1 EL CANAL CREDITICIO COMO MECANISMO DE TRANSMISIÓN MONETARIO. ALGUNA EVIDENCIA EN EL MARCO DE CRISIS FINANCIERAS. Lic. Miguel H. Lliteras Lic. Claudia P. Legnini Universidad Nacional del Sur 1. Introducción. Uno de los resultados de la aplicación del Plan de Convertibilidad en la Argentina fue que el crédito doméstico al sector privado creció rápidamente, en línea con la marcada expansión de los depósitos en el sistema financiero. Esta cercana relación entre depósitos bancarios y crédito al sector privado se deterioró a partir de la crisis financiera derivada del “efecto Tequila” a principios de 1995. A pesar de la recuperación del crecimiento de los depósitos bancarios luego de superada la crisis, los préstamos al sector privado mantuvieron su estancamiento o, en el mejor de los casos, evidenciaron un crecimiento muy lento. Dado el rol central que adopta el crédito bancario doméstico para financiar al sector privado en la Argentina, debido a la incidencia relativamente mínima de alternativas de financiamiento (acciones, bonos privados, etc.) en el mercado de capitales, un análisis del cambio en la relación entre depósitos bancarios y crédito al sector privado es importante para comprender los desniveles de actividad económica que sufrió la Argentina en la segunda mitad de la década del ’90. Una forma de entender el cambio en la relación, pasa por argumentar que la reducción de los préstamos bancarios al sector privado se asocia esencialmente con el típico debilitamiento de la demanda de préstamos en momentos de incertidumbre y recesión. Sin embargo, otra forma de ver el problema consiste en situarnos en el lado de la oferta de fondos prestables y considerar que la crisis financiera derivó en una serie de medidas prudenciales por parte de las propias entidades financieras comerciales y de las autoridades que regulan su funcionamiento; en este caso, la reducción de los préstamos al sector privado debe entenderse como impulsada desde la oferta, y aportaría clara evidencia de la existencia de un “canal crediticio” en el mecanismo de transmisión monetario. En este último sentido, parece claro que el “canal crediticio” basado en fundamentos microeconómicos (distintas imperfecciones en el mercado crediticio), puede agregar argumentos para comprender los complicados vínculos existentes entre los sectores financiero y real de la economía, que exceden a las tradicionales explicaciones del “canal monetario” o “canal tasas de interés”. El objetivo de este trabajo es investigar si el “canal crediticio” tiene un rol clave en el mecanismo de transmisión del dinero al producto en la economía argentina, en particular durante y con posterioridad a episodios de crisis financiera como la que se derivó a principios de 1995 debido al efecto “Tequila”. Para ello, realizamos dos tests específicos para identificar la existencia de un “canal crediticio” que se distinga del “canal monetario”. El primero de ellos, involucra al denominado “enfoque narrativo” usando una secuencia de episodios focales de restricciones monetarias como una forma de identificar shocks monetarios en el sentido de Romer y Romer (1990). El test restante se realiza ajustando y estimando por separado funciones de oferta y demanda de crédito en el sistema financiero, usando un modelo de desequilibrio en el mercado de préstamos del tipo de los desarrollados por Madala y Nelson (1974) entre otros. 2 A tales efectos, el trabajo comprende una sección que describe los sustentos teóricos del denominado “canal crediticio”, otras dos secciones para los sendos tests mencionados en el párrafo precedente, y finalmente otra para las conclusiones del trabajo. 2. El Canal Crediticio. Este enfoque se comprende mejor en el marco del debate “dinero versus crédito”1. La visión monetaria involucra la tradicional descripción Keynesiana-Monetarista del mecanismo de transmisión monetario. Las funciones de oferta y demanda de dinero determinan las tasas de Interés de corto plazo, las cuales, a su vez, afectan la inversión y el producto. La respuesta de las tasas de interés de corto plazo a un cambio en la oferta monetaria, pierde importancia a medida que existe disponibilidad de cercanos sustitutos al dinero. Por lo tanto, la visión monetaria descansa sobre la idea de que la innovación financiera no ha generado aún los suficientes, por calidad y cantidad, sustitutos del dinero. Dado que la oferta monetaria tiene que ver en su fase de expansión secundaria con los pasivos de los bancos, la visión monetaria tiende a enfatizar el análisis y seguimiento del lado derecho de los balances de los bancos. La visión crediticia