pdf Breve perfil de la editorial Cenit (Madrid, 1928-1936)

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GONZALO SANTONJA
BREVE PERFIL DE LA EDITORIAL CENIT (MADRID, 1928-1936)
« . . . la cárcel, a pesar de estar rodeada de muros
por todas partes, es un escenario histórico magníficamente iluminado».
M. KUDERA .
En febrero de 1928, Rafael Giménez Siles, codirector con José Antonio Balbontín de la renovadora revista Post-Guerra, ingresó en la cárcel Modelo de
Madrid para cumplir la condena de seis meses que le habían impuesto en un Consejo de guerra . Allí, entre otros ilustres huéspedes, coincidió con Graco Marsá,
joven e inquieto abogado, republicano de tendencia radical, también privado de
la libertad por motivos políticos .
Por aquellas fechas, el grupo de Post-Guerra, consciente de la escasa eficacia
de la revista (la censura previa de prensa esterilizaba sus esfuerzos), trabaja en
la edición de sus primeros libros, los cuales, publicados bajo el sello editorial
de Oriente (Oriente/Occidente, URSS/países capitalistas), aparecerían mientras
Giménez Siles permanecía en la Modelo .
Y en la mismísima cárcel Modelo, considerando la favorable acogida de los
lectores, pero advirtiendo asimismo la inadecuada estructura comercial e interna
de Oriente, Giménez Siles y Graco Marsá, obteniendo además la valiosa incorporación de Juan Andrade (muy bien introducido en los sugerentes ambientes de la
joven intelectualidad revolucionaria europea), acordaron crear una nueva editorial .
Así nació Cenit, que llegaría a convertirse en una de las empresas editoriales de
mayor importancia durante los intensos años finales de la Monarquía de Alfonso XIII y todo el período republicano .
El acuerdo establecido en la fecunda cárcel Modelo fue llevado a la práctica en
cuanto sus propulsores pusieron los pies en la calle . Antes de finalizar 1928 salió
su primer libro : El problema religioso en Méjico . Católicos y cristianos, de Ramón
J. Sender, abierto por un prólogo generosamente firmado por Valle-Inclán' .
1 Según el propio Sender, «el prólogo de don Ramón a mi libro ... no fue escrito por
don Ramón, sino que fue escrito por la misma casa editorial y firmado benévolamente por
don Ramón como un deseo de ayudar con el eco de su prestigioso nombre a una empresa de
amigos suyos» (Robert Lima, An annotated bibliography of Ramón del Valle Inclán. University
of Pennsylvania, 1972, pág. 64) . En efecto, como dice Sender, Valle-Inclán asumió la autoría
del prólogo para ayudar a su buen amigo Giménez Siles en el lanzamiento de Cenit. Ya en
los tiempos de El Estudiante había tenido con él un gesto similar al cederle, en absoluta
primicia, varios fragmentos de su novela Tirano Banderas . Los lectores curiosos pueden consultar el apócrifo trabajo de Valle-Inclán en la antología de los novelistas sociales que preparé
129
A propósito de la fundación de Cenit existen dos testimonios bastante precisos: el de José Venegas, miembro del grupo fundacional de Post-Guerra y
Oriente, y el del dibujante polaco Marian Rawicz, frecuente portadista de las
«editoriales de avanzada» . Comenzaremos por el de Venegas :
Este éxito -se refiere al de los volúmenes iniciales- fue la ruina de
Ediciones Oriente . Habíamos planeado el asunto con fines desinteresados,
sin otro propósito que la propaganda revolucionaria, y nos encontrábamos con
que prometía ser un gran negocio. Inmediatamente cada uno de los del grupo
pensó en fundar una editorial propia . El primero fue Giménez Siles. Lo proyectó antes de salir de la cárcel. Allí estaba también Graco Marsá y ambos
se pusieron de acuerdo para fundar una editorial. Invitaron a incorporarse
a ella a Juan Andrade, que iba a visitarles a la prisión, y que era de todos
nosotros el que estaba en mejores condiciones para contratar los libros que
pretendíamos, porque había militado desde antiguo en partidos extremistas,
se había vinculado a muchos revolucionarios europeos, conocía idiomas y mantenía correspondencia con los intelectuales de izquierda de diversos países .
Unidos los tres fundaron la editorial Cenit, y Siles, en vez de ser un colaborador de Ediciones Oriente, se convirtió en un competidor . . . z.
