LA VERDADERA CONSTITUCIÓN UNIVERSAL DEL CUERPO HUMANO Desde hace muchos años se nos viene enseñando que el ser humano es parte integral del Universo. En realidad el ser humano es una perfección como lo es el Universo en sí. Somos un microcosmos o pequeño Universo. El ser humano que como forma terminada o perfecta de la escala evolutiva (Simbolizada en el 10 o suma de los siete planos de manifestación y de la Triada superior) tiene los mismos elementos que el Universo o Cosmos grande. Es por eso que en la religión cristiana se nos dice que somos hechos a imagen y semejanza de nuestro Creador. El cuerpo humano tiene también siete elementos constitutivos; Tres espirituales y cuatro materiales. La Vida es eterna. Desde que La Mónada o chispa divina es emitida desde el corazón del Padre comienza la evolución pasando por los distintos planos hasta que por ley evolutiva se vuelve al origen pasando por las distintas fases y aprendizajes hasta convertirse en algo superior. (Ley de la Evolución). Todo lo existente lleva inmanente la tendencia y la fuerza para convertirse en algo superior. Filosóficamente, esta Ley es consecuencia del Amor Divino que atrae a todos los seres hacia el seno de Dios, y su finalidad no es otra que ascenso hacia El. Sin que la Involución se hubiese llevado a cabo, no podría existir la Evolución. La constitución del hombre podríamos definirla de la siguiente manera: Triada superior: Una Esencia Divina o Conciencia (Individualidad). Un Espíritu o Voluntad (Inmortal). Una Mente. Triada Inferior: Un Elemento pasional emocional. Un elemento vital (Personalidad) Un elemento etéreo (Mortal). Un cuerpo físico. El cuerpo Físico es algo palpable, todos lo vemos y podemos tocar. Es el vehículo tangible de todos los demás elementos. Es un organismo perteneciente al reino animal sobre el que cabalgan y a quien mandan todos los demás principios superiores. Este organismo se mantiene en forma a pesar del cambio de materia, y al cabo de siete años muda hasta su último átomo, de tal modo que bien puede decirse que es otro organismo completamente distinto. Si en realidad cambia en sustancia en virtud de sus funciones de asimilación y desasimilación, no cabe identificarlo con nuestro Yo, que al fin y al cabo es el que mantiene la constancia de la forma a pesar del cambio material. El cuerpo humano es de una perfección y una complejidad su funcionamiento tal que aún los grandes hombres de ciencia no han podido descifrar con claridad su perfecto funcionamiento, porque generalmente se estudia al cuerpo cuando se le han escapado los cuerpos o elementos vitales. La Energía. De no ser por esta perfección, dado las barbaridades que el hombre hace en contra de su salud, olvidando todas las Leyes que lo rigen como lo hacen con todos los elementos que componen el Cosmos, la vida del hombre seria muy corta. Si cualquier animal, de la especie que sea, hiciera la mitad de las barbaridades que la mayoría de seres humanos hacen en contra de su salud, su vida no duraría una semana. Si un animal bebiera alcohol, fumara, viviera de noche, comiera alimentos que no le han sido dados por la Naturaleza, según su especie, abusando de la gula, su vida tal vez ni ese tiempo llegara a vivir. El cuerpo físico todo el mundo lo conoce dado que es el cuerpo palpable y visible por ello no me adentraré en muchas explicaciones; aunque si habláramos de el, llenaríamos varias hojas describiendo la perfección de su trabajo en defensa de su salud y bienestar. Quiero centrar mi relato en los cuerpos etéricos invisibles para la mayoría de las personas y que son tan perfectos como lo son las fuerzas del Universo. Debido a la evolución donde el ser humano ha llegado, es que posee un Elemento Etéreo, con un desarrollo muy superior al conjunto de los elementos, que es aquel conjunto de fuerzas invisibles, vibratorias, calóricas, eléctricas, magnéticas, radiantes, que informan al cuerpo material, y pertenecientes al conjunto de vibraciones etéreas nacidas de la Primitiva Luz. Dan forma a