México: Flujos Financieros Ilícitos, Desequilibrios Macroeconómicos

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Resumen ejecutivo
El presente estudio realiza una estimación de los flujos financieros ilícitos (FFI) procedentes de
México durante el periodo 1970-2010 y analiza los factores y la dinámica subyacentes en base a
un modelo de simulación. Dado que la información necesaria para realizar la simulación sólo está
disponible para el periodo 1971-2008, el análisis de los factores que originaron los flujos ilícitos se
limita a este periodo de tiempo.
De acuerdo con nuestra definición, se considera que el dinero es ilícito si su origen, destino
o movimiento es ilegal. Todas las estimaciones de los flujos se basan en transferencias
internacionales de dinero ilícito y no tienen en cuenta el dinero ilícito que se blanquea dentro
del país. Además, los flujos ilícitos procedentes del tráfico de drogas y otras actividades ilícitas
que se liquidan en efectivo tampoco quedan reflejados en modelos económicos como los que
se han utilizado en este estudio. Dado que los métodos y modelos económicos subestiman de
forma inherente los flujos financieros ilícitos, en este estudio empleamos el valor no normalizado
(o robusto) de la estimación de los flujos ilícitos, aunque en el anexo también se incluyen las
estimaciones normalizadas o conservadoras para posibilitar la comparación. Dicho esto, la
magnitud y la tasa de crecimiento de los flujos financieros ilícitos procedentes de México es un
indicio de la gravedad del problema al que se enfrentan los responsables políticos.
Las principales conclusiones del estudio incluyen:
• Durante el periodo 1970-2010, el total de los flujos financieros ilícitos de México se eleva a la
impresionante cifra de 872,000 millones de USD.
• El flujo saliente de capital ilícito se ha elevado de forma significativa, pasando de alrededor de
1,000 millones de USD en 1970 a 68,500 millones de USD en 2010, alcanzando su máximo en
2007 con 91,000 millones de USD.
• Los flujos medios anuales de salida de capital ilícito se incrementaron acusadamente a lo largo
de las cuatro décadas. Durante los años setenta, la cifra fue de 3,000 millones de USD, 10,400
millones de USD en los ochenta, 17,400 millones de USD en los noventa y 49,600 millones de
USD en la última década.
• De media, los flujos de dinero ilícito representaron el 5.2% del PIB durante el periodo de 41 años
comprendido entre 1970 y 2010. El máximo nivel de flujos ilícitos como porcentaje del PIB se
alcanzó en 1995 con el 12.7%.
• Como porcentaje del PIB, los flujos ilícitos se incrementaron con el tiempo, pasando de una
media del 4.5% en el periodo anterior a la entrada en vigor del TLCAN en enero de 1994, hasta el
6.3% del PIB en los 17 años siguientes.
• Los FFI como porcentaje de la deuda externa de México se incrementaron del 15.0% en 1970 al
28.7% en 2010, con una media del 16.8% en el periodo 1970-2010. El brusco incremento de este
índice se produjo principalmente después de la entrada en vigor del TLCAN en 1994.
México: Flujos Financieros Ilícitos, Desequilibrios Macroeconómicos y la Economía Sumergida
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• Con la excepción de unas pocas subidas significativas, los FFI como porcentaje de
las exportaciones de México descendieron desde el 74.4% en 1970 al 23.0% en 2010,
principalmente como consecuencia del crecimiento de las exportaciones de petróleo a lo largo
del tiempo.
• Existe una relación estable entre el volumen de los flujos ilícitos salientes y la fase previa e
inmediatamente posterior a las crisis macroeconómicas que ha sufrido México en estos 41 años.
En lo que respecta a las seis crisis estudiadas, los flujos ilícitos se incrementaron en el año de la
crisis en comparación con los dos años anteriores a la crisis. Especialmente durante:
• La crisis del precio del petróleo de 1973, en que los flujos ilícitos de salida representaron el
4.4% del PIB, casi 4 veces la media anual de los dos años anteriores a la crisis (1.15%).
