
representación popular, serán escogidos por alguien, por otros.
Quien está ausente en la elaboración de listas de candidatos, se limitará a escoger entre
aquellos que fueron impuestos por otros y si el pueblo está ausente en la organización de
los partidos, las listas de candidatos serán las que impongan una minoría. No limitemos
nuestra participación a que la elección sea pura, libre y honesta. Hagamos que ella sea
también genuina, a través de la elección de verdaderos representantes de la comunidad.
Para que la participación de la sociedad civil sea equilibrada, es esencial que represente la
objetividad como propósito fundamental, a la vez que brinda acceso a que todos los grupos
competidores en la elección tengan la oportunidad de garantizar el resultado, mediante la
participación, la observación y la acción previa al proceso electoral.
Ningún ciudadano puede garantizar el limpio resultado electoral por sí mismo. Es necesario
una organización práctica y efectiva de la sociedad civil. Al hablar de organización,
estamos refiriéndonos a una que sea integral, con alcance nacional y con movimiento
efectivo. Integral de manera que llegue a todos los pasos del proceso electoral, desde las
fuentes que proporcionan la información para integrar las listas de votantes, la movilidad
efectiva en las modificaciones de estas listas, la organización del proceso de recolección de
votos, su escrutinio y movilización de datos.
3
Un proceso electoral que permita a los participantes acceso de fiscalización en todas su
etapas, sin que ello traiga interferencias negativas.
No puede haber fiscalización sin participación individual y sin organización colectiva. Para
que haya fiscalización y con ello se garanticen elecciones puras, libres y transparentes, la
sociedad civil debe tener la motivación que le lleve a organizarse y los medios que le
permitan hacer efectiva tal organización.
Nadie que desaproveche la oportunidad de organizarse, de participar, de ser protagonista...
ninguna organización de la sociedad civil que sea pasiva antes del proceso electoral y
ningún medio de comunicación que ignore la urgente necesidad de la organización de la
sociedad civil, tendrá autoridad moral para quejarse de los resultados dudosos o negativos
que surjan del proceso electoral.
Uno de los más importantes propósitos de este esfuerzo que nos reúne aquí, es el enunciado
siguiente, planteado por CAPEL (Instituto Interamericano de Derechos Humanos), que
afirma lo siguiente: Lograr...
una participación ciudadana más práctica y prepositiva en el proceso
electoral, tanto en la movilización para el ejercicio del voto como en
la observación, la fiscalización y colaboración para el correcto
desarrollo del proceso.
No se crea que un proceso electoral es fórmula suficiente para garantizar la consolidación
democrática, ni para lograr la vigencia de una cultura política fundamentada en el respeto
recíproco entre las personas y el respeto a las instituciones nacionales. No. Sin embargo,
nada es posible sin ese punto de partida mediante el cual cada integrante de la sociedad
civil -quiero decir cada ciudadano no está seguro de que cuenta como persona y de que el
país donde habita merece el respeto internacional. La única forma de garantizarnos esto es
la que se inicia con una vigente y pura formalidad electoral, libre de pecado original, que dé
la seguridad de que la institucionalidad de la República descansa en su proceso electoral
puro, libre y transparente.
Después debe venir la vigencia de la democracia real, imposible sin una sociedad civil
organizada.
Después podemos tener la efectiva orientación que recibirá el gobierno desde la comunidad
organizada, las entidades de economía solidaria sanas y activas, las empresas privadas
tradicionales, sindicatos, iglesias, grupos estudiantiles, y los sectores juveniles, de adultos,
de mujeres y de hombres, de todos, organizados como a ellos les parezca.
La participación popular se ejerce, de manera práctica y directa, por medio de organismos
locales, comunales, regionales y nacionales, los que constituyen marco adecuado y brazo
ejecutor de la verdadera voluntad popular traducida en gobierno del pueblo, por el pueblo y
para el pueblo.
4
Ante los criterios obtusos que señalan que la participación popular convierte la ignorancia
en gobierno, debemos contestar -sintiéndonos seguros- de que hay un talento natural y un
patrimonio educativo en el pueblo, que será siempre guía y vehículo positivo para conducir
la toma de decisiones.
Al elegir escogemos líder, pero sin renunciar al protagonismo de cada uno de nosotros, sin
posponer nuestros derechos ni el ejercicio de las responsabilidades propias. Es
responsabilidad del líder orientar y educar, puesto que el dirigente debe ser maestro, pero a
todos nos corresponde la responsabilidad de pensar, decidir y actuar.
La participación popular ha de ser permanente y activa, viva y social, de manera que cada
nación tenga su futuro ligado a la verdadera voluntad popular.
El ser humano, como miembro del cuerpo social y como ser naturalmente orientado hacia
la comunicación, aparte de poseer una intimidad inalienable, es partícipe de la vida en
comunidad en la que desarrolla su personalidad. Una democracia auténtica, que merezca
llamarse tal, debe trascender la mera representatividad electoral, para dar paso a la
participación comunitaria. La democracia participativa plantea una estructura social en la
que la persona-miembro actúe con plena conciencia de su responsabilidad como ser social.
Dentro de esta estructura, la justicia social es pilar esencial. Su contenido auténtico es un
espíritu de solidaridad humana que, en concreto, se revela en una superación del
individualismo en función de la realización del bien común. Es por ello que la vigencia de
la justicia social depende precisamente del conjunto de acciones promotoras de éste y no
puede definirse en abstracto.
He señalado a lo largo de muchos años que es importante que se deje bien clara la idea de
que un gobierno es democrático en el tanto en que pueda llevar los beneficios de la salud,
de la vivienda, de las comunicaciones, de la nutrición, de la cultura y de los demás factores
condicionantes del bien común, a todos los integrantes de la comunidad.
Cuando fundamos el Instituto Interamericano de Derechos Humanos, teníamos muy
presente que como lo dice el preámbulo de la Declaración Universal de Derechos
Humanos:
... la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el
reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales é
inalienables de todos los miembros de la familia humana.
Tuvimos también muy presente que la Asamblea General de Naciones Unidas señaló, en
una misma Declaración, que el ideal común que ella contiene obliga a que...
todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los
individuos como las instituciones inspirándose constantemente en
ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a
estos derechos.
En lo relativo a los derechos del hombre a la cultura, no olvido nunca lo que se estableció
con claridad en la "Declaración de México" de 1945, en la que se reconoce que: "Entre los
5
derechos del hombre, figura en primer término, la igualdad de oportunidades para disfrutar
de todos los bienes espirituales y materiales que ofrece nuestra civilización, mediante el
ejercicio lícito de su actividad, su industria y su ingenio".
Se nos dice con claridad que tenemos derecho a oportunidades, y se nos da a entender de
manera contundente que el disfrute de los bienes espirituales y materiales que ofrece
nuestra civilización, depende del esfuerzo que haga cada uno de nosotros. Pueblos hay en la
tierra que quisieran contar con la oportunidad que hoy ustedes tienen: desarrollar los
instrumentos del conocimiento que les permita participar en la promoción de un mejor
destino para la Patria, fundamentando éste en la voluntad popular y la democracia.
Quien pierde las oportunidades es culpable por voluntad propia y por ello, responsable sin
derecho a excusa.
Los ciudadanos de esta querida República Dominicana, tienen el futuro en sus manos, ese
futuro será lo que ustedes decidan. Sólo con estímulo y amor se puede pretender dar un
consejo. Como el mío lleva ambos, les ruego lo reciban con afecto: si ustedes son los
dueños del futuro de su Patria no pierdan esta oportunidad, ni su tiempo, aduéñense de ese
futuro...
6
FICHA TÉCNICA
Autor: José Thompson. Costarricense. Abogado y Director del
Centro de Asesoría y Promoción Electoral (CAPEL),
Instituto Interamericano de Derechos Humanos
Título: El abstencionismo electoral: algunos dilemas derivados de su
existencia para el derecho y la administración electoral
Fuente: Centro de Asesoría y Promoción Electoral
Contiene
Introducción.................................................................................................................... 2
La extensión del abstencionismo ........................................................................................ 2
CUADRO 1 .................................................................................................................... 4
Porcentajes de abstencionismo en países elegidos en América...................................... 4
El tema de la definición y el concepto de abstencionismo ................................................. 5
La naturaleza del voto como medida del abstencionismo.................................................. 8
Las implicaciones asignadas al abstencionismo.............................................................. 10
Las respuestas al abstencionismo .................................................................................... 12
Conclusión general ....................................................................................................... 15
BIBLIOGRAFIA .......................................................................................................... 17
:
1
Nota inicial. Esta ponencia fue escrita durante la estadía del autor en
un programa de intercambio académico en la Facultad de Derecho de
la Universidad de Columbia, Nueva York, Estados Unidos y se
nutrió del tiempo y recursos facilitados por este intercambio. A la
Facultad de Derecho de la Universidad de Columbia y, en particular,
al Profesor Alejandro Garro, una nota especial de gratitud y
reconocimiento por su generoso apoyo a esta contribución al debate
de uno de los temas electorales de nuestro tiempo.
Introducción
En el repaso de los análisis de los procesos electorales de las Américas, especialmente en la
actual coyuntura de extensión casi plena de la democracia representativa en el Continente,
es reiterada la mención al abstencionismo, con la asignación de una valoración más o
menos negativa pero con poco análisis desagregado de su composición. En el presente
documento, abordamos la cuestión del concepto, la naturaleza y los elementos discernibles
en este fenómeno, trayendo elementos de diversas posiciones doctrinales para tener una
visión más completa de su homogeneidad o heterogeneidad y de sus implicaciones para la
salud del régimen democrático. A esa luz, se busca dejar planteadas algunas reflexiones
acerca de las posibles respuestas para el estímulo de la participación por medio del
sufragio, en particular, con la consideración de la posible incorporación de los organismos
electorales, según su misma naturaleza.
La extensión del abstencionismo
La cuestión de la participación efectiva de la ciudadanía en las elecciones, en particular, por
medio del sufragio, es indudablemente uno de los temas más recurridos en el análisis de los
procesos electorales en América Latina y en otras latitudes. No es menor ni minoritaria la
opinión que expresa preocupación por los niveles de abstencionismo que se dan en los
distintos procesos electorales y que deriva de la extensión del fenómeno serias
consecuencias para la vigencia, salud y solidez del régimen democrático.
Desde los albores de la democracia representativa1, la no participación en la toma de
decisiones colectivas en la forma de elecciones ha existido de la misma manera que ha
generado preocupación, aún cuando se tratara –o quizás por ello mismo- del ejercicio de un
privilegio, dada la naturaleza excluyente de buena parte de los primeros sistemas
democráticos y de sus sucedáneos hasta buena parte del siglo XIX, en el mundo occidental,
al menos.
1
Puede consultarse a MACKENZIE, W., Elecciones libres, Madrid, 1962 para la recapitulación de
preocupaciones vigentes en la democracia ateniense acerca de las consecuencias del abstencionismo en
esas épocas.
2
En los países que conforman lo que denominamos América Latina, el tema de la no
participación en los comicios, englobado en sus diversas formas bajo el concepto de
“abstencionismo”, ha dado lugar a abundantes notas de prensa, comentarios y artículos de
opinión, orientados principalmente a plantear intentos de interpretación acerca de la
magnitud o las variaciones en los porcentajes de la población que optan por abstenerse en
los comicios, con frecuencia basándose en esquemas comparativos estructurados de modo
cronológico o por regiones geográficas.
Si el abstencionismo es el síntoma de un progresivo desencanto con la democracia como
forma de gobierno, si el abstencionismo es una forma de protesta contra el sistema –
posiblemente reveladora de una nostalgia por formas más bien autocráticas de ejercicio del
poder-, si el abstencionismo es una consecuencia de esquemas electorales que desestimulan
la participación en los sufragios, si el abstencionismo es una forma válida pero riesgosa de
expresar disconformidad con la clase política, si representa la apatía que puede llegar a
transformarse en automarginación del sistema, son todas opiniones que hallamos en los
análisis de los comicios latinoamericanos en los últimos años.
Y entre las opiniones no falta quien sostenga que el crecimiento progresivo del
abstencionismo configura una amenaza para la estabilidad o para la legitimidad de la
democracia misma y atribuye responsabilidad, por su existencia de cara a su eventual
reparación, a todos los actores o participantes en la vida política e institucional de nuestros
países.
En algunos casos, se ha equiparado al abstencionismo con una de las fuerzas políticas y se
ha estimado que un proceso con alta votación efectiva es exitoso, lo cual llevaría a la
consecuencia de que cuanto más alto el abstencionismo, menor el éxito de un proceso.
La mayor parte de las opiniones acerca del abstencionismo, sobre todo en los países en que
alcanza un porcentaje considerable en los recientes procesos electorales, le asignan
valoraciones negativas y buscan sus raíces en hechos e institutos relacionadas con la
legislación, la doctrina o la práctica electorales, además, claro está, de la rápida relación
con el temario de la cultura política2.
Las reacciones propuestas en los comentarios y buena parte de la doctrina, más a modo de
remedio que de ninguna otra manera, tienen que ver con la aplicación de una serie de
modalidades, generalmente combinadas, que debieran atacar las fuentes del abstencionismo
por medio de la reforma de la normativa o la organización electoral, de la promoción de la
participación efectiva con un cambio en la percepción de lo que el voto significa o bien por
la aplicación de medidas que tornen obligatoria la emisión del voto en los comicios y
asignen consecuencias pseudopunitivas a quien se abstiene en un proceso electoral
determinado.
2
Una simple búsqueda de notas de prensa y artículos de opinión disponibles en Internet con solo recurrir a la
palabra clave “abstencionismo electoral” ofrece una variedad de posiciones que incluyen las esbozadas y
algunas más.
Desde la República Dominicana en la óptica de la sociedad civil
(www.pciudadana.com/articulos_analisis/03112002) hasta la preocupación recogida por la prensa respecto
del alto abstencionismo en las elecciones de 1999 en Guatemala (www.eecs.umich.edu) son ejemplos de
esta variedad.
3
En todas estas situaciones, esto es, el abanico de opiniones acerca de los orígenes, las
implicaciones y las respuestas al abstencionismo, hay un espacio -mayor o menor- para la
organización electoral3. En efecto, si para contrarrestar la erosión de la legitimidad del
régimen democrático representativo es precisa una reforma a la legislación electoral, a la
construcción del padrón electoral o a la estadística de quienes votaron y quienes se
abstuvieron, el organismo electoral tiene algo que decir y, por lo general, mucho que
ejecutar. Y el derecho electoral será el instrumento para la construcción, la implantación o
la puesta en ejecución de las respectivas respuestas.
Podemos, entonces, afirmar que el abstencionismo, su extensión e impacto relativo
configuran un conglomerado de temas que pueden y suelen incidir en la percepción que se
tenga de la vigencia y dinamismo de la democracia representativa y que sus posibles
soluciones4 involucran frecuentemente a la organización electoral. Podemos también
coincidir en que este es uno de los aspectos más inquietantes de la actual coyuntura política
e institucional de América Latina y que, como lo muestra el Cuadro 1, encuentra expresión
en todos los países cuyos datos se han utilizado como referente para este análisis. Pero
antes de avanzar en la consideración de las causas, las consecuencias y las eventuales
propuestas derivadas, conviene esclarecer si todos hablamos de lo mismo cuando nos
referimos al abstencionismo, si la doctrina es conteste en calificarlo como un fenómeno
negativo y, sobre todo, a los efectos de esta ponencia, si la estructura electoral y, en
particular, los organismos electorales, tienen una responsabilidad derivada que hace a las
raíces o a las eventuales respuestas que se den al abstencionismo.
CUADRO 1
Porcentajes de abstencionismo en países elegidos en América 5
País
Año
Tipo de elección
Porcentaje de
abstencionismo
Chile
Colombia
Costa Rica
Costa Rica6
Estados Unidos
El Salvador
2001
2002
2002
2002
2000
1999
Parlamentaria
Presidencial
General
Segunda ronda presidencial
Federal
Presidencial
13.5%
53.7%
31.16%
39.04%
48.7%
61.4%
3
La mayor o menor extensión de la responsabilidad del organismo electoral en esta materia dependerá, entre otras cosas,
del contenido y amplitud de sus facultades, siendo que uno estrictamente jurisdiccional tendrá un área de acción más
restringida que uno que englobe la administración a la vez que la justicia electorales. Sobre este tema, ver infra, 5. Las
respuestas al abstencionismo, in fine.
4
Utilizamos el léxico común en la materia, sin que por ello prejuzguemos en este momento si el abstencionismo, tal cual, es
un fenómeno estrictamente negativo, un “problema” y por tanto debe llevar a “soluciones” correctivas.
5
Los datos, en sus decimales, y las denominaciones pueden variar según las fuentes, aunque en la mayor parte de los
casos, han sido proporcionados por los respectivos organismos electorales.
6
Caso tipo para marcar la diferencia del índice de abstencionismo según la naturaleza de la elección.
4
Guatemala
Honduras
Jamaica
Panamá
Republica Dominicana
Santa Lucia
1999
2001
1997
1999
2000
1997
Segunda ronda presidencial
General
Parlamentaria
Presidencial
Presidencial
Parlamentaria
59.6%
33.85%
34.6%
23.8%
18.63%
33.9%
El tema de la definición y el concepto de abstencionismo
El Diccionario Electoral, punto de referencia de la doctrina en la materia, busca
conceptualizar el abstencionismo como “la no participación en el acto de votar de quienes
tienen derecho a ello...es un indicador de la participación: muestra el porcentaje de los no
votantes sobre el total de los que tienen derecho de voto”.7
El anterior parece constituir un concepto definido de manera negativa, esto es, por la
contraposición entre participantes y abstencionistas en un proceso determinado y es el
hecho de ejercer efectivamente el sufragio el factor diferenciante entre ambas categorías.
Otros autores ven el abstencionismo, más bien, como la escogencia de una conducta
distinta de la de sufragar por una de las opciones en un proceso determinado. En efecto,
para algunos existe lo que se denomina “abstención activa”, que se expresaría en los votos
en blanco -y aún los votos nulos-, esto es, en la votación que, producida en las urnas, se
separa de las opciones, partidarias o individuales abiertas al electorado8. En esta
concepción, la ausencia de las urnas, la no concurrencia a la mesa electoral, el ausentismo
electoral en suma, se uniría a la votación expresada en las papeletas en blanco o anuladas
intencionalmente en la conformación de la categoría mayor, el abstencionismo electoral.
A los efectos del presente documento, preferimos afiliarnos con la mayor parte de la
doctrina y excluir de la definición de abstencionismo todos aquellos casos en que el elector
concurre a la votación y ejerce su derecho al voto, dado que consideramos que el campo
abarcado por el abstencionismo es suficientemente amplio y complejo en su entidad como
para añadirle manifestaciones de voluntad similares en algunos aspectos pero distantes en
otros, dado que quien concurre a las urnas y emite un voto en blanco tiene más elementos
en común –al menos objetivamente hablando- con quien vota por un partido determinado
que con quien no concurre al recinto de votación. En tal sentido, abstencionismo y
ausentismo serían conceptos paralelos, por lo menos hasta ahora.
Lo anterior, sin embargo, no agota la materia relativa a la definición y concepto de
abstencionismo. Bajo esta noción se incluyen una serie de circunstancias que deben ser
desagregadas si queremos analizar las causas y consecuencias o, mejor, los factores
desencadenantes y las implicaciones del abstencionismo.
7
8
Ver ALCUBILLA, Enrique, en: IIDH/CAPEL, Diccionario Electoral, segunda edición, San José, 2000, I Tomo.
Así, HERNANDEZ BRAVO, Juan, en Diccionario Crítico de Ciencias Sociales, disponible en www.ucm.es.
5
En general, tiende a sugerirse que abstencionismo equivale a alejamiento voluntario de las
urnas, a disposición consciente –o relativamente consciente- de no ejercer el voto, de
mantenerse ausente de un proceso para el cual se está calificado para participar. Si esto es
lo que entendemos por abstencionismo –y por las negativas implicaciones que muchos le
asignan pareciera que ese es el caso-, entonces debemos destacar algunas circunstancias
que inciden en el ausentismo electoral pero que no dependen enteramente de la voluntad del
sujeto que se “abstiene”.
En primer lugar, deberíamos distinguir aquellos casos en que el abstencionismo se produce
por factores objetivamente ajenos a la voluntad del potencial elector. Entre ellos, lo que
ALCUBILLA llama “abstención estructural”, esto es, derivada de la estructura misma del
proceso electoral9. Probablemente, las principales causas para este fenómeno se encuentran
en el padrón electoral y en la ubicación de los centros de votación.
En efecto, todo padrón electoral contiene un margen de electores que objetivamente no
pueden ejercer el voto. Aún sin considerar el margen de error que significan los difuntos
recientes, son numerosos los que han perdido su documento habilitante para el voto, los que
han emigrado al extranjero o se encuentran en él temporalmente, los que han trasladado su
domicilio después de cerrada la etapa para modificación del padrón electoral; son todos
casos en que el abstencionismo no es consecuencia de la escogencia consciente de un
potencial elector. Lo mismo es cierto de los casos en que el elector es trasladado de recinto
sin que se le informe de la nueva ubicación y sin que funcionen oportunamente los
mecanismos previstos para comunicar el nuevo puesto de votación.
Antes de abandonar los temas derivados del padrón electoral conviene detenerse, por un
momento y sin perjuicio de retomar este aspecto posteriormente, en la importancia que
tiene para la determinación del porcentaje de abstencionismo de una manera precisa.
Dependiendo de la construcción del padrón electoral y de otros factores conexos, el
abstencionismo puede aparecer en cifras más reducido de lo que es si se cambian los
elementos de cálculo. Así, en ciertos sistemas10 la inscripción en el registro electoral es
voluntaria, aunque no lo sea el voto; como resultado no se contabiliza como abstencionismo
un segmento –apreciable- de la población que se abstiene efectivamente de votar por la vía
de no formar parte del padrón electoral.
Por su parte, conviene considerar la falta de votación derivada de la ubicación de las mesas
de votación, cuando han sido decididas por la autoridad electoral. La distancia geográfica
aunada a factores de la naturaleza, meteorológicos o de otro tipo, suele tornar imposible el
acceso de algunos electores que son, así, sumados al porcentaje de “abstencionismo”,
aunque tampoco en su caso impere una voluntad de no participar.
9
En realidad, modificamos el concepto utilizado por ALCUBILLA para crear al menos dos categorías que el
engloba en una sola. En efecto, para ALCUBILLA abstención técnica o estructural incluye todos los casos
relacionados con factores ajenos a la voluntad del individuo, tales como clima, sistema electoral, estado de
salud. Por obvias razones, nos interesa destacar en una categoría única los relativos a factores directamente
relacionados con la normativa, la organización y la mecánica electoral.
10
Es el caso de Chile, al momento en que esto se escribe.
6
También puede darse un porcentaje de abstencionismo por otras condiciones relacionadas
con el funcionamiento de la mecánica electoral, aunque la influencia o causa generadora
sea más indirecta. Un ejemplo es la escogencia del “colegio cerrado” o, mejor, lista cerrada,
que funciona en ciertos sistemas11 y que exige al votante inscribirse y sufragar en un
determinado período de tiempo sin abandonar el recinto de votación, lo cual evidentemente
reduce el margen de maniobra que un elector tiene temporal y espacialmente12.
En un sentido parecido puede ubicarse la falta de votación que se produce por razones
individuales pero de carácter objetivo, fundamentalmente la no concurrencia a las urnas por
estado de salud o condición física. En este caso, la ubicación de las mesas de votación no es
ya la causa determinante sino la concausa menor, ya que, aún decidiendo colocar mesas en
los hospitales, hospicios y hogares de adultos mayores, que puede ser de por sí oneroso
pero disminuye este factor de no concurrencia a las urnas, no se logra eliminar la totalidad
de hipótesis que configuran este segmento del “abstencionismo” por imposibilidad objetiva
de concurrencia a las urnas.
La votación de las personas con discapacidades físicas13 puede incidir en este tipo de
abstencionismo, aún si se adoptan medidas, prácticas y normas que faciliten el ejercicio del
voto de las personas afectadas por esta condición14.
Un caso relacionado pero más complejo es el de las personas privadas de libertad por
disposición judicial. No hay uniformidad en los sistemas jurídicos latinoamericanos en
punto a la posibilidad de que los privados de libertad ejerzan el sufragio15, pero si se hallan
en el padrón electoral se agregaran al porcentaje de abstencionismo.
En la gran mayoría de los casos expuestos –que pueden llegar a constituir un componente
significativo del “abstencionismo” en bruto-, el elector que no concurre a las urnas no lo
hace por una decisión consciente. Por tanto, difícilmente pueden aplicarse a este segmento
las consecuencias o implicaciones que pretenden derivarse del abstencionismo para la
democracia.
La imagen que viene a la mente cuando se habla de abstencionismo es aquel en que la
ciudadanía, por escogencia subjetiva, no concurre a las mesas de votación. Ello puede ser
por un acto de rechazo a las opciones abiertas o, peor aún, al sistema político como un todo,
11
Es todavía el caso de la República Dominicana.