tiende a enfatizar la especial naturaleza de otro lado (el izquierdo) de los balances de los bancos, es decir, sus activos, aunque esto no necesariamente es una causa de conflicto entre ambas visiones, sino que más bien exhibe algún grado de complementariedad. La racionalidad del canal crediticio incluye distintas vertientes; así, podemos distinguir entre un canal “préstamos”, y otro “hojas de balance”. Para el canal “préstamos” la idea clave es que para una gran cantidad de deudores, particularmente las familias y las firmas pequeñas y aún las medianas, no hay disponibilidad de sustitutos cercanos al crédito bancario para financiar sus oportunidades de inversión. Debido principalmente a fricciones en la información, les es prohibitivamente caro emitir y colocar títulos de deuda directamente en el mercado de capitales; en consecuencia, dependen casi exclusivamente del crédito bancario para obtener financiación de terceros. Una implicancia importante, entonces, es que cualquier disturbio en el flujo de fondos prestables de los bancos, tiene potencialmente importantes efectos reales. Para verificar la existencia de esta vertiente del canal crediticio, es importante identificar correctamente si una reducción de los préstamos bancarios que sigue a una abrupta caída en los depósitos es esencialmente una consecuencia de una reducción en la oferta por parte de los bancos, o se debe principalmente a un desplazamiento hacia abajo en la función de demanda de préstamos. Una percepción de las características distintivas del canal “préstamos” puede obtenerse examinando los efectos reales de un abrupto aumento de las tasas de interés de corto plazo que acompañan al shock monetario negativo. El punto clave aquí es que los efectos reales de las tasas de interés más altas, pueden ser amplificado a través del canal “préstamos” más lejos que lo que sería predicho sólo por el tradicional canal “tasas de interés” (costo del capital). A medida que las tasas de interés de mercado suben como consecuencia de la astringencia monetaria, las inversiones decrecen no sólo debido al mayor costo del capital, sino también debido a una reducción de la oferta de préstamos por parte de los bancos, mayoritariamente a empresas pequeñas y medianas. Entonces, el canal “préstamos” refuerza el efecto depresivo del aumento de las tasas de interés sobre la inversión, generando una mayor declinación de la inversión de las pequeñas y medianas empresas, lo cual a su vez, agrava la recesión en la actividad económica real. 3 El canal “hojas de balance” aparece como una consecuencia del aumento de las tasas de interés; siguiendo a una situación de restricción monetaria, directamente se incrementan los egresos por intereses de las empresas del sector privado no financiero que dependen excesivamente de la deuda de corto plazo para financiar su capital de trabajo, reduciendo sus flujos de fondos netos y debilitando sus posiciones de balance (medidos a través de distintos indicadores de liquidez y solvencia). Si además, relacionamos los aumentos en las tasas de interés con una baja en el precio de mercado de los activos financieros, ello directamente reduce la capacidad de garantía por parte de las empresas. Estos efectos llevan a una reducción de la riqueza neta de las firmas, por lo que aumenta la prima para obtener financiamiento de terceros. De este modo, las firmas pequeñas y medianas, que tienen un acceso relativamente pobre al mercado de crédito de corto plazo, responden al deterioro en sus hojas de balance reduciendo sus inventarios y reprimiendo la inversión en una proporción mayor que las grandes empresas. Ese encogimiento de la inversión provee una fuente adicional de amplificación y propagación de la declinación inicial en la inversión que se podría predecir a partir únicamente del canal “tasas de interés”. Este fenómeno es consistente con lo que ha sido denominado el “acelerador financiero”2. 3. Evidencia empírica del canal “préstamos” durante la crisis financiera. Un enfoque narrativo. Como hemos argumentado, para capturar la existencia de un distintivo canal “préstamos”, es crítico resolver los problemas de identificación de los efectos de la oferta de préstamos. Usaremos a tal fin, el denominado “enfoque narrativo”, que usa una secuencia de episodios focales de restricción monetaria como un medio de identificar shocks monetarios en el sentido de Romer y Romer (1989, 1990). La identificación de los episodios focales, se hace necesaria a los efectos de la aplicación del mencionado enfoque. Si bien en el caso de la Argentina, el episodio focal de crisis financiera originado