General EEUU - 5Continents

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INTRODUCCION AL PAIS, ESTADOS UNIDOS:
Estados Unidos cree firmemente que ha protagonizado una de las historias de mayor éxito del
mundo moderno: una nación constituida por una mezcla dispar de pueblos que tenían poco en
común, aparte del deseo de encontrar sus propios caminos hacia la riqueza, y que abrazaron los
nobles ideales enunciados en la Constitución y en la Declaración de Independencia, para forjar
la nación más poderosa de la Tierra.
A pesar de las polémicas relativas a la destrucción de las culturas indígenas, al racismo, al
imperialismo y a las dudosas operaciones de la CIA (que son tan sólo algunos aspectos
negativos de una larga lista de las injusticias que se le achacan), Estados Unidos dio al mundo el
derecho a perseguir la felicidad, la libertad de opinión, la electricidad, los aviones, los
frigoríficos, la lanzadera espacial, los ordenadores, el blues, el jazz, el rock and roll y las
películas que culminan con el baile de graduación de la escuela superior.
En un viaje corto puede resultar difícil desmantelar las ideas preconcebidas, puesto que el culto
a la propia mitología y la autopromoción son rasgos típicos de sus habitantes. El país se ha
filmado, fotografiado, pintado y escrito tantas veces que el viajero necesita ir penetrando una a
una las capas de la representación para evitar que le parezca un plató cinematográfico.
La nación puede parecer extraña cuando empiezan a aparecer ante los ojos del visitante
novedades tales como las tiendas abiertas las 24 horas del día, tazas enormes de café, telepredicadores, gasolina barata y periódicos arrojados desde una bici al césped del jardín. Pero
fiarse de esta primera impresión no tiene mucho sentido, y bastará con mirar durante media hora
el programa de Oprah Winfrey para percatarse de que los rituales y tendencias de la vida
estadounidense son mucho más complejos, seductores y desconcertantes que los de la más
extraña de las culturas.
Para visitar Estados Unidos es preferible adoptar una actitud abierta y olvidarse de los
estereotipos. De esta manera, el visitante descubrirá, libre de prejuicios, estimulantes
metrópolis, numerosos paisajes realmente hermosos, un fuerte sentimiento regionalista, una
mitología penetrante, más historia de la que sus habitantes suelen reconocer y, tal vez, los
nativos más accesibles del planeta.
INFORMACION PRACTICA:
Nombre oficial: Estados Unidos de América
Superficie: 9.630.000 km²
Población: 290.000.000 hab.
Capital: Washington DC (570.000 hab.)
Nacionalidades y etnias: 71% caucásicos, 12% latinos, 12% afroamericanos, 4% asiáticos,
0,9% nativos americanos
Idioma: inglés (oficial), otros idiomas, sobre todo español
Religión: 56% protestantes, 28% católicos, 2% judíos, 1% musulmanes
Régimen político: república federal de 50 estados
Jefe de Estado: George W. Bush
PIB: 10,45 billones de dólares
PIB per cápita: 36.300 dólares
Crecimiento anual: 4,1%
Inflación: 2,2%
Principales recursos económicos:: petróleo, electrónica, informática, automóviles, industria
aeroespacial, agricultura
Principales socios comerciales: Canadá, Japón, Unión Europea
Visados: La mayor parte de los turistas requieren visado. En cualquier caso, los canadienses
sólo precisan una prueba de ciudadanía, mientras que un programa recíproco, que permite
prescindir de visado, faculta a los ciudadanos de Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca,
Eslovenia, España, Finlandia, Francia, Italia, Países Bajos, Reino Unido, Suecia, Suiza, Japón,
Australia y Nueva Zelanda a residir hasta 90 días sin visado si poseen un billete de regreso y
demuestran que disponen de una economía desahogada. Esto puede ser verificado por los
agentes del Servicio de Inmigración.El govierno constantemente cambia los requerimientos para
entrar en el país, por lo que conviene informarse con tiempo de antelación.
Condiciones sanitarias: Excelentes, aunque la sanidad no es gratuita, por lo que es preferible
adquirir un seguro médico temporal privado, ya que los tratamientos médicos son muy costosos.
Hora local: GMT-5 zona del Este, GMT-6 zona del centro, GMT-7 zona montañosa, GMT-8
zona del Pacífico, GMT-10 zona de Hawai y las Aleutianas
Electricidad: 110 V
Pesos y medidas: sistema británico
Turismo: 45 millones al año.
CUANDO IR:
Los viajeros acuden principalmente a Estados Unidos en verano; coincide con la época
vacacional de los estadounidenses. Para evitar las multitudes (en especial en los parques
nacionales) es recomendable viajar en otoño o a principios de primavera. Otoño es la estación
ideal para visitar Nueva Inglaterra y los Grandes Lagos, porque coincide con un gran despliegue
de colores en los bosques. El área situada al este de las Rocosas es cálida y húmeda durante el
verano, sobre todo en el Sur. Los desiertos que se extienden entre las Rocosas y Sierra Nevada
(que delimitan el extremo oriental de California) son extremadamente cálidos y secos durante el
verano, en particular en el Suroeste. La costa meridional de California es agradable durante todo
el año, pero si se pretende acudir con asiduidad a la playa es preferible visitarla entre junio y
septiembre.
FIESTAS Y CELEBRACIONES:
A los estadounidenses les encantan los desfiles y la grandiosidad, por lo que las fiestas y
celebraciones no escasean. La mitad del país se paraliza durante la Superbowl, la final
itinerante del fútbol americano, que se juega en enero. El Mardi Gras (carnaval) de Nueva
Orleans, en febrero-marzo, es una fiesta bullanguera interesante para el turista. El Día de San
Patricio, a mediados de marzo, se celebra con desfiles y pintas de cerveza irlandesa, y tiene
especial relevancia en Nueva York y Chicago. El Derby de Kentucky se celebra en mayo en
Louisville.
El Día de la Independencia (4 de julio) se conmemora con una buena dosis de banderas
ondeantes, patriotismo, fuegos artificiales y bebidas alcohólicas. Los viajeros empedernidos
pueden acudir a la Convención Nacional de Polizones de Tren en Britt, Iowa, en agosto.
Halloween (31 de octubre) es una fiesta ideal para los más jóvenes, que van engatusando a todo
el vecindario vestidos con terroríficos disfraces. En Greenwich Village, West Hollywood y San
Francisco, se celebran subversivas paradas de gays. Los estadounidenses van a visitar a la
familia para celebrar con un banquete el Día de Acción de Gracias, el último jueves de
noviembre.
DINERO Y PRECIOS:
Moneda
Dólar estadounidense
Comida
· Presupuesto bajo: de 3 a 10 dólares
· Presupuesto medio: de 10 a 15 dólares
· Presupuesto alto: a partir de 15 dólares
Alojamiento
· Presupuesto bajo: de 12 a 60 dólares
· Presupuesto medio: de 60 a 100 dólares
· Presupuesto alto: a partir de 100 dólares
Acampando o alojándose en albergues, tomando autobuses y comprando la comida en
supermercados es posible explorar el país por unos 50 dólares diarios. Durmiendo en moteles y
comiendo en cafeterías modestas se superará la barrera de los 100 dólares, mientras que si se
alquila un coche, el presupuesto diario se dispara a 150 dólares. Si lo que se desea es visitar
Estados Unidos a lo grande, no hay problemas, pues éste es el mundo del crédito y el
consumismo, para el cual no hay cifras límite.
