Sobre la certeza-parágrafos 65-192-Resúmen 66-la seguridad que se tenga en la propia creencia no es una nota del conocimiento. Puede tener mucha seguridad (toda la que puede caracterizar a una creencia firmemente establecida) y sin embargo estar en un error –y estar dispuesto a cambiar de creencia frente a contraevidencia. Ejemplo: creencia a la que se renuncia por testimonia en contra en libro de historia digno de crédito. 67-Puede haber error incluso en (las creencias en) los tipos de proposiciones que nunca generaron error, y en los que algunos creen que es imposible el error. Ejemplo: la creencia que se tenga en la propia edad o domicilio. 70/1-Ejemplo: error sistemático con respecto al propio domicilio. Se lo compara con el error en la creencia en el idioma materno que se tiene. Parece más razonable atribuirle una perturbación mental que el error sistemático. (Pero con decir que es más razonable no se prueba que sea imposible.) 74-La diferencia entre error y perturbación es que ‘el error tiene su lugar adecuado en medio de las cosas que sabe correctamente quien se equivoca’; símil Davidson y su imposibilidad de (cordura y) error masivo. 77-Hay un límite más allá del cuál una creencia no está más justificada ni más firmemente establecida (no aumentaría mi seguridad en ella). Ejemplo: el número de veces que reviso un cálculo. (Pero parece que el límite no lo determinada el número de veces (sino, ¿qué?).) 79-Hay enunciados verificables (que pueden ser probados como verdaderos), pero que no necesitan tal verificación (para que sepamos que son verdaderos). Ejemplo: soy un hombre y no una mujer. 81 y 83-hay enunciados tales que si los comprendo, sé que son verdaderos (enunciados analíticos, ¿no?). 82-La lógica se ocupa (entre otras cosas) de especificar los procedimientos de prueba de los enunciados (que pueden ser probados), y hacer esto es (parte del proceso de) describir un juego de lenguaje. 83-‘Moore dice que sabe que la Tierra existía mucho antes de que él naciera’. Lo interesante de este caso es un caso de enunciado que toda persona conoce, ‘y en caso de que él sepa que las cosas son como dice, yo lo sé’. 84-Un caso análogo es ‘Sé que esta montaña existía desde mucho antes de mi nacimiento’. Pero Wittgenstein sugiere que cualquier enunciado puede constituirse como caso análogo (a el de Moore), siempre que cumpla también la función de enunciado no cuestionado ni cuestionable sin cambiar de juego de lenguaje, en algún juego de lenguaje. 87-Estos enunciados son aquellos que se ‘acepta como algo obvio que nunca se cuestiona y que, quizá, ni siquiera se formula’. 88-hay, parece, proposiciones que (dentro de un juego de lenguaje) están ‘una vez formuladas, al margen de duda’ (¿por qué ‘una vez formuladas’? ¿qué cambia si no las explicitamos nunca, dejan de ser indudables o normas del juego?) 89-Los ‘efectos prácticos’ de una creencia constituyen sus modos de individuación y (en parte, al menos) su identidad. 90-Wittgenstein sobre la idea de que el conocimiento es correspondencia de una proposición con un hecho: ‘lo que esta representación muestra es la imagen que nos hacemos del conocimiento, pero no lo que le sirve e fundamento’. 91-Russell: si no tengo razones para justificar mi creencia, no conozco. Si no tengo razones para justificar la idea de que la Tierra ha existido, por muy convencido que esté, no conozco esto. 92-los casos de Moore de conocimiento indubitable no implican que no pudiera creerse la negación de esas proposiciones, por ejemplo, que la Tierra no existe hace mucho (sino, or caso, que comenzó a existir hace 5 minutos). Wittgenstein supone que un rey tiene esta creencia, y se defiende: ‘No afirmo que Moore no pudiera convertir al rey a su punto de vista, pero se trataría de una conversión muy peculiar: el rey se vería conducido a considerar el mundo de otra manera’. Wittgenstein parece sugerir que aquí hay persuasión, no demostración. Lo que nos persuade de muchas creencias evidentemente verdaderas no son razones, sino causas, no muy respetable para algunos: ‘a veces estamos convencidos de la corrección de un punto de vista por su simplicidad o su simetría’. 93-Las creencias que Moore pone como ejemplo tienen un proceso de formación bastante evidente, que parece poder darse, y darse de hecho en todas partes del orbe. De aquí se sigue que es muy difícil que alguien no tenga esas creencias, mucho más que tenga las creencias contrarias. ‘Las proposiciones que representan lo que Moore ‘sabe’ son todas de tal tipo que es difícil imaginar por qué alguien habría de creer lo contrario. (....)En mi imagen del mundo, nada habla a favor de lo contrario’. 