El clasico mesoamericano

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Antropología Social
UAM-I
Alumno:
Martín García Hernández
Matricula:
207316161
Lectura 04: El Clásico mesoamericano [1]
El Clásico mesoamericano va del 200 al 650/900 d. de N. E., según el área. El
término "clásico" sirve para designar una etapa en que las artes, y sobre todo el
urbanismo y la arquitectura, gozaron de gran esplendor. Asimismo, la prosperidad
del comercio, el poder y bienestar de las élites y el desarrollo del calendario, la
escritura y el conocimiento astronómico son rasgos importantes del Clásico
mesoamericano.
El inicio del Clásico se marca a partir de las siguientes características que se
manifestaron desde finales del Preclásico: aumento y concentración de la
población, creciente división del trabajo, producción de bienes dedicados al
intercambio regional y desarrollo de redes comerciales, jerarquización creciente de
las aldeas y los centros regionales, profundización de las diferencias de clase
social, aparición de señoríos de linaje, complejidad en los sistemas de
numeración, calendario y escritura. Los lugares en donde se perciben
especialmente estos cambios son: Kaminaljuyú e Izapa en la zona meridional del
Sureste; El Mirador y Uaxactún en el Petén; San José Mogote y Monte Albán en
Oaxaca; Tres Zapotes en el Golfo, y Cuicuilco y Teotihuacán en el Centro de
México.
El mayor cambio que marcó el periodo Clásico fue la preeminencia que
adquirieron las ciudades frente al campo. La ciudad se convirtió en la gran
concentradora y distribuidora de riqueza, mientras que el campo proveía el
sustento alimenticio. El pueblo más poderoso del Clásico fue el Teotihuacano,
siguiéndole en importancia los mayas. Las grandes capitales se vincularon entre sí
a través de una red de circulación comercial que fue dirigida por los teotihuacanos.
El comercio a larga distancia fue el factor más importante que logró brindar unidad
a Mesoamérica durante el Clásico.
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Sin embargo, es más común que se identifique este periodo a través del
urbanismo monumental. Los mejores ejemplos son Teotihuacan, Monte Albán y
las ciudades mayas. Todas las ciudades mesoamericanas del Clásico se
construyeron siguiendo un modelo cósmico, en estrecha relación con los
movimientos de los astros en el horizonte. Además, estas ciudades están
profusamente decoradas con esculturas, mosaicos, estuco pintado y murales, con
lo cual denota su importancia política, religiosa y cultural. Asimismo, en los centros
urbanos se producían bienes que circulaban entre las élites mesoamericanas:
tallas de piedras semipreciosas, tocados de plumas, prendas finas de algodón,
adornos de concha, cerámica de lujo.
Durante el Clásico es importante el desarrollo de la religión, que mantuvo algunas
de sus características hasta la Conquista. Las divinidades que alcanzan mayor
importancia son las relacionadas con la lluvia, el fuego, la tierra y el tiempo. En
este periodo la casta sacerdotal tenían el control del conocimiento astronómico, de
la voluntad de los dioses, la matemática, la historia, el arte y algunos creen que
hasta de la actividad comercial y la política.
El final del periodo Clásico, entre el 650 y el 900, se marca a partir de la
decadencia de las grandes ciudades, que van cayendo una a una por causas
todavía no explicadas satisfactoriamente.
Durante el Clásico mesoamericano se distinguen:
Centro de México - Teotihuacan, la capital clásica más importante de todas.
Oaxaca - Monte Albán en primer lugar, seguido de otros centros como Huijazoo,
Zaachila, Jalieza, Macuilxóchitl, Lambityeco, Yagul y Mitla.
Área del Golfo - El Tajín y Cerro de las Mesas, independientes. Matacapan, como
tributaria de Teotihuacan.
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Occidente - el desarrollo social y político de esta zona no alcanzó el grado de
complejidad de Mesoamerica, la excepción fue el área de Guerrero, a lo largo del
río Balsas y sus afluentes.
Norte - regiones de Río Verde y Sierra Gorda (centros Ranas y Toluquilla) y la
Cultura Chalchihuites, que se extendió a lo largo de territorios de los actuales
Durango, Zacatecas, y Jalisco y que comprendió las mayores capitales del Norte
fueron: La Quemada y Alta Vista.
Sureste - Kaminaljuyú, Tikal y Uaxactún en Guatemala, Copán y Quiriguá en
Honduras, en México: Calakmul , Palenque, Yaxchilán, Piedras Negras,
Bonampak, Uxmal, Kabah, Labná.
[1] López, A. y L. López. 1999. “Las grandes divisiones”, en El pasado
indígena,
FCE y Colegio de México, México, 4ta reimpresión, 2008. pp. 99-125.
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