Si se opta por llevar los cheques de viaje, se evitarán molestias y gastos si éstos son en dólares.
Los restaurantes, hoteles y muchos comercios aceptan cheques de viaje en dólares como si
fueran dinero en metálico. Las tarjetas de crédito más frecuentes se aceptan en casi todas partes;
es más, sin uno de estos cómodos chismes de plástico será difícil realizar ciertas transacciones
(como alquilar un coche o reservar billetes por teléfono). Dependiendo del grado de
sofisticación del banco del visitante, le será posible acceder a su cuenta bancaria utilizando los
cajeros automáticos estadounidenses.
En los restaurantes y en hoteles de cierta categoría se suele dejar propina, un 15%. En los fastfood y en los self-services no es necesario. Los taxistas, camareros y peluqueros confían en
gratificaciones de este tipo. Los impuestos sobre las ventas varían de un estado a otro, pero
suelen ser del 5 al 8%, aunque algunos estados no aplican gravámenes de este tipo. Para los
alojamientos más selectos a veces se debe contar con una tasa por cama, que puede ser de hasta
el 15%. Es aconsejable verificar si los precios anunciados para el alojamiento incluyen todos los
impuestos pertinentes.
QUE VER:
Nueva York
Conocida como la Capital del Mundo, Nueva York es una masa humana densamente
comprimida (7.000.000 de personas en 800 km²), y hablando únicamente de Manhattan, sólo
una zona de la metrópoli. Esta forma de vivir convierte al neoyorquino en un tipo especial de
persona y el hiperactivo ajetreo de la ciudad es lo que, en realidad, parece atraer a los turistas.
En una urbe que forma parte del subconsciente colectivo es bastante difícil concretar unos pocos
centros de interés. Por su valor iconográfico es preciso no perderse la Estatua de la Libertad,
el Empire State Building, Central Park o Times Square. El Metropolitan Museum of Art
es uno de los museos más relevantes del mundo, y el Museo de Arte Moderno le va a la zaga.
Librerías, restaurantes, teatros, compras, gente... en realidad no importa qué se hace o dónde se
va en Nueva York, porque la propia ciudad constituye una experiencia regocijante y
sorprendente.
El bullicio habitual de Nueva York quedó bruscamente truncado el 11 de septiembre de 2001,
cuando el ataque terrorista perpetrado con dos aviones secuestrados arrasó las torres gemelas del
World Trade Center. Miles de personas murieron en el peor ataque terrorista de la historia de
Estados Unidos. La ciudad sigue en estado de shock. Mientras tanto, esta espectacular ciudad
tiene mucho trabajo por delante para tratar de reconstruir su barrio de negocios y su confianza.
San Francisco
Incluso a la gente a quien no le atrae excesivamente Estados Unidos le encanta San Francisco.
En comparación con el aspecto metálico de Nueva York y el ambiente casi de plástico de Los
Ángeles, San Francisco parece dedicar al visitante una especie de delicada caída de párpados,
una atmósfera de amable elegancia que convive con las innovaciones más extravagantes. Es un
lugar que engendra alternativas: es el hogar de la generación beat, del Flower Power, de las
protestas estudiantiles y del orgullo gay. Se trata de una de las ciudades más atractivas del país,
y sus calles empinadas ofrecen varias vistas muy hermosas de la bahía de San Francisco y sus
famosos puentes. Una ciudad que es un mosaico constituido por los coloristas azulejos del
barrio latino de Mission, el ambiente gay de Castro, el bullicio de Chinatown, SoMa y sus
clubs, el hippy Haight-Ashbury y el italiano North Beach. Fisherman's Wharf es el epicentro
del turismo kitsch (resulta fácil comprobarlo en el museo "Believe It or Not" de Ripley), así
como la puerta de entrada a Alcatraz, mientras que Union Square es el barrio en el que se
concentran las tiendas más elegantes.
Los Ángeles
Los Ángeles es una metrópoli de dimensiones monstruosas, una maraña de autopistas y
suburbios caóticos en la que quien no posee automóvil se le considera fuera de lugar. Aquí se
manufactura el sueño americano, por lo que el viajero que no acuda preparado para abrazarlo
encontrará que Los Ángeles es sucia, irritante o temible. Pero si lo que se quiere es pisar las
huellas de las estrellas y respirar su aire consagrado, éste es el sitio idóneo. Allí la gastronomía
está en manos de las cadenas de restaurantes, y algunas personas insignificantes erigen
santuarios dedicados a sí mismas. Es una fiesta de hitos asociados a la fama: circular por Sunset
Strip, pasear por Rodeo Drive o por Hollywood Boulevard, ver y ser visto en Melrose y
Venice Beach, observar las muchachas de Malibú o curiosear por las verjas de Beverly Hills.
Nadie puede igualar sus parques temáticos: Disneylandia, la madre de todos ellos, y Universal
Studios, un circuito ideado para causar escalofríos. Cuando el brillo de Los Ángeles comience a
ser excesivo, no está mal echar un vistazo a la casi-realidad de Little Tokyo y El Pueblo de
Los Ángeles o pasear por los Jardines Huntington de Pasadena. Por contra, se deben evitar
zonas de riesgo como Earst Los Ángeles, Los Ángeles Downtown y Southcentral
Miami
Turistas gordos con bermudas, confabulaciones cubanas y un exceso de tonos rosados... Bien,
Miami no es nada de esto. La ciudad, que se está redefiniendo (en particular South Beach ) se
ha declarado a sí misma "el lugar más fabuloso del país". Para confirmarlo, se menciona el
recientemente restaurado Distrito Déco, un ambiente de barrio agradable y una atmósfera
cultural y artística algo descafeinada que pretende ser una alternativa soleada a Nueva York. Y,
desde luego, está Miami Beach, una franja de arena blanca bañada por un agua límpida. El
corazón de estas nuevas costumbres es Ocean Drive, flanqueado al Este por la playa más de
moda de la ciudad y al Oeste por una retahíla de terrazas de cafeterías. Aquí vivía el fallecido
Gianni Versace, y sus acólitos contináan acudiendo para lucir sus prendas. Miami posee
asimismo la piscina Veneciana, considerada la más bonita del mundo, uno de los mejores
zoológicos del planeta y una cantidad considerable de ancianos cubanos expatriados que juegan
al dominó en el parque Máximo Gómez. Contrastando de forma contundente con la hedonista
despreocupación del resto de Miami, el memorial del holocausto es uno de los monumentos
más impresionantes que existen. Se recomienda evitar la visita nocturna a barrios marginales
como Liberty City o Downtown.
