Crecimiento económico y convergencia de la provincia de Almería

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Crecimiento económico
y convergencia
de la provincia de Almería
Francisco Joaquín Cortés García*
El modelo de desarrollo económico de Almería, alternativo al modelo
de desarrollo urbano-industrial, ha permitido articular una economía espacialmente proconvergente al pasar de ser una de las provincias más atrasadas de España, hace unos 35 años, a ser una provincia especialmente
activa tanto desde el punto de vista económico (crecimiento) como demográfico. Se puede incluir en el grupo de las 15 provincias más dinámicas
de España que, a grandes rasgos, se localizan en el Arco Mediterráneo y
en la cuenca del Ebro. En el artículo se analiza las claves para entender
dicha evolución, tanto desde el punto de vista analítico, como desde el
punto de vista descriptivo.
Palabras clave: desarrollo económico, crecimiento económico, desarrollo y planificación, modelo de crecimiento, Almería, España.
COLABORACIONES
Clasificación JEL: R11, Q10.
1. Introducción
La economía almeriense, espacialmente en los quince últimos años del siglo XX,
ha desarrollado una inequívoca tendencia
proconvergente con la economía nacional
y con la media de las economías de la
Unión Europea. El desplazamiento de la
mayor actividad económica peninsular en
la dirección de las componentes geográficas Norte y Este ha vinculado periféricamente a la provincia de Almería con las
zonas más dinámicas y de mayor crecimiento de España, es decir, con el Arco
Mediterráneo y con la cuenca del Ebro.
* Responsable de Economía y Finanzas. Instituto de
Estudios de Cajamar.
Dichas componentes ponen de manifiesto
la importancia de la Unión Europea para
poder inteligir el proceso de convergencia
almeriense y su modelo de crecimiento y
desarrollo económico de base agroalimentaria, pero no ya sólo desde el punto
de vista de la creación de un marco de
estabilidad cambiario y monetario, macroeconómico en definitiva, que permita y
estimule una mayor dinamicidad de los
flujos económico-financieros y una mayor
confianza de los agentes económicos,
sino por las posibilidades de acceso a
nuevos mercados de consumo y de nuevos desarrollos empresariales y comerciales en el nuevo espacio europeo, a pesar,
incluso, de la situación periférica (periferia
de Europa), entendida en sentido geográ-
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COLABORACIONES
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fico pero también ampliable a otros muchos ámbitos (económico, infraestructural,
social…), de la provincia de Almería.
No obstante, dicha posición geográfica, que en la mayor parte de nuestra historia reciente han supuesto rentas de
situación negativas e importantes restricciones al crecimiento o desarrollo económicos, se ha beneficiado de su situación
excéntrico-latitudinal para ofrecer un producto agrícola fuera del calendario convencional y permitir la apertura de la economía provincial a su entorno económico
más desarrollado, es decir, a los principales y más solventes países europeos. En
el futuro, por supuesto, también dicha
situación latitudinal podría suponer importantes oportunidades económicas como
enlace económico-comercial, según la
vieja visión ganivetiana, entre la Unión
Europea y los países del Magreb, especialmente Marruecos. La globalización
económica, concebida a partir de sus
efectos más positivos, supone una auténtica oportunidad de convergencia para el
desarrollo de las economías periféricas y
con experiencias en el ámbito de la internacionalización económica.
Se puede decir, en este sentido, que en
el caso almeriense hay una relación directa y muy estrecha entre la apertura económica hacia el exterior, a través de la
internacionalización de la economía provincial y de sus empresas, y el proceso de
convergencia real con la media de la UE15. De hecho, los tres sectores fundamentales del desarrollo presente y futuro de la
economía almeriense, es decir, el sector
agrícola, el sector turístico y el sector de
la piedra ornamental son sectores profundamente orientados hacia el exterior y
con un alto nivel de internacionalización
de las decisiones de producción. Las consecuencias positivas en la balanza comercial almeriense, por consiguiente, son
obvias: una balanza comercial manifiesta-
mente excedentaria y en constante crecimiento en términos absolutos.
Precisamente este proceso de internacionalización de nuestra economía y de
nuestra producción, que arraiga remotamente en los tres modelos de desarrollo
de la provincia a lo largo del siglo XX:
etapa minera, etapa uvera y, finalmente,
etapa hortofrutícola (1), implica una necesidad perentoria de mejorar constantemente la productividad y la competitividad
ante el imparable proceso de globalización que se ha puesto de manifiesto en la
última década del siglo XX. Una economía, especialmente una economía local,
enfocada al exterior tiende a ser mucho
más dinámica y a introducir mayores y
más relevantes elementos de competitividad ante una mayor competencia de los
bienes comerciables.
(1) Tradicionalmente se ha dividido la economía del
siglo XX en tres periodos claramente definidos entre sí y
que se corresponden con tres etapas de especialización
productiva muy vinculadas al exterior: la etapa de la minería, que tiene su esplendor a finales del siglo XIX y principios del XX (crecimiento exógeno); la de la uva de embarque y en menor medida la de la naranja (crecimiento
moderado), que ocupa la parte central del siglo; y la
actual, vinculada a la agricultura intensiva (crecimiento
endógeno y con desbordamientos positivos en la industria
y en los servicios, así como transversales en el conjunto
de la economía provincial) con importantes aportes del
sector turístico, y, de manera más localizada, del sector
de la piedra ornamental. La etapa actual tiene una clara
coincidencia con las anteriores, y es que las actividades
económicas desarrolladas han tenido siempre una gran
dependencia con el exterior; tanto el producto de la minería, como la uva y las frutas y hortalizas procedentes de la
agricultura intensiva bajo plástico se han destinado a los
mercados exteriores. Por el contrario, una divergencia
clara entre los tres procesos o modelos productivos es
que en los dos primeros no se pudo, o no se supo, desde
la riqueza generada por la actividad, extractiva en el caso
minero y productiva en el caso uvero, desarrollar un tejido
industrial y de servicios que propiciara un desarrollo estable y menos dependiente. No se incorporó prácticamente
valor añadido a los productos, ni se desarrollaron economías de escala. Consecuentemente, al tiempo que esas
materias primas perdían rentabilidad o se agotaban, se
volvía a la situación de profunda depresión económica
que las habían precedido. No obstante, la tercera etapa
presenta unas características diferentes y netamente
alentadoras, acompañadas por un entorno internacional
(integración en la UE) mucho más favorable.
