es constitucional sancionar con ocho a dieciséis años de prisi

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RESEÑA DEL AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2011
PRIMERA SALA DE LA SUPREMA CORTE
DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
“ES CONSTITUCIONAL SANCIONAR CON OCHO A
DIECISÉIS AÑOS DE PRISIÓN Y MULTA DE CINCO
MIL A QUINCE MIL DÍAS DE SALARIO MÍNIMO
VIGENTE EN EL DISTRITO FEDERAL, A QUIEN POR
SÍ O POR INTERPÓSITA PERSONA COMETA EL
DELITO DE TRÁFICO DE INDOCUMENTADOS”
RESEÑA ARGUMENTATIVA DEL
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2011
MINISTRO PONENTE: ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA
SECRETARIO: JAIME SANTANA TURRAL
PRIMERA SALA DE LA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
“ES CONSTITUCIONAL SANCIONAR CON OCHO A DIECISÉIS AÑOS
DE PRISIÓN Y MULTA DE CINCO MIL A QUINCE MIL DÍAS DE
SALARIO MÍNIMO VIGENTE EN EL DISTRITO FEDERAL, A QUIEN
POR SÍ O POR INTERPÓSITA PERSONA COMETA EL DELITO DE
TRÁFICO DE INDOCUMENTADOS”
Cronista: Lic. Héctor Musalem Oliver ∗
El 8 de abril de 2011, el Juez Sexto de Distrito en el Estado de
Sonora dentro de una causa penal, consideró penalmente responsable a
dos personas en la comisión del delito de tráfico de indocumentados,
previsto y sancionado en el artículo 138, párrafo primero, de la Ley
General de Población vigente en 2010.1
Posteriormente, el 25 de mayo de 2011 en el toca penal
correspondiente, el Quinto Tribunal Unitario del Quinto Circuito confirmó
la sentencia de primera instancia.
Inconformes con la resolución anterior, por escrito presentado el 6
de julio de 2011 ante dicho Tribunal Unitario, los inculpados demandaron
el amparo y protección de la Justicia Federal, asimismo, estimaron
∗ Funcionario adscrito a la Unidad de Crónicas de la Dirección General de Casas de la Cultura Jurídica.
1
ARTÍCULO 138.- Se impondrá pena de ocho a dieciséis años de prisión y multa de cinco mil a quince mil días de
salario mínimo general vigente en el Distrito Federal en el momento de consumar la conducta, a quien por sí o por
interpósita persona, con propósito de tráfico, pretenda llevar o lleve mexicanos o extranjeros a internarse a otro
país, sin la documentación correspondiente.
Igual pena se impondrá a quien por sí o por medio de otro u otros introduzca, sin la documentación
correspondiente expedida por autoridad competente, a uno o varios extranjeros a territorio mexicano o, con
propósito de tráfico, los albergue o transporte por el territorio nacional con el fin de ocultarlos para evadir la revisión
migratoria.
(…)
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violadas en su perjuicio las garantías establecidas en los artículos 14,
párrafo tercero, 16, párrafo primero y 22, párrafo primero de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Así las cosas, el Presidente del Tercer Tribunal Colegiado en
Materias Penal y Administrativa, con residencia en Hermosillo, Sonora,
mediante acuerdo de 2 de septiembre de 2011, admitió a trámite y
registró la demanda de garantías; una vez que concluyó su
instrumentación, dictó sentencia el 22 de dicho mes y año, en la que
resolvió por unanimidad de votos, negar el amparo y protección de la
Justicia Federal.
En contra de la sentencia anterior, los quejosos interpusieron
recurso de revisión, y por acuerdo de 14 de octubre de 2011, el
Presidente del referido Tribunal ordenó remitir los autos y el escrito de
expresión de agravios a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
El Presidente del Alto Tribunal del país admitió el recurso, lo
registró con el número 2556/2011 y ordenó enviar el expediente a la
Primera Sala, en donde su Presidente el señor Ministro Arturo Zaldívar
Lelo de Larrea, mediante acuerdo de 8 de noviembre de 2011 tuvo por
recibidos los autos que integraban el recurso, acordó que la Sala en
comento se avocara al conocimiento del asunto y que se turnaran los
autos a su ponencia para elaborar el proyecto de resolución
correspondiente.
De esta manera, en la sesión del miércoles 25 de enero de 2012, el
señor Ministro ponente presentó ante la Primera Sala su proyecto de
sentencia, en el cual propuso como puntos resolutivos confirmar la
sentencia recurrida y negar el amparo y protección de la Justicia Federal.
En sus agravios, los promoventes consideraron que el artículo 138,
párrafo primero, de la Ley General de Población, preveía sanciones
contrarias al primer párrafo del artículo 22 de la Constitución Política de
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los Estados Unidos Mexicanos,2 ya que de su interpretación se advertía
que el bien jurídico tutelado era el control de los flujos migratorios a
cargo de las autoridades administrativas, por lo que el hecho de contener
como pena mínima ocho años de prisión y cinco mil días de multa,
implicaba que no se guarda proporción con el bien jurídico tutelado.