en el efecto “Tequila”, está claramente identificado, la corroboración del mismo puede efectuarse mediante la observación de la tendencia histórica de las variables financieras más importantes, tales como algún agregado monetario y las tasas de Interés de corto plazo. A tales efectos, los gráficos 1 y 2 reflejan la abrupta caída del agregado bimonetario M33 a partir de Enero de 1995, y el inicio de un importante crecimiento de las tasas de Interés de corto plazo4 a partir de Diciembre de 1994, respectivamente. Si las fluctuaciones del dinero son una fuente relativamente importante de fluctuaciones en el producto en los episodios focales seleccionados, y afecta al producto no sólo a través de dinero sino también a través de los préstamos bancarios, debería esperarse que los efectos de los préstamos sobre el producto sean lo suficientemente fuertes después de los episodios focales, y tengan vigencia por un período de tiempo relativamente largo. Si los préstamos bancarios han jugado un papel importante al amplificar los efectos reales de una restricción monetaria, el impacto de los préstamos bancarios sobre el producto podría ser más grande que el impacto del dinero, al menos durante y a continuación de un episodio de crisis financiera. Estos efectos pueden identificarse usando la siguiente metodología econométrica. 4 GRAFICO 1: AGREGADO BIMONETARIO M3 58000 Inicio del Episodio Focal 56000 millones de $/u$s 54000 52000 50000 48000 46000 44000 42000 E94 F M A M J J A S O N D E95 F M A M J JL A S O N D J JL A S O N D GRAFICO 2: TASA DE INTERES DE CORTO PLAZO 60,00 Inicio de Episodio Focal tasa porcentual anual 50,00 40,00 30,00 20,00 10,00 0,00 E94 F M A M J J A S O N D E95 F M A M La identificación del episodio focal de crisis financiera permite visualizar su inicio en diciembre de 1994. A los efectos de examinar la importancia relativa del canal crediticio, y cuán significativo y fuerte ha sido el efecto real de la crisis financiera, primero regresamos desde julio de 1991 hasta el mes anterior al inicio del episodio focal (noviembre de 1994), el cambio mensual en el logaritmo natural del agregado bimonetario M3 como variable dependiente, sobre la propia variable rezagada 6 períodos5 y sobre el cambio mensual en el logaritmo natural del Índice de Producción Industrial6 contemporáneo y rezagado 6 períodos (ecuación 1) y el cambio mensual en el logaritmo natural de los Préstamos al Sector Privado No Financiero como variable dependiente, sobre la propia variable rezagada 6 períodos y sobre el cambio mensual en el logaritmo natural del Índice de Producción Industrial contemporáneo y rezagado 6 períodos (ecuación 2). 5 α ln M3t α ln Pt 6 = 6 a + i=1 bi α ln M3t-i + i=0 ci α ln Yt-i 6 = (1) 6 a + i=1 bi α ln Pt-i + i=0 ci α ln Y t-i (2) donde: M3: Agregado bimonetario M3, Y: Índice de Producción Industrial, P: Préstamos al Sector Privado no Financiero. Luego, usamos el sendero actual de M3 y de P hasta el período anterior al episodio focal, y los coeficientes estimados por las ecuaciones (1) y (2) para generar una predicción dinámica del sendero de M3 y de P para los meses siguientes al inicio de la crisis financiera, acumulamos los cambios para obtener predicciones de los niveles de M3 y P, y calculamos los errores de predicción resultantes. Si los errores de predicción acumulados (valores reales – valores estimados) para M3 y P son negativos luego del episodio de crisis financiera, prueban que el dinero y los préstamos bancarios se han reducido como una consecuencia directa de tal episodio. El gráfico 3 muestra la negatividad de los errores de predicción acumulados de M3 y P para los meses subsiguientes al episodio de crisis financiera, por lo que nuestros resultados sugieren que tal episodio representó un importante shock monetario, y potencialmente, que el canal préstamos bancarios desempeñó un importante rol activo en el mecanismo de transmisión monetario. GRAFICO 3: ERRORES DE PREDICCION ACUMULADOS 5,00% 0,00% Dic-94 Ene-95 Feb-95 Mar-95 Abr-95 May-95 Jun-95 Jul-95 Ago-95 -5,00% M3 P -10,00% -15,00% -20,00% 6 Regresamos ahora a la cuestión de sí el grado de las relaciones dinero/producto y préstamos/producto han sido diferentes como respuesta a la ocurrencia del episodio de crisis financiera. Esta cuestión puede ser resuelta regresando la producción industrial (Y) sobre el agregado bimonetario (M3) y sobre los préstamos bancarios al sector privado (P) usando las ecuaciones de predicción (4) y (5), y comparando los coeficientes estimados, bi y ci, de cada ecuación. α ln Yt α ln Yt 6 = 6 a + i=1 bi α ln Yt-i + i=0 ci α ln M3t-i + i=0 ≤i Dti 6 = 2 6 (3) 2 a + i=1 bi α ln Yt-i + i=0 ci α ln Pt-i + i=0 ≤i Dti (4) donde: Y, M3 y P representan las mismas variables que en las ecuaciones (1) y (2), y Dti es una variable Dummy para capturar la situación de restricción monetaria. Primero estimamos las ecuaciones (3) y (4) mediante Mínimos Cuadrados Ordinarios (MCO) sin las variables Dummies, y luego las estimamos mediante Mínimos Cuadrados en 2 Etapas (MC2E) con las variables Dummies, usando como variables instrumentos a las propias variables del lado derecho de las ecuaciones (3) y (4), reemplazando Yt-i por las predicciones de tal variable surgidas de las estimaciones por MCO. GRAFICO 4: ESTIMACIONES MCO Y MC2E DEL IMPACTO DINAMICO DE M3 SOBRE EL INDICE DE PRODUCCION INDUSTRIAL 1 0,8 PORCENTAJES 0,6 0,4 MCO 0,2 MC2E 0 t0 -0,2 -0,4 -0,6 t1 t2 t3 t4 t5 t6 7 GRAFICO 5: ESTIMACIONES MCO Y MC2E DEL IMPACTO DINAMICO DE LOS PRESTAMOS SOBRE EL INDICE DE PRODUCCION INDUSTRIAL 25 PORCENTAJES 20 15 MCO MC2E 10 5 0 t0 t1 t2 t3 t4 t5 t6 El siguiente paso es determinar la respuesta dinámica del índice de Producción Industrial (Y) al comportamiento de M3 y P, derivado de las estimaciones por MCO y MC2E según las relaciones dinero/producto y préstamos/producto7. La comparación de las estimaciones por MCO y MC2E de las ecuaciones (3) y (4) permite apreciar la fortaleza relativa de las relaciones estimadas entre dinero y producto, y préstamos y producto, respectivamente. Al respecto, las estimaciones por MCO (tanto para M3 como para P), simplemente describen las relaciones usuales entre las variables monetarias y crediticias y el producto, mientras que las estimaciones por MC2E resumen la relación entre los movimientos en el producto y el desvío promedio de M3 y P respecto de su comportamiento usual, desvío originado por el episodio de crisis financiera. Al respecto, si consideramos la posibilidad que el dinero afecte al producto, no sólo a través de los propios agregados monetarios, sino también a través de los préstamos, y si el dinero es una fuente relativamente más importante de fluctuaciones del producto en episodios de crisis financieras que en otros períodos, esperaríamos que la restricción monetaria del episodio focal cause estimaciones de las relaciones dinero/producto y préstamos/producto más fuertes a través de la metodología de MC2E que a través de la metodología de MCO. Los gráficos 4 y 5 permiten apreciar el comportamiento de la respuesta dinámica del producto al agregado bimonetario (M3) y a los préstamos al sector privado no financiero (P). De acuerdo a lo esperado, la respuesta dinámica es más fuerte por los coeficientes obtenidos a través de las estimaciones por MC2E que por MCO, y de la comparación entre le impacto de M3 y de P sobre Y, se puede observar como se dispara el impacto de los préstamos a partir del período 4, lo que sustentaría la hipótesis del importante rol que juega el canal préstamos al amplificar y propagar los efectos reales del episodio de crisis financiera. 8 4. Test para un modelo de desequilibrio del mercado financiero, en el contexto de una crisis de crédito. Una crisis de crédito se define como una abrupta caída de la oferta de préstamos por parte de los bancos, aún bajo las tasas de interés y calidad de deudores prevalecientes hasta ese momento. Ello, sin duda tiene sustanciales efectos negativos, especialmente sobre aquellas firmas pequeñas y medianas que son altamente dependientes del crédito bancario para financiar sus oportunidades de inversión, y aún su capital de trabajo; por ello, una crisis de crédito provoca una importante reducción en el gasto de inversión. En la Argentina, se pueden identificar al menos dos factores que, desde el lado de la oferta, han contribuido a la crisis de crédito que ocurrió durante y con posterioridad a la crisis financiera ocasionada por el efecto “Tequila”. Por un lado, se verificó una rápida expansión de los préstamos bancarios al sector público, el que se duplicó durante el año 1995. Las tenencias bancarias de títulos públicos se incrementaron en alrededor de dos veces y media entre fines de 1994 y fines de 1995, y en aproximadamente 3,3 veces entre fines de 1994 y fines de 1996. Este incremento en el total de préstamos al sector público por parte de los bancos, disminuyó notoriamente la participación de los prestamos al sector privado no financiero en los activos totales de los bancos. El factor incremento de los préstamos al sector público derivó en dos fenómenos importantes: una presión alcista en las tasas de interés (asociada con incremento del “riesgo país”), y la aparición de rentabilidad sobre las tenencias de