Nueva Orleans
El viajero que se pone nervioso en Nueva York detestará Nueva Orleans. Pero hay quien
considera que ese toque canalla de peligro que flota en el aire es lo que hace que esta ciudad
sureña sea tan atractiva. Es un cóctel húmedo a base de zydeco (un estilo musical característico
del sur de Luisiana, nacido de la fusión del blues, del rhythm and blues y del folclore cajún de
origen francés), vudú, gumbo (un guisado local) y ambiente decimonónico que va invadiendo el
espíritu del visitante, creciendo en su interior... Lo mejor es relajarse y disfrutar. Mucha gente
conoce Nueva Orleans por sus fiestas, particularmente por la indulgencia que se respira en
Mardi Gras, o en la algarabía de fin de año de Bourbon Street. Pero si no se buscan
multitudes ni efluvios etílicos, no vale la pena desesperar. Los aficionados a la arquitectura
histórica disfrutarán con el concurrido Barrio Francés y el grandioso Garden District,
mientras que quienes ansíen llevarse a casa alguna antigüedad han de recorrer las tiendas de
Royal Street. Nueva Orleans tiene tendencia a sumergir a sus visitantes en una especie de
ensimismamiento vampírico, gótico; en este sentido puede resultar sugerente visitar los
recargados cementerios de la ciudad, o derramar una lagrimita por el cantante Jeff Buckley, que
murió a los 30 años, y luego olvidarlo todo con un poco de cangrejo de río, buen jazz y un
julepe de menta.
El Capitolio
Tres años después de que Thomas Jefferson y Alexander Hamilton decidieran que Washington
DC debía albergar la capital de la nación, en 1790, comenzó la construcción del Capitolio que
ahora embellece la colina este del Potomac. Al finalizar aquel siglo, los hombres de acción y los
legisladores comenzaron a instalarse en el mismo. Los británicos estuvieron a punto de
destruirlo por completo en 1814, y desmoralizaron tanto a los estadounidenses que casi
provocaron el abandono de todo el experimento del DC. Sin embargo, unos cuantos hombres se
emplearon de 1817 a 1819 en su reconstrucción. Las alas de la Casa y el Senado se añadieron en
1857, la cúpula en 1863; con la construcción de la fachada este en la década de 1950, este
emblemático edificio resultaba el doble de grande que en su configuración original. El
Capitolio, que sin duda es el símbolo de Washington DC, es asimismo el epicentro de la ciudad,
pues las mayores avenidas confluyen en un punto imaginario situado bajo la cúpula.
La Casa Blanca
Los presidentes de Estados Unidos se han acomodado en la Casa Blanca desde 1800, lo cual
significa que el número 1600 de la avenida Pennsylvania es la dirección más famosa de la
nación. Se trata de una mansión neoclásica más acogedora de lo que parece, que sobrevivió a los
incendios provocados por los británicos en 1815, a la campaña de redecoración de Jacqueline
Kennedy en la década de 1960 y a Ronald Reagan en la década de 1980. Los presidentes han
ido personalizando la morada a medida que iban pasando: Jefferson añadió los cuartos de baño,
F.D. Roosevelt instaló una piscina, Truman hizo construir un porche en el segundo piso, Bush
incorporó un terreno para lanzar herraduras y Clinton dispuso una pista para correr y una
bañera de siete plazas. Algunos residentes nunca dejaron la casa; se dice que Eleanor Roosevelt
y Harry Truman vieron el fantasma de Abraham Lincoln en su antiguo estudio. Cada día se
organizan visitas a ocho de las salas, pero los jardines únicamente se abren el lunes de Pascua
para el tradicional Easter Egg Roll, una festividad en la que los niños se colocan en hileras y
hacen rodar por la pendiente sus huevos de pascua pintados de todos los colores.
Memorial de los Veteranos de Vietnam
El memorial más visitado de Washington DC es el de los Veteranos de Vietnam, una austera y
robusta estructura diseñada por Maya Ying Lin, cuyo proyecto fue seleccionado después de
organizarse un concurso nacional cuando no era más que una estudiante de arquitectura de 21
años en la universidad de Yale. En los dos muros de mármol negro pulido que convergen en
forma de V se inscribieron los nombres de 58.202 soldados muertos o desaparecidos a raíz de la
guerra de Vietnam. Ordenados cronológicamente según la fecha del fallecimiento, la lista
alfabética se puede consultar no lejos de allí. Si se solicita, hay voluntarios que pueden ayudar a
localizar los nombres en El Muro. Los recuerdos más emocionantes son las notas, medallas y
testimonios que dejaron los supervivientes, familiares y amigos desde que se completó el
memorial en 1982. Quienes se oponían al diseño insistieron en que debía añadirse una escultura
más tradicional en las inmediaciones; finalmente, se construyó un memorial a las mujeres que
sirvieron en la guerra.
Independence Hall
El Independence Hall de Filadelfia es uno de los mejores ejemplos de arquitectura georgiana
con influencias cuáqueras. Se construyó entre 1732 y 1765 como sede del Pennsylvania State
House, el cuartel general de los colonos, y en aquella época se hallaba en las afueras de la
ciudad. El Segundo Congreso Continental tuvo aquí su sede entre 1775 y 1783. La Sala de la
Asamblea es el lugar en el que los delegados de las 13 colonias aprobaron la Declaración de
Independencia (4 de julio de 1776), donde se aceptó el diseño de la bandera estadounidense
(1777), donde se redactaron los artículos de la Confederación (1781) y donde se celebró la
Convención Constitucional que generó la Constitución (1787). El cuerpo del difunto presidente
Abraham Lincoln se expuso aquí el 22 de abril de 1865.
La Casa de Paul Revere
La Casa de Paul Revere, un pequeño construido con tablones de madera en 1680, merece una
visita, y no sólo por tratarse de la casa más antigua de Boston. El herrero Revere fue uno de los
tres mensajeros a caballo que se adelantaron para avisar a los rebeldes americanos, el 18 de abril
de 1775, de la marcha nocturna de los británicos hasta Concord y Lexington que desencadenó la
guerra de la Independencia. Revere vivió en ella durante el período revolucionario, criando a
una docena de hijos cuando no se encontraba fuera cabalgando para defender sus ideales.
La Estatua de la Libertad
La creación de la Estatua de la Libertad, el símbolo de la ciudad de Nueva York -y por
añadidura de Estados Unidos-, debe mucho a la iniciativa de dos republicanos parisinos. En
1865, el activista político Edouard René Lefebvre de Laboulaye y el escultor Frédéric-Auguste
Bartholdi acudieron a una cena y cuando se fueron de la misma ya salieron con la idea de
levantar un monumento que homenajeara la concepción estadounidense de la libertad política, y
de la que luego harían donación a la tierra de las oportunidades. Veintiún años más tarde, el 28
de octubre de 1886, la Libertad alumbrando al mundo, de 45 m de altura, para la que se tomó
como modelo al Coloso de Rodas, se presentó en el puerto de Nueva York ante el presidente
Grover Cleveland. Hasta la corona de la estatua hay 354 escalones, el equivalente a un edificio
de 22 plantas. Para efectuar la escalada es mejor acudir temprano para evitar las multitudes.
Times Square
Apodada la Gran Vía Blanca, a causa de sus luces brillantes, Times Square entró en decadencia
durante la década de 1960, cuando los grandes cines añadieron tres X a sus películas y la zona
se convirtió en la guarida de individuos peligrosos. Actualmente, en Times Square se respira
una agitación contagiosa. La combinación de colores, los paneles que emiten vibrantes anuncios
y las grandes pantallas de televisión son reclamo suficiente. Cerca de un millón de personas se
reúne aquí cada año el 31 de diciembre para contemplar una bola que despide luz y que baja del
tejado del número 1 de Times Square a medianoche, un acontecimiento que sólo dura 90
segundos.
