ACERCA DE LA CIBERNETICA. De “MECANISMOS DE REGULACIÓN” , Bruno Günter y Gabriela Díaz Ediciones de la Universidad de Chile, 1980. Si bien es cierto que el término platónico de “timonel”, kibernitis en pronunciación neohelénica, fue latinizado po N. Wierner (1948), para convertirlo en Cibernética, es interesante señalar que el concepto de retroalimentación y de sistemas en circuito cerrado ya fue introducido en la Fisiología por W.R. Hess (1942) y desde 1925 por R. Wagner; empero, estas dos contribuciones esencialmente fisiológicas tuvieron escasa repercusión en el ambiente científico mundial, pues siguió prevaleciendo por muchos años la respuesta “refleja” en circuito abierto: receptor vía aferente centro de reflexión vía eferente efector. Con el descubrimiento de la función de los husos musculares y de los receptores tendinosos de Golgi como elementos esenciales del circuito de autorregulación de la contracción muscular in situ pudo en verdad cerrarse el circuito. Fueron precisamente Rosenblueth. Wiener y Bigelow los primeros en concebir los reflejos posturales en “circuito cerrado”, y ellos utilizaron el fenómeno del “clonus rotuliano” como un modelo de sistema con retroacción (feedback). No obstante, si se revisa la historia de las ciencias y de la tecnología, se descubre que la idea de un control por retroacción (feedback) ya fue descrito en la antigüedad griega, como lo señala Mayrl. Es así como el primer dispositivo de control por retroacción que se conoce en la historia de las ciencias fue inventado por el mecánico griego Ktesibios, aproximadamente 300 años a.C., estando ese último al servicio del rey egipcio Ptolomeo II en Alejandría. Dicho dispositivo se refiere a un “reloj de agua”, que consta de un gran receptáculo, un flotador y un dispositivo valvular que ocluye el flujo de entrada cuando el nivel en el compartimiento alcanza una altura determinada. El circuito equivalente, representado en forma de diagrama en bloque, sería según Mayr, el que se observa en la figura 1. SEÑAL DE COMANDO PERTURBACION VARIABLE CONTROLADA Presión de la oferta De agua Posición + Deseada para El flotador - Apertura de la válv. Flujo de Nivel de agua Vaso regulador Válvula Posición del flotador Nivel de agua Flotador 1 Fig.1. Diagrama de bloque del primer dispositivo hidráulico con retroacción, inventado por Ktesibios Solamente en el siglo XVII un ingeniero holandés, Cornelis Drebbel, inventó el primer “termostato”, es decir, un dispositivo regulador que era capaz de mantener constante la temperatura en un determinado sistema, a pesar de las perturbaciones térmicas de origen exógeno. En el siglo siguiente, y esta vez en Inglaterra, Edmund Lee patentó en 1745 un mecanismo regulador que automáticamente era capaz de orientar las aspas del molino, a fin de que éstas siempre estuviesen dirigidas en dirección al viento, obteniendo así el máximo de rendimiento mecánico AI mismo tiempo dicho mecanismo automático permitía controlar la velocidad de rotación de las aspas con el propósito de asegurar una molienda uniforme del trigo y evitar así el desgaste anormal de las piedras del molino. Sin embargo, el descubrimiento más importante de un sistema de regulación basado en el principio de retroacción negativa, fue realizado en 1788 por James Watt (1736-1819), al inventar este el “regulador centrifugo de velocidad” para las maquinas a vapor, con lo cual se inicia la primera revolución industrial. La segunda revolución industrial está vinculada directamente con la introducción de la Cibernética en la tecnología moderna por parte de N. Wiener ( 1894-1964), liberando al hombre del control personal del proceso de manufactura mediante “máquinas-herramientas”. En síntesis, la primera revolución industrial reemplazó a la fuerza muscular del hombre por la máquina a vapor, y la segunda revolución industrial reemplazó el control de los procesos mecánicos por operadores especializados, por sofisticados sistemas electrónicos, que se basan en los principios cibernéticos de control. TELEOLOGIA La más antigua interpretación del mundo biológico se refiere a la investigación de las “causa finales”; se trata por consiguiente de una concepción teleológica de la Biología. Esta teoría fue originalmente preconizada por Aristóteles de Stagira (384322 a.C), quién concibió al organismo como "un todo indivisible", animado por un principio activo que realiza sólo lo que es posible, que conduce al organismo hacia una