Reseña bibliográfica - Veterinaria Bedatou y asociados

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Facultad de Ciencias Veterinarias
-UNCPBA-
Actualización y descripción de casos
clínicos de listeriosis con signos nerviosos
José María Rodríguez; Carlos Bedatou; María Cristina Jorge
Mayo, 2009
Tandil
Actualización y descripción de casos
clínicos de listeriosis con signos nerviosos
Tesina de la Orientación de Sanidad Animal, presentada como
parte de los requisitos para optar al grado de Veterinario del
alumno José María Rodríguez.
Tutor externo: Dr. Carlos Bedatou.
Tutor interno: Dra. María Cristina Jorge.
Dedicatorias:
 A mis padres, José M. Rodríguez y Martha Idiarte por su apoyo, cariño y
comprensión durante los años de esta carrera.
 A mis hermanas, Marta, Ana y Mercedes por todo su afecto brindado.
 A mi novia, Marina Cavallo por su amor y apoyo en la realización de la tesina y
en los años de facultad.
Agradecimientos:
 A los veterinarios Carlos Bedatou, Joaquín Bedatou y Mateo Pascuet por su
amistad y toda su enseñanza aportada durante los meses de residencia.
 A Gobbi, Ana y Adrian por su amistad y compañerismo que hemos compartido
en la veterinaria en los 6 meses de residencia.
 Al Vet. Martin Navarro por su amistad, conocimientos aportados y momentos
vividos durante la residencia.
 A la Dra. María Cristina Jorge por su ayuda como tutora interna en la
elaboración de la tesina.
RESUMEN:
Tesinista: Sr. José María Rodríguez
Tutor externo: Dr. Carlos Bedatou
Tutor interno: Dra. María Cristina Jorge
Título: Actualización y descripción de casos clínicos de listeriosis con signos
nerviosos
La listeriosis es una enfermedad infecciosa, bacteriana, causada por Listeria
monocytogenes. El agente causal se puede encontrar en la tierra, polvo, pastos, agua,
alimentos para consumo humano y ensilados para la alimentación animal. El objetivo
fue efectuar una revisión bibliográfica sobre la listeriosis en el ganado bovino, advertir
el riesgo zoonótico de esta enfermedad tanto a veterinarios como a la población en
general y proporcionar medidas para prevenir dicha enfermedad y describir los casos
clínicos de listeriosis bovina ocurridos en un Establecimiento Agropecuario ubicado en
el partido de Pehuajó, provincia de Buenos Aires en los años 2001, 2004, 2007. Los
casos clínicos correspondieron a tres toros raza Hereford, alimentados con silo de maíz
en dos casos y en campo natural el restante. Todos los animales presentaron signos
nerviosos compatibles con listeriosis y para confirmar la etiología se enviaron muestras
de cerebro y alimento a un centro diagnóstico. Se corroboró la presencia de Listeria
monocytogenes por aislamiento en un caso y por inmunohistoquímica en los otros dos.
Se recomienda para evitar brotes de listeriosis segregar a los animales afectados,
controlar la calidad del silo evitando utilizar las secciones en descomposición,
administrar antibióticos y disminuir en lo posible la ingesta de ensilados en los
establecimientos con diagnóstico de esta enfermedad. En la actualidad la listeriosis es
una de las enfermedades bacterianas más importantes debido a las pérdidas económicas,
al deterioro de los alimentos y la posible transmisión al hombre por medio de los
mismos y como zoonosis por contacto directo en los grupos sociales de riesgo.
ÍNDICE
Pág.
Introducción
3
Objetivos
4
Revisión bibliográfica
4
Etiología
4
Epidemiología y huéspedes susceptibles
5
Patogenia
7
Signos clínicos
8
Meningoencefalitis
9
Aborto
10
Septicemia
11
Queratoconjuntivitis
11
Mastitis
11
Diagnóstico diferencial
12
Hallazgos de necropsia
12
Diagnóstico
12
Clínico
12
Laboratorio de análisis clínicos
13
Anatomopatológico
13
Histopatológico
13
Identificación del género
13
Inmunohistoquímica
14
Muestras a remitir
14
Riesgo zoonótico
15
Tratamiento
16
Materiales y métodos
18
Área de trabajo
18
Descripción de los casos clínicos
18
Caso 1
18
Caso 2
19
Caso 3
21
1
Tabla 1: Resultados de laboratorio de los casos 1, 2 y 3
22
Resultados
Discusión y conclusiones
Bibliografía
22
23
24
2
INTRODUCCIÓN:
La listeriosis es una enfermedad infecciosa, bacteriana, causada por Listeria
monocytogenes (L. monocytogenes).
El agente causal se puede encontrar en la tierra, polvo, pastos, agua, (Low y Donachie,
1997) alimentos para consumo humano (Hird, 1987) y ensilados para la alimentación
animal (Low y Donachie, 1997).
No deben utilizarse el silo que está a pocos centímetros del frente, costados y parte
superior de la bolsa y una vez alimentados los animales, cualquier resto de ensilaje debe
ser quitado (Low y Donachie, 1997).
La susceptibilidad a la infección ha sido registrada en especies tales como: ovejas,
vacas, cabras, équidos, cerdos, felinos, perros, animales silvestres, aves, peces,
crustáceos, garrapatas (Conigliaro, 1996) e inclusive el hombre (Blood y Radostitis,
1992).
Al ser la listeriosis una zoonosis, trasmitida principalmente por los alimentos, se deben
tomar ciertas medidas por parte del consumidor para prevenirla: una buena higiene, aseo
personal, almacenamiento correcto y adecuada cocción; evitar la contaminación
cruzada, el consumo de leche cruda (no pasteurizada) o alimentos elaborados con leche
cruda (Hird, 1987; Golden et al, 1995).
Esta enfermedad infecciosa es de aparición esporádica, produciéndose con mayor
frecuencia en invierno y principios de primavera (Jubb et al, 1984; Low y Donachie,
1997). Se manifiesta generalmente con meningoencefalitis en los animales adultos esta
es la forma de presentación más común, siendo el hallazgo patognomónico la formación
de microabscesos en el cerebro; en animales jóvenes y especies monogástricas se
manifiesta con septicemia, necrosis hepática focal, abortos, partos prematuros o con
fetos muertos, así como también por mastitis y conjuntivitis (Blood y Radostitis, 1992;
Campero et al, 2008).
Los signos clínicos de la infección son consecuencia de las lesiones en el tallo cerebral
y a pesar de que cada caso en particular varía, los signos más comunes incluyen:
confusión mental, depresión y empuje de objetos fijos. Los animales enfermos están
embotados, a veces, hasta llegar a la somnolencia, y se separan del resto del grupo. Es
característica la desviación de la cabeza hacia uno u otro lado sin rotación de la misma,
cuando el animal se traslada lo hace en círculos, de donde se denomina a esta
enfermedad “la enfermedad en círculos”, también se observa caída de oreja, párpado y
labio del lado afectado entre otras. (Blood y Radostitis, 1992).
3
Las mujeres embarazadas son especialmente propensas a sufrir bacteriemia por L.
monocytogenes, es poco frecuente el desenlace fatal en la madre, pero puede producir
aborto o el nacimiento de un niño con el cuadro clínico denominado granulomatosis
infantiséptica (Oteo y Alós, 2006; Ramírez, 2006).
En la actualidad es una de las enfermedades bacterianas más importantes, debido a las
pérdidas económicas, al deterioro de los alimentos y la posible transmisión al hombre
por medio de los alimentos conservados refrigerados, donde la bacteria es capaz de
multiplicarse (Souzan y Marth, 1988).
OBJETIVOS:
1- Efectuar una revisión bibliográfica sobre la implicancia de listeriosis en el ganado
bovino, advertir el riesgo zoonótico de esta enfermedad tanto a veterinarios como a la
población en general y proporcionar medidas para prevenirla.
2- Descripción de tres casos clínicos de listeriosis en bovinos, ocurridos en un
Establecimiento Agropecuario ubicado en el partido de Pehuajó, provincia de Buenos
Aires en los años 2001, 2004, 2007.
Lugar de residencia: veterinaria Fuerte Sancti Spiritu, San Carlos de Bolívar, provincia
de Buenos Aires, Argentina.
Periodo de residencia: desde el 1ero septiembre al 1ero de diciembre del año 2008.
RESEÑA BIBLIOGRÁFICA
Etiología:
Listeria monocytogenes es una bacteria que está incluida dentro de los bacilos
grampositivos no esporógenos (Conigliaro, 1996).
Es un pequeño bacilo 1 a 2 µm de largo por 0,5 µm de grosor (Blood y Radostitis,
1992), son corineiformes, no ramificados, presentan movilidad por 1 a 5 flagelos
peritricos (Oteo y Alós, 2006) que se expresan en mayor número cuando la incubación
se hace a temperatura ambiente 20-25 °C. (Leardini, 1996). Es un parásito facultativo
del sistema reticuloendotelial, crece en condiciones aeróbicas y es anaerobio facultativo,
este bacilo es β hemolítico en agar sangre y puede desarrollar en un rango de
temperaturas que oscila entre 3 °C a 45 °C con un pH entre 6 y 9 (Acha y Szyfres,
2003). Para su desarrollo es óptima una atmósfera microaerófila 5-10% CO2,
4
(Conigliaro, 1996; Rosenberger, 2005), también presenta oligotrofia (crecimiento en un
medio pobre en nutrientes). Listeria monocytogenes encuentra un ambiente ideal en los
bordes mal fermentados y sucios con tierra de ensilajes de maíz, pero también en pastos
sucios, centeno, avena, leguminosas, pero no en el silo de hojas de remolacha.
(Rosenberger, 2005).
Listeria monocytogenes era la única especie dentro del género, pero en la actualidad
además de L. monocytogenes se incluyen 5 especies al género: L. ivanovii, L. innocua,
L. welshimeri y L. seeligeri las cuales son reconocidas en forma individual, L. grayi y L.
murrayi deberían considerarse una sola especie y referirse a las mismas como L. grayi.
(Acha y Szyfres, 2003).
De los 6 serotipos conocidos (con 17 subtipos), en el bovino se encuentran
generalmente Listeria monocytogenes serovar 1/2a o 4b; las cepas patógenas son β
hemolíticas (Rosenberger, 2005).
La denominación de listeria refiere el reconocimiento a los importantes aportes de
Joseph Lister a la medicina moderna. De todas ellas sólo se reconoce como patogénicas
para el humano y los animales a la Listeria monocytogenes, las restantes no son
patógenas para el hombre, pero pueden ser aisladas de alimentos o del contenido
intestinal, L. ivanovii a veces produce abortos en los animales, y ocasionalmente ha sido
responsable de enfermedad en los humanos (Leardini 1996).
Epidemiología y huéspedes susceptibles:
L. monocytogenes alcanza difusión mundial y prefiere los climas templados. El tracto
intestinal del hombre y los animales parece representar el reservorio principal (Campero
et al, 2008).
La susceptibilidad a la infección ha sido registrada en especies tales como: ovejas,
vacas, cabras, équidos, cerdos, felinos, perros, animales silvestres, aves, peces,
crustáceos, garrapatas (Conigliaro, 1996) e inclusive el hombre (Blood y Radostitis,
1992). La intervención de vectores en la transmisión puede ser posible, diseminando la
enfermedad en el ganado, ya que la bacteria se aisló de garrapatas y tábanos (Souzan y
Marth, 1988). El material infectado deriva de los animales enfermos y se encuentra en
heces, orina, fetos abortados, secreciones uterinas y leche (Laciar et al, 1991; Blood y
Radostitis, 1992). Las aves, tanto de corral como las silvestres, han cobrado gran
importancia a nivel epidemiológico, ya que las mismas por medio de sus deyecciones
5
pueden contaminar el agua de bebederos y alimentos (Fenlon, 1985). No existe
especificidad de huésped propiamente dicha y es típica la ausencia de signos en los
seres que albergan la bacteria en su intestino (Campero et al, 2008).
El germen es muy abundante en el medio externo (aguas residuales, plantas, ensilados,
suelo) a causa de su contaminación por las deyecciones. Si las condiciones son propicias
(clima, suelo), las listerias sobreviven en el ambiente y en las plantas durante mucho
tiempo y es probable que incluso se multipliquen allí. De ahí procede la hipótesis que
considera a L. monocytogenes como un germen saprófito con poder patógeno
oportunista. En la epidemiología es decisiva la propiedad que tienen las listerias de
crecer en las porciones de ensilado mal acidificadas (maíz, hierbas, cereales), (Blood y
Radostitis, 1992; Campero et al, 2008).
