COORDINACION Y PLANIFICACION UNIVERSITARIA

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JORGE SOTO
SANDOVAL
COORDINACION Y
PLANIFICACION UNIVERSITARIA
u n t e m a para discusión
JORGE SOTO
SANDOVAL
COORDINACION Y
PLANIFICACION UNIVERSITARIA
un tema para discusión
ARTICULO
PUBLICADO EN LA REVISTA
N°- 198, JULIO 1968.
OCCIDENTE
COORDINACION
Y PLANIFICACION
UNIVERSITARIA
El proceso de reformas que viven las universidades nacionales, constituye un motivo de preocupación y análisis en todos los sectores de nuestra sociedad, que lo enfocan desde diversos ángulos y llegan a distintas conclusiones. Se habla de
una juventud inconformista que desea cambios; se pide modificar viejas y tradicionales estructuras académicas; se escuchan
conceptos sobre la democratización universitaria y la importancia de la participación estudiantil y de los llamados "docentes
medios"; se lanzan teorías sobre la nueva universidad: "abiert a " , "comunitaria", "pluralista", "descentralizada", "autónoma", " l i b r e " , etc. y, en el fondo, sólo se está aspirando a
una adecuada planificación y coordinación de las actividades
internas y externas de las universidades, con una amplia difusión y una efectiva concurrencia en ellas de todos los elementos humanos que componen el "hacer" universitario: autoridades, docentes, investigadores, alumnos y funcionarios.
3
A esta coordinación y planificación pretendemos referirnos, sin más ánimo que el de concitar la atención y proseguir
el estudio de uno de los problemas que nos parece básico en
la vida universitaria y sobre el cual connotados especialistas
de nuestro país han dado sus voces de alarma desde hace varios años, sin que sus palabras tuvieran el eco adecuado en
su oportunidad. Sólo ahora, cuando la crisis está latente, afloran sus planteamientos y se lamenta no haber seguido sus indicaciones que, de lo contrario, es probable hubieran evitado
muchos conflictos.
Felizmente, aún se está a tiempo para corregir errores y
creemos que un debate franco y abierto, permitirá encontrar soluciones que, por lo demás, se encuentran ya esbozadas. Aprove
chamos estas columnas para iniciarlo e invitar a los especialistas a segui rnos.
4
LA PLANIFICACION
" L a idea central de la planificación es la de racionalidad" (1), principio que exige escoger, acertadamente, cuáles
son las variantes más adecuadas para lograr una meta prevista. Este concepto aplicable a diario en los campos económicos: empresariales o gubernamentales, no es fácil llevarlo a
la práctica en las universidades, depositarías del saber, de la
cultura, de la ciencia, de las tradiciones y, a la vez, responsables de la formación profesional de los mejores elementos
de un país.
(1) G o n z a l o M a r t n e r . " P l a n i f i c a c i ó n
y P r e s u p u e s t o por P r o g r a m a s " .
Editorial
Uni-
v e r s i t a r i a . 1967.
5
No puede darse a la Universidad el mismo enfoque que se
da, por ejemplo, a un servicio público cualquiera o una entidad
privada con fines de lucro. La institución universitaria, colocada en la cima del sistema educacional, tiene una estructura
y una acción diferente, y una finalidad distinta en el progreso
de la comunidad. Sin embargo, el desarrollo de la Universidad,
en sí misma y en relación al país, no puede concebirse hoy si
no se fijan metas y se determina previamente el camino a seguir, vale decir, si no se planifica y se programa la actividad
a realizar.
En general se dice que la programación, esto es, la acción
de planificar, está basada en ciertos principios básicos aplicables en cualquier campo.
Gonzalo Martner (2) los define como: "racionalidad, previsión, universalidad, unidad, continuidad e inherencia".
Brevemente analizados, el primero implica la selección
de alternativas con un análisis exhaustivo de las ventajas y
desventajas de cada una de ellas, a fin de aprovechar en mejores condiciones los recursos de que se dispone y que siempre son insuficientes en las universidades.
La "previsión" no es más que la determinación de la conducta futura y se obtiene como consecuencia de las experiencias y conocimientos de los hechos pasados y presentes, junto
a la proyección de las diversas orientaciones y tendencias que
se observan en determinados lapsos. Para estos efectos se
(2) M a r t n e r . O b r a c i t a d a .
6
fijan plazos o límites de acción que Albert Waterston (3) divide en: "Programación integral anual" (que obligq a quienes
deben adoptar decisiones concentren su atención en lo que se
necesita hacer de inmediato) y la ."programación rriultianual"
(que tiene como punto céntrico las políticas básicas a largo
plazo y la acumulación sistemática de proyectos bien elaborados).
La "universalidad" consiste en la necesidad de que la
programación abarque a todos los sectores universitarios, en
sus distintos niveles y en conexión directa con la realidad económica y las aspiraciones de cada Universidad y del país.
" L a programación no es el patrimonio exclusivo de los organismos superiores" (4) y cada día debe hacerse conciencia sobre la importancia que ella tiene en las distintas fases o etapas del proceso universitario.
Lo anterior no puede lograrse con éxito, si no existe la
"unidad" para que los programas estén integrados entre sí y
formen un todo orgánico. Para esto se realizan los llamados
"programas globales", que envuelven en forma armónica a los
de tipo parcial elaborados por cada sector universitario, con el
objeto de evitar, fundamentalmente, la dispersión de recursos
en acciones duplicadas.
La "continuidad" es
no tiene fin en el tiempo y
duración ilimitada. Pueden
posiblemente la intensidad
(3)
Albert
Waterston.
inevitable, porque la programación
es, en consecuencia, un proceso de
cambiar los objetivos, los plazos y
de su acción, pero nunca dejará de
"Puntualización
de
los
objetivos
de l a
A d m i n i s t r a c i ó n del
P l a n e a m i e n t o " . A r t í c u l o de la R e v i s t a " F i n a n z a s y D e s a r r o l l o " . V o l . I V , número 4. D i c i e m b r e 1967.
(4)
G. M a r t n e r . Obra
citada.
7
existir en la Universidad la necesidad de obtener el máximo
rendimiento de los recursos de que pueda disponer. Por otra
parte, la falta de continuidad en un programa, su interrupción
o su abandono, no causaría más que un desperdicio de esfuerzos o despilfarro.
Finalmente el principio de la "inherencia" se relaciona
con la existencia de las instituciones mismas. No es posible
realizar una labor universitaria sujeta a la improvisación. Es
imprescindible la programación que así, pasa a formar parte básica de la vida universitaria. Es inherente, en el hecho, a la
organización y a cualquiera de sus actividades.
8
LA COORDINACION
En 1966 la Sociedad Chilena de Planificación y Desarrollo, realizó el IV Seminario público, en el cual uno de los temas principales fue el de la Coordinación universitaria. (5)
El profesor Oscar Vera L., expresaba que la coordinación
de la educación superior con el resto del sistema escolar y con
los planes nacionales de desarrollo, suponía la coordinación
de las universidades entre ellas y presentaba cuatro problemas
que podían tener soluciones diferentes:
(5) " P l a n i f i c a c i ó n U n i v e r s i t a r i a y D e s a r r o l l o N a c i o n a l " . B o l e t í n ' I n f o r m a t i v o N 5 19,
e n e r o - f e b r e r o 1967 de l a S o c i e d a d C h i l e n a de P l a n i f i c a c i ó n y D e s a r r o l l o ( P L A N DES).