Para dar respuesta al argumento anterior, se precisó por la Primera
Sala que se debía partir de la siguiente premisa: la relación entre la pena
y el delito es una relación convencional, es decir, depende de aspectos
contingentes que no están dados de antemano. En este sentido, la
exigencia de proporcionalidad no implicaba que el sistema de penas
previsto en los códigos penales atienda exclusivamente a la importancia
del bien jurídico protegido, la gravedad del ataque a ese bien o al grado
de responsabilidad subjetiva del agente.
Agregó la Sala que, la escala de penas determinada en los códigos
penales establecía una jerarquía de castigos no sólo en función de la
importancia de los distintos bienes jurídicos protegidos y de las
afectaciones a éstos, sino también al atender a consideraciones de
política criminal, que era legítimo desde el punto de vista constitucional
que esa política tuviera como objetivo disminuir la incidencia delictiva a
partir del aumento de las penas, de ahí que, tanto la gravedad de la
conducta incriminada como la cuantía de la pena no sólo estaba
determinada por el bien jurídico tutelado, sino también por la incidencia
del delito o la afectación a la sociedad que éste generaba, siempre y
cuando haya elementos para pensar que el legislador tomó en cuenta
esta situación al establecer la pena.
De lo antes expuesto, los señores Ministros manifestaron que la
pena de ocho a dieciséis años de prisión, prevista en el artículo
impugnado, para el delito de tráfico de indocumentados, con motivo de la
2
Artículo 22.- Quedan prohibidas las penas de muerte, de mutilación, de infamia, la marca, los azotes, los palos, el
tormento de cualquier especie, la multa excesiva, la confiscación de bienes y cualesquiera otras penas inusitadas y
trascendentales. Toda pena deberá ser proporcional al delito que sancione y al bien jurídico afectado.
(…)
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reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el 2 de julio de
2010 no era inconstitucional, ya que no se sostenía el argumento en el
sentido de su desproporcionalidad con relación al bien jurídico tutelado
consistente en el control de los flujos migratorios.
Ahora bien, en relación al delito de tráfico de indocumentados
contenido en los párrafos primero y segundo del artículo 138 de la Ley
General de Población, la Primera Sala al resolver los amparos directos
en revisión 2031/2006 y 706/2007, en los cuales analizó el planteamiento
relativo a si el tipo penal previsto y sancionado por el numeral en
comento era o no acorde con el bien jurídico tutelado, expuso que la
Constitución no obligaba al legislador a establecer en específico el bien
jurídico que se pretendía tutelar, sino que únicamente prescribía las
facultades para sancionar las conductas de manera general, pues no
existía una obligación en sentido formal de que los tipos penales hagan
referencia expresa al bien jurídico tutelado.
En tal virtud, la Sala precisó que el bien jurídico tutelado por dicho
tipo penal no era uno, sino varios, tales como:
1. El control de los flujos migratorios a cargo de las
autoridades administrativas;
2. La salud pública;
3. Los derechos humanos de los inmigrantes (la vida, la
dignidad, la integridad física, etcétera); y
4. El respeto al orden jurídico y la seguridad nacional.
En esa tesitura, la Primera Sala concluyó que, contrario a lo
expuesto por los recurrentes, el bien jurídico tutelado por el delito de
tráfico de indocumentados, no se constreñía únicamente al control de los
flujos migratorios a cargo de las autoridades administrativas, sino como
lo argumentó el Tribunal Colegiado, también a la salud pública, los
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derechos humanos de los inmigrantes, el respeto al orden jurídico y la
seguridad nacional, lo cual reiteró la misma Sala en la contradicción de
tesis 414/2010.
Para terminar, respecto a la pena de ocho a dieciséis años de
prisión contenida en el precepto vigente en la época de los hechos, la
Sala indicó que tal y como correctamente lo puntualizó el órgano de
control constitucional, si el legislador federal consideró que era necesario
aumentar las penas que correspondían al delito de tráfico de
indocumentados y, para ello, expuso los motivos y razonamientos
necesarios para justificarlo, conforme la actual tendencia humanista en
los tratados internacionales de que México es parte, era evidente que el
artículo tildado de inconstitucional no transgredía el principio de
proporcionalidad entre el delito y la pena.
Consecuentemente, la Primera Sala determinó que las penas
previstas en el párrafo primero del artículo 138 de la Ley General de
Población, no resultaban contrarias al artículo 22 constitucional; por
tanto, al haber resultado infundados los agravios hechos valer por los
recurrentes y no advertirse deficiencia de la queja que suplir, en términos
del artículo 76 Bis, fracción II, de la Ley de Amparo, procedía en la
materia de la revisión, confirmar la sentencia recurrida y negar el amparo
solicitado.
La propuesta anterior fue aprobada por unanimidad de votos de los
señores Ministros Jorge Mario Pardo Rebolledo, José Ramón
Cossío Díaz, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, Olga Sánchez Cordero de
García Villegas y Presidente Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
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