La reforma del proceso civil Alemán 2002; Álvaro Pérez Ragone

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UNIVERSIDAD INTERAMERICANA DE PANAMA
MAESTRIA EN DERECHO PROCESAL
BASES Y FUNDAMENTOS DEL DERECHO PROCESAL
PROFESOR:
ANÁLISIS JURÍDICO DE LA MONOGRAFÍA
REFORMA DEL CIVIL ALEMÁN 2002
Primera Parte: Historia y Parte General de la Reforma
Autor: Álvaro Pérez Ragone
ESTUDIANTE:
CÉDULA:
8−505−540
NOVIEMBRE DEL 2006
ANÁLISIS JURÍDICO
LA REFORMA DEL PROCESO CIVIL ALEMÁN 2002
Primera Parte: Historia y Parte General de la Reforma
Autor: Álvaro Pérez Ragone
La reforma del Código Civil alemán ha sido permanente, prueba de ello han sido las constantes leyes
reformatorias (novelas). Dichas reformas han tenido su razón de ser para contrarrestar el creciente número de
casos o proceso que ingresa cada año en el sistema.
El sistema jurídico alemán, en general, ha tenido desde sus inicios un procedimiento eminentemente escrito y
formalista, heredado del derecho romano, que se cristalizó en el año de 1877, cuando toda la legislación civil
se unificó en un cuerpo legal como es el Zivilprozessordnung. Sin embargo, al transcurrir del tiempo, el
aumento en las demandas y en sí, el avance de la tecnología y el cambio de filosofías políticas, económicas y
sociales han hecho que el proceso necesariamente se flexibilice, se agilice y se simplifique −esto es eliminar
formalismos− los procesos.
Este aumento de procesos se origina porque en un principio, como bien lo estima el doctor Juan Montero
Aroca el proceso civil fue un instrumento por el que la reducida clase media de un país solucionaba sus
litigios, , no obstante, actualmente al proceso civil han accedido un número mayor de ciudadanos, tanto por la
ampliación de las clases medias como el acceso al proceso de otras capas de la población, con lo que el
proceso civil ha pasado a ser un fenómeno de masas (MONTERO AROCA, Juan. El Derecho Procesal en el
Siglo XX. Editorial Tirant lo Blanch. Valencia, 2000, p. 59). En otras palabras, se ha ido socializando el
derecho civil en virtud de que las personas de todos los estratos están más conscientes de sus derechos como
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ciudadanos frente a los particulares y al Estado. La mencionada situación arroja como resultado un alto grado
de litigiosidad entre la sociedad que ante cualquier problema o conflicto demandan ante los Tribunales el
dirimir estos conflictos. Es de esta manera, que el órgano o poder judicial se satura anualmente y cada vez
más con numerosos procesos, uno más simples, otros más complicados o complejos, pero al fin recargan al
sistema. Así, los estudiosos de la doctrina y de la praxis han esbozado distintas teorías y métodos de solución,
pero ninguno ha conseguido llegar al meollo del asunto y su correspondiente solución.
En Alemania, el fenómeno de la mora judicial y el recargo del sistema está latente como se apuntó
anteriormente. Por esta razón, en el año 2002 se aprobó una nueva reforma al proceso civil alemán con el fin
de que las normas y el procedimiento se constituyeran en una herramienta cercana al ciudadano para que
actuara sin más dilación o formalismos y que el juez tomara la dirección del proceso para agilizar el proceso,
no dejando al arbitrio de las partes esta dirección.
Entre las novedades de esta reforma están la consolidación del poder del juez para dirigir el proceso, como se
indicó ut supra, como también la creación de una instancia conciliatoria previa para descongestionar las
instancias judiciales y la modificación de los procedimientos en materias de revisión y apelación. También se
introduce un recurso de reposición en el ámbito del recurso de la queja y se regula el recurso de derecho por
antijuridicidad, y por otro lado, en materia probatoria se introduce una figura similar al discovery anglo
americano. Y en cuanto a los tribunales de instancia se abandona el sistema de tribunal colegiado para
aterrizar en la modalidad unipersonal, ya que a juicio de algunos expertos, las causas en los tribunales
colegiados demoran más que en los unipersonales.