Rawicz, por su parte, recordó así aquellos avatares :
En 1928, en las postrimerías de la dictadura de Primo de Rivera, un
acaudalado notario (hay un par de palabras tachadas) extremeño (en el original, tachado pero legible, «andaluz»), radical y liberaloide, visitó la Unión
Soviética. A su regreso escribió un libro que, en España al menos, fue el
primero que, procediendo de un hombre nada sospechoso de simpatías prosoviéticas, habla sin embargo bastante bien de la patria del proletariado .
Pero ninguna editorial «seria» (añadido a mano el calificativo) quiere publicárselo. Diego Hidalgo -así se llama el notario- recurre entonces a una
pequeña editorial recién fundada por algunos jóvenes izquierdistas españoles (hay un nombre tachado), Juan Andrade, y (añadida a mano) Rafael
Giménez (añadido a mano el primer apellido) Siles (en el original seguía
otro nombre tachado) . Estos publican su libro Un notario español (añadida
a mano esta palabra) en Rusia, que será pronto un «bet-seller» . Poco tiempo
más tarde (un nombre tachado), Andrade se separa (en el original «separan»)
de la editorial a raíz de diferencias doctrinarias surgidas con motivo de la traducción y publicación de Rusia al desnudo, de Panait Istrati, el primer libro
de un comunista desengañado por lo que vio en la URSS . Giménez Siles
(de nuevo introducido a mano el primer apellido, seguía una palabra tachada),
contando con el modesto (a mano, sustituye a otra palabra del original) apoyo
financiero de Hidalgo, continúa al frente de Cenit y cuenta con la colaboración de Roces (añadido a mano lo referente a éste). . . 3 .
Como ya se habrá advertido, parece que Rawicz no cita a Graco Marsá, y
digo parece porque su testimonio presenta varias supresiones y añadidos 4. Por lo
en colaboración con José Esteban. (Los novelistas sociales españoles, 1928-1936. Madrid,
Peralta/Ayuso, 1977, págs . 21-3) . Véase también mi artículo «Valle-Inclán: dos sorpresas»,
publicado en el ya -por desgracia- difunto diario Liberación (Madrid, 3 de febrero de 1985).
Z José Venegas, Obra cit., pág. 150.
3 Marian Rawicz, Obra cit., pág. 63 .
4 Las tachaduras y añadidos son de Giménez Siles. Rawicz le envió su obra en diciembre
de 1968 con objeto de que gestionase su publicación, autorizándole para corregir los datos
erróneos (el propio Giménez Siles, que conserva el original y varias cartas de Rawicz, me
contó estos pormenores a lo largo de la extensa e interesantísima conversación que mantuvimos en abril de 1981 en México). Téngase en cuenta que el dibujante polaco no vivió los
primeros años de Cenit (llegó a España en 1931) y resulta, por tanto, lógico que temiendo
13 0
demás, ambos coinciden al señalar la participación inicial de Andrade, y Rawicz
explica el motivo concreto de su ruptura con Giménez Siles, a raíz de la cual
pasaría a dirigir Ediciones Hoy, empresa filial de la CIAP.
Wenceslao Roces, en testimonio directo', me ha confirmado el apoyo eco .
nómico de Diego Hidalgo, subrayando que, en efecto, fue módico y estuvo
limitado a determinados libros ; también recordaba que Giménez Siles y Andrade
se separaron por motivos políticos, habiendo sido su ruptura precedida por la de
Graco Marsá, quien, por consiguiente, permaneció muy poco tiempo en Cenit .
Giménez Siles, cuyo testimonio también he recogido, me ratificó la participación, ceñida a la primera etapa, de Graco Marsá y Andrade, así como el apoyo
económico de Diego Hidalgo, que incluso llegaría a ostentar, durante un breve
período, el cargo de director de la editorial'. Igualmente me confirmó que su
ruptura con Andrade obedeció a cuestiones ideológicas, en concreto a la filiación
troskista de su efímero compañero, filiación que chocaba con sus cada vez más
acentuada proclividad hacia posturas comunistas ortodoxas . La incorporación de
Wenceslao Roces en calidad de director literario (sin sueldo como tal, cobraba y
vivía de las traducciones) se produjo a instancias suyas, que le conocía desde los
tiempos de El Estudiante', cuando el profesor salmantino fue gubernativamente
depuesto de su cátedra universtaria . Entre 1934 y 1935, en una fecha indeterminada, Roces acentuó su participación en Cenit al aportar veinte mil pesetas
de capital' .