94-Estoy convencido de que mi imagen del mundo es correcta porque es ella la que tengo, y no al revés. ‘[S]e trata del trasfondo que me viene dado y sobre el que distingo entre lo verdadero y lo falso’. 95-sobre las creencias básicas (y que constituyen en parte) nuestra imagen del mundo: ‘Su función es semejante a la de las reglas del juego, y el juego también puede aprenderse de un modo puramente práctico, sin necesidad de reglas explícitas’. 96/99-Hay entonces proposiciones que calificaríamos como empíricas que constituyen nuestro criterio para evaluar otras proposiciones, y esas proposiciones primeras son indudables (dentro de ese juego, o, también parece insinuar Wittgenstein, esa imagen del mundo). Pero los juegos de lenguaje podrían haber sido otros, o también estos juegos de lenguaje que ahora tenemos pueden alterarse en el futuro, de modo tal que lo que hoy y aquí son proposiciones ‘básicas’ podrían no serlo allí o en el futuro. Hay una distinción entre ‘lecho del río’ (sólido, aunque puede hacerse líquido y fluir con el río, y ser río) y ‘el río que fluye’ (parte del cuál puede solidificarse e ir a parar al lecho; esas son las imágenes y metáforas de Wittgenstein). Dentro de las proposiciones-lecho, Wittgenstein distingue entre ‘roca que no está sometida a ninguna alteración o que está sólo sometida a cambios imperceptibles’ (no parecemos poder imaginar un juego en el que se la niegue, o en el que no sea básica, o una modificación de este juego en el que se la niegue o devenga nobásica) y ‘arena que la corriente del agua arrastra y deposita en puntos diversos’ (podemos imaginarnos todo lo que con las otras proposiciones no). la lógica no es empírica. (¿Porque lo empírico se ocupa de lo que puede afirmarse o negarse ‘relevantemente’, y nada de esto puede hacerse con las proposiciones básicas, de las que se ocupa la lógica?). ‘Por más que sea cierto que la misma proposición puede considerarse, a veces, como una proposición que ha e ser controlada por la experiencia y, otras veces, como una regla de control’. 100/1-Otro ejemplo símil Moore: ‘Mi cuerpo no ha desaparecido nunca para volver a aparecer enseguida’. 102-Si no creyera esto, en particular, si creyera que ‘una vez he estado lejos de la Tierra’. ‘Sin embargo, tal cosa no se ajustaría de ningún modo al resto de mis convicciones, aunque no pudiera describir el sistema de estas convicciones’. La coherencia parece ser un criterio de aceptabilidad de las creencias, digo, la coherencia de una creencia puesto bajo el foco de la sospecha o (menos dramáticamente) la indagación con el resto de las creencias aceptadas. Otro punto: las creencias de uno constituyen un sistema. El erigirse en un sistema parece ser condición necesaria para que un sujeto sea un sujeto de creencias (y parece que las creencias no son pensadas ni (razonablemente) pensable fuera de un sujeto (o de un sistema)). 103-Las convicciones que constituyen las creencias básicas son supuestas ‘en todas mis preguntas y respuestas’. Wittgenstein las califica como ‘intocables’ porque no podría hacerme (al menos esas) preguntas y respuestas sin suponerlas. 105-La argumentación (el apoyo o la crítica en razones) supone creencias básicas no puestas en duda, creencias que conforman un sistema; pero: ‘El sistema no es el punto de partida, sino el elemento vital de los argumentos’. Creo que quiere decir que no se toma a las convicciones como guía e la indagación, sino sólo como criterio evaluativo de creencias, como control de calidad. 106-Otra creencia mooreana: nadie nunca (al menos hasta 1969) ha estado nunca en la Luna. Un adulto le ha contado a un chico que él sí estuvo. Wittgenstein sugiere que el chico podría defender con razones esa creencia poco evidente, y que no podrían darse razones que zanjen la disputa. ‘Sin embargo, lo normal es que un niño no se aferre a este tipo de creencia y se convenza enseguida de lo que le decimos en serio’. 108-la creencia de Wittgenstein en que nadie ha estado nunca hasta 1950 en la Luna no sólo es evidente, sino que hay también razones que esgrimir a su favor (las que quizás causen el efecto de ‘evidencia’). Wittgenstein insiste en que se puede ser ‘racionalmente recalcitrante’ y negar lo primero. Pero ‘nos sentiríamos muy alejados intelectualmente de quien dijera tal cosa’, sea porque comparte nuestra imagen del mundo, y entonces es irrazonable, y entonces no es intelectualmente cercano, sea porque detenta otra imagen del mundo, y en no es intelectualmente cercano (aunque sea razonable). 