Espacialmente, porque si hay un error en el recinto elegido o un cambio en el recinto asignado, el
desplazamiento consume el tiempo acordado para la inscripción o el sufragio.
13
Este tema ha motivado una investigación y respectiva publicación del IIDH/CAPEL, en el número 47 de la
Serie Cuadernos de CAPEL, San José, 2002, que analiza las diversas aristas de una materia que involucra
decisiones de los organismos electorales pero que también hace a la adopción de normativa y a la réplica de
prácticas favorables para el ejercicio del voto de las personas con discapacidades físicas
14
Lo cierto es que en este caso –y no solamente en este caso- se involucran además consideraciones de no
discriminación que son de especial importancia cuando se observa el voto como el ejercicio de un derecho
humano constitucional e internacionalmente reconocido.
15
En algunos casos, imposibilidad jurídica, ya que la suspensión de la ciudadanía y en consecuencia la
inhabilitación política se complementa con la aplicación de ciertas penas, como ocurre en algunos supuestos
previstos en la propia Constitución Política de la República Oriental del Uruguay. En otros, imposibilidad
física, si es que el derecho al voto se le concede al privado de libertad pero no se le brindan condiciones para
llegar a los recintos de votación o para que estos lleguen a él como sistema, aún sin entrar a analizar todavía
otros factores relacionados con la visión que se tenga del voto15.
12
7
o bien, tratarse de una escogencia relativamente racional de uso del tiempo o del esfuerzo.
Habremos de volver sobre el segundo caso más adelante, dados los estudios y análisis que
ha motivado, aunque de momento no hallamos razones justificantes para separarlo como
una categoría propia, más cuando puede haber una mezcla de motivaciones subjetivas de
este bloque para mantenerse alejado de las urnas.
Tampoco distinguiremos por ahora el abstencionismo de este tipo que es exclusivamente
una decisión individual o colectiva espontánea, de aquellos casos en que se constituye en
un movimiento organizado que pregona la no concurrencia a las urnas como una opción
política.
Es este el tipo de abstencionismo, el que podemos denominar “abstencionismo en sentido
estricto” o “ausentismo electoral voluntario”, el que motiva las mayores preocupaciones y
al cual se asignan distintas implicaciones, generalmente negativas. Es, al menos en teoría, a
su combate al que se dirigen los intentos por promover la participación en los comicios que
se han extendido por la mayoría de la geografía latinoamericana, con mayor o menor
intensidad y frecuencia. Pero antes de abordar con más cuidado el tema de las
implicaciones y las respuestas probables, debemos todavía analizar el carácter que el
sistema jurídico asigna al voto, puesto que de él derivan consecuencias para la posición que
en estas materias se asuma.
La naturaleza del voto como medida del abstencionismo
No todos los sistemas jurídicos latinoamericanos –o de otras latitudes- conciben el voto de
la misma manera y, por tanto, le asignan diversas consecuencias.
El común denominador, internacionalmente reconocido por demás16, es que el sufragio es
el ejercicio de un derecho, cuya protección esta garantizada por diversas ramas del
ordenamiento jurídico. Por ello mismo, el sentido mismo del derecho electoral –en una
sociedad auténticamente democrática- gira en torno a las formas de garantía de este derecho
y de las condiciones que un proceso electoral debe reunir para que el voto adquiera su
verdadera dimensión.
Si el voto es el ejercicio de un derecho, lo que importa es que existan las condiciones
jurídicas, estructurales y procesales para hacerlo viable y para asegurar que se contabilice y
se respete como expresión de la voluntad de la ciudadanía.
Pero la noción del voto como un derecho no es única ni está exenta de matices en la
doctrina y en las fórmulas jurídicas17. Para algunos, más que tratarse de un derecho y sin
negar su condición de tal, en el voto estamos en presencia de una función, esto es, un papel
asignado a la ciudadanía para determinar la continuidad de las instituciones por medio de la
16
Ver articulo 23 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos o el 25 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos. La concepción del sufragio como el ejercicio de un derecho humano tiene
importantes implicaciones más allá de las analizadas en esta ponencia, ver THOMPSON, José, “Participación,
democracia y derechos humanos” en Revista IIDH, número 34-35, IIDH. 1995, San José, Costa Rica.
17
Ver al respecto el análisis que hace FERNANDEZ SEGADO, Francisco, en la voz “voto” contenida en
IIDH/CAPEL, Diccionario Electoral, op.cit., Tomo II.
8
escogencia de los respectivos representantes, esto es, un elemento en la construcción de la
mayoría como forma de designación de representantes. En esta concepción, el voto es un
deber, o puede ser percibido como tal.
Es esta segunda noción la que a menudo alimenta la prescripción del voto como un deber
en buena parte de los ordenamientos jurídicos latinoamericanos18. Y de esta concepción
derivan otras consecuencias, distintas de las de garantía que se desprenden del voto como
un derecho. Si es un deber, su incumplimiento puede acarrear responsabilidades diversas,
incluyendo la institución del “voto obligatorio” según la cual el no ejercicio del sufragio
conlleva la imposición de sanciones de distinta naturaleza, como de hecho ocurre en un
número considerable de países19.
En todo caso, lo que es universal es la concepción del voto como mecanismo por excelencia
de participación política, aunque esta compleja noción involucra una serie de elementos que
no se agotan en el derecho a elegir y a ser elegido20. Desde esta perspectiva, el
abstencionismo estrictamente hablando puede erosionar la base misma de la democracia
representativa, cuyo sentido viene dado, precisamente, por el ejercicio de las diversas
manifestaciones de la participación política. Pero sobre esto, como veremos seguidamente,
tampoco existe acuerdo.
Para lo que ahora interesa, si adoptamos una posición en el sentido de que el voto es el
ejercicio de un derecho, el abstencionismo –en sentido estricto más que en las otras
connotaciones- no debe mover a mayor preocupación que la estadística, de la misma
manera que la libertad de expresión o la de movimiento pueden ejercerse o no a voluntad
del titular, pues es esta característica lo que define a los derechos civiles y políticos21. Lo
que sería grave es que existan límites injustificables a su ejercicio u obstáculos para su
materialización concreta.
En cambio, si nos afiliamos con la posición en que el voto es, al menos parcialmente, un
deber y no sólo un derecho, una función necesaria para el funcionamiento del aparato
político y no solamente la expresión de la facultad de elegir, entonces el abstencionismo
entraña otras implicaciones.
18
Por ejemplo, Costa Rica, Ecuador o Chile definen el sufragio como un deber, aunque, como se verá,
asignan consecuencias diversas a esta disposición.
19
En América Latina, el abstenerse de ejercer el voto puede acarrear sanciones de naturaleza civil o
relacionadas, como ocurre en el Perú, en donde por no votar el ciudadano recibe una multa de 124 soles,
poco más de 30 dólares americanos. Para cerciorarse de aplicar la multa, a los que votan se les coloca una
calcomanía o sticker en su documento de identidad. Aquellos que no tienen la calcomanía de la última
elección no pueden firmar contratos, cobrar cheques o salir del país lo que los obliga a ir al Banco de la
Nación para pagar la multa cuanto antes. Los miembros de mesa sorteados para tal labor, si no asisten
también tienen una multa de 154 soles. En otras latitudes, los Países Bajos tuvieron el voto obligatorio hasta
1970, mientras que Australia y Bélgica lo mantienen hasta hoy, con variedad de consecuencias según el
sistema adoptado. Ver la voz “voto obligatorio”, disponible en www.aceproject.org, que conjuga opiniones y
datos de diversas fuentes.
20
Ver THOMPSON, José, op.cit.
21
Sobre el tema, ver: GROS ESPIELL, Héctor. Derechos humanos, derecho internacional y política
internacional. IIDH, 1986. San José, Costa Rica.
9
Por lo anterior, la óptica con que miremos el abstencionismo –en sentido estrictodependerá de la concepción con la que nos asociemos respecto de la naturaleza del voto y
las posibles respuestas que a él se den variarán considerablemente, ya que si lo vemos como
un derecho, la búsqueda de la reducción del ausentismo electoral voluntario deberá
mantener respeto por su existencia. En otras palabras, no todas las respuestas consideradas
frente al abstencionismo son necesariamente compatibles con su naturaleza de derecho
humano fundamental, a menos que se adopte una concepción más amplia.
Las implicaciones asignadas al abstencionismo
Antes de entrar a esbozar las posiciones existentes en torno al abstencionismo, es necesario
hacer una precisión acerca de los datos y estadísticas que se manejan para el cálculo del
porcentaje de quienes no concurren a las urnas en procesos electorales determinados. El
manejo de la información en materia de abstencionismo no es uniforme y puede afectar las
conclusiones que de su rango se deriven.
En efecto, la base respecto de la cual se obtiene el porcentaje de abstencionismo no es igual
y ello puede interferir con la comparabilidad de los resultados. En Costa Rica, por ejemplo,
hay conexión necesaria entre registro civil y registro electoral, y el abstencionismo es un
porcentaje del padrón construido sobre esta conexión, en tanto que en Chile el padrón se
construye a partir de la inscripción, voluntaria por demás, de los ciudadanos y el porcentaje
de abstencionismo se deriva de este padrón que no incluye, ni mucho menos, a todos los
que estarían en edad de sufragar; en Estados Unidos, por su parte, dada la variedad de
disposiciones de los estados federados, se calcula el abstencionismo a partir del universo de
potenciales votantes y no del padrón electoral en sentido estricto. En otras palabras, un
porcentaje del 13% de abstencionismo en Chile y uno del 47% en Estados Unidos no serían
tan abismalmente distantes si ambos países tuvieran el cálculo con base en un padrón como
el de Costa Rica y ciertamente el porcentaje sería mayor en Chile y menor en Estados
Unidos.
Esta afirmación tiene importancia no sólo para los cálculos respectivos, sino que ayuda a
comprender algunas posiciones, especialmente entre la doctrina anglosajona22, que no
siempre asigna consecuencias negativas a los altos índices de abstencionismo.
Como se verá de seguido, hay una variedad de juicios relativos a la importancia y
significado del abstencionismo, algunos de los cuales difieren en función del tipo de
abstencionismo de que se hable, tema que ya esbozamos.
Los más extremos varían desde el interpretar un creciente o persistente abstencionismo
como una amenaza a la vigencia del régimen democrático hasta considerarlo una
escogencia racional en virtud del “costo asociado” con el acto de votar23.
22
A pesar de que Inglaterra, Estados Unidos, Australia, Canadá y Nueva Zelanda ofrecen situaciones muy
diversas de participación y de abstencionismo, ver JACKMAN, R., “Political institutions and voter turnout in the
industrial democracies” en American Political Science Review, vol 81, pp. 405 ss.
23
Ver VERBA, S et alt, Participation in America. Political democracy and social equality, New York, 1972 y
RIKER, W., et al, “A theory on the calculus of voting” en American Political Science Review, vol. 62, 1968.
10
Probablemente ambas posiciones encierran una verdad parcial. Hay, seguramente, algunos
que se abstienen porque han perdido la fe en la democracia como sistema24 y hay,
ciertamente, otros que no concurren a las urnas porque en su forma de vida el voto es
oneroso frente a sus demás actividades y porque posiblemente no consideran indispensable
su participación particular en el proceso democrático.
Uno de los factores importantes, al que la doctrina estadounidense ha dedicado especial
tiempo, esfuerzo y propuestas, es el de determinar cual sea el costo del voto, en términos
relativos para una persona determinada, teniendo en consideración el posible beneficio que
derive del triunfo de una opción política, por ejemplo, frente a la perdida de una eventual
ganancia económica en el tiempo que se emplee para concurrir a las urnas, en un sistema en
el cual las elecciones se realizan en un día laboral25.
De la misma manera habrá quienes recurran al abstencionismo como una forma de protesta,
sea contra el sistema o bien contra la oferta partidaria o las opciones abiertas para el
respectivo proceso26 y quienes se mantengan al margen porque les es indiferente –en un
sentido no necesariamente negativo- quien resulte electo.
De hecho, un porcentaje de abstencionismo es signo de autenticidad de las elecciones.
Cuando hay un ciento por ciento de la votación, hay más que una sospecha de que se trata
de un proceso amañado27. Puede argumentarse, mientras no se viole ninguna disposición
específica28, que en algunos casos el abstencionismo es una forma de expresión, en tanto la
disconformidad es válida y sana en toda sociedad democrática.
Por otra parte, no podemos olvidar que existe una variedad de factores generadores de
abstencionismo y por consiguiente es improbable que exista una explicación o
interpretación única de los respectivos índices. Al haber factores objetivos que pueden
implicar una ausencia de las urnas, es preciso desagregar el respectivo efecto antes de llegar
a conclusiones contundentes sobre las tendencias en materia de abstencionismo.
Entonces, si el abstencionismo es sólo parcialmente un asunto de la cultura política
imperante en un lugar y tiempo determinados y éste segmento está sólo parcialmente
constituido por individuos escépticos, desilusionados o contrarios al régimen democrático,
las implicaciones que se deriven del abstencionismo no pueden ser absolutas y es necesario
el estudio de los factores motivantes, en primer término, y de la distribución del
abstencionismo por rangos diversos29.
24
Lo cual no es un porcentaje despreciable, según los datos del Latinobarómetro sobre la confianza en la
democracia en esta parte del mundo, ver el Informe de Prensa 2002, disponible en www.latinobarometro.org.
25
Ver los estudios de RIKER, W., et al, op.cit.
26
A su manera, los pueblos desarrollan su propia interpretación o práctica del abstencionismo. Recientes
artículos en Argentina hablan ya del “voto bronca”, aunque uno de sus componentes sea, contradictoriamente,
el no voto, ver MARTINEZ, German, “Llegó para quedarse. Aportes al análisis del abstencionismo electoral”,
en www.funif.org.ar.
27
Los resultados de las recientes “elecciones” (octubre, 2002) en Iraq son especialmente elocuentes, en
particular porque se dirigieron a un mismo candidato.
28
Es decir, en tanto no exista el “voto obligatorio”.
29
Si es posible, por región, por edad, por condición económica.
11
Lo anterior no quiere decir, claro está, que la persistencia, alta magnitud o tendencia
creciente no deba motivar a la preocupación a quienes se interesan por la solidez y la salud
de los regímenes democráticos, especialmente si estamos en el caso de sistemas que se han
“recuperado” recientemente, pero sí advierte acerca de los errores de un acercamiento
simplista que pretenda hallar un sólo componente y una única explicación en los índices de
abstencionismo.
La falta de homogeneidad en el abstencionismo es, precisamente, uno de los factores que
deben considerarse y por lo cual los datos desagregados son tan importantes. Alguna parte
de la doctrina30 ha argumentado que una de las consecuencias más negativas del
abstencionismo es que trae consigo una diferencia en la representación, puesto que son los
sectores de más bajos ingresos, entre otros, los que más tienden a abstenerse en las
elecciones y un incremento sostenido en el abstencionismo podría llevar a que los
representantes perciban su mandato como proveniente de los sectores más altos o con
mayor nivel de escolaridad, lo cual sería una discriminación inaceptable para un sistema
democrático, al distinguir entre “clases” de ciudadanos.
Y si de legitimidad se trata, hay otro tema importante: el abstencionismo varía también
dependiendo del tipo de elección específica, aún manteniéndose iguales los factores
objetivos que inciden en algunas de las categorías de abstencionismo. En general, las
segundas rondas –ballotage- generan mayor abstencionismo y las elecciones locales menor
votación que las presidenciales31. Si este es el resultado de un juicio de valor que considera
“menos importantes” unas elecciones que otras debe ser tenido en cuenta a la hora de
definir posibles respuestas al abstencionismo, que es el tema del que ahora debemos
ocuparnos.
Las respuestas al abstencionismo
Nos interesa en este momento abordar la cuestión de las medidas que pueden adoptarse
para reducir la incidencia, persistencia o tendencia ascendente del abstencionismo. Este
tema está mediatizado, bien se comprende, por los dos precedentes en esta ponencia: el
carácter del voto y el significado e implicaciones que atribuyamos al abstencionismo.
Por el primero, ya que algunas de las propuestas que se hagan no pueden ponerse en
práctica si se dispone que el voto es exclusivamente un derecho. Así, habría una
contradicción entre este principio y la implantación del “voto obligatorio”, puesto que se
estaría estableciendo una consecuencia no derivada de las características del derecho y que
excede en mucho las necesidades de “garantía”.
Por el tema del significado e implicaciones, porque si se adopta una posición afín a las que
considera el abstencionismo una escogencia racional de cierta utilidad social, no sería
válido ni congruente propulsar programas que estimulen la participación por medio del voto
y, menos aún, medidas que sancionen el ausentismo electoral.
30
Así, ver LIJPHART, Arend, “Unequal participation: democracy’s unresolved dilemma”, en American Political
Science Review, vol. 91, 1997.
31
El abstencionismo en Costa Rica, por ejemplo, creció casi nueve puntos entre la primera y la segunda
vueltas presidenciales en el 2002, como consta en el Cuadro 1. Ver también Ibid, p. 17
12
En otras palabras, para aplicar una amplia gama de medidas a favor del voto y en contra del
abstencionismo debe conceptualizarse el voto como algo más que un derecho y el
abstencionismo como un fenómeno que tiene consecuencias negativas para el sistema
democrático.
Y también hay una clara relación entre las posibles respuestas y las categorías o tipos de
abstencionismo, puesto que hay un abanico de opciones que es posible aplicar, por lo cual
las dividiremos en función de este criterio.
a. Respuestas relacionadas con el sistema electoral (en sentido amplio): Buena parte de la
doctrina ha encontrado en la figura del “voto obligatorio” una medida adecuada para
reducir las tasas de abstencionismo32. Su adopción, sin embargo, depende de las
características de los respectivos sistemas jurídicos y tiene consecuencias onerosas, ya que
debe cuantificarse el costo de la puesta en práctica de las sanciones que se establezcan.
Además, requiere de una reforma electoral que puede incluir disposiciones constitucionales.
Tiene consecuencias respecto de la percepción que se tenga respecto de la propia
participación al punto que puede percibirse la democracia no como una construcción de la
libertad sino como una imposición del sistema. Y no es la única en el cuadro del sistema
electoral: una reubicación de mesas electorales, una depuración del padrón, una ampliación
del plazo para inscribir traslados de residencia en el caso del voto domiciliario, la
eliminación de mecanismos como el “colegio cerrado”, el impulso a medidas que faciliten
el voto de las personas con discapacidades físicas, son todas soluciones parciales que
pueden contribuir a reducir el índice de abstencionismo. Cuando se trata del tema de lo
“oneroso” relativamente hablando, que el voto puede ser, se han hecho propuestas33 para
ubicar las elecciones en fin de semana, declarar el día de celebración feriado laboral y hasta
compensar temporal o materialmente el ejercicio efectivo del voto a fin de inclinar la
balanza hacia el lado del beneficio y reducir el costo relativo. No hay, por demás, un sólo
lugar en el cual el padrón electoral no guarde relación con el índice de quienes se abstienen
de concurrir a las urnas; cualquier esfuerzo que se practique en el sistema electoral debe
tener este como uno de sus elementos, cuyo peso específico dependerá, por supuesto, del
país de que se trate, de su historia y de su mecánica electoral.
b. Respuestas relacionadas con la cultura política34 y la valoración del voto: Una de las
propuestas más frecuentes para la reducción de los índices de abstencionismo es la que
propugna por la inducción de una valoración más positiva del voto, de la responsabilidad
ciudadana que significa su ejercicio y de la necesidad de disminuir el abstencionismo. Para
ello, se propician instrumentos tales como las campañas de motivación ciudadana, para un
efecto a corto plazo y con frecuencia para un proceso electoral determinado, o la utilización
de la educación –formal e informal- para la conformación de valores afines a la
participación que luego se transformen en actitudes distantes del ausentismo electoral
voluntario. En el primer caso, es necesario considerar que, por las características del
32
Ver ALCUBILLA, Enrique, op.cit.
Ver SQUIRE, P., et al, “Residential mobility and voter turnout”, en American Political Science Review, vol.
81, 1987.
34
Es interesante y oportuno el análisis de FERNÁNDEZ, Oscar, en la voz “Cultura política” como consta en
IIDH/CAPEL, Diccionario electoral, op.cit., I Tomo.
33
13
abstencionismo ya estudiadas, deben ser bien “direccionadas”, esto es, hacia estratos o
contra percepciones precisamente determinadas. Pero cabe advertir que ciertas
percepciones, cuando tienen que ver con la vida política del país, con la valoración relativa
de las opciones partidarias, difícilmente podrán ser superadas si no es por medio de la
acción efectiva de los propios implicados, los partidos políticos y con empleo de
mecanismos que van mucho más allá de una simple campaña. En el segundo tipo de
instrumentos, la educación formal e informal, la implantación de programas que revaloricen
el voto requiere del esfuerzo conjunto de una multiplicidad de agentes, puesto que hoy en
día es tan importante la formación de valores por la acción de los medios de comunicación
como lo es la que se realiza en la escuela –sin olvidar la experiencia acumulada de las
organizaciones no gubernamentales en la materia35-, de una imprescindible continuidad en
su práctica, de la mano con la actualización que el cambio de circunstancias históricas trae
consigo y de la combinación de contenido, metodología y alcance, para evitar la emisión de
mensajes contradictorios que terminan fomentando las actitudes que se quiere cambiar36.
Cabe ahora considerar, en este contexto, cuáles son las posibilidades y necesidades de
acción de los organismos electorales.
En primer término, la respuesta que demos dependerá del tipo de organismo electoral y
específicamente de las facultades de que goce. En general, en América Latina los
organismos electorales tienen amplitud en su cuadro de acción, salvo que se trate de la
asignación de responsabilidades exclusivamente jurisdiccionales con impedimento de entrar
en otras posibles áreas. Esto es, en principio, la posibilidad de trabajo de un organismo
electoral se verá limitada por las restricciones que su marco normativo establezca.
Lo anterior es fundamental desde el análisis del primer grupo de respuestas recién
esbozadas. La participación de un organismo electoral en la promoción de una reforma
electoral en favor del voto obligatorio o para la abolición del “colegio cerrado” puede verse
limitada por su incapacidad de iniciativa legislativa, lo que obligaría que ese esfuerzo
estuviera mediatizado y no ejercido directamente.
Lo mismo puede decirse de la acción, en conjunto con otras entidades, en proyectos de
educación para la promoción de la participación política. En pocas ocasiones podría
afirmarse contundentemente que existe un impedimento legal para que un organismo
electoral tenga presencia en estas iniciativas, pero hay un campo para la interpretación en
ciertas instituciones que podría limitar la flexibilidad presupuestaria y funcional que se
requiere al efecto.
35
En varios campos, es notable la multiplicación de recursos que produce la combinación de esfuerzos entre
lo público y lo privado en el avance de proyectos de esta naturaleza. En un tema similar, véase IIDH/BID,
Acceso a la justicia y equidad, San José, 2000.
36
Sobre algunos de estos temas, ver MAGENDZO, Abraham, “Bases para una concepción pedagógica para
educar en y para los derechos humanos”, en: Carpeta de Materiales para Educación en Derechos Humanos.
IIDH-CRE, 1a. edición, 1993. San José, Costa Rica y RODINO, Ana María, “La educación en valores
entendida como educación en derechos humanos. Sus desafíos contemporáneos en América Latina”, en:
Revista IIDH/Instituto Interamericano de Derechos Humanos, No. 29, Enero–Junio 1999; págs. 103-114. San
José, Costa Rica.
14
Lo que sí resulta evidente es que hay un espacio válido para los organismos electorales en
las respuestas que se quiera practicar ante el abstencionismo. En el primer bloque, porque
no debería haber cambios en el sistema electoral sin que medie al menos la opinión de los
encargados de organizarlo y resolver sus conflictos37. En el segundo, porque la cuestión de
la cultura política no puede estimarse ajena a la labor de un organismo, salvo expresa
prohibición, por las consecuencias directas que las situaciones relacionadas tienen en el
cumplimiento de su labor.
Conviene aquí recordar que muchos buscan asignar responsabilidad a la organización
electoral cuando crece el abstencionismo, sin tomarse el cuidado de analizar las raíces del
fenómeno y estudiar las posibles respuestas.
Y también parece correcto afirmar que hay una serie de medidas que un organismo
electoral puede adoptar, en el marco de su competencia, que pueden contribuir a estimular
la participación política, medidas que tienen que ver con la ubicación de las mesas o el
sufragio de las personas con discapacidades físicas y que pueden ser significativas
cualitativa si no cuantitativamente. Pero, tal como se dejó expresado, un análisis de los
datos y las tendencias es por lo menos aconsejable, si no imprescindible.
Conclusión general
El abstencionismo es un fenómeno complejo en su composición y en los factores que le dan
origen, vida y fortaleza. Aún en la doctrina más interesada en la promoción de la
democracia, la percepción que de él se tenga dista de ser universal o necesariamente
negativa y está directamente relacionada con la visión que se tenga acerca de la naturaleza
del sufragio.