(Respecto a la separación de Andrade se impone una matización, necesaria
para hacer justicia sobre todo todo a Giménez Siles, pero también a Wenceslao
Roces: acabo de indicar -y los distintos testimonios coinciden- que el problema
estalló a causa de su militancia troskista . Ahora bien, después de su salida, Cenit
continuó publicando obras de aquel heterodoxo dirigente soviético . Esto quiere
decir que la ruptura no debe ser unilateralmente explicada caracterizando a Siles
y a Roces con tópicas valoraciones de manual antiestalinista, pues ambos, a pesar
de ciertas inhábiles omisiones poco gloriosas, supieron apreciar la calidad y el
interés de los libros de Trosky .)
En Cenit, a lo largo de distintas etapas, pero siempre bajo la supervisión de
Giménez Siles, al margen de los ya citados, participaron el poeta José María Quiroga Plá, «asesor literario y corrector de estilo», Gorkin, durante algún tiempo
agente literario de la editorial en París, y según su propio testimonio, de donde
también proceden las noticias referentes a los dos autores recién citados, Marian
Rawicz, «director gráfico y artístico . . . con un excelente sueldo y sólo tres o cuatro
horas de trabajo al día» desde 1931 hasta octubre de 1934 : detenido entonces
a raíz de la insurrección asturiana, sería desterrado de España y no lograría regresar
equivocarse confiase a Siles la corrección definitiva de aquella parte. Desde luego parece
clarísimo que no ha tergiversado su texto (en ese caso, ¿cómo se hubiese desprendido de varias
fotocopias del original por él rectificado?) . La participación de Graco Marsé -el único punto
conflictivo- se limitaría, si acaso, al empujón inicial, pues de inmediato, repitiendo el proceso
de fragmentación iniciado por Siles en Oriente, empezará a trabajar por su cuenta .
s Con Wenceslao Roces mantuve varias conversaciones sobre Cenit durante septiembre
de 1976 en Madrid .
6 Testimonio personal de Giménez Siles (conversación citada. En lo sucesivo, cuando me
base en afirmaciones suyas, siempre que no cite otra referencia, debe entenderse me refiero
a ella).
7 Según Giménez Siles, se conocieron cuando Wenceslao Roces le llamó para proponerle
que asumiese la dirección de El Estudiante, indicándole al mismo tiempo que Unamuno
quería entablar relación con él (testimonio personal de Giménez Siles . México, marzo de 1982).
s Testimonio personal de Giménez Siles . México, marzo de 1982.
hasta marzo del treinta y siete 9 . Y como Wenceslao Roces correría una suerte
muy similar (detenido y encarcelado, al obtener la libertad provisional -gracias
a Diego Hidalgo, según ha manifestado Giménez Siles- se refugió en la URSS
para eludir la casi con seguridad dura condena que le aguardaba), Giménez Siles,
desde luego el hombre clave de Cenit,' se quedó prácticamente sólo al frente
de la editorial durante el difícil período del bienio-negro .
Cenit instaló su primer domicilio en Concepción Jerónima, núm . 6, aunque
enseguida -antes de marzo de 1929- lo trasladaría a Lagasca, núm. 55, y poco
después a Velázquez, núm. 46, y luego al 36 de la misma calle,, su emplitzamiento definitivo.
Desde el comienzo hasta bien entrado 1931 casi todos sus libros los imprimió
Argis, como era de suponer, pues Giménez Siles y Joaquín Arderíus eran sus
propietarios ; después confiaría su tirada a los modernos talleres del diario El Adelantado de Segovia (Segovia), en especial durante 1932, y a continuación estableció
relaciones con la Imprenta-Rotativa (Imp-Rot) del PCE (calle de Andrés Mellado), donde se tirarían la mayor parte de sus colecciones populares . También
trabajó con otros talleres gráficos de la capital, como Marsiega (Avda. Menéndez Pelayo, 12), Gráficas Uguina (Meléndez Valdés, 17), Imprenta Helénica
(Pasaje de la Alhambra, 3) o Torrent (Santa Teresa, 14), que se encar~ó sus
últimos libros, excepto -al menos- Sangre de octubre, de Maximiliano tllvarez
Suárez, impreso -según reza su colofón- en unos misteriosos talleres de la
Editorial Cenit. Los tres únicos números que he visto de su Boletín Bibliográfico
corrieron a cargo de Artes Gráficas Faure (Abascal, 21) .