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CRECIMIENTO ECONÓMICO Y CONVERGENCIA DE LA PROVINCIA DE ALMERÍA
GRÁFICO 1
PESO DE LA ECONOMÍA ALMERIENSE SOBRE LA ESPAÑOLA
1,2
1,10
1,1
1,02
%
1
0,9
0,85
0,83
0,82
1979
1985
0,8
0,74
0,7
0,68
0,6
1959
1973
1993
1996
2000
Peso en porcentaje del VAB al coste de los factores de Almería sobre el conjunto nacional.
Fuente: BBV, INE.
El proceso convergente ha sido especialmente intenso aunque, obviamente,
con un ritmo desigual, dependiendo de las
limitaciones o potencialidades coyunturales en cada momento. En 1959, por ejemplo, año en el que se sientan las bases
estructurales de nuestro ciclo económico
secular con la implementación del Plan de
Estabilización por el Gobierno franquista,
el peso de la economía almeriense sobre
el conjunto español era singularmente
bajo; de hecho, apenas dicha ratio suponía
el 0,68 por 100, cuando la ponderación
demográfica se situaba en torno al 1,2 por
100. En la actualidad la ratio correspondiente al peso de la economía almeriense
se sitúa precisamente en el 1,2 por 100,
habiéndose prácticamente duplicado.
Dicha evolución, lógicamente, ha tenido
consecuencias sustancialmente positivas
en términos de convergencia y de crecimiento económico.
El periodo desarrollista, por su parte,
mejoró sustancialmente el peso de nuestra economía, que vino a estancarse a
finales de los años 70 para recuperar su
fuerte impulso finisecular tras la profunda
crisis del periodo 1992-1994. La incorporación de nuestro país a la actual Unión
Europea en 1986 fue a todas luces decisiva para el crecimiento económico de la
provincia, con una producción fácilmente
internacionalizable por apoyarse, como ya
hemos advertido, en tres sectores con
una alta predisposición a la internacionalización de su actividad y de su producción.
El advenimiento del paradigma económico de la denominada nueva economía,
con todos los cambios estructurales que
incorporaba, y cuyo comienzo es ubicable
temporalmente en el año 1995, con el
comienzo de la masificación y la expansión del uso Internet, también ha supuesto un buen comportamiento económico, si
bien habría que matizar el deterioro de la
productividad en dicho periodo, que,
sobre la teoría, debiera haber experimentado una sustancial mejora por la incorporación al proceso productivo de las nuevas tecnologías de la información y de la
comunicación, las nuevas formas de conectividad, las nuevas formas de gestión
del conocimiento, la incorporación de activos intangibles a las empresas, así como
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COLABORACIONES
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las nuevas estrategias de cooperación
empresarial que arraigan en un cambio
sustancial y casi generalizado de la conceptuación de la competencia y del proceso competitivo: hemos pasado de una
competencia de carácter aniquilativo a
una competencia de carácter cooperativo.
No obstante, este modelo competitivo
ya había sido asumido por una gran parte
de nuestro tejido productivo y empresarial
debido a que el reciente modelo de desarrollo económico de Almería se ha basado en la consolidación de, básicamente,
dos sistemas productivos locales de capital importancia. Hablamos, obviamente,
en primer lugar, del sistema productivo
local ligado a la agroindustria, en el que
se ha desarrollado de forma paralela un
auténtico cluster vinculado a la industria
auxiliar de la agricultura y un complejo
sistema de comercialización hortofrutícola con una amplia y arraigada base social
y societaria. En segundo lugar, nos
encontramos con el sistema productivo
local relacionado con la piedra ornamental de la comarca del alto y medio Almanzora, en concreto de la comarca que
tiene como epicentro productivo de este
sector al municipio de Macael. En ambos
sistemas productivos locales encontramos claros elementos de competencia y
cooperación especialmente avanzados
que han generado un conocimiento tácito
desde el punto de vista empresarial y
productivo difícilmente trasladable fuera
del espacio que delimita el sistema productivo local.
No obstante, el desarrollo y modernización de ambos sistemas productivos
locales han permitido la evolución y
modernización de dos concepciones productivo-empresariales. El campesino ha
pasado a ser un auténtico empresario
agrícola, con todos los condicionantes
relacionados con la dirección, la gestión y
la administración empresarial; y la empre-
sa minera de Macael se ha ido convirtiendo en una auténtica empresa industrial y
de servicios (comerciales).
Antes de concluir esta suerte de introducción a un tema tan importante para
España como ha sido la convergencia
económica en términos nominales, pero
especialmente en términos reales, con los
países de nuestro entorno más desarrollado, precisaríamos destacar la importancia, especialmente para el futuro y la sostenibilidad de la estructura económica y
del modelo productivo y empresarial almeriense, del notable deterioro de la productividad que hemos mencionado anteriormente y que pone de manifiesto la
intensidad tecnológica del actual tejido
productivo, es decir, la utilización básicamente, y por razones de especialización
sectorial, de tecnologías intermedias, así
como las dificultades para sustituir sistemáticamente capital por trabajo, y por
consiguiente, para cambiar los vectores
de crecimiento del Producto Interior Bruto,
basados, como veremos, en un crecimiento vinculado especialmente al incremento
sistemático del empleo y de la empleabilidad, y no tanto basado en un crecimiento
por incremento de la productividad, y, subsecuentemente, de la competitividad. El
reto para la provincia de Almería en la
próxima década consiste en ir arbitrando
decisiones empresariales que vayan sustituyendo las ventajas comparativas por
genuinas ventajas competitivas, traduciéndose este hecho en un incremento de la
incorporación de valor a la producción.