existencia óptima y hacia fines predeterminados. Al principio activo o a la energía activa específicamente biológica la designó neologismo: “entelequia"', que etimológicamente significa "tener el fin en si mismo". La “entelequia" aristotélica es esencialmente un principio “vitalista", es decir, se trata de una característica que es común a todos los seres vivos y que por 2 consiguiente no se encuentra presente en la materia inerte del mundo físico. El vitalismo prevaleció como doctrina biológica durante toda la Antigüedad y la Edad Media encontrándose incluso en los Tiempos Modernos, desde el momento que numerosos filósofos (Tomass de Aquino, Scheling, Hege, Driesch y Bergson) fueron ardientes partidarios del, vitalismo. Es así como las ideas teleológicas de Aristóteles prevalecieron en el pensamiento occidental por mas de 2000 años; a pesar de que esta interpretación filosófica de la biología en realidad fue refutada antes de que naciera el autor de ella. En efecto Kleiber (1967) hace notar que el médico y filósofo Empedocles de Agrigento (483-424 aC) había sostenido que: “Los fenómenos naturales acontecen al azar y que los productos formados (plantas y animales} sola mente sobreviven si se adaptan al ambiente; en cambio los animales con cabezas humanas (centauros) son eliminados; la supervivencia de los más aptos también sucede al azar". Es interesante hacer notar que las ideas de Empedocles se adelantaron en 2500 años a las concepciones de Charles Darwin (1809-1882) acerca de la evolución de las especies y de la selección natural. En contraposición con los filósofos partidarios del “vitalismo" y de la "teleología", Kant (1724-1804) afirma que esta última solamente tiene valor heurístico", es decir, que representa sólo una manera de enfocar los problemas y que puede ser útil para descubrir o encontrar nuevas e inesperadas relaciones, pero que dicho principio es incapaz de explicar satisfactoriamente un fenómeno desconocido. Es también notable el hecho, que la filosofía natural contemporánea siga considerando a la “entelequia” como una fuerza actuante, que no obra al azar como las fuerzas físicas, sino que ella esta dirigida hacia un fin, como si fuese una acción humana. La entelequia no seria una realidad física o psíquica, sino que una realidad metafísica. De acuerdo a los filósofos existen cuatro formas de concebir a la “teleología”, puesto que ella puede ser: 1) antropocéntrica, cuando se afirma que todo está hecho para satisfacer a las necesidades del hombre; 2) metafísica, cuando se admite que existe una finalidad de carácter universal; 3) trascendente, cuando se supone la existencia de un ser extraterrenal, que determina los fines que se deben alcanzar (idea de Dios); e 4) inmanente, cuando el fin o la finalidad se encuentra en los seres mismos, como sucede por ejemplo con la entelequia aristotélica. Empero ¿qué opinan los matemáticos y los físicos acerca de la teleología? 3 A continuación resumiremos algunas de las opiniones más relevantes al respecto: 1) Descartes (1596:1650) dice que “no se pueden conocer los designios divinos”; 2) Galileo (1564-1642) afirma que la “teleología de los escolásticos es inútil”; 3) Newton (1642-1727), insiste en que “el movimiento de los planetas no es producto de causas naturales exclusivamente, sino que deberían existir otras influencias provenientes de agentes inteligentes”; 4) Leibniz( 1646-l7l6) en su “Teodicea afirma que Dios creó el mundo, éste no requiere de una supervisión, ni necesita la reparación de sus defectos” ; y 5) Goethe (1749 -1833), poeta y científico, dice que “la entelequía es un fragmento de la eternidad, que penetra y vivifica al cuerpo”. Hemos creído oportuno insistir en los antecedentes históricos y filosóficos del concepto teleológico o finalista, porque todos los sistemas de control, ya sean biológicos o tecnológicos, obedecen en su funcionamiento a ideas finalistas, ya que el objetivo de todos los procesos de regulación es la mantención de una variable dentro de un rango bien definido, y cuando por alguna causa se desvía de la norma, los mecanismos de regulación lo vuelven a colocar automáticamente en la zona normal. Por consiguiente, la teleología se refiere a la tendencia natural de los sistemas biológicos a alcanzar un estado final ideal. Por otra parte, la ciencia clásica que es preferentemente analítica (cartesiana) y determinista, no es capaz de explicar estas tendencias finalistas de los sistemas