9
"1) La vinculación del conjunto de la educación superior
al sistema escolar y a los planes de desarrollo de la Nación,
al más alto nivel y con la participación de todos los sectores
de la vida del país interesados en el desarrollo de los servicios educativos. El Consejo Nacional de Educación creado en
1953 y en e| cual están representadas las Universidades, desempeña imperfectamente estas funciones de proponer, evaluar
y revisar la política educativa nacional, cuya aplicación corresponde a establecimientos y organismos públicos y privados,
Las limitaciones de la legislación que creó este Consejo podríah ser superadas a fin de convertirlo en lo que se pensó que
debería ser, es decir, en un verdadero foro para la discusión
integral de los problemas de la educación en todos sus niveles
y del desarrollo del país.
2) La cooperación interuniversitaria, que se viene realizando desde 1954 a través del Consejo de Rectores y que es
susceptible de extenderse a muchos campos de la mayor importancia dentro de la estructura y las atribuciones actuales de
este organismo.
3) La necesidad universalmente admitida de que el Estado
controle o autorice los títulos que se otorgan para el ejercicio
de las profesiones en el territorio nacional.
4) El planeamiento de la educación superior, como parte
del planeamiento integral de la educación y a la luz de las necesidades de la educación superior que imponen los planes de
desarrollo y el buen uso dé los recursos nacionales. Esto supone una coordinación efectiva de la actividad y del desarrollo de las Universidades -financiadas todas, como se sabe, en
una alta proporción con fondos públicos- que evita duplicaciones y competencias estériles e iniciativas que no son viables,
y que asegura una utilización eficaz y una distribución equitativa de los recursos que el Estado pueda asignarles.
10
Si bien compete indiscutiblemehte a cada Universidad,
dentro de su autonomía, la tarea de planificar sus propias actividades, una coordinación como la que se requiere supone
la adopción de decisiones que podrían limitar de un modo u otro la autonomía económica, administrativa y aún académica de
las Universidades, dentro del concepto tradicional de autonomía. Esta coordinación no podría ser realizada sin atender al
grado de responsabilidad de las Universidades ante el Estado
y el volumen y calidad de los servicios que aportan a la Nación.
La necesidad de alguna estructura legal que regule este
aspecto fundamental de la educación superior y reemplace el
actual estatuto de la enseñanza superior, cuyas disposiciones
han sido vulneradas por numerosas leyes particulares, parece
tan indispensable como urgente. Sin embargo, el reconocerlo
así no significa en modo alguno ignorar las dificultades que
ha de plantear el estudio de dichas disposiciones, estudio en
el cual, a mi juicio, deberían participar todas las Universidades".
Hasta aquí parte de la intervención del profesor Vera, que
tiene una vigencia y actualidad innegable.
En respuesta al interrogante acerca de cuáles eran las
dificultades que impedían la coordinación universitaria, se
mencionaron en ese Seminario, entre otras, la de una mal entendida autonomía universitaria que obligaba a cada Corporación a defender sus intereses y actividades sin conciencia de
su verdadera finalidad. Se habló de un excesivo tradicionalismo universitario y de una incomprensión en la relación de las
tareas de estas corporaciones con los problemas nacionales.
Se aludió al diferente grado de desarrollo de las universidades,
sus distintos enfoques con respecto a las estructuras académi11
cas y administrativas, la variedad de recursos financieros de
que pueden disponer (no a su monto o volumen) y a la falta de
una política y objetivos claros de cada Universidad lo que trajo como consecuencia un crecimiento no planificado.
Se llegó a decir, en ese Seminario, que dentro de un marco
de organismos tradicionalmente renuentes a los cambios, los
más conservadores y apegados al pasado eran, justamente, las
universidades que carecen de relaciones entre ellas en todos
los niveles. En forma especial, a este respecto, se destacó la
falta de comunicaciones entre las distintas esferas de una Universidad y de una Corporación a otra.
La existencia de universidades estatales y privadas, técnicas y tradicionales, grandes y pequeñas y el excesivo institucionalismo que significa una pérdida en el sentido nacional,
constituyeron también factores limitantes que impedían la coordinación.
Sin embargo, todos los participantes estuvieron de acuerdo
en la necesidad de crear un organismo superior de efectiva
coordinación de las actividades universitarias.
Cabe recordar que en 1959 la Unión Latinoamericana de
Universidades recomendó la creación de estos organismos y
que un tema similar fue incluido en el proyecto de recomendaciones para una de las primeras reuniones del Parlamento Latinoamericano cuando se señalaba, " l a importancia de contar
con Asociaciones o Consejos de Rectores de universidades, para estudiar las iniciativas y soluciones a fin de coordinar sus
actividades en todos sus aspectos, procurando un mejor entendimiento y calidad de la enseñanza superior".
En nuestro país, la existencia del Consejo de Rectores,
al que hos vamos a referir más adelante, permitió avizorar las
posibilidades de éxito que, desgraciadamente, por diversas razones no se alcanzaron.
12
LA NECESIDAD
DEL PLANEAMIENTO
UNIVERSITARIO
En 1961, los representantes de los gobiernos de los países miembros de la OEA , reunidos en Punta del Este, recomendaron "que se adopten en cada país planes integrales de
educación encaminados a lograr metas precisas en la próxima
década, a fin de elevar el nivel cultural de los pueblos de América Latina y capacitarlos para que participen constructivamente en el desarrollo económico y social". (6)
(6) O E A , C I E S , R e u n i ó n E x t r a o r d i n a r i a d e l C I E S c e l e b r a d a en P u n t a d e l E s t e , U r u g u a y , a g o s t o d e 1961.
13
Sin embargo, la propia Organización de Estados Americanos en su informe de 1963 llegó a una conclusión pesimista
sobre la materia y expresaba: " a pesar de que la idea del planeamiento y el establecimiento de servicios de planeamiento
han tenido una amplia acogida en casi todos los países, no se
puede decir que todos ellos hayan producido planes educativos
basados en las ¡deas que se habían propugnado". (7)
La necesidad del planeamiento educativo se mencionó, por
primera vez, en el Segundo Congreso Interamericano de Ministros de Educación, celebrado en Lima en mayo de 1956 y desde
entonces, tanto la UNESCO como la OEA han patrocinado varios seminarios y proporcionado asistencia técnica a los distintos países miembros. (8)
En el estudio publicado en 1966, "Bases para un Plan de
Desarrollo de la Universidad de Chile", y en el que cupo activa participación a destacados especialistas, se expresa:
" E l planeamiento de la educación superior, como parte del
planeamiento integral de la educación y teniendo en cuenta
las necesidades de formación de personal especializado, de
investigación y extensión que imponen los planes de desarrollo y el buen uso de los recursos nacionales, requiere una coordinación de la actividad y del desarrollo de las Universidades
-financiadas todas, como se ha visto, en una alta proporción
con fondos públicos- que evite duplicaciones y competencias
estériles e iniciativas poco viables, y que asegure una utilización eficaz y una distribución equitativa de los recursos que
el Estado deba asignarles.
( 7 ) T e r c e r o R e u n i ó n I n t e r a m e r i c a n o d e M i n i s t r o s de E d u c a c i ó n , B o g o t á , C o l o m b i a .
(8)
"Educación
y
Desarrollo
Económico
en A m é r i c a
Latina".
Armando
Tomayo.
T r a b a j o presentado a la U n i v e r s i d a d de C o l u m b i o . E d i t o r i a l A r t e . C a r a c a s , Venez u e l a . 1966.
14
Si bien compete a cada Universidad, dentro de su autonomía, la tarea de planificar sus propias actividades, una coordinación como la descrita supone inevitablemente la adopción
de decisiones que pueden limitar de un modo u otro la autonomía económica, administrativa y aun académica de las universidades, tal como suele ser concebida. Para ser eficaz, esa
coordinación debería asumirla un organismo en el cual las universidades tuviesen una representación proporcional al grado
de su responsabilidad ante el Estado así como al volumen y al
tipo o calidad de los servicios que aportan a la nación.