Mount Vernon
La fascinante Mount Vernon, el hogar de George Washington en Virginia durante muchos años,
es, después de la Casa Blanca, la más popular entre todas las casas históricas. La hacienda se ha
restaurado meticulosamente, lo cual permite comprender cómo debía ser la vida de las
plantaciones de finales del siglo XVIII. Aunque los campos están inmaculados y la casa es
majestuosa, no todo es ostentación. Hay varias muestras acerca del trabajo en las granjas y
distintas exposiciones sobre la vida cotidiana. Washington murió aquí en una cama con dosel, el
14 de diciembre de 1799. Él y su esposa Marta están enterrados en la parte sur de esta mansión
de 19 habitaciones.
Monticello
En Estados Unidos todo el mundo conoce Monticello, el hogar de Thomas Jefferson en
Virginia, probablemente porque se encuentra en el reverso de las monedas de cinco centavos. La
casa debe mucho a la personalidad de su creador, Jefferson, que supervisó todas las etapas de su
desarrollo a lo largo de un período de 40 años e incorporó al proyecto muchas de sus fascinantes
(y excéntricas) ideas. Las habitaciones privadas del presidente estaban dispuestas de modo que
pudiera salir de su cama hacia la derecha si quería escribir y hacia la izquierda si quería vestirse.
Entre las demás características inusuales destaca un espejo cóncavo en el vestíbulo que da la
bienvenida a los visitantes con su propia imagen invertida, escaleras ocultas y angostas
(Jefferson consideraba que las escaleras normales representaban un enorme derroche de
espacio), los polígrafos de dos plumas usados para duplicar la correspondencia y una brújula de
interior conectada con una veleta en el tejado. Jefferson falleció en esta casa en 1826, y está
enterrado en la parcela en la que se encontraba su roble favorito.
Jamestown
Jamestown, en Virginia, fue fundada en mayo de 1607 cuando 104 personas desembarcaron de
las naves Discovery, Godspeed y Susan Constant, que se hallaban fondeadas fuera de la
península, entre los ríos James y York. Fue el primer asentamiento inglés permanente en el
continente, pero quedó condenado al fracaso a causa del hambre, las enfermedades y los ataques
de los indígenas. En 1619, la primera asamblea representativa celebrada en Jamestown le otorgó
el papel de capital de Virginia, desde entonces hasta 1699. Después de que la sede del gobierno
se incendiara cuatro veces, los colonos acabaron por reconocer que habían elegido un enclave
poco adecuado y se trasladaron al interior, hasta la actual Williamsburg. El asentamiento
original de Jamestown es hoy en día una colección de ruinas, hitos históricos, centros para los
visitantes y yacimientos.
OTRAS RUTAS:
Carretera 395
En el lugar en el que las Sierras se hunden en la vegetación del valle de Owens, en el este de
California, los camioneros, los cazadores y los turistas circulan por la carretera 395. Aunque se
extiende a lo largo de varios miles de kilómetros desde los márgenes septentrionales de la
cuenca de Los Ángeles hasta la frontera canadiense, el tramo más interesante recorre unos 400
km entre Lone Pine, a la sombra de los 4.350 m del monte Whitney, y Carson City, en Nevada.
Se pueden rememorar escenas de Gunga Din y La conquista del Oeste, filmadas en ambos casos
en las colinas de Alabama, al oeste de Lone Pine, ciudad en la que cada mes de octubre se
celebra un festival de cine.
El Emplazamiento Histórico Nacional de Manzanar, a media hora en coche al norte de Lone
Pine, está constituido por los restos de uno de los infames campos de reubicación en los que los
ciudadanos estadounidenses descendientes de japoneses fueron encarcelados durante la II
Guerra Mundial. Algo más lejos se encuentra el Museo del Este de California, con muestras
dispares de historia natural, cestería de los indios paiute y antiguas botellas de leche y magnesia.
En Carson City, al este del lago Tahoe, en la frontera con Nevada, es posible arriesgar el dinero
en uno de los numerosos casinos de la población.
Flagstaff
Si el paisaje provinciano de Arizona termina resultando monótono, es aconsejable dirigirse a
Flagstaff, un verdadero oasis cultural. El centro histórico, en origen un apeadero de tren,
constituye un auténtico alivio en una región plagada de moteles y cafeterías para camioneros.
En este barrio se alternan las tabernas antiguas con los cafés vegetarianos, y siempre es posible
escuchar la música de las bandas locales de jazz. Y si el viajero se va acostumbrando a la
novedad de encontrarse en un emplazamiento sin turistas, puede visitar el observatorio Lowell,
donde en 1930 se descubrió el planeta Plutón, o pasear a través de los 200 acres de la arboleda
local.
Flagstaff es una base estupenda para efectuar excursiones hacia la mayor atracción del Suroeste,
el Gran Cañón, a menos de dos horas de coche. A menos de una se pueden explorar los
antiguos pueblos indios de los anasazi y los sinagua. También se puede ir a ver el cráter de más
de una milla de anchura que ocasionó un meteorito, disfrutar de la bicicleta y esquiar en algunas
de las montañas más inmaculadas del estado, y en la meca New Age de Sedona se puede poner
un poco de orden en los chakras (centros síquicos del yoga).
Memorial de Caballo Loco
Ascendiendo por las colinas ubicadas en el ángulo suroccidental de Dakota del Sur se halla la
imponente imagen de Caballo Loco, el famoso jefe sioux que derrotó al general George Custer
en la batalla de Little Bighorn. La escultura, labrada en la ladera de la montaña, deja pequeño al
monte Rushmore, al tiempo que constituye un insólito giro revisionista en los homenajes de los
hombres blancos. El memorial, que comenzó a construirse en 1948, todavía no está concluido.
Hay un museo en el lugar, situado justo al norte de la ciudad de Custer.
Wrigley Field
El Wrigley Field, edificado en Chicago en 1914, es el tercer estadio de béisbol más antiguo de
la nación, así como una extraña instalación deportiva. Conocido como el campo amistoso, esta
caja de cerillas es uno de los sitios más agradables para pasar el día consumiendo perritos
calientes y cerveza, y para apreciar lo que significa resistirse a los cambios de la modernidad. El
equipo local, los Chicago Cubs, no ha ganado nada significativo desde 1908, pero su hinchada
es la más leal. El barrio que rodea Wrigley también rehuye los cambios y los tejados de las
casas cercanas se transforman en gradas adicionales cuando se celebra un partido, mientras que
todos los bares situados en un radio de tres millas a la redonda sirven como lugar de culto
secundario.
Wrigley Field es el único diamante del béisbol que queda en Estados Unidos, donde el conteo
de las carreras del bateador y los números de los lanzadores se cambian a mano, y donde
introducir nuevas modas, como la iluminación eléctrica, es suficiente motivo para provocar
airadas reacciones. Una de las tradiciones de Wrigley es la de ondear una bandera con la letra W
o la L en lo alto del marcador al acabar el partido. La bandera blanca con una W azul indica al
ganador (winner), mientras que la bandera azul con una L blanca designa al perdedor (looser).
Rock and Roll Hall of Fame
El automóvil de Janis Joplin fue un Porscheque se exhibe en el Rock and Roll Hall of Fame, en
Cleveland, Ohio, junto al vestido de cuero negro de la gira "Comeback Special" de Elvis Presley
y las gafas de sol de Ray Charles. ¿Por qué en Cleveland? Porque es la ciudad de Alan Freed, el
disk jockey que popularizó el término rock and roll a principios de la década de 1950 (y también
a causa de algunos oscuros trapicheos del alcalde). A los aficionados al estilo arquitectónico de
Ieoh Ming Pei, les encantará el edificio en forma de tocadiscos.
