TESIS MARY TERE V1

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INTRODUCCIÓN
El síndrome de la articulación temporomandibular (ATM) es un estado doloroso que
afecta la articulación y los músculos, fue descrito desde 1934 con el nombre de
Síndrome de Costen y en 1959 se cambió por Síndrome de Disfunción y Trastorno de
la articulación temporomandibular. (1)
A lo largo de la historia, se ha tratado de identificar cambios patológicos en la ATM del
niño, con el fin de conocer el posible efecto lesivo de las maloclusiones en estas
edades y su progreso en la edad adulta, lo cual podría ser prevenido con el tratamiento
en la niñez. Sin embargo, poca atención se ha prestado a la incidencia de las
patologías funcionales de la ATM durante la infancia. (1,2)
El proceso formativo de la ATM comienza aproximadamente durante la séptima
semana de vida fetal. Un nacimiento traumático puede alterar la función mandibular,
simetría, sincronización de movimiento, lo cual, puede llevar a dolor de la articulación.
Sin embargo, enfermedades articulares degenerativas son muy raras a esta edad. Los
cambios que ocurran en el transcurso del crecimiento y desarrollo del niño generan
cambios adaptativos en la ATM que por su constitución histológica única dentro del
organismo, serán mínimos. Por el contrario, existen elementos del desarrollo cráneomandibular cuyo patrón hereditario o por influencias externas, como hábitos, conducen
a cambios que están fuera de los límites de la normalidad, exigiendo de la ATM un
exceso de adaptabilidad cuya respuesta es una temprana alteración en la misma. Al
respecto existen evidencias cada vez mayores de trastornos témporomandibulares en
edades tempranas. (1)
La articulación temporomandibular, está formada por la fosa mandibular del hueso
temporal, cóndilo mandibular, unidos por el disco, que a su vez está protegido por la
cápsula articular, la misma permite movimiento de ascenso, descenso, propulsión,
retropulsión y lateralidad, consta de tres ligamentos (temporomandibular, esfeno
maxilar, estilo maxilar) y músculos entre ellos (masetero, temporal, pterigoideo lateral,
pterigoideo medial y digástrico).
1
En el examen clínico debemos observar la postura cervical y de la cara, interrogar al
paciente acerca del dolor, observar posibles asimetrías faciales, la lengua en busca de
mordeduras, su movilidad, los dientes y la oclusión, se debe auscultar la articulación
temporomandibular a la apertura y cierre de la boca así como evaluar la movilidad de la
columna cervical.( 2)
Entre los factores externos que pueden dar lugar a este síndrome se encuentran la
maloclusión, malas condiciones sociales, las restauraciones dentales defectuosas,
prótesis mal confeccionadas, el bruxismo con su desgaste o atrición dental y el estrés.
(3)
En Brasil en el 2006, se realizó un estudio en niños de 7 a 12 años con y sin trastorno
de la articulación temporomandibular y encontraron que tenían como característica una
sobremordida, es decir la dimensión vertical disminuida, considerándolo un factor
predisponerte a la disfunción de la articulación. (4)
Castillo, examinó 200 adolescentes entre 12 y 15 años de edad , donde se estudiaron
las variables oclusales morfológicas y funcionales, signos y síntomas de los trastornos
temporomandibulares según los Test de Krogh- Paulsen, así como los niveles de
ansiedad y la sensibilidad muscular y articular a la palpación. Plantea en su estudio la
alta prevalencia de los trastornos temporomandibulares en niños y adolescentes,
destaca como uno de los factores las maloclusiones, y las interferencias oclusales,
mientras que otros autores le dan más importancia a los factores sicológicos.
Otros
autores
como
Kerstein
plantean
que
la
solución
de
la
disfunción
temporomandibular está en manos del ajuste oclusal. (5)
Es tradición atribuir a los factores oclusales y sicológicos como causas posibles a los
trastornos temporomandibulares, es cierto que las modificaciones oclusales y las
terapias sicológicas no son exitosas en la remisión de los síntomas en todos los
pacientes, de ahí la importancia de encaminar los pasos a la búsqueda de otros
factores.
2
En la actualidad se plantea que el funcionamiento del sistema estomatognático está
influenciado por las alteraciones posturales, dichas investigaciones son controversiales.
El sistema estomatognático es una unidad morfofuncional integrada y coordinada,
formada por un conjunto de estructuras esqueléticas, musculares, angiológicas,
nerviosas, glandulares, dentales, articulares, siendo un desafío establecer un
diagnóstico teniendo en cuenta su complejidad anatómica y funcional. (6-7)
Las funciones oro faríngeas, respiración, masticación, deglución, y el habla intervienen
en el sistema estomatognático, su adecuado desempeño es de vital importancia para el
mantenimiento y estimulación del equilibrio durante y después del desarrollo. (8)
Un frecuente error es considerar a dicho sistema aislado del organismo como un todo,
determinando la salud integral del individuo, no se puede considerar sus partes de
forma aislada pues tienen una estrecha relación anatómica y funcional, por lo que su
funcionamiento influirá en los demás sistemas orgánicos, de la misma forma que las
alteraciones sistémicas incidirán en la correcta función de los componentes del sistema
estomatognático. (9-10)
El término Trastornos Temporomandibulares (TTM), adoptado por la American Dental
Association (10), es utilizado generalmente para hacer mención
a las diferentes
afecciones de la articulación temporomandibular, de la musculatura masticatoria, de las
estructuras asociadas y de forma general a todos los trastornos relacionados a la
función del sistema estomatognático. (11-12)
Su diagnóstico incluye la exploración de los músculos masticatorios, cartílago, huesos