2. La convergencia
El crecimiento económico de los últimos
tiempos de la economía almeriense ha
sobrellevado un claro desfase con respecto a la economía española en su conjunto,
tanto por razones cualitativas como por
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razones de calado cuantitativo. Si España
acudió tarde al moderno desarrollo industrial acaecido en Europa tras la II Guerra
Mundial, pues cuando los principales países habían acometido un importante proceso de desindustrialización, nuestro país
estaba iniciando un no menos importante
proceso de desagrarización y de transformación de la sociedad rural (2), Almería
en ningún momento accedió a un mínimo
desarrollo industrial de carácter básico o
vertebrador de un tejido productivo y
empresarial medianamente sólido o con
repercusiones posteriores, perdurando la
secuelas de este déficit todavía hasta
nuestros días, si bien con otros condicionantes y con otro horizonte de crecimiento. Tal déficit industrial, en efecto, ha sido
determinante para explicar los acusados
procesos migratorios de nuestra provincia,
las cuantiosas avalanchas de emigrantes
que se desplazaron a Cataluña, Alemania,
Francia, Holanda, Bélgica o Suiza (3); pero
también ha sido determinante para explicar la escasa dotación de capital público y
de infraestructuras con la que cuenta todavía la provincia: infraestructura de comunicaciones, infraestructuras hidráulicas,
infraestructuras tecnológicas, etcétera.
En Almería, por tanto, no se produjo un
proceso de desarrollo industrial como el
que experimentó España en los años
sesenta y parte de los años setenta. De
hecho, el modelo económico y productivo
almeriense del último tercio del siglo XX
ha sido un modelo alternativo al modelo
(2) Dicho desfase ha explicado parcialmente algunos
de los problemas estructurales que ha tenido que afrontar nuestro país en las últimas décadas: altas tasas de
desempleo estructural, gravosos procesos de reconversión industrial, etcétera.
(3) En la actualidad también explica el movimiento
migratorio inverso que se está produciendo en la provincia de Almería, que ha pasado, en un corto periodo de
tiempo histórico, de ser una provincia que expulsaba
mano de obra a ser un provincia que requiere de mano
de obra inmigrante para atender a su sistema productivo,
especialmente el agrícola.
clásico de desarrollo urbano-industrial,
reportando este dato tantas ventajas
como inconvenientes desde el punto de
vista del crecimiento y de desarrollo económicos: ventajas como el hecho de no
tener que haber incurrido en traumáticos
procesos de reconversión industrial,
como ha sido el caso de algunos municipios españoles, e inconvenientes relacionados con la ausencia de una burguesía
industrial y de capitales productivos relevantes.
El desarrollo almeriense, por tanto,
se ha ligado, paradójicamente para una
provincia perteneciente a un país desarrollado, al sector agrícola, si bien éste
presenta unas claras diferencias con respecto al sector agrícola convencional, y
que, por razones de espacio y de contenido, no vamos a tratar en el presente capítulo. No obstante, sí vamos a señalar que
esta agricultura intensiva, basada en el
cultivo protegido bajo plástico, ha sido
una agricultura desubsidiada, de carácter
cuasi-industrial (4) (la denominada factoría vegetal), y que ha implicado un modelo de implantación territorial basado en lo
que algún sociólogo (Andrés Pedreño (5))
ha denominado como ruralidad agroindustrial, un modelo territorial a medio camino entre el medio rural convencional y
el medio urbano-industrial.
El proceso de convergencia de la provincia de Almería, especialmente en la
última etapa del ciclo vinculada al paradigma denominado como la nueva economía, se ha apoyado en varios factores
fundamentales y determinantes: el crecimiento económico sostenido, especialmente fundamentado en la creación de
empleo, muy por encima de la productivi-
COLABORACIONES
(4) En términos de rendimientos, de organización del
trabajo, de financiación y de gestión de las explotaciones.
(5) PEDREÑO, A.: Del jornalero agrícola al obrero de
las factorías vegetales, Ministerio de Agricultura, Pesca y
Alimentación, Madrid, 1999.
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FRANCISCO JOAQUÍN CORTÉS GARCÍA
GRÁFICO 2
EVOLUCIÓN DE LOS RECURSOS BANCARIOS EN ALMERÍA
12.000.000
10.000.000
miles de euros
8.000.000
Créditos
6.000.000
Depósitos
4.000.000
2.000.000
20
03
01
20
19
99
19
97
19
95
93
19
91
19
89
19
19
87
0
(*) Datos a marzo de 2004.
Fuente: Banco de España.
COLABORACIONES
16
dad; el crecimiento demográfico soportado por los flujos migratorios procedentes
del exterior del país, especialmente de
Marruecos en primera instancia, y, más
tarde, de los países latinoamericanos y
del este de Europa; la incorporación paulatina de innovaciones tecnológicas al
proceso productivo; el desarrollo de infraestructuras básicas; y la consolidación
del proceso de internacionalización de la
economía provincial y del tejido productivo local, que, a su vez, ha permitido consolidar económica y socialmente los dos
sistemas productivos locales que han
sido la esencia del fuerte crecimiento
económico experimentado en la última
fase del ciclo largo provincial.
El orden macroeconómico actual, en el
que la economía española está inmersa,
y manifiestamente caracterizado por unos
tipos de interés secularmente bajos, una
clara estabilidad cambiaria en el área
europea originada por el proceso de integración monetaria europeo y una tasa de
inflación extremadamente reducida en
términos histórico-comparativos, ha implicado inequívocamente unos efectos positivos para la provincia de Almería en múltiples direcciones, acelerando su proceso
de convergencia real, estimulando el proceso de acumulación económico-financiero, y permitiendo subsecuentemente el
desarrollo de los mecanismos locales de
intermediación financiera, estimulando
igualmente la internacionalización productiva y empresarial de la provincia,
etcétera. Además, el euro como moneda
común aceptada internacionalmente ha
permitido generar un marco de confianza
cambiario, toda vez que los destinos más
importantes de nuestras exportaciones
son países miembros de la Unión Económica y Monetaria.
