La capacidad de contener - Biblioteca Digital de APA

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La capacidad de contener
Apuntes sobre su funcionamiento
en el cambio psíquico
* Roberto Speziale-Bagliacca (Génova)
Sólo recuerdo la emoción de las cosas,
y se me olvida todo lo demás.
Muchas son las lagunas de mi memoria.
Antonio Machado
Aunque se haya afirmado que el "trabajo principal" del analista para
promover el cambio psíquico en el paciente consista, dentro del proceso analítico, en su empeño por "sostener los aspectos infantiles de
la mente" (Meltzer, 1967), creo que la gran mayoría de los psicoanalistas todavía sostendrían hoy lo que aunaba, en el panel del XX Congreso de la API (París, 1957), a clínicos tan distintos como K. R.
Eissler y H. Rosenfeld. En aquella ocasión se insistió, en efecto, en
que la del psicoanálisis es "una técnica en la cual la interpretación
sigue siendo el instrumento exclusivo, o el más importante o prevalente" (Eissler, 1958).1
Es cierto que en aquellos tiempos se discutía mucho sobre la regla
de la abstinencia, de los parámetros y seudoparámetros, pero es asimismo cierto que, en su obra póstuma, H. Rosenfeld (1987) sigue
afirmando: " ... el instrumento primario [primary means] mediante
el cual el analista logra sus objetivos es la interpretación verbal precisa". Pero en otros capítulos, resumiendo 10 que había sostenido
toda la vida, el mismo Rosenfeld explica lo fundamental que es el
trabajo preparatorio de contención.
Considerar la capacidad de contener de la "mente" del analista
como un factor de transformación quizá desoriente si no se aclara
* Dirección: Via Bettolo 19, 16031Bogliasco-Génova, Italia.
1 Los temas a los que me referiré brevemente han interesado, entre otros, a la
psicología de la Gestalt y a varios filósofos, desde W. Dilthey a K. Jaspers, a
E. Husserl que, por ejemplo, desarrolla la "E:rtOX~" griega. Las limitaciones
de espacio de este statement me obligan a una "contención" inadecuada y por lo
tanto sin los matices necesarios.
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que función contenedora e interpretación constituyen un sistema único,
de modo que si uno de estos dos factores es insuficiente el cambio
psíquico resultará comprometido o incompleto (Speziale-Bagliacca,
1982, 1988).
El concepto de contención se va confundiendo, justamente, con el
de setting. Al lado del setting externo "que comprende los aspectos
formales más conocidos", se evidencia "el setting interno que es más
asimilable a la actitud analítica y crea además el 'estilo' del terapeuta", como escribe Grinberg (1981). El setting interno, como capacidad de contener y escenario de la reverie, ha sido re-presentado
con gran vigor por W. R. Bion (1962, 1963), quien, sobre todo afrontando la psicosis, ha tenido el coraje de disturb our universe.?
En un trabajo de hace unos años trataba de mostrar que algunos
aspectos del pensamiento de Bion, nacido en Muttra, la India, en una
familia de ascendencia hugonota, tenían sus raíces en el pensamiento
oriental (Speziale-Bagliacca,1984). J. Needham (1956) fue el primero
en Occidente que reformuló de manera correcta el conocimiento en el
confucionismo como "viril y activo", y en el taoísmo, en cambio, como
"femenino y receptivo". A pesar de que en sus obras propenda a citar
a Meister Eckhart y textos como el Bhagavadgita hindú, Bion estaba
interesado (era un "diletante", escribe Grotstein, 1981a) en el pensamiento chino. En sus afirmaciones más desconcertantes y paradójicas
están presentes elementos y actitudes taoístas además de budistas.
Bion deja también continuamente rastros del típico sentido del humor
y de la auto-ironía de estas enseñanzas. Lo mismo se puede decir de
su gusto por la inversión de los vértices.