109/11-Toda prueba presupone un ‘término’ último, y ‘el término no es una presuposición sin fundamentos sino una manera de actuar sin fundamentos’. Es la manera de actuar la que es básica. La proposición básica parece ser parte de una recostrucción de nuestro modo de proceder, una explicitación de ciertas disposiciones para la acción. Ahora bien: un término de un juego de lenguaje, o de una imagen del mundo en un momento dado, puede no ser un término en otro juego, momento o en otra imagen. Pero en este juego/imagen/momento sí lo es, y no necesita de razones para que sea aceptado: ‘que yo no he estado nunca en la Luna es para mí algo tan cierto como cualquier fundamento que pudiera aducir a su favor’. 112/3-No está tan claro que las creencias tipo Moore constituyan conocimiento, como que son incuestionadas por nosotros. 116-Al menos son cosas igualmente claras. 114/5-Ser un sujeto de creencias presupone contar con algunas certezas. Poner bajo sospecha cualquier creencia presupone lo mismo. (‘El juego de la duda presupone ya la certeza’.) 117-Al menos, la certeza acerca de los procedimientos evaluativos (‘poder decir qué hablaría a favor’). 117-Dentro de mi imagen del mundo, poner en duda las proposiciones mooreanas sería (parcialmente) ilegítimo porque ello no constituiría una diferencia en la práctica, sería ‘ocioso. Nada se seguiría e él, nada sería explicado por él. No estaría vinculado con nada en mi vida.’ 119-Algunas creencias básicas no resultan sencillas de justificar. No todas ellas son como la creencia de que nadie fue nunca a la Luna hasta 1950. Dar razones a favor, en aquellos casos, parece tan difícil como darlas en contra, sin que dejen de ser convicciones. 121/2-La duda es un movimiento derivado, no básico. Presupone como fondo una imagen del mundo, es decir, certezas, convicciones. 125-Ni las creencias básicas ni los procedimientos evaluativos son ‘naturales’ o ‘universalmente válidos’. Esto podría/puede haber sido/ser diferente. 128-Sabemos qué es juzgar, justificar, poner en duda, aunque tengamos dificultados para dar forma proposicional a nuestro saber, dar una definición o una sólida aproximación a ello. Tenemos un saber práctico de todo eso, y cierto saber proposicional acerca de eso: algunas cosas no son juzgar, justificar..., y otras son parte de juzgar, justificar... 126-Dudar de algo es dudar de varias cosas. ‘Mis dudas constituyen un sistema’. 129/34-La experiencia no justifica ningún modo de razonar o evaluar particular; sólo lo causa. En particular, no valida el modo inductivo de razonar. ‘Si la experiencia es la razón de que juzguemos de ese modo (y no únicamente la causa), ya no nos queda ninguna otra razón para considerar que eso es una razón’. Si la experiencia justifica, parece decirnos, si justifica auténticamente, no necesita justificarse a su vez en nada más, en particular en ninguna otra razón. Pero podemos justificar la afirmación de ciertas proposiciones a partir de ciertas experiencias por medio de ciertas razones (de cierta correspondencia entre hechos y proposiciones, por ejemplo). Además: la relación de apoyo entre el principio de inducción y los casos de inducción parece ser la inversa que la pensada. Son los casos los que brindan algún apoyo al principio, y no al revés. 165-Pero el talante de este principio (principio natural, cultural, etcétera) no hace diferencia en la práctica en ningún caso. 137-El testimonio de un agente fiable no garantiza conocimiento. ‘Por mucho que la persona más digna de confianza me asegure que sabe que las cosas son de tal y tal modo, por sí solo, ello no puede convencerme de que lo sabe. Solamente de que cree saberlo’. 138-No se argumenta a favor de las creencias mooreanas en caso de que alguien dude de ellas. Sólo se rechaza de plano esta duda como se rechaza un acto y una proposición irrazonable. ‘Se dirá: “Tonterías, ¡cómo puede haberse equivocado toda esa gente!” Pero, ¿es eso un argumento? ¿No se trata sólo del rechazo de una idea y, quizá, de la determinada de un concepto?’. 139-Una práctica no consiste sólo en ciertas reglas que la fijan, sino en lo que se hace. Para ser un partícipe de una práctica, o para comprender en qué consiste, la comprensión proposicional de las reglas que la constituyen no es suficiente: hay que entender cómo se aplican. Y para ello es necesaria la exposición a ejemplos de aplicación de las reglas, a acciones de (o dentro de) esa práctica. 