La necesidad de una estructura legal que regule ese aspecto fundamental de la enseñanza superior y reemplace al actual Estatuto de la Enseñanza Universitaria cuyas disposiciones han sido vulneradas por numerosas leyes particulares, parece tan indispensable como urgente. El reconocerlo así no
significa ignorar las dificultades que han de plantear su estudio, en el cual, naturalmente, deberían participar todas las
universidades".
En el fondo este planteamiento general no hace más que
reafirmar las ideas basadas en la experiencia de los especialistas en la materia y de quienes, por el trabajo que les corresponde realizar, han visto la necesidad de que las universidades, y el país entero, comprendan la importancia que tiene
el planeamiento para el mejor desarrollo de sus actividades.
El Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Ingeniero Javier Barros Sierra, (9) explica que " l a planeación de la educación superior debe hacerse no sólo desde el
punto de vista del crecimiento numérico de las universidades,
(9) " L a
P l a n e a c i ó n de la E d u c a c i ó n
Superior en A m é r i c a
Latina".
P o n e n c i a pre-
s e n t a d a a la V A s a m b l e a G e n e r a l d e la U n i ó n d e U n i v e r s i d a d e s d e A m é r i c a L a t i n a ( U D U A L ) . L i m a , P e r ú . O c t u b r e de 1 9 6 7 .
15
sino que debe cubrir también los aspectos cualitativos de la
enseñanza. La planeación debe incluir, por ello, el análisis
del contenido y de los sistemas actuales de la enseñanza; la
formación de los profesores y la actualización de sus conocimientos, la revisión de la longitud y flexibilidad de los ciclos
de estudio; la creación de carreras intermedias; el fomento de
los estudios de postgrado, etc.
Junto a la planeación del desarrollo de nuestras casas de
estudios debe laborarse en la revisión de las estructuras y procedimientos administrativos para hacer más eficaz nuestra tarea docente, de investigación y de difusión de la cultura. El
presupuesto por programas es un instrumento útil, entre otros,
tanto para la planeación como para elevar el rendimiento de la
administración universitaria".
Al estudiarse el papel de la Universidad en el desarrollo
económico, social y cultural de América Latina en las reuniones efectuadas en 1966 en San José de Costa Rica, ¡unto con
analizar la integración Latinoamericana, el sistema educacional como una totalidad, la investigación científica y la autonomía, entre otros aspectos, se abordaba el de la planificación
universitaria y se expresaba lo siguiente: (10) " E n vista de
los cambios que están teniendo lugar ahora en la Universidad,
la planificación se ha hecho un imperativo y exige profunda
preocupación y detallada consideración. Sin planificación, el
rendimiento en la educación superior sería insatisfactorio, y
faltarían criterios racionales para su financiamiento. La extraordinaria complejidad académica y administrativa de la Universidad moderna y la necesidad de considerar por adelantado el
establecer actividades a corto y largo plazo, enfatizan aún más
la necesidad de planificación.
(10) R e u n i ó n de E x p e r t o s en E d u c a c i ó n
S u p e r i o r y D e s a r r o l l o en A m é r i c a
o r g a n i z a d a por U N E S C O en San J o s é de C o s t a R i c a . M a r i o de 1 9 6 6 .
16
Latina,
La planificación universitaria debiera ser realizada por
oficinas especializadas que mantuvieran estrecho contacto con
la planificación nacional y que hicieran uso de los servicios
de urgencia internacionales que pudieran proporcionarle ayuda
técnica y financiera a la Universidad misma.
El entrenamiento de cuadros directivos, las exigencias sociales, las necesidades públicas y las aspiraciones de la juventud, deben ser todos cuidadosamente considerados en la
preparación de los planes universitarios.
Las universidades debieran poner sobre aviso a los gobiernos y a la opinión pública de sus respectivos países sobre
el riesgo de establecer universidades, a menos de hacerlo integradas a un plan armónico basado en las necesidades nacionales y dotadas de los fondos necesarios para operación y desarrollo; y debieran sugerir la creación de organismos -posiblemente sus propios Consejos de Rectores- o los equivalentes a
aquellos que ya existen con personalidad jurídica, que tuvieran
la facultad de asegurar que el establecimiento de cualquier
nueva Universidad estuviera sujeta a las condiciones mencionadas".
De acuerdo con todo lo anterior, puede expresarse que la
planificación es absolutamente imprescindible y se alcanza
después de un proceso de preparación de programas a largo
plazo. Debe ser, en sentido general, un esfuerzo de toda la
comunidad universitaria para elevar el nivel de la enseñanza
y el bienestar de esa comunidad, mediante la utilización íntegra y coordinada, con aprovechamiento máximo, de todos los
recursos materiales y humanos de que se pueda disponer. En
cuanto a su metodología, " e s un arco tendido entre la determinación de la realidad y la formulación de una política y abarca
17
los aspectos económicos, sociales, administrativos, físicos y
muchos más". (11)
Se colige, entonces, que el planeamiento es útil sólo en
la medida en que se ajusta a la realidad y que su aplicación es
totalmente factible.
Los profesores Oscar Vera L . y Jean Labbens, han realizado un importante estudio (12) que se presentó a la V Asamblea General de la Unión de Universidades de América Latina
y allí se plantean las contradicciones y ambivalencias que caracterizan a las universidades, las que están fundamentalmente
orientadas hacia la formación para las profesiones liberales;
no encuentran el equilibrio satisfactorio entre las tareas de
investigación científica y tecnológica y las de docencia y extensión; permanecen celosas de su autonomía, reconociendo a
medias sus responsabilidades en el desarrollo nacional y regional; están conscientes de la necesidad de modificar sus estructuras pero tratando de conservarlas; se muestran favorables a
la democratización pero mantienen la índole selectiva de su
función, junto con preocuparse de la participación creciente de
sus estudiantes y son respetuosas de la existencia de otras
casas de estudios superiores pero viven inquietadas por esta
proliferación.
Al respecto, ellos expresan: " E s preciso reconocer de inmediato que el reciente movimiento para introducir el planeamiento de la Educación Superior, es decir, para lograr que la
Universidad racionalice su organización y su funcionamiento y
se integre plenamente en el proceso global del desarrollo, no
tendrá éxito sino en la medida en que esas contradicciones se
resuelvan y esas ambivalencias se concilien, recuperen su función dinámica y vitalicen la acción universitaria, en vez de
empobrecer su orientación hacia el futuro".
(11) " M a n u a l d s A d m i n i s t r a c i ó n
les.
Naciones
P ú b l i c a " . Depto.de Asuntos Económicos y Socia-
Unidas.
(12) Oscar Vera y Jean L a b b e n s . " P l a n e a m i e n t o U n i v e r s i t a r i o L a t i n o a m e r i c a n o " .
R e v i s t a d e l C o n s e j o de Rectores de las U n i v e r s i d a d e s C h i l e n a s . V o l . I I , N s 4.
D i c i e m b r e de 1 9 6 7 .
48
LAS OFICINAS
DE PLANIFICACION
UNIVERSITARIA
" L a Oficina de Planificación no puede limitarse a proponer; debe, necesariamente, inspirar (1 3)".
En toda organización moderna, cualquiera que sea su estructura o finalidad, debe considerarse la existencia de una
Oficina de Planificación ubicada en el más alto nivel e integrada por especialistas y otros profesionales conocedores profundos de la institución y sus problemas. La Planificación ya
no pertenece al campo económico, en el cual ordinariamente se
la ubica, sino que forma parte importante de todo el sistema
que mueve a esa organización.
( i 3) O s c a r V e r a L . y J e a n L a b b e n s . P u b l i c a c i ó n c i t a d a .