En las breves "Notes on Memory and Desire", Bion (1967) expresa
su casi mítica prohibición de usar memoria y deseo: "La memoria es
siempre engañosa como registro", "No recuerdes sesiones pasadas",
"El psicoanalista puede comenzar por evitar cualquier deseo.. , Deseo
de resultados, 'cura' o comprensión no deben proliferar". Y aun: "El
psicoanalista debe tender a lograr un estado mental tal que en cada
sesión sienta que no ha visto al paciente antes. Si siente que lo ha
visto antes es que está tratando al paciente equivocado". La modalidad
utilizada por Bion es provocativa: la paradoja, lo ilógico, el uso de
la contradicción, son recursos frecuentes en las enseñanzas orientales;
su finalidad más obvia es la de ayudar a romper el circuito habitual
de la mente. Bion parece haber iniciado una verdadera ruptura en
este campo. 3
En estas "Notes", de todas maneras, Bion no cita a Freud. Sin
embargo éste, en los "Consejos al médico sobre el tratamiento psicoEl concepto de función continente ha sido notoriamente objeto del interés de
otros muchos autores: D. W. Winnicott (1958), E. Bick (1968), D. Anzieu (1974 y
sobre todo 1985).
3 Parte de los numerosísimos
ensayos florecidos en torno a su nombre ha sido
recogida por Grotstein (1981b), por la Rivista di Psicoanalisi (3-4-1981)y ha
sido leída en el Colloque de Deauville de 1987 (Rev. Franc. Psychan., 5: 1299-1387,
1987).
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analítico" de 1912, repetidos después, da consejos similares aunque menos drásticamente. Formula una prescripción única: la de
evitar la concentración peligrosa o atención deliberada [Absichtliches Aufmerken]
en favor de una atención "igualmente suspendida"
[gleichschwebende
Aufmerksamkeit].
4 Freud la define como la "meta"
hacia la cual "convergen las distintas reglas" y dirá que es para el
analista la contrapartida de la regla psicoanalítica fundamental, válida
para el paciente. Seguir esta última regla resultará más complejo de lo
que Freud imaginaba (Mahony, 1979),pero también la tarea que corresponde al analista tendrá soluciones muchas veces bastante inferiores a
las esperadas. Para alcanzar esta meta, Freud, entre otros consejos,
recomienda al analista no tomar apuntes, recoger material en vista
de una publicación científica y no cultivar deseos terapéuticos. El
texto freudiano es autocrítico y, como veremos, revela una cierta dosis
de ingenuidad.
Atraído por la paradoja, Bion no distingue entre memoria consciente e inconsciente. Freud, en cambio, invita al analista a liberarse
de toda preocupación -preocupación que yo tendría la tentación de
definir como anal-, para favorecer el relajamiento ("así se ahorra
un esfuerzo de la atención") y favorecer una actitud de confianza en
la capacidad no evidente de contener las informaciones útiles recogidas: otro consejo contrario al esfuerzo y a la tensión.
Además de advertir que el analista "debe proceder sin intención
alguna, dejándose sorprender por cada viraje y haciéndole frente con
ingenuidad y sin prejuicios", sabemos que Freud usa tres metáforas:
la del cirujano, la del teléfono y por último la del espejo. Estas metáforas son el fruto del preconsciente de lo que Mahony (1981) ha
llamado "Freud-escrítor" y van mucho más allá de lo que el "Freudteórico" lograra conscientemente pensar y escribir. 5
Trataremos de desvelar por lo menos algunas de las infinitas alusiones que estas tres metáforas contienen, para recoger las implicaciones y las anticipaciones del futuro psicoanálisis, más allá de los
significados obvios que le han sido atribuidos. La primera metáfora
es intrusiva: el cirujano usa el bisturí y entra en el paciente, se hace
guiar por la inteligencia periférica "mediadora" (Sternberg, 1985)
de sus manos, de su tacto. La fantasía inconsciente subyacente a
esta imagen, activa y masculina, es la base de muchos conceptos y definiciones psicoanalíticas para los cuales, por ejemplo, existe un modo
de identificarse que consiste en entrar en el otro y tomar su lugar.
Estamos en el ámbito de la identificación proyectiva. Con respecto a
este punto las expresiones del lenguaje común son innumerables: hablamos de "tener la capacidad de penetrar en la intimidad más profunda de la mente del otro", de "entrar en su perspectiva", etc. "IntuíLa traducción de todas las frases de Freud ha sido revisada por mí.