articulares, tejidos blandos, exploración en la función masticatoria y análisis de la
disfunción dolorosa. (13)
Estudios epidemiológicos en relación a su prevalencia no son muy exactos, varían
según las muestras elegidas y el método de valoración de los Trastornos
Temporomandibulares. (14-15-16)
3
Algunos
autores
plantean
diferencias
en
la
aparición
de
los
Trastornos
Temporomandibulares de acuerdo al sexo y a la edad, siendo más susceptibles las
mujeres al dolor orofacial, y refiriendo que aproximadamente el 25% de los niños tienen
algún signo de Trastorno Temporomandibular. (17-18-19)
Otros autores refieren que los Trastornos Temporomandibulares son experimentados
por lo menos en un tercio de la población mundial, en la actualidad más de dos
millones de americanos presentan algún síntoma. (20,21)
En Cuba, los resultados han sido muy variables, en Matanzas, una investigación reveló
en el 2006 una prevalencia de los Trastornos Temporomandibulares de un 38,7%.(22)
En La Habana una investigación realizada en el 2007 con individuos de 15 años y más
mostró que los Trastornos Temporomandibulares se presentaron en el 31,89% de los
examinados como síntoma y en el 47,33% como signo. (23) Por su parte Castillo
reportó en Villa Clara una prevalencia que osciló entre 37,9% y 88,4%.(24)
En Holguín se reportó en un estudio realizado en el 2009, que el 32,6% de los
adolescentes estudiados con dentición permanente, sin ausencias dentarias que
presentaron maloclusiones clasificadas por Angle no tratadas, presentaron Trastornos
Temporomandibulares. (25)
Como principales síntomas, están el dolor, trastornos funcionales, que afectan cráneo,
región cervical y cara, extendiéndose hacia la región preauricular, siguiendo hacia la
región submandibular. (26-29).Se le pueden adicionar otros síntomas como sensación
de oídos tupidos (Tinnitus), dificultades auditivas, cefaleas frecuentes, cervicalgias que
pueden extenderse hacia la musculatura de los hombros y espalda. (30-33)
Los Trastornos
Temporomandibulares se caracterizan por su origen multifactorial
(34,35). En su etiología se han descrito causas locales como, maloclusiones,
tratamientos de ortodoncia, desarmonías oclusales, hábitos parafuncionales, como
generales, las enfermedades sistémicas, estrés emocional, trastornos del sueño,
factores genéticos, dándole mayor significación a los factores oclusales, psicológicos y
4
las combinaciones de los mismos. (36-40) Los factores psicológicos, pueden jugar un
papel
importante
en
la
etiología
y
mantenimiento
de
los
Trastornos
Temporomandibulares. (41,42) Son muchas las investigaciones que han estudiado los
factores oclusales y los Trastornos Temporomandibulares con diversos resultados.
(43,44)
Si la oclusión fuera el factor etiológico fundamental ya los estomatólogos habrían
confirmado este hecho hace muchos años, igual que si no lo fuera, por lo que la
controversia aun existe. (45)
El ser humano es una unidad integral, en cuyo funcionamiento todos y cada uno de los
órganos repercuten en el funcionamiento de los otros y no solo en los aspectos
morfofuncionales sino también en los psiconeuronales y psicosomáticos. (46) Por ello
en
la
actualidad
el
conocimiento
de
la
etiopatogenia
de
los
Trastornos
Temporomandibulares ha ido evolucionando desde un modelo dental, a un modelo más
biológico y médico. (47)
Existe una relación entre la forma, función y la postura es por eso que en los últimos
años se ha planteado que los Trastornos Temporomandibulares no solo se pueden
relacionar con la posición de la mandíbula y del cráneo, sino también con la columna
cervical, estructura supra e infrahiodea, hombros, columna torácico y lumbar que
actúan como una unidad
biomecánica, los cambios en cualquiera de estos
componentes podrían desencadenar alteraciones en el Sistema Estomatognático. (4852)
Los principios de biomecánica de cabeza y cuello cobran un interés especial en el
campo de la Ortodoncia y la Ortopedia dentomaxilar y debiera considerarse cada
manifestación de alteración de la salud, desde un enfoque más integral teniendo en
cuenta que las anomalías dentomaxilares están dentro del Sistema Estomatognático.
(53,54)
5
Varios aspectos del sistema estomatognático están asociados con las alteraciones
posturales, entre los que están la posición de la mandíbula, tipo de dentición,
maloclusiones dentales y esqueletales. (55)
La columna
cervical está íntimamente relacionada con el cráneo y el sistema
estomatognático, por ello la importancia de evaluar la postura como factor etiológico de
los Trastornos
Temporomandibulares, así como la mandíbula, tiene una posición
postural desde donde parten todos los movimientos mandibulares, una correcta
relación cráneo cervical permite una función balanceada de los grupos mandibulares
cervicales , lo cual mantiene en equilibrio a todo el sistema, por ejemplo una posición
adelantada de la cabeza, implica una variación postural de la mandíbula que produce
un cambio en el esquema oclusal.(56,57)
Rocabado (1979), recalca la importancia de la relación entre el sistema
estomatognático y la columna cervical. (58)
Varios estudios plantean que personas con Trastornos
Temporomandibulares
presentan una posición anterior de la cabeza. (59,60)
Según algunos autores, el paciente se debe observar de forma global, pues los factores
orgánicos, posturales y emocionales pueden tener su origen en el sistema
estomatognático. (56,57)
Varios trabajos han reportado una correlación significativa, o no significativa entre las
maloclusiones y la postura corporal. Se señala que la presencia de maloclusiones
sugiere una masticación disfuncional e influyen en el crecimiento facial y la estabilidad
de las arcadas negativamente por lo que se puede desarrollar la alteración postural.
