Siglo nuevo opinión Olimpia la bella Victoria Luisa de Terrazas S egún los griegos antiguos, la re- así que Olimpia no era de nadie y era de En un principio, los griegos no tenían gión más bella de toda la Hélade todos, era de Zeus y de los visitantes y con- unidad de fecha y tiempo fijo. Designaban era Olimpia, por lo que la habían tendientes del momento, de los hombres sus años por sus arcontes, éforos, grandedicado a Zeus y escogido para celebrar, que llegaban de todos los rincones grie- des sacerdotes y olimpiadas, y ante la en honor del dios, justas atléticas y depor- gos para los juegos, como participantes o gran confusión que reinaba, Timeo de Sitivas cada cuatro años. Y en verdad que la meros espectadores. cilia, historiador griego del siglo IV a.C., región era digna de la divinidad: los ríos En Olimpia, y durante los juegos, fue- aunque sabía de competencias anteriores, Alfeo y Cladeo la bañaban, y el Monte Cro- ra del Altis se congregaba la multitud. Ha- él fijó su principio en el 776 a.C. y desde nion -cubierto de verdes pinos de Alepo- bía comerciantes, vendedores de caballos, entonces la historia de Grecia se relató en la resguardaba del viento norte, así que vinos, amuletos, y los tragafuegos y mala- olimpiadas y periodos de cuatro años. el clima era suave, de tardes cálidas y no- baristas entretenían a la gente; en amable En sus inicios, los juegos duraban un ches templadas. compañía paseaban juntos los famosos día porque se limitaban a la carrera de cruDentro de aquel hermoso valle o pra- oradores, los filósofos discutían sus ideas, zar a pie y descalzos los 211 metros que medera, se extendía el Altis o bosque sagra- los escritores sus textos, los militares con- día el estadio. Con el tiempo, se aumendo, un cuadrilátero irregular, en donde certaban tratados de paz. La armonía rei- taría el lanzamiento de la jabalina, de disentre sus otras magníficas construccio- naba en Olimpia, pues se respetaba la Tre- co, la doble carrera, las luchas y se increnes se encontraba el templo de Zeus, que gua Sagrada, que garantizaba la supre- mentarían a cinco días las competencias. sentado en su trono de oro, piedras pre- sión de todo acto hostil en la Hélade du- El premio al ganador consistía en que la ciosas, ébano y marfil, presidía, con sus rante los Juegos Olímpicos. olimpiada llevaría su nombre y recibiría imponentes doce o trece metros de altura, Los historiadores concuerdan en que una corona de laurel. los juegos que se le ofrecían. El templo lo idioma, costumbres y mitologías iguales Olimpia quedó destruida por invasohabía construido Libón de Elis; la estatua no consiguieron unificar a los griegos, pe- res, avalanchas de los ríos y temblores, criselefantina era de Fidias, considerada ro que el deporte sí lo logró, porque bajo pero el espíritu olímpico no desapareció. como todos sabemos una de las maravi- el aspecto de las justas deportivas apareDías gloriosos aquellos de la Grecia llas del mundo antiguo. cía su otra e íntima religión: el culto a la be- antigua donde se enfrentaba el hombre Olimpia no fue nunca una ciudad pro- lleza, el vigor y la salud. La preocupación contra el hombre, pero en sana compepiamente dicha, ya que como era lugar sa- de que la juventud ateniense estuviera ap- tencia, donde se peleaba por la fama y la grado, casas, edificios y templos eran es- ta para los juegos de Delfos, Nemea o Co- gloria de la patria, por el honor de dar su casos. Despertaba únicamente cada cua- rinto, pero en general para los Juegos O- nombre a la olimpiada y la dicha de adortro años por el alborozo de los Juegos O- límpicos, era lo que los unía por encima nar su cabeza con una humilde corona de límpicos, el resto del tiempo descansaba; de rivalidad política o de creencia. laurel. Pero eran otros tiempos. § 14 • Sn