19
Según Albert Waterston (14) las oficinas de planificación
deben establecer las normas y criterios que los departamentos
u otras unidades técnicas deban seguir en la preparación y ejecución de los proyectos; tiene que formular el programa integral de desarrollo y del presupuesto de gastos ordinarios de la
institución, le corresponde elaborar las políticas de desarrollo
alternativas, luego de consultar con todas las otras unidades;
tiene que instituir las normas que deberán observar aquellos
sectores al informar acerca de la marcha de los proyectos, sobre la base de los antecedentes técnicos y la evaluación del
programa general. Estas oficinas deben también promover un
conocimiento total de la planificación y sus programas y el
uso de un lenguaje común en todos los niveles, enlazando sus
actividades con la de cada uno de ellos.
Por otra parte se afirma que una oficina de este tipo debe
desempeñar eficazmente las funciones de compilación y análisis de datos generales acerca de los recursos humanos y materiales del país; la preparación de los estudios básicos sobre
problemas especiales que pueden ser necesarios para la ejecución de los programas; la formulación de planes para la mejor
utilización de los recursos; el intercambio de informaciones sobre planeamiento entre todas las dependencias de la institución, de manera que ninguna de ellas adopte decisiones ignorando la existencia de otros planes o en competencia con las
actividades de otro departamento; la conciliación de los planes
para cada región o función, los unos con los otros y todos ellos
con el programa general y la sincronización de su ejecución,
y preparación de planes de operaciones y asignación de proyectos de trabajos concretos para el cumplimiento del programa
nacional.
(14) A l b e r t W a t e r s t o n . P u b l i c a c i ó n c i t a d a .
20
Después de analizar estos puntos de vista muy generales,
aplicables a cualquier tipo de institución, debemos recordar
que las universidades tienen una característica especial a la
cual, en cierto modo, pueden asimilarse esas funciones.
Estudiando la materia encontramos en una reciente publicación hecha por el Dr. Ignacio González Ginouves, Ex-Rector
de la Universidad de Concepción (15), una acertada definición
de lo que debe ser una Oficina de Planeamiento Universitario
cuya finalidad fundamental, expresa, " e s la de determinar, desarrollar y lograr la implantación de procedimientos que permitan a la actividad universitaria con/ertirse en factor dinámico
para el desarrollo económico, social y cultural de la región y
del país, que aseguren el máximo de retorno social en el uso de
los recursos de la Universidad y que hagan posible la más eficiente expansión y desarrollo de la institución".
Agrega el Dr. González que específicamente la oficina
tiende a establecer proposiciones concretas que permitan:
"1.- Aprovechar en mejor forma los recursos humanos, técnicos y materiales de que dispone la Universidad.
2.- Reducir los costos, reducir la deserción y aumentar y
mejorar el producto: graduados, titulados, investigaciones y
extensión universitaria.
3.- Ampliar la capacidad de la Universidad para dar cabida
a un mayor número de estudiantes y para satisfacer mejor las
necesidades del país.
4.- Hacer de la Universidad un factor del desarrollo económico y social de la zona y del país.
5.- Mejorar la organización técnica y administrativa de la
Universidad.
(15) Dr.
I g n a c i o G o n z á l e z G. " U n E n s a y o de R e f o r m a U n i v e r s i t a r i a " .
Universidad
de C o n c e p c i ó n . A b r i l de 1 9 6 8 .
21
6.- Establecer metas de acción interuniversitarias, tanto
dentro del ámbito nacional como en el internacional.
Para el cumplimiento de los fines y propósitos enunciados,
la Oficina se ha fijado las siguientes funciones:
1) De investigación, ordenación e interpretación de los
datos necesarios.
2) De determinación y desarrollo de modelos operativos y
de modelos matemáticos de los datos estadísticos de los recursos humanos y materiales intrauniversitarios así como de
los extrauniversidad que están directamente relacionados con
la problemática universitaria.
3) De asesoramiento a las distintas Unidades Universitarias.
4) De preparación de planes para una mejor coordinación
de los esfuerzos y actividades que se están realizando en el
proceso de puesta en marcha de la reforma universitaria.
5) De relaciones con otras oficinas e instituciones similares tanto de las universidades como del Gobierno interesadas
en el planeamiento integral de la educación.
6) De perfeccionamiento del personal docente y administrativo.
7) De evaluación de los planes de desarrollo y de reforma
de la Universidad, y
8) De difusión de la teoría y práctica del planeamiento
universitario".
Con una oficina estructurada en esta forma, a la cual puedan agregarse aquellos otros aspectos que pertenecen a la característica particular de cada institución, creemos que es posible llevar a cabo una planificación que permita, adecuadamente, mejorar la organización universitaria.
22
LA ORGANIZACION
ACADEMICA DE
LAS UNIVERSIDADES
Hasta la fecha, felizmente, nuestro país no ha caído en el
pluralismo universitario de otras naciones y las ocho casas de
estudios superiores que actualmente existen, pueden defender,
Con éxito, el nivel y la categoría de la enseñanza que imparten
y sobre la cual hay público reconocimiento, especialmente en
el extranjero, que ha recibido el aporte efectivo de la emigración de nuestros profesionales. Todavía las universidades nacionales pueden seguir siendo tales, en la medida en que concentren sus esfuerzos, con superior espíritu, por darse una adecuada organización.
Sin embargo, existen notorias diferencias de una a otrc
universidad nacional. Por ejemplo las hay con régimen de facultades, de consejos docentes, o de departamentos. Existen
23
vice rectorías como organismos estables y en otros casos como cargos de reemplazo. Están sujetas a distribuciones presupuestarias rígidas o poseen bastante libertad en la administración de sus recursos. Sus alumnos provienen de un determinado tipo de enseñanza media y en otras abarcan a la casi totalidad de este campo. Los exámenes de selección son similares para algunas y diferentes o inaceptables por otras. Y así, podríamos seguir enumerando diferencias de tipo docente
o administrativo las que indiscutiblemente han contribuido a
la falta-de coordinación en el accionar universitario.
En 1966, un grupo de expertos en materias educacionales,
entre los que se contaba el actual Rector de la Universidad de
Concepción, David Stichkin, elaboró, a pedido del Banco Interamericano de Desarrollo, un informe para ser presentado a
la Conferencia sobre Educación Superior y Desarrollo en América Latina, organizada por UNESCO, y a la cual nos hemos
referido anteriormente. Ese documento (16) contempla entre
otros, los aspectos de la organización académica de la Universidad, la administración, el tamaño y crecimiento, el financiamiento, la estructura legal y la planificación física de las universidades.
En cuanto a la organización académica, materia de mucha
discusión actualmente en las universidades, se propone un
sistema que distingue tres secciones fundamentales, según se
aprecia en el diagrama.
(16) " O r g a n i z a c i ó n ,
T e m a s del
Administración
N 5 6 . A b r i l de 1 9 6 6 .
24
y
Financiamiento
de la
Educación
Superior".
B I O . P u b l i c a c i ó n d e l B a n c o I n t e r a m e r i c a n o de D e s a r r o l l o . A ñ o
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25
Estas tres secciones obedecen a la siguiente definición:
" 1 . Grupos básicos de docencia e investigación, forma"dos por un número de unidades que abarcan, cada una, ciencias aisladas o grupos de ciencias afines y están integrados
por los profesores e investigadores respectivos.
2. Escuelas profesionales, clasificadas por profesiones
o por grupos de profesiones afines, integradas por los profesores e investigadores correspondientes.
3. Centros regionales, distribuidos en el territorio nacional, de acuerdo con las necesidades regionales y los recursos,
integrados por el personal docente, de investigación y de difusión necesario.