/) El poeta, la persona-creativa, no tiene conciencia de la sobredeterminación de
su preconsciente y por tanto no puede dar explicaciones racionales exhaustivas
de su obra. Tampoco el inventor del psicoanálisis parece escapar a esta regla,
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ción" viene del latín intuiri que significa "mirar" (tucri) "dentro" (in);
encontramos la misma dirección en el alemán einsehen que recuerda
el inglés insight. 6
La metáfora freudiana del teléfono va en la dirección opuesta, la
misma de la identificación introyectiva o receptiva, que consiste en
el aceptar que el otro entre en tu casa, dentro de ti, y te hable. Estamos frente a un proceder basado en la capacidad de contener. El
comprehéndere,
el cápere, el concipere latino expresan aspectos de
esta misma idea. Pero el "Freud-escritor", con esta metáfora, no sólo
dice que el analista debe dirigir su propio inconsciente como un órgano
de recepción hacia el inconsciente del paciente que transmite, sino que
describe también el modo en el cual función continente e interpretación, para retornar a cuanto he subrayado al principio, constituyen
un único sistema: "el receptor retransforma en ondas sonoras las
oscilaciones eléctricas de la línea telefónica que habían sido producidas por ondas sonoras". Aclararé mejor este punto dentro de poco.
La metáfora del espejo es probablemente con mucho la más rica.
La [allacia speculi, que para empezar devuelve una imagen "especular", es conocida desde los tiempos de Platón, Lucrecio y Séneca y
hará del espejo el verdadero símbolo de la "falsedad", del "engaño"
y del "error" (Baltrusaitis, 1979). El Freud-escritor parece condensar
preconscientemente en esta metáfora todas sus preocupaciones acerca
de la posibilidad de que el analista responda de manera distorsionante,
"delirando", en vez de formular una interpretación apropiada, terapéutica. El tono pedagógico y superyoico que usa en los "Consejos",
similar al que usará Bion más de cincuenta años después, creo que
puede ser considerado como indicio que revela angustias persecutorias
y un hacerse rígido como consecuencia de su desconfianza hacia sus
discípulos. Por otra parte Freud sabía cuán difícil le era atenerse a
sus propias reglas y, a veces, ni siquiera se daba cuenta de que las
transgredía, como cuando, después de haber aconsejado lo contrario,
hace "fijar" (fixieren) al paciente el texto de los sueños que le interesan (Freud, 1912). Volveremos sobre la metáfora del espejo.
¿Con qué decimos que el analista contiene las identificaciones proyectivas y más en general las comunicaciones del paciente? Podemos
elegir entre varios símbolos y metáforas, la "psique", el "alma" [die
SeeleJ, el "mundo interno", la "mente". Pero el espacio "mental"
interno para comprender y pensar será localizado por cada uno en
áreas diferentes del cuerpo según la cultura en la que ha crecido. Si a
quemarropa preguntamos a un europeo de cultura media dónde está
situada la mente en su cuerpo, casi seguramente indicará la frente,
pero un japonés o un chino indicará el corazón.
6 El latín ofrece también las voces cultas "indagare", "investigñre",
La empatía,
la capacidad de identificarse. la trata de expresar el alemán Einiiihlung "sentir
(entrando) dentro" que alude también al volverse una sola cosa con el otro.
Goldberg (1988) escribe: "La combinación de la introspección y de ponerse a
sí mismo en el lugar del otro es la empatía",
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H. H. Oshima (1983), refiriéndose a los orígenes del taoísmo en la
China, escribe: "'Mente', ostensible equivalente de hsin, ha sido utilizado acríticamente para dar de alguna manera un sentido más inteligible a costa de traicionar su significado original [. .. ;] 'corazón' es
la traducción más correcta". El origen de su ideograma se basaba
además en la imagen de este órgano anatómico (Wieger, 1965). Continúa Oshima: "El corazón es un preciso barómetro de las pasiones,
batiendo rápidamente en momentos de excitación y miedo, tranquilo
e inadvertido durante los períodos de calma". En el pensamiento
taoísta "las diferencias importantes entre el hombre común y el
sabio se cree que residen en el hsin", 'l
Chuang-tzu* invita a sus discípulos a "sentarse y olvidar" y a practicar el "ayuno del hsin, exactamente como uno vacía su estómago
con el ayuno". Esta idea de "olvidar" es esencial y repetida más
de una vez. "Olvidas tus pies cuando los zapatos son cómodos, olvidas tu cintura cuando tu cinturón es cómodo". Concluye Oshima: "en
términos modernos, esto sugiere que 'olvidar' es una especie de capacidad de contener o de sentirse en su elemento como resultado de
la falta de preocupación consciente",
En cuanto al espejo freudiano, en el mismo ensayo encontramos
este pasaje del Chuang-tzu: "El Hombre Perfecto usa su hsin como
un espejo: no persiguiendo nada, no dejándose excitar por nada, respondiendo pero no acumulando". En la antigua China el espejo fue
objeto de gran atención, y como palabra puede ser considerada intercambiable con mente-corazón-hsin. Interesa notar cómo el espejo tiene
el "calor del fuego que quema" mientras él mismo queda imperturbable con la "frialdad del hielo duro", 8
Este tipo de consideraciones y de preceptos están incluidos en el
wu wei, concepto central de otro gran maestro del taoísmo, Lao-tzu=.
