Facultad de Ciencias Veterinarias -UNCPBA- Actualización y descripción de casos clínicos de listeriosis con signos nerviosos José María Rodríguez; Carlos Bedatou; María Cristina Jorge Mayo, 2009 Tandil Actualización y descripción de casos clínicos de listeriosis con signos nerviosos Tesina de la Orientación de Sanidad Animal, presentada como parte de los requisitos para optar al grado de Veterinario del alumno José María Rodríguez. Tutor externo: Dr. Carlos Bedatou. Tutor interno: Dra. María Cristina Jorge. Dedicatorias: A mis padres, José M. Rodríguez y Martha Idiarte por su apoyo, cariño y comprensión durante los años de esta carrera. A mis hermanas, Marta, Ana y Mercedes por todo su afecto brindado. A mi novia, Marina Cavallo por su amor y apoyo en la realización de la tesina y en los años de facultad. Agradecimientos: A los veterinarios Carlos Bedatou, Joaquín Bedatou y Mateo Pascuet por su amistad y toda su enseñanza aportada durante los meses de residencia. A Gobbi, Ana y Adrian por su amistad y compañerismo que hemos compartido en la veterinaria en los 6 meses de residencia. Al Vet. Martin Navarro por su amistad, conocimientos aportados y momentos vividos durante la residencia. A la Dra. María Cristina Jorge por su ayuda como tutora interna en la elaboración de la tesina. RESUMEN: Tesinista: Sr. José María Rodríguez Tutor externo: Dr. Carlos Bedatou Tutor interno: Dra. María Cristina Jorge Título: Actualización y descripción de casos clínicos de listeriosis con signos nerviosos La listeriosis es una enfermedad infecciosa, bacteriana, causada por Listeria monocytogenes. El agente causal se puede encontrar en la tierra, polvo, pastos, agua, alimentos para consumo humano y ensilados para la alimentación animal. El objetivo fue efectuar una revisión bibliográfica sobre la listeriosis en el ganado bovino, advertir el riesgo zoonótico de esta enfermedad tanto a veterinarios como a la población en general y proporcionar medidas para prevenir dicha enfermedad y describir los casos clínicos de listeriosis bovina ocurridos en un Establecimiento Agropecuario ubicado en el partido de Pehuajó, provincia de Buenos Aires en los años 2001, 2004, 2007. Los casos clínicos correspondieron a tres toros raza Hereford, alimentados con silo de maíz en dos casos y en campo natural el restante. Todos los animales presentaron signos nerviosos compatibles con listeriosis y para confirmar la etiología se enviaron muestras de cerebro y alimento a un centro diagnóstico. Se corroboró la presencia de Listeria monocytogenes por aislamiento en un caso y por inmunohistoquímica en los otros dos. Se recomienda para evitar brotes de listeriosis segregar a los animales afectados, controlar la calidad del silo evitando utilizar las secciones en descomposición, administrar antibióticos y disminuir en lo posible la ingesta de ensilados en los establecimientos con diagnóstico de esta enfermedad. En la actualidad la listeriosis es una de las enfermedades bacterianas más importantes debido a las pérdidas económicas, al deterioro de los alimentos y la posible transmisión al hombre por medio de los mismos y como zoonosis por contacto directo en los grupos sociales de riesgo. ÍNDICE Pág. Introducción 3 Objetivos 4 Revisión bibliográfica 4 Etiología 4 Epidemiología y huéspedes susceptibles 5 Patogenia 7 Signos clínicos 8 Meningoencefalitis 9 Aborto 10 Septicemia 11 Queratoconjuntivitis 11 Mastitis 11 Diagnóstico diferencial 12 Hallazgos de necropsia 12 Diagnóstico 12 Clínico 12 Laboratorio de análisis clínicos 13 Anatomopatológico 13 Histopatológico 13 Identificación del género 13 Inmunohistoquímica 14 Muestras a remitir 14 Riesgo zoonótico 15 Tratamiento 16 Materiales y métodos 18 Área de trabajo 18 Descripción de los casos clínicos 18 Caso 1 18 Caso 2 19 Caso 3 21 1 Tabla 1: Resultados de laboratorio de los casos 1, 2 y 3 22 Resultados Discusión y conclusiones Bibliografía 22 23 24 2 INTRODUCCIÓN: La listeriosis es una enfermedad infecciosa, bacteriana, causada por Listeria monocytogenes (L. monocytogenes). El agente causal se puede encontrar en la tierra, polvo, pastos, agua, (Low y Donachie, 1997) alimentos para consumo humano (Hird, 1987) y ensilados para la alimentación animal (Low y Donachie, 1997). No deben utilizarse el silo que está a pocos centímetros del frente, costados y parte superior de la bolsa y una vez alimentados los animales, cualquier resto de ensilaje debe ser quitado (Low y Donachie, 1997). La susceptibilidad a la infección ha sido registrada en especies tales como: ovejas, vacas, cabras, équidos, cerdos, felinos, perros, animales silvestres, aves, peces, crustáceos, garrapatas (Conigliaro, 1996) e inclusive el hombre (Blood y Radostitis, 1992). Al ser la listeriosis una zoonosis, trasmitida principalmente por los alimentos, se deben tomar ciertas medidas por parte del consumidor para prevenirla: una buena higiene, aseo personal, almacenamiento correcto y adecuada cocción; evitar la contaminación cruzada, el consumo de leche cruda (no pasteurizada) o alimentos elaborados con leche cruda (Hird, 1987; Golden et al, 1995). Esta enfermedad infecciosa es de aparición esporádica, produciéndose con mayor frecuencia en invierno y principios de primavera (Jubb et al, 1984; Low y Donachie, 1997). Se manifiesta generalmente con meningoencefalitis en los animales adultos esta es la forma de presentación más común, siendo el hallazgo patognomónico la formación de microabscesos en el cerebro; en animales jóvenes y especies monogástricas se manifiesta con septicemia, necrosis hepática focal, abortos, partos prematuros o con fetos muertos, así como también por mastitis y conjuntivitis (Blood y Radostitis, 1992; Campero et al, 2008). Los signos clínicos de la infección son consecuencia de las lesiones en el tallo cerebral y a pesar de que cada caso en particular varía, los signos más comunes incluyen: confusión mental, depresión y empuje de objetos fijos. Los animales enfermos están embotados, a veces, hasta llegar a la somnolencia, y se separan del resto del grupo. Es característica la desviación de la cabeza hacia uno u otro lado sin rotación de la misma, cuando el animal se traslada lo hace en círculos, de donde se denomina a esta enfermedad “la enfermedad en círculos”, también se observa caída de oreja, párpado y labio del lado afectado entre otras. (Blood y Radostitis, 1992). 3 Las mujeres embarazadas son especialmente propensas a sufrir bacteriemia por L. monocytogenes, es poco frecuente el desenlace fatal en la madre, pero puede producir aborto o el nacimiento de un niño con el cuadro clínico denominado granulomatosis infantiséptica (Oteo y Alós, 2006; Ramírez, 2006). En la actualidad es una de las enfermedades bacterianas más importantes, debido a las pérdidas económicas, al deterioro de los alimentos y la posible transmisión al hombre por medio de los alimentos conservados refrigerados, donde la bacteria es capaz de multiplicarse (Souzan y Marth, 1988). OBJETIVOS: 1- Efectuar una revisión bibliográfica sobre la implicancia de listeriosis en el ganado bovino, advertir el riesgo zoonótico de esta enfermedad tanto a veterinarios como a la población en general y proporcionar medidas para prevenirla. 2- Descripción de tres casos clínicos de listeriosis en bovinos, ocurridos en un Establecimiento Agropecuario ubicado en el partido de Pehuajó, provincia de Buenos Aires en los años 2001, 2004, 2007. Lugar de residencia: veterinaria Fuerte Sancti Spiritu, San Carlos de Bolívar, provincia de Buenos Aires, Argentina. Periodo de residencia: desde el 1ero septiembre al 1ero de diciembre del año 2008. RESEÑA BIBLIOGRÁFICA Etiología: Listeria monocytogenes es una bacteria que está incluida dentro de los bacilos grampositivos no esporógenos (Conigliaro, 1996). Es un pequeño bacilo 1 a 2 µm de largo por 0,5 µm de grosor (Blood y Radostitis, 1992), son corineiformes, no ramificados, presentan movilidad por 1 a 5 flagelos peritricos (Oteo y Alós, 2006) que se expresan en mayor número cuando la incubación se hace a temperatura ambiente 20-25 °C. (Leardini, 1996). Es un parásito facultativo del sistema reticuloendotelial, crece en condiciones aeróbicas y es anaerobio facultativo, este bacilo es β hemolítico en agar sangre y puede desarrollar en un rango de temperaturas que oscila entre 3 °C a 45 °C con un pH entre 6 y 9 (Acha y Szyfres, 2003). Para su desarrollo es óptima una atmósfera microaerófila 5-10% CO2, 4 (Conigliaro, 1996; Rosenberger, 2005), también presenta oligotrofia (crecimiento en un medio pobre en nutrientes). Listeria monocytogenes encuentra un ambiente ideal en los bordes mal fermentados y sucios con tierra de ensilajes de maíz, pero también en pastos sucios, centeno, avena, leguminosas, pero no en el silo de hojas de remolacha. (Rosenberger, 2005). Listeria monocytogenes era la única especie dentro del género, pero en la actualidad además de L. monocytogenes se incluyen 5 especies al género: L. ivanovii, L. innocua, L. welshimeri y L. seeligeri las cuales son reconocidas en forma individual, L. grayi y L. murrayi deberían considerarse una sola especie y referirse a las mismas como L. grayi. (Acha y Szyfres, 2003). De los 6 serotipos conocidos (con 17 subtipos), en el bovino se encuentran generalmente Listeria monocytogenes serovar 1/2a o 4b; las cepas patógenas son β hemolíticas (Rosenberger, 2005). La denominación de listeria refiere el reconocimiento a los importantes aportes de Joseph Lister a la medicina moderna. De todas ellas sólo se reconoce como patogénicas para el humano y los animales a la Listeria monocytogenes, las restantes no son patógenas para el hombre, pero pueden ser aisladas de alimentos o del contenido intestinal, L. ivanovii a veces produce abortos en los animales, y ocasionalmente ha sido responsable de enfermedad en los humanos (Leardini 1996). Epidemiología y huéspedes susceptibles: L. monocytogenes alcanza difusión mundial y prefiere los climas templados. El tracto intestinal del hombre y los animales parece representar el reservorio principal (Campero et al, 2008). La susceptibilidad a la infección ha sido registrada en especies tales como: ovejas, vacas, cabras, équidos, cerdos, felinos, perros, animales silvestres, aves, peces, crustáceos, garrapatas (Conigliaro, 1996) e inclusive el hombre (Blood y Radostitis, 1992). La intervención de vectores en la transmisión puede ser posible, diseminando la enfermedad en el ganado, ya que la bacteria se aisló de garrapatas y tábanos (Souzan y Marth, 1988). El material infectado deriva de los animales enfermos y se encuentra en heces, orina, fetos abortados, secreciones uterinas y leche (Laciar et al, 1991; Blood y Radostitis, 1992). Las aves, tanto de corral como las silvestres, han cobrado gran importancia a nivel epidemiológico, ya que las mismas por medio de sus deyecciones 5 pueden contaminar el agua de bebederos y alimentos (Fenlon, 1985). No existe especificidad de huésped propiamente dicha y es típica la ausencia de signos en los seres que albergan la bacteria en su intestino (Campero et al, 2008). El germen es muy abundante en el medio externo (aguas residuales, plantas, ensilados, suelo) a causa de su contaminación por las deyecciones. Si las condiciones son propicias (clima, suelo), las listerias sobreviven en el ambiente y en las plantas durante mucho tiempo y es probable que incluso se multipliquen allí. De ahí procede la hipótesis que considera a L. monocytogenes como un germen saprófito con poder patógeno oportunista. En la epidemiología es decisiva la propiedad que tienen las listerias de crecer en las porciones de ensilado mal acidificadas (maíz, hierbas, cereales), (Blood y Radostitis, 1992; Campero et al, 2008). Los microorganismos son viables hasta tres meses en las heces de ovinos, 11 meses y medio en suelos húmedos, hasta 16 meses y medio en heces de bovinos, 207 días sobre paja seca y más de dos años en suelos secos. (Rebhun, 1987; Blood y Radostitis, 1992). Se ha propuesto que hay varios agentes predisponentes que disminuyen la