el primer auto de fe - seminarioartecolonial

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EL PRIMER
AUTO
DE FE EM MEXICO.
Grandes preparativos se hacian a principios de 1574 para el primer
auto de fe que iba a celebrar el Santo Tribunal de la Inquisici6n de
Nueva Espana.
Los vecinos de la ciudad de Mexico esperaban impacientes y curio50S aquel espectaculo,
nuevo en la capital de la Colonia, porque autos
de fe particulares los habian presenciado en tiempo de D. Fr. Juan de
Zurnarraga y de Fr. Alonso de MontUfar; pero ni habian sido publicos
y generales. ni revestido la pompa y solemnidad del que se anunciaba
para aquel afio.
Por todas partes cornentabase
el suceso; se invitaba a las personas
mas distinguidas.
y Ias.autondades se proponian asistir en cuerpo
para darJe mayor realce/y como era costumbre establecida en Espana.
, EI .12 de Febrero del citado afio de 1574, "se juntaron a Cabildo
los Sres. Juan Velazquez, Nufio de Chavez, alcaldes; Juan Velazquez
de Salazar, D. Garda de Albornos, Geronimo LOpez, regidores" y
"Antonio Delgadillo alguacil mayor". y resolvieron en el acta deIa
fecha 10 que a continuacion se expresa:
"Este dia los dichos senores mexico dixeron que, porque para en
fin deste presente mes de Hebrero, se haze auto publico de fee en
esta cibdad. e porque es cosa nueba en esta tierra. mandaron quel
sefior obrero mayor mande hazer un tabla do para esta cibdad.' a
costa de los propios della. y para las mugeres de los senores alcaldes
y caballeros regidores deste ayuntamiento; e por esta vez se conbide a
mugeres de los senores oidores de la Real Audiencia y de alcaldes
de corte. para q. bengan el dicho dia al dicho tablado; y se haga otro
tablado p. la Universidad".
Se esperaba gente de fuera que habia de venir can solo el objeto de
r aquella fiesta profano-religiosa, y previendo esto en el
Cabildo, el 22 del misrno mes y ano , "los dichos senores mexico dixeque por para el auto de la sta. fee que se haze el domingo
(es decir, proximo). se entiende que vendran de las algunas
143
It-; Z -
Luis Gonzalez Obregon
Mlxico Viejo'
cibdades desta nueva espana a 10 ver, algunas personas como sean
alcaldes y Regidores de las dichas cibdades,
abiendolo conferido
acordaron,
que esta vez se conbiden y de asiento a las tales personas
en el tablado de la cibdad despues de los Regidores del ayuntamiento" .
Ocioso es decir que el Santo Tribunal se preparaba convenientemente. Bien provistas tenia sus carceles de judios, luteranos, brujas,
hechiceros, blgamos y otros herejes. Habia ordenado, como el Cabildo,
construir un tablado, y con catorce 6 quince dias de anticipaci6n
pregonado el auto al son de atabales y trompetas; auto que celebraria
el domingo 28 de Febrero de 15741, en la plaza del Marques del
Valle y junto a la Iglesia Mayor de la Ciudad.
Un testigo ocular de los sucesos refiere que la vispera de aquel dia,
reunidos en un extenso patio del edificio del Santo Tribunal los
inquisidores,
instruyeron a los reos del modo con que habian de ir at
tablado, y los vistieron con sambenitos amarillos, pintados "atras y
adelante" de cruces encamadas,
no dejando dormir en toda la noche
los pobres herejes con estos preparativos.
Amaneci6 el 28 de Febrero. Los reos se desayunaron tazas de vino
y rebanadas de pan frito en miel, y en seguida comenzaron a salir de
las carceles del Santo Oficio.
Caminaban
cada uno separadamente
con su respectivo sambenito,
"soga al cuello y en la mano una gran vela verde apagada",
con dos
espafioles, uno de cada lado, que los iban custodiando.