Los traductores muchas veces lo han traicionado con la expresión "no
hacer", mientras Graham (1981) dice: "Wu wei es evitar forzar
tendencias espontáneas con una intervención deliberada".
Creo que es inútil subrayar en qué medida todas estas extraordinarias descripciones se adaptan al analista ideal de Freud y Bion. Podríamos añadir que también la función a de Bion, profundizada
por Meotti (1987). recuerda el chhi chino, "principio organizador"
para Needham (1956). Tal vez es más importante señalar cómo los
El gran sinólogo inglés A. C. Graham (1981) propone la hipótesis de que los
siete primeros capítulos del Chuang-tzu constituyen el núcleo inicial del pensamiento taoísta.
* También se translitera Zhuang Zhou. Se cree que nació en -369 y que
murió en -286. [N. de R.]
8 Son significativas a este propósito tanto la expresión castellana "tener una
corazonada", que significa tener un presentimiento, como las expresiones inglesas
"ha ve a change of heart" que quiere decir cambiar su opinión o punto de vista,
o "in one's heart of hearts" o sea "en su pensamiento más íntimo". (The Random
House Dictionary.) Saber de memoria además se dice comúnmente "to know
by heart" (en francés "par coeur''y,
** Suele transliterarse: Lao-tse,
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dos enfoques, el oriental de los taoístas y el occidental de Freud, describen la manera para llegar a la mente "con ingenuidad y sin prejuicios" (Freud, 1912). Para este último la via regia es el análisis personal; la relación interpersonal pues; para los otros es la respiración
correcta (costo-diafragmática
o abdominal) que hace sereno el hsin.
Para incluir otras tradiciones orientales, deberemos añadir las prácticas para llegar a la meditación, hechas bajo la guía de un maestro.
Tanto el enfoque psicoanalítico como el de estas tradiciones orientales, en lo que concierne a la comprensión, tienen en cuenta las
emociones. Pero las tradiciones orientales como el taoísmo creen que
el conocimiento pasa por el sosiego.
Freud parece volver a concepciones pre-aristotélicas, Los dos términos que en griego definen la "mens" latina, es decir uóo~ y <pº~u,
muestran en sus significados más antiguos continuidad con el pensamiento oriental. Néoc, que es traducido como "mente" (consciente),
"espíritu", se refiere al contenimiento mental (fU uet> EXnu).9 Pero el
verbo que corresponde a este sustantivo es uoéeo, que quiere decir
"ver", "comprender", y esto recuerda la reverie de Bion. En cuanto
a <pº~u, que del sánscrito recoge la idea de movimiento, todavía
en la Ilíada homérica significa "diafragma". Finalmente 'ljJux~ designa
"soplo" o "fuego vital" y está ligado a 'ljrÚxw, "respirar". El cuerpo
vivo se confirma de este modo como matriz del simbolismo psíquico
(Fornari, 1979).