(58-60)
Ejemplo en pacientes de Clase II división 1 de Angle, donde los incisivos están en
vestibuloversión, ocurre una posición anterior de la cabeza y el tronco y los miembros
inferiores en una posición posterior. (61)
6
En pacientes de Clase III de
Angle, ocurre una rectificación de la columna y
posterización del cuerpo. Las mordidas cruzadas unilaterales, representan una de las
causas principales de disturbios de la postura (escoliosis). Pacientes con escoliosis
tienen más frecuencias de maloclusiones entre las que se encuentran Clase II de
Angle, mordidas cruzadas laterales, desviaciones de la línea media y asimetrías
faciales. Estos estudios de las maloclusiones se han enfocado a un reducido número
de pacientes y con pobre metodología. (59-61)
Los diferentes enfoques para el diagnóstico y tratamiento de los Trastornos
Temporomandibulares, así como la falta de conocimiento por parte de los profesionales
acerca de las patologías asociadas hacen que en muchas ocasiones los pacientes con
estos trastornos no sean diagnosticados y tratados de forma oportuna, teniendo en
muchas ocasiones que visitar a varias especialidades. (62)
Se han dado muchos pasos para garantizar la atención adecuada a estos pacientes
afectados, considerándose necesario encaminarlos hacia las labores preventivas, es
decir no solo curar los Trastornos
Temporomandibulares, sino,
ser capaces de
diagnosticar los posibles factores de riesgo a estos trastornos y guiarlos a la población
infantil. Planteando la necesidad de un examen integral del paciente para poder llegar a
un correcto diagnóstico; en el mismo, tener en cuenta los antecedentes familiares y
personales,
comenzando
desde
el
embarazo,
parto,
lactancia,
alimentación,
antecedentes patológicos, presencia de alguna enfermedad sistémica, para lograr un
enfoque integral del paciente. (63)
Para cumplir estos objetivos es necesario
evaluar en el paciente
los siguientes
aspectos, datos generales, motivo de consulta, evaluación respiratoria, evaluación
general, evaluación bucal, evaluación de la articulación temporomandibular. En la
evaluación postural se tiene en cuenta, la relación de molares mediante la clasificación
de Angle, si ha existido tratamiento de ortodoncia, si existe dolor de cabeza y
problemas de la columna. (63)
7
En la evaluación respiratoria se considera si hay patologías respiratorias como Rinitis,
Sinusitis, Asma, Bronquitis, Desviación del tabique, Alergias, tipo de respiración. En la
evaluación del sueño, se analiza como duerme, si ronca, si hay apnea, si presenta
sueño por el día o si es agitado. En la evaluación general se tiene en cuenta si hay
enfermedades cardiacas, renales, gástricas, diabetes, enfermedades neurológicas
entre otras y si existe tratamiento médico así como el tipo de medicamento que
consume. En la evaluación bucal se observan los dientes ausentes, el uso de prótesis
así como su necesidad y calidad de la misma, bruxismo, desviación de la línea media,
apiñamiento, mordida profunda, mordida cruzada y maloclusión presente. En la
evaluación de la articulación temporomandibular se considera la presencia de
crepitación, traba, zumbido, dolor, chasquido y desviación. (64)
Teniendo en cuenta que en los numerosos estudios realizados en Cuba, se ha
detectado una alta prevalencia de los Trastornos Temporomandibulares es
necesario
ante esta situación, la realización de investigaciones que permitan aclarar la compleja
naturaleza de estos trastornos para lograr mejorar la calidad de vida de la población
afectada, por lo que la realización de este trabajo investigativo se considera de vital
importancia desde el punto de vista práctico para conocer como interactúan las
variables
oclusales
,
morfológicas
y
funcionales
en
los
Trastornos
Temporomandibulares en la población infantil, permitiendo de esta forma que los
profesionales estén más preparados para realizar su labor preventiva razón de ser del
Sistema Nacional de Salud cubano y contribuir así a disminuir la alta prevalencia de
estos trastornos en Cuba.
Debido a su origen multifactorial, los trastornos temporomandibulares son patologías de
etiología muy controvertida.
Frecuentemente acuden al servicio de Ortodoncia pacientes de diferentes edades y
sexo
presentando diferentes sintomatologías de afección de
temporomandibular. Considerando la alta prevalencia
la
articulación
de pacientes afectados por
Trastornos Temporomandibulares dentro de la población infantil atendida en la consulta
8
de Ortodoncia, la autora de la presente investigación se propone realizar un estudio
para determinar sus factores predisponentes, con el fin contribuir a la prevención de
dicha afección. Con este trabajo la autora pretende dar respuesta a la
siguiente
Interrogante científica ¿Qué relación existe entre los factores
predisponentes y los trastornos temporomandibulares en la población
infantil que acude al servicio de Ortodoncia de la clínica estomatológica
“Juan Manuel Márquez”, Municipio Playa?
9
OBJETIVO GENERAL:
 Identificar
la
presencia
de factores
predisponentes a
los Trastornos
Temporomandibulares en los pacientes menores de 19 años atendidos en el servicio de
Ortodoncia de la Clínica Estomatológica “Juan Manuel Márquez” en el período febrero
2012 – febrero 2013.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
1. Caracterizar los pacientes estudiados de acuerdo a edad y sexo.
2. Identificar la prevalencia de trastornos temporomandibulares.
3. Identificar la presencia de los factores predisponentes en los pacientes
estudiados.
4. Determinar la relación entre trastornos temporomandibulares en cuanto a edad y
sexo.
5. Determinar
la
relación
entre
temporomandibulares.
10
factores
predisponentes
y
trastornos
MATERIAL Y MÉTODO:
CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA INVESTIGACIÓN:
Se realizó un estudio descriptivo
de corte transversal para identificar la presencia de
factores de riesgo para la aparición de trastornos temporomandibulares en los pacientes
entre 5 y 19 años que ingresaron al Departamento de Ortodoncia de la Clínica “Juan Manuel
Márquez” del municipio Playa en el período comprendido de febrero 2012- febrero 2013.
 Universo y muestra:
El universo de estudio y la muestra coincidieron y estuvo conformado por los 99
pacientes en las edades previstas que se ingresaron al Departamento de Ortodoncia
en la fecha antes dicha los cuales cumplieron los criterios de inclusión y exclusión para
constituir la muestra.
 Criterios de inclusión:
Todos los pacientes en las edades previstas cuyos padres emitan su consentimiento
para participar en la investigación
 Criterios de exclusión:
Pacientes con discapacidad que dificultó el interrogatorio y el examen.
CONSIDERACIONES ÉTICAS:
Se les explicó a los padres de los pacientes el objetivo del estudio y se recogió su
disposición a participar en el mismo, explicándoles los beneficios que de él se derivan
y las actividades en las que debían participar. Fueron invitados a dejar constancia
escrita de su voluntariedad para participar y reconocer que su deseo o no de participar
no interferirá en nada para los servicios (Anexo 1).