resistencia del animal y, por tanto facilitan el ataque. El precursor más frecuente de los brotes es la alimentación con ensilado, (Blood y Radostitis, 1992) esta asociación se atribuye en gran medida al alto número de bacterias presentes en el ensilaje, que pueden contener más de 1 x 107 u.f.c./kg de L. monocytogenes (Low y Renton, 1985). El hecho que ocurra tanto aumento en la severidad, como en el número de brotes de listeriosis, puede explicarse mediante la creciente popularidad del ensilaje y su extensivo uso como alimentación de los rumiantes (Fenlon, 1985; Caro et al, 1990; Low y Donachie, 1997). Otras circunstancias que se cree contribuyen a la alta incidencia son los cambios repentinos del clima, hacia muy frío y húmedo, y a los largos periodos de inundación, que dificultan el acceso a los pastizales (Blood y Radostitis, 1992). Esta enfermedad posee una importancia especial en Nueva Zelanda, Estados Unidos, Europa, Reino Unido y Australia. Las pérdidas debidas a está enfermedad por aborto y por meningoencefalitis ha aumentado, según informes de años recientes (Blood y Radostitis, 1992). Los veterinarios deben tener máximo cuidado cuando manipulan materiales abortados. No obstante, y a pesar de la importancia de la listeriosis como zoonosis, es raro que se observe relación entre los animales infectados y los humanos. Aparece con mayor frecuencia después de beber leche fresca contaminada (Blood y Radostitis, 1992). La incidencia anual por 100.000 habitantes puede variar del 0.3 % al 0.8 % y alcanzar 6 un 5 % durante algunos brotes epidémicos (Oteo y Alós, 2006). Patogenia: Son tres las formas de presentación más importantes de la enfermedad. La forma septicémica que se manifiesta por la presencia de abscesos en hígado, bazo y otras vísceras en bovinos jóvenes. La forma que lleva al aborto, metritis y retención de secundinas, y la forma meningoencefalítica, observada más frecuentemente en bovinos adultos no gestantes, siendo ésta la forma de presentación más común. (Blood y Radostitis, 1992; Campero et al, 2008). La metritis tiene poco o ningún efecto sobre la capacidad reproductora subsiguiente; sin embargo, las listerias pueden ser excretadas durante un mes o más a través de la vagina y de la leche. (Merck, 2000). En la enfermedad natural solamente se observa una forma clínica, la visceral o meningoencefalítica en un grupo determinado de animales y sólo excepcionalmente las dos formas unidas en un mismo brote, aunque se registra la aparición doble. En la forma nerviosa que suele atacar al 10 % del rebaño en el transcurso de algunas semanas, se encuentra el microorganismo solamente en el cerebro y se supone que alcanzan las ramas periféricas del nervio trigémino a través de heridas de la mucosa bucal, o más probablemente mediante la exposición de las terminales del nervio, que se hacen posibles cuando están mudando los dientes o penetrando en la mucosa. La localización peculiar de la infección en tallo encefálico, en casos de meningoencefalitis, es a menudo unilateral y explica los signos de localización de parálisis facial y ambulación en círculo, las lesiones pueden ser bilaterales produciendo una parálisis facial bilateral y parálisis de la mandíbula. La propagación de la infección a lo largo del nervio óptico puede producir endoftalmitis (Merck, 2000; Campero et al, 2008). La queratoconjuntivitis por listeria puede ser no sólo un signo parcial de encefalitis o de sepsis, sino que aparece en forma independiente, por contacto directo de córnea o conjuntiva con el ensilaje contaminado (Rosenberger, 2005). La ingestión del microorganismo, con penetración de la mucosa del intestino, probablemente produce infección subclínica con excreción fecal prolongada del microorganismo, que aparece en una alta proporción de los animales infectados, o bacteriemia con localización en diversos órganos, o por último septicemia mortal. El útero grávido es muy susceptible a la infección, que si es precoz produce aborto y si es tardío la muerte del feto, o nacimiento de crías en las que se produce rápidamente 7 septicemia mortal. La metritis materna es constante, y si hay retención fetal se puede producir septicemia mortal por listeriosis. El feto se infecta vía circulación materna y del líquido amniótico (Campero et al, 2008). Los abortos por listeria representan regionalmente el 1 a 2 % de todos los abortos, afectando sobre todo a vaquillonas entre el 6to a 9no mes de gestación y probablemente se deban a la sepsis de la madre. Por lo general el agente es L. monocytogenes pero a veces también se encuentra L. ivanovii. Es muy poco frecuente la mastitis a listeria, probablemente se deba a la introducción galactogénica del agente, pero a veces también al aborto o sepsis con L. monocytogenes. En los bovinos la listeriosis muchas veces se presenta 10 días a 3 semanas después de la apertura de un silo nuevo o de uno viejo abierto hace mucho tiempo; generalmente enferman de manera individual pero en el curso de la semana lo hacen consecutivamente varios animales (Rosenberger, 2005). La naturaleza, estructura y funciones biológicas de muchos de los determinantes de virulencia para L. monocytogenes han sido recientemente esclarecidos (Low y Donachie, 1997). Resulta crucial para la virulencia del microorganismo, su habilidad para escapar de la muerte intracelular dentro de la célula, mediante la lisis de la membrana fagosomal y escapar al citoplasma (Joklik et al, 1992; Low y Donachie, 1997). La Listeria monocytogenes produce una toxina citolítica y hemolítica, llamada listeriolisina O, que actúa como importante factor de virulencia. Se trata de una proteína de 52 KD que se excreta a pH bajo y baja concentración de hierro, condiciones presentes en el interior del fagolisosoma, cuando es fagocitado, el microorganismo empieza a fabricar la listeriolisina, que se fija al colesterol y rompe la membrana del fagolisosoma. Este puede ser el principal factor que favorece su supervivencia intracelular, una de las características patogénicas más definitorias de L. monocytogenes (Oteo y Alós, 2006). Signos clínicos: Como sería lógico esperar, se encuentran las formas meningoencefálica y visceral (principalmente, aborto o septicemia neonatal) en diferentes brotes de la enfermedad y sólo ocasionalmente las dos formas unidas en un mismo brote, aunque se registra la aparición doble. La forma encefálica es la más frecuente (Blood y Radostitis 1992). 8 Meningoencefalitis: La meningoencefalitis es la forma más reconocida en rumiantes, pudiendo afectar a animales de cualquier sexo y edad (preferentemente adultos) en general no se presenta antes que el rumen sea funcional; puede presentarse como una epidemia en el ganado bovino u ovino mantenidos en corrales de engorde (Jubb et al, 1984; Merck, 2000). En ovinos y caprinos la enfermedad tiene un curso sobreagudo y la muerte puede aparecer a las 24 a 48 hs de la aparición de los signos (Merck, 2000). La mortalidad puede alcanzar entre 3 % a más del 30 % de los animales. (Blood y Radostitis, 1992). La tasa de recuperación puede ser de hasta 30 % de los afectados (Merck, 2000). En los bovinos, la encefalitis listérica es de un curso más crónico y los animales sobreviven de 4 a 14 días, resultando afectados no más de un 8 a un 10%; por lo general sólo enferma un animal. (Acha y Szyfres, 2003; Blood y Radostitis, 1992). En los bovinos la tasa de recuperación alcanza el 50 % de los afectados (Merck, 2000). En esta forma de presentación, la infección llega al sistema nervioso central vía el nervio trigémino, siendo la puerta de entrada la cavidad oral a través de abrasiones o erupciones dentarias, cavidad nasal o vía conjuntival (Blood y Radostitis, 1992; Scott, 1993; Low y Donachie, 1997). Los signos clínicos de la infección son consecuencia de las lesiones en el tallo cerebral y a pesar de que cada caso en particular varía, los signos más comunes incluyen: confusión mental, depresión y empuje de objetos fijos. Los animales enfermos están embotados, a veces hasta llegar a la somnolencia, y se separan del resto del grupo (Blood y Radostitis, 1992). Es característica la desviación de la cabeza hacia un lado sin rotación de la misma, cuando ese animal se traslada, lo hace en círculos, es por ello que se denomina a esta enfermedad “la enfermedad en círculos” (Jubb et al, 1984; Blood y Radostitis, 1992; Merck, 2000; Campero et al, 2008). El animal no puede corregir activamente la desviación de la cabeza, y si se corrige de forma pasiva, ésta regresa a su posición inicial tan pronto como se deja de ejercer presión sobre la misma (Campero et al, 2008). A menudo se desarrolla parálisis facial que provoca caída de la oreja, párpado y labios del lado afectado, y el animal se babea debido a la parálisis faríngea parcial, quedando el alimento compactado sobre los carrillos, junto con una disminución de la respuesta de amenaza (Jubb et al, 1984; Merck, 2000). Puede acompañarse de una queratitis de exposición, a menudo lo suficientemente grave como para causar ulceración corneal. En algunos casos, también puede producirse 9 estrabismo y nistagmo. Según el estado de infección, la temperatura rectal puede ser normal o elevada (Blood y Radostitis, 1992; Blowey y Weaver, 2004). En ovinos y bovinos jóvenes, el decúbito y muerte ocurren dentro de los 2 o 3 días, pero en bovinos adultos el curso de la enfermedad suele prolongarse 1 o 2 semanas (Jubb et al, 1984; Blood y Radostitis, 1992). La muerte suele ser debida a un fallo respiratorio (Blood y Radostitis, 1992). La encefalitis por listeria puede reaparecer en las mismas instalaciones en años sucesivos (Merck, 2000). Aborto: Se observan casos esporádicos de abortos en bovinos producidos por L. monocytogenes, este microorganismo puede también provocar brotes de aborto en bovinos, ovinos y caprinos. Se registra excepcionalmente en cerdos (Rosenberger, 2005). En bovinos no es raro comprobar expulsión de fetos muertos o abortos hacia el mes de gestación o, más tarde con retención frecuente de secundinas (Acha y Szyfres, 2003) y ausencia de meningoencefalitis clínica, aunque se observa un cuadro patológico acompañado de fiebre hasta 40.5 °C, y se identifica a L. monocytogenes en el estómago fetal (Rosenberger, 2005). L. monocytogenes necesita aproximadamente 6 días para atravesar la placenta y ocasionar el aborto (Campero et al, 1986). Cuando la infección uterina se desarrolla, la placenta y feto son invadidos vía hematógena por el microorganismo y el feto muere como consecuencia de una septicemia (Jubb et al, 1984; Campero et al, 1986). Los focos necróticos en hígado de fetos abortados en casos naturales avalarían esta hipótesis (Campero et al, 1986). El feto es expulsado aproximadamente 5 días post-mortem (Jubb et al, 1984; Acha y Szyfres, 2003). Durante este tiempo las alteraciones autolíticas se enmascaran tras otras lesiones menos intensas producidas por el microorganismo (Jubb et al, 1984; Campero et al, 1986). La autólisis fetal fue citada por varios autores ya sea de casos naturales, como en reproducciones experimentales (Campero et al, 1986). En ocasiones suele observarse momificación fetal (Jubb et al, 1984). Las lesiones placentarias ocasionarían una caída de la progesterona elaborada por el trofoblasto, provocando un aumento de la producción de la PGF2 y desencadenando el mecanismo de expulsión fetal (Campero et al, 1986). Las lesiones en la placenta consisten en pequeños focos necróticos 10 amarillentos, que involucran las extremidades de las vellosidades cotiledonarias, las cuales aparecen cubiertas por un exudado purulento, en el que están presentes las bacterias (Jubb et al, 1984). Las lesiones macroscópicas de los fetos abortados consisten en pequeños focos necróticos miliares ocasionalmente visibles en hígado y bazo, (Jubb et al, 1984; Blood y Radostitis, 1992; Acha y Szyfres, 2003) y erosiones leves del abomaso y meconio amarillo-anaranjado (Blood y Radostitis, 1992). Septicemia: Clínicamente manifiesta suele afectar a terneros de 2 semanas de edad, ocasionalmente mayores o animales adultos. En los primeros hay debilidad general acompañada de fiebre; a veces hay opacidad de la córnea, iritis, disnea y/u opistótonos; estos casos suelen ser fatales dentro de las 12 hs (Rosenberger, 2005). Se observa también el mismo síndrome en ovejas y cabras después del aborto, en caso de retención del feto (Blood y Radostitis, 1992). En cambio, los animales adultos muestran una diarrea líquida y maloliente. Pueden morir varios animales en rápida secuencia (Rosenberger, 2005). Queratoconjuntivitis: Ocurre en forma mecánica durante la encefalitis y en forma bilateral por vía hematógena con iritis u oftalmía durante la sepsis. Además la queratoconjuntivitis por listeria también se observa como enfermedad independiente, se produce cuando los animales reciben ensilaje en comederos altos y el mismo cae sobre los ojos. Esta conjuntivitis se caracteriza por epífora uni o bilateral, fotofobia, coloración azulada de la córnea y “arrugado” del iris; más tarde se desarrollan manchas blancas o amarillentas sobre córnea, llegándose a veces a hipopión, queratocono o panoftalmía (Rosenberger, 2005). Mastitis: La mastitis puede ser aguda o crónica y muchas veces es resistente a la terapia. En algunas oportunidades L. monocytogenes es excretada por ubre (Rosenberger, 2005). La eliminación del agente por leche es prolongada y puede tener repercusiones en la salud pública, porque la pasteurización no ofrece todas las garantías si el recuento de viables de esta bacteria es alto antes del tratamiento térmico (Acha y Szyfres, 2003). 