Estas secciones desempeñan las funciones que se indican:
a) La sección grupos básicos ejerce la docencia de las
disciplinas científicas, culturales y artísticas, durante un período inicial, común a todos los estudiantes; la docencia y la
investigación durante un período intermedio para los que prosiguen sus estudios en las materias básicas; y, finalmente, la
investigación y la docencia especializadas al nivel post-graduado y post - profesional,
b) La sección escuelas profesionales se encarga de la
formación profesional de los egresados del período inicial, de
acuerdo con las necesidades del desarrollo nacional. Realiza
asimismo, actividades de investigación, principalmente aplicada y coordinada o no, según los casos, con la que desarrollan
los grupos básicos.
c) La sección centros regionales imparte regionalmente la
enseñanza del período inicial, especialmente aquella que servirá de base para las carreras profesionales de nivel intermedio
(carreras cortas) y también la de estas carreras. Además, tiene
la responsabilidad principal de las actividades docentes y de
investigpción aplicada que comprenden la extensión y difusión
26
universitarias.
d) Las tres secciones, conjunta o separadamente, incluyen
la enseñanza de carreras cortas universitarias destinadas a formar los técnicos de nivel intermedio necesarios en diversos
campos".
Este esquema ha sido aplicado con éxito en diversas universidades latinoamericanas y aún hay ensayos similares en
Chile. Sin embargo, no creemos que una fórmula única de organización académica pueda servir para todas las universidades,
pero convendría tener una base común en las de un mismo país.
No debemos olvidar que las universidades son, como las
define Amitai Etzioni, (17) "organizaciones con pluralidad de
fines". Hay instituciones que combinan la enseñanza con la
investigación o bien las separan totalmente y se discute si la
docencia es más efectiva en las universidades donde se acentúa la investigación o en aquellas que se dedican, primordialmente, a la enseñanza.
En este tipo de estructuras con finalidad múltiple, son inevitables los conflictos ya que los diversos fines hacen, a veces, demandas incompatibles en relación a la cantidad de medios, al tiempo y energía que debe destinarse a cada finalidad.
De ahí que sea absolutamente indispensable, ¡unto con trazar
un esquema de organización, derivado de una adecuada planificación, con metas y fines precisos, establecer un esquema
de prioridades que defina, claramente, la importancia relativa
de las diversas finalidades para reducir las consecuencias destructoras de esos conflictos, aunque no se elimine del todo el
problema. En este sentido la implantación del sistema de presupuestos por programas y el régimen de asignación presupues(17) A m i t a i
E t z i o n i . U n i v e r s i d a d de C o l u m b i o . " O r g a n i z a c i o n e s M o d e r n a s " , ,
Edito-
r i a l U T E H A , M é x i c o . 1965.
27
tari a por unidades, es la fórmula más acertada para lograr esos
objetivos.
Pero es imprescindible que así como se exige coordinación hacia lo exterior, exista también este espíritu hacia el
interior de las universidades, con el objeto de lograr el rendimiento máximo de todos los recursos materiales o humanos que
a ellas pertenecen o sirven.
28
LAS DIEZ HIPOTESIS
En un reciente seminario efectuado por la Sociedad Chilena de Planificación y Desarrollo para analizar los problemas
universitarios, se tomó como base del trabajo un esquema de
diez hipótesis, planteadas por el Coordinador de Planeamiento
del Ministerio de Educación Sr. Ernesto Schiefelbein y las cuales onalizaremos brevemente.
I 9 .- Dispersión de esfuerzos por el rápido desarrollo a nivel nacional de las universidades y sus sedes.
Con el objeto de atender a requerimientos bien intencionados de grupos de vecinos o de iniciativas parlamentarias, las
universidades han ido extendiendo su acción, formando cursos,
sedes, escuelas, colegios, etc. a todo lo largo y ancho del
país, sin que sus recursos económicos aumentaran en una proporción adecuada y creando, por lo tanto, un verdadero conflicto a quienes deben responder a los requerimientos de mayores
ingresos para el funcionamiento de estas actividades. Todo
esto ha traído, como consecuencia, una presión extraordinaria
a los directivos universitarios, una perturbación en el manejo
administrativo y un evidente desequilibrio en materias presupuestarias.
29
Si realmente nuestro país y los universitarios en forma especial, desean planificar la educación superior, debe ponerse
término inmediato a estos excesos, muchas veces derivados
del entusiasmo de quienes piensan que basta con unas aulas,
un grupo de alumnos y profesores y un plan de estudios diferente al de la enseñanza media para tener una Universidad. No
olvidemos que una Universidad no es una escuela ni un conjunto de escuelas. Ella es un ambiente.
Es así, entonces, como se fueron creando centros universitarios en nuestro país, que hoy aspiran a una completa autonomía y las distintas corporaciones entran en un plano competitivo que no siempre es el más adecuado para la consecución
de sus fines. ¿No podrían aunarse los esfuerzos para contar
con establecimientos de una base más sólida y con una mayor
eficiencia? ¿Se justifican, por ejemplo, tres universidades operando en las ciudades de Antofagasta, Talca o Temuco?
¿No sería más provechoso reunir estos centros y transformarlos
en universidades regionales con una finalidad común? He aquí
un primer problema.
2-.-Desequilibrio entre ios requerimientos y el número de
egresados.
En este sentido es necesario promover la diversificación
de especializaciones y desvincular las remuneraciones y requisitos de empleo con la longitud de las carreras. Es conveniente que las universidades coordinen su labor y planifiquen
la formación profesional, de acuerdo con los estudios de recursos humanos que el país requiere, ya que no pueden seguir egresando jóvenes que no tienen un campo ocupacional adecuado. Por ejemplo, ¿se ha hecho un recuento del número de alumnos que en el año 1970 egresarán de las distintas escuelas de
periodismo en relación a las necesidades de las empresas y
30
actividades periodísticas nacionales? Si a diario se habla de
la carencia de médicos, ¿no es posible aumentar las escuelas
de medicina y su capacidad de alumnos sin disminuir por cierto,
la calidad de su enseñanza?.
3-.- Utilización de métodos de enseñanza dogmática y memorizantes.
A este respecto, cabe señalar que es imprescindible redi señar los planes y programas de estudios, actualmente inadecuados en muchos aspectos y poco flexibles. Hay similares
carreras universitarias con distintos planes de estudios, io que
no permite la interrelación de una Universidad a otra. Aún más,
un ¡oven con 2- o 3er. año de una determinada carrera, si por
alguna razón desea proseguir otra más o menos similar o no
puede continuar en la misma, necesariamente tendrá que empezar en un primer año, validándose, a veces, algunos de sus estudios, siempre que no cambie de Universidad, ya que entonces es casi imposible lograrlo. Quizás, si en este sentido, convendría recalcar la experiencia de aquellas universidades que
tienen un primero o segundo año básico y que permiten a los
estudiantes elegir posteriormente un camino de acuerdo a su
verdadera vpcación y aptitudes, unidos a una capacidad demostrada.
49.- La estructura superior de la Universidad limita las
posibilidades de jerarquizar las prioridades en el diseño de
una clara política universitaria.
Hasta la fecha son generalmente las autoridades superiores por sí solas o constituidas en cuerpos colegiados tales como los consejos universitarios, de facultades, etc., las que
definen la política a seguir sin mucho contacto con los niveles básicos de toda la estructura.
El diálogo es limitado y, por desgracia, los recursos no
31
son suficientes para que todos los sectores queden satisfechos, lo cual tiende a provocar la desconexión entre los estamentos universitarios.
Es evidente que con los actuales sistemas en que cada
facultad, escuela, departamento, laboratorio, etc., pretende independizarse y mantenerse como "compartimento estanco"
dentro de la Universidad, no puede existir unidad de acción y
por el contrario la duplicación es uno de los factores que afectan, en mayor escala, a las relaciones intra y extrauniversitarias.
5-.- La organización de la investigación está atrasada.