Appomattox
Appomattox, en Virginia, fue el lugar en el que el general confederado Robert E. Lee se rindió
al comandante de la Unión Ulysses S. Grant, en el acto que marcó el fin de la guerra civil. La
rendición tuvo lugar en la sede del tribunal de Appomattox el 9 de abril de 1865. En la
actualidad este sitio se integra en un parque histórico nacional, que incluye varios edificios
restaurados, distintas excursiones y presentaciones audiovisuales.
Preservation Jazz Hall
La Sociedad para la preservación del jazz de Nueva Orleans se creó en 1961 para proporcionar a
los músicos un hogar y a los aficionados a esta música un establecimiento apropiado de culto.
Radicado en un diminuto local que antaño fue una taberna apartada de Bourbon Street, en el
Barrio Francés de Nueva Orleans, el Hall reúne a músicos veteranos de jazz dos veces cada
noche. El espacio disponible es tan limitado que los clientes habituales se ven obligados a
instalarse en la acera, donde se pelean para escuchar y ver a través de una ventana llena de
humo que da a las espaldas de los músicos. También hay un grupo itinerante que toca por las
calles desde hace 30 años, difundiendo la música del Preservation Jazz Hall.
ACTIVIDADES:
Sea cual sea el deporte preferido del viajero -y por muy extravagante que pueda parece- siempre
hay un lugar para practicarlo y suficientes camaradas para compartir las emociones. Basta con
preguntar a las gentes del lugar.
Por ejemplo, el surf. Aunque los hawaianos no inventaron este deporte, Oahu es el hogar
espiritual de los surfistas, y los legendarios oleajes de invierno de Waimea, Sunset Beach y
Banzai Pipeline se encuentran entre los más impresionantes y potentes del mundo. Igualmente,
California posee varias zonas idóneas para el surf -Malibú, Rincón, Trestles y Mavericks, por
ejemplo-. A lo largo de la costa estadounidense hay un centenar de ellas. Entre los deportes
acuáticos destacan la navegación a vela, el windsurf, el piragüismo en el mar y la peligrosa
circulación en ruidosos jetskis.
En el interior, los estados de las Rocosas (Colorado en particular) acogen los destinos más
afamados del país para la práctica del esquí alpino. Junto a enclaves como Aspen, hay otros
que, como Vail, Jackson Hole y Big Sky son estaciones menores con un puñado de remontes,
precios más baratos y unas pistas tan atractivas como las de sus vecinos elegantes. El lago
Tahoe es el destino número uno de Sierra Nevada en lo que al esquí se refiere, pero desde luego,
se trata de esquí de verano, sobre el agua. En muchas partes de Estados Unidos se pueden
encontrar lugares para practicar el esquí fuera de pista. En los últimos años, el snowboard ha
trastornado la cultura nacional del esquí, y muchas de las estaciones incluyen half pipe (una
especie de rampa en forma de U que constituye una subdisciplina del snowboard) y alquilan
planchas para practicarlo.
También hay grandes oportunidades para el senderismo y descubrir paisajes espectaculares,
desde los prados alpinos de High Sierra hasta los boscosos senderos de los Apalaches. Las
pistas de senderismo suelen estar cuidadas y señalizadas.
La escalada y el montañismo también son actividades muy comunes, en especial en Sierra
Nevada y las Rocosas. El Capitán y Half Dome son dos cumbres legendarias de escalada, dos
paredes de granito situadas en el Parque Nacional Yosemite. El monte Whitney, en el Parque
Nacional Secuoya y Kings Canyon, en California, es el más alto de la parte continental (sin
contar Alaska), con 4.350 m de altitud, y ofrece una ruta de montañismo desafiante.
A pesar de la omnipotente cultura del automóvil, los entusiastas del ciclismo no tienen por qué
desesperarse. Numerosas ciudades presentan grandes facilidades para los ciclistas, y muchas
almas vigorosas circulan por todo el país en las pintorescas vías secundarias. Resulta fácil
alquilar bicis de calidad y circular por todo el país (y de paso adquirir algunos conocimientos
acerca de la vida local). Ir en bicicleta de montaña es un pasatiempo muy difundido en Estados
Unidos, particularmente en California (donde la inventaron), y existen infinidad de paisajes que
contemplar.
Si todavía le quedan energías, el viajero puede montar a caballo en el Central Park de Nueva
York, practicar descenso en aguas bravas en el Snake River, en Idaho, o explorar las
hermosas Carlsbad Caverns, en Nuevo México.
HISTORIA:
Los primeros habitantes paleoindígenas llegaron hasta Norteamérica desde Asia a través de lo
que hoy conocemos como estrecho de Bering. Durante los siguientes veinte mil años, estos
primeros colonos se hallaron esencialmente solos para desarrollar culturas dinámicas y bien
diferenciadas. Hoy, sus descendientes incluyen la tribu pueblo en Nuevo México, los apaches en
Texas, los navajo en Arizona, Colorado y Utah, los hopi en Arizona, los crow en Montana, los
cherokee en Carolina del Norte y los mohawk e iroqueses en el estado de Nueva York.
El explorador vikingo Leif Eriksson fue el habitante del continente europeo que puso el pie en
América del Norte, unos quinientos años antes de que Colón descubriera accidentalmente indios
en La Española (la actual Haití) en 1492. A mediados de la década de 1550, ya había sido
recorrida por una procesión de exploradores españoles, portugueses, ingleses y franceses. Las
primeras colonias atrajeron a inmigrantes que buscaban enriquecerse rápidamente y regresar a
su patria, pero pronto les sucedieron otros cuyo objetivo era colonizar.
Los españoles fundaron el primer asentamiento europeo permanente en San Agustín (Florida)
en 1565; los franceses se instalaron en Maine en 1602, mientras que Jamestown, en Virginia, se
convirtió en la primera avanzadilla inglesa, en 1607. Los primeros africanos desembarcaron un
año antes de que lo hicieran los peregrinos puritanos de las islas británicas que escapaban de la
persecución religiosa. Estos últimos fundaron una colonia en Plymouth Rock (Massachusetts),
en 1620, y firmaron el famoso Pacto del Mayflower, una declaración de autogobierno que
repercutiría en la Declaración de Independencia y en la Constitución estadounidense.
Los intentos británicos por mantener la autoridad sobre sus trece colonias norteamericanas les
condujeron a las guerras contra Francia y contra los indios (1757-1763). Los británicos
obtuvieron la victoria, pero a costa de una descomunal deuda de guerra que intentaron solventar
imponiendo nuevas tasas al té. El clamor popular que rezaba "ningún impuesto sin
representación" unió a las colonias, que arrojaron todo un cargamento de té por la borda durante
la Boston Tea Party. El general Cornwallis, acorralado, se rindió al mandatario americano
George Washington cinco años más tarde, en 1781, en Yorktown, Virginia.
En el siglo XIX, el lema americano fue "Manifest Destiny", es decir, la supuesta inevitabilidad
de la expansión territorial continua hacia el Pacífico. Una combinación de compras de tierras,
diplomacia y guerras de conquista brindó a Estados Unidos su configuración actual hacia 1850.