11 Diagnóstico diferencial: Meningoencefalitis: Se puede confundir con la forma nerviosa de Histophilus somni, polioencefalomalacia, Herpesvirus Bovino, envenenamiento por plomo (Merck, 2000) rabia (Blood y Radostitis, 1992; Blowey y Weaver, 2004; Rosenberger, 2005) Aborto: Debe diferenciarse de brucelosis, leptospirosis, campylobacteriosis y otros abortos infecciosos (Blood y Radostitis, 1992). Hallazgos de necropsia: Macroscópicamente en la encefalitis sólo se observa congestión de las meninges y leve aumento del líquido cefalorraquídeo, (Rosenberger, 2005; Campero et al, 2008) de color turbio lo que advierte congestión de vasos meníngeos. Es posible comprobar además en algunos animales panoftalmitis. En terneros se comprobó necrosis focales múltiples, especialmente en el hígado, más raro en bazo, pulmones y riñones, con frecuencia también abomasitis y enteritis hemorrágicas; además suele haber trombos en las válvulas cardíacas o líquido pericárdico sanguinolento (Campero et al, 2008). En el aborto el feto está moderada o claramente autolítico, su hígado con frecuencia tiene focos miliares de necrosis y la mucosa del cuajar pequeñas erosiones; la madre presenta placentitis y metritis. En la septicemia se manifiesta por abomasoenteritis mucofibrinosa hasta hemorrágica y múltiples abscesos miliares en órganos internos, especialmente hígado, así como polisinovitis (y meningitis) serofibrinosa y a veces oftalmía (Rosenberger, 2005). Diagnóstico: Clínico: En la encefalitis listérica el cuadro clínico y el examen del ensilaje orientan la sospecha hacia esta enfermedad. Hay que considerar que no todas las infecciones con listeria en el bovino son causadas por consumo de silo (Rosenberger, 2005). Si bien los signos clínicos de las distintas formas de listeriosis pueden orientar al clínico, el diagnóstico definitivo deberá realizarse en el laboratorio, (Blood y Radostitis, 1992; Acha y Szyfres, 2003) mediante el cultivo del microorganismo, detección de una respuesta inmune específica o, en la forma encefalítica de la enfermedad, sólo mediante 12 la demostración de lesiones histológicas patognomónicas (Low y Donachie, 1997). Laboratorio de análisis clínicos: El examen del líquido cefalorraquídeo (LCR) en busca de células inflamatorias y de la presencia de bacterias, constituye una parte esencial del examen de un caso sospechoso. El LCR suele contener un número mayor de leucocitos, que en su mayor parte son células mononucleares o linfocitos (Campero et al, 2008). Anatomopatológico: Casi no se encuentran hallazgos macroscópicos característicos en la listeriosis luego de la muerte. Puede observarse un aumento de la cantidad de LCR, y éste ser turbio lo que advierte congestión de vasos meníngeos. Es posible comprobar además en algunos animales panoftalmitis. En terneros se comprobó necrosis focales múltiples, especialmente en el hígado, más raro en bazo, pulmones y riñones, con frecuencia también abomaso-enteritis hemorrágicas; además suele haber trombos en las válvulas cardíacas o líquido pericárdico sanguinolento (Campero et al, 2008). Histopatológico: Es indispensable el examen histológico del tejido cerebral para poner de manifiesto la presencia de microabscesos (figura N° 1) característicos de la enfermedad. También la realización de la técnica de inmunohistoquímica (Campero et al, 2008). Figura N° 1: Microabscesos en tejido cerebral Identificación del género: La observación en la tinción de Gram de bacilos gram-positivos, con identificación bioquímica: catalasa positivos, producción de ácido de la D-glucosa, hidrólisis de la esculina, reacciones positivas de Voges-Proskauer y del Rojo de Metilo y movilidad 13 positiva a 22 ºC, debe considerarse que es una bacteria perteneciente al género Listeria. Debido a que comparten algunas características con otros géneros bacterianos grampositivos, se debe establecer el diagnóstico diferencial con algunos de ellos. Del género Streptococcus puede diferenciarse por la tinción de Gram (bacilo gram-positivo), la movilidad (móvil), la prueba de la catalasa (positiva) y la sensibilidad a la gentamicina (sensible). De Erysipelothrix rhusiopathiae puede diferenciarse por el crecimiento a 4 °C (crece), la prueba de la catalasa (positiva), la movilidad (móvil) y la sensibilidad a la vancomicina (sensible). De las corinebacterias móviles, por la hidrólisis de la urea (negativa), la reacción de Voges-Proskauer (positiva) y por la producción de ácido de la D-glucosa en condiciones estrictamente aeróbicas (positiva) (Oteo y Alós, 2006). Inmunohistoquímica: Se requiere la presencia del antígeno preservado en el material a analizar, pudiendo éste consistir en cortes de tejido, improntas, extendidos y material citológico entre otros (Jorge et al, 2004). La utilización de anticuerpos marcados con fluoresceína constituye un método rápido y eficiente para detectar la presencia de antígenos y poder así confirmar los cuadros de encefalitis a L. monocytogenes (figura N° 2) (Conigliaro, 1996). Figura N° 2: L. monocytogenes por inmunofluorescencia Muestras a remitir: Meningoencefalitis: cerebro, médula espinal y líquido cefalorraquídeo (Campero et al, 2008). Aborto: del feto: (hígado, contenido del abomaso, pulmón, meconio), de la madre: (placentomas/secundinas, líquidos fetales o loquios). Septicemia: muestras tisulares de los órganos afectados (hígado, pulmones, riñones, 14 bazo), o sangre de los animales vivos. Queratoconjuntivitis: hisopados de conjuntiva. Mastitis: leche (Rosenberger, 2005). Silo: tomar muestra de uno o dos lugares del silo utilizado como alimento para el ganado y enviar al laboratorio de bacteriología para realizar el aislamiento (Nicolet, 1985). Riesgo zoonótico: El grupo más afectado es el de los recién nacidos que constituyen el 50 % de los casos en Francia y el 39 % en los Estados Unidos, y luego el de mayores de 50 años. La enfermedad es muy rara entre el primer mes y los 18 años. Según datos de dos clínicas obstétricas de Alemania, la infección listérica fue causa de 0.15 a 2 % de la muerte perinatal. El aborto listérico en la mujer puede producirse en la segunda mitad del embarazo (Acha y Szyfres, 2003). Las mujeres embarazadas son especialmente propensas a sufrir bacteriemia por L. monocytogenes, representando hasta la tercera parte de los casos descriptos. Suele producirse en el tercer trimestre del embarazo y causar un cuadro pseudogripal de evolución favorable. Es muy poco frecuente el desenlace fatal de la madre, pero si no se instaura un tratamiento adecuado se puede producir una amnionitis e infección fetal. La infección fetal puede ser causa de aborto, nacimiento de un niño muerto o parto prematuro de un neonato infectado con el cuadro clínico denominado granulomatosis infantiséptica. Este proceso se caracteriza por la formación de abscesos o granulomatomas diseminados en órganos internos como hígado, pulmón, bazo, riñón y cerebro. Las manifestaciones sólo se producen cuando la infección se ha adquirido intraútero, a través de la placenta, y tiene muy mala evolución, con una mortalidad cercana al 100 % (Oteo y Alós, 2006; Ramírez, 2006). Listeria monocytogenes es la única de las especies del género Listeria que tiene importancia como patógeno para el hombre, es una bacteria patógena oportunista, que ataca en especial individuos inmunocomprometidos como: Embarazadas, en los que puede provocar abortos o nacimientos prematuros de niños septicémicos. Recién nacidos, con septicemia y/o meningitis. Pacientes inmunocomprometidos, con cáncer, trasplantes de órganos, SIDA, 15 tratamientos con glucocorticoides, diabetes, etc. Personas adultas, con formas clínicas de septicemia y meningitis o meningoencefalitis (Joklik et al, 1992; Low y Donachie, 1997; Acha y Szyfres, 2003). Trabajadores rurales y veterinarios, puede provocar abortos, septicemia, meningitis o meningoencefalitis y exantema popular en los brazos (figura N° 3) (Cain y McCann, 1986; Manzullo, 1990; McLauchlin y Low, 1994; Merck, 2000). Figura N° 3: Exantema papular por listeria Al ser la listeriosis además de una zoonosis, una enfermedad trasmitida por los alimentos, se deben tomar ciertas medidas por parte del consumidor para prevenirla: una buena higiene, aseo personal, almacenamiento correcto y adecuada cocción; evitar la contaminación cruzada, el consumo de leche cruda (no pasteurizada) o alimentos elaborados con leche cruda (Hird, 1987; Golden et al, 1995). Tratamiento: Para el tratamiento de la enfermedad los antibióticos recomendados son: clortetraciclina, penicilina y ampicilina. Dada la escasa permeabilidad de la barrera hematoencefálica, se deben usar altas dosis de antibióticos durante varios días (Campero et al, 2008). Listeria monocytogenes es sensible a la penicilina (es el fármaco de elección), ceftiofur, eritromicina y trimetroprin/sulfonamida. Se debe administrar penicilina G a 44.000 UI/Kg de peso corporal, por vía intramuscular diariamente durante 1 a 2 semanas; la primera dosis intramuscular debería acompañarse de la misma dosis administrada por vía intravenosa. El tratamiento de apoyo, administración de líquidos y electrolitos 16 (Blood y Radostitis, 1992; Merck, 2000; Rosenberger, 2005). La aplicación intravenosa de clortetraciclina, en dosis de 10 mg por Kg de peso corporal durante 5 días, suele ser eficaz en la meningoencefalitis de los bovinos y menos en las ovejas. Se han utilizado también y con buen éxito en la forma septicémica en los corderos, el cloranfenicol y una combinación de estreptomicina y penicilina (0.25 g y 0.3 millones de UI respectivamente), y corrigiendo los desequilibrios electrolíticos (Blood y Radostitis, 1992). En las pérdidas moderadas a intensas de saliva y para equilibrar también la acidosis se suministra vía oral 25-50 g o 50-100 g de bicarbonato de sodio/100 Kg de peso corporal en 2-4 o 4-8 litros de agua; transfusión de líquido ruminal. En caso de daño muscular por esfuerzo está indicada la aplicación parenteral de selenio- vitamina E. (Rosenberger, 2005). La queratoconjuntivitis por el ensilaje no siempre responde al tratamiento local habitual, (instilación repetida de antibióticos y corticoides en pomadas oftálmicas) (Rosenberger, 2005). Se recomienda realizar terapia de apoyo con antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) (Megluminato de Flunixina) (Campero et al, 2008). Los índices de recuperación dependen en gran medida de la rapidez con que se instaure el tratamiento. Si ya son evidentes signos clínicos graves, generalmente, sobreviene la muerte a pesar del tratamiento (Blood y Radostitis, 1992; Rosenberger, 2005; Campero et al, 2008). La administración parenteral de penicilina en el momento del nacimiento puede reducir el número de muertes por septicemia neonatal (Blowey y Weaver, 2004). Hasta la fecha han fracasado la mayor parte de las tentativas para hacer una vacuna con gérmenes muertos, aunque se han practicado ensayos de campo con bacterina muerta que parece disminuir la incidencia de la enfermedad en rebaños de ovejas. Se encuentra en investigación también como agentes inmunizantes las bacterias atenuadas. Por este motivo es importante establecer un tratamiento a tiempo, debido a la falta de vacunas disponibles en el mercado y a la rápida evolución de la enfermedad (Blood y Radostitis, 1992). En el tratamiento de la listeriosis humana, se considera que la primera elección terapéutica es la penicilina o la ampicilina, solas o asociadas a gentamicina (Joklik et al, 1992; Low y Donachie, 1997; Oteo y Alós, 2006). La combinación trimetroprin + sulfas se ha utilizado con éxito en pacientes alérgicos a las penicilinas (Oteo y Alós, 2006). 