11
A todos los examinados se les brindó una información escrita (Anexo 2) sobre los
propósitos del estudio, con un lenguaje claro y entendible para la mayoría de la
población y en caso de no entenderlo se le explicó oralmente, lo cual es
responsabilidad del examinador.
Por otro lado también se efectuó una reunión con el Personal Directivo, donde se
realizó el estudio, en la que se dio a conocer los objetivos de la investigación y se
solicitó su autorización y cooperación.
OPERACIONALIZACIÓN DE LAS VARIABLES:
Para alcanzar los objetivos planteados se operaciona lizaron las siguientes
variables:
VARIABLE
TIPO
ESCALA DE
CLASIFICACIÓN
DESCRIPCIÓN
INDICADOR
Porcentaje
Grupos de
Edades
Cuantitativa
discreta
 5 a9
 10 a 14
Según años
 15 a 19
cumplidos
Edad media
Desviación
estándar
Sexo
Cualitativa
 Femenino
Según género
nominal
 Masculino
al que
dicotómica
Trastornos de
la ATM
Porcentaje
pertenece
Cualitativa
 Presente
nominal
 Ausente
dicotómica
Según sea
Tasa de
diagnosticado
prevalencia
por la
por 100
ortodoncista
habitantes
Porcentaje
Hábitos
Cualitativa
 Presente
Presencia o no
bucales
nominal
 Ausente
de alguno de
deformantes
dicotómica
los hábitos
12
Riesgo
Resalte
aumentado
Sobrepase
aumentado
Sobrepase
disminuido
Bruxismo
Cualitativa
 Presente
nominal
 Ausente
dicotómica
Cualitativa
 Presente
nominal
 Ausente
dicotómica
descritos
Relativo
Según criterios
Porcentaje
establecidos
para el
Riesgo
diagnóstico
Relativo
Según criterios
Porcentaje
establecidos
para el
Riesgo
diagnóstico
Relativo
Cualitativa
 Presente
-Cubre menos
nominal
 Ausente
de un tercio de
dicotómica
corona.
Según criterios
Cualitativa
 Presente
nominal
 Ausente
dicotómica
Porcentaje
Riesgo
Relativo
Porcentaje
establecidos
para el
Riesgo
diagnóstico
Relativo
Según se
Enfermedades
respiratorias
recoja
Cualitativa
 Presente
nominal
 Ausente
dicotómica
Porcentaje
diagnostico
previamente
Riesgo
realizado por
Relativo
otorrino.
Según se
Enfermedades
ortopédicas
recoja
Cualitativa
 Presente
nominal
 Ausente
dicotómica
diagnostico
previamente
Riesgo
realizado por
Relativo
el ortopédico.
13
Porcentaje
Según criterios
Dientes
Cualitativa
 Presente
perdidos o
nominal
 Ausente
ausentes
dicotómica
Porcentaje
establecidos
para el
Riesgo
diagnóstico.
Relativo
TÉCNICAS Y PROCEDIMIENTOS:
A: Obtención de la información:
Se desarrolló una
revisión
bibliográfica
amplia sobre el tema en cuestión. Las
búsquedas fueron realizadas en las bases de datos del portal INFOMED, HINARY y
BVS entre ellas LILACS y PubMed.
Para la recolección de la información se confeccionó un modelo para la recolección de
los datos (Anexo 3) en el que se recogieron las variables de interés para la autora del
trabajo.
La recolección de datos se realizó mediante un interrogatorio directo al paciente,
exploración rutinaria de la cavidad bucal examen (realizado por visualización directa,
con espejo bucal plano y explorador) y la zona de la articulación temporomandibular
mediante la palpación extra e intraauricular realizado por la autora del trabajo y la
tutora.
El examen de la articulación inició con la palpación de los músculos masticadores y
área de la ATM. Se exploró al paciente con boca cerrada, en reposo y en diversas
posiciones de apertura y cierre bucal, y se investigó si había presencia o ausencia de
dolor.
Posteriormente, se buscaron ruidos articulares a través de la auscultación con un
estetoscopio, el cual se colocó a nivel de los cóndilos de la mandíbula; se instruyó al
paciente para que mostrara diversas posiciones de apertura y cierre, en este mismo
14
momento y con ayuda de un hilo dental sobre la línea media facial se intentó encontrar
las posibles desviaciones de la mandíbula en la apertura y el cierre bucal.
Por último, se tomó la máxima apertura bucal del paciente pidiéndole que abriera la
boca lentamente lo más que pudiera; se midió con un calibrador. La medición se llevó a
cabo tomando en cuenta los bordes incisales superiores a los bordes incisales
inferiores. La medida que se obtuvo se comparó con los rangos normales de acuerdo a
la edad, así se determinó si el paciente presentaba un signo de limitación de apertura
bucal.
La variable relacionada con la presencia de trastornos de la ATM
en niños, fue
construida en base a las siguientes variables:
 dolor articular,
 ruidos articulares,
 discrepancia entre oclusión y relación céntrica,
 limitación de la apertura bucal
Con respecto al resto de los factores de riesgo se procedió como sigue:
 Hábitos bucales deformantes: Se seleccionaron los más frecuentes en pacientes con
maloclusiones, se diagnosticaron a través del interrogatorio y el examen clínico con
el empleo de maniobras específicas en el caso del empuje lingual y la respiración
bucal por hábito. Se encontraron dentro de estos:
a) Succión digital: chupeteo del pulgar u otros dedos.
b) Queilofagia o succión labial: succión del labio, generalmente el inferior que
acompaña comúnmente a las maloclusiones de un gran resalte incisivo.
c) Empuje lingual: interposición de la lengua entre las arcadas dentarias al deglutir.
d) Respiración bucal: respiración a través de la boca manteniéndola siempre
abierta, aún en situaciones relajadas y de descanso.
e) Onicofagia: acción de morder las uñas.
15
f) Succión de tete o biberón: Aquí también se tuvo en cuenta la succión del pulgar
y de otros dedos, del labio, del frenillo, de la lengua.
g) Respiración bucal: Cuando se comprueba que es por hábito, descartando así los
trastornos funcionales que pudieran ocasionarlo.
h) Mordedura del labio y del carrillo.
i) Protrusión lingual al tragar y al hablar.
j) Morder objetos extraños.