naturales (biológicos) y artificiales (control automático). Solamente la Cibernética ha sido capaz de excluir tanto las entelequias aristotélicas como las explicaciones vitalistas de los procesos biológicos debido a que en ellos no existe una causalidad lineal sino que circular, que es capaz de mantener un régimen estacionario (steady state) en situación de equilibrio dinámico y que es precisamente la finalidad del sistema regulador. Cualquier perturbación, ya sea de origen exógeno o endógeno, producirá un desplazamiento con respecto a la norma; empero esta señal de error es corregida de tal manera que paulatinamente el error tiende a cero, con lo que se cumple el propósito u objetivo de un sistema regulador. Es tan cierto lo que se afirma mas arriba, que el trabajo original y que marcó el punto de partida de la concepción cibernética fue precisamente el trabajo de Rosenblueth, Wiener y Bigelow del año 1943, publicado en la revista Philosophy of Science bajo el título “Behavior, purpose and teleology”, es decir, “comportamiento, propósito y teleología”. Para terminar con una nota de humor británico, séanos permitido citar textualmente un comentario algo irónico del biofísico canadiense contemporáneo, A. C. Burton, quien dice: 4 “Someone, probably a Frenchman,. said that teleology was a mistress; that no biologist could live without; yet he would be ashamed to be seen on the streetwith her”. DETERMINISMO Una posición antagónica al “vitalismo” prevalente fue sustentada por Rene Descartes (1596-1650), cuyo determinismo científico lo llevó a concebir a los seres vivos desde un punto de vista estrictamente mecanicista. Este filósofo y matemático francés hacia la siguiente distinción: 1) existe una substancia o materia pensante (res cogitans) y que se encuentra concentrada en la epífisis o glándula pineal, lugar en que se localiza el alma y la mente; y 2) una materia propiamente tal (res extensa). De acuerdo al enfoque cartesiano este se limita a identificar las causas “eficientes” y no las causas “finales” como lo hace el vitalismo. Los cartesianos investigan las causas de los fenómenos y se preguntan: por qué, cómo y cuándo suceden los fenómenos naturales. En cambio los vitalistas sólo se interesan por la finalidad del proceso y se preguntan “para que” sirve tal o cual estructura o función. El pensamiento cartesiano respecto a los seres vivos puede sintetizarse en la forma siguiente: 1) el alma y la mente de un sujeto se encuentran localizados en la epífisis (res cogitans); 2) el resto del sistema nervioso central puede ser considerado como un “autómata", que por lo tanto es susceptible de ser analizado como cualquier otro mecanismo (res extesa); 3) todo mecanismo por complicado que fuere, podrá ser comprendido por medio del análisis de sus componentes, debiéndose además estudiar las interrelaciones entre las diversas partes que lo componen; 4) del estudio exhaustivo de las “partes” se puede llegar a comprender “el todo”; y 5) los organismos son máquinas físicas y físico-químicas. Cabe señalar que este enfoque “mecanicista” de la Biología y de las demás Ciencias, como la Física y la Química, ha sido extraordinariamente fecundo, puesto que ha dado origen a notables progresos de todas las Ciencias. Basta recordar que en el estudio de la Fisiología se comenzó por observar primeramente 5 el animal total, después sus diferentes órganos en forma aislada, más tarde las células y finalmente los componentes subcelulares. En cambio, el vitalismo no ha podido aportar argumentos experimentales mas que problemas no resueltos par el mecanicismo y el determinismo científico, a excepción de las investigaciones del zoólogo y filósofo aleman Hans Driesch (1867-1941) del cual hablaremos al referirnos al “neovitalismo". NEOVITALISMO Como lo describe tan gráficamente D. Papp, los neovitalistas se propusieron combatir a los mecanicistas cartesianos con sus propias armas: la experimentación. Con este fin realizó Driesch una serie de ingeniosos experimentos en huevos de erizo de mar, que previamente habían sido fecundados artificialmente. Comparó la evolución de: a) un óvulo fecundado normal; b) un huevo después de la primera división celular, eliminando a continuación a uno de los dos blastómetros; de este modo queda sólo una mitad del huevo original; c) dos huevos fecundados y fusionados en uno solo; y d) un óvulo fecundado después de haber desplazado el núcleo mediante centrifugación de su posición