En cuanto a la organización comercial, y más en concreto, respecto al vital
problema de la distribución, Cenit, por gestiones directas de Valle-Inclán, entró
en contacto con el gerente de la CIAP, don Manuel Ortega, que aceptó la gestión
de su fondo. Coincidiendo con el testimonio julio Gómez de la Serna, Giménez
Siles me ha indicado que la CIAP solía pedirle unos mil ejemplares de cada libro,
resultando normal que en una plazo razonable repusiera quinientos, lo cual, en
conjunto, venía a representar el cincuenta por ciento de sus tiradas habituales .
Pero la CIAP, como es natural, le pagaba con letras que en Cenit sólo lograban
descontar gracias a la solvencia de Diego Hidalgo . (En esto, y no en desembolsos directos, consistió su mejor ayuda.) Ahora bien, como la editorial mantenía
un ritmo de publicación bastante intenso, y dado que carecía de reservas económicas, llegó un momento en que se encontró completamente a merced de la CIAP .
Cualquier fallo de aquella empresa hubiese repercutido de manera fatal en su
trayectoria. Ante semejante panorama, calibrando la inmediatez del peligro, sin
dejarse anonadar por el espectacular triunfalismo de la CIAP, propietaria de una
costosa red que sólo podría resultar amortizada si acaso a muy largo plazo`,
9 Marian Rawicz, Obra cit ., pág. 66 (Quiroga Plá), 86 (Gorkin «ex-agente literario en
París de la editorial Cenit (lo subrayado está añadido a mano, es decir, ha sido introducido
por Giménez Siles), y 64, 76 y sigs .
io Para dar idea de sus cuantiosas inversiones bastará con exponer el sucinto balance
de sus propiedades : suyas eran las editoriales Renacimiento, Fe, Mundo Latino, Mercurio,
Atlántida, Estrella, y Hoy, además de mantener bajo su nombre numerosas e importantes
colecciones ; también le pertenecían las revistas La Raza, El perro, el ratón y el gato, La Gaceta Literaria (desde mediados del veintinueve), La Novela de Hoy, y Comercio, tenía la exclusiva de venta de los fondos de las editoriales Zeus, Ulises, Cenit, América, Signo, Baudenière
(París) y de la Sociedad General Española de Librería (sólo para América) ; había abierto
once librerías en España (en Barcelona, Zaragoza, Sevilla, La Coruña, San Sebastián, Cuenca,
Jerez de la Frontera, Cartagena y tres en Madrid) y cinco en Hispanoamérica (en Buenos Aires,
México, Santiago de Chile, Montevideo y Quito) ; estaba asociada a otro centenar largo de
libreros españoles, repartidos por todo el territorio nacional (cubría así desde las grandes
capitales de provincia hasta pueblos o pequeñas ciudades como Ubeda, Daimiel, Daroca,
13 2
hacia finales del año treinta Giménez Siles propuso a sus compañeros romper sus
acuerdos, liquidar cuanto antes las letras pendientes y buscar alternativas quizá
más incómodas pero también menos aventuradas . Siles recuerda que canceló la
última deuda dieciocho días antes de que la CIAP, estrellándose contra la dura
realidad, presentase suspensión de pagos ., Elevación, de Henri Barbusse, terminado de imprimir el nueve de mayo, fue uno de los postreros libros de Cenit
que distribuyó la CIAP.
A partir de aquel momento nuestra editorial cedió la exclusiva para la venta
en librerías de Hispanoamérica a España-Calpe, que colocaba allí entre doscientos
y trescientos ejemplares de cada obra, y asumió directamente su distribución en
España, potenciando con énfasis la venta sin intermediarios a particulares en
condiciones ventajosas, es decir, fraccionando el pago en varias mensualidades y
ofreciéndoles lotes de libros rebajados o la posibilidad de suscribirse a determinaads series con una reducción sustancial en el precio . Previa recepción del oportuno talón, atendía pedidos del extranjero con un 35 por 100 de descuento .