Por ello, las respuestas que se ensayen frente al abstencionismo deben ser estudiadas con
base en datos o estudios que permitan hacer una radiografía de su estructura o de lo
contrario pueden resultar en la adopción de medidas relativamente ineficaces o más bien
extremas.
El ejemplo más claro es el instrumento más mencionado cuando se habla de “combate al
abstencionismo” es el voto obligatorio, pero su implantación y práctica puede entrar en
conflicto con las prescripciones generales sobre el sufragio, resultar extremadamente
onerosa o significar una considerable modificación del aparato electoral sin que ataque la
mayoría de las causas generadoras del abstencionismo y probablemente peor, sin que las
distinga, afectando en cambio la visión que la ciudadanía tiene del sistema democrático.
En todo caso, pareciera una mejor idea hablar en positivo de la promoción de la
participación más que del combate del abstencionismo, puesto que no es cierto que la
totalidad de quienes se abstienen terminen con su conducta dañando la legitimidad del
régimen democrático y podría ser que busquen ejercer una faceta válida de la libertad de
expresión, ella también componente esencial de una democracia representativa.
37
Imagínense las consecuencias para la labor de un organismo electoral que tiene la implantación del “voto
obligatorio” en cuanto al control que significa y las sanciones que conlleva.
15
El padrón electoral, su construcción y sus posibilidades de depuración son elementos
esenciales para conocer bien el abstencionismo y para adoptar medidas para estimular la
participación política.
En este sentido, una variedad de respuestas frente al abstencionismo tiene mayor potencial
de acción que las propuestas únicas y aisladas. Conviene recordar que hay que buscar
incidir en el sistema electoral pero también llegar a las corrientes que alimentan la cultura
política, sin olvidar el papel de primera línea que corresponde a la educación en una
respuesta integral.
Para el estudio, diseño e implantación de las medidas de promoción de la participación
política, salvo que el marco normativo estrictamente lo impida, hay posibilidad y aún
necesidad de la presencia activa de los organismos electorales.
Por último, el abstencionismo, como suele suceder con los temas de la democracia, tiene
raíces para cuyo estudio la información correcta, actualizada y desagregada, y el
acercamiento franco a los valores socialmente imperantes son igualmente importantes.
Cualquier reacción que suscite la existencia, persistencia o incremento en las tasas de
quienes no concurren a las urnas, si quiere ser sensata y medible, debe inevitablemente
abarcar ambos campos.
16
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18
FICHA TÉCNICA
Autor: Manuel Rojas Bolaños. Costarricense. Sociólogo político y
profesor de la Maestría Centroamericana en Ciencias Políticas.
Título: “El síndrome de nuestro tiempo: la desafección política”
Fuente: SINERGIA-Revista de la Comunicación
(Colegio de Periodistas de Costa Rica), núm. 8,
noviembre-diciembre-enero 1998, 117-126 pp.
Contiene:
La metamorfosis de la política y los partidos ......................................................................... 2
El deterioro de la política y la democracia ............................................................................. 6
La sustitución de los partidos ................................................................................................. 7
La reconstrucción de la política.............................................................................................. 8
Bibliografía........................................................................................................................... 11
1
A partir de 1953 los procesos electorales costarricenses entraron en una etapa de progresivo
perfeccionamiento y creciente legitimidad. En los años ochenta, la construcción iniciada a
principios de la segunda mitad del siglo llegó a su punto culminante con la
institucionalización del bipartidismo, cuando menos de acuerdo con los supuestos presentes
en el trasfondo de su concepción. El sistema bipartidista aparecía como la cúspide del
montaje; como la amarradura que se necesitaba para asegurar la estabilidad final de la obra.
Sin embargo, a la vuelta de diez años dicha institucionalización no parece haber sido
suficiente para evitar los gérmenes del malestar con la política y los partidos, que se ha
desatado en esta década; malestar que se manifiesta en un distanciamiento cada vez mayor
entre la ciudadanía, los políticos y los partidos, así como en una creciente desconfianza en
la acción política.
Hasta las elecciones de 1994 los síntomas de la incomodidad no eran claros, pues en
términos de adhesión a los dos grandes partidos políticos del país, la situación parecía
invariable; sin embargo, los acontecimientos de los tres últimos años parecen haber
cambiado bastante el panorama. Las encuestas de opinión reflejan no solamente
desconfianza ciudadana en los partidos y los políticos, sino también desorientación. En
agosto de 1997, un sondeo hecho por la firma UNIMER para el diario La Nación, a seis
meses de las elecciones de febrero de 1998, reveló que los indecisos y las personas que no
iban a votar representaban, en conjunto, el 44,2 por ciento de la muestra. Aunque
posiblemente ese segmento de los potenciales votantes reducirá su tamaño al acercarse la
fecha de las elecciones, la frialdad con que la ciudadanía reacciona frente a los mensajes
que lanzan los partidos, es un indicador de que en el último proceso electoral del siglo XX,
el país encara por primera vez el fenómeno de la desafección política.
Este fenómeno parece ser el efecto combinado de dos órdenes de factores: los que
provienen de la dinámica interna de los partidos y del sistema político costarricense, y los
que son producto de la llamada globalización.
La metamorfosis de la política y los partidos
En los regímenes democráticos liberales los partidos políticos han sido hasta ahora los
mecanismos diseñados para la agregación de intereses diversos y la representación ante la
institucionalidad del Estado. A través de ellos, los diversos sectores sociales supuestamente
logran canalizar sus demandas y preocupaciones. Lo expuesto antes implica la existencia de
un nexo funcional entre electores y representantes que facilita también la posibilidad de que
la ciudadanía se organice para participar en elecciones y apoyar gobiernos electos, o
determinadas iniciativas de política pública. Aunque hay partidos que se definen explícita o
implícitamente como representantes de intereses de ciertos sectores sociales, la posibilidad
de alcanzar un triunfo electoral que les permita colocar a sus candidatos en las más altas
esferas de la administración del Estado, o cuando menos, lograr la elección de un número
importante de representantes parlamentarios o miembros de gobiernos locales, depende de
la conformación de una plataforma electoral amplia, donde se vea reflejada de alguna
manera una franja ancha del electorado.
2
La principal función de los partidos es, por tanto, la agregación y representación de
intereses diversos, capacidad que está fuera del alcance de otras organizaciones que aunque
pueden operar en el ámbito político, solamente buscan reivindicaciones sectoriales, como
en el caso de los llamados grupos de presión, de alguna manera hoy incluidos en la
categoría sociedad civil. También los partidos políticos cumplen otras tareas igualmente
importantes: elaboran propuestas de política pública; amortiguan los conflictos entre el
Estado y los ciudadanos, proporcionan esquemas para la interpretación de la realidad
sociopolítica, y permiten el reclutamiento de la "clase política", la cual constituye la pieza
clave del mecanismo de la representación. Son funciones cuyo desempeño implica una
actividad continua, que va más allá de los períodos electorales, y, por esta razón, los
partidos son los elementos centrales del juego político.
La situación en Costa Rica difiere un poco del modelo ideal. Primero, porque la
permanencia de los partidos no ha sido realmente continua. En los años anteriores a la
crisis, solamente el Partido Liberación Nacional y los grupos de izquierda,
fundamentalmente el Partido Vanguardia Popular, gozaban de continuidad, cada uno a su
modo. A mediados de los ochenta, el Partido Unidad Social Cristiana se sumó a ese grupo,
solidificando, en apariencia, el sistema de partidos. Paradójicamente, en esos años el PLN
comenzó a tener problemas debido a que su programa tradicional debió ser abandonado de
cara a las nuevas circunstancias económicas y sociales del país, y la izquierda inició su
declinación, al dividirse el Partido Vanguardia Popular.
Segundo, porque al igual que en la mayoría de los países de América Latina, en los últimos
diez años los partidos políticos costarricenses han sufrido una metamorfosis: se han venido
acercando cada vez más a lo que Angelo Panebianco (1993: 448 y ss.) denomina "partidos
electorales profesionales", es decir, partidos que giran casi exclusivamente alrededor de las
actividades electorales internas y externas. Se han convertido en maquinarias más o menos
eficientes para la movilización de votantes, con base en ofrecimientos muchas veces fuera
de toda posibilidad de cumplimiento en las actuales circunstancias nacionales e
internacionales, que poco o nada tienen que ver con las identidades ideológicas que en el
pasado establecían las diferencias entre las agrupaciones políticas. Son partidos que no
lograron superar la tutela del caudillismo —incluso éste se ha fortalecido— y donde la
primacía de los cuadros políticos tiende a ser opacada por la presencia cada vez más sólida
de los "ingenieros de la política", es decir, los especialistas en movilización de recursos
económicos, proyección de imagen, sondeos de opinión y en manejo de todo lo que tiene
que ver con los "mass media", fundamentalmente la televisión.
Esta metamorfosis de los partidos se ha realizado sobre el trasfondo de un conjunto de
transformaciones más profundas, que podrían ser calificadas de estructurales y escapan del
control de quienes hacen la política. En otras palabras, si bien es cierto que los factores
personales y las actuaciones concretas de los hombres y las mujeres de carne y hueso que
hacen la política —quizá sería más apropiado señalar únicamente a los hombres, porque las
mujeres hasta ahora han sido marginadas en estos menesteres, cuando menos en términos
de participación plena—, tienen incidencia directa sobre los cambios ocurridos a los
partidos, hay otros factores que están modificado el espacio de la política, así como su
práctica, independientemente de la voluntad de los actores. Un ejemplo es el proceso de
reestructuración internacional mejor conocido como mundialización o globalización
3
Brevemente estos factores son los siguientes: en primer lugar, el auge del mercado y el
predominio de los medios de comunicación en la conformación de la opinión pública. Esto
ha alterado rápidamente el ejercicio de la ciudadanía, de un modelo activo —cuando menos
en el plano ideal— a uno más pasivo o consumista, si se quiere (García Canclini, 1995).
Las técnicas del "marketing" se han asentado en el campo de la política, aumentando la
distancia entre la ciudadanía y los políticos, porque las ideas, las propuestas o las
plataformas electorales ya no se discuten sino que se promueven como productos
comerciales. La relación entre el votante y los candidatos —si es válido hablar en esos
términos—, se establece cada vez más a través de las pantallitas de la televisión. El cara a
cara característico de la política anterior tiende a perderse y los públicos son relegados al
papel de consumidores de imágenes, muchas veces fabricadas cuidadosamente. Imágenes
que en algunos casos se alejan mucho de la realidad, como pasa con ciertos cantantes, que
no son capaces de cantar entonadamente ni un estribillo, pero que son un éxito comercial
gracias a los milagros realizados por los estudios de grabación. Por otra parte, la
interpelación a los políticos, una potestad ciudadana, se ha trasladado al espacio de los
medios. Son éstos los que se encargan de interrogar a políticos y funcionarios, en nombre
de un conglomerado ciudadano que se mantiene en el anonimato, escondido detrás de los
porcentajes que arrojan los análisis de las encuestas de opinión. La relación entre
representantes y representados, entonces, está cada vez más mediada por los medios,
incrementando el alejamiento entre ambos. Pasividad, anonimato y consumismo parecen
ser las características de la ciudadanía a finales del siglo y del milenio.
En segundo lugar, muchos asuntos que antes formaban parte de la política y eran de
dominio público, hoy han pasado al ámbito de las preocupaciones privadas, como la salud o
la educación. Como efecto de la retracción del Estado, el gasto público social tiende a
reducirse, con el consiguiente impacto en la calidad y extensión de los servicios, que
empiezan a ser vistos como deficientes en los sectores que por su posición social
(profesionales, asalariados de ingresos medios, etc.) demandan mayor eficiencia y eficacia
en su prestación. Se trata de sectores que, precisamente por su posición social, tienen
mayores posibilidades de hacer oír su voz y por tanto de ejercer presión sobre las
instituciones públicas. Su retiro de esos espacios contribuye a sacar de la discusión pública
los temas de la salud, educación y, en general, el bienestar social, temas que empiezan a
quedar fuera de la negociación política. A este achicamiento de los espacios de
participación y negociación, coadyuva también el impacto de una ideología donde el logro
del mejoramiento individual, con lógica exclusión de lo colectivo y la participación amplia
en el espacio público, son predominantes.
Los convenios con los organismos multilaterales, por otra parte, contribuyen a esta
depreciación de la actividad política, pues a la vez que fortalecen la tecnoburocratización de
las decisiones importantes en política económica y social; trasladan la toma de decisiones
de las arenas tradicionales de la política y de los políticos, a otros ámbitos, fuera del alcance
del público y a manos de técnicos que rehuyen la confrontación política, pues no creen en
ella, y sólo escuchan la opinión de los sectores más organizados y poderosos de la sociedad
civil. Buena parte de estas decisiones se tornan en los llamados espacios
transnacionalizados de la política, que están fuera del alcance de los partidos, sobre todo de
aquellos cuya acción se circunscribe casi solamente al plano electoral. A algunos de estos
4
espacios, sin embargo, sí tienen acceso algunas organizaciones y movimientos sociales, que
por la índole de sus objetivos, tienen conexiones que les permiten presionar en instancias
multilaterales o en ámbitos nacionales que están fuera del alcance de los partidos1.
En tercer lugar, como lo señala Lechner (1996: 13), se ha establecido una cultura de lo
instantáneo, bien reflejada en el "fastfood" y el "videoclip"; que imposibilita la
conformación de lealtades y permanencias en el tiempo. La gente se agrupa alrededor de
metas muy concretas, del logro casi inmediato y de los movimientos sociales o los climas
de opinión, que se disuelven una vez alcanzados los fines. Los partidos, anclados otrora en
bases o militancias más o menos permanentes, tienden a desintegrarse. Ceden su lugar a
agrupaciones mucho más dinámicas, que rechazan las referencias ideológicas, y operan con
arreglo a intereses generalmente de corto plazo. Lo instantáneo y lo volátil son también
otras características de nuestro tiempo.
En cuarto lugar, con el final de la guerra fría y el derrumbe de la Unión Soviética, las
diferencias ideológicas del pasado se han atenuado. Hoy en día predomina una especie de
tono monocorde en los planteamientos de política económica y social, y algunos partidos
enfrentan serias crisis de identidad. Las opciones del menú que se presenta a los potenciales
votantes carece de diferencias substanciales en cuanto a planteamientos, porque hay
orientaciones definidas de antemano. Las diferencias las establecen las personas, los
equipos, pero no los planteamientos, en sentido estricto. La participación política en el
plano electoral, pierde sentido, porque las probabilidades de innovación de los gobiernos
son limitadas, independientemente de los planteamientos o plataformas electorales.
En quinto lugar, como fue señalado, las grandes decisiones han emigrado de las arenas
tradicionales de la política, donde el debate público era la característica, hacia los espacios
donde se toman acuerdos entre cúpulas, fuera de la fiscalización ciudadana. Desaparecen
los grandes debates nacionales y la política termina por informalizarse. Los partidos
políticos pierden importancia como mecanismos generadores de política pública y de
representación de intereses, y se convierten en maquinarias que solamente sirven para
elegir presidentes, parlamentarios y miembros de los gobiernos locales, sin ninguna
referencia político-ideológica real, con la consiguiente exaltación de las luchas por cargos y
puestos, y el fortalecimiento de las prácticas clientelistas y antidemocráticas. Despojada de
afeites, la política muestra su cara más repulsiva: la de mecanismo para satisfacer las ansias
de acceso al poder de personas y grupos cuyos objetivos son puramente egoístas. En ese
sentido no es de extrañar el establecimiento de especies de linajes políticos o dinastías
civiles, que se adueñan de las cúspides partidarias e instituyen formas de sucesión en los
cargos electivos, que no se basan precisamente en la capacidad de los designados. Tampoco
es de extrañar, ante la pérdida de sentido de la acción política, el incremento de la
corrupción.
1
Un ejemplo de este uso de espacios transnacionalizados, lo constituyen las acciones de denuncia
realizadas por sindicatos y organizaciones sociales de la Provincia de Limón, en Alemania e
Inglaterra, sobre las condiciones laborales y el uso de pesticidas en la producción bananera.
5
El deterioro de la política y la democracia
Los efectos de estas transformaciones son diversos. En primer lugar, al centrarse casi
exclusivamente en las cuestiones electorales2, y al desdibujarse la dirigencia media y
deteriorarse la relación con la base, los partidos dejan de realizar las otras funciones
señaladas, acentúan las tendencias centralistas e incrementan las pugnas entre facciones por
el control del poder. Se convierten en máquinas electorales que sirven para elegir
gobiernos, pero que no gobiernan cuando los eligen. Ante la imposibilidad de convertirlas
en políticas públicas, la plataforma y el programa se transforman en adornos que se usan
durante las campañas electorales, pero que se olvidan rápidamente una vez que el candidato
de turno se instala en la Casa Presidencial. En esas condiciones difícilmente puede
esperarse la unión y la articulación de intereses diversos, lo cual constituye el núcleo de la
representación política.
En segundo lugar, los partidos políticos pierden importancia en la formulación de políticas
públicas. Como fue señalado, plataformas y programas son meros adornos, puesto que en la
realidad, las directrices fundamentales en materia de política económica y social se
formulan en otros espacios, donde los partidos tienen poca influencia. Esas directrices se
definen realmente en las negociaciones con los organismos multilaterales, espacios donde
los políticos han sido sustituidos por los tecnócratas. Cuando los acuerdos son comunicados
a los partidos, generalmente ya no se puede hacer otra cosa que aprobarlos. Por esa razón,
la Asamblea Legislativa se ha convertido en buena medida en sancionadora de "fait
accompli", como los famosos programas de ajuste estructural.
En tercer lugar, se produce un incremento de la autonomía de las élites en el gobierno; que;
además, en los últimos tiempos carecen de historias partidarias de larga data en buena parte
de los casos. No se sienten, por tanto, afectivamente comprometidas con una tradición —en
el caso de que ella exista—, ni obligadas a responder a partidos que carecen de mecanismos
para controlar el desempeño gubernamental. Un ejemplo de esta autonomía: los equipos
negociadores con los organismos multilaterales, que no sólo escapan al control de los
partidos, sino que, a veces, al del propio Presidente de la República3. Puesto que carecen de
socialización en el plano político, el comportamiento de estas élites denota también
ignorancia o desprecio hacia la necesidad permanente de legitimidad que tienen el Estado y
el orden político. En esas condiciones no es de extrañar que el logro de la eficiencia y la
eficacia en la acción gubernamental se coloque por encima de cualquier consideración de
índole política, y que la negociación sea sustituida por la imposición4. Quizá por este
motivo el tema de la ingobernabilidad se ha convertido en un lugar común en el discurso de
gobernantes y ministros.
2
Los comités políticos y los directorios de los dos grandes partidos tienen poca presencia pública;
no se manifiestan en los debates nacionales y no ejercen ninguna función orientadora para los
partidarios. Es de suponer la existencia de una actividad no visible de consideración en esos
aspectos; sin embargo, los entretelones del pacto Figueres-Calderón muestran como los grandes
acuerdos se hacen al margen de las instancias autorizadas de los partidos.
3
Ver al respecto Raventós, Ciska, The Production of an Order: The Structural Adjustment in Costa
Rica (1980-1995). New York: Ph. D. Thesis, New School for Social Research, 1996.
4
La frase "nosotros no gobernamos para las encuestas sino para el futuro del país", repetida por
altos jerarcas de la Administración Figueres, refleja bien esta actitud.
6
Finalmente, los intentos de democratización interna de algunos sectores de los partidos,
encuentran serias dificultades para lograr aceptación general. Hay tensión entre las
presiones democratizadoras, que demandan mayor participación de las bases en la toma de
decisiones, sobre todo en lo referente a la selección de candidaturas para diputados y las
presiones "funcionales" que, en el afán de convertir a los partidos en eficientes maquinarias
electorales, ven la democratización interna como un escollo que pone en peligro sus
proyectos de reingeniería política5. De esa manera, las preocupaciones y necesidades
diarias de la ciudadanía quedan fuera de la esfera de acción de los partidos.
La sustitución de los partidos
La panacea para estos males, según los neopopulistas y los ideólogos del Estado mínimo, es
la sociedad civil, entendida como la ciudadanía agrupada voluntariamente en una
diversidad de instancias organizadoras, de acuerdo con intereses varios. Sin embargo, este
planteamiento presenta varios problemas. Para empezar, puesto que la sociedad civil no es
precisamente el reino de la igualdad, los sectores que pueden movilizar mayor cantidad de
recursos materiales y simbólicos, son los que más influyen en las decisiones de política
pública, y en general en los negocios del Estado. Sectores que generalmente defienden
intereses particulares, sin una clara concepción del panorama nacional, de los límites,
posibilidades e implicaciones sociales de las acciones y luchas que desarrollan otros
sectores. Muchas de esas luchas se ven, inclusive, como altamente perjudiciales para los
intereses particulares, y no pocas veces algunos sectores combaten encarnizadamente a
otros, con efectos lesivos para el conjunto.
Ciertamente, en la sociedad hay intereses diversos, en algunos casos contrapuestos, y son
comprensibles la defensa sectorial y las contradicciones. Por ejemplo, los sectores
campesinos consideran que los avances salariales o la mejora en las condiciones laborales
de los trabajadores del sector público significan menores posibilidades de atención a sus
problemas de crédito o de asistencia técnica. Debido a eso no apoyan las luchas de los
empleados públicos, pero sí manifiestan abiertamente su repudio y se colocan junto a las
autoridades del gobierno, de la cúpula empresarial y de los grandes medios de
comunicación, quienes generalmente combaten tales luchas por otras razones.
Una de las caras de la sociedad civil es, entonces, la dispersión de intereses, que
imposibilita la articulación de movimientos amplios alrededor de demandas de carácter
general. La necesidad de participación organizada de la sociedad es clara; pero de cara al
Estado, sin la existencia de mecanismos de mediación de intereses, como los partidos
políticos, lo que puede provocar desarticulación de la sociedad, disolución en múltiples y
desligadas manifestaciones de intereses individuales y grupales, que impiden la visibilidad
de los "intereses generales" y la construcción de instrumentos colectivos de acción política.
En ese sentido, la gestión directa de la sociedad civil ante el Estado es una promesa incumplida.
5
A ello se agrega el estilo "patrimonial" de hacer política, seguido por algunos altos dirigentes, para
quienes los miembros del partido son "su" clientela, a la que hay que proteger y nutrir.
7
En el caso costarricense, hasta hace unos pocos años, dentro del espectro denominado
popular, los partidos de izquierda, con todas las limitaciones y defectos conocidos,
proporcionaban algún nivel de articulación; también en ocasiones ese papel fue jugado por
ciertos sectores del Partido Liberación Nacional. Posteriormente, ante la debacle de la
izquierda, las ONG quisieron jugar ese papel articulador, pero el intento no pasó a más,
sobre todo después de algunos conflictos que se presentaron con organizaciones sociales
específicas. Hoy la situación es más grave, porque nos encontramos en una especie de
"impasse": los mecanismos tradicionales han dejado de existir o funcionan con un déficit
cada vez mayor, y la sociedad parece inmovilizada, como si hubiera perdido toda
posibilidad de iniciativa. Se trata de una sociedad civil congelada, que no tiene capacidad
para manifestarse y para desempeñarse activamente en la actual etapa de transformación.
En esas condiciones la construcción del interés general está sesgada por el peso de unos
cuantos actores en el plano de la toma de decisiones, que operan con visión restringida por
sus intereses particulares. Sin la presencia de mediación, las asimetrías sociales terminan
por imponerse descarnadamente, y el "interés general" sufre una especie de secuestro por
parte de quienes tienen mayor influencia política.
Una sociedad civil fuerte es una premisa para el desarrollo político y para el fortalecimiento
de la democracia, y deben realizarse todos los esfuerzos necesarios para su reactivación;
pero no es suficiente para alcanzar ambas metas. También es necesaria la existencia de un
sistema político desarrollado y autónomo, y por supuesto de mecanismos de mediación,
como los partidos políticos. Como bien lo ha indicado Touraine (1994: 93), "El
enfrentamiento directo, sin intermediario, del Estado y la sociedad civil conduce a la
victoria de uno o de otra, pero nunca a la victoria de la democracia." Por tanto, si se quiere
mantener y fortalecer el régimen democrático, los partidos y la política tienen que sufrir
algún tipo de reconstrucción, para poder desempeñar el papel que las nuevas circunstancias
demandan.
La reconstrucción de la política
Puesto que vivimos en sociedad, es decir, en interacción, acuerdos, colaboración,
divergencias, conflictos, negociación, y, sobre todo poder, la política necesariamente tiene
que seguir existiendo. Sin embargo, hay que aceptar que las modificaciones que han sufrido
volvieron obsoletos algunos de los mecanismos y las formas de hacer política. Eso no
significa que los partidos políticos deban desaparecer; cuando menos hasta ahora ninguno
de los sustitutos planteados parece capaz de cumplir con tareas que siguen siendo básicas
en los regímenes democráticos: la agregación de demandas, su procesamiento y la
construcción del "interés general", por encima de grupos y sectores. Pero tampoco significa
el mantenimiento del monopolio de la acción política, sobre todo ante lo que Arditi (1997)
denomina "diseminación de espacios y formatos del intercambio político", que hace
necesarios nuevos mecanismos y métodos de acción política.
