no cesan los efectos de la orden de reaprehensión cuando el juez

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RESEÑA DE LA CONTRADICCIÓN DE TESIS 95/2010
PRIMERA SALA DE LA SUPREMA CORTE
DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
“NO CESAN LOS EFECTOS DE LA ORDEN DE
REAPREHENSIÓN CUANDO EL JUEZ DE LA CAUSA
ORDENA SU SUSPENSIÓN, PORQUE EL QUEJOSO
COMPARECE AL PROCESO BAJO LOS EFECTOS DE LA
SUSPENSIÓN PROVISIONAL OTORGADA EN EL JUICIO DE
AMPARO INTERPUESTO CONTRA ESA MISMA ORDEN”
RESEÑA DE LA
CONTRADICCIÓN DE TESIS 95/2010
PRIMERA SALA DE LA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
“NO CESAN LOS EFECTOS DE LA ORDEN DE REAPREHENSIÓN
CUANDO EL JUEZ DE LA CAUSA ORDENA SU SUSPENSIÓN,
PORQUE EL QUEJOSO COMPARECE AL PROCESO BAJO LOS
EFECTOS DE LA SUSPENSIÓN PROVISIONAL OTORGADA EN EL
JUICIO DE AMPARO INTERPUESTO CONTRA ESA MISMA ORDEN”
Cronista: Lic. Saúl García Corona
Elaboró: Roberto Zerón Arochi
CONTRADICCIÓN DE TESIS 95/2010
MINISTRO PONENTE: JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ
SECRETARIO: JULIO VEREDÍN SENA VELÁZQUEZ
En 2010 durante la sesión del 3 de noviembre, la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió si debe tenerse por
actualizada la causal de improcedencia de cesación de los efectos del
acto reclamado, a que alude la fracción XVI del artículo 73 1 de la Ley de
Amparo y, como consecuencia, decretar el sobreseimiento en el juicio de
garantías, cuando en un proceso penal en el que se dicta orden de
reaprehensión, por incumplimiento a las obligaciones procesales
derivadas del beneficio de libertad provisional bajo caución, pero el
procesado se presenta ante el Juez de la causa penal para la
continuación del procedimiento, bajo los efectos de la suspensión
provisional que le fue concedida con motivo del juicio de amparo que
promovió contra aquella determinación, y la autoridad judicial declara
“suspendida” la orden de captura reclamada.
El asunto anterior tuvo como antecedente la denuncia de Contradicción
de Tesis que el señor Ministro José de Jesús Gudiño Pelayo, el día
14 de abril de 2010 hizo suya ante el Alto Tribunal de la posible
contradicción de tesis entre los criterios sustentados por el Tercer
1
Artículo 73.- El juicio de amparo es improcedente:
… XVI.- Cuando hayan cesado los efectos del acto reclamado;
-1-
Tribunal Colegiado en Materia Penal del Segundo Circuito al resolver el
amparo en revisión 204/2009 y el Primer Tribunal Colegiado de la misma
Materia y Circuito, con motivo de la resolución del amparo en revisión
8/2010.
En el asunto resuelto por el Tercer Tribunal Colegiado, en el que se
presentó una demanda de amparo contra la orden de reaprehensión que
fue dictada en contra de una persona, dentro del proceso que se le
seguía por el delito de abuso de confianza, se consideró que la
determinación del Juez de amparo de sobreseer el juicio fue legalmente
acertada, pues efectivamente debía tenerse por actualizada la causal de
improcedencia a que se refiere el artículo 73, fracción XVI, de la Ley de
Amparo, ya que los efectos legales del acto reclamado cesaron
totalmente por virtud de la suspensión decretada tras la comparecencia
personal del quejoso al proceso y que el objeto materia del acto
reclamado dejó de existir, de modo tal que las cosas volvieron al estado
que tenían antes de la posible violación constitucional, como si el acto no
hubiese invadido la esfera jurídica del quejoso. Al respecto estimó
aplicables las jurisprudencias de rubros:
“CESACIÓN DE EFECTOS EN AMPARO. ESTA CAUSA DE
IMPROCEDENCIA SE ACTUALIZA CUANDO TODOS LOS
EFECTOS DEL ACTO RECLAMADO SON DESTRUIDOS EN
FORMA TOTAL E INCONDICIONAL” 2 y “SOBRESEIMIENTO.