normal. Al comparar, ahora la evolución larval de todos estos diferentes óvulos(a, b, c, d), encontró Driesch que todos ellos dieron origen a larvas completas. Era evidente que estos resultados eran contrarios al mecanicismo cartesiano y significaron un decidido apoyo a la tesis vitalista. Driesch se hizo a continuación las siguientes preguntas, según Papp: ¿ Dónde hay un dispositivo mecánico, que cortado en dos pudiera funcionar como si nada hubiese ocurrido ? ¿Dónde hay un mecanismo que regenere sus miembros o que sea capaz de reproducirse? Esta segunda pregunta dice relación con experimentos de regulación en la tubularia, un pólipo de organización muy primitivo. Sin embargo, los experimentos del embriólogo aleman Hans Spemann (1869-1941), premio Nobel de Medicina y Fisiología, dieron por resultado el descubrimiento de los “organizadores”, principios químicos de origen endógeno que regulan la embriogénesis y que podían explicar los resultados obtenidos por Driesch. El carácter metafísico de la entelequia aristotélica quedaba nuevamente de manifiesto, desde el momento que dicha entidad conceptual, la entelequia, no ocupa espacio, no tiene energía y no participa directamente en los procesos bio1ógicos; de manera que: estos atributos negativos sólo eran enmascarados con 6 un neologismo griego sin existencia real. A este propósito vale la pena recordar que en el “Fausto” de Goethe ( 1749 -1833) aparece Mefistófeles diciendo: “Denn eben, wo Begriffe fehlen, da stellt ein Wort zur rechten Zeit sich ein”. Traducido libremente diríamos: “Así pues, donde faltan conceptos, una palabra aparece oportunamente”. CRITERIOS ECLECTICOS En vista del antagonismo irreductible entre vitalistas y mecanicistas, surgió un tercer grupo que preconiza una posición ecléctica; algunas de estas ideas son: Conclin: “there may be good grounds for holding that mechanism and teleolo are complementary views of nature, neither excluding the other”, es decir, “hay buenas razones para sostener que mecanicismo y teleología son visiones complementarias de la naturaleza, ninguna excluye a la otra”. Woodbridge: “teleology and mechanism are corrrrelative, other than opposedd”, esto es, “teleología y mecanicismo son correlativas, más bien que opuestas”. Leibniz: ”et les deux régnes, celui des causes finales son harmonieux eux”, es decir, “y los dos reinos, aquél de las causas eficientes y el de las causas finales armonizan entre sí”. Reichenbach: “Darwin's theory of natural selection is the tool by which the apparent teleology of evolution is replaced by causality” Cabe señalar que la teoría darwiniana de la selección natural es la herramienta por medio de la cual la aparente teleología de la evolución es reemplazada por la causalidad. Estas diversas opiniones de aparente compromiso revelan que existen razones para apoyar la tesis mecanicista y analítica, así como la tesis aparentemente contraria, sintética y organísmica. Los mecanicistas van de las partes al todo y los organicistas siguen la dirección opuesta, ya que según estos últimos el todo (organismo) determina a las partes (órganos, tejidos y células). COMENTARIOS FINALES La Cibernética, como ciencia interdisciplinaria, pareció aportar un nuevo punto de vista, más allá de vitalismo y mecanicismo, puesto que los circuitos de regulación están formados por partes integradas funcionalmente en un todo y este todo se 7 comporta como sistema teleológico, ya que cumple con la finalidad de mantener una variable determinada en una posición de equilibrio, a la que automáticamente se vuelve si por alguna causa se produce una desviación de la situación de equilibrio dinámico (“steady state” o régimen estacionario). No obstante, tampoco la Cibernética parece ser la llave maestra, que nos permite descubrir la razón de ser de los procesos biológicos. La Cibernética ha permitido construir análogos biológicos, que imitan a la perfección algunas manifestaciones que son propias de los seres vivos, como sucede por ejemplo con la “tortuga electrónica” del neurólogo inglés Grey Walter o con el “homeostato” del médico e ingeniero, también inglés, Ross Sabih, para sólo mencionar a los más representativos, y sin embargo, estos modelos electrónicos, al igual que las computadoras, mal llamadas “cerebros artificiales”, siguen siendo máquinas, por muy complejas que sean en su organización y funcionamiento. ¿Cuál es entonces la diferencia entre una máquina y el ser vivo? Esta misma pregunta