17 MATERIALES Y MÉTODOS: Área de trabajo: El estudio se realizó en un establecimiento ubicado en el partido de Pehuajó, provincia de Buenos Aires, Argentina, es una explotación mixta de aproximadamente 600 hectáreas, que cuenta además de bovinos con equinos para las tareas rurales. Descripción de los casos clínicos: Caso 1: El día 5/10/01 se encontró un toro de raza Hereford de dos años de edad con los siguientes signos clínicos: Cabeza torcida hacia la derecha y andar vacilante, a las 12 hs de comenzados los signos el animal cae en decúbito esternal. Al obligarlo a levantarse daba vuelta en círculos; a las 72 hs se encontraba en decúbito lateral con pedaleo e imposibilidad para incorporarse. A los 6 días de haber presentado los signos, fue sacrificado. Datos del Animal: Raza: Hereford Edad: 2 años Condición Corporal: buena Grado de putrefacción: 0 Necropsia: -Cavidad abdominal: sin lesiones aparentes. -Abomaso, rumen: sin lesiones aparentes. -Intestino: sin lesiones aparentes. -Hígado: sin lesiones aparentes. -Senos frontales: contenido acuoso, color grisáceo con olor fétido. -Bazo y riñón: sin lesión aparente. Toma de muestra: cabeza entera. Comentarios: el animal fue alimentado previamente al caso clínico con ensilaje de maíz y afrechillo de trigo. La muestra fue enviada al INTA Balcarce para ser analizada. Resultados obtenidos: Informe Histopatología Descripción microscópica de la muestra Sistema nervioso central: 18 Médula: focos de necrosis y malacia severa. Presencia de neutrófilos y macrófagos, degeneración axonal y respuesta perivascular a base de linfocitos y macrófagos. Bulbo: focos múltiples de necrosis, infiltrado con macrófagos y escasos polimorfonucleares. Reacción perivascular severa, edema y hemorragia. Protuberancia: marcada reacción perivascular y edema. Tálamo: reacción linfocitaria alrededor de los vasos. Presencia de microabscesos. Corteza frontal: sin lesiones aparentes. Corteza occipital: ligera respuesta linfocitaria en la meninge. Cerebelo: sin lesiones aparentes. Diagnóstico histopatológico - Mielitis necrotizante multifocal con respuesta proliferativa. - Meningitis no supurativa moderada. Informe de laboratorio de bacteriología Muestra: sistema nervioso central Aislamiento: Listeria monocytogenes. Antibiograma: - Sensible: neomicina, vancomicina, ampicilina, eritromicina, cefalotina, ofloxacina, tetraciclina, kanamicina, estreptomicina, gentamicina, penicilina. - Resistente: colistina, enrofloxacina, amicacina, bacitracina, fosfomicina, polimixina, furazolidona, nitrofurantoina. Informe laboratorio de virología Muestra: sistema nervioso Resultados: Luego de 4 pasajes en cultivos celulares no se observó efecto citopático. La identificación viral por inmunofluorescencia es esos cultivos resultó negativa a Herpesvirus Bovino (HVB) y a virus de la Diarrea Viral Bovina (DVB). Diagnóstico de laboratorio: aislamiento viral negativo a HVB/DVD. Caso 2: El día 02/09/04 muere un toro que había presentado signos nerviosos, como incoordinación, deambular en círculos y caída en decúbito, irritación ocular y convulsiones tónico-clónicas agónicas. 19 Anteriormente a la muerte cuando el cuadro clínico era avanzado se le administró oxitetraciclina, no respondiendo al tratamiento. Otro toro del mismo lote presento signología similar luego que se remitieron las muestras. Comentarios: los toros son alimentados en un piquete con silo de maíz (más de 10 Kg/cabeza/día), y grano de maíz. Toma de muestras: cabeza entera, silo de maíz y concentrado. Las muestras fueron enviadas al INTA Balcarce para ser analizadas. Resultados obtenidos: Informe laboratorio de virología Tipo de muestra: cerebro y ganglio de Gasser. Resultado: luego de 4 pasajes en cultivos celulares no se observó efecto citopático. La posterior identificación viral por inmunofluorescencia de esos cultivos resulto negativa a Herpesvirus Bovino (HVB) y al virus de la Diarrea Viral Bovina (DVB). Informe laboratorio de bacteriología Tipo de muestra: cerebro y silo de maíz (concentrado, comedero piso, batea, comedero, silo bolsa) Resultado: negativo No se aisló Listeria monocytogenes en ninguna de las muestras procesadas. Informe histopatología Protuberancia y tálamo: encefalitis severa con presencia de polimorfonucleares multifocal. Manguitos perivasculares con presencia de bacilos de putrefacción. Cerebelo: autólisis muy marcada. Restos del SNC: sin lesión. Diagnostico histopatológico: encefalitis multifocal severa con formación de microabscesos. Inmunohistoquimica: con secciones formoladas del SNC y parafinadas se realizó la prueba de Avidin Biotina, con antisuero específico para Listeria monocytogenes. Resultado: positivo Se observaron lesiones de necrosis licuefactiva con presencia de antígenos de Listeria monocytogenes dispersos en áreas afectadas. 20 Técnica de Avidin Biotina- antisuero policlonal de conejo. Dilución 1:300. Diagnóstico final: encefalitis necrotizante multifocal ocasionada por Listeria monocytogenes. Caso 3: El día 30/07/07 se observan signos nerviosos en un torito menor de 2 años, raza Hereford, de un lote de toros padres (alrededor de 25 animales), comiendo en un potrero de campo natural. El animal se encontró en decúbito lateral con la cabeza flexionada hacia el flanco, al pararse caminaba en círculo siempre hacia el mismo lado y se caía, no presentaba ceguera ni estaba disociado del medio. La temperatura corporal era de 39.5 °C. Fue tratado con Estreptopendiben® (2 ampollas ese día y se repitió los días siguientes). El día 02/08/07 el animal seguía caído con signos de pedaleo, en muy mal estado y se le administró nuevamente 2 ampollas de Estreptopendiben®, dexametasona endovenosa y tiamina. Al día siguiente el animal muere. Toma de muestra: cerebro enviado en formol. La muestra fue enviada al INTA Balcarce para ser analizada. Resultados obtenidos: Informe histopatológico S.N.C. base: manguitos perivasculares con predominio de células mononucleares, malacia con abundantes macrófagos, linfocitos y focos de hemorragia. Se observan focos de microabscesos con presencia de polimorfonucleares y malacia incipiente. Corteza: sin lesión. Diagnóstico histopatológico: Encefalitis focal mixta severa de probable etiología bacteriana. Informe laboratorio de patología Inmunohistoquímica para Listeria monocytogenes: Muestra: SNC Diagnóstico: positivo - Técnica de Avidín Biotina. Antisuero policlonal de conejo. Dilución 1:300. Diagnóstico final: encefalitis por Listeria monocytogenes. 21 Tabla 1: Resultados de laboratorio de los casos 1, 2 y 3 Caso 1 Histopatología ●Mielitis necrotizante multifocal con respuesta inflamatoria. ●Meningitis no supurativa moderada Aislamiento Listeria Bacteriología 2 3 ●Encefalitis ●Encefalitis focal multifocal severa mixta severa de con formación de probable etiología microabscesos bacteriana. Negativo monocytogenes Virología Negativo a Negativo a HVB/DVB HVB/DVB Inmunohistoquimica Positivo Positivo RESULTADOS: En el establecimiento agrícola-ganadero mencionado se recomienda seguir los siguientes pasos para que no se repita la presentación de casos clínicos producidos por listeria. Los animales afectados deben segregarse. Los animales con encefalitis o que han abortado deben aislarse y sus placentas y fetos destruirse, evitando el contacto con especies susceptibles. No deben introducirse en el rodeo animales recién adquiridos sin un periodo de cuarentena de acuerdo al curso de esta enfermedad. Disminuir en lo posible la cantidad de alimentos ensilados, y en animales estabulados la ingestión constante de concentraciones de tetraciclinas durante todo el periodo de engorde a dosis profilácticas. Evitar ensilado contaminado por tierra, ensilado podrido, ensilado con pH superior a 5 ó un contenido en cenizas mayor de 70 mg/kg de materia seca (MS) o ensilado enmohecido. 22 No debe utilizarse el ensilaje que está a pocos centímetros del frente, costados y parte superior de la bolsa y una vez alimentados los animales, cualquier resto de ensilaje debe ser eliminado. Para prevenir el crecimiento de la listeria en los silajes, se aconseja: Mantener las condiciones de anaerobiosis mediante una buena compactación y un correcto sellado. Permitir que el material ensilado fermente por lo menos durante dos semanas. Ensilar el forraje con un contenido de materia seca comprendida entre el 30 al 40 %. Mantener limpio y drenado los alrededores del silo. Descartar el desperdicio de la periferia del silo, que mantiene contacto con el aire (Bragachini et al, 2008). DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES: En los últimos años la ganadería de nuestro país sufrió cambios importantes en sus sistemas de producción. Estos se modificaron influenciados por la necesidad de “liberar” tierra para la agricultura, potenciando la producción de carne en corrales, con alimentos concentrados como por ejemplo silo de maíz, entre otros. Lo cual ha generado la aparición de enfermedades que antes no se manifestaban con tanta incidencia entre las cuales se encuentra la listeriosis. En el presente trabajo se ha observado que los casos de listeriosis en bovinos se registraron debido a la alimentación de los animales con silo de maíz; salvo el caso número 3 en donde el torito menor de 2 años se encontraba comiendo sobre campo natural en un lote de toros padres, que habían consumido con anterioridad silo de maíz. Esto nos hace pensar que este caso clínico, se produjo por la contaminación del pasto con materia fecal de los toros padres que habían consumido con anterioridad ensilaje. En la bibliografía analizada se describe este tipo de contaminación (Low y Donachie, 1997) También se ha observado que en los 3 casos clínicos la signología fue nerviosa, siendo esta la forma clínica de mayor presentación, coincidiendo con la bibliografía (Blood; Radostitis 1992). 23 La implementación de la técnica de inmunohistoquimica, es muy útil ya que permite detectar L. monocytogenes en tejidos cerebrales, de animales que presentan signos nerviosos y lesiones histopatológicas compatibles con L. monocytogenes, y cuyo cultivo bacteriológico es negativo. Por este motivo es indispensable remitir muestras al laboratorio, para llegar a un diagnóstico certero y poder implementar a tiempo un tratamiento adecuado a los animales que presentan signos clínicos y prevenir esta enfermedad en años futuros con una correcta elaboración y mantenimiento del silaje. En la revisión bibliográfica se ha planteado la importancia de establecer un tratamiento a tiempo, debido a la falta de vacunas disponibles en el mercado y a la rápida evolución de la enfermedad (Blood y Radostitis, 1992). El tratamiento más adecuado según varios autores (Joklik et al, 1992; Blood y Radostitis, 1992, Low y Donachie, 1997; Merck, 2000; Blowey y Weaver, 2004; Rosenberger, 2005; Oteo y Alós, 2006; Campero et al, 2008) es la aplicación de penicilina a razón de 44000 UI/Kg de peso vivo 2 veces al día durante 7-14 días. Los profesionales (veterinarios, médicos, etc) deben instruir e informar a la población en general sobre los riesgos de esta enfermedad, ya que se conoce muy poco sobre la misma. En la actualidad es una de las enfermedades bacterianas más importantes, debido a las pérdidas económicas, al deterioro de los alimentos y a la posible transmisión al hombre por medio de los alimentos y como zoonosis por contacto directo en los grupos sociales de riesgo. BIBLIOGRAFÍA: 1) Acha, P.N.; Szyfres, B. (2003). Listeriosis. En: Zoonosis y enfermedades transmisibles comunes al hombre y a los animales. 