CESACIÓN DE LOS EFECTOS DEL ACTO RECLAMADO”. 3
Otro de los razonamientos acerca del sobreseimiento fue que no se dejó
al quejoso en estado de indefensión, ya que la causal de improcedencia
se manifestó desde que se tuvo por recibido el informe enviado por la
Juez de la causa penal en el que refirió que había suspendido la
reaprehensión, así, la copia certificada del auto de suspensión constituyó
prueba eficaz sobre la cesación de efectos de la orden y fue suficiente
para acreditar la causal de improcedencia la cual fue manifiesta e
2
Véase Tesis de Jurisprudencia 2a/J 59/99, consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Novena Época, Tomo IX, diciembre de 2000, página 38. IUS: 193758
3
Véase Tesis de Jurisprudencia 2a./J 9/98 consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Novena Época, Tomo VII, febrero de 1998, página 210. IUS: 196820
-2-
indudable, por lo que no era posible que fuera desvirtuada con cualquier
elemento de prueba y que suponer lo contrario implicaría un retraso en la
impartición de justicia.
Por otra parte el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del
Segundo Circuito, resolvió el amparo en revisión 8/2010 el cual deriva de
la acción penal que fue ejercitada en contra de una persona por
considerarla probable responsable de la comisión del delito de abuso de
autoridad, y que además durante el proceso penal hubo varias
interrupciones en virtud del libramiento de distintas órdenes de
reaprehensión derivadas del incumplimiento del procesado a las
obligaciones procesales que adquirió con la concesión del beneficio de
libertad provisional y de los juicios de amparo promovidos para reclamar
su inconstitucionalidad.
Con motivo de la inasistencia del procesado a una audiencia de
desahogo de pruebas y al no justificarla, el juez de la causa revocó el
beneficio de libertad provisional bajo caución y ordenó la reaprehensión
del encausado; posteriormente el Juez de Distrito le concedió la
suspensión provisional del acto reclamado, la cual fue exhibida por el
procesado con copia en la posterior comparecencia que regularizaba el
procedimiento donde el juez tuvo al inculpado por presentado, decretó su
detención material (sin restricción de su libertad personal pero con el
carácter de formalmente preso), señaló fecha para la celebración de la
audiencia de desahogo de pruebas que había quedado pendiente y
ordenó suspender la orden de reaprehensión.
Derivado de lo anterior el Juez de Distrito en audiencia constitucional
resolvió sobreseer el juicio de amparo al tener por acreditada la causal
de improcedencia prevista en el artículo 73, fracción XVI, de la Ley de
Amparo, relativa a la cesación de efectos del acto reclamado.
Dentro de los argumentos para decretar dicha resolución, el Juez de
Distrito señaló que la cesación de efectos del acto reclamado puede
producirse cuando la autoridad, sin revocar o dejar insubsistente el acto,
-3-
constituye una situación jurídica que definitivamente destruye la que
daría motivo a la concesión de amparo y reponer al quejoso en el goce
de su garantía; afirmó también que al emplear el vocablo suspender en
lugar del de cancelar sólo implicaba que el juez de proceso incurrió en
una imprecisión técnica y agregó que a su entender el juez de la causa
penal debió cancelar y no suspender la orden de reaprehensión, pese a
ello, advirtió que resultaba lógico entender que la suspensión del juez
cesaba los efectos de la reaprehensión; esto, insistió, en virtud de que el
quejoso ya había comparecido ante el juez y se había reanudado el
proceso, pues ―añadió― no tendría ningún sentido entender que
únicamente se había dejado en suspenso.
Por último añadió que para el caso de que el procesado incumpliera
nuevamente a sus obligaciones procesales, el juez penal tendría que
dictar una nueva orden de reaprehensión, y no asumir que la orden
suspendida continúa vigente, ya que la finalidad era la comparecencia
ante el juez o sea el sometimiento a la acción de la justicia, lo cual ya
había acontecido, por lo tanto no podría aprehenderse a la persona con
apoyo en la misma orden, pues ésta ha dejado de tener vida jurídica.