Una reconstrucción de la política y de los partidos pasa entonces por ciertas reformas. En
primer lugar es necesario restablecer la autonomía relativa del sistema político, lo cual
implica un sistema eficiente de partidos y un parlamento fuerte. Esta revitalización del
8
sistema político también experimenta un conjunto de modificaciones en el plano electoral,
que afectan la forma de elección de diputados y autoridades locales, así como el carácter
del régimen. En Costa Rica se ha terminado por limitar excesivamente, tanto las
posibilidades de postulación de hombres y mujeres a cargos de elección, como las de elegir
entre opciones diversas. Pese a los intentos de apertura, en los dos grandes partidos, hay
mecanismos que impiden el ejercicio pleno de la democracia interna, y en los partidos
pequeños la situación no es mucho mejor. Deben introducirse modificaciones en los
sistemas de elección, como la posibilidad de que los ciudadanos y las ciudadanas pueden
seleccionar candidatos a diputados de listas diferentes, así como la inscripción de
candidatos, al menos en el plano local, al margen de los partidos, como en otros países de
Centroamérica. En el logro de estas transformaciones la sociedad civil puede jugar un papel
fundamental, ejerciendo presión sobre las fracciones parlamentarias de los grandes partidos
y ayudando a crear corrientes de opinión favorables al cambio, que presionen las camarillas
que controlan a dichos partidos.
Es un hecho que el carácter presidencialista del régimen se ha agudizado con el
consiguiente menoscabo para los otros poderes del Estado. La intervención del poder
ejecutivo en los ámbitos de acción de los otros poderes ha ido en aumento en los últimos
tiempos, en detrimento, sobre todo, del poder legislativo, que ha perdido la iniciativa en la
formulación de leyes, y cuyas potestades en lo que se refiere a control político, se han
venido deteriorando, con la complacencia de fracciones demasiado dóciles a los dictados
del presidente de la República. El resultado es la creciente debilidad del sistema político,
que está ahogando a la democracia costarricense. Es necesario iniciar un debate nacional
sobre el tema del régimen político. Posiblemente, los desfases que han ocurrido en los
últimos tiempos entre promesas de campaña y acción gubernamental real, hayan creado en
la opinión pública condiciones para iniciar este debate e intentar una reforma constitucional
que transforme el régimen político, de presidencialista a semiparlamentario. Es decir, un
régimen en donde el presidente o el primer ministro sea de elección popular, pero donde la
formación de gobierno esté supeditada a la existencia de una mayoría en la Asamblea
Legislativa, sin la cual es imposible integrar un gabinete y gobernar. Esa fórmula,
actualmente en vigencia en Israel y en Italia, aparentemente evita la inestabilidad del
parlamentarismo, pero también la concentración de poder y eventualmente el autoritarismo
que conlleva el régimen presidencial. Además, restituye al parlamento sus funciones de
control político.
En segundo lugar, a pesar de que las tendencias imperantes indican que es navegar contra
corriente, debe buscarse el fortalecimiento del ejercicio de una ciudadanía activa. Esto
implica, por un lado, la reconstrucción de la esfera pública, que como lo señala García
Canclini (189), no debe de estar "Ni subordinada al Estado, ni disuelta en la sociedad
civil...", sino que se debe reconstituir "...una y otra vez en la tensión entre ambos;" y por el
otro, una reformulación de la vida política que permita una mayor participación ciudadana
en la toma de decisiones sobre los asuntos públicos. La democracia directa no es posible en
todos los niveles; siempre tendrán que existir formas de representación. Pero, ¿por qué no
incentivar la participación ciudadana tanto en el ámbito nacional como local, por medio de
instrumentos como el referéndum, la iniciativa popular, y la reforma del régimen
municipal? Los movimientos que han ocurrido recientemente ante amenazas a la calidad de
vida y al medio ambiente en algunos cantones del país, muestran la existencia de un
9
potencial de participación y organización que podría ser usado con ventaja en otros
menesteres. La participación de las mujeres en la política, por otro lado, debe ser
incentivada. Ellas pueden jugar un papel fundamental en la reconstrucción de la esfera
pública y el desarrollo de una ciudadanía activa, dadas sus luchas por el reconocimiento de
derechos y por visibilizar aspectos de la vida privada que no pueden ser resueltos sino
públicamente, como la violencia doméstica y el acoso sexual.
En tercer lugar, los partidos tienen que transformarse y adoptar formas de organización
mucho más abiertas, que les permitan una relación cercana con la sociedad civil. La
oligarquía y las pertenencias rígidas no pueden perdurar en un mundo en donde la apertura
comercial y la competencia han ganado preponderancia y aceptación; donde la
"flexibilidad" en el trabajo parece imponerse y donde el espacio cibernético ha construido
una especie de ubicuidad. En esas condiciones los partidos políticos no pueden aspirar a
mantener lealtades políticas a largo plazo. Tienen que ingresar en la corriente de la
competitividad con base en planteamientos viables sobre el gobierno del país, a corto y
mediano plazo. Dada la proliferación de espacios para la acción política, los partidos deben
aceptar la existencia de otras formas de acción política fuera de su control.
En cuarto lugar, los partidos tienen que reconstruir el campo de las sanas diferencias. En un
artículo reciente, Lechner (1997) dice que "Se suele analizar a los partidos políticos
fundamentalmente como instancias de agregación de intereses, siendo por igual importante
(y a veces más importante) considerar el otro papel de los partidos: ofrecer códigos
interpretativos de la realidad." Hoy en día hay un vacío de códigos y un interés centrado en
la administración de las instituciones, que se refleja en el énfasis en aspectos tales como
eficacia, transparencia, rendición de cuentas, etc. No es que esto no sea importante, pero no
puede ser lo único. La política debe recobrar el sentido que se ha perdido, para que el
ejercicio de la ciudadanía vuelva también a tener sentido. Ya no parece válido ofrecer
durante las campañas electorales como en los tiempos del populismo, para llegar al
gobierno a actuar como neoliberales, apostando a la memoria flaca de los votantes. Hoy en
día estos parecen haber tomado conciencia del engaño al que han sido sometidos y no están
dispuestos a seguir el juego irresponsable de partidos y políticos. La transparencia en el
discurso y en la toma de decisiones ha emergido como uno de los requisitos para la
revitalización de la política en los últimos años del Siglo XX.
San Ramón, Tres Ríos, diciembre de 1997.
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Bibliografía
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Arditi, Benjamín, "La mutación de la política: un mapa del escenario post-liberal de
la política", Nueva Sociedad, N° 150 (julio-agosto 1997), 10-8.
García Canclini, Néstor, Consumidores y ciudadanos; conflictos multiculturales de
la globalización. México; Grijalbo, 1995
Hirschman, Albert O., Interés privado y acción pública. México: Fondo de Cultura
Económica, 1986.
Hirschman, Albert O., Salida, voz y lealtad; México: Fondo de Cultura Económica,
1977
Lechner, Norbert, "La. dimensión cultural de la política; una conversación con
Norbert Lechner", NEXOS, N° 237 (setiembre 1997).
“Las transformaciones de la política”, en Lechner, Norbert y otros, Globalización,
política y partidos. San José: Cuaderno de Ciencias Sociales Nº 87, Programa
FLACSO-Costa Rica, 1996.
Panebianco, Angelo, Modelos de Partido. México: Alianza Editorial, 1993.
Raventós, Ciska, The Production of an order: The Structural Adjustment in Costa
Rica (1980-1995). New York: Ph.D. Thesis, New School for Social Research, 1996.
Touraine, Alain. ¿Qué es la democracia? Madrid: Temas de Hoy, 1994.
11
Foro Electrónico sobre Participación y Abstención
Electoral en América Latina
Antecedentes
La convocatoria para la participación en el Foro Electrónico sobre Participación
Política y Abstención Electoral en América Latina, circuló en la Sección
Especializada de CAPEL en el sitio del Instituto Interamericano de Derechos Humanos
bajo los siguientes términos:
¿Por qué un nuevo foro?
Dadas las múltiples peticiones para la apertura de un espacio de discusión sobre la
participación y abstención electoral, el Centro de Asesoría y Promoción Electoral
(CAPEL) abrirá un foro electrónico sobre dicho tema con el fin de contribuir con el
desarrollo de su estudio.
¿Cuál es la dinámica?
•
•
•
•
Se utilizará el espacio para foros electrónicos provisto por la Red Electoral de
las Américas (http://www.iidh.ed.cr/comunidades/RedElectoral), en el cual se
han habilitado distintos temas sobre la participación y abstención.
La actividad contará con el apoyo de una moderadora y con la publicación en el
sitio web de CAPEL (en la sección de Aportes Académicos) de un cuadro con
resultados electorales en Latinoamérica y ponencias de apoyo para cada tema.
Además, dado que la temática de la XVII Conferencia de Tikal es afín al foro,
las ponencias que se deriven de ella se publicarán en la sección “Asociación de
Organismos Electorales” (en Conferencias del Protocolo de Tikal) de nuestra
página.
Al final se realizará una síntesis derivada de los debates y se clausurará el foro.
Participación ciudadana
Texto base: Seminario “Nuevos perfiles y mecanismos de participación de la sociedad
civil en América Latina y el Caribe”. Rodrigo Carazo Odio.
La vida en democracia supone dos componentes fundamentales: una clase gobernante
que trabaje en beneficio del país y una clase gobernada que elija y fiscalice a quienes la
representan. Tanto la una como la otra llevan sobre sí la responsabilidad de hacer
funcionar la vida social, política y democrática de un país. Así, es de suponer que los
altos grados de abstencionismo ponen en peligro a la democracia en el tanto la toma de
decisiones la llevará a cabo un grupo ajeno a la realidad de la población.
ƒ
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¿Qué tan abiertos están los partidos políticos a la participación ciudadana en la
toma de decisiones?
¿Qué tan dispuestos están los ciudadanos a participar?
El destierro del autoritarismo como forma de gobierno, sea bajo formatos militares o
civiles, tuvo que ceder su lugar a regímenes y a liderazgos que basaron su legitimidad
en la promoción de las libertades políticas, como parte del conjunto de derechos
fundamentales que las sociedades de América añoraban.
El voto, las elecciones, los procesos libres y competidos, tuvieron en ese momento un
papel primordial en la configuración del mapa político de nuestra América. Justamente
en este primer paso los Organismos Electorales encontraron el rumbo de su identidad
para emprender procesos de fortalecimiento institucional que le permitieran cumplir con
sus responsabilidades de organizar, planificar, administrar y juzgar procesos electorales
y convertirse en factores fundamentales de los procesos de consolidación democrática
que experimenten sus propios países.
La importancia de las elecciones latinoamericanas en el último cuarto de siglo radicó en
el hecho mismo de que se celebraran y se organizaran bien. No era fácil, ni ocurría en
toda la región. La lección fue clara: votar no es cualquier cosa. Requiere de la extensión
y de la asimilación de una cultura cívica por parte de la mayoría de la población,
eficacia de unas instituciones capaces de garantizar el ejercicio del voto, la competencia
de varios partidos, el debate libre sostenido en unos medios de comunicación libres.
Votar es lo primero y principal porque se apoya a un determinado gobierno y a sus
políticas actuales; o porque, al contrario, se quiere terminar con ese gobierno, y censurar
su política y exigirle una reflexión y rectificación en la oposición. Al fin y al cabo, la
sustancia de la democracia es eso: la posibilidad de la alternancia en el ejercicio del
poder, a plazo fijo y según procedimientos convenidos en la Constitución.
Pero a pesar de este perfeccionamiento técnico en la región la política se viene
desacreditando. De distintas maneras la ciudadanía viene expresando su disgusto o su
indiferencia frente a la forma en que se comporta la llamada “clase política”; y esa
actitud, que ya está presente en la mayoría de países de América, es muy nociva y
dañina para el buen desenvolvimiento de la democracia que exige, como premisa
mayor, la credibilidad política. En tal sentido, hay que reconocer que las mismas fuerzas
políticas –partidarias- podrían llegar a convertirse en el principal factor “antisistema”.
Las democracias solo se sostienen con el beneplácito de los pueblos y este beneplácito
solo se logra y se sostiene cuando los ciudadanos comunes y corrientes reciben los
beneficios progresivos del progreso; cuando la población tiene el poder de decidir sobre
el destino político de su sociedad. No es imaginable que el sistema se mantenga
incólume cuando los electores están crónicamente descontentos. Esto es de sicología
social elemental.
Roberto Cuéllar
Con respecto a la participación ciudadana, me gustaría hacer un comentario referido a la
misma en relación con la elaboración de las leyes.
La iniciativa legislativa popular, consiste en un instrumento de participación del
pueblo en el inicio del procedimiento legislativo, su utilización es de carácter
excepcional, ya que la mayoría de los Estados que la han incorporado consagran la
forma representativa de gobierno, siendo este siglo el que la ha integrado a las
Constituciones con carácter subsidiario en el marco institucional de las democracias
representativas.
LA PARTICIPACIÓN DIRECTA EN LA ACTUALIDAD
Sani destaca la existencia de tres niveles de participación política: el primero lo designa
con el término de presencia y se refiere a comportamientos esencialmente receptivos, en
los que el individuo no actúa personalmente, el segundo lo denomina activación , en
donde el sujeto desarrolla fuera o dentro de una organización política una serie de
actividades, y luego el término participación, en sentido estricto, sería para situaciones
en las que el individuo contribuye directa o indirectamente en una situación política [1]
Hay que destacar que si bien estas dos últimas formas de "participar" estarían destinadas
para grandes sectores de la sociedad, ya sea a través de los partidos políticos o las
elecciones, no sólo a través de estos canales se llega al aporte directo del ciudadano en
las políticas públicas, la iniciativa legislativa popular, debería ser otra de las opciones.
Sin embargo, dos factores van a condicionar positiva o negativamente la participación
política; siendo estos las instituciones políticas existentes y la cultura política de la
sociedad en cuestión [2]
En “La iniciativa legislativo popular, ¿un instrumento de participación? [3] Comparo
la situación de la misma en distintos países de Latinoamérica que la incluyen en sus
Constituciones. Como conclusión observé que esta institución no se utiliza o se utiliza
poco, a pesar de estar regulada y consagrada Constitucionalmente, se podría decir que
casi es decorativa y su funcionalidad es más que dudosa teniendo en cuenta todos los
requisitos necesarios para su ejercicio y a sabiendas que en cualquier caso la decisión
última siempre corresponde al órgano representativo.
Pienso, que si se incorpora una institución en la Constitución aunque sea con carácter
subsidiario, tiene que hacerse con todas sus consecuencias y no parece lógico incorporar
instituciones, para imponerle luego un cúmulo de limitaciones que las deje
neutralizadas.
No obstante esto, los Estados que la han incluido optaron por una vía intermedia que no
puede satisfacer ni a los partidarios ni a los detractores de la misma y que la deja
consagrada a nivel Constitucional, pero en desuso al mismo tiempo, expresando un
doble discurso normativo.
El objeto de la iniciativa legislativa es laudable en el sentido de que los ciudadanos
pueden llegar al Parlamento con propuestas normativas al legislador para la aprobación
de disposiciones que satisfagan demandas de distintos grupos que no encuentran eco en
las formaciones políticas con representación parlamentaria y por lo tanto me parece que
sería importante contar con una regulación a nivel de legislación ordinaria que satisfaga
su esencia.
Por lo señalado, considero que el verdadero espíritu de los artículos constitucionales y
de las leyes reglamentarias que la regulan ha de ser amplio para que se cumpla el
verdadero objeto de la misma.
Este caso nos evidencia como a veces se crean mecanismos de participación directa
ciudadana, incluso con rango Constitucional, pero con tantas trabas, que a la larga se
genera un efecto contrario al de participar, e incluso podría causar niveles de apatía y
desinterés de los ciudadanos por las cosas públicas.
[1] ALCANTARA SAEZ, Manuel: "Gobernabilidad Crisis y cambio" Ed. Centro de
Estudios Constitucionales. Madrid, 1994. Pág. 64.
[2] SANI, Giacomo: "Participación Política". En Bobbio y Mateucci "Diccionario de
Política". Ed. Siglo XXI. 1981, Madrid. Págs. 1181 - 1182.
[3] Giselle Mizrahi Mass “La iniciativa legislativa popular ¿un instrumento de
participación? Universidad de Salamanca
Giselle Mizrahi
La participación ciudadana y los nuevos esquemas democráticos Contemplar el
concepto de democracia, hoy por hoy, obliga a considerar como mecanismos de
participación ciudadana, no sólo las elecciones como forma de designación de
autoridades, sino también todos aquellos que permitan la injerencia colectiva en la
formulación de políticas públicas (en sus fases de elaboración o adopción) y el control
de gestión, llámese referendos revocatorios o recall.
Venezuela, a partir de 1999, incorporó en su recién aprobada Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (CRBV) un conjunto de dispositivos dirigidos a
incrementar cualitativa y cuantitativamente las formas de inserción social en la política,
partiendo de un paradigma de democracia participativa, esbozado en su Artículo 5, que
reza:
“Artículo 5. La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la
ejerce directamente en la forma prevista en esta Constitución y en la ley, e
indirectamente, mediante el sufragio, por los órganos que ejercen el Poder
Público.
Los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos”.
Tal participación, incluye mecanismos como: elección de cargos públicos, referendos
(aprobatorio, abrogatorio y consultivo), consulta popular, revocatoria del mandato,
iniciativa legislativa, constitucional y constituyente, cabildo abierto, asamblea de
ciudadanos, entre otros. (Artículo 70 CRBV). De igual forma, se consagra el mandato
constitucional de contar con representantes de la sociedad civil o al menos la vigilancia
de éstos, en la designación de autoridades de los poderes públicos no sometidos a
elección popular como los son el Poder Judicial (Art. 264 CRBV), Poder Electoral (295
y siguiente CRBV) y Poder Ciudadano (Art. 279 CRBV) e incluso formar parte de
ellos, como es el caso de la administración electoral subalterna (Juntas Regionales,
Municipales y Mesas Electorales), órganos temporales, ad hoc, integrados por
miembros seleccionados de forma imperativa (servicio electoral obligatorio) a través de
un sistema aleatorio.
Adicionalmente, la citada carta magna regula a órganos de la sociedad civil, tales como
partidos políticos, gremios y sindicatos, en lo concerniente a la organización de sus
procesos electorales (Art. 293, numeral 6) a objeto de garantizar la democratización y la
consagración del derecho de participación de sus afiliados, delegando tal atribución al
Consejo Nacional Electoral como ente rector del Poder Electoral.
No obstante, materializar tales principios no ha resultado tarea fácil y muestra de ello lo
encontramos en: 1) los mecanismos de designación cooptativa y por ende no a tono con
el mandato constitucional, por parte de la Asamblea Nacional Constituyente, de los
representantes de los Poderes Ciudadano, Judicial y Electoral en el año 2000,
argumentándose una presunta “ilegitimidad institucional” y la necesidad de renovar los
mandatos electos popularmente en 1998, además de lo complejo de instrumentar la
recientemente aprobada Constitución; 2) la interpretación realizada por el legislador
sobre la composición del Comité de Postulaciones del Poder Electoral,
(mayoritariamente integrado por Diputados de la Asamblea Nacional, pese a lo
estipulado expresamente en la CRBV en cuanto a que debían ser de la sociedad civil) en
el proceso efectuado en el 2003; 3) las normas que regulan los procesos electorales
gremiales (CNE, 2003) en las cuales se disponen mecanismos limitantes de la
autonomía de las Comisiones Gremiales y por ende de la sociedad civil (se permite la
interposición de recursos de impugnación directamente ante el CNE, obviando al órgano
natural como lo es la comisión electoral; nombrando funcionarios del CNE apostados en
las mesas electorales con el objeto de recabar una copia del Acta de Escrutinio;
considerando la factibilidad técnica del ente comicial como criterio suficiente para
aprobar o rechazar la fecha de celebración de elecciones; entre otros).
Sin embargo, el caso actual más prominente de la intervención estatal en los espacios
públicos lo encontramos en el Anteproyecto que sobre los referendos revocatorios
presentó para su discusión la recientemente designada directiva del Consejo Nacional
Electoral, en las cuales por ejemplo: se limitaba la participación ciudadana puesto que
se les obligaba a las agrupaciones de la sociedad civil que deseasen solicitar este tipo de
consulta inscribirse previamente ante el órgano electoral; se establecieron trabas para su
cumplimiento, a saber: procesos altamente burocratizados, lapsos indefinidos y/o
engañosos, obligatoriedad de utilizar sistemas automatizados de votación en un país que
en más de 45 años de democracia no ha logrado implantarlo, por citar solo algunos.
Tales normas fueron parcialmente modificadas, generándose las Normas para regular
los procesos de Referendos Revocatorios de mandato de cargos de elección popular
(CNE; 09/2003), en las cuales si bien se coloca a los solicitantes en un trabajo difícil, no
es menos cierto que lo hace medianamente factible. Cabe la pena destacar el papel
protagónico de los sectores organizados de la sociedad y especialmente de los medios
de comunicación, en un doble rol: como actores participantes y voceros de terceros; en
la colocación como tema de agenda y promotores de las modificaciones efectuadas en el
mencionado Anteproyecto.
Con todo esto se puede concluir, al menos:
1. La importancia del cambio de paradigma representativo (principalmente elecciones
y partidos políticos) por uno participativo (múltiples mecanismos de participación
ciudadana por grandes sectores de la sociedad civil) como forma de fortalecimiento
de la democracia;
2. El peso y la significación que establece la consagración constitucional en el cambio
de dicho paradigma;
3. Las diversas formas como se pueden articular los mecanismos de participación
ciudadana, que van incluso más allá de la esfera pública;
4. La resistencia por parte del Estado, los gobiernos de turno – especialmente aquellos
no vinculados materialmente con los nuevos paradigmas de democracia, o peor aún,
con los regímenes de libertades - e incluso de los partidos políticos de acatar en la
práctica los dispositivos legales de la participación.
MSc Jesús Castellanos
Prof. PostGrado Sistema y Procesos Electorales
Universidad Central de Venezuela
Legitimidad
Texto base: El fraude electoral de las democracias formales. Marcos Roitman
Rosenmann.
Uno de los requisitos fundamentales para la vida en democracia es el consenso y la
aprobación de la actuación gubernamental, y uno de los primeros pasos para alcanzarlos
consiste en llegar al poder con un fuerte apoyo electoral. Sin embargo, la afluencia a las
urnas electorales ha pasado de ser un ejercicio cívico primordial a una práctica cada vez
más difícil. Por ejemplo, de los 3.171.224 electores hábiles para las elecciones
presidenciales salvadoreñas en 1999, únicamente sufragaron 1.223.215. De ese 38.57%
de participantes, solo el 19.37% votó por el actual presidente Flores.
A partir de los altos grados de abstencionismo señalados ¿cuáles reformas
electorales cree usted podría reforzar la legitimidad del sistema político-electoral y
de los políticos?
Dado que en muchas ocasiones las leyes y sus reformas no tienen un impacto efectivo
en el comportamiento diario de las personas, creo que la solución no está en
implementar nuevas reglas en el campo jurídico, sino nuevas reglas en el juego
cotidiano de los ciudadanos, ya que pienso que las medidas que impactan de forma
directa la mente de las personas son las de mayor efectividad y eficacia.
Por lo tanto, creo que una forma de darle legitimidad al sistema político-electoral, a los
partidos políticos y a los políticos mismos es haciéndole ver a la ciudadanía la relación
triangular que hay entre participación electoral-legitimidad-gobernabilidad. Me explico:
•
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•
•
El abstencionismo desemboca en la elección de gobernantes no aprobados por la
mayoría (y, por lo tanto, lejanos de ella).
Estos, a la vez gobernarán en función de los que lo eligieron (es decir, de una
minoría).
Por lo anterior, se tomarán decisiones en función de una minoría pero que afectarán
a la totalidad de la población.
Con un gobierno que toma decisiones contrarias a las necesidades y/o voluntades de
la mayoría, los problemas de ingobernabilidad (ej. bloqueos de carreteras, huelgas,
enfrentamientos entre civiles y la policía, etc.) están a la orden del día.
Así, notando la relación directa que hay entre problemas de gobernabilidad y
abstencionismo se hace más claro el rumbo adecuado para la toma de decisiones en
materia de participación electoral, por lo que creo que, desde la infancia, debe educarse
a los futuros ciudadanos tomando en cuenta este enfoque triangular: abstenerse de votar
conlleva a ser dirigidos por gobernantes que, muy probablemente, no satisfagan nuestras
necesidades.
Finalmente, soy de la firme convicción de que los encargados de tratar el problema del
abstencionismo (ya sea el órgano electoral, los partidos políticos, alguna ONG, etc.)
deberían de leer entre líneas para tratar de entender el por qué del comportamiento
electoral de las personas. Es decir, se debería de atacar el abstencionismo desde la raíz,
o mejor dicho desde el enfoque del elector, para dar con soluciones de impacto real.