3ra edición. Editorial Organización Panamericana de la Salud. Washington, DC, USA. pp 186. 2) Blood, D. C.; Radostitis, O. M. (1992). Medicina Veterinaria. Volumen 1. 7ª edición. Editorial McGraw-Hill Interamericana pp 627-632. 3) Blowey, Roger W; Weaver, David A. (2004). Atlas a color enfermedades y trastornos del ganado vacuno, segunda edición. Elsevier. Madrid. España. pp 138139. 24 4) Bragachini, M.; Cattani, P.; Gallardo, M. y Peiretti, J. Forrajes conservados de alta calidad y aspectos relacionados al manejo nutricional. 2008. [337 pantallas] Disponible en el URL: http:// www.produccionbovina.com/. Fecha consulta 30/3/09. 5) Cain, David B.; McCann Vernal L. (May 1986). An unusal case of cotaneous Listeriosis. American Society for Microbiology. Journal of Clinical Microbiology. Vol. 23, No. 5. pp 976-977. 6) Campero, C. M.; Cipolla, A. 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Introducción 3 Objetivos 4 Revisión bibliográfica 4 Etiología 4 Epidemiología y huéspedes susceptibles 5 Patogenia 7 Signos clínicos 8 Meningoencefalitis 9 Aborto 10 Septicemia 11 Queratoconjuntivitis 11 Mastitis 11 Diagnóstico diferencial 12 Hallazgos de necropsia 12 Diagnóstico 12 Clínico 12 Laboratorio de análisis clínicos 13 Anatomopatológico 13 Histopatológico 13 Identificación del género 13 Inmunohistoquímica 14 Muestras a remitir 14 Riesgo zoonótico 15 Tratamiento 16 Materiales y métodos 18 Área de trabajo 18 Descripción de los casos clínicos 18 Caso 1 18 32 Caso 2 19 Caso 3 21 Tabla 1: Resultados de laboratorio de los casos 1, 2 y 3 22 Resultados Discusión y conclusiones Bibliografía 22 23 24 33 INTRODUCCIÓN: La listeriosis es una enfermedad infecciosa, bacteriana, causada por Listeria monocytogenes (L. monocytogenes). El agente causal se puede encontrar en la tierra, polvo, pastos, agua, (Low y Donachie, 1997) alimentos para consumo humano (Hird, 1987) y ensilados para la alimentación animal (Low y Donachie, 1997). No deben utilizarse el silo que está a pocos centímetros del frente, costados y parte superior de la bolsa y una vez alimentados los animales, cualquier resto de ensilaje debe ser quitado (Low y Donachie, 1997). La susceptibilidad a la infección ha sido registrada en especies tales como: ovejas, vacas, cabras, équidos, cerdos, felinos, perros, animales silvestres, aves, peces, crustáceos, garrapatas (Conigliaro, 1996) e inclusive el hombre (Blood y Radostitis, 1992). Al ser la listeriosis una zoonosis, trasmitida principalmente por los alimentos, se deben tomar ciertas medidas por parte del consumidor para prevenirla: una buena higiene, aseo personal, almacenamiento correcto y adecuada cocción; evitar la contaminación cruzada, el consumo de leche cruda (no pasteurizada) o alimentos elaborados con leche cruda (Hird, 1987; Golden et al, 1995). Esta enfermedad infecciosa es de aparición esporádica, produciéndose con mayor frecuencia en invierno y principios de primavera (Jubb et al, 1984; Low y Donachie, 1997). Se manifiesta generalmente con meningoencefalitis en los animales adultos esta es la forma de presentación más común, siendo el hallazgo patognomónico la formación de microabscesos en el cerebro; en animales jóvenes y especies monogástricas se manifiesta con septicemia, necrosis hepática focal, abortos, partos prematuros o con fetos muertos, así como también por mastitis y conjuntivitis (Blood y Radostitis, 1992; Campero et al, 2008). Los signos clínicos de la infección son consecuencia de las lesiones en el tallo cerebral y a pesar de que cada caso en particular varía, los signos más comunes incluyen: confusión mental, depresión y empuje de objetos fijos. Los animales enfermos están embotados, a veces, hasta llegar a la somnolencia, y se separan del resto del grupo. Es característica la desviación de la cabeza hacia uno u otro lado sin rotación de la misma, cuando el animal se traslada lo hace en círculos, de donde se denomina a esta 34 enfermedad “la enfermedad en círculos”, también se observa caída de oreja, párpado y labio del lado afectado entre otras. (Blood y Radostitis, 1992). Las mujeres embarazadas son especialmente propensas a sufrir bacteriemia por L. monocytogenes, es poco frecuente el desenlace fatal en la madre, pero puede producir aborto o el nacimiento de un niño con el cuadro clínico denominado granulomatosis infantiséptica (Oteo y Alós, 2006; Ramírez, 2006). En la actualidad es una de las enfermedades bacterianas más importantes, debido a las pérdidas económicas, al deterioro de los alimentos y la posible transmisión al hombre por medio de los alimentos conservados refrigerados, donde la bacteria es capaz de multiplicarse (Souzan y Marth, 1988). OBJETIVOS: 1- Efectuar una revisión bibliográfica sobre la implicancia de listeriosis en el ganado bovino, advertir el riesgo zoonótico de esta enfermedad tanto a veterinarios como a la población en general y proporcionar medidas para prevenirla. 2- Descripción de tres casos clínicos de listeriosis en bovinos, ocurridos en un Establecimiento Agropecuario ubicado en el partido de Pehuajó, provincia de Buenos Aires en los años 2001, 2004, 2007. Lugar de residencia: veterinaria Fuerte Sancti Spiritu, San Carlos de Bolívar, provincia de Buenos Aires, Argentina. Periodo de residencia: desde el 1ero septiembre al 1ero de diciembre del año 2008. RESEÑA BIBLIOGRÁFICA Etiología: Listeria monocytogenes es una bacteria que está incluida dentro de los bacilos grampositivos no esporógenos (Conigliaro, 1996). Es un pequeño bacilo 1 a 2 µm de largo por 0,5 µm de grosor (Blood y Radostitis, 1992), son corineiformes, no ramificados, presentan movilidad por 1 a 5 flagelos peritricos (Oteo y Alós, 2006) que se expresan en mayor número cuando la incubación se hace a temperatura ambiente 20-25 °C. (Leardini, 1996). Es un parásito facultativo del sistema reticuloendotelial, crece en condiciones aeróbicas y es anaerobio facultativo, este bacilo es β hemolítico en agar sangre y puede desarrollar en un rango de 35 temperaturas que oscila entre 3 °C a 45 °C con un pH entre 6 y 9 (Acha y Szyfres, 2003). Para su desarrollo es óptima una atmósfera microaerófila 5-10% CO2, (Conigliaro, 1996; Rosenberger, 2005), también presenta oligotrofia (crecimiento en un medio pobre en nutrientes). Listeria monocytogenes encuentra un ambiente ideal en los bordes mal fermentados y sucios con tierra de ensilajes de maíz, pero también en pastos sucios, centeno, avena, leguminosas, pero no en el silo de hojas de remolacha. (Rosenberger, 2005). Listeria monocytogenes era la única especie dentro del género, pero en la actualidad además de L. monocytogenes se incluyen 5 especies al género: L. ivanovii, L. innocua, L. welshimeri y L. seeligeri las cuales son reconocidas en forma individual, L. grayi y L. murrayi deberían considerarse una sola especie y referirse a las mismas como L. grayi. (Acha y Szyfres, 2003). De los 6 serotipos conocidos (con 17 subtipos), en el bovino se encuentran generalmente Listeria monocytogenes serovar 1/2a o 4b; las cepas patógenas son β hemolíticas (Rosenberger, 2005). La denominación de listeria refiere el reconocimiento a los importantes aportes de Joseph Lister a la medicina moderna. De todas ellas sólo se reconoce como patogénicas para el humano y los animales a la Listeria monocytogenes, las restantes no son patógenas para el hombre, pero pueden ser aisladas de alimentos o del contenido intestinal, L. ivanovii a veces produce abortos en los animales, y ocasionalmente ha sido responsable de enfermedad en los humanos (Leardini 1996). Epidemiología y huéspedes susceptibles: L. monocytogenes alcanza difusión mundial y prefiere los climas templados. El tracto intestinal del hombre y los animales parece representar el reservorio principal (Campero et al, 2008). La susceptibilidad a la infección ha sido registrada en especies tales como: ovejas, vacas, cabras, équidos, cerdos, felinos, perros, animales silvestres, aves, peces, crustáceos, garrapatas (Conigliaro, 1996) e inclusive el hombre (Blood y Radostitis, 1992). La intervención de vectores en la transmisión puede ser posible, diseminando la enfermedad en el ganado, ya que la bacteria se aisló de garrapatas y tábanos (Souzan y Marth, 1988). El material infectado deriva de los animales enfermos y se encuentra en heces, orina, fetos abortados, secreciones uterinas y leche (Laciar et al, 1991; Blood y 36 Radostitis, 1992). Las aves, tanto de corral como las silvestres, han cobrado gran importancia a nivel epidemiológico, ya que las mismas por medio de sus deyecciones pueden contaminar el agua de bebederos y alimentos (Fenlon, 1985). No existe especificidad de huésped propiamente dicha y es típica la ausencia de signos en los seres que albergan la bacteria en su intestino (Campero et al, 2008). El germen es muy abundante en el medio externo (aguas residuales, plantas, ensilados, suelo) a causa de su contaminación por las deyecciones. Si las condiciones son propicias (clima, suelo), las listerias sobreviven en el ambiente y en las plantas durante mucho tiempo y es probable que incluso se multipliquen allí. De ahí procede la hipótesis que considera a L. monocytogenes como un germen saprófito con poder patógeno oportunista. En la epidemiología es decisiva la propiedad que tienen las listerias de crecer en las porciones de ensilado mal acidificadas (maíz, hierbas, cereales), (Blood y Radostitis, 1992; Campero et al, 2008). Los microorganismos son viables hasta tres meses en las heces de ovinos, 11 meses y medio en suelos húmedos, hasta 16 meses y medio en heces de bovinos, 207 días sobre paja seca y más de dos años en suelos secos. (Rebhun, 1987; Blood y Radostitis, 1992). Se ha propuesto que hay varios agentes predisponentes que disminuyen la resistencia del animal y, por tanto facilitan el ataque. El precursor más frecuente de los brotes es la alimentación con ensilado, (Blood y Radostitis, 1992) esta asociación se atribuye en gran medida al alto número de bacterias presentes en el ensilaje, que pueden contener más de 1 x 107 u.f.c./kg de L. monocytogenes (Low y Renton, 1985). El hecho que ocurra tanto aumento en la severidad, como en el número de brotes de listeriosis, puede explicarse mediante la creciente popularidad del ensilaje y su extensivo uso como alimentación de los rumiantes (Fenlon, 1985; Caro et al, 1990; Low y Donachie, 1997). Otras circunstancias que se cree contribuyen a la alta incidencia son los cambios repentinos del clima, hacia muy frío y húmedo, y a los largos periodos de inundación, que dificultan el acceso a los pastizales (Blood y Radostitis, 1992). Esta enfermedad posee una importancia especial en Nueva Zelanda, Estados Unidos, Europa, Reino Unido y Australia. Las pérdidas debidas a está enfermedad por aborto y por meningoencefalitis ha aumentado, según informes de años recientes (Blood y Radostitis, 1992). Los veterinarios deben tener máximo cuidado cuando manipulan materiales abortados. No obstante, y a pesar de la importancia de la listeriosis como zoonosis, es raro que se observe relación entre los animales infectados y los humanos. Aparece con mayor 37 frecuencia después de beber leche fresca contaminada (Blood y Radostitis, 1992). La incidencia anual por 100.000 habitantes puede variar del 0.3 % al 0.8 % y alcanzar un 5 % durante algunos brotes epidémicos (Oteo y Alós, 2006). Patogenia: Son