la Materia y a su vez siguen la líneas de fuerza de las vibraciones mentales. Su existencia está comprobada en el calor del cuerpo humano, el magnetismo de sus tejidos y humores, la electricidad que sirve de vehículo al fluido neúrico, etc. Constituyen el verdadero cuerpo físico, por esta razón es, que el cuerpo material más propiamente debía ser llamado cuerpo químico. Este cuerpo Energético invisible a los ojos humanos pero palpables al tacto de cualquier persona, que practique activando los chacras de sus manos puede hacerlo; su forma es, en conjunto, idéntico al cuerpo físico, tiene una cabeza, dos ojos, dos brazos dos piernas etc. El cuerpo energético interpenetra al cuerpo físico visible y se extiendo unos diez o doce centímetros más allá de él. Este cuerpo energético, luminoso e invisible, que sigue el contorno del cuerpo físico visible se llama El “Aura Interna” o aura de la salud. El cuerpo energético y el cuerpo físico visible se hallan tan estrechamente relacionados que lo que le afecta a uno le afecta también al otro y viceversa. Su forma es, en conjunto, la misma que la del cuerpo material, puesto que la forma de este depende de la del primero. Si pudiéramos verle este cuerpo nos parecería una reproducción esquemática del cuerpo material. Este torbellino de fuerzas etéreas, vehículo de la vitalidad, constituye ciertamente una entidad que no nos es dado confundir con nuestro YO, porque tenemos dominio sobre ella, pudiendo ser regida por nuestra voluntad. Este Elemento Vital no es más que la parte de vitalidad Universal que se ha puesto al servicio del ser humano. Se lo denomina de distintas maneras: Fuerza Vital, Kí, Energía vital o fuerza de vida, esta es la que mantiene vivo y sano al cuerpo. También se lo denomina, Neuma, Prana, Ánima (Alma), Enormon, Archacus… Es aquello que siendo hiperfísico, falta en el cadáver así como en la semilla cocida y el alimento desnaturalizado o esterilizado. W.J. Kilner Escribió en su libro “El Aura Humana” “Es antigua la idea relacionada con un aura humana, radiantemente luminosa, que rodea el cuerpo. Las antiguas imágenes sagradas de Egipto, India, Grecia y Roma solían convenir en esto antes de popularizarse tanto en el arte cristiano, y antes de que el aura se considerara un atributo de los mortales corrientes de todos los días… Se ha creído durante siglos que los clarividentes podían realmente ver un aura que circundaba a los individuos corrientes, y esta aura difería de una persona a otra en color y carácter, expresando la salud y los atributos emocionales y espirituales del sujeto. Sundenborg, que era un visionario, escribió en su Diario Espiritual”: “Hay una esfera espiritual que rodea a todos, tal como existe una esfera natural corpórea.” Fundamentalmente hay tres fuentes principales de energía o prana: El prana solar, el prana del aire y el prana de la tierra. La energía solar es la que procede de la luz del sol. Esta vigoriza a todo el cuerpo y promueve la buena salud. El prana solar puede obtenerse exponiéndose a la luz del sol tomando baños de sol, pero también se puede obtener tomando agua que haya sido expuesta a la luz del sol algunas horas. La energía contenida en aire se llama prana del aire o: “glóbulo vital del aire”. Esta energía es absorbida directamente por los centros de energía propios del cuerpo bioplasmático. Estos centros de energía están distribuidos por el cuerpo y se los denomina Chackras. Y se absorben a través de la respiración, es por ello que se aconseja respirar siempre aire puro y hacer respiraciones profundas y no respiraciones cortas y superficiales. Las personas que ya cuentan con cierto entrenamiento lo pueden absorber a través de los poros. El prana contenido en la tierra se o llama del suelo o “glóbulo de vitalidad del suelo” Esta energía se puede absorber a través de las plantas de los pies y se efectúa automática e inconscientemente. El hecho de caminar descalzo aumenta la cantidad de prana del suelo absorbido por el cuerpo. Una persona puede aprender a