efectos después de la muerte

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—
¿Puede subsistir
2T
—
mandato y producir
efectos después de la muerte
del mandante?
un
Por considerarla de gran interés para los pro
esta consulta, evacuada
fesionales, publicamos
en
un
caso
poético ocurrido,
en
nuestro
me
dio notarial, consulta que además de la auto
ridad que le da la reconocida jerarquía, inte
lectual de su autor, que con gran brillaMes
desempeñara en nuestra Facultad la, Cátedra de
Contratos, es de gran valor por la solidez de
los razonamientos jurídicos y legales en ella
desarrollados.
PRINCIPIOS
I
El mandato
acaba por efecto de uno de los distintO'S medios que enumera
Código Civil. Uno de ellos, el numeral 5', es la muerte del
mandatario, pero hay que advertir bien que esa es la regla gene
se
el art. 2086 del
mandante o
ral y no la absoluta, puesto que tiene sus excepcio'Ues : son las establecidas
en los artículos 2096, 2097 y 2098.
Según la disposición del artículo 2098, "continua subsistiendo el man
dato, aún después de la muerte del mandante, cuando ha sido dado en el in
terés co'mún de éste y del mandatario o en el interés de un tercero"
Está bien claro, pues, que a pesar de la regla, general del inciso
artículo 2086,
del mandante,
s'í
del
según la cual el mandato termina de ordinario por la muerte
hay casos de excepción, pero perfectamente legales, en los cua
les el mandato continua subsistiendo después de la muerte del mandante
con toda su fuerza
y vigor.
La disposición del artículo 2098 es común a otros Códigos y no puede
sorprender a ninguna persona versada en derecho. Concuerda con el artícu
lo 2016 del Código Argentino que dice exactamente lo mismo.
Machado,
-
28
-
"Comentarios al Código Civil Argentino", exa
caso de continuación del mandato es el del ar
tículo 1982 (hoy 2015), que dice: "el mandato continua subsistiendo aún
ha sido dado en el interés co
después de la muerte del mandante, cuando
mún de éste y del mandatario, o en el interés de un tercero, refiriéndose en
ges
el último caso al
gestor, en que el mandante obra
tomo
5", pág. 313, de
mina el
caso
sus
y dice: "Otro
negotiorum.
como^un
relación al tercero"; y agrega en la nota al artículo igS'O, pág. 311 :
muerte
"Se puede decir con más propiedad que e] mandato no concluye por la
su
del mandante en los casos siguientes: i' cuando se hubiera convenido
tor
con
continuación después de la muerte; 2") cuando debiera ser cumplido después
o sea,
de esta, y 3') cuando fuera irrevocable en los casos del artículo 1977,
de
medio
o
el
bilateral
contrato
un
de
condición
hubiese sido la
contratada.''
una
obligación
cumplir
cuando'
no contiene una disposición" expresa, análoga
artículo 2098 y al 2016 del Argentino; pero la doctrina, sin dis
"Du mandat", N'
crepancia, confirma la misma solución de,sde_ Troplong,
N'
tomo
18,
284, etc.
718; Aiibry y Rau, párrafo 416; Duranton,
El Código Civil francés
a
nuestro
Dicen Baudry-Lacantinerie, y Wahl, en sus Comentarios Du Mandat,
836 y 837 : "La muerte del mandante no pone fin al mandato de pleno
derecho; co'mo la revocación, aunque la Ley no lo dice expresamente, la
N'
muerte
no
conocido.
es
.
del
oponible
mandante,
convención puede
sea
al mandatario
Las partes
sea
pueden,
del
o
por lo
mandatario,
tácita.
al tercero sino cuando ellos la han
demás, convenir en que la muerte,
Esa
pO'ndrá fin al mandato.
no
.
convención tá
Hay igualmente
expresa
cita que el mandato sobrevivirá al mandante, cuando ha sido dado en el
interés común del mandante o de un tercero o del mandante, y mandata
rio", hallándose todos
dencia
o
ser
esos
casos
.
.
confirmados por
una
numerosa
jurispru
.
En el mismo sentido puede verse la opinión de Planiol y Ripert, to'mo
W 1492 y siguientes. En el número 1494 dicen: "Los artículos 2008 y
2010 hacen terminar el mandato, tanto por la muerte del mandante, como
del mandatario; pero ahí también, sólo se trata en principio de una inter
pretación de la voluntad de las partes. Nada impide que un mandatario
acepte un mandato par él y. sus herederos o, si se trata de un mandato pro
fesional, para él y sus sucesores. Del mismo modo, el mandato prolonga
o su ob
sus efectos más alia -de la muerte del mandante, si su naturaleza
ri„
jeto lo implica, por ejemplo, si se trata de un mandato indivisiblemente li
gado a otro contrato que la muerte deja subsistente. ."