Han sido numerosos los estudios que se han hecho en
nuestro país para concluir en esta hipótesis, ya que, reconociéndose la importancia de la investigación, las universidades
no han podido organizaría en forma integral. Aun más, dentro
de una misma Universidad se están realizando investigaciones similares en reparticiones distintas y también de una Corporación a otra.
No existe planificación en este sentido y muchas veces
las investigaciones se ejecutan por la iniciativa personal de
los interesados, algunos de los cuales son investigadores "por
decreto" y no por aptitudes o vocación.
Es de esperar que el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas creado recientemente por Ley de la República,
pueda, como lo está haciendo hasta la fecha, contribuir a organizar, en beneficio del país, la investigación en todos sus
campos y niveles con una activa participación universitaria en
su planificación y promoción.
ó 9 .- No se atiende, adecuadamente, a los intereses indi32
viduales de los estudiantes.
Se ha llegado a decir que el alumno en nuestras universidades es un ser desamparado y que no tiene a quien recurrir
en busca de un consejo o de una orientación. A nuestro juicio,
no basta con los servicios de bienestar, los pensionados, las
salas de recreación, las actividades deportivas, etc. Es imprescindible que exista en cada Universidad la Consejería estudiantil y que los problemas' del alumno no sean sólo del interés de una profesional Asistente Social, sino que de toda la
comunidad de docentes y autoridades. Si realmente se quiere una
participación activa, solidaria y responsable de los alumnos
en los asuntos universitarios, es necesario crear los medios
para comprenderlos, atenderlos y darles las facilidades que
les permitan lograr su rendimiento máximo.
Es vital, además, que las autoridades, profesores y funcionarios, se compenetren de esos problemas y se les canalice
adecuadamente en los diversos organismos y servicios de atención estudiantil.
7-.- Los recursos disponibles actualmente están mal aprovechados.
Esta hipótesis que, ligeramente tomada, puede inducir a
errores, es fundamentalmente una crítica a la falta de planificación. El problema de las universidades es el de repartir escasos recursos para fines múltiples y cuando no existe una
política de prioridades y por encima de ella una conciencia de
su necesidad, todos los sectores no favorecidos especularán
que hay un mal aprovechamiento.
Por otra parte, es necesario revisar los calendarios de estudios, acortar los períodos de vacaciones, aumentar la atención Vespertina y coordinar, dentro de las universidades y entre ellas, la utilización de equipos, instrumentos, laboratorios,
33
que en su mayor parte han sido financiados con aportes del
Estado.
Si se llegara a determinar racionalmente el-uso integral de
la capacidad instalada de todas las universidades nacionales,
no sería extraño que ellas pudieran absorber a todos los egresados de la enseñanza media.
8°-.- La enseñanza gratuita favorece a un grupo de estudiantes.
Aunque esto pudiera aparecer como un contrasentido, es
evidente que quienes resultan más favorecidos con la gratuidad
de la enseñanza, son aquellos que poseen mayores recursos y
sólo se interesan por "pasar" por la Universidad para obtener
un título.
Hay que promover un sistema de alicientes para los más
dedicados y al mismo tiempo, auspiciar el ingreso de jóvenes
talentosos que pertenecen a los grupos de menores recursos y
que no están en condiciones de proseguir estudios superiores
porque deben contribuir al sustento del núcleo familiar al
que pertenecen.
Se sabe que en otros países los jóvenes realizan grandes
esfuerzos para poder incorporarse y mantenerse en una Universidad. En el nuestro, en cambio, la gratuidad, permite muchas
veces, que una mayoría sin capacidad se mantenga como una
masa flotante que hace aumentar el número de matrículas, pero
rebaja los porcentajes de egresados, porque sólo "sobreviven"
por años en la Universidad y finalmente la abandonan. En cambio se pierden otros jóvenes que por circunstancias ajenas a
sus condiciones, no han podido tener la calidad de alumnos
univérsitarios. Las causas de la deserción estudiantil en las
34
universidades han sido estudiadas en reiteradas ocasiones por
organismos especializados, pero no se han adoptado las medidas para evitar los fracasos y el ausentismo que gravitan seriamente en los presupuestos universitarios.
9-.- La actual estructura impide el desarrollo de estudios
de graduados.
Sólo algunas facultades o escuelas, generalmente en conexión con los Colegios profesionales, se han preocupado de
esta materia indispensable para la renovación de conocimientos y la adquisición de otros por aquellos egresados de una
Universidad, que pierden el contacto con su "Alma Mater".
Por otra parte, ellos deben buscar los caminos para su perfeccionamiento y entregar el aporte de su experiencia a la Universidad.
Hay quienes propician la formación profesional hasta un
cierto nivel básico fundamental, dejando los estudios de postgrado exclusivamente para quienes hayan demostrado una capacidad superior, lo cual contribuiría a la creación de una ¿lite
intelectual. En todo caso, el problema es de fondo, tiene incidencia directa con la vida universitaria.
10s.- Existe proliferación de escuelas, institutos, bibliotecas, laboratorios, etc.
Es evidente que para lograr el contacto más estrecho entre alumnos, docentes e investigadores se requiere de unidad
en los diferentes servicios universitarios. Esto se ha logrado
en algunos casos, con lo que se denomina el "campus" común,
lo que es posible hacer cuando las universidades no han adquirido un volumen en que sea prácticamente imposible unificar sus distintas reparticiones.
35
Sin embargo el espíritu de "independencia" y "separatismo", ha contribuido a la creación de los "compartimentos es-i
tancos" a que nos referíamos anteriormente y al hecho de que
cada ¡efe, profesor, investigador o funcionario, piense en " s u "
cátedra, " s u " laboratorio, " s u " equipo, etc. como algo personal (que alguien ha llamado " l o s feudos universitarios") y no
como un todo perteneciente al servicio común que es la Universidad.
*********
Parece ser que a través de estas diez hipótesis se ha
planteado toda la problemática universitaria, pero queremos
decir algo más con respecto a las relaciones de las universidades entre sí, las que se ha pretendido mantener a través del
Consejo de Rectores y de la Comisión Nacional de Coordinación y Planeamiento de la Educación Superior.
36
EL CONSEJO
DE RECTORES
Este Consejo, del cual forman parte los Rectores de las
universidades nacionales, fue creado por Ley 11.575 de 1954,
la que le asignó como sus funciones: "confeccionar anualmente planes de coordinación de las investigaciones tecnológicas". Posteriormente, la Ley 15.561 de 1964, que también creó
la Universidad del Norte, otorgó al Consejo la personalidad
jurídica y le amplió sus funciones a las de "proponer a las
respectivas universidades las iniciativas y soluciones destinadas a coordinar, en general, las actividades de éstas en todos sus aspectos y a mejorar el rendimiento y calidad de la
enseñanza universitaria".
Un reglamento posterior señaló los detalles de la organización, su representación legal y las normas atingentes a su
funcionamiento.
37
El Consejo de Rectores ha realizado una labor que no ha
sido bien comprendida por las propias universidades, algunas
de las cuales lo toman como un Qrganismo más, sin pensar que,
en verdad, forman parte de él.
Existe allí un Centro Nacional de Información y Documentación (CEÑID) que encauza su actividad a través de una serie de programas de gran valor, que le han merecido la participación en diversos organismos internacionales.
Se mantiene una sección Becas y Asistencia Técnica, en
contacto directo con Odeplan y con diversos proyectos tendientes al perfeccionamiento de docentes y estudiantes.
Han funcionado algunas comisiones tales como la Nacional de Investigación (con Sub-Comisiones de Metalurgia, Construcción, Geógrafos, Sociología e Hidrología), la de Recursos
Humanos, la de Investigaciones de los Recursos del Mar y Aguas Continentales, la de Asesores Jurídicos de las Universidades y la de Administradores y Tesoreros Generales, sin contar el Comité Asesor del Consejo que actúa con representantes
directos de los Rectores.