Los microorganismos son viables hasta tres meses en las heces de ovinos, 11 meses y
medio en suelos húmedos, hasta 16 meses y medio en heces de bovinos, 207 días sobre
paja seca y más de dos años en suelos secos. (Rebhun, 1987; Blood y Radostitis, 1992).
Se ha propuesto que hay varios agentes predisponentes que disminuyen la resistencia
del animal y, por tanto facilitan el ataque. El precursor más frecuente de los brotes es la
alimentación con ensilado, (Blood y Radostitis, 1992) esta asociación se atribuye en
gran medida al alto número de bacterias presentes en el ensilaje, que pueden contener
más de 1 x 107 u.f.c./kg de L. monocytogenes (Low y Renton, 1985).
El hecho que ocurra tanto aumento en la severidad, como en el número de brotes de
listeriosis, puede explicarse mediante la creciente popularidad del ensilaje y su
extensivo uso como alimentación de los rumiantes (Fenlon, 1985; Caro et al, 1990; Low
y Donachie, 1997). Otras circunstancias que se cree contribuyen a la alta incidencia son
los cambios repentinos del clima, hacia muy frío y húmedo, y a los largos periodos de
inundación, que dificultan el acceso a los pastizales (Blood y Radostitis, 1992).
Esta enfermedad posee una importancia especial en Nueva Zelanda, Estados Unidos,
Europa, Reino Unido y Australia. Las pérdidas debidas a está enfermedad por aborto y
por meningoencefalitis ha aumentado, según informes de años recientes (Blood y
Radostitis, 1992).
Los veterinarios deben tener máximo cuidado cuando manipulan materiales abortados.
No obstante, y a pesar de la importancia de la listeriosis como zoonosis, es raro que se
observe relación entre los animales infectados y los humanos. Aparece con mayor
frecuencia después de beber leche fresca contaminada (Blood y Radostitis, 1992).
La incidencia anual por 100.000 habitantes puede variar del 0.3 % al 0.8 % y alcanzar
6
un 5 % durante algunos brotes epidémicos (Oteo y Alós, 2006).
Patogenia:
Son tres las formas de presentación más importantes de la enfermedad. La forma
septicémica que se manifiesta por la presencia de abscesos en hígado, bazo y otras
vísceras en bovinos jóvenes. La forma que lleva al aborto, metritis y retención de
secundinas, y la forma meningoencefalítica, observada más frecuentemente en bovinos
adultos no gestantes, siendo ésta la forma de presentación más común. (Blood y
Radostitis, 1992; Campero et al, 2008).
La metritis tiene poco o ningún efecto sobre la capacidad reproductora subsiguiente; sin
embargo, las listerias pueden ser excretadas durante un mes o más a través de la vagina
y de la leche. (Merck, 2000).
En la enfermedad natural solamente se observa una forma clínica, la visceral o
meningoencefalítica en un grupo determinado de animales y sólo excepcionalmente las
dos formas unidas en un mismo brote, aunque se registra la aparición doble. En la forma
nerviosa que suele atacar al 10 % del rebaño en el transcurso de algunas semanas, se
encuentra el microorganismo solamente en el cerebro y se supone que alcanzan las
ramas periféricas del nervio trigémino a través de heridas de la mucosa bucal, o más
probablemente mediante la exposición de las terminales del nervio, que se hacen
posibles cuando están mudando los dientes o penetrando en la mucosa. La localización
peculiar de la infección en tallo encefálico, en casos de meningoencefalitis, es a menudo
unilateral y explica los signos de localización de parálisis facial y ambulación en
círculo, las lesiones pueden ser bilaterales produciendo una parálisis facial bilateral y
parálisis de la mandíbula. La propagación de la infección a lo largo del nervio óptico
puede producir endoftalmitis (Merck, 2000; Campero et al, 2008).
La queratoconjuntivitis por listeria puede ser no sólo un signo parcial de encefalitis o de
sepsis, sino que aparece en forma independiente, por contacto directo de córnea o
conjuntiva con el ensilaje contaminado (Rosenberger, 2005).
La ingestión del microorganismo, con penetración de la mucosa del intestino,
probablemente produce infección subclínica con excreción fecal prolongada del
microorganismo, que aparece en una alta proporción de los animales infectados, o
bacteriemia con localización en diversos órganos, o por último septicemia mortal. El
útero grávido es muy susceptible a la infección, que si es precoz produce aborto y si es
tardío la muerte del feto, o nacimiento de crías en las que se produce rápidamente
7
septicemia mortal. La metritis materna es constante, y si hay retención fetal se puede
producir septicemia mortal por listeriosis. El feto se infecta vía circulación materna y
del líquido amniótico (Campero et al, 2008). Los abortos por listeria representan
regionalmente el 1 a 2 % de todos los abortos, afectando sobre todo a vaquillonas entre
el 6to a 9no mes de gestación y probablemente se deban a la sepsis de la madre. Por lo
general el agente es L. monocytogenes pero a veces también se encuentra L. ivanovii.
Es muy poco frecuente la mastitis a listeria, probablemente se deba a la introducción
galactogénica del agente, pero a veces también al aborto o sepsis con L. monocytogenes.
En los bovinos la listeriosis muchas veces se presenta 10 días a 3 semanas después de la
apertura de un silo nuevo o de uno viejo abierto hace mucho tiempo; generalmente
enferman de manera individual pero en el curso de la semana lo hacen
consecutivamente varios animales (Rosenberger, 2005).
La naturaleza, estructura y funciones biológicas de muchos de los determinantes de
virulencia para L. monocytogenes han sido recientemente esclarecidos (Low y
Donachie, 1997).
Resulta crucial para la virulencia del microorganismo, su habilidad para escapar de la
muerte intracelular dentro de la célula, mediante la lisis de la membrana fagosomal y
escapar al citoplasma (Joklik et al, 1992; Low y Donachie, 1997).
La Listeria monocytogenes produce una toxina citolítica y hemolítica, llamada
listeriolisina O, que actúa como importante factor de virulencia. Se trata de una proteína
de 52 KD que se excreta a pH bajo y baja concentración de hierro, condiciones
presentes en el interior del fagolisosoma, cuando es fagocitado, el microorganismo
empieza a fabricar la listeriolisina, que se fija al colesterol y rompe la membrana del
fagolisosoma. Este puede ser el principal factor que favorece su supervivencia
intracelular, una de las características patogénicas más definitorias de L. monocytogenes
(Oteo y Alós, 2006).
Signos clínicos:
Como sería lógico esperar, se encuentran las formas meningoencefálica y visceral
(principalmente, aborto o septicemia neonatal) en diferentes brotes de la enfermedad y
sólo ocasionalmente las dos formas unidas en un mismo brote, aunque se registra la
aparición doble. La forma encefálica es la más frecuente (Blood y Radostitis 1992).
8
Meningoencefalitis:
La meningoencefalitis es la forma más reconocida en rumiantes, pudiendo afectar a
animales de cualquier sexo y edad (preferentemente adultos) en general no se presenta
antes que el rumen sea funcional; puede presentarse como una epidemia en el ganado
bovino u ovino mantenidos en corrales de engorde (Jubb et al, 1984; Merck, 2000).
En ovinos y caprinos la enfermedad tiene un curso sobreagudo y la muerte puede
aparecer a las 24 a 48 hs de la aparición de los signos (Merck, 2000). La mortalidad
puede alcanzar entre 3 % a más del 30 % de los animales. (Blood y Radostitis, 1992).
La tasa de recuperación puede ser de hasta 30 % de los afectados (Merck, 2000). En los
bovinos, la encefalitis listérica es de un curso más crónico y los animales sobreviven de
4 a 14 días, resultando afectados no más de un 8 a un 10%; por lo general sólo enferma
un animal. (Acha y Szyfres, 2003; Blood y Radostitis, 1992). En los bovinos la tasa de
recuperación alcanza el 50 % de los afectados (Merck, 2000). En esta forma de
presentación, la infección llega al sistema nervioso central vía el nervio trigémino,
siendo la puerta de entrada la cavidad oral a través de abrasiones o erupciones dentarias,
cavidad nasal o vía conjuntival (Blood y Radostitis, 1992; Scott, 1993; Low y
Donachie, 1997).
Los signos clínicos de la infección son consecuencia de las lesiones en el tallo cerebral
y a pesar de que cada caso en particular varía, los signos más comunes incluyen:
confusión mental, depresión y empuje de objetos fijos. Los animales enfermos están
embotados, a veces hasta llegar a la somnolencia, y se separan del resto del grupo
(Blood y Radostitis, 1992). Es característica la desviación de la cabeza hacia un lado sin
rotación de la misma, cuando ese animal se traslada, lo hace en círculos, es por ello que
se denomina a esta enfermedad “la enfermedad en círculos” (Jubb et al, 1984; Blood y
Radostitis, 1992; Merck, 2000; Campero et al, 2008). El animal no puede corregir
activamente la desviación de la cabeza, y si se corrige de forma pasiva, ésta regresa a su
posición inicial tan pronto como se deja de ejercer presión sobre la misma (Campero et
al, 2008).
A menudo se desarrolla parálisis facial que provoca caída de la oreja, párpado y labios
del lado afectado, y el animal se babea debido a la parálisis faríngea parcial, quedando
el alimento compactado sobre los carrillos, junto con una disminución de la respuesta de
amenaza (Jubb et al, 1984; Merck, 2000).
Puede acompañarse de una queratitis de exposición, a menudo lo suficientemente grave
como para causar ulceración corneal. En algunos casos, también puede producirse
9
estrabismo y nistagmo. Según el estado de infección, la temperatura rectal puede ser
normal o elevada (Blood y Radostitis, 1992; Blowey y Weaver, 2004).
En ovinos y bovinos jóvenes, el decúbito y muerte ocurren dentro de los 2 o 3 días, pero
en bovinos adultos el curso de la enfermedad suele prolongarse 1 o 2 semanas (Jubb et
al, 1984; Blood y Radostitis, 1992). La muerte suele ser debida a un fallo respiratorio
(Blood y Radostitis, 1992).
La encefalitis por listeria puede reaparecer en las mismas instalaciones en años
sucesivos (Merck, 2000).
Aborto:
Se observan casos esporádicos de abortos en bovinos producidos por L. monocytogenes,
este microorganismo puede también provocar brotes de aborto en bovinos, ovinos y
caprinos. Se registra excepcionalmente en cerdos (Rosenberger, 2005). En bovinos no es
raro comprobar expulsión de fetos muertos o abortos hacia el mes de gestación o, más
tarde con retención frecuente de secundinas (Acha y Szyfres, 2003) y ausencia de
meningoencefalitis clínica, aunque se observa un cuadro patológico acompañado de
fiebre hasta 40.5 °C, y se identifica a L. monocytogenes en el estómago fetal
(Rosenberger, 2005).
L. monocytogenes necesita aproximadamente 6 días para atravesar la placenta y
ocasionar el aborto (Campero et al, 1986). Cuando la infección uterina se desarrolla, la
placenta y feto son invadidos vía hematógena por el microorganismo y el feto muere
como consecuencia de una septicemia (Jubb et al, 1984; Campero et al, 1986). Los
focos necróticos en hígado de fetos abortados en casos naturales avalarían esta hipótesis
(Campero et al, 1986).
El feto es expulsado aproximadamente 5 días post-mortem (Jubb et al, 1984; Acha y
Szyfres, 2003).
Durante este tiempo las alteraciones autolíticas se enmascaran tras otras lesiones menos
intensas producidas por el microorganismo (Jubb et al, 1984; Campero et al, 1986). La
autólisis fetal fue citada por varios autores ya sea de casos naturales, como en
reproducciones experimentales (Campero et al, 1986). En ocasiones suele observarse
momificación fetal (Jubb et al, 1984). Las lesiones placentarias ocasionarían una caída
de la progesterona elaborada por el trofoblasto, provocando un aumento de la
producción de la PGF2 y desencadenando el mecanismo de expulsión fetal (Campero
et al, 1986). Las lesiones en la placenta consisten en pequeños focos necróticos
10
amarillentos, que involucran las extremidades de las vellosidades cotiledonarias, las
cuales aparecen cubiertas por un exudado purulento, en el que están presentes las
bacterias (Jubb et al, 1984). Las lesiones macroscópicas de los fetos abortados consisten
en pequeños focos necróticos miliares ocasionalmente visibles en hígado y bazo, (Jubb
et al, 1984; Blood y Radostitis, 1992; Acha y Szyfres, 2003) y erosiones leves del
abomaso y meconio amarillo-anaranjado (Blood y Radostitis, 1992).
