El reposo es el tratamiento más frecuente para las desmitis del

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El reposo es el tratamiento más frecuente para las desmitis del ligamento
suspensor. Los mayores éxitos sin recaídas se obtienen con reposo
absoluto durante 4 semanas antes de iniciar ejercicio controlado al
paso junto con el reposo. Una vez que la lesión se ha rellenado y la
densidad de las fibras se incrementa y es uniforme se puede iniciar el
paso montado. La mayoría de las lesiones requieren de 2-3 meses de
curación antes de iniciar cualquier tipo de trabajo al trote, paso previo
al retorno al entrenamiento normal. Se recomiendan ecografías
mensuales para asegurar que el ejercicio no está excediendo la
resistencia de las fibras. Aunque el pronóstico depende de la gravedad
de la lesión, la mayor parte de las lesiones en las extremidades
anteriores curan con reposo. Se ha reportado un 90% de curación para
lesiones del origen del suspensor en las extremidades anteriores, mientras
que tan sólo un 0-50% para la misma lesión en las extremidades
posteriores
Los porcentajes de recaídas son más altos en función del tamaño de la
lesión (comparando lesiones del 52% del área frente a lesiones del 25,7%
en caballos de carreras).
Las lesiones del ligamento suspensor son similares a las tendinitis en la
ecografía, con lesiones crónicas que mantienen un área anecoica y
alteración en la alineación de las fibras. Especímenes de ligamentos
suspensores lesionados muestran pérdida de cicatrización con
fibroplasia desorganizada y focal y región acelular sin vascularizar y
nidos de desmocitos intentando iniciar la cicatrización (Figura 1). Estas
lesiones sugieren decrecida vascularización potencialmente debida al
tipo de lesión del tejido, así como al aumento de la presión como
sucede en los tendones lesionados.
Figura 1A: Ligamento suspensor normal
Figura 1B: Fibroplasia desorganizada en un caso
de desmitis crónica proximal en extremidad anterior
con pérdida de soporte del menudillo
Tratamientos empleados para desmitis incluyen el BAPTN, inyección de
médula ósea en la lesión, ondas de choque radial y fasciotomía con
neurectomía (para las desmitis de inserción del suspensor en las
extremidades posteriores).
El BAPTN ya no está disponible y la eficacia de su utilización por tanto
incompleta. La inyección de médula ósea se ha descrito como una vía
para estimular la cicatrización empleando células madre. Los resultados
en casos que no respondieron al reposo son alentadores, pero se han
reportado conjuntamente lesiones en extremidades anteriores y
posteriores, por lo que es difícil determinar la eficacia de la inyección de
médula ósea según la lesión se trate de extremidad anterior o posterior.
Estudios anecdóticos sugieren la eficacia de las ondas de choque radial
en las lesiones del origen del suspensor (aproximadamente 40-70%). Su
empleo en extremidades posteriores da estadísticas de resolución y
vuelta al entrenamiento en un 40% de los casos.
La fasciotomía junto con la neurectomía del nervio plantar profundo fue
exitosa en un 19-20% de los casos de desmitis proximal del suspensor en
las extremidades posteriores.
Otros tratamientos empleados con resultados anecdóticos incluyen la
inyección de ácido hialurónico, glicosaminoglicanos polisulfatados y la
aplicación de ultrasonido terapéutico.
La desmoplastia del suspensor (fasciotomía y splitting) se ha empleado
durante décadas en desmitis del suspensor de forma similar al splitting
de los tendones, pero sin resultados estadísticos disponibles. La técnica
es similar a la empleada para el caso de tendinitis, aunque los resultados
para lesiones crónicas son mucho mejores que para los tendones. La
cirugía es eficaz para las lesiones que no cicatrizaron con reposo de
entre dos meses y 1-2 años. La selección de los casos está basada en la
inadecuada cicatrización de la lesión y preferiblemente en la inserción
del ligamento suspensor en su origen o en su inserción en el hueso
sesamoideo. La desmitis del ligamento sesamoideo oblicuo también se
puede tratar con esta técnica. En aquellos casos donde los defectos de
las fibras están presentes en el espacio entre el ligamento suspensor y el
hueso sesamoideo (Figura 2) o el McIII/MtIII (Figura 3) el hueso se marcó
durante la intervención. Se realiza mejor con el caballo bajo anestesia
general para permitir el posicionamiento de la cabeza del transductor y
evitar movimientos cuando se dirige el bisturí hacia el centro de la lesión
y hacia el hueso marcado. Se realizan múltiples cortes en toda la
longitud de la lesión. Normalmente sólo se requieren de 3 a 5 incisiones
a lo largo de las ramas del suspensor.
Figura 2: Lesión de inserción del suspensor en el sesamoideo.
Las fibras anecoicas (flecha) adyacentes al hueso no cicatrizaron despues de 3-4
meses de descanso y mejoraron despues del
splitting quirúrgico con penetración del hueso con la hoja quirúrgica.
Figura 3: Desmitis proximal del suspensor en MIII. Estas lesiones hipoecoicas (flechas)
normalmente afectan a la inserción en la caña. Hay cambios frecuentes en el hueso lo
que se puede detectar o no con ecografía y radiografía.
El splitting y la fasciotomía del origen del ligamento suspensor tanto en
extremidades anteriores como posteriores se realiza con el caballo bajo
anestesia general. Se hace una incisión percutánea en la superficie
lateral. El bisturí ecoguiado se dirige a la región anecoica del ligamento
y al hueso marcado (Figura 4). Las incisiones se repiten hasta que se
completa toda la longitud de la lesión. Una vez realizado el splitting del
centro de la lesión, en caso de que esta sea muy grande , el bisturí se
puede redirigir a través de las mismas incisiones a las áreas adyacentes
dañadas. Aunque no se visualiza la colocación linear de las incisiones
se crea una fasciotomía como parte de la intervención. La distancia
entre las incisiones debe ser aproximadamente la longitud de la hoja del
bisturí para asegurar que la fascia quede abierta en toda la longitud de
la lesión. No se requieren suturas y los cuidados postoperatorios son
similares a los del splitting del tendón, excepto que los ligamentos
requieren un menor tiempo para cicatrizar.
Figura 4: Ecografía de la desmoplastia del suspensor
con con la hoja guiada en la lesión al hueso para
completar una fasciotomía y abrir la lesión.
Las lesiones de las ramas del suspensor curarán en unos 3-6 meses. La
experiencia con las lesiones en el origen y en la inserción de los
sesamoideos sugieren periodos no menores a los 6 meses e incluso 1 año
antes de la vuelta del caballo a la competición.
Un 95% de los caballos con desmitis del origen del suspensor de
extremidades posteriores y que no respondieron al reposo, o al reposo y
las ondas de choque radial volvieron al trabajo despues de la
desmoplastia. Un 80% de las lesiones del origen del suspensor en la
inserción con el hueso sesamoideo curaron completamente con la
vuelta del caballo al nivel de ejercicio previo a la lesión.
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Autor: Nathaniel A. White II DVM MS, Diplomate ACVS
Marion duPont Scott Equine Medical Center
VMRCVM-Virginia Tech, Leesburg, Virginia
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