Unos tipos de interés especialmente
bajos han contribuido de forma directa a
moderar y aliviar la carga financiera global del tejido productivo provincial que, en
el caso de Almería, presenta ciertas singulares desde el punto de vista financiero
y desde el punto de vista cuantitativo.
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CRECIMIENTO ECONÓMICO Y CONVERGENCIA DE LA PROVINCIA DE ALMERÍA
GRÁFICO 3
CRECIMIENTO Y CRECIMIENTO PER CAPITA EN ALMERÍA
200
190
180
170
160
Crecimiento
150
Crecimiento per capita
140
130
120
110
100
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
En números índices. Año 1995=100. Datos de origen: PIB a precios básicos.
Fuente: FUNCAS y elaboración propia.
GRÁFICO 4
EVOLUCIÓN DEL PIB PER CAPITA
COLABORACIONES
170
160
150
140
Almería
130
España
120
110
100
90
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
En números índices. Año 1995=100. Datos de origen: PIB a precios básicos.
Fuente: FUNCAS y elaboración propia.
Una de las principales razones de la
importancia de los tipos de interés, especialmente sobre el tejido productivo de
Almería, es que estamos hablando de la
provincia más sobreinvertida de España
en términos de recursos bancarios, o lo
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COLABORACIONES
que es lo mismo, se trata de la provincia
española con mayores necesidades de
financiación en términos relativos. Y, en
este sentido, podemos destacar un dato
sintomático de esta acusada situación
macrofinanciera: en el primer trimestre de
2004 Almería era la provincia española
con un mayor número de hipotecas por
cada mil habitantes (17), estando además en los últimos años entre las provincias españolas con mayor presión urbanística (número de viviendas iniciadas
por cada 1.000 habitantes) y con un
mayor potencial de desarrollo inmobiliario
en términos relativos. Las expectativas
generadas en torno a la celebración de
los Juegos Mediterráneos en Almería en
2005 han contribuido igualmente, y de
forma favorable, a la consolidación del
crecimiento inmobiliario y del sector de la
construcción, un sector estrechamente
vinculado a la política monetaria por múltiples razones.
Entre las causas a destacar que han
propiciado netamente esta situación de
sobreinversión financiera, podemos mencionar de forma inmediata el incremento
de los activos empresariales, especialmente los vinculados al sector productivo
agrícola intensivo. En dicho sector hemos
asistido a un importante crecimiento del
suelo de regadío, así como a un notable
incremento de los precios de los insumos
industriales agrícolas repercutidos en los
costes de explotación, en los que cada
vez tiene un mayor peso la incorporación
de tecnología (6). Además, la escasa for-
(6) Una de las claves para entender el proceso de crecimiento del sector agrícola intensivo de la provincia de
Almería está referida precisamente a la relación tecnológica del producto final. Debido al hecho de que los precios de los productos agrícolas básicos (commodities
agrícolas), medidos en términos monetarios constantes,
decrecen de forma secular, produciéndose simultáneamente un incremento de los insumos industriales necesarios para producirlos, se genera un deterioro de la relación real de intercambio que tiene que compensarse con
18
mación histórica de ahorro privado debida al atraso industrial y a la falta de conformación de una burguesía industrial
local, y, en términos generales, al propio
atraso económico, ha precisado de la
creación de ahorro nuevo para acometer
el proceso de crecimiento económico,
precisando asimismo éste recursos financieros del exterior de la provincia. A la
falta de ahorro local, propiciada por la
ausencia histórica de la mencionada burguesía mercantil e industrial, habría que
añadir la falta de ahorro público traducida
en un escaso nivel de inversión pública y
formación pública de capital, especialmente en lo relativo a la creación de infraestructuras básicas necesarias para la
consolidación de los flujos económicos y
del tejido productivo y empresarial.
El resultado de este proceso convergente, insólito desde el punto de vista histórico y con respecto a los anteriores sistemas productivos desarrollados a lo
largo del siglo XX en la provincia, nos ha
llevado a que en algún capítulo macroeconómico se haya alcanzado la cota media española. En concreto, según datos
publicados por Funcas, en el año 2003 la
economía almeriense habría convergido
con la media de la economía española en
Renta Familar Bruta medida en Poder de
Compra, habiendo alcanzado a finales de
dicho año el 100,9 por 100 de la media
nacional. Este dato pone de manifiesto la
capacidad proconvergente de nuestra
economía y de la fuerte inercia económica de nuestro tejido productivo y empresarial basado en un desarrollo excepcional del sector agrícola, cuyo peso en el
conjunto de la economía provincial supera el 20 por 100. Dicha convergencia se
un incremento mayor de la producción, o lo que es lo
mismo, con una mayor incorporación de tecnología, produciéndose necesariamente un círculo vicioso empobrecedor si no se añaden nuevos parámetros que deshagan
la perversa relación de intercambio productivo.
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CRECIMIENTO ECONÓMICO Y CONVERGENCIA DE LA PROVINCIA DE ALMERÍA
explica básicamente por los siguientes
aspectos: Almería, en el periodo analizado, es la segunda provincia por crecimiento poblacional; es, asimismo, la
segunda provincia por crecimiento de la
población ocupada y la primera del Arco
Mediterráneo; y es la segunda provincia
española por crecimiento económico. El
resultado comparativo con la UE-15 es de
una tasa de convergencia del 86,35 por
100 en términos generales.