Septicemia:
Clínicamente manifiesta suele afectar a terneros de 2 semanas de edad, ocasionalmente
mayores o animales adultos. En los primeros hay debilidad general acompañada de
fiebre; a veces hay opacidad de la córnea, iritis, disnea y/u opistótonos; estos casos
suelen ser fatales dentro de las 12 hs (Rosenberger, 2005).
Se observa también el mismo síndrome en ovejas y cabras después del aborto, en caso
de retención del feto (Blood y Radostitis, 1992).
En cambio, los animales adultos muestran una diarrea líquida y maloliente. Pueden
morir varios animales en rápida secuencia (Rosenberger, 2005).
Queratoconjuntivitis:
Ocurre en forma mecánica durante la encefalitis y en forma bilateral por vía
hematógena con iritis u oftalmía durante la sepsis. Además la queratoconjuntivitis por
listeria también se observa como enfermedad independiente, se produce cuando los
animales reciben ensilaje en comederos altos y el mismo cae sobre los ojos. Esta
conjuntivitis se caracteriza por epífora uni o bilateral, fotofobia, coloración azulada de
la córnea y “arrugado” del iris; más tarde se desarrollan manchas blancas o amarillentas
sobre córnea, llegándose a veces a hipopión, queratocono o panoftalmía (Rosenberger,
2005).
Mastitis:
La mastitis puede ser aguda o crónica y muchas veces es resistente a la terapia. En
algunas oportunidades L. monocytogenes es excretada por ubre (Rosenberger, 2005).
La eliminación del agente por leche es prolongada y puede tener repercusiones en la
salud pública, porque la pasteurización no ofrece todas las garantías si el recuento de
viables de esta bacteria es alto antes del tratamiento térmico (Acha y Szyfres, 2003).
11
Diagnóstico diferencial:
Meningoencefalitis:
Se puede confundir con la forma nerviosa de Histophilus somni, polioencefalomalacia,
Herpesvirus Bovino, envenenamiento por plomo (Merck, 2000) rabia (Blood y
Radostitis, 1992; Blowey y Weaver, 2004; Rosenberger, 2005)
Aborto:
Debe diferenciarse de brucelosis, leptospirosis, campylobacteriosis y otros abortos
infecciosos (Blood y Radostitis, 1992).
Hallazgos de necropsia:
Macroscópicamente en la encefalitis sólo se observa congestión de las meninges y leve
aumento del líquido cefalorraquídeo, (Rosenberger, 2005; Campero et al, 2008) de color
turbio lo que advierte congestión de vasos meníngeos. Es posible comprobar además en
algunos animales panoftalmitis. En terneros se comprobó necrosis focales múltiples,
especialmente en el hígado, más raro en bazo, pulmones y riñones, con frecuencia
también abomasitis y enteritis hemorrágicas; además suele haber trombos en las
válvulas cardíacas o líquido pericárdico sanguinolento (Campero et al, 2008).
En el aborto el feto está moderada o claramente autolítico, su hígado con frecuencia
tiene focos miliares de necrosis y la mucosa del cuajar pequeñas erosiones; la madre
presenta placentitis y metritis. En la septicemia se manifiesta por abomasoenteritis
mucofibrinosa hasta hemorrágica y múltiples abscesos miliares en órganos internos,
especialmente hígado, así como polisinovitis (y meningitis) serofibrinosa y a veces
oftalmía (Rosenberger, 2005).
Diagnóstico:
Clínico:
En la encefalitis listérica el cuadro clínico y el examen del ensilaje orientan la sospecha
hacia esta enfermedad. Hay que considerar que no todas las infecciones con listeria en
el bovino son causadas por consumo de silo (Rosenberger, 2005).
Si bien los signos clínicos de las distintas formas de listeriosis pueden orientar al
clínico, el diagnóstico definitivo deberá realizarse en el laboratorio, (Blood y Radostitis,
1992; Acha y Szyfres, 2003) mediante el cultivo del microorganismo, detección de una
respuesta inmune específica o, en la forma encefalítica de la enfermedad, sólo mediante
12
la demostración de lesiones histológicas patognomónicas (Low y Donachie, 1997).
Laboratorio de análisis clínicos:
El examen del líquido cefalorraquídeo (LCR) en busca de células inflamatorias y de la
presencia de bacterias, constituye una parte esencial del examen de un caso sospechoso.
El LCR suele contener un número mayor de leucocitos, que en su mayor parte son
células mononucleares o linfocitos (Campero et al, 2008).
Anatomopatológico:
Casi no se encuentran hallazgos macroscópicos característicos en la listeriosis luego de
la muerte. Puede observarse un aumento de la cantidad de LCR, y éste ser turbio lo que
advierte congestión de vasos meníngeos. Es posible comprobar además en algunos
animales panoftalmitis. En terneros se comprobó necrosis focales múltiples,
especialmente en el hígado, más raro en bazo, pulmones y riñones, con frecuencia
también abomaso-enteritis hemorrágicas; además suele haber trombos en las válvulas
cardíacas o líquido pericárdico sanguinolento (Campero et al, 2008).
Histopatológico:
Es indispensable el examen histológico del tejido cerebral para poner de manifiesto la
presencia de microabscesos (figura N° 1) característicos de la enfermedad. También la
realización de la técnica de inmunohistoquímica (Campero et al, 2008).
Figura N° 1: Microabscesos en tejido cerebral
Identificación del género:
La observación en la tinción de Gram de bacilos gram-positivos, con identificación
bioquímica: catalasa positivos, producción de ácido de la D-glucosa, hidrólisis de la
esculina, reacciones positivas de Voges-Proskauer y del Rojo de Metilo y movilidad
13
positiva a 22 ºC, debe considerarse que es una bacteria perteneciente al género Listeria.
Debido a que comparten algunas características con otros géneros bacterianos grampositivos, se debe establecer el diagnóstico diferencial con algunos de ellos. Del género
Streptococcus puede diferenciarse por la tinción de Gram (bacilo gram-positivo), la
movilidad (móvil), la prueba de la catalasa (positiva) y la sensibilidad a la gentamicina
(sensible). De Erysipelothrix rhusiopathiae puede diferenciarse por el crecimiento a 4
°C (crece), la prueba de la catalasa (positiva), la movilidad (móvil) y la sensibilidad a la
vancomicina (sensible). De las corinebacterias móviles, por la hidrólisis de la urea
(negativa), la reacción de Voges-Proskauer (positiva) y por la producción de ácido de la
D-glucosa en condiciones estrictamente aeróbicas (positiva) (Oteo y Alós, 2006).
Inmunohistoquímica:
Se requiere la presencia del antígeno preservado en el material a analizar, pudiendo éste
consistir en cortes de tejido, improntas, extendidos y material citológico entre otros
(Jorge et al, 2004).
La utilización de anticuerpos marcados con fluoresceína constituye un método rápido y
eficiente para detectar la presencia de antígenos y poder así confirmar los cuadros de
encefalitis a L. monocytogenes (figura N° 2) (Conigliaro, 1996).
Figura N° 2: L. monocytogenes por inmunofluorescencia
Muestras a remitir:
Meningoencefalitis: cerebro, médula espinal y líquido cefalorraquídeo (Campero et al,
2008).
Aborto: del feto: (hígado, contenido del abomaso, pulmón, meconio), de la madre:
(placentomas/secundinas, líquidos fetales o loquios).
Septicemia: muestras tisulares de los órganos afectados (hígado, pulmones, riñones,
14
bazo), o sangre de los animales vivos.
Queratoconjuntivitis: hisopados de conjuntiva.
Mastitis: leche (Rosenberger, 2005).
Silo: tomar muestra de uno o dos lugares del silo utilizado como alimento para el
ganado y enviar al laboratorio de bacteriología para realizar el aislamiento (Nicolet,
1985).
Riesgo zoonótico:
El grupo más afectado es el de los recién nacidos que constituyen el 50 % de los casos
en Francia y el 39 % en los Estados Unidos, y luego el de mayores de 50 años. La
enfermedad es muy rara entre el primer mes y los 18 años. Según datos de dos clínicas
obstétricas de Alemania, la infección listérica fue causa de 0.15 a 2 % de la muerte
perinatal. El aborto listérico en la mujer puede producirse en la segunda mitad del
embarazo (Acha y Szyfres, 2003).
Las mujeres embarazadas son especialmente propensas a sufrir bacteriemia por L.
monocytogenes, representando hasta la tercera parte de los casos descriptos. Suele
producirse en el tercer trimestre del embarazo y causar un cuadro pseudogripal de
evolución favorable. Es muy poco frecuente el desenlace fatal de la madre, pero si no se
instaura un tratamiento adecuado se puede producir una amnionitis e infección fetal. La
infección fetal puede ser causa de aborto, nacimiento de un niño muerto o parto
prematuro de un neonato infectado con el cuadro clínico denominado granulomatosis
infantiséptica. Este proceso se caracteriza por la formación de abscesos o
granulomatomas diseminados en órganos internos como hígado, pulmón, bazo, riñón y
cerebro. Las manifestaciones sólo se producen cuando la infección se ha adquirido
intraútero, a través de la placenta, y tiene muy mala evolución, con una mortalidad
cercana al 100 % (Oteo y Alós, 2006; Ramírez, 2006).
Listeria monocytogenes es la única de las especies del género Listeria que tiene
importancia como patógeno para el hombre, es una bacteria patógena oportunista, que
ataca en especial individuos inmunocomprometidos como:
 Embarazadas, en los que puede provocar abortos o nacimientos prematuros de
niños septicémicos.
 Recién nacidos, con septicemia y/o meningitis.
 Pacientes inmunocomprometidos, con cáncer, trasplantes de órganos, SIDA,
15
tratamientos con glucocorticoides, diabetes, etc.
 Personas adultas, con formas clínicas de septicemia y meningitis o
meningoencefalitis (Joklik et al, 1992; Low y Donachie, 1997; Acha y Szyfres,
2003).
 Trabajadores rurales y veterinarios, puede provocar abortos, septicemia,
meningitis o meningoencefalitis y exantema popular en los brazos (figura N° 3)
(Cain y McCann, 1986; Manzullo, 1990; McLauchlin y Low, 1994; Merck,
2000).
Figura N° 3: Exantema papular por listeria
Al ser la listeriosis además de una zoonosis, una enfermedad trasmitida por los
alimentos, se deben tomar ciertas medidas por parte del consumidor para prevenirla: una
buena higiene, aseo personal, almacenamiento correcto y adecuada cocción; evitar la
contaminación cruzada, el consumo de leche cruda (no pasteurizada) o alimentos
elaborados con leche cruda (Hird, 1987; Golden et al, 1995).
Tratamiento:
Para el tratamiento de la enfermedad los antibióticos recomendados son:
clortetraciclina, penicilina y ampicilina. Dada la escasa permeabilidad de la barrera
hematoencefálica, se deben usar altas dosis de antibióticos durante varios días (Campero
et al, 2008).
Listeria monocytogenes es sensible a la penicilina (es el fármaco de elección), ceftiofur,
eritromicina y trimetroprin/sulfonamida. Se debe administrar penicilina G a 44.000
UI/Kg de peso corporal, por vía intramuscular diariamente durante 1 a 2 semanas; la
primera dosis intramuscular debería acompañarse de la misma dosis administrada por
vía intravenosa. El tratamiento de apoyo, administración de líquidos y electrolitos
16
(Blood y Radostitis, 1992; Merck, 2000; Rosenberger, 2005).
La aplicación intravenosa de clortetraciclina, en dosis de 10 mg por Kg de peso corporal
durante 5 días, suele ser eficaz en la meningoencefalitis de los bovinos y menos en las
ovejas. Se han utilizado también y con buen éxito en la forma septicémica en los
corderos, el cloranfenicol y una combinación de estreptomicina y penicilina (0.25 g y
0.3 millones de UI respectivamente), y corrigiendo los desequilibrios electrolíticos
(Blood y Radostitis, 1992). En las pérdidas moderadas a intensas de saliva y para
equilibrar también la acidosis se suministra vía oral 25-50 g o 50-100 g de bicarbonato
de sodio/100 Kg de peso corporal en 2-4 o 4-8 litros de agua; transfusión de líquido
ruminal. En caso de daño muscular por esfuerzo está indicada la aplicación parenteral
de selenio- vitamina E. (Rosenberger, 2005).