• La crisis de la balanza de pagos de 1976, los flujos ilícitos ascendieron al 5.6% del PIB, lo que
también supera la media anual del 3.2% registrada en 1974 y 1975.
• La crisis de deuda de 1982, durante la cual los flujos salientes ascendieron al 5.3% del PIB,
comparados con una media del 3.5% en 1980 y 1981.
• La crisis del precio del petróleo de 1986, en que los flujos ilícitos alcanzaron el 8.1% del PIB,
una cifra bastante superior a la media del 5.1% registrada entre 1984 y 1985.
• La crisis del peso de 1994, en que los flujos de salida ascendieron al 3.8% del PIB lo que
prácticamente triplica la media del 1.3% del periodo 1992-1993.
• La crisis económica mundial de 2007, en que los flujos ilícitos se elevaron hasta el 8.8% del
PIB, mientras que la media anual entre 2005-2006 fue del 5.5%.
Con la excepción de la primera crisis del precio del petróleo de 1973 y el inicio de la crisis
económica mundial de finales de 2007, los flujos de capital ilícito procedentes de México siguieron
creciendo un año después de la crisis. La crisis del peso de 1994 destaca entre todas las demás
crisis que ha sufrido México entre 1970 y 2010, puesto que los flujos ilícitos de salida en porcentaje
del PIB experimentaron el mayor incremento durante el año posterior a la crisis. En este respecto,
es probable que la crisis del peso sea la crisis más grave que haya sufrido México en este periodo.
En general, podemos afirmar que una crisis macroeconómica provoca un aumento de los flujos
financieros ilícitos en relación con el PIB que se prolonga hasta un año después de la crisis antes
de comenzar a descender.
Los depósitos bancarios internacionales de los que se ha informado al Banco de Pagos
Internacionales (BPI) indican que los Estados Unidos, los centros financieros extraterritoriales o los
paraísos fiscales en el Caribe y los paraísos fiscales en Europa son los tres principales destinos de
los depósitos del sector privado de México. Estos depósitos incluyen fondos lícitos e ilícitos. Sin
embargo, dada la falta de información sobre retiradas y la información incompleta proporcionada
por las instituciones financieras, no es posible determinar el destino de los flujos financieros ilícitos
exclusivamente.
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Global Financial Integrity
Cabe mencionar que la metodología empleada en los estudios de Global Financial Integrity (GFI)
para calcular los flujos ilícitos es distinta de la empleada por otros investigadores puesto que
nuestros modelos están ajustados para reflejar exclusivamente los flujos salientes brutos. La
principal razón por la que los flujos ilícitos entrantes no se deducen de los salientes es que los flujos
ilícitos entrantes tampoco se registran por lo que el gobierno no puede someterlos a impuestos
o utilizarlos para el desarrollo económico. De hecho, los flujos ilícitos netos son un concepto tan
poco defendible como el crimen neto. Sin embargo, a pesar de las diferencias en la metodología,
las estimaciones de los flujos financieros ilícitos de México realizadas por GFI no están lejos de las
de estudios anteriores sobre la fuga de capital de México si se tiene en cuenta que dichos estudios
no incluyeron los flujos salientes originados por la facturación fraudulenta, algo que sí incluye este
estudio.