De las colecciones populares únicamente admitía encargos de librerías a partir
de un número mínimo de ejemplares (veinticinco de Episodios de la lucha de clases, Documentos de comunismo y Lecturas populares; diez de Cuadernos de cultura proletaria y Cursos de iniciación marxista, etc. Además, aparte de otras iniciativas, afrontó el lanzamiento -desde antes de la ruptura con la CIAP- de un
Boletín Bibliográfico dedicado a la divulgación de su fondo para captar nuevos
lectores y fortalecer su vinculación con los antiguos . En definitiva, por fin nos
encontramos con una empresa sólidamente organizada, dirigida por unos hombres
con ideas, imaginacinó y ganas de trabajar, que siempre supo salir en busca de
lectores y nuevos mercados . Por eso capearía tantas adversidades . Por eso no le
sorprenderían las circunstancias .
Para dar idea de la magnitud de su esfuerzo bastará con señalar que a comienzos de 1935 había publicado bastante más de doscientos volúmenes entre libros
y folletos, distribuidos en nada menos que veinticinco colecciones que abarcaban
prácticamente todos los géneros, desde el narrativo hasta el teatral, pasando por
los cuentos infantiles y las autobiografías con nutrida presencia de obras marxistas,
una excelente «Biblioteca de vulgarización médica» e incluso un par de libros de
poesía, sin duda el aspecto más desatendido por la editorial .
Su catálogo ofrece un balance muy positivo, en buena parte posible gracias
a la serie de acuerdos establecidos con diferentes editoriales europeas, y en espeDos Hermanas o Béjar), a los que dejaba en puntuales depósitos a largo plazo su fondo;
mantenía una agencia de prensa, que comercializaba los artículos de sus escritores -a muchos,
y desde luego a varios de los más importantes, como Valle-Inclán, Unamuno o los hermanos
Machado, les había comprado la exclusiva de sus obras, asignándoles a cambio un sueldo mensual fijo establecido según su volumen de ventas- e incluso poseía fábrica de tintas e imprenta
propias (la Compañía General de Artes Gráficas), teniendo en perspectiva montar una papelera .
Todo aquel sensacional despliegue se vino abajo cuando la Banca Bauer, que ya había
desembolsado dieciséis millones de pesetas, al entrar en crisis como consecuencia de unas
desdichadas operaciones especulativas se vio en la necesidad de reclamar la devolución inmediata del capital aportado. La Compañía Ibero Americana de Publicaciones, sorprendida en
plena fase de expansión, con toda su organización al descubierto, sin posibilidades de amortización a corto ni medio plazo, presentó en el verano del treinta y uno una suspensión de
pagos de resultados verdaderamente catastróficos para el mundo editorial de aquellos años .
Sobre la trayectoria de la CIAP puede consultarse el artículo de José Esteban «Editoriales
y libros de la España de los años 30» (Cuadernos para el Diálogo, número extraordinario,
XXXII, diciembre de 1972), el libro, editado por la misma CIAP y escrito por su gerente,
Cómo se ha hecho una gran editorial y cómo pretenden deshacerla (Madrid, s . a., 1, 93),
su catálogo general de 1929, y las memorias de Pedro Rodríguez, su director literario (Testimonio y recuerdos, Barcelona, Planeta, 1, 97).
133
cial por el que a comienzos de 1931 firmó con una importante empresa alemana. Marian Rawicz, intermediario en aquella negociación, la recordó así :
Madrid, 1931. Un día me telefonea Andrade . Dice que dentro de una
hora recibirá una importantísima visita de Berlín y me ruega que vaya a su
casa y actúe de intérprete . El visitante es Wieland Herzfelde, director de la
editorial Malik-Verlag, de Berlín, concesionaria exclusiva de los derechos de
autor de varios famosos escritores de vanguardia: Upton Sinclair, Henri Barbusse, Egon Erfwin Kisen, Máximo Gorki, Cholojov, Ignacio Silone, etc .
Herzfelde ha venido a Madrid para ceder a una de las tres o cuatro
editoriales españolas de izquierda la exclusiva para las traducciones al castellano de estos cotizados autores. Andrade está muy interesado en obtenerla
para sus «Ediciones Hoy», pero sabe que tiene un fuerte competidor en la
editorial Cenit .
Llega Herzfelde y empiezo a traducir las negociaciones. Al poco rato,
descubro que el berlinés ignora por completo que Andrade es troskista, y
que éste, el muy cuco, no hace nada por sacar a Herzfelde de su error.