De lo anterior el Tribunal Colegiado consideró que, contrario a lo
estimado por el juez de distrito, la causal de improcedencia prevista en la
fracción XVI del artículo 73 de la Ley de Amparo no se actualizaba. Con
base en esta apreciación, levantó el sobreseimiento, entró al fondo del
asunto y otorgó para efectos el amparo al quejoso.
De esta forma, en sus consideraciones para sustentar el fallo señaló que
con tal auto no se destruyeron, de forma total o incondicional, los efectos
del mandato de captura, como afirmó el Juez de Distrito, puesto que éste
permanecía vigente y su eficacia jurídica estaba supeditada a lo que se
resolviera en el juicio de amparo respecto de su constitucionalidad.
También dicho Tribunal no compartió la determinación del Juez de
Distrito al estimar que el juez de la causa incurrió en una deficiencia de
técnica jurídica por utilizar la palabra suspender, en lugar del vocablo
-4-
cancelar, ya que el alcance de toda medida cautelar concedida en un
incidente de suspensión es sólo mantener las cosas en el estado en que
se encuentran, si con ello no se causa un perjuicio al interés social;
mientras que la cancelación del acto reclamado, entendida como la
destrucción total del mismo, es propia de la sentencia definitiva que se
dicte en el juicio de amparo.
Aunado a lo anterior, el colegiado discrepó del razonamiento del Juez de
Distrito cuando afirmó que, ante la comparecencia del reo, el juez de la
causa debió cancelar la orden de reaprehensión, por lo que la causal de
improcedencia prevista en la fracción XVI del artículo 73 de la Ley de
Amparo resultaba infundada porque el mandato de captura reclamado
por el quejoso solamente había sido suspendido en cuanto a su
ejecución por el Juez de la causa, pero ello, en acatamiento cabal a la
suspensión provisional concedida por el propio Juez federal, todo ello,
mientras se resolvía en definitiva el juicio de amparo en lo principal.
De lo anterior se estimó que sí existió una contradicción de criterios y de
este modo el asunto fue resuelto por la Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación en sesión del 3 de noviembre de 2010,
asunto que le correspondió el número 95/2010, que fue turnado al señor
Ministro José Ramón Cossío Díaz, a fin de que formulara el proyecto
de resolución correspondiente.
Los señores Ministros de la Primera Sala del Alto Tribunal del país
consideraron que no debía tenerse por actualizada la causal de
improcedencia de cesación de los efectos del acto reclamado y
sobreseer en el juicio de garantías, por el hecho de que el quejoso se
presentara ante el Juez de la causa penal para la continuación del
procedimiento que se le instruía bajo los efectos de la suspensión
provisional concedida con motivo del juicio de amparo promovido contra
la orden de reaprehensión dictada, por incumplimiento a las obligaciones
procesales derivadas del beneficio de libertad provisional bajo caución, y
la autoridad judicial declaró en estado de suspensión la citada orden de
captura reclamada.
-5-
Esta conclusión de la Primera Sala estuvo apoyada en que en el disenso
de los tribunales colegiados se explicaba por qué ambos centraron su
atención en diferentes aspectos del motivo que originó la emisión de la
declaratoria de suspensión de la orden de reaprehensión reclamada, ya
que, por una parte, el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Penal del
Segundo Circuito partió de la premisa de que la comparecencia del
inculpado fungió como la principal causa motivadora de la suspensión a
la orden de reaprehensión, mientras que el Primer Tribunal Colegiado en
la misma Materia y Circuito entendió que el Juez de la causa había
dictado la suspensión del acto reclamado derivado de la suspensión
provisional emitida por el Juez de amparo que conocía de la demanda
interpuesta contra la orden de reaprehensión; de lo anterior en el análisis
de los Tribunales contendientes se advirtió que
con el retorno del
procesado para ponerse a disposición de la autoridad judicial para la
continuación del proceso penal que se le instruyó, cumplía a cabalidad la
finalidad de la orden de reaprehensión. De esta manera, la suspensión
que de dicho acto decretó el Juez del proceso era equiparable a su
cancelación y debía considerarse que ello implicaba la cesación de los
efectos del mismo, y por lo tanto, la Primera Sala estimó que constituía
una visión parcial del acto reclamado y de los efectos que su
pronunciamiento produjeron en la esfera jurídica del gobernado.