EI trayecto desde la casa de la Inquisicion, que estaba situada en la
esquina de la Perpetua y SepuIcros de Santo Domingo, hasta la plaza
del Marques, se veia invadido por una muItitud in mensa, por entre la
cual los familiares del Santo Oficio, montados a caballo, a duras
penas se abrian paso para dejarlo libre a los reos y a su acompafiamiento.
Los reos llegaron al tablado, subieron por dos escaleras que conducian a los asientos, y ocuparon estes en el orden en que hablan de ser
sentenciados.
Por otras dos escaleras subieron el Virrey D. Martin Enriquez de
Almanza, la Audiencia y los inquisidores D. Pedro Moya de Contreras y D. Alonso Fernandez de Bonilla, quienes tomaron asiento bajo,
dosel y en el orden correspondiente
a su jerarquia. A continuaci6n se
sentaron en el mismo tablado los frailes franciscanos,
dominicos y
agustinos, casi en nurnero de trescientos.
La multitud aguardaba
impaciente la lectura
Restablecido
el silencio, el Secretario Pedro de
a
1. Fijo esla fecha en vista del C6dice Aubin. En la Bibliografla Mexica"a del Siglo
XVI se lee por un error de imprenta 18 por 28.
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aquella cansada tarea. EI serm6n tue escuchado con recogimiento:
predlc6 D. Antonio Morales de Molina, Caballero de la Orden
Santiago y Obispo de Tlaxcala.
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10
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No estan de acuerdo los cronistas acerca del rnimero de penitenciados en este primer auto de fe. EI Dr. Dionisio de Ribera Flores,
cuenta sesenta y tres penitentes: "Los 21, dice, reconciliados en persona por la secta de Martin Lutero, y cinco personas por la mesma
secta relaxados y entregados al braco seglar. Los demas fueron penitenciados por diuersos delictos". I
Luis de Paramo, que escribia a fines del siglo XVI, dice que hubo
ochenta penitentes;
que Iueron relajados un ingles y un frances, y
reconciliados algunos judaizantes,
"rnuchos poligamos 0 casados dos
veces y otros hechiceros nigromanticos,
etc." "En este auto, agrega,
salio cierta mujer hechicera que por medio de ciertas artes magicas,
hizo venir a su marido desde Guatemala
hasta Mexico donde ella
residia, en el espacio de dos dias, tiempo insuficiente para recorrer
un camino de dos mil leguas. Interrogada por que habla hecho esto
+contirnia el mismo autorcontesto que para gozar del hermosisimo
...rostro de su marido y de su boca, siendo asi que era muy feo y repugnante".
,.'~
Paramo prosigue mencionando a un tal Garcia Gonzalez Berrnejero.! "muy digno de adrniracion por haberse consagrado a las superticiones judaicas en Mexico durante cincuenta ahos", y a otro Ilamado
Castellanos, que "habia ejercido durante cincuenta y dos anos el
judaisrno", y concluye diciendo: "admira mucho que tanto crimen en
los ritos y ceremonias judaicas, que por si mismas no se pueden ocultar del todo, hayan pasado inadvertidos en tan largo espacio de tiernpo, en una tan poblada y opulentisima ciudad como es Mexico, tanto
mas cuanto que los judios cornlan el cordero y untaban los urnbrales
de sus casas con sangre; pero as! sucedi6, y no se supo nada hasta
que cierto individuo preso en las carceles de la Inquisicion, y complice del dicho Garcia Gonzalez, denuncio a este". 3
1. Relaci6n Hislon'ada de las Exequias Flmerales de 10 Mageslad del Rey D Philippo
Senor. etc. - En Mexico. - En casa de Pedro Balli. Ano de 1600. _ Pig.
n, Nuestro
133vuella.
2. Saldrla este reo en el presente auto; pero no fue relajado sino hasta 1579. Vease
'",pendice num. 1.
3. De origine et progressu
officii sancia
inquisiliones ... libri Ires. -
Malriti. Ex.
~'IIDO"rAnhiaRegia 1598. - Lib. 2°. tit. 2°, cap. 21.
