La CONTAMINACIÓN en el Curso Alto del Río LERMA

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El ININ hoy
La CONTAMINACIÓN en el
Curso Alto del Río LERMA
Por Pedro Ávila Pérez ([email protected]),
Samuel Tejeda Vega y Graciela Zarazúa Ortega
Figura 1. Vista del río Lerma en la zona de la carretera México-Toluca, en donde
se observa la presencia de basura y sedimentos que han asolvado al río
El Curso Alto del Río Lerma (CARL) que forma
parte de la Cuenca Alta del Río Lerma (la segunda
cuenca más importante de México) se localiza
en el Estado de México y comprende
aproximadamente 50 kilómetros desde las
lagunas de Almoloya del Río hasta 9 km aguas
abajo de la presa José Antonio Alzate. Es una
región industrial altamente activa con
importantes niveles de producción agrícola y un
acelerado crecimiento industrial y agrícola, lo cual
ha resultado en una sobreexplotación del agua
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Nuclear
subterránea y la contaminación de sus cuerpos
de agua superficiales por aguas residuales
industriales y municipales, así como por efluentes
de actividades agrícolas.
Esta área, con alta densidad de población y enorme
demanda de agua, es atendida casi
exclusivamente a través del agua subterránea.
Este problema es agravado por el caudal de agua
subterránea (14 m3/s) que es enviada a la ciudad
de México y la demanda del recurso por la
población del propio valle de Toluca. La
sobreexplotación del acuífero en el Curso Alto
del Río Lerma ha causado la desaparición de
humedales, manantiales y otros cuerpos de agua
superficiales, y en consecuencia la disminución
de los niveles del agua subterránea y del caudal
del río. Adicionalmente, la calidad del agua del
río Lerma se ha deteriorado a niveles alarmantes
en las últimas décadas como resultado del
ingreso de aguas residuales industriales y
urbanas no tratadas que han provocado el
aumento de la materia orgánica a niveles de
120 mg/L de materia orgánica biodegradable y
400 mg/L de materia orgánica químicamente
degradable, y en consecuencia la disminución
de los niveles de oxígeno disuelto a niveles
menores de 1 mg/L. Es importante recordar que
los peces más resistentes requieren niveles de
oxígeno disuelto de al menos 3 mg/L en el agua,
lo cual al no cumplirse en el río ha producido la
desaparición de peces, anfibios y otras formas
de vida acuática y la alteración de los ecosistemas
acuáticos de la zona.
En el contexto anterior se centran los estudios
que se realizan en el Instituto Nacional de
Investigaciones Nuclares (ININ) desde el año 2001
a la fecha, los que han podido establecer las
Figura 2. Vista del canal Totoltepec, el cual introduce al río
Lerma aguas residuales provenientes de la ciudad de Toluca. La
fotografía muestra una cubierta de residuos sólidos plásticos
sobre el agua del canal
principales zonas de acumulación de metales
pesados, así como las principales contribuciones
naturales y antropogénicas de dichos
contaminantes al río y su impacto en la calidad
del agua. Dichos estudios se han realizado
utilizando técnicas analíticas nucleares como
fluorescencia de rayos X y análisis por activación
neutrónica y otras técnicas convencionales tales
como microscopía electrónica de barrido y
difracción de rayos X.
Figura 3. Vista del CARL en la zona
cercana al canal Totoltepec
En términos de calidad del agua, los resultados
de los parámetros fiscoquímicos demuestran
que el agua del Curso Alto del Río Lerma no
cumple con las características mínimas
necesarias para su uso como agua de riego ni
mucho menos para la protección de la vida
acuática, lo cual explica en parte la carencia de
prácticamente toda vida acuática en esta zona
del río. Los parámetros fisicoquímicos que mejor
reflejan la calidad del agua son la demanda
química de oxígeno (DBO5), la demanda química
de oxígeno (DQO) y el oxígeno disuelto, los cuales
indican la enorme carga orgánica que lleva este
importante río, producto de las descargas no
tratadas de aguas residuales municipales e
industriales.
Con relación a la distribución y comportamiento
de metales pesados, se ha podido determinar
que cromo en sedimento en concentraciones
de hasta 300 mg/Kg, las cuales superan el valor
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recomendado por la EPA1 para la disposición de
sedimentos dragados de 75 mg/Kg. Estos valores
máximos fueron encontrados en la zona del río
cercana a la ciudad de Toluca y a Lerma. Otros
elementos como el zinc y cobre, con
concentraciones promedio de 150 y 600 mg/Kg,
presentan entre 5 y 15 veces el valor de
sedimentos naturales no perturbados o
contaminados.