3. Los factores determinantes
del crecimiento. Los factores
de convergencia
La economía almeriense, durante los
últimos cuarenta años, ha puesto de
manifiesto que está especialmente capacitada para la incorporación de tecnologías intermedias debido a su secular
atraso industrial y tecnológico. Ha tenido
más capacidad de generación de empleo
que de crecimiento económico en sentido
estricto, con las correspondientes consecuencias en el ámbito de la productividad. La provincia ha desarrollado, por
tanto, una estructura económica netamente empleadora, siendo la segunda
provincia con una mayor variación de
población ocupada entre los años 19952003, el periodo vinculado a lo que se ha
venido a denominar como nueva economía. En lo relativo a dicho periodo, se
puede decir que es igualmente la segunda provincia con mayor crecimiento en
términos de empleo y de Producto Interior Bruto.
Si en 1959, el año de puesta en marcha
del Programa de Estabilización Económica, la provincia de Almería, en términos
productivos absolutos, ocupaba el puesto
cuadragésimo tercero en el ránking provincial; en 1973, ocupaba el puesto trigésimo
noveno; tras la entrada en la actual Unión
CUADRO 1
CONVERGENCIA DE LAS PROVINCIAS ANDALUZAS
(ESPAÑA=100)
1930
Almería ................... 47,90
Cádiz ...................... 92,71
Córdoba.................. 70,34
Granada.................. 63,38
Huelva .................... 81,50
Jaén........................ 63,64
Málaga.................... 67,76
Sevilla ..................... 1130,06
1960
1975
2000
61,78
76,74
69,27
53,82
78,32
50,43
67,44
77,62
70,91
77,08
67,30
57,71
82,42
63,22
78,28
79,39
83,65
66,31
70,15
65,43
75,52
65,61
82,51
71,49
Fuente: ALCAIDE, J.: Evolución económica de las regiones y provincias españolas en el siglo XX, Fundación BBVA, Madrid, 2003.
Europea (1987), el trigésimo sexto; en
1993, el trigésimo quinto; y en 2002, el
puesto vigésimo sexto.
Tomando, por otra parte, una serie temporal más larga, en términos de PIB por
habitante, durante el periodo que abarca
desde el año 1930 hasta el final del siglo
XX, Almería fue la segunda provincia española que más puestos avanzó en el ránking nacional. Tras Teruel, que escaló 26
puestos, Almería escaló 23. En el año
2000, por ejemplo, Almería era la primera
provincia andaluza en grado de convergencia con la media española en términos de
PIB por habitante. La internacionalización
de su economía y de sus empresas, especialmente ligadas a la agricultura intensiva
bajo plástico, ha sido determinante para
afirmar el raudo proceso de convergencia
con la media española. Precisamente si su
nivel de convergencia, así como su predisposición proconvergente, se han convertido en sendos hechos diferenciales con
respecto al resto de las provincias andaluzas, también se ha convertido en un hecho
diferencial su balanza comercial superavitaria y altamente especializada.
Siguiendo la periodificación establecida
por Julio Alcaide (7), y de acuerdo con un
COLABORACIONES
(7) ALCAIDE, J.: Evolución económica de las regiones
y provincias españolas en el siglo XX, Fundación BBVA,
Madrid, 2003. Nota: Se ha introducido una etapa nueva
con respecto al planteamiento original de Julio Alcalde:
en concreto, la etapa de la nueva economía.
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FRANCISCO JOAQUÍN CORTÉS GARCÍA
enfoque o criterio de convergencia económica, podemos dividir la evolución de la
economía almeriense en las siguientes
etapas, demarcadas globalmente entre el
año 1930 y el año 2000.
3.1. Primera etapa (1930-1950):
Guerra y posguerra civil
COLABORACIONES
En esta etapa, especialmente convulsa
tanto en el ámbito político, como social y
económico, se produce un avance en términos de convergencia de la economía
almeriense, pues se pasa de una tasa de
casi el 48 por 100 a otra que supera ligeramente el 60 por 100. No obstante, no se
puede decir que sea una etapa proconvergente (8) en el sentido actual del término,
en la medida en que no se establecen
mecanismos en España como para promover el crecimiento económico comparativo: guerra civil, autarquía, falta de aperturismo político y económico, etcétera. La
referencia con respecto al conjunto de la
economía española tampoco es significativa por dos motivos especialmente: 1) el
deterioro del tejido productivo a raíz del
conflicto civil y de su dura y traumática
posguerra; 2) y el atraso del que se partía
en el ámbito provincial. Además, en Almería, en estos veinte años, la población permanece estancada (crecimiento positivo
en torno al 2,4 por 100) en relación a la
evolución de la población en el conjunto
del país (crecimiento positivo superior al 19
por 100), por lo que mejoran estadísticamente las ratios macroeconómicas provinciales expresadas en términos per cápita.
Por otra parte, se produce un avance en
el ámbito del empleo en Almería prácticamente similar al del conjunto nacional
(8) Al menos no es consciente o planificadamente proconvergente.
20
(entre el 27 y el 28 por 100), si bien en términos de crecimiento económico asistimos
en esta etapa a un sensible avance de la
economía almeriense (13 por 100) frente
al conjunto de la economía nacional (3,8
por 100). La base económica es esencialmente agraria en esta etapa y la estructura
sectorial prácticamente se mantiene uniforme. El peso económico de la agricultura se
sitúa en torno al 25 por 100 del Valor Añadido Bruto, en tanto que el peso de este
sector en el conjunto de la economía
nacional se situaba en torno al 15 por 100.
No obstante, el peso del sector primario se
incrementa desproporcionadamente si se
analiza en términos de empleo. En este
caso, el empleo agrario representaba a lo
largo de prácticamente estas dos décadas
en torno al 60 por 100 del empleo total.
3.2. Segunda etapa (1950-1975):
Recuperación y posterior
desarrollo
La convergencia de la economía almeriense para el conjunto de este periodo se
incrementa en torno a seis puntos porcentuales. En concreto, se pasa del 60,13 al
66,05 por 100. Durante la década de los
cincuenta la población permanece absolutamente estancada, creciendo en torno al 7
por 100 en el periodo subsiguiente, definido por los años sesenta y el primer lustro
de los setenta. Habría que destacar este
último periodo por su importancia y por su
aportación explicativa a la hora de inteligir
la economía española actual, pues su
población crece por encima del 16 por 100.