tres las formas de presentación más importantes de la enfermedad. La forma septicémica que se manifiesta por la presencia de abscesos en hígado, bazo y otras vísceras en bovinos jóvenes. La forma que lleva al aborto, metritis y retención de secundinas, y la forma meningoencefalítica, observada más frecuentemente en bovinos adultos no gestantes, siendo ésta la forma de presentación más común. (Blood y Radostitis, 1992; Campero et al, 2008). La metritis tiene poco o ningún efecto sobre la capacidad reproductora subsiguiente; sin embargo, las listerias pueden ser excretadas durante un mes o más a través de la vagina y de la leche. (Merck, 2000). En la enfermedad natural solamente se observa una forma clínica, la visceral o meningoencefalítica en un grupo determinado de animales y sólo excepcionalmente las dos formas unidas en un mismo brote, aunque se registra la aparición doble. En la forma nerviosa que suele atacar al 10 % del rebaño en el transcurso de algunas semanas, se encuentra el microorganismo solamente en el cerebro y se supone que alcanzan las ramas periféricas del nervio trigémino a través de heridas de la mucosa bucal, o más probablemente mediante la exposición de las terminales del nervio, que se hacen posibles cuando están mudando los dientes o penetrando en la mucosa. La localización peculiar de la infección en tallo encefálico, en casos de meningoencefalitis, es a menudo unilateral y explica los signos de localización de parálisis facial y ambulación en círculo, las lesiones pueden ser bilaterales produciendo una parálisis facial bilateral y parálisis de la mandíbula. La propagación de la infección a lo largo del nervio óptico puede producir endoftalmitis (Merck, 2000; Campero et al, 2008). La queratoconjuntivitis por listeria puede ser no sólo un signo parcial de encefalitis o de sepsis, sino que aparece en forma independiente, por contacto directo de córnea o conjuntiva con el ensilaje contaminado (Rosenberger, 2005). La ingestión del microorganismo, con penetración de la mucosa del intestino, probablemente produce infección subclínica con excreción fecal prolongada del microorganismo, que aparece en una alta proporción de los animales infectados, o bacteriemia con localización en diversos órganos, o por último septicemia mortal. El 38 útero grávido es muy susceptible a la infección, que si es precoz produce aborto y si es tardío la muerte del feto, o nacimiento de crías en las que se produce rápidamente septicemia mortal. La metritis materna es constante, y si hay retención fetal se puede producir septicemia mortal por listeriosis. El feto se infecta vía circulación materna y del líquido amniótico (Campero et al, 2008). Los abortos por listeria representan regionalmente el 1 a 2 % de todos los abortos, afectando sobre todo a vaquillonas entre el 6to a 9no mes de gestación y probablemente se deban a la sepsis de la madre. Por lo general el agente es L. monocytogenes pero a veces también se encuentra L. ivanovii. Es muy poco frecuente la mastitis a listeria, probablemente se deba a la introducción galactogénica del agente, pero a veces también al aborto o sepsis con L. monocytogenes. En los bovinos la listeriosis muchas veces se presenta 10 días a 3 semanas después de la apertura de un silo nuevo o de uno viejo abierto hace mucho tiempo; generalmente enferman de manera individual pero en el curso de la semana lo hacen consecutivamente varios animales (Rosenberger, 2005). La naturaleza, estructura y funciones biológicas de muchos de los determinantes de virulencia para L. monocytogenes han sido recientemente esclarecidos (Low y Donachie, 1997). Resulta crucial para la virulencia del microorganismo, su habilidad para escapar de la muerte intracelular dentro de la célula, mediante la lisis de la membrana fagosomal y escapar al citoplasma (Joklik et al, 1992; Low y Donachie, 1997). La Listeria monocytogenes produce una toxina citolítica y hemolítica, llamada listeriolisina O, que actúa como importante factor de virulencia. Se trata de una proteína de 52 KD que se excreta a pH bajo y baja concentración de hierro, condiciones presentes en el interior del fagolisosoma, cuando es fagocitado, el microorganismo empieza a fabricar la listeriolisina, que se fija al colesterol y rompe la membrana del fagolisosoma. Este puede ser el principal factor que favorece su supervivencia intracelular, una de las características patogénicas más definitorias de L. monocytogenes (Oteo y Alós, 2006). Signos clínicos: Como sería lógico esperar, se encuentran las formas meningoencefálica y visceral (principalmente, aborto o septicemia neonatal) en diferentes brotes de la enfermedad y sólo ocasionalmente las dos formas unidas en un mismo brote, aunque se registra la aparición doble. La forma encefálica es la más frecuente (Blood y Radostitis 1992). 39 Meningoencefalitis: La meningoencefalitis es la forma más reconocida en rumiantes, pudiendo afectar a animales de cualquier sexo y edad (preferentemente adultos) en general no se presenta antes que el rumen sea funcional; puede presentarse como una epidemia en el ganado bovino u ovino mantenidos en corrales de engorde (Jubb et al, 1984; Merck, 2000). En ovinos y caprinos la enfermedad tiene un curso sobreagudo y la muerte puede aparecer a las 24 a 48 hs de la aparición de los signos (Merck, 2000). La mortalidad puede alcanzar entre 3 % a más del 30 % de los animales. (Blood y Radostitis, 1992). La tasa de recuperación puede ser de hasta 30 % de los afectados (Merck, 2000). En los bovinos, la encefalitis listérica es de un curso más crónico y los animales sobreviven de 4 a 14 días, resultando afectados no más de un 8 a un 10%; por lo general sólo enferma un animal. (Acha y Szyfres, 2003; Blood y Radostitis, 1992). En los bovinos la tasa de recuperación alcanza el 50 % de los afectados (Merck, 2000). En esta forma de presentación, la infección llega al sistema nervioso central vía el nervio trigémino, siendo la puerta de entrada la cavidad oral a través de abrasiones o erupciones dentarias, cavidad nasal o vía conjuntival (Blood y Radostitis, 1992; Scott, 1993; Low y Donachie, 1997). Los signos clínicos de la infección son consecuencia de las lesiones en el tallo cerebral y a pesar de que cada caso en particular varía, los signos más comunes incluyen: confusión mental, depresión y empuje de objetos fijos. Los animales enfermos están embotados, a veces hasta llegar a la somnolencia, y se separan del resto del grupo (Blood y Radostitis, 1992). Es característica la desviación de la cabeza hacia un lado sin rotación de la misma, cuando ese animal se traslada, lo hace en círculos, es por ello que se denomina a esta enfermedad “la enfermedad en círculos” (Jubb et al, 1984; Blood y Radostitis, 1992; Merck, 2000; Campero et al, 2008). El animal no puede corregir activamente la desviación de la cabeza, y si se corrige de forma pasiva, ésta regresa a su posición inicial tan pronto como se deja de ejercer presión sobre la misma (Campero et al, 2008). A menudo se desarrolla parálisis facial que provoca caída de la oreja, párpado y labios del lado afectado, y el animal se babea debido a la parálisis faríngea parcial, quedando el alimento compactado sobre los carrillos, junto con una disminución de la respuesta de amenaza (Jubb et al, 1984; Merck, 2000). Puede acompañarse de una queratitis de exposición, a menudo lo suficientemente grave como para causar ulceración corneal. En algunos casos, también puede producirse 40 estrabismo y nistagmo. Según el estado de infección, la temperatura rectal puede ser normal o elevada (Blood y Radostitis, 1992; Blowey y Weaver, 2004). En ovinos y bovinos jóvenes, el decúbito y muerte ocurren dentro de los 2 o 3 días, pero en bovinos adultos el curso de la enfermedad suele prolongarse 1 o 2 semanas (Jubb et al, 1984; Blood y Radostitis, 1992). La muerte suele ser debida a un fallo respiratorio (Blood y Radostitis, 1992). La encefalitis por listeria puede reaparecer en las mismas instalaciones en años sucesivos (Merck, 2000). Aborto: Se observan casos esporádicos de abortos en bovinos producidos por L. monocytogenes, este microorganismo puede también provocar brotes de aborto en bovinos, ovinos y caprinos. Se registra excepcionalmente en cerdos (Rosenberger, 2005). En bovinos no es raro comprobar expulsión de fetos muertos o abortos hacia el mes de gestación o, más tarde con retención frecuente de secundinas (Acha y Szyfres, 2003) y ausencia de meningoencefalitis clínica, aunque se observa un cuadro patológico acompañado de fiebre hasta 40.5 °C, y se identifica a L. monocytogenes en el estómago fetal (Rosenberger, 2005). L. monocytogenes necesita aproximadamente 6 días para atravesar la placenta y ocasionar el aborto (Campero et al, 1986). Cuando la infección uterina se desarrolla, la placenta y feto son invadidos vía hematógena por el microorganismo y el feto muere como consecuencia de una septicemia (Jubb et al, 1984; Campero et al, 1986). Los focos necróticos en hígado de fetos abortados en casos naturales avalarían esta hipótesis (Campero et al, 1986). El feto es expulsado aproximadamente 5 días post-mortem (Jubb et al, 1984; Acha y Szyfres, 2003). Durante este tiempo las alteraciones autolíticas se enmascaran tras otras lesiones menos intensas producidas por el microorganismo (Jubb et al, 1984; Campero et al, 1986). La autólisis fetal fue citada por varios autores ya sea de casos naturales, como en reproducciones experimentales (Campero et al, 1986). En ocasiones suele observarse momificación fetal (Jubb et al, 1984). Las lesiones placentarias ocasionarían una caída de la progesterona elaborada por el trofoblasto, provocando un aumento de la producción de la PGF2 y desencadenando el mecanismo de expulsión fetal (Campero et al, 1986). Las lesiones en la placenta consisten en pequeños focos necróticos 41 amarillentos, que involucran las extremidades de las vellosidades cotiledonarias, las cuales aparecen cubiertas por un exudado purulento, en el que están presentes las bacterias (Jubb et al, 1984). Las lesiones macroscópicas de los fetos abortados consisten en pequeños focos necróticos miliares ocasionalmente visibles en hígado y bazo, (Jubb et al, 1984; Blood y Radostitis, 1992; Acha y Szyfres, 2003) y erosiones leves del abomaso y meconio amarillo-anaranjado (Blood y Radostitis, 1992). Septicemia: Clínicamente manifiesta suele afectar a terneros de 2 semanas de edad, ocasionalmente mayores o animales adultos. En los primeros hay debilidad general acompañada de fiebre; a veces hay opacidad de la córnea, iritis, disnea y/u opistótonos; estos casos suelen ser fatales dentro de las 12 hs (Rosenberger, 2005). Se observa también el mismo síndrome en ovejas y cabras después del aborto, en caso de retención del feto (Blood y Radostitis, 1992). En cambio, los animales adultos muestran una diarrea líquida y maloliente. Pueden morir varios animales en rápida secuencia (Rosenberger, 2005). Queratoconjuntivitis: Ocurre en forma mecánica durante la encefalitis y en forma bilateral por vía hematógena con iritis u oftalmía durante la sepsis. Además la queratoconjuntivitis por listeria también se observa como enfermedad independiente, se produce cuando los animales reciben ensilaje en comederos altos y el mismo cae sobre los ojos. Esta conjuntivitis se caracteriza por epífora uni o bilateral, fotofobia, coloración azulada de la córnea y “arrugado” del iris; más tarde se desarrollan manchas blancas o amarillentas sobre córnea, llegándose a veces a hipopión, queratocono o panoftalmía (Rosenberger, 2005). Mastitis: La mastitis puede ser aguda o crónica y muchas veces es resistente a la terapia. En algunas oportunidades L. monocytogenes es excretada por ubre (Rosenberger, 2005). La eliminación del agente por leche es prolongada y puede tener repercusiones en la salud pública, porque la pasteurización no ofrece todas las garantías si el recuento de viables de esta bacteria es alto antes del tratamiento térmico (Acha y Szyfres, 2003). 