Figura 4. Vista de ganado que abreva a las orillas del CARL
Así mismo, se ha podido establecer que el potasio,
manganeso y hierro en el CARL tienen
principalmente un origen natural, donde la
principal contribución probablemente viene de
la erosión de los suelos y sedimentos durante la
época de lluvias. El azufre, el vanadio, el cobre y
el plomo en el CARL tienen principalmente
origen antropogénico, y las principales
contribuciones provienen de las aguas residuales
industriales y domésticas, mientras que el calcio,
el titanio y el zinc tienen origen tanto natural
como antropogénico.
Los metales pesados que constituyen un riesgo
para las poblaciones aledañas a los ecosistemas
de la zona por sus niveles de concentración en
el agua y sedimento y por su biodisponibilidad
EPA : Environmental Protection Agency, Organismo para la
Protección del Ambiente en Estados Unidos
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Nuclear
son el cromo, el cobre y el zinc. En el caso contrario
el hierro, manganeso, níquel y plomo no
representan un riesgo importante en esta zona
del río.
Respecto a los principales afluentes al CARL, se
ha podido establecer que las descargas que
presentan las mayores concentraciones
elementales en la materia suspendida hacia el
Curso Alto del Río Lerma son los afluentes
provenientes de la ciudad de Toluca, San Mateo
Atenco, Lerma y Tenango en la época de estiaje,
mientras que en la época de lluvias corresponde
a los afluentes de ríos tales como los ríos Santa
Catarina, San Lorenzo y Tejalpa. La naturaleza de
las aguas que recibe el río Lerma es muy compleja.
En algunos casos los afluentes transportan
materia suspendida hacia el río Lerma con
contribuciones de origen natural y antropogénico,
como en el caso del río Tenango. Algunos otros,
como el arroyo Mezapa, la descarga Barrio de
Guadalupe, el río Ocoyoacac, la descarga de San
Mateo Atenco, la descarga de México-Toluca,
descarga el Llanito, canal Totoltepec y el río
Verdiguel, transportan materia suspendida hacia
el río Lerma con un origen principalmente
antropogénico. Algunos tributarios ayudan a la
oxigenación y a la dilución de la carga
contaminante del río Lerma. Por ejemplo el río
San Lorenzo, el río Tejalpa y el río Temoaya
ingresan agua con valores entre 6 y 8 mg/L de
oxígeno disuelto en los meses de marzo y abril,
aunque también aportan materia suspendida de
origen principalmente natural en forma de óxidos
de hierro y manganeso, además de gravas y
arenas.
Las zonas con mayor riesgo derivadas de los
estudios realizados en el CARL y que requieren
acciones urgentes para el control de la
contaminación y de saneamiento de este río, son
la zona comprendida entre el arroyo Mezapa y la
carretera México-Naucalpan. Esta zona
comprende aproximadamente 25 kilómetros de
río y las acciones que se requieren dependen
de la naturaleza del riesgo, el cual varía en cada
segmento de zona. Las zonas con menor riesgo
y que requieren acciones de control y
saneamiento posteriores a la mencionada
anteriormente, son la zona de la laguna de
Almoloya hasta el arroyo Mezapa y la zona de la
carretera Toluca-Naucalpan hasta la presa José
Antonio Alzate.
Con base en los resultados obtenidos es posible
establecer que la calidad del agua de este
importante río es muy baja debido principalmente
a las descargas residuales industriales y urbanas
no tratadas. El principal problema es la presencia
en grandes cantidades de materia orgánica
residual, la cual provoca una eutrofización del
sistema. Aunque los metales pesados no son
un grave problema es necesario, sin embargo,
implementar medidas para el control de metales
como el cromo, cobre y zinc, así como para la
disposición adecuada de los lodos dragados de
dicho río. Es necesario implementar de inmediato
acciones urgentes tendientes a controlar y reducir
los enormes impactos que se generan en este
río. Como primeras acciones es necesario
controlar las principales fuentes de
contaminación, construyendo, habilitando o en
su caso mejorando la operación de plantas de
tratamiento que garanticen que toda el agua
que se descargue en este río haya sido
previamente tratada. Otras acciones de gran
importancia incluyen revertir el grave proceso
de deforestación y pérdida de suelos de las partes
alta de la cuenca, que provocan el ingreso de
materia suspendida y sedimentos que azolvan
año con año el curso del río. También modificar
leyes y reglamentos, así como establecer normas
oficiales federales, estatales o municipales que
obliguen al reuso y reciclaje de los materiales
plásticos desechables tales como el PET
(polietilentereftalato), que provocan que en época
de lluvias el río se desborde en algunos puntos
debido al taponamiento de sus afluentes, entre
otros factores.
Figura 5. Índices de la calidad del agua industrial y agrícola
durante las épocas de estiaje y de lluvias del CARL
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