Sergio
Corrupción
Texto base: Visión contemporánea de la corrupción. Michel Rowland.
Los actos de corrupción cometidos por la clase política violentan el principio del bien
común y burlan la tarea asignada por la ciudadanía de contribuir con el desarrollo del
país. La corrupción es un mal que corroe la igualdad, la confianza y la legitimidad y que
actúa en detrimento de la vida en democracia.
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¿Cree usted que el abstencionismo es una consecuencia de la corrupción?
¿Considera que la clase política funda su accionar en los principios del bien
común?
Indirectamente sí, ya que a través de los años en un sistema político como el de nuestro
país (ECUADOR), con su inestabilidad económica, social y sobre todo política, este
mal de los últimos años, llamado CORRUPCIÓN, ha mermado en sí en la ciudadanía la
creencia en uno o varias personas, así como en Organismos e Instituciones Públicos, no
solo de carácter público, sino también esta mano negra ha llegado al Sector Privado.
Creo importante tomar en consideración la definición de CORRUPCIÓN aplicándola al
sector público, la misma que dice:
“Es el abuso de poder público para obtener beneficio particular”
En nuestro país, en estos últimos tiempos hemos vivido el apogeo de esta, en este
sector, Presidentes que se han llenado los bolsillos con la plata del pueblo, escapando
sin la menor dificultad y gozando de los beneficios ajenos en el extranjero, Funcionarios
menores, acostumbrados a ser coimados para realizar trámites o impulsarlos, sin
ninguna sanción tampoco.
En pocas palabras esta degradación humana que ha llegado a nuestros países, ha sido
devastadora en todos los sentidos, escándalos tras escándalos, todo el mundo en contra,
leyes imperfectas o no aplicadas como se debería, nuevamente por esta lacra llamada
CORRUPCIÓN.
Los pueblos en sí, y sus “Gobernantes”, han intentado de todas las formas posibles
erradicarla, pero nada ha sido realmente suficiente para conseguirlo, creo que la única
solución sería que volviéramos a nacer.
La CORRUPCIÓN ha afectado tanto a nuestros países, que hasta en la parte electoral se
notan las consecuencias, la desconfianza que ha creado en el pueblo hacia sus “líderes”,
convirtiéndose en un círculo vicioso, en un cuento de nunca acabar.
Las fórmulas que éstos “líderes” han buscado para convencer nuevamente a los
electores, ha sido justamente el combatir la CORRUPCIÓN.
Pero al alcanzar el Poder, viene una grande y grave pregunta: ¿Cómo podemos confiar
en esa persona en la que pusimos toda nuestra confianza para que nos ayude a
solucionar tantos problemas, si al llegar, ellos son los primeros en caer en la trampa de
la CORRUPCIÓN?.... La respuesta es sencilla, muchos de éstos “líderes” nunca fueron
nada, ni tuvieron nada, de repente de ven rodeados de poder y dinero, y eso los lleva
muchas veces corromperse o también se dejan corromper por quienes los rodean,
queriendo tener lo que nunca tuvieron y cada vez más a costa de millones de personas
que confiaron en ellos.
No podemos encasillar a la CORRUPCIÓN solo por buscar dinero, sino la que es peor,
la que busca PODER.
Podemos concluir entonces, que si ha afectado la concurrencia de los electores a las
urnas, gracias a la falta de seriedad, honorabilidad, ética y sobre todo lealtad de parte de
los “líderes”, hacia el pueblo que fue el responsable de que hayan alcanzado esas
posiciones.
¿Considera que la clase política funda su accionar en los principios del bien común?
Esa es la idea de la clase política, existen muchos sujetos políticos con buenas
intenciones y buenas ideas, pero lamentablemente eso no es suficiente, el problema
básico es que se rodean de las personas no adecuadas, perdiendo el objetivo y las metas
que los hicieron llegar hasta allá; estas “terceras personas” logran que muchos de los
sujetos o grupos políticos sean encasillados de la misma forma. NO debemos tampoco
generalizar esta visión, ya que existen “líderes” valiosos que no han permitido que ese
gusanito de la CORRUPCIÓN se meta en ellos, pero realmente son casos contados con
los dedos.
Por otro lado existen también clases políticas, fuertemente cimentadas, económica e
ideológicamente, que tienen un solo propósito, ver la forma de cómo sacar más réditos
personales a costa de los demás.
Pero hablar del accionar de principios del bien común en la clase política, me parece
muy diferente a la realidad que atraviesan nuestros países.
Lcdo. José Gabriel Terán Varea
Coordinador de Relaciones Internacionales
Tribunal Supremo Electoral de Ecuador
La ética: el disfraz del político Moderno
MSc. Hannia Vega, Politóloga
¿Por qué los políticos modernos sólo nos hablan de ética para resolver el problema
fiscal, de ética para resolver el problema social, de ética para resolver lo más y lo
menos? Pues bien, hoy día la ética general sea convertido en la acción para resolver
problemas tenidos por fundamentales y hasta obligatorios moralmente. Es decir, los
políticos han optado por la moralización de los medios para obtener un fin, que en la
mayoría de los países incluido CR, ese fin es el poder político. Veamos algunos
ejemplos que confirman nuestra esta afirmación.
Durante la recién pasada campaña electoral a falta de propuestas de fondo se inicio una
desgarradora competencia sobre quién era más ético o más puro, al tal punto que los
costarricenses recibimos una serie de promesas cuyo estribillo fundamentalmente era:
“cuando yo sea presidente no abra corrupción o no abra chorizo”, o “cuando mis
diputados estén en el congreso, no se comerá, no se viajará, no se pecará”. A ocho
meses del nuevo periodo constitucional, y después de al menos, cuatro escándalos
periodísticos sobre uso de vehículos para trabajar, uso de transferencias o partidas
específicas para comunidades que las necesitan, el viajar con recursos privados pero sin
que se les rebajen las dietas, el cenar en el plenario con recursos públicos, nos
preguntamos ¿no es el consejero moral el primero en traicionar sus consejos para
seguirlos brindando?, ¿no es necesaria esta traición para buscarla y repetirlo todo
siempre? Alguien que sigue o respeta una norma ¿por qué tiene que explicarla o
transmitirla si, precisamente, al hacerlo, se le pervierte?
Pues bien hoy, más que nunca entendemos por qué Maquiavelo, anunció la separación
de la moral y la política y nos habló de la ética del poder. La ética pasó a ser un discurso
entre otros para aspirar al poder por el poder mismo. Es hasta con Foucault, y Nietzsche,
que la “ética” del poder se empieza a estudiar con sus propios instrumentos, extraídos
de los más fríos de sus cinismos, carentes de juicios morales y científicos y que, desde
el discurso, serán presentados como “efectos de verdad”. La ética desaparece de estos
horizontes y se convierte en una herramienta más en manos de los grupos en lucha que
ya no solamente se reducirán a la política.
Este es el dilema al que hoy más que nunca se enfrenta el costarricense, hoy algunas
ofertas políticas, con el fin de obtener el poder político, se disfrazan de juzgadores que
construyen una imagen de las situaciones que se separan del acto único y singular que la
originó y lo ata dentro de una repetición que los demás tienen que seguir. Con este
disfraz se pretende envolver a los ciudadanos en una trama que confunde la diferencia
entre el ser y el deber ser. ¿No es absurdo invitar a algo que jamás alcanzaremos?, Será
que para ellos, es más fácil crucificar a quienes utilizan instrumentos básicos para
trabajar, en vez de perseguir a quienes no trabajan. ¿Por qué estos políticos disfrazados
ofrecen a los ciudadanos ideales éticos imposibles de cumplir?, Será por que estos
políticos disfrazados con el discurso de la ética, necesitan exigir cada vez más para
aparentar ser superiores o mejores, en un mundo donde la mayoría somos iguales. ¿Por
qué estos políticos disfrazados persiguen a los propios exigiéndoles correr detrás de
algo que siempre será inalcanzable? Será por que la obsesión, es tal que no importa la
honra de los demás.
La situación se vuelve tan trágica como divertida. Mientras unos llaman a restaurar unos
viejos valores que jamás se han puesto en práctica, otros llaman a dejarlos correr en
contextos extraños que no producirán los resultados que se esperan, engañando con ello,
una vez más al pueblo. Concluimos pues, entre regresar de donde no hemos venido y
equivocarnos al seguir adelante esperando algo que no se puede obtener, emerge la
realidad cruda y sin discurso que denominamos el disfraz de los políticos modernos, y
que no es más que una opción electoral, apetitosa.
Hannia
¿Cree usted que el abstencionismo es una consecuencia de la corrupción?
En una primera instancia podríamos decir que la corrupción en el sistema político da
como resultado el abstencionismo electoral porque la sociedad (el hombre) ha perdido
credibilidad en los políticos debido a que ellos nos muestran un doble discurso, una
doble imagen, planes de trabajo inconclusos, un equipo de trabajo de dudosa reputación
o con un conocimiento de la realidad social escaso, por lo que llega un momento en que
la presión externa los ahoga.
Podríamos decir que en estos momentos la sociedad una mayor intolerancia hacia el
incumplimiento de las promesas de campaña: al realizar comparaciones entre lo que se
dice y lo que se hace, y al constatar la pasividad o inexistencia de políticas públicas
concretas y efectivas, el electorado se siente defraudado y engañado, lo cual contribuye
a que este vea al abstencionismo como una alternativa electoral más.
Otra cosa que tenemos que analizar son las causas del abstencionismo en el libro
Diccionario Electoral editado por Instituto Interamericano de Derechos Humanos ya que
en él podemos ver algunas causas de dicho problema tales como los factores
socioeconómicos, psicológicos, políticos (ver Pág. 5) y poder ampliar más nuestro
conocimiento sobre este problema.
Podríamos concluir que la corrupción pasiva (es decir lenta, pero muy lenta…) va a
tener como resultado un abstencionismo mayor.
¿Considera que la clase política funda su accionar en los principios del bien común?
Un jefe comentaba que con las buenas intenciones no hacemos nada…
Los partidos políticos fundan sus doctrinas en buenas intenciones, en desarrollo social o
sostenible, en oportunidades para todos, igualdad de género, salud como un bien común,
etc. Sin embargo, al no cumplir con lo anterior, se da como resultado escándalos,
desfalcos, falta de credibilidad en el sistema político.
Además, un problema enorme que tiene la clase política es el llenarse de favores
políticos a terceras personas que al final repercuten en el desarrollo de su plan de
trabajo, ya que estos de alguna forma cobrarán dicha factura al grupo.
Otra cosa me gustaría discutir con el grupo es ¿qué entendemos por el bien común o que
entiende la clase política por el bien común?
Ronald J. Aguilar S.
Instituto Interamericano Derechos Humanos
Creo que la abstención no en todos los países se puede evaluarse de la misma manera,
en los países donde la democracia ha sido muy efímera y además existe mucha pobreza
y falta de desarrollo, como nuestros países llamados tercer mundistas muchas veces es
por la poca llegada a los sitios mas alejados y no se nos ha enseñado a la toma de la
conciencia cívica.
La abstención en las zonas mas desarrolladas puede ser una respuesta a la corrupción
que existe en los gobiernos ya que la clase política nos hacen ver la existencia de un
doble comportamiento dos lenguajes diferentes uno para las elecciones y el otro cuando
llegan al poder y no cumplen con sus programas.
Los Partidos Políticos fundan sus doctrinas en el bienestar común en sus planes
máximos y mínimos pero muchas veces los actores políticos de turnos son los que
destruyen la imagen y trayectoria de estos partidos con el comportamiento negativo y en
contra de los principios doctrinarios y se venden al mejor pagador de las campañas o los
favores o a beneficiar a los amigos
Martha Malpica
Ideas básicas del abstencionismo
Texto base: El abstencionismo electoral: algunos dilemas derivados de su existencia
para el derecho y la administración electoral. José Thompson
Dado que el abstencionismo es fomentado por múltiples causas como el escepticismo
hacia los procesos electorales; la hostilidad hacia la representación partidaria y la falta
de credibilidad en la honestidad de la clase política, se constata que no es una cuestión
de mera indiferencia.
¿Cree usted que los altos grados de abstencionismo merecen ser tomados en cuenta
como “una fuerza política” más?
MARKETING POLÍTICO VERSUS ABSTENCIONISMO
Por María José Bendaña
Para muchos, el fenómeno del abstencionismo se da entre otras cosas por el desencanto
y decepción que experimentan sectores de la población en relación con los Partidos
Políticos.
El abstencionismo es un indicador de la participación que muestra el porcentaje de los
no votantes sobre el total de los que tienen derecho de voto.
Es por eso, que los Partidos Políticos en las elecciones del 2003 deberían hacer un
Marketing Político, o bien dicho en nuestro idioma una comunicación política que
conquiste a ese gran número de personas que han perdido la fe y que ven desierto el
panorama político.
Los Partidos Políticos al escoger a sus candidatos, deberán hacerse el propósito de
hablar de sus propios proyectos y olvidarse de hablar del opositor, tienen que tener
presente que los recursos siempre son escasos en una campaña y hay que aprovecharlos
al máximo, para proyectar al ciudadano la idea de que la pugna es saludable.
Si bien, para posicionar a un candidato en la preferencia electoral y garantizar la
aceptación del desempeño de su gobierno, los medios de comunicación son su mejor
aliado; estos medios deberían ser para transmitir la esencia de su mensaje político y no
una herramienta para agredir a sus contrincantes.
El Diccionario del Centro de Asesoría y Promoción electoral (CAPEL) en su última
edición cita que en la actualidad los partidos son definidos en el marco del
funcionamiento de los sistemas políticos. Prácticamente no existen definiciones
globales de ellos, sino conceptualizaciones referidas a problemas acotados
(representación, articulación de intereses, legitimidad, ideologías, etc.)
Otros autores son más puntuales y opinan que los Partidos Políticos son sólo grupos
pacíficos de adversarios que creen que sus intereses y principios se defienden en uno u
otro partido, por lo que la estirpe de enemigos cambia al de opositor de ideas.
Lo cierto es que la política y los Partidos Políticos en nuestro país no son malos, es la
forma de hacer política la que no está bien. La política está presente en todas las
referencias y conexiones humanas.
Cuando un niño aprende que sonriendo o llorando para sus padres, recibirá atención y
sus deseos serán atendidos, ya está haciendo política.
Tenemos que cambiar la idea de que para un Político, el único objetivo es lograr el
triunfo electoral, debemos buscar cómo mejorar la cultura política e incrementar la
participación ciudadana.
Criticar a los líderes políticos al final no beneficia en nada, porque en las mentes de los
votantes, sólo está la preocupación de como solucionar el hambre, la salud, la vivienda
y el empleo.
El trabajo fundamental de un político es perseverar en sus esfuerzos, prepararle el
camino para realizar los objetivos que el pueblo no puede conseguir por si mismo.
Lo que el país exige en estos momentos son personas que tengan un discurso bien
sustentado, acompañado de acciones, que sean capaces de comunicar y motivar al
ciudadano que no se quede en casa lamentando su destino.
María José Bendaña
IDEAS BÁSICAS DEL ABSTENCIONISMO ELECTORAL: ALGUNOS
DILEMAS DERIVADOS DE SU EXISTENCIA PARA EL DERECHO Y LA
ADMINISTRACIÓN ELECTORAL”
El voto ciudadano, siendo como es, el basamento primero y punto de partida del sistema
democrático, representa una operación compleja que no puede reducirse a argumentar si
se lo ha de considerar como “derecho” o si le debe nominar solamente como “deber”.
Teniéndose en cuenta que, mientras no se invente otro mejor sistema de administración
y gobierno del Estado, la Democracia es lo más calificado y deseable, los encargados de
la Administración Electoral deben profundizar permanentemente su estudio y análisis, y
deben tener como meta la obligante búsqueda de su perfeccionamiento.
En esa búsqueda de perfeccionamiento, conseguir la participación de todo el
conglomerado social en capacidad de votar, es un ideal que nunca debe perderse de
vista y que debe agotar iniciativas y esfuerzos para perseguirlo.
José Thompson, el expositor de materia tan compleja hace la enumeración de las
limitaciones que contribuyen para el abstencionismo, y, señala como el primero: la
imperfección del Padrón Electoral; y, es verdad, y mucho más lo sentimos en países
como Ecuador, donde la migración es masiva; en un alto porcentaje, la migración ilegal,
de tal manera que, deja inflación del Padrón. El país no tiene referencias reales del
número de ecuatorianos en el Exterior; así: se habla de un millón; hay quienes sostienen
que dos millones; lo cual, frente a un Padrón de 8’154.424 ciudadanos, tiene una
inflación importantísima. El voto en Ecuador es obligatorio; el ausentismo registrado en
las elecciones de octubre del 2002, se aproxima al 30%. Urge un saneamiento del
Padrón; el Tribunal Supremo Electoral, después de que ya lo pidió al Congreso en el
2001, lo vuelve a hacer ahora: una reforma legal que autorizaría que a los ciudadanos
que no han votado en dos procesos seguidos, se les pase a un Padrón Pasivo, para sanear
el documento básico de la elección.
Fuera del asunto del Padrón, consideramos que las otras circunstancias puntuales
señaladas, como distancia a los centros de votación, las pérdidas que puedan sufrir en
los negocios cuando la votación es en día de trabajo, y otras de naturaleza semejante, no
son tan determinantes para el volumen de abstencionismo.
Creemos necesario dar más atención a otros factores; para ello, y para que todos
“hablemos el mismo idioma” como quiere el expositor, precisemos que el voto es
DERECHO: facultad ciudadana para elegir mandatarios y representantes, y DEBER,
porque como integrante de una gran sociedad debe aportar con sus decisiones para
afianzar el sistema, el gobierno y a quienes lo ejercen; igualmente, las leyes que se
dicten y quienes las expidan con el objetivo del bien común.
En Ecuador, repetimos, el voto es obligatorio: a excepción de los mayores de 65 años y
los analfabetos, que tienen voto facultativo; se estudia, agregar a este voto facultativo a
los DISCAPACITADOS, aparte de que consideramos también normas que les faciliten
el cumplimiento del derecho si desean hacerlo. Las elecciones se cumplen siempre en
día domingo para que no haya interferencia con días de trabajo y actividad. Se procura,
dentro de limitaciones que siempre existen, ofrecer facilidades para el ejercicio del voto;
las mujeres votan en filas separadas de los hombres; los votantes reciben un
comprobante que, luego, les es necesario para gestiones bancarias, administrativas,
judiciales. Por ser obligatorio el voto está sancionada su falta: por consideraciones de la
pobreza de la gente la sanción es pequeña: 4 DÓLARES, pero para niveles de capacidad
económica, la pequeña multa alienta a la ausencia: evitarse las incomodidades y
esfuerzos que significa votar, si se subsana con solo 4 DÓLARES, a mucha gente le
invita a no votar. La multa por no votar en el vecino Perú, es equivalente de 30
DÓLARES.
Antes de concluir con este aparte, será conveniente insistir en que es principio de moral
elemental que todo derecho incluye un deber. Por otra parte, la Declaración de los
Derechos Humanos, dice:
“Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país,
directamente o por medio de representantes libremente elegidos.....
La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público;
esta voluntad se expresará mediante elecciones auténticas que habrán
de celebrarse periódicamente, por sufragio universal y por voto
secreto u otro procedimiento equivalente que garantice ala libertad
del voto”
Mientras en la Carta Democrática Interamericana, se lee:
“El ejercicio efectivo de la democracia representativa es la base del
estado de derecho y los regímenes constitucionales de los Estados
Miembros de la Organización de los Estados Americanos. La
democracia representativa se refuerza y profundiza con la
participación permanente ética y responsable de la ciudadanía en un
marco de legalidad conforme al respectivo orden constitucional”.
Por consiguiente: si el ciudadano tiene el derecho de votar tiene la correlativa
obligación de ejercer el voto para alcanzar tal derecho; dejar de ejercerlo, no es el
ejercicio de un derecho humano, es la conspiración contra ese derecho y contra el
sistema: es subversión condenable, porque cada ciudadano es miembro de la soberanía
de la nación. Quien no concuerde, puede votar nulo o votar en blanco; pero dejar de
hacerlo a conciencia, es deslegitimar lo que hace la mayoría que es la que da sostén y
legitimidad al sistema democrático. Hagamos todo lo que se pueda, para mejorar, para
perfeccionar la democracia, pero no conspiremos contra ella, menos en calidad de
grandes responsables de ese gran don en la vida de los pueblos.
Pero, en nuestro concepto hay dos factores más determinantes para el ausentismo:
1) La falta de cultura cívica
2) El rechazo al sistema y a los candidatos
1) La falta de cultura cívica.- El mundo va repletándose de nuevos objetivos, nuevos
estímulos y nuevos anhelos para la vida. Hay una crisis de valores, de idealismo, de
patriotismo. Creemos que hay hasta una confusión de conceptos: considerar un derecho
humano, la subversión contra lo que constituye la base y sustento de la gobernabilidad,
el progreso y la búsqueda del bien común; considerar que es derecho humano oponerse
al derecho-deber del voto, es invitación a la anarquía; la anarquía es la antítesis de la
democracia, quienes así piensen, nada tienen que hacer en la barrera que sueña y trabaja
por la promoción de la democracia.
En la vida y marcha de los organismos de administración electoral, siempre habrá
espacio para ocupar un papel protagónico en la formación de la conciencia del
ciudadano.
En esa línea de pensamiento se ha insinuado al Pleno del Tribunal Supremo Electoral
(20-05-2003):
“La tarea más importante del Tribunal es trabajar por robustecer la
convicción ciudadana con una profunda conciencia democrática y
con la siembra de una nueva conciencia de respeto y rectitud de
procedimientos. Debería volverse al empeño de trabajar con el
Ministerio de Educación y Cultura para cambiar el pensum de
estudios, y crear honda responsabilidad cívica desde el inicio de la
Educación; convertir a los Tribunales Provinciales Electorales en
promotores de cultura republicana; y, buscar una acción concertada
de todos los entes del gobierno, de la política y de la sociedad, para
trabajar en la misma dirección. El fruto no será inmediato, pero
quedaría la enorme satisfacción de haberlo iniciado”.
2) El rechazo al sistema y a los candidatos.- No podemos negar que hay esta
situación. Frente a ello, los Organismos administradores, tienen nuevamente, su función
y su tarea: por los medios y diferentes arbitrios existentes, con iniciativas nuevas y con
acción decidida, deben promover todos los eventos orientados a alcanzar el diálogo con
todos los sectores, diálogo que tenga como objetivo la exposición de la bondad del
sistema y la búsqueda de su mejoramiento por la acción de todos sus actores.
De otro lado, no podemos desconocer que el sistema tal como lo vivimos, él mismo
aporta elementos para que la gente exprese su rechazo, pues, en la práctica, candidatos
de dudosa nominación, alcanzan el triunfo por el voto ciudadano esperanzado;
encumbrados a la función se olvidan del programa ofrecido; ignoran al pueblo que los
eligió, nunca vuelven sobre la obligada búsqueda del bien común, ni más toman en
cuenta la democracia que deben servir y cultivar; esto cuando no, toman la función
como botín para agnados y cognados, fuente de negocios, de enriquecimiento indebido,
etc.
Es indispensable que las leyes y las administraciones electorales, vigilen la
democratización de los partidos, especialmente para la selección de candidatos a
funciones de elección; la presentación de serios programas de acción o de gobierno;
rendición periódica de cuentas durante el desempeño, y ágil revocatoria del mandato
cuando las circunstancias ameriten y cuando el electorado haya sido defraudado. Todo,
porque la democracia y la elección popular no es para servirse: es para servir.
Que vuelva la fe del electorado y su espontánea participación será consecuencia de que
la oferta y el desempeño se unifiquen, y el servicio público sea entrega y apostolado.
Quito, Agosto 18 del 2003
Lcdo. José Gabriel Terán Varea
Coordinador de Relaciones Internacionales
Tribunal Supremo Electoral de Ecuador
Considero que más allá del marketing político por parte de los organismos electorales
para superar el problema del abstencionismo, debería trabajarse en devolver la
credibilidad a los ciudadanos.
No estaría mal empezar por hacer un estudio serio, a nivel cuantitativo, que nos indique
las causas específicas, porque muchos hablan de la corrupción, otros de las promesas sin
cumplir, pero no conozco datos cuantitativos que me digan que a nivel latinoamericano,
centroamericano o incluso a nivel nacional, determinado porcentaje de personas no
fueron a votar por determinadas razones.
Generalmente las cifras de abstencionismo son cifras globales, no toman en cuenta que
algunas personas perdieron la identificación y les dio pereza tramitarla a tiempo o la
perdió cuando el plazo de reposición había expirado; no se toma en cuenta si la persona
estaba enferma, no había hecho traslado y el lugar de votación le quedaba lejos, no
confiaba en los partidos políticos; salió perdedor en alguna convención interna y
entonces decidió no votar antes de votar por el candidato triunfador o partido
contrario??
En fin, son variables de variables y si queremos enfrentar el problema, primero
deberíamos de tener un diagnóstico mas preciso que la simple percepción popular.