140/2-La comprensión de un enunciado supone la comprensión de muchos otros, y de los nexos inferenciales entre ellos. 143-Un chico aprende primero lo comunicado, y sólo muy posteriormente que quien lo comunica es fiable. Porque para comprender cabalmente este concepto hay que captar la diferencia entre ser y no ser fiable. ‘Por decirlo de algún modo, el niño se traga esa consecuencia con lo que aprende’. 144/5-Las creencias firmemente establecidas no vienen aisladas, sino que conforman un sistema de creencias con las demás, y con otras creencias no tan firmes. ‘Lo que se mantiene firme lo hace no porque intrínsecamente seas obvio convincente, sino porque se sostiene en lo que le rodea’. Lo que le rodea es, ¿qué? ¿El resto de las creencias y su papel en medio de ellas, su forma de vida, el mundo físico...? Todas las cosas, de cualquier forma, y también la experiencia. Pero cualquier descripción de esa experiencia es una interpretación de la experiencia, lo mismo que mi imagen del mundo, con sus creencias indubitables. 146/7-Nuestras creencias básicas son imágenes que nos ayudan en la indagación del contexto. Ejemplo: la imagen de la Tierra como una esfera flotando libremente en el espacio y si sufrir cambios importantes en 100 años. 148-No es tan seguro que crea que tengo dos manos, como que actúo sin ponerlo en duda, como si creyera eso. 150-El juzgar presupone un fondo de certeza. El poner en duda también. (Al menos, del significado de las palabras o conceptos que uso para juzgar/dudar.) 151-No es tan claro que sepamos cosas, como que tenemos certezas que constituyen el punto de partida de cualquier indagación, juicio, duda. ‘(...) considerarlo incuestionable forma parte del método de nuestra duda y de nuestra investigación’. 152-Esas creencias básicas no son explícitamente aprendidas, sino descubiertas como centrales, como incuestionables, como criterio de razonabilidad o irrazonabilidad. Wittgenstein las compara con ‘el eje en torno del cual gira un cuerpo’, pero, agrega, ‘el eje no está inmóvil en el sentido que haya algo que lo mantenga fijo, sino que su inmovilidad está determinada por el movimiento en torno a él’. 153-Las creencias básicas tampoco son presupuestas por mis afirmaciones o creencias explícitas, ni tampoco son creencias derivadas de esas creencias explícitas. 154-Hay enunciados sobre los que no se puede dudar. La duda indica irrazonabilidad (locura o severa estupidez). 155-Se pueden decir falsedades, pero no equivocarse a conciencia sobre ciertas proposiciones. 157-... Porque parece más sencillo interpretarlo como loco que como razonable (que Wittgenstein parece no diferenciar de ‘cuerdo’ -¿no se puede ser cuerdo e irrazonable?) (si duda en ciertas circunstancias, por ejemplo ‘si un hombre no pudiera recordar que a tenido siempre cinco dedos o dos manos’). 159-Es posible creer algo sin ‘que nunca hubiera sido expresada esta creencia, incluso que nunca se hubiera pensado que era de ese modo’. Se puede tener la creencia de que p sin pensar de que p. (En algún sentido, sin ser conciente de que p.) Tener una creencia parece implicar tener una disposición, la disposición a afirmar que se cree que p en ciertas situaciones, a actuar de determinada forma, a asentir a determinadas sugerencias, a negarse a aceptar ciertas proposiciones (la afirmación de no p, en particular). Pero no creo que Wittgenstein acepte que esa creencia es ese tipo de disposición. 160/1-Primero viene la creencia en base a la autoridad (antes Wittgenstein describió esto como un proceso simultáneo de creer algo porque lo dijo una cierta persona, y otorgarle autoridad a esa persona (incluso aunque no se capte cabalmente el concepto de autoridad)), y sólo luego la duda y la confirmación o refutación (resultados de una evaluación; al principio no hay evaluación). 162-La confianza depositada en afirmaciones muy básicas de libros de geografía o historia no viene de una reiterada confirmación hecha por mí (aunque sí de la confianza en que esas procesos se han efectuado reiteradas veces, o las suficientes para que no quepa duda razonable). Son enunciados que describen mi confianza en procedimientos básicos de una indagación a partir de mi imagen del mundo. 163/6-Toda comprobación supone algo que no se comprueba, a no ser circularmente. ‘Lo difícil es percibir la falta de fundamentos de nuestra creencia’ (y ahí frases como ‘es evidente’). Ejemplo: no se duda que esta mesa continúa acá aunque nadie la esté mirado. 