145
",
,
Luis Gonzalez Obregon
Mr. Miles Philips, testigo ocular del auto y uno de los castigados
en el, enumera a los reos siguientes: tres quemados, sesenta 0 sesenta
y uno azotados y conden ados a galeras y siete a servir a conventos;
entre estos ultimos se cuenta el, y anade: "acercandose ya la noche
llamaron a Jorge Rively, Pedro Momfrie y Cornelio el Irlandes, y los
condenaron a ser reducidos a cenizas. En el acto los enviaron al lugar
de la ejecuci6n en la misma plaza del mercado, cerca del tablado,
don de fueron prontamente quemados y consumidos. A los demas
sentenciados que eramos sesenta y ocho, nos volvieron a llevar
aquella noche a la carcel".
As! termino aquel primer auto de fe, que duro, segun Paramo,
desde las seis de la maflana hasta las cinco de la tarde, y que fue tan
.solernne y concurrido que el que hubiera visto el Iamosisimo de
Valladolid celebrado el 21 de Mayo de 1559, podria haber asegurado
que el de Mexico de 28 de Febrero de 1574, "no fue inferior a aquel
en pompa, sino en la falta de los reyes".
Los indios tuvieron cuidado de consignar en sus an ales jeroglificos
tan famoso auto, y en la pagina 115 del Codice' Aubin, el curioso
encontrara el suceso representado por varias figuras. Puede verse alli
el tablado de los reos, sentados con sus corozas y velas verdes; un
penitenciado que de pie, con coroza y vela en mano, escucha la sentencia, a que da lectura en un libro el Secretario del Santo Oficio, y
atras de este los inquisidores y familiares.
*
*
gones, los apearon de los caballos y los metieron de nuevo en la
carcel, donde permanecieron hasta que fueron enviados a Espana a
las galeras para cumplir el resto de su con dena ".
"A mi -agrega Philips como testigo ocular y reo- y a los otros
seis que entre los demas fuimos sentenciados a servir en conve rtos,
nos llevaron desde luego a las casas religiosas sefialadas al efecto" . I
Tal es el epilogo del primer auto de la Santa Inquisicion celebrado
en la muy noble y leal Ciudad de Mexico- Tenochtitlan.
«>
*
Al dia siguiente, el pueblo presenci6 una escena, digno rem ate de~
auto de fe celebrado la vispera. Muy de mafiana sesenta reos conde-,
nados a azotes y galeras, esperaban en uno de los patios del Sant~
Tribunal la ejecuci6n de las sentencias. Los caballos que los habia!1
de conducir estaban en el mismo patio.
'
"Habiendolos obJigado a montar -dice Mr. Miles Philips- des'f
nudos de medio cuerpo arriba, los sacaron para servir de espectaculo
alpueblo por todas las principales calles de la ciudad; y unos hom-'
bres destin ados .al efecto les aplicaron con unos largos latigos, sobre
los cuerpos desnudos y con la mayor crueldad, el numero de azotes
sefialado. Delante de los sentenciados iban dos pregoneros gritando:
"Mirad estos perros ingleses, luteranos, enemigos de Dios": y por
todo el camino, algunos de los mismos inquisidores y de los familia::res de aquella malvada cofradia gritaban a.los verdugos: "Duro,
a esos ingleses herejes, luteranos, enemigos de Dios". Dado
horrible espectaculo en torno de la ciudad, los volvieron a la casa
la Inquisicion, con las espaldas chorreando sangre y llenas de
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Mexico Viejo
/
1. La curiosisima descripci6n de Miles Philips. que me ha servido mucho para escripresente capitulo. la public6 traducida del ingles D. Joaquin Garcia Icazbalceta
tomo II. segunda epoca. del Boletin de la Sociedad Mexicana de Geografla y
. Miles Philips, exacto en los pormenores no 10fue empero en las fechas que
No debe extrailar esto: con frecucncia recuerda uno detalles minuciosos de
suces~ que presenci6; pero con el transcurso de los ailos las fechas se olvidan.
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