Silvia
Con respecto al comentario efectuado por Silvia, me gustaría hacer un par de
observaciones.
Con base en las definiciones académicas referidas al fenómeno del abstencionismo y
con base en el texto de José Thompson, se distinguen bien las razones que están “fuera
del control” de la institucionalidad política y aquéllas que le competen a ella
directamente. Con esto quiero resaltar que las razones acotadas por Silvia apuntan más
al carácter impredecible de la cotidianidad que a los fallos o debilidades de los sistemas
político-electorales latinoamericanos, ya que no es lo mismo las razones coyunturales
que las estructurales. Así, me parece que el estudio del abstencionismo debe dirigirse
hacia las razones estructurales del problema y no en los incidentes de la vida cotidiana,
ya que, a fin de cuentas, es sobre sus propias fallas que el sistema puede tener un mayor
nivel de respuesta y un mayor control.
En lo que sí concuerdo con Silvia es en la necesidad de tener estudios formales y
precisos sobre la desafección política, por lo que pienso que los datos sobre los que
deben fundarse los diagnósticos no solo deben ser estadísticas electorales, sino que,
además, deben ser estudios de opinión popular, encuestas y sondeos que permitan
conocer las debilidades del sistema como estructura sistémica generadora de respuestas.
Es decir, se deben buscar las razones del abstencionismo en las fuentes mismas del
problema con el fin de darle una solución más apegada a la realidad social, política y
económica del país y, por ende, más eficaz y eficiente.
Sergio
Con base en los comentarios de Silvia y Sergio, creo que deberíamos preguntarnos que
esta pasando en nuestro medio político para que la sociedad votante se abstenga a ir al
recinto electoral.
Las encuestas reflejan la punta del iceberg del problema, pero más bien creo que se
debiera impartir educación electoral al ciudadano para que este evalúe su partido, su
candidato, su plan integral de trabajo y un sin fin de detalles, que el individuo después
de analizar brevemente decida votar y no continúe con el circulo vicioso del
tradicionalismo familiar electoral, aquí los medios de comunicación cumplen un papel
de vital importancia para que la sociedad votante analice a cada uno de los candidatos
presidenciales, los entreviste, analice el plan de trabajo, su equipo de trabajo, sin ser
amarillista o sensacionalista y después vote con su mayor tranquilidad.
Los Ministerios de Educación, los Tribunales Electorales y las redes de apoyo deberían
readecuar la materia de educación cívica para que esta incluya los aspectos primordiales
de la enseñanza electoral, con el fin de formar ciudadanos políticamente responsables y
para que el niño aprenda a ser un evaluador del sistema electoral.
Ronald J. Aguilar S.
Instituto Interamericano Derechos Humanos
EL ABSTENCIONISMO PUEDE SER EL GRAN ELECTOR
Mario Seing
En un sistema electoral1 nos encontramos frente a dos grandes grupos de electores: los
que participan y votan y los que no lo hacen, o sea los abstencionistas.
LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA
Muy rápidamente podemos referirnos a la participación política definiéndola como:
“...toda actividad de los ciudadanos dirigida a intervenir en la designación de sus
gobernantes o a influir en la formación de la política estatal. Comprende las acciones
colectivas o individuales, legales o ilegales, de apoyo o de presión, mediante las cuales
una o varias personas intentan incidir en las decisiones acerca del tipo de gobierno que
debe regir una sociedad, en la manera cómo se dirige al Estado en dicho país, o en
decisiones específicas del gobierno que afectan a una comunidad o a sus miembros
individuales”. Clasifican a los ciudadanos en ”gladiadores”, “quienes tomaban parte
activa en la campaña electoral así como en las otras actividades” “espectadores”,
quienes se limitaban a votar, y “apáticos”, quienes ni siquiera votaban”2. Los mismos
autores nos dicen que hay dos clases de factores que estimulan o desalientan en los
niveles de participación política: “Factores institucionales: Comprenden las
características propias del sistema político y el ordenamiento jurídico que lo rige, como
la obligatoriedad o no del voto, el tipo de registro electoral, las facilidades legales para
el sufragio y el sistema electoral son aspectos jurídicos que afectan la participación
electoral”.
1
Se entiende por sistema electoral “como el conjunto de reglas y procedimientos conforme a los cuales se convocan y
celebran las elecciones, se asignan los escaños a tenor de los votos obtenidos por las candidaturas y se resuelven los
recursos a que todo este proceso diere lugar. Su importancia viene determinada por la influencia que puede ejercer en
el comportamiento del electorado, en la representatividad de las Cámaras, en la configuración del sistema de partidos,
en la formación de un Gobierno eficaz, e incluso, finalmente, en la legitimación del régimen democrático. De la
anterior definición descriptiva se pueden inferir sus elementos más importantes. Son los siguientes: 1) Derecho de
sufragio; 2) Censo electoral; 3) Campaña electoral; 4) Forma de voto; 5) Circunscripción electoral; 6) Fórmula de
escrutinio; 7) Recursos”. Antonio Torres del Moral, Estado de Derecho y Democracia de Partidos, Servicio de
Publicaciones de la Facultad de Derecho, Universidad Complutense, Madrid, 1991, pág. 370-371.
2
José E. Molina Vega, Carmen Pérez Baralt. DICCIONARIO ELECTORAL. Tomo II IIDH Serie de Elecciones y
Democracia, Agencia Española de Cooperación Internacional, pág. 955-956.
Los otros son los Factores individuales que se refieren a “algunas características de los
individuos, sociológicas o psicológicas, que aparecen asociadas con los niveles de
participación política. Hasta ahora la tendencia encontrada indica que en condiciones
similares, tienden a ser más activos los adultos que los jóvenes y los ancianos, los
hombres que las mujeres, y los de mayores recursos socioeconómicos (educación,
ocupación, ingresos). Particularmente importante tiende a ser el nivel de educación
formal alcanzado”. Sin embargo, la participación política de los profesores y estudiantes
es tan raquítica que denota un desgano electoral preocupante en la escogencia de los
miembros de sus órganos de dirección. Tradicionalmente se ha dicho que a mayor
participación más democracia y mejor gobierno. Los norteamericanos ante el creciente
abstencionismo han tratado de disimular o justificarlo con la llamada Escuela Elitista
de la Democracia, “según la cual la democracia moderna funciona mejor con niveles
relativamente bajos de participación, ya que ello permitiría una mayor autonomía de las
élites”. Para los defensores de esta Escuela el aumento del abstencionismo no conlleva
ninguna preocupación, y es congruente con lo que pregonan. Contraria a esa posición
está la “Escuela de la Democracia Participativa, con antecedentes en los
planteamientos de Rosseau, sostiene la necesidad de concebir la democracia, en su
sentido moderno, como un proceso en el cual la medida del progreso hacia niveles más
altos de democratización es precisamente el desarrollo de mecanismos participativos
que incrementen el poder de dirección y control de los gobernados sobre los
gobernantes. La relativamente baja participación existente en la mayoría de las
democracias, comparada con las posibilidades que brinda la tecnología moderna para la
expresión de la opinión ciudadana, no puede ser vista como un dato inmodificable sobre
todo cuando algunos países han avanzado bastante en el desarrollo de modernas formas
de participación. Finalmente, han aparecido estudios empíricos que sugieren una
asociación significativa entre niveles relativamente altos de participación política y
menores niveles de violencia política, además de una mayor adecuación de la política
gubernamental a la opinión mayoritaria”.3
Para facilitar la participación política en algunos países se permite enviar el voto por
correo, el voto por internet, el voto en el exterior, el voto adelantado y el voto
electrónico. El voto por correo y por Internet en nuestro medio no es factible legalmente
porque viola el secreto del mismo y permite el manipuleo o control del elector. Lo que
sí parece aplicable en Costa Rica para facilitar y estimular la participación política es el
voto adelantado, el voto en el exterior y el voto electrónico, entendido el primero en
el sentido de que al elector se le permite votar durante un cierto plazo, en días y lugares
previamente establecidos antes del día de las elecciones. El voto en el exterior es para
facilitarle el voto a los ciudadanos costarricenses que se encuentren en el exterior, el
cual se autorizó por la ley No 7675 de 2 de Julio de 1997 que reformó el artículo 95 de
nuestra Constitución Política introduciéndole las disposiciones del inciso 4), que
prevalece por jerarquía sobre las disposiciones del artículo 10 del Código Electoral; al
TSE como órgano encargado de todo lo electoral, le corresponde organizar el voto de
los costarricenses que se encuentren fuera del territorio nacional. El voto electrónico
para facilitarle al elector su emisión lo más rápidamente posible y desde cualquier lugar
donde se encuentre el día de la elección. El voto en los Asilos y las cárceles ya están
vigentes. Así se puede descongestionar el voto el día de las elecciones, facilitarle el
transporte y evitar la angustia y presión de llevar a votar a más de dos millones de
3
Ibid., pág. 963.
electores en doce horas. El voto obligatorio es contrario a la esencia misma de la
democracia ya que viola la libertad del ejercicio del sufragio.4
EL ABSTENCIONISMO
Según el Diccionario Ilustrado de la Lengua Española “… abstencionismo es la
doctrina o práctica de aquellos que se abstienen o propugnan la abstención de participar
en alguna actividad, sobre todo en las elecciones de tipo político”.5 Es un “término que
deriva de la voz latina abstentio, es un no hacer o no obrar que normalmente no produce
efecto jurídico alguno, aunque en ocasiones puede ser considerada como la
exteriorización de una determinada voluntad y en tal sentido ser tenida en cuenta por el
Derecho”.6 Dosamantes nos dice que “La abstención electoral es una conducta omisiva:
no ejercer el derecho del voto en las elecciones populares”.7
El autor Reniu explica que “El hecho abstencionista hace referencia a la no
participación en algo a lo que se tiene derecho, por lo que dicho concepto ha pasado a
calificar –casi en exclusiva– al comportamiento político de aquellos ciudadanos que
optan por no expresar su parecer en las convocatorias electorales sobre las que se
fundan la mayoría de los sistemas políticos contemporáneos”.8 Bravo de Laguna
manifiesta que....: “Los estudios electorales identifican tradicionalmente la abstención
electoral con la ausencia del ejercicio del derecho de sufragio activo, es decir, con el no
acudir a votar en un proceso electoral determinado. Esta abstención electoral puede
tener su origen en una discrepancia radical con el régimen político (o, incluso, con la
democracia), en los que no se desea participar de ninguna forma, en un desinterés por la
política o en un convencimiento de que nada puede cambiar realmente gane quien gane
las elecciones, entre los principales motivos que fundamentaría esta actitud”.9 Enrique
A. Alcubilla divide el abstencionismo10 en técnico o estructural, político o racional,
apático y cívico. El técnico o estructural es motivado “por razones no imputables al
ciudadano con derecho a voto: enfermedad, ausencia, defectos de la inscripción censal,
clima, alejamiento del colegio electoral, etc.”. El político o racional, es “la actitud
consciente de silencio o pasividad individual en el acto electoral que es la expresión de
una determinada voluntad política de rechazo del sistema político o de la convocatoria
electoral en concreto (abstencionismo de rechazo) o bien de no identificación con
ninguno de los líderes o los programas políticos en competencia electoral,
convirtiéndose la abstención que podríamos denominar activa en un acto de
desobediencia cívica o en la concreción de su insatisfacción política. Cuando traspasa
los límites de la decisión individual para convertirse en un movimiento que promueve la
inhibición participativa o abstención activa, con el objeto de hacer pública la oposición
al régimen político o al sistema de partidos, toma la forma de abstencionismo de lucha o
beligerante”.11 El apático se le denomina así por la “pereza, la ley del mínimo esfuerzo
4
El artículo 93 de la Constitución Política dice que “El sufragio es función cívica primordial y obligatoria y se ejerce
ante las Juntas Electorales en votación directa y secreta, por los ciudadanos inscritos en el Registro Civil.” Pero no
existe sanción al ciudadano que no vota.
5
Barcelona, España, Editorial Océano, 2001.
6
Enrique A. Alcubilla. Diccionario Electoral. Costa Rica: Instituto Interamericano de Derechos Humanos / Capel
2000, pág. 1.
7
Jesús Alfredo Dosamantes Terán. Diccionario de Derecho Electoral. México, D.F.: Editorial Porrúa, 2000, pág.
351.
8
ABSTENCIONISMO, Josep María Reniu i Vilamala, Universitat de Vic, Diccionario Crítico de Ciencias Sociales,
pág. 1.
9
Juan Hernández Bravo de Laguna. Diccionario Crítico de Ciencias Sociales, Abstención Activa, pág. 1.
10
Enrique A. Alcubilla, Op.cit., pág. 3-4.
11
“La historia sugiere que puede ser utilizado en forma organizada como forma pacífica y efectiva de protesta, tal
y como ocurrió en la elección de convencionales constituyentes de 1957 en Argentina. En dicha ocasión, el voto en
unida a la falsa convicción de la escasa importancia del voto individual y a la ignorancia
de las fuertes consecuencias de la abstención”. Y el cívico, en el que el ciudadano
participa en el acto electoral pero sin pronunciarse a favor de ninguna de las opciones
políticas en pugna”.
El abstencionismo electoral en nuestro medio prefiero dividirlo en dos grupos: activos y
pasivos; los primeros son los que votan en blanco, y que de acuerdo con la división
anterior es el llamado “abstencionismo cívico”, “en el que el ciudadano participa en el
acto electoral pero sin pronunciarse a favor de ninguna de las opciones políticas en
pugna”; concurren a las mesas de votación, hacen fila, se identifican, reciben las
papeletas, se introducen al recinto secreto, no votan por nadie. Puede ser total o parcial:
total, si no emite su voto en las 3 papeletas, y parcial, si no lo hace en 1 ó 2 de ellas.12
Curiosamente en las elecciones del 3 de febrero prácticamente se duplicó el número de
votos en blanco o abstencionismo activo, con respecto a la elección de 1998. Veamos:
Votos en
blanco
1990
1994
1998
2002
2ª ronda
Cantidad
Porcentajes
Votos nulos
Cantidad
Porcentajes
5.393
5.219
6.867
10.610
6.006
0,32%
0,28%
0,34%
0,68%
0.44%
1990
1994
1998
2002
2002
29.919
30.663
36.318
28.700
27.457
1,77%
1,63%
1,78%
1,83%
2,00%
En la segunda ronda los votos en blanco volvieron a su nivel “normal” y los votos nulos
se redujeron aunque en una cantidad ínfima. Los votos en blanco son nulos; pero los
nulos del proceso electoral no se suman al abstencionismo.
Los segundos, sean los pasivos, también llamados “apáticos”, que como se indicó
anteriormente se les llama así por la “pereza, la ley del mínimo esfuerzo unida a la falsa
convicción de la escasa importancia del voto individual y a la ignorancia de las fuertes
consecuencias de la abstención”, o como dijo Bravo de Laguna, manifiestan “un
desinterés por la política o en un convencimiento de que nada puede cambiar realmente
gane quien gane las elecciones“, o como dice Alcubilla por “la ausencia de renovación
de la clase política, la falta de credibilidad de las fuerzas políticas ante el
incumplimiento de las promesas electorales”. Aunque empadronados, no concurren a
ningún centro de votación. Ambos, activos y pasivos no manifiestan ninguna
preferencia partidaria. Distinto es el caso del votante a quien se le anula el voto, ya que
manifestó su voluntad de votar por determinado candidato, pero por los motivos que
establece la ley se le anuló su voto; a este votante no se le puede considerar como
abstencionista, aunque los efectos son los mismos ya que los porcentajes de votos se
cuentan sobre la base de los votos válidamente emitidos.13
blanco fue utilizado por el Movimiento Justicialista como modo de protesta en el período en que estuvo proscrito,
luego del derrocamiento de Perón en 1955. Los justicialistas respondieron al llamado de su líder exiliado y el voto
en blanco ocupó el primer lugar en la cantidad de sufragios, superando así, al resto de los partidos políticos”. Pablo
Barahona Krueger, Hermenéutica. N°10, Mayo 2002, Revista Jurídica Estudiantil de la Facultad de Derecho de la
Universidad de Costa Rica, “Validez y Efectividad del Voto en Blanco: Un enfoque jurídico político”, pág. 25.
12
En un artículo aparte me referiré al voto en blanco, que en nuestro medio y hasta la fecha no significa ninguna
protesta y su número es ínfimo.
13
Por resolución dictada por el Tribunal Supremo de Elecciones N°2587-E-2001 de las 14:00 horas del 29 de
Noviembre del 2001, se hace un amplio análisis y se reitera el criterio en el sentido de que los votos en blanco son
nulos. En la resolución del mismo Tribunal N°2587-E-2001 de 14 horas del 29 de noviembre del 2001, en uno de sus
En todos los pueblos de Costa Rica existen escuelas y colegios, y en ellos están
instaladas las Juntas Receptoras de Votos; además del transporte público los partidos
políticos ofrecen gratuitamente el transporte de los electores. Lo anterior significa que
por más alejada que esté una población, es fácil el acceso a los centros de votación, por
lo que no existe excusa para dejar de emitir el voto. El porcentaje de votantes que no
votan donde residen no ha sido cuantificado, porque en los últimos años han habido
muchas migraciones de habitantes de centros de ciudad a lugares alejados. Pero estos
electores son pocos y casi todos tienen facilidad para trasladarse. Los electores que
están enfermos conforman un grupo muy reducido. Para analizar el tema en estudio,
veamos el siguiente cuadro que muestra el abstencionismo de las dos rondas electorales
y el número de Juntas Receptoras de Votos de cada Provincia.14
Abstencionismo
Primera ronda
Abstencionismo
segunda ronda
Juntas receptoras
San José
Alajuela
Cartago
Heredia
Guanacaste
Puntarenas
Limón
262.734
114.621
73.054
60.823
46.981
80.218
72.553
348.297
148.363
96.301
82.579
57.688
92.860
80.820
2.500
1.080
743
595
538
712
513
Como puede apreciarse, el abstencionismo en la segunda ronda se incrementó en todas
las Provincias. El número de ciudadanos que no votaron en la primera ronda –
abstencionismo pasivo– es superior a la suma de 1015 (65.460 votantes) de los 13
partidos políticos que participaron en la elección, exceptuando al PUSC, PLN y PAC,
pero derrota a 11 partidos incluyendo a esos 10 más uno, cualesquiera de éstos: al
PUSC por 55.538 votos de diferencia; PLN por 171.590 y al PAC por 245.347 votos. A
cada una de estas cifras deben agregárseles los 10.610 votos en blanco porque también
son abstencionistas.
Tomando como base los resultados de la elección del 3 de febrero, aparentemente el
PAC sólo captó votos del PUSC y del PLN. En la campaña de 1998 éstos últimos
partidos obtuvieron por su orden 652.160 y 618.834 votos, con un abstencionismo de
614.067. El 3 de febrero el PUSC obtuvo 589.986 y el PLN 473.934 votos; y el
abstencionismo aumentó a 710.984 electores. Es decir, el PAC no atrajo a ese
abstencionismo pasivo o apático. Véase el siguiente cuadro:
1990
1994
1998
2002
2ª ronda
Electores
PUSC
PLN
PAC
PML
2.045.980
2.279.851
2.279.851
652.160
589.986
776.278
618.834
473.934
563.202
400.177
25.815
Abstencionismo
307.724
355.369
614.067
710.984
906.908
considerandos cita el artículo cuarto de sesión N°11271 del 11de noviembre de 1997 que estableció: “1) El 40% para
elegir el Presidente de la República, Vicepresidentes, se toma el resultado de los votos válidos, sin que tenga ninguna
relación con el porcentaje de abstencionismo. 2) Los votos blancos y los votos nulos no se suman a ningún resultado
electoral. Estos votos los informa el Tribunal como una cifra más”. El por tanto de la resolución citada declaró: “Se
interpreta el artículo 138 de la Constitución Política en el sentido de que los votos nulos y en blanco no deben ser
tomados en cuenta para calcular el cuarenta por ciento de los ”sufragios válidamente emitidos” que ahí se menciona.
14
La información numérica que se indica en los cuadros de este artículo es tomada oficialmente del Tribunal
Supremo de Elecciones.
15
Independiente Obrero, Movimiento Libertario, Rescate Nacional, Renovación Costarricense, Coalición Cambio
2000, Alianza Nacional Cristiana, Integración Nacional, Patriótico Nacional, Fuerza Democrática y Unión General.
EL ABSTENCIONISMO EN LA SEGUNDA RONDA
Numéricamente la segunda ronda nos brinda la siguiente información: Comparado con
la elección del 3 de Febrero, el PUSC aumentó su votación en 186.292 votos, el PLN en
89.268, y el abstencionismo 195.924; si sumamos estos 3 aumentos resultan 471.484. El
3 de Febrero el PAC obtuvo 400.177 votos y el PML 25.815 para un total de 425.992
votos, inferior a esos 471.484. Y a esta última cantidad habría que sumarle los 6.006
votos en blanco para un gran total de 477.490.
Con estas cifras, se podrían formular las siguientes interrogantes:
- ¿Se consolidó el bipartidismo?
- ¿Significa que estos dos últimos partidos se esfumaron en la segunda ronda?
Si el total del abstencionismo fue de 912.914, esta cantidad es superior a los 776.278
votos que obtuvo el PUSC, y en consecuencia sigue siendo el gran protagonista o gran
elector.
LOCALIZACIÓN DEL ABSTENCIONISMO
En este punto es conveniente señalar los estratos sociales de nuestro país. De acuerdo
con el INEC, Encuesta de Hogares, Julio 2000: Población económicamente activa o
fuerza del trabajo es el conjunto de personas de 12 años o más que al momento de la
entrevista se encontraban ocupadas o desocupadas. Ocupados: son las personas en la
fuerza de trabajo que trabajaron por lo menos una hora en la semana de referencia o
que, aunque no hubieran trabajado, tenían un empleo del cual estuvieron ausentes por
razones circunstanciales como enfermedad, licencia, vacaciones, paro, beca, etc.
Desocupados: son las personas en la fuerza de trabajo que estaban sin trabajo en la
semana de referencia, que estaban disponibles para trabajar de inmediato y que no
encontraron trabajo aunque habían tomado medidas concretas durante las últimas cinco
semanas para buscar un empleo asalariado o un empleo independiente. Los desocupados
se clasifican en dos categorías: los cesantes y aquellos que buscan trabajo por primera
vez. Aquellos son los que tienen experiencia laboral; esto es, que habían trabajado antes
del período de búsqueda de empleo; éstos, los que no tienen experiencia laboral.
Población económicamente inactiva: es el conjunto de personas de 12 años o más que
no trabajaron en la semana de referencia, ni buscaron trabajo durante las últimas cinco
semanas. Incluye a: pensionados o jubilados, rentistas, estudiantes, personas en oficios
del hogar, discapacitados para trabajar y otros tipos de inactivos. Es decir, son las
personas que no pertenecen a la fuerza de trabajo. Subempleo: existe cuando la
situación de empleo de una persona es inadecuada con respecto a determinadas normas,
como la insuficiencia del volumen de empleo (subempleo visible) o los bajos niveles de
ingreso (subempleo invisible). El visible se refiere a las personas ocupadas que trabajan
habitualmente menos de un total de 47 horas por semana en su ocupación principal y en
su ocupación secundaria si la tiene que desean trabajar más horas por semana y están
disponibles para hacerlo, pero no lo hacen porque no consiguen más trabajo asalariado o
más trabajo independiente. El invisible se refiere a las personas ocupadas que trabajan
habitualmente un total de 47 horas o más por semana en su ocupación principal y en su
ocupación secundaria (si la tiene), y su ingreso primario mensual es inferior a un
mínimo establecido que es el salario mínimo minimorum vigente en el momento de la
encuesta, el cual fue de ¢63.544,00 para julio del 2000. Pobreza: se puede definir la
pobreza como la presencia de niveles de vida o bienestar socialmente inaceptables. De
acuerdo con lo anterior, la aplicación del método de la Línea de Pobreza permite
clasificar a los hogares en hogares no pobres, hogares que no satisfacen sus necesidades
básicas y hogares en extrema pobreza. Hogares no pobres: son aquellos hogares que
tienen un ingreso per cápita superior al costo per cápita de la canasta normativa de
consumo; compuesta por las necesidades básicas alimentarias y las necesidades básicas
no alimentarias como vivienda, educación, vestido, transporte, etc. y que se calcula
multiplicando el costo per cápita de la CBA por un determinado factor. Es una categoría
residual. Hogares que no satisfacen necesidades básicas: son los hogares con un
ingreso per cápita superior al costo per cápita de la CBA, pero inferior al costo de una
canasta normativa. También se les denomina hogares en pobreza. El costo per cápita de
la canasta normativa (que determina la línea de pobreza), en el mes de julio del 2000 fue
de ¢24.276, .00 para la zona urbana y de ¢19.328,00 para la zona rural del país.
Hogares en extrema pobreza: son aquellos hogares con un ingreso per cápita inferior
al costo per cápita de la CBA; es decir, que sus miembros no satisfacen las necesidades
básicas alimentarias. El costo per cápita de la CBA fue de ¢11.136,00 para la zona
urbana y de ¢9.811,00 para la zona rural del país.