La batalla de El Álamo, durante la revolución texana de 1835, abrió el camino a la
independencia de Texas respecto de México, y la guerra con México (1846-1848) otorgó al
joven país la mayor parte del Suroeste, incluyendo California. La aniquilación sistemática de los
búfalos, la presa de caza de los indios de las llanuras; la usurpación de sus tierras y una serie de
tratados que no valían ni siquiera el papel en el que se habían escrito, propiciaron el
agrupamiento de los indígenas en reservas, desprovistos de sus medios de subsistencia y de la
conexión espiritual con su tierra.
La inmigración del siglo XIX alteró de forma drástica el paisaje cultural, puesto que a los
colonos de ascendencia británica se les unieron centroeuropeos y chinos atraídos hasta
California por la fiebre del oro de 1849. El Sur se mantuvo vinculado a una vida agraria que
dependía del trabajo de los esclavos afroamericanos. Las tensiones se hallaban en su apogeo
cuando el abolicionista Abraham Lincoln fue elegido presidente en 1860. El Sur cedió en
principio a los dictados de la Unión, pero al año siguiente estallaba la guerra civil. El Norte
acabó dominando en 1865, liberó a los esclavos e introdujo el sufragio para los varones adultos.
En cualquier caso, las intenciones de reconstrucción de Lincoln murieron con él.
La derrota infligida por los estadounidenses al ejército español en 1898 marcó el acceso de
Estados Unidos a la categoría de superpotencia y despertó al país de sus sueños aislacionistas.
Cuando al estallar la I Guerra Mundial, los yanquis decidieron no ensuciarse los pies en las
trincheras, estaban realizando una maniobra altamente provechosa; finalmente, en 1917
enviaron a cerca de un millón de soldados para poner a raya a los alemanes. Las celebraciones
posteriores a la guerra quedaron truncadas por la Prohibición, en 1920. El hundimiento del
mercado de valores en 1929 señaló el inicio de la Gran Depresión y a la larga el del New Deal
de Roosevelt.
Después de que los japoneses atacaran Pearl Harbor, en 1941, Estados Unidos asumió el
liderazgo al derrotar a las potencias del Eje. En 1945 las dos bombas atómicas sobre Hiroshima
y Nagasaki no sólo representaron el fin de la guerra con Japón, sino que dieron el pistoletazo de
salida a la era nuclear. El fin de la II Guerra Mundial se encadenó con la guerra fría, un período
de prosperidad interior. Una serie de políticos, como el senador Joe McCarthy se aprovecharon
del clima existente para atizar las llamas del anticomunismo, mientras que la Unión Soviética y
Estados Unidos acumularon armas nucleares y combatieron en guerras a través de sus leales
intermediarios, como en Corea, África y el sureste asiático. Las tensiones entre ambas potencias
alcanzaron su punto álgido en octubre de 1962 durante la crisis de los Misiles de Cuba.
La década de 1960 trajo consigo profundos cambios sociales gracias, sobre todo, al movimiento
por los derechos civiles, las protestas por la guerra de Vietnam, el sexo, las drogas y el rock and
roll. El movimiento por los derechos civiles adquirió un gran ímpetu en 1955 con ocasión de un
boicot a los medios de transporte en Montgomery, Alabama. Como movimiento de protesta no
violenta, aspiraba a acabar con la segregación y conseguir el derecho al voto para los negros del
Sur, desasistidos legalmente. Alcanzó su clímax en 1963 con el célebre discurso en Washington
de Martin Luther King que comenzaba con las palabras "He tenido un sueño", y con la
emblemática aprobación del Acta por los Derechos Civiles en 1964 y el Acta por los Derechos
de Voto en 1965.
Entretanto, la juventud estadounidense empezaba a renegar del conformismo de la década
anterior, dejándose crecer el pelo y aficionándose a las drogas. "Sintoniza, excítate, cuélgalo
todo" era el lema de una generación que protestaba contra la guerra de Vietnam. Los asesinatos
de líderes políticos -John y Robert Kennedy, Malcolm X y Martin Luther King- deslucieron la
fiesta, y las tropas atascadas en Vietnam acabaron con lo que quedaba de aquel espejismo. El
alunizaje efectuado por la NASA en 1969 restauró de manera fugaz el orgullo nacional.
En 1974 Richard Nixon se convirtió en el primer presidente de la nación que renunció a su
cargo a causa de su implicación en el caso Watergate, lo cual situó al patriotismo
estadounidense bajo mínimos. Las décadas de 1970 y 1980 fueron un período de avance
tecnológico y de declive industrial. La imagen que tenían de sí mismos se ganó tal reprimenda a
manos del ayatolá Jomeini que inmediatamente se produjo una violenta reacción conservadora,
simbolizada por la elección y por la sucesiva popularidad del actor y presidente Ronald Reagan,
que gobernó durante dos mandatos. Estados Unidos se concentró en amedrentar a sus vecinos
pobres de América Central y el Caribe, entrometiéndose en los asuntos internos de El Salvador,
Nicaragua, Panamá y Granada. En 1991 el colapso del bloque soviético dejó a Estados Unidos
como única superpotencia mundial. La guerra del Golfo en 1992 dio a George Bush la
oportunidad de liderar una coalición que representaba supuestamente a un nuevo orden mundial
en la batalla contra Irak.
Los asuntos domésticos, como la reforma sanitaria, la posesión de armas, las drogas, la tensión
racial, los derechos de los homosexuales, el balance del presupuesto, el persistente escándalo
Whitewater y el caso de Monica Lewinsky (el fornigate) tendieron a eclipsar los asuntos
internacionales durante la administración Clinton. A fin de enderezar su economía, en 1993
Estados Unidos firmó un acuerdo de libre comercio con Canadá y México (NAFTA); en 1994,
encarnando el papel de defensor de la democracia, invadió Haití; en 1995 envió soldados a
Bosnia en misiones de pacificación; en 1996 albergó los Juegos Olímpicos y durante los últimos
años de su mandato se benefició de los frutos de una tendencia alcista en el mercado de Wall
Street.
Las elecciones presidenciales del año 2000 marcaron un hito insólito, pues fueron las que
presentaron resultados más ajustados de toda la historia de la nación. El candidato demócrata,
Al Gore, obtuvo la mayoría del voto popular, pero perdió la elección cuando se contabilizaron
todas las papeletas de los colegios electorales de Florida. George W. Bush quedó por encima de
Gore en este estado por tan sólo quinientos sufragios. Las demandas de recuentos, una decisión
del Tribunal Supremo de Florida a favor de efectuar recuentos parciales, y un puñado de pleitos
generados por republicanos y demócratas condujeron a una crisis que concluyó cuando el
Tribunal Supremo de Estados Unidos dictaminó que los recuentos no debían continuar. Después
de cinco semanas tumultuosas, George W. Bush fue declarado ganador.
Durante los primeros años de presidencia Bush, el país hizo frente a la tensión internacional,
con nuevos episodios de violencia en Oriente Medio y la disconformidad prácticamente
unánime a escala mundial respecto a la política exterior del país respecto al medioambiente. En
cuanto a la política interna, el principal problema era la economía, considerablemente
debilitada.