extraer conscientemente más energía del suelo para acrecentar la propia vitalidad, la capacidad para realizar más trabajo y la aptitud para pensar con más claridad. Con razón se nos dijo que uno de los errores más graves que ha consentido el ser humano fue calzarse los pies. La marcha, siempre solemne, del hombre que lleva la planta de los pues en contacto con la Madre Tierra, ha sido sustituida, ora por la marcha ambigua y poco fundamental del hombre que lleva los pies embutidos en aparatosos borceguíes, ora por la marcha frívola y presumida de la jovencita de altos tacones. El calzado que casi siempre está confeccionado con el producto de la piel de las infelices victimas del hombre interrumpiendo la evolución de los distintos animales (exceptuando claro está la benemérita alpargata valenciana y la no menos benemérita sandalia aragonesa, o las beneméritas alpargatas gauchas argentinas con suela de hilo sisal), aísla a nuestro organismo de las importantes corrientes magnéticas y eléctricas del suelo. Las corrientes magnéticas de la tierra y su electricidad negativa, así como la positiva de la atmósfera, al atravesar el organismo mediante el vehículo del fluido néurico, se resuelven en cada órgano en una modalidad positiva en estado de salud, que al fin y al cabo, como fuerzas de vibración etérea son las que condicionan todo su quimismo biológico. Mientras esta circulación electro-magnética se conserva normal por la marcha descalzo y el aporte de la cabeza descubierta en contacto con el aire libre y la luz del sol, nada ocurre, si en los demás aspectos de la vida se vive también normalmente. El cuerpo debe tener prana o energía vital para que la vida exista. A veces en química se usa la energía eléctrica como catalizador para aumentar el ritmo de la reacción química. Esta es la base de la fotografía. La electricidad se usa en electrolisis para catalizar o producir la reacción química. El prana o (energía vital) sirve, en la sanación pránica, como catalizador para acelerar el ritmo de las reacciones bioquímicas involucradas en el proceso natural de sanación del cuerpo. El ritmo de recuperación o sanación aumenta de manera formidable cuando se aplica energía pránica a la parte afectada del cuerpo o se maneja con el pensamiento. Por cuanto toda la energía del Universo es como una arcilla moldeable con el pensamiento del ser humano en bien o en mal para el desarrollo de la Vida de cada individuo. Tal es la potestad que El Creador ha dado a sus hijos amados. ¡Se suele decir que una imagen vale por mil palabras! Es por ello que quiero mostrar a mis lectores las imágenes que lo llevarán a comprender en parte lo que he querido explicar. En las imágenes se representan las áureas Interna y externa del cuerpo La primera corresponde al aura de la salud y se extiende unos diez o doce centímetros del cuerpo. La segunda también luminosa se extiende alrededor de un metro desde el cuerpo y se la denomina aura externa y se asemeja a un huevo invertido. A la izquierda los rayos luminosos del aura de la salud cuando el cuerpo está sano; a la derecha el aura de la salud cuando el cuerpo está enfermo. Obsérvense los rayos enmarañados. También suele cambiar el color. Los estados físico, emocional y mental de cada persona influyen sobre sus colores. Se ha observado clarividentemente que algunas personas enfermas tienen orificios en su aura externa, por los que se filtra la energía o prana. Por ello al aura externa se la puede considerar como un campo de fuerza que contiene o previene que la energía enfermante se filtre. En un sentido, actúa como un recipiente de las energías sutiles. Lo descripto es solo una pequeña parte de la perfección del cuerpo Cósmico del ser humano, y que lamentablemente el ser humano desconoce casi en su totalidad. El tamaño de los chakras, del aura interna, de los rayos de la salud y del aura externas pueden aumentar considerablemente a la medida que la raza humana evolucione a un nivel superior. José Marco Vallés Doctor en Naturología Aplicada