Asimismo, la Primera Sala señaló como de suma importancia entender
que la determinación judicial por la que se revocó el citado beneficio de
libertad provisional, no podía ser arbitraria, de ahí que su legalidad de
ninguna manera quedaba supeditada a la subsistencia o no de la orden
de reaprehensión. Esto es así, porque el mandato de captura no era sino
la consecuencia que deriva precisamente del incumplimiento del
encausado a las obligaciones procesales.
Igualmente destacaron que cuando se reclama en juicio de amparo
indirecto la orden de reaprehensión y se solicita la suspensión de dicho
acto, una de las obligaciones que adquiere, el quejoso a fin de mantener
-6-
la subsistencia de la suspensión cuando le es concedida, consiste en
presentarse ante el Juez del proceso para la continuación del mismo, con
independencia de que por cuanto hace a su libertad personal se
encuentre a disposición del Juez de Distrito; esto no implica otra cosa
que cumplir con el imperativo que le es impuesto en el incidente
suspensional para mantener vigente la no ejecución del mandato de
captura y en consecuencia, el pronunciamiento del juzgador del proceso
penal, luego de tener por presentado al procesado y reanudar el
procedimiento, de suspender la orden de reaprehensión, no constituía
más que el propio reconocimiento de la suspensión provisional que del
mismo ya había otorgado la autoridad del amparo, lo que no implicó un
equivalente a la cancelación del acto y, por ende, a la cesación de sus
efectos.
Aunado a lo que anterior, agregaron que la cesación de efectos es una
condición que sólo puede entenderse actualizada ante la total e
incondicional destrucción de éstos, de modo tal que las cosas vuelvan al
estado que tenían antes de la violación constitucional; esto es, como si
se hubiera otorgado el amparo o como si el acto nunca hubiere invadido
la esfera jurídica del particular, o habiéndola irrumpido, la cesación no
haya dejado ninguna huella.
Del mismo modo, se puede consultar el criterio jurisprudencial de
rubro:
“ACTO RECLAMADO, CESACIÓN DE SUS EFECTOS.
PARA ESTIMAR QUE SE SURTE ESTA CAUSAL DE
IMPROCEDENCIA, DEBEN VOLVER LAS COSAS AL ESTADO
QUE TENÍAN ANTES DE SU EXISTENCIA, COMO SI SE
HUBIERA OTORGADO LA PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL”. 4
4
Su texto establece: “La interpretación que de la fracción XVI del artículo 73 de la Ley de Amparo ha hecho este
tribunal en diversas épocas, en distintas tesis aisladas, obliga a considerar que el juicio de amparo es
improcedente cuando han cesado los efectos de los actos reclamados sólo cuando el acto ha quedado
insubsistente y las cosas han vuelto al estado que tenían antes de la violación constitucional, como si se hubiera
otorgado el amparo, de tal manera que el acto ya no agravia al quejoso y disfruta del beneficio que le fue afectado
por el acto de autoridad”. Éstos son sus datos de localización: Véase Tesis Aislada P CL/ /97, consultable en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Novena Época, Tomo VI, noviembre de 1997, página 71. IUS:
197367
-7-
Consecuentemente, el Alto Tribunal al conferir el concepto de “cesación
de los efectos del acto reclamado”, pudo determinar cómo identificar,
cuando todos los efectos de un acto han llegado a esa condición de
cesación absoluta y precisó que en los casos analizados por los órganos
contendientes, la orden de reaprehensión (acto reclamado cuyos efectos
se alegaron cesados) fue dictada para lograr que el quejoso
compareciera ante el juez de la causa, esto tras haber faltado
injustificadamente a la obligación que tienen de comparecer al proceso.
Así, no cabe duda que ese fue el efecto cuya realización buscó el
juzgador de la causa penal al emitir tal orden.