En efecto, los años 1959 y 1975 son los
límites del periodo de mayor crecimiento de
la economía española durante el siglo XX,
especialmente apoyado por los distintos
planes de desarrollo y por el propio Plan de
Estabilización que se empieza a implementar precisamente en el año 1959. Por su
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CRECIMIENTO ECONÓMICO Y CONVERGENCIA DE LA PROVINCIA DE ALMERÍA
parte, 1975 es el año en que se pone de
manifiesto en nuestro país la crudeza de la
crisis internacional con cierto desfase por
razones de índole proteccionista/intervencionista. En dicho periodo se desarrollaron
muchas de las infraestructuras básicas que
necesitaba el país para alcanzar unas
cotas mínimas de modernización, se abrió
el país al exterior y se inició un fuerte proceso de industrialización. El crecimiento de
la economía española en esta etapa, como
hemos dicho, fue realmente espectacular,
llegando a alcanzar una tasa de crecimiento superior al 150 por 100. En ese mismo
periodo expansionista la economía almeriense creció por encima del 140 por 100
en términos constantes.
En el conjunto del periodo se produce
una clara discrepancia entre el desarrollo
industrial de España y el de Almería. El
país se industrializa de forma acelerada y
el peso del sector primario, la base de la
etapa anterior, se reduce de forma paralela
y acusada, pasando de aproximadamente
un 15 por 100 a algo más del 6 por 100, en
tanto que en Almería el peso del sector
agrario sobre el conjunto de la producción
provincial todavía se mantenía por encima
del 20 por 100. De hecho, el sector industrial crece un 75 por 100 en el conjunto de
la economía española, en tanto que en
Almería sólo lo hace en un 31 por 100.
Esta etapa en su conjunto marcará de
forma determinante la estructura sectorial
provincial, el modelo de distribución de la
riqueza y, obviamente, el modelo de desarrollo endógeno almeriense, que, como
hemos dicho, es netamente alternativo al
modelo de desarrollo urbano-industrial.
está marcada por los dos grandes choques
petroleros. La economía almeriense,
mucho más resistente que la española a
las crisis vinculadas al ciclo financiero internacional, creció en términos reales prácticamente el doble que la economía española en el conjunto de este periodo, llegando a casi el 30 por 100 (VAB constante).
Esta diferencia se traslada al crecimiento
total del empleo también de forma desigual:
el empleo en Almería crece un 3,6 por 100
y en España decrece un 5,7 por 100. El sector agrícola viene a explicar buena parte de
este crecimiento (un 26,4 por 100 frente a
un crecimiento en España del 10,6 por
100), si bien viene acompañado por el sector servicios (un 38 por 100 frente a un 23,3
por 100 de crecimiento en España) y por el
sector industrial (un 37,1 por 100 frente a
un 13,8 por 100). Por el contrario, el sector
de la construcción, en esta etapa, creció
muy por debajo del sector a nivel español.
En esta etapa Almería se converge en
términos numéricos pero no de forma planificada. De hecho, se pasa de una tasa
algo superior al 66 por 100 a una tasa de
casi el 72 por 100. La convergencia se
debe más a diferencias de la estructura
sectorial que a cualquier otra razón. En
esta etapa se puede acotar un subperiodo,
1982-1985, en el que se establece una
economía de bases que va a permitir la
incorporación de España a la CEE en
unas condiciones más o menos aceptables, así como el desarrollo expansivo de
nuestra economía nacional en el subperiodo 1986-1991.
COLABORACIONES
3.4. Cuarta etapa (1985-1995):
Integración europea
3.3. Tercera etapa (1975-1985): Crisis
económica y ajustes de la crisis
Esta etapa, desde el punto de vista de la
incidencia de la economía internacional,
A partir de 1986 España es miembro de
la CEE, hecho que no será inocuo a la
hora de concebir e interpretar el crecimiento y el desarrollo económico experimenta-
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FRANCISCO JOAQUÍN CORTÉS GARCÍA
COLABORACIONES
22
dos por nuestra economía, bien por la
ampliación de nuestro mercado de referencia o bien por la aportación neta, por
parte de la CEE (ahora la UE), de fondos
estructurales y de cohesión que han permitido la mejora de la competitividad de
las empresas y el desarrollo de las infraestructuras necesarias para que se produzca
un proceso irreversible de convergencia
real con la media de los países europeos.
De forma inequívoca, a partir de nuestra
incorporación a la Comunidad, se producen alteraciones sustantivas y relevantes
en la estructura de nuestro tejido empresarial; se incrementa el proceso de internacionalización de nuestra economía, de
nuestras inversiones, de nuestros productos y de nuestras empresas, permitiendo
que los principales sectores productivos
de la provincia de Almería (turismo, agricultura y piedra ornamental) se encuentren con un marco de relaciones con el
exterior estable y predecible.
Esta etapa se puede segmentar en dos
periodos básicos y esencialmente contrapuestos desde el punto de vista de la
coyuntura y de los resultados económicos
y empresariales. El primer periodo estaría
definido por los años 1985 y 1991, periodo
netamente expansivo de la economía
española; y el segundo periodo, netamente desacelerador de la actividad económica y de tendencia recesiva, abarcaría
desde 1992 hasta 1995. En este último
lapso de tiempo se produce una notable
crisis económica que afecta transversalmente al conjunto de los sectores económicos, pero especialmente al de la construcción. En este sentido, el sector del
mármol, especialmente vinculado a la evolución del sector de la construcción, experimentó una de sus mayores crisis de la
historia reciente, cuya gravedad, medida
en términos de un excesivo apalancamiento operativo y financiero de las empresas,
puso en duda, incluso, la pervivencia de
este sector económico que ha sido fundamental para vertebrar una buena parte de
las zonas del interior de la provincia.