se la hace Papp, (Tomo III, p. 335) y responde: “…la dimensión esencial de la máquina está en el espacio, en cambio la vida del organismo transcurre en el tiempo. Efectivamente, basta detener en el tiempo los procesos orgánicos, por ejemplo, la absorción del oxígeno respiratorio y la expulsión del anhídrido carbónico, basta detenerlas, incluso por brevísimo tiempo, y el organismo nunca más podrá reanudar sus funciones. Lo hemos cortado a lo largo de su dimensión esencial, y lo hemos aniquilado. Mas, no sucede lo mismo con la máquina; los movimientos de sus órganos pueden detenerse no importa cuanto tiempo, y la máquina podrá siempre reanudarlos. Su estructura es espacial, sólo la vida del organismo es una estructura colocada en la dimensión del tiempo”. Se puede afirmar entonces que en Biología el tiempo es “unidireccional” , en el sentido de la flecha del tiempo “arrow of time”, según la expresión del astrónomo ingles, Sir Arthur Eddington (1882 -1844), a diferencia de lo que sucede en la Física clásica, en la que el tiempo es “bidireccional”, es decir, puede apuntar del presente al futuro o del presente al pasado, indistintamente. Con mucha razón el gran químico Lavoisier (1743-1794) estableció la analogía entre la vida y el fuego; ambos requieren del oxígeno atmosférico ambos están en régimen estacionario (stady state), por cuanto continuamente hay un flujo de entrada de materia (O2)y un flujo de salida (CO2, .H20, y calor); ambos se extinguen ya sea cuando falta el oxígeno como comburente o las substancias químicas que sirven de combustible. Basta un fósforo encendido para aportar la energía de activación y el proceso una vez iniciado continua espontáneamente, tal como sucede con los procesos biológicos merced a la acción de una serie de catalizadores (enzimas). lncluso los poetas, cuando se refieren a la muerte, hablan que “se ha extinguido la llama de la vida”.Por otra parte, el fuego es utilizado universalmente como símbolo de vida, y no sólo en las olimpiadas o en la tumba del soldado desconocido, sino que en estas analogías ponen de manifiesto una de las características más esenciales de los seres vivos, su unidireccionalidad en el tiempo. 8 LOS ORIGENES DE LA CIBERNETICA El libro de Norbert Wiener, editado simultáneamente en París y Nueva York en el año 1948, tenía por titulo: Cybernetics or Control and Communication in the Animal and the Machine. En la contratapa de dicha obra aparecía la siguiente nota: “Un libro de importancia vital para psicólogos, fisiólogos, ingenieros eléctricos, ingenieros de radiotelefonía, sociólogos, filósofos, matemáticos, antropólogos, psiquiatras y físicos". Esta nota demuestra claramente que desde sus comienzos la Cibernética se concibió como una Ciencia interdisciplinaria de muy amplio espectro. Este enfoque multifacético es confirmado por la opinión autorizada del cibernético ingles Ross Ashby quien afirma textualmente: “Cybernetics offers one set of concepts that, by having exact correspondences with each branch of science, can there by bring them into exact relation with one other”. El estímulo que fue decisivo para impulsar el desarrollo de los fundamentos matemáticos de la teoría de información aplicada a los computadores de la artillería, antiaérea (anti-aircraft artillery), fue la segunda guerra mundial. Se trataba de poder calcular la probable trayectoria de los aviones de combate y de los proyectiles antiaéreos que después de cierto intervalo de tiempo deben impactar en el avión. Esta trayectoria de persecución se conoce desde la época de Leonardo da Vinci cmo la “curva del perro”, puesto que describe la trayectoria que debe seguir un perro de caza ubicado en posición lateral con respecto al cazador que sigue marchando en linea recta. Ulteriormente publicaron Norbert Wiener, conjuntamente con Julian Bigelow y Arturo Rosenblueth, un trabajo sobre la aplicación del concepto de “feedback” (retroalimentación o retroacción) al fenómeno del “clonus rotuliano”, como ejemplo de un circuito cerrado neuromuscular. Según algunos autores la “Cibernética es una ciencia que nos capacita para alcanzar cualquier tipo de objetivo” incluso objetivos de orden político. En este sentido es interesante recordar que ya en 1834 el gran físico francés André Marie Ampère menciona una nueva Ciencia, que el denomina “Cybernetique” y que se refiere de preferencia al arte de gobernar. Para otros investigadores la Cibernética es la Ciencia de la