 Resalte aumentado: cuando la distancia entre la cara vestibular de los incisivos
inferiores y la cara palatina de los incisivos inferiores era mayor de 3 mm.
También se analizó de forma sagital: resalte aumentado (considerado más de
3mm) y mordida cruzada anterior
 Sobrepase aumentado: cuando en sentido vertical los incisivos superiores cubren
más de un tercio de corona de sus antagonistas inferiores.
 Sobrepase disminuido: cuando en sentido vertical los incisivos superiores cubren
menos de un tercio de corona de los inferiores.
 Presencia de Bruxismo: apretar rechinar los dientes sin propósitos funcionales, ya
sea diurno o nocturno
 Enfermedades
Respiratorias:
Pacientes
con
diagnóstico
realizado
por
un
Otorrinolaringólogo de adenoiditis, de hipertrofia de amígdalas, desviación del
tabique nasal, alergias, asma bronquial y pólipo nasal.
 Enfermedades Ortopédicas: Pacientes con diagnóstico realizado por un Ortopédico
cifosis, escoliosis, pie plano.
 Dientes perdidos o ausencia dentaria: Cuando se pudo comprobar la pérdida de los
dientes u oligodoncia de alguno de ellos.
B: Procesamiento y análisis:
Una vez recogida la información se procedió a la creación de una base de datos con el
programa Excel. El análisis estadístico se realizó el software SPSS versión 16.0. Se
procedió a realizar un análisis exploratorio de los datos. En este análisis se mostró
16
mediante tablas de frecuencias. Se usaron porcentajes para resumir todas las
variables, además para la edad se empleó la media y la desviación estándar.
Para identificar la asociación entre la presencia de los trastornos temporomandibulares
con la edad y el sexo se empleó el Chi cuadrado de Pearson con un 95% de
confiabilidad.
Para identificar los factores de riesgo se empleó el Riesgo Relativo, igualmente con sus
respectivos intervalos para el 95%. Procediendo de la siguiente forma:
 Si al construir intervalo de confianza el intervalo no incluye el valor 1: riesgo es
estadísticamente significativo.
 Si el riesgo relativo fuese menor de 1 y su intervalo de confianza también,
estaríamos ante la presencia de un factor de protección.
C: Técnicas de discusión y síntesis:
Se expusieron los resultados y se procedió a compararlos con la literatura existente,
estudios descriptivos o de otro tipo publicados. Se discutieron los hallazgos en base a
los objetivos planteados. Finalmente se verificaron las coincidencias y las
contradicciones entre el presente estudio y otros revisados y se arribaron a
conclusiones.
17
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Tabla 1. Pacientes examinados según grupos de edades y sexo.
SEXO
TOTAL
GRUPOS
DE
FEMENINO
MASCULINO
EDADES
5 a 11
AÑOS
12 a 14
AÑOS
15 a 19
AÑOS
TOTAL
No
%
No
%
No
%
18
18.2
28
28.3
46
46.6
14
14.1
14
14.1
28
28.3
13
13.1
12
12.1
25
25.3
45
45.5
54
54.5
99
100.0
Edad media: 11.3 años
Desviación Estándar: 3.7 años
En la tabla 1 se recoge la distribución de los pacientes examinados de acurdo a la edad
y el grupo etario al que pertenece. La edad media de los pacientes examinados fue de
11.3 años, con una variabilidad de unos 3.7 años. En la investigación predominaron los
individuos del sexo masculino con 54 pacientes que representaron el 54.5%. Con
respecto a los grupos de edades los pacientes de 5 a 9 años resultaron el grupo más
numeroso, pues de los 99 examinados, 46 pertenecían a este grupo, lo que representó
el 46.6% del total.
18
Tabla 2. Prevalencia de trastornos de la ATM en los pacientes examinados.
TRASTORNOS
DE LA ATM
INTERVALO
EXAMINADOS
PRESENTE
AFECTADOS
PREVALENCIA *
DE
CONFIANZA**
99
16
16.2
9.5; 22.8
*Prevalencia calculada por cada 100 habitantes.
**Intervalo de confianza para el 95%.
Fueron examinados 99 pacientes, pudiéndose detectar la presencia de los trastornos
de la ATM en 16 pacientes, lo que representó en la muestra estudiada una prevalencia
de 16.2 pacientes por cada 100. En la población la prevalencia pudiera estar entre 9.5 y
22.8% (intervalo de confianza). Estos aspectos se abordan en la tabla 2.
Durante muchos años se
temporomandibular
consideró
que
los
trastornos de
la
articulación
era una situación ajena al niño, sin embargo, los odontólogos
pediatras fueron encontrando síntomas y signos de disfunción constantemente. Por
otro lado, es necesario reconocer que poco se sabe sobre los trastornos
temporomandibulares, tal vez por estas circunstancias la investigación acerca de este
tema en niños ha sido muy limitada. Muchas veces se ignora cuál es su prevalencia y
en qué grados se presenta el trastorno en nuestros pequeños pacientes y, por lo tanto,
tampoco podemos aportar soluciones concretas a los casos a los que nos enfrentamos.
Al revisar la literatura se encontró una gran variabilidad en los estudios epidemiológicos
que abarcan este tema, quizás por eso resultan también tan variables las cifras de
prevalencia encontradas en ellos. Para limitar un poco esta dispersión, al realizar la
presente discusión, se emplearon los estudios encontrados más parecidos al actual
abordaje de la problemática.
19
De forma general diferimos con los resultados encontrados, los cuales son superiores a
los del presente estudio, pudiendo estar esto asociado a la necesidad de muestras
mayores. Así Aguirre, citado por Campos (1), reportó que el 35 % de los niños entre 6
y 16 años tenía algún trastorno de la ATM, representado en su mayoría por chasquido
y sensibilidad muscular antes del tratamiento ortodóncico.