La economía almeriense, debido a una
estructura sectorial y empresarial, mucho
más flexible y menos industrializada que el
conjunto de la economía provincial, soportó mejor los efectos de la crisis. En el conjunto de esta etapa la población en Almería crece algo más de un 13 por 100, una
cifra sensiblemente superior que el caso
español, que lo hace en un 2,7 por 100.
Por su parte, Almería crece globalmente
en este periodo casi el 82 por 100 en términos reales, en tanto que España lo hace
en un 36,7 por 100. Se consolidan, por
tanto, los procesos de convergencia
pasándose de una tasa del 71,65 al 86,43
por 100 sobre la media de la economía
nacional.
3.5. Quinta etapa (1995-¿?):
Nueva economía
Esta etapa es una etapa especialmente
convergente. Se plantea una convergencia
nominal que se traslada paulatinamente a
los elementos reales y sustantivos de la
economía. También es el periodo de la
entrada en vigor del euro, primero como
moneda nocional y más tarde como moneda física, un hecho decisivo para la economía española y para la economía almeriense en la medida en que, aunque
desplazó el centro de decisión de la política monetaria, fue propicio para garantizar
un marco de estabilidad macroeconómica
y cambiaria que ha permitido el proceso
de convergencia más consciente y dirigido
de nuestra historia económica. Se consolida en esta etapa la internacionalización de
la economía y de las empresas almerienses generando una balanza comercial
especialmente superavitaria, algo digno de
mención si se tiene presente el profundo
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CRECIMIENTO ECONÓMICO Y CONVERGENCIA DE LA PROVINCIA DE ALMERÍA
GRÁFICO 5
EVOLUCIÓN DE LAS ECONOMÍAS DE ALMERÍA, ANDALUCÍA Y ESPAÑA 1995-2002 (AÑO 1995=100)
180
170
160
150
Almería
140
Andalucía
130
España
120
110
100
90
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
Fuente: Elaboración propia con datos de la CRE (Base 1995. VAB) sobre precios corrientes. INE.
GRÁFICO 6
EMPLEO Y PRODUCTIVIDAD EN LA NUEVA ECONOMÍA (ALMERÍA)
Agricultura
12
10
8
6
4
Total
COLABORACIONES
Industria
2
0
Crecimiento
Empleo
Servicios
Construcción
Crecimiento medio anual en términos constantes.
Fuente: INE, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.
deterioro estructural de la balanza española por cuenta corriente a causa del gran
desarrollo experimentado por el mercado
interior, especialmente motivado por el
efecto riqueza derivado de los activos
inmobiliarios. En esta etapa se empiezan a
sentar las bases del nuevo paradigma definido por la nueva economía. El crecimiento
de Almería en esta etapa es un crecimiento, como hemos dicho, que replica el mo-
delo de crecimiento español, basado en el
incremento relativo del empleo y no tanto
en el incremento de la productividad.
En término numéricos, se puede decir
que la economía almeriense, en el periodo
1995-2002 creció un 25 por 100 más que
la economía española. Los sectores que
más contribuyeron a dicho crecimiento
fueron el sector de la construcción, que
creció un 137 por 100 en dicho periodo
BOLETÍN ECONÓMICO DE ICE N° 2839
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FRANCISCO JOAQUÍN CORTÉS GARCÍA
frente al 89,4 por 100 de España, y el sector agrario con un crecimiento del 45,6 por
100 frente al 13,6 por 100 español. El sector industrial también contribuyó al proceso
de convergencia, si bien de forma más
moderada: la industria almeriense creció
un 50,8 por 100 frente a un 35,8 por 100
de la española, y los servicios un 67,7 por
100 frente al 60,3 por 100 en España.
4. Los factores de divergencia
COLABORACIONES
24
Hemos visto cómo la economía almeriense ha sido, en términos generales,
netamente proconvergente en las últimas
décadas. Su estructura económica y
empresarial ha permitido desarrollar un
modelo de crecimiento sostenido en el
tiempo y que permite generar empleo y
riqueza, así como recuperar parte del
tiempo perdido en relación al retraso histórico en términos industriales y económicos en general.
No obstante, en Almería hemos divergido, con respecto a la media española,
en muchos aspectos relacionados precisamente con el paradigma de la nueva
economía. En efecto, la productividad
aparente de nuestro tejido económico ha
experimentado un fuerte estancamiento
en el periodo analizado, especialmente
en el sector de la construcción y en el
sector primario. De hecho, la construcción
ha lastrado la productividad conjunta de
forma considerable, explicable supuestamente por el intrusismo y la utilización de
elementos productivos (factores de producción ricardianos) cada vez más marginales en un sector especialmente saturado. Sólo el sector servicios experimenta
un incremento de la productividad en
dicho periodo, pues el sector industrial
apenas sufre variación. El corolario de
todo este planteamiento es que el fuerte
crecimiento de Almería ha sido un creci-
miento a lo ancho y no a lo alto; no ha
sido un crecimiento estilizado y sostenible. Si se descomponen el PIB provincial
en sus variables aparentes de crecimiento, se pone de manifiesto que hemos crecido en los últimos años no por la vía de
la productividad sino por la vía del crecimiento del empleo, por una mayor empleabilidad. Crecemos porque hay más
gente trabajando, no porque seamos más
productivos o competitivos.
Pero a la divergencia en términos de
productividad habría que añadir la divergencia en el proceso de terciarización
(pérdida de peso relativo del sector servicios en el conjunto de la economía), que
es la clave del bienestar de una sociedad
desarrollada; en la incorporación de tecnologías avanzadas al proceso productivo
(9); en la evolución de las cotizaciones
sociales (por las peculiaridades de nuestra
estructura sectorial y de nuestro mercado
de trabajo: fuerte peso del sector agrícola
y de los trabajadores autónomos); en la
capacidad de ahorro, en especial ahorro
financiero; en la incorporación de intangibles a los procesos productivos; en tratamiento medioambiental, especialmente
paisajístico, etcétera.