El paciente debería aprender de su analista que el comprehéndere
depende del saber contener las emociones que el otro suscita en
nosotros. Este cambio psíquico lo consigue sólo el analista que ha
abandonado el prejuicio por el cual las señales que provienen del
cuerpo son signos de "enfermedad" (idea cercana a la primera concepción de la contra transferencia de Freud) y en consecuencia no tiende a
ponerse rígido y a defenderse, por ejemplo alzando el umbral de su
sensibilidad; cuando recibe el odio o el amor del paciente se da cuenta
de sentirlo ante todo en las distintas partes del cuerpo: variaciones o
trastornos de la dinámica respiratoria, por ejemplo, tensiones en los
miembros inferiores, etc. Expresiones corrientes como "Esta frase
me ha tocado" evocan justamente el hecho de que la emoción "toca"
a nivel corporal. 10
El psicótico se distingue del neurótico, en este sentido, porque
lleva a sus extremos su auténtica necesidad de emocionar al analista.
Unos más, otros menos, todos los pacientes, especialmente cuando se
enfrentan a sus conflictos más graves, lo ponen a prueba como contenedor de aquellas emociones (de aquellas partes del self) que les
9 La palabra inglesa forget
[olvidar] mantiene uno de los sentidos de este significado. El Webster's Collegiate Dictionary parcialmente define "[orget" como
"to pul out of mind" [expulsar de la mente]. En italiano "uscire di mente"
significa volverse loco.
10 La etimología de "emoción" alude a que ella, por su calidad biológica, independientemente del contenido, del deseo o de la aversión que suscita, produce
un: imprevisto potenciamiento del impulso a actuar (cfr. Benedetti, 1969) al que
puede seguir una rigidez muscular.
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aterra no saber contener; otras veces se plantean interrogativos que
inquietan.
Un paciente esquizofrénico, que ha alcanzado, después de muchos
años de análisis, una buena consolidación de su posición depresiva,
se preocupaba de que yo no supiese contener la violencia homicida
e intrusiva de partes psicóticas que, por otro lado, deseaban ser
"acogidas". En una sesión me dice: "Me siento amenazado, invadido
por algo que se escapa continuamente como el mercurio. No acierto
a captar de qué se trata". Después de una larga pausa añade, con
cierto titubeo: "Usted en la sesión no fuma pipa, pero fuera una vez he
visto que la fumaba. ¿Por qué la necesita? No logro asociar esta
debilidad con su solidez".
Sólo si el baricentro de su self es bastante bajo y le permite una
respiración costo-diafragmática, sólo si este self psico-corpóreo ha
alcanzado una cohesión suficiente y una "contención estanca" frente
a los afectos, el analista se sentirá bastante equipado para aceptar
dentro de sí mismo, y por lo tanto en la sesión, las emociones violentas que de otra manera el paciente tenderá a hacer explotar contra el
analista o a escindir y vivir en otro lugar.
El individuo anclado en la posición esquízo-paranoide, que no ha
resuelto sus problemas con las fantasías inconscientes de ser contenido o de contener, dependientes de la relación primitiva con la
madre, en el período in utero y en el de la alimentación, puede tener
dificultad hasta de concebir esta capacidad. Igualmente, el analista
que ha resuelto sólo parcialmente estos conflictos se propondrá como
un modelo de contención defectuoso. Comentando los conceptos de
posiciones esquizoparanoide y depresiva, de M. Klein, Bion (1970)
habla del momento de la "paciencia" y de la "seguridad". Sin haberlos
pasado, "ningún analista tiene el derecho de creer que ha desarrollado
el trabajo necesario para poder dar una interpretación."
La función interpretativa del analista pasa, por lo tanto, por su
capacidad de acoger las emociones, también muy violentas, que el
paciente le mete adentro, para después pasar por su capacidad de
hacerlas decantar dentro de sí. Sólo si se "desintoxica" de esta manera, el analista podrá descifrar la comunicación del paciente según su
experiencia y sus modelos teóricos y por lo tanto dar interpretaciones
no intelectualizadas, o sea, no dictadas por la retorsión, por el miedo
de no entender a tiempo, etc. Sabemos muy bien que esto puede
sucedernos.
Sólo si no se salta una de estas fases, el analista logrará desarrollar
a fondo aquella atención igualmente suspendida que le permite poner
en un plano de igualdad, con respecto a la palabra, las comunicaciones no verbales, transmitidas por el cuerpo, con las pausas, la
intensidad, la tonalidad, el timbre de la voz, el ritmo de sus emisiones.11
11 Freud (1917) tomó en consideración la diversidad de los tonos, reflexionando
justamente sobre el idioma chino. Véase también Steiner (1987).
