El Senado de la Nación Secretaría Parlamentaria Dirección General de Publicaciones (S-3425/08) PROYECTO DE DECLARACION El Senado de la Nación DECLARA: Su preocupación por el modo institucional de abordar y resolver, el caso de una niña de 12 años, víctima de una violación e incesto por parte de su padrastro, en la Provincia de Mendoza. María E. Estenssoro.- María C. Perceval.- Elena Corregido.FUNDAMENTOS Señor Presidente: Esta declaración tiene como finalidad plantear la preocupación por el hecho sucedido en la Provincia de Mendoza, recientemente: En el mes de julio pasado, una niña de 12 años de edad fue violada por su padrastro, quien era el sostén de su hogar. El 31 de agosto, concurrió junto a su madre al Hospital Humberto Notti, de la Provincia de Mendoza, donde los médicos en vez de practicarle un aborto, derivaron el caso a la Justicia. El caso, está contemplado en el Código Penal, bajo la figura de aborto no punible, lo que significa que no debe darse lugar a la Justicia, sino que se debe practicar la interrupción del embarazo, sin que medie ningún trámite administrativo ni judicial. Este caso se repite en otras mujeres y niñas, por la interpretación del Artículo 86 del Código Penal, que establece: ARTICULO 86. - Incurrirán en las penas establecidas en el artículo anterior y sufrirán, además, inhabilitación especial por doble tiempo que el de la condena, los médicos, cirujanos, parteras o farmacéuticos que abusaren de su ciencia o arte para causar el aborto o cooperaren a causarlo. El aborto practicado por un médico diplomado con el consentimiento de la mujer encinta, no es punible: 1º Si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y si este peligro no puede ser evitado por otros medios. 2º Si el embarazo proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente. En este caso, el consentimiento de su representante legal deberá ser requerido para el aborto. Al momento de la redacción de este artículo, se obvió incluir una coma después de la palabra violación, el 2º inciso debería decir: 2º Si el embarazo proviene de una violación, o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente. En este caso, el consentimiento de su representante legal deberá ser requerido para el aborto. En el caso de la niña mendocina, los médicos que la atendieron en el Hospital interpretaron el Código Penal sin la coma y dieron lugar al juez Germán Ferrer. El magistrado, resolvió que la niña debía quedar encerrada en el hospital, sin tener contacto con su madre, por considerarla influyente en la decisión de practicarse un aborto. Durante su encierro en el hospital, el día 3 de septiembre, sí tuvo contacto con un grupo de mujeres pertenecientes a una organización antiabortista, quienes abrumaron a la niña con fotos y testimonios. Al día siguiente, el juez visitó a la niña, quien le dijo que ya no quería practicarse un aborto. ¿Cómo debería haberse resuelto el caso? Al llegar al hospital con una denuncia policial o judicial de violación, la niña, tendría que haber accedido a la interrupción del embarazo de acuerdo a los precisos lineamientos que están presentes en la Guía Técnica para Atención Integral de Abortos No Punibles, distribuido a partir de octubre de 2007 por decisión del Ministerio de Salud de la Nación. Esta guía pone al alcance de los médicos los procedimientos clínicos y quirúrgicos recomendados por la OMC para la interrupción del embarazo. En el caso del aborto no punible, la Guía establece que: “3. DEFINICIONES Y PROCEDIMIENTOS. 3.1. ABORTO NO PUNIBLE La presente Guía Técnica es de aplicación a las situaciones previstas por el artículo 86 del Código Penal de la Nación, norma que regula los casos en los que se autoriza el aborto eximiendo de pena al médico y a la mujer que lo llevan adelante. Una interpretación de este artículo en consonancia con los principios citados y las normas nacionales e internacionales mencionados en el acápite 2, establece que para el Código Penal de la Nación el profesional de la salud y la mujer no incurren en delito de aborto en las siguientes situaciones: a. en casos de peligro para la vida de la mujer (artículo 86, inciso 1o, Código Penal de la Nación), b. en los casos de peligro para la salud de la mujer (artículo 86, inciso 1o, Código Penal de la Nación), c. cuando el embarazo sea producto de una violación (artículo 86, inciso 2o, Código Penal de la Nación), d. cuando el embarazo sea producto del atentado al pudor sobre mujer idiota o demente (artículo 86, inciso 2o, Código Penal de la Nación). En este caso el consentimiento de su representante legal deberá ser requerido para el aborto. La interpretación de las causales de no punibilidad citadas debe realizarse a la luz de las normas constitucionales y de los tratados de derechos humanos de rango constitucional que reconocen los derechos a la igualdad, a la salud, a la autodeterminación, a la privacidad, y a la no discriminación.” El caso de esta niña y su madre, demuestran una vez más que ser niña y pobre en Argentina y en Mendoza es una condición para estar sometida a la violencia sexual y la maternidad forzada. Consideramos que los derechos sexuales y reproductivos, deben ser reconocidos como derechos básicos de todas las personas, para eso es necesario garantizar el acceso universal a los servicios públicos que los sostienen. Argentina como país signatario de pactos y convenciones de derechos humanos y sus protocolos facultativos, está obligada a garantizar a las mujeres el derecho a la vida, al máximo nivel posible de salud física y mental, a la igualdad y no discriminación, a la intimidad y a la autonomía reproductiva, a la libertad, a verse libre de tratos crueles inhumanos y degradantes, a la libertad de conciencia y religión, entre otros. La vigencia de estos derechos está garantizada en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), el Pacto Internacional de Derechos Económicos, sociales y Culturales (PIDESC), la Convención sobre los Derechos de los Niños, la Convención Americana de Derechos Humanos (CADH) y otros. Por todo lo expuesto, solicitamos la aprobación de la presente declaración. María E. Estenssoro.- María C. Perceval.- Elena Corregido.-