42 Diagnóstico diferencial: Meningoencefalitis: Se puede confundir con la forma nerviosa de Histophilus somni, polioencefalomalacia, Herpesvirus Bovino, envenenamiento por plomo (Merck, 2000) rabia (Blood y Radostitis, 1992; Blowey y Weaver, 2004; Rosenberger, 2005) Aborto: Debe diferenciarse de brucelosis, leptospirosis, campylobacteriosis y otros abortos infecciosos (Blood y Radostitis, 1992). Hallazgos de necropsia: Macroscópicamente en la encefalitis sólo se observa congestión de las meninges y leve aumento del líquido cefalorraquídeo, (Rosenberger, 2005; Campero et al, 2008) de color turbio lo que advierte congestión de vasos meníngeos. Es posible comprobar además en algunos animales panoftalmitis. En terneros se comprobó necrosis focales múltiples, especialmente en el hígado, más raro en bazo, pulmones y riñones, con frecuencia también abomasitis y enteritis hemorrágicas; además suele haber trombos en las válvulas cardíacas o líquido pericárdico sanguinolento (Campero et al, 2008). En el aborto el feto está moderada o claramente autolítico, su hígado con frecuencia tiene focos miliares de necrosis y la mucosa del cuajar pequeñas erosiones; la madre presenta placentitis y metritis. En la septicemia se manifiesta por abomasoenteritis mucofibrinosa hasta hemorrágica y múltiples abscesos miliares en órganos internos, especialmente hígado, así como polisinovitis (y meningitis) serofibrinosa y a veces oftalmía (Rosenberger, 2005). Diagnóstico: Clínico: En la encefalitis listérica el cuadro clínico y el examen del ensilaje orientan la sospecha hacia esta enfermedad. Hay que considerar que no todas las infecciones con listeria en el bovino son causadas por consumo de silo (Rosenberger, 2005). Si bien los signos clínicos de las distintas formas de listeriosis pueden orientar al clínico, el diagnóstico definitivo deberá realizarse en el laboratorio, (Blood y Radostitis, 1992; Acha y Szyfres, 2003) mediante el cultivo del microorganismo, detección de una respuesta inmune específica o, en la forma encefalítica de la enfermedad, sólo mediante 43 la demostración de lesiones histológicas patognomónicas (Low y Donachie, 1997). Laboratorio de análisis clínicos: El examen del líquido cefalorraquídeo (LCR) en busca de células inflamatorias y de la presencia de bacterias, constituye una parte esencial del examen de un caso sospechoso. El LCR suele contener un número mayor de leucocitos, que en su mayor parte son células mononucleares o linfocitos (Campero et al, 2008). Anatomopatológico: Casi no se encuentran hallazgos macroscópicos característicos en la listeriosis luego de la muerte. Puede observarse un aumento de la cantidad de LCR, y éste ser turbio lo que advierte congestión de vasos meníngeos. Es posible comprobar además en algunos animales panoftalmitis. En terneros se comprobó necrosis focales múltiples, especialmente en el hígado, más raro en bazo, pulmones y riñones, con frecuencia también abomaso-enteritis hemorrágicas; además suele haber trombos en las válvulas cardíacas o líquido pericárdico sanguinolento (Campero et al, 2008). Histopatológico: Es indispensable el examen histológico del tejido cerebral para poner de manifiesto la presencia de microabscesos (figura N° 1) característicos de la enfermedad. También la realización de la técnica de inmunohistoquímica (Campero et al, 2008). Figura N° 1: Microabscesos en tejido cerebral Identificación del género: La observación en la tinción de Gram de bacilos gram-positivos, con identificación bioquímica: catalasa positivos, producción de ácido de la D-glucosa, hidrólisis de la esculina, reacciones positivas de Voges-Proskauer y del Rojo de Metilo y movilidad 44 positiva a 22 ºC, debe considerarse que es una bacteria perteneciente al género Listeria. Debido a que comparten algunas características con otros géneros bacterianos grampositivos, se debe establecer el diagnóstico diferencial con algunos de ellos. Del género Streptococcus puede diferenciarse por la tinción de Gram (bacilo gram-positivo), la movilidad (móvil), la prueba de la catalasa (positiva) y la sensibilidad a la gentamicina (sensible). De Erysipelothrix rhusiopathiae puede diferenciarse por el crecimiento a 4 °C (crece), la prueba de la catalasa (positiva), la movilidad (móvil) y la sensibilidad a la vancomicina (sensible). De las corinebacterias móviles, por la hidrólisis de la urea (negativa), la reacción de Voges-Proskauer (positiva) y por la producción de ácido de la D-glucosa en condiciones estrictamente aeróbicas (positiva) (Oteo y Alós, 2006). Inmunohistoquímica: Se requiere la presencia del antígeno preservado en el material a analizar, pudiendo éste consistir en cortes de tejido, improntas, extendidos y material citológico entre otros (Jorge et al, 2004). La utilización de anticuerpos marcados con fluoresceína constituye un método rápido y eficiente para detectar la presencia de antígenos y poder así confirmar los cuadros de encefalitis a L. monocytogenes (figura N° 2) (Conigliaro, 1996). Figura N° 2: L. monocytogenes por inmunofluorescencia Muestras a remitir: Meningoencefalitis: cerebro, médula espinal y líquido cefalorraquídeo (Campero et al, 2008). Aborto: del feto: (hígado, contenido del abomaso, pulmón, meconio), de la madre: (placentomas/secundinas, líquidos fetales o loquios). Septicemia: muestras tisulares de los órganos afectados (hígado, pulmones, riñones, 45 bazo), o sangre de los animales vivos. Queratoconjuntivitis: hisopados de conjuntiva. Mastitis: leche (Rosenberger, 2005). Silo: tomar muestra de uno o dos lugares del silo utilizado como alimento para el ganado y enviar al laboratorio de bacteriología para realizar el aislamiento (Nicolet, 1985). Riesgo zoonótico: El grupo más afectado es el de los recién nacidos que constituyen el 50 % de los casos en Francia y el 39 % en los Estados Unidos, y luego el de mayores de 50 años. La enfermedad es muy rara entre el primer mes y los 18 años. Según datos de dos clínicas obstétricas de Alemania, la infección listérica fue causa de 0.15 a 2 % de la muerte perinatal. El aborto listérico en la mujer puede producirse en la segunda mitad del embarazo (Acha y Szyfres, 2003). Las mujeres embarazadas son especialmente propensas a sufrir bacteriemia por L. monocytogenes, representando hasta la tercera parte de los casos descriptos. Suele producirse en el tercer trimestre del embarazo y causar un cuadro pseudogripal de evolución favorable. Es muy poco frecuente el desenlace fatal de la madre, pero si no se instaura un tratamiento adecuado se puede producir una amnionitis e infección fetal. La infección fetal puede ser causa de aborto, nacimiento de un niño muerto o parto prematuro de un neonato infectado con el cuadro clínico denominado granulomatosis infantiséptica. Este proceso se caracteriza por la formación de abscesos o granulomatomas diseminados en órganos internos como hígado, pulmón, bazo, riñón y cerebro. Las manifestaciones sólo se producen cuando la infección se ha adquirido intraútero, a través de la placenta, y tiene muy mala evolución, con una mortalidad cercana al 100 % (Oteo y Alós, 2006; Ramírez, 2006). Listeria monocytogenes es la única de las especies del género Listeria que tiene importancia como patógeno para el hombre, es una bacteria patógena oportunista, que ataca en especial individuos inmunocomprometidos como: Embarazadas, en los que puede provocar abortos o nacimientos prematuros de niños septicémicos. Recién nacidos, con septicemia y/o meningitis. Pacientes inmunocomprometidos, con cáncer, trasplantes de órganos, SIDA, 46 tratamientos con glucocorticoides, diabetes, etc. Personas adultas, con formas clínicas de septicemia y meningitis o meningoencefalitis (Joklik et al, 1992; Low y Donachie, 1997; Acha y Szyfres, 2003). Trabajadores rurales y veterinarios, puede provocar abortos, septicemia, meningitis o meningoencefalitis y exantema popular en los brazos (figura N° 3) (Cain y McCann, 1986; Manzullo, 1990; McLauchlin y Low, 1994; Merck, 2000). Figura N° 3: Exantema papular por listeria Al ser la listeriosis además de una zoonosis, una enfermedad trasmitida por los alimentos, se deben tomar ciertas medidas por parte del consumidor para prevenirla: una buena higiene, aseo personal, almacenamiento correcto y adecuada cocción; evitar la contaminación cruzada, el consumo de leche cruda (no pasteurizada) o alimentos elaborados con leche cruda (Hird, 1987; Golden et al, 1995). Tratamiento: Para el tratamiento de la enfermedad los antibióticos recomendados son: clortetraciclina, penicilina y ampicilina. Dada la escasa permeabilidad de la barrera hematoencefálica, se deben usar altas dosis de antibióticos durante varios días (Campero et al, 2008). Listeria monocytogenes es sensible a la penicilina (es el fármaco de elección), ceftiofur, eritromicina y trimetroprin/sulfonamida. Se debe administrar penicilina G a 44.000 UI/Kg de peso corporal, por vía intramuscular diariamente durante 1 a 2 semanas; la primera dosis intramuscular debería acompañarse de la misma dosis administrada por vía intravenosa. El tratamiento de apoyo, administración de líquidos y electrolitos 47 (Blood y Radostitis, 1992; Merck, 2000; Rosenberger, 2005). La aplicación intravenosa de clortetraciclina, en dosis de 10 mg por Kg de peso corporal durante 5 días, suele ser eficaz en la meningoencefalitis de los bovinos y menos en las ovejas. Se han utilizado también y con buen éxito en la forma septicémica en los corderos, el cloranfenicol y una combinación de estreptomicina y penicilina (0.25 g y 0.3 millones de UI respectivamente), y corrigiendo los desequilibrios electrolíticos (Blood y Radostitis, 1992). En las pérdidas moderadas a intensas de saliva y para equilibrar también la acidosis se suministra vía oral 25-50 g o 50-100 g de bicarbonato de sodio/100 Kg de peso corporal en 2-4 o 4-8 litros de agua; transfusión de líquido ruminal. En caso de daño muscular por esfuerzo está indicada la aplicación parenteral de selenio- vitamina E. (Rosenberger, 2005). La queratoconjuntivitis por el ensilaje no siempre responde al tratamiento local habitual, (instilación repetida de antibióticos y corticoides en pomadas oftálmicas) (Rosenberger, 2005). Se recomienda realizar terapia de apoyo con antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) (Megluminato de Flunixina) (Campero et al, 2008). Los índices de recuperación dependen en gran medida de la rapidez con que se instaure el tratamiento. Si ya son evidentes signos clínicos graves, generalmente, sobreviene la muerte a pesar del tratamiento (Blood y Radostitis, 1992; Rosenberger, 2005; Campero et al, 2008). La administración parenteral de penicilina en el momento del nacimiento puede reducir el número de muertes por septicemia neonatal (Blowey y Weaver, 2004). Hasta la fecha han fracasado la mayor parte de las tentativas para hacer una vacuna con gérmenes muertos, aunque se han practicado ensayos de campo con bacterina muerta que parece disminuir la incidencia de la enfermedad en rebaños de ovejas. Se encuentra en investigación también como agentes inmunizantes las bacterias atenuadas. Por este motivo es importante establecer un tratamiento a tiempo, debido a la falta de vacunas disponibles en el mercado y a la rápida evolución de la enfermedad (Blood y Radostitis, 1992). En el tratamiento de la listeriosis humana, se considera que la primera elección terapéutica es la penicilina o la ampicilina, solas o asociadas a gentamicina (Joklik et al, 1992; Low y Donachie, 1997; Oteo y Alós, 2006). La combinación trimetroprin + sulfas se ha utilizado con éxito en pacientes alérgicos a las penicilinas (Oteo y Alós, 2006). 