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El afinamiento de la capacidad receptiva ampliará el espectro de
los estímulos percibidos y se traducirá en interpretaciones más pertinentes, moduladas y sensibles. Asimismo pasando a través de todas
estas fases, el analista podrá distinguir entre la propia contratransferencia y la contraidentificación proyectiva, entre la crítica justa del
paciente y la defensiva o envidiosa.
Teresa padece de una grave caracteropatía de base histérica que le
hace la vida extremadamente difícil, complicándole en clave sadomasoquista todas las relaciones importantes. El colega que la atiende
hace años, con resultados aparentemente escasos, me refiere, pidiéndome consejo, que piensa haber superado un momento de impasse
poniéndose a escuchar desde una posición particular y a través de 10
que llama "una interpretación del carácter".
Acostada cómodamente en el diván, con las manos entrelazadas
detrás de la cabeza, Teresa, con el tono de quien está amablemente
conversando, le cuenta "10 que le pasa por la mente"; un trozo de
sus actividades profesionales, después un corte neto, un "aparte"
teatral del tipo "las estrellas están en el cielo", un episodio de su
relación con su hija menor, otro corte neto, un comentario sobre la
moqueta del consultorio del analista, otro corte y así sucesivamente.
Esta técnica desorientadora impide pensar al colega. Todas sus interpretaciones precedentes no habían tenido éxito. La fantasía que le
surge hacia el final de la sesión es la de un gato que, cómodamente
acostado, juega sádicamente con un ratoncito haciéndolo correr en
todas las direcciones y cerrándole cada vez el camino con una pata.
Al analista le parece una dramatización correcta de la situación, por
lo cual, utilizándola como metáfora, si la sesión no se hubiera terminado, habría interpretado a la paciente que estaba comportándose
con él de esta manera.
Discutiendo conmigo esta hipótesis encaramos varios elementos,
entre los cuales la atmósfera canibalista de la fantasía contratransferencial, el tiempo breve, en el que el analista ha formulado su hipótesis, el estado de relativa tensión que este breve tiempo no le ha
permitido aflojar, y finalmente una leve sensación dolorosa de culpa
que, como resultado del clima relajado en el cual trabajamos. está
surgiendo de su inconsciente. Una vez elaborados estos elementos,
sobre todo este último. el colega casi sin que yo diga nada. se da
cuenta de no haber comprendido la compleja dinámica de la situación y de haber formulado dentro de sí la interpretación en un
estado de exasperación, bajo un impulso vengativo, que en el momento
no había advertido. La paciente había escindido y puesto en el analista
su propia parte infantil desesperada y por lo tanto se había identificado con una madre interna arcaica, sádica, que no deja espacio,
que se ha vuelto tal por otra identificación proyectiva. Pero. vista así,
la primera hipótesis interpretativa. que en las intenciones conscientes
del analista quería responsabilizar a la paciente de su sadismo, termina por revelarse demasiado simple. Habría reforzado el sentido
de culpa sin mostrarle una vía de escape, justamente como el gato de
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La capacidad de contener
la fantasía. Una comprensión fruto de una capacidad más profunda
de contención permitirá, en cambio, sin negar la culpa, llegar a una
interpretación de tendencia liberadora.
Sólo consiguiendo interiorizar, día tras día, un analista no omnisciente, un analista que para pensar a veces necesita tiempos largos,
además de una relativa serenidad, con otras palabras, sólo percatándose de la importancia de la función continente de este analista, el
paciente, ayudado con interpretaciones puntuales, podrá enfocar lo que
es útil cambiar en sí mismo. Se dará cuenta de que para "ser consciente" 12, para dejar de reprimir, de proyectar, de renegar, es necesario ponerse en condiciones de observar, comprender y pensar los
propios sufrimientos, antes de intentar resolverlos. Y comprenderá
también que, cuanto más violentas son las emociones que entran en
juego, más se necesita tener paciencia y tolerancia hacia los propios
límites.
A través de este cambio complejo y lento, si el análisis tiene éxito,
el paciente acabará por descubrir la calidad profunda más importante
y al mismo tiempo más difícil de reconquistar por el adulto: la
espontaneidad.
DESCRIPTORES:
pretación -
cambio psíquico - contención taoísmo - Bion, Wilfred R.
mente -
psicoanalista
-
inter-
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