La queratoconjuntivitis por el ensilaje no siempre responde al tratamiento local habitual,
(instilación repetida de antibióticos y corticoides en pomadas oftálmicas) (Rosenberger,
2005).
Se recomienda realizar terapia de apoyo con antiinflamatorios no esteroideos (AINEs)
(Megluminato de Flunixina) (Campero et al, 2008).
Los índices de recuperación dependen en gran medida de la rapidez con que se instaure
el tratamiento. Si ya son evidentes signos clínicos graves, generalmente, sobreviene la
muerte a pesar del tratamiento (Blood y Radostitis, 1992; Rosenberger, 2005; Campero
et al, 2008).
La administración parenteral de penicilina en el momento del nacimiento puede reducir
el número de muertes por septicemia neonatal (Blowey y Weaver, 2004).
Hasta la fecha han fracasado la mayor parte de las tentativas para hacer una vacuna con
gérmenes muertos, aunque se han practicado ensayos de campo con bacterina muerta
que parece disminuir la incidencia de la enfermedad en rebaños de ovejas. Se encuentra
en investigación también como agentes inmunizantes las bacterias atenuadas. Por este
motivo es importante establecer un tratamiento a tiempo, debido a la falta de vacunas
disponibles en el mercado y a la rápida evolución de la enfermedad (Blood y Radostitis,
1992).
En el tratamiento de la listeriosis humana, se considera que la primera elección
terapéutica es la penicilina o la ampicilina, solas o asociadas a gentamicina (Joklik et al,
1992; Low y Donachie, 1997; Oteo y Alós, 2006).
La combinación trimetroprin + sulfas se ha utilizado con éxito en pacientes alérgicos a
las penicilinas (Oteo y Alós, 2006).
17
MATERIALES Y MÉTODOS:
Área de trabajo:
El estudio se realizó en un establecimiento ubicado en el partido de Pehuajó, provincia
de Buenos Aires, Argentina, es una explotación mixta de aproximadamente 600
hectáreas, que cuenta además de bovinos con equinos para las tareas rurales.
Descripción de los casos clínicos:
Caso 1:
El día 5/10/01 se encontró un toro de raza Hereford de dos años de edad con los
siguientes signos clínicos: Cabeza torcida hacia la derecha y andar vacilante, a las 12 hs
de comenzados los signos el animal cae en decúbito esternal. Al obligarlo a levantarse
daba vuelta en círculos; a las 72 hs se encontraba en decúbito lateral con pedaleo e
imposibilidad para incorporarse.
A los 6 días de haber presentado los signos, fue sacrificado.
Datos del Animal:
Raza: Hereford
Edad: 2 años
Condición Corporal: buena
Grado de putrefacción: 0
Necropsia:
-Cavidad abdominal: sin lesiones aparentes.
-Abomaso, rumen: sin lesiones aparentes.
-Intestino: sin lesiones aparentes.
-Hígado: sin lesiones aparentes.
-Senos frontales: contenido acuoso, color grisáceo con olor fétido.
-Bazo y riñón: sin lesión aparente.
Toma de muestra: cabeza entera.
Comentarios: el animal fue alimentado previamente al caso clínico con ensilaje de maíz
y afrechillo de trigo.
La muestra fue enviada al INTA Balcarce para ser analizada.
Resultados obtenidos:
 Informe Histopatología
Descripción microscópica de la muestra
 Sistema nervioso central:
18
 Médula: focos de necrosis y malacia severa. Presencia de neutrófilos y
macrófagos, degeneración axonal y respuesta perivascular a base de linfocitos y
macrófagos.
 Bulbo: focos múltiples de necrosis, infiltrado con macrófagos y escasos
polimorfonucleares. Reacción perivascular severa, edema y hemorragia.
 Protuberancia: marcada reacción perivascular y edema.
 Tálamo:
reacción
linfocitaria
alrededor
de
los
vasos.
Presencia
de
microabscesos.
 Corteza frontal: sin lesiones aparentes.
 Corteza occipital: ligera respuesta linfocitaria en la meninge.
 Cerebelo: sin lesiones aparentes.
 Diagnóstico histopatológico
- Mielitis necrotizante multifocal con respuesta proliferativa.
- Meningitis no supurativa moderada.
 Informe de laboratorio de bacteriología
 Muestra: sistema nervioso central
 Aislamiento: Listeria monocytogenes.
Antibiograma:
-
Sensible:
neomicina,
vancomicina,
ampicilina,
eritromicina,
cefalotina,
ofloxacina, tetraciclina, kanamicina, estreptomicina, gentamicina, penicilina.
-
Resistente: colistina, enrofloxacina, amicacina, bacitracina, fosfomicina,
polimixina, furazolidona, nitrofurantoina.
 Informe laboratorio de virología
 Muestra: sistema nervioso
 Resultados:
Luego de 4 pasajes en cultivos celulares no se observó efecto citopático. La
identificación viral por inmunofluorescencia es esos cultivos resultó negativa a
Herpesvirus Bovino (HVB) y a virus de la Diarrea Viral Bovina (DVB).
Diagnóstico de laboratorio: aislamiento viral negativo a HVB/DVD.
Caso 2:
El día 02/09/04 muere un toro que había presentado signos nerviosos, como
incoordinación, deambular en círculos y caída en decúbito, irritación ocular y
convulsiones tónico-clónicas agónicas.
19
Anteriormente a la muerte cuando el cuadro clínico era avanzado se le administró
oxitetraciclina, no respondiendo al tratamiento.
Otro toro del mismo lote presento signología similar luego que se remitieron las
muestras.
Comentarios: los toros son alimentados en un piquete con silo de maíz (más de 10
Kg/cabeza/día), y grano de maíz.
Toma de muestras: cabeza entera, silo de maíz y concentrado.
Las muestras fueron enviadas al INTA Balcarce para ser analizadas.
Resultados obtenidos:
 Informe laboratorio de virología
 Tipo de muestra: cerebro y ganglio de Gasser.
 Resultado: luego de 4 pasajes en cultivos celulares no se observó efecto
citopático. La posterior identificación viral por inmunofluorescencia de esos
cultivos resulto negativa a Herpesvirus Bovino (HVB) y al virus de la Diarrea
Viral Bovina (DVB).
 Informe laboratorio de bacteriología
 Tipo de muestra: cerebro y silo de maíz (concentrado, comedero piso, batea,
comedero, silo bolsa)
 Resultado: negativo
No se aisló Listeria monocytogenes en ninguna de las muestras procesadas.
 Informe histopatología
 Protuberancia y tálamo: encefalitis severa con presencia de polimorfonucleares
multifocal. Manguitos perivasculares con presencia de bacilos de putrefacción.
 Cerebelo: autólisis muy marcada.
 Restos del SNC: sin lesión.
 Diagnostico histopatológico: encefalitis multifocal severa con formación de
microabscesos.
 Inmunohistoquimica: con secciones formoladas del SNC y parafinadas se
realizó la prueba de Avidin Biotina, con antisuero específico para Listeria
monocytogenes.
 Resultado: positivo
Se observaron lesiones de necrosis licuefactiva con presencia de antígenos de Listeria
monocytogenes dispersos en áreas afectadas.
20
Técnica de Avidin Biotina- antisuero policlonal de conejo. Dilución 1:300.
 Diagnóstico final: encefalitis necrotizante multifocal ocasionada por Listeria
monocytogenes.
Caso 3:
El día 30/07/07 se observan signos nerviosos en un torito menor de 2 años, raza
Hereford, de un lote de toros padres (alrededor de 25 animales), comiendo en un potrero
de campo natural.
El animal se encontró en decúbito lateral con la cabeza flexionada hacia el flanco, al
pararse caminaba en círculo siempre hacia el mismo lado y se caía, no presentaba
ceguera ni estaba disociado del medio. La temperatura corporal era de 39.5 °C.
Fue tratado con Estreptopendiben® (2 ampollas ese día y se repitió los días siguientes).
El día 02/08/07 el animal seguía caído con signos de pedaleo, en muy mal estado y se le
administró nuevamente 2 ampollas de Estreptopendiben®, dexametasona endovenosa y
tiamina.
Al día siguiente el animal muere.
Toma de muestra: cerebro enviado en formol.
La muestra fue enviada al INTA Balcarce para ser analizada.
Resultados obtenidos:
 Informe histopatológico
 S.N.C.
base:
manguitos
perivasculares
con
predominio
de
células
mononucleares, malacia con abundantes macrófagos, linfocitos y focos de
hemorragia. Se observan focos de microabscesos con presencia de
polimorfonucleares y malacia incipiente.
 Corteza: sin lesión.
 Diagnóstico histopatológico: Encefalitis focal mixta severa de probable etiología
bacteriana.
 Informe laboratorio de patología
 Inmunohistoquímica para Listeria monocytogenes:
 Muestra: SNC
 Diagnóstico: positivo
-
Técnica de Avidín Biotina. Antisuero policlonal de conejo. Dilución 1:300.
 Diagnóstico final: encefalitis por Listeria monocytogenes.
21
Tabla 1: Resultados de laboratorio de los casos 1, 2 y 3
Caso
1
Histopatología
●Mielitis
necrotizante
multifocal con
respuesta
inflamatoria.
●Meningitis no
supurativa
moderada
Aislamiento Listeria
Bacteriología
2
3
●Encefalitis
●Encefalitis focal
multifocal severa
mixta severa de
con formación de
probable etiología
microabscesos
bacteriana.
Negativo
monocytogenes
Virología
Negativo a
Negativo a
HVB/DVB
HVB/DVB
Inmunohistoquimica
Positivo
Positivo
RESULTADOS:
En el establecimiento agrícola-ganadero mencionado se recomienda seguir los
siguientes pasos para que no se repita la presentación de casos clínicos producidos por
listeria.
 Los animales afectados deben segregarse.
 Los animales con encefalitis o que han abortado deben aislarse y sus
placentas y fetos destruirse, evitando el contacto con especies
susceptibles.
 No deben introducirse en el rodeo animales recién adquiridos sin un
periodo de cuarentena de acuerdo al curso de esta enfermedad.
 Disminuir en lo posible la cantidad de alimentos ensilados, y en animales
estabulados la ingestión constante de concentraciones de tetraciclinas
durante todo el periodo de engorde a dosis profilácticas.
 Evitar ensilado contaminado por tierra, ensilado podrido, ensilado con
pH superior a 5 ó un contenido en cenizas mayor de 70 mg/kg de materia
seca (MS) o ensilado enmohecido.
22
 No debe utilizarse el ensilaje que está a pocos centímetros del frente,
costados y parte superior de la bolsa y una vez alimentados los animales,
cualquier resto de ensilaje debe ser eliminado.
 Para prevenir el crecimiento de la listeria en los silajes, se aconseja:
 Mantener las condiciones de anaerobiosis mediante una buena compactación y
un correcto sellado.
 Permitir que el material ensilado fermente por lo menos durante dos semanas.
 Ensilar el forraje con un contenido de materia seca comprendida entre el 30 al 40
%.
 Mantener limpio y drenado los alrededores del silo.
 Descartar el desperdicio de la periferia del silo, que mantiene contacto con el
aire (Bragachini et al, 2008).
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES:
En los últimos años la ganadería de nuestro país sufrió cambios importantes en sus
sistemas de producción. Estos se modificaron influenciados por la necesidad de
“liberar” tierra para la agricultura, potenciando la producción de carne en corrales, con
alimentos concentrados como por ejemplo silo de maíz, entre otros. Lo cual ha generado
la aparición de enfermedades que antes no se manifestaban con tanta incidencia entre
las cuales se encuentra la listeriosis.
En el presente trabajo se ha observado que los casos de listeriosis en bovinos se
registraron debido a la alimentación de los animales con silo de maíz; salvo el caso
número 3 en donde el torito menor de 2 años se encontraba comiendo sobre campo
natural en un lote de toros padres, que habían consumido con anterioridad silo de maíz.
Esto nos hace pensar que este caso clínico, se produjo por la contaminación del pasto
con materia fecal de los toros padres que habían consumido con anterioridad ensilaje.
En la bibliografía analizada se describe este tipo de contaminación (Low y Donachie,
1997)
También se ha observado que en los 3 casos clínicos la signología fue nerviosa, siendo
esta la forma clínica de mayor presentación, coincidiendo con la bibliografía (Blood;
Radostitis 1992).