El Instituto de Investigaciones sociales de la Facultad de Ciencias Sociales de la UCR
en los Cambios en la Estructura de Clases Sociales en Costa Rica ) 1.987-l998) de
Setiembre de 1.999, hace la siguiente clasificación: Clase alta: se clasifican aquí a las
personas positivamente privilegiadas desde el punto de vista de la propiedad y/o la
dominación en los procesos de trabajo. Esta condición ubica a sus integrantes en los
niveles de vida y de ingresos más altos, así como en condiciones de acceder en mayor
medida a bienes sociales como la educación. Además, el gozar de prestigio los ubica en
los niveles altos de “status” social; se incluyen a los empresarios con más de diez
trabajadores, así como a los ejecutivos y a los directores estatales quienes desempeñan
las tareas de dirección de los procesos de trabajo. Clase media: Abarca a los
empleadores en menor escala, menos de diez trabajadores, así como aquellas
ocupaciones que gozan de una mayor autonomía y calificación. Dentro de esta clase
media se diferencian dos grandes agrupamientos diferenciados según los dos criterios
anteriores: Clase media alta: incluye a los profesionales y técnicos, sean estos
asalariados o por cuenta propia y a los medianos empresarios y comerciantes (de cinco a
menos de diez trabajadores). Clase media baja: compuesta por los trabajadores de
cuello blanco y los pequeños empresarios. Los primeros son quienes se ocupan de la
generación, análisis, almacenamiento y manejo de información, así como de la
comercialización de bienes y servicios, por lo que se caracterizan fundamentalmente por
trabajar en la manipulación de símbolos y mercancías. Los segundos participan en la
producción de bienes, pero emplean un menor número de trabajadores (de 1 a 4) que los
medianos empresarios. Clase baja: pertenecen los trabajadores manuales, urbanos y
rurales, así como también los trabajadores por cuenta propia que no emplean mano de
obra. Si bien los grupos que la forman realizan actividades muy disímiles, tienen en
común su participación directa en las actividades productivas o de servicios.
Esta última clasificación de clases sociales es poco consistente y poco convincente. Me
atrevo a hacer la siguiente clasificación: Clase alta: las personas que tienen ingresos
promedio mensual netos de cualquier índole de 3.000.000,00 o más de colones al mes.
Clase media alta: cuyo ingreso mensual neto es de 1.000.000.00 a 3.000.000.00; Media
media: el ingreso es de 500.000,00 a 1.000,000,00; Media Baja: Los asalariados y los
que tengan ingresos netos hasta 500.000.00. Hacia abajo seguiría la clasificación del
INEC que se mencionó anteriormente.
A pesar de todas estas clasificaciones, todos tienen un denominador común: de
cualquier clase que sean todos tienen derecho a sólo un voto.
De acuerdo con lo expuesto y tomando como base la clásica división tripartita, por
obvias razones el abstencionismo no se localiza en la clase alta. Desde hace varios años
la clase media se ha desmejorado, y es posible que un gran porcentaje de ese
abstencionismo se localice en este nivel social. Sin embargo, corrientemente se dice que
el mayor porcentaje se localiza en la clase más baja.
El Tribunal Supremo de Elecciones realiza en forma laboriosa un estudio de uno por
uno, todos y cada uno de los electores que no votan en las elecciones. Esos estudios se
recogen en el llamado Estadísticas del Sufragio, y del mismo tenemos los siguientes
cuadros comparativos:
ELECCIONES DE 199816
PADRON
ZONA
Hombres
Mujeres
Total
1.027.444
1.018.536
Urbana
336.224
364.159
Rural
281.330
280.883
Mixta
409.890
373.494
VOTARON
Hombres
Mujeres
700.780
731.953
225.902
260.404
193.995
204.718
280.883
266.831
ABSTENCIONISMO
Hombres
Mujeres
327.464
286.603
110.322
103.755
88.135
76.165
129.007
106.683
ELECCIONES DEL 3 DE FEBRERO DEL 2002
PADRÓN
VOTARON
ZONA
Hombres
Mujeres
Hombres
Mujeres
Total
1.141.695
1.138.156
756.112
813.306
Urbana
516.567
545.428
346.634
396.345
Rural
262.835
236.141
172.929
164.906
Mixta
362.293
356.587
236.549
252.055
ABSTENCIONISMO
Hombres
Mujeres
385.583
324.850
169.933
149.083
89.906
71.235
125.744
104.532
ELECCIONES DEL 7 DE ABRIL DEL 2002
PADRON
ZONA
Hombres
Mujeres
Total
1.441.695
1.138.156
Urbana
516.567
545.428
Rural
262.835
236.141
Mixta
362.293
356.587
16
VOTARON
Hombres
Mujeres
660.452
712.491
295.786
339.874
155.558
149.222
209.108
223.395
ABSTENCIONISMO
Hombres
Mujeres
481.243
425.665
220.781
205.554
107.277
86.919
153.185
133.192
El TSE clasificó las zonas que se indican a continuación “aplicando los conceptos que sobre el particular tiene la
Dirección General de Estadística y Censos”. La zona urbana “se demarcó a priori dicha área con “criterio Físico”,
tomando en cuenta elementos como cuadrantes, calles, aceras, luz eléctrica, servicios urbanos, etc”; zona rural “Son
aquellos distritos que no tienen ninguna condición urbanística”; y zona mixta los “distritos administrativos que
tienen una parte central urbana y el resto de condiciones rurales”. Para las elecciones de 1998 la población era de
3.340.909 (encuesta de Hogares, 1998 del INEC) con 1.662.735 hombres y 1.678.174 mujeres, y el padrón de
2.045.980 con 1.027.444 hombres y 1.018.536 mujeres. Para las elecciones del 2002 la población era de 3.810.179
(censo de población y vivienda 2000 del INEC) con 1.902.614 hombres y 1.907.565 mujeres, y el padrón de
2.280.059 con 1.141.800 hombres y 1.138.259 mujeres.
ELECCIONES DE 1998
VOTARON
Hombres
Mujeres
699.980
731.933
255.556
286.871
131.318
133.425
85.400
87.397
64.150
69.674
52.093
52.650
62.459
58.567
49.004
43.349
ABSTENCIONISMO
Hombres
Mujeres
327.464
286.603
125.532
116.096
53.188
45.307
31.435
27.738
28.351
23.790
20.334
16.613
34.725
29.687
33.899
27.372
ELECCIONES DEL 3 DE FEBRERO DEL 2002
PADRON
VOTARON
PROVINCIA
Hombres
Mujeres
Hombres
Mujeres
Total
1.141.695
1.138.156
756.112
813.306
San José
416.080
439.743
276.407
316.790
Alajuela
207.373
202.765
145.566
150.764
Cartago
131.256
130.386
92.253
96.894
Heredia
106.761
108.335
73.287
80.957
Guanacaste
78.873
76.191
52.772
55.483
Puntarenas
107.671
98.678
63.154
62.719
Limón
93.281
82.058
52.673
49.699
ABSTENCIONISMO
Hombres
Mujeres
385.583
324.850
139.673
122.953
62.207
52.001
39.003
33.942
33.474
27.378
26.101
20.708
44.517
35.959
40.608
32.359
PROVINCIA
Total
San José
Alajuela
Cartago
Heredia
Guanacaste
Puntarenas
Limón
PADRON
Hombres
Mujeres
1.027.444
1.018.536
381.088
402.967
184.506
178.732
116.835
115.135
92.501
93.464
72.427
69.263
97.184
88.254
82.903
70.721
ELECCIONES DEL 7 DE ABRIL DEL 2002
PROVINCIA
Total
San José
Alajuela
Cartago
Heredia
Guanacaste
Puntarenas
Limón
PADRON
Hombres
Mujeres
1.141.695
1.138.156
416.080
439.743
207.373
202.765
131.256
130.386
106.761
108.335
78.873
76.191
107.671
98.678.
93.281
82.058
VOTARON
Hombres
Mujeres
660.452
712.491
236.372
271.154
127.975
134.200
80.660
84.681
62.759
69.758
47.353
50.023
56.898
56.591
48.435
46.084
ABSTENCIONISMO
Hombres
Mujeres
481.243
425.665
179.708
168.589
79.798
68.565
50.596
45.705
44.002
38.577
31.520
26.168
50.773
42.087
44.846
35.974
ELECCIONES DE 1998
EDADES
Total
18-24
25-34
35-44
45-54
55-64
65-74
75-84
85 o más
PADRON
Hombres
Mujeres
1.027.444
1.018.536
201.777
194.357
278.462
271.430
232.596
230.529
139.583
140.021
85.484
86.433
56.309
58.131
25.633
28.580
7.600
9.055
VOTARON
Hombres Mujeres
699.980
731.933
132.824
138.236
182.070
192.435
158.864
169.789
99.168
104.519
62.642
64.289
42.290
41.690
18.074
17.347
4.048
3.628
ABSTENCIONISMO
Hombres
Mujeres
327.464
286.603
68.953
56.121
96.392
78.995
73.732
60.740
40.415
35.502
22.842
22.144
14.019
16.441
7.559
11.233
3.552
5.427
ELECCIONES DEL 3 DE FEBRERO DEL 2002
PADRON
Hombres
Mujeres
1.141.695
1.138.156
228.498
220.813
277.992
270.462
261.389
259.815
172.350
174.232
100.049
101.631
62.604
66.011
29.687
33.679
9.126
11.513
VOTARON
Hombres Mujeres
756.112
813.306
142.762
154.758
174.997
190.687
176.587
192.008
120.356
130.495
71.112
74.216
45.404
46.381
20.179
20.311
4.715
4.450
ABSTENCIONISMO
Hombres
Mujeres
385.583
324.850
85.736
66.055
102.995
79.775
84.802
67.807
51.994
43.737
28.937
27.415
17.200
19.630
9.508
13.368
4.411
7.063
ELECCIONES DEL 7 DE ABRIL DEL 2002
PADRON
EDADES
Hombres
Mujeres
Total
1.141.695
1.138.156
18-24
228.498
220.813
25-34
277.992
270.462
35-44
261.389
259.815
45-54
172.350
174.232
55-64
100.049
101.631
65-74
62.604
66.011
75-84
29.687
33.679
85 o más
9.126
11.513
VOTARON
Hombres Mujeres
660.452
712.491
117.626
129.601
148.231
164.102
153.731
168.788
107.913
116.901
66.248
67.974
43.058
42.793
19.317
18.487
4.328
3.845
ABSTENCIONISMO
Hombres
Mujeres
481.243
425.665
110.872
91.212
129.761
106.360
107.658
91.027
64.437
57.331
33.801
33.657
19.546
23.218
10.370
15.192
4.798
7.668
VOTARON
Hombres Mujeres
699.980
731.933
319.676
311.971
355.795
366.869
523
555
16.395
25.072
7.573
27.465
18
1
ABSTENCIONISMO
Hombres
Mujeres
327.464
286.603
186.690
139.012
128.535
124.116
238
168
8.117
9.495
3.876
13.811
8
1
VOTARON
Hombres Mujeres
756.112
813.306
404.112
426.737
317.931
334.498
760
879
30.764
42.664
2.545
8.528
ABSTENCIONISMO
Hombres
Mujeres
385.583
324.850
240.376
192.814
125.879
111.475
361
288
17.685
16.714
1.282
3.559
EDADES
Total
18-24
25-34
35-44
45-54
55-64
65-74
75-84
85 o más
ELECCIONES DE 1998
ESTADO
CIVIL
Total
Soltero
Casado
Separ. Judicial
Divorciado
Viudo
Célibe
PADRON
Hombres
Mujeres
1.027.444
1.018.536
506.366
450.983
484.330
490.985
761
723
24.512
34.567
11.449
41.276
26
2
ELECCIONES DEL 3 DE FEBRERO DEL 2002
PADRON
ESTADO
CIVIL
Hombres
Mujeres
Total
1.141.695
1.138.156
Soltero
644.488
619.551
Casado
443.810
445.973
Separ. Judicial
1.121
1.167
Divorciado
48.449
59.378
Viudo
3.827
12.087
ELECCIONES DEL 7 DE ABRIL DEL 2002
ESTADO
CIVIL
Total
Soltero
Casado
Separ. Judicial
Divorciado
Viudo
PADRON
Hombres
Mujeres
1.141.695
1.138.156
644.488
619.551
443.810
445.973
1.121
1.167
48.449
59.378
3.827
12.087
VOTARON
Hombres Mujeres
660.452
712.491
354.410
376.260
276.390
291.191
639
740
26.655
36.606
2.358
7.694
ABSTENCIONISMO
Hombres
Mujeres
481.243
425.665
290.078
243.291
167.420
154.782
482
427
21.794
22.772
1.469
4.393
Los autores José E. Molina Vega y Carmen Pérez Baralt, son del criterio de que los
hombres votan más que las mujeres, pero los cuadros anteriores muestran resultados
muy distintos. En las elecciones por zonas, en 1998 y las dos del 2002, el
abstencionismo de las mujeres fue inferior a los hombres; por provincias también. Por
edades ocurre lo mismo, excepto en las comprendidas de 65-74, 75-84 y 85 o más años
en las tres elecciones. En el estado civil en 1998 se abstuvieron menos las solteras,
casadas y separadas; las divorciadas y viudas superaron a los hombres en abstenerse; lo
mismo ocurrió el 3 de febrero con las viudas, y el 7 de abril con las divorciadas. En
resumen, los hombres se abstienen de votar más que las mujeres; si las mujeres votan en
mayor número, debieran ocupar más puestos de elección popular y sabemos que no es
así. La razón puede ser: o que no aspiran a esos puestos, o les falta capacitación política
para romper los moldes de un machismo tradicional que en muchos casos se someten
dócilmente.
CAUSAS DEL ABSTENCIONISMO
Es necesario un estudio para conocer las causas de su comportamiento; de seguido se
mencionan algunos intentos que se han hecho para explicarlo.
Según Reniu el abstencionismo “Es un fenómeno complejo, cuya calificación no puede
ser realizada únicamente desde una óptica voluntarista, sino que debe tener en cuenta
aquellos factores técnicos o de otra índole que influyen en dicho comportamiento, así
como también debe reparar en las interpretaciones que del fenómeno se dan.” De
seguido hace la siguiente advertencia: “Uno de los problemas principales en estos
estudios ha sido el hecho de que no existe, en sentido riguroso, “un parámetro que sirva
de referente común para medir e interpretar la abstención electoral”. Debemos tener en
cuenta además otro elemento que incrementa la dificultad de la realización de estudios
sobre la abstención y es el hecho de la fiabilidad de las encuestas. Esa complejidad del
estudio se ve modificada al alza por el hecho de la poca predisposición de los individuos
a revelar sinceramente su comportamiento. Teniendo así presente el hecho
antropológico y constitutivo del ser humano, esto es, la mentira, el intento por llegar a
conocer las motivaciones latentes en el comportamiento abstencionista se nos revela
como hercúleo. Por lo tanto, frente a la dificultad de averiguar el componente
cualitativo de la abstención, los estudios más fiables –pero también más pobres
explicativamente hablando– son aquellos centrados en el aspecto cuantitativo de la
abstención. Cierto es que es la tarea que se intenta desarrollar actualmente, pero no es
menos cierto que de la lectura de datos empíricos únicamente podemos obtener
proposiciones altamente ambiguas”.17 El autor Dosamantes nos dice que “Existen
variadas causas del abstencionismo, desde abulia o apatía, ausencia, enfermedad, lejanía
de la casilla electoral, etc., hasta la abstención política premeditada o consciente, sea
individual o colectiva, es decir, como expresión de voluntad política de rechazo –total o
parcial- del sistema político o de esa elección en particular”.18 Alcubilla manifiesta que
“Aunque en la exposición de las clases de abstencionismo electoral han quedado
explicitadas algunas de sus causas, parece procedente examinar éstas –sin ánimo de
exhaustividad– con mayor detenimiento, aunque el recurso a la abstención es un
mecanismo opaco que esconde una pluralidad de motivaciones (J.M. VILAJOSONA.
“La justificación de la abstención”. Revista de Estudios Políticos núm.104, 1999). A
nuestro juicio pueden agruparse en: Factores sociodemográficos: la participación
electoral se relaciona con factores sociológicos y demográficos tales como el sexo, la
edad, el nivel de educación, el nivel de ingresos, la religión, el sistema de
comunicaciones o el ámbito de población en que se reside, etc. Factores psicológicos:
la apatía o indiferencia, la desideologización o desinterés por los asuntos políticos, el
convencimiento íntimo de la vacuidad y del escaso peso específico e inutilidad del acto
participativo (escepticismo), la relativización de la importancia de las elecciones dada
su escasa influencia en las decisiones políticas. Factores políticos: el dominio de los
partidos políticos, la desvinculación de éstos de los asuntos concretos y de la vida
comunitaria, la tecnificación del debate político cuando éste existe en condiciones de
publicidad y transparencia, la ausencia de renovación de la clase política, la falta de
credibilidad de las fuerzas políticas ante el incumplimiento de las promesas electorales,
el carácter cerrado de las listas electorales, o el descontento con el método tradicional de
participación son factores que pueden influir en la abstención como forma de castigo.
En definitiva el alejamiento, la progresiva hendidura abierta entre gobernantes y
gobernados en lo que constituye una grave contradicción del Estado social y
democrático de Derecho y que es –a nuestro juicio– el gran tema que la Teoría Política
debe planearse en los días venideros”.19 Reniu profundiza más el tema y nos dice que:
“… de abordar su análisis, podemos recalcar en otros factores que han sido apuntados
por la doctrina como hipótesis que pueden ayudar a explicar las variaciones en la
participación y, por tanto, en la abstención. Se ofrecen 5 posibilidades desde una óptica
macro: Factores legales (voto obligatorio, leyes sobre el censo, uso de fórmulas
proporcionales...); Factores del sistema de partidos (extensión de la competición, grado
de polarización, número efectivo de partidos, volatilidad....); Factores de los partidos
políticos (apoyo a los partidos-protesta, a los verdes, segmentación, fuertes cleavages
sociales...); Factores del sistema político (únicameralismo, inestabilidad política ...) y
Factores económicos (prosperidad, empleo...). Desde la óptica micro se insistirá en la
crítica a los postulados derivados de la teoría de la elección racional, que explica la
participación, con base en la utilidad esperada del voto (R) como función de la
probabilidad de influenciar en las decisiones (PB) menos la utilidad esperada de la
abstención (C): R = PB-C. El problema siempre es el mismo, la teoría de la elección
racional nunca considera que el individuo pueda –tal y como sucede en realidad– no
obrar racionalmente mediante cálculos de costes/beneficios, así como tampoco el
individuo consigue acaparar toda la información de que debería disponer para realizar
su elección de manera racional. De esta forma podemos observar cómo la abstención se
configura como un elemento difícil de determinar por lo volátil de los factores que
influyen en dicho comportamiento. Más allá de dichas trabas metodológicas, la
abstención puede ser descompuesta en 3 partes diferenciadas: una parte técnica o
17
Reniu. Op.cit.
Dosamantes Op.cit.
19
Enrique A. Alcubilla, Op.cit., pág. 4-5.
18
forzosa, una parte sociológica y una parte política”.20 “La abstención técnica o
forzosa hace referencia a aquellos ciudadanos que no pueden ejercer su derecho al voto
–no pueden participar– por una serie de factores que pueden resumirse en: Defectos del
censo, Enfermedad o Incapacidad, Distancia del colegio electoral, y por razón de
desplazamiento, sean estos laborales/profesionales o por ocio. En cuanto a la
abstención sociológica, ésta se configura como aquella derivada de situaciones de
aislamiento geográfico (parecida a la parte forzosa) o social (grupos marginados del
sistema), así como también aparece caracterizada por corresponderse con situaciones de
desinterés por la política, presentando una tendencia –para el caso español y siguiendo a
Justel– decreciente. El abstencionismo político o activo es el que centra el interés de los
estudiosos de la materia en tanto en cuanto a que se configura como un vehículo de
expresión del descontento, de la desmotivación o, según las interpretaciones, de la
aceptación y consentimiento de los gobernados respecto de los gobernantes. La
abstención activa –en su parte más significativa de abstencionismo “rebelde”– se
caracteriza por el rechazo de la legitimidad del sistema político, pero no puede obviarse
una división más dentro de este grupo de abstencionistas activos y que es la que
denominaremos abstencionismo incompetente o conscientemente incompetente.
Caracterizamos dicho tipo de abstencionistas como aquel individuo que, llegado el
momento de las elecciones, no sabe a quién votar..21 Finalmente hay un aspecto de la
abstención, en cuanto a su interpretación, que nos parece de interés desde una óptica
crítica por cuanto que se encuentra frecuentemente usado como argumento
antidemocracia de partidos. Nos referimos a la interpretación de dicho fenómeno como
“partido abstencionista”, aglutinando así todos los abstencionistas en un hipotético
partido ”de los que no votan”.22
Aplicando a nuestro medio lo expuesto, sea considerar al abstencionismo como un
catorceavo partido, para las elecciones del pasado 3 de febrero hubiera obtenido 20
diputados como se indica en el siguiente cuadro:
Provincia
San José
Alajuela
Cartago
Heredia
Guanacaste
Puntarenas
Limón
Total
Plazas
20
11
7
5
4
5
5
57
PML
2
1
3
PUSC
4
2
2
1
1
2
1
13
PAC
4
2
1
1
8
PLN
4
3
2
1
1
1
1
13
ABST
6
3
2
2
2
2
3
20
Sobre el aspecto cuantitativo, ya se explicó con los cuadros expuestos. En cuanto al
empadronamiento de los electores, se abarca a la totalidad de los mismos, ya que la
cédula de identidad es indispensable para realizar todos los actos o contratos de los
ciudadanos23, y al solicitarla éstos automáticamente quedan incluidos en el padrón
electoral. Al solicitarse la cédula de identidad se exige la dirección exacta del domicilio
electoral, ya que en ese lugar de su preferencia será donde debe emitir su voto;
20
Reniu. Op.cit.
Reniu. Op.cit., pág. 1-2.
22
En Costa Rica el voto en blanco fue de 0,68% y 0,44% en la primera y segunda ronda de las elecciones del 2002.
23
Los artículos 95, 96 y 97 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Elecciones y del Registro Civil contemplan
los actos y contratos para los cuales es indispensable la cédula de identidad, las sanciones por no obtenerla y por no
exigir su exhibición.
21
advirtiendo que ese domicilio puede ser variado cuantas veces quiera. Para una elección,
el votante debe emitir su voto en la Junta Receptora de Votos del lugar más cercano de
su domicilio electoral. Antes de una elección el TSE informa a todos los ciudadanos de
sus respectivas comunidades, el lugar, día y hora en que van a estar funcionarios
tramitando solicitudes de cédula de identidad, y dónde las deben retirar; además se
hacen visitas a centros de trabajo, Asilos de Ancianos, cárceles y colegios de segunda
enseñanza para que tramiten sus solicitudes de cédulas. De lo anterior tenemos que el
TSE le brinda a todos los ciudadanos toda clase de facilidades para que emita su voto en
el lugar que más le convenga y a su preferencia; además, el transporte público llega a
todos los rincones del país y el día de las elecciones los partidos políticos brindan toda
clase de facilidades para transportar a los electores. En consecuencia, salvo los casos de
enfermedad y ausencia del país, no parece haber una excusa para no emitir su voto.
Siempre se ha dicho que nuestras pasiones son la política y el fútbol. En cuanto a la
política pareciera que ya no lo es, por lo que se ha venido explicando. Uno de los
motivos puede ser la ausencia de signos externos; desde la campaña electoral de 1998 se
eliminó el uso de las banderas de los partidos políticos. Hay una coincidencia en el
hecho de que se eliminaron las banderas y se incrementó el abstencionismo. Al
eliminarlas terminó el embanderamiento que era una especie de encuesta empírica, y
además servía de propaganda y referencia de simpatía partidista en las poblaciones;
surgió entonces el gran negocio de las encuestadoras. Esto no significa que sea la única
causa, pero sí puede ser un factor importante, como ocurrió con el PAC que en la
primera ronda desplegó una gran actividad política y sus partidarios alegremente
manifestaban su simpatía con la bandera de ese partido, que según dicen inclusive la
pagaron. La euforia de los nacionales en el campeonato mundial de fútbol la celebran
con camisetas y banderas de sus países. Esos signos son imprescindibles en actividades
de grupos.
Hasta aquí se ha tratado de mencionar para los expertos que les interese el tema, las
principales opiniones sobre las causas del abstencionismo, que como se indicó
anteriormente, es un fenómeno complejo. Para estudiarlo considero que es necesario
revisar los resultados de los últimos procesos electorales a nivel nacional y en las
distintas universidades por considerarse que son centros de estudios superiores; colegios
profesionales, colegios, escuelas, sindicatos, asociaciones solidaristas en donde se
supone hay un interés económico casi inmediato y clubes de fútbol, etc.