reservas de liquidez8 para las entidades financieras. Ambos fenómenos desplazaron crédito privado: por resultar más costoso, y por perder relevancia para las entidades financieras como única fuente de rentabilidad. Otro factor que jugó un importante papel en la crisis de crédito desde el lado de la oferta, ha sido la percepción de los bancos de un mayor riesgo de crédito en el sector privado. Entre otras cosas, el marcado aumento en las tasas de interés durante el episodio de crisis financiera analizado en este trabajo, exacerbó los problemas de selección adversa; a medida que las empresas necesitaron incrementar sus retornos y/o refinanciar sus deudas, estuvieron dispuestas a pagar tasas de interés más elevadas. El incremento en la participación del riesgo de insolvencia de los clientes entre los potenciales deudores tornó más azaroso para los bancos el distinguir entre “buenos“ y “malos” deudores. Este problema, se agravó por la ausencia de un sistema informativo eficaz de calificación crediticia por su historia9, de los deudores del sistema financiero, que dificultó las actividades de monitoreo de los bancos para detectar deudores “riesgosos”. Los problemas de selección adversa se profundizaron además, por un lado, por el proceso de concentración bancaria ocurrido a continuación de la crisis financiera. Al respecto es probable que los nuevos bancos hayan sido reluctantes a cubrir las necesidades de crédito de empresas antes atendidas por bancos pequeños, por banca regional (ambos absorbidos por bancos mayores) o por los bancos públicos provinciales (muchos de ellos privatizados) que poseían conocimiento de la calidad crediticia de sus deudores. Por otro lado, la selección adversa también se profundizó por el “primitivo” estado de los sistemas de información contable de las empresas pequeñas y medianas, lo que impidió un monitoreo eficaz por parte de las entidades financieras. 9 Del lado de la demanda de crédito, también se pueden encontrar factores que influyen en la crisis crediticia. Uno de ellos, ha sido el marcado endeudamiento del sector privado. A partir de la implementación del Plan de Convertibilidad, precedido por el fin de los episodios de hiperinflación, y acompañado desde 1991 por una contracción del endeudamiento del sector público y la restauración de la estabilidad macroeconómica, el stock de crédito doméstico al sector privado creció rápidamente, pasando de representar un 10% del PBI en 1991 a representar un 20% a fines de 1994. Si bien por niveles este indicador no excedió los vigentes en la región, su tasa de crecimiento alteró la composición de los balances de las empresas, generando importantes flujos de egresos por pagos de intereses y requiriendo mayor rentabilidad en los negocios. El aumento experimentado en el costo del crédito a partir del episodio de crisis financiera acentuó la importancia de ese efecto y agravó la posición deudora de las empresas, deteriorando la calidad de sus balances y su grado de confiabilidad ante los bancos como tomadores de nuevos créditos. La identificación de la existencia de una crisis de crédito en el sector bancario como consecuencia de la crisis financiera, es clave para comprender qué papel ha desempeñado el canal crediticio de transmisión del dinero al producto en profundizar las condiciones económicas en general y las del sector real de la economía en particular para explicar la caída del producto que se verificó a continuación de la crisis financiera. Para ello, es necesario especificar un modelo del mercado de préstamos en desequilibrio. Si consideramos el equilibrio del mercado de préstamos bajo racionamiento de crédito como lo definen Stiglitz y Weiss (1981), éste está caracterizado por un status de desequilibrio. Se presume que las tasas activas no ajustan lo suficiente en cada período para equilibrar el mercado, por lo tanto, prevalece el “short side”10 del mercado, en contraste con el concepto tradicional de equilibrio. Un problema con este tipo de modelos es que se deben obtener los estimadores para los parámetros de las funciones de oferta y demanda de préstamos solo con una medida de préstamos: los montos de las operaciones que verdaderamente se han verificado. Para evitar este problema, utilizamos el supuesto del principio del “short side”, en el cual, la cantidad observada de préstamos es la más pequeña entre los montos de préstamos ofrecidos y demandados. Este estado de desequilibrio puede prevalecer aún en mercado completamente competitivos y desregulados. En este trabajo, examinamos las características del mercado de préstamos usando un modelo de