Así Serrano y colaboradores (65) realizaron un estudio con el objetivo de identificar
signos y síntomas de disfunción temporomandibular en niños. Para dicho estudio se
seleccionaron al azar 50 casos de tres a seis años de edad de entre los niños que
asistían a una clínica de la especialidad de odontología pediátrica. De los 50 niños
revisados 15 (30%) de ellos sí mostraron uno o más signos y/o síntomas.
Verdugo (66) estudió 114 pacientes que asistieron a recibir tratamiento de Ortodoncia a
los cuales se les aplicó el test de Krogh Paulsen para determinar la existencia de
alteraciones de la ATM categorizadas como Disfunción, Riesgo o Perturbación. La
mayor prevalencia correspondió a la disfunción que alcanzó el 72.3%.
También los investigadores cubanos han abordado la temática. En Matanzas, Cuba, los
resultados han sido muy variables. Martínez
(21) en una investigación que reveló
diferentes grupos de edades encontró en los niños una prevalencia de los trastornos de
la ATM de un 32.6%.
Castillo (23) en un estudio realizado en Villa Clara reportó en el 2008, una prevalencia
en que osciló entre 37,9% y 88,4%(24).
Por su parte Rodríguez (24) en una investigación descriptiva en pacientes de 11 a 19
años, atendidos en Consulta de Ortodoncia, estudió adolescentes con dentición
permanente y sin ausencias dentarias que presentaron maloclusiones clasificables por
Angle. A los mismos se les aplicó, el índice de disfunción clínica de Krogh Paulsen y
encontró una elevada prevalencia con 69 pacientes para un 32,6%
20
Tabla 3. Distribución de los factores de riesgo en los pacientes examinados.
PRESENTE
FACTORES
N=99
No
%**
Hábitos bucales deformantes
80
80.8
Resalte aumentado
75
75.8
Sobrepase aumentado
54
54.5
Sobrepase disminuido
34
34.3
Bruxismo
11
11.1
Enfermedades respiratorias
59
59.6
Enfermedades ortopédicas
11
11.1
Dientes perdidos o ausentes
31
31.3
TOTAL
99
100.0
**Porcentajes calculados con respecto al total de pacientes examinados.
Los factores de riesgo encontrados en la población estudiada se abordan en la tabla 3.
En cada paciente se cuantificaron cuantos factores existieran, quedando que el más
frecuente resultó ser la presencia de hábitos deformantes que se registró en 80
ocasiones para un 80.8%, seguido del resalte aumentado que apareció en el 75.8% de
las veces, o sea en 75 casos. Las enfermedades ortopédicas y el bruxismo fueron los
más irregulares pues solo se registraron en 11 ocasiones, lo que representó el 11.1%.
El estomatólogo debe conocer los factores de riesgo, para poder trabajar sobre ellos y
controlar la enfermedad, saber el problema de salud que enfrenta su comunidad,
aspecto de vital importancia para el rol que le corresponde al especialista de la
atención primaria, como máximo responsable de la salud de su comunidad.
21
Se sabe que la etiología de los trastornos de la ATM es un tema complejo y en él hay
muchas divergencias con respecto a los factores predisponentes. De igual manera,
cada investigador da relevancia a ciertos signos y síntomas según el lugar del estudio,
a las características de la población enfocada, y a los recursos disponibles. Por este
motivo se decidió incluir solo las variables ya mencionadas en el presente estudio.
Al revisar la literatura coincidimos con los resultados de Vanderas (67) quien revela
también que los hábitos bucales deformantes aparecen en más del 75% de los casos
y los mismos actúan como desencadenantes de dolor o limitación de apertura bucal,
además son motivo frecuente de consultas pediátricas y se vinculan con trastornos de
músculos masticadores. Este autor considera, sin embargo, que los hábitos pueden ser
suficientes, pero no necesarios para desencadenar síntomas.
Por su parte Rodríguez (68), con respecto a la presencia de hábitos, encontró que solo
el 24% de la población no presentó ningún tipo de hábito, y en su estudio también
predominaron los hábitos bucales deformantes, pero en su caso realizó el desglose de
los mismos, exponiendo que el 7.9% de los pacientes presentó succión digital, un
28.1% proyección lingual y el 21.2% onicofagia. También coincidimos con este autor
acerca de lo infrecuente que resulta el bruxismo en las edades pediátricas pues
también finalmente encontró que solo el 2% presentó bruxismo.
Los trastornos temporomandibulares
coincidieron también con lo encontrado en la
literatura sobre investigaciones de tipo longitudinal con respecto al resalte aumentado,
propias de personas con dentición permanente donde se aumentan el riesgo de ruidos
articulares. Soto (69), encontró correlación entre el resalte aumentado en dentición
mixta y permanente con la presencia de ruidos articulares en 14 casos.
A diferencia de esta investigación, Castillo (5) encontró, correlación positiva entre los
trastornos temporomandibulares y el bruxismo de manera predominante, pero en
pacientes de 15-50 años de edad.
22
Tabla 4. Distribución de los trastornos de la ATM según sexo.
FEMENINO
MASCULINO
TOTAL
NO
%*
NO
%*
NO
%**
Presentes
6
6.1
10
10.1
16
16.2
Ausentes
39
39.4
44
44.4
83
83.8
Total
45
45.5
54
54.5
99
100.0
TRASTORNOS
TEMPOROMANDIBULARES
X2= 0.48 p=0.58
En la tabla 4 se recoge la presencia de los trastornos temporomandibulares según el
sexo. Se puede observar que los mismos resultan más frecuentes en el sexo masculino
pues de los 16 pacientes que aparecen con esta afección 10 corresponden a este
grupo, lo que representó el 10.1%. Sin embargo, la realizar el test estadístico Chi
Cuadrado de Pearson, se pudo comprobar que no existe asociación estadísticamente
significativa entre el sexo y la presencia de los trastornos de la ATM.
Resulta difícil demostrar de forma concluyente la labor que realiza el sexo en la
aparición de los trastornos de la ATM; aspecto este que dificulta la discusión de este
acápite. En este trabajo se trata de investigar un poco de este tema en una población y
analizar la asociación existente entre estos trastornos y algunos factores de riesgo.