El descubrimiento me disgusta . Libro una pequeña lucha interior . De una
parte, le debo cierta gratitud y lealtad a Andrade, quien es un buen amigo
y me encarga muchos dibujos y traducciones, pero, de la otra, mi probidad
se rebela contra el engaño del que puede caer víctima el confiado Herzfelde .
Por fin se impone la probidad . «Amicus Andrade sed magis amicus veritas».
Con inocente sonrisa digo a Herzfelde . en alemán, que no se comprometa
todavía a nada y que más tarde, cuando estemos a solas, le explicaré el
motivo. Termina la visita, y so pretexto de acompañarlo al hotel, bajo con
él a la calle y le explico las cosas. Palidece y se echa a temblar . Reacciona
por fin, me abraza efusivamente y me dice :
-Camarada, porque ya veo que lo eres, acabas de prestar un servicio
inestimable al partido y. .. me has salvado a mí de una gravísima metedura
de pata.
Le explico que no soy camarada, que no milito en ningún partido y que
mi acción ha obedecido al más elemental sentido de decencia.
En los días que siguen acompaño a Herzfelde en sus negociaciones con
las otras editoriales . La editorial (añadido a mano) Cenit aparece como la
más merecedora de la firma de un acuerdo . Tiene solvencia económica y. . .
política 11.
Y por cierto, ya que Rawicz se refiere a la solvencia política de Cenit, no
estará demás recordar aquí que en aquellas fechas -como el dibujante polaco
señala poco después y el mismo interesado me ha confirmado- Giménez Siles
aún no estaba afiliado al partido comunista . Si se piensa entonces en que, pese
a dicha circunstancia, crucial en esos tiempos, esta editorial ofrecía a Herzfelde
más garantías que las restantes cae automáticamente por su base la estúpida acusación derechista de que todas aquellas empresas estaban controladas y habían sido
promovidas por comunistas .
Cenit estableció acuerdos similares con otras editoriales europeas, con la Verlag fur Literatur and Politik, por ejemplo, a la que compraría los derechos de
traducción de los «Cursos de iniciación marxista», o con las editoriales Fisher, de
Berlín, y Riede, de París, para la publicación simultánea en alemán, francés y
castellano de dos obras de Trosky t2 . Sólo así puede explicarse la rapidez con que
11 Rawicz, Obra cit., págs. 62-3.
12 «Editoriales españolas . La Editorial Cenit», La Gaceta Literaria, Madrid, 1929. Reportaje recogido en el libro ya citado Rafael Giménez Siles. Editor . .., págs. 85-8.
134
Cenit introdujo en el panorama del libro castellano las más recientes y mejores
novedades de las literaturas europeas de aquellos años, sobre todo de la alemana.
BALANCE DE PUBLICACIONES
He aquí, desglosadas por años y colecciones, las publicaciones de Cenit. Considero definitivo el balance del período 1928-1933, pero incompleto el de los
años 1934-1936:
1928
Crítica social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
1
TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
1
1929
Crítica social . . . . . . . . . . . . . . .
Folklore .
... . .. .. . ... .. .
La novela de la guerra . . . . . . . . .
La novela proletaria . . . . . . . . .
Novelistas nuevos . . . . . .
...
Panorama .
... . .. .. . ... .. .
El teatro político . . . . . . . . . . . .
Vidas extraordinarias . . . . . . . . .
...
...
...
..
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...
.. .
.. .
...
...
..
...
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...
...
. ..
...
...
...
...
...
...
...
6
1
3
3
2
2
1
2
TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
22
1930
Crítica social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Documentos vivos . . . . . . . . . . . . . . .
Folklore .
.. . . .. ... . ... ... ...
La novela de la guerra . . . . . . . . . . . .
La novela histórica . . . . . . . . . . . . . . .
La novela proletaria . . . . . . . . . . .. . . .
Novelistas nuevos . . . . . . . . . . . . . . .
Panorama . . . . . . .
. ... ... .. . ...
Razas, paisajes, pueblos
... .. . ...
Las realidades del capitalismo . . . . . .
El teatro político . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Vidas extraordinarias . . . . . . . . . . . . . . .
...
. ..
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. ..
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...
...
...
...
...
...
...
...
...
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...
...
5
2
1
4
1
8
10
2
1
1
1
2
TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
38
135
1931
Crítica social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Cuentos infantiles . . . . . . . . . . . . . . .
Documentos vivos . . . . . .. . . . . . . . . .
La novela histórica . . . . . . . . . . . . . . .