desequilibrio, especificando por separado las ecuaciones de oferta y demanda de crédito en línea con trabajos como el de Kim (1999), Pazarbasiouglu (1997) y Laffont y García (1977), entre otros. El modelo se integra con las siguientes ecuaciones: PSt = a0 + a1 Pt-1 + a2 Rt + a3 Dt + a4 Yt-1 + a5 d (5) PDt = b0 + b1 Pt-1 + b2 Rt + b4 Yt-1 (6) Pt = min (PSt , PDt) (7) 10 donde: P indica los montos de préstamos al sector privado no financiero efectivamente realizados por el sistema financiero, PS es la función de oferta de crédito y PD es la función de demanda de crédito. R representa la tasa activa promedio, D los depósitos, Y es el índice de Producción Industrial, y d en la ecuación (5) es una variable dummy introducida para captar el cambio verificado en el comportamiento del sistema financiero a partir del episodio de crisis financiera derivado del efecto “Tequila”, la misma toma el valor 1 a partir de diciembre de 1994. Todas las variables son tomadas en logaritmos naturales excepto la tasa de Interés activa promedio. La racionalidad de la inclusión de las variables explicativas, es la siguiente: la variable dependiente rezagada un período se incluye tanto en la ecuación de oferta como en la demanda de crédito para capturar la tendencia y evitar problemas de endogeneidad entre la variable dependiente y las variables explicatorias. La tasa de interés activa promedio es claramente una variable que incide tanto en la oferta de crédito (positivamente) como en la demanda (negativamente). Los depósitos se utilizan como una variable proxy de la capacidad prestable de las entidades financieras, que incide sobre la oferta. El Índice de Producción Industrial desfasado un período debería capturar las expectativas tanto de los bancos (oferta) como de las empresas (demanda) acerca de la evolución futura de la actividad económica. El período muestral comprendió desde enero 1992 hasta diciembre 1999, con una periodicidad mensual. Los resultados de las regresiones utilizando Mínimos Cuadrados Ordinarios (MCO) son los siguientes: CUADRO 1: Estimaciones de las Funciones de Oferta y Demanda de Préstamos. Variable Constante Pt-1 Rt Dt Yt-1 d R2 Ajustado S.E. Regr. D-W Stat. Función de Oferta 1.0706 (0.1727) 0.8536 (0.0215) 0.0002 (0.0002) 0.0824 (0.0152) 0.0193 (0.0112) -0.0061 (0.0032) 0.9989 Función de Demanda 0.6320 (0.1204) 0.9546 (0.0072) -0.0002 (0.0002) 0.0094 1.6189 0.0107 1.3880 0.0396 (0.0121) 0.9985 Los valores entre paréntesis expresan el error estándar de cada variable. Como se puede apreciar, de los resultados del cuadro 1, en la estimación de la oferta de crédito han resultado significativas la propia variable dependiente desfasada un período y los depósitos; la variable tasa de interés activa, si bien presenta el signo esperado, no es significativa. El coeficiente de la variable dummy presenta signo negativo, aunque su significatividad es escasa, refleja las dificultades enfrentadas por las entidades financieras para sostener la tendencia creciente de la oferta de crédito debido, entre otras cosas, al retiro de 11 depósitos, a la necesidad de mejorar sus indicadores de capital respecto a activos, y a la disminución del flujo de fondos traídos desde el exterior. Respecto a la estimación de la demanda de crédito, han resultado significativas, al igual que en la oferta, la propia variable desfasada un período, además de la variable que mide el grado de actividad económica (el índice de Producción Industrial desfasado un período); también al igual que en el caso de la oferta, la variable tasa de interés activa presenta el signo correcto, aunque no resulta significativa. Estos resultados, dan sustento a la idea de que las tasas de interés, tal como lo postulan los modelos de desequilibrio del mercado de préstamos, no ajustan para equilibrar oferta y demanda crediticias, ambas funciones prácticamente no reaccionan ante cambios en las tasas de interés. Resulta evidente, además, que la demanda de crédito depende esencialmente del nivel de actividad económica y de la necesidad de refinanciar pasivos por parte de las empresas, y no del costo del crédito; por ese motivo, las entidades financieras han optado por racionar el crédito y no por aumentar las tasas de interés como una forma de selección de potenciales deudores. Con las estimaciones presentadas en el cuadro 1, es posible medir la magnitud de la demanda excedente de crédito (el principal interés de este test), calculando la demanda y la oferta de crédito estimadas. Los resultados se presentan en el gráfico 6. GRAFICO 6: DEMANDA EXCEDENTE DE CREDITO (ESTIMADA) 1000000 800000 600000 400000 200000 99 En e. 