y,... ¿ si hiciéramos un Parque?... por Jesús Gutiérrez Se m e presen ta don Ilo m o b o n o n erv io so , agitado y m e suelta las sig uien tes en ig m áticas p a la b ras : — Ya no se pu ed e ser padre en R e n te ría. — P e ro , ¿ q u é me dices? — Lo d ich o , Sales con tus niños de paseo y si algún coche no te m ata u n o , pu ed es c reer que has ten id o su erte. Estoy pensando en a d o p ta r la costu m b re q u e está saliendo ahora en M a d rid : lle v a r los niñ o s atados con una cadenita. No hay ni un sitio do n de pu ed an los n iño s e stira r un poco las p iern as. Yo antes los llevaba a la A lam eda, pero hasta p o r m edio de la A lam eda pasan ahora los coches franceses. — ¿N o p od ías e sc rib ir algo, —añ ad e— , so b re este asunto? A m í m e parece que u rg e la creación de u n p a rq u e in fa n til en R e n te ría. M ejor hacerlo b o j7 qu e m añana. Los n iñ os lo necesitan com o el pan de cada d ía. ¿N o piensas tú lo m ism o? —Lo qu e piense yo, no tien e im p ortan cia. ¿ P o r q u é no hacem os una encuesta e n tre la niñez re n te ria n a ? C reo q u e es de sum a im po rtan cia sab er lo que o p in an los n iño s so b re el asunto como p a rte in teresad a y que no se debe hacer nada en ese sentido sin co n tar con ellos. ¿H ace? — H ace. A nim ados, pues, de estas sanas in ten cio n es, nos lanzam os a la calle. H ab lem o s con el p rim e ro : T o ñ ín P irú le z , dos años, p ro fe s ió n : sus rabietas. — ¿C rees tú que es necesario en R e n te ría un p a rq u e in fan til? — N e ce sa riíííííííísim o . Es u n derecho al qu e 110 podem os re n u n ciar. Si se nos concede e l derecho a cierto n ú m ero de litro s de aire para n u estra d iaria re sp irac ió n , han de co nced erno s tam b ién el p o d e r re sp ira rlo s en un p a rq u e in fan til, ya que los únicos paseos (pie existen hoy día son las in so p o rtab les carre te ra s y, a pesar de la cam paña de la p ru - d encia, nos vam os a ver o blig ado s a an d ar p o r la carretera de á rb o l en á rb o l. — Y de la Plaza de los F u ero s, ¿ q u é me dices? — Que este año se cum ple el centenario de su d eclaración como p a rq u e in fan til p ro visional. Con m otivo de esta efem érid es sería conveniente h acer algo p ara su p rim ir dicha p ro v isio n alid ad . Y d iré una cosa. Si nos tie nen un poco m ás de tiem po ju g an d o en d icho lu g ar, acabarem os p or fen ecer todos los niños d el p u e b lo . Los m ayores no se dan cuen ta de que en los a lre d ed o re s de la Plaza hay dos tin to re ría s que infectan de hum o las calles cercanas de form a q u e no hay q u ien lo resista. P o r eso y p o r todo u rg e la creación de un p a rq u e in fan til en las afueras o, caso c o n tra rio , filtra r el aire de la P laza de los F uero s, H e dicho. ^ ^ ^ In terro g a m o s seguidam ente a ... — ¿ N om bre? — P epe P i. — ¿ P ro fesió n ? —V ocación s o la m e n te : p u e ric u lto r. — E ntonces le in teresará a V. el tem a que tratam os, ¿no? — Inm ensam ente. He de d e cirle que he h a blado con m uchos de m is com pañero s y e n tre la n iñ ez de am bos sexos hay un gran a m b iente. —P e ro , sin ceram ente h a b la n d o , como p u e ric u lto r, ¿cree V. necesaria la creación de dicho p a rq u e in fan til? ■ —-A bsolutam ente necesaria. Es u n asunto de vital im p o rta n cia. E n la n iñ ez de hoy está el p o rv e n ir de la P a tria . ¿D e qué se asustan los m ayores al v er a los «blusons no i res» y dem ás calaña? Son el fru to de la sem illa que han d epo sitado los ad ulto s al ab an d o n a r a la niñez a sus pro p ias fuerzas. En los países a d e lantados h oy día se concede al n iñ o u na im p ortancia c ap ital. Y desde lu eg o, hace falta estar ciego para no ver que debe ser así. —Ya que estam os en el te m a : ¿Q ué o p inas de los gam berros? — Que es u n fru to qu e ya ha pasado de m oda. Los in ad ap tad o s han existido siem pre, au n q u e nunca han adoptado u n a p ostura tan estúpida com o en nuestros tiem po s. Sin e m bargo, la nueva ju v en tu d q u e se avecina, de la qu e n o so tro s serem os a d alid es, b a rre rá toda esa lacra y dará al m undo una nueva j u v entud so n rie n te ante la vida y con el pecho d escubierto presto a la luch a sin pensar n u n ca en la d e rro ta . P ero eso será