La novela proletaria . . . . . . . . . . . .
Novelistas nuevos . . . . . . . . . . . . . . .
. .. . .. . . .. ...
Panorama . . . . . . .
Razas, paisajes, pueblos . . . . . . . . . .
Las realidades del capitalismo . . . . . .
El teatro político . . . . . . . . . . . . . . .
Vidas extraordinarias . . . . . . . . . . . .
...
...
...
. ..
...
...
. ..
. ..
...
...
...
.. .
.. .
.. .
.. .
.. .
...
...
...
...
...
...
5
11
6
1
9
12
2
3
1
1
4
TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
55
1932
Biblioteca Carlos Marx . . . . . . . . . . . .
Crítica social . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Documentos vivos . . . . . . . . . . . . . . .
La novela histórica . . . . . . . . . . . . . . .
La novela proletaria . . . . . . . . . . . . . . .
Novelistas nuevos . . . . . . . . . . . . . . .
Obras completas de Máximo Gorki
Las realidades del capitalismo . . .
Vidas extraordinarias . . . . . . . . . . . .
. ..
...
...
. ..
...
...
.. .
...
...
...
...
.. .
.. .
.. .
.. .
...
...
...
7
9
1
1
2
1
3
TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
27
1
2
1933
Biblioteca Carlos Marx . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Crítica social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Cuadernos de cultura proletaria . . . . . . . . .
Cursos de iniciación marxista . . . . . . . . . . . .
Documentos de comunismo . . . . . . . . . . . . . . .
Episodios de la lucha de clases . . . . . . . . .
Lecturas populares Cenit . . . . . . . . . . . . .
Panorama literario español e., hispanoamericano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
El teatro político . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
2
TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
26
1
1
2
5
4
5
4
2
1934
Biblioteca de vulgarización médica . . . . . . . . .
Crítica social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Divulgación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Documentos de comunismo . . . . . . . . . . . . . . .
Documentos vivos . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Panorama literario español e hispanoamericano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Poesía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
22
1
4
1
1
TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
31
1
1
1935
Biblioteca de vulgarización médica
Divulgación . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Novelistas nuevos . . . . . . . . . . . . . . .
Poesía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Fuera de colección . . . . . . . . . . . .
.. .
. ..
...
...
...
...
...
. ..
...
...
...
...
...
...
.. .
3
3
1
2
2
TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
11
Al balance de estos dos años, desde luego provisional, sería necesario añadir
los ocho volúmenes de la serie «Cuadernos mensuales de documentación política
y social» (1934 6 1935) .
1936
Fuera de colección . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Obras de pasatiempo . . . . . . . . . . . . . . . . . .
2
1
TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
3
En resumidas cuentas, durante 1929 Cenit mantuvo un promedio de 1,8 volúmenes mensuales, incrementado de manera considerable a lo largo de 1930 y 1931
(3,2 y 4,5, respectivamente, convirtiéndose así, de hecho, en una «gran editorial»),
pero a continuación, invirtiendo la curva ascendente, su ritmo de publicación
descendió a 2,2 en 1932 y a poco más de 2 en 1933. Y, además, comparativamente estas cifras no lo dicen todo: buena parte de los volúmenes impresos
durante dos últimos años, sobre todo en 1933, serían simples folletos de contadas
páginas y reducido formato . Durante los años siguientes, 1934-1936, a causa de
razones (mejor dicho, sinrazones) políticas y militares tan tristes como evidentes,
Cenit no lograría recuperar el nivel alcanzado entre 1930 y 1931, sin duda, desde
la perspectiva del libro progresista, los años más prósperos de toda la época .
Así, pues, el acusado descenso de su ritmo de publicación a partir de 1931
debe ser en lo fundamental atribuido a la catostrófica crisis que removió los
cimientos del mundillo editorial madrileño, y en consecuencia de casi toda España,
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cuando la aparentemente todopoderosa CIAP presentó suspensión de pagos en
el verano de dicho año. Cenit, aunque Giménez Siles supiese romper a tiempo
el contrato de distribución en exclusiva con aquel consorcio, acusaría de manera
profunda el esfuerzo' de reconvertir e improvisar sobre la marcha, y luchando
contra el tiempo, su aparato distribuidor . Resulta obvio que no puede obedecer
a la casualidad la paralela suspensión de pagos de la CIAP y el brusco descenso
en su ritmo de publicaciones .