Resulta extraño que los autores mencionados al elaborar sus afirmaciones se sustraen de
su entorno y no mencionan la corrupción como causa importante del abstencionismo. La
corrupción de la mano de la impunidad crea desencanto y aumenta la abstención. Esto
produce un sentimiento de frustración popular que se va acumulando y explota cuando
se presenta la oportunidad de hacerlo en forma violenta en las calles; como ingredientes
tenemos a jóvenes que disfrutan de esos estallidos de violencia, delincuentes que se
aprovechan del caos y los manipuladores que sacan provecho. Los detonantes pueden
ser el cobro de impuestos, cobro de contribuciones especiales, aprobación de leyes,
entre otros24. En Costa Rica han habido dos manifestaciones violentas: la de Alcoa y el
24
En las informaciones del periódico La República del 17 de julio del 2002 sobre los disturbios provocados con
motivo de la revisión de vehículos, Roberto Montenegro analista político de la Universidad Nacional manifestó que
“Funciona como una olla de presión, que al llegar a cierto grado de calor comienza a expulsar todo su vapor debido a
un estrujamiento constante” porque considera que los costarricenses han venido soportando muchas presiones desde
hace varios años, las cuales han sido machacadas y reafirmadas por el mismo Gobierno, cuando le recuerda a cada
instante a la población que el país está mal, que no hay dinero, que estamos en crisis y que hay corrupción en distintas
instituciones estatales.
Combo del ICE. Si como dicen Molina Vega y Pérez Baralt una manifestación de este
tipo se cataloga también como participación política, pareciera ser que ese es el
ambiente propicio para que surja el candidato que pueda liderar el abstencionismo, pero
debe ser próxima a una elección. En ambas manifestaciones no se perfiló un líder con
suficiente fuerza, pero en una futura puede aparecer. Pacíficamente esa manifestación
de inconformidad se haría en las urnas electorales y tendríamos un sorpresivo ganador.
Sin embargo, otros que se han ocupado de este mismo tema25 consideran que desde “el
punto de vista del sistema político, se debería ver el abstencionismo con menos
nerviosismo. El derecho electoral incluye no solamente el derecho de votar, sino
también el derecho de no votar”.
EL CANDIDATO DEL ABSTENCIONISMO
A nivel nacional, lo que interesa saber ahora es qué o quién es capaz de movilizar
semejante cantidad de abstencionistas para votar por un determinado candidato. Pero lo
más importante es investigar el perfil del candidato que en el futuro pueda llegar a
capitalizar esa enorme masa de electores, porque también es muy probable que arrastre
a un porcentaje considerable de los que normalmente votan por los partidos
tradicionales.
En Costa Rica la población se movilizó en forma espontánea y masiva con la visita del
Papa Juan Pablo II; cuando clasificamos al mundial de Italia 90 y el pase a la segunda
ronda, y la clasificación actual a otro Campeonato Mundial.
En el campo religioso, hace poco tiempo un sacerdote movilizaba gran cantidad de
fieles y en una oportunidad en la Sabana logró concentrar una gran cantidad de
personas; interesa destacar dos hechos importantes de esa reunión: la movilización fue
espontánea por parte de las personas que asistieron y además contribuyeron con
limosnas.
Respecto al fútbol, hemos visto que en Costa Rica, en el primer campeonato mundial en
que participamos y en el presente, la gente se ha lanzado a las calles en forma
espontánea y con gran entusiasmo para celebrar clasificaciones en esa actividad. Lo
mismo se aprecia por televisión con dos países que se inician en este deporte, como lo
son Japón y Corea, donde cientos de miles de ciudadanos se lanzaron a las calles a
manifestar ese entusiasmo. Lo anterior hace pensar que el fútbol puede ser un factor
capaz de movilizar esa gran cantidad de gente hacia una elección, pero ese enitusiasmo
es momentáneo, por un tiempo muy corto, que es mientras dure una competición de ese
nivel, que tendría que coincidir con una elección nacional. Francia, ex-campeón
mundial de fútbol y con un abstencionismo que ronda los 15 millones de electores,
clasificó de último en su grupo en la primera ronda, y ni si quiera anotó un gol.
Buscando a ese candidato se podría pensar que debe ser una figura conocida y popular,
como ocurrió en otros países: en República Dominicana Johnny Ventura –cantante– fue
electo Alcalde; John Glenn –astronauta– Senador, y Ronald Reagan –actor de cine–
Presidente de los Estados Unidos de América. En nuestro medio un artista de moda: la
cantante Elenita Umaña del conjunto Kalúa, hay que descartarla porque fue contratada
por un partido para alegrar y atraer simpatizantes a plazas públicas. Una atleta de
25
Reinahrd Willig. “Abstención en la democracia, comentarios y experiencias desde Alemania”. Fragua Revista de
Actualidad Política, pag.62 Año V, N°1, San José, Costa Rica.
categoría mundial como Claudia Poll, en este momento es difícil. Si buscamos un
astronauta equivalente a John Glenn, tendríamos que pensar en Franklin Chang, que ha
estado siete veces en las alturas de la tierra, pero es difícil que pueda llegar al nivel de la
Presidencia. Si pensamos en fútbol, no tenemos ninguna figura que se pueda tomar en
cuenta. Siguiendo la lista de posibles, un escritor o un filósofo es demasiado pensante.
Al meditar sobre este tema, llega a la memoria la figura de G.W. Villalobos, que surgió
como una novedad en una campaña política y tuvo una gran aceptación hasta en centros
universitarios. ¿Se adelantó en esa época? En los procesos electorales la gran mayoría
de los electores se masifican y se tornan permeables, cobrando una gran relevancia los
signos externos, slogans y promesas de campañas, como las que se hicieron con los
bonos de vivienda, bono escolar, etc. Recordemos que un joven con sólo el “carapacho”
salió electo presidente nada menos que de la Federación de Estudiantes Universitarios
de la Universidad de Costa Rica. Puede aparecer otro en un futuro cercano. Costa Rica
no está exenta de la aparición de un candidato que pueda capitalizar ese abstencionismo
y llegar fácilmente al poder. Ejemplos recientes de líderes latinoamericanos son
preocupantes porque pareciera que un rasgo importante de ese candidato es ser
populista. “Si se continúa como hasta ahora en los autoengaños, lo que sigue es un
período en que todo es posible, desde las migraciones electorales más inesperadas, hasta
las alianzas políticas más hilarantes. Y, como la historia demuestra, en esos casos la
masa popular acaba poniéndole barbas a quien no tiene quijadas. Aunque también es
verdad que en todos esos casos han sido el pueblo y la democracia quienes han
terminado pagando la cuenta” 26.
Parodiando una frase histórica podemos decir que el abstencionismo es un monstruo
que duerme y el día que alguien lo despierte temblará Costa Rica y tendremos a un
sorpresivo Presidente.
San José, 30 octubre 2002
Lic. Mario Seing Jiménez
Magistrado Suplente TSE
2
6 Dr. Rodolfo Cerdas, Partidos por la mitad, La Nación 8 Setiembre 2002, pag 19
Representación de los partidos políticos
Texto base: El síndrome de nuestro tiempo: la desafección política. Manuel Rojas
Bolaños.
Idealmente, los partidos políticos tienen la función de recibir la cuota de poder delegada
por la ciudadanía con el fin de satisfacer las necesidades y deseos de esta. Sin embargo,
el surgimiento de los nuevos movimientos sociales (ecologistas, feministas, etc.) ponen
en tela de juicio la efectividad y la capacidad de respuesta de los partidos y de los
dirigentes políticos.
¿Cree usted que vivimos una crisis de los partidos políticos como institución
generadora de representación política por excelencia?
Los partidos políticos son los elementos centrales para el fortalecimiento de la
democracia de un país, la agregación y representación de intereses diversos en beneficio
de los más necesitados son el objetivo más deseado, “así lo mencionan todos los
partidos políticos en sus ideales” pero sus ofrecimientos muchas veces se encuentran
fuera de toda posibilidad de cumplimiento en las actuales circunstancias nacionales e
internacionales, que apostados con los “ingenieros de la política” aquellos especialistas
nacionales y extranjeros que basándose en el marketing electoral, movilizan recursos
económicos, proyectan imagen, realizan sondeos de opinión, contratan excesiva
propaganda electoral en medios de comunicación masiva, todo esto para hacer brillar y
hacer llegar sus “famosas ofertas de campaña” jugando con las esperanzas de “ingenuos
y desmemoriados” electores que depositan su confianza en aquel partido o prominente
político, por ver un verdadero cambio en su estilo de vida que hasta la fecha muy lejos
de que se cumpla se ha empeorado. Estas circunstancias producidas en repetidas veces
por presidentes demagogos de turno, ha dado como resultado una enorme apatía del
ciudadano común, no solo por los partidos políticos sino también por los personajes que
hacen de la política un instrumento para cumplir sus compromisos particulares,
situación que se ve traducida en altos índices de ausentismo en las contiendas
electorales, ya que difícilmente puede esperarse una unión y articulación de intereses
diversos, lo cual constituye el núcleo de la representación política..
La credibilidad en los partidos políticos se ha visto afectada por el final de la guerra fría
y el derrumbe de la Unión Soviética, las diferencias ideológicas del pasado se han
atenuado. Hoy en día predomina una especie de tono monocorde de los planteamientos
de política económica y social, por lo que algunos partidos enfrentan serias crisis de
identidad, tendencias como el comunismo y el socialismo en su pureza, se encuentran
fuera de foco a nivel mundial.
El “liderazgo” en ciertos partidos políticos, encuentra dificultades para lograr
aceptación en la ciudadanía, toda vez que son únicamente estos “lideres” los que toman
decisiones al interior de sus partidos políticos y no permiten la participación de las
bases en la toma de decisiones especialmente en propuestas de interés general, en
selección de candidaturas a diputados y demás dignidades de elección popular,
consiguientemente, las preocupaciones y necesidades diarias de la ciudadanía quedan
fuera de la esfera de acción dentro de sus partidos políticos; de allí, que se producen
grandes cantidades de deserciones y emigración hacia otras tiendas políticas, por que no
encuentran democracia al interior de sus mismas organizaciones, produciéndose un
contundente rechazo por parte del ciudadano hacia la organización política y/o su
elegido.
Por el mismo hecho de tener la suerte de vivir en democracia, es decir en interacción,
acuerdos, colaboración, divergencias, conflictos, negociación, y sobre todo poder, la
política tiene que seguir existiendo e ir madurando con base en experiencias pasadas.
Los partidos políticos no pueden morir o desaparecer porque hasta ahora no existe un
sustituto que lo reemplace.
Actualmente es evidente la existencia de crisis en los partidos políticos especialmente
los que alcanzan el poder. Si tan solo gobernaran en “consenso” tomando en cuenta a
todos los sectores de la patria, incentivando la participación ciudadana tanto en el
ámbito local como nacional por medio de instrumentos políticos como el referéndum, la
iniciativa popular; etc. Los resultados serían totalmente diversos a los que estamos
viviendo en la actualidad. Si por otro lado, los partidos políticos demostraran eficacia en
sus propuestas, transparencia en sus discursos, rendición de cuentas claras; etc. el grado
de credibilidad aumentaría no solo en las organizaciones políticas sino en la imagen de
los mismos políticos que han fallado en el servicio a la comunidad y por el canibalismo
político que han practicado perjudicando así la gobernabilidad de su país. Jamás
olvidemos que la democracia es la base fundamental para el desarrollo de los pueblos.
Lcdo. José Gabriel Terán Varea
Medios de comunicación colectiva
Texto base: Comunicación y política en la sociedad democrática. José Joaquín Brunner.
Los avances tecnológicos y el auge de la era mediática le han dado una importancia sin
precedentes a los medios de comunicación colectiva. Dicha situación conlleva a que los
medios se embarquen en la lucha por los más altos niveles de audiencia y por las
mejores primicias. Dado que la arena política no escapa a lo anterior, en muchas
ocasiones se prefieren los hechos escandalosos por sobre los análisis concienzudos del
acontecer político.
ƒ
ƒ
¿Favorecen al abstencionismo la falta de análisis, por parte de los medios, del
discurso de los candidatos políticos?
¿Deberían los medios hacer eco de los escándalos que procuran difundir los
candidatos sobre sus contrincantes aún cuando esto implique la manipulación
de la agenda noticiosa y favorezca el desencanto ciudadano?
Este, es un tema que se puede interpretar de varias formas, ya que cada país tiene sus
Medios de Comunicación y sus “Periodistas”.
Si tomamos el caso de Ecuador, en las últimas Elecciones del 2002, los Medios de
Comunicación Colectiva, le dieron un alto grado de importancia a que la ciudadanía
conozca, no solo los perfiles de cada uno de los candidatos (Presidenciales), sino sus
Planes de Gobierno y sus discursos, muy aparte de las cuñas publicitarias de cada uno
de los Partidos y Candidatos Políticos.
En la mayoría de estos Medios, hubo Programas Especiales para dar a conocerlos, se
podría decir que tanto por Televisión, Prensa Escrita y Radio; la ciudadanía antes de
llegar a las urnas tenía un conocimiento sobre quién era cada uno y qué ofrecía.
Por lo expuesto, dudo que el abstencionismo se lo pueda catalogar como una
consecuencia de la falta de análisis de los medios, con respecto a los discursos de los
candidatos; ahora como lo mencioné anteriormente y entre comillas, depende mucho la
asimilación de la ciudadanía al análisis realizado por uno o por otro “Periodista”, pero
en general, realmente, insisto, en que no se lo puede tomar como una consecuencia;
porque de una u otra manera, los votantes sabían sobre sus candidatos y fueron a las
urnas con un conocimiento de causa bastante amplio sobre cada uno de ellos.
Pueden existir confusiones en la ciudadanía por la forma de conducir un espacio de esta
categoría, sobre todo por la persona que lo maneja y los intereses personales o de los
canales que pueda tener el periodista. Pero muy aparte de la forma de manejo de estos
espacios, todos, y me incluyo, fuimos a las urnas con un conocimiento, talvez no
amplísimo de cada uno de ellos; pero sí, suficiente para poder tomar una decisión.
Pero así mismo los Medios de Comunicación si hicieron eco de los escándalos de uno y
de otro, pero en general, me atrevería a decir que en la mayoría de los casos lo hicieron
por subir el rating, que para ellos es sumamente importante. ¿En que país del mundo, en
tiempo de campañas electorales, el uno no le saca al otro o a los otros, escándalos?
Por lo vivido en este país a finales de la campaña electoral de la segunda vuelta, los dos
candidatos, dijeron lo que era y lo que no era, él uno del otro, pero al final con todo y
esos escándalos (bastante desagradables y bochornosos), el resultado no varió
significativamente entre la primera y segunda vuelta, así que nuevamente asevero que
en sí, siendo la prensa el cuarto poder del Estado y su función específica la de
comunicar con “veracidad”, fueron otras las causas que pesaron más, para el
abstencionismo que existió en el Ecuador.
Pero, que esto haya sucedido no significa en que me encuentre de acuerdo con que los
Medios de Comunicación se presten para los juegos sucios de los Candidatos.
Lcdo. José Gabriel Terán Varea
Cultura política
Texto base: Cultura política democrática. Jacqueline Peschard.
De acuerdo con Jacqueline Peschard, “la cultura política pretende indagar cómo percibe
una población el universo de relaciones que tienen que ver con el ejercicio del mandato
y la obediencia, y cómo las asume, qué tipo de actitudes, reacciones y expectativas
provoca, y de qué manera estas tienen un impacto sobre el universo político”. Así, una
de las claves para alcanzar el éxito en política es tener presente que el ámbito político va
de la mano con el ámbito cultural: existe una retroalimentación entre las acciones del
gobierno y las percepciones de la ciudadanía.
¿Deben los funcionarios políticos actuar en función de las percepciones de los
ciudadanos o en función de lo más idóneo para la colectividad en general?
La corriente democratizadora se incrementó con fuerza en América Latina a partir de la
mitad de los años ochenta, luego que durante las décadas anteriores se sufriera una
rabiosa erupción autoritaria, arropada de militarismo, para sofocar la emergente
experiencia de las diversas insurgencias revolucionarias. Hacia principios de los años
noventa, las revoluciones radicales se desvanecían, y las dictaduras militares iban
siendo desmanteladas progresivamente.
La importancia de las elecciones latinoamericanas radicó, sobre todo, en el hecho
mismo de que se celebraran y que se organizaran bien. No era fácil, ni ocurría en toda la
región. La lección fue clara: votar no es cualquier cosa en América Latina. Requiere de
la extensión y de la asimilación de una cultura cívica por parte de la mayoría de la
población, eficacia de unas instituciones capaces de garantizar el ejercicio del voto, la
competencia de varios partidos, el debate sostenido en unos medios de comunicación
libres, la garantía de los derechos humanos.
Roberto Cuéllar
En general, coincido con Jacqueline Peschard en la necesidad de promover los valores
democráticos como forma de representación más difundida en el mundo actual. No
obstante, encuentro sus juicios valorativos acerca de otras culturas, no necesariamente
inmersas en la racionalidad occidental, bastante severos.
Así, la calificación de "culturas cerradas" o "fundamentalismos" podrían también
expresar la poca adaptabilidad de Occidente para comprender parámetros culturales
distintos al propio.
En tal sentido, debemos preguntarnos si acaso la difusión, in extremis, de la cultura
política democrática no puede convertirse, a su vez, en otra forma de imperialismo, con
vocación universalista, que arrasa con aquellos derroteros culturales que estima
distintos.
Para el caso Latinoamericano, encontramos que en nuestras sociedades subsisten
elementos culturales ancestrales, en la mayoría de los casos vinculados al medio rural,
que responden a repertorios culturales diversos, pero que deben ser merecedores de todo
nuestro respeto.
Establecida esta salvedad, debe estudiarse la manera de hacer compatibles los principios
políticos democráticos con las formas de organización de dichas comunidades, de lo
contrario, corremos el riesgo de desarraigarlas. La participación de éstas en la política
de sus distintos estados, debe canalizarse a través de políticas coherentes que, valorando
su diversidad, permitan su mejor vinculación con la actividad política.
Daniel Parodi Revoredo
Entendida la socialización política al modo como la población aprende a ver el tema de
la “política”, allí encuentra las medidas para catalogar como positivo o negativo, según
la influencia del patrón que se le aplique.
Sentado como base el principio de que el hombre es animal político, conviene y es
necesario que esta calidad se afirme lo más pronto posible, es decir, desde las bases que
recibe en el hogar y que servirán para orientarle en esta temática. La segunda influencia,
recibirá, a no dudarlo en la escuela, y por ello es deseable que la escuela hable y afronte
esta temática. Las obligaciones y compromisos que el hombre contraiga con la actividad
política, la positiva obligación hacia ella, después del hogar, vendrá de las bases de la
escolaridad, seguidas de los demás niveles de educación.
Es deseable que en todos los niveles de la educación se hable de y se infunda las
obligaciones que el ciudadano tiene con la acción política, en cuanto ésta signifique
búsqueda del bien común.
Es decir que la educación es elemento básico y conducente a la socialización. La
socialización ha de ser respetuosa de la libertad de cada uno y de su derecho para asumir
sus propios criterios, sus propias determinaciones, sin que esto signifique que, sobre
todo en los momentos iniciales en que los criterios no están bien formados, respetando,
repito, las libertades, se den elementales criterios de bienandanza.
La socialización llevará constantemente nuevas ideas, y por eso, la autora tiene razón de
sostener que los factores que más influyen en los cambios de los valores, símbolos y
orientaciones de una población son:
a) la amplitud con que se difundan las nuevas ideas;
b) el grado de exposición del individuo a dichas ideas;
c) el prestigio de las ideas en cuestión, que depende de los logros que se les atribuyen;
y,
d) el peso social específico que tenga el propulsor de las ideas, es decir, el agente
socializador, ya que son tan importantes los valores o ideales que se enseñan como
quien los enseña.”
Aunque parezca anacrónico, en este mundo de hedonismo y novedades, de droga y de
pandillas, de carencia de valores, hay que volver contra la corriente e infundir en la
juventud conciencia de su compromiso con la patria y la democracia. Es indispensable
una educación en valores; deben formar parte obligada del pensum de estudios de nivel
medio: Moral Individual, Moral Social, Cívica, Ética, Democracia, Política y
Elecciones. La Universidad, independientemente de sus especializaciones, debe afrontar
temas relacionados con la Democracia, Gobernabilidad, Gobierno, Política, Elecciones.
Hay que modificar la cultura política para robustecer el interés y la participación
ciudadana.
Quito, Agosto 18 del 2003
Lcdo. José Gabriel Terán Varea
Coordinador de Relaciones Internacionales
Tribunal Supremo Electoral de Ecuador
Sobre los Autores
Dieter Nohlen
Alemán. Doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Heildelberg. Profesor titular de
la misma Universidad. Especialista en instituciones políticas y en temas electorales. Autor
de numerosas publicaciones entre las que destacan “Sistemas Electorales del Mundo”, “La
Reforma Electoral en América Latina: Seis Contribuciones al Debate”, “Sistema de
Gobierno, Sistema Electoral y Sistema de Partidos Políticos”. Junto con Sonia Picado, fue
galardonado en 1991 con el Premio Max Planck de Investigación. Fruto de esta
cooperación fue el “Tratado de Derecho Electoral Comparado de América Latina”, del cual
fue compilador. Autor en la primera y segunda edición del Diccionario Electoral. Su última
publicación es “El Contexto hace la Diferencia”. Publicaciones en proceso: En Elections
Worldwide, Oxford University Press saldrá el tomo “Elections in the Americas”; la tercera
edición de “Sistemas Electorales y Partidos Políticos” del Fondo de Cultura Económica y
por último la nueva edición del “Tratado de Derecho Electoral Comparado”
Rafael Dendia
Paraguayo. Asistió a la Facultad de Derecho de la Universidad Católica Nuestra Señora de
la Asunción, obteniendo el título de Abogado (1967). Asistió a la Friedrich - Wilhelm
Universitaet, Bonn (Alemania), obteniendo el título de Licenciado en Ciencias Políticas
(1977). En 1999, culminó el Curso Doctoral en Derecho en la Universidad Católica
Nuestra Señora de la Asunción. A partir de 1961 hasta 1967 ejerció la profesión de
Abogado en la ciudad de Asunción. Ocupó el cargo de Director de Relaciones
Internacionales en la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción hasta 1994. Fue
Miembro del Tribunal Electoral de la Capital desde 1995 a 1999. Ese año fue designado
Miembro del Tribunal Superior de Justicia Electoral. Es compilador del libro “La Justicia
Electoral en la Consolidación Democrática”, basado en el seminario llevado a cabo en el
salón auditorio de la Justicia Electoral, en el mes de abril de 1999, publicación del Servicio
Editorial del Tribunal Superior de Justicia Electoral.
Ciska Raventós
Costarricense. Tiene estudios de postgrado en Sociología, New School for Social Research,
1995. MSc. en Sociología, Maestría Centroamericana en Sociología, Universidad de Costa
Rica, 1984. Los énfasis del doctorado fueron Sociología política y teoría social. Título de la
tesis doctoral "The construction of an order: structural adjustment in Costa Rica (1985-1995)".
Desde el año 2002 trabaja en el equipo de encuestas de opinión pública, sobre temas políticos
del Instituto de Investigaciones Sociales. Desde el mes de junio de 2002 hasta la actualidad,
participa en el proyecto de investigación: Abstencionismo en Costa Rica. ¿Quiénes son y por
qué no votan los ciudadanos en las elecciones nacionales?, que se realiza en el Instituto de
Investigaciones Sociales en el marco del Convenio de Cooperación entre la Universidad de
Costa Rica y el Tribunal Supremo de Elecciones.
Fernando Tuesta Soldevilla
Peruano. Jefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) del Perú. Doctor en
Ciencias Políticas por la Universidad de Heildelberg, Alemania. Bachiller y Magíster en
sociología, así como título profesional de sociólogo. Ejerció la docencia en la Academia
Diplomática del Perú, en la Universidad del Pacífico, en la Universidad de Lima y en la
Pontificia Universidad Católica del Perú. En esta última universidad enseña en la Maestría
de Ciencia Política. Fue igualmente investigador en el Centro de Investigación de la
Universidad del Pacífico (CIUP), DESCO, CEDYS, y en la Universidad de Lima.
Consultor para instituciones nacionales e internacionales: Organización de los Estados
Americanos (OEA), Fundación Internacional para Sistemas Electorales (IFES), Centro de
Asesoría y Promoción Electoral (CAPEL), Parlamento Andino, Defensoría del Pueblo,
Fundación Friedrich Ebert, Fundación Konrad Adenauer, Macroconsult, entre otros. Es
autor de 14 libros, entre los que destacan Perú Político en Cifras 1821-2001, No sabe/No
opina: Encuestas políticas y Medios, Los Enigmas del Poder (Fujimori 1990–1996), El
Sistema de Partidos Políticos en el Perú (1978–1995), El Juego Político: (Fujimori, la
Oposición y las Reglas), La Jornada Electoral, entre otros. Ha sido comentarista político
regular en diversos medios de comunicación escritos y televisivos.
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