Los Códigos que han seguido al francés, como el Italiano', se extien
den en el mismo sentido por sus comentadores. Olivieri, en el Digesto Ita
comentando el ar
liano, verba Mandato Civile, números 246 y siguientes,
solvitur mormandatum
latina:
la
máxima
recordar
ticulo 1757, después de
.
te, dice:
"Él
precepto del artículo 1757, fundado
en
el interés de las partes
—
29
—
ninguna exigencia de orden público, puedq ser derogado implíci
explícitamente por ellas : de donde nace su facultad de hacerlo so
brevivir a la muerte de cualquiera de ellas
Implícitamente, las partes de
rogan el artículo Í757, cuando el mandato por su naturaleza, por su obje
to especial, por las consecuencias del
mismo, no puede terminar con la
y
no
en
tamente
o
.
.
.
de las partes. ." y citando un caso concreto de la Coarte de Casa
Ñapóles, recuerda que "la doctrina y la jurisprudencia admiten que
se debe tener en cuenta la tácita voluntad
dé los contrayentes de hacer so
brevivir el mandato a la muerte de alguno de ellos, como sucede eh la
hipótesis en que el mandato concierne no sólo al intrés 'del mandante, sino
del mandatario.
muerte
ción de
"
.
No es necesario mayores antecedentes
para comprender que la disposi
ción de nuestro artículo 2098, como
excepción de la regla general de que
el mandato termina por la muerte del mandante, es
re
algo perfectamente
gular
aceptado en otras legislaciones,
doctrina y jurisprudencia unifomes.
y
sea
ya
expresamente, ya por
su
II
APLICACIÓN DEL PRINCIPIO
Supuesto
con
que de
la muerte del
cumple la
acuerdo
mandante,
condición
requerida
nuestra
todo mandato termina
ley,
no
sólo falta saber si
en
el
caso
2098,
a
saber, si
con
por el artículo
en
consulta,
se
el mandato
ha sido dado en el interés común del mandante y del mandatario.
De los antecedentes auténticos que se tienen ^ la vista, resulta
que
don N. N. dio poder a la Comisión Liquidadora de la N. N.
y Compañía,
cumplimiento
de
un convenio
celebrado, en compañía de sus consocios,
bartcarios, para que de acuerdo con las estipulaciones del
convenio citado se enajenaran los bienes del compareciente ubicados en cual
quier punto de la República Argentina y del extranjero, etc., conteniendo la fa
en
con
sus
acreedores
cultad de sustituir
co
X.
(como efectivamente fué sustituido
a
favor del Ban
X.).
Por la
finalidad, por el O'bjeto y hasta por los términos de dicho po
pone bien de manifiesto que no fué en el solo interés del señor N. N.
sino principalmente en el doble interés de éste y de sus
mandatarios; en
der
se
favor suyo, para
extinguir sus deudas y en favor de sus mandatarios, para
Hay más de acuerdo con la legislación argentina (artículo 201 1
del Código Civil) se le dio el carácter de irrevocable;
pues era condición
de un contrato bilateral y m_edio de
cumplir una obligación contratada. Esta
circunstancia, la de dar a-tmplimiento a un pacto o a una obligación, es pre
el caso típico para la doctrina
y la jurisprudencia del mandato
cisamente^
dado en interés común del mandante
y mandatario, es decir, del mandato
que no se extingue por la muerte del mandante.
cobrárselas.
—
Don N. N. falleció
después
30
de
abierta
capital, el año 1925,
Tercer Turno, donde está archivada
en
esta
-
otorgado el mandato y su sucesión fué
en el
Juzgado Letrado de lo Civil dé
con
el número 277 del año 1927; in-
ventariánciose entre otros bienes, los solares de la Figuita, 12' sección judi
Heren
cial, a fs. 189; declarándose que la sucesión no adeuda Impuesto de
:
cual
Fisco
el
con
lo
el
activo
el
que
ser
pasivo mayor que
cia, a f s. 244, por
dó completamente desinteresado.
La
res,
no
que
se
muerte
'del señor N. N. de acuerdo con las consideraciones anterio
ha puesto término a su mandato; y el mandatario, en uso del poder
muerte
le
confirió, puede legítimamente seguir ejerciéndolo después de
su
.
Para desconocer esta conclusión es preciso afirmar una de estas dos
tiene valor, o bien, que esa
cosas : o que la disposición del artículo 2098 no
dispocisión no es aplicable al caso. Lo primero
lo segundo, negar los hechos.
es
sencillamente negar la
ley;
III
OBJECIONES FORMULADAS
cosa
Todas las objeciones formuladas si bien se observa, no son otra
la
del
de
derivan
cumplimiento
de
discusión
que
aspectos prácticos
que la
disposición legal.