si los m ayores se p reo cu p an de n osotros todo lo que nos m erecem os. Si n o, dejarem os pálidas las b lu sas negras de los actuales «blusons noires ». D espués de lo dich o, n uestro in terro g ad o se vuelve a su n iñ era y le dice m iste rio sa m ente : •—P i, pi. — P o r lo visto, no es sólo p u e ric u lto r. Es tam bién m atem ático. * :•= * E n este m om ento llega hasta no sotro s ta m b aleándose p o r culpa de su p rim e r añito r e cién cum plido u n m uchachito que em pu ña un fusil a m e tra lla d o r de plástico. — ¡A lto a h í! , —le digo— . ¿N om bre? — F id e lito . — ¿C astro? — C astrito no m ás. -3 1 - -—¿T e gusta lo qu e estam os tratan d o ? — ¿Es re v o lu cio n ario ? — E n cierto m odo, sí. — E nton ces, m e gusta. — ¿C rees que se p uede llev ar a la p ráctica? — Se llevará a la práctica au nq u e haya que pasar p o r encim a de m u ch o s cadáveres. C o gerem os p risio n ero s y los can jearem o s p o r co lu m p io s, y h arem o s u n R en tería m ejo r a u n que para ello tengam os que a liarn o s con e! m ism o d iab lo . — ¿Q u é opinas d el actu al m om ento in te rn acion al? — ¡P u a f! * * :¡= el caudal de la fuente se harían unas piscinas de poco fo n d o , y a lre d ed o r un cam ino de circu nv alación ju n to al que se colocarían colu m p io s y toboganes a m ás de una pista de p a tin a je y bancos en ab u n d an cia para que descansasen las niñ eras. No costaría apenas nada, sino lo que costasen los terren o s que el A y u ntam iento p o d ría tom ar en ren ta o a d q u irir a plazos. No dud o de que el gasto sería am ortizado p o r u n a ju v en tu d fu e rte y p u jan te que hoy falta en nuestro pueblo. — ¿A lgo más? Los dos a la v e z : — ¿L e parece poco? $ * A hora m e en cuen tro con dos m ocitos de cuatro años, gem elos, de ojos vivísim os. — ¿V ocación? -—Yo m édico , — dice u n o . —Yo a rq u itec to , — dice el otro. — ¿ O p in ió n sobre el p a rq u e in fa n til...? — Com o fu tu ro m édico he de d ecir qu e estoy a te rrad o p o r el avance del alcoholism o en R e n te ría , y lo considero derivado de la falta de em p u je de la ju v en tu d actu al, d eriv ad o a su vez de una equivocada educación de la n iñez que se deriva de la falta de un adecuado p a rq u e in fan til. P ara que el h o m b re sea todo lo h o m b re que tien e qu e ser, hay qu e p e rm itir q u e el niño sea todo lo niño qu e p ueda ser. —Yo como a rq u itec to , — m e dice el o tro — tengo p re p ara d o s los p lan o s de u n m agnífico p a rq u e in fan til, orgu llo de R e n te ría. D eberá estar enclavado en lo q u e fue el b o sq u e M arcóla que h a b ría que re p o b la r en una m edida justa con á rb o les de som b ra. A provechando A nte nosotros u n peque de tres años. — ¿N om bre? P a q u ito Ju a rio n ag o itia o n ain d ia. — ¿V ocación? —L icenciado en lenguas clásicas. — ¿Q ué opina? — Que están equivo cados los que dicen qu? antes son las escuelas que el p a rq u e infantil. Los ro m anos llam aban al estudio «ludas» y al recreo o d iv ersió n , (al ju eg o , en fin), «ludas» tam bién. Con ello q u e ría n in d icar la estrecha v inculación que hay e n tre estos dos conceptos. Y' así como al estudio («ludus») hay que tom arlo com o una d iv ersió n ( aludas»), así a la d iversión («ludus») hay que co n sid erarla tan im p o rta n te com o el estudio («ludus»), ya que el niño com o m ás se e d u ca es ju g a n d o . C om o decían los precitados ro m a n o s : «díscere ludendo », es d ecir, « a p ren d e r d iv irtién d o se» , m áxim a esta que debería estar grabada en el escudo de todos los p u e blos. ¿Sabía usted que...? La erm ita de San S alv ad o r de A g u irre, d e n o m inada v ulg arm en te «Salbatore», se h a lla b a situad a d e n tro de la d em arcació n m u n icip al del V alle de O yarzun. E m p lazad a sobre una breve em inencia do m inab a la zo na de G a b ie rro ta y L a efigie del S alv ad o r que se ven erab a en la erm ita era de g ran veneración en la com arca, así com o a la C ru z que solía llevarse a d o rn ad a con lau reles y flo res d u ran te la Sem ana Santa a O yarzun: el Jueves Santo p o r la m añ a n a se re co rrían con ella a cuestas los 3 km s. que la sep a ra b a n de la P a rro q u ia del V alle y el V iernes S anto p o r la tard e v o lvían