La literatura revisada recoge que el sexo constituye un factor de riesgo más en la
aparición de los trastornos temporomandibulares, sin explicar claramente la razón por
la que esto sucede. (70)
23
Sin embargo solo encontramos coincidencias con
Serrano (65) quien
en su
investigación, en el acápite de la incidencia de signos y síntomas de trastornos
temporomandibulares en cuanto al género, plantea que fue mayor en los niños que en
las niñas en una muestra de 50 niños.
En cuanto al comportamiento por género, los presentes resultados no marcaron
diferencias estadísticamente significativas entre sí. Este aspecto ha sido motivo de
grandes controversias en los últimos años, porque algunos investigadores como
Warren (71) han dado a la mujer una relación de predominio en estas alteraciones
craneomandibulares. También
registró que estos desórdenes eran 1.5–2 más
frecuentes en mujeres que en hombres y que el 80 % de pacientes tratadas eran
mujeres. Al respecto, también se ha determinado una prevalencia de trastornos de 91.2
% en mujeres climatéricas.
También diferimos con Aguilar (71) que encontró que los trastornos de la ATM afectan
con mayor frecuencia al sexo femenino, en una relación de 4:1 y de 2:1, según el
mismo cita a otros autores. Este dato es muy interesante, porque los estudios precisan
que las mujeres de edades comprendidas entre los 25 y los 35 años presentan
disfunción craneomandibular con más asiduidad. En su caso plantea que al parecer, la
condición estrogénica de las mujeres hace que este grupo de población sea uno de los
más afectados, aunque deben darse otros factores de oclusión y parafunción
mandibular.
24
Tabla 5. Distribución de los trastornos de la ATM según grupos de edades.
TRASTORNOS
5 A 11
12 A 14
15 A 19
AÑOS
AÑOS
AÑOS
TOTAL
TEMPOROMANDIBULARES
No
%*
No
%*
No
%**
No
%**
Presentes
1
1.0
6
6.1
9
9.1
16
16.2
Ausentes
45
45.5
22
22.2
16.2
83
83
83.8
Total
46
46.5
28
28.3
25
25.3
99
100.0
X2= 14.4 p=0.01
Los trastornos temporomandibulares mostraron un incremento en proporción a la edad
de los pacientes (tabla 5), siendo la menor frecuencia en el grupo de 5 a 9 años con
solo un caso para el 1.0% y llegando a ser la mayor cifra en el grupo entre 15 y 19
años de edad donde se presentan 9 de los 16 pacientes, lo que representó el 9.1% del
total.
Al realizar el test estadístico se pudo comprobar que si existe asociación
estadísticamente significativa entre la edad y la presencia de los trastornos
temporomandibulares (p=0.01)
Es conocido que la prevalencia de los trastornos temporomandibulares en el niño es
mayor de lo que se creía hace algunos años. La gran adaptabilidad biológica, la
resistencia tisular y la psicología especial propias de la edad infantil y juvenil hacen que
las alteraciones anatómicas o funcionales de la ATM, potencialmente patológicas en la
edad adulta, se desarrollen con frecuencia asintomática en el niño.
25
Nuestro estudio también reflejó un no muy amplio intervalo de cifras entre los diferentes
grupos de edades ya que los afectados tampoco son muchos, sin embargo Martínez
(21) realizó una investigación en un rango de edades mayor que el de la presente
investigación y también encontró un incremento con respecto a la edad al conseguir
valores que fueron que desde un 20.67 % en el grupo de 7 a 11 años hasta un 75.61
% en el de 25 y más años.
Coincidimos también con Soto y colaboradores (69) quienes realizaron un estudio en
centro educativo de Cali, del total de los 170 niños de la investigación, se encontró que
la cifra más alta, 81.8%, pertenecía al grupo de dentición mixta, con edades entre 6 y
14 años.
Reportes referentes a niños y adolescentes con trastornos, han planteado prevalencias
superiores a las nuestras en los distintos grupos de edades (73,74), mientras que
coincidimos con lo informado por Sonenssen L y col. (75) en estas edades; así como
con Veliz Concepción OL y col. (76) en el grupo de 18-25 años.
26
Tabla 6. Presencia de trastornos temporomandibulares según los factores de riesgo
encontrados.
TRASTORNOS
TEMPOROMANDIBULARES *
RIESGO
IC PARA EL
N= 16
RELATIVO
95%
FACTORES DE
RIESGO
PRESENTE
Hábitos bucales
deformantes
Resalte aumentado
Sobrepase
aumentado
Sobrepase
disminuido
Bruxismo
Enfermedades
respiratorias
Enfermedades
ortopédicas
Dientes perdidos o
ausentes
AUSENTE
NO
%*
NO
%*
13
81.3
3
18.8
1.9
1.23; 5.20**
12
75.0
4
25.0
1.9
1.24; 3.95 **
9
56.5
7
43.8
1.3
1.32; 3.54**
6
37.5
10
62.5
1.2
0.34; 4.02
10
62.5
6
37.5
9.4
2.03; 45.14**
10
62.5
6
37.5
1.5
1.34; 4.00 **
2
12.5
14
87.5
1.7
0.16; 6.90
6
37.5
10
62.5
1.4
0.40; 4.79
*Porcentaje calculado horizontalmente con respecto al total de casos con trastornos
temporomandibulares (N=16).
** Significativos.
27
En la tabla 6 se resumen los factores de riesgo encontrados en correspondencia con la
presencia de los trastornos temporomandibulares en los niños estudiados. Desde el
punto de vista porcentual se observa que en los pacientes con trastornos
temporomandibulares predominan los hábitos bucales deformantes con el 81.3%
seguido del resalte aumentado con el 75%, luego las enfermedades respiratorias que
junto con el bruxismo aparecen en el 62.5% y finalmente el sobrepase aumentado en el
56.5%. El resto de los factores aparecen predominando en los pacientes que no
presentaban ningún trastorno temporomandibular. Sin embargo al realizar el cálculo del
test estadístico se pudo observar que no todos resultan significativos, solo lo alcanzan
los hábitos bucales deformantes, el resalte y sobrepase aumentado, junto a las
enfermedades respiratorias y el bruxismo.