23
La implementación de la técnica de inmunohistoquimica, es muy útil ya que permite
detectar L. monocytogenes en tejidos cerebrales, de animales que presentan signos
nerviosos y lesiones histopatológicas compatibles con L. monocytogenes, y cuyo cultivo
bacteriológico es negativo. Por este motivo es indispensable remitir muestras al
laboratorio, para llegar a un diagnóstico certero y poder implementar a tiempo un
tratamiento adecuado a los animales que presentan signos clínicos y prevenir esta
enfermedad en años futuros con una correcta elaboración y mantenimiento del silaje.
En la revisión bibliográfica se ha planteado la importancia de establecer un tratamiento
a tiempo, debido a la falta de vacunas disponibles en el mercado y a la rápida evolución
de la enfermedad (Blood y Radostitis, 1992).
El tratamiento más adecuado según varios autores (Joklik et al, 1992; Blood y
Radostitis, 1992, Low y Donachie, 1997; Merck, 2000; Blowey y Weaver, 2004;
Rosenberger, 2005; Oteo y Alós, 2006; Campero et al, 2008) es la aplicación de
penicilina a razón de 44000 UI/Kg de peso vivo 2 veces al día durante 7-14 días.
Los profesionales (veterinarios, médicos, etc) deben instruir e informar a la población
en general sobre los riesgos de esta enfermedad, ya que se conoce muy poco sobre la
misma.
En la actualidad es una de las enfermedades bacterianas más importantes, debido a las
pérdidas económicas, al deterioro de los alimentos y a la posible transmisión al hombre
por medio de los alimentos y como zoonosis por contacto directo en los grupos sociales
de riesgo.
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26
27
28
29
30
31
ÍNDICE
Pág.
Introducción
3
Objetivos
4
Revisión bibliográfica
4
Etiología
4
Epidemiología y huéspedes susceptibles
5
Patogenia
7
Signos clínicos
8
Meningoencefalitis
9
Aborto
10
Septicemia
11
Queratoconjuntivitis
11
Mastitis
11
Diagnóstico diferencial
12
Hallazgos de necropsia
12
Diagnóstico
12
Clínico
12
Laboratorio de análisis clínicos
13
Anatomopatológico
13
Histopatológico
13
Identificación del género
13
Inmunohistoquímica
14
Muestras a remitir
14
Riesgo zoonótico
15
Tratamiento
16
Materiales y métodos
18
Área de trabajo
18
Descripción de los casos clínicos
18
Caso 1
18
32
Caso 2
19
Caso 3
21
Tabla 1: Resultados de laboratorio de los casos 1, 2 y 3
22
Resultados
Discusión y conclusiones
Bibliografía
22
23
24
33
INTRODUCCIÓN:
La listeriosis es una enfermedad infecciosa, bacteriana, causada por Listeria
monocytogenes (L. monocytogenes).
El agente causal se puede encontrar en la tierra, polvo, pastos, agua, (Low y Donachie,
1997) alimentos para consumo humano (Hird, 1987) y ensilados para la alimentación
animal (Low y Donachie, 1997).
No deben utilizarse el silo que está a pocos centímetros del frente, costados y parte
superior de la bolsa y una vez alimentados los animales, cualquier resto de ensilaje debe
ser quitado (Low y Donachie, 1997).
La susceptibilidad a la infección ha sido registrada en especies tales como: ovejas,
vacas, cabras, équidos, cerdos, felinos, perros, animales silvestres, aves, peces,
crustáceos, garrapatas (Conigliaro, 1996) e inclusive el hombre (Blood y Radostitis,
1992).
Al ser la listeriosis una zoonosis, trasmitida principalmente por los alimentos, se deben
tomar ciertas medidas por parte del consumidor para prevenirla: una buena higiene, aseo
personal, almacenamiento correcto y adecuada cocción; evitar la contaminación
cruzada, el consumo de leche cruda (no pasteurizada) o alimentos elaborados con leche
cruda (Hird, 1987; Golden et al, 1995).
Esta enfermedad infecciosa es de aparición esporádica, produciéndose con mayor
frecuencia en invierno y principios de primavera (Jubb et al, 1984; Low y Donachie,
1997). Se manifiesta generalmente con meningoencefalitis en los animales adultos esta
es la forma de presentación más común, siendo el hallazgo patognomónico la formación
de microabscesos en el cerebro; en animales jóvenes y especies monogástricas se
manifiesta con septicemia, necrosis hepática focal, abortos, partos prematuros o con
fetos muertos, así como también por mastitis y conjuntivitis (Blood y Radostitis, 1992;
Campero et al, 2008).
Los signos clínicos de la infección son consecuencia de las lesiones en el tallo cerebral
y a pesar de que cada caso en particular varía, los signos más comunes incluyen:
confusión mental, depresión y empuje de objetos fijos. Los animales enfermos están
embotados, a veces, hasta llegar a la somnolencia, y se separan del resto del grupo. Es
característica la desviación de la cabeza hacia uno u otro lado sin rotación de la misma,
cuando el animal se traslada lo hace en círculos, de donde se denomina a esta
34
enfermedad “la enfermedad en círculos”, también se observa caída de oreja, párpado y
labio del lado afectado entre otras. (Blood y Radostitis, 1992).
Las mujeres embarazadas son especialmente propensas a sufrir bacteriemia por L.
monocytogenes, es poco frecuente el desenlace fatal en la madre, pero puede producir
aborto o el nacimiento de un niño con el cuadro clínico denominado granulomatosis
infantiséptica (Oteo y Alós, 2006; Ramírez, 2006).
En la actualidad es una de las enfermedades bacterianas más importantes, debido a las
pérdidas económicas, al deterioro de los alimentos y la posible transmisión al hombre
por medio de los alimentos conservados refrigerados, donde la bacteria es capaz de
multiplicarse (Souzan y Marth, 1988).
OBJETIVOS:
1- Efectuar una revisión bibliográfica sobre la implicancia de listeriosis en el ganado
bovino, advertir el riesgo zoonótico de esta enfermedad tanto a veterinarios como a la
población en general y proporcionar medidas para prevenirla.
2- Descripción de tres casos clínicos de listeriosis en bovinos, ocurridos en un
Establecimiento Agropecuario ubicado en el partido de Pehuajó, provincia de Buenos
Aires en los años 2001, 2004, 2007.
Lugar de residencia: veterinaria Fuerte Sancti Spiritu, San Carlos de Bolívar, provincia
de Buenos Aires, Argentina.
Periodo de residencia: desde el 1ero septiembre al 1ero de diciembre del año 2008.
RESEÑA BIBLIOGRÁFICA
Etiología:
Listeria monocytogenes es una bacteria que está incluida dentro de los bacilos
grampositivos no esporógenos (Conigliaro, 1996).
Es un pequeño bacilo 1 a 2 µm de largo por 0,5 µm de grosor (Blood y Radostitis,
1992), son corineiformes, no ramificados, presentan movilidad por 1 a 5 flagelos
peritricos (Oteo y Alós, 2006) que se expresan en mayor número cuando la incubación
se hace a temperatura ambiente 20-25 °C. (Leardini, 1996). Es un parásito facultativo
del sistema reticuloendotelial, crece en condiciones aeróbicas y es anaerobio facultativo,
este bacilo es β hemolítico en agar sangre y puede desarrollar en un rango de
35
temperaturas que oscila entre 3 °C a 45 °C con un pH entre 6 y 9 (Acha y Szyfres,
2003). Para su desarrollo es óptima una atmósfera microaerófila 5-10% CO2,
(Conigliaro, 1996; Rosenberger, 2005), también presenta oligotrofia (crecimiento en un
medio pobre en nutrientes). Listeria monocytogenes encuentra un ambiente ideal en los
bordes mal fermentados y sucios con tierra de ensilajes de maíz, pero también en pastos
sucios, centeno, avena, leguminosas, pero no en el silo de hojas de remolacha.
(Rosenberger, 2005).
Listeria monocytogenes era la única especie dentro del género, pero en la actualidad
además de L. monocytogenes se incluyen 5 especies al género: L. ivanovii, L. innocua,
L. welshimeri y L. seeligeri las cuales son reconocidas en forma individual, L. grayi y L.
murrayi deberían considerarse una sola especie y referirse a las mismas como L. grayi.
(Acha y Szyfres, 2003).
De los 6 serotipos conocidos (con 17 subtipos), en el bovino se encuentran
generalmente Listeria monocytogenes serovar 1/2a o 4b; las cepas patógenas son β
hemolíticas (Rosenberger, 2005).
La denominación de listeria refiere el reconocimiento a los importantes aportes de
Joseph Lister a la medicina moderna. De todas ellas sólo se reconoce como patogénicas
para el humano y los animales a la Listeria monocytogenes, las restantes no son
patógenas para el hombre, pero pueden ser aisladas de alimentos o del contenido
intestinal, L. ivanovii a veces produce abortos en los animales, y ocasionalmente ha sido
responsable de enfermedad en los humanos (Leardini 1996).
Epidemiología y huéspedes susceptibles:
L. monocytogenes alcanza difusión mundial y prefiere los climas templados. El tracto
intestinal del hombre y los animales parece representar el reservorio principal (Campero
et al, 2008).
La susceptibilidad a la infección ha sido registrada en especies tales como: ovejas,
vacas, cabras, équidos, cerdos, felinos, perros, animales silvestres, aves, peces,
crustáceos, garrapatas (Conigliaro, 1996) e inclusive el hombre (Blood y Radostitis,
1992). La intervención de vectores en la transmisión puede ser posible, diseminando la
enfermedad en el ganado, ya que la bacteria se aisló de garrapatas y tábanos (Souzan y
Marth, 1988). El material infectado deriva de los animales enfermos y se encuentra en
heces, orina, fetos abortados, secreciones uterinas y leche (Laciar et al, 1991; Blood y
36
Radostitis, 1992). Las aves, tanto de corral como las silvestres, han cobrado gran
importancia a nivel epidemiológico, ya que las mismas por medio de sus deyecciones
pueden contaminar el agua de bebederos y alimentos (Fenlon, 1985). No existe
especificidad de huésped propiamente dicha y es típica la ausencia de signos en los
seres que albergan la bacteria en su intestino (Campero et al, 2008).
El germen es muy abundante en el medio externo (aguas residuales, plantas, ensilados,
suelo) a causa de su contaminación por las deyecciones. Si las condiciones son propicias
(clima, suelo), las listerias sobreviven en el ambiente y en las plantas durante mucho
tiempo y es probable que incluso se multipliquen allí. De ahí procede la hipótesis que
considera a L. monocytogenes como un germen saprófito con poder patógeno
oportunista. En la epidemiología es decisiva la propiedad que tienen las listerias de
crecer en las porciones de ensilado mal acidificadas (maíz, hierbas, cereales), (Blood y
Radostitis, 1992; Campero et al, 2008).
Los microorganismos son viables hasta tres meses en las heces de ovinos, 11 meses y
medio en suelos húmedos, hasta 16 meses y medio en heces de bovinos, 207 días sobre
paja seca y más de dos años en suelos secos. (Rebhun, 1987; Blood y Radostitis, 1992).
Se ha propuesto que hay varios agentes predisponentes que disminuyen la resistencia
del animal y, por tanto facilitan el ataque. El precursor más frecuente de los brotes es la
alimentación con ensilado, (Blood y Radostitis, 1992) esta asociación se atribuye en
gran medida al alto número de bacterias presentes en el ensilaje, que pueden contener
más de 1 x 107 u.f.c./kg de L. monocytogenes (Low y Renton, 1985).
El hecho que ocurra tanto aumento en la severidad, como en el número de brotes de
listeriosis, puede explicarse mediante la creciente popularidad del ensilaje y su
extensivo uso como alimentación de los rumiantes (Fenlon, 1985; Caro et al, 1990; Low
y Donachie, 1997). Otras circunstancias que se cree contribuyen a la alta incidencia son
los cambios repentinos del clima, hacia muy frío y húmedo, y a los largos periodos de
inundación, que dificultan el acceso a los pastizales (Blood y Radostitis, 1992).
Esta enfermedad posee una importancia especial en Nueva Zelanda, Estados Unidos,
Europa, Reino Unido y Australia. Las pérdidas debidas a está enfermedad por aborto y
por meningoencefalitis ha aumentado, según informes de años recientes (Blood y
Radostitis, 1992).
