6] Sentencia N° 739 de la Sala Constitucional del TSJ. Fecha 10.04.03. Caso Abogados Luis Rafael Aponte Aponte y otros, contra el Consejo de Seguridad Ciudadana, por no proteger el derecho a la manifestación de actos de violencia contra manifestantes1. Magistrado-Ponente: Pedro Rafael Rondón Haaz DE LA PRETENSIÓN DE LA PARTE ACTORA, alegaron (…) Que “se observa de los ‘hechos notorios comunicacionales’ transmitidos en las noticias televisivas de los diferentes medios de comunicación nacionales y locales, una parcialidad e impunidad de los organismos de orden público hacia los marchistas manifestantes del oficialismo, los cuales los amparan y no son reprimidos, ni llamados a mantener el orden público, manifestando esos grupos sin el permiso legal correspondiente; tal como se observo (sic) en el hecho notorio comunicacional sobre la marcha y/o manifestación pacífica convocada por la ‘COORDINADORA DEMOCRATICA’ el día 22 de marzo de 2003, donde simpatizantes del oficialismo impunemente atacaron a los marchistas manifestantes pacíficos permisados para la misma, donde fueron agredidos, rompiéndoles sus banderines, pancartas, destrucción de la tarima de oradores y de sonido, etc., ante la mirada permisiva de cuerpos policiales y de seguridad en el control del orden público: DISIP – dependiente del Ministerio del Interior y Justicia- y, la Policía Administrativa de Caracas –PoliCaracas-, dependiente de la Alcaldía del Municipio Libertador Alcalde Freddy Bernal; por ello, solicit(an) la protección de los Derechos Fundamentales y Garantías Constitucionales de los marchistas manifestantes (derechos difusos) amenazados de violación y con el fin de evitar que les sean conculcados los mismos es que propon(en) la presente Acción de Amparo...” La Sala observa que se propuso demanda de amparo contra la amenaza de violación de los derechos a manifestación, respeto a los derechos humanos, igualdad, libertad de tránsito, protección y libertad de expresión que acogieron los artículos 68, 19, 21, 50, 55 y 57 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, por cuanto, según se desprende del escrito de demanda, un grupo de personas del ámbito político estarían convocando manifestaciones para los días 9, 10 y 11 de abril de 2003, por lo que existe la amenaza de que pudieran generarse actos de violencia y, por tanto, se pidió la protección del Consejo de Seguridad Ciudadana. Ahora bien, la Sala reitera que para la admisibilidad de un amparo constitucional contra amenaza de violación de algún derecho o garantía constitucional deben darse los siguientes supuestos: i) Que la amenaza sea cierta y realizable por los imputados; y ii) Que la amenaza sea inminente. En el caso de autos, a decir de la parte actora, existen riesgos manifiestos, que pueden traducirse en muertes de personas, que deben evitarse, y de que las personas que participen en las manifestaciones que se convoquen resulten violentamente agredidas. Los demandantes, para la demostración de sus afirmaciones, consignaron copia de la convocatoria “A la campaña libertadora por la democracia y la paz de Venezuela a un año de la masacre de Miraflores” que hizo la sociedad cívico-militar, copia de la solicitud del permiso de la pretendida marcha, ejemplares de periódico en donde se relataron las noticias: “Asesinaron a tres soldados disidentes de Altamira”, “Círculos destrozaron y acabaron a tiros y con bombas lacrimógenas celebración de éxito de El Firmazo”, “Chavistas quemaron casa de AD y sabotearon acto de la oposición en Caricuao” y “Oposición reintentará ir a Miraflores el 11 de abril”. 1 Disponible en http://historico.tsj.gov.ve/decisiones/scon/abril/739-100403-03-0855.HTM En criterio de la Sala, de las documentales que fueron consignadas no se desprende la existencia de la amenaza y tampoco de la inminencia requeridas para la admisibilidad de la demanda que se intentó, toda vez que no se presentó el permiso que autoriza la marcha o manifestaciones que se afirmó fueron convocadas. Por tanto, como no existe prueba del correspondiente permiso por parte de la autoridad competente, mal puede sostenerse válidamente que pueda realizarse una actividad como la que se manó, pues, el propósito de la solicitud de autorización es, precisamente, que los cuerpos de seguridad del Estado planifiquen y ejecuten planes para la salvaguarda de las vidas y bienes de los manifestantes. Así se decide.