Las alteraciones de la ATM son atendidas por pocos profesionales de la Estomatología
debido a su naturaleza multicausal y por la cantidad de síntomas y signos que
presentan, lo qua hace tan difícil su diagnostico y tratamiento. El conocimiento de ellos
factores de riesgo es un logro contemporáneo pues permite controlar aquellos
elementos o procesos que inciden negativamente y obstaculizan la ulterior calidad de la
salud. Estos factores no actúan de forma independiente, aislada, sino en conjunto,
interrelacionados, fortaleciendo su nocivo efecto para la salud. Al revisar la literatura se
encontró que varios autores abordan estos que son tratados en la presente
investigación.
Con respecto a los hábitos bucales deformantes se recoge que los mismos favorecen
el crecimiento vertical posterior y por ende la rotación horaria de la mandíbula, que
provocan problemas de la articulación temporomandibular, haciéndolas vulnerables a
padecer algún signo o síntoma de trastorno temporomandibular (78,79). Morell (77) en
un estudio
en adolescentes
encontró
también el predominó de los mismos,
distinguiendo dentro de ellos el empuje lingual, la succión del pulgar y otros dedos, la
succión del tete o biberón, la onicofagia y en último lugar la queilofagia.
Por su parte Miranda (80) encontró también que los hábitos bucales deformantes
resultó la mayor causa de trastornos de la ATM. En este caso el hábito oral que se
28
presentó con más frecuencia en la población de niños de 5 a 13 años fue la succión
labial. El hábito de onicofagia fue el segundo más frecuente.
Con respecto al resalte aumentado Jimena AY (81) planteó en su estudio que de los
pacientes que presentaron anomalías, las más frecuentemente encontradas fueron el
resalte anterior aumentado en 61.5%, porcentaje que aunque elevado, no llega a
aproximarse al presente.
Hernández (82) por su parte encuentra una alta incidencia de pacientes con el factor de
riesgo resalte anterior aumentado, los que coincide también con esta investigación.
Con respecto al sobrepase aumentado Morell (77) en su estudio
en adolescentes
encontró que, el mismo ocupaba también el tercer lugar en orden causal para las
disfunciones provocadas por maloclusiones. Esta misma posición la alcanzó en el
estudio de la Dra. Rodríguez Cariacedo (24) en adolescentes cubanos. Por ello, otros
autores
como
Suárez
(83)
refieren
en
sus
estudios,
que
los
trastornos
temporomandibulares se asocian con resaltes aumentados y mordidas cruzadas,
también incluyen el apiñamiento dentario, la sobremordida profunda y la desviación de
las líneas medias como alteraciones de la oclusión y según Bravo (84), la frecuente
asociación de la Clase II con la sobremordida profunda lleva a problemas de la
articulación temporomandibular relacionados con una situación condilar excesivamente
retruída en la cavidad glenoidea al ocluir en posición de máxima intercuspidación.
Otro factor que resultó significativo desde el punto de vista clínico en la investigación,
fue la presencia de enfermedades respiratorias. En Cienfuegos Mora y colaboradores
(85) plantean que la respiración bucal puede manifestarse en cualquier edad y sus
repercusiones son más evidentes en el niño durante su desarrollo estando en
dependencia de su continuidad. Refieren también que los efectos a largo plazo de la
respiración bucal en el macizo nasomaxilar son más complejos y de mayor alcance.
Desde que se abre la boca, ésta desciende y pierde contacto con el maxilar, lo que
influye en el crecimiento de éste; la tensión de los músculos varía lo que produce una
serie de alteraciones de la función muscular que incide en la postura de la mandíbula
29
con la consiguiente disfunción de la ATM y de la cadena postural del individuo. La
respiración bucal en el presente estudio no fue vista como hábito deformante no fue
vista en el estudio, sino causada por alguna anomalías estructural o funcional como las
adenoiditis, las amígdalas hipertróficas, la desviación del tabique nasal, entre otros.
A este respecto Urrieta (86) encontró también una elevada prevalencia de respiradores
bucales (no por hábitos deformantes como en el presente estudio) detectándose
mayormente en los potenciales clase I (plano terminal recto), siguiéndoles los
potenciales clase II (escalón distal) y los potenciales clase III (escalón mesial).
Con respecto al bruxismo, que no se pudo evidenciar en el estudio como factor de
riesgo, creemos necesario comentar debido a la frecuencia que representó desde el
punto de vista clínico. Así Israel (87) describe el bruxismo como un microtrauma que
puede deberse a la carga articular que producen los cuadros de hiperactividad
muscular especialmente si el bruxismo es intermitente y los tejidos no tienen la
capacidad de adaptarse.
Para Rodríguez (88) solo el 2% de sus pacientes en pretratamiento de ortodoncia
presentó bruxismo y en su modelo de regresión logística, las variables que resultaron
estadísticamente más significativas fueron el hábito de succión digital y la mordida
cruzada posterior.
30
CONCLUSIONES:
 Predominaron los pacientes sin disfunción de la ATM.
 Los hábitos deformantes resultaron los factores más frecuentes en la población.
 Se
encontró
asociación
significativa
entre
la
presencia
de
trastornos
temporomandibulares con la edad y no con el sexo.
 Los factores hábitos bucales deformantes, el resalte y el sobrepase aumentado,
así como el bruxismo y las enfermedades respiratorias constituyeron los factores
predisponentes de mayor prevalencia en la investigación.
31
RECOMENDACIONES:
 Se recomienda efectuar estudios que consideren a los diversos factores
etiológicos para posteriormente evaluar los grupos de riesgo, con la finalidad de
desarrollar una base de conocimientos sobre causas, epidemiología y
diagnostico de TTM.
 Identificar de manera temprana signos y síntomas que puedan indicarnos algún
trastornos
en
la
articulación
temporomandibular,
previo
al
tratamiento
ortodóncico, ortopédico y/o ortodóncico quirúrgico, implementándose así alguna
terapia temprana y de esta manera proporcionarle al paciente mejores
resultados funcionales, o incluso prevenir el deterioro físico y funcional de la
articulación temporomandibular.
32
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