Los veterinarios deben tener máximo cuidado cuando manipulan materiales abortados.
No obstante, y a pesar de la importancia de la listeriosis como zoonosis, es raro que se
observe relación entre los animales infectados y los humanos. Aparece con mayor
37
frecuencia después de beber leche fresca contaminada (Blood y Radostitis, 1992).
La incidencia anual por 100.000 habitantes puede variar del 0.3 % al 0.8 % y alcanzar
un 5 % durante algunos brotes epidémicos (Oteo y Alós, 2006).
Patogenia:
Son tres las formas de presentación más importantes de la enfermedad. La forma
septicémica que se manifiesta por la presencia de abscesos en hígado, bazo y otras
vísceras en bovinos jóvenes. La forma que lleva al aborto, metritis y retención de
secundinas, y la forma meningoencefalítica, observada más frecuentemente en bovinos
adultos no gestantes, siendo ésta la forma de presentación más común. (Blood y
Radostitis, 1992; Campero et al, 2008).
La metritis tiene poco o ningún efecto sobre la capacidad reproductora subsiguiente; sin
embargo, las listerias pueden ser excretadas durante un mes o más a través de la vagina
y de la leche. (Merck, 2000).
En la enfermedad natural solamente se observa una forma clínica, la visceral o
meningoencefalítica en un grupo determinado de animales y sólo excepcionalmente las
dos formas unidas en un mismo brote, aunque se registra la aparición doble. En la forma
nerviosa que suele atacar al 10 % del rebaño en el transcurso de algunas semanas, se
encuentra el microorganismo solamente en el cerebro y se supone que alcanzan las
ramas periféricas del nervio trigémino a través de heridas de la mucosa bucal, o más
probablemente mediante la exposición de las terminales del nervio, que se hacen
posibles cuando están mudando los dientes o penetrando en la mucosa. La localización
peculiar de la infección en tallo encefálico, en casos de meningoencefalitis, es a menudo
unilateral y explica los signos de localización de parálisis facial y ambulación en
círculo, las lesiones pueden ser bilaterales produciendo una parálisis facial bilateral y
parálisis de la mandíbula. La propagación de la infección a lo largo del nervio óptico
puede producir endoftalmitis (Merck, 2000; Campero et al, 2008).
La queratoconjuntivitis por listeria puede ser no sólo un signo parcial de encefalitis o de
sepsis, sino que aparece en forma independiente, por contacto directo de córnea o
conjuntiva con el ensilaje contaminado (Rosenberger, 2005).
La ingestión del microorganismo, con penetración de la mucosa del intestino,
probablemente produce infección subclínica con excreción fecal prolongada del
microorganismo, que aparece en una alta proporción de los animales infectados, o
bacteriemia con localización en diversos órganos, o por último septicemia mortal. El
38
útero grávido es muy susceptible a la infección, que si es precoz produce aborto y si es
tardío la muerte del feto, o nacimiento de crías en las que se produce rápidamente
septicemia mortal. La metritis materna es constante, y si hay retención fetal se puede
producir septicemia mortal por listeriosis. El feto se infecta vía circulación materna y
del líquido amniótico (Campero et al, 2008). Los abortos por listeria representan
regionalmente el 1 a 2 % de todos los abortos, afectando sobre todo a vaquillonas entre
el 6to a 9no mes de gestación y probablemente se deban a la sepsis de la madre. Por lo
general el agente es L. monocytogenes pero a veces también se encuentra L. ivanovii.
Es muy poco frecuente la mastitis a listeria, probablemente se deba a la introducción
galactogénica del agente, pero a veces también al aborto o sepsis con L. monocytogenes.
En los bovinos la listeriosis muchas veces se presenta 10 días a 3 semanas después de la
apertura de un silo nuevo o de uno viejo abierto hace mucho tiempo; generalmente
enferman de manera individual pero en el curso de la semana lo hacen
consecutivamente varios animales (Rosenberger, 2005).
La naturaleza, estructura y funciones biológicas de muchos de los determinantes de
virulencia para L. monocytogenes han sido recientemente esclarecidos (Low y
Donachie, 1997).
Resulta crucial para la virulencia del microorganismo, su habilidad para escapar de la
muerte intracelular dentro de la célula, mediante la lisis de la membrana fagosomal y
escapar al citoplasma (Joklik et al, 1992; Low y Donachie, 1997).
La Listeria monocytogenes produce una toxina citolítica y hemolítica, llamada
listeriolisina O, que actúa como importante factor de virulencia. Se trata de una proteína
de 52 KD que se excreta a pH bajo y baja concentración de hierro, condiciones
presentes en el interior del fagolisosoma, cuando es fagocitado, el microorganismo
empieza a fabricar la listeriolisina, que se fija al colesterol y rompe la membrana del
fagolisosoma. Este puede ser el principal factor que favorece su supervivencia
intracelular, una de las características patogénicas más definitorias de L. monocytogenes
(Oteo y Alós, 2006).
Signos clínicos:
Como sería lógico esperar, se encuentran las formas meningoencefálica y visceral
(principalmente, aborto o septicemia neonatal) en diferentes brotes de la enfermedad y
sólo ocasionalmente las dos formas unidas en un mismo brote, aunque se registra la
aparición doble. La forma encefálica es la más frecuente (Blood y Radostitis 1992).
39
Meningoencefalitis:
La meningoencefalitis es la forma más reconocida en rumiantes, pudiendo afectar a
animales de cualquier sexo y edad (preferentemente adultos) en general no se presenta
antes que el rumen sea funcional; puede presentarse como una epidemia en el ganado
bovino u ovino mantenidos en corrales de engorde (Jubb et al, 1984; Merck, 2000).
En ovinos y caprinos la enfermedad tiene un curso sobreagudo y la muerte puede
aparecer a las 24 a 48 hs de la aparición de los signos (Merck, 2000). La mortalidad
puede alcanzar entre 3 % a más del 30 % de los animales. (Blood y Radostitis, 1992).
La tasa de recuperación puede ser de hasta 30 % de los afectados (Merck, 2000). En los
bovinos, la encefalitis listérica es de un curso más crónico y los animales sobreviven de
4 a 14 días, resultando afectados no más de un 8 a un 10%; por lo general sólo enferma
un animal. (Acha y Szyfres, 2003; Blood y Radostitis, 1992). En los bovinos la tasa de
recuperación alcanza el 50 % de los afectados (Merck, 2000). En esta forma de
presentación, la infección llega al sistema nervioso central vía el nervio trigémino,
siendo la puerta de entrada la cavidad oral a través de abrasiones o erupciones dentarias,
cavidad nasal o vía conjuntival (Blood y Radostitis, 1992; Scott, 1993; Low y
Donachie, 1997).
Los signos clínicos de la infección son consecuencia de las lesiones en el tallo cerebral
y a pesar de que cada caso en particular varía, los signos más comunes incluyen:
confusión mental, depresión y empuje de objetos fijos. Los animales enfermos están
embotados, a veces hasta llegar a la somnolencia, y se separan del resto del grupo
(Blood y Radostitis, 1992). Es característica la desviación de la cabeza hacia un lado sin
rotación de la misma, cuando ese animal se traslada, lo hace en círculos, es por ello que
se denomina a esta enfermedad “la enfermedad en círculos” (Jubb et al, 1984; Blood y
Radostitis, 1992; Merck, 2000; Campero et al, 2008). El animal no puede corregir
activamente la desviación de la cabeza, y si se corrige de forma pasiva, ésta regresa a su
posición inicial tan pronto como se deja de ejercer presión sobre la misma (Campero et
al, 2008).
A menudo se desarrolla parálisis facial que provoca caída de la oreja, párpado y labios
del lado afectado, y el animal se babea debido a la parálisis faríngea parcial, quedando
el alimento compactado sobre los carrillos, junto con una disminución de la respuesta de
amenaza (Jubb et al, 1984; Merck, 2000).
Puede acompañarse de una queratitis de exposición, a menudo lo suficientemente grave
como para causar ulceración corneal. En algunos casos, también puede producirse
40
estrabismo y nistagmo. Según el estado de infección, la temperatura rectal puede ser
normal o elevada (Blood y Radostitis, 1992; Blowey y Weaver, 2004).
En ovinos y bovinos jóvenes, el decúbito y muerte ocurren dentro de los 2 o 3 días, pero
en bovinos adultos el curso de la enfermedad suele prolongarse 1 o 2 semanas (Jubb et
al, 1984; Blood y Radostitis, 1992). La muerte suele ser debida a un fallo respiratorio
(Blood y Radostitis, 1992).
La encefalitis por listeria puede reaparecer en las mismas instalaciones en años
sucesivos (Merck, 2000).
Aborto:
Se observan casos esporádicos de abortos en bovinos producidos por L. monocytogenes,
este microorganismo puede también provocar brotes de aborto en bovinos, ovinos y
caprinos. Se registra excepcionalmente en cerdos (Rosenberger, 2005). En bovinos no es
raro comprobar expulsión de fetos muertos o abortos hacia el mes de gestación o, más
tarde con retención frecuente de secundinas (Acha y Szyfres, 2003) y ausencia de
meningoencefalitis clínica, aunque se observa un cuadro patológico acompañado de
fiebre hasta 40.5 °C, y se identifica a L. monocytogenes en el estómago fetal
(Rosenberger, 2005).
L. monocytogenes necesita aproximadamente 6 días para atravesar la placenta y
ocasionar el aborto (Campero et al, 1986). Cuando la infección uterina se desarrolla, la
placenta y feto son invadidos vía hematógena por el microorganismo y el feto muere
como consecuencia de una septicemia (Jubb et al, 1984; Campero et al, 1986). Los
focos necróticos en hígado de fetos abortados en casos naturales avalarían esta hipótesis
(Campero et al, 1986).
El feto es expulsado aproximadamente 5 días post-mortem (Jubb et al, 1984; Acha y
Szyfres, 2003).
Durante este tiempo las alteraciones autolíticas se enmascaran tras otras lesiones menos
intensas producidas por el microorganismo (Jubb et al, 1984; Campero et al, 1986). La
autólisis fetal fue citada por varios autores ya sea de casos naturales, como en
reproducciones experimentales (Campero et al, 1986). En ocasiones suele observarse
momificación fetal (Jubb et al, 1984). Las lesiones placentarias ocasionarían una caída
de la progesterona elaborada por el trofoblasto, provocando un aumento de la
producción de la PGF2 y desencadenando el mecanismo de expulsión fetal (Campero
et al, 1986). Las lesiones en la placenta consisten en pequeños focos necróticos
41
amarillentos, que involucran las extremidades de las vellosidades cotiledonarias, las
cuales aparecen cubiertas por un exudado purulento, en el que están presentes las
bacterias (Jubb et al, 1984). Las lesiones macroscópicas de los fetos abortados consisten
en pequeños focos necróticos miliares ocasionalmente visibles en hígado y bazo, (Jubb
et al, 1984; Blood y Radostitis, 1992; Acha y Szyfres, 2003) y erosiones leves del
abomaso y meconio amarillo-anaranjado (Blood y Radostitis, 1992).
Septicemia:
Clínicamente manifiesta suele afectar a terneros de 2 semanas de edad, ocasionalmente
mayores o animales adultos. En los primeros hay debilidad general acompañada de
fiebre; a veces hay opacidad de la córnea, iritis, disnea y/u opistótonos; estos casos
suelen ser fatales dentro de las 12 hs (Rosenberger, 2005).
Se observa también el mismo síndrome en ovejas y cabras después del aborto, en caso
de retención del feto (Blood y Radostitis, 1992).
En cambio, los animales adultos muestran una diarrea líquida y maloliente. Pueden
morir varios animales en rápida secuencia (Rosenberger, 2005).
Queratoconjuntivitis:
Ocurre en forma mecánica durante la encefalitis y en forma bilateral por vía
hematógena con iritis u oftalmía durante la sepsis. Además la queratoconjuntivitis por
listeria también se observa como enfermedad independiente, se produce cuando los
animales reciben ensilaje en comederos altos y el mismo cae sobre los ojos. Esta
conjuntivitis se caracteriza por epífora uni o bilateral, fotofobia, coloración azulada de
la córnea y “arrugado” del iris; más tarde se desarrollan manchas blancas o amarillentas
sobre córnea, llegándose a veces a hipopión, queratocono o panoftalmía (Rosenberger,
2005).
Mastitis:
La mastitis puede ser aguda o crónica y muchas veces es resistente a la terapia. En
algunas oportunidades L. monocytogenes es excretada por ubre (Rosenberger, 2005).