En efecto, si como lo dice el articulo 2098, el mandato continua sub
sistiendo aún después de la muerte del mandante, claro está que el manda
tario obra en nombre del mandante fallecido y no de otra persona. La dis
posición de dicho artículo, supone necesaria y forzosamente, una trasmisión
hereditaria. El mandato subsiste, el heredero no puede desconocer su sub
sistencia, desde que la autoriza la ley: la trasmisión hereditaria no destruye
los efectos del mandato del causante que subsiste a pesar de la muerte. El
mandatario puede seguir ejerciéndolo y obra dentro de susi propias fa
cultades.
Se dice, que el señor N. N. no hizo transferencia del dominio en vida
Comisión Liquidadora, que le dio solamente la posesión. Nadie lo
discute; pero el problema no es ese. N. N. dio un poder apto para dispo
ner que, según la Ley, subsiste después de su muerte en toda integridad.
Es en uso de ese poder vigente que obra la Comisión Liquidadora, como
a
la
mandataria y no como dueña.
Se dice que muerto N. N. el poder subsiste para los actos comunes,
como la venta, que requieren forma
pero no para aquellos extraordinarios
lidades especiales. Eso no lo dice en el Código, sino que el mandato —todo
La disposición
mandato, sin distinciones, ni irdtacoes— continúa vigente.
el doble interés del mandan
esté
es
terminante, siempre
te y mandatario.
que
comprometido
Sabemos que hay varias
especies
de mandato:
gratuito
u
-
31
—
expreso o tácito, general o especial, absoluto o limitado : pero así
regla general del artículo 2086 los comprende a todos, del mismo
modo, la excepción del artículo 2098 no excluye ninguna de las especies.
oneroso,
la
como
son,
Se dice que por la
desde ese momento,
Eso
es
muerte
del señor N.
N.,
los titulares del dominio
herederos y que sólo ellos
pueden transferirlo.
desconocer el fondo del problema, prescindiendo sencillamente de
la validez legal del poder. Si el argumento fuera cierto probaría demasiada,
pues todo el patrimonio de un mandante que ha muerto, se encuentra en el
mismo, caso; todo él pasa a sus herederos. De donde se debería concluir que
la
sus
disposición del artículo 2098 no podría tener cumplimiento
que implicara un acto de disposición lo cual equivaldría a
imposible o inútil la disposición legal.
caso
en
ningún
considerar
Se dice que los herederos realizaron actos relativos al dominio de dichos
terrenos, por cuanto abrieron y tramitaron la sucesión del causante, hicie
ron inventario, obtuvieron la exoneración del
impuesto, repudiaron la he
rencia, obtuvieron venias para la repudiación, etc., y que todo ello es incom
patible con la subsitencia del mandato del causante.
Sin discutir aquí, desde luego, si la apertura y tramitación de la suce
sión
es
acto de
un
herederos
es
plieron
deber al
su
dominio, debe contestarse que nada de lo hecho por los
con la vigencia del mandato. Los herederos cum
abrir la sucesión, inventariar los bienes, liquidar impues
ello, ni ellos ni nadie, estaba en condiciones de disponer
realmente
tos, etc. porque sin
de los bienes del causante señor N. N. Todo lo contrario, ha contribuido a
hacer posible el ejercicio de aquel mandato por parte de la Comisión Li
quidadora.
Se dice finalmente, que los herederos vienen a ser desapoderados de los
bienes de la herencia, o de una parte al menos, sin una manifestación
expre
sa de la voluntad de ellos
y sólo en mérito del mandato que otorgó el cau
sante. Así es efectivamente, como consecuencia de la disposición
legal. Los
herederos podrían hacer cesar el mandato, por ejemplo', haciendo desaparecer
objeto, mediante
el pago de todas las deudas. Pero mientras el objeto del
mantenga, el mandatario puede seguir en uso del mismo', pues
el poder está vigente, y, como se ha dicho antes, obra en nombre del causan
su
mandato
te
que
se
otorgó
Como
el
poder.
por este ligero análisis de las objeciones formuladas, todas
ellas parten del olvido de esta verdad, a saber :
hay mandatos que no tenninan con la muerte del
mandante, sino que subsisten después de ella,
se ve
y por
facultan al mandatario para seguir
ejerciéndolo como si el cau
sante viviera. Y esto que nos parece
raro, dominados por la preocupación de
que todo mandato termina con la muerte es sin embargo, estrictamente le
gal. Sentado el principio, hay que aceptar todas sus consecuencias.
consiguiente,
Noviembre de 1939.
Joaquín Seco
Illa
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