(9) La economía almeriense ha experimentado un
importante proceso de incorporación de tecnología al
proceso productivo, especialmente en el sector agrícola y
en el sector de la piedra ornamental. La incorporación de
dicha tecnología ha permitido incidir en una mayor producción y en una producción de calidad. No obstante, lo
que denominamos la relación tecnológica del producto
final, medida por la ratio entre la tecnología necesaria
para producirlo (tecnología como input) y la tecnología
generada (tecnología como output) inherente al propio
producto, sigue siendo especialmente elevada; es decir,
consumimos más tecnología que producimos por lo que
las ganancias de productividad vía costes en muchas
ocasiones se pierden vía valor agregado. En este sentido, podemos decir que se está contraviniendo uno de los
principios básicos de la nueva economía, a través del
cual la tecnología debe ser considerada estratégicamente más como un output que como un input. Obviamente,
una de las principales causas de este fenómeno se
encuentran en la propia estructura sectorial.
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CRECIMIENTO ECONÓMICO Y CONVERGENCIA DE LA PROVINCIA DE ALMERÍA
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INSTITUTO DE ESTUDIOS DE CAJAMAR. www.instituto.cajamar.es.
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COLABORACIONES
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25
AVISO PUBLICO
SUB. GRAL. COMERCIO EXTERIOR DE PRODUCTOS AGROALIMENTARIOS
SOLICITUD DE DEVOLUCION DE FIANZAS
PLAZOS PARA PRESENTACION DE PRUEBAS
Aplicación a los Certificados concedidos desde el día 1 de octubre de 2000,
salvo que exista reglamento específico que lo modifique
Plátanos
TREINTA DIAS siguientes a la expiración
del período de validez del Certificado.
Rgto. CE n.° 896/01
Productos Agrícolas Transformados (PAT)
NUEVE MESES siguientes a la expiración
del período de validez del Certificado.
Rgto. CE n.° 1520/00
Art.
DOS MESES siguientes a la expiración del
período de validez del Certificado.
Rgto. CE n.° 1291/00
Productos agrícolas:
Materias grasas, plantas vivas, productos floricultura, leche y productos lácteos, carne vacuno, semillas, frutas y hortalizas, carne porcino, huevos, carne de ave, arroz, azúcar, sector vitivinícola, cereales, etc.
— En todos los productos el PLAZO MAXIMO para solicitar la resolución de los expedientes es de VEINTICUATRO MESES desde el día siguiente a la expiración del Certificado. Transcurrido este plazo no se efectuará la devolución del importe de la Fianza, aun en el caso de que se presente la correspondiente prueba de realización de las operaciones.
MINISTERIO DE INDUSTRIA, TURISMO Y COMERCIO
Secretaría General de Comercio Exterior
SUB. GRAL. COMEX. PRODUCTOS
AGROALIMENTARIOS. SERVICIO DE FIANZAS
Solicitudes de devolución de fianzas constituidas
(Importación y Exportación)
La Orden de 26 de febrero de 1986 («BOE, 7 de marzo»), modificada por la
Orden de 27 de julio de 1995, establece que la devolución de las fianzas se realizará por la Secretaría General de Comercio Exterior a solicitud del interesado.
Las solicitudes de devolución de las fianzas constituidas ante los Servicios
Centrales, deberán dirigirse a la Secretaría General de Comercio Exterior (Servicio de Fianzas, Paseo de la Castellana, 162, planta cuarta, 28071 Madrid).
Las solicitudes de devolución de las fianzas, constituidas ante las Direcciones
Regionales y Territoriales de Comercio y CATICES, deberán presentarse en la
misma Dirección o CATICE que concedió los correspondientes certificados.
El no solicitar, los interesados, la resolución de los expedientes de devolución
de las fianzas con la aportación de las pruebas, en los plazos establecidos en la
legislación nacional y comunitaria en vigor, para los diversos productos agrícolas, dará lugar al oportuno Acuerdo Declarativo de Incumplimiento.
Con el fin de agilizar la resolución de los expedientes de devolución de
las fianzas constituidas a disposición de la Secretaría General de Comercio
Exterior, es recomendable se adjunte a las solicitudes la fotocopia del correspondiente «Resguardo de depósito o Garantía en Efectivo», o «Resguardo de Garantía Otorgada mediante Aval o Seguro de Caución».
SERVICIO DE FIANZAS
Acuerdo declarativo de incumplimiento
(Fianza constituida en las operaciones
de Importación y Exportación)
Ingreso de las liquidaciones
Las cantidades a ingresar en el Tesoro Público-Recursos Eventuales,
como consecuencia de los expedientes de Acuerdo Declarativo de Incumplimiento de Resguardos de Garantías Otorgadas por Terceros, pueden
hacerse efectivas por la EMPRESA TITULAR DE LOS CERTIFICADOS.
— En MADRID:
MINISTERIO DE ECONOMIA Y HACIENDA
DIREC. GRAL. DEL TESORO Y POLITICA FINANCIERA
Paseo del Prado, 4
28071 MADRID
— En PROVINCIAS:
INTERVENCION DE HACIENDA de la localidad en que resida la Entidad
Delegada que constituyó la Garantía Otorgada por Terceros (Aval o Certificado de Seguro de Caución).
Realizado el ingreso y expedida la CARTA DE PAGO, esta CARTA DE
PAGO original deberá remitirse a:
MINISTERIO DE INDUSTRIA, TURISMO Y COMERCIO
SERVICIO DE FIANZAS
P.° Castellana, 162, Pl. 4.a
28071 MADRID
MINISTERIO DE INDUSTRIA, TURISMO Y COMERCIO
Secretaría General de Comercio Exterior
SUB. GRAL. COMERCIO EXTERIOR DE PRODUCTOS AGROALIMENTARIOS
SERVICIO DE FIANZAS
Paseo de la Castellana, 162, cuarta planta, 28071 Madrid
Teléfonos: (91) 349 38 67 y 349 39 13
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