No obstante, lo anterior, una cosa es teorizar y otra es la práctica, ya que la realidad social cambia con el paso
del tiempo como se expuso al inicio de este análisis, y esto modifica el rumbo de la doctrina, tal como lo
apunta el doctor Montero Aroca (Ibídem, p. 58), quien critica tanto a los prácticos forenses como los
procedimentalistas o teóricos del derecho.
En nuestro país, suceden los mismos fenómenos de aquellos países de avanzada, pero añadiendo la
politización de la justicia y el bajo y mal distribuido presupuesto que se traduce en falta de infraestructuras y
mobiliario como bajos salarios para los funcionarios de apoyo a los tribunales como en un desbordante sueldo,
viáticos y prerrogativas para las cabezas del poder judicial.
Actualmente, se intenta aprobar un Anteproyecto de Código Procesal Penal que producirá una escisión entre
el procedimiento de esta jurisdicción y la civil, con lo cual éste seguirá invariable como hasta el momento.
Nuestro sistema procedimental civil, al igual que el alemán, es de carácter escritural y tiende al formalismo
como lo fue en sus inicios el alemán −ambos sistemas descienden del sistema romano−; pero mientras aquél
está en constante reforma en búsqueda de una real aproximación de este sistema al ciudadano común para que,
mediante la simplificación y agilización del proceso, alcance una justicia verdadera, Panamá persiste con un
sistema anacrónico, excesivamente formal, rezagando los principios de oralidad e inmediación, y como no
mencionar, de economía procesal, lo cual recarga a los Tribunales de excesivo trabajo. Además, es importante
indicar que, como lo afirma Pérez Ragone en su obra, objeto de este análisis, esta recarga origina una
elevación de costos, una difícil tramitación del proceso para los abogados y las partes y una dilatación de estos
procesos en el tiempo, que a su vez, también genera que las clases medias y bajas no accedan a esta
jurisdicción debido a los motivos expuestos; y por tanto, solamente las clases adineradas son las que podrían
solicitar justicia en estas instancias, es decir, que vivimos en la Alemania del siglo XIX cuando la reducida
clase media utilizaba la vía civil para solucionar sus conflictos como se indicó en líneas anteriores. Es hora ya,
entonces, de que revolvamos la mirada hacia esta jurisdicción para hacerla más accesible al ciudadano común
y que el mismo sienta que los procesos instaurados se llevan con agilidad, calidad, sencillez en los
procedimientos y celeridad. Esto puede lograrse a través de una modificación en la estructura del
procedimiento civil para dar paso a principios básicos de oralidad e inmediación. En cuanto al tópico de la
dirección soberana del juez en el proceso, el cual está establecido en el artículo 465 del Código Judicial y que
en la reforma alemana fue uno de sus principales objetivos, hay que tener en cuenta lo esbozado por Montero
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Aroca en cuanto a que este principio fue diseñado durante y por los gobiernos fascistas y autoritarios para que
a la postre, con la concesión de esas facultades se estaba favoreciendo la injerencia del Poder Ejecutivo en la
efectividad de los derechos subjetivos de los ciudadanos (Ibídem, p.75) cuando estos Jueces son nombrados
por Ejecutivo, tal como ocurre con la designación de los Magistrados de la Corte Suprema en nuestro país.
ASPECTOS COMPARATIVOS ENTRE EL CÓDIGO ALEMAN Y PANAMEÑO
• En Panamá, se admite solamente dos instancias o grados, no tres como en Alemania.
• Impedimentos y recusaciones: Los mismos serán decididos por los pares de los jueces; sin embargo,
las resoluciones son irrecurribles.
• Costas: No se contempla en el Código que la totalidad de las costas sea impuesta a una parte cuando
el objeto de la demanda implique costos inferiores a la totalidad de los gastos procesales como en la
reforma alemana.
• Gastos causídicos: En Panamá se admite también garantías de compañías de seguros y entidades
bancarias.
• Nuestro procedimiento es totalmente escrito a diferencia del alemán.
• El procedimiento civil no ha incorporado las nuevas tecnologías al proceso como tampoco ha sumado
la utilización del Internet en toda su magnitud.
• La dirección del proceso corresponde al juez, mientras las partes han de rechazar cualquier acto que
implique dilación del proceso, similar a Alemania.
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