98 En e. 97 En e. 96 En e. 95 En e. 94 En e. En e. En e. -200000 93 0 92 MILES DE $ / u$s Crisis por Devaluación De Brasil. Crisis Financiera (Efecto Tequila) -400000 -600000 dem - oferta El gráfico 6. permite corroborar el importante papel desempeñado por el canal préstamos al amplificar y propagar los efectos de transmisión del dinero al producto, en el contexto de una crisis financiera. Como se puede apreciar, alrededor de cuatro meses después del inicio de la crisis, las estimaciones de la demanda excedente de crédito adquirieron valores muy significativos, sustentando la idea del funcionamiento del canal préstamos. El gráfico permite además apreciar que durante la crisis recesiva que enfrenta el país a partir de la 12 devaluación del real en Brasil, lo que se verifica es un muy importante exceso de oferta de crédito, evidenciando que al desencadenarse la crisis en el sector real de la economía, la demanda de crédito ha sido la que se ha autoreprimido, determinando el “short-side” del mercado de préstamos. 5. Conclusiones. Este trabajo encuentra evidencia convincente de la importancia práctica del canal crediticio, específicamente una de sus vías: el canal “préstamos”, en el mecanismo de transmisión del dinero al producto, particularmente durante el período inmediato posterior a una crisis financiera. El primero de los tests efectuados para identificar la operatividad del canal “préstamos”, siguiendo el denominado enfoque “narrativo”, muestra mayor intensidad de respuesta del Índice de Producción Industrial a cambios en los préstamos, que a cambios en el agregado monetario M3; lo cual corrobora que los préstamos bancarios al sector privado desempeñan un papel importante al amplificar y propagar los efectos reales de la reducción de depósitos que prosiguió a la crisis financiera derivada del efecto “Tequila”. El canal crediticio profundizó los efectos recesivos de la caída del dinero sobre el sector real, más allá de lo esperado solamente por la vía del canal “tasas de Interés”. Parece probable que el mecanismo de transmisión monetario, desde los desequilibrios financieros del sector bancario debidos a la crisis financiera, hacia una caída importante de la actividad del sector real de la economía, ha funcionado a través de la reducción de los créditos a empresas pequeñas y medianas. La segunda investigación empírica sobre la crisis de crédito, usando un modelo de desequilibrio del mercado de préstamos, especificando por separado las funciones de oferta y demanda de préstamos, provee clara evidencia que con posterioridad a la crisis financiera de principios de 1995, se verificó una sustancial demanda excedente en el mercado de préstamos. Es conocido y digno de mención, que el quiebre en la tendencia creciente de la variable préstamos al sector privado, durante la crisis financiera, respondió a un cambio estructural en el comportamiento de los bancos originado en el retiro masivo de depósitos bancarios. Tanto las entidades financieras como el propio Banco Central profundizaron su conducta “precautoria” aumentando las reservas de liquidez del sistema, y reduciendo el grado de apalancamiento de los bancos mediante una mejora de la relación capital / activos, como medidas tendientes a abortar la crisis y retomar el sendero de crecimiento de los depósitos. La crisis financiera dejó en evidencia el alto grado de fragilidad en que se desenvolvía el sistema financiero, cuando fue sorprendido por los efectos de la crisis del “Tequila”. Otros aspectos importantes que revela este test, a través del escaso poder predictivo de la variable tasa de interés activa, son las particulares condiciones de la oferta y demanda de crédito en la Argentina: el comportamiento de la demanda parece insensible a cambios en la tasa de interés activa, debido principalmente al sobreendeudamiento de las empresas pequeñas y medianas y la consecuente necesidad de refinanciar pasivos; la oferta también parece insensible, ya que ha preferido enfrentar los problemas de “selección adversa” en las carteras de préstamos vía racionamiento de crédito, y no vía subas en las tasas de interés. Lo anterior evidencia lo poco operativo del canal tasas de interés como mecanismo de transmisión monetario, en particular durante y después de una crisis financiera. El mismo test, deja otras conclusiones residuales: por un lado, del gráfico 6 se desprende que, en ausencia de crisis financiera (períodos: principio de 1992 a fines de 1994, y 13 fines de 1996, principios de 1998), las estimaciones de demanda y oferta excedentes arrojan resultados relativamente reducidos con respecto a los períodos