Han sido numerosos los estudios realizados por el Consejo y, que por una u otra causa no han tenido la suficiente difusión ni valorización. Sin embargo, es interesante anotar la importancia que en el extranjero se asigna a este organismo, al
cual se cree con facultades y atribuciones de coordinación y
planeamiento de la educación superior, que en la práctica no
ha ejecutado.
La verdad es que, a pesar de los esfuerzos realizados por
algunos Rectores, el Consejo no ha alcanzado su verdadera
jerarquía y se ha hecho imprescindible una modificación de su
38
estructura. Vaya, como ejemplo, el hecho de que este organismo fue el primero que formó una Comisión Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas, materia que posteriormente preocupó al Gobierno que, a su vez, creó una Comisión
similar. También fue el Consejo de Rectores el primero en dar
vida a una Comisión de Coordinación y Planeamiento de las
actividades universitarias, idea que también tuvo eco en el
Supremo Gobierno que, en 1967, creó una Comisión del mismo
nombre y objetivo pero con o.tra representatividad. Es decir,
el Consejo de Rectores ha lanzado las iniciativas y ha creado
los mecanismos para ejecutar su acción pero no los ha sabido
utilizar y esto ha sido responsabilidad de las propias universidades.
Hace muy poco tiempo se nos encomendó, ¡unto al Redor
de la Universidad Católica Sr. Fernando Castillo, un estudio
básico, preliminar, para la reestructuración del Consejo de
Rectores, que se realizó por las oficinas de Planificación de
esa Universidad y de la Universidad Técnica del Estado y que
se encuentra a la consideración de ese organismo. Esta idea
obedece a la necesidad de colocar al servicio de una efectiva
coordinación y planeamiento de la educación superior, los recursos humanos y materiales de que dispone el Consejo y que
son variados y de calidad.
Para estos efectos se propusieron las siguientes funciones:
a) Coordinación y planificación universitaria.
b) Servicio a las universidades, especialmente asesorías
para aquellas más pequeñas que carecieran de mecanismos o
personal adecuado para la programación de sus actividades o
el estudio de proyectos específicos.
c) Difusión, tanto de las metas y procedimientos de lo
39
programación, como de la disponibilidad de becas y de la información bibliográfica, así como de todo otro acuerdo del
Consejo.
d) Promoción de actividades y proyectos ínter-universitarios.
e) Centralización de un sistema uniformado de estadísticas universitarias.
Como primera etapa se constituirá el Comité Técnico ejecutivo formado por los Directores de Planificación de cada
Universidad o por sus representantes. Este Comité se encargaría de estructurar el núcleo de la Oficina de Coordinación y
Planificación que comenzaría de inmediato a actuar en la reestructuración del Consejo.
La finalidad de la Oficina de Coordinación y Planificación
sería la de coordinar los trabajos de programación e investigación que cada Universidad realiza independientemente, reunir
y otorgar informacio'n sobre la materia, promover la creación
de actividades inter-universitarias, otorgar servicios a las universidades más pequeñas y presentar la opinión oficial y unificada de las universidades ante los organismos públicos relacionados con la Educación Superior.
En esta forma hemos creído que se satisfacen las necesidades de las propias universidades y del país.
40
LA LEY DE LA
ENSEÑANZA
SUPERIOR
Desde hace tiempo, las universidades nacionales, especialmente las estatales, están pidiendo el cambio de las disposiciones legales que las rigen (particularmente el DFL. 280
y la Ley 10.259) o la adopción de nuevas, como una manera de
colocar a estas instituciones en consonancia con los planteamientos de reforma que se venían esbozando en cada una de
ellas y estructurarlas de manera moderna y ágil.
El ex-Ministro de Educación Sr. Juan Gómez Millas, elaboró un ante proyecto que sirvió de base para el estudio posterior que el actual Ministro Sr. Máximo Pacheco hizo sobre
la materia, con la concurrencia de los ocho Rectores de las
universidades nacionales, quienes participamos en la discusión general, pero no en su redacción final.
41
Este proyecto de Ley se encuentra actualmente en trámite en el Congreso Nacional y creemos que abre la posibilidad
-quizás si no la mejor-, de permitir, mediante disposiciones de
carácter normativo o preceptivo, que cada Universidad pueda
darse la estructura que estime conveniente dentro de un marco
muy amplio y general.
Partidarios decididos del control estatal sobre la educación y convencidos de que el Estado debe velar por la correcta inversión de los fondos que asigna a la Educación Superior,
hemos visto en este Proyecto de Ley una fórmula para servir a
esa causa, siempre y cuando no se la transforme en un instrumento político, que desvirtúe su finalidad.
El Proyecto en referencia contiene disposiciones especiales sobre la coordinación y el planeamiento de la Educación
Superior y que a continuación transcribimos tal como fue despachado recientemente por la Cámara de Diputados:
" A R T I CULO.- El Consejo de Coordinación y Planeamiento
de la Educación Superior estará integrado por los siguientes
miembros:
a) Ministro de Educación, que lo presidirá;
b) el Subsecretario de Educación;
c) el Rector de la Universidad de Chile;
d) El Rector de la Universidad Técnica del Estado;
e) dos miembros del Consejo Superior de la Universidad
de Chile, designados por éste;
f) dos Rectores de Universidades particulares designados
por los Rectores de dichas Universidades;
g) un representante de la Union de Federaciones Univer42
sitarías de Chile, y
h) el Director de la Oficina de Planificación Nacional.
Los miembros del Consejo indicados en las letras e), f) y
g) durarán dos años en sus funciones y podrán ser reelegidos.
El Coordinador del Planeami ento de la Educación del Ministerio de Educación será el Secretario del Consejo y actuará
como Ministro de Fe.
En la discusión de los planes o proyectos presentados al
Consejo por una Universidad cuyo Rector no sea miembro de
éste se le invitará a participar con derecho a voz y voto.
ARTI CULO.- Las funciones del Consejo serán las siguientes:
a) Asesorar al Ministro de Educación sobre la política que
deba seguir el Supremo Gobierno con relación al planeamiento de la Educación Superior y su coordinación con los otros niveles de la Educación Nacional y con el Plan Nacional de Desarrol lo.
b) Informar al Ministro de Educación sobre el rendimiento
y las condiciones educacionales y científicas de las Universidades, la calidad de su enseñanza y la de su administración,
y la forma en que realizan sus funciones.
c) Crear comisiones especiales que examinen los planes
de estudio, las técnicas y la calidad de la enseñanza que se
imparte, los recursos de bibliotecas y laboratorios y la calificación del personal docente.
d) Emitir informes que tiendan a la ordenación de los títulos profesionales y a la equivalencia de los niveles de formación correspondientes.
43
e) Emitir informes que tiendan a establecer las equivalencias entre los niveles que comprenda la carrera docente en las
distintas universidades del país.
f) Examinar los planes y proyectos de desarrollo de las
diversas universidades que requieran financiamiento fiscal y
proponer al Supremo Gobierno el orden de precedencia de las
inversiones correspondientes. El Consejo deberá informar en
cada caso, acerca de:
1) La conveniencia y oportunidad del establecimiento de
nuevos estudios y actividades de Educación Superior en una
determinada región del país.
2) Las posibilidades de impartir docencia de calidad universitaria en las carreras y cursos que se proyecten así como
la cuota de alumnos susceptible de adecuada atención.
3) La suficiencia de los planes de estudio que se propongan.
Estos informes deberán incluir las alternativas que hubieren sido analizadas.
g) Proponer al M inistro de Educación un Plan respecto de
los fondos que para la Educación Superior aporte el Estado
con cargo al Presupuesto de la Nación y los que puedan aportar las Municipalidades y las corporaciones y empresas fiscales, semifiscales y de administración autónoma. En dicho informe el Consejo deberá pronunciarse sobre el cumplimiento
que se hubiere dado por las universidades al logro de los objetivos para cuya realización se les hubiere asignado fondos en
el ejercicio anterior.