La eliminación del agente por leche es prolongada y puede tener repercusiones en la
salud pública, porque la pasteurización no ofrece todas las garantías si el recuento de
viables de esta bacteria es alto antes del tratamiento térmico (Acha y Szyfres, 2003).
42
Diagnóstico diferencial:
Meningoencefalitis:
Se puede confundir con la forma nerviosa de Histophilus somni, polioencefalomalacia,
Herpesvirus Bovino, envenenamiento por plomo (Merck, 2000) rabia (Blood y
Radostitis, 1992; Blowey y Weaver, 2004; Rosenberger, 2005)
Aborto:
Debe diferenciarse de brucelosis, leptospirosis, campylobacteriosis y otros abortos
infecciosos (Blood y Radostitis, 1992).
Hallazgos de necropsia:
Macroscópicamente en la encefalitis sólo se observa congestión de las meninges y leve
aumento del líquido cefalorraquídeo, (Rosenberger, 2005; Campero et al, 2008) de color
turbio lo que advierte congestión de vasos meníngeos. Es posible comprobar además en
algunos animales panoftalmitis. En terneros se comprobó necrosis focales múltiples,
especialmente en el hígado, más raro en bazo, pulmones y riñones, con frecuencia
también abomasitis y enteritis hemorrágicas; además suele haber trombos en las
válvulas cardíacas o líquido pericárdico sanguinolento (Campero et al, 2008).
En el aborto el feto está moderada o claramente autolítico, su hígado con frecuencia
tiene focos miliares de necrosis y la mucosa del cuajar pequeñas erosiones; la madre
presenta placentitis y metritis. En la septicemia se manifiesta por abomasoenteritis
mucofibrinosa hasta hemorrágica y múltiples abscesos miliares en órganos internos,
especialmente hígado, así como polisinovitis (y meningitis) serofibrinosa y a veces
oftalmía (Rosenberger, 2005).
Diagnóstico:
Clínico:
En la encefalitis listérica el cuadro clínico y el examen del ensilaje orientan la sospecha
hacia esta enfermedad. Hay que considerar que no todas las infecciones con listeria en
el bovino son causadas por consumo de silo (Rosenberger, 2005).
Si bien los signos clínicos de las distintas formas de listeriosis pueden orientar al
clínico, el diagnóstico definitivo deberá realizarse en el laboratorio, (Blood y Radostitis,
1992; Acha y Szyfres, 2003) mediante el cultivo del microorganismo, detección de una
respuesta inmune específica o, en la forma encefalítica de la enfermedad, sólo mediante
43
la demostración de lesiones histológicas patognomónicas (Low y Donachie, 1997).
Laboratorio de análisis clínicos:
El examen del líquido cefalorraquídeo (LCR) en busca de células inflamatorias y de la
presencia de bacterias, constituye una parte esencial del examen de un caso sospechoso.
El LCR suele contener un número mayor de leucocitos, que en su mayor parte son
células mononucleares o linfocitos (Campero et al, 2008).
Anatomopatológico:
Casi no se encuentran hallazgos macroscópicos característicos en la listeriosis luego de
la muerte. Puede observarse un aumento de la cantidad de LCR, y éste ser turbio lo que
advierte congestión de vasos meníngeos. Es posible comprobar además en algunos
animales panoftalmitis. En terneros se comprobó necrosis focales múltiples,
especialmente en el hígado, más raro en bazo, pulmones y riñones, con frecuencia
también abomaso-enteritis hemorrágicas; además suele haber trombos en las válvulas
cardíacas o líquido pericárdico sanguinolento (Campero et al, 2008).
Histopatológico:
Es indispensable el examen histológico del tejido cerebral para poner de manifiesto la
presencia de microabscesos (figura N° 1) característicos de la enfermedad. También la
realización de la técnica de inmunohistoquímica (Campero et al, 2008).
Figura N° 1: Microabscesos en tejido cerebral
Identificación del género:
La observación en la tinción de Gram de bacilos gram-positivos, con identificación
bioquímica: catalasa positivos, producción de ácido de la D-glucosa, hidrólisis de la
esculina, reacciones positivas de Voges-Proskauer y del Rojo de Metilo y movilidad
44
positiva a 22 ºC, debe considerarse que es una bacteria perteneciente al género Listeria.
Debido a que comparten algunas características con otros géneros bacterianos grampositivos, se debe establecer el diagnóstico diferencial con algunos de ellos. Del género
Streptococcus puede diferenciarse por la tinción de Gram (bacilo gram-positivo), la
movilidad (móvil), la prueba de la catalasa (positiva) y la sensibilidad a la gentamicina
(sensible). De Erysipelothrix rhusiopathiae puede diferenciarse por el crecimiento a 4
°C (crece), la prueba de la catalasa (positiva), la movilidad (móvil) y la sensibilidad a la
vancomicina (sensible). De las corinebacterias móviles, por la hidrólisis de la urea
(negativa), la reacción de Voges-Proskauer (positiva) y por la producción de ácido de la
D-glucosa en condiciones estrictamente aeróbicas (positiva) (Oteo y Alós, 2006).
Inmunohistoquímica:
Se requiere la presencia del antígeno preservado en el material a analizar, pudiendo éste
consistir en cortes de tejido, improntas, extendidos y material citológico entre otros
(Jorge et al, 2004).
La utilización de anticuerpos marcados con fluoresceína constituye un método rápido y
eficiente para detectar la presencia de antígenos y poder así confirmar los cuadros de
encefalitis a L. monocytogenes (figura N° 2) (Conigliaro, 1996).
Figura N° 2: L. monocytogenes por inmunofluorescencia
Muestras a remitir:
Meningoencefalitis: cerebro, médula espinal y líquido cefalorraquídeo (Campero et al,
2008).
Aborto: del feto: (hígado, contenido del abomaso, pulmón, meconio), de la madre:
(placentomas/secundinas, líquidos fetales o loquios).
Septicemia: muestras tisulares de los órganos afectados (hígado, pulmones, riñones,
45
bazo), o sangre de los animales vivos.
Queratoconjuntivitis: hisopados de conjuntiva.
Mastitis: leche (Rosenberger, 2005).
Silo: tomar muestra de uno o dos lugares del silo utilizado como alimento para el
ganado y enviar al laboratorio de bacteriología para realizar el aislamiento (Nicolet,
1985).
Riesgo zoonótico:
El grupo más afectado es el de los recién nacidos que constituyen el 50 % de los casos
en Francia y el 39 % en los Estados Unidos, y luego el de mayores de 50 años. La
enfermedad es muy rara entre el primer mes y los 18 años. Según datos de dos clínicas
obstétricas de Alemania, la infección listérica fue causa de 0.15 a 2 % de la muerte
perinatal. El aborto listérico en la mujer puede producirse en la segunda mitad del
embarazo (Acha y Szyfres, 2003).
Las mujeres embarazadas son especialmente propensas a sufrir bacteriemia por L.
monocytogenes, representando hasta la tercera parte de los casos descriptos. Suele
producirse en el tercer trimestre del embarazo y causar un cuadro pseudogripal de
evolución favorable. Es muy poco frecuente el desenlace fatal de la madre, pero si no se
instaura un tratamiento adecuado se puede producir una amnionitis e infección fetal. La
infección fetal puede ser causa de aborto, nacimiento de un niño muerto o parto
prematuro de un neonato infectado con el cuadro clínico denominado granulomatosis
infantiséptica. Este proceso se caracteriza por la formación de abscesos o
granulomatomas diseminados en órganos internos como hígado, pulmón, bazo, riñón y
cerebro. Las manifestaciones sólo se producen cuando la infección se ha adquirido
intraútero, a través de la placenta, y tiene muy mala evolución, con una mortalidad
cercana al 100 % (Oteo y Alós, 2006; Ramírez, 2006).
Listeria monocytogenes es la única de las especies del género Listeria que tiene
importancia como patógeno para el hombre, es una bacteria patógena oportunista, que
ataca en especial individuos inmunocomprometidos como:
 Embarazadas, en los que puede provocar abortos o nacimientos prematuros de
niños septicémicos.
 Recién nacidos, con septicemia y/o meningitis.
 Pacientes inmunocomprometidos, con cáncer, trasplantes de órganos, SIDA,
46
tratamientos con glucocorticoides, diabetes, etc.
 Personas adultas, con formas clínicas de septicemia y meningitis o
meningoencefalitis (Joklik et al, 1992; Low y Donachie, 1997; Acha y Szyfres,
2003).
 Trabajadores rurales y veterinarios, puede provocar abortos, septicemia,
meningitis o meningoencefalitis y exantema popular en los brazos (figura N° 3)
(Cain y McCann, 1986; Manzullo, 1990; McLauchlin y Low, 1994; Merck,
2000).
Figura N° 3: Exantema papular por listeria
Al ser la listeriosis además de una zoonosis, una enfermedad trasmitida por los
alimentos, se deben tomar ciertas medidas por parte del consumidor para prevenirla: una
buena higiene, aseo personal, almacenamiento correcto y adecuada cocción; evitar la
contaminación cruzada, el consumo de leche cruda (no pasteurizada) o alimentos
elaborados con leche cruda (Hird, 1987; Golden et al, 1995).
Tratamiento:
Para el tratamiento de la enfermedad los antibióticos recomendados son:
clortetraciclina, penicilina y ampicilina. Dada la escasa permeabilidad de la barrera
hematoencefálica, se deben usar altas dosis de antibióticos durante varios días (Campero
et al, 2008).
Listeria monocytogenes es sensible a la penicilina (es el fármaco de elección), ceftiofur,
eritromicina y trimetroprin/sulfonamida. Se debe administrar penicilina G a 44.000
UI/Kg de peso corporal, por vía intramuscular diariamente durante 1 a 2 semanas; la
primera dosis intramuscular debería acompañarse de la misma dosis administrada por
vía intravenosa. El tratamiento de apoyo, administración de líquidos y electrolitos
47
(Blood y Radostitis, 1992; Merck, 2000; Rosenberger, 2005).
La aplicación intravenosa de clortetraciclina, en dosis de 10 mg por Kg de peso corporal
durante 5 días, suele ser eficaz en la meningoencefalitis de los bovinos y menos en las
ovejas. Se han utilizado también y con buen éxito en la forma septicémica en los
corderos, el cloranfenicol y una combinación de estreptomicina y penicilina (0.25 g y
0.3 millones de UI respectivamente), y corrigiendo los desequilibrios electrolíticos
(Blood y Radostitis, 1992). En las pérdidas moderadas a intensas de saliva y para
equilibrar también la acidosis se suministra vía oral 25-50 g o 50-100 g de bicarbonato
de sodio/100 Kg de peso corporal en 2-4 o 4-8 litros de agua; transfusión de líquido
ruminal. En caso de daño muscular por esfuerzo está indicada la aplicación parenteral
de selenio- vitamina E. (Rosenberger, 2005).
La queratoconjuntivitis por el ensilaje no siempre responde al tratamiento local habitual,
(instilación repetida de antibióticos y corticoides en pomadas oftálmicas) (Rosenberger,
2005).
Se recomienda realizar terapia de apoyo con antiinflamatorios no esteroideos (AINEs)
(Megluminato de Flunixina) (Campero et al, 2008).
Los índices de recuperación dependen en gran medida de la rapidez con que se instaure
el tratamiento. Si ya son evidentes signos clínicos graves, generalmente, sobreviene la
muerte a pesar del tratamiento (Blood y Radostitis, 1992; Rosenberger, 2005; Campero
et al, 2008).
La administración parenteral de penicilina en el momento del nacimiento puede reducir
el número de muertes por septicemia neonatal (Blowey y Weaver, 2004).
Hasta la fecha han fracasado la mayor parte de las tentativas para hacer una vacuna con
gérmenes muertos, aunque se han practicado ensayos de campo con bacterina muerta
que parece disminuir la incidencia de la enfermedad en rebaños de ovejas. Se encuentra
en investigación también como agentes inmunizantes las bacterias atenuadas. Por este
motivo es importante establecer un tratamiento a tiempo, debido a la falta de vacunas
disponibles en el mercado y a la rápida evolución de la enfermedad (Blood y Radostitis,
1992).
En el tratamiento de la listeriosis humana, se considera que la primera elección
terapéutica es la penicilina o la ampicilina, solas o asociadas a gentamicina (Joklik et al,
1992; Low y Donachie, 1997; Oteo y Alós, 2006).