Valiéndonos de un análisis gráfico, explicamos cómo los flujos financieros ilícitos procedentes
de la actividad económica sumergida tienen un impacto sobre los mercados nacionales de
activos cuando se usan tipos de cambio fijos (antes de la crisis del peso de 1994, el peso
tenía un tipo de cambio esencialmente fijo frente al USD). Prolongando esta breve interacción
ilustrativa, desarrollamos un modelo de simulación de los flujos ilícitos de México que destaca
las interacciones entre las políticas macroeconómicas (oferta monetaria, gasto público, ingresos
públicos, impuestos directos y el nivel de precios determinado dentro del modelo), factores
estructurales (representados por la liberalización comercial y la desigualdad de renta, que
son exógenos), y la gobernanza en general (representada por la economía sumergida, como
aproximación, que es endógena). La simulación indica que, de entre estos factores, el nivel de
precios puede predecirse con bastante precisión en base a las interacciones entre las políticas
monetaria y fiscal. Se concluye que las altas tasas de inflación resultantes (que también eran muy
variables) son un factor importante que contribuye al incremento de los flujos ilícitos junto con una
economía sumergida fuerte y la liberalización del comercio (que proporciona a los operadores más
oportunidades para falsear la facturación). Los modelos de simulación de México parecen indicar
que, si bien los flujos ilícitos pueden no responder ante una inestabilidad macroeconómica de poca
intensidad (tal y como concluimos en el caso de India), una vez que las crisis son suficientemente
largas y persistentes, pueden llevar a una pérdida de confianza del inversor y a la depreciación
de la tasa de cambio claramente anticipada. Como resultado, los activos nacionales, tanto lícitos
como ilícitos, pierden atractivo frente a los extranjeros. Una inflación más alta provoca el aumento
de la renta nominal, lo que favorece la recaudación total de impuestos; sin embargo, esta mayor
recaudación no contribuye a disminuir la economía sumergida (aunque los impuestos recaudados
tienen el coeficiente negativo que se esperaba en la ecuación que explica la economía sumergida).
Existen indicios claros de que la economía sumergida de México está motivada fundamentalmente
por los flujos ilícitos y el tamaño de la economía sumergida en el periodo anterior (el efecto
«momentum»). Los modelos de simulación confirman la existencia de una interacción dinámica
entre los flujos ilícitos y la economía sumergida de forma que cada uno de estos factores impulsa el
otro.
México: Flujos Financieros Ilícitos, Desequilibrios Macroeconómicos y la Economía Sumergida
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Los resultados de los modelos de simulación también proporcionan pistas sobre las medidas
políticas necesarias para frenar la creación y transmisión de capital ilícito. Dado que una
inestabilidad macroeconómica importante puede llevar a la pérdida de confianza en la economía
y provocar la fuga de capital ilegal, el gobierno necesita adoptar políticas macroeconómicas
prudentes para frenar los flujos ilícitos. Sin embargo, también hay que solucionar los problemas
estructurales y relacionados con la gobernanza para poder poner freno a los flujos salientes. Por
ejemplo, un volumen importante de flujos de salida procedentes de la facturación fraudulenta
exigiría una reforma en profundidad de la administración aduanera; más concretamente,
proponemos la puesta en práctica de un sistema de determinación de precios basado en el riesgo,
para frenar el riesgo de alteración de los precios de exportación e importación que se utilizan
para transferir capital ilícito fuera del país. Asimismo, recomendamos que todas las facturas de
aduanas vengan acompañadas de un compromiso legal de los exportadores e importadores sobre
la exactitud del precio y que las empresas multinacionales tengan la obligación de proporcionar
información por país sobre sus ventas, costes de explotación y beneficios en cada una de las
jurisdicciones donde tienen actividades. Además de la facturación fraudulenta, señalamos otras
cuatro áreas en las que un cambio de política puede ser beneficioso: i) poner en práctica acuerdos
de intercambio automático de información y contra la doble imposición con los países con los que
México tiene unos fuertes vínculos comerciales y de mercados de capital, ii) reducir el tamaño
de la economía sumergida mediante medidas como una mayor transparencia y responsabilidad
al conceder contratos públicos, iii) recopilar información sobre los propietarios reales de las
empresas y la cuentas financieras, y iv) que México adopte una posición de liderazgo en los foros
internacionales y exija que los paraísos fiscales y los bancos trabajen de forma más transparente y
responsable para frenar la absorción de fondos ilícitos.
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Global Financial Integrity
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