El Ministerio de Educación al realizar la asignación de
estos fondos indicará los fines específicos a los cuales debe44
rán destinarse no pudiendo emplearse en otras finalidades.
h) Encomendar la realización de estudios relativos al planeamiento de la Educación Superior y al régimen universitario
en general, para lo cual el Consejo podrá establecer grupos de
trabajo con funcionarios de las instituciones representadas o
vinculadas a éstas, previamente comisionados o con otros que
el Supremo Gobierno destine expresamente.
i) Proponer al Ministro de Educación la celebración de
convenios con instituciones especializadas para ejecutar trabajos relacionados con las funciones del Consejo.
ARTICULO.- El Ministro de Educación, previo informe del
Consejo de Coordinación y Planeamiento de la Educación Superior podrá determinar una adecuada ordenación de los Títulos Profesionales y la equivalencia de los niveles de formación universitaria para su otorgamiento en las distintas universidades del país.
ARTICULO.- Corresponde al Supremo Gobierno la autorización para crear nuevas universidades, previo informe del
Consejo de Coordinación y Planeamiento de la Educación Superior.
Dicho informe deberá referirse esencialmente a las funciones que proyecte la nueva institución dentro del sistema
educacional, a la conveniencia de establecerla en determinada región del país y a sus posibilidades de impartir docencia
de calidad universitaria. Asimismo, deberá informar acerca de
las carreras y cursos que se ofrezcan, así como de la cuota de
alumnos admisibles y de los planes de estudios mínimos que
deberán cumplirse.
45
Ninguna institución no autorizada expresamente por el Supremo Gobierno en la forma dispuesta en el presente artículo
podrá denominarse Universidad".
Se ha discutido el carácter de asesor de este Consejo,
pero no cabe otra alternativa, por ahora, si se piensa que los
fondos que el Estado asigna pueden entregarse a través del
Ministerio de Educación, que es el organismo encargado de
esa materia. En esta forma, las universidades, tienen la posibilidad de discutir sus planes y lograr su aprobación con organismos técnicos, sin quedar sujetas a la voluntad o análisis
de funcionarios de otras reparticiones, como ocurre en la actualidad y que no siempre conocen en profundidad los problemas universitarios.
Hay quienes han visto amenazada la autonomía universiria por algunas disposiciones de este Proyecto que entrega al
Consejo de Coordinación ciertas atribuciones especiales. Sin
embargo, creemos que mientras el Gobierno mantenga su prescindencia frente a los problemas universitarios, sin favoritismos derivados de posiciones políticas o de otra especie, la
autonomía no podrá verse amenazada, ya que las universidades tendrán facultad para planificarse, pero en conexión directa con las necesidades del país y su propia realidad. Por
lo demás la autonomía universitaria, cada día queda limitada
solamente a la libertad de cátedra; a una que otra designación
de profesores o funcionarios; a la fijación de planes de estudio y la puesta en marcha de contados proyectos, convenios o
planes de acción.
46
Sólo existiría la autonomía total si las universidades pudieran manejarse por si solas; disponer como lo deseen de sus
bienes y regímenes académicos, económicos y administrativos; hacer lo que estimen conveniente para la realización de
sus fines y erguirse como entidades, en el hecho y en derecho, completa y absolutamente independientes y libres. Esto significaría crear un estado dentro de otro estado y eso no
es posible en un sistema democrático.
Estimo conveniente, promover a la brevedad, un debate
franco y abierto, con invitación a juristas, profesores, alumnos, autoridades y la comunidad interesada para analizar el
concepto de la autonomía universitaria con el objeto de encontrar allí las respuestas para muchas inquietudes y, a lo mejor,
la solución a variados problemas que hoy viven las universidades.
47
CONCLUSIONES
Deseo resumir este aporte con algunas conclusiones muy
generales;
l 2 . - Es absolutamente indispensable la creación de Oficinas de Planificación en cada Universidad y crear conciencia
en todas las esferas universitarias sobre la importancia que
tiene su funcionamiento.
29.- Estas oficinas de Planificación deben relacionarse,
por ejemplo, a través del Comité Técnico del Consejo de Rectores, para entregarse de lleno a una verdadera labor de coordinación universitaria y a la interacción con los sectores económicos nacionales, a fin de producir la realimentación permanente y necesaria para su desarrollo.
48
3-.- Los resultados de ese trabajo común deben servir directamente al Consejo Nacional de Coordinación y Planeamiento de la Enseñanza Superior o al que se organice con ese
objeto.
49.- Debe existir una acción coordinada de las universidades en la promoción e impulso de proyectos interuniversitarios
de tipo específico con financiamiento internacional.
59.- Deben buscarse los medios legales o administrativos
para que las universidades puedan manejarse con cierta independencia y no estar sujetas a los patrones o moldes que rigen
las tramitaciones para el resto de la Administración Pública y
que, desgraciadamente, entraban su labor.
6-.- Los recursos que el Estado otorga por medio de la
Ley de Presupuesto a las universidades deben entregarse integralmente, sin rebajas que impidan la puesta en práctica de
planes previamente definidos en la formulación de presupuestos por programas, los cuales están destinados al fracaso y
pérdida de efectividad si continúa el sistema imperante.
7-.- Es imprescindible un estudio a fondo de los recursos
humanos que el país requiere y la adaptación de las universidades a estas necesidades, para evitar duplicaciones y esfuerzos que dificultan el rendimiento óptimo a que racionalmente se debe aspirar. Vale decir, hay que hacer efectiva la
Planificación.
8-.- Es indispensable crear una conciencia nacional en el
sentido de que las universidades no constituyen organismos
aislados, sino que pertenecen a toda la comunidad y que el
acceso a ellas debe ser para los que tengan capacidad intelec49
tual y no estar sujeto a las influencias políticas, económicas
o de otro orden.
9-.' Las diferentes zonas del país deben comprender que
por encima de intereses de grupos, locales o regionales, está
el interés de la nación y que la misión de la Universidad, finalmente, es servir a toda la colectividad chilena y no a una
parte reducida de ella, por lo cual debe evitarse la proliferación de los establecimientos de enseñanza superior que no estén debidamente planificados.
109.- Es perentorio que los elementos universitarios comprendan que no puede haber reforma sin planificación y una
claridad absoluta en los objetivos y programas que se pretende realizar. Como expresa Angel Latorre (18) " L a s reformas
universitarias, las reformas en la educación y quiza's todas
las reformas, exigen también un clima moral y un convencimiento colectivo. No son obras de pocos, sino tarea nacional
de todo un pueblo".
Es a esta tarea nacional de comprensión de los problemas
universitarios, con abandono de intereses personales y partidistas, a la que tenemos que abocarnos de inmediato, si aún
queremos conservar el prestigio y solidez de las universidades chilenas.
* * * * * * * * * * * * * *
(18) A n g e l
Latorre.
España.
50
"UNIVERSIDAD
Y
SOCIEDAD".
Ediciones
Ariel,
Barcelona,
INDICE
Coordinación y Planificación Universitaria
La Planificación
La Coordinación
3
5
9
L a Necesidad del Planeamiento Universitario
13
Las Oficinas de Planificación Universitaria
La Organización Académica de las Universidades
Las Diez Hipótesis
El Consejo de Rectores
La Ley de la Enseñanza Superior
Conclusiones
19
23
29
37
41
48
I M P R E S O E N F O T O G R A F I A E I M P R E N T A U N I V E R S I D A D T E C N I C A DEL E S T A D O
S A N T I A G O - CHILE
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