CONCLUSIONES
En apretada y rápida síntesis, distinguiría tres etapas en la trayectoria de
Cenit :
1 â Desde el inicio de sus actividades hasta 1932 predominaron en su catálogo las publicaciones de índole literaria, en especial las novelas, aunque se tratase,
por supuesto, de novelas tendenciosas, sin cargar de matices peyorativos esta
expresión . El título «Novelistas Nuevos», el de la serie más numerosa, tenía para
Cenit un significado radicalmente distinto al que le hubiesen dado los vanguardistas . Cenit lo utilizaba en el mismo sentido que Post-Guerra y Ediciones Oriente, esto es, para referirse y acoger bajo su denominación la nueva literatura antibelicista («La Novela de la Guerra» era otra de-sus colecciones) y revolucionaria,
mayoritariamente difundida desde Alemania y la Unión Soviética . El significado
de «La Novela proletaria» resulta tan obvio que no requiere aclaración .
Junto a la narrativa, y durante su primera etapa, los ensayos de carácter
«avanzado» de «Crítica Social» y «Documentos vivos» constituyeron el núcleo de
sus publicaciones . Las demás colecciones quedaron a un nivel secundario .
2 .a A partir de 1932 su catálogo registra un considerable incremento de las
publicaciones teóricas sobre cuestiones marxistas . Por la ambición y el rigor de
su planteamiento, por la calidad de las traducciones y por los casi exhaustivos
apéndices documentales que solían completar el contenido de sus volúmenes, no
me parece exagerado afirmar que su «Biblioteca» es una de las mejores colecciones publicadas al respecto en el ámbito de la lengua castellana. Pero es que
además de llevar adelante dicho proyecto, Cenit fue capaz de eludir la tentación
de transformarse en una empresa minoritaria al lanzar otras series paralelas («Documentos de comunismo», «Cursos de iniciación marxista», «Cuadernos de cultura
proletaria», etcétera), colecciones dirigidas a ese numeroso sector de potenciales
lectores que carecía de la preparación -e incluso del dinero- suficiente para
afrontar el estudio de los enjundiosos volúmenes de la «Biblioteca» . De esa forma,
simultaneando ambos tipos de series, un lector podía comenzar por lo más sencillo, encontrando después en el mismo catálogo satisfacción para las necesidades
intelectuales que le hubiesen despertado la consulta de los primeros y muy sencillos folletos . En ese sentido la línea editorial de Cenit resultó de una coherencia
admirable, correspondiendo el mérito a Rafael Giménez Siles, encargado de hacer
el milagro de convertir en rentable una de las contadas empresas de orientación
izquierdista que nuestro mundo del libro ha conocido, y a Wenceslao Roces,
director literario de tales series .
3 a Desde 1934 hasta el final de sus actividades, o sea, hasta el nefasto
mes de julio del treinta y seis, cuando, disminuyendo (casi llegarían a desaparecer)
13 8
las publicaciones marxistas, el peso de su catálogo pasaría a descansar sobre una
colección tan aséptica como la «Biblioteca de vulgarización médica» . Son evidentes
los acontecimientos que impusieron a Cenit una reconversión tan brusca: la fracasada insurrección del Octubre asturiano, con su penosa secuela de cárceles y
represiones, el bienio negro y, a la postre,' el más catastrófico de todos : la sublevación militar del 18 de julio y la guerra incivil .
Estas fueron, a mi juicio, las etapas y los aspectos sobresalientes de Cenit, los
que mejor caracterizan su trayectoria, mas no los únicos, pues entre sus veinticinco
colecciones, al margen de la recién citadas, es preciso subrayar la calidad de
«Vidas extraordinarias» y «El teatro político», las cuales acogerían libros magníficos (las autobiografías de Isadora Duncan, León Trosky y Charlie Chaplin o
los ensayos de Piscator, por ejemplo) .
En definitiva, los hombres de Cenit -a su cabeza Giménez Siles- realizarían una labor de singular importancia al incorporar a nuestro panorama cultural a varios de los autores europeos y norteamericano contemporáneos más des
tacados (Herman Hesse, Dos Passos, Upton Sinclair, Sinclair Lewis, Mijail Cholokhov, Fedor Gladkov y un larguísimo etcétera), divulgando con rigor los postulados básicos de la teoría marxista, y facilitando adecuado cauce de expresión a
jóvenes autores como César Vallejo y Ramón J. Sender .
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