En este sentido, la orden de reaprehensión debió estar precedida por la
consideración de que los requisitos que condicionan su emisión había
sido satisfecha cuando el quejoso incumplió injustificadamente con las
obligaciones inherentes al beneficio de libertad provisional al faltar a las
audiencia para las cuales estaba citado. De esta forma, cuando el juez
de la causa la dicta, aparte de lograr que el procesado se presente ante
él a comparecer (efecto rector),
también afirma que las condiciones
exigidas se han actualizado, sin dejar de lado que existe una afectación a
la esfera de derechos de la persona; de lo cual
deriva en que sea
procedente estudiar su legalidad, a efecto de verificar que la autoridad no
incurrió en arbitrariedad al declarar actualizado el presupuesto de la
orden de reaprehensión, relativo al incumplimiento de alguna de las
obligaciones procesales, por lo tanto con la posibilidad de ocasionar un
perjuicio al emitirse un determinado acto, implica que las condiciones se
actualizaron, por ello, si esa sola afirmación es capaz de generar algún
perjuicio en la esfera jurídica de una persona, no hay ningún motivo para
negar que su legalidad y/o constitucionalidad sean revisadas en el juicio
de amparo.
En este mismo orden la Primera Sala concluyó que los efectos de un
acto no se agotan en la producción del estado de cosas que se pretendía
lograr con su emisión, el acto puede tener efectos accesorios capaces,
también, de incidir negativamente en la esfera de derechos del particular,
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el cual debe ser controlable en juicio de amparo; lo anterior es palpable
con otra de las consecuencias que genera la revocación del acto
reclamado, que consiste en hacer efectiva la caución exhibida para
garantizar las obligaciones procesales, pues la suspensión de la orden
de reaprehensión no tiene el alcance de dejar sin efectos esa
declaratoria de hacer efectiva la garantía mencionada. Por lo tanto no
necesariamente cesan todos los efectos de la orden de reaprehensión,
cuando la misma autoridad que la dicta, la suspende ante la
comparecencia del encausado para la continuación del proceso, pero de
ello no se sigue que ya no existe ninguna otra afectación en la esfera de
derechos de la persona.
Pero además, puntualizaron que entender a la declaratoria de
suspensión del acto reclamado, por parte del Juez del proceso, implicaba
que han cesado los efectos del mismo; en un grado de asimilación a la
cancelación de la orden de reaprehensión, y que por lo mismo no
desaparecen todas las consecuencias que generaron una afectación en
la esfera jurídica del quejoso con la revocación del beneficio de libertad
provisional; por lo cual considerar esta postura como válida generaría
una mayor afectación al demandante de amparo, por un lado la total
negativa a la posibilidad de cuestionar la constitucionalidad de un acto de
autoridad y verificar las posibles arbitrariedades; por otro lado como el
término suspensión no puede tener mayor acepción que la de detener o
diferir por algún tiempo una acción u obra. Lo que al mismo tiempo se
pretende con este criterio es asegurar el mayor acceso a la justicia;
buscando, de esa manera, que la persona pueda acceder a los
mecanismos de tutela de sus derechos, donde las condiciones o
limitaciones que la ley pueda establecer para el acceso al recurso o juicio
deban ser interpretadas de manera tal que se optimice al mayor grado la
efectividad.
De acuerdo a las razones expresadas anteriormente por los señores
Ministros,
se
sostuvo
que
debe
prevalecer,
con
carácter
de
jurisprudencia, el criterio sustentado por la Primera Sala de la Suprema
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Corte de Justicia de la Nación, al tenor de la tesis redactada con el
siguiente rubro:
ORDEN DE REAPREHENSIÓN. NO CESAN SUS EFECTOS
CUANDO EL JUEZ DE LA CAUSA PENAL ORDENA SU
SUSPENSIÓN, PORQUE EL QUEJOSO COMPARECE AL
PROCESO BAJO LOS EFECTOS DE LA SUSPENSIÓN
PROVISIONAL OTORGADA EN EL JUICIO DE AMPARO
INTERPUESTO CONTRA ESA MISMA ORDEN Y, POR ENDE,
NO DEBE SOBRESEERSE EN EL JUICIO DE GARANTÍAS.
Por unanimidad de cuatro votos de los señores Ministros José Ramón
Cossío Díaz (ponente), Juan N. Silva Meza, Olga Sánchez Cordero
de García Villegas y Presidente Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, lo
resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
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