QUIEREN LOS JÓVENES CAMBIAR LA SOCIEDAD? Jesús Díaz

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QUIEREN LOS JÓVENES CAMBIAR LA SOCIEDAD?
Jesús Díaz Navarro 1ºD
Los jóvenes quieren cambiar la sociedad ya que no les beneficia en absoluto. Hoy hay pocos
puestos de trabajo, es difícil conseguirlos y muchas veces están mal pagados entre otros
motivos porque cada vez se necesita una mayor y especifica cualificación y hay que competir
con jóvenes de toda Europa.
Sin embargo, yo formularía mi tesis diciendo que, aunque todos quieren cambiar la sociedad,
son muchos los que no están dispuestos a hacerlo porque requiere un gran esfuerzo. La
mayoría de los jóvenes buscan una vida cómoda, esperando que las cosas les caigan del cielo,
pero del cielo no va caer nada; no debemos olvidar que las cosas se consiguen con trabajo y
esfuerzo. Hoy en día los jóvenes no hacen el esfuerzo necesario para conseguir las cosas, pero
de esto tiene, en parte, culpa la sociedad ya que valora en gran manera la posición social. Los
jóvenes con buena situación económica tienen más fácil obtener una buena colocación, bien
porque alguien de su familia tiene una empresa y le puede meter en ella, bien porque las
relaciones sociales de su familia les ofrecen unos contactos que les ayudan a obtener un buen
trabajo. En caso contrario necesitan en general mucha más dedicación, esfuerzo y preparación.
Los jóvenes se desaniman también porque les parece que tener una buena formación y
estudios no les va a servir para nada, ya que con la crisis actual no hay apenas puestos de
trabajo y al mismo tiempo hay cientos de personas reclamando ese mismo puesto. Así vemos,
cómo muchos universitarios, una vez acabados sus estudios, no siempre encuentran un trabajo
relacionado con aquello en lo que se especializaron. Pero tampoco estarían dispuestos,
muchos de ellos, a viajar a otros países a buscar trabajo, puesto que nada les asegura que
encuentren el trabajo en otro país, por lo que prefieren quedarse en el suyo aunque sea
viviendo a costa de sus padres. Algunos incluso ni quieren salir de su ciudad.
La mayoría de los jóvenes se han acomodado a esta situación y no hacen nada por cambiar la
sociedad ya que en casa de sus padres no les falta ni comida ni un sitio donde dormir. Muchos
de ellos se contentan con quejarse y seguir viviendo con los padres, ya que saben que si les van
con el cuento de que no hay trabajo les dirán que se queden a vivir con ellos y tendrán todas
las comodidades necesarias para poder vivir sin ningún esfuerzo.
Muy pocos saben superar estas dificultades porque han sido sus padres quienes les han dado
todo hecho y esperaran que siempre suceda lo mismo, que sean sus padres y el Estado quienes
les solucionen las cosas. Pero también hay jóvenes emprendedores que luchan por mejorar
esta sociedad: conseguir más puestos de trabajo para los jóvenes, bajar la edad de jubilación y
lograr con esta medida que queden libres para las nuevas generaciones más puestos de
trabajo al hacer que dejen de trabajar más personas.
Estos jóvenes se dan cuenta de que una posibilidad es emprender un negocio, una empresa
por su cuenta, luchar por su propio trabajo y economía. Aunque esta lucha suponga trabajo y
esfuerzo la satisfacción del triunfo obtenido supera ese trabajo y esfuerzo y puede ser un
estimulo para otros jóvenes como ellos.
Para ello sería necesario que el Estado y las entidades financieras les ofrezcan medios
económicos por medio de créditos blandos con los que pueden iniciar su vida laboral. Hay que
conseguir que los políticos y la sociedad en general no dejen de lado los problemas de la
juventud porque los jóvenes serán los que tendrán en sus manos la economía y el bienestar de
la nación puesto que serán los que gobiernen este país en un futuro próximo. Por lo cual los
políticos deben volcarse en los jóvenes y no dedicar tanto tiempo y dinero a cosas inútiles
como peleas entre los partidos y dedicar ese dinero a mejorar la situación de la juventud,
aunque sea por egoísmo, ya que serán los jóvenes quienes algún día tengan en sus manos el
país.
Una obra no puede iniciarse por el tejado, es necesario establecer primero unos buenos
cimientos y los cimientos tienen que colocarlos los jóvenes de hoy. Como pilares
fundamentales de una sociedad yo veo dos: la igualdad social y una democracia real.
Para Marx toda la historia de la sociedad humana es una historia de luchas de clases, que en
determinadas fases producen un enfrentamiento entre las fuerzas productivas de la sociedad
con las relaciones de propiedad dentro de las que se habían movido hasta entonces. Para
obtener una sociedad justa es preciso acabar con las desigualdades sociales y para ello es
necesario hacer una revolución que establezca una nueva sociedad basada en la eliminación
de la propiedad privada de los medios de producción. El final de esta revolución es el
momento en el que el proletariado, hasta entonces explotado, quite a la burguesía el capital y
sea el Estado el que tenga en sus manos toda la producción, los transportes y la tierra. Así se
conseguiría una sociedad sin clases, una sociedad igualitaria.
Por otro lado, el hombre desde que nace se encuentra dentro de una sociedad y por lo tanto
ha procurado organizarla, aunque la forma de entender la sociedad haya variado a través de
los tiempos. En Grecia, donde se dice que nació la democracia, se entiende esa sociedad de
una manera que hoy se puede considerarse no válida ya que considera solo a una parte de sus
miembros como ciudadanos capaces de formar parte del gobierno de la ciudad. Hoy, sin
embargo, los jóvenes queremos una democracia de verdad donde todo el mundo pueda
participar.
De una manera o de otra la relación del ciudadano con el Estado se realiza a través de un pacto
en el que se establece la participación del ciudadano, sus derechos, o su subordinación a la
autoridad.
Yo lucharía por mejorar esta sociedad, porque si no luchamos todos por mejorarla esto seguirá
así o irá a peor y es mejor coger este tema tan delicado a tiempo, que esperar más tiempo y
que luego cueste mucho más resolverlo. Porque si nos quedamos tranquilos y sin hacer nada
tampoco podemos quejarnos de una sociedad que no nos gusta.
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