a ser desandados. (E ntendem os que, actu alm en te, dicha C ru z se halla d ep o sita d a en la P a rro q u ia del Valle). se h a lla b a ro d ead a p o r un fro n d o so robledal. Su situ ación co rresp o n d ió al lu g ar donde se h alla em p lazad a a ctu alm en te la casa «SA LB A T O R E » en cuya construcción se em p learon m uchos m ateriales de la referid a erm ita. L as m isas eran frecuentes en dich a la cual se sostenía con las lim osn as fieles de todos los co n to rn o s y «aun de conia francesa y de las A m éricas», tal predicación y renom bre. T o d av ía no hace m u ch o s años (hay m u chos ren terian o s que lo recuerdan) se celeb rab a el día de la festividad de la A scensión una an im a d a y gran ro m ería en la co lin a de S a lb ato re, la cual eclipsaba en interés y a n im a ción a la festividad de la M ag d alena? erm ita, de los la Basera su E scuelas, s í: pero tam b ién lo o tro . Com o dice el adagio l a t i n o : «Hacc o':oríet facer", ac illa non om itere .» «Esto es necesario h a cer, pero sin olv id ar lo o tro .» — A hora hablo con P a q u ito , que me dice que tiene dos años y que p ro nto va a cu m p lir siete y que cuando sea m ayor, será co n cejal. ¿Q ué o p in as del pro b lem a? La gente no se ha dado todavía perfecta cuenta del esfuerzo que está realizand o n u e stro A y untam iento con la creación de nuevas escuelas, o b ra la m ás u rg e n te para nuestra niñez, y o tro s m uchos p ro b lem as qu e surgen arro llad o re s p o r el constante aum ento de la p o blación. P o r eso m e parece duro que ss exija al A yuntam iento u n esfuerzo m ás. — ¿Sabes que eres el único que has d iscrepado? —Es que he hablado com o concejal. ¿ P u e do h a b la r ahora como n iño ? — H abla. —El p a rq u e in fa n til es para los niños tan necesario com o el pan. Si faltase el pan, se tom arían las m edidas m ás extrem as p ara que la gente no careciese p o r com pleto de él. Lo m ism o pienso del p arq u e in fa n til. Es n ecesario, luego debe h acerse. A u n q u e cueste. Y si no se hace p ara nuestra gen eració n, yo p ro m eto que cuando llegue a concejal rev o lv eré R om a con Santiago hasta conseguir eso que es una necesidad a p rem ia n te. ¿Q ueda claro? * * Yo no e ntro ni salgo en la cuestión. Sólo q uiero h acer un com entario : ¡ Caray con la niñez de nu estro s días! El A y u n tam ien to de O y arzu n solía asistir en C o rp o ració n a la M isa M a y o r, el día de la festividad de la A scensión con cuyo m otivo se celebraba la clásica ro m ería en R en tería. E n tiem pos, tuvo esta erm ita, adosado c o n tra ella, un caserío en el que vivieron los g u a rdianes, p ero , po sterio rm en te, a consecuencia de las guerras, el caserío d esap areció con virtiéndose a su vez la erm ita en cu adra y h ab ita ció n de lab ran za. La erm ita, en su dim ensión, no iba aco rde con su gran ren o m b re, pues m ed ía 12 m. de largo p o r 5 de ancho, ap ro x im ad am en te. C o m o todos los edificios im p o rta n te s de a q u e llas épocas, su c o nfiguració n resp o n d ía a un estilo religioso-civil, y m ilita r, p o r sus h e n d iduras en fo rm a de saeteras. A lgunos bajo-relieves de esta erm ita e n te n dem os que se h allan d epo sitad os en el «M u seo de San T elm o, de San Sebastián». L a efigie del P a d re E te rn o que en ella se veneraba resp o n d ía a estas características: «Era de a la b a stro , cual casi tod as las que se h a lla b an en el recinto sa g rad o ; a p arecía sentado y en actitu d de b end ecir con los dedos colocados cual en las fig u ras bizantinas. S obre su cabeza debió existir algún m otivo de o rn am en tació n p o r su especial c o rta d u ra y trab a jo , pero no debió ser un nim bo ni una co ro na, d esterran d o p o r ta n to la po sibilidad de que perteneciera a la escuela b izan tin a en el prim er caso, y en el segundo a la ojival, teniendo noticias de que en aqu el lu gar se veía un a p a lo m a , o sea la sim bólica ave gótica». «Sobre el pecho, y llegan do cerca h asta los pies, se ve al H o m b re D ios sobre el sag rado leño, ejecutado to scam ente y con fo rm e con a lgo del gusto de las efigies del estilo ojival prim ario». Lugar donde fué la erm ita de "S alb ato re " sobre cuyo em plazam iento se levanta este caserío actual. - 32 - Udalaitz