Los PC del `Mono Jojoy` ya han sido analizados en un 60 %

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11-09-22
Los PC del 'Mono Jojoy' ya han sido analizados en un 60 %
La muerte de 'Jojoy' dejó sensación de seguridad en el Meta, pero el bloque Oriental sigue operando.
Foto: Archivo
'Procesos invalidados por fallo a PC de 'Reyes' serían revividos'.
La madrugada del 22 de septiembre del 2010 se cerró un ciclo para el conflicto colombiano. La
muerte de Víctor Julio Suárez Rojas, el 'legendario' 'Mono Jojoy', jefe militar de las Farc, terminó con
un capítulo de tres décadas de secuestros, extorsiones, tomas a puestos militares y de policía,
ataques a poblaciones y asesinatos.
Y a pesar de que la desaparición de 'Jojoy' dejó una sensación de seguridad, los problemas no
terminaron y hoy los hombres del bloque Oriental siguen ejerciendo una fuerte presencia en varios
municipios del Meta. (Vea acá galería de fotos de otros golpes a las Farc).
Sin embargo, los 16 dispositivos electrónicos que la Policía y el Ejército hallaron en el campamento
de La Escalera, en las selvas de Vista hermosa (Meta), han ratificado gran parte de la información
encontrada en los PC de 'Raúl Reyes'.
Trece de los dispositivos encontrados pertenecían a 'Jojoy' y tres más a otros jefes que estaban con
él.
"En el computador de 'Reyes' se llegó al ADN internacional de las Farc, pero con los PC de 'Jojoy'
se llegó al ADN interno y se convirtieron en el principal soporte para validar la información hallada en
los PC de Reyes", señala uno de los hombres que llegó hasta el campamento central del jefe
guerrillero y que ha analizado los archivos. (Así reaccionó Colombia con el golpe a 'Jojoy'),
La revisión de los aparatos está en un 60 por ciento, según le dijeron a ELTIEMPO.COM los
analistas que han trabajado con base en información que se conocía de otros dispositivos.
Se organizaron temáticas de búsqueda por 'allegados a las Farc', 'financiadores', 'amenazados',
'planes terroristas' y otros ítems que han arrojado resultados positivos.
"Varios de los procesos judiciales que estaban en marcha en los tribunales y que quedaron
invalidados por el fallo en el caso de la operación contra 'Reyes', seguramente serán revividos
gracias a los PC de 'Jojoy'", señaló otro de los hombres que participó en Sodoma, la operación que
acabó con Víctor Julio Suárez.
Como lo reveló este diario el lunes pasado, uno de los secretos más grandes que dejan al
descubierto los archivos de 'Jojoy', es la 'reforma agraria' que el guerrillero implementó en gran parte
del país. Es el despojo de tierras más grande hecho por las Farc.
La operación Sodoma no produjo los efectos que se esperaban en desmovilización, pero como lo
dicen los investigadores, dejó al descubierto los planes internos de la guerrilla.
La tumba del 'Mono Jojoy'
En la última fila de las bóvedas del sector La Esperanza, justo al lado de la pared que separa al
cementerio El Apogeo de la Autopista Sur, se encuentra la bóveda número 66, tumba en la que
fueron depositados los restos del 'Mono Jojoy'.
Sobre el mármol están grabadas una estrella, dos cruces y su nombre: Víctor Julio Suárez Rojas,
junto a las fechas enero 2 de 1951 - septiembre 22 de 2010.
La cubierta de la lápida no tiene marcas ni pintura. A diferencia de las tumbas que la rodean, en la
de 'Jojoy' no hay firmas, tarjetas, fotos o mensajes afectivos. Lo único que la acompaña son unos
pedazos de cinta transparente y polvorienta que se mueven con el viento y una rosa marchita que ya
no atrae a los cientos de mosquitos diminutos que invaden el cementerio.
La flor está amarrada forzosamente a una puntilla con una cinta de color amarillo. "Esa lápida no
tiene floreros como las demás, a lo mejor pensaron que nadie iba a querer llevarle flores. Pero ya
ve, un visitante clavó esa puntilla e improvisó un florero" dice Bernardo, sepulturero y ayudante del
cuadrante del Cementerio.
La marchita rosa es una de las pocas flores que han adornado la lápida del 'Mono Jojoy' en los
últimos meses. El sacerdote Julio Montenegro, quien ofició la misa el 22 de febrero, día en el que
cuatro sepultureros llevaron el féretro con los restos del guerrillero, hasta las bóvedas del Apogeo,
aseguró que es poco lo que se sabe de su familia.
"No sabemos si sus parientes han venido a visitarlo. En estos meses nadie ha pagado una misa por
su nombre" dice el sacerdote, mientras limpia la mesa principal de la capilla del cementerio.
La seguridad del Apogeo cambió desde el día del entierro del jefe guerrillero. A los sepultureros les
dieron la orden expresa de ser prudentes con la información que se da sobre la ubicación de la
tumba. Cuando se les pregunta por Víctor Julio Suárez, algunos se ríen, se ponen nerviosos o
remiten a los inquietos hasta la oficina del director del cementerio. Otros pocos, entre señas
improvisadas, apuntan hacia la Esperanza y dicen que está en una de las bóvedas del fondo.
Según relatan algunos trabajadores del cementerio, al 'Mono Jojoy' lo visitan dos veces por semana
y aseguran que la mayoría de visitantes son curiosos que desean observar su tumba, "como para
comprobar que sí está bien muerto" dice Bernardo. También lo visitan jóvenes estudiantes y señoras
con camándulas que sobrepasan los 50 años y que se paran al pie de la lápida "para rezar por su
alma".
Así lo confirma Silvia, una mujer de más de 60 años que, puntualmente, visita el cementerio los 16
de cada mes para elevar plegarias por su esposo muerto y de paso por el 'Mono Jojoy'. "Al fin de
cuentas, el también fue un ser humano" reflexiona Silvia.
A pesar de que hasta la fecha no se ha registrado ningún intento de robo del cuerpo del guerrillero,
los trabajadores del cementerio siguen alerta. Incluso, una cámara de la Terminal del Sur ha sido
una aliada fundamental para tener información sobre la bóveda en las noches.
Por su parte, los vigilantes que durante los primeros días debieron cuidar la bóveda en jornadas
enteras, ahora hacen rondas ocasionales por el sector. "Eso por si las moscas" dice el sepulturero.
"Uno nunca sabe quién es quién. Qué tal que venga uno de sus amigos guerrilleros y quiera
llevárselo" asegura Bernardo entre risas. Se levanta de su descanso, toma su carreta llena de palas
y se pierde entre los eucaliptos del cementerio.
REDACCIÓN JUSTICIA
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