comunicación y de las regulaciones, definición que coincide con las ideas de Wiener (1960) al respecto: “la Cibernética es la Ciencia del control y de la información, siendo esto valido tanto para los seres vivos como para las máquinas”. Dichos sistemas se refieren a entidades organizadas, cuyos componentes están en interrelaciones múltiples, tanto entre sí como con el mundo circundante. Los sistemas son entidades estructuradas, interrelacionadas, y que se encuentran por lo general en un equilibrio dinámico (steady state). Así como la Biología ha recurrido Constantemente a otras Ciencias, básicas, como 9 la Matemática, la Física y la Química, así también en muchas disciplinas entre ellas la Fisiología utilizan conceptos de la Cibernética para explicar racionalmente la causalidad “circular”, tan frecuente en los procesos fisiológicos y bioquímicos. Es importante hacer notar que además de las nociones de materia y energía, de uso habitual en Física y en Química, en la Cibernética aparece otra magnitud, la información equivalente a orden u organización de un sistema determinado, cuya unidad es el “bit” (contracción de binary digit). En el caso de la transmisión de la información se requieren los siguientes elementos: un emisor de información, una vía o canal de transmisión y un receptor específico de la información, sin estos tres elementos no es posible concebir un sistema completo de transmisión de la información, por otra parte es interesante señalar que la complejidad de los mecanismos de control depende de los grados de libertad del sistema. Así por ejemplo, el conductor de un tren sólo controla la velocidad de la locomotora, ya que dicho sistema posee un solo grado de libertad, desde el momento que la translación es unidireccional. En el caso de un barco, existen dos grados de libertad, puesto que la superficie acuosa permite tanto una translación anteroposterior como transversal. Finalmente, en el avión el piloto debe gobernarlo durante el vuelo en las tres direcciones del espacio: anteroposterior, lateralmente y en altura. A medida que aumentan los grados de libertad de un sistema se acentúa la incertidumbre (probabilidad) acerca de su ubicación espacio-temporal. Si extrapolarnos estas nociones a la Biología, resulta que la marcha de los animales o el vuelo de las aves son eventos de enorme complejidad y variabilidad, no sólo debido al complicadísimo programa de ejecución de los movimientos mismos sino que además debido a los factores ambientales que influyen en cada instante en la realización de ellos. Para la motilidad de la mano humana se han estimado, según Flechtner7, alrededor de 50 grados de libertad. La realización de todo movimiento complejo, de muchos grados de libertad, requiere de delicados mecanismos de control y regulación. Cuando hablamos de control nos referimos a sistemas “abiertos”, en que la señal de comando influye sobre una consecuencia de procesos que determinan la respuesta del efector (músculo o glándula en los seres vivos), sin que en el comando se tenga información sobre el resultado final del proceso, en cuanto a la magnitud de la respuesta, que puede ser: nula, normal o excesiva. En cambio, en los sistemas regulados la secuencia de eventos dará lugar también a una respuesta, pero en este caso el resultado efectivo es informado de vuelta (feedback) a fin de comparar en cada instante la diferencia entre la señal de comando (el objetivo que se intenta alcanzar) y el estado actual del programa en ejecución (variable regulada). Cuando el error (diferencia entre el objetivo y la realidad) es cero, el movimiento es ejecutado tal como fue programado; empero, si existe una diferencia (error), el sistema regulador tiende a eliminar dicho error (mecanismos de corrección) hasta alcanzar exactamente el objetivo perseguido. Para lograr este propósito el sistema debe ser cerrado, es decir, que en este caso 10 existirá una causalidad circular, a diferencia de la causalidad lineal que caracteriza a todos los sistemas de control. El médico, al recetar un medicamento determinado, una vez diagnosticada la enfermedad que padece el enfermo, está ejerciendo la función de control porque ignora si determinada dosis de un fármaco tendrá el efecto deseado o bien si la acción será nula o excesiva. El médico pretende que la acción del medicamento sea exactamente “normal”, en el sentido que la acción farmacológica sea la adecuada al plan de tratamiento. Por el contrario, todos