El ambiente de terror y rabia que precedió a los ataques terroristas de septiembre de 2001,
dieron impulso a la "Guerra del Terror". Tuvo lugar la invasión de Afganistán y el
derrocamiento del represivo régimen talibán, a quien se hacía responsable de financiar los
ataques contra los Estados Unidos.
En marzo de 2003, los Estados Unidos y su "coalición de voluntarios" iniciaron una guerra
preventiva contra Iraq. La victoria de dicha campaña y la caída del régimen dictatorial de
Saddam Hussein no han ayudado a disminuir las tensiones en Oriente Medio.
CULTURA:
"Dadme a vuestros pobres, a vuestros exhaustos, a vuestras masas hacinadas que suspiran por
respirar libremente"; así reza la inscripción de la Estatua de la Libertad. Y el mundo le hizo
caso, alimentando el dinamismo de este país con oleadas de inmigrantes procedentes de
cualquier rincón del globo. Ésta es una de las características definitorias de la identidad nacional
de Estados Unidos, aunque considerar que se trata de un "país de inmigrantes" significa soslayar
a los indígenas americanos y a los esclavos africanos.
A pesar de la mezcolanza racial, Estados Unidos puede ser sorprendentemente aislacionista y
xenófobo. En los últimos 30 años la noción de melting pot (crisol de razas), una amalgama en la
que las diferencias individuales entre los inmigrantes se perdían en una uniformidad insípida, se
ha visto reemplazada por el modelo cuenco de ensalada, en el que cada una de las piezas sigue
manteniendo su aroma contribuyendo al mismo tiempo al conjunto, ya que muchos grupos
étnicos estadounidenses no aspiran a integrarse en las normas anglosajonas.
La constitución garantiza a los ciudadanos la libertad de culto. Los protestantes se han
mantenido como la espina dorsal de la clase media estadounidense, mientras que los
inmigrantes irlandeses, italianos y polacos católicos han ido ganando terreno gradualmente. Hay
más de 5 millones de judíos, cuyas proezas en el terreno financiero y científico les ha permitido
desempeñar un papel mucho más activo que lo que su número podría sugerir. Existe una
infinidad de cultos autóctonos, como la iglesia de la cienciología, los testigos de Jehová y los
mormones. Las sectas proliferan: Charles Manson, Jim Jones y los militantes davidianos son
algunos ejemplos.
El inglés de Estados Unidos presenta infinidad de acentos regionales, con grados diversos de
inteligibilidad. Los neoyorquinos son conocidos por su contundente acento nasal; los
californianos, por su pronunciación lenta y cansina y su rica jerga playera, los sureños por su
habla pausada; y los negros de las ciudades, por un argot callejero incomprensible para los
forasteros. El español es la segunda lengua más hablada en California, Nuevo México, Texas y
Miami. Existen 400.000 hablantes de dialectos indígenas, así como unas 375.000 personas que
se comunican hablando yiddish, una lengua empleada por los judíos de ascendencia
centroeuropea, mezcla de hebreo y alemán.
La cultura estadounidense moderna debe tanto al marketing, a la tecnología aplicada a las
comunicaciones y a las técnicas de producción masivas como a los artistas y a las estrellas del
mundo del espectáculo. La radio, la televisión, las películas o Internet son sendos terrenos que
las compañías estadounidenses han inventado, empaquetado y hecho llegar a tantos
consumidores como han podido y de la forma más barata y conveniente.
El papel que la religión y la política desempeñaron a la hora de definir la esencia de lo que
significaba Estados Unidos hasta finales del siglo XIX, lo han ejercido en el siglo XX el cine y
la televisión. Durante la mayor parte de dicha centuria, Hollywood ha reflejado todos los sueños
y pesadillas nacionales en el celuloide, plasmando en las películas el subconsciente colectivo.
La llegada de la televisión en la década de 1950 alcanzó a Hollywood en pleno corazón, pero
ambos medios de comunicación se las han arreglado para coexistir, incluso han colaborando
cuando ha hecho falta. La distribución mundial de películas y programas de televisión
estadounidenses ha dado a conocer este país en todo el planeta.
La industria musical estadounidense es la más poderosa del mundo. La influencia afroamericana
en la música del país es innegable. Las canciones de trabajo de los esclavos derivaron en el
blues. El jazz emergió en Nueva Orleans a principios del siglo XX, donde músicos autodidactas,
que tocaban instrumentos supervivientes de la guerra entre España y Estados Unidos, inventaron
un cóctel fuertemente sincopado de ragtime y blues, improvisado durante las madrugadas en los
clubes nocturnos.
Hombres de negocios blancos contrataban a los músicos negros para que entretuvieran al
público, pero cuando Elvis comenzó a cantar y a contonearse, los chicos blancos se percataron
de que también podían mover el esqueleto, adoptaron el rhythm and blues y a partir de ahí
comenzaron a escribir la historia del rock and roll. El rap, que es el sonido urbano del país,
otorga un énfasis equivalente a su ritmo machacón, al montaje de sonido y a las actitudes que
están de moda. La atracción que causa en la clase media blanca estadounidense deja perplejos a
los sociólogos.
A pesar de que los yanquis temen que la próxima generación crezca virtualmente iletrada,
Estados Unidos ha sido capaz de albergar un auténtico bosque literario. La ilustre estirpe de
escritores comienza con Walt Whitman, Herman Melville, Nathaniel Hawthorne, Emily
Dickinson, Henry James y Edith Wharton, y se adentra en la época moderna con William
Faulkner, Ernest Hemingway, Scott Fitzgerald, John Steinbeck, Jack Kerouac, Arthur Miller,
Tennessee Williams, Saul Bellow, John Updike y Toni Morisson. Tradicionalmente se
considera que la novela autóctona más importante es Las aventuras de Huckleberry Finn, de
Mark Twain.
Después de la II Guerra Mundial, el crisol del arte internacional se trasladó de París a Nueva
York. Una serie de artistas que abandonaban la Europa de posguerra se trajo consigo los restos
del surrealismo a la Gran Manzana, inspirando a un grupo de jóvenes pintores estadounidenses entre los que destacan Jackson Pollock y Mark Rothko- la creación del primer estilo pictórico
específicamente estadounidense, denominado expresionismo abstracto. La avasalladora
influencia de medios de comunicación como la televisión y la publicidad originó el movimiento
artístico estadounidense más emblemático, el Pop Art. Pinturas de carácter superficial e
intencionadamente banales como las Latas de sopa Cambpell, de Andy Warhol, se han
convertido en iconos americanos. Warhol fue uno de los primeros artistas que se convirtió en un
símbolo de la cultura popular.
Cuando se piensa en las ciudades de Estados Unidos, se asocian con los rascacielos, esas
proezas arquitectónicas que constituyen auténticos anuncios de la fuerza y el optimismo
estadounidenses. Chicago, con obras maestras como el Manhattan Building y las torres Tribune
y Sears, es un museo viviente del desarrollo vertical. Nueva York también se enorgullece de
poseer un considerable cupo de joyas, entre las que se distinguen el Flatiron Building, el Empire
State Building (donde se encaramó King Kong) y el Chrysler Building, de estilo Art Déco. A
pesar de la creciente homogeneización y californización, la América rural conserva su
idiosincrasia y sus estilos arquitectónicos vernáculos, como en Nueva Inglaterra (casas
construidas con tablas de madera), California (misiones españolas) y Nuevo México (viviendas
de adobe).