de crisis, lo cual se puede interpretar como que el mercado de préstamos está más equilibrado, y que la tasa de interés activa desempeña mejor su rol equilibrador entre oferta y demanda de créditos. Por otro lado, también como resabio del gráfico 6, con posterioridad a la crisis que enfrenta la economía argentina a partir de la devaluación del real brasilero (enero 1999), se observa un exceso de oferta de crédito: en ausencia de crisis financiera, los bancos retomaron el sendero de crecimiento de los préstamos, pero el sector real de la economía postergó decisiones de inversión, retirándose como demandantes de crédito. Resulta evidente, que el sector de origen de la crisis (financiero o real) modela las condiciones del mecanismo de transmisión monetario. Como corolario de estas conclusiones, parece interesante considerar algunas prescripciones de política económica por las consecuencias del hecho de aceptar que existe un papel importante del canal “préstamos” en el proceso de transmisión del dinero al producto, especialmente cuando ocurre alguna interrupción en el proceso crediticio. Primero, es evidente que se debe considerar que, debido a la gran dependencia del crédito bancario que tienen las empresas pequeñas y medianas, para financiar nuevas inversiones y aún el capital de trabajo, las autoridades económicas deben extremar medidas para evitar que se interrumpa el flujo crediticio desde las entidades financieras hacia las empresas, y deben desarrollar alternativas de financiamiento con instrumentos no tradicionales. Segundo, ante la ocurrencia de crisis financieras, las autoridades monetarias deben procurar un adecuado balance entre las medidas que aplican para abortar la crisis, y las necesidades de financiamiento del sector real de la economía. Tercero, dada la importancia de la composición del activo de las entidades financieras sobre el nivel de actividad económica, las autoridades monetarias deberían monitorear a modo de “variable objetivo” de la política monetaria a la relación entre préstamos al sector privado no financiero y activo total de los bancos. 14 NOTAS 1 Una presentación de la literatura existente sobre este debate puede encontrase en un trabajo previo de los autores: Lliteras y Legnini (1999). Un tratamiento más profundo del tema puede efectuarse en Gertler (1988) y en Blanchard (1990). 2 Para un análisis de este tema, ver Gertler y Gilchrist (1993) y Bernanke, Gertler y Gilchrist (1998). 3 Circulante en poder de los agentes económicos, Depósitos en: Cuentas Corrientes, Cajas de Ahorros y Plazos Fijos, todos en $ y U$S. 4 Representadas por la tasa de interés de los Adelantos en Cuenta Corriente en moneda local. 5 Distintos criterios sugeridos, entre otros, por Said y Dickey (1984) indican la conveniencia de un número mayor de rezagos. La extensión de las series de tiempo utilizadas en este trabajo, elegida por representar un período homogéneo tal cual es la vigencia del Plan de Convertibilidad, imposibilitó el uso de más rezagos. 6 Elaborado por FIEL (Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas). 7 La respuesta dinámica de Y a M y a P según las estimaciones de MC2E y MCO, se calculan de la siguiente manera: para el período 0 es el coeficiente c0; para el período 1 es (c0 + b1 * c0 + c1); para el período 2 es (c0 + b1 * c0 + c1 + b1 * (b1 * c0 + c1) + b2 * c0 + c2) , y así sucesivamente. 8 Como consecuencia de la crisis financiera de 1995, el Banco Central de la República Argentina cambió la forma de tenencia de las reservas de efectivo mínimo por parte de los bancos. Las mismas pasaron de la forma de encajes no remunerados a reservas de liquidez, que posibilitaron su inversión, en parte, en activos líquidos del tipo de títulos públicos, depósitos en cuentas de bancos internacionales, o pases pasivos con el Banco Central. 9 Tal sistema se implementó recién a fines de 1996. 10 Cuando una de las partes (demanda u oferta) no lo desea, la operación no se realiza. 15 REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Bernanke, Ben (1983): “ Nonmonetary Effects of the Financial Crisis in the Propagation of the Great Depression”. American Economic Review 73, Jun. Bernanke, Ben, and Blinder, Alan (1988): “Credit, Money and Aggregate Demand”. American Economic Review 78, May. Bernanke, Ben, and Blinder, Alan (1992): “The Federal Funds Rate and the Channels of Monetary Transmission”. American Economic Review, Volume 82 Number 4. September. Bernanke, Ben, and Gertler, Mark (1995): “Inside the Black Box: The Credit Channel of Monetary Policy Transmission”. 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