167-Hay dos tipos de proposiciones empíricas: las propiamente tales y las ‘normas de descripción’ (enunciados básicos de nuestra imagen del mundo). Ejemplo: ‘Lavoisier realiza experimentos con sustancias en su laboratorio y concluye de ellas que cuando hay una combustión sucede tal y tal cosa’. Wittgenstein se refiere estas ‘normas’ como ‘una imagen del mundo y no de una hipótesis porque es el fundamento evidente de su investigación y, como tal, ni siquiera se menciona’. Ahora trata a estas creencias básicas como la imagen propiamente dicha, y no como el fundamento de la imagen. 168-La diferente entre estas creencias básicas y las definiciones (estipulativas) de conceptos no es tan claro (como en Quine). 170-‘¿Puede decirse, entonces: concedemos nuestra confianza a es porque ha dado buenos resultados?’. Wittgenstein parece sugerir que no: cualquier teoría que formulemos dentro e nuestra imagen del mundo va a asumir esas proposiciones, y en este sentido, ellas (las proposiciones básicas) darán buenos resultados. Es así como indagamos, y no estamos dispuestos nunca a renunciar a ellas, son aún más básicas que las creencias del núcleo duro de un programa de investigación lakatosiano, aunque quizás no irrenunciables (si estamos dispuestos a cambiar de imagen del mundo). 172-Parece que no hay nada más básico que apoye estas convicciones. (Luego dice algo así como creer algo es creerlo como verdadero.) 173-A medida que asciende el grado de convicción, mayor es la dificultad para renunciar a una creencia. Parece que no podría, voluntariamente, dejar de creer lo que creo firmemente. Tampoco parece fácil aferrarme a una creencia si ‘aprendiese’ [Wittgenstein emplea esta expresión –actitud ‘factiva’, que implica la verdad de lo que se aprende] proposiciones que contrarían su verdad. Y aunque esto fuera posible, parece aún más difícil conservar con fundamento creencia semejante. 175-El que yo crea saber que p puede ser la justificación para la creencia de otro en que p, pero no justifica mi creencia en que p (no hay razón que la apoye: yo no lo creo porque yo lo creo, sólo lo creo). 176-Saber es diferente a aprender y a estar seguro. ¿Por qué? Parece que porque lo que se sabe es más básico (es más imagen del mundo) que lo que (es mejor descripto como) lo que se aprende o de lo que se está seguro. 177-Saber que p implica creer que p. 178-Las proposiciones de las que puede decirse que se las sabe (que se sabe que p, y no que se sabe lo que p significa) son de distinto tipo que enunciados como ‘Tengo dolor’. Estas últimas parecen menos dudosas, aunque las primeras implican lo que se sabe (‘sé que p’ implica ‘p’). 179/81-Saber algo (‘Sé que p’) es diferente a estar subjetivamente convencidos (‘Juro que p’), tiene menos que ver con una sensación subjetiva que con el papel que juega en nuestra indagación. 182/92-Puede haber grados y órdenes distintos de evidencia (unas más evidentes, otras menos) entre todas las proposiciones indubitablemente creídas. Pero todas ellas constituye un sistema, y la evidencia de una proposición es relativa a un sistema; cuando nosotros evaluamos la evidencia de una proposición, está implícito que lo hacemos relativamente a nuestros sistema de evidencia, no podemos hacer más. En caso de que alguien dude de alguna de nuestras proposiciones evidentes, ‘estaría dudando de todo nuestro sistema de evidencia. No se me ocurre que este sistema sea más seguro de lo que pueda serlo una seguridad en su seno’. La corrección de una afirmación, lo mismo, es relativa a nuestro sistema de evidencia. ‘Pero no puedo decir que ésta [una evidencia particular: la Tierra existe desde hace mucho tiempo atrás] sea definitivamente correcta’. No podemos hablar de una corrección transistemática: toda corrección es interna a un sistema de evidencia. No podemos evaluar no circularmente otros sistemas de evidencia, sino sólo describirlos. ‘En uno u otro momento se ha de pasar de la explicación a la mera descripción. (191)Nuestro único criterio de ‘correspondencia con los hechos’ es nuestro sistema de evidencia. Siempre se evalúa aquello desde un sistema de evidencia. Lo que sean los hechos lo determina (y constituye) un sistema de evidencia. (192)Wittgenstein parece entender que más interesante que la justificación circular es una no—circular. Y esta ha de detenerse en algún momento: en las proposiciones evidentes (‘la justificación tiene un límite’).