Los deportes estadounidenses evolucionaron independientemente de los del resto del mundo y,
en consecuencia, juegos locales como el béisbol, el fútbol americano y el baloncesto dominan el
escenario deportivo. El éxito de la Copa del Mundo de 1994, que se celebró en Estados Unidos,
motivó un renovado interés por el soccer (el fútbol europeo), pero el hockey sobre hielo sigue
siendo el cuarto juego colectivo más popular. La cultura urbana inventó asimismo los deportes
de interior: el aeróbic y la gimnasia, el esquí y la escalada indoor, buenos ejemplos de lo que
puede suceder cuando unos ingresos excesivos coinciden con un escaso tiempo libre.
ENTORNO Y MEDIO AMBIENTE:
La parte continental de Estados Unidos se extiende de un lado a otro de América del Norte, y de
un océano al otro. Limita con Canadá al Norte y con México al Sur. Alaska sobresale
geográficamente en el noroeste de Canadá, y Hawai se halla a 4.000 km de distancia de la costa
occidental del país, en medio del Pacífico. Existen tres grandes sistemas montañosos: los
Apalaches, en el Este, las Montañas Rocosas en el Oeste y Sierra Nevada, en la frontera entre
Nevada y California. El país posee abundantes recursos naturales y vastas extensiones de suelos
fértiles.
La costa atlántica es la zona más poblada, y conserva importantes huellas de su legado europeo.
En ella se sitúan las ciudades estadounidenses más antiguas, como Boston, Nueva York,
Washington DC y Filadelfia, y allí se desarrollaron los acontecimientos más relevantes de la
historia estadounidense. La región central del noreste se caracteriza por los extensos Grandes
Lagos (Superior, Michigan, Hurón, Erie y Ontario), que ocupan una superficie mayor que la de
muchos países europeos. Los ríos y canales que comunican los lagos con el océano Atlántico
han convertido en puertos marítimos algunas ciudades del medio oeste, como Chicago y Detroit.
El área central, drenada por los ríos Mississippi, Misuri y Ohio, constituye el granero del país.
Hacia el Oeste, en las Grandes Praderas, se encuentran las grandes zonas de pastos de la nación.
Es la tierra de los vaqueros. El desierto predomina en el Suroeste, donde el clima y los suelos
degradados mantienen la densidad de población bajo mínimos. Una vez rebasada Sierra Nevada
aparece la costa oeste, en la que los estadounidenses se establecieron hace tan sólo 150 años,
pero que desde entonces ha protagonizado una precipitada carrera hacia el futuro.
Gracias a su variadísima topografía, Estados Unidos ofrece ecosistemas extremadamente
diversos. La flora más impresionante la constituyen los gigantescos árboles de hoja perenne de
la costa oeste, las secuoyas, algunas de las cuales se cree que son los seres vivos más viejos de
la Tierra. Los estados del este acogen frondosos bosques de árboles de hoja caduca, como arces,
robles y olmos, que ofrecen una auténtica sinfonía de colores en otoño. Los tres parques
nacionales más famosos son Yellowstone, en las Rocosas, Yosemite, en Sierra Nevada, y el
Gran Cañón, en Arizona. Los mamíferos terrestres de grandes dimensiones, como el oso negro,
el pardo (el famoso grizzly), el alce y el ciervo, vagan por los estados noroccidentales. En el Sur
se encuentran algunos animales interesantes: el marsupial oposum, el caimán, las serpientes de
cascabel y los jabalíes.
El clima es templado en la mayor parte de Estados Unidos. En líneas generales, es más cálido
cuanto más al Sur, y las estaciones presentan más diferencias entre sí cuanto más al Norte y
hacia el interior. Los inviernos en el Noreste y en la parte superior del medio oeste conllevan
largas temporadas con temperaturas bajo cero. En la misma época, el buen tiempo permite
bañarse en las playas de Florida (que goza de un clima tropical) y en el sur de California.
COMO LLEGAR:
Muchos visitantes llegan por aire. La fuerte competencia que se da en las rutas más populares
propicia la frecuente disponibilidad de vuelos baratos. Los aeropuertos internacionales más
destacados son los de Boston, Nueva York, Washington, Miami, Chicago, Dallas-Fort Worth,
Houston, Atlanta, Denver, Seattle, San Francisco y Los Ángeles. Hay vuelos de conexión desde
estos aeropuertos hacia cientos de ciudades de Estados Unidos. El precio del billete comprende
numerosas tasas, aunque el impuesto de salida en los aeropuertos locales puede no estar incluido
si el billete se ha adquirido fuera del país. También hay eficientes medios terrestres que
comunican Estados Unidos con Canadá y México.
COMO DESPLAZARSE:
La abundancia de líneas aéreas interiores, la competencia en las rutas más populares y los
frecuentes descuentos propician que volar en Estados Unidos constituya una opción
relativamente barata, aunque las tarifas pueden ser más elevadas en las rutas menos
frecuentadas. Tratándose de un país que debe tanto a la penetración del tren y que posee una
fuerte mitología ferroviaria, viajar en este medio puede resultar poco práctico, y no siempre
confortable. El precio de los billetes puede ser muy variable, pero resulta tanto más barato
cuanto mayor sea la antelación con que se ha reservado. La compañía Greyhound posee una red
de autocares extensa, barata y eficiente.
La cultura del automóvil es definitoria de Estados Unidos, por lo que no resulta sorprendente
comprobar que casi todo el mundo que tenga edad para conducir posee un coche. Todo aquél
que haya visto una road movie sabrá que las carreteras del país no son tan sólo ingeniosas
maneras de cubrir grandes distancias, sino que también presentan resonancias míticas. Un viaje
en coche por la carretera 66, por ejemplo, no significa tan sólo desplazarse de Chicago a Los
Ángeles, sino que es una peregrinación a través de la madre de las carreteras yanquis, vinculada
estrechamente a la historia de la expansión hacia el Oeste, las emigraciones de los desheredados
durante la Gran Depresión y la música acaramelada de la década de 1950.
La omnipresencia del automóvil significa que las opciones de transporte público local son
escasas y alejadas entre sí. Hay infinidad de agencias de alquiler de coches, a precios módicos,
aunque las más demandadas exigen que el conductor haya cumplido los 25 años. Los driveaways son un fenómeno peculiar del país. Se trata de un sistema de transporte que aúna dos
intereses, el de un automóvil que ha de ser entregado a larga distancia y el de un conductor que
desea conducirlo. Si el emplazamiento al que debe trasladarse el coche coincide con las
intenciones del viajero, a éste se le proporciona un seguro, una fecha de entrega y un juego de
llaves.
En las zonas rurales, los servicios de autocares locales no suelen estar muy desarrollados, pues
todo el mundo prefiere utilizar el automóvil. Los transportes públicos urbanos funcionan mejor
y el metro de Nueva York, la línea ferroviaria Eastern Illinois en Chicago y el tranvía de San
Francisco forman parte de la experiencia del viajero en Estados Unidos, tanto como viajar en un
autobús de dos pisos en Londres. La bicicleta es un medio de locomoción en alza para recorrer
áreas reducidas, puesto que las carreteras son buenas, los arcenes son anchos y los coches suelen
circular a una velocidad moderada. Caminar es una opción sólo empleada practicar senderismo
en los parques nacionales.
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