los procesos naturales que en cada instante se realizan en un organismo vivo obedecen a los principios de regulación en circuito cerrado, tal como lo estableciera la Cibernética, según la cual los “efectos" alcanzados vuelven a ser causa, cerrando se así el circuito. Solamente en los últimos años se ha intentado imitar a la naturaleza, utilizando un circuito cerrado para el tratamiento de una afección. Así sucede por ejemplo con la diabetes, en la que un “páncreas artificial" permite administrar la insulina de acuerdo al nivel de la glucemina en cada instante, para lo cual debe tener incorporado un sensor que determina periódicamente la concentración de la glucosa en la sangre. Además se requiere de un complejo computador en miniatura que procesa los datos obtenidos de los análisis iterativos de la glucemia y que actúa sobre la jeringa de control electrónico que le administra la cantidad exacta de insulina que se requiere en ese instante; incluso puede predecir a priori los requerimientos insulínicos del futuro inmediato en base a la primera derivada de la curva de la glucemia en el momento que se toma la muestra. Mediante el “páncreas artificial”, que cada vez se perfecciona más tecnológicamente, se ha alcanzado un exacto control de la glucemia en los enfermos diabéticos, con lo cual se han podido evitar las graves complicaciones que desafortunadamente se presentan tarde o temprano en estos pacientes. Es muy probable que en el futuro, otras enfermedades puedan ser tratadas racionalmente, aplicando los conocimientos que proporciona la Cibernética. En Tecnología no se establecen diferencias entre los conceptos de control y regulación, diferencias que si se han establecido en Biología. A este propósito, un antiguo aforismo médico lo explicitaba en la siguiente forma: “Medicus curat, natura sanat”, lo que quiere significar que la función del médico sólo puede intentar ejercer “control” (curat) sobre la evolución del proceso patológico y que la naturaleza, gracias a los mecanismos de “regulación” que son consubstanciales a su existencia, logra finalmente normalizar las funciones que se han desviado del decurso natural ( sanat). LA INFLUENCIA DE LA CIBERNETICA EN LA CONCEPCION MODERNA DE LOS MECANISMOS DE REGULACION En la Tecnología como en la Biología se puede transmitir y/o transformar materia, 11 energía o información. Esta última conversión adquirió relevancia internacional con el advenimiento de la Cibernética, una Ciencia interdisciplinaria de vastas proyecciones en el quehacer humano, por cuanto no solo permitió –como ya se dijo- la segunda revolución industrial, sino que influyó poderosamente en la comprensión de los sistemas de regulación biológica. La existencia de circuitos con retroacción negativa (feedback) constituyó un avance trascendental en el estudio de los procesos de autorregulación en todos los organismos. Las ideas generales acerca de los procesos de regulación en Biología, formuladas en el siglo pasado por Claude Bernard y en este siglo por Walter Cannon, solamente permitieron un análisis cualitativo de dichos mecanismos de control; en cambio la Cibernética introdujo métodos cuantitativos de análisis, que junto con posibilitar un estudio detallado de las partes que constituyen un sistema, hizo posible la comprensión del conjunto (síntesis), lográndose así el enfoque integrativo que debe ser complementario de todo enfoque analítico. Los sistemas tecnológicos de regulación, diseñados por los ingenieros de control tienen características muy particulares, como ser linearidad de la respuesta dentro de cierto rango y gran amplificación (ganancia); los sistemas biológicos, en cambio, por lo general no son lineales, pues presentan zonas de saturación, y además la ganancia del circuito biológico es más bien escasa, presentando redundancia en el sentido que para un determinado proceso existen varios circuitos que funcionan simultaneamente y en paralelo. Son estas razones las que dificultan el análisis cibernético de los sistemas de control que en primera instancia deben concebirse como “cajas negras”, cuya organización y funcionamiento interno, se desconocen, a diferencia de lo que acontece en la tecnología, en que el diseño del sistema se basa en principios conocidos a priori por el ingeniero de control, quien de acuerdo al propósito que debe cumplir el regulador tecnológico (teleonomia), diseña y calcula todos y cada uno de los elementos que lo constituyen. 12