48 MATERIALES Y MÉTODOS: Área de trabajo: El estudio se realizó en un establecimiento ubicado en el partido de Pehuajó, provincia de Buenos Aires, Argentina, es una explotación mixta de aproximadamente 600 hectáreas, que cuenta además de bovinos con equinos para las tareas rurales. Descripción de los casos clínicos: Caso 1: El día 5/10/01 se encontró un toro de raza Hereford de dos años de edad con los siguientes signos clínicos: Cabeza torcida hacia la derecha y andar vacilante, a las 12 hs de comenzados los signos el animal cae en decúbito esternal. Al obligarlo a levantarse daba vuelta en círculos; a las 72 hs se encontraba en decúbito lateral con pedaleo e imposibilidad para incorporarse. A los 6 días de haber presentado los signos, fue sacrificado. Datos del Animal: Raza: Hereford Edad: 2 años Condición Corporal: buena Grado de putrefacción: 0 Necropsia: -Cavidad abdominal: sin lesiones aparentes. -Abomaso, rumen: sin lesiones aparentes. -Intestino: sin lesiones aparentes. -Hígado: sin lesiones aparentes. -Senos frontales: contenido acuoso, color grisáceo con olor fétido. -Bazo y riñón: sin lesión aparente. Toma de muestra: cabeza entera. Comentarios: el animal fue alimentado previamente al caso clínico con ensilaje de maíz y afrechillo de trigo. La muestra fue enviada al INTA Balcarce para ser analizada. Resultados obtenidos: Informe Histopatología Descripción microscópica de la muestra Sistema nervioso central: 49 Médula: focos de necrosis y malacia severa. Presencia de neutrófilos y macrófagos, degeneración axonal y respuesta perivascular a base de linfocitos y macrófagos. Bulbo: focos múltiples de necrosis, infiltrado con macrófagos y escasos polimorfonucleares. Reacción perivascular severa, edema y hemorragia. Protuberancia: marcada reacción perivascular y edema. Tálamo: reacción linfocitaria alrededor de los vasos. Presencia de microabscesos. Corteza frontal: sin lesiones aparentes. Corteza occipital: ligera respuesta linfocitaria en la meninge. Cerebelo: sin lesiones aparentes. Diagnóstico histopatológico - Mielitis necrotizante multifocal con respuesta proliferativa. - Meningitis no supurativa moderada. Informe de laboratorio de bacteriología Muestra: sistema nervioso central Aislamiento: Listeria monocytogenes. Antibiograma: - Sensible: neomicina, vancomicina, ampicilina, eritromicina, cefalotina, ofloxacina, tetraciclina, kanamicina, estreptomicina, gentamicina, penicilina. - Resistente: colistina, enrofloxacina, amicacina, bacitracina, fosfomicina, polimixina, furazolidona, nitrofurantoina. Informe laboratorio de virología Muestra: sistema nervioso Resultados: Luego de 4 pasajes en cultivos celulares no se observó efecto citopático. La identificación viral por inmunofluorescencia es esos cultivos resultó negativa a Herpesvirus Bovino (HVB) y a virus de la Diarrea Viral Bovina (DVB). Diagnóstico de laboratorio: aislamiento viral negativo a HVB/DVD. Caso 2: El día 02/09/04 muere un toro que había presentado signos nerviosos, como incoordinación, deambular en círculos y caída en decúbito, irritación ocular y convulsiones tónico-clónicas agónicas. 50 Anteriormente a la muerte cuando el cuadro clínico era avanzado se le administró oxitetraciclina, no respondiendo al tratamiento. Otro toro del mismo lote presento signología similar luego que se remitieron las muestras. Comentarios: los toros son alimentados en un piquete con silo de maíz (más de 10 Kg/cabeza/día), y grano de maíz. Toma de muestras: cabeza entera, silo de maíz y concentrado. Las muestras fueron enviadas al INTA Balcarce para ser analizadas. Resultados obtenidos: Informe laboratorio de virología Tipo de muestra: cerebro y ganglio de Gasser. Resultado: luego de 4 pasajes en cultivos celulares no se observó efecto citopático. La posterior identificación viral por inmunofluorescencia de esos cultivos resulto negativa a Herpesvirus Bovino (HVB) y al virus de la Diarrea Viral Bovina (DVB). Informe laboratorio de bacteriología Tipo de muestra: cerebro y silo de maíz (concentrado, comedero piso, batea, comedero, silo bolsa) Resultado: negativo No se aisló Listeria monocytogenes en ninguna de las muestras procesadas. Informe histopatología Protuberancia y tálamo: encefalitis severa con presencia de polimorfonucleares multifocal. Manguitos perivasculares con presencia de bacilos de putrefacción. Cerebelo: autólisis muy marcada. Restos del SNC: sin lesión. Diagnostico histopatológico: encefalitis multifocal severa con formación de microabscesos. Inmunohistoquimica: con secciones formoladas del SNC y parafinadas se realizó la prueba de Avidin Biotina, con antisuero específico para Listeria monocytogenes. Resultado: positivo Se observaron lesiones de necrosis licuefactiva con presencia de antígenos de Listeria monocytogenes dispersos en áreas afectadas. 51 Técnica de Avidin Biotina- antisuero policlonal de conejo. Dilución 1:300. Diagnóstico final: encefalitis necrotizante multifocal ocasionada por Listeria monocytogenes. Caso 3: El día 30/07/07 se observan signos nerviosos en un torito menor de 2 años, raza Hereford, de un lote de toros padres (alrededor de 25 animales), comiendo en un potrero de campo natural. El animal se encontró en decúbito lateral con la cabeza flexionada hacia el flanco, al pararse caminaba en círculo siempre hacia el mismo lado y se caía, no presentaba ceguera ni estaba disociado del medio. La temperatura corporal era de 39.5 °C. Fue tratado con Estreptopendiben® (2 ampollas ese día y se repitió los días siguientes). El día 02/08/07 el animal seguía caído con signos de pedaleo, en muy mal estado y se le administró nuevamente 2 ampollas de Estreptopendiben®, dexametasona endovenosa y tiamina. Al día siguiente el animal muere. Toma de muestra: cerebro enviado en formol. La muestra fue enviada al INTA Balcarce para ser analizada. Resultados obtenidos: Informe histopatológico S.N.C. base: manguitos perivasculares con predominio de células mononucleares, malacia con abundantes macrófagos, linfocitos y focos de hemorragia. Se observan focos de microabscesos con presencia de polimorfonucleares y malacia incipiente. Corteza: sin lesión. Diagnóstico histopatológico: Encefalitis focal mixta severa de probable etiología bacteriana. Informe laboratorio de patología Inmunohistoquímica para Listeria monocytogenes: Muestra: SNC Diagnóstico: positivo - Técnica de Avidín Biotina. Antisuero policlonal de conejo. Dilución 1:300. Diagnóstico final: encefalitis por Listeria monocytogenes. 52 Tabla 1: Resultados de laboratorio de los casos 1, 2 y 3 Caso 1 Histopatología ●Mielitis necrotizante multifocal con respuesta inflamatoria. ●Meningitis no supurativa moderada Aislamiento Listeria Bacteriología 2 3 ●Encefalitis ●Encefalitis focal multifocal severa mixta severa de con formación de probable etiología microabscesos bacteriana. Negativo monocytogenes Virología Negativo a Negativo a HVB/DVB HVB/DVB Inmunohistoquimica Positivo Positivo RESULTADOS: En el establecimiento agrícola-ganadero mencionado se recomienda seguir los siguientes pasos para que no se repita la presentación de casos clínicos producidos por listeria. Los animales afectados deben segregarse. Los animales con encefalitis o que han abortado deben aislarse y sus placentas y fetos destruirse, evitando el contacto con especies susceptibles. No deben introducirse en el rodeo animales recién adquiridos sin un periodo de cuarentena de acuerdo al curso de esta enfermedad. Disminuir en lo posible la cantidad de alimentos ensilados, y en animales estabulados la ingestión constante de concentraciones de tetraciclinas durante todo el periodo de engorde a dosis profilácticas. Evitar ensilado contaminado por tierra, ensilado podrido, ensilado con pH superior a 5 ó un contenido en cenizas mayor de 70 mg/kg de materia seca (MS) o ensilado enmohecido. 53 No debe utilizarse el ensilaje que está a pocos centímetros del frente, costados y parte superior de la bolsa y una vez alimentados los animales, cualquier resto de ensilaje debe ser eliminado. Para prevenir el crecimiento de la listeria en los silajes, se aconseja: Mantener las condiciones de anaerobiosis mediante una buena compactación y un correcto sellado. Permitir que el material ensilado fermente por lo menos durante dos semanas. Ensilar el forraje con un contenido de materia seca comprendida entre el 30 al 40 %. Mantener limpio y drenado los alrededores del silo. Descartar el desperdicio de la periferia del silo, que mantiene contacto con el aire (Bragachini et al, 2008). DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES: En los últimos años la ganadería de nuestro país sufrió cambios importantes en sus sistemas de producción. Estos se modificaron influenciados por la necesidad de “liberar” tierra para la agricultura, potenciando la producción de carne en corrales, con alimentos concentrados como por ejemplo silo de maíz, entre otros. Lo cual ha generado la aparición de enfermedades que antes no se manifestaban con tanta incidencia entre las cuales se encuentra la listeriosis. En el presente trabajo se ha observado que los casos de listeriosis en bovinos se registraron debido a la alimentación de los animales con silo de maíz; salvo el caso número 3 en donde el torito menor de 2 años se encontraba comiendo sobre campo natural en un lote de toros padres, que habían consumido con anterioridad silo de maíz. Esto nos hace pensar que este caso clínico, se produjo por la contaminación del pasto con materia fecal de los toros padres que habían consumido con anterioridad ensilaje. En la bibliografía analizada se describe este tipo de contaminación (Low y Donachie, 1997) También se ha observado que en los 3 casos clínicos la signología fue nerviosa, siendo esta la forma clínica de mayor presentación, coincidiendo con la bibliografía (Blood; Radostitis 1992). 54 La implementación de la técnica de inmunohistoquimica, es muy útil ya que permite detectar L. monocytogenes en tejidos cerebrales, de animales que presentan signos nerviosos y lesiones histopatológicas compatibles con L. monocytogenes, y cuyo cultivo bacteriológico es negativo. Por este motivo es indispensable remitir muestras al laboratorio, para llegar a un diagnóstico certero y poder implementar a tiempo un tratamiento adecuado a los animales que presentan signos clínicos y prevenir esta enfermedad en años futuros con una correcta elaboración y mantenimiento del silaje. En la revisión bibliográfica se ha planteado la importancia de establecer un tratamiento a tiempo, debido a la falta de vacunas disponibles en el mercado y a la rápida evolución de la enfermedad (Blood y Radostitis, 1992). El tratamiento más adecuado según varios autores (Joklik et al, 1992; Blood y Radostitis, 1992, Low y Donachie, 1997; Merck, 2000; Blowey y Weaver, 2004; Rosenberger, 2005; Oteo y Alós, 2006; Campero et al, 2008) es la aplicación de penicilina a razón de 44000 UI/Kg de peso vivo 2 veces al día durante 7-14 días. Los profesionales (veterinarios, médicos, etc) deben instruir e informar a la población en general sobre los riesgos de esta enfermedad, ya que se conoce muy poco sobre la misma. En la actualidad es una de las enfermedades bacterianas más importantes, debido a las pérdidas económicas, al deterioro de los alimentos y a la posible transmisión al hombre por medio de los alimentos y como zoonosis por contacto directo en los grupos sociales de riesgo. BIBLIOGRAFÍA: 30) Acha, P.N.; Szyfres, B. (2003). Listeriosis. En: Zoonosis y enfermedades transmisibles comunes al hombre y a los animales. 3ra edición. Editorial Organización Panamericana de la Salud. Washington, DC, USA. pp 186. 31) Blood, D. C.; Radostitis, O. M. (1992). Medicina Veterinaria. Volumen 1. 7ª edición. Editorial McGraw-Hill Interamericana pp 627-632. 32) Blowey, Roger W; Weaver, David A. (2004). Atlas a color enfermedades y trastornos del ganado vacuno, segunda edición. Elsevier. Madrid. España. pp 138139. 55 33) Bragachini, M.; Cattani, P.; Gallardo, M. y Peiretti, J. Forrajes conservados de alta calidad y aspectos relacionados al manejo nutricional. 2008. [337 pantallas] Disponible en el URL: http:// www.produccionbovina.com/. Fecha consulta 30/3/09. 34) Cain, David B.; McCann Vernal L. (May 1986). An unusal case of cotaneous Listeriosis. American Society for Microbiology. Journal of Clinical Microbiology. Vol. 23, No. 5. pp 976-977. 35) Campero, C. M.; Cipolla, A. 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