La combinación trimetroprin + sulfas se ha utilizado con éxito en pacientes alérgicos a
las penicilinas (Oteo y Alós, 2006).
48
MATERIALES Y MÉTODOS:
Área de trabajo:
El estudio se realizó en un establecimiento ubicado en el partido de Pehuajó, provincia
de Buenos Aires, Argentina, es una explotación mixta de aproximadamente 600
hectáreas, que cuenta además de bovinos con equinos para las tareas rurales.
Descripción de los casos clínicos:
Caso 1:
El día 5/10/01 se encontró un toro de raza Hereford de dos años de edad con los
siguientes signos clínicos: Cabeza torcida hacia la derecha y andar vacilante, a las 12 hs
de comenzados los signos el animal cae en decúbito esternal. Al obligarlo a levantarse
daba vuelta en círculos; a las 72 hs se encontraba en decúbito lateral con pedaleo e
imposibilidad para incorporarse.
A los 6 días de haber presentado los signos, fue sacrificado.
Datos del Animal:
Raza: Hereford
Edad: 2 años
Condición Corporal: buena
Grado de putrefacción: 0
Necropsia:
-Cavidad abdominal: sin lesiones aparentes.
-Abomaso, rumen: sin lesiones aparentes.
-Intestino: sin lesiones aparentes.
-Hígado: sin lesiones aparentes.
-Senos frontales: contenido acuoso, color grisáceo con olor fétido.
-Bazo y riñón: sin lesión aparente.
Toma de muestra: cabeza entera.
Comentarios: el animal fue alimentado previamente al caso clínico con ensilaje de maíz
y afrechillo de trigo.
La muestra fue enviada al INTA Balcarce para ser analizada.
Resultados obtenidos:
 Informe Histopatología
Descripción microscópica de la muestra
 Sistema nervioso central:
49
 Médula: focos de necrosis y malacia severa. Presencia de neutrófilos y
macrófagos, degeneración axonal y respuesta perivascular a base de linfocitos y
macrófagos.
 Bulbo: focos múltiples de necrosis, infiltrado con macrófagos y escasos
polimorfonucleares. Reacción perivascular severa, edema y hemorragia.
 Protuberancia: marcada reacción perivascular y edema.
 Tálamo:
reacción
linfocitaria
alrededor
de
los
vasos.
Presencia
de
microabscesos.
 Corteza frontal: sin lesiones aparentes.
 Corteza occipital: ligera respuesta linfocitaria en la meninge.
 Cerebelo: sin lesiones aparentes.
 Diagnóstico histopatológico
- Mielitis necrotizante multifocal con respuesta proliferativa.
- Meningitis no supurativa moderada.
 Informe de laboratorio de bacteriología
 Muestra: sistema nervioso central
 Aislamiento: Listeria monocytogenes.
Antibiograma:
-
Sensible:
neomicina,
vancomicina,
ampicilina,
eritromicina,
cefalotina,
ofloxacina, tetraciclina, kanamicina, estreptomicina, gentamicina, penicilina.
-
Resistente: colistina, enrofloxacina, amicacina, bacitracina, fosfomicina,
polimixina, furazolidona, nitrofurantoina.
 Informe laboratorio de virología
 Muestra: sistema nervioso
 Resultados:
Luego de 4 pasajes en cultivos celulares no se observó efecto citopático. La
identificación viral por inmunofluorescencia es esos cultivos resultó negativa a
Herpesvirus Bovino (HVB) y a virus de la Diarrea Viral Bovina (DVB).
Diagnóstico de laboratorio: aislamiento viral negativo a HVB/DVD.
Caso 2:
El día 02/09/04 muere un toro que había presentado signos nerviosos, como
incoordinación, deambular en círculos y caída en decúbito, irritación ocular y
convulsiones tónico-clónicas agónicas.
50
Anteriormente a la muerte cuando el cuadro clínico era avanzado se le administró
oxitetraciclina, no respondiendo al tratamiento.
Otro toro del mismo lote presento signología similar luego que se remitieron las
muestras.
Comentarios: los toros son alimentados en un piquete con silo de maíz (más de 10
Kg/cabeza/día), y grano de maíz.
Toma de muestras: cabeza entera, silo de maíz y concentrado.
Las muestras fueron enviadas al INTA Balcarce para ser analizadas.
Resultados obtenidos:
 Informe laboratorio de virología
 Tipo de muestra: cerebro y ganglio de Gasser.
 Resultado: luego de 4 pasajes en cultivos celulares no se observó efecto
citopático. La posterior identificación viral por inmunofluorescencia de esos
cultivos resulto negativa a Herpesvirus Bovino (HVB) y al virus de la Diarrea
Viral Bovina (DVB).
 Informe laboratorio de bacteriología
 Tipo de muestra: cerebro y silo de maíz (concentrado, comedero piso, batea,
comedero, silo bolsa)
 Resultado: negativo
No se aisló Listeria monocytogenes en ninguna de las muestras procesadas.
 Informe histopatología
 Protuberancia y tálamo: encefalitis severa con presencia de polimorfonucleares
multifocal. Manguitos perivasculares con presencia de bacilos de putrefacción.
 Cerebelo: autólisis muy marcada.
 Restos del SNC: sin lesión.
 Diagnostico histopatológico: encefalitis multifocal severa con formación de
microabscesos.
 Inmunohistoquimica: con secciones formoladas del SNC y parafinadas se
realizó la prueba de Avidin Biotina, con antisuero específico para Listeria
monocytogenes.
 Resultado: positivo
Se observaron lesiones de necrosis licuefactiva con presencia de antígenos de Listeria
monocytogenes dispersos en áreas afectadas.
51
Técnica de Avidin Biotina- antisuero policlonal de conejo. Dilución 1:300.
 Diagnóstico final: encefalitis necrotizante multifocal ocasionada por Listeria
monocytogenes.
Caso 3:
El día 30/07/07 se observan signos nerviosos en un torito menor de 2 años, raza
Hereford, de un lote de toros padres (alrededor de 25 animales), comiendo en un potrero
de campo natural.
El animal se encontró en decúbito lateral con la cabeza flexionada hacia el flanco, al
pararse caminaba en círculo siempre hacia el mismo lado y se caía, no presentaba
ceguera ni estaba disociado del medio. La temperatura corporal era de 39.5 °C.
Fue tratado con Estreptopendiben® (2 ampollas ese día y se repitió los días siguientes).
El día 02/08/07 el animal seguía caído con signos de pedaleo, en muy mal estado y se le
administró nuevamente 2 ampollas de Estreptopendiben®, dexametasona endovenosa y
tiamina.
Al día siguiente el animal muere.
Toma de muestra: cerebro enviado en formol.
La muestra fue enviada al INTA Balcarce para ser analizada.
Resultados obtenidos:
 Informe histopatológico
 S.N.C.
base:
manguitos
perivasculares
con
predominio
de
células
mononucleares, malacia con abundantes macrófagos, linfocitos y focos de
hemorragia. Se observan focos de microabscesos con presencia de
polimorfonucleares y malacia incipiente.
 Corteza: sin lesión.
 Diagnóstico histopatológico: Encefalitis focal mixta severa de probable etiología
bacteriana.
 Informe laboratorio de patología
 Inmunohistoquímica para Listeria monocytogenes:
 Muestra: SNC
 Diagnóstico: positivo
-
Técnica de Avidín Biotina. Antisuero policlonal de conejo. Dilución 1:300.
 Diagnóstico final: encefalitis por Listeria monocytogenes.
52
Tabla 1: Resultados de laboratorio de los casos 1, 2 y 3
Caso
1
Histopatología
●Mielitis
necrotizante
multifocal con
respuesta
inflamatoria.
●Meningitis no
supurativa
moderada
Aislamiento Listeria
Bacteriología
2
3
●Encefalitis
●Encefalitis focal
multifocal severa
mixta severa de
con formación de
probable etiología
microabscesos
bacteriana.
Negativo
monocytogenes
Virología
Negativo a
Negativo a
HVB/DVB
HVB/DVB
Inmunohistoquimica
Positivo
Positivo
RESULTADOS:
En el establecimiento agrícola-ganadero mencionado se recomienda seguir los
siguientes pasos para que no se repita la presentación de casos clínicos producidos por
listeria.
 Los animales afectados deben segregarse.
 Los animales con encefalitis o que han abortado deben aislarse y sus
placentas y fetos destruirse, evitando el contacto con especies
susceptibles.
 No deben introducirse en el rodeo animales recién adquiridos sin un
periodo de cuarentena de acuerdo al curso de esta enfermedad.
 Disminuir en lo posible la cantidad de alimentos ensilados, y en animales
estabulados la ingestión constante de concentraciones de tetraciclinas
durante todo el periodo de engorde a dosis profilácticas.
 Evitar ensilado contaminado por tierra, ensilado podrido, ensilado con
pH superior a 5 ó un contenido en cenizas mayor de 70 mg/kg de materia
seca (MS) o ensilado enmohecido.
53
 No debe utilizarse el ensilaje que está a pocos centímetros del frente,
costados y parte superior de la bolsa y una vez alimentados los animales,
cualquier resto de ensilaje debe ser eliminado.
 Para prevenir el crecimiento de la listeria en los silajes, se aconseja:
 Mantener las condiciones de anaerobiosis mediante una buena compactación y
un correcto sellado.
 Permitir que el material ensilado fermente por lo menos durante dos semanas.
 Ensilar el forraje con un contenido de materia seca comprendida entre el 30 al 40
%.
 Mantener limpio y drenado los alrededores del silo.
 Descartar el desperdicio de la periferia del silo, que mantiene contacto con el
aire (Bragachini et al, 2008).
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES:
En los últimos años la ganadería de nuestro país sufrió cambios importantes en sus
sistemas de producción. Estos se modificaron influenciados por la necesidad de
“liberar” tierra para la agricultura, potenciando la producción de carne en corrales, con
alimentos concentrados como por ejemplo silo de maíz, entre otros. Lo cual ha generado
la aparición de enfermedades que antes no se manifestaban con tanta incidencia entre
las cuales se encuentra la listeriosis.
En el presente trabajo se ha observado que los casos de listeriosis en bovinos se
registraron debido a la alimentación de los animales con silo de maíz; salvo el caso
número 3 en donde el torito menor de 2 años se encontraba comiendo sobre campo
natural en un lote de toros padres, que habían consumido con anterioridad silo de maíz.
Esto nos hace pensar que este caso clínico, se produjo por la contaminación del pasto
con materia fecal de los toros padres que habían consumido con anterioridad ensilaje.
En la bibliografía analizada se describe este tipo de contaminación (Low y Donachie,
1997)
También se ha observado que en los 3 casos clínicos la signología fue nerviosa, siendo
esta la forma clínica de mayor presentación, coincidiendo con la bibliografía (Blood;
Radostitis 1992).
54
La implementación de la técnica de inmunohistoquimica, es muy útil ya que permite
detectar L. monocytogenes en tejidos cerebrales, de animales que presentan signos
nerviosos y lesiones histopatológicas compatibles con L. monocytogenes, y cuyo cultivo
bacteriológico es negativo. Por este motivo es indispensable remitir muestras al
laboratorio, para llegar a un diagnóstico certero y poder implementar a tiempo un
tratamiento adecuado a los animales que presentan signos clínicos y prevenir esta
enfermedad en años futuros con una correcta elaboración y mantenimiento del silaje.
En la revisión bibliográfica se ha planteado la importancia de establecer un tratamiento
a tiempo, debido a la falta de vacunas disponibles en el mercado y a la rápida evolución
de la enfermedad (Blood y Radostitis, 1992).
El tratamiento más adecuado según varios autores (Joklik et al, 1992; Blood y
Radostitis, 1992, Low y Donachie, 1997; Merck, 2000; Blowey y Weaver, 2004;
Rosenberger, 2005; Oteo y Alós, 2006; Campero et al, 2008) es la aplicación de
penicilina a razón de 44000 UI/Kg de peso vivo 2 veces al día durante 7-14 días.
Los profesionales (veterinarios, médicos, etc) deben instruir e informar a la población
en general sobre los riesgos de esta enfermedad, ya que se conoce muy poco sobre la
misma.
En la actualidad es una de las enfermedades bacterianas más importantes, debido a las
pérdidas económicas, al deterioro de los alimentos y a la posible transmisión al